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DERECHO PROCESAL I

PRIMERA UNIDAD: DERECHO PROCESAL ORGANICO

I. INTRODUCCION

1.- Fundamento del Derecho Procesal:

El Derecho Procesal existe porque los individuos constantemente tienen conflictos


jurídicos. Dentro de una sociedad reglamentada con normas jurídicas es común y
frecuente que las partes tiendan a desconocer o a emplear en forma imperfecta las
normas que regulan la convivencia humana. Esta es una situación que ha existido desde
siempre.
Frente al desconocimiento de una norma jurídica o, más bien, frente a un conflicto
jurídico, caben dos alternativas:

- Que los propios interesados resuelven ese conflicto directamente.


- Que las partes recurren a un tercero ajeno al conflicto para que le dé solución.

El Derecho Procesal surge cuando estos interesados en conflicto no son capaces


de darle solución armónica al litigio, en cuyo caso debe recurrirse a un tercero imparcial,
el cual es, precisamente, un órgano del Estado, esto debido a que la administración de
justicia es una tarea del Estado y no de los particulares, es una de las funciones públicas
del Estado a través de los órganos competentes (los tribunales de justicia).
Para estos efectos, el Estado se organiza a través de sus órganos públicos
(organización de tribunales en el país), organizados jerárquicamente, en forma piramidal,
en cuya cúspide se encuentra la Corte Suprema, y la base la integran los diversos
juzgados de letras.
Es importante señalar que de toda esta organización de tribunales sólo uno es el
competente para conocer y resolver el litigio.
Esta función que ejercen los tribunales de justicia es soberana (al igual que las
demás funciones del Estado); por ello es que se ejercen dentro de los límites territoriales del
país, sin la intervención de los otros poderes del Estado. Esto quiere decir que nadie puede
revisar los fundamentos de los fallos judiciales por ser éste un poder autónomo.

2.- Formas de solucionar los litigios:

Los conflictos jurídicos doctrinariamente pueden solucionarse de distintas formas;


de todas ellas podemos mencionar al menos tres: la autotutela o autodefensa, la
autocomposición y la heterocomposición (esta última se vale del Proceso como medio de
solución).

A) La Autotutela o Autodefensa:

La autotutela consiste en la reacción directa y personal de aquel sujeto que se


encuentra en conflicto jurídico, y que se hace justicia por sí mismo, lo que implica una
reacción violenta; es decir, aquí hay fuerza de por medio (es un medio de solución
violento o forzado del conflicto jurídico). Esta fuerza puede ser de cualquier tipo, puede
ser física o moral; pero, sea como sea la fuerza se trata de una pugna contra los más
elementales principios del derecho.
Los particulares no pueden autotutelar sus derechos, siempre habrá que recurrir a
otro mecanismo de solución. Sin embargo, en el evento que se recurriese a este

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mecanismo, ello no constituye una solución definitiva del conflicto, sólo será una solución
fáctica del momento (solución de hecho).
La autotutela no excluye a la forma jurídica de solución por tratarse de una
solución fáctica del momento.

B) La Autocomposición:

Aquí el conflicto jurídico se soluciona por ambas partes. Los propios interesados son
los que concurren a la solución.
Se define la autocomposición como la sumisión o renuncia total o parcial del
derecho de la parte que ha sido perjudicada por el quebrantamiento de la norma jurídica
a favor de la otra, y en virtud de esto se da solución al conflicto.
La autocomposición implica una actitud de reconocimiento de una de las partes o
la anuencia de una de las partes a favor de la otra, o también puede consistir en
concesiones recíprocas entre las partes.
En nuestro ordenamiento jurídico se contempla esta forma de solución (no es
excluyente de la vida judicial). Existen varios ejemplos: contrato de transacción, la
conciliación, el avenimiento, el desistimiento, la renuncia de algún derecho, etc.
La autocomposición puede ser unilateral o bilateral, dependiendo a si las
concesiones provienen de una de las partes o de ambas. Si las concesiones provienen de
una de las partes es unilateral (Ejemplo: desistimiento, el allanamiento a la demanda,
etc.). Lo normal es que sea bilateral, es decir que haya concesiones recíprocas de ambas
partes, aquí hay un acuerdo de por medio (Ejemplo: conciliación, avenimiento, etc.).
En la autocomposición podría intervenir un tercero para colaborar a lograr la
solución. Aquí lo importante es que el tercero no impone la solución a las partes. El
conflicto se va a solucionar por voluntad de los propios litigantes (acto voluntario).
Ejemplo: conciliación (artículo 263, Código de Procedimiento Civil).

C) La Heterocomposición:

Aquí interviene un tercero que es el que impone la solución a las partes. El conflicto
se soluciona con la intervención del tercero. Esta forma de solución se caracteriza porque
hay un tercero imparcial que se encuentra en una posición jerárquicamente superior a las
partes, de manera tal que puede imponer su decisión.

Esta es la situación cuando intervienen los Tribunales de Justicia en la solución del


conflicto. El juez es un tercero imparcial que está por sobre las partes en conflicto por ser
un órgano público. La resolución que adopte este tercero tiene que ser acatada.
Que se pueda imponer una decisión judicial significa que la solución debe ser
acatada y de no ser así se puede hacer uso de la fuerza (porque los tribunales no sólo dan
decisiones teóricas).
Aquí el tercero puede ser cualquier tribunal, puede tratarse de un juez ordinario, de
un juez especial o bien de un juez arbitral.
El juez no puede utilizar cualquier medio para solucionar el conflicto, sino que más
bien se vale de uno. El medio a través del cual se vale este tercero para dar solución al
litigio es el PROCESO. El Proceso es el medio para satisfacer las pretensiones procesales de
las partes, porque tanto el demandante como el demandado hacen valer sus
pretensiones de uno respecto del otro.
El Proceso es el medio más perfecto que existe para solucionar conflictos jurídicos,
porque en primer lugar, a través de este medio, las partes pueden hacer valer sus
derechos con absoluta libertad. Además, el Proceso es la forma que da mejores
posibilidades a los litigantes para hacer valer sus derechos (el juez da la posibilidad a las

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dos partes de hacer valer sus derechos). Esa es una característica que se cumple en todas
las etapas del juicio.
El Proceso es un medio que no sólo le interesa a los litigantes, sino que también al
Estado. El Proceso le sirve al Estado para mantener la tranquilidad y la paz social, para
mantener el orden jurídico. Ejemplo: en aquellos casos que afectan a la familia, al
matrimonio, etc.
El Proceso, también, se tiene que tramitar o se tiene que sustanciar de una forma
específica para llegar a la solución del conflicto. El Proceso debe estar regulado por el
ordenamiento jurídico, y de aquí surge el concepto del “Procedimiento”. El procedimiento
es el conjunto de reglas legales que regulan el proceso. En este sentido no se aplicará el
procedimiento que el juez imponga, sino que será el que corresponda y que está
determinado por la naturaleza de la acción (no es lo mismo un litigio civil que un litigio
penal).
Desde un punto de vista material, el Proceso es lo que se conoce con el nombre
de “expedientes”, los que se encuentran conformados por todos los escritos, documentos
y actuaciones de toda especie.

3.- Concepto de Derecho Procesal:

El Derecho Procesal no está definido en la ley. Definiciones del concepto hay


muchas dependiendo del sentido que se tome.
Por el contenido o por la materia que se estudia, el Derecho Procesal puede ser
definido de la siguiente manera: “Es aquella rama del derecho que estudia la
organización de los tribunales de justicia, señalando sus atribuciones y competencias, y
que establece las normas de procedimiento a que deben someterse las partes litigantes
como todos los tribunales con motivo de un Proceso”.

De esta definición se puede concluir que el Derecho Procesal se puede dividir en


dos partes: Derecho Procesal Orgánico y Derecho Procesal Funcional.

- El Derecho Procesal Orgánico es aquella rama del Derecho Procesal que


comprende el estudio de la organización de los tribunales de justicia y de sus
atribuciones y competencias. Se preocupa del estudio de los órganos
jurisdiccionales (los tribunales de justicia, que son los órganos que ejercen la
jurisdicción).

- El Derecho Procesal Funcional, por su parte, es aquella rama del Derecho Procesal
que estudia las normas de procedimiento a que deben someterse tanto los
tribunales como las personas que concurren ante ellos planteando pretensiones
procesales. Se preocupa del estudio de los distintos procedimientos que se deben
aplicar para la solución de los conflictos. El Derecho Procesal Funcional admite
varias subclasificaciones, porque el procedimiento no es uno sólo. Ejemplo:
Derecho Procesal Civil, Derecho Procesal Penal, etc.

En cuanto a las normas aplicables, el Derecho Procesal Orgánico está regulado o


consagrado fundamentalmente en el Código Orgánico de Tribunales; y el Derecho
Procesal Funcional se encuentra regulado fundamentalmente en los códigos de
procedimientos (Código de Procedimiento Civil, para contiendas civiles; Código de
Procedimiento Penal y Código Procesal Penal, para contiendas penales). Además hay
otras leyes que contemplan procedimientos, por ejemplo, en el Código del Trabajo, en el
Código de Minería, en el Código de Justicia Militar, etc.

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4.- Características más importantes del Derecho Procesal:

Las características más sobresalientes del Derecho Procesal son las siguientes:

a) Es una rama autónoma del derecho: Esta es la característica más importante del
Derecho Procesal. Este Derecho tiene sus propias instituciones, su propia doctrina y
sus propias fuentes. Es una rama del derecho que se desarrolló a partir del siglo XIX.

b) Forma parte del Derecho Público: Principalmente porque está regulando una
actividad del Estado, que es la administración de justicia (resolución de los
conflictos jurídicos). También forma parte del Derecho Público porque regula la
relación entre el Estado y los particulares, en donde el Estado se encuentra en una
relación de supremacía porque los tribunales están dotados de una potestad
pública.

c) Las normas del Derecho Procesal son de orden público: Relacionado con la
característica anterior. Las normas del Derecho Procesal, como regla general, son
normas de orden público, lo que significa que las partes y los propios tribunales
deben respetarlas y aplicarlas tal cual como están establecidas. Las partes no
tienen la posibilidad de dejar sin efecto o derogar las normas procesales en virtud
de acuerdos.
El principio de “autonomía de la voluntad” es inaplicable en el Derecho
Procesal (en materia de derecho privado prima ese principio). Ejemplo: las partes
no pueden acordar la disolución de los tribunales, no pueden acordar la disolución
de las normas de procedimientos, etc. Hay que aplicar las normas procesales, ya
que éstas son irrenunciables, salvo algunas excepciones.

d) Las normas procesales regulan la forma en que se realiza la actividad


jurisdiccional: Se dice que el Derecho Procesal es formal, otros dicen que es
instrumental, otros señalan que las normas procesales son normas-medio, esto en el
sentido que las normas procesales regulan la forma en que se realiza la actividad
jurisdiccional. Se dice que es instrumental porque las normas procesales sirven de
instrumento para la aplicación o realización de la ley o del derecho material, la
norma procesal sirve para hacer cumplir la ley de fondo que ha sido infringida
(garantía para el ordenamiento jurídico en general). Si se infringen las leyes de
fondo, se utilizan las normas procesales.

5.- Fuentes del Derecho Procesal:

1) Fuentes Directas: Son todos aquellos antecedentes de los cuales emana el Derecho
Procesal y cuya aplicación es obligatoria, de manera que frente a un caso concreto los
tribunales están obligados a aplicar estas fuentes. Sirven directamente para la solución del
litigio, su aplicación es inexcusable. El juez que ignora estas fuentes comete falta.
Todas estas fuentes constituyen una obligación de los tribunales para aplicarlas, no
pueden desconocerlas para aplicar derecho.
Las fuentes directas o principales son:

a) La Constitución Política: La fuente más importante es la Constitución. La


Constitución tiene importantes normas procesales y dentro de estas normas está un
capítulo sobre el Poder Judicial.

b) Las Leyes Procesales: Leyes en el amplio sentido de la palabra (decretos, leyes,


códigos de procedimiento, etc.).

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c) Los Tratados Internacionales: Los tratados internacionales vigentes en Chile que
hayan sido ratificados. Ejemplo: el Código de Derecho Internacional Privado
(Código de Bustamante), que contiene importantes normas sobre extradición, etc.

d) Los Autos Acordados: Está constituido por normas dictadas por los propios
tribunales de justicia (del propio Poder Judicial), y más específicamente de los
tribunales superiores, y que se dictan para una correcta aplicación de las leyes.

2) Las Fuentes Indirectas: Son antecedentes de los cuales emana el Derecho Procesal,
pero que se diferencia de los anteriores en que constituyen un antecedente cuya
resolución no es obligatoria (antecedentes que no son obligatorias para el juez).
Aquí estamos hablando de ciertos antecedentes que pueden servir para los
efectos de una correcta aplicación de las leyes o las determinadas normas procesales.
Los tribunales no están en la obligación de aplicar estas fuentes. Prestan mucha utilidad
cuando hay vacíos, por ejemplo, cuando la ley es oscura.
Las fuentes indirectas son:

a) El Derecho Extranjero.

b) Las Fuentes Históricas.

c) La Jurisprudencia: Consiste en los fallos que dictan los tribunales, es la opinión de


los tribunales sobre una determinada materia de derecho.

d) La Doctrina: Opinión de los tratadistas, doctores del Derecho Procesal.

e) La Costumbre: Constituye una fuente, aunque en el Derecho Procesal tiene muy


poca aplicación

1) FUENTES DIRECTAS:

A) Las Normas Constitucionales:

La Constitución establece las normas rectoras (fundamentales en el ordenamiento


jurídico). La Constitución da los lineamientos generales sobre las que va a descansar el
ordenamiento jurídico.
Dentro de la Constitución se encuentran reguladas todas aquellas materias que
tienen que ver con el Poder Judicial (Capítulo VI, artículos 70 y siguientes). En segundo
lugar, dentro de la Constitución, hay otro tipo de normas que se refieren al Proceso. Por
último, hay otro conjunto de normas que dicen relación con el proceso penal.
En el artículo 73 de la Constitución se reconoce la función jurisdiccional que
cumplen los tribunales de justicia.

Art. 73, inciso 1º, CPE: “La facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de
resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente a los
tribunales establecidos por la ley. Ni el Presidente de la República ni el Congreso
pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse causas pendientes,
revisar los fundamentos o contenidos de sus resoluciones o hacer revivir procesos
fenecidos”.

El artículo 73 de la Constitución debe ser relacionado con el artículo 1º del Código


Orgánico de Tribunales, que señala más o menos lo mismo.

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Art. 1º, Código Orgánico de Tribunales: “La facultad de conocer las causas civiles y
criminales, de juzgarlas y de hacer ejecutar lo juzgado pertenece exclusivamente
a los tribunales que establece la ley”.

De aquí se desprenden que ninguna otra autoridad del Estado se puede atribuir
funciones jurisdiccionales a menos que la propia ley se las conceda. Todo órgano que
ejerce jurisdicción, por el sólo hecho de ejecutarla, actúan como un tribunal de justicia.
Además se establece la jerarquía que le cabe a la Corte Suprema.
La Constitución, también, señala en el artículo 74 que:

Art. 74, inciso 1º, CPE: “Una ley orgánica constitucional determinará la organización
y atribuciones de los tribunales que fueren necesarios para la pronta y cumplida
administración de justicia en todo el territorio de la República. La misma ley
señalará las calidades que respectivamente deben tener los jueces y el número de
años que deban haber ejercido la profesión de abogado o de personas que
fueren nombradas ministros de Corte o jueces letrados”.

Esta ley orgánica constitucional la cumple actualmente el Código Orgánico de


Tribunales.

Se establece también la forma de proceder en general al nombramiento de los


magistrados (artículo 75, CPE). De esta norma constitucional se desprende algo muy
importante y que es que en Chile existe un sistema mixto de nombramiento de
magistrados. Este sistema consiste en que el Poder Judicial propone a los candidatos,
formando las respectivas ternas o quinas (esto dependiendo del cargo a llenar), y los
nombramientos los efectúa el Ejecutivo (concretamente el Presidente de la República). En
el caso de los ministros de la Corte Suprema, el nombramiento también le corresponde al
Presidente pero con acuerdo del Senado (aquí intervienen tres poderes del Estado).

También se establece la responsabilidad de los jueces en el ejercicio de sus


funciones propias. Este es un principio fundamental en la administración de justicia
(artículo 76, CPE).

Art. 76, CPE: “Los jueces son personalmente responsables por los delitos de
cohecho, falta de observancia en materia sustancial de las leyes que reglan el
procedimiento, denegación y torcida administración de la justicia y, en general,
de toda prevaricación en que incurran en el desempeño de sus funciones”.
“Tratándose de los miembros de la Corte Suprema, la ley determinará los
casos y el modo de hacer efectiva esta responsabilidad”.

Se establecen también otras causales de cesación o de expiración de las


funciones judiciales. Ejemplo: la edad (artículo 77, CPE).

Por otra parte, la Constitución asegura la igualdad ante la justicia para todas las
personas sin ninguna distinción. Este principio se desprende de la norma del artículo 19, nº
3, relativa a la igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.

Art. 19, nº 3, inciso 1º, CPE: “Toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la
forma que la ley señale y ninguna autoridad o individuo podrá impedir, restringir o
perturbar la debida intervención del letrado (abogado) si hubiere sido
requerida...”.

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Esta es igualdad ante la ley porque el legislador y el constituyente se han
preocupado de que las partes enfrenten un juicio en igualdad de condiciones, esto
independiente que la persona cuente o no con los medios económicos para costear una
defensa judicial (lo que importa es que ambas partes estén asesoradas). En caso que la
persona no pueda costearse la defensa existe varios mecanismos para que cuente con
ella, por ejemplo: el abogado de turno, la corporación de asistencia judicial, etc.

El otro principio fundamental es que toda sentencia de un órgano que ejerce


jurisdicción debe fundarse es un proceso legalmente tramitado. Aquí se consagra el
principio del “debido proceso”.

Art. 19, nº 3, inciso 4º, CPE: “Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción
debe fundarse en un proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al
legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y una
investigación racionales y justos”.

El Proceso es la forma mediante el cual se va a ejercer la jurisdicción de acuerdo


con las reglas que la ley establece. La ley procura que ambas partes cuenten con las
mismas posibilidades de ejercer sus derechos dentro de ese proceso.
El debido proceso es aquel que permite a ambos litigantes por igual hacer valer
sus derechos y, particularmente, el derecho de defensa.

En el artículo 19, nº 3, también hay importantes normas en materias procesales-


penales. Se establecen los mecanismos para castigar los delitos, etc.

B) Las Leyes Procesales:

Las leyes procesales son la fuente directa y la más importante porque es el


legislador el que regula, a través de estas normas, las distintas situaciones y materias
propias del Derecho Procesal, partiendo de los lineamientos básicos que la Constitución
asegura.
¿Cómo saber la naturaleza de una ley? y ¿cómo saber si es que hay una ley
procesal?. La única manera de diferenciar las leyes es precisamente por el contenido de
las normas, porque, desde el punto de vista formal, las leyes son más o menos iguales. En
síntesis, hay que determinarlo no por la fundamentación de la ley, sino por el contenido.
De esta manera, si la ley está referida a los tribunales de justicia o a los
procedimientos evidentemente será una ley procesal, así por ejemplo, puede tratarse de
una ley orgánica que tiene que ver con los tribunales o bien de una ley de
procedimientos.
El juez que se vea enfrentado a la ley procesal deberá aplicarla al caso que le
competa resolver.

La aplicación de la ley procesal tiene importancia cuando el proceso está en


trámite. Un proceso está en trámite cuando no ha sido fallado por sentencia definitiva,
firme o ejecutoriada (las diligencias son válidas cuando se ha respetado la ley vigente).
En el caso de la aplicación de las leyes rigen los mismos principios del Derecho
Civil, concretamente en lo que dice relación con la interpretación de la ley en el caso
concreto. En esta tarea se aplican las normas de interpretación del Código Civil (artículos
19 al 24), porque los códigos procesales no contienen normas de interpretación de la ley.
Si el juez, ante un caso determinado, advierte que hay vacíos en la ley (porque las
leyes no son estáticas, se van modificando a las necesidades del momento) aquí se
realiza una aplicación que consiste en la integración de la norma y en que el juez debe
recurrir a otros métodos para resolver el conflicto jurídico y si no hay una ley que lo

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resuelva debe aplicar los principios de equidad pertinentes. Esto incluso lo establece al
artículo 170, nº 5 del Código de Procedimiento Civil, cuando dice que las sentencias de
los tribunales deben conservar los fundamentos de derecho o bien los principios de
equidad. El juez que ha sido legalmente requerido, siendo competente, no se puede
excusar de conocerlo y resolverlo, exista o no ley que resuelva el conflicto.

* Vigencia de la ley procesal:

Para los efectos de aplicar la ley procesal hay que analizar la vigencia de la ley en
el tiempo, en el espacio y en cuanto a las personas.

-o- Vigencia de la ley en cuanto al tiempo:

La regla general es que las leyes procesales rigen “in-actum” (de inmediato), es
decir, tan pronto como la ley entre en vigencia (cuando se publique en el Diario Oficial),
antes que la ley disponga otra cosa y hasta el día que es derogada (cuado queda sin
efectos sus disposiciones por dictarse una ley nueva que la remplace o que disponga que
queda sin efectos las disposiciones de la ley antigua).
Sin perjuicio de lo anteriormente señalado, hay ciertas situaciones que una ley
puede ser aplicada a situaciones anteriores a su entrada en vigencia, en cuyo caso se
dice que la ley tiene efecto retroactivo. Al revés puede ocurrir el fenómeno que una ley
que ha quedado sin efecto pueda aplicarse a causas que van más allá de su vigencia,
aquí se habla de “ultra actividad de la ley”.
Todo esto hay que analizarlo con respecto a los procesos, y esto se puede referir
tanto a cambios que se introduzcan en la competencia de los tribunales o bien a cambios
en el procedimiento.

a. Cambios en el procedimiento: Las leyes que introducen cambios en los


procedimientos. Ejemplo: la nueva reforma procesal penal, si el juicio no se ha
iniciado se rige la nueva ley procesal.
Si los procesos están en trámite, todos las actuaciones que se hayan
verificado en el proceso de acuerdo con la ley antigua son plenamente válidas;
las nuevas actuaciones se deberán adecuar a la ley nueva, porque la ley procesal
rige in-actum.
Aquí se presentan algunos problemas de irretroactividad, es decir hay
algunos casos excepcionales en que no obstante haberse dictado una nueva ley
va a seguir aplicándose la ley antigua. Esto ocurre en los siguientes casos:

o Si se trata de plazos o de actuaciones que ya se hayan iniciado. Por ejemplo,


en un proceso civil en trámite se dicta una nueva ley procesal que modifica el
procedimiento y ella se traduce en que se van a reducir todos los plazos a la
mitad; si estaba esperando el plazo para apelar la sentencia definitiva, de
cinco días se reduce a tres, en este caso el plazo se seguirá rigiendo por la ley
antigua. En otras palabras, si el plazo está corriendo se regirá por la ley vigente
al momento del inicio del cómputo de dicho plazo. Al contrario, si el plazo no
está corriendo se regirá por la ley nueva.

o El segundo caso dice relación con la prueba de los actos y contratos. Si la


nueva ley procesal al cambiar el procedimiento, por ejemplo, modifica los
medios probatorios (suprime la prueba testimonial) el acto o contrato se puede
probar por los mismos medios de prueba vigentes al momento de la
celebración de ese acto o contrato (a través de los medios de prueba que
establecía la ley antigua). La razón es de Derecho Civil, debido a que, de

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acuerdo al Código Civil, en todo acto o contrato legalmente celebrado se
entienden incorporadas las leyes vigentes al tiempo de su celebración.
Si la nueva ley introduce modificaciones no en los medios probatorios,
sino en la forma de rendir la prueba (por ejemplo, las formalidades distintivas)
se aplica la ley nueva. Esto está consagrado en la ley sobre efecto retroactivo
de las leyes, ubicada en el apéndice del Código Civil (artículos 23 y 24, Ley de
efecto retroactivo de las leyes).

b. Cambios en la competencia: Las leyes que introducen cambios en la


competencia. En cuanto a la competencia de los tribunales, si hay modificaciones
en ella, significa que la misma ley le puede entregar más atribuciones al tribunal o
restringirle atribuciones y competencias (ejemplo: los juzgados de letras a los que
se les quita la competencia penal y ésta pasa a los tribunales orales en lo penal).
La ley también podría eventualmente suprimir tribunales en esta materia.
Ejemplo: los juzgados de letras del crimen con la nueva reforma procesal-penal.
Pero ¿qué pasa con el proceso en trámite?. En esta materia hay discusiones
doctrinarias. Si el juicio estaba en trámite al momento que se dictara la nueva ley,
¿debe continuar siendo conocido por el tribunal antiguo o se debe pasar al
tribunal nuevo?.

Estos problemas, en los casos que se introduzcan modificaciones a la


competencia de los tribunales, se solucionarán de acuerdo a normas que
establezca la misma ley. Siempre se disponen disposiciones transitorias (normas
concretas que prevén estos posibles problemas). En la mayoría de los casos se ha
establecido que los mismos tribunales siguen conociendo los casos. En otros casos
se ha establecido que los procesos dentro de un cierto plazo van a pasar al nuevo
tribunal competente (ejemplo: ley que modificó el control de armas, se pasó de los
tribunales militares a la justicia ordinaria).

-o- Vigencia de la ley en cuanto al espacio:

Esto se refiere al territorio en el cual debe aplicarse la ley procesal. Como la


función que imparten los tribunales es una función estatal (administración de justicia) la ley
procesal se tiene que aplicar dentro de las fronteras del Estado, vale decir, dentro de los
límites geográficos del país.
Aquí impera el principio de “territorialidad de la ley”. Todos los conflictos jurídicos
que ocurren en el territorio de Chile se van a regir, en materia procesal, por la ley chilena.
Así se desprende del artículo 14 del Código Civil y también del artículo 5º del Código
Orgánico de Tribunales, que señalan que los tribunales chilenos deben conocer todos los
asuntos judiciales que se produzcan dentro del territorio de la República.
Lo anteriormente señalado no quiere decir que en determinadas situaciones no se
puedan aplicar normas procesales internacionales. Por ejemplo, en Chile se puede hacer
cumplir las sentencias del derecho extranjero cumpliendo con los requisitos que la ley
chilena exige en esta materia (ejemplo: en materia de exhortos, etc.).
La ley chilena es posible que sea extraterritorial respecto de ciertos delitos
específicos cometidos en el extranjero y que pueden ser juzgados por los tribunales
chilenos (artículo 6º, Código Orgánico de Tribunales).
De los artículos 242 al 251 reglamentan la materia de resoluciones pronunciadas
por tribunales extranjeros.

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-o- Vigencia de la ley en cuanto a las personas:

La regla es que la ley procesal chilena se aplica por igual a todas las personas, por
el principio de igualdad ante la ley consagrado en la Constitución; de acuerdo a esto no
se distinguen entre chilenos o extranjeros. La ley procesal no considera para los efectos de
su aplicación las condiciones de la persona (la raza, el sexo, etc.), así lo señala el artículo
5º, inciso 1º, del Código Orgánico de Tribunales.
En materia de competencia, existe un factor determinado para establecer el
tribunal competente, que es el “Fuero”, el cual no significa un privilegio para aquella
persona que goza de él, porque no significa que esté en una situación de superioridad
ante otra que no lo tenga. El fuero, lo único que implica es que el asunto judicial lo va a
conocer u tribunal de mayor jerarquía, y eso es un beneficio para el que no tiene Fuero.
En síntesis, el Fuero no es excepción al principio de igualdad ante la ley.

Cuando se aplica una ley procesal que rige in-actum está aplicación tiene
importancia en los procesos que están actualmente en tramitación, entendiéndose por
tales todos aquellos procesos en los cuales no se ha dictado sentencia definitiva que se
encuentre firme o ejecutoriada (sentencia inamovible, no caben más recursos en su
contra).
Esta ley procesal tiene importancia frente a estos procesos y no respecto de
aquellos procesos que ya están afinados o terminados.
Esto reviste importancia porque la sentencia judicial firme o ejecutoriada que
establece derechos se incorporan éstos al patrimonio de la persona y, por ello, no se
puede afectar estos derechos, por que están amparados por la Constitución.
Los procesos nuevos caen de lleno dentro de la aplicación de la nueva ley
procesal.

C) Los Autos Acordados:

Los autos acordados son normas procesales que emanan de los tribunales
superiores de justicia, de carácter general y que son dictados en uso de las facultades
económicas de los tribunales (artículo 3º, Código Orgánico de Tribunales) para una mejor
administración de justicia, y sirven para llenar ciertos vacíos que pueden tener las leyes o
que sirven para la aplicación de una determinada ley en la práctica, y son de carácter
obligatorio.

Art. 3º, Código Orgánico de Tribunales: “Los tribunales tienen, además, las
facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a cada uno de ellos se
asignan en los respectivos títulos de este Código”.

Esta importante fuente del Derecho Procesal puede ser dictada por la Corte
Suprema o por alguna de las Cortes de Apelaciones. Esto tiene importancia para
determinar el aspecto de la obligatoriedad del auto acordado.
Si el auto acordado lo dicta la Corte Suprema éste es obligatorio en todo el
territorio de la República, vale decir, todos los tribunales del país quedarán sometidos a
ese auto acordado. Ejemplo: el auto acordado de la Corte Suprema sobre la forma de
sentencias, el auto acordado de la Corte Suprema sobre substanciación del recurso de
inaplicabilidad de las leyes, el auto acordado de la Corte Suprema sobre vista de la
causa (ver apéndice del Código de Procedimiento Civil), etc.
Si el auto acordado lo dicta una Corte de Apelaciones, es obligatorio dentro de la
jurisdicción de la respectiva Corte y debe ser aplicado en dicha jurisdicción. Este auto
acordado tiene una aplicación más restringida.

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Los autos acordados se publican en el Diario Oficial. El Código Orgánico de
Tribunales establece claramente el auto acordado que dicta la Corte Suprema (artículo
96, inciso final, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 96º, inciso final, Código Orgánico de Tribunales: “Todos los autos acordados de
carácter y aplicación general que dicte la Corte Suprema deberán ser publicados
en el Diario Oficial”.

Lo mismo cabe decir (respecto de la publicación de los autos acordados en el


Diario Oficial) sobre los autos acordados que dicta la Corte de Apelaciones, para que no
se alegue desconocimiento.

D) Tratados Internacionales:

Los tratados internacionales son normas jurídicas que obligan a dos o más Estados
en relación con materias determinadas.

Dentro de las normas de un tratado internacional es posible que existan normas


procesales o que se regulen materias procesales. Si es así, constituye una fuente del
Derecho Procesal, porque esas normas habría que aplicarlas en la medida que el tratado
internacional haya sido ratificado por Chile y que se encuentre vigente, de esa manera
tiene una naturaleza de ley.
Ejemplo: el Código de Derecho Internacional Privado o “Código de Bustamante”,
que se aplica en Chile, es una importante fuente del derecho internacional, y en ese
Código se regulan materias procesales internacionales (la extradición, los exhortos
internacionales, etc.).

2) FUENTES INDIRECTAS:

A) Las Fuentes Históricas:

Esta fuente hace posible comprender el porque de las instituciones vigentes, el


grado de evolución que ha experimentado esta disciplina contribuyendo de esta forma a
la correcta interpretación e inteligencia del derecho nacional vigente. Ejemplo: nuestro
Código Orgánico de Tribunales tiene por antecedente la ley de organización y
atribuciones de los tribunales de 1865.

B) El Derecho Extranjero:

El Derecho Chileno no es un derecho aislado en el contexto mundial. Todo está


inserto dentro de un contexto histórico, dentro del cual Chile tiene antecedentes en otros
derechos de otros países. Por ejemplo: el Código Napoleónico de Francia, del Derecho
Español, el Derecho Alemán, etc. Por otro lado, las instituciones del derecho procesal
chileno no se han generado íntegramente en nuestro país, sino que la mayor parte de
ellas emanan de las españolas. Se puede decir que nuestros códigos de procedimiento y
nuestras leyes orgánicas de tribunales arrancan de ese país.

C) La Jurisprudencia:

La jurisprudencia consiste en los fallos uniformes que pronuncian los tribunales de


justicia sobre una determinada materia de derecho (fallos en un mismo sentido,
uniformes). Dicho de otro modo, la jurisprudencia es un conjunto de precedentes

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reiterados en que los tribunales superiores de justicia hacen aplicación en casos concretos
sometidos a su juzgamiento de los preceptos decisorios y ordenatorios de los litigios
Aquí hay que destacar cuando la jurisprudencia emana de los tribunales superiores
en el sistema chileno, porque los fallos de los tribunales inferiores están siempre sometidos
a la posibilidad de revisión por el principio de la “doble instancia” que consiste en que lo
que un juez inferior resuelve puede ser modificado o alterado por un tribunal superior.
Particularmente interesa la jurisprudencia de la Corte Suprema como máximo tribunal de
la República.
La Corte Suprema, entre sus funciones como máximo tribunal está la de ir
uniformando la jurisprudencia de los tribunales en Chile. Esto se logra a través del “recurso
de casación en el fondo” (este recurso se aplica cuando una sentencia ha sido dictada
con infracción de ley, y esa infracción es decisiva en la parte resolutiva del fallo). La Corte
Suprema puede invalidar la sentencia de los tribunales inferiores en virtud de este recurso y
con ello, además, va a fijar el verdadero sentido y alcance de las normas.
Un solo fallo no es jurisprudencial, ya que debe existir una pluralidad de fallos sobre
la misma materia.
La jurisprudencia constituye un antecedente porque lo que se resuelve en un caso
no tiene que ser necesariamente idéntico que otro.

D) La Doctrina:

La doctrina es la fuente que consiste en la opinión de los tratadistas, en este caso


del derecho procesal. Tampoco es obligatoria. Esta fuente tendrá más o menos
importancia en la medida que sea el prestigio del autor. Por ejemplo, en problemas
procesales es frecuente que se cite al tratadista uruguayo Eduardo Couture. Sin embargo
en Chile la doctrina no es abundante.
La doctrina si tiene importancia, además de lo dicho anteriormente, en el caso
que las leyes tengan algunas deficiencias, ya que éstas no son perfectas y van quedando
obsoletas.
Tiene por misión la de interpretar al legislativo para que se reflexione sobre la ley.

E) La Costumbre:

En el Derecho Procesal la costumbre prácticamente no tiene aplicación, y se sigue


la máxima del Derecho Civil (artículo 2º, Código Civil). La costumbre tiene importancia en
el derecho comercial.

Art. 2º, Código Civil: “La costumbre no constituye derecho sino en los casos en que
la ley se remite a ella”.

La costumbre solamente se aplica en algunos casos respecto de algunas practicas


que ha adoptado los tribunales. Ejemplo: la ley no señala en ninguna parte cómo se dicta
un oficio, sino que ha sido una costumbre que se ha ido perpetuando. Sin embargo no
está referido a aspectos sustanciales.

II. LA JURISDICCION

1.- Introducción:

La Jurisdicción es una de las instituciones o conceptos básicos en el Derecho


Procesal (junto con la acción y el proceso).
En Chile, en materia civil, para que los tribunales puedan conocer de un conflicto
jurídico tienen que ser requeridos o, lo que es lo mismo, deben actuar a petición de parte.

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Los tribunales no pueden actuar de oficio, esto significa que para que un juez pueda
ejercer función jurisdiccional necesita que una de las partes del litigio deduzca una
acción, concretamente lo que se exige es que una de las partes demande a otro.
Cuando el tribunal es requerido formalmente y en algún asunto de su
competencia, a través de una demanda, el juez debe ejercer su jurisdicción, no se puede
excusar, debe conocer el asunto. El medio que tiene el juez o instrumento de cual se vale
es el Proceso.
La regla general es que la jurisdicción es una actividad propia de los tribunales de
justicia y es distinta de cualquier otra función pública y que consiste en general en resolver
conflictos jurídicos con efecto de cosa juzgada. Lo importante a destacar es que el
tribunal es un tercero imparcial y que está por sobre las partes porque está en una
posición jurídica distinta al ser un órgano público y eso es lo que permite que su sentencia
sea acatada.

2.- Acepciones de la palabra Jurisdicción:

Dentro del Derecho Procesal una misma palabra -dentro de las cuales
encontramos a la jurisdicción- se aplica con distintos significados, siendo algunos no
realmente correctos.
Dentro de las acepciones de la palabra jurisdicción encontramos:

a) La palabra jurisdicción se suele utilizar para referirse al territorio, al “ámbito


territorial” en el cual un tribunal ejerce sus atribuciones. Ejemplo: un juez de
Concepción ejerce jurisdicción en las comunas de Concepción, Penco,
Chiguayante y San Pedro de la Paz. Esta es una acepción equivocada.

b) Se suele confundir la jurisdicción con la “competencia”. La jurisdicción no es lo


mismo que la competencia, son aspectos relacionados pero completamente
diferentes. La competencia es la cuota de jurisdicción que tiene cada juez en
particular y que le permite conocer de determinados asuntos (no de todos). Se
puede decir entonces que existe una relación de género a especie, donde la
jurisdicción es el género y la competencia es el espacio dentro del género
(artículo 108, Código Orgánico de Tribunales).

c) Se utiliza frecuentemente para referirse a las “prerrogativas o facultades” que


tienen los tribunales para resolver ciertos conflictos jurídicos. Esta acepción sin ser
mala es insuficiente porque jurisdicción no es una mera facultad, es mucho más
que eso, es un verdadero deber porque es inexcusable.

d) Por último, la verdadera acepción o sentido de la palabra es el siguiente: la


jurisdicción es “una función”, porque constituye una de las tareas más importantes
que cumple el Estado mediante la cual se reestablece el imperio del Derecho
cuando se ha desconocido la norma. Esto significa que toda función jurisdiccional
le corresponde al Poder Judicial, o al menos lo normal es que así sea, puesto que
existen otros órganos públicos -que no se encuentran dentro del Poder Judicial-
que también pueden ejercer funciones jurisdiccionales, en los casos que la ley lo
señala. Ejemplo: el Congreso Nacional (juicios políticos respecto de ciertas
autoridades), la Contraloría General de la República, el Tribunal Calificador de
Elecciones, etc. Desde este punto de vista estos órganos actúan como tribunales.
Por otro lado, no toda función propia del Poder Judicial es siempre
jurisdiccional, aunque normalmente lo es. Así lo señalan los artículos 2º y 3º del
Código Orgánico de Tribunales.

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3.- Concepto de Jurisdicción:

- Concepto de Eduardo Couture: “Es la función pública realizada por los órganos
competentes del Estado, con las formas requeridas por la ley, en virtud de la cual
por acto de juicio se determina el derecho de las partes con el objeto de dirimir sus
conflictos y controversias de relevancia jurídica mediante decisiones con
autoridad de cosa juzgada, eventualmente factibles de ejecución”.

- Concepto de Juan Colombo: Este autor define la jurisdicción como: “El poder que
tiene los tribunales de justicia para resolver por medio del Proceso, con efecto de
cosa juzgada, los conflictos de relevancia jurídica en cuya solución les
corresponde intervenir”.

La jurisdicción no debe definirse como la facultad de administrar justicia, ya que es


muy vago. El concepto de la jurisdicción dice relación con el contenido de la función,
que es la resolución de los conflictos jurídicos.
Colombo sostiene que la administración de justicia, y más concretamente la
palabra justicia implica un juicio de valor o más bien filosófico, por lo mismo es variable
(por el transcurso del tiempo).

* Análisis del concepto de Couture:

a) Sostiene que la jurisdicción es una función pública, es decir, está tomando la


correcta acepción del término. Considera a la jurisdicción como una tarea que le
compete al Estado (no es una función privada que le corresponda a los
particulares).

b) Añade que la función jurisdiccional es realizada por los órganos competentes del
Estado; por regla general son los tribunales de justicia, ya que como mencionamos
anteriormente otros órganos también pueden ejercer funciones jurisdiccionales.

c) Agrega el autor que la jurisdicción debe hacerse por las formas requeridas por la
ley; esto quiere decir que esta actividad de los tribunales no se puede llevar a
efecto de cualquier forma sino que debe hacerse cumpliendo las formalidades
legales. La ley reglamenta el ejercicio de la jurisdicción, no el juez, y para esto
existen los procedimientos. El medio para el ejercicio de la jurisdicción es el
Proceso, el que tiene que demostrar como la ley lo indica.

d) La finalidad, según esta definición, que se persigue con el ejercicio de la


jurisdicción es objetivo, es puntual, es uno sólo: es resolver conflictos jurídicos o
controversias de relevancia jurídica.
Este conflicto se resuelve mediante ciertas decisiones que adoptan los
tribunales de justicia. El conflicto se debe resolver a través de los procedimientos
legales que debe aplicar el juez y a través de una decisión especial que es la
sentencia definitiva, que es el acto típico a través del cual el juez resuelve. El
proceso, sin embrago, puede terminar y el conflicto puede resolverse dentro del
proceso sin el procedimiento del juez, lo que no significa que en ese caso la
actividad jurisdiccional no se ha desarrollado cabalmente. Ejemplo: al llegar a un
acuerdo entre los litigantes (conciliación, avenimiento, etc.).
Si la jurisdicción se ejerce, el juez tiene que pronunciarse. Para que haya
jurisdicción completa el juez debe conocer el asunto y resolverlo.

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e) Esta decisión de los tribunales debe ser con autoridad de cosa juzgada. Eso es lo
más importante de la jurisdicción. La cosa juzgada es un efecto que produce la
sentencia definitiva en algún momento. Sin cosa juzgada no existe actividad
jurisdiccional a cabalidad.
El efecto de la cosa juzgada permite obtener el cumplimiento efectivo de
la sentencia y, además, que no se vuelva a discutir el mismo asunto, ni por las
mismas partes, ni por el mismo fundamento.

f) Se decide mediante un fallo eventualmente factible de ejecución. Esto significa


que en el caso que el vencido (aquel que resultó condenado a una determinada
prestación) no cumple voluntariamente, la parte vencedora está facultada a
solicitarle al juez la ejecución o cumplimiento forzado de esa sentencia. Este
cumplimiento debe ser solicitado, por ello es eventual. Si por el contrario, el
vencido cumple voluntariamente con la prestación, no es necesario ejecutar el
fallo.

4.- La Jurisdicción en nuestro derecho positivo:

Ni la ley ni la Constitución contienen un concepto de la jurisdicción, sino que tanto


la Constitución como el Código Orgánico de Tribunales se refieren más bien al contenido
de la Jurisdicción para señalar en qué consiste la actividad de los tribunales. Tampoco se
puede decir que el derecho positivo contemple disposiciones orgánicas respecto de la
jurisdicción, es decir no está reglamentada sino que se deduce de las disposiciones
constitucionales y legales.

Art. 73, inciso 1º, CPE: “La facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de
resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente a los
tribunales establecidos por la ley. Ni el Presidente de la República ni el Congreso
pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse causas pendientes,
revisar los fundamentos o contenidos de sus resoluciones o hacer revivir procesos
fenecidos”.

Art. 1º, Código Orgánico de Tribunales: “La facultad de conocer las causas civiles y
criminales, de juzgarlas y de hacer ejecutar lo juzgado pertenece exclusivamente
a los tribunales que establece la ley”.

Tanto la Constitución como el Código Orgánico de Tribunales se refieren a la


jurisdicción como una facultad, lo cual no es erróneo pero tampoco es exacto, ya que
hay que entenderla como el “poder-deber” de los tribunales, ya que es inexcusable y no
una mera prerrogativa (artículo 3º, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).

ASPECTOS DEL ARTICULO 1º DEL CODIGO ORGANICO DE TRIBUNALES

a) Primer Aspecto: La función de los tribunales puede consistir en lo siguiente


(contenido de la jurisdicción):

• Conocer las causas civiles y criminales: tanto la norma constitucional como la


norma legal han sido cuidadosos al poner los verbos en ese orden, porque
consistiendo la jurisdicción en la resolución de los conflictos jurídicos, los
tribunales no pueden resolver un conflicto sin que previamente conozcan de
ese litigio.
La facultad de conocer las causas civiles y criminales consiste en que el
tribunal queda informado de ese asunto a través de las partes (a través de los

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propios litigantes) y no de los tribunales, porque impera el principio de
pasividad de los tribunales.
Conocer significa que el juez queda informado del asunto; para estos
efectos, las partes tienen que suministrarle ese conocimiento a través de los
escritos correspondientes (de demanda y de contestación de la demanda).
Sin embargo, no basta que las partes informen al juez sus pretensiones,
además es necesario que prueben o demuestren la verdad de los hechos que
sostienen (lo que prueban son los hechos y no el derecho).
Producida la prueba el juez está en condiciones de fallar en la mayoría
de los casos.

• Juzgarlas (las causas civiles y criminales): consiste en la facultad de resolver


cuál de las partes tiene la razón (finalidad de la sentencia, declarar el
derecho). Esto quiere decir, en síntesis, que uno de los dos tiene que tener la
razón.
En otras palabras, o se va a acoger la demanda (dar la razón al
demandante en todo o en parte), o se rechaza la demanda (significa que se le
da la razón al demandado).
Este juzgamiento tiene la particularidad que el juez lo lleva
materialmente a través de la sentencia definitiva (con toda la información que
el juez ha tenido).

• Hacer ejecutar lo juzgado: la jurisdicción también puede consistir en hacer


ejecutar lo juzgado. Esta es una etapa que podría faltar, pero no obstante este
momento no exista, es importante destacar que la jurisdicción se ejercita,
porque esta etapa dependerá de la actitud que tenga el vencido.

b) Segundo Aspecto: Lo referente a la “causa”:

Los tribunales lo que conocen y resuelven son causas o juicios, las que
podemos definirla diciendo que consisten en la controversia jurídica y actual entre
partes sometidas a un tribunal de justicia. Para que haya juicio se supone que tiene
que haber una controversia jurídica entre partes.
La causa se define como la controversia jurídica actual entre partes
sometida al conocimiento de un tribunal de justicia.
Los elementos para que exista una causa son los siguientes:

• Debe haber una controversia jurídica: significa que tiene que haber una
disputa entre dos o más personas y que tenga relevancia jurídica.

• Tiene que ser actual: el conflicto tiene que referirse concretamente sobre
determinados derechos. Hay un derecho comprometido y no una mera
expectativa.

• Se tiene que producir un conflicto entre “partes”: entre los sujetos que
sostengan pretensiones contradictorias o que tengan intereses contrapuestos y
estas partes llevan el nombre de “demandante” (titular de la pretensión) y
“demandado” (destinatario de la pretensión). Las partes pueden ser personas
naturales o jurídicas, puede haber más de una persona en una parte, esto
independientemente que si las partes comparecen en un juicio.

• El tribunal de justicia no puede faltar jamás: porque tiene que existir un órgano
público imparcial para resolver el conflicto. El tribunal puede ser de cualquier

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naturaleza o clase, dependerá de la naturaleza del asunto que se está
discutiendo, eso determinara el tribunal a intervenir.

En síntesis, el juicio o la causa no es otra cosa que este conflicto jurídico y


actual que se somete al conocimiento de los tribunales de justicia, vale decir,
cuando el conflicto pasa a la instancia judicial, cuando sale del ámbito de los
particulares.

c) Tercer Aspecto: Se deduce que la jurisdicción le pertenece exclusivamente a los


tribunales que establece la ley.
En Chile todo órgano que ejerce jurisdicción pasará a ser un tribunal de
justicia en lo que esa función se refiere.
Las potestades de un tribunal que ejerce jurisdicción son las siguientes:

• El derecho que tiene todo juez a conocer el litigio (la “gnotio”). Esto va a
depender de la acción que se deduzca. Nunca el juez puede actuar de oficio
(o de propia iniciativa). Esto es válido para el inicio del juicio como para
cuando éste progresa o avanza.

• Facultad que tiene el juez para que las partes comparezcan al juicio dentro de
un cierto plazo (la “votio”). Esto está referido fundamentalmente al
demandado con el objeto de que se defienda y haga valer sus derechos. Para
eso la ley establece un plazo (el juez lo emplaza al juicio para que haga valer
sus derechos).
Esto tiene una consecuencia negativa si no se hace presente en el
juicio, porque no se podría defender en ese plazo.

• Potestad del uso de la fuerza que tienen los tribunales en la forma en que la ley
lo describe (la “coertio”), o sea, durante la tramitación del juicio. Esto para los
efectos que el proceso pueda avanzar y facilitar la tramitación de ese juicio.
Sirve para resolver cualquier obstáculo que impida al juez o a las partes actuar
adecuadamente. Esto está referido tanto a las personas como a los bienes.
Ejemplo: el juez puede disponer medidas de apremio personales, puede
imponer multas, arrestos, embargo a los bienes para facilitar el desarrollo del
proceso, etc.

• Facultad del juez para resolver el conflicto o facultad de juzgarla (la “iuditium”).
El juez no puede dejar de resolver el conflicto respecto del cual lo ha
conocido, exista o no exista ley (si existe ley deberá aplicarla y si no existe
precepto legal deberá aplicar otros principios).
Sin embargo, esta potestad siempre está limitada por la propia
actividad de los litigantes (los límites de las propias partes en juicio), de lo
contrario habrá vicio procesal.

• Facultad de ejecución (la “executio”). Esta facultad está muy relacionada con
el uso de la fuerza ante el juicio mismo. Esto está en relación con la atribución
de los tribunales de ejecutar su sentencia y, para ello, está auxiliado por la
fuerza pública, a petición de parte. Esta es otra manifestación del imperio de
los tribunales.

Todas estas potestades o elementos que comprenden la jurisdicción


normalmente se dan todas, sin embargo algunas de ellas podrían faltar, sin

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perjuicio de ello igual se da ejercicio a la función jurisdiccional. Ejemplo: el caso de
la fuerza puede no ser necesaria.

5.- Características de la Jurisdicción:

Respecto a las características de la jurisdicción, en la doctrina no hay coincidencia


única en materia (ya que depende de los autores).
No obstante lo anterior, se pueden señalar las siguientes características que son las
más importantes:

- El origen de la jurisdicción en Chile emana de la propia Constitución.


- Se trata de una función pública.
- Conceptualmente es unitaria.
- Las autoridades encargadas de ejercer la jurisdicción son los tribunales de
justicia.
- La jurisdicción es privativa de los tribunales de justicia.
- Se ejercita a través del Proceso y mediante actos procesales.
- Es indelegable.
- Es improrrogable.
- Su finalidad última es la cosa juzgada.
- La parte de jurisdicción que le corresponde a cada juez o tribunal constituye su
competencia.
- Es territorial.
- Está amparada por el imperio.

1) El origen de la jurisdicción en Chile emana de la propia Constitución (tiene rango


constitucional): El origen emana del artículo 73 de la Constitución. Esta
característica revela la importancia que tiene dentro del ordenamiento jurídico
chileno la función de los tribunales de justicia, porque el constituyente establece la
idea fundamental y la ley se encarga de desarrollar la regla que emana de la
norma constitucional.

2) Se trata de una función pública: Esta característica quiere decir que la jurisdicción
es una de las labores esenciales que desarrolla el Estado, por que la finalidad es
reestablecer el orden jurídico quebrantado y eso ocurre cuando las otras
funciones públicas son insuficientes por sí solas.

3) Conceptualmente es unitaria (unidad de conceptos): La jurisdicción se dice que es


unitaria en doctrina, porque el concepto de la jurisdicción es invariable; es decir,
siempre los tribunales de justicia cuando ejercen jurisdicción van a cumplir una
labor idéntica o semejante que consistirá en resolver los conflictos de intereses de
relevancia jurídica.
Esto significa también que la jurisdicción no acepta clasificaciones o
divisiones, y cuando se habla de clasificaciones en materia judicial (en materia del
ejercicio de la jurisdicción), lo que se está clasificando es la competencia. Desde el
momento que hay tribunales que pueden conocer determinados asuntos o
materias distintas, se habla entonces de una clasificación de competencia, la que
puede ser, por ejemplo, civil o penal, contenciosa o no contenciosa.

4) Las autoridades encargadas de ejercer la jurisdicción son los tribunales de justicia:


En el sistema chileno la regla general es que la jurisdicción la ejercen determinados
órganos públicos, que son los tribunales. Esas son las autoridades que señala la
Constitución y las leyes; por lo mismo, no corresponde señalar que el ejercicio de la

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jurisdicción le compete exclusivamente al Poder Judicial. La regla general es que
así sea, sin embargo hay casos que la propia Constitución o las leyes determinan
atribuciones jurisdiccionales para otros órganos públicos.
En síntesis, todo órgano que ejerce jurisdicción está calificado como
tribunal de justicia, es lo característico (es la función la que caracteriza al órgano y
no al revés).

5) La jurisdicción es privativa de los tribunales de justicia: Esta característica está muy


relacionada con la anterior. Los órganos precisos para dirimir los conflictos son los
tribunales. Esta función no puede ser encomendada a órganos diferentes. Es una
función propia de los tribunales con exclusión de otros órganos públicos o privados.

6) Se ejercita a través del Proceso y mediante actos procesales: El instrumento del


que se vale el Estado para el ejercicio de la jurisdicción es precisamente el
Proceso, y éste no es otra cosa que un conjunto de actos procesales que emanan
ya sea del tribunal, o de las partes, o de un terceros eventualmente. Esta es la
función que se ha establecido para poder desarrollar esta importante función. El
medio idóneo es el Proceso y éste se va desarrollando a través de los actos
procesales.

7) Es indelegable: Esto significa que esta función que le compete a los tribunales no
puede ser entregado a otras autoridades o a otro órgano distinto de los tribunales.
En consecuencia, un tribunal de justicia no puede encomendarle esta función a
otros órganos públicos.
Esta característica no debe ser confundida con la delegación de
competencia, porque si un tribunal delegara la jurisdicción no sería tribunal de
justicia.
En ciertos casos la ley permite que un tribunal encomiende determinadas
atribuciones o la práctica de determinadas diligencias a otro tribunal, pero jamás
podrá delegar el fallo del asunto. Una atribución o la competencia se puede dejar
cuando los antecedentes de que se trata se tenga que practicar en un territorio
jurisdiccional distinto al donde se encuentra el juez que conoce el proceso.
Ejemplo: si el proceso se está tramitando en Concepción ante un juez dependiente
de la Corte de Apelaciones de Concepción, dentro de este proceso es necesario
prestar declaración a un testigo que vive en Iquique; para ello, el juez de
Concepción puede entregar atribuciones al juez de Iquique sobre una materia de
terminada (prestar declaración al testigo). Esto se hace a través de los
denominados “exhortos”.

8) Es improrrogable: Lo que significa que las partes no pueden encomendar su


ejercicio a otras autoridades distintas de los tribunales. En este caso, la prórroga es
siempre entendida del punto de vista de los litigantes, la delegación es vista desde
el punto de vista de los tribunales (esta es la diferencia con la característica
anterior). Las partes no pueden efectuar convenios o acuerdos en esta materia. El
principio de la autonomía de la voluntad es inaplicable en esta materia.
Esto no impide que las partes, cumpliendo ciertas condiciones puedan
celebrar acuerdos para los efectos de prorrogar la competencia, cumpliendo
ciertos requisitos que la ley procesal establece a este respecto.
En asuntos civiles judiciales contenciosos, la ley permite a los litigantes
acordar que un asunto judicial pueda ser conocido por un tribunal relativamente
incompetente. El asunto civil contencioso puede ser conocido por un juez
territorialmente diferente al que es naturalmente competente. Esto obedece a
muchas causas, entre ellas la falta de conveniencia de los litigantes.

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9) Su finalidad última es la cosa juzgada: Esta característica es talvez la más
importante de todas. Lo que se persigue con el ejercicio de la jurisdicción es que
los tribunales resuelvan el conflicto jurídico estableciendo en la sentencia una
verdad inamovible, es decir que transcurrida toda la tramitación del proceso
llegue un instante en que esa verdad judicial quede completamente afirme,
inamovible; ahí se habrá producido la cosa juzgada.
La jurisdicción no consiste simplemente en resolver un conflicto sino que
además se debe cumplir el efecto de la cosa juzgada a través de la sentencia.
El efecto de la cosa juzgada es la que permite hacer cumplir la decisión de
los tribunales (es la última palabra). A través del efecto de la acción o de la
excepción de la cosa juzgada, efecto que impide que se pueda volver a discutir
entre los litigantes, sobre el mismo asunto y sobre los mismos fundamentos.

10) La parte de jurisdicción que le corresponde a cada juez o tribunal constituye su


competencia: Todos los tribunales sin excepción ejercen jurisdicción, lo que les
permite resolver ciertos asuntos litigiosos. Lo que ocurre es que la jurisdicción en
Chile, como en el resto de los demás países, está reglamentada en cuanto a su
ejercicio, y esto significa que el legislador ha establecido lo que se llama “reglas de
competencia”, entregándole a determinados tribunales ciertos asuntos y a otros
tribunales asuntos distintos, de modo tal que no todos puedan conocer de los
mismos asuntos (lo que sin dudas es bueno para la administración de justicia).
La competencia es la facultad que tiene cada juez individualmente, en
particular, para conocer de aquellos asuntos que la ley ha colocado dentro de la
esfera de sus atribuciones.
La competencia constituye una limitación al ejercicio de la jurisdicción.

11) Es territorial: Ello significa que se ejerce necesariamente sobre un territorio


determinado. Este espacio territorial es variable, depende en cada caso del
tribunal que corresponda. Ejemplo: los jueces de letras tienen como espacio
territorial la comuna o una agrupación de comunas; la Corte Suprema ejerce
jurisdicción sobre todo el territorio de la República. Eso lo fija la ley. La ley asigna el
territorio jurisdiccional de cada tribunal. El juez o tribunal puede actuar
válidamente dentro de ese respectivo territorio.
Esta característica de la territorialidad de la jurisdicción es lógica, porque la
jurisdicción emana de la soberanía y la soberanía de ejerce territorialmente dentro
de los límites de la República.
Esta característica tiene algunas excepciones y entre esas excepciones se
puede citar las situaciones previstas en el artículo 6º del Código Orgánico de
Tribunales.

12) Está amparada por el imperio: El ejercicio de la función jurisdiccional está regulado
por el imperio que gozan los tribunales de justicia, amparada por la posibilidad de
usar la fuerza pública para hacer respetar las decisiones judiciales y para dar
eficacia al proceso (para que no haya trabas en el desarrollo del proceso). Le
permite remover todo tipo de obstáculo que impida el ejercicio normal de la
Jurisdicción. Esto se nota con luces propias a través del fallo.

6.- Los momentos de la Jurisdicción:

Son las etapas que representan el desenvolvimiento del ejercicio de la función


jurisdiccional dentro del proceso. La doctrina dentro de esta materia distingue algunas
fases o etapas de la jurisdicción (que se ubican en el artículo 1º del Código Orgánico de
Tribunales).

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a) Primera Etapa: Fase del conocimiento del asunto: En esta fase se abre la instancia
judicial y aquí lo importante es la información que los propios litigantes le puedan
entregar al tribunal, porque los tribunales de justicia conocen lo que se llama la
verdad procesal, precisamente a través del proceso y por la información que le
dan los litigantes. Esto aunque el juez tome conocimiento por otras vías del asunto
y eso complementado con los antecedentes probatorios suministrados por los
propios litigantes.
Los tribunales tienen que aplicar el procedimiento legal. Esto significa que la
acción deducida, según su naturaleza, se someterá al procedimiento que la ley
indique, de lo contrario la acción sería anulable.

b) Segunda Etapa: Momento de la decisión del asunto (juzgamiento): Esta es la


etapa característica del ejercicio de la jurisdicción. Presupone necesariamente de
la primera etapa (presupone de un conocimiento cabal previo del asunto) y esta
fase carecería de eficacia si no existe el tercer momento o tercera etapa, que es
la fase de ejecución (decidir acerca del conflicto jurídico a través de la sentencia
definitiva).

c) Tercera Etapa: Fase de ejecución del asunto: Lo importante el legislador o


constituyente la contempla como tal, vale decir, hacer ejecutar lo juzgado. Sin en
ese momento faltan las otras fases sería ilusoria, no se exigiría el cumplimiento (no
habría jurisdicción).
Esta tercera etapa depende de la parte perdedora, si se niega a pagar la
prestación.
Esta ejecución, a petición de parte, los tribunales la ordenan a la fuerza
pública, que en Chile no depende de los tribunales ni del Poder Judicial. Hay que
recurrir a la fuerza pública y para eso hay que requerir a la autoridad
administrativa, la que no puede dudar de la legalidad de la orden, como
tampoco puede calificar los fundamentos de la resolución (artículo 11, Código
Orgánico de Tribunales).

Art. 11, Código Orgánico de Tribunales: “Para hacer ejecutar sus sentencias
y para practicar o hacer practicar las actuaciones que decreten, podrán
los tribunales requerir de las demás autoridades el auxilio de la fuerza
pública que de ellas dependiere, o los otros medios de acción
conducentes de que dispusieren”.
“La autoridad legalmente requerida debe prestar el auxilio, sin que
le corresponda calificar el fundamento con que se le pide ni la justicia o
legalidad de la sentencia o decreto que se trata de ejecutar”.

7.- Límites de la Jurisdicción:

El ejercicio de la función jurisdiccional tiene algunas limitaciones, porque la ella


debe realizarse siempre dentro de un tiempo determinado y dentro de un determinado
ámbito territorial. Es decir, hay límite en el tiempo y límite en el espacio en el ejercicio de la
jurisdicción.

a) Límites temporales: En Chile la generalidad de los tribunales es que son perpetuos,


lo que significa que ejercen la jurisdicción indefinidamente, salvo en el caso de los
tribunales arbitrales.
Los jueces arbitrales tienen un lapso determinado para ejercer sus funciones
jurisdiccionales, y en este sentido la ley establece la limitación al ejercicio de los
tribunales arbitrales (artículo 235, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales)

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Art. 235, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales: “Si faltare la designación
del tiempo, se entenderá que el árbitro debe evacuar su encargo en el
término de dos años contados desde su aceptación”.

En este artículo se establece que pueden ejercer la función jurisdiccional los


jueces árbitros en dos años desde que conoce hasta que falla.
En algunos otros tribunales especiales los miembros duran un tiempo
determinado. Ejemplo: el Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador de
Elecciones, pero eso significa que los magistrados se van renovando y no que el
órgano terminará sus funciones.

b) Límites en cuanto al espacio: Está referido al instante en que los tribunales ejercen
la jurisdicción. Se suele hablar aquí de límites internos y límites externos.

o Límites Externos: Está dado por el punto hasta donde se extiende la jurisdicción
de los tribunales y este se puede mirar desde el punto de vista de los tribunales
chilenos como de los tribunales extranjeros. Hay que ver hasta donde llegan las
atribuciones de los tribunales chilenos y hasta donde llegan las atribuciones de
los tribunales extranjeros.
En Chile la jurisdicción constituye una manifestación de la soberanía, la
que es esencialmente territorial y se delimita por las fronteras. Siendo la
jurisdicción una emanación de la soberanía ésta no puede ir más allá de los
límites del país. Esta situación es similar a la de los tribunales extranjeros que
ejercen jurisdicción dentro de los límites territoriales donde se ejerce sus
respectivas soberanías.

Hay otra limitación externa y está dada por las atribuciones que ejercen
los otros poderes públicos chilenos (más concretamente por el ejecutivo y el
legislativo). Cada poder del Estado ejerce sus propias atribuciones y, en este
sentido, el ejercicio de la jurisdicción tiene una limitación:, que es precisamente
hasta donde llegan las atribuciones de los otros poderes del Estado.
Al Poder Judicial le está prohibido ejercer funciones que son propias de
los otros poderes del Estado, o que la Constitución y las leyes le ha atribuido a
los otros poderes.

Art. 4º, Código Orgánico de Tribunales: “Es prohibido al Poder Judicial


mezclarse en las atribuciones de otros poderes públicos y en general
ejercer otras funciones que las determinadas en los artículos
precedentes”.

Por otro lado, los otros poderes estatales, a su vez, no se pueden


inmiscuir en las funciones que son propias del Poder Judicial.

Art. 12, Código Orgánico de Tribunales: "El Poder Judicial es


independiente de toda otra autoridad en el ejercicio de sus funciones".

Esto demuestra la separación de poderes del Estado, que en estos días


está cada vez más atenuada que en tiempos anteriores.

o Límites Internos: Estos límites, a diferencia de los anteriores, deben ser


analizados desde el punto de vista de los tribunales exclusivamente (los otros se
analizan desde fuera de los tribunales).

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El ámbito en el cual los tribunales ejercen jurisdicción internamente está
dado por las “reglas de competencia”, eso es lo que fija las atribuciones de
cada tribunal en particular porque es imposible que, dentro del sistema
chileno, un solo tribunal ejerza toda la jurisdicción; o por el contrario, que todos
los tribunales del sistema la ejerzan unitariamente en relación a un mismo
asunto.
El ejercicio de la jurisdicción debe ser delimitado al interior de los
tribunales, por eso existen las reglas de competencia (artículos 108 y siguientes
del Código Orgánico de Tribunales).
Cuando ocurre un conflicto jurídico en definitiva habrá un solo tribunal
que va a conocer de ese asunto. La competencia es el límite interno, desde el
punto de vista de los tribunales, al ejercicio de la jurisdicción.

8.- Equivalentes Jurisdiccionales:

Como el nombre lo indica, es algo que equivale a la jurisdicción, pero no es lo


mismo aunque produce los mismos efectos.
En el fondo, son otros medios que sirven para dar solución al conflicto jurídico, y en
los cuales no hay un pronunciamiento del tribunal a través de la sentencia definitiva, pero
que producirán el mismo efecto que la jurisdicción (efecto de la cosa juzgada).

* Definición de equivalentes jurisdiccionales según Juan Colombo: “Se trata de actos


procesales destinados a resolver ciertos conflictos de intereses de relevancia jurídica con
efecto de cosa juzgada”.

El concepto de equivalentes jurisdiccionales proviene de un autor italiano


(Carnelutti) y posteriormente fue ampliamente recogido por la doctrina. Estos
equivalentes sustituyen legítimamente al proceso como forma de solución del conflicto, y
esa es su importancia.
En algunos casos estos equivalentes jurisdiccionales pueden operar dentro de un
proceso, en otros casos no se requiere de eso. Ejemplo: la conciliación, la transacción y
todos los medios de autocomposición en general son equivalentes jurisdiccionales.
Los presupuestos para que pueda operar un equivalente jurisdiccional son:

- Debe existir necesariamente un conflicto jurídico: Sin conflicto jurídico es imposible


hablar de equivalente jurisdiccional. Este conflicto jurídico no puede ser
cualquiera, sino que tiene que versar o referirse a derechos disponibles para las
partes. Eso significa que esos derechos no pueden tener el carácter de
irrenunciables; por ejemplo, en materia de derechos de familia está involucrado el
orden público. Estos derechos no pueden ser objetos de acuerdo entre los
litigantes (son indisponibles para las partes). Ejemplo: no pueden las partes discutir
la validez de un matrimonio.

- Es necesario que exista una manifestación o declaración de voluntad expresa de


los sujetos en conflicto, en el sentido de ponerle fin al litigio. En algunos casos
excepcionales para que operen los equivalentes jurisdiccionales es necesaria la
manifestación de voluntad de uno solo de los sujetos, al menos en el inicio.
Ejemplo: el disentimiento de la acción.

- Es necesario que el ordenamiento jurídico autorice expresamente que la solución


del conflicto jurídico se pueda hacer a través de alguno de los equivalentes
jurisdiccionales. Esto es lógico, porque la vía normal de solución es el Proceso, de

23
manera que cualquiera otra forma de solución distinta debe estar autorizada por
la ley.

Entre las características principales de los equivalentes jurisdiccionales se puede


señalar que producen, finalmente, el efecto de cosa juzgada, lo que puede dar lugar
tanto a la acción como a la excepción de cosa juzgada. La acción permite exigir el
cumplimiento de lo acordado y la excepción es la que impide volver a discutir el asunto.

Entre los equivalentes jurisdiccionales más importantes podemos destacar tres: la


transacción, la conciliación y el avenimiento.

a) Transacción: En términos generales se puede decir que la transacción es un


contrato de carácter procesal que tiene como finalidad fundamental resolver un
conflicto y que produce los mismos efectos que la sentencia (artículo 2446, inciso
1º, Código Civil).

Art. 2446, inciso 1º Código Civil: "La transacción es un contrato en que las
partes terminan extrajudicialmente un litigio pendiente, o precaven un litigio
eventual".

Aquí hay dos cosas muy importantes respecto de las cuales puede tener
lugar la transacción:

o La transacción puede servir para prevenir la jurisdicción (precaver),


anticiparse a la jurisdicción.

o También sirve para ponerle término a un proceso en trámite (juicio


pendiente).

Colombo dice que la transacción es un contrato en que las partes terminan


extrajudicialmente un conflicto sometido al proceso o lo resuelven antes de que se
haya iniciado el proceso con el objeto de evitarlo o prevenirlo.
Para estos efectos las partes deben hacerse concesiones recíprocas, es
decir, ambos deben renunciar en parte a sus derechos o pretensiones o a sus
aspiraciones procesales.
La transacción tiene que versar sobre derechos disponibles y en ella no
tienen ninguna intervención el juez, porque es extrajudicial.
Esta transacción se perfecciona con el solo consentimiento de las partes y
lo más importante es que produce cosa juzgada en última instancia.

b) Conciliación: Según Colombo, la conciliación también es un acto jurídico procesal


en virtud del cual, a iniciativa del juez que conoce de un proceso, logran las partes
dentro de su desarrollo ponerle fin con mutuo acuerdo.
Hay una diferencia sustancial entre la conciliación y la transacción, ya que
en la conciliación siempre se va a requerir un juicio en trámite, o sea es siempre
judicial, y no extrajudicial como lo es la transacción.
La otra diferencia importante entre ambos equivalentes es que en la
conciliación le cabe la intervención al juez que conoce del proceso, y en la
transacción no interviene el juez.
Las características principales de la conciliación son las siguientes:

o Se requiere de la existencia de un proceso.

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o Para que pueda lograrse la conciliación se requiere necesariamente del
acuerdo de las partes, no obstante la intervención del juez.
o Le cabe la intervención al juez que conoce del proceso en el
procedimiento para obtener la conciliación. Es el juez el que tiene que
hacer el llamado a la audiencia a las partes (hoy día es un trámite
obligatorio en los juicios civiles) y posteriormente al juez le cabe
participación dentro de la audiencia, le corresponde al juez las bases
de arreglo.
o La conciliación tiene ciertas limitaciones porque no puede ir más allá de
la competencia específica de los tribunales. En la conciliación no se
pueden celebrar acuerdos que excedan las discutidas en el juicio
(asunto concreto discutido).
o Por último, produce también el efecto de cosa juzgada, se desprende
del artículo 267 del Código de Procedimiento Civil.

La conciliación hoy día siempre tiene que tratarse en los juicios civiles. Los
jueces siempre tienen que intentar la conciliación entre los litigantes, porque la ley
establece este trámite con carácter de obligatorio (artículo 262, Código de
Procedimiento Civil).

Art. 262, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: "En todo juicio civil en que
legalmente sea admisible la transacción, con excepción de los juicios o
procedimientos especiales de que tratan los Títulos I, II, III, V y XVI del Libro III,
una vez agotados los trámites de discusión y siempre que no se trate de los
casos mencionados en el artículo 313, el juez llamará a las partes a
conciliación y les propondrá personalmente bases de arreglo”.

Es una diligencia esencial en todo juicio, no puede ser omitida del


procedimiento en los casos que corresponda. Si el juez dicta sentencia en juicio sin
hacer el llamado obligatorio a conciliación, se habrá omitido un trámite o
diligencia esencial, y esa sentencia puede ser anulada.

c) Avenimiento: Es el acuerdo que logran directamente las partes de un proceso en


virtud del cual se pone término al conflicto jurídico sometido a juicio expresándose
ese acuerdo ante el juez que conoce la causa.
El avenimiento, a diferencia de la transacción y la conciliación, no tiene
una regulación normativa, no está tratado en forma sistemática en la ley. Hay
referencia sobre el avenimiento en el artículo 434, nº 3 del Código de
Procedimiento Civil.

Art. 434, nº 3, Código de Procedimiento Civil: “El juicio ejecutivo tiene lugar
en las obligaciones de dar cuando para reclamar su cumplimiento se hace
valer alguno de: el acta de avenimiento pasada ante tribunal competente
y autorizada por un ministro de fe o por dos testigos de actuación”.

Constituye un título ejecutivo, es decir es un antecedente o un instrumento


que sirve para iniciar una ejecución respecto de las obligaciones que contiene y
con eso se está reconociendo que produce cosa juzgada.
Las características del avenimiento son las siguientes:

o Requiere el acuerdo de las dos partes para poner término al litigio que
está sometido a proceso.

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o En dicho acuerdo no participa el juez, no le cabe intervención alguna
al juez.
o Se tiene que referir necesariamente a derechos disponibles.
o Produce cosa juzgada.
o Para que produzca efectos el avenimiento debe hacerse valer dentro
del proceso y requiere de un pronunciamiento del tribunal
aceptándolo.
o
9.- Clasificaciones de Jurisdicción:

Para algunos autores la jurisdicción es susceptible de clasificación, aunque esto es


discutible porque la jurisdicción es una sola. Más bien se puede hablar de las distintas
atribuciones que cumplen los tribunales de justicia.
Prieto-Castro afirma que la jurisdicción como función es única y que por ello más
que de clases de jurisdicción es propio hablar de manifestaciones de la jurisdicción.
De esta manera se puede hablar de: jurisdicción contenciosa; jurisdicción no
contenciosa; jurisdicción conservadora, disciplinaria y económica; y jurisdicción ético-
profesional.

A) Jurisdicción Contenciosa:

Esta jurisdicción contenciosa equivale al concepto de jurisdicción que no es otra


que aquella potestad de los tribunales para resolver conflictos jurídicos entre partes con
efecto de cosa juzgada (artículo 73 de la Constitución y artículo 1º del Código Orgánico
de Tribunales), referida a las causas civiles y criminales.
La materia más importante de la jurisdicción contenciosa es la existencia del
conflicto jurídico (oposición de intereses entre las partes). Aquí no hay armonía de
pretensiones, los intereses son opuestos.
Esta es la actividad fundamental de los tribunales. A esta actividad los tribunales
deben su razón de ser. La jurisdicción es la actividad que caracteriza a un órgano como
tribunal.

B) Jurisdicción No Contenciosa o Voluntaria:

Esta actividad no está definida como tal en el Código Orgánico de Tribunales.


Podemos decir que en el Código de Procedimiento Civil existe un libro completo (Libro
Cuarto) en el cual se trata los actos judiciales no contenciosos; ahí, dentro de las normas
generales, se hace mención a la actividad de los tribunales en este asunto.

Art. 817, Código de Procedimiento Civil: “Son actos judiciales no contenciosos


aquellos que según la ley requieren la intervención del juez y en que no se
promueve contienda alguna entre partes”.

El Código Orgánico de Tribunales, por su parte, en su artículo 2º también se refiere


a esta importante función de los tribunales.

Art. 2º, Código Orgánico de Tribunales: “También corresponde a los tribunales


intervenir en todos aquellos actos no contenciosos en que una ley expresa requiera
su intervención”.

Aquí en la doctrina existe una discusión acerca de la naturaleza jurídica de esta


función que cumplen los tribunales. Algunos autores señalan que es una actividad judicial,
otros consideran que se trata de una actividad administrativa de los tribunales -nuestro

26
código no la califica, pero la trata aparte (tiene un trato distinto)- porque no se resuelven
conflictos jurídicos entre partes, en estos actos judiciales no contenciosos no se
promueven contiendas. En consecuencia, la finalidad de la intervención de los tribunales
es otra, muy distinta. Tampoco se debe decir que hay una sola finalidad porque
intervienen los tribunales, ya que depende de cada acto en particular o cada caso
concreto. Ejemplo: en algunos casos los tribunales intervienen para proteger los derechos
de los incapaces (nombramiento de tutores y curadores), en otros casos intervienen con
el objeto de servir de solemnidad respecto de ciertos actos jurídicos en particular, en otros
casos los jueces actúan para controlar que se hayan cumplido los requisitos que la ley
exige para precaver fraudes, también para que se constituya un estado jurídico nuevo.
En el artículo 817 del Código de Procedimiento Civil se desprenden los requisitos
para que estemos en presencia de un acto jurídico no contencioso. Estos son requisitos
para que los tribunales ejerzan estas funciones, son dos requisitos copulativos:

- Que no se promueva contienda alguna entre partes.


- Que los tribunales deban intervenir en ese acto judicial no contencioso, porque la
ley es la que exige la intervención. El acto judicial no contencioso debe estar
regulado en la ley.

Aquí nadie tiene algo en contra de alguien, no se formulan peticiones en contra


de alguien, de lo contrario habría contienda. Por lo mismo, en esta clase de actos, se
habla de interesados o solicitantes o también “pensionarios”, y no de partes. Tampoco
hay juicio, sino que aquí se habla de “gestiones judiciales”.
Puede suceder que un acto judicial no contencioso se transforme en contencioso.
Aquí ocurre otro problema, será contencioso si se formula oposición del acto
(judicialmente dentro de la gestión), y se somete a los trámites contenciosos.

* Diferencias entre la jurisdicción contenciosa y la voluntaria:

Existen algunas diferencias importantes entre la jurisdicción contenciosa y la no


contenciosa. Podemos mencionar las siguientes:

a) La primera diferencia dice relación con la existencia del conflicto.

 En la jurisdicción contenciosa existe el conflicto, ese es el presupuesto de


estos actos.

 En la jurisdicción no contenciosa no habrá jamás conflicto, no se promueve


contienda alguna.

b) La segunda diferencia dice relación con el conocimiento y fallo.

 Tratándose de la jurisdicción contenciosa los tribunales de justicia están


obligados a conocer y fallar el asunto una vez que han sido formalmente
requeridos y no se pueden excusar de ejercer su función ni aun a falta de
ley (artículo 10, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).

 En los actos judiciales no contenciosos la situación no es la misma, ya que


los jueces van a intervenir solamente en la medida que la propia ley
permita tal intervención, el sólo requerimiento no es suficiente.

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c) La tercera diferencia dice relación con la apreciación de la prueba, que es una
atribución de los tribunales. En todo acto judicial no basta con hacer alegaciones
sino que hay que acreditar los hechos porque el juez es un tercero imparcial que
no conoce la verdad.

 En materia de pruebas, tratándose de la jurisdicción contenciosa, los


tribunales están sometidos a rigurosas reglas de apreciación de la prueba,
de valoración probatoria. Ejemplo: la ley señala la reglamentación de los
testigos. En consecuencia, el juez debe someterse a la ley en esta materia.
Aquí impera lo que se denomina el sistema de prueba legal o tasada.

 En los actos judiciales no contenciosos los jueces gozan de mucha mayor


libertad en esta materia, porque los tribunales aprecian prudencialmente el
mérito de las pruebas, vale decir, según lo que ellos estiman. Es un régimen
absolutamente diferente, cada juez no está atado a ninguna norma legal.
Los interesados se pueden valer de cualquier prueba, rendirla en el asunto
sin mayores formalidades (lo que también constituye otra diferencia con la
jurisdicción contenciosa).

d) La cuarta diferencia dice relación a determinar el tribunal competente, diferencia


en lo que al fuero se refiere.

 En los asuntos contenciosos el fuero es un elemento de la competencia


que se considera para establecer el tribunal que debe conocer de ese
asunto, y eso significa que varía la jerarquía del tribunal. Ese asunto va a ser
conocido por un tribunal de mayor jerarquía del que habría correspondido,
incluso podría variar la clase de tribunal. Ejemplo: no por uno ordinario, sino
por uno especial.

 En los actos judiciales no contenciosos, en cambio, el fuero de los


interesados no se considera, no tiene ninguna relevancia en la
competencia. El asunto siempre va a ser conocido por el tribunal
naturalmente competente. Al respecto, el artículo 133, inciso 2º en su parte
final señala que no se considerará el fuero de que gocen los interesados en
los asuntos no contenciosos. El artículo 827 del Código de Procedimiento
Civil con cuerda con el anterior: “En los asuntos no contenciosos no se
tomará en consideración el fuero personal de los interesados para
establecer la competencia del tribunal”. En síntesis, no hay variación de la
jerarquía en el tribunal en la jurisdicción no contenciosa.

e) La quinta diferencia dice relación con la forma de la sentencia que se dicta en


uno y otro caso. Lo formal dice relación con la exteriorización de un acto; se refiere
a los requisitos externos de la sentencia para calificarla de tal. Estos requisitos son
distintos en uno y otro caso.

 En materia de jurisdicción contenciosa el legislador es particularmente


exigente con las sentencias definitivas. Para este efecto se debe cumplir,
además de los establecidos en el artículo 170 del Código de Procedimiento
Civil, con otra serie de requisitos contenidos en el auto acordado de la
Corte Suprema sobre la forma de las sentencias (apéndice del Código de
Procedimiento Civil). Esto demuestra la importancia que tiene la decisión
del asunto y si los requisitos no se cumplen la sentencia es nula.

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 En los asuntos judiciales no contenciosos el legislador es muchos menos
exigente, ya que establece menores requisitos para la sentencia (artículo
826, Código de Procedimiento Civil).

Art. 826, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Las sentencias


definitivas en los negocios no contenciosos expresarán el nombre,
profesión u oficio y domicilio de los solicitantes, las peticiones
deducidas y la resolución del tribunal. Cuando éste deba proceder
con conocimiento de causa, se establecerán además las razones
que motiven la resolución”.

f) Finalmente, la sexta diferencia dice relación con la cosa juzgada.

 En los asuntos de jurisdicción contenciosa, las sentencias que se dicten en


esos juicios, una vez que se encuentran firmes o ejecutoriadas producen el
efecto de cosa juzgada siempre (tanto la acción como la excepción de
cosa juzgada).
 En la jurisdicción voluntaria no siempre se produce el efecto de cosa
juzgada. Si la sentencia ha sido negativa no produce nunca el efecto de
cosa juzgada, o si siendo afirmativa no se ha cumplido tampoco se
produce el efecto de cosa juzgada. Ejemplo: en una posesión efectiva de
la herencia no se acompaña todos los antecedentes necesarios, por lo que
el juez no le da lugar a la petición, eso no significa posteriormente no se
pueda volver a pedir lo mismo, y que el juez podría volver a dar lugar a lo
que negó (artículo 821, Código de Procedimiento Civil).

Art. 821, Código de Procedimiento Civil: “Pueden los tribunales,


variando las circunstancias, y a solicitud del interesado, revocar o
modificar las resoluciones negativas que hayan dictado, sin sujeción
a los términos y formas establecidos para los asuntos contenciosos”.
“Podrán también en igual caso revocar o modificar las
resoluciones afirmativas, con tal que esté aún pendiente su
ejecución”.

C) Jurisdicción Disciplinaria, Conservadora y Económica:

La jurisdicción disciplinaria, conservadora y económica se encuentra establecida


en el artículo 3º del Código Orgánico de Tribunales. El legislador expresamente se refirió a
estas facultades como especiales.

Art. 3º, Código Orgánico de Tribunales: “Los tribunales tienen, además, las
facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a cada uno de ellos se
asignan en los respectivos títulos de este Código”.

a) Facultades Conservadoras: Estas facultades emanan de una denominación


histórica establecida en la Constitución de 1833, en donde se creo la llamada
“Comisión Conservadora” cuya función esencial es que en receso del Parlamento,
era velar por la observancia de las Garantías Constitucionales.
Este principio consagrado en la Constitución de 1833 y también en la Ley
Orgánica de 1875, se traspasó al Código Orgánico de Tribunales en el artículo 3º.
Las facultades conservadoras son atribuciones que tienen todos los
tribunales y que tienen por finalidad mantener y resguardar el respeto de las
garantías constitucionales o proteger las garantías que la Constitución asegura a

29
todos los individuos. En virtud de esto, los órganos estatales no deben rebasar los
límites de la actividad que la constitución y las leyes le han asignado.
Son facultades de carácter general, porque tienen por objeto velar por
todas las garantías constitucionales.
En cuanto a las manifestaciones de esta facultad que ejercen los tribunales,
encontramos:

o Recurso de Protección: también llamada “acción constitucional de


protección” que tiene por finalidad proteger en general las garantías
constitucionales que se indica en la Carta Fundamental en el artículo 20. La
finalidad es reestablecer el imperio del derecho, lo que le corresponde a la
Corte de Apelaciones respectiva, aceptando medidas concretas para
resguardar esas garantías.

o Recurso de Amparo: o “Habeas Corpus”, reglamentado en el Código de


Procedimiento Penal en los artículos 306 y siguientes, cuya finalidad específica
es proteger el derecho a la libertad personal o seguridad individual (art. 19, nº
7, CPE) en cualquiera de las formas que la Constitución indica.
En términos generales procede cuando un individuo es arrestado,
detenido o preso, o bien cuando sufre arraigo, en cuyos casos la Corte de
Apelaciones respectiva adopta las medidas del caso si es que se detecta
alguna irregularidad.

o Recurso de Inaplicabilidad por Inconstitucionalidad: corresponde a la potestad


de la Corte Suprema para declarar, de oficio o a petición de parte, la
inaplicabilidad de un determinado precepto legal contrario a la Constitución.
Este recurso se encuentra consagrado en el artículo 80 de la Constitución.

o Privilegio de Pobreza: referido a un beneficio de carácter constitucional que la


ley proporciona a personas de escasos recursos para que puedan comparecer
a los tribunales en igualdad de condiciones frente a las partes que gozan de
medios para procurarse su defensa. A través de éste se trata de asegurar la
garantía indicada en el artículo 19 nº 2; esto es, la igualdad ante la ley.
La ley arbitra los mecanismos para que esto se realice, en algunos casos
opera de oficia y en otros hay que pedirlo, pero siempre debe haber igualdad.
Para hacer efectiva esta igualdad, el legislador establece, por ejemplo,
la actuación gratuita de los abogados de turno y de la Corporación de
Asistencia Judicial, etc.

o Las Visitas: que los jueces deben practicar a los establecimientos penales o
penitenciarios, en forma semanal, y tienen por finalidad velar por los derechos
de los presos. Todos los jueces que ejercen jurisdicción del crimen tienen la
obligación de realizar visitas (artículo 567, Código Orgánico de Tribunales
antiguo).

Art. 567, Código Orgánico de Tribunales: “El último día hábil de cada
semana, todo juez de letras que ejerza jurisdicción en materia criminal
visitará, acompañado de su secretario, la cárcel o establecimientos en
que se encuentren los detenidos o presos a quienes procesa, a fin de
indagar si sufren vejaciones indebidas, si se les coarta la libertad de
defensa o si se prolonga ilegalmente la tramitación de su proceso”.

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Este artículo se modificó con motivo de la reforma procesal penal, labor
que ahora cumple el juez de garantía, designado por el comité de jueces del
tribunal de la respectiva jurisdicción (artículo 567 del Código Orgánico de
Tribunales actualizado).

b) Facultades Disciplinarias: Las facultades disciplinarias de los tribunales de justicia


dicen relación con la disciplina judicial. Estas tienen por finalidad reprimir aquellos
hechos que son constitutivos de faltas disciplinarias en que pueden incurrir los
magistrados, los funcionarios, los abogados, los procuradores y los particulares que
intervengan en la administración de justicia.
Estas facultades disciplinarias se hacen efectivas ya sea de oficio o bien a
petición de parte.
El objeto de que existan las facultades disciplinarias es el de mantener el
prestigio de la justicia (disciplina del Poder Judicial), el normal desenvolvimiento de
los órganos jurisdiccionales y mantener la compostura de los debates
(particularmente en los escritos). En este sentido los tribunales pueden llamar al
orden.
Existen dos vías para asegurar esta disciplina judicial:

o En efecto se vigila y sanciona en lo que dice relación con la conducta


ministerial de los magistrados y funcionarios.

o También se vigila y sanciona en lo que dice relación con la conducta de


las partes y de los profesionales (abogados y procuradores) que ante esos
tribunales comparecen.

La ley establece sanciones tanto para los primeros como para los segundos.
En el primer caso, hay dos medidas para hacer efectiva la disciplina del
juez o funcionario judicial: “el recurso de queja” y la llamada “queja disciplinaria”.
Esta tiene lugar cuando el juez o funcionario judicial incide en faltas o abusos
graves en el ejercicio de sus funciones ministeriales y estas faltas las puede cometer
en las resoluciones judiciales o bien fuera de ellas.
Si la falta se produce en la resolución judicial se aplica el Recurso de Queja.
Por otro lado, si las faltas son cometidas fuera de la resolución judicial, tiene lugar la
Queja Disciplinaria (ejemplo: el abogado que llega tarde o si el juez trata mal al
abogado).
Es importante señalar que estas facultades disciplinarias se refieren
exclusivamente a aquellos hechos que no son constitutivos de delitos, porque si así
fuese se habla de una responsabilidad penal.

c) Facultades Económicas: Son atribuciones de carácter general que tienen los


tribunales para dictar o disponer ciertas medidas para una buena administración
de justicia. Son ciertas atribuciones indispensables para una adecuada
administración de justicia.
Estas facultades económicas son múltiples. Por ejemplo, la facultad que
tienen los tribunales superiores (Corte Suprema y Cortes de Apelaciones) para
dictar los Autos Acordados, que son actos que emanan de los tribunales superiores
precisamente para una buena administración de justicia.
Podemos además mencionar dentro de estas facultades aquellas que se
refieren a la Concesión de Licencias, de permisos de los jueces. Todas aquellas
instrucciones que suelen emanar desde la Corte Suprema o de una Corte de
Apelaciones a sus inferiores jerárquicos.

31
Además están todas las facultades administrativas que cumplen los
tribunales en relación con el personal de las cortes.
También se encuentra dentro de estas facultades económicas lo relativo a
las normas que regulan la intervención del poder judicial en el nombramiento de
sus jueces (la confección de ternas o quinas para el nombramiento de los
magistrados).

D) Jurisdicción ético-profesional:

Antiguamente esta atribución la ejercían los Colegios de Abogados, pero desde


que se transformaron en asociaciones gremiales y desde que la colegiatura no es
obligatoria para los abogados, dejaron de tener estas atribuciones (Decreto Ley Nº 3.621,
del 7 de febrero de 1981). Antes todas las infracciones a la ética de los funcionarios
judiciales las sancionaban los colegios.
Hoy día es una materia integrada a los tribunales ordinarios, concretamente si se
estima que hubiera una actitud de infracción a la ética, eso daría lugar a un acto judicial
contencioso y cuyo conocimiento se va a someter a los trámites del procedimiento
sumario, a falta de otras normas.

10.- Órganos que ejercen la Jurisdicción:

La jurisdicción la ejercen todos los tribunales de justicia que comprenden la


organización judicial del Estado.
El artículo 5º del Código Orgánico de Tribunales es la norma clave en esta materia,
porque señala a que tribunal le corresponde ejercer estas facultades jurisdiccionales. El
Código distingue tres clases de tribunales (no hay más que estos):

o Tribunales Ordinarios
o Tribunales Especiales
o Tribunales Arbitrales.

Esta es una división que se hace de acuerdo a las materias o asuntos que conoce
cada tribunal, esto porque los tribunales de justicia no ejercen simultáneamente toda la
jurisdicción.

A) Tribunales Ordinarios:

Estos tribunales son todos aquellos que constituyen dentro del sistema chileno la
regla general; es decir, cuando se habla de tribunales se va a tratar en el fondo de los
tribunales ordinarios. Dicho de otro modo, estos tribunales ordinarios son entonces, por
antonomasia, los órganos jurisdiccionales en nuestro ordenamiento jurídico (constituyen la
generalidad en nuestro país).
De acuerdo al artículo 5º del Código Orgánico de Tribunales, existen dos
elementos fundamentales a considerar en los tribunales ordinarios:

- Estos tribunales están establecidos y regulados en el Código Orgánico de


Tribunales y las normas básicas de la Constitución.
Esto quiere decir que el estatuto jurídico de estos tribunales es el Código
Orgánico de Tribunales. Ahí se encuentran todas las normas referidas a los órganos,
atribuciones y competencias de estos tribunales.

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- A estos tribunales les corresponde el conocimiento de todos los asuntos judiciales
que se promuevan dentro del territorio de la República. Esto significa que estos
tribunales tienen la plenitud de la competencia en Chile; es decir, un tribunal
ordinario tiene por ese sólo hecho la aptitud de poder conocer cualquier asunto
judicial de cualquier materia y además cualquiera sea la calidad de las personas
que intervengan. La regla general es que los tribunales ordinarios es el que ejerce
la competencia, por lo menos estos tribunales existen en todas las comunas del
país, situación que se puede decir lo mismo en los tribunales especiales.

La enumeración de los tribunales ordinarios, según el artículo 5º, inciso 2º del


Código Orgánico de Tribunales, es la siguiente: Integran el Poder Judicial como tribunales
ordinarios de justicia:

 La Corte Suprema.
 Las Cortes de Apelaciones.
 Un ministro de la Corte de Apelaciones.
 Un ministro de la Corte Suprema.
 El presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago.
 El presidente de la Corte Suprema.

(Estos cuatro últimos el Código Orgánico de Tribunales los denomina


“presidentes y ministros de Corte”).

 Los tribunales de juicio oral en lo penal.


 Los juzgados de letras.
 Los juzgados de garantía.

Todos estos tribunales tienen la calidad de ser ordinarios, algunos son permanentes
y otros son accidentales, esto último significa que se constituyen como tales cuando
ocurre un hecho propio de su competencia y que justifica su intervención como tribunal
(no están establecidos permanentemente).
Los ministros y presidentes de corte forman parte de la Corte a la cual pertenecen,
pero independientemente de esas funciones pueden ejercer otras: como ministros son
tribunales unipersonales.
Cada uno de estos tribunales ordinarios ejercen jurisdicción aplicándoseles las
normas de competencia.

B) Tribunales Especiales:

También se contemplan en el artículo 5º del Código Orgánico de Tribunales. Estos


tribunales existen porque el legislador ha estimado necesario quitarle competencia a los
tribunales ordinarios, considerando la naturaleza o especialidad del asunto judicial. Dentro
de estos tribunales, hay algunos que forman parte del Poder Judicial y otros no.
Forman parte del Poder Judicial, como tribunales especiales:

• Los Juzgados de Letras de Menores (conocen exclusivamente casos relativos a


los menores de edad).
• Los Juzgados de Letras del Trabajo (asuntos especializados en materia de
relaciones del trabajo).
• Los Tribunales Militares en tiempo de paz.

Todos estos tribunales tienen algunas características (elementos para calificar a un


tribunal como especial):

33
- Lo que es clave para catalogar a un tribunal como especial es que están
regulados por leyes especiales (una ley orgánica especial que los establezca y
señale sus estatutos). Ejemplo: los juzgados de letras de menores se rigen por la Ley
de Menores 16.618, los juzgados de letras del trabajo se rigen por las normas del
Código del Trabajo y los tribunales militares en tiempo de paz se rigen por el
Código de Justicia Militar, y leyes complementarias.
Estos tribunales especiales se les aplicarán las normas del Código Orgánico
de Tribunales en todos aquellos casos no regulados en las leyes especiales o en los
cuerpos legales que los regulan.

- Se requiere de la existencia de un litigio cuya resolución debe encontrarse en leyes


relativas a materias especiales.

Otro grupo de Tribunales Especiales que no forman parte del Poder Judicial son,
por ejemplo, los Juzgados de Policía Local (tienen su propio estatuto, se les aplica la ley de
municipalidades), los Tribunales Militares en tiempo de guerra, etc.
En algunos comunas no hay tribunales especiales. En esos casos la jurisdicción la
ejercen los tribunales ordinarios, concretamente los jueces letrados de la comuna
pertinente.

C) Tribunales Arbitrales:

Los tribunales arbitrales son aquellos que están constituidos por jueces que se
denominan “árbitros”. Estos árbitros no son jueces estatales, no son funcionarios públicos,
en consecuencia no forman parte del Poder Judicial. Estos tribunales son nombrados por
las propias partes (lo que no deja de ser curioso) o por la autoridad judicial en subsidio.
Los Tribunales Arbitrales están regulados por el Código Orgánico de Tribunales en
los artículos 222 y siguientes.

Art. 222, Código Orgánico de Tribunales: “Se llaman árbitros los jueces nombrados
por las partes, o por la autoridad judicial en subsidio, para la resolución de un
asunto litigioso”.

Estos tribunales tienen competencia que la legislador también, en algunos casos,


se la ha quitado a los tribunales ordinarios por tratarse muchas veces de asuntos técnicos
o absolutamente privada entre los litigantes. Ejemplo: partición de bienes, la liquidación
de la sociedad conyugal, las diferencias que ocurrieren entre los socios de una sociedad
anónima, o de una sociedad colectiva o en comandita comercial, etc.
En estos asuntos la regla es que las partes pueden someter voluntariamente el
asunto de arbitraje. Aquí lo que prima es la voluntad de las partes. Si no se somete a
arbitraje lo conoce la justicia ordinaria.
En otras ocasiones el legislador establece por excepción ciertas materias que
deben necesariamente ser resueltas por un árbitro, éstas se llaman “materias de arbitraje
forzoso u obligatorio”. Ejemplo: liquidación de la sociedad conyugal.
En otros casos, también excepcionales, la ley prohíbe someter ciertos asuntos
específicos al conocimiento de árbitros, en cuyo caso se llamarán “materias de arbitraje
prohibido”. Ejemplo: los actos judiciales no contenciosos, los actos criminales.
Los jueces árbitros no son nombrados por Decreto Supremo como el resto de los
jueces, tampoco perciben remuneración del Estado. A estos árbitros lo nombran las partes
y si las partes no se ponen de acuerdo, los nombrará el juez de letra..
Además, tienen el carácter de temporales, duran normalmente dos años en el
ejercicio de sus funciones.
Ejercen jurisdicción, su sentencia produce cosa juzgada, pero carecen de imperio.

34
*** Otras clasificaciones de jurisdicción:

Además de la clasificación de los tribunales señalada anteriormente, se pueden


mencionar otras:

a) Considerando el número de jueces que forman parte del tribunal, los tribunales se
pueden clasificar en tribunales unipersonales y tribunales colegiados:

• Tribunales Unipersonales: Son aquellos que están formados por un solo


magistrado. Ejemplo: el caso más típico son los juzgados de letras. El funcionario
que ejerce en un juzgado unipersonal se denomina juez.

• Tribunales Colegiados: Son aquellos que están formados por varios magistrados.
Ejemplo: los casos más típicos son las Cortes (Corte Suprema, Cortes de
Apelaciones). El funcionario que ejerce en un tribunal colegiado se denomina
ministro.
Esta clasificación incide directamente en el funcionamiento y en la forma
de conocer los asuntos, ya que es distinto el conocimiento que toma un solo juez al
de varios jueces, es distinta la forma de tomar acuerdos.

b) Considerando si el fallo que dicta el tribunal debe o no ser conforme a derecho,


aplicando la ley, se distingue entre tribunales de derecho y tribunales de equidad.

• Tribunal de Derecho: Es aquel que falla conforme a derecho, ateniéndose a lo


que la ley dice. El juez de derecho falla ajustándose a normas preestablecidas.

• Tribunal de Equidad: Es aquel que no falla conforme a derecho. El juez de


equidad crea el derecho ajustándose a criterios de equidad al tiempo de
resolver un caso.

Un tribunal siendo de derecho -que es la regla general- podría fallar de


acuerdo a la equidad si no hay ley que resuelva el conflicto. En cambio hay otros
tribunales que son tribunales de equidad. Ejemplo: árbitros arbitradores que no es
abogado no puede fallar conforme a derecho. Para ser juez de equidad no es
necesario ser abogado.

c) Considerando las etapas o las fases del procedimiento en que el tribunal


interviene, se dividen en tribunales de instrucción y tribunales sentenciadores.

• Tribunal de Instrucción: Es aquel que tiene atribuciones jurisdiccionales para los


efectos de instruir un proceso; es decir, es aquel que conoce de una causa
pero que no la falla por carecer de competencia.

• Tribunal Sentenciador: Es aquel que tiene atribuciones jurisdiccionales para


poder juzgar algún asunto de su competencia.

En Chile la regla general es que los tribunales sean tanto de instrucción


como sentenciador. En cuanto a esto, no hay mayores problemas en materia civil,
aunque sí en materia penal. Aquí, dentro de la concepción del Código Orgánico
de Tribunales, no se contempla la dualidad de funciones. Esa es la principal crítica
al antiguo sistema penal.

35
En la justicia militar, sin embargo, si se da esta división, en donde la
instrucción le corresponde a un funcionario llamado Fiscal y el juzgamiento se le
entrega al llamado Juez Militar.

d) Considerando la jerarquía del tribunal, tenemos tribunales superiores y tribunales


inferiores.

Esta clasificación tiene mucha importancia para los efectos de los recursos
procesales. Tienen el carácter de tribunales superiores la Corte Suprema y las
Cortes de Apelaciones. Los demás, vale decir, jueces de letras son jueces inferiores.
Las partes tienen medios de impugnación de las resoluciones judiciales
(para reclamar de las resoluciones judiciales), para ver y analizarla a través de los
recursos procesales, y particularmente por el recurso de protección, que da una
segunda instancia a cargo de los tribunales superiores de aquel que dictó la
sentencia.
Dentro de los tribunales superiores, el máximo es la Corte Suprema, que
ejerce la superintendencia sobre todos los otros tribunales del país.
Dentro de la organización judicial chilena, que es piramidal, existe una
relación de subordinación entre los distintos tribunales. Ejemplo: todo juez de letras
tiene como superior a la Corte de Apelaciones, las que a su vez tienen como
superior jerárquico a la Corte Suprema.
Esta clasificación también cobra especial importancia en relación a las
sanciones disciplinarias. En virtud de esto, los tribunales superiores tienen
atribuciones disciplinarias por sobre los inferiores.

e) Considerando el tiempo en que los tribunales ejercen sus funciones, tenemos


jueces perpetuos y jueces temporales.

• Tribunales Perpetuos: Son aquellos tribunales que están establecidos


indefinidamente y se puede decir que no tienen plazo. Este tipo de tribunales
constituye la regla general en Chile.

• Tribunales Temporales: Son aquellos que se designan por un plazo o período


determinado. En Chile tenemos a los tribunales arbitrales como ejemplo, la
duración de estos tribunales es de dos años contados desde que aceptan (no
de su nombramiento).

f) Considerando el momento en que el tribunal debe ejercer su función como tal, los
tribunales se clasifican en tribunales permanentes y tribunales de excepción o
accidentales.

• Tribunales Permanentes: Son aquellos que están establecidos antes de que


ocurra el hecho materia de su competencia (regla general en Chile) y que
además subsiste como tribunal después de que ha conocido y fallado un
asunto, independientemente del hecho objeto de su competencia.

• Tribunales de Excepción o Accidentales: Son aquellos que se constituyen en


forma especial, sobre un asunto determinado, después que el hecho ha
ocurrido en la realidad; y una vez que el tribunal cumple el cometido cesa
como tribunal accidental. El juez pasará a formar parte de la respectiva corte
(caso de los tribunales unipersonales, establecidos en los artículos 50 y
siguientes del Código Orgánico de Tribunales).

36
III. LA COMPETENCIA

1.- Relación entre la Competencia y la Jurisdicción:

La competencia se encuentra íntimamente relacionada con la jurisdicción. Todos


los tribunales sin excepción ejercen la función jurisdiccional, porque todos están
habilitados para poder resolver conflictos jurídicos. La competencia viene a ser la
jurisdicción específica que le corresponde a cada tribunal porque la ley limita el ejercicio
de la jurisdicción (la jurisdicción es el genero y la competencia la especie).
Los tribunales no conocen de todos los asuntos que se promuevan en un tiempo
determinado. Esto significa que el legislador, concede atribuciones a cada tribunal en
particular para el ejercicio de la jurisdicción.
La competencia es la atribución específica que tiene un juez o un tribunal para
conocer determinados asuntos judiciales.
Como en Chile existe un sistema organizado de tribunales, el ejercicio de la
jurisdicción se divide entre todos estos tribunales, de manera que no todos conozcan de
los mismos asuntos.
La competencia se encuentra regulada en el Código Orgánico de Tribunales en
los artículos 108 y siguientes.

2.- Concepto de Competencia:

La competencia, a diferencia de la jurisdicción, sí está definida en la ley,


concretamente en el artículo 108 del Código Orgánico de Tribunales.
El artículo 108 señala que “la competencia es la facultad que tiene cada juez
(individualmente considerado) o tribunal para conocer de los negocios que la ley ha
colocado dentro de la esfera de sus atribuciones”.

Este concepto sin estar malo ha merecido críticas por parte de la doctrina,
principalmente por dos razones:

a) Utiliza la palabra “facultad”: Esa palabra no da una idea exacta de lo que es, ya
que significaría una prerrogativa, una especie de atribución, lo que puede
producir el equívoco de estimar que la competencia se puede o ejercer
quedando a la discreción del titular.
Tanto el ejercicio de la jurisdicción como el de la competencia es UNA
OBLIGACION de los tribunales, es un deber, es inexcusable, no queda entregado al
arbitrio de los tribunales de conocer o no del asunto.
Hay que entenderlo como la “aptitud” más que una prerrogativa.

b) Dice que solamente la ley puede otorgarle la competencia a un tribunal: Esto no


es así en la práctica. La ley es la principal fuente, sin embargo no es la única, por
ello es incompleta la definición; ya que un tribunal puede tener competencia,
además, porque las partes le han otorgado la atribución correspondiente, o bien
un tribunal puede tener competencia porque otro juez le entrega la atribución.
En síntesis, la competencia puede emanar de tres fuentes:

o La ley (como lo dice el Código Orgánico de Tribunales), que es la


fuente principal.
o La voluntad de las partes, a través de la prórroga de competencia.
o De otro tribunal que entregue la atribución, a través de la delegación
de competencia.

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Las partes le pueden entregar competencia a un juez que naturalmente no
la tiene a través de la institución llamada “prórroga de competencia”.
La competencia que puede otorgar otro juez se denomina “delegación de
competencia” (o “competencia delegada”). Esto va a ocurrir cuando un juez que
está conociendo de una causa dispone atribuciones (diligencias) dentro del
proceso que se deben cumplir en otro territorio jurisdiccional. Ejemplo: los exhortos,
en donde el juez que conoce de una causa le encomienda competencia
específica a otro juez de otro territorio jurisdiccional para interrogar testigos.

De este modo, este concepto legal (artículo 108 del Código Orgánico de
Tribunales) se puede completar de la siguiente manera: “La competencia es el poder-
deber que tiene cada tribunal para conocer de los negocios o asuntos que la ley, las
partes u otro tribunal han colocado dentro de la esfera de sus atribuciones”.

3.- Elementos de Competencia:

El legislador considera ciertos elementos dentro de la competencia para poder


determinar concretamente quién va a conocer un asunto determinado. En base a estos
factores o elementos se dan las distintas reglas legales. Estos factores o elementos son:

a) La Cuantía del asunto: La cuantía es el valor de lo disputado en el juicio. Al


respecto, el Código Orgánico de Tribunales señala:

Art. 115, Código Orgánico de Tribunales: “En los asuntos civiles la cuantía de
la materia se determina por el valor de la cosa disputada”.
“En los asuntos criminales se determina por la pena que el delito
lleva consigo”.

En materia penal la cuantía se determina por la pena que la ley le asigna al


delito. El Código Orgánico de Tribunales le otorga mayores o menores penas a los
delitos. Los hechos punibles se clasifican en crímenes, simples delitos y faltas.
En los juicios civiles, la cuantía es de carácter económico (el valor es
pecuniario), pero en ciertos casos no es posible determinar el valor económico del
asunto, porque el asunto no es susceptible de cuantía pecuniaria; por ejemplo, los
asuntos de familia (nulidad de matrimonio) son de mayor cuantía según el
legislador, frente a otros de menor cuantía.

b) La Materia: Consiste en la naturaleza del asunto judicial que le corresponde


conocer al tribunal.
Esta materia tiene importancia porque el legislador en ciertos casos,
considerando la especialidad de la materia, ha establecido tribunales distintos a
los ordinarios: tribunales especiales (la ley le quita competencia a los tribunales
ordinarios); también, dependiendo de la complejidad, se lo entrega a tribunales
superiores; en otros casos, dependiendo de las materias que se traten, puede
pasar a tribunales arbitrales (arbitraje forzoso).

c) El Fuero (factor personal): Es la calidad personal de alguno de los litigantes, en


virtud del cual los asuntos judiciales van a ser conocidos por un tribunal de mayor
jerarquía que el que naturalmente debía conocer.
En aquellos casos en que alguna de las partes tenga alguna calidad o
investidura, ese asunto judicial no va a ser conocido por el tribunal que natural o

38
normalmente le correspondía hacerlo, sino que ese conocimiento pasará a un
tribunal de jerarquía superior.

d) El Territorio (factor territorial): El territorio viene a ser el lugar que la ley establece
para los efectos de determinar la competencia. La ley siempre considera un lugar
que hay que analizar. Este lugar puede ser el domicilio del demandado (regla en
asuntos civiles), el domicilio del interesado (asuntos no contenciosos), el lugar
donde se comete el delito o hecho punible (en materia penal), el lugar donde se
encuentra la especie que se reclama (en juicio civil), el lugar donde murió el
causante, etc.
Todo tribunal tiene una extensión territorial determinada, dentro de la cual
debe ejercer sus funciones. De aquí que la competencia del juez está limitada por
el territorio.

Todos estos elementos son los que el legislador considera dentro de la


competencia. Los tres primeros se llaman o forman parte de la “Competencia Absoluta” y
el factor territorio es el que se considera para la “Competencia Relativa”.

4.- Clasificaciones de Competencia:

Esta competencia que tienen los tribunales para conocer un determinado asunto,
admite distintas clasificaciones, según sea el particular punto de vista del cual se le mire:

I) Considerando la fuente de la cual emana la competencia, se habla de competencia


natural, competencia prorrogada y competencia delegada.

a) Competencia natural o propia: es la que emana de la ley (regla general dentro


del sistema chileno).

b) Competencia prorrogada: es la que emana de la voluntad que las partes, expresa


o tácitamente, acuerdan dar atribución al tribunal para conocer un determinado
asunto.

c) Competencia delegada: es aquella que emana de otro tribunal que le confiere


atribuciones al juez cierta competencia para determinadas diligencias dentro de
su territorio.

* Diferencias entre la competencia prorrogada y competencia delegada:

- La competencia prorrogada siempre va a emanar de la voluntad o un acuerdo


de las partes, ya sea éste expreso o tácito.
En cambio, la competencia delegada tiene su origen en la voluntad de
otro tribunal (no habrá acuerdo de partes jamás).

- La competencia delegada se puede referir tanto a la competencia absoluta


como a la relativa, ya sea en materia civil o penal; es decir, no hay restricciones
cualquiera sea la naturaleza del asunto. Un juez le puede dar atribuciones a otro
aunque este último sea absolutamente incompetente).
En cambio, tratándose de la prórroga de la competencia se trata
exclusivamente de la competencia relativa, porque dice relación con el territorio,
además no opera sobre cualquier asunto judicial, solo se trata de asuntos civiles
contenciosos.

39
- Si se trata de la competencia delegada, el tribunal exhortado (a quien se le está
encomendando la práctica del asunto) solamente tiene atribuciones para
practicar determinadas diligencias judiciales (aquellas que se soliciten en el
exhorto), y queda circunscrito a ellas, y nada más que ellas, sino será nulo. Jamás
se le puede facultar para juzgar del asunto que le corresponde al juez que conoce
del proceso.
Por otro lado, en la competencia prorrogada, el tribunal ante el cual se
produce la prórroga tiene atribuciones igual que si fuera naturalmente
competente. El juez queda en la misma situación que el naturalmente
competente, vale decir, puede conocer el asunto a cabalidad y fallar de acuerdo
a eso. Sus atribuciones son totales y no restringidas como en el caso anterior.

II) Atendiendo al contenido (si existe o no litigio), se habla de competencia contenciosa


y competencia no contenciosa o voluntaria.

a) Competencia contenciosa: facultad que tiene el tribunal para conocer de juicios


o asuntos en los cuales se promueve contienda entre partes, tanto en los asuntos
civiles como en los asuntos penales.

b) Competencia no contenciosa: facultad que tiene cada juez o tribunal para


conocer asuntos donde no se promueven litigios o contiendas entre partes, y
siempre y cuando la ley exija la intervención del tribunal.

III) Atendiendo a la extensión de la competencia (en relación a los asuntos), la


competencia puede ser común o especial.

a) Competencia común: es la facultad que tiene cada juez o tribunal y que le


permite conocer de toda clase de asuntos judiciales, ya sean civiles como penales
indistintamente. Esta es la competencia que tiene, por ejemplo, una Corte de
Apelaciones, y es la competencia que hasta hoy día tienen en algunas regiones
los jueces letrados. Esto va a variar con la nueva reforma procesal penal, porque a
estos jueces se les va a quitar competencia penal y sólo tendrán competencia
civil.

b) Competencia especial: es la atribución que tiene un tribunal determinado y que lo


faculta para conocer sólo de asuntos civiles o bien sólo de asuntos penales.

IV) Considerando el número de tribunales que pueden conocer de un asunto judicial, se


habla de competencia privativa o exclusiva y competencia acumulativa o preventiva.

a) Competencia privativa o exclusiva: es la que habilita a un solo tribunal para


conocer de un determinado asunto judicial con exclusión de los demás tribunales.
Ejemplo: recurso de revisión por parte de la Corte Suprema.

b) Competencia acumulativa o preventiva: es la facultad que tienen dos o más


tribunales para conocer de un mismo asunto, pero previniendo cualquiera de ellos
los demás dejan de ser competentes.
La ley establece dos o más tribunales competentes respecto de un mismo
asunto. Por ejemplo, si el demandado tiene más de un domicilio, la ley señala que
cualquiera de estos jueces es competente, pero si uno de estos previene del
conocimiento del asunto los demás dejan automáticamente de ser competentes.

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Ejemplos: los casos que indican los artículos 135, 140 y 143 del Código Orgánico de
Tribunales.

V) Considerando el grado jurisdiccional o la instancia, se habla de competencia única


instancia, competencia de primera instancia y competencia de segunda instancia.

La “instancia” es el grado jurisdiccional en que un juez o tribunal conocen de un


asunto determinado, con amplias atribuciones para poder pronunciarse sobre todas las
cuestiones de hecho o de derecho planteadas en ese juicio o asunto (artículo 188,
Código Orgánico de Tribunales).
Por eso se dice que la casación no constituye instancia, porque la Corte Suprema
no tiene amplias atribuciones como las tiene el juez de primera o segunda instancia. La
Corte Suprema tiene atribuciones limitadísimas, porque la Corte es el recurso de casación
está limitada a la causal que se invoque en el asunto. Si el recurso de casación es en el
fondo, lo que se pretende es invalidar la sentencia por error de derecho, la Corte
Suprema no puede revisar los hechos.

a) Competencia de única instancia: consiste en la atribución que tiene un juez o


tribunal para conocer con exclusividad del asunto y sin que su fallo -que el tribunal
dicte- pueda ser revisado por un tribunal superior a través del recurso de
apelación. No se puede apelar del fallo, eso no significa que no pueda ser
revisado por otro recurso distinto de la apelación.

b) Competencia de primera instancia: es la atribución que tiene cada juez para


conocer de un asunto determinado y en que el fallo que aquí se pronuncie es
susceptible de ser apelado. Puede ser revisado por un tribunal superior si se
interpone el recurso de apelación.
Es importante tener presente que la competencia será de primera instancia
si se le permite apelar, independientemente si el recurso se hacer valer o no,
porque si no se apela la competencia será de primera instancia.

c) Competencia de segunda instancia: facultad que tiene un tribunal para conocer


de un recurso de apelación, es decir para poder revisar por esta vía el fallo
dictado por un tribunal inferior. El requisito para que se origine la segunda instancia
es a través del recurso de apelación. No hay segunda instancia si no se apela y se
concede el recurso.

VI) Se puede clasificar la competencia considerando la precisión o generalidad con que


se puede determinar el tribunal competente; así se habla de competencia absoluta y
competencia relativa. Esta es la clasificación más importante.

a) Competencia absoluta: es aquella facultad que tiene cada juez o tribunal para
conocer de un asunto determinado considerando la clase, jerarquía y
eventualmente la categoría de ese tribunal.

b) Competencia relativa: es aquella facultad que tiene un tribunal preciso para


conocer de un determinado asunto judicial dentro de una determinada clase,
jerarquía o categoría.
En otras palabras, la competencia relativa es aquella que permite precisar
qué tribunal dentro de una determinada clase, jerarquía y categoría es el llamado
por la ley a conocer de un determinado asunto (factor territorial).

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La diferencia más importante entre ambas es que en el caso de la competencia
absoluta no es posible precisar concretamente el tribunal, solamente nos permite
determinar la clase, jerarquía y categoría.

o Clase: tipo de tribunal (ordinario, especial, arbitrario).


o Jerarquía: dentro de los ordinarios determina si el asunto va a ser
conocido por un juez letrado o por la Corte de Apelaciones o por la
Corte Suprema, o eventualmente por un tribunal accidental.
o Categoría: se da dentro de ciertos tribunales ordinarios, concretamente
dentro de los jueces de letras. Hay categorías de jueces de letras:
 Los jueces de letras de simple comuna o de agrupación de
comunas.
 Los jueces de letra de capital de provincia.
 Los jueces de letra de comuna que es asiento de Corte de
Apelaciones (comuna donde existe una Corte de Apelaciones).

Las reglas de competencia relativa nos permiten precisar cuál es el tribunal en


concreto que va a conocer de un asunto. Ejemplo: el juez letrado de Puerto Montt.
El Código Orgánico de Tribunales establece una serie de reglas de competencia,
tanto en la competencia absoluta como en la competencia relativa.

* Paralelo entre la competencia absoluta y la competencia relativa:

a) Atendiendo a la finalidad de las reglas de competencia:

En los casos de las reglas de competencia absoluta sirven para establecer


o para singularizar la clase, su jerarquía y categoría del tribunal que debe conocer
un asunto determinado.
Por su parte, las reglas de competencia tienen por finalidad singularizar el
ejercicio de la jurisdicción en un tribunal específico o concreto dentro de una
determinada clase, de una determinada jerarquía o de una determinada
categoría.

b) Considerando los factores o elementos que se consideran, tanto en la


competencia absoluta como en la competencia relativa.

En la competencia absoluta, el legislador considera como factores para


establecer el tribunal: la cuantía, la materia y el fuero, y en consecuencia todas las
reglas del Código Orgánico de Tribunales están relacionadas con estos tres
elementos.
En la competencia relativa se considera un solo factor, que es el territorio
(factor territorial).

c) Considerando la naturaleza de las normas de competencia, vale decir, qué


carácter tienen estas reglas legales.

Las reglas de la competencia absoluta son normas de orden público. Esto


quiere decir que son normas establecidas en el interés social, en la generalidad de
las personas y no el solo interés de las partes; y, en consecuencia, son normas
irrenunciables (siempre deben ser aplicadas, el juez no debe desentenderse de la
norma legal).
En el caso de la competencia relativa las normas hay que distinguirlas. Si se
trata de asuntos penales y de los asuntos de la jurisdicción voluntaria las normas

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también son de orden público; y tratándose de los asuntos civiles contenciosos son
de orden privado, las partes pueden alterar las normas de competencia relativa
mediante un acuerdo y, en consecuencia, establecer un tribunal territorialmente
distinto para que conozca el asunto.

d) Considerando si el juez puede declararse incompetente para conocer de un


asunto:

En el caso de la competencia absoluta, como se trata de normas de orden


público, el juez está facultado para declararse de oficio incompetente.
En el caso de la competencia relativa, y tratándose de asuntos civiles
contenciosos, el juez no puede de oficio declararse incompetente, porque estas
son reglas de orden privado, de interés de los litigantes.

e) Considerando la admisibilidad de la prórroga de competencia:

En la competencia absoluta no se admite la prórroga de competencia, las


partes no podrán celebrar acuerdos en relación a la clase, jerarquía o categoría
del tribunal que la ley establece.
En la competencia relativa, tratándose de los asuntos civiles contenciosos,
sí se admite la prórroga de competencia.

Todas estas reglas, tanto de la competencia absoluta como de competencia


relativa, se deben analizar en un momento preciso, concretamente cuando el juicio o
gestión se inicio. En los asuntos civiles cuando se presenta la demanda (asuntos civiles
contenciosos) o cuando se presenta la solicitud (asuntos civiles no contenciosos). En los
asuntos penales cuando se da inicio al procedimiento penal.
El juez, cuando es requerido, es cuando deben analizar su competencia. Dicho de
otro modo, la primera obligación que le asiste a un juez al ser requerido para que
conozca de un negocio es examinar si tiene o no competencia para conocer de ese
asunto. Tratándose de las normas de la competencia absoluta nada impide que dentro
de la tramitación del juicio el juez pueda declararse incompetente de oficio en ese
momento.

* Orden de aplicación de las reglas de competencia:

- En primer lugar, las primeras normas que habría que aplicar son “las reglas de
competencia absoluta”. Esto significa que habría que analizar los tres factores:
cuantía, materia y fuero. Entonces, aplicando estas reglas de competencia
absoluta, se va a determinar la clase, jerarquía o categoría del tribunal.

- En segundo lugar, aplicamos “las reglas de la competencia relativa”, cuyo factor


es el territorio, y a través de estas reglas es posible precisar con exactitud cuál será
el tribunal competente dentro de una determinada clase, una determinada
categoría o una determinada jerarquía.
Por ejemplo, si aplicamos las reglas de competencia absoluta se puede
determinar que el tribunal competente va a ser un tribunal ordinario y cuya
jerarquía será una Corte de Apelaciones, pero sin precisar que Corte. Para precisar
cuál Corte de Apelaciones en concreto es la que va a conocer hay que aplicar las
reglas de competencia relativa para saber el territorio.

- Si aplicando las dos reglas anteriores no es posible precisar, aún dentro de un


territorio determinado, cuál va a ser el tribunal que va a conocer el asunto por

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existir en ese territorio varios tribunales con la misma competencia, en ese caso hay
que aplicar “las reglas de turno o de distribución de causas”, según el caso se
aplicará la que corresponda (estas son reglas complementarias).
Por ejemplo, si las reglas de competencia absoluta determinan que
resultará competente un juez letrado para conocer un asunto, y por otro lado, a
través de las reglas de competencia relativa se señala que va a ser competente el
juez de letras de Concepción. En este ejemplo, estas reglas no son suficientes,
porque en la comuna de Concepción hay varios jueces de letra y todos tienen la
misma competencia, por ello hay que aplicar necesariamente reglas
complementarias y con ellas sabremos cuál de todos esos jueces es el que deba
resolver el asunto.

- En cuarto lugar, se aplican las llamadas “reglas o principios generales de


competencia”. Estas son reglas de funcionamiento del tribunal, pero una vez que
se sabe el tribunal competente.

5.- Principios o reglas generales de competencia:

Estas reglas corresponde aplicarlas una vez que se encuentra singularizado el


tribunal; después de haber aplicado las reglas de la competencia absoluta, las reglas de
competencia relativa y, si procede, las reglas de turno o de distribución de causa.
Estas reglas son normas de aplicación general para todos los tribunales cualquiera
sea su clase (ordinario, especial o arbitrario) ya sean inferiores o superiores, y dicen
relación con el ejercicio de la función jurisdiccional misma, por eso se dice que son reglas
de carácter funcional. Ejemplo: hasta donde debe extenderse la competencia de un
juez, cómo se puede hacer ejecutar lo que el tribunal resolvió y qué tribunal es
competente para eso, desde cuándo se entiende que el tribunal competente tiene sus
atribuciones jurisdiccionales (desde cuando se entiende que el asunto queda radicado
ante el juez), etc.
Estos principios están establecidos en el Código Orgánico de Tribunales a
continuación de la definición de competencia (desde el artículo 109 hasta el 114).

A) Primera regla: Principio de radicación o fijeza (artículo 109):

Es decir cuando queda radicado el asunto ante el juez (artículo 109, Código
Orgánico de Tribunales).
El artículo 109 del Código señala lo siguiente:

Art. 109, Código Orgánico de Tribunales: “Radicado con arreglo a la ley el


conocimiento de un negocio ante el tribunal competente, no se alterará esta
competencia por causa sobreviniente”.

Esta regla tiene algunos supuestos previos según se desprenden del mismo artículo
109. Para que la regla opere tienen que darse ciertos requisitos:

- Debe existir una actividad jurisdiccional por un tribunal determinado. Un tribunal en


concreto debe estar conociendo de un asunto determinado. En otras palabras,
una de las partes debe haber requerido a un juez en asuntos civiles no
contenciosos, en los asuntos penales de oficio o a petición de parte.

- El tribunal tiene que ser competente, tanto absoluta como relativamente.

44
- El tribunal tiene que intervenir con arreglo a derecho en el conocimiento del
asunto (que haya sido requerido formalmente y que el tribunal aplique las normas
legales que corresponda).

¿En qué momento se va a cumplir la radicación?. Esto va a depender de la


naturaleza del asunto judicial, en este sentido depende si es un asunto civil o un asunto
penal.

 En los asuntos penales la causa va a quedar radicada desde que el tribunal


ordena instruir sumario. Por otro lado, en los asuntos que se van a regir por el nuevo
Código Procesal Penal se entenderá radicado desde que el juez de garantías
formalice el procedimiento, desde que queda ejecutoriada la acción pertinente.

 En los asuntos civiles contenciosos, el asunto se entenderá radicado desde que se


notifica formalmente la demanda al demandado y no desde que se presenta la
demanda.

 En los asuntos civiles no contenciosos la radicación se produce desde que el juez


ordena dar curso al procedimiento de que se trata.

¿Qué pasa si el asunto se presenta ante un tribunal incompetente?. Si un asunto se


presenta ante un tribunal que es incompetente, según la ley interesa conocer el caso de
la competencia relativa. Si una demanda civil se presenta en otro territorio no se
entenderá radicado (se está fallando con uno de los presupuestos básicos) si el
demandado reclama o alega de la incompetencia. Si el demandado no dice nada (si no
reclama la incompetencia) y realiza cualquier gestión en el juicio se produce la
radicación en ese momento porque estaría prorrogando la competencia y además
estaría aceptándola.

¿Qué se entiende por causas sobrevinientes?. El Código Orgánico de Tribunales


señala que la competencia no se alterará por causas sobrevinientes. De lo anterior se
desprende que la causas sobrevinientes son cualquier hecho o circunstancia que ocurre
después de producida la radicación del asunto judicial. Ejemplo: cuando una de las
partes adquiere fuero después de que el asunto esté radicado; otro ejemplo es si la
cuantía del juicio se altera.

Esta regla de la radicación tiene algunas excepciones, algunos casos en que


precisamente se puede alterar o modificar esta radicación. No obstante que un asunto
esté siendo conocido por un determinado tribunal y no obstante que se encuentre
radicado en ese tribunal, puede pasar ese asunto al conocimiento de un tribunal distinto.
Estas excepciones son las siguientes:

a) La acumulación de procesos o acumulación de autos: En algunos casos es posible


que causas que se tramiten separadamente ante un mismo tribunal o ante
tribunales distintos, se reúnan esos mismos procesos en uno solo, esto con la
finalidad de que se dicte una sola sentencia. Esto se debe al “principio de
economía procesal” que trata de evitar gastos excesivos a los litigantes, entre otras
cosas.
Esto tiene lugar cuando la ley lo señale (artículos 92 y siguientes del Código
de Procedimiento Civil). En esos casos debe procederse a petición de parte a esta

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acumulación de procesos. La acumulación se va a hacer sobre aquél que esté
sometido al tribunal superior.
Esto tiene una ventaja evidente, porque de esta forma se tiende a evitar
que se dicten sentencias contradictorias.

b) El compromiso: Es sinónimo de arbitraje. Aquí puede suceder que un asunto judicial


esté sometido al conocimiento de un tribunal ordinario que esté radicado. Las
partes podrán acordar que ese asunto se someta a arbitraje, siempre y cuando la
materia del asunto no sea de arbitraje prohibido, para eso las partes generan un
contrato de compromiso en que deciden someter ese asunto a arbitraje.
Se le quita competencia al tribunal ordinario y se la entrega al tribunal
arbitral.
Aquí hay un compromiso que no es excepción a la regla de radicación,
solamente al caso indicado anteriormente, cuando el asunto judicial ya estaba
siendo conocido por el tribunal ordinario; pero si el asunto judicial no había sido
sometido a la justicia ordinaria y el compromiso estaba pactado de antemano, no
hay ninguna excepción a la regla de radicación.

c) Las visitas: Visitas que ordenan los tribunales superiores de alguno de sus ministros a
algún tribunal inferior. Las visitas están reguladas en los artículos 553 y siguientes del
Código Orgánico de Tribunales.
Las Cortes de Apelaciones tienen atribución para enviar a alguno de sus
ministros para que realicen visitas cuya finalidad es inspeccionar y vigilar al tribunal
inferior a fin de que la administración de justicia se practique como es debido.
En el ejercicio de este derecho de visita, el ministro visitador puede fallar
asuntos pendientes ante el tribunal visitado, en cuyo caso lo sustrae del
conocimiento de ese juez. De allí que se diga que constituye una excepción a esta
regla de la radicación o fijeza.
Sin embargo, esta excepción es discutible porque aquí lo que cambia no es
el órgano jurisdiccional (el asunto sigue radicado ante el tribunal visitado) sino que
se produce una sustitución en el magistrado que va a fallar.

B) Segunda regla: Principio de gradualidad (artículo 110):

Este principio de gradualidad es también conocido como “regla del grado”, y se


basa de la norma del artículo 110 del Código Orgánico de Tribunales.

Art. 110, Código Orgánico de Tribunales: “Una vez fijada con arreglo a la ley la
competencia de un juez inferior para conocer en primera instancia de un
determinado asunto, queda igualmente fijada la del tribunal superior que debe
conocer del mismo asunto en segunda instancia”.

Esta regla se basa o parte del supuesto de la procedencia del recurso de


apelación. Esta regla dice relación con las dos instancias o grados en que el caso es
conocido. La doble instancia es la regla general en nuestro derecho.
El Código dice que una vez que queda fijada con arreglo a la ley la competencia
de un tribunal inferior para conocer un asunto en primera instancia queda igualmente
fijada la del tribunal superior que debe conocer el mismo asunto en segunda instancia.
Lo que la ley quiere decir en este artículo 110 es que, establecido el tribunal inferior
que debe conocer el asunto en primera instancia, por ese solo hecho, queda
automáticamente establecido el tribunal superior que puede conocer ese negocio en
segunda instancia.
Aquí hay dos presupuestos para que opere esta regla:

46
a) Que un determinado asunto judicial esté siendo conocido por un tribunal inferior
en primera instancia (que es tribunal sea competente).

b) Que sea procedente el recurso de apelación.

Esta regla descansa en el principio que establece la legislación procesal de la


organización piramidal de los tribunales. Basta con establecer cuál es el tribunal inferior
que conocerá el asunto en primera instancia para saber el superior podría conocerlo en
segunda instancia. Esto es importante porque da certeza a los litigantes.
El tribunal que va a conocer del asunto en segunda instancia es el superior
jerárquico inmediato del inferior que ha conocido el asunto en primera instancia.
Todos los autores están de acuerdo en señalar que es improcedente la prórroga
de competencia en segunda instancia (las partes no pueden alterar el tribunal
competente en segunda instancia).

C) Tercera regla: Principio de la extensión o alcance (artículo 111):

Art. 111, Código Orgánico de Tribunales: “El tribunal que es competente para
conocer de un asunto lo es igualmente para conocer de todas las incidencias que
en él se promuevan".
"Lo es también para conocer de las cuestiones que se susciten por vía de
reconvención o de compensación, aunque el conocimiento de estas cuestiones,
atendida su cuantía, hubiere de corresponder a un juez inferior si se entablaran por
separado”.

Esta regla se denomina de la extensión o alcance porque nos permite saber hasta
donde se extiende la competencia de los tribunales. Este problema se plantea porque
dentro de un juicio se pueden plantear cuestiones accesorias (peticiones accesorias por
las partes o incluso por terceros) distintas de la cuestión principal que se discute. Ejemplo:
en el juicio principal se discute el cumplimiento de un contrato de compraventa y que se
indemnicen los perjuicios, y dentro de este juicio se pueden plantear cuestiones
accesorias o incidentes como la nulidad de alguna actuación, la incompetencia del
tribunal, etc.
En todo juicio siempre se distinguen: el asunto principal (asunto controvertido que
da origen al litigio) y además se pueden presentar o formular cuestiones accesorias o
incidentes (otras controversias distintas de la principal).
La ley nos dice que el tribunal que es competente para conocer de un asunto
principal lo es igualmente para conocer de todas las incidencias que de él se promuevan.
Aquí se da la extensión de la competencia.
Las cuestiones accesorias pueden ser varias o podría ser ninguna (artículo 82,
Código de Procedimiento Civil). Según este artículo es toda cuestión accesoria a un juicio
que requiere especial pronunciamiento del tribunal, con o sin audiencia de las partes.
Esto es importante también por el “principio de economía procesal”.

El inciso 2º del artículo 111 del Código Orgánico de Tribunales agrega que el
tribunal que conoce el juicio principal tiene competencia para conocer de todas las
cuestiones que se susciten por vía de reconvención o de compensación.

a) Reconvención: es la acción que puede hacer valer el demandado en contra de


su demandante dentro del mismo juicio valiéndose del mismo procedimiento, de
manera que esta es una controversia distinta de la principal (es otra acción).
Aunque podría estar relacionado con la principal.

47
La ley nos dice que de esta reconvención conoce el mismo juez que
conoce el asunto principal. Es otra manifestación de la extensión.

b) Compensación: Es un modo de extinguir las obligaciones y que opera cuando dos


personas son recíprocamente acreedores y deudores entre sí (artículo 1655,
Código Civil). Así se extinguen las obligaciones porque son acreedores entre sí.
En este sentido habría que señalar que la referencia de la compensación
está de más. Esta no es una manifestación de la regla de la extensión porque la
compensación desde el momento que es una forma de extinguir obligaciones va
a constituir la defensa del demandado, en consecuencia forma parte de la
cuestión principal, lo va a resolver el tribunal de la causa.

Resumiendo esta regla, en virtud de la reglas de la extensión, el juez que conoce


de un asunto tiene además competencia a otras cuestiones como son los incidentes y
como lo es la reconvención y la compensación.

D) Cuarta regla: Principio de la prevención o inexcusabilidad (artículo 112):

Art. 112, Código Orgánico de Tribunales: “Siempre que según la ley fueren
competentes para conocer de un mismo asunto dos o más tribunales, ninguno de
ellos podrá excusarse del conocimiento bajo el pretexto de haber otros tribunales
que puedan conocer del mismo asunto; pero el que haya prevenido en el
conocimiento excluye a los demás, los cuales cesan desde entonces de ser
competentes”.

Relacionado con la competencia preventiva, el Código Orgánico de Tribunales


señala que siempre que según la ley fueren competentes para conocer de un mismo
asunto dos o más tribunales ninguno de estos tribunales puede excusarse del
conocimiento del asunto, pero aquel que haya prevenido excluye a los demás.
En esta regla se consagran dos principios fundamentales:

- La regla de la inexcusabilidad de los tribunales, en la medida que el tribunal es


competente y que ha sido legalmente solicitado no se puede excusar. De lo
contrario incurre en el delito de denegación de justicia.

- Establece como fundamento de la competencia el hecho de la prevención. El


que previno excluye a los demás (cesa la competencia de los otros). El que
previene es aquel que estima el demandado.

E) Quinta regla: Principio de la ejecución (artículos 113 y 114):

Los tribunales de justicia tienen lo que se denomina el “imperio”, que es la facultad


o atribución para hacer ejecutar lo juzgado, de esta forma la ley permite que se puedan
cumplir las resoluciones judiciales. Los tribunales sin imperio carecería de eficacia en su
cometido.
Esto se puede analizar desde varios puntos de vista:

- Los tribunales están facultados para pedir directamente el auxilio de la fuerza


pública a requerimiento de parte.

- Desde otro punto de vista, y de acuerdo al artículo 24 del Código de


Procedimiento Civil, la ley le concede al tribunal la facultad de disponer o

48
decretar todas las medidas tendientes a dejar sin efecto lo que las partes puedan
hacer para burlar las resoluciones judiciales.
Si las partes se niegan o quebrantan lo que el tribunal ha ordenado cumplir,
cometerían un delito que es el “desacato”.

Esta regla de la ejecución tiene la importancia de que permite en la práctica


hacer efectivas las resoluciones judiciales.
El Código en esta materia señala:

Art. 113, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “La ejecución de las resoluciones
corresponde a los tribunales que las hubieren pronunciado en primera o en única
instancia”.

El artículo 113 del Código establece cuál es el tribunal competente para conocer
la ejecución de las resoluciones judiciales, y dice que la ejecución de las resoluciones le
corresponde a los tribunales que las hubieren pronunciado en primera o en única
instancia, y no en segunda instancia.
La ejecución de las sentencias penales y las medidas de seguridad previstas en la
ley procesal penal son de competencia del Juzgado de Garantía que hubiese intervenido
en el procedimiento penal. Eso guarda relación con el artículo 14, letra f, en lo que a la
ejecución de las sentencias judiciales se refiere.
Por otra parte, los tribunales que conozcan de los recursos de revisión, apelación,
casación o de nulidad (distinto de la nulidad procesal), tienen competencia para
ejecutar los fallos que dicten o pronuncien para sustanciar dichos recursos (el artículo 113,
inciso 2º es una excepción de lo señalado en el inciso 1º).

Art. 113, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales: “No obstante, los tribunales que
conozcan de los recursos de apelación, casación o revisión, ejecutarán los fallos
que dictaren para la substanciación de dichos recursos. Podrán también decretar
el pago de las costas adeudadas a los funcionarios que hubieren intervenido en
ellos reservando el de las demás costas para que sea decretado por el tribunal de
primera instancia”.

Es decir, estos tribunales pueden hacer cumplir todas las resoluciones para tramitar
los recursos, no así la sentencia que se dicte resolviendo el recurso. La sentencia no se
cumple por la Corte de Apelaciones sino por el tribunal inferior que corresponda.
El artículo 113 establece una parte del inciso final que no corresponde a la regla
de ejecución en relación al pago de las costas que se adeudan. Las costas son los gastos
que demanda la tramitación del asunto.

Por otra parte, el artículo 114 del Código Orgánico de Tribunales señala lo
siguiente:

Art. 114, Código Orgánico de Tribunales: “Siempre que la ejecución de una


sentencia definitiva hiciere necesaria la iniciación de un nuevo juicio, podrá éste
deducirse ante el tribunal que menciona el inciso primero del artículo precedente
o ante el que sea competente en conformidad a los principios generales
establecidos por la ley, a elección de la parte que hubiere obtenido en el pleito”.

Tratándose de una ejecución de una sentencia definitiva y siempre que la


ejecución de esa sentencia haga necesario iniciar un nuevo juicio, el Código Orgánico de
Tribunales dice que si se requiere iniciar un nuevo juicio ejecutivo, éste se puede iniciar
ante el mismo tribunal que pronunció la sentencia en primera o en única instancia o bien

49
ante el tribunal que resulte competente de acuerdo con las reglas generales de
competencia, y eso lo elige el que ganó el pleito.
La ejecución en una resolución judicial le corresponde al mismo tribunal que la
conoce en primera o en única instancia, queda excluido en consecuencia el tribunal de
segunda instancia (no se puede ejecutar su resolución) ni tampoco el tribunal de
casación, ni tampoco el de revisión ni el de nulidad, salvo que sean resoluciones de
trámite de esos recursos y que se traten del cumplimiento de esa sentencia definitiva, y
para ello es necesario iniciar un nuevo juicio de carácter ejecutivo (con esa finalidad).
Ese juicio se puede plantear ante el mismo tribunal en primera o única instancia, o
ante el que sea competente según las reglas de competencia.

6.- Reglas de la Competencia Absoluta:

Estas reglas o normas son las primeras que corresponde aplicar con el objeto de
conocer el tribunal competente. Tienen por finalidad determinar la clase y jerarquía del
tribunal que debe conocer de un determinado asunto judicial y eventualmente la
categoría del mismo. Los elementos o factores que la determinan la competencia del
tribunal son: cuantía, fuero y materia.
En otras palabras, aplicando estas reglas de la Competencia Absoluta podemos
determinar si el asunto judicial lo va a conocer un tribunal ordinario, un tribunal especial o
un tribunal arbitral.
También dentro de cierta clase de tribunales, concretamente en los tribunales
ordinarios, nos permite determinar la jerarquía del tribunal, si va a ser en un Juzgado de
Letras, la Corte de Apelaciones, la Corte Suprema, o bien un ministro de Corte como
tribunal accidental, etc.
En algunos casos, además, sirve para determinar la categoría, concretamente en
el caso de los jueces letrados, si éstos van a ser de simple comuna o juzgados de letras
donde tiene asiento la Corte de Apelaciones, este último es el de mayor categoría.

Estas reglas de competencia absoluta tienen algunas características importantes:

 Estas reglas son de orden público, esto significa que se trata de normas legales que
están establecidas en el interés general de la sociedad y no en el interés particular
de los litigantes.

 Como consecuencia de lo anterior, estas normas son irrenunciables, no es posible


tratándose de estas normas legales de la competencia absoluta que las partes
realicen acuerdos tendientes a modificarlas.

 Los tribunales pueden declarar de oficio su incompetencia absoluta (o fundada en


una regla de competencia absoluta), sin perjuicio que las partes pidan su
incompetencia.

 No es posible que se produzca la prórroga de la competencia en relación a ellas,


precisamente porque no puede haber acuerdos entre las partes.

 Utiliza o se fundamenta en ciertos factores o elementos de competencia: la


cuantía, la materia y el fuero.

 Las partes podrían alegar la incompetencia absoluta del juez o tribunal en


cualquier estado de la tramitación del juicio y por distintas vías o medios.

50
A) Primer factor: La Cuantía:

El factor de la Cuantía se encuentra regulado en el Código Orgánico de Tribunales


en los artículos 115 y siguientes.
En cuanto a su definición hay que distinguir si se trata de un asunto civil o de un
asunto penal.

Art. 115, Código Orgánico de Tribunales: “En los asuntos civiles la cuantía de la
materia se determina por el valor de la cosa disputada”.
“En los asuntos criminales se determina por la pena que el delito lleva
consigo”.

La ley dice que en los asuntos civiles la cuantía se determina por el valor de la cosa
disputada; es decir, se trata de un valor económico, pecuniario, la cuantía siempre se
determina en dinero (artículo 115, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).
En los asuntos penales, la cuantía no tiene un valor monetario, sino que se
determina por la pena que el delito tiene establecido en la ley (artículo 115, inciso 2º,
Código Orgánico de Tribunales). Esto, a su vez, determina la gravedad de las infracciones,
y según eso los hechos punibles se dividen en crímenes, simples delitos y faltas. Eso
determina la competencia del tribunal que va a conocer del hecho.
Considerando la gravedad, los delitos se clasifican en crímenes, simples delitos y
faltas. La regla general es que si se trata de un crimen o simple delito le corresponde
conocer a los jueces de letra, y las faltas son normalmente competentes de conocer un
juzgado de policía local (sistema procesal antiguo).
Con la reforma procesal penal esto va a cambiar, porque los crímenes y simples
delitos van a ser de competencia de los nuevos tribunales de juicio orales en lo penal y las
faltas van a ser de competencia de los juzgados de garantía.

- Una falta se sanciona con penas que fluctúan entre 1 y 60 días con penas de
prisión, multa o penas menores.
- Los simples delitos se sancionan con penas que fluctúan entre los 61 días y 5 años
de presidio o reclusión.
- Los crímenes se sancionan con penas que fluctúan entre los 5 años y un día o
superiores a eso (hasta presidio perpetuo).

* ¿Cómo se determina la cuantía del asunto?:

En los asuntos penales no hay mayor problema para determinar la cuantía, porque
frente a un hecho que reviste caracteres penales basta ver lo que dice la ley penal, la
que determinará que pena se le asigna a ese hecho. La gravedad o levedad de un
asunto penal lo determina la ley penal.

En materia civil la regla la da el artículo 115 inciso 1º: la cuantía se determina por el
valor de la cosa disputada. Esta situación no es siempre tan sencilla, no es tan fácil de
precisar, puesto que depende del asunto o de las pretensiones que se está haciendo
valer en el juicio. De este modo, existen varias normas complementarias que permiten
conocer el valor de la cosa disputada. Las más importantes son:

a) Puede ser que el asunto discutido no es susceptible de apreciación pecuniaria, lo


que ocurre en algunas materias del derecho de familia. Aquí la cuantía es
indeterminada en estos casos. Ejemplo: juicio de divorcio, la nulidad de
matrimonio.

51
La ley, en estos casos, establece que estos asuntos se reputan de mayor
cuantía (artículos 130 y 131 del Código Orgánico de Tribunales). Si el asunto se
estima de mayor cuantía significa desde luego que es competente un juez de letra
y además lo conoce en primera instancia, es posible proceder al recurso de
apelación (artículo 189, Código Orgánico de Tribunales).
Este artículo 189 señala que habrá lugar al recurso de apelación en las
causas que versaren sobre las materias de que hablan los artículos 130 y 131 del
Código.

b) Los juicios del contrato de arrendamiento. Aquí hay que distinguir:

• Si se trata de un juicio de desahucio o de restitución de la cosa arrendada, la


cuantía se determina por el monto de la renta convenido para cada período
de pago, que es variable, depende del contrato (artículo 125, Código
Orgánico de Tribunales).

• Si el juicio es de reconvención (se adeudan rentas), la cuantía de la cosa se


determina por las rentas que se adeudan (artículo 125, Código Orgánico de
Tribunales).

Art. 125, Código Orgánico de Tribunales: “El valor de lo disputado se


determinará en los juicios de desahucio o de restitución de la cosa
arrendada por el monto de la renta o del salario convenido para cada
período de pago; y en los de reconvenciones, por el monto de las rentas
insolutas”.

c) Si son varios los demandados, se aplica el artículo 122 del Código Orgánico de
Tribunales y la cuantía se determina del valor total de la cosa o cantidad debida.

Art. 122, Código Orgánico de Tribunales: “Si fueren muchos los demandados
en un mismo juicio, el valor total de la cosa o cantidad debida determinará
la cuantía de la materia, aun cuando por no ser solidaria la obligación no
pueda cada uno de los demandados ser compelido al pago total de la
cosa o cantidad, sino tan sólo al de la parte que le correspondiere”.

d) Si en la demanda se hacen valer varias pretensiones, la cuantía se determina por


el monto de todas las pretensiones deducidas (acciones entabladas) aunque la
acción es una sola (artículo 121, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 121, Código Orgánico de Tribunales: “Si en una misma demanda se


entablaren a la vez varias acciones, en los casos en que puede esto
hacerse conforme a lo prevenido en el Código de Procedimiento, se
determinará la cuantía del juicio por el monto a que ascendieren todas las
acciones entabladas”.

e) Si se formula reconvención en un juicio, para los efectos de la competencia, la ley


dice que se considerarán separadamente el monto de la acción principal con el
monto de la reconvención (artículo 124, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 124, Código Orgánico de Tribunales: “Si el demandado al contestar la


demanda entablare reconvención contra el demandante, la cuantía de la
materia se determinará por el monto a que ascendieren la acción principal
y la reconvención reunidas; pero para estimar la competencia se

52
considerará el monto de los valores reclamados por vía de reconvención
separadamente de los que son materia de la demanda”.

f) El artículo 126 del Código Orgánico de Tribunales alude al caso del deudor que
debe una suma de dinero y que la hubiese pagado en parte. La ley dice que la
cuantía se determina únicamente por el resto que no haya sido pagado.

Art. 126, Código Orgánico de Tribunales: “Si lo que se demanda fuere el


resto insoluto de una cantidad mayor que hubiere sido antes pagada en
parte, se atenderá, para determinar la cuantía de la materia, únicamente
al valor del resto insoluto”.

g) El artículo 128 señala que si el valor de la cosa disputada en los asuntos civiles
aumentara o disminuyera dentro de la tramitación del juicio, eso no tiene
incidencia en la cuantía, ya que ésta queda determinada al momento que se
presenta la demanda.

Art. 128, Código Orgánico de Tribunales: “Si el valor de la cosa disputada se


aumentare o disminuyere durante la instancia, no sufrirá alteración alguna
la determinación que antes se hubiere hecho con arreglo a la ley”.

* ¿Qué importancia tiene hoy día el factor cuantía además de lo dicho?:

- En primer lugar, sirve para determinar el grado jurisdiccional en que el tribunal va a


conocer del asunto. Esto quiere decir para saber si va a ser conocido en única
instancia o en primera instancia.
El artículo 45 del Código Orgánico de Tribunales se refiere a la competencia
de los jueces de letra en materia civil, esto en base a la cuantía para esos efectos;
así, si la cuantía no excede de las 10 UTM el asunto será conocido en única
instancia, y por el contrario, si la cuantía excede de las 10 UTM el asunto va a ser
conocido en primera instancia.

- Sirve para determinar el procedimiento aplicable al juicio en materia civil. En este


sentido, existen juicios ordinarios de mayor cuantía, de menor cuantía y de mínima
cuantía.
Esta materia está regulada en el Código de Procedimiento Civil en los
siguientes artículos: artículos 698, 703 y 729 del citado Código.

- La cuantía también influye para determinar las costas del juicio (es una
antecedente para fijar o regular las costas), específicamente las costas personales
(honorarios de los abogados que intervienen).

* Acreditación en el expediente de la cuantía:

Para acreditar la cuantía en el proceso o expediente, hay que hacer algunas


distinciones en esto:

a) En primer lugar, el caso que el demandante acompañe documentos a la


demanda para justificar la cuantía. Si en esos documentos aparece determinado
el valor de la cosa disputada, de la cuantía precisamente se va a determinar con
el mérito de dichos documentos (artículo 116, inciso 1º, Código Orgánico de
Tribunales).

53
Art. 116, Código Orgánico de Tribunales: “Si el demandante acompañare
documentos que sirvan de apoyo a su acción y en ellos apareciere
determinado el valor de la cosa disputada, se estará para determinar la
competencia a lo que conste de dichos documentos”.

b) Si el demandante no acompaña documentos para acreditar la cuantía (porque


no es obligación acompañar documentos a la demanda) o si acompañándolos
no figuran en ellos el valor de lo disputado, hay que subdistinguir si la acción es real
o personal. Esta acción puede ser real o personal, según lo sea el derecho que se
pretenda resguardar (artículo 117, Código Orgánico de Tribunales).
El derecho real está protegido por la acción real (artículo 577, Código Civil),
y los derechos personales o créditos están protegidos por la acción personal
(artículo 578, Código Civil).

• Si la acción fuere real, la cuantía se determina por la apreciación que hagan


las partes de común acuerdo (artículo 118, inciso 1º). Este acuerdo incluso la
ley lo promueve cuando el demandado realiza cualquier gestión y no reclama
de la cuantía.
Si no hay acuerdo entre las partes, el tribunal debe nombrar un perito
para que avalúe la cosa y se reputará por verdadero valor de ella (artículo 119,
Código Orgánico de Tribunales).

• Si la acción es personal, la ley dice que el valor en la cuantía se determina por


la apreciación que haga el demandante en la demanda (artículo 117).

B) Segundo factor: La Materia:

La Materia es un factor que puede desplazar a la cuantía. Eso quiere decir que un
factor desplaza al otro.
La materia es la naturaleza del asunto sometido al conocimiento y división de un
tribunal (naturaleza de un asunto determinado). Esto se determina por las leyes sustantivas,
escapa al derecho procesal, se aplican las leyes de fondo y que a su vez están en
relación con el litigio.
¿De qué manera la materia influye en la competencia?. En general la
especialidad de una materia afecta la competencia, porque el asunto puede pasar al
conocimiento de un tribunal especial (no siempre, pero en algunos casos es así).

a) La materia en los asuntos penales: En relación a los delitos hay que distinguir en
delitos comunes y delitos especiales o militares. Los primeros están establecidos en
la legislación ordinaria y los segundos en la legislación procesal militar y leyes
complementarias.
Según esto tenemos que de los delitos comunes conocen los tribunales
ordinarios (juzgados de letras con jurisdicción criminal) y según la reforma procesal
penal le va a corresponder conocer de ellos a los tribunales judiciales orales en lo
penal y en algunos casos a los tribunales de garantía.
Si el delito es militar, lo conocen los tribunales militares. Ejemplo: delito de
sedición (se pasa a un tribunal especial por la especialización del asunto).
En otros casos ciertos delitos que están establecidos en leyes especiales son
de conocimiento de un ministro de corte. Ejemplo: las infracciones a la ley de
Seguridad Interior del Estado cometida por civiles (artículo 50, nº 1).
Algunos otros delitos, también considerando la materia del asunto van a ser
de competencia de ministros de la Corte Suprema (artículo 52, nº 2).
Las faltas, por su parte, las conocen los Juzgados de Policía Local.

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b) La materia en los asuntos civiles: En los asuntos civiles, si la materia es de índole
laboral o dicen relación con aspectos de seguridad social o previsionales, esos
asuntos son de competencia de juzgados del trabajo.
En otros casos el asunto civil puede ser de conocimiento de un tribunal
arbitral (artículo 227 del Código Orgánico de Tribunales, materia de arbitraje
forzoso).
Otros asuntos civiles pueden ser de competencia de juzgados de menores,
siempre que en la comuna existan estos tribunales.
Por último, hay ciertos juicios que según la materia se denominan juicios de
hacienda (en que es parte el Fisco). Estos juicios, regulados en el artículo 748, inciso
1º del Código de Procedimiento Civil, los conoce un juez de letras de comuna
asiento de Corte de Apelaciones; vale decir, aquí la materia incide en la
categoría.

C) Tercer factor: El Fuero:

Este es un elemento personal, está referido a la persona de los litigantes.


El Fuero, como elemento de la competencia, es la calidad personal de alguno de
los litigantes, y en virtud del cual los asuntos judiciales van a ser conocidos por un tribunal
de mayor jerarquía, lo que trae como consecuencia mayores garantías procesales para
los litigantes.
Este fuero hay que analizarlo tanto en materia civil como en materia penal, y lo
más importante es que se trata de un elemento de competencia pero en ningún caso es
un privilegio para las partes. Las partes están en igualdad de condiciones ante el juez, lo
contrario atentaría contra el proceso.

a) El fuero en materia civil:

o Fuero Menor: Este fuero tiene lugar en aquellas causas civiles y de comercio cuya
cuantía sea inferior a 10 UTM. Estos asuntos, en principio son conocidos por un juez
letrado en única instancia, pero si en estos asuntos son parte determinadas
personas que la ley indica, estos asuntos van a ser conocidos por el mismo juez
letrado pero en primera instancia. Es decir, en este caso no cambia la jerarquía del
tribunal, pero sí lo que cambia es el grado jurisdiccional. Esto tiene importancia
desde el punto de vista jurisdiccional porque siendo en primera instancia hay
mayores garantías para los litigantes (artículo 45, nº 2, letra g, Código Orgánico de
Tribunales).
Esta norma (artículo 45, nº 2, letra g) enumera cuáles son las personas que
gozan de este fuero menor o “fuero chico”:

 Los Comandantes en Jefe de las instituciones armadas.


 El General Director de Carabineros.
 Los ministros de la Corte Suprema o de alguna Corte de Apelaciones.
 Los fiscales judiciales de estos tribunales.
 Los jueces letrados.
 Los párrocos y vicepárrocos.
 Los cónsules generales, cónsules o vicecónsules de las naciones extranjeras
reconocidas por el Presidente de la República.
 Las corporaciones y fundaciones de derecho público o de los
establecimientos públicos de beneficencia.

o Fuero Mayor: Este fuero, también en materia civil (artículo 50 nº 2 del Código
Orgánico de Tribunales), a diferencia con el anterior, se trata de actos civiles que

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en principio deberían ser conocidos por un juez letrado, pero por intervenir o ser
parte determinadas personas que la ley indica, aquí se modifica la jerarquía del
tribunal y en lugar de ser un juez letrado aquí el juez competente va a ser un
ministro de Corte de Apelaciones que resulte competente, de acuerdo con el
turno que la propia Corte establezca.
Según este artículo, quienes tienen este “fuero mayor” o “fuero grande” son
las siguientes personas:

 El Presidente de la República.
 Los ex Presidentes de la República.
 Los Ministros de Estado.
 Los Intendentes y Gobernadores.
 Los Agentes Diplomáticos chilenos.
 Los Embajadores y los Ministros Diplomáticos acreditados con el Gobierno
de la República o en tránsito por su territorio.
 Los Arzobispos.
 Los Obispos.
 Los Vicarios Generales.
 Los Provisores.
 Los Vicarios Capitulares.

Es indiferente si estas partes actúen como demandantes o demandados.


Este ministro de Corte de Apelaciones es un tribunal unipersonal (no es
competente en consecuencia la Corte de Apelaciones) y conoce en primera
instancia. La segunda instancia recae en la propia Corte de Apelaciones.

Hay algunos casos en que estas reglas tienen excepciones. Hay algunos casos
civiles en que no se aplica el fuero, en consecuencia es absolutamente irrelevante la
calidad que tengan las partes o interesados, aquí se aplican los factores de competencia
anteriores (artículo 133 del Código Orgánico de Tribunales). Las excepciones son las
siguientes:

• Los juicios que se rigen por el Código de Minería o juicios de minas.


• Los juicios posesorios.
• Los juicios de distribución de aguas que se rigen por el Código de Aguas.
• Los juicios de partición, que es una materia de arbitraje forzoso.
• Juicios en que se tramiten breve y sumariamente.
• Tampoco se considerará el fuero que tengan los acreedores en el juicio de
quiebra.
• No se considera el fuero que tengan los interesados en los asuntos judiciales no
contenciosos.

b) El Fuero en materia penal:

Hay una regla es esta materia que dice que el tribunal competente para juzgar a
un autor de delito tiene competencia para juzgar a los cómplices y a los encubridores del
mismo delito (artículo 168, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales). Esto significa que si
dentro de los autores de un delito hay personas que gozan de fuero mayor, ese fuero
arrastra a los cómplices, a los encubridores y a los demás autores (atrae al resto de los
participantes).

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Art. 168, Código Orgánico de Tribunales: “El tribunal competente para juzgar al
autor de un delito lo es también para juzgar a los cómplices y encubridores del
mismo delito”.
“Si siendo muchos los autores de un delito o de varios delitos conexos,
hubiere entre ellos individuos aforados y otros que no lo sean, el tribunal
competente para juzgar a los que gozan de fuero, deberá juzgar a los demás
autores y a los cómplices y encubridores”.

Al aplicar el fuero mayor significa que estos delitos en principio son materia de un
ministro de Corte de Apelaciones. Esto va a variar con la reforma procesal penal, que
establece que hoy día los delitos que se rijan por la nueva normativa van a estar
sometidos a los tribunales orales en lo penal y no por un ministro de Corte (artículo 50, nº 2,
Código Orgánico de Tribunales actualizado).
El fuero de los cómplices y de los encubridores no arrastra a los autores. Esta
situación no tiene mayor relevancia porque aquí la norma que rige es la del artículo 168 y
ahí se parte de la base que la parte que tiene fuero es el autor, sin interesar si los
cómplices o encubridores gozan de ello.
Esta norma es distinta tratándose de los tribunales militares, donde cualquiera de
los responsables puede tener fuero y eso es diferente para generar la competencia del
tribunal militar. Esta es una excepción del artículo 168, donde por ejemplo, el fuero de un
cómplice puede arrastrar a un autor (artículo 169, Código Orgánico de Tribunales).
En cuanto al fuero de los funcionarios judiciales, hay que distinguir:

- Si el delito lo comete o si interviene algún miembro de la Corte Suprema o de


algún ministro de Corte de Apelaciones o bien los fiscales judiciales de estos
tribunales, así como los jueces letrados de ciudad asiento de una Corte de
Apelaciones, le corresponde conocer de estos delitos a un ministro de Corte de
Apelaciones (artículo 50, nº 3, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 50, nº 3, Código Orgánico de Tribunales: “Un ministro de la Corte de


Apelaciones respectiva según el turno que ella fije, conocerá en primera
instancia de las causas por delitos comunes en que sean parte o tengan
interés los miembros de la Corte Suprema, los de las Cortes de Apelaciones,
los fiscales de estos tribunales y los jueces letrados de las ciudades de
asiento de las Cortes de Apelaciones”.

- Si el delito lo cometen los jueces letrados de simples comunas, en este caso va a


ser competente para conocer del asunto un juez letrado de comuna que sea
asiento de Corte de Apelaciones (artículo 46, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 46, Código Orgánico de Tribunales: “Los jueces de letras de comunas


asiento de Corte conocerán en primera instancia de las causas criminales
en que sea parte o tenga interés un juez de letras de una comuna o
agrupación de comunas incluidas en el territorio jurisdiccional de esa misma
Corte de Apelaciones”.

7.- Reglas de la Competencia Relativa:

Estas son las normas legales que permiten precisar o determinar con exactitud al
tribunal que debe conocer del asunto judicial dentro de una clase de tribunal, dentro de
una jerarquía o dentro de una categoría, fijado por las reglas de competencia absoluta.

57
Para estos efectos la ley se basa del factor territorial. Estas reglas nos permiten singularizar
el tribunal.
Estas reglas tienen características que podemos hacer notar:

a) En los asuntos civiles contenciosos estas reglas son de orden privado, están
establecidas en el interés de los litigantes.

b) Como consecuencia de lo anterior, en los mismos asuntos civiles contenciosos las


partes pueden renunciar a las normas que la ley establece y podrían celebrar
acuerdos modificatorios. Esto se logra a través de la “prórroga de la
competencia”.
En los asuntos penales y en los civiles no contenciosos no se puede
prorrogar la competencia.

c) En los asuntos civiles contenciosos, el tribunal no puede declararse de oficio


incompetente en relación al territorio; únicamente se podría declarar
incompetente a petición de parte.

d) Estas reglas están destinadas a determinar la competencia entre tribunales de una


misma jerarquía o de una misma categoría y esta es una diferencia con las reglas
de competencia absoluta.

e) Oportunidad que se puede alegar por las partes la incompetencia relativa.


Diferencia con lo que sucede con la competencia relativa, porque respecto de
una regla de competencia absoluta se puede pedir la incompetencia del tribunal
en cualquier estado de tramitación del proceso. En cambio en las reglas de
competencia relativa solamente se podría alegar la incompetencia del tribunal
dentro del plazo para contestar la demanda y debe alegarla antes de hacer
cualquier gestión en el juicio (término del emplazamiento).

El territorio para estos efectos es el lugar geográfico donde ocurre el hecho o


donde sucede el evento que la ley contempla o que considera para determinar la
competencia y puede ser variable, no siempre es el mismo, porque por ejemplo en
algunos casos la ley considera como elemento territorial el domicilio del demandado y
ese domicilio determina el tribunal competente; en otros casos se considera al lugar
donde se celebra el contrato; o bien donde la obligación se deba cumplir; el lugar donde
están ubicados los inmuebles; en materia penal, el lugar es aquel donde se comete el
delito (donde se da principio a su ejecución), el domicilio del causante, etc.

El TERRITORIO es el lugar geográfico que considera el legislador para los efectos de


determinar la competencia o es el lugar donde sucede el hecho que la ley considera
para efectos de la competencia.
Este lugar es variable, el legislador da diversas reglas sobre esta materia. No
siempre se considera el mismo lugar. Ejemplo: el domicilio del demandado, donde las
partes hayan acordado el contrato, donde se contrajo la obligación, etc.

Estas reglas de competencia relativa sirven para dos efectos:

• Para determinar lo que se llama la “competencia horizontal” de los tribunales.


• Para determinar la “competencia vertical” de los tribunales.

La competencia horizontal se refiere a determinar dentro de una determinada


clase cuál es el tribunal concreto. La competencia vertical se refiere a que una vez

58
determinado territorialmente el tribunal competente, automáticamente se determinan
además el tribunal superior que puede conocer de ese mismo asunto en segunda
instancia (principio de gradualidad, surge en este momento).

* Reglas de competencia relativa que establece el Código Orgánico de Tribunales:

Las reglas específicas que establece el Código Orgánico de Tribunales son las
siguientes:

o Reglas de competencia relativa de los asuntos civiles contenciosos.


o Reglas de competencia relativa de los actos judiciales no contenciosos.
o Reglas de competencia relativa en materia penal.

A) Reglas de competencia relativa en los asuntos civiles contenciosos:

Hay una regla general en esta materia que está contenida en el artículo 134 del
Código Orgánico de Tribunales que establece que en general el juez competente para
conocer de una demanda civil (contencioso) es el del domicilio del demandado.

Art. 134, Código Orgánico de Tribunales: “En general, es juez competente para
conocer de una demanda civil o para intervenir en un acto no contencioso el del
domicilio del demandado o interesado, sin perjuicio de las reglas establecidas en
los artículos siguientes y de las demás excepciones legales”.

Esta es una regla que, no obstante ser general, admite diversas excepciones,
también señalado en el artículo 134 del Código. Estas otras excepciones son muy
numerosas, al punto de entender a la regla general como excepcional. Cuando se trata
de determinar el tribunal competente de acuerdo al territorio hay que determinar si en ley
hay una regla especial, sino es así se aplica la regla general del artículo 134.

Las excepciones más importantes a la regla del artículo 134 del Código Orgánico
de Tribunales son las siguientes:

a) Será juez competente para conocer de un determinado asunto civil el que hayan
establecido las partes en el contrato o convención que celebran. Por lo tanto,
prima la voluntad de las partes (artículos 135 y 138 del Código Orgánico de
Tribunales).

b) En el caso que no haya convención entre las partes va a ser tribunal competente
para resolver el asunto civil el que corresponda según la naturaleza de la acción
deducida. De este modo se debe determinar si es mueble o inmueble.
Si la acción es inmueble, en este caso a falta de convención la ley
establece dos tribunales competentes (competencia acumulativa). (artículo 135,
Código Orgánico de Tribunales):

 El juez del lugar donde se contrajo la obligación, o


 El del lugar donde se encontrare la especie reclamada.

Podría ocurrir que los inmuebles (o también los muebles) por su ubicación
estén situados en diversos territorios jurisdiccionales. En este caso la ley señala
(artículo 135, inciso final, Código Orgánico de Tribunales) que será competente
cualquiera de los jueces de esos territorios.

59
Si la acción es mueble, va a ser juez competente a falta de estipulación, la
del domicilio del demandado; es decir, se vuelve a la regla general (artículo 138,
inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).
Si una acción tiene por objeto reclamar simultáneamente cosas muebles e
inmuebles, la ley señala que será juez competente la del lugar donde se
encuentren los inmuebles. Esto puede ocurrir cuando en una demanda se hacen
valer varias pretensiones (artículo 137, Código Orgánico de Tribunales).

c) La tercera excepción dice relación al juicio que se deduzca. En esta materia


distinguimos:

• En cuanto al juicio de petición de herencia, del de desheredamiento y del de


validez o nulidad de disposiciones testamentarias (artículo 148, Código
Orgánico de Tribunales), será juez competente el del lugar donde se hubiere
abierto la sucesión del difunto o causante. Ese juez corresponde a la del último
domicilio del causante, según el artículo 955 del Código Civil.

• En cuanto a los juicios de distribución de aguas (que se rigen por el Código de


Aguas), va a ser juez competente para conocer de estos juicios el de la
comuna donde se encuentre el inmueble del demandado (artículo 144,
Código Orgánico de Tribunales).

• En cuanto a los juicios que se rigen por el Código de Minería, va a ser juez
competente el de la comuna en que se encuentra la pertenencia minera de
que se trate (artículo 146, Código Orgánico de Tribunales).

• En cuanto a los juicios de alimentos menores -los juicios de alimentos pueden


ser mayores o menores dependiendo de la edad-, demanda la cónyuge en
conjunto con los menores de edad, en este caso será juez competente el de la
residencia del demandante o alimentario (artículo 147, Código Orgánico de
Tribunales).

• En cuanto a los juicios posesorios o interdictos posesorios, va a ser juez


competente el juez del lugar en donde estén situados los bienes a que dicha
posesión se refiere. Ahora, si los bienes están ubicados en distintos territorios
jurisdiccionales, será competente cualquier juez de esos territorios (artículo 143,
Código Orgánico de Tribunales).

B) Reglas de competencia relativa en los actos judiciales no contenciosos:

En estos asuntos, hay también una regla general y varias excepciones, de manera
que habrá que ver cada acto judicial no contencioso en particular o ver las reglas
especiales de competencia, si están dentro de estas últimas prima la regla especial.
La regla general en estos asuntos es la siguiente: va a ser el juez competente el del
domicilio del interesado o peticional (artículo 134, Código Orgánico de Tribunales).
Esta regla tiene excepciones. Las más importantes son las siguientes:

• Gestiones de apertura de una sucesión. Ejemplo: trámite de posesión efectiva.


En este caso, va a ser juez competente el del lugar donde se hubiere abierto la
sucesión del difunto, o sea el último domicilio del causante (artículo 134,
Código Orgánico de Tribunales).

60
• Nombramiento de tutores o curadores. Aquí será juez competente el del lugar
donde tuviere su domicilio el pupilo (incapaz) (artículo 150, Código Orgánico
de Tribunales).

• Muerte presunta. Va a ser juez competente el del último domicilio del


desaparecido (artículo 151, Código Orgánico de Tribunales).

• Autorización para gravar o enajenar bienes raíces. Es juez competente el del


lugar en que estén ubicados los inmuebles (artículo 153, Código Orgánico de
Tribunales).

C) Reglas de competencia relativa en materia penal:

Estas reglas sirven para determinar el juez competente para conocer de un delito.
Aquí hay que distinguir si el delito se cometió en Chile o en el extranjero.
La regla general es que los tribunales son competentes sobre los hechos que
ocurran en Chile o en la república. Excepcionalmente los tribunales chilenos pueden tener
competencia sobre delitos que se cometan en el exterior.

* Delitos cometidos dentro del territorio de Chile:

Tratándose de los delitos que ocurran en Chile, hay que subdistinguir si se ha


cometido un solo delito o si la persona ha cometido varios delitos.

1) Cuando la persona ha cometido un solo delito (delito independiente), va a ser


competente el tribunal del territorio donde se hubiere cometido el hecho que da
motivo al proceso (porque no se sabe a priori si el delito se cometió o no). (artículo
157, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).
Esta regla tiene una excepción importante tratándose del un delito
específico: “giro doloso de cheques”. Para conocer de este delito es competente,
según lo establece la ley de cuentas bancarias y cheques, el juez del lugar
correspondiente al domicilio que el girador del cheque tenga registrado en el
banco al que corresponda la cuenta corriente, sin importar el lugar donde se
cometa el hecho (artículo 22, Ley de cuentas bancarias y cheques).

2) Cuando se cometen varios delitos, la ley dice que debe ser juzgado por todos los
delitos en un solo proceso, esto independientemente que se hayan iniciado
procesos por separado. Los procesos que se inicien contra esta persona se deben
acumular (acumulación de autos). Sin embargo, aquí se presenta el problema de
determinar cuál es el tribunal donde se van a acumular los procesos.
Puede ocurrir también que el juez donde se acumulen los procesos estime
conveniente no acumularlos, vale decir ordena la desacumulación y tramitarlos
por separado. Esto ocurre cuando los procesos tienen tramitación distintas, o sea
cuando ocurren crímenes, simples delitos o faltas (artículo 160, inciso 2º, Código
Orgánico de Tribunales).
En esta materia hay que analizar si los delitos son conexos o independientes
(los delitos conexos son los que están relacionados entre sí siempre que la ley lo
dispone; los delitos independientes son aquellos que no están relacionados entre
sí).

i. Varios “delitos independientes” entre sí cometidos por una personas: Según la


regla del artículo 160, se deben analizar los casos. Las reglas son:

61
o Si estos delitos se cometen en un mismo territorio jurisdiccional, va a ser
competente el juez de ese territorio.
Si en la comuna hay varios jueces con la misma jurisdicción criminal,
en ese caso los procesos se deben acumular ante el juez que conozca el
proceso más antiguo (artículo 159, inciso 2º, Código Orgánico de
Tribunales).

o Si los delitos son cometidos en distintos territorios jurisdiccionales, aquí hay


que atender a la gravedad para determinar el tribunal competente, por la
pena que la ley le asigna a cada uno de los delitos.
Según esto, sería juez competente el del lugar en que se cometió el
último crimen o en defecto el último simple delito (artículo 159, inciso 1º,
Código Orgánico de Tribunales). Esta regla es en el entendido que los
delitos sean de distinta gravedad.
Si los delitos son de la misma gravedad aquí va a ser competente o
se acumula ante el juez donde se cometió el último delito.

Estas reglas tienen una norma complementaria señalada en el artículo


163 del Código Orgánico de Tribunales, esto cuando no se puede establecer
con precisión en que comuna se ha cometido el delito. La ley dice que va a
ser juez competente el que primero comenzó a instruir el proceso.
Si los dos jueces comenzaron simultáneamente, en ese caso el juez
competente lo va a determinar la Corte de Apelaciones respectiva de la cual
dependen esos jueces, entendiendo que ambos dependen de la misma corte.
Si dependen de distintas cortes, resuelve la Corte Suprema.

ii. Por último, en cuanto a los “delito conexos”, se entiende por tal aquellos que
están íntimamente relacionados, de manera que forman una sola materialidad
en cuanto a los hechos.
Según el artículo 164, será juez competente para conocerlos en uno
solo:

o El de la comuna en que se hubiere cometido el delito de mayor gravedad.


o Si todos los delitos fueren de igual gravedad, el de la comuna en que se
cometió el último delito.
o Si no se supiere cuál fue el último delito, el juez de la comuna en que se
cometió uno de ellos, y que primero hubiere comenzado a instruir el
proceso.
o Si varios jueces hubieren comenzado a instruirlo a un mismo tiempo, aquel
que fuere designado por la respectiva Corte de Apelaciones, o por la Corte
Suprema, si los jueces dependen de diversas Cortes de Apelaciones.

El artículo 165 del Código Orgánico de Tribunales enumera cuatro casos


de delitos que la ley considera conexos: los cometidos simultáneamente por
dos o más personas reunidas; los cometidos por dos o más personas en distintos
lugares o tiempos, si hubiere precedido concierto entre ellas; los cometidos
como medio para perpetrar otro delito, o para facilitar su ejecución; y los
cometidos para procurar la impunidad de otros delitos.

Es importante señalar que muchos de los artículos están derogados en el nuevo


Código Orgánico de Tribunales, con motivo de la nueva reforma procesal penal (Ley Nº
19.708, del 5 de enero de 2001).

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* Delitos cometidos fuera del territorio de Chile:

Excepcionalmente los tribunales chilenos pueden tener competencia para juzgar


delitos cometidos en el extranjero.
El Código Orgánico de Tribunales en el artículo 6º dice que quedan sometidos a la
jurisdicción chilena ciertos delitos determinados o específicos. Este artículo enumera
taxativamente ciertos delitos (es una competencia restrictiva). Todas estas figuras
judiciales que se indican son relativas a hechos que afectan al país.
En este caso, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 167 del Código Orgánico de
Tribunales, estos delitos van a ser de la competencia de los tribunales con jurisdicción
criminal de Santiago (tribunales ordinarios de carácter permanente o eventualmente
puede ser un tribunal accidental (depende del delito). Ejemplo: delitos contra la
seguridad del Estado, es competencia de un ministro de Corte y no de un juez del crimen.
Para estos efectos existe un Auto Acordado de la Corte de Apelaciones de
Santiago (12 de febrero de 1935) que señala que estos delitos los conoce el juez de turno
en el momento que ocurre el hecho.

8.- Reglas de Turno y de Distribución de Causa:

Estas reglas se aplican siempre después que han sido aplicadas las reglas absolutas
y relativas, porque primero tiene que establecerse el tribunal competente, o sea precisarlo
en cuanto a su territorio, y solamente en este caso va a ser posible aplicar estas reglas. En
consecuencia son complementarias a las absolutas y relativas.
¿Por qué es necesario complementar las reglas absolutas o relativas?. Lo que
ocurre o puede ocurrir es que precisado el territorio del tribunal existan dentro de éste
varios jueces con la misma o análoga competencia (aunque no siempre es así). Dentro de
estos varios tribunales es sólo uno el que debe conocer el asunto.
Estas reglas no se aplicarán en aquellos casos de competencia acumulativa o
preventiva, cuando la ley es la que establece dos o más tribunales competentes. La
demanda puede interponerse ante cualquiera de estos tribunales.

* Aplicación de las normas de turno o de distribución de causa:

Se debe determinar cuál de los tribunales de ese territorio será el que conocerá del
asunto. Aquí hay que distinguir si en ese territorio jurisdiccional existe o no Corte de
Apelaciones.

a) Si en el lugar no hay Corte de Apelaciones:

Todos estos asuntos judiciales de cualquier naturaleza (civiles, penales, no


contenciosos) se presentan ante el tribunal que esté de turno en la semana en que ocurre
el hecho de que se trata. Este turno se ejerce por semana entre los distintos juzgados de
ese territorio, y comienza a desempeñarlo el tribunal más antiguo y le siguen los demás
según el orden de antigüedad.
Durante la semana que ocurre el hecho, todos los asuntos judiciales se presentan
ante el juez de turno, ese juez deberá seguir conociendo los asuntos hasta su total
terminación.
Puede ocurrir que en este territorio la jurisdicción se encuentre dividida entre los
distintos juzgados. Podría haber varios juzgados civiles y varios juzgados del crimen. Esto
hay que estudiarlo lógicamente:

• Si el asunto es civil contencioso o si es no contencioso, éste se presentará ante


el juzgado civil que esté de turno.

63
• En los asuntos penales o criminales se presentará ante el juez del juzgado del
crimen que esté de turno.

b) Si en el lugar hay Corte de Apelaciones:

Aquí hay que distinguir cuál es la naturaleza del asunto judicial para determinar las
reglas a aplicar. Hay que distinguir si se trata de asuntos civiles contenciosos, asuntos no
contenciosos y asuntos penales; porque aquí se podrán aplicar tanto las reglas de turno
como las reglas de distribución de causa.

• En los asuntos civiles contenciosos -que se inician siempre por demanda-, en


ciertos casos la demanda se debe presentar en la secretaría de la respectiva
Corte de Apelaciones. Esto con el objeto de que se proceda a designar a
alguno de los jueces para que conozca de ese asunto.
La demanda no se presenta directamente ante el tribunal. El que
designa el juzgado es concretamente el Presidente de la Corte de Apelaciones
previa información que le da el secretario de la misma Corte, y para cuyo
efecto a cada asunto se le asigna un número y se deja constancia en un libro
(artículo 176, Código Orgánico de Tribunales).
En la Corte de Apelaciones que tenga implementado un sistema
computacional (ejemplo: Concepción) las demandas civiles se presentan en la
oficina de distribución de demandas. Aquí, entonces, rige la regla de
distribución de causas.

• En los asuntos civiles no contenciosos, corresponde que sean presentados al


juzgado que se encuentre de turno. No se aplica la distribución de causas
(artículo 179, inciso 1º parte final, Código Orgánico de Tribunales).
Si la jurisdicción está dividida entre los juzgados, deben ser presentados
ante el juez de turno en lo civil.

• En los asuntos penales, también hay que hacer alguna distinción, porque
depende de cómo sea la forma en que se inicia el asunto (los asuntos penales
son variables en como se inician).

o Primer caso: Si se inicia por Querella Criminal. En este caso debe seguirse el
mismo conducto de la demanda civil. Debe se presentada ante el
secretario de la Corte de Apelaciones respectiva (artículo 180, Código
Orgánico de Tribunales) para que el Presidente de la Corte de Apelaciones
respectiva haga la designación a alguno de los juzgados con competencia
criminal.

o Segundo caso: Si se inicia por cualquier otra forma distinta de la querella


(de oficio, por denuncia o por requisición del Ministerio Público), debe ser
presentada ante el juzgado de turno que se encuentre en ese territorio
(artículo 180, Código Orgánico de Tribunales).

* Excepciones a las reglas de turno y distribución de causas:

Estas reglas de distribución de causas tienen algunas excepciones. Hay casos en


que no se van a aplicar estas reglas no obstante que se den los supuestos para ello. Estos
casos de excepción son los siguientes:
Será juez competente el tribunal que haya sido designado anteriormente a la
presentación de la demanda de que se trata:

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a) Demandas presentadas en juicio iniciado por medidas prejudiciales. En ese caso
se presenta la demanda ante el juez designado para conocer la medida
prejuducial (medida anterior al juicio, antes de interponerla).

b) Demandas presentadas en juicios que se hayan iniciado por una gestión


preparatoria de la vía ejecutiva. Esta demanda ejecutiva se va a presentar ante el
tribunal que haya conocido de esa gestión preparatoria. Ejemplo: una persona
que llama a otra a reconocer una deuda que no tiene constancia escrita.

c) Acción de desposeimiento, en que la demanda se debe presentar ante el mismo


tribunal que conoció de la gestión preliminar de notificación que ordena el artículo
758 del Código de Procedimiento Civil.

d) Demanda de cumplimiento de una sentencia judicial, cuando éste se pide ante el


mismo tribunal que pronunció la sentencia en primera o en única instancia
(artículo 114 del Código Orgánico de Tribunales).

e) En materia de exhortos civiles, los casos se deben presentar para su tramitación y


cumplimiento ante el tribunal de turno.

Todas estas reglas señaladas tienen excepción tratándose de los tribunales de la


Región Metropolitana, donde no se aplican estas reglas porque los tribunales tienen
asignado un territorio jurisdiccional (incisos finales de los artículos 179 y 180 del Código
Orgánico de Tribunales).

* Naturaleza jurídica de las reglas de turno y de distribución de causa:

Dentro de esta materia, respecto de la naturaleza jurídica de las reglas de turno y


de distribución de causa, hay que determinar si son o no reglas de competencia. Esto es
importante en el caso si se infringen estas reglas.
Al respecto hay dos teorías o posiciones que son extremas:

- Hay una parte de la doctrina que señala que, de acuerdo con el artículo 175,
constituyen verdaderas reglas de competencia, y se basan en que estas reglas son
de naturaleza de orden público, son irrenunciables para las partes.
Los que sostienen esta teoría se basan en lo que dispone el artículo 175,
inciso 1º del Código Orgánico de Tribunales. Según esta norma, estas reglas tienen
por objeto dividir el ejercicio de la jurisdicción. Esta doctrina estima que este sería
un nuevo elemento que hay que agregar (quinto elemento, y se encontraría
dentro de las reglas de competencia relativa junto con el territorio).
En consecuencia, la infracción a esta normativa podría traer aparejada la
incompetencia del tribunal.

- Otra parte de la doctrina sostiene que estas reglas no son normas de


competencia, sino que sólo son reglas que establece la ley con otra finalidad:
para distribuir equitativamente el trabajo entre los distintos tribunales en una misma
comuna o en un mismo territorio.
Esta es la teoría que ha sido mayormente aceptada dentro de nuestra
jurisprudencia.
Son normas de base para distribuir el trabajo jurisdiccional. Su carácter es
que son reglas de carácter económico para una mayor administración de justicia
y desde el punto de vista de la competencia no revisten mayor importancia.

65
La infracción de esta norma no acarrea la incompetencia del juez. (En
Concepción es imposible que pase por el sistema computacional).

9.- Prórroga de la Competencia:

Está materia se encuentra regulada desde el artículo 181 al 187 del Código
Orgánico de Tribunales, lo que demuestra que es una institución importante en el Derecho
Procesal.
Esta prórroga es una atribución que se le da a las partes para que puedan
cambiar el tribunal que debe conocer del asunto, pero no cambiarlo en cuanto a su
clase o jerarquía, pero sí puede cambiar el tribunal territorialmente designado para
conocer del asunto respetándose la clase y la jerarquía.
No hay impedimentos para alterar las reglas territoriales mediante un acuerdo
entre las partes. Sin embargo, son restrictivas, porque sólo se aplican para los asuntos
judiciales contenciosos.

* Concepto de prórroga de la competencia: La prórroga de competencia “es el acto a


través del cual las partes, expresa o tácitamente, acuerdan en someter el conocimiento
de un acto judicial determinado a un tribunal relativamente incompetente y reuniéndose
los demás requisitos legales”.

De este concepto surge una de las características más importantes y que se refiere
únicamente a las reglas de competencia relativa, es decir con reglas que estén referidas
al factor territorial y nada más. No se puede prorrogar la competencia tratándose de las
reglas de competencia absoluta (no están referidas a los factores de la cuantía, la
materia y el fuero). En consecuencia no podrían acordar en ser juzgados por un tribunal
que es absolutamente incompetente. Se respeta la clase y la jerarquía.
Este tribunal al cual las partes de va a entregar competencia mediante este
acuerdo, y que es relativamente incompetente, tiene que se sin embargo absolutamente
competente para conocer del negocio a la luz de los elementos de la materia, del fuero y
de la cuantía. Sólo debe ser incompetente en razón del territorio.

* Requisitos de procedencia:

La ley hace una serie de exigencias en esta materia para que pueda operar la
institución de la prórroga. Para que proceda la prórroga de la competencia, se debe
cumplir con los requisitos que a continuación se detallan:

a. Primer requisito: Debe mediar un convenio entre las partes en litigio.

Este es un requisito básico o elemental para que se dé la prórroga. Este


acuerdo se refiere a que la voluntad de los litigantes debe ser concordante en esta
materia, en que se le da competencia a un tribunal que es relativamente
incompetente.
Esta prórroga o acuerdo entre las partes respecto de la competencia puede
ser expreso o tácito.

- El acuerdo es expreso cuando la prórroga de la competencia se realiza de


manera fehaciente o en términos claros y explícitos. La prórroga se produce
cuando en el contrato o en un acto posterior las partes convienen en ello (artículo
186, Código Orgánico de Tribunales).
En cualquiera de estos casos las partes deben señalar o designar con todas
precisión el juez a quienes se someten. Designar al juez significa señalar con

66
precisión el territorio de ese tribunal. Ejemplo: se deja expresamente que las partes
se someten a los tribunales de Chillán siendo naturalmente competente el tribunal
de Concepción.

- La prórroga es tácita cuando no consta de términos claros y explícitos, no consta


fehacientemente por escrito, y en ese caso la prórroga se deduce o se presume
de ciertas actitudes que adoptan los litigantes en relación a este punto. Hay que
analizarlo dentro del punto de vista del demandante, por un lado, y del
demandado, por otro, porque los dos tienen actitudes diferentes.

Art. 187, Código Orgánico de Tribunales: “Se entiende que prorrogan


tácitamente la competencia:
1.- El demandante, por el hecho de ocurrir ante el juez interponiendo su
demanda;
2.- El demandado, por hacer, después de personado en el juicio,
cualquiera gestión que no sea la de reclamar la incompetencia del juez”.

Desde el punto de vista del demandante, esto se va a ocurrir cuando el


demandante presenta su demanda ante el tribunal relativamente incompetente
(artículo 187, nº 1, Código Orgánico de Tribunales). Desde el punto de vista del
demandado, cuando éste hace cualquier gestión dentro del juicio que se ha
presentado ante un juez relativamente incompetente que no sea de reclamarle la
incompetencia del tribunal (artículo 187, nº 2, Código Orgánico de Tribunales).
Los problemas que se pueden presentar en esta materia son, por ejemplo, si
el demandado está rebelde o no quiere comparecer al juicio, ¿la competencia se
entiende prorrogada?. La respuesta es que la competencia no se entendería
prorrogada porque la ley exige que el demandado se haga parte en el juicio y
realice cualquier gestión.

b. Segundo requisito: Se requiere tener capacidad.

Esta capacidad la tienen en general todas las personas que según las leyes
sustantivas son capaces de comparecer en juicio por sí solas (en términos simples
las que tienen capacidad de ejercicio). El incapaz podrá prorrogar la
competencia a través de sus representantes legales.
Dicho de otro modo, las personas facultadas para prorrogar esta
competencia son todas las personas que según la ley son hábiles para
comparecer en juicio, y por las que no son hábiles pueden prorrogar sus
representantes legales (artículo 184, Código Orgánico de Tribunales).

c. Tercer requisito: Debe tratarse de un asunto civil contencioso.

La ley exige que para prorrogar la competencia debe tratarse de un


asunto civil contencioso; de manera que es absolutamente incompetente la
prórroga en los asuntos penales y en los asuntos no contenciosos, siempre debe
conocer de ellos el juez naturalmente competente. (artículo 182, parte final).

d. Cuarto requisito: Es necesario que se trate de competencia de primera instancia.

Según el artículo 182 del Código Orgánico de Tribunales, la prórroga de


competencia sólo procede en primera instancia. No procede la segunda instancia
jamás, porque se alteraría la regla del grado. La competencia de segunda
instancia siempre permanecerá inalterable.

67
Eventualmente en la competencia de única instancia se podría prorrogar la
competencia porque no se alteraría la regla del grado.

e. Quinto requisito: Procede exclusivamente entre tribunales ordinarios y de igual


jerarquía.

Así lo dispone el artículo 182 del Código Orgánico de Tribunales. De este


modo se excluyen los tribunales arbitrales y especiales.

* Efectos de la prórroga de competencia:

La prórroga de competencia produce importantes efectos, estos son:

- El efecto más importante que se produce (efecto positivo) es que en virtud de la


prórroga de competencia, se atribuye competencia a un tribunal que no la tiene.
En principio es un juez que no puede conocer del asunto.

- Como contrapartida de lo anterior (efecto negativo), en virtud de la prórroga de


competencia se le está quitando o privando de competencia al tribunal que
según la ley la tiene (naturalmente competente).

- La prórroga afecta solamente a las partes que han intervenido en ella, entre los
litigantes que han concurrido a otorgarla (artículo 185, Código Orgánico de
Tribunales). Este artículo señala algunos ejemplos: fiadores o codeudores en caso
que exista.

- Un último efecto que se produce es que la prórroga de competencia sirve para


convalidar, especialmente si se habla de la prórroga tácita, actuaciones
procesales que en principio serían nulas y las transforma en válidas.

¿Qué puede ocurrir si una demanda se presenta ante un tribunal relativamente


incompetente?. Hay dos posibilidades frente a esta situación (prórroga tácita):

o Una posibilidad es que pueda operar la prórroga tácita. Ese juez ante el cual se
presentó la demanda puede continuar conociendo de la causa. Hay prórroga de
competencia desde el punto de vista del demandado.

o Otra posibilidad es que el demandado reclame de la incompetencia de los


tribunales. Esto significa que este demandado no acepta la competencia
planteada y este reclamo da origen a lo que se llama una “cuestión de
competencia” que tendrá que resolverse. En principio la prórroga tácita no opera
y aquí habrá que someterse a lo que diga el juez.

** CONFLICTOS DE COMPETENCIA

Estos conflictos de competencia pueden ser de dos tipos:

 Cuestiones de competencia.
 Contiendas de competencia.

* Concepto de Conflictos de Competencia: “Incidencia formulada por las partes con los
tribunales, los tribunales entre sí, o entre los tribunales de justicia con las autoridades

68
políticas o administrativas, relacionado con su competencia para conocer de un negocio
determinado”.

En algunos casos, puede ocurrir que se ponga en duda la competencia de un juez


para conocer de un asunto o negocio determinado.
Estos problemas de competencia pueden presentarse porque el conflicto se
suscita entre las partes con el tribunal. Algunas de las partes reclama de la incompetencia
y eso da origen a la llamada “cuestión de competencia”, que siempre es promovida
entre las partes.
Otra situación que se produce es que el conflicto se plantea entre los propios
tribunales entre sí; por ejemplo, dos o más tribunales se pueden declarar competentes
sobre el mismo asunto o que ninguno sea competente. Aquí ocurre lo que se denomina
"contienda de competencia".
Estos conflictos, en general, la ley intenta solucionarlos. En el caso de las
contiendas entre tribunales, la ley establece una autoridad para darle solución a la
contienda que normalmente es el superior jerárquico, que es el que tiene que dirimirla.
Si estamos en presencia de una cuestión de competencia la ley establece una
tramitación porque constituyen incidentes del juicio.

Los conflictos de competencia se pueden plantear:

- Entre las partes con los tribunales de justicia. Aquí se habla de cuestiones de
competencia.

- Entre los tribunales de justicia entre sí (entre todo tipo de tribunales). Esto origina
una contienda que se soluciona con una autoridad determinada que la ley
señala.

- Entre los tribunales de justicia y determinadas autoridades políticas o


administrativas. Ejemplo: entre una Corte de Apelaciones y el Servicio de
Impuestos Internos. Aquí también se habla de contiendas y también la ley señala la
autoridad encargada de darle solución.

A) Cuestiones de Competencia:

Son aquellas incidencias que se promueven o formulan por las partes acerca de la
falta de atribuciones de un tribunal que ha sido requerido para conocer de un asunto y
por lo mismo se estima que es incompetente. Se origina a través de un reclamo de alguna
de las partes.
Estas cuestiones de competencia se rigen por el Código de Procedimiento Civil y
están tratados precisamente dentro de los incidentes especiales (artículo 101 y siguientes
del Código de Procedimiento Civil).

Art. 101, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Podrán las partes promover
cuestiones de competencia por inhibitoria o por declinatoria”.

Hay dos formas de promover una cuestión de competencia: a través de la


“declinatoria” y por vía “inhibitoria”.

1) Por declinatoria: La declinatoria es la reclamación que hace la parte interesada


(agraviada) ante el mismo tribunal que se encuentre conociendo del asunto a fin
de que se declare incompetente, y dentro de ese mismo juicio el demandado
reclama.

69
La parte agraviada tiene distintos medios o formas para alegar esta
incompetencia, lo normal es formulando una excepción de incompetencia antes
de contestar la demanda. En este reclamo la parte le señala al juez cuál es el
tribunal que se estima como competente, lo que se le pide es que se abstenga de
seguir conociendo la causa (artículo 111, Código de Procedimiento Civil).

Art. 111, Código de Procedimiento Civil: “La declinatoria se propondrá ante


el tribunal a quien se cree incompetente para conocer de un negocio que
le esté sometido, indicándole cuál es el que se estima competente y
pidiéndole se abstenga de dicho conocimiento. Su tramitación se sujetará
a las reglas establecidas para los incidentes”.

2) Por Inhibitoria: La inhibitoria se plantea ante el tribunal que se estima como


competente pero que no está conociendo del asunto (al revés del caso anterior).
Esto con la finalidad de que este tribunal se dirija al que está conociendo el asunto
para que se inhiba de dicho conocimiento y le remita los antecedentes (artículo
102, Código de Procedimiento Civil).

Art. 102, Código de Procedimiento Civil: “La inhibitoria se intentará ante el


tribunal a quien se crea competente, pidiéndole que se dirija al que esté
conociendo del negocio para que se inhiba y le remita los autos. Si el
recurrente pretende acreditar con documentos su derecho deberá
acompañarlos a la solicitud de inhibitoria, o pedir en ella los testimonios
correspondientes”.

En este último caso podría ocurrir que el tribunal dirija una comunicación al
otro y este último podría acceder a la petición. Pero también puede ocurrir que no
acceda a la petición y que se siga estimando competente no obstante la petición
hecha por el otro tribunal, en este caso se origina una contienda entre tribunales.

La ley indica que la parte que opta por cualquiera de estas vías no puede
abandonarla, no se puede cambiar al otro sistema ni tampoco pueden emplearse
simultáneamente los dos métodos (artículo 101, inciso final, Código de Procedimiento
Civil).

Art. 101, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil: “Las que hayan optado por uno
de estos medios, no podrán después abandonarlo para recurrir al otro. Tampoco
podrán emplearse los dos simultánea ni sucesivamente”.

B) Contiendas de Competencia:

Son los conflictos que se promueven entre los tribunales directamente entre sí. Esto
ocurre cuando todos los tribunales se estiman que son competentes para conocer de un
asunto determinado (sentido positivo), o bien cuando ninguno de ellos se estima como
competente (sentido negativo).
La contienda se puede promover no sólo entre tribunales, sino que también se
puede promover entre tribunales y otras autoridades políticas y administrativas. Ejemplo:
un juzgado de letras y el director del Servicio de Impuestos Internos.
Aquí interesa saber cuál es la autoridad llamada a solucionar el problema. Estos
conflictos van a ser solucionados por alguna autoridad que la ley indique (en la mayoría
de los casos son autoridades judiciales). Esto va a depender de la clase de tribunales que
estén discutiendo la competencia.

70
Según esto tenemos que existen diferentes clases de contiendas de competencia,
dependiendo de los tribunales que intervengan:

• Contiendas de competencia que se susciten entre tribunales ordinarios entre sí.


• Contiendas de competencia que se promuevan entre tribunales ordinarios y
tribunales especiales, o bien entre tribunales especiales entre sí.
• Contiendas de competencia que se susciten entre los tribunales de justicia con
las autoridades políticas o administrativas que ejerzan funciones
jurisdiccionales.
• Contiendas de competencia que se promuevan entre tribunales arbitrales
entre sí.
• Contiendas de competencia que se susciten entre tribunales arbitrales con
tribunales ordinarios o tribunales especiales

1. Conflictos de competencia entre tribunales ordinarios entre sí. En este caso interesa
ver la jerarquía de los tribunales en los cuales la contienda se suscita. Aquí existen
varias reglas:

a. Si los tribunales son de igual jerarquía, en este caso va a ser competente para
dirimir esta contienda el tribunal que sea superior común de ambos (artículo
190, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 190, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “Las contiendas de


competencia serán resueltas por el tribunal que sea superior común de los
que están en conflicto”.

b. Si los tribunales no dependen de un mismo superior común (tienen distintos


tribunales superiores), en este caso va a ser competente para dirimir la
contienda el tribunal superior de aquel que previno en el conocimiento del
asunto (artículo 190, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 190, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales: “Si dependieren de


diversos superiores, iguales en jerarquía resolverá la contienda el que sea
superior del tribunal que hubiere prevenido en el conocimiento del asunto”.

c. Si los tribunales ordinarios fuesen de distinta jerarquía, en este caso va a resolver


la contienda el tribunal superior de aquel que tenga la jerarquía más alta
(artículo 190, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 190, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales: “Si los tribunales fueren
de distinta jerarquía, será competente para resolver la contienda el superior
de aquel que tenga jerarquía más alta”.

2. Conflictos de competencia entre tribunales ordinarios y tribunales especiales; o


entre tribunales especiales entre sí. Ejemplo: entre un juez letrado de Concepción y
un juez del trabajo de la misma ciudad, o entre un juzgado del crimen con un juez
militar.
En esta materia hay que distinguir:

a. Si los tribunales dependen de una misma Corte de Apelaciones, en este caso


va a ser competente para resolver el conflicto dicha Corte de Apelaciones
(artículo 191, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

71
Art. 191, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “Sin perjuicio de las
disposiciones expresas en contrario, las contiendas de competencia que se
susciten entre tribunales especiales o entre éstos y los tribunales ordinarios,
dependientes ambos de una misma Corte de Apelaciones, serán resueltas
por ella”.

b. Si los tribunales dependen de distintas Cortes de Apelaciones, en este caso va


a resolver la contienda aquella Corte que sea superior jerárquico del tribunal
que haya prevenido en el conocimiento del asunto (artículo 191, inciso 2º,
Código Orgánico de Tribunales).

Art. 191, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales: “Si dependieren de


diversas Cortes de Apelaciones resolverá la contienda la que sea superior
jerárquico del tribunal que hubiere prevenido en el conocimiento del
asunto”.

c. Si no pudieran aplicarse ninguna de las dos reglas anteriores resolverá la


contienda la Corte Suprema (artículo 191, inciso 3º, Código Orgánico de
Tribunales).

Art. 191, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales: “Si no pudieren aplicarse
las reglas precedentes, resolverá la contienda la Corte Suprema”.

3. Conflictos de competencia entre tribunales de justicia y las autoridades políticas o


administrativas que ejerzan funciones jurisdiccionales. Aquí hay que hacer una
distinción según si la contienda se promueve por los tribunales inferiores de justicia
y por los tribunales superiores de justicia, porque dependiendo de eso la autoridad
es distinta.

a. Si la contienda se promueve entre tribunales inferiores con autoridades políticas


o administrativas, en este caso le corresponde resolver la contienda a la Corte
Suprema (artículo 79, inciso 3º, CPE; artículo 191, inciso 4º, Código Orgánico de
Tribunales).

Art. 79, inciso 3º, CPE: La Corte Suprema “conocerá, además, de las
contiendas de competencia que se susciten entre las autoridades políticas
o administrativas y los tribunales de justicia, que no correspondan al
Senado”.

b. Si la contienda de competencia se promueve entre los tribunales superiores de


justicia con las autoridades políticas o administrativas, es competente para
resolver el Senado (artículo 49, nº 3, CPE; artículo 191 inciso 4º Código Orgánico
de Tribunales).

Art. 49, nº 3, CPE: “Es atribución del senado conocer de las contiendas de
competencia que se susciten entre las autoridades políticas o
administrativas y los tribunales superiores de justicia”.

4. Conflictos de competencia entre tribunales arbitrales entre sí. Estos conflictos son
de rara ocurrencia. Aquí hay que tener presente que estos tribunales arbitrales sólo
para los efectos de la contienda de competencia, según el Código Orgánico de
Tribunales, tienen por superior jerárquico a la respectiva Corte de Apelaciones
(artículo 190, inciso final, Código Orgánico de Tribunales).

72
Art. 190, inciso 4º, Código Orgánico de Tribunales: “Los jueces árbitros de
primera, de segunda o de única instancia tendrán por superior, para los
efectos de este artículo, a la respectiva Corte de Apelaciones”.

Según esta norma, las contiendas de competencia que se promuevan


entre tribunales arbitrales entre sí le corresponde resolverlas a la Corte de
Apelaciones respectiva, aplicándose las mismas normas que señala el artículo 190
respecto de los tribunales ordinarios. Es decir, resolvería la contienda de
competencia la Corte de Apelaciones que sea superior común de los tribunales
que se están disputando la competencia.

5. Conflictos de competencia entre tribunales arbitrales con tribunales ordinarios o


especiales.

Si la contienda de competencia se suscita entre tribunales arbitrales y


ordinarios, o entre tribunales arbitrales y especiales, se aplican las mismas reglas
anteriores. Siempre que haya un tribunal arbitral involucrado en una contienda de
competencia se aplicará la norma del artículo 190.
De este modo, la contienda de competencia la va a resolver la Corte de
Apelaciones respectiva, si los tribunales en disputa tienen como superior común a
dicha Corte, de lo contrario, si no tienen como superior común a la misma Corte,
va a ser competente para dirimir la contienda el tribunal superior de aquel que
previno en el conocimiento del asunto.

IV. ORGANOS JURISDICCIONALES (TRIBUNALES DE JUSTICIA)

1.- Introducción y concepto:

Las facultades jurisdiccionales normalmente, por regla general, las ejercen órganos
que forman parte del Poder Judicial, porque justamente por eso existe el Poder Judicial.
Sin perjuicio a esto, existen otros órganos que no forman parte del Poder Judicial y que sin
embargo son tribunales de justicia.
Todo órgano público que resuelve conflictos jurídicos entre partes es un tribunal de
justicia en la medida que le corresponde ejercer esta función, independiente que forme o
no parte del Poder Judicial. En consecuencia la jurisdicción siempre la van a ejercer los
tribunales de justicia.
Visto lo anterior, podemos entregar un concepto de lo que se entiende por
tribunales de justicia:

* Concepto de Tribunal de Justicia: “Son aquellos órganos públicos que tienen por función
primordial resolver conflictos de intereses de relevancia jurídica con efecto de cosa
juzgada, y sin perjuicio de poder cumplir otras funciones”.

2.- Características de los tribunales de justicia:

Las características principales y generales de los tribunales de justicia son los


siguientes:

a) Se trata de un órgano público (órgano del Estado): Porque la jurisdicción le


corresponde ejercerla al Estado a través de los tribunales y eso se debe a que los
conflictos jurídicos siempre tienen que ser dirimidos por un órgano que es imparcial
y que está por sobre los litigantes, y las partes no pueden hacerse justicia por ellos
mismos.

73
b) Todos ejercen jurisdicción: Dentro del sistema procesal chileno, existen diversas
clases de tribunales, se distinguen los tribunales ordinarios, especiales y arbitrales,
atendiendo a la naturaleza de la materia que conocen. Dentro de los tribunales
ordinarios existen tribunales superiores e inferiores.
Cada tribunal es absolutamente independiente para ejercer la jurisdicción,
cada tribunal de justicia interpreta el derecho como lo estime conveniente. Los
tribunales inferiores no están obligados con lo que puedan resolver los superiores.
Cada tribunal es autónomo.
Si la jurisdicción se ejerce de manera incorrecta, para eso existen los
recursos procesales.

3.- Principios fundamentales de la organización judicial:

Existen ciertos principios fundamentales que rigen la organización judicial en Chile y


que le dan una individualidad propia al Poder Judicial. Estos principios son ciertas normas
que se establecen tanto en la Constitución como en el Código Orgánico de Tribunales y
que sirven para regular la actividad de los tribunales.
Sobre estos principios descansa la organización del Poder Judicial y de los
tribunales en Chile y por lo mismo se trata de normas que le son aplicables a cualquier
clase de tribunal.
Estos principios son los siguientes:

- Principio de la independencia del Poder Judicial (independencia de los tribunales).


- Principio de inamovilidad de sus miembros.
- Principio de responsabilidad.
- Principio de legalidad.
- Principio de territorialidad.
- Principio de pasividad de los tribunales.
- Principio de sedentariedad.
- Principio de inavocabilidad.
- Principio de publicidad.
- Principio de gratuidad.
- Principio de gradualidad.

1) Principio de la Independencia del Poder Judicial:

Este principio se desprende de muchas normas, tanto constitucionales como


legales. El artículo 12 del Código Orgánico de Tribunales lo dice expresamente cuando
señala que “el Poder Judicial es independiente de toda otra autoridad en el ejercicio de
sus funciones”.
El principio tiene también fundamento constitucional, de acuerdo a lo señalado en
los artículos 7º y 73 de la Carta Fundamental.
Este es el principio más importante que rige a los tribunales. Esto quiere decir dos
cosas:

- Por un lado, el ejercicio de la jurisdicción le corresponde a los tribunales.


- Por otro lado, esto significa que ninguna autoridad ni ninguna persona se podrán
inmiscuir en las funciones jurisdiccionales (función privativa de los tribunales de
justicia). Los tribunales son autónomos en la resolución de las causas civiles y
criminales (ellos resuelven sus asuntos como les parece de acuerdo a derecho).

Esta base fundamental de la organización de los tribunales puede mirarse desde


una doble perspectiva: existe una independencia orgánica y la independencia funcional.

74
a) Independencia Orgánica: referida al órgano jurisdiccional en sí. Significa que los
tribunales de justicia son soberanos para ejercer la jurisdicción al igual que los
demás poderes del Estado.

b) Independencia Funcional: se refiere a las atribuciones en sí mismas al ejercicio de


la jurisdicción. Los tribunales aplican la ley o el derecho sin intervención de otras
autoridades o de otros poderes del Estado. Esos actos del Poder Judicial o de los
tribunales no pueden ser revisados por otros poderes del Estado (artículo 73, inciso
1º, CPE). Asimismo se le prohíbe al Poder Judicial intervenir, mezclarse en las
atribuciones de los demás poderes públicos (artículo 222, Código Penal).

El artículo 73, inciso 1º de la Constitución, en relación con este principio de la


independencia, señala en forma categórica que ni el Presidente de la República ni el
Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse causas
pendientes, revisar los fundamentos o contenidos de sus resoluciones o hacer revivir
procesos fenecidos.

2) Principio de Inamovilidad:

Sirve para reforzar el principio anterior o para garantizar el principio anterior.


La inamovilidad significa que los miembros de los tribunales de justicia no pueden
ser removidos de sus cargos a menos que la Constitución o las leyes lo exijan (artículo 77,
inciso 1º, CPE), esto no significa que los ministros no puedan ser removidos.

Art. 77, inciso 1º, CPE: “Los jueces permanecerán en sus cargos durante su buen
comportamiento; pero los inferiores desempeñarán su respectiva judicatura por el
tiempo que determinen las leyes”.

Garantiza el anterior principio (independencia del Poder Judicial) porque si los


jueces fueran removidos por los fallos que dicta entonces no hay independencia. El
fundamento de este principio es garantizar la independencia del juez en el ejercicio de
sus funciones.
El principio de inamovilidad pretende que no se persiga a los magistrados por los
fallos que dictan, o evitar que los jueces estén temerosos por el contenido de sus
sentencias (se trata de evitar el temor que puede asistir a un juez si falla con apego de la
ley).
Este principio de inamovilidad está garantizado por diversas normas
constitucionales y legales, y es aplicable en el caso de los tribunales ordinarios y algunos
especiales. Se le aplica tanto a los jueces titulares o propietarios del cargo como a los
jueces que puedan nombrarse con el nombre de interinos o suplentes, así como también
a los fiscales según el artículo 352 de Código Orgánico de Tribunales.
Este principio tiene algunas excepciones. No obstante que los jueces gozan de
esta inamovilidad, hay ciertos casos en que los magistrados pueden ser destituidos de sus
cargos y se acaba la inamovilidad en ese caso.
Hay varias causales que justifican estas excepciones a la inamovilidad:

o Causales de tipo penal cuando el juez comete delito.


o Causales que se exigen por el mal comportamiento del juez (sin llegar a
cometer delito).
o Otras causales que la Constitución establece que justifican esta destitución.

a) Delitos cometidos por el juez: Los magistrados pueden cometer dos tipos de delitos:
los delitos comunes (como cualquier persona) o delitos ministeriales.

75
Los delitos comunes son aquellos que los magistrados pueden llegar a
cometer en su calidad de persona como cualquier otro particular, porque ellos no
están al margen de la ley. Estos delitos son sancionables y están contemplados en
el Código Penal y son sancionados al igual que cualquier persona con la única
particularidad de que van a ser tratados por un tribunal de mayor jerarquía y si el
juez resulta condenado por la comisión del delito común queda separado de sus
funciones.
Aquí se trata de un verdadero impedimento para ejercer la magistratura
(artículo 256, nº 6, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 256, nº 6, Código Orgánico de Tribunales: “No pueden ser jueces los que
hubieren sido condenados por crimen o simple delito”.

Los delitos ministeriales son aquellos que el juez comete en el ejercicio de


sus funciones como tal, de manera que la diferencia es que estos delitos
ministeriales sólo los pueden cometer los jueces y no otras personas (artículo 332, nº
9, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 332, nº 9, Código Orgánico de Tribunales: “El cargo de juez expira por
haber sido declarado responsable criminal o civilmente por delito cometido
en razón de sus actos ministeriales”

Estos delitos ministeriales o que son cometidos por el juez en el ejercicio de


sus funciones, reciben el nombre genérico de “prevaricación”, y están
contemplados en los artículos 223 y siguientes del Código Penal y en el artículo 76
de la Constitución.

Art. 76, inciso 1º, CPE: “Los jueces son personalmente responsables por los
delitos de cohecho, falta de observancia en materia sustancial de las leyes
que reglan el procedimiento, denegación y torcida administración de
justicia y, en general, de toda prevaricación en que incurran en el
desempeño de sus funciones”.

Esta responsabilidad por los delitos ministeriales no se puede hacer efectiva


en forma tan simple, y es la propia ley la que va a poner algunas trabas (no se
puede llegar y pretender en forma directa que se haga efectiva la responsabilidad
del juez). Para estos efectos la ley señala que este tipo de delito se persigue por
medio de una acción especial llamada “querella de capítulos”, esto para los
efectos de determinar si la acusación es seria y si va a ser o no admitida.
Esta querella de capítulos está tratada en el artículo 253 del Código de
Procedimiento Penal y en el nuevo Código Procesal Penal, en los artículos 424 y
siguientes.

Art. 424, Código Procesal Penal: “Objeto de la querella de capítulos. La


querella de capítulos tiene por objeto hacer efectiva la responsabilidad
criminal de los jueces, fiscales judiciales y fiscales del ministerio público por
actos que hubieren ejecutado en el ejercicio de sus funciones e importaren
una infracción penada por la ley”.

La querella de capítulos es una especie de antejuicio y a través de este


procedimiento se trata de establecer previamente si la acusación entablada en
contra del juez es o no admisible. Esto es para evitar arbitrariedades, lo que se

76
pretende es asegurar la seriedad de la acusación contra el juez y para proteger al
juez de las venganzas de aquel que resultó perjudicado por el fallo dictado.
Si se declara la admisibilidad de la acusación se inicia el verdadero juicio
criminal y el funcionario va a quedar suspendido de su cargo.

b) Mal comportamiento de los jueces: En estos casos se persigue la responsabilidad


del juez por faltas o abusos que no tienen una sanción penal (no son sancionados
por el Código Penal), pero que sin embargo implican un mal comportamiento
como juez.
El artículo 337 del Código Orgánico de Tribunales indica los casos en que se
presume de derecho que un juez no tiene buen comportamiento. Ejemplo: si el
funcionario fuere mal calificado por la Corte Suprema.
Hay distintos procedimientos para hacer cesar esta inamovilidad por mal
comportamiento del juez. Ejemplo: el juicio político (aplicable sólo a los tribunales
superiores de justicia), los juicios de amovilidad, el procedimiento constitucional
(realizado por la Corte Suprema a requerimiento del Presidente de la República, a
solicitud de parte o de oficio).

c) Formas, motivos o causales de orden constitucional: Ejemplos: El traslado de los


funcionarios judiciales que autoriza el Presidente de la República con acuerdo de
la Corte Suprema; asimismo, el Presidente puede autorizar permutas (artículo 310,
Código Orgánico de Tribunales; y artículo 77, inciso 3º, CPE). Por otro lado, el
artículo 77 inciso 2º de la Constitución señala estos motivos o causales de orden
constitucional, en virtud de las cuales, el juez cesa en el ejercicio de sus funciones:

 Por edad, al cumplir 75 años de edad.


 Por renuncia.
 Por incapacidad legal sobreviniente.

3) Principio de Responsabilidad:

A través de este principio se pretende que los magistrados respondan de sus


actuaciones cuando ejercen la función jurisdiccional. Este principio tiende a hacer
efectiva dicha responsabilidad sancionando al magistrado en el caso que éste se aparte
de las normas constitucionales y legales en el ejercicio de sus funciones propias.
Este principio es una de las mejores garantías de las que puede gozar una
sociedad, porque contribuye a evitar abusos y arbitrariedades, y garantiza así, la rectitud,
decoro y ecuanimidad de la justicia.
Para comprender este principio hay que analizar distintos tipos de responsabilidad
en las cuales podría incurrir un juez:

a) Responsabilidad Penal: Significa que los magistrados al igual que cualquier otro
particular podría cometer delitos. En el caso de los magistrados ellos pueden
incurrir, por un lado, en la comisión de delitos comunes, y por otro lado pueden
cometer delitos ministeriales y que genéricamente se conocen con el nombre de
“delitos de prevaricación”, ejemplo: cohecho, delegación de justicia, etc (artículo
76, CPE; y artículo 324, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 324, Código Orgánico de Tribunales: “El cohecho, la falta de


observancia en materia sustancial de las leyes que reglan el procedimiento,
la denegación y la torcida administración de justicia y, en general, toda
prevaricación o grave infracción de cualquiera de los deberes que las leyes

77
imponen a los jueces, los deja sujetos al castigo que corresponda según la
naturaleza o gravedad del delito, con arreglo a lo establecido en el Código
Penal”.

Estos delitos ministeriales solamente los pueden cometer los magistrados.


Existe una particularidad tratándose de estos delitos ministeriales para los
efectos de perseguir la responsabilidad penal y esta consiste en que no es posible
que una persona persiga directamente ejerciendo la acción penal, para ello es
preciso que se deduzca o que se pida una especie de autorización previa antes
de entablar una acción contra un juez, que es un procedimiento preliminar
(especie de antejuicio) que se denomina “querella de capítulos” ante la Corte de
Apelaciones respectiva. La Corte de Apelaciones es la que resuelve si esa querella
de capítulos es o no admisible.
Esto tiene por finalidad que las acusaciones contra los jueces sean serias. Si
la Corte “da luz verde” se inicia el juicio penal contra el juez. Todo este
procedimiento es para los delitos ministeriales.

En el caso de los delitos comunes, si el juez incurre en hechos que tengan el


carácter de delitos comunes no existirá el antejuicio, no hay querella de capítulos.
En este caso se ejercerá directamente la acción penal pertinente. La única
novedad es que los ministros del Poder Judicial tienen “fuero”, lo que implica que
el asunto no va a ser conocido por el tribunal natural sino que por otro distinto, de
mayor jerarquía.
Por ejemplo, si el delito lo comete un juez letrado, en ese caso va a ser
competente para conocer de este asunto un juez de letras de comuna asiento de
Corte de Apelaciones. Por otro lado, si el delito es cometido por algún miembro de
la Corte Suprema o Corte de Apelaciones, también por el factor fuero en este
caso va a conocer un ministro de Corte de Apelaciones.
Esta competencia se modificó a propósito de la reforma procesal penal. El
fuero desaparece en materia penal.

b) Responsabilidad Administrativa: Los magistrados pueden incurrir en lo que se


denomina responsabilidad administrativa o responsabilidad disciplinaria. Esta tiene
lugar o se puede hacer efectiva respecto de hechos en que incurre el magistrado
y que no sean constitutivos de delitos penales sino que consisten en “faltas
disciplinarias”; es decir, en este caso el juez incumple sus obligaciones.
Aquí la sanción es distinta porque el juez que comete delito va a ser
sancionado con una pena, pero el juez que comete falta de disciplina se le aplica
una sanción de tipo disciplinario, y que puede ser desde una simple amonestación
hasta la destitución.
Estas atribuciones disciplinarias las ejercen todos los tribunales y
concretamente los superiores respecto de los inferiores. Estas atribuciones
disciplinarias se pueden ejercer de oficio o a petición de parte.
Los medios existentes para hacer efectiva esta responsabilidad
administrativa son dos: el recurso de queja y la queja disciplinaria o queja
propiamente tal.

• El Recurso de Queja tiene por finalidad sancionar a un juez que ha cometido


faltas o abusos graves en la dictación de resoluciones judiciales (a petición de
parte).
• Por otro lado, la Queja propiamente tal es el medio para hacer efectiva la
responsabilidad disciplinaria cuando el juez ha cometido faltas o abusos en el

78
ejercicio de sus funciones ministeriales y no en la dictación de resoluciones
judiciales.

c) Responsabilidad Política: Afecta exclusivamente a los magistrados de los tribunales


superiores y por la causal de “notable abandono de deberes”. De acuerdo a las
normas constitucionales los magistrados de los tribunales superiores de justicia
están sometidos al juicio político y será el Senado al que le corresponderá
determinar dicha responsabilidad, que también trae aparejada la destitución del
magistrado.

d) Responsabilidad Civil: Tiene por finalidad responder por daños y perjuicios que se
puedan cometer con ocasión de un delito o cuasidelito. Aquí interesa la
responsabilidad civil que deriva de las funciones ministeriales (artículos 325 y 326,
Código Orgánico de Tribunales).
En este caso, si se trata de hacer efectiva la responsabilidad civil en contra
de un magistrado por la comisión de delitos ministeriales, es necesaria la
autorización previa de la respectiva Corte de Apelaciones.

Este principio de responsabilidad es muy importante porque tiene por finalidad que
los magistrados cumplan sus funciones decorosamente de acuerdo a la Constitución y las
leyes, porque son independientes e inamovibles. Si se apartan de las normas aparece este
principio de responsabilidad.

4) Principio de Legalidad:

Este principio dice relación con que la actividad de los magistrados en el sentido
de que éstos deben cumplir la función jurisdiccional con estricto apego a la ley. Eso
significa que los jueces tienen que fallar conforme a derecho por un lado (a no ser que la
ley lo faculte para obrar de otra manera) y por otro lado, además, debe ajustarse en la
tramitación de los procesos de acuerdo a lo que la ley prescribe en cada caso.
El juez debe atenerse a lo que dice la ley. Sólo excepcionalmente puede apreciar
la prueba en conciencia, pero para ello se requiere que haya una disposición expresa.
Otro aspecto dice relación con la existencia de tribunales naturales o legales. Esto
quiere decir que los asuntos judiciales en Chile deberán ser conocidos y resueltos por el
tribunal naturalmente competente, o sea por aquel que la ley establece y no por un
tribunal ad-hoc, creados para la ocasión. El tribunal debe estar establecido con
anterioridad al hecho de que se trata por regla general; y por excepción se admite bajo
requisitos estrictos que se puedan modificar estos tribunales naturales, caso que ocurre en
materia de arbitraje en ciertos asuntos, en otros casos se faculta a las partes para recurrir o
no a arbitraje (facultativo). En los casos que es facultativo en realidad se está cambiando
al tribunal natural.

5) Principio de Territorialidad:

El principio de territorialidad está establecido en varias disposiciones legales y


constitucionales.
Los tribunales, de acuerdo con el artículo 7º del Código Orgánico de Tribunales,
solamente pueden ejercer su potestad dentro del territorio que la ley les hubiere
designado a cada uno.

Art. 7º, Código Orgánico de Tribunales: “Los tribunales sólo podrán ejercer su
potestad en los negocios y dentro del territorio que la ley les hubiere
respectivamente asignado”.

79
La jurisdicción desde luego es ejercida dentro de los límites de la República
(artículo 5º, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales). Excepcionalmente los tribunales
chilenos, en materia penal, pueden tener competencia para juzgar delitos cometidos en
el extranjero (artículo 6º, Código Orgánico de Tribunales).
Dentro del territorio de la República, la ley le asigna a cada tribunal un
determinado territorio. La competencia de cada tribunal en particular se ejerce dentro
del territorio que la ley le asigna a cada uno. Este territorio es variable, por ejemplo, en los
casos de los jueces de letra es una comuna (Ej.: Talcahuano) o una agrupación de
comunas (Ej.: Concepción, Penco, San Pedro de la Paz, Chiguayante y Hualqui); lo mismo
cabe decir de las Cortes de Apelaciones, las que pueden abarcar una provincia, varias
provincias, una región o parte de una región. La Corte Suprema abarca a todo el territorio
de la República.
Este principio no impide que en aquellos asuntos que conocen los tribunales se
puedan dictar resoluciones o diligencias que deban cumplirse o llevarse a efecto en un
territorio jurisdiccional distinto. Eso es posible a través de la competencia delegada, en
cuyo caso será el juez de otro territorio el que realice las diligencias del juez que las
dispuso.
Este principio de territorialidad admite algunas excepciones, es decir un tribunal va
a poder ejercer sus atribuciones más allá del territorio que le está asignado. Estas
excepciones son:

a) Los Exhortos: que son diligencias realizadas en otro territorio jurisdiccional


encomendadas por el juez que conoce del asunto (artículo 7º, inciso 2º, Código
Orgánico de Tribunales; y artículo 71, Código de Procedimiento Civil).

b) Inspección Personal del Tribunal (se encuentra dentro de los medios probatorios): El
tribunal se puede constituir dentro de un lugar determinado. La ley permite en este
caso que el magistrado pueda practicar fuera de su territorio jurisdiccional ciertas
diligencias cuando corresponda, sin perjuicio que pueda encomendar la
diligencia al otro juez.
Dicho de otro modo, esta inspección personal del tribunal constituye el
examen que el juez que está conociendo de la causa hace por sí mismo a los
hechos controvertidos (artículo 403, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

c) Mandamiento de Detención o Prisión: en materia penal. Mandamiento que puede


pedir un juez del crimen y que se puede cumplir en cualquier lugar del territorio de
la República, sin necesidad de un exhorto previo (artículo 283 inciso 2º, Código de
Procedimiento Penal).

d) Competencia especial a jueces del crimen de Santiago: los jueces del crimen de
Santiago tienen atribuciones para que puedan practicar actuaciones o diligencias
en cualquiera de las comunas de la Región Metropolitana, en los asuntos
sometidos a su competencia (artículo 43, inciso 3º, Código Orgánico de
Tribunales).

6) Principio de Pasividad:

Consiste en que los tribunales de justicia cuando ejercen jurisdicción solamente


pueden actuar a petición de parte interesada y no de oficio, salvo en el caso que la
propia ley lo faculte para proceder de oficio (artículo 10, inciso 1º, Código Orgánico de
Tribunales).

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Art. 10, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “Los tribunales no podrán ejercer
su ministerio sino a petición de parte, salvo los casos en que la ley los faculte para
proceder de oficio”.

Este principio también tiene algunas excepciones donde los jueces pueden actuar
de oficio sin requerimiento de parte:

a) El Sumario en materia criminal. Dentro del juicio penal antiguo existe la etapa del
sumario (investigación del hecho punible), el juez reúne los antecedentes para
comprobar el delito. El juez tiene amplísimas atribuciones para actuar de oficio,
incluso para iniciar el juicio.
Esto va a desaparecer como consecuencia del nuevo Código Procesal
Penal.

b) Las Medidas para mejor resolver en los juicios civiles (artículo 159, Código de
Procedimiento Civil). En este caso, en la etapa de la sentencia (luego de la
discusión, del período de pruebas) el juez puede disponer de oficio que se
cumplan determinadas medidas probatorias que son las “medidas para mejor
resolver”. Ejemplo: que se agreguen ciertos documentos que se estimen necesarios
para esclarecer el derecho de los litigantes, el informe de peritos, que los testigos
amplíen sus declaraciones, etc.

c) La Declaración de Incompetencia Absoluta: los tribunales pueden declarar de


oficio su incompetencia absoluta, sin perjuicio que las partes pidan su
incompetencia.

7) Principio de Sedentariedad:

Este principio significa que en Chile todos los tribunales tiene una sede en un
determinado lugar, o tienen su asiento en un determinado lugar que es concretamente
una comuna determinada; y en este principio se trata de establecer que los tribunales
ejerzan sus funciones jurisdiccionales en ese lugar precisamente y evitar los tribunales
ambulantes.
Esto implica una serie de obligaciones que la ley establece. Así, los jueces, como
consecuencia de este principio, tienen la obligatoriedad de residir en la misma comuna a
no ser que la propia Corte de Apelaciones autorice una cosa distinta.

Art. 311, Código Orgánico de Tribunales: “Los jueces están obligados a residir
constantemente en la ciudad o población donde tenga asiento el tribunal en que
deban prestar sus servicios.
“Sin embargo, las Cortes de Apelaciones podrán, en casos calificados,
autorizar transitoriamente a los jueces de su territorio jurisdiccional para que residan
en un lugar distinto al del asiento del tribunal”.

También implica este principio que los jueces tienen la obligación de asistencia
diaria a su despacho en el tribunal donde está la sede y deben permanecer en su
despacho por al menos cuatro horas. Esto como única forma de cumplir aceptablemente
con la función jurisdiccional.
Si el juez infringe una de estas reglas le recae una sanción de tipo disciplinario.

8) Principio de Inavocabilidad:

81
Significa que los tribunales no pueden avocarse al conocimiento de causas
pendientes en otros tribunales, a no ser que la ley le otorgue la facultad.
Estando en proceso un conocimiento de un tribunal de justicia no es lícito que
intervengan otros tribunales a sabiendas de ello (artículo 8º, Código Orgánico de
Tribunales), porque precisamente el asunto lo debe conocer y fallar el tribunal que está
conociendo del mismo, esto en el entendido que es competente para conocerlo.

Art. 8, Código Orgánico de Tribunales: “Ningún tribunal puede avocarse el


conocimiento de causas o negocios pendientes ante otro tribunal, a menos que la
ley le confiera expresamente esta facultad”.

Una excepción de este principio consiste en el caso de las visitas que decretan los
tribunales superiores, a través de sus magistrados, a los tribunales inferiores; en este caso, el
ministro visitador se puede avocar a realizar procesos pendientes para fallarlos. Sin
embargo, esto es discutible porque aquí el orden jurisdiccional no varía porque el ministros
visitador lo único que hace es sustituir a la persona que falla, pero el tribunal sigue siendo
el mismo.

9) Principio de Publicidad:

Este principio significa que las actuaciones de los tribunales son públicas, porque
son órganos públicos, de manera que no hay razón para que las actuaciones sean
reservadas o secretas, salvo ciertas excepciones (artículo 9º, Código Orgánico de
Tribunales).

Art. 9, Código Orgánico de Tribunales: “Los actos de los tribunales son públicos,
salvo las excepciones expresamente establecidas por la ley”.

Este principio significa fundamentalmente que los terceros ajenos al juicio y las
partes litigantes o interesadas pueden imponerse o tomar conocimiento de las
actuaciones judiciales.
Por otra parte, también hay que agregar que este principio implica que en ciertos
casos las actuaciones del proceso se pueden realizar frente al público. Ejemplos: el nuevo
juicio oral en materia penal, los alegatos ante los tribunales superiores (defensas orales que
se cumplen ante los tribunales superiores).
Es importante la función de los secretarios en esta materia. Dentro de la función de
los secretarios se establece que les corresponde dar conocimiento a cualquier persona
que lo solicite de los procesos que tengan archivado en sus oficinas y de todos los actos
emanados del tribunal, salvo en los casos que el procedimiento sea secreto (artículo 380,
nº 3, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 380, nº 3, Código Orgánico de Tribunales: “Es función de los secretarios dar
conocimiento a cualquiera persona que lo solicitare de los procesos que tengan
archivados en sus oficinas, y de todos los actos emanados de la Corte o juzgado,
salvo los casos en que el procedimiento deba ser secreto en virtud de una
disposición expresa de la ley;

Por consideraciones de interés público o por la necesidad de mantener la reserva


sobre algún litigio, el legislador ha consagrado ciertas excepciones a esta base
fundamental de la publicidad:

a) En materia penal, la etapa del Sumario, que tiene el carácter de secreto por
expresa disposición del Código de Procedimiento Penal (artículo 78).

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Art. 78, Código de Procedimiento Penal: “Las actuaciones del sumario son
secretas, salvo las excepciones establecidas por la ley”.

b) Los “acuerdos” de los tribunales colegiados, concretamente las Cortes de


Apelaciones y la Corte Suprema. Estos acuerdos son las deliberaciones que hacen
los ministros del tribunal para fallar el asunto, son privados según la ley.

Art. 81, Código Orgánico de Tribunales: “Las Cortes de Apelaciones


celebrarán sus acuerdos privadamente, pero podrán llamar a ellos a los
relatores u otros empleados cuando lo estimen necesario”.

c) En los juicios de nulidades de matrimonio o de divorcio, siempre que el tribunal lo


estime conveniente y las partes lo pidan (artículo 756, Código Procedimiento Civil).

Art. 756, Código de Procedimiento Civil: “En estos juicios podrá disponerse
que el proceso se mantenga reservado, siempre que el tribunal lo estime
conveniente”.

d) El pliego de posiciones, esta es otra excepción de actuaciones que se mantienen


en reserva. El pliego de posiciones son preguntas que se le hacen a una de las
partes en juicio es la confesión judicial, preguntas en reserva mientras la confesión
no se preste, incluso las preguntas se acompañan al juicio en un sobre sellado
(artículo 387, Código de Procedimiento Civil).

Art. 387, Código de Procedimiento Civil: “Mientras la confesión no sea


prestada, se mantendrán en reserva las interrogaciones sobre que debe
recaer”.

10) Principio de Gratuidad:

El principio de la gratuidad es un principio importante de la administración de


justicia y consiste en que las funciones que cumplen los tribunales de justicia y
concretamente la administración de justicia en Chile es gratuita en el sentido de que los
litigantes o los interesados no deben remunerar a los jueces por el ejercicio de la función
jurisdiccional. Esto en atención de que son jueces estatales, son funcionarios públicos
remunerados por el Estado.
Este principio es absoluto en cuanto a la gratuidad de los jueces del Poder Judicial.
Pero tiene una excepción importante tratándose de los tribunales arbitrales porque una
de las características de estos tribunales es que no forman parte del Poder Judicial (no son
remunerados por el Estado), son terceros llamados a ejercer la jurisdicción y por su función
tienen derecho a un honorario que es de cargo de las partes (las partes deben pagar sus
honorarios una vez cumplido su cometido).
Este principio mira directamente al ejercicio de la jurisdicción, pero no significa que
las partes no deban costear algunos gastos. En el proceso pueden intervenir otras
personas, otros auxiliares de la administración de justicia, que tienen derecho a cobrar por
sus servicios. El caso más concreto es la intervención de los receptores judiciales
(encargados de notificar), también se pueden incluir a los notarios, el conservador de
bienes raíces, etc.
De cualquier modo, en ciertos casos también es posible que las partes, o alguna
de las partes o interesados, tenga absoluta gratuidad en todas las actuaciones o durante
toda la tramitación del juicio, que ni siquiera tenga que pagar a estos funcionarios

83
auxiliares y esto ocurre cuando esa parte o interesado goza del beneficio del privilegio de
pobreza (artículo 591 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales). Es decir, en este
caso se trata de que aquella persona que no cuenta con los medios necesarios para
procurarse una defensa en juicio, la ley arbitra los medios para que esa persona pueda
acceder a los tribunales en igualdad de condiciones con aquella parte que cuenta con
los medios.
También, en esta materia, la ley establece el derecho de la asistencia judicial, vela
porque el principio se cumpla. Ejemplo: la institución del abogado de turno (se designa
mensualmente abogados tanto en lo civil como en lo penal), también están las
Corporaciones de Asistencias Judiciales (artículo 600, Código Orgánico de Tribunales). Los
abogados y procuradores de estas entidades, y los abogados y procuradores de turno
cuando actúan en tal calidad, no serán responsables del pago de las costas y demás
cargos pecuniarios a que sean condenados sus patrocinados.

11) Principio de Gradualidad (regla del grado):

Principio básico dentro de la administración de los tribunales de justicia chilenos. El


artículo 188 del Código Orgánico de Tribunales habla o señala que un tribunal puede
tener competencia para fallar un asunto en una sola instancia -de modo que la sentencia
sea inapelable- o para fallarlo en primera instancia. En este último caso de modo tal que
la sentencia quede sujeta al recurso de apelación (susceptible de ser apelado),
independiente si el recurso se ejecuta o no.

Art. 188, Código Orgánico de Tribunales: “La competencia de que se halla


revestido un tribunal puede ser o para fallar un asunto en una sola instancia, de
modo que la sentencia sea inapelable, o para fallarlo en primera instancia, de
manera que la sentencia quede sujeta al recurso de apelación”.

La regla general en el sistema chileno es que los tribunales conozcan los asuntos en
primera instancia. Los asuntos judiciales están sometidos a una doble revisión judicial o
doble grado jurisdiccional.
En materia penal el principio es casi absoluto en el sistema antiguo (se extiende a
la mayoría de los casos).
En materia civil esto está condicionado a la cuantía (a la importancia pecuniaria
del asunto), pero también la regla general es que los asuntos se conozcan en primera
instancia, porque la única instancia está reservada a asuntos de muy baja cuantía.
Para estos efectos, para materializar el principio de la doble instancia, en Chile
existe una organización jerárquica o piramidal de los tribunales de justicia, existiendo
tribunales inferiores y superiores.
Los tribunales inferiores son los jueces letrados, en ellos descansa la competencia
de primera instancia principalmente. En cuanto a los superiores, las Cortes de Apelaciones
son los tribunales de segunda instancia por excelencia, dependiendo de ese tribunal.
El fundamento que tiene este principio es evitar en lo posible que se dicten
sentencias injustas o arbitrarias que no se ajusten a derecho, es decir, subsanar eventuales
errores que cometan los tribunales inferiores (eso se logra a través de esta doble revisión).
Esto da mayores garantías a los litigantes.
Cuando los tribunales conocen un asunto dentro de lo que se denomina
“instancia”, tendrán amplias atribuciones en cada grado jurisdiccional para conocer y
pronunciarse de todas las cuestiones que han sido planteadas en juicio de hecho y de
derecho sin limitaciones.
La instancia es el grado jurisdiccional que comprende el estudio de los puntos de
hecho y de derecho de un conflicto debatido ante un determinado tribunal.

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Esto es precisamente es lo que distingue a la instancia de la casación. En la
casación no existen estas amplias atribuciones que señalamos; la Corte tiene una
competencia limitadísima o restringida, de acuerdo a la causal que se invoque en el
juicio. La casación nunca podrá revisar los hechos, sólo puede pronunciarse sobre una
causal concreta que se esgrime.
En síntesis, el recurso de casación, en la forma o en el fondo, no son instancia, pues
en ellos sólo se examina el derecho y no los hechos sobre los cuales verse el pleito.

4.- Tribunales de Justicia:

Son los órganos públicos que ejercen la jurisdicción en Chile, eso es lo que
caracteriza a los tribunales en Chile. Esto significa que estos tribunales tienen las
atribuciones suficientes para conocer de las causas civiles y criminales, para juzgarlas y
para hacer ejecutar lo juzgado.
Es importante tener presente dos cosas:
- En lo que se refiere al órgano jurisdiccional en sí (al órgano de que se trata).
- Otra cosa distinta es el magistrado o los magistrados (si es unipersonal o
colegiado).

Esto es importante, ya que cuando se habla de competencia en un tribunal se


habla de competencia o incompetencia del órgano y no de la persona del juez (la
competencia se da en base a factores objetivos que son la cuantía, la materia, el fuero y
el territorio). En otros casos debe considerarse la persona del magistrado, porque éste a
título personal puede estar afecto a ciertas inhabilidades y esto significaría que ese
magistrado no pueda conocer ese asunto, por ejemplo si es pariente de alguno de los
litigantes.
Esto es así porque podrá estar afecto por la causal de implicancia o de
inhabilidades personales, y en este caso sigue siendo competente el mismo tribunal como
órgano. La consecuencia de esto es que hay que reemplazar al juez.

Cuando se trata de incompetencia del tribunal, en ese caso hay que cambiar al
órgano jurisdiccional (va a conocer el asunto otro tribunal).

* Clasificaciones de los Tribunales de Justicia:

En esta materia, existen diferentes clasificaciones de los órganos jurisdiccionales:

1) La más importante es la que emana del artículo 5º del Código Orgánico de Tribunales,
y se realiza considerando la materia o asuntos que los tribunales conocen, los tribunales se
pueden clasificar en tribunales ordinarios, especiales y arbitrales.

A. Tribunales Ordinarios: Son aquellos que constituyen la regla general del sistema
judicial de Chile. Lo normal es que haya un tribunal ordinario.
Lo que caracteriza aun tribunal ordinario para darle este carácter y que
hace que distinga de los demás fundamentalmente son los siguientes aspectos:

• Los tribunales de justicia están contemplados y regulados en el Código


Orgánico de Tribunales. Este es su estatuto jurídico. El Código Orgánico de
Tribunales les señala sus atribuciones y competencias, a diferencia de lo que
ocurre en otros tribunales (especiales).

• Estos tribunales ordinarios detentan la plenitud de la competencia dentro del


sistema de organización en Chile. Pueden conocer de toda clase de asuntos,

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independiente de su materia o de las personas que intervengan, y esto en el
entendido incluso que no exista un tribunal establecido en forma expresa para
conocer de un asunto (si la ley nada dice significa que va a ser competente
para conocer un asunto un tribunal ordinario).

Integran el Poder Judicial como tribunales ordinarios de justicia:

o La Corte Suprema.
o Las Cortes de Apelaciones.
o Un ministro de la Corte de Apelaciones.
o Un ministro de la Corte Suprema.
o El presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago.
o El presidente de la Corte Suprema.
o Los juzgados de letras.
o Los tribunales de juicio oral en lo penal.
o Los juzgados de garantía.

Por excepción la ley le ha quitado competencia a estos tribunales


ordinarios para entregársela a los tribunales especiales y arbitrales.

B. Tribunales Especiales: Señalados también en el artículo 5º del Código Orgánico de


Tribunales. Estos tribunales son aquellos órganos públicos que están establecidos
por leyes especiales para conocer de determinadas materias en atención a la
naturaleza del asunto o bien considerando las personas que intervienen. Por lo
mismo son excepcionales frente a los tribunales ordinarios.
A falta de tribunales especiales, serán los tribunales ordinarios los que
conocerán esos asuntos.
Las características que presentan estos tribunales especiales son las
siguientes:

• Se rigen en cada caso por las respectivas leyes especiales, las que le señalan
sus atribuciones y competencias. Ejemplo: los juzgados de letras de menores se
rigen por la Ley de Menores 16.618, los juzgados de letras del trabajo se rigen
por las normas del Código del Trabajo, los tribunales militares en tiempo de paz
se rigen por el Código de Justicia Militar y los Juzgados de Policía Local se rigen
por la ley 15.231 sobre las atribuciones de estos juzgados, y por la ley 16.287 que
establece el procedimiento de los juzgados de policía local.
Esto significa que por tratarse de leyes especiales, estas son las leyes
que priman, de manera que estos tribunales deben regirse por estos estatutos.
A estos tribunales especiales se les aplicarán supletoriamente las normas
del Código Orgánico de Tribunales en todos aquellos casos no regulados en las
leyes especiales o en los cuerpos legales que los regulan.

• Se requiere que se trate de un litigio cuya resolución debe encontrarse en leyes


relativas a materias especiales.

Estos tribunales especiales pueden o no formar parte del Poder Judicial,


según lo que señala el mismo artículo 5º del Código Orgánico de Tribunales.
Forman parte del Poder Judicial, como tribunales especiales:

o Los Juzgados de Letras de Menores.


o Los Juzgados de Letras del Trabajo.
o Los Tribunales Militares en tiempo de paz.

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Otro grupo de Tribunales Especiales no forman parte del Poder Judicial e
igualmente se rigen por sus leyes especiales. Estos son, por ejemplo, los Juzgados
de Policía Local, los Tribunales Militares en tiempo de guerra, etc.

C. Tribunales Arbitrales: Estos tribunales se rigen por normas también especiales


establecidas en el Código Orgánico de Tribunales pero en forma independiente
de los tribunales ordinarios (artículos 222 y siguientes).
Estos tribunales arbitrales la ley los define como los jueces nombrados por
las partes, o por la autoridad judicial en subsidio, para la resolución de un asunto
litigioso (artículo 222, Código Orgánico de Tribunales).
Los tribunales arbitrales presentan una novedad y esto es que estos
tribunales requieren de nombramiento para cada caso, cosa que no ocurre con
los tribunales ordinarios y arbitrales.
Los árbitros no están establecidos de antemano, hay que nombrar al
tribunal para cada caso concreto. Si no hay acuerdo entre las partes, los nombra
la justicia ordinaria.
Estos tribunales no pertenecen al Estado, lo que no significa que sea una
justicia privada, esto no es así ya que éstos ejercen jurisdicción.
Lo otro novedoso que presentan los árbitros es que tienen un tiempo de
duración determinado. Son tribunales temporales y deben cumplir la jurisdicción
normalmente en el plazo de dos años desde que el árbitro acepta el cargo.
Estos tribunales arbitrales existen para que algunas materias de carácter
íntimas o técnicas de los litigantes sean extraídas del conocimiento de los
tribunales ordinarios. Se trata de materias íntimas o técnicas que demandarían
mucho tiempo a los tribunales ordinarios. Ejemplo: partición de bienes, la
liquidación de la sociedad conyugal, etc.
En otros casos, la ley permite, también bajo ciertas condiciones, que las
partes puedan entregarle a los árbitros el conocimiento de ciertas materias que
son de competencia de los tribunales ordinarios en principio y en la que las partes
voluntariamente le pueden otorgar competencia al árbitro (materia de arbitraje
voluntario), a diferencia de las anteriores que son materia de arbitraje obligatorio o
forzoso (ciertas materias que deben necesariamente ser resueltas por un árbitro).
En estos asuntos la regla es que las partes pueden someter voluntariamente
el asunto de arbitraje. Aquí lo que prima es la voluntad de las partes. Si no se
somete a arbitraje lo conoce la justicia ordinaria.
En otros casos, también excepcionales, la ley prohíbe someter ciertos
asuntos específicos al conocimiento de árbitros, en cuyo caso se llamará “materia
de arbitraje prohibido”. Ejemplo: los actos judiciales no contenciosos, los actos
criminales.

2) Considerando al número de jueces o el número de magistrados que forman parte del


tribunal, los tribunales se pueden clasificar en tribunales unipersonales y tribunales
colegiados:

A. Tribunales Unipersonales: Son aquellos que están compuestos por un solo


magistrado. El funcionario que ejerce en un juzgado unipersonal se denomina juez.
Ejemplo: jueces de letras.

B. Tribunales Colegiados: Son aquellos que están formados por varios magistrados. El
funcionario que ejerce en un tribunal colegiado se denomina ministro. Ejemplo: la
Corte Suprema, las Cortes de Apelaciones.

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3) Atendiendo si el fallo que el tribunal va a dictar se fundamenta o no en derecho, se
distingue entre tribunales de derecho y tribunales de equidad (esta última no es una
clasificación propiamente tal de los tribunales)

A. Tribunal de Derecho: Es aquel que fundamenta la sentencia en la ley, o aquel


tribunal que falla con arreglo a derecho.

B. Tribunal de Equidad: Es aquel que no falla con arreglo a derecho, no aplica la ley
en la sentencia sino que se ajusta a criterios de equidad. Ejemplo: en el caso de los
árbitros arbitradores.

4) En atención a las fases del procedimiento en que el tribunal interviene, se dividen en


tribunales de instrucción y tribunales sentenciadores.

A. Tribunal de Instrucción: Es aquel que intervienen en aquella fase destinada a reunir


todos los antecedentes o reunir las actuaciones preparatorias en el juicio, o
destinadas a tramitar la cuestión controvertida, intervenir en la actividad
probatoria de las partes, de manera que el asunto quede en estado de ser fallado;
hasta ahí llega la labor del tribunal de instrucción.
El tribunal de instrucción tiene atribuciones jurisdiccionales para los efectos
de instruir un proceso; es decir, es aquel que conoce de una causa pero que no la
falla por carecer de competencia.

B. Tribunal Sentenciador: Es aquel que se limita a resolver el conflicto jurídico en la


sentencia (tiene atribuciones jurisdiccionales para poder juzgar algún asunto de su
competencia).

En el sistema chileno no se contempla esta dualidad entre tribunales de instrucción


y sentenciador. Todos los tribunales en lo civil cumplen esta doble función.
En cambio, con la nueva reforma procesal penal se separan estas funciones y
vamos a encontrar tribunales que tendrán por función fallar las causas penales, pero no
intervenir en la investigación.
También esta dualidad la podemos advertir en los tribunales militares que tienen
competencia criminal, donde hay un instructor y hay un sentenciador. La instrucción le
corresponde a las fiscalías militares (instruyen los sumarios) y los fallos se le entrega a los
juzgados militares (jueces militares que cuentan con la asesoría de un abogado llamado
auditor).

5) Considerando la jerarquía del tribunal, tenemos tribunales superiores y tribunales


inferiores.

Dentro de los tribunales inferiores encontramos a los jueces de letras. Por otro lado,
tiene el carácter de tribunales superiores la Corte Suprema y las Cortes de Apelaciones.
Esta es una clasificación tiene importancia en la procedencia de los recursos,
porque lo normal es que si en un juicio se deduce un recurso procesal (ejemplo: recurso
de protección), ese recurso lo normal es que lo conozca un tribunal superior y no el mismo
tribunal que conoce de las resoluciones. Los recursos tienen por finalidad enmendar
“agravios” (total o parcial).
También tiene importancia esta clasificación para los efectos disciplinarios,
específicamente para hacer efectiva la responsabilidad disciplinaria y aplicar las
sanciones. En virtud de esto, los tribunales superiores tienen atribuciones disciplinarias por
sobre los inferiores.

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6) Considerando el tiempo en que los jueces de estos tribunales van a cumplir sus
funciones, tenemos jueces perpetuos y jueces temporales.

A. Tribunales Perpetuos: Son aquellos tribunales que ejercen sus funciones en forma
indefinida y se puede decir que no tienen plazo, es decir no están limitados en el
tiempo. Este tipo de tribunales constituye la regla general en Chile.

B. Tribunales Temporales: Son aquellos que están establecidos por un plazo


determinado, de manera que la jurisdicción tienen que ejercerla en un tiempo
preciso también determinado. Ejemplo: tribunales arbitrales.
7) Considerando el momento en que el tribunal debe ejercer su función como tal (en
atención a la permanencia de los tribunales), se clasifican en tribunales permanentes y
tribunales de excepción o accidentales.

A. Tribunales Permanentes: Como el nombre lo indica son aquellos que existen


siempre. Este tribunal están establecidos antes que el litigio se promueva y subsiste
como tribunal una vez que el litigio se termina, independientemente que exista o
no un hecho de su competencia.

B. Tribunales de Excepción o Accidentales: Son aquellos que se constituyen o se


forman después que ha ocurrido un hecho de su competencia (no existe antes
como tal). y una vez que el tribunal cumple el cometido cesa como tribunal
accidental (se extingue o desaparece). Ejemplo: Ministro de Corte como tribunal
unipersonal.

5.- Tribunales Ordinarios:

I. JUZGADOS DE LETRAS:

Los Juzgados de Letras se encuentran regulados en el Código Orgánico de


Tribunales, en los artículos 27 y siguientes.

* Concepto de Juzgados de Letras: Son tribunales unipersonales que ejercen jurisdicción


normalmente en el territorio de una comuna o agrupación de comunas según lo que la
ley les asigna a cada uno, y en los cuales reside la plenitud de la competencia en primera
instancia.

* Características de los Juzgados de Letras:

- Tribunales ordinarios, ya que éstos se encuentran reglamentados en el Código


Orgánico de Tribunales y forma parte de la organización jerárquica del Poder
Judicial.
- Tribunales unipersonales, puesto que son servidos por un solo magistrado.
- Tribunal de derecho, el juez que lo desempeña debe tramitar y fallar conforme a la
ley.
- Tribunal de competencia común, porque generalmente conocen de todo tipo de
materias.
- Tribunal inferior, en relación a los que tienen el carácter de superiores (Cortes de
Apelaciones, Corte Suprema).
- Su territorio jurisdiccional es una comuna o agrupación de comunas.
- Son tribunales letrados, son servidos por jueces letrados por personas que deben
tener el título de abogado.

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- Son tribunales perpetuos, el cargo de juez de letras tiene el carácter de perpetuo,
lo que equivale a decir que no se desempeña por un tiempo determinado.
- Estos tribunales tienen el carácter de permanente, han sido establecidos para
funcionar en forma continua, se hallan o no suscitados los asuntos en que debe
intervenir.
- Son remunerados por el Estado.

* Organización de los Juzgados de Letras:

En esta materia, nos referimos a analizar qué personas son las que conforman el
tribunal (juzgado de letras).

a) Juez de Letras:

En los juzgados de letras, el juez es el funcionario más importante y tiene un


tratamiento protocolar de “Usía” (US) o “Su señoría” (SSa.). Los jueces deben ser abogados
y debe haber cumplido un programa de preparación (de formación).
Los jueces letrados son nombrados por el Presidente de la República, a propuesta
en terna que confecciona la correspondiente Corte de Apelaciones, de acuerdo a las
normas constitucionales (artículo 75, inciso 7º, CPE).

Art. 75, inciso 7º, CPE: “Los jueces letrados serán designados por el Presidente de la
República, a propuesta en terna de la Corte de Apelaciones de la jurisdicción
respectiva”.

En Chile, en general, intervienen dos poderes del Estado en el nombramiento de


los magistrados (Poder Judicial y Poder Ejecutivo). El Presidente elige al juez letrado de los
tres candidatos propuestos por la Corte de Apelaciones respectiva (sistema mixto de
nombramientos).
Una vez nombrados los magistrados permanecerán en su cargo mientras
conserven el buen comportamiento según lo señala la Constitución y las leyes (artículo 77,
CPE).

b) Secretario:

Este tipo de tribunal cuenta con un Secretario de carácter permanente, que es


abogado y que es nombrado de la misma forma que el Juez.
Estos secretarios cumplen una función muy importante en los tribunales. Los
secretarios son los “ministros de fe” de los tribunales, y por ello es el encargado de
“autorizar” o de dar fe a todas las actuaciones y todas las resoluciones que emanen del
tribunal. Por eso, si se examina cualquier resolución judicial, éstas siempre tienen al menos
dos firmas: la del juez y la del secretario. Esto no significa que el juez le pida la autorización
al secretario, sino que la autorización significa “dar fe”.
Además, le corresponde la custodia de los expedientes y de los documentos que
existan en poder del tribunal (artículo 379, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 379, Código Orgánico de Tribunales: “Los secretarios de las Cortes y juzgados,
son ministros de fe pública encargados de autorizar, salvo las excepciones legales,
todas las providencias, despachos y actos emanados de aquellas autoridades, y
de custodiar los procesos y todos los documentos y papeles que sean presentados
a la Corte o juzgado en que cada uno de ellos debe prestar sus servicios”.

90
Además, estos secretarios tienen otras funciones, establecidas en el artículo 380 del
Código Orgánico de Tribunales. Entre las más importantes se destacan:

o Es el encargado de practicar ciertas notificaciones que se hacen en la secretaría


(notificaciones por el estado diario). En las oficinas de la secretaría del juzgado, el
secretario puede practicar notificaciones.

o Dar conocimiento a cualquiera persona que lo solicitare de las actuaciones o de


los procesos que tengan archivados en sus oficinas, a menos que esos documentos
sean secretos por disposición expresa de la ley.

o Guardar con el conveniente arreglo los procesos y demás papeles de su oficina,


sujetos a las órdenes e instrucciones que la Corte o juzgado respectivo les diere
sobre el particular.

o Las demás que les impongan las leyes.

c) Personal de Secretaría del tribunal:

El personal de secretaría tiene un número variable dependiendo de lo que diga la


ley pertinente, y cumplen funciones de colaboración en las distintas actividades del juez y
del secretario en el desempeño de sus funciones. Estos son los llamados “actuarios”.
Este personal tiene su rango y su propio escalafón, y dentro de ellos el más antiguo
es el “Oficial Primero”. Este oficial primero es el de mayor rango y cumple importantes
funciones dentro del tribunal (puede subrogar al secretario en ausencia de éste). El
secretario subroga al juez y al secretario lo subroga el oficial primero, porque nunca
puede faltar el secretario.

* Clasificación de los Juzgados de Letras:

Existen dos clasificaciones importantes:

a) Considerando la competencia o la extensión de la competencia que tiene el


juzgado, tenemos juzgados con competencia común y juzgados con
competencia especial (esta clasificación va a desaparecer a futuro). Esto
dependiendo si conocen o no causas civiles y criminales.

 Juzgados de letras con competencia común: son aquellos que conocen


causas civiles y criminales. Ejemplo: Tomé.

 Juzgados de letras con competencia especial: conocen ya sea causas


civiles o causas penales. Ejemplo: Concepción.

b) Desde el punto de vista del escalafón judicial o considerando la categoría del


juzgado, se clasifican en juzgados de letras de ciudad asiento de Corte de
Apelaciones, juzgados de letras de ciudad que es capital de provincia y juzgados
de letras de comuna o agrupación de comunas.

 Juzgados de letras de ciudad asiento de Corte de Apelaciones: son las de


mayor categoría. Ejemplo: juzgado de letras de Concepción.

 Juzgados de letras de ciudad asiento de capital de provincia: Ejemplo: los


juzgados de letras de Los Ángeles.

91
 Juzgados de letras de comuna o agrupación de comunas: Ejemplo:
juzgado de letras de Tomé.

Esta es una clasificación que tiene cierta importancia en materia de


competencia, porque los jueces de letras de ciudad asiento de Corte tienen
competencia más amplia que los otros. Además incide en la jerarquía (en el
escalafón) y eso dice relación, entre otras cosas, en la remuneración.

* Competencia de los Juzgados de Letras (artículo 45, Código Orgánico de Tribunales):

Aquí se analiza la competencia actual con las modificaciones que indica la ley y
la competencia que existe en la mayoría de los juzgados del país.
Los juzgados de letras conocen o pueden conocer de toda clase de asuntos, ya
sean civiles contenciosos, penales y no contenciosos, porque tienen la plenitud de la
competencia en primera instancia y excepcionalmente en única instancia.

A) Competencia en materia civil contenciosa: En esta materia se distingue la


competencia en única instancia y competencia en primera instancia:

a. Competencia de única instancia: Aquí tiene importancia el factor de la cuantía.


Según la ley, los jueces de letra pueden conocer casos civiles en única instancia:

o De las causas civiles cuya cuantía no exceda de 10 Unidades Tributarias


Mensuales (artículo 45, nº 1, letra a, Código Orgánico de Tribunales).

o De las causas de comercio cuya cuantía no exceda de 10 Unidades


Tributarias Mensuales (artículo 45, nº 1, letra b, Código Orgánico de
Tribunales).

La ley precisa o distingue entre causas civiles y de comercio, aunque estas


últimas son también causas civiles, pero que se rigen por el Código de Comercio.

b. Competencia de primera instancia (plenitud de la competencia): Los jueces de


letras conocerán en primera instancia:

o De las mismas causas civiles y de comercio, pero cuya cuantía exceda de


10 Unidades Tributarias Mensuales (artículo 45, nº 2, letra a, Código
Orgánico de Tribunales), o bien que no sean susceptibles de apreciación
pecuniaria (artículos 130 y 131, Código Orgánico de Tribunales). Ejemplo:
las cuestiones relativas al estado civil de las personas.

o De las causas de minería, cualquiera que sea su cuantía (prima el factor


materia). Las causas de minas son asuntos civiles que se rigen por el
Código de Minería (artículo 45, nº 2, letra b, Código Orgánico de
Tribunales).

o De las causas laborales y de menores, cuyo conocimiento no corresponda


a los juzgados de letras del trabajo y de menores respectivamente. Vale
decir, conocen en aquellos casos en que en esa comuna no existen jueces
especiales del trabajo o de menores, de lo contrario esas materias son de
competencia de dichos tribunales especiales (artículo 45, nº 2, letra h,
Código Orgánico de Tribunales).

92
o De las causas civiles y de comercio, cuya cuantía sea inferior a 10 Unidades
Tributarias Mensuales, cuando en ellas tengan interés o sean parte las
personas que tengan “fuero menor”, señaladas en el artículo 45 nº 2 letra
g, Código Orgánico de Tribunales (los Comandantes en Jefe del Ejercito,
de la Armada y de la Fuerza Aérea; el General Director de Carabineros; los
Ministros de la Corte Suprema o de alguna Corte de Apelaciones; los
Fiscales de estos tribunales; los jueces letrados, etc.).

B) Competencia en los asuntos judiciales no contenciosos: Aquí los jueces letrados tienen
la plenitud de la competencia.
Los jueces letrados conocen de todos los actos judiciales no contenciosos,
cualquiera que sea la cuantía de los mismos y cualquiera sea la calidad de los interesados
(el fuero no se considera), salvo lo relativo al nombramiento de curador ad litem,
dispuesto en el artículo 494 del Código Civil (artículo 45, nº 2, letra c, Código Orgánico de
Tribunales).

C) Competencia en materia penal: Aquí hay que hacer salvedades respecto de la


nueva Reforma Procesal Penal.
De acuerdo al Código antiguo, los jueces de letras conocerán en primera
instancia:

o De las causas por crimen o simple delito, salvo del juzgamiento de los
delitos de vagancia y mendicidad cometidos fuera de los límites urbanos
de la ciudad, cuyo conocimiento corresponde a los Juzgados de Policía
Local (artículo 45, nº 2, letra d, Código Orgánico de Tribunales).

o De las causas por faltas que se cometan en la ciudad donde tenga su


asiento el tribunal, siempre que no haya en ellas Juzgado de Policía Local
(artículo 45, nº 2, letra d, Código Orgánico de Tribunales).

o De las infracciones a la Ley de Alcoholes que trata el Libro II de dicha ley,


con excepción de las contempladas en los artículos 113 y 117, que se
cometan fuera de la comuna asiento del tribunal.

Toda esta competencia es la competencia general de cualquier juez de letras,


cualquiera sea su categoría, sea un juez de simple comuna o de ciudad asiento de Corte
de Apelaciones.

* Competencia especial de los jueces de letras de comunas asiento de Corte:

Los jueces de letras de comunas asiento de Corte conocerán en primera instancia:

- De ciertas causas criminales en que sean parte o tengan interés un juez de letras
de una comuna o agrupación de comunas que correspondan a la jurisdicción de
esa misma Corte de Apelaciones (artículo 46, Código Orgánico de Tribunales).
Ejemplo: si un juez de Tomé comete un delito, eso lo va a conocer un juez de letras
de Concepción.

- De las causas de hacienda o juicios de hacienda, cualquiera que sea su cuantía


(artículo 48, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).
Los Juicios de Hacienda son aquellos en que es parte o tiene interés el Fisco
y cuyo conocimiento le corresponde a los tribunales ordinarios de justicia (artículos
748 y siguientes, Código de Procedimiento Civil).

93
Aquí hay que hacer una distinción según si el Fisco actúa como
demandante o como demandado:

• Si el Fisco es demandado, en este caso siempre será juez competente el juez


de letra de ciudad asiento de Corte de Apelaciones. Ejemplo: si dentro de la
jurisdicción de la Corte de Apelaciones de Concepción se pretende
demandar al Fisco, se debe realizar en Concepción.

• Si el Fisco es demandante, éste puede deducir la demanda ante este mismo


tribunal (juzgado de letras de comuna asiento de Corte de Apelaciones), o
bien ante el juez competente del domicilio del demandado, cualquiera que
sea la naturaleza de la acción deducida (artículo 48, inciso 2º, Código
Orgánico de Tribunales).
Este es un caso de competencia acumulativa. El domicilio del
demandado podría no ser la ciudad asiento de Corte de Apelaciones.

- De los asuntos no contenciosos en que el Fisco tenga interés (artículo 48, inciso
final, Código Orgánico de Tribunales).

II. TRIBUNALES UNIPERSONALES, ACCIDENTALES O DE EXCEPCION:

Estos tribunales accidentales son aquellos que se forman especialmente para


conocer de materias específicas que la ley indica una vez que el conflicto jurídico se ha
suscitado, por eso son accidentales a diferencia de los jueces de letras que son
permanentes. Una vez que cumplen su función estos tribunales desaparecen como tales.
Estos tribunales están conformados por los ministros de Corte individualmente
considerados. Una vez que el ministro de Corte culmina su labor como tribunal
unipersonal, éste continuará formando parte del tribunal colegiado al cual pertenece.

* Características de estos tribunales:

- Son tribunales accidentales, es decir, se constituyen específicamente para


conocer de un asunto determinado. Mientras el litigio no se ha promovido no existe
como tal y el ministro continúa con su función normal en la Corte del cual forma
parte integrante.

- Son tribunales unipersonales. Están formados por un sólo juez.

- Son tribunales ordinarios. Están reglados en el Código Orgánico de Tribunales y


forman parte de la organización jerárquica del Poder Judicial.

- Son tribunales inferiores. El ministro como tribunal accidental es inferior porque


ejerce competencia en primera instancia y dependen de la Corte a la cual
forman parte y esa Corte será el tribunal de segunda instancia.
Estos tribunales están en el mismo lugar del juez de letras (sometidos a las
mismas reglas), en consecuencia la organización es similar al Juzgado de Letras,
cuentan con los mismos funcionarios:

o En primer lugar está el Ministro, vale decir cambia la figura del juez en los
juzgados de letras por la del ministro en estos tribunales accidentales.
o También hay un Secretario. En este caso, el secretario va a ser el mismo
ministro de Fe de la Corte a la cual pertenece el ministro.

94
o También cuenta con Personal de Secretaría, que son los mismos
funcionarios subalternos de la Corte.

Estos tribunales ¿cómo llegan a conocer una vez que se han promovido, al no
estar designados de antemano?. En cuanto a la designación de estos tribunales hay que
distinguir:

• En el caso de los Ministros de Corte de Apelaciones y de la Corte Suprema es


necesario entrar a designarlos. El nombramiento se hace por turno que la Corte
fije para determinar cuál de sus jueces debe constituirse como Tribunal
Unipersonal en un caso concreto (artículo 50 y 52, Código Orgánico de
Tribunales).

• Cuando se trata de los presidentes de la Corte Suprema y de la Corte de


Apelaciones de Santiago (artículos 51 y 53, Código Orgánico de Tribunales)
estos están designados de antemano.

1) Ministro de la Corte de Apelaciones (artículo 50):

A este respecto es importante señalar que la competencia penal de estos Ministros


tiende a desaparecer.
Un ministro de la Corte de Apelaciones respectiva según el turno que ella fije,
conocerá en primera instancia de los siguientes asuntos:

a. De las causas por los delitos contra la Seguridad Interior del Estado a que se refiere
la Ley No. 6.026, de 12 de febrero de 1937, cuando dichos delitos sean cometidos
exclusivamente por civiles (artículo 50, nº 1, Código Orgánico de Tribunales
antiguo). Eliminado por la Ley 19.665.

b. De las causas civiles y criminales por crímenes o simples delitos en que sean parte o
tengan interés determinadas personas que indica la ley (los que tienen el Fuero
Mayor, por ejemplo: el Presidente de la República, los ex Presidentes de la
República, los Ministros de Estado, los Intendentes y Gobernadores, etc.). Estos
casos en principio debieran ser conocidos por un juez letrado (artículo 50, nº 2,
Código Orgánico de Tribunales.
* La competencia criminal en esta materia desaparecerá con motivo de la
reforma procesal penal.

c. De las causas por delitos comunes en que sean parte o tengan interés los
miembros de la Corte Suprema, los de las Cortes de Apelaciones, los fiscales de
estos tribunales y los jueces letrados de las ciudades de asiento de las Cortes de
Apelaciones (artículo 50, nº 3, Código Orgánico de Tribunales). Eliminado por Ley
19.665.

d. De las demandas civiles que se entablen contra los jueces de letras para hacer
efectiva su responsabilidad civil resultante del ejercicio de sus funciones
ministeriales (artículo 50, nº 4, Código Orgánico de Tribunales).

e. De los demás asuntos que otras leyes le encomienden (artículo 50, nº 5, Código
Orgánico de Tribunales). Ejemplo: Ley 17.997 sobre Tribunal Constitucional.

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2) Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago (artículo 51):

Tiene una competencia aún más restringida que el Ministro de Corte de


Apelaciones. La ley señala que el Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago
conocerá en primera instancia:
a. De las causas sobre amovilidad de los ministros de la Corte Suprema (artículo 51, nº
1, Código Orgánico de Tribunales).

b. De las demandas civiles que se entablen contra uno o más miembros de la Corte
Suprema o contra su fiscal para hacer efectiva su responsabilidad por actos
cometidos en el desempeño de sus funciones (artículo 51, nº 2, Código Orgánico
de Tribunales).

3) Ministro de la Corte Suprema (artículo 52):

Un ministro de la Corte Suprema, designado por el mismo tribunal, conocerá en


primera instancia:

a. De las causas a que se refiere el artículo 23 de la Ley No. 12.033. Esta se refiere a
causas en que sea parte la Corporación y empresas adheridas de venta de salitre
y yodo en Chile (artículo 52, nº 1, Código Orgánico de Tribunales).

b. De los delitos de jurisdicción de los tribunales chilenos cuando puedan afectar las
relaciones internacionales de la República con otro Estado (artículo 52, nº 2,
Código Orgánico de Tribunales).

c. De la extradición pasiva. Se refiere a aquellos casos en que un gobierno extranjero


solicita al gobierno de Chile la entrega de una determinada persona, un
delincuente, para que sea juzgado en el extranjero (artículo 52, nº 3, Código
Orgánico de Tribunales).

d. De los demás asuntos que otras leyes le encomienden (artículo 52, nº 4, Código
Orgánico de Tribunales).

4) Presidente de la Corte Suprema (artículo 53):

El Presidente de la Corte Suprema conocerá en primera instancia:

a. De las causas sobre amovilidad de los ministros de las Cortes de Apelaciones


(artículo 53, nº 1, Código Orgánico de Tribunales).

b. De las demandas civiles que se entablen contra uno o más miembros o fiscales
judiciales de las Cortes de Apelaciones para hacer efectiva su responsabilidad por
actos cometidos en el desempeño de sus funciones ministeriales (artículo 53, nº 2,
Código Orgánico de Tribunales).

c. De las causas de presas y demás que deban juzgarse con arreglo al Derecho
Internacional. Por ejemplo, se puede originar por situaciones de guerra, se da en
arrestamientos en el mar, etc. (artículo 53, nº 3, Código Orgánico de Tribunales).
Presa marítima es el derecho de los beligerantes en cualquier parte del mar
no sometido a la jurisdicción de un Estado neutral para apresar las embarcaciones
mercantes que enarbolen el pabellón enemigo, así como las mercaderías que
estén cargadas y que sean también de propiedad del enemigo.

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d. De los demás asuntos que otras leyes entreguen a su conocimiento (artículo 53, nº
4, Código Orgánico de Tribunales).

En estas causas no procederán los recursos de casación en la forma ni en el fondo


en contra de la sentencia dictada por la sala que conozca del recurso de apelación que
se interpusiere en contra de la resolución del Presidente.

La competencia que tienen estos tribunales accidentales, en cualquiera de los


casos, se caracteriza por ser una competencia restrictiva, no hay plenitud de la
competencia o de ejercicio de la jurisdicción, y está reservada a los asuntos que la ley
indica específicamente.
Respecto de cada tribunal accidental, la segunda instancia se va a deducir ante
la respectiva Corte, con exclusión del ministro que conoció en primera instancia. Esto
también en el entendido que se deduzca el recurso de apelación.

III. LAS CORTES DE APELACIONES:

Las Cortes de Apelaciones están reguladas en los artículos 54 y siguientes del


Código Orgánico de Tribunales.

* Concepto de Corte de Apelaciones: Tribunales colegiados a los cuales les corresponde,


por regla general, ejercer competencia de segunda instancia en su calidad de superior
jerárquico de los jueces de letras, y dentro de un territorio jurisdiccional que es más amplio
que el de los jueces de letra. Este territorio puede corresponder a una o varias provincias o
una región o parte de ella.

* Características de las Cortes de Apelaciones:

Las Cortes de Apelaciones presentan las siguientes características:

- Tribunales ordinarios, puesto que están reglamentados en el Código Orgánico de


Tribunales y forma parte de la organización jerárquica del Poder Judicial.
- Tribunal permanente, puesto que han sido establecidos para funcionar en forma
continua, se susciten o no los asuntos en que deben intervenir.
- Tribunal de derecho. Deben fallar conforme a la ley.
- Tribunal letrado, es decir los magistrados deben tener el título de abogado.
- Tribunal de competencia común. Están facultados para conocer de toda clase de
asuntos cualquiera sea su naturaleza.
- Tribunal colegiado, constituido por varios jueces. Esta diversidad de jueces opera
en un plano de igualdad entre ellos.
- Son, normalmente, tribunales de segunda instancia. Su misión fundamental es
conocer de los recursos de apelación. Por excepción, tienen competencia de
primera o de única instancia.

* Organización de las Cortes de Apelaciones:

a) Presidente:

El Presidente es uno de los ministros que conforman el tribunal.


El artículo 57, inciso 1º, del Código Orgánico de Tribunales señala que las Cortes de
Apelaciones serán regidas por un Presidente. Sus funciones durarán un año contado del 1º
de marzo, y serán desempeñadas por los miembros del tribunal, turnándose cada uno por
“orden de antigüedad” en la categoría correspondiente del escalafón.

97
Este presidente tiene importantes funciones que cumplir dentro del tribunal
(artículo 90, Código Orgánico de Tribunales). Entre las más relevantes podemos
mencionar:
o Le corresponde presidir el respectivo tribunal en todas sus reuniones públicas
(artículo 90, nº 1, Código Orgánico de Tribunales).

o Además, le corresponde la instalación diaria de la sala o salas, según el caso, en


que está dividida la Corte de Apelaciones (unidades jurisdiccionales en que la
Corte se puede dividir). Los ministros se sortean entre esas distintas salas. Alguno de
los ministros puede faltar y en ese caso el tribunal de igual manera tiene que
funcionar.
Se levantará acta de la instalación, autorizada por el secretario,
indicándose en ella los nombres de los ministros asistentes, y de los que no hubieren
concurrido, con expresión de la causa que motivare su inasistencia. Una copia de
esta acta se fijará en la tabla de la sala correspondiente (artículo 90, nº 2, Código
Orgánico de Tribunales).
Esto le permite a los abogados y al público en general saber debidamente
como está confeccionada cada sala.

o Formar o confeccionar el último día hábil de cada semana, en conformidad a la


ley, la o las tablas de que deba ocuparse el tribunal o sus salas en la semana
siguiente. Las tablas son una nómina o un listado de los asuntos judiciales que la
Corte de Apelaciones debe conocer durante una semana (artículo 90, nº 3,
Código Orgánico de Tribunales). Si la Corte tiene varias salas se confeccionan
tantas tablas según sea el número de salas.

En ausencia del Presidente de una Corte de Apelaciones, hará sus veces el ministro
más antiguo de los que se encontraren actualmente reunidos en la sala del tribunal
(artículo 91, Código Orgánico de Tribunales).
Si las Cortes de Apelaciones cuentan con varias salas, independientemente del
Presidente del Tribunal cada sala tiene también un presidente (artículo 92, Código
Orgánico de Tribunales), que le corresponde al ministro más antiguo que la integra.

b) Los Ministros:

Los ministros son los magistrados que integran la Corte de Apelaciones (artículo 57,
inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales) a los cuales les corresponde el ejercicio de las
funciones jurisdiccionales dentro del tribunal.
Cada Corte de Apelaciones tiene un número variable de ministros de acuerdo a lo
que la ley en cada caso determine (artículo 56, Código Orgánico de Tribunales). Entre los
ministros se incluye al Presidente, porque es un ministro de Corte.
Según el artículo 56 del Código Orgánico de Tribunales, las Cortes de Apelaciones
se compondrán del número de miembros que a continuación se indica:

• Las Cortes de Apelaciones de Iquique, Copiapó, Chillán, Puerto Montt,


Coihaique y Punta Arenas tendrán cuatro miembros.
• Las Cortes de Apelaciones de Arica, Antofagasta, La Serena, Rancagua, Talca,
Temuco y Valdivia tendrán siete miembros.
• Las Cortes de Apelaciones de Valparaíso y Concepción tendrán trece
miembros.
• La Corte de Apelaciones de San Miguel tendrá dieciséis miembros.
• La Corte de Apelaciones de Santiago tendrá veinticinco miembros.

98
El mínimo ministros que tiene una Corte es cuatro, según esta misma disposición, y
el máximo es de 25, que corresponde a la Corte de Apelaciones de Santiago.
Los ministros son nombrados por el Presidente de la República a propuesta en terna
de la Corte Suprema (artículo 75, CPE) y se mantienen en sus cargos mientras observen el
buen comportamiento exigido por el legislador. Cada ministro tiene su rango o escalafón
(artículo 57, inciso 2º, parte final, Código Orgánico de Tribunales).

c) Los Fiscales Judiciales (artículo 58):

Funcionario auxiliar de la administración de justicia, que representa ante los


tribunales, los intereses generales de la sociedad. Los fiscales judiciales están regulados en
los artículos 350 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales.
La función primordial de los fiscales judiciales es la de representar ante los
tribunales de justicia los intereses generales de la sociedad, principalmente, y por lo
mismo, le corresponde intervenir en aquellos procesos en que se entienda que está
comprometido el interés general, tanto en causas civiles como en causas penales. Para
estos efectos los fiscales evacuan informes o dictámenes dando su parecer a la Corte.
Los fiscales judiciales obran, según la naturaleza de los negocios, o como parte
principal, o como terceros, o como auxiliares del juez (artículo 354, Código Orgánico de
Tribunales).
En cuanto al número de fiscales que debe haber en cada Corte (artículo 58,
Código Orgánico de Tribunales), esto es variable, pero debe haber mínimo un fiscal por
Corte. El máximo de fiscales que establece la ley lo encontramos en la Corte de
Apelaciones de Santiago, donde existen seis fiscales judiciales.
También son nombrados por el Presidente de la República a propuesta en terna de
la Corte Suprema y, al igual que los ministros, gozan de inamovilidad en el ejercicio de su
cargo.

d) Los Relatores (artículos 372 y siguientes):

Es un funcionario también auxiliar de la administración de justicia cuya función


primordial es de informar a la Corte de Apelaciones de los distintos asuntos que deben
conocer y para estos efectos deben hacer una relación de los procesos (artículo 372, nº 4,
Código Orgánico de Tribunales).
Este funcionario debe su existencia al hecho de que se trata de un tribunal
colegiado, de lo contrario no existirían. En los juzgados de letras no existen porque el juez
personalmente decide y conoce. En las Cortes de Apelaciones sería demasiado largo y
engorroso que el propio tribunal o las salas en que se divide éste, si procede, conocieran
de los asuntos.
El informe que hacen los relatores es oral. La relación se hace mediante una
exposición razonada y metódica (artículo 374, Código Orgánico de Tribunales).
El número de relatores es variable (artículo 59, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 59, Código Orgánico de Tribunales: “Cada Corte de Apelaciones tendrá dos
relatores. Las Cortes de Apelaciones de Arica, Antofagasta, La Serena, Rancagua,
Talca, Temuco y Valdivia tendrán cuatro relatores; las Cortés de Apelaciones de
Valparaíso y Concepción tendrán ocho relatores; la Corte de Apelaciones de San
Miguel tendrá diez relatores, y la Corte de Apelaciones de Santiago tendrá
dieciocho relatores”.

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e) Secretario (artículos 379 y siguientes):

La regla general es que cada Corte de Apelaciones tenga un solo secretario. Pero
tratándose de la Corte de Apelaciones de San Miguel y de Santiago tienen más, 2 y 3
respectivamente. La propia Carta regula las acciones de cada Secretario (artículo 60,
Código Orgánico de Tribunales).

Art. 60, Código Orgánico de Tribunales: “Cada Corte de Apelaciones tendrá un


secretario. La Corte de Apelaciones de San Miguel tendrá dos secretarios. La Corte
de Apelaciones de Santiago tendrá tres secretarios. Cada tribunal reglará el
ejercicio de las funciones de sus secretarios y distribuirá entre ellos el despacho de
los asuntos que ingresen a la Corte, en la forma que estime más conveniente para
el buen servicio”.

Los secretarios son ministro de fe de la Corte de Apelaciones, encargados de


autorizar todas las providencias, despachos y actuaciones que emanen del tribunal y,
además, le corresponde la custodia de los procesos y documentos que estén en poder
del tribunal (artículo 379, Código Orgánico de Tribunales).

f) Personal de Secretario o “actuarios” (artículos 379 y siguientes):

Cada Corte tiene un número variable de personal subalterno y que cumple con la
misión de colaborar con las funciones propias del tribunal (de los ministros y del secretario).

Las Cortes de Apelaciones, por su calidad de colegiados, necesariamente tienen


un Presidente y un Relator.

* Funcionamiento de una Corte de Apelaciones:

La Corte de Apelaciones puede funcionar de dos formas: en forma ordinaria y en


forma extraordinaria.

a) En forma ordinaria:

Este es el funcionamiento habitual que tiene lugar en todos aquellos casos en que
la Corte funciona con el mismo número de salas que la ley le indica. Esto según lo que
señala el artículo 61 del Código Orgánico de Tribunales. Este funcionamiento ordinario
puede ser: en pleno o en sala.

- Funcionamiento ordinario en pleno: Es aquel en que la Corte funciona reunida


como un solo cuerpo, como una sola unidad jurisdiccional, con todos sus ministros
o a lo menos con la mayoría absoluta que es el quórum mínimo para funcionar
(artículo 67, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 67, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “Para el funcionamiento


del tribunal pleno se requerirá, a lo menos, la concurrencia de la mayoría
absoluta de los miembros de que se componga la Corte”.

El pleno se conforma exclusivamente por los ministros titulares (no se puede


llamar a otros para que funcionen en pleno) y es presidido por el Presidente de la
Corte de Apelaciones.

100
El funcionamiento en pleno es excepcional (lo normal es que funcione en
salas), se hace exclusivamente para conocer de ciertos asuntos que por
excepción la ley se la entrega al pleno para que sean resueltos (artículo 66, inciso
1º, Código Orgánico de Tribunales). La regla general es que la Corte funcione en
salas.

Art. 66, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “El conocimiento de todos
los asuntos entregados a la competencia de las Cortes de Apelaciones
pertenecerá a las salas en que estén divididas, a menos que la ley
disponga expresamente que deban conocer de ellos en pleno.

El artículo 66, inciso 4º, indica los casos de excepción en que el tribunal
debe funcionar en pleno. Estos casos son:

o El ejercicio de las facultades disciplinarias, administrativas y económicas.


o El conocimiento de los desafueros de los Diputados y de los Senadores.
o De los juicios de amovilidad en contra de los jueces de letras.

En aquellas Cortes que tienen cuatro ministros (funcionan en una sola sala),
desde el punto de vista externo, es difícil determinar se está funcionando en pleno
o en sala, pero jurídicamente es importante determinar uno y otro procedimiento.

- Funcionamiento ordinario en salas: Es el funcionamiento habitual y que se hace


cuando las Cortes de Apelaciones se dividen en unidades jurisdiccionales que se
denominan “salas” según lo que la ley señale para cada Corte.
El artículo 66 señala que en general el conocimiento de los asuntos
judiciales que sean de competencia de la Corte de Apelaciones le corresponde a
las salas en que se divide la misma Corte, a menos que se disponga expresamente
que se funcione en pleno (artículo 66, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales.

El artículo 61 señala cómo estarán divididas las Cortes en salas:

 Las Cortes de Apelaciones de Iquique, Copiapó, Chillán, Puerto Montt,


Coihaique y Punta Arenas tendrán una sola sala.
 Las Cortes de Apelaciones de Arica, Antofagasta, La Serena, Rancagua, Talca,
Temuco y Valdivia tendrán se dividirán en dos salas.
 Las Cortes de Apelaciones de Valparaíso y Concepción en cuatro salas.
 La Corte de Apelaciones de San Miguel en cinco salas.
 La Corte de Apelaciones de Santiago en siete salas.

Cada sala representa a la Corte de Apelaciones en los asuntos de que


conoce (artículo 66, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).
Cada sala en que se puede dividir el tribunal estará formada por tres
ministros, salvo la Primera Sala que tendrá cuatro ministros. Formará parte de la
Primera Sala el Presidente de la Corte, sin embargo, es facultativo para él
integrarla.
Las salas no podrán funcionar sin la concurrencia de tres jueces como
mínimo (artículo 67, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).
Para la constitución de las diversas salas en que se dividan las Cortes de
Apelaciones para su funcionamiento ordinario, se sortearán anualmente los
miembros del tribunal, con excepción de su Presidente, el que quedará por pleno
derecho incorporado a la Primera Sala, siendo facultativo para él integrarla. El

101
sorteo correspondiente se efectuará el último día hábil de enero de cada año
(artículo 61, Código Orgánico de Tribunales).
Si una sala no tiene a todos sus ministros titulares, en este caso el Presidente
debe llamar a integrar a otros funcionarios, pero la sala tiene que tener a lo menos
un ministro titular para poder funcionar. Debe haber al menos un ministro titular,
seguidamente se llamará a integrar la sala al fiscal judicial y seguidamente a los
abogados integrantes hasta confeccionar el mínimo de tres (artículo 215, inciso 1º,
Código Orgánico de Tribunales).

Art. 215, Código Orgánico de Tribunales: “Si por falta o inhabilidad de


algunos de sus miembros quedare una Corte de Apelaciones o cualquiera
de sus salas sin el número de jueces necesario para el conocimiento y
resolución de las causas que les estuvieren sometidas, se integrarán con los
miembros no inhabilitados del mismo tribunal, con sus fiscales y con los
abogados que se designen anualmente con este objeto”.

Los abogados integrantes son ajenos a la administración de justicia que, de


acuerdo al artículo 215 del Código Orgánico de Tribunales, son llamados a cumplir
funciones en una Corte de Apelaciones, esto en el caso de que falte o que se
inhabilite un ministro titular. La ley dice que el llamamiento que se hace a estos
abogados integrantes se hará de acuerdo al orden de su designación en la lista
de su nombramiento.
El número de abogados integrantes es variable y depende de la Corte de
Apelaciones de que se trate (artículo 219, Código Orgánico de Tribunales).

b) En forma extraordinaria:

Este funcionamiento tiene lugar cuando, para el desempeño de sus funciones, la


Corte debe dividirse en un mayor número de salas de aquel que la ley le establece. El
motivo que justifica este funcionamiento extraordinario es lo que la ley denomina
“retardo” en el despacho de las causas (artículo 62, Código Orgánico de Tribunales).
De acuerdo al artículo 62, inciso 2º, se entenderá que hay retardo cuando dividido
el total de causas en estado de tabla y de las apelaciones que deban conocerse en
cuenta, inclusive las criminales, por el número de salas, el cuociente fuere superior a cien.
Esta es la situación a la que se encuentra la Corte de Apelaciones de Concepción
hace mucho tiempo.
En este caso, con toda seguridad, va a ocurrir que los relatores que tenga la Corte
sean insuficientes. Producido este caso y si no bastaren los relatores en propiedad, el
tribunal designará por mayoría de votos los relatores interinos que estime conveniente,
quienes gozarán durante el tiempo en que sirvieren de igual remuneración que los
propietarios (artículo 62, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales).
Estos “relatores interinos” culminan su labor una vez que la Corte sale del retardo
(de la misma manera que la nueva sala).
Esta nueva sala se conformará por un ministro titular, por el fiscal judicial y con
abogados integrantes (artículo 62, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).
Dentro del funcionamiento extraordinario la Corte también lo puede hacer en
pleno o en sala (normalmente es en sala y excepcionalmente en pleno).

* Tramitación de un asunto ante en la Corte de Apelaciones:

En la Corte de Apelaciones, según la ley, la tramitación de los asuntos le


corresponde a la Primera Sala -naturalmente en los casos que las Cortes estén divididas en

102
salas-, que por este motivo se denominará “sala tramitadora” (artículo 70, inciso 1º,
Código Orgánico de Tribunales), a menos que el asunto se encuentre radicado en alguna
de las otras salas del tribunal, en cuyo caso será esa misma sala la que tramite.

Art. 70, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “La tramitación de los asuntos
entregados a las Cortes de Apelaciones corresponderá, en aquellas que se
compongan de más de una sala, a la primera”.

¿Quién debe firmar las resoluciones judiciales en una Corte?. Para determinar si la
resolución debe ser firmada por todos los ministros o por uno solo de ellos hay que
distinguir según sea la clase o materia de la resolución judicial (artículo 70, Código
Orgánico de Tribunales):

- Si la resolución fuera de mero trámite (providencias de mera substanciación) basta


la firma de un solo ministro (cualquiera de ellos).
- Si no se trata de una resolución de mero trámite deben firmar todos los ministros de
la sala que corresponda.

Se entiende por “providencia de mera substanciación” las que tienen por objeto
dar curso progresivo a los autos, sin decidir ni prejuzgar ninguna cuestión debatida entre
partes (artículo 70, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales). En las Cortes de Apelaciones
las resoluciones de mero trámite las dicta la sala tramitadora.
El fallo de segunda instancia debe tener las firmas de todos los ministros de la
Corte.

* Formas de conocer y resolver los asuntos judiciales en las Cortes de Apelaciones:

El Código Orgánico de Tribunales dice, en el artículo 68, que las Cortes de


Apelaciones resolverán los asuntos “en cuenta”, o bien “previa vista de la causa” según
corresponda. Esto no tiene nada que ver con el funcionamiento.

Art. 68, Código Orgánico de Tribunales: “Las Cortes de Apelaciones resolverán los
asuntos en cuenta o previa vista de ellos, según corresponda”.

Esto está referido a si la Corte de Apelaciones debe conocer el asunto con o sin
formalidades, porque el conocimiento en cuenta es un conocimiento informal, en cambio
el conocimiento previa vista de la causa es formal (hay que cumplir con una serie de
formalidades). En este último caso tienen derecho a intervenir los abogados, en cambio
en el conocimiento en cuenta no tienen derecho a intervenir los abogados.

A) Conocimiento “en cuenta”:

Significa que la Corte de Apelaciones se va a imponer del asunto sin emplear un


procedimiento especial y sin formalidades, y esta cuenta no es otra cosa que la
información que debe proporcionar el relator al tribunal respecto del asunto judicial
(también puede hacerlo excepcionalmente el secretario), privadamente (no intervienen
los abogados de las partes).
Esta es la forma que se utiliza para resolver cuestiones de mera tramitación y
también tiene lugar en los casos que la propia ley lo indique. Ejemplo: las peticiones de
órdenes de no innovar.

103
B) Conocimiento “previa vista de la causa”:

La Corte de Apelaciones se va a imponer del asunto a través de un conjunto de


actuaciones o trámites siguiendo un procedimiento formal y dentro del cual tienen
derecho a intervenir los abogados para formular los alegatos. Este es un trámite de
carácter público.
Esta es la forma general o habitual en que los tribunales conocen de un asunto
determinado.

Esta vista de la causa está conformada por una serie de trámites o formalidades
que deben cumplirse. Este conjunto de actuaciones son las siguientes:

 Dictación de la resolución en relación y su notificación legal a las partes.


 Inclusión del asunto judicial en tabla.
 El anuncio.
 La relación.
 Los alegatos.

El anuncio, la relación y los alegatos se cumplen el mismo día de la vista de la


causa.

Formalidades de la Vista de la Causa:

1) Dictación de la resolución en relación y su notificación legal a las partes:

Resolución de mero trámite que se dicta para dar comienzo a la tramitación a la


vista de la causa. La dictación de la resolución “en relación” significa que la Corte ordena
al relator hacer relación del proceso, a diferencia de lo que ocurría en el procedimiento
en cuenta en que el relator precisamente da cuenta a la Corte. El conocimiento en
cuenta es privado y la previa vista de la causa es pública (formalmente van a ser lo
mismo, pero son distintos).
Esta resolución debe notificarse legalmente a las partes.

2) Inclusión del asunto judicial en tabla:

Este trámite requiere necesariamente que se haya cumplido el anterior.


Para poder incluir el asunto “en tabla”, la causa tiene que encontrarse en estado
de poder figurar en tabla o debe encontrase en “estado de relación”, de lo contrario no
puede incluirse en la tabla.
¿Cómo saber si el proceso está o no en estado de relación?. Esto se sabe
mediante una certificación que hace el relator de la causa (artículo 69, inciso 1º, parte
final, Código Orgánico de Tribunales). Se consideran expedientes en estado de relación
aquellos que hayan sido previamente revisados y certificados al efecto por el relator que
corresponda.
El relator deberá revisar detalladamente los expedientes y además debe verificar
que se encuentren todos los antecedentes necesarios para poder iniciar la vista. Esta es la
condición para incluir el asunto en la tabla (ese certificado).
La TABLA es la nómina o listado de los asuntos judiciales que una Corte de
Apelaciones debe tratar durante una semana. Esta tabla la confecciona el Presidente el
último día hábil de cada semana y contendrá los asuntos que verá el tribunal en la
semana siguiente y que se encuentren en estado de relación (aquellos que hayan sido
previamente revisados y certificados al efecto por el relator que corresponda).

104
Si la Corte de Apelaciones consta de varias salas se confeccionarán tantas tablas
como salas que tenga esa Corte (artículo 69, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 69, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales: En las Cortes de Apelaciones que
consten de más de una sala se formarán tantas tablas cuantas sea el número de
salas y se distribuirán entre ellas por sorteo, en audiencia pública.

A estas tablas se van a incluir todas aquellas causas que estén en “estado de
relación” y que hayan sido sorteadas.
La Tabla debe contener algunas menciones o requisitos. Aquí debemos distinguir
entre las menciones o requisitos esenciales y no esenciales:

i. Las Menciones Esenciales son aquellas que nunca deben faltar en una tabla, son
las menciones mínimas que necesita el abogado para defender su causa (artículo
163, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).
Estas menciones esenciales son las siguientes:

 Se debe indicar el Nombre de las Partes, las que se individualizan según


aparezcan en la carátula del expediente. Además debe incluirse el
Número de Rol del expediente o de la causa.
Si las partes son varias -pluralidad de partes en proceso-, en este
caso se individualiza también como aparece en la carátula (el primero de
los litigantes).

 El día en que la Corte va a tratar el asunto (el día de su dictación).

 El número de orden de cada causa dentro de la tabla.

 Debe indicarse el Número de Sala, en el entendido que la Corte está


dividida en varias salas.

ii. Las Menciones No Esenciales son aquellas cuya omisión no produce ninguna
consecuencia, toda vez que la ley no las exige. Estas menciones agregan otros
datos de la causa, que son:

 El nombre del relator.

 Se agrega normalmente una letra mayúscula que indica el trámite de la


causa (A y D normalmente).

(D): Si se trata de una apelación de una sentencia definitiva.


(A): Si se trata de una apelación de un incidente o resolución que
no sea una sentencia definitiva.
(C): Si se trata de un recurso de casación en la forma.

 Señalar en cada caso, cuando corresponda, el número de suspensiones


que haya podido tener el asunto. Esto porque la ley permite a los
abogados suspender las vistas de los procesos.

Reglas del Código Orgánico de Tribunales para incluir el asunto en tabla:

a) El asunto tiene que estar en “estado de relación” (certificado que está en estado
de relación, cada proceso tiene que contar con este certificado).

105
b) Se van a incluir o figurarán en la tabla las causas a medida que van quedando en
estado de relación y tan pronto tan pronto como estuvieren en ese estado y de
acuerdo con las fechas en que van quedando en ese estado (se incluirá las que
quedaron primero y así sucesivamente).
Esto es así a no ser que la causa tenga lo que se llama “goce de
preferencia”. Si la causa goza de preferencia no se va a respetar ese orden
señalado. Esta Preferencia puede ser de dos tipos: una general y una especial.

• Preferencia general: son causas que se van a incluir en la tabla ordinaria o


semanal antes de aquellas causas que no tienen ninguna preferencia y esto se
debe a la materia del asunto (artículo 162, incisos 1º y 2º, Código de
Procedimiento Civil; y artículo 319, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales).
Entre estas cuestiones tenemos: las causas de alimentos, los juicios
sumarios, los juicios ejecutivos, cuestiones de competencia, asuntos penales,
desahucios, etc.

• Preferencia especial: aquí hablamos de asuntos que son urgentes, que no se


pueden demorar, y en este caso estos asuntos se van a incluir en una “tabla
complementaria” (anexa a la semanal) y que de ser necesario se hace
diariamente. Estas causas se agregan a la tabla complementaria por la
urgencia.
Las consecuencias de esta preferencia especial es que estas causas se
agregan a una tabla extraordinaria y que se van a tratar antes que los asuntos
de la tabla semanal u ordinaria.
Los asuntos que gozan de preferencia especial (artículo 69, inciso 5º,
Código Orgánico de Tribunales) son:

 el recurso de amparo
 el recurso de protección
 otros asuntos que la ley indica (apelaciones acerca del auto de
procesamiento, apelaciones relativas a la libertad provisional, etc.).

¿Para qué día se agregan estas causas?. Una vez que quedan en
estado de figurar en tabla serán agregadas a la mayor brevedad,
normalmente es al día hábil siguiente, e incluso pueden llegar a ser agregadas
el mismo día que quedó en estado. Así, por ejemplo: el recurso de protección
(normalmente al día subsiguiente hábil), la aprobación del auto de
procesamiento (cinco días máximo para agregar la causa a la tabla).

3) El Anuncio:

El Anuncio es un aviso que se le da a las partes y en general al público de que la


Corte de Apelaciones va a comenzar a tratar algún asunto en tabla. Este anuncio se
efectúa colocando en un lugar visible un número que indica que se está tratando una
causa según el orden de la tabla. Si la causa fuera agregada se incluye una letra “A”.
Este número se mantiene fijo todo el tiempo dure la vista de la causa mientras no
se pasa al asunto siguiente (artículo 163, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

Art. 163, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil: “Esta tabla se fijará en lugar
visible, y antes de que comience a tratar cada negocio, lo anunciará el tribunal,
haciendo colocar al efecto en lugar conveniente el respectivo número de orden,
el cual se mantendrá fijo hasta que se pase a otro asunto”.

106
De todas las causas que figuran en la tabla no todas se ven en la oportunidad que
se indica en la tabla, de manera que solamente se anuncian aquellas causas que
efectivamente se van a ver. Las otras causas que por cualquier motivo no se pudieran ver
(por petición de suspensión, por inhabilitación de algún ministro, por falta de tiempo)
serán anunciadas aparte, el relator las anuncia antes de comenzar la relación de las
demás, para que los abogados lo sepan y en un papel aparte (artículo 222, inciso 2º,
Código de Procedimiento Civil).

Art. 222, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil: “Las causas que se ordene
tramitar, las suspendidas y las que por cualquier motivo no hayan de verse, serán
anunciadas en la tabla antes de comenzar la relación de las demás. Asimismo, en
esa oportunidad deberán señalarse aquellas causas que no se verán durante la
audiencia, por falta de tiempo. La audiencia se prorrogará, si fuere necesario,
hasta ver la última de las causas que resten en la tabla”.

4) La Relación:

Es una exposición o información razonada, metódica y objetiva que proporciona


el Relator a la Corte de Apelaciones, mediante la cual los ministros quedan instruidos o
toman conocimiento de cada uno de los asuntos que tienen que conocer o resolver.
El objeto es que los ministros queden instruidos de los asuntos judiciales sometidos a
su conocimiento. Esto se debe a la naturaleza que tiene una Corte de Apelaciones, que
se trata de un tribunal colegiado, por ello es sumamente difícil que los ministros tomen
conocimiento personalmente de cada causa (artículo 374, Código Orgánico de
Tribunales).

Art. 374, Código Orgánico de Tribunales: “Las relaciones deberán hacerlas de


manera que la Corte quede enteramente instruida del asunto actualmente
sometido a su conocimiento, dando fielmente razón de todos los documentos y
circunstancias que puedan contribuir a aquel objeto”.

Este informe es absolutamente objetivo y metódico. El relator se limita a narrar el


proceso, no puede hacer comentarios a título personal sobre lo que está escrito.
Los ministros, mientras dure la relación, pueden formular preguntas o hacer
observaciones al relator.
A este trámite se permite la presencia de los abogados de las partes (esto es
fundamental para después poder alegar). Los abogados no pueden intervenir, no pueden
interrumpir, como tampoco pueden ingresar a la sala una vez que la relación ha
comenzado.

5) Los Alegatos:

Constituye el último trámite de la vista de la causa. De todos los trámites señalados,


los alegatos son los únicos que pueden omitirse, esto dependiendo de lo que el abogado
quiera (puede hacer o no uso de su derecho a alegar). No se puede obligar a los
abogados a formular los alegatos.

Los Alegatos son defensas verbales (orales) que se formulan ante los Tribunales
Colegiados de los derechos de alguna de las partes.

La ley señala que sólo pueden que realizar estas defensas orales en una Corte los
abogados habilitados para el ejercicio de la profesión, o bien, por excepción, se permite
que puedan hacerlo aquellos postulantes que estén haciendo su práctica para obtener el

107
título de abogado en las Corporaciones de Asistencia Judicial (artículo 527, Código
Orgánico de Tribunales).

- Reglas sobre los alegatos que establece la ley:

Se regula la forma de hacer estos alegatos en el artículo 223 del Código de


Procedimiento Civil y también en el Auto Acordado de la Corte Suprema sobre vista de la
causa (apéndice del Código de Procedimiento Civil) del año 1994.
a) Todo aquel que quiera alegar una causa deberá anunciarse previa y
personalmente con el Relator de la causa. Este acuerdo debe hacerse entes de
que se inicien las audiencias y hay que señalarle también al Relator el tiempo
aproximado que va a ocupar para su alegato. Todo esto el Relator lo deja
constancia en el proceso.

b) Estos abogados que se anunciaron para formular los alegatos (y no otros) tienen
derecho a asistir a la relación y para estos abogados constituye una obligación
hacerlo (obligación de asistir a la relación y alegar).
Esta relación dura todo el tiempo que sea necesario, no se establece
tiempo o plazo, para que la Corte quede debidamente ilustrada.

c) La audiencia misma de los alegatos. Concluida la relación, se procederá a


escuchar, en audiencia pública, los alegatos de los abogados que se hubieren
anunciado. Deben alegar según el siguiente orden:

o Primeramente alega el abogado del apelante o del recurrente.


o En segundo lugar el abogado del apelado o recurrido, y después que el
Presidente de la sala le dé la palabra.

Si hubiere pluralidad de partes, si son varios los apelantes, alegarán los


abogados en el orden en que se hayan interpuesto las apelaciones o recursos. Si
son varios los apelados o recurridos, los abogados intervendrán por el orden
alfabético de las partes que representan.
La duración de los alegatos de cada abogado se limitará a media hora
como tiempo máximo en la apelación. Este plazo el tribunal podría prorrogarlo si el
interesado así lo pide. Es atribución del tribunal conceder la prórroga.

d) Los abogados tienen derecho durante esta audiencia, una vez que ha concluido
su alegato, a rectificar “errores de hecho” (nunca de derecho, porque para eso
ya alegó) que observen de la parte contraria, naturalmente sin interrumpir al otro.

e) En cuanto a la forma del alegato, éstos son verbales siempre, eso significa que se
prohíbe presentar defensas escritas y se prohíbe, además, leer en los alegatos, sin
perjuicio que el abogado pueda llevar una minuta del alegato, pero tampoco de
puede leer dicha minuta (artículo 226, Código de Procedimiento Civil).

f) El abogado tiene absoluta libertad para desarrollar su alegato de la manera que


estime pertinente. La ley esto no lo regula, sin perjuicio de que el presidente de la
sala invite a los abogados a alegar sobre puntos concretos -de hecho o de
derecho- que el tribunal considere importante.

g) La ley establece una sanción para aquellos abogados que se anunciaron para
alegar o para oír la relación y no lo hicieron. Esta sanción la realiza la misma Corte
(artículo 223, inciso final, Código de Procedimiento Civil), para estos efectos la ley

108
establece una multa que fluctúa entre 1 y 5 UTM, la que se duplicará en caso de
reiteración de la falta dentro de un mismo año calendario.
La multa tiene que ser efectivamente pagada por el abogado sancionado
para que éste pueda volver a alegar en esa Corte.

¿Qué ocurre al término de la vista de la causa?. Terminada la Vista de la Causa


corresponde que la Corte resuelva sobre el asunto que ha sido puesto a su conocimiento.
Aquí hay dos posibilidades:

- Que la causa se resuelva de inmediato, tan pronto como termine la vista de la


causa.
- Que la causa no se resuelva de inmediato, que se difiera o postergue la resolución
del asunto sometido al conocimiento del tribunal.

Tanto en aquellos asuntos sencillos como en los asuntos urgentes la Corte tendrá
que adoptar las resoluciones de inmediato. Por el contrario, si el asunto no reviste urgencia
y también si es complejo, en ese caso no se resolverá de inmediato.
En esta etapa los ministros pueden requerir de un mayor estudio individual para
fallar.
En cualquiera de los dos casos, como el tribunal es colegiado, para adoptar una
decisión (para dictar resolución en el asunto) es necesario que exista “acuerdo” entre los
miembros del tribunal. En la práctica se suele decir que una causa ha quedado en
acuerdo precisamente cuando la decisión no se toma de inmediato.

- ¿Qué materias la Corte resuelve en cuenta y previa vista de la causa?

a) Asuntos que la Corte va a resolver en cuenta. Se utiliza este sistema en todos


aquellos asuntos que son de “mera tramitación”. Estos asuntos no deciden nada
de fondo y cuya finalidad es darle curso al proceso, y también se utiliza en todos
aquellos casos que la ley así lo disponga; por ejemplo, las apelaciones de
resoluciones que no sean sentencias definitivas, peticiones que se pueden formular
en una Corte de Apelaciones de órdenes de no innovar, la admisibilidad de los
recursos.

b) Asuntos que se conocen previa vista de la causa. Esta es la regla general en


cuanto a la resolución de todos los asuntos en una Corte y se aplica en general de
todos los asuntos contenciosos, a menos que la ley diga lo contrario.

* Competencia de las Cortes de Apelaciones:

En esta materia la norma que rige es la del artículo que rige es el 63 del Código
Orgánico de Tribunales.
Las Cortes de Apelaciones fundamentalmente tienen competencia para conocer
de las apelaciones, tal como lo indica su nombre. De manera que, por regla general, la
competencia de estos tribunales es fundamentalmente de segunda instancia, como
superior jerárquico de los Juzgados de Letras que tienen la competencia de primera
instancia.
También la Corte de Apelaciones puede conocer de asuntos judiciales en otras
instancias -ciertos asuntos que conoce no por la vía del recurso de apelación-, entonces
se suele clasificar la competencia de una Corte de Apelaciones y se distingue en:

- Competencia de la Corte de Apelaciones en única instancia.

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- Competencia en primera instancia (asuntos que la Corte va a conocer de los
mismos en primera instancia). Si la Corte de Apelaciones tiene esta competencia
de primera instancia, le corresponde la segunda instancia a la Corte Suprema.
- Competencia en segunda instancia, que es la regla general.
- Competencia por vía de consulta.

1) Competencia de única instancia de una Corte de Apelaciones:

Le corresponde conocer de esta forma en los siguientes asuntos:

a. De las recusaciones en contra de jueces de letras de la jurisdicción de la Corte de


que se trata, o recusaciones en contra de alguno de sus ministros como tribunal
unipersonal (artículo 204, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).
La “Recusación” es la forma de inhabilitar a los jueces cuando existe una
causal que la ley establece para estos efectos.

b. De los recursos de hecho (medios de impugnación de resoluciones judiciales) que


se deduzcan en contra de las resoluciones dictadas por jueces de letras cuando
éstos han cometido errores al pronunciarse acerca de un recurso de apelación.
Ejemplo: el juez de letras que concede un recurso de apelación improcedente o
niega una apelación que procede (artículos 196 y 203, Código de Procedimiento
Civil).

c. De las contiendas de competencia entre tribunales de su jurisdicción, o contiendas


de competencia que intervengan tribunales arbitrales (artículo 190, Código
Orgánico de Tribunales).

d. De la implicancia de los miembros (ministros) de la propia Corte de Apelaciones


(artículo 203, Código Orgánico de Tribunales).
La “Implicancia” es otro medio para inhabilitar a los magistrados, y son más
graves que las recusaciones.

e. De los recursos de casación en la forma que se puedan deducir en contra de


sentencias dictadas por los jueces de letras o por alguno de sus ministros como
tribunales unipersonales o de las sentencias definitivas dictadas por jueces árbitros
(jamás conoce de la casación en el fondo, porque ello le corresponde a la Corte
Suprema).
La casación no se conoce en ninguna instancia, no constituye instancia
porque lo que caracteriza a la instancia son las amplísimas atribuciones para
conocer de un asunto de hecho y de derecho, y en la casación la Corte tiene
atribuciones limitadas sólo a la causal que se invoca y nada más, aunque advierta
que haya otras causales.
El Código Orgánico de Tribunales (artículo 63, nº 2, letra a) incurre en un
error al hablar de “única instancia”, puesto que la casación no es instancia. El
Código señala esto para dar por sentado que es improcedente la apelación y
nada más.

f. De los recursos de queja que se deduzcan en contra de jueces de letras, jueces de


policía local, jueces árbitros y órganos que ejerzan jurisdicción, dentro de su
territorio jurisdiccional (artículo 63, nº 2, letra b, Código Orgánico de Tribunales).
El recurso de queja tiene por finalidad hacer efectiva la responsabilidad
disciplinaria cuando la resolución judicial se ha dictado con faltas y abusos graves.

110
g. De los recursos de nulidad (de acuerdo a la ley 19.708 de enero de 2001) creados
a propósito o para los efectos de la nueva reforma procesal penal. El recurso de
nulidad se deduce en contra de los asuntos penales de acuerdo a la nueva ley (el
antiguo Código de Procedimiento Penal no rige).

h. Por último, de la extradición activa, cuando se solicita la entrega de una persona


para juzgarla.

2) Competencia de primera instancia de una Corte de Apelaciones:

En este grado jurisdiccional le corresponde conocer a las Cortes de Apelaciones:

a. De los recursos de amparo, que tienen por finalidad proteger la garantía de la


libertad personal y la seguridad individual cuando no se han guardado las formas
que la Constitución indica.

b. De los recursos de protección, que tiene por objeto cautelar las otras garantías
indicadas (no la anteriormente señaladas) que la Constitución asegura a todos los
individuos (artículo 63, nº 4, letra b, Código Orgánico de Tribunales).

c. De los desafueros de diputados y senadores, para los efectos de perseguir la


comisión de algún delito que cometan estas autoridades (artículo 63, nº 4, letra a,
Código Orgánico de Tribunales).

d. De los juicios de amovilidad dictados contra los jueces de letra (artículo 63, nº 4,
letra c, Código Orgánico de Tribunales).

e. Del ejercicio de las facultades disciplinarias, administrativas y económicas de los


tribunales (artículo 66, inciso 4º, Código Orgánico de Tribunales).

f. De la querella de capítulos (artículo 328, Código Orgánico de Tribunales).

3) Competencia de segunda instancia de una Corte de Apelaciones:

Esta es la regla general en las Cortes de Apelaciones. Esta competencia, tal como
indica el nombre de estos tribunales, está referida al conocimiento de los recursos de
apelación.
Los distintos casos de apelaciones que puede conocer una Corte de Apelaciones
son:

a. Apelaciones que se deduzcan en causas civiles, criminales y actos de jurisdicción


voluntaria que hayan sido conocidas en primera instancia por los jueces letrados
de la jurisdicción de la Corte o bien por alguno de sus ministros como tribunal de
excepción. Dentro de esto habría que agregar de las apelaciones que dicte un
juez de garantías.

b. Apelaciones que se puedan deducir en contra de resoluciones dictadas por


árbitros de derecho o mixtos cuando estos conozcan de materias propias de una
Corte de Apelaciones (artículo 239, Código Orgánico de Tribunales).

c. Apelaciones que se deducen en contra de las resoluciones que dicten los jueces
de policía local de la misma jurisdicción de la Corte en aquellos casos que la ley
establezca ese recurso, porque no siempre procede.

111
d. Apelaciones deducidas en causas laborales y de menores dictadas por juzgados
de letras del trabajo y juzgados de letras de menores respectivamente, de la
misma jurisdicción de la Corte.

4) Competencia por vía de consulta:

La CONSULTA es un trámite procesal a través del cual un tribunal superior va a


revisar una resolución que es dictada por un inferior cuando no se haya dictado el recurso
de apelación y en los casos que la ley lo indique (al hablar de tribunales inferiores nos
referimos a jueces de letras y alguno de sus ministros como tribunal unipersonal).
Esta es una competencia es una competencia excepcional porque está
restringida a los casos que la ley lo indique y procede tanto en las causas civiles como
penales actualmente. A futuro se va a acabar la competencia en materia penal (es un
trámite que desaparece en las causas penales).
Por ejemplo, debe consultarse la sentencia definitiva en los juicios de nulidad de
matrimonio, en los juicios de hacienda si la sentencia es desfavorable al Fisco. En materia
penal si se condena a una persona por delito que merezca una pena aflictiva o si se trata
de una pena mayor a un año; también debe consultarse en materia de libertad
provisional.

* Acuerdos en las Cortes de Apelaciones:

Los ACUERDOS no son otra cosa que las discusiones de carácter privado de los
miembros del tribunal colegiado respecto del asunto judicial sometido a su conocimiento
y específicamente tendiente a obtener el fallo o resolución del mismo.
Estos acuerdos son privados, son deliberaciones donde no están presentes los
abogados de las partes. Los abogados salen de la sala una vez terminados los alegatos.

- Reglas en materia de acuerdos:

Desde el punto de vista legal, hay acuerdo para adoptar un fallo (cuando
terminan las deliberaciones) cuando existe mayoría legal de votos sobre la parte
resolutiva de la sentencia y al menos sobre uno de sus fundamentos (artículo 85, inciso 1º,
Código Orgánico de Tribunales).

Art. 85, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “Se entenderá terminado el
acuerdo cuando se obtenga mayoría legal sobre la parte resolutiva del fallo y
sobre un fundamento, a lo menos, en apoyo de cada uno de los puntos que dicho
fallo comprenda”.

Los fallos judiciales materialmente tienen tres partes: expositiva, considerativa y


resolutiva (o dispositiva). La “expositiva” es aquella en que se indica en qué consiste la
controversia del juicio y quiénes son las partes. La “considerativa” son todos los
fundamentos del fallo. En la parte “resolutiva” va la decisión.
La sentencia puede tener varias decisiones (a lo menos debe haber acuerdo).

En una Corte de Apelaciones las resoluciones tienen que adoptarse por mayoría,
los ministros deben deliberar. La “Mayoría Legal” existe cuando hay mayoría absoluta de
votos conformes de miembros del tribunal que concurrieron a la vista de la causa, sin
perjuicio que la ley establezca una mayoría distinta.
Estos acuerdos son secretos, no pueden estar presentes las partes. Esta norma es sin
perjuicio de que la Corte pueda llamar a los relatores u otros funcionarios. En estas

112
deliberaciones los ministros pueden llamar a los relatores o a cualquier funcionario del
orden judicial que estime pertinente (artículo 81, Código Orgánico de Tribunales).

¿Quiénes toman parte en los acuerdos?. Deben tomar el acuerdo todos los
miembros que concurrieron a la vista de la causa (artículo 76, Código Orgánico de
Tribunales). La ley establece una obligación a los relatores en esta materia y que es dejar
constancia en el expediente de que ministros estuvieron presentes (artículo 372, inciso 5º,
Código Orgánico de Tribunales).
Excepcionalmente puede ocurrir que sea necesaria una nueva vista de la causa. Si
no se falla de inmediato (si no hay decisión por algún motivo) eso da origen a una nueva
vista de la causa. Va a suceder esto cuando ocurran ciertos hechos entre el término de la
vista de la causa y el acuerdo, y se refieren a hechos que impiden adoptar el acuerdo.
Ejemplo: el fallecimiento de algún ministro, o destitución de algún ministro, etc.

¿Cómo debe procederse al acuerdo?. En esta materia, los ministros primero


establecerán con precisión cuáles son los hechos. Seguidamente, el tribunal analiza el
derecho aplicable y explican las leyes que correspondan a esos hechos establecidos
(artículo 83, Código Orgánico de Tribunales).

En cuanto al orden de votación de los ministros, dará primero su voto el ministro


menos antiguo y se termina por el del Presidente, esto para que no tenga influencia en los
demás (artículo 84, Código Orgánico de Tribunales).

Terminado el acuerdo debe procederse a redactar la sentencia. Siempre hay que


nombrar un ministro redactor. Este ministro es normalmente el que está de turno en la
semana. Este ministro redactor tiene que elaborar un “proyecto de sentencia” de
acuerdo con la decisión del tribunal que tiene que ser aprobado por el resto de los
ministros. En el proceso se deja constancia de ese ministro redactor.
Puede ocurrir que no todos los ministros tengan la misma opinión. Si esto llega a
ocurrir, ese ministro debe redactar el “voto disidente” de la minoría del fallo, porque debe
ser incluido ese voto de minoría en el fallo (artículo 89, inciso 1º, Código Orgánico de
Tribunales).

Art. 89, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “En los autos y sentencias
definitivas e interlocutorias de los tribunales colegiados, se expresará nominalmente
qué miembros han concurrido con su voto a formar sentencia y qué miembros han
sostenido opinión contraria”.

Estos acuerdos se adoptan en todos los casos, ya sea que se falle de inmediato, o
ya sea que se falle con posterioridad.
En la práctica se dice que una causa queda en acuerdo cuando no se falla de
inmediato. Dependiendo de la complejidad del asunto y de la urgencia se falla o no de
inmediato. Si es urgente se falla de inmediato (ejemplo: asuntos penales, recurso de
amparo) al igual que aquellos asuntos sencillos. Se va a dilatar la decisión en aquellos
asuntos complejos, aquí se aplica el artículo 82 del Código Orgánico de Tribunales.
IV. LA CORTE SUPREMA

La Corte Suprema se encuentra regulada en los artículos 93 y siguientes del Código


Orgánico de Tribunales.
Este tribunal es el de mayor jerarquía que existe en la organización judicial en Chile.
Su sede es la capital de la República (artículo 94, Código Orgánico de Tribunales). Ejerce
jurisdicción sobre todo el territorio del país. La Corte Suprema tiene el tratamiento
protocolar de “Excelentísima Corte”.

113
En cuanto a sus características, la Corte Suprema es:

o Un tribunal ordinario, porque se encuentra reglamentado en el Código Orgánico


de Tribunales y forma parte de la organización jerárquica del Poder Judicial.
o Un tribunal permanente, porque ha sido establecido para funcionar en forma
continua, se susciten o no los asuntos propios de su competencia.
o Un tribunal de derecho, porque debe fallar conforme a la ley.
o Un tribunal letrado, porque sus magistrados deben tener el título de abogado.
o Un tribunal de competencia común, porque está facultado para conocer de toda
clase de asuntos, cualquiera sea su naturaleza.
o Un tribunal superior, es el tribunal de mayor jerarquía de la organización judicial en
Chile.
o Un tribunal colegiado, porque está constituido por varios jueces.
o Su competencia es en última instancia.

* Funciones de la Corte Suprema, en relación al carácter de tribunal de más alta jerarquía:

a) Ejerce la superintendencia directiva, correccional y económica de todos los


tribunales de la República, con excepción del Tribunal Constitucional, del Tribunal
Calificador de Elecciones, de los tribunales electorales regionales y de los
tribunales militares de tiempo de guerra. Da siempre las directrices sobre los demás
tribunales (artículo 79, inciso 1º, CPE).

b) Le corresponde velar por la observancia de la Constitución, y para cuyo efecto la


Corte Suprema tiene la facultad de dictar inaplicables los preceptos legales
contrarios a la Constitución. Esta función la puede ejercer de oficio o a petición de
parte (artículo 80, CPE).

c) Le corresponde velar por la correcta y uniforme aplicación de las leyes por parte
de los tribunales, para cuyo efecto tiene competencia exclusiva para conocer de
los recursos de casación en el fondo, si los demás tribunales aplican mal la ley al
dictar el fallo, la Corte Suprema puede invalidar la sentencia (artículo 79, inciso 2º,
CPE).

d) Le corresponde velar por las garantías constitucionales para cuyo efecto conoce
de los recursos de protección.

e) Le corresponde ir informando la jurisprudencia a través del conocimiento de los


distintos recursos, particularmente a través del recurso de casación.

f) Además, la Corte Suprema tiene otras obligaciones que le imponen las leyes.
Ejemplos: dar cuenta al Presidente de la República de las dudas y dificultades que
les hayan ocurrido en la inteligencia, aplicación de las leyes y vacíos que noten en
ellas (artículo 5º, Código Civil; y artículo 102, inciso 4º, Código Orgánico de
Tribunales).
La Corte Suprema debe informar al Presidente de la República y emitir
dictámenes respecto de cualquier punto sobre la administración de justicia,
siempre y cuando esa consulta no diga relación con un proceso en trámite.
Le corresponde, además, conferir los títulos de abogado (artículos 521 y
522, Código Orgánico de Tribunales) en audiencia pública y por el pleno de
ministros de la Corte Suprema.

114
* Organización de la Corte Suprema:

En síntesis son las mismas de la Corte de Apelaciones, salvo algunas excepciones.


Integran la Corte Suprema:
a) Presidente de la Corte Suprema:

El presidente es un ministro nombrado por la propia Corte de entre sus miembros y


dura tres años en sus funciones, no pudiendo ser reelegido (artículo 93, inciso 2º, Código
Orgánico de Tribunales). Debe cumplir funciones parecidas a las que realiza el Presidente
de la Corte de Apelaciones: tramitación de los asuntos, él es quien dicta las resoluciones
de mero trámite, etc.

b) Los Ministros:

La Corte Suprema se compone de 21 ministros, uno de los cuales es su Presidente.


Estos ministros de la Corte Suprema tienen el tratamiento honorífico de “Señoría”.
En este caso del nombramiento de ministros y fiscales judiciales de la Corte
Suprema los hace el Presidente de la República que elige de una quina, que en cada
caso propone la propia Corte Suprema, y con acuerdo del Senado. Este adoptará los
respectivos acuerdos por los dos tercios de sus miembros en ejercicio, en sesión
especialmente convocada al efecto.
Si el Senado no aprueba la proposición que adopta el Presidente de la República,
la Corte Suprema deberá completar la quina y debe proporcionar un nuevo nombre en
sustitución de la persona que ha sido rechazada, y se repite el mismo procedimiento hasta
que se apruebe un nombramiento (artículo 75, inciso 3º, CPE)
La Constitución agrega que cinco de los miembros de la Corte Suprema deben ser
abogados extraños a la administración de justicia. Estos ministros no provienen del Poder
Judicial y deben cumplir con los requisitos que la Constitución establece: tener a lo menos
quince años de título, haberse destacado en la actividad profesional o universitaria y
cumplir los demás requisitos que la ley establece (artículo 75, inciso 4º, CPE).
En este último caso también, si se trata de nombrar a estos cinco ministros, hay que
formar también una quina confeccionada por la Corte Suprema de entre los abogados
que se presenten previamente a concurso público de los antecedentes para llenar la
vacante. Este artículo de la Constitución hay que concordarlo con el 283 del Código
Orgánico de Tribunales.

Art. 283, Código Orgánico de Tribunales: “Para proveer el cargo de ministro o fiscal
judicial de la Corte Suprema, este tribunal enviará al Presidente de la República
una lista de cinco personas, en la que deberá figurar el ministro más antiguo de
Corte de Apelaciones que esté en lista de méritos. Los otros cuatro lugares se
llenarán conforme a lo establecido en el inciso primero del artículo 281. Ello no
obstante, podrán integrar la quina abogados extraños a la Administración de
Justicia, elegidos por méritos”.

c) Fiscal Judicial:

Funcionario que representa “el interés general de la sociedad”. En la Corte


Suprema hay un Fiscal Judicial a diferencia de las Cortes de Apelaciones que pueden
tener más.
Es el jefe de la Fiscalía Judicial, que forma parte de los auxiliares Administración de
Justicia, y su función principal es representar los intereses generales de la sociedad ante
los tribunales de justicia.

115
Este Fiscal, en los casos en que interviene, lo hace principalmente evacuando
informes en relación a los asuntos judiciales a la Corte.
De este Fiscal dependen el resto de los fiscales judiciales del país (de las Cortes de
Apelaciones).

d) Los Relatores:

Cumplen exactamente la misma función que hacen los relatores de las Cortes de
Apelaciones, que es la de informar a la Corte de los asuntos que deben conocer
considerando que es un tribunal colegiado. Hace lo que se llama la “relación” de los
procesos. La Corte Suprema consta de ocho relatores.

e) Secretario:

Al igual que el de las Cortes de Apelaciones es ministro de fe pública dentro del


tribunal, encargado de autorizar todas los actos, despachos y diligencias de la Corte
Suprema, así como custodiar los procesos, etc. Para ser secretario es menester ser
abogado.

f) Pro-secretario:

Este funcionario no existe en ningún otro tribunal de la República. También es


abogado. Tiene como función primordial subrogar al secretario cuando corresponda en
su ausencia; además, dependiendo de lo que la Corte disponga, podrá desempeñarse
como relator del tribunal (artículo 285 bis, Código Orgánico de Tribunales).

g) Personal de Secretaría:

Personal subalterno que colabora en las actividades propias del tribunal.


En la Corte Suprema hay una novedad en cuanto a este personal de secretaria
porque se contempla en el Código Orgánico de Tribunales que especialmente forman
parte de este personal “cinco oficiales auxiliares” que prestan sus servicios como
escribientes de los miembros del tribunal en la forma que la propia Corte Suprema lo
estime (artículo 498, inciso final, Código Orgánico de Tribunales). Estos deben haber
cursado a lo menos cuarto año de Derecho y duran tres años en el ejercicio de sus
funciones.

* Funcionamiento de la Corte Suprema:

En la Corte Suprema también existe el funcionamiento ordinario y extraordinario, y


también la Corte Suprema puede funcionar en salas especializadas o bien en pleno
(artículo 95, Código Orgánico de Tribunales). La determinación de la forma como
funcionará corresponde a la propia Corte (artículo 95, inciso 2º, Código Orgánico de
Tribunales).
En la Corte Suprema, es el propio tribunal el que determina una u otra forma de
funcionamiento. Ella lo determinará según el mismo artículo 95, inciso 2º del Código
Orgánico de Tribunales. Aquí no existe la causal del “retardo”, éste puede existir como no
(no es la única causal para funcionar extraordinariamente).
En el funcionamiento, tanto el ordinario como el extraordinario, la Corte decide en
salas que son “especializadas”, a diferencia de lo que ocurre en la Corte de Apelaciones
donde las salas no son especializadas.
. Al hablar de SALAS ESPECIALIZADAS significa que cada sala conocerá de ciertas
materias que sean de competencia de la Corte Suprema, a diferencia de lo que ocurre

116
en la Cortes de Apelaciones donde conocen indistintamente, cualquiera de sus salas, de
todas las materias que sean de competencia de la Corte.

a) Funcionamiento ordinario de la Corte Suprema (3 salas):

Es el funcionamiento habitual que tiene la Corte Suprema, en cuyo caso


funcionará dividida en tres “salas especializadas” para conocer materias que la ley
determine. Para que el tribunal funcione en pleno se requiere que una ley expresamente
lo indique.
La distribución de las tres salas especializadas es la siguiente:

o La Primera Sala o sala civil, conoce materias de índole civil.


o La Segunda Sala o sala penal, conoce materias de índole penal.
o La Tercera Sala o sala constitucional, conoce de asuntos
constitucionales y contencioso administrativo.

b) Funcionamiento extraordinario de la Corte Suprema (4 salas):

Es aquel que ocurre cuando la Corte Suprema funciona dividida en cuatro salas
especializadas, las que se distribuyen de la siguiente manera:

o La Primera Sala o sala civil.


o La Segunda Sala o sala penal.
o La Tercera Sala o sala constitucional.
o La Cuarta Sala o sala laboral o previsional.

En este caso la Corte Suprema hace una nueva distribución de los asuntos entre las
cuatro salas, manteniendo en general las mismas materias del funcionamiento ordinario,
salvo los asuntos laborales que se le entregan a la Cuarta Sala, asuntos que antes
pertenecían a la Primera Sala (en el funcionamiento ordinario).
Todo esto sin perjuicio de entregarle a todas las salas del tribunal el conocimiento
del recurso de protección, tanto para el funcionamiento ordinario como para el
funcionamiento extraordinario. Esto porque los recursos de protección han proliferado de
tal manera que la Tercera Sala se ha visto recargada para conocer de todos esos recursos
que se deducen ante la Corte Suprema, por lo tanto, se distribuyó en todas sus salas para
que sea equitativo. Esto se ha hecho sin alterar en su esencia la especialidad de la sala
Corresponderá a la propia Corte Suprema mediante auto acordado, establecer
cada dos años las materias que conocerán cada una de sus salas, esto tanto para el
funcionamiento ordinario como en el extraordinario, según lo que dispone el artículo 99
del Código Orgánico de Tribunales. El último auto acordado que está rigiendo en esta
materia es el auto acordado del 27 de marzo de 2000 (publicado en el Diario Oficial el 14
de abril de 2000).
La ley permite previamente que la misma Corte Suprema, siempre mediante auto
acordado, pueda modificar la distribución de las materias de que conoce entre las
distintas salas (artículo 99, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales).
La propia Corte Suprema, también mediante auto acordado, debe establecer la
distribución de sus ministros entre las distintas salas especializadas, tanto en el
funcionamiento ordinario como en el extraordinario (artículo 95, inciso 5º, Código
Orgánico de Tribunales). La distribución de ministros que se efectúe debe permanecer
invariable por un período de, a lo menos, dos años.
Lo otro novedoso es que el Presidente de la Corte Suprema puede integrar
cualquiera de las salas, a diferencia del Presidente de la Corte de Apelaciones que se

117
integra a la Primera Sala. La integración a las salas del Presidente de la Corte será
facultativa (artículo 95, inciso 6º, Código Orgánico de Tribunales).
Cada sala en que se divida la Corte Suprema será presidida por el ministro más
antiguo, cuando no esté presente el Presidente de la Corte.
El quórum para que la Corte funcione en sala es de al menos de cinco ministros. En
este sentido hay otra novedad en relación a la Corte de Apelaciones porque la ley señala
que las salas de la Corte Suprema no pueden funcionar con abogados integrantes, de lo
que se deduce que debe funcionar con ministros del propio tribunal (artículo 218, inciso 2º;
y artículo 95, inciso 4º, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 218, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales: “Las salas de la Corte Suprema
no podrán funcionar con mayoría de abogados integrantes, tanto en su
funcionamiento ordinario como en el extraordinario”.

En cuanto al pleno, éste requerirá de un quórum de al menos once miembros del


tribunal para poder funcionar de esa manera. El pleno se conforma exclusivamente por
miembros titulares.
Si la Corte Suprema funciona extraordinariamente, al igual que en la Corte de
Apelaciones, es necesario llamar nuevos relatores (artículo 95, inciso 3º, Código Orgánico
de Tribunales). Estos relatores interinos, durante el tiempo que sirvan en el cargo, gozarán
de igual remuneración que los titulares.

* Competencia de la Corte Suprema:

Aquí hay que distinguir entre la competencia que le corresponde al tribunal pleno
y aquella que le corresponde a las salas.

a) Competencia de la Corte Suprema en pleno:

Corresponde a la Corte Suprema en pleno conocer, entre otras materias, las


siguientes (artículo 96, Código Orgánico de Tribunales):

- Conocer del recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad (reglado en el


artículo 80 de la Constitución).

- Conocer de las cuestiones de competencia que corresponda.

- Conocer en segunda instancia, de las apelaciones que se deduzcan en las causas


por desafuero de senadores y diputados a que se refiere el artículo 58 de la
Constitución.

- Conocer en segunda instancia, de los juicios de amovilidad fallados en primera


instancia por alguna Corte de Apelaciones o por el Presidente de la Corte
Suprema, seguidos contra jueces de letras o Ministros de Cortes de Apelaciones,
respectivamente.

- Ejercer las facultades administrativas, disciplinarias y económicas que las leyes le


asignan.

- Conocer de todos los asuntos que leyes especiales le encomiendan


expresamente.

b) Competencia de la Corte Suprema en salas:

118
Según el artículo 98 del Código Orgánico de Tribunales, las salas de la Corte
Suprema conocerán, entre otras materias, las siguientes:

- De los recursos de casación en el fondo. El auto acordado lo distribuye en salas, y


de acuerdo a esto si el recurso incide en materia civil va a la Primera Sala, si incide
en materia penal va a la Segunda Sala, si fuere en materia laboral o previsional va
a la Cuarta Sala en el funcionamiento extraordinario (a la Primera Sala en el
funcionamiento ordinario).

- De los recursos de casación en la forma, deducida en contra de sentencias


dictadas por las Cortes de Apelaciones o por un tribunal arbitral de segunda
instancia formada por árbitros de derecho.

- De los recursos de nulidad en materia procesal penal cuando corresponda.

- De las apelaciones deducidas contra las sentencias dictadas por las Cortes de
Apelaciones en los recursos de amparo y de protección.

- De los recursos de revisión de sentencias.

- De los recursos de queja.

- De los demás negocios judiciales de que corresponda conocer a la Corte


Suprema y que no estén entregados expresamente al conocimiento del pleno.

La incidencia de estas materias determinará a cuál de las salas corresponde que


las conozca.

* Tramitación en la Corte Suprema:

Esta tramitación le corresponde al Presidente del tribunal, lo que constituye una


novedad respecto de la tramitación de los asuntos en las Cortes de Apelaciones (la que
corresponden a la Primera Sala o “sala tramitadora”).
En las Cortes de Apelaciones las resoluciones de mero trámite las dicta la sala
tramitadora. En cambio, en la Corte Suprema, quien dicta las resoluciones de mero
trámite o decretos es el Presidente de la Corte Suprema y no la Primera Sala.
Para los efectos de que el asunto judicial sea entregado a alguna de las salas no
hay sorteo para ello (como ocurre en las Cortes de Apelaciones), porque las salas son
especializadas, de manera que el Presidente distribuye directamente los asuntos a las
salas que corresponda según sea la especialidad de la materia que la Corte va a
conocer.

* Formas de resolver y conocer los asuntos de la Corte Suprema:

Aquí tenemos que la Corte Suprema puede conocer y resolver los asuntos en
cuenta o previa vista de la causa. Así se desprende del artículo 105 del Código Orgánico
de Tribunales.

Art. 104, Código Orgánico de Tribunales: “Dentro de las horas ordinarias de su


funcionamiento y antes de la vista de las causas, el tribunal se ocupará con
preferencia, según el orden que fije el Presidente, en los asuntos que deban
resolverse en cuenta, en el estudio de proyectos de sentencias, y en el acuerdo de
las mismas”.

119
En este caso, se aplican las mismas normas que rigen en las Cortes de Apelaciones;
es decir, para determinar qué asuntos se conocen en cuenta y qué asuntos se conocen
previa vista de la causa, hay que atender a la naturaleza del asunto judicial de que se
trata.

o Si se trata de un asunto que es de mero trámite, se resolverá “en cuenta”. Lo


mismo cabe señalar en todas aquellas materias que dicen relación a las
facultades disciplinarias, conservadoras y económicas, que también se resuelven
en cuenta.

o Por el contrario, en general todas las materias contenciosas, civiles o penales, y


todos los asuntos no contenciosos, se deben conocer “previa vista de la causa”,
en general porque en cada caso hay que ver lo que la ley disponga. Si hay norma
especial se conocerá de la manera que dice esa ley especial.

En cuanto a la vista de la causa, en la Corte Suprema sigue las mismas reglas de


las Cortes de Apelaciones. También hay que cumplir con los mismos trámites o
actuaciones que se cumplen en la Corte de Apelaciones.
En cuanto a las formalidades hay algunas variaciones en la vista de la causa
dependiendo de la naturaleza del asunto. Ejemplo: en cuanto a la duración de los
alegatos el plazo es más largo.
Es el Presidente de la Corte Suprema quien forma la tabla para cada sala, según el
orden de preferencia asignado a las causas (artículo 105, nº 2, Código Orgánico de
Tribunales).
En el caso de la cuenta diaria de la Corte Suprema, ésta le corresponde
despacharla al Presidente, también de acuerdo a las atribuciones específicas que le
entrega la ley (artículo 105, nº 3, Código Orgánico de Tribunales).

V. LOS JUZGADOS DE GARANTIA

Los Juzgados de Garantía se encuentran regulados en los artículos 14 y siguientes


del Código Orgánico de Tribunales.
Son aquellos tribunales que están constituidos por uno o más jueces, que tienen
competencia en un territorio jurisdiccional determinado, y que se dividen en secciones de
varios jueces que resuelven unipersonalmente los asuntos.

Art. 14, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “Los juzgados de garantía estarán
conformados por uno o más jueces con competencia en un mismo territorio
jurisdiccional, que actúan y resuelven unipersonalmente los asuntos sometidos a su
conocimiento”.

Estos tribunales tienen por finalidad fundamental asegurar y proteger los derechos
de aquellas personas que intervienen en un proceso penal de acuerdo con el nuevo
Código Procesal Penal, de manera que estas funciones que tienen los tribunales la van a
realizar durante la investigación de los hechos que está a cargo del Ministerio Público, que
es la novedad fundamental del nuevo proceso penal.
El Ministerio Público es un organismo cuya función es dirigir en forma exclusiva la
investigación de los hechos constitutivos de delito, y no ejerce funciones jurisdiccionales.

* Características de los Juzgados de Garantía:

Las características más importantes que presentan estos juzgados de garantía son
las siguientes:

120
- Son tribunales ordinarios, porque está regulados por el Código Orgánico de
Tribunales (su estatuto jurídico es el Código Orgánico de Tribunales).
- Son tribunales unipersonales, pero que tiene composición múltiple. Eso quiere decir
que cada tribunal está compuesto por un número variable de jueces (artículo 16,
Código Orgánico de Tribunales). Cada uno de estos jueces detenta la plenitud de
la jurisdicción en forma independiente.
- Se trata de tribunales de derecho, es decir, resuelven conforme a la ley.
- Son tribunales letrados.
- Su competencia es de primera instancia.
- Son tribunales inferiores.
- Son tribunales permanentes, han sido establecidos para funcionar en forma
continua.

Estos tribunales son muy similares a los jueces letrados.


En cuanto a su territorio jurisdiccional donde ejercen sus atribuciones, el juzgado de
garantía tiene su asiento en una determinada comuna del territorio de la República
(artículo 16, Código Orgánico de Tribunales) con el número de jueces y con la
competencia que en cada caso se indican.
La extensión de la competencia que ejerce el tribunal se puede extender a una
comuna o a una agrupación de comunas, también dependiendo de lo que diga la ley
(artículo 16, Código Orgánico de Tribunales).

* Competencia de los Juzgados de Garantía:

De acuerdo al artículo 14, inciso 2º del Código Orgánico de Tribunales,


corresponde a los jueces de garantía:

a. Asegurar los derechos del imputado y de los demás intervinientes en el proceso


penal, de acuerdo a la ley procesal penal. Estos tribunales tienen que hacer
respetar en cada caso las normas legales pertinentes.

b. Dirigir personalmente las audiencias que sean pertinentes, de acuerdo con el


nuevo Código Procesal Penal.

c. Conocer y fallar las faltas penales de conformidad con el procedimiento


contenido en la ley procesal penal (artículo 14, inciso 2º, letra d, Código Orgánico
de Tribunales), también de acuerdo a la nueva ley procesal penal, sin perjuicio de
lo que dispongan las leyes especiales.
Estos asuntos no son de competencia de los tribunales orales en lo penal
(que van a conocer de las causas por crimen o simple delito).
Esto no quiere decir que todas estas faltas van a ser en la totalidad del
conocimiento de los juzgados de garantía.

d. Les corresponde hacer ejecutar o cumplir las condenas criminales y medidas de


seguridad, de acuerdo con la nueva ley procesal penal.

e. Conocer y resolver de los demás asuntos que las leyes les encomienden.

* Estructura jurídica de los Juzgados de Garantía:

Estos juzgados de garantía tendrán el número de jueces variable que indica la ley
(artículo 16, Código Orgánico de Tribunales).

121
La forma de distribuir los asuntos o causas entre estos jueces de los juzgados de
garantías es de la siguiente manera: si hay varios jueces se hace de acuerdo a un
procedimiento objetivo y general, que según la ley debe ser anualmente aprobado por
un comité de jueces del juzgado.
Este “comité de jueces” no es otra cosa que una reunión de jueces del tribunal,
validos tanto para los juzgados de garantía como para los tribunales orales en lo penal.
Este comité de jueces existe en aquellos tribunales en que existan tres o más jueces.
Al comité de jueces de los tribunales de garantía les corresponde conocer de las
materias que indica la ley (artículo 23, Código Orgánico de Tribunales). Ejemplo: además
de asignar las causas, debe designar el personal del juzgado o tribunal, a propuesta en
terna del administrador, etc.

VI. LOS TRIBUNALES ORALES EN LO PENAL

Se encuentran regulados en los artículos 17 y siguientes del Código Orgánico de


Tribunales.
También son tribunales ordinarios creados por la reforma procesal penal, de única
instancia, y que están compuestos por varios miembros que ejercen sus funciones en una
o más salas y dentro de un territorio jurisdiccional determinado.
Estos tribunales tienen su asiento en una comuna determinada del territorio de la
República (artículo 21, Código Orgánico de Tribunales). Este mismo artículo señala las
comunas que comprende ese territorio jurisdiccional en cada caso.

* Características de los Tribunales Orales en lo Penal:

Las características principales de estos tribunales orales en lo penal son las


siguientes:

- Son tribunales ordinarios.


- Son de carácter permanente, porque están establecidos antes que el litigio se
promueva y subsiste como tribunal una vez que termina.
- Son colegiados, ya que están integrados por varios jueces
- Son inferiores, desde el punto de vista de la organización.
- Son tribunales de derecho, fallan conforme a la ley.
- Tienen competencia especial para conocer de causas por crimen o simple delito,
sin perjuicio de otras materias.
- Desde el punto de vista de la jerarquía dependen de la Corte de Apelaciones
pertinente.
- Tienen una característica muy particular en relación a otros tribunales (artículo 21
a, Código Orgánico de Tribunales): en ciertos casos estos tribunales pueden ser
ambulantes, se pueden constituir y funcionar en localidades situadas fuera del
lugar de asiento si eso es necesario, pero siempre que forme parte del territorio
jurisdiccional del tribunal.

Estos tribunales, en cuanto al funcionamiento, lo hacen en una o más salas, las


cuales está integradas por tres de sus miembros. Cada sala la dirige un juez presidente.
También la distribución de los asuntos entre las salas se hace de acuerdo con un
procedimiento objetivo y general que debe ser aplicado por un Comité de Jueces del
tribunal.
Como son tribunales colegiados para los efectos de adoptar sus decisiones estos
tribunales orales en lo penal se rigen por las reglas relativas a los “acuerdos” (de las Cortes
de Apelaciones). Esto quiere decir principalmente que las decisiones se adoptan por
mayoría de sus miembros.

122
* Competencia de los Tribunales Orales en lo Penal:

Según el artículo 18, los tribunales orales en lo penal les corresponde:

a. Conocer y juzgar las causas por crimen o simple delito.

b. Resolver todos los incidentes que se promuevan durante el juicio oral.

c. Resolver sobre la libertad o prisión preventiva de los acusados que hayan sido
puestos a disposición de estos tribunales.

6.- Tribunales Arbitrales:

Establecidos en el artículo 5º, inciso final, del Código Orgánico de Tribunales en


término genérico.
Los Tribunales Arbitrales o “jueces árbitros” se rigen por lo dispuesto en el Título IX
del Código Orgánico de Tribunales (artículos 222 y siguientes).
El estatuto de estos tribunales no es el mismo que el de los tribunales ordinarios. En
el caso de estos tribunales arbitrales, la ley los remite expresamente a un título especial.

* Concepto de Tribunales Arbitrales: La ley lo define en el artículo 222 y dice que se llaman
árbitros los jueces nombrados por las partes, o por la autoridad judicial en subsidio, para la
resolución de un asunto litigioso.

El concepto nos está indicando algo importante, distinto del resto de los otros
tribunales y es que deben ser nombrados de una forma especial (distinto de los otros
tribunales, salvo en alguna medida en el caso de los tribunales accidentales). Cada
árbitro tenemos que nombrarlo para cada caso en particular que sea necesario, o que se
le entregue al conocimiento de estos tribunales.
Los árbitros no están establecidos de antemano, hay que nombrar al tribunal para
cada caso concreto.
La ley dice que pueden ser nombrados por las partes o, en su defecto, por la
autoridad judicial en subsidio. Por lo tanto, debe imperar la voluntad de las partes, y si las
partes nombran al árbitro hay que respetar esa voluntad.
Podría ocurrir en ciertos que las partes, debiendo nombrar a un árbitro, no lo
hagan (esto suele pasar en la práctica). En este caso concreto, el árbitro debe ser
nombrado por la justicia ordinaria, supliendo la voluntad de las partes. Eso se produce
cuando el litigio no se ha promovido.
Hay otro caso en que el árbitro puede ser nombrado por el testador o causante.
Ejemplo: en la partición de bienes una vez que ocurre el fallecimiento del causante. Lo
que ocurre es que en este caso es que las partes no necesariamente deben respetar el
nombramiento hecho por el causante del partidor de bienes, y pueden nombrar a otro. Si
no hay acuerdo entre las partes, el partidor de bienes lo designa la autoridad judicial en
subsidio (artículo 1325, inciso 6º, Código Civil).

* Características de los Tribunales Arbitrales:

Las características de todo tribunal arbitral son las siguientes:

- No forman parte del Poder Judicial: No son tribunales ni ordinarios ni especiales,


sino que son otra categoría; los árbitros son personas extrañas a la administración
de justicia, pero que cumplen funciones jurisdiccionales.

123
- Tampoco son tribunales privados, ejercen la función pública y cumplen la misma
tarea que cualquier juez.

- En cuanto a la competencia, principalmente emana de la voluntad de las partes y


no de la ley, lo que es una diferencia notable con los otros tribunales; todo esto a
menos que la ley prohíba el arbitraje (materias de arbitraje prohibido) o que la ley
obligue a someter un asunto a arbitraje (materias de arbitraje forzoso).

- Los jueces árbitros pueden ser letrados o iletrados; es decir, pueden o no ser
abogados. Esto depende de la calidad con que vaya a ser designado árbitro:

 Si es nombrado como “árbitro de derecho” o como “árbitro mixto”,


necesariamente tiene que ser abogado.
 Por el contrario, si el árbitro es designado por la calidad de “arbitrador”
(o también llamado “amigable componedor”) no necesita ser
abogado.
 Si el árbitro es “mixto”, en este caso también necesita ser abogado,
porque el árbitro mixto falla de acuerdo a derecho y tramita como un
arbitrador.

- Son tribunales accidentales, se constituyen cuando es necesario y después que ha


ocurrido en la práctica algún hecho propio de su competencia. Es indispensable
que el litigio ocurra, y bajo ese presupuesto hay que entrar a designarlo. Por lo
mismo, estos tribunales arbitrales van a tener competencia sólo para conocer de
ese asunto específico.

- Carecen de imperio, no pueden disponer de la fuerza pública cuando es


necesario ejecutar sus resoluciones. De manera que, en este caso, si una
resolución o sentencia dictada por un árbitro debe ejecutarse; y, en la medida
que hay resistencia de aceptar la decisión del árbitro, la forma de hacerla cumplir
es a través de los tribunales ordinarios, para que estos requieran el auxilio de la
fuerza pública.

- Los árbitros no son estatales, no forman parte del Poder Judicial, no pertenecen al
Estado como ocurre con el resto de los tribunales, porque van a ser servidos por
personas ajenas a la administración de justicia. De esta característica surge una
consecuencia y es que no son remunerados por el Estado como ocurre con el
resto de los magistrados, pero como las funciones no son gratuitas estos jueces
deben ser remunerados por las partes (excepción al principio de gratuidad).
La remuneración se fija mediante acuerdo entre las partes y el árbitro.

* Fuentes del Arbitraje:

No tiene nada que ver con el nombramiento de la persona del árbitro. Más bien,
se refiere al origen del arbitraje, de dónde emana la obligación de someter un asunto a
arbitraje (situación que es independiente al nombramiento).
Desde este punto de vista hay dos grandes fuentes del arbitraje:

 La voluntad de las partes.


 La ley.

124
A) Voluntad de las partes como fuente de arbitraje:

Las partes son las soberanas en esta materia. Deciden libremente si le entregan o
no un asunto al conocimiento de un juez árbitro, a menos que esté prohibido por la propia
ley (materia de arbitraje prohibido) o que también que sea la ley la que obligue someter
el asunto a arbitraje (materia de arbitraje forzoso). Sin embargo estos últimos casos son
excepcionales.
Las partes, en este caso, hacen una cosa muy sencilla y se traduce o manifiesta en
que ellos deciden sustraer el conocimiento de un asunto judicial, presente o futuro (el
litigio puede existir o no aun), de los tribunales ordinarios de justicia, y con la finalidad de
entregárselo a un árbitro o tribunal arbitral. Esta es una especie de renuncia a que el
asunto sea conocido por los tribunales ordinarios y se lo entregan a un juez árbitro.
Esta manifestación de voluntad de las partes se puede exteriorizar a través de dos
actos jurídicos distintos:

o El Contrato de Compromiso.
o La Cláusula Compromisoria.

Ambos actos jurídicos, tanto el contrato de compromiso como la cláusula


compromisoria, son fuentes de arbitraje.

a) El Contrato de Compromiso:

Es una convención entre las partes, mediante la cual éstas deciden sustraer un
asunto del conocimiento de los tribunales ordinarios para entregárselo a un tribunal
arbitral que se designa con toda precisión en el mismo acto.
Lo característico del Contrato de Compromiso es, en primer lugar, la renuncia de
que cada asunto sea conocido por la justicia ordinaria y, en segundo término, que se
designa con toda precisión al o los árbitros que deben conocer de ese asunto en el mismo
acto (a diferencia de lo que ocurre en la cláusula compromisoria).
Este contrato de compromiso es siempre solemne, lo que significa que debe
constar por escrito (artículo 234, Código Orgánico de Tribunales).

En cuanto a las menciones o requisitos que debe tener este acuerdo, tenemos que
distinguir entre los elementos esenciales (aquellos que no pueden faltar en el acto) y los
elementos de la naturaleza (aquellos que no siendo esenciales se entienden pertenecer al
acto; pueden faltar):

1. Elementos esenciales:

i. Nombre y apellido de las partes litigantes.


ii. Nombre y apellido del árbitro o los árbitros nombrados.
iii. El asunto o materia del arbitraje

Si falta cualquiera de estos elementos el acto es nulo, no producirá


efectos jurídicos.
2. Elementos de la naturaleza:

i. La calidad con que es nombrado el árbitro o calidad que se le otorga


al árbitro (de derecho, arbitrador, mixto).
ii. Lugar en que deba seguirse el juicio arbitral.
iii. Tiempo que se le entrega al árbitro para desempeñar su cometido o
función.

125
En cualquiera de estos casos, si las partes nada dicen en relación con
estos elementos, la ley suple el silencio de las partes (la ley da la solución,
artículo 235, Código Orgánico de Tribunales).

 Si las partes nada dicen en qué calidad es nombrado el árbitro, se


entiende que es árbitro de derecho.
 Si falta la expresión del lugar, se entiende que es el lugar en que se
ha celebrado el contrato de compromiso.
 Si falta la designación del tiempo, se entiende que este debe
cumplirlo en el término de dos años, contados desde su aceptación.

En cuanto al plazo, hay que hacer algunas observaciones al plazo de dos años.
Este hay que entenderlo como un plazo efectivo durante el cual el árbitro está en
condiciones de desempeñar sus funciones.
Si durante este plazo de dos años ocurren ciertos impedimentos que indica la ley
durante los cuales el árbitro no pueda cumplir su función, ese período se le descuenta de
ese plazo de dos años (el plazo se entenderá suspendido).
Esto ocurre, por ejemplo, en aquellos casos en que el árbitro deba remitir el
expediente a un tribunal superior (artículo 235, inciso final, Código Orgánico de
Tribunales).
Los dos años no son tan cronológicos por las razones dadas.
Si el árbitro dicta sentencia definitiva dentro del plazo de dos años, la ley señala
que en esta materia la sentencia se puede notificar fuera del plazo a las partes; incluso
más, en ese caso el árbitro también podría perfectamente dictar resoluciones en relación
a posibles recursos que se deduzcan en contra de la sentencia (artículo 235, inciso 4º,
Código Orgánico de Tribunales).

b) Cláusula Compromisoria:

La cláusula compromisoria es un acto jurídico distinto del anterior, no es igual al


contrato de compromiso, no obstante que en ambos las partes someten un determinado
asunto judicial al arbitraje.
La cláusula compromisoria se define como un acuerdo de voluntades mediante el
cual las partes deciden sustraer determinados asuntos litigiosos, presentes o futuros, del
conocimiento de los tribunales ordinarios de justicia para ser entregados o ser sometido a
arbitraje y obligándose las partes a nombrar al árbitro en un acto posterior.
En esto último está la diferencia con el contrato de compromiso. Mientras en el
contrato de compromiso las partes designan al árbitro en ese mismo contrato, en la
cláusula compromisoria las partes no designan a la persona del árbitro, sino que se
obligan a hacerlo en un acto posterior.
Esto se debe porque pueden ocurrir dos situaciones:

- Que a las partes les interese la persona del árbitro, en ese caso hay que recurrir al
contrato de compromiso.
- Que a las partes no les importe la persona del árbitro, pero si interesa someter el
asunto a arbitraje, para lo cual hay que recurrir a la cláusula compromisoria.

En el contrato de compromiso es importante señalar que la persona del árbitro es


fundamental para las partes, por eso se designa inmediatamente en ese mismo contrato.
En la cláusula compromisoria no es así, lo que interesa es someter el asunto a arbitraje, no
es relevante el nombre del árbitro.
Ambas formas son habituales en la práctica.

126
Como en la cláusula compromisoria no existe nombramiento de árbitro, no es
aplicable a este acto el artículo 234 del Código Orgánico de Tribunales. La cláusula
compromisoria es consensual, a diferencia del contrato de compromiso que es solemne
(la solemnidad es que debe hacerse por escrito en cualquier instrumento, ya sea público
o privado). En la cláusula compromisoria basta el consentimiento y estaría perfecto.
Tratándose de la cláusula compromisoria, para efectos de prueba, es conveniente
que conste por escrito para efectos probatorios. En este caso, bastaría como elemento
que se indique o se individualice a las partes y en segundo término que se indique la
materia que se somete a arbitraje; no va el nombre del árbitro porque se trataría del
contrato de compromiso.
Si existe cláusula compromisoria, ¿cuándo se nombrará al árbitro?. Esta es la
obligación que los litigantes contraen en ella. Ellos nombran al árbitro posteriormente en
un acuerdo de voluntades; si no lo hacen o no se ponen de acuerdo la autoridad judicial
lo nombrará (artículo 222, Código Orgánico de Tribunales), interviene la justicia ordinaria
no para que conozca el litigio, sino para que nombre al árbitro.

B) La ley como fuente de arbitraje:

En algunos casos la ley también puede ser fuente de arbitraje, aunque lo normal es
que sea por el acuerdo de las partes.
En ciertos casos, el legislador señala cuales materias o asuntos necesariamente hay
que someter a arbitraje. Aquí prima la voluntad del legislador y se prescinde de la
voluntad de las partes.
En estas materias no queda otra posibilidad en el caso de un litigio que recurrir a la
justicia arbitral (estaría prohibido recurrir a la justicia ordinaria). Estas materias se
denominan “materias de arbitraje forzoso u obligatorio”, y por lo mismo requieren de un
texto legal expreso que así lo establezca (fundamentalmente es el artículo 227 del Código
Orgánico de Tribunales).
Si en estos casos se recurre a la justicia ordinaria, éstos se declararán
absolutamente incompetentes en razón del factor materia (por eso la voluntad de las
partes no rige en estos casos).
* Calidad que pueden tener los árbitros (calidad en que pueden ser designados los
árbitros):

Al hablar de “calidad” nos referimos a las facultades que tendrá el árbitro para
fallar como para tramitar un asunto; o bien, qué reglas o normas debe aplicar un árbitro
que conoce un asunto judicial determinado (procedimiento a utilizar y formas para fallar).
Estas calidades están establecidas en el artículo 223 del Código Orgánico de Tribunales.
Los jueces árbitros puede tener o ser nombrados por tres calidades distintas:

o Arbitro de derecho.
o Arbitro arbitrador o amigable componedor.
o Arbitro mixto.

a) Arbitro de derecho (artículo 223, inciso 2º):

El árbitro de derecho se define como aquel que falla con arreglo a la ley y
se someten, tanto en la tramitación como en el pronunciamiento de la sentencia
definitiva (en los aspectos formales), a las mismas reglas establecidas para los
jueces ordinarios, según la naturaleza de la acción deducida.
¿Qué quiere decir esto?. En base al concepto de arbitro de derecho, se
desprenden dos aspectos importantes:

127
• El juez para resolver el asunto debe ajustarse estrictamente a la ley. Por ser de
derecho debe ser abogado.

• En cuanto al procedimiento (tramitación del juicio) y en la dictación de la


sentencia definitiva debe aplicar las mismas normas legales que aplica un juez
letrado ordinario, y esto depende de la naturaleza de la acción que se
deduzca en la demanda; por ejemplo: aplicar las reglas de procedimiento
ordinario, del procedimiento sumario, podría aplicar procedimientos
especiales, etc.

b) Arbitro arbitrador o amigable componedor (artículo 223, inciso 3º):

El arbitrador es aquel que falla de acuerdo a su prudencia y equidad; se


aplican principios de equidad para fallar el asunto. No falla conforme a derecho, y
por lo misma razón no se exige que éste sea abogado (aunque puede serlo pero
no se exige eso).
En cuanto al procedimiento y fallo (aspecto formal) debe aplicar las reglas
que le otorguen las partes en el acto constitutivo del compromiso, y si éstas no le
han dado reglas al árbitro, en este caso se deben aplicar las normas de
procedimiento que establece el Código de Procedimiento Civil para esta clase de
actos (artículos 636 y siguientes del Código de Procedimiento Civil). Estas son
normas supletorias de la voluntad de las partes (esta es una novedad importante).
Estos árbitros podrían aplicar dos tipos de procedimiento, a diferencia del
árbitro de derecho que depende de la naturaleza de la acción. Estos
procedimientos pueden ser:

o El que le otorguen las partes.


o El que establece el Código de Procedimiento Civil.

c) Arbitro mixto (artículo 223, inciso 4º):

Es una mezcla, tiene las dos calidades anteriores. Participa de ambas


calidades a la vez, en el sentido que el árbitro mixto falla igual que un árbitro de
derecho (con arreglo a la ley), y tramita igual que un árbitro arbitrador (según las
reglas que le den las partes o en su defecto las normas que establece el Código
de Procedimiento Civil).
Como falla igual que un árbitro de derecho necesariamente tiene que ser
abogado.

* Constitución del Tribunal Arbitral:

Los árbitros son tribunales esencialmente accidentales, no son permanentes, lo que


significa que los tribunales arbitrales, para cada caso, hay que crearlo o constituirlo,
porque no existen de inmediato.
Los pasos a seguir para que se constituya un tribunal arbitral son los siguientes:

1º = Nombramiento de los árbitros.


2º = Aceptación y juramento del árbitro nombrado.

128
1) Nombramiento de los árbitros:

Hay distintas formas de nombrar a los árbitros. Estas son:

• La regla general es que sean nombrados por las partes.


• También pueden ser nombrados por la justicia ordinaria en subsidio.
• Pueden ser nombrados también por el causante o testador (con ciertas
restricciones).
• Por último, algunos dicen que la ley podría nombrar árbitros (aunque es
bastante discutible).

a) Nombramiento de árbitros por las partes:

Este nombramiento se hace por un acto típico que es el contrato de


compromiso (esto es lo normal). Esto presupone un acuerdo, y lo que importa es la
persona del árbitro.
Las partes también podrían nombrar al árbitro no en el contrato de
compromiso, sino que podrían hacerlo en aquellos casos en que ya están
obligados por la cláusula compromisoria, que también requiere acuerdo. También
puede ocurrir cuando existe una materia de arbitraje forzoso, porque no queda
otro camino que designar al árbitro.
La diferencia de estos casos es que, existiendo cláusula compromisoria o
bien tratándose de una materia de arbitraje forzoso, si las partes no se ponen de
acuerdo el árbitro deberá ser nombrado por la justicia ordinaria.
En cualquier caso en que las partes nombran al árbitro:

o Se requiere el consentimiento unánime de todas las partes interesadas en el


asunto, no se designa por mayoría (artículo 232, inciso 1º, Código Orgánico
de Tribunales).

o El nombramiento debe constar por escrito; o sea, es solemne (artículo 234,


Código Orgánico de Tribunales).

En cuanto a las a las capacidades de las partes que se exige para nombrar
a un árbitro, hay que distinguir en cuanto a la libertad que tienen los litigantes para
nombrar al árbitro (la calidad que pueden revestir los árbitros):

 En cuanto a los árbitros de derecho, en esta materia la ley no es exigente


(podrían existir incapacidades entre los interesados) porque este árbitro de
derecho es el que le da mejores garantías a los litigantes (se equipara al
juez letrado).
 Si se nombra un árbitro arbitrador se requiere que las partes sean mayores
de edad y que tengan la libre disposición de sus bienes (artículo 224, inciso
1º, Código Orgánico de Tribunales).
 Para los árbitros mixtos son las mismas exigencias que los árbitros
arbitradores, pero si existen incapaces y si hay motivos de manifiesta
conveniencia este nombramiento debe ser aprobado por la justicia
ordinaria; la justicia ordinaria debe autorizar el nombramiento (artículo 224,
inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).

129
b) Nombramiento de árbitros por la justicia ordinaria:

Este es un sistema que se aplica cuando fracasa la voluntad de las partes,


en cuyo caso no queda otro camino que recurrir a la justicia ordinaria. Por esa
razón el artículo 222 señala “en subsidio”, que quiere decir en defecto del
acuerdo.
Este sistema se aplicaría en dos casos:

o Cuando existe cláusula compromisoria y no se ponen de acuerdo las partes.


o Si se trata de una materia de arbitraje forzoso u obligatorio y no se ponen de
acuerdo entre las partes.

El nombramiento tiene que hacerlo el juez de letras competente y para


este efecto tiene que ser requerido por alguna de las partes mediante solicitud
escrita (no actúa de oficio). En este escrito se pide que se nombre un árbitro, para
cuyo efecto se deberá citar a todos los interesados a un comparendo a una
audiencia a un día determinado y hora determinada.
Esta resolución debe notificarse a todos los interesados en este
nombramiento del árbitro. El Código Orgánico de Tribunales dice, en el artículo
232, en su parte final, que en esta audiencia se debe proceder en la forma
establecida en el Código de Procedimiento Civil para el nombramiento de peritos.
En otras palabras, para el nombramiento de árbitros se aplican las mismas reglas
que se utilizan para el nombrar peritos (artículo 44, Código de Procedimiento Civil).
Esta audiencia tendrá lugar solamente con las partes que asistan. En este
caso se entiende que si no asisten todos, que hay desacuerdo entre las partes, y
en este caso tendría que nombrar el árbitro el juez ordinario.
En la audiencia hay varias finalidades que cumplir, la más importante es
nombrar al árbitro. Fuera de eso habrá que determinar:

• Las partes deben determinar el número de árbitros a nombrar.


• En segundo lugar, deben determinar la calidad, aptitudes o títulos que el
árbitro debe tener.
• Lo otro que debe determinarse es el punto o materia del arbitraje (eso
debe quedar claro).

Si en ese comparendo no hay acuerdo sobre la persona del árbitro,


también decide el juez (él hace el nombramiento).
Las limitaciones que tiene el juez letrado para designar al árbitro, en el caso
que no haya acuerdo entre las partes, son las siguientes (artículo 232, inciso 2º,
Código Orgánico de Tribunales):

o El juez solamente puede nombrar un solo árbitro (a diferencia del


nombramiento que hacen las partes, las que pueden nombrar a más de un
juez árbitro).

o El nombramiento que haga el juez no puede recaer en ninguna de las dos


primeras personas que hayan sido propuestas por las partes

c) Nombramiento de árbitros por el testador o causante:

Este nombramiento que puede hacer el testador o causante solamente


sería para el efecto de proceder a la partición de bienes que componen la

130
herencia. Esto lo permite el Código Civil (artículo 1324) y lo puede hacer en su
testamento o en un instrumento público aparte.
Aquí hay una particularidad en el sentido que los herederos del testador
podrán no respetar la voluntad del causante en cuanto a la persona del árbitro o
partidor de bienes, esto va a ocurrir después de la muerte del causante y si esta
situación ocurre los interesados pueden nombrar un nuevo árbitro (artículo 1324,
Código Civil). Es decir, los herederos no quedan necesariamente obligados a la
voluntad del testador (es lícito nombrar otro árbitro).

d) Nombramiento de árbitros por la ley:

El nombramiento de árbitros por ley es discutible, porque para algunos


autores no es posible que la ley sea la que designa un árbitro.
En este caso el legislador, respecto de ciertas materias específicas, señala
el tribunal que debe entrar a conocer de los litigios que se puedan producir, con la
particularidad que este tribunal está señalado en forma permanente, por lo tanto
no sería un tribunal accidental, y de ahí que sea discutible.
Por ejemplo, así sucede con la Superintendencia de Compañías de
Seguros, que la ley señala que en litigios sobre materias que tengan que ver con
seguros, éstos serán resueltos por esta superintendencia y para ello aplicará el
procedimiento arbitral.
En este caso, la mayoría de la doctrina señala que no estaríamos frente a
un tribunal arbitral; más que eso se trataría de un verdadero tribunal especial (la
ley por la complejidad de la materia establece el tribunal concreto para conocer
el asunto).
En síntesis, se trataría más bien de un tribunal especial que aplicaría el
procedimiento arbitral.

2) Aceptación y juramento del árbitro nombrado:

Para que estos tribunales arbitrales, en cualquier caso, puedan desempeñar sus
funciones es necesario dar un segundo paso, que se cumpla una segunda formalidad,
partiendo de la base que el árbitro estará nombrado. Este paso se refiere a la
“aceptación del cargo” y el “juramento del árbitro”.
Esto se debe a que el nombramiento del árbitro no obliga en principio al árbitro
designado a aceptar dicho nombramiento. Las personas que son designadas árbitros son
libres para aceptar o no dicho nombramiento. Si la persona designada se niega, esa
circunstancia no trae ninguna consecuencia en su contra.
La ley exige que el árbitro, si decide aceptar el nombramiento, debe declararlo
expresamente (artículo 236, Código Orgánico de Tribunales). Esto significa que debe
constar por escrito esta aceptación.
Si es nombrado por escritura pública, la aceptación podría constar en esa misma
escritura. Otra forma habitual es que el árbitro manifieste la aceptación al momento de
ser notificado.
Junto con aceptar, el árbitro tiene que jurar desempeñar sus funciones o cargo
con la debida fidelidad y en el menor tiempo posible (artículo 236, Código Orgánico de
Tribunales).

Art. 236, Código Orgánico de Tribunales: “El árbitro que acepta el encargo deberá
declararlo así, y jurará desempeñarlo con la debida fidelidad y en el menor tiempo
posible”.

131
Este juramento debe hacerse ante un ministro de fe (la ley no lo dice
expresamente, pero todo juramento se debe realizar ante un ministro de fe).

La importancia de estas formalidades (aceptación y juramento) tiene que ver con


la fecha en que se realiza, fecha que, a su vez, tiene importancia en relación al cómputo
del plazo que las partes le dan al árbitro para el cumplimiento de sus funciones como tal,
para que conozca y resuelva el asunto. El plazo es contado desde que el árbitro
designado acepta y jura.
Una vez que el árbitro acepta el cargo, éste queda obligado a desempeñarlo
(artículo 240, Código Orgánico de Tribunales).

* Organización de todo tribunal arbitral:

Dentro de la organización de un tribunal arbitral se distingue a la persona del


árbitro (que es el magistrado) y también existe otro funcionario que es el actuario.

a) El Arbitro:

El juez árbitro tiene que cumplir con ciertos requisitos para poder desempeñarse
como tal (artículo 225, Código Orgánico de Tribunales). Estos requisitos son:

- Tiene que ser mayor de edad.


- Tiene que tener la libre disposición de sus bienes.
- Tiene que saber leer y escribir.
- Si se trata de árbitros de derecho o de árbitros mixtos, necesariamente tiene que
ser abogado. Esto como consecuencia lógica que estos árbitros fallan conforme a
derecho.

La ley establece además que ciertas personas, no obstante que reúnen estos
requisitos, en ciertas situaciones tienen limitaciones y, en consecuencia, no podrían ser
designados árbitros. Ejemplo: no puede ser designado árbitro el juez ordinario que está
conociendo el litigio. Estos jueces y en general los funcionarios judiciales -ministros de
tribunales superiores de justicia, los fiscales, los notarios- tampoco pueden ser designados
árbitros (artículo 317 y 480, Código Orgánico de Tribunales).

b) El Actuario:

En el arbitraje es el nombre que toma el ministro de fe encargado de autorizar


todas las resoluciones y en general de todos los actos que emanen del tribunal arbitral.
El tribunal arbitral normalmente está constituido por el árbitro y por un actuario. Sin
embargo, hay algunos casos en que podría no existir este ministro de fe, lo que constituye
una diferencia importante con el resto de los tribunales. Esto va a depender de la calidad
que tenga el árbitro:

- Si se trata de un árbitro de derecho, como es el que más se asemeja al juez


letrado, la ley exige un actuario, no se puede prescindir de este funcionario, de
manera que todas las actuaciones o sustanciaciones que se lleven a efecto en un
tribunal arbitral deben ser autorizadas por un actuario (artículo 632, inciso 1º,
Código de Procedimiento Civil). Puede ser cualquier ministro de fe: notario,
receptor judicial, secretario de un tribunal ordinario, etc.
Si en el lugar donde se lleva a efecto el arbitraje no existe ministro de fe, en
este caso la exigencia sigue siendo la misma, pero el árbitro estará facultado para

132
nombrar a cualquier persona como actuario (artículo 632, Código de
Procedimiento Civil).

Art. 632, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Toda la substanciación


de un juicio arbitral se hará ante un ministro de fe designado por el árbitro,
sin perjuicio de las implicancias o recusaciones que puedan las partes
reclamar; y si está inhabilitado o no hay ministro de fe en el lugar del juicio
ante una persona que, en calidad de actuario, designe el árbitro”.

Si el árbitro va a ser un partidor de bienes, en este caso todos los actos de la


partición deben ser autorizados por un secretario de tribunales superiores de
justicia, o por un notario o bien por un secretario de un juzgado de letras (artículo
648, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

- Tratándose de los árbitros arbitradores o de los árbitros mixtos, lo que prima es la


voluntad de las partes. Hay que estarse en primer lugar a lo que hayan acordado
las partes, si acuerdan que exista un actuario se valen a eso, pero si no dicen nada
queda entregado al criterio del propio árbitro la designación de un actuario
(artículo 639, Código de Procedimiento Civil).
La ley, sin embargo, si le impone una sola limitación y se refiere a la
dictación de la sentencia definitiva que tiene que ser necesariamente autorizada
por un ministro de fe, o en su defecto por dos testigos cualesquiera (artículo 640,
inciso final, Código de Procedimiento Civil).

* Expiración de las funciones del árbitro:

La regla general es que las funciones del árbitro terminen con el pronunciamiento
de la sentencia definitiva dictada en el juicio arbitral.
Sin perjuicio de lo anterior, la ley señala que las funciones del árbitro terminan en
forma anticipada sin haberse dictado la sentencia definitiva en el juicio. Hay varias
causales que establece el legislador en esta materia (artículos 240 y 241, Código Orgánico
de Tribunales):

• Si las partes deciden de común acuerdo acudir a la justicia ordinaria o a otros


árbitros (artículo 240, nº 1, Código Orgánico de Tribunales).

• La enfermedad del árbitro, porque aquí no operan las mismas reglas de los
tribunales ordinarios de justicia (artículo 240, nº 3, Código Orgánico de
Tribunales).

• Si por cualquier causa el árbitro se ausenta del lugar del juicio. Ejemplo: cambio
de domicilio del árbitro, etc. (artículo 240, nº 4, Código Orgánico de Tribunales).

• El maltrato o injuria a la persona del árbitro por alguna de las partes (artículo
240, nº 2, Código Orgánico de Tribunales).

• La revocación que hagan las partes de común acuerdo de la jurisdicción del


tribunal arbitral (artículo 241, Código Orgánico de Tribunales).

133
* Competencia de los tribunales arbitrales:

¿Qué materias o asuntos conocen los árbitros?. Aquí hay un factor dentro de los
elementos de la competencia absoluta que predomina, que es la Materia o naturaleza
del asunto judicial. Los factores del fuero y la cuantía no interesan en estos juicios.
El factor materia es importante porque dependiendo de la naturaleza del asunto
judicial la ley establece o no la obligación de someter el asunto a arbitraje; y en otros
casos, también considerando la materia, la ley prohíbe someter un asunto a arbitraje.
Esto nos lleva a señalar que en relación a las distintas materias se puede hacer una
clasificación, así tenemos:

- Materias de arbitraje prohibido.


- Materias de arbitraje forzoso u obligatorio.
- Materias de arbitraje voluntario.

A) Materias de arbitraje prohibido:

Son casos excepcionales. Aquí estamos en presencia de materias que la ley no


permite que sean sometidas a arbitraje, en consecuencia prima a la voluntad de las
partes, prima el orden público (porque puede estar comprometido el interés general).
En estos casos el tribunal competente será el tribunal ordinario o el tribunal especial
que corresponda, pero jamás un tribunal arbitral. Si esto último llegase a ocurrir, es
absolutamente incompetente en razón a la materia.
Los principales asuntos de arbitraje prohibido son:

a. Asuntos que versen sobre alimentos (artículo 229, Código Orgánico de Tribunales).
Esto hay que entenderlo restrictivamente a los juicios de alimentos futuros forzosos.

b. Cuestiones que versen sobre el hecho de pedir separación de bienes entre el


marido y la mujer (artículo 229, Código Orgánico de Tribunales).

c. Las causas criminales, cualquiera que sea el delito que se trate de investigar
(artículo 230, Código Orgánico de Tribunales).

d. Asuntos de competencia de jueces de policía local (asuntos civiles o penales de


competencia del juez de policía local) (artículo 230, Código Orgánico de
Tribunales).

e. Causas que se susciten entre un representante legal y su representado (artículo


230, Código Orgánico de Tribunales).

f. Aquellas causas en que debe ser oída la Fiscalía Judicial de la Corte de


Apelaciones respectiva (artículo 230, Código Orgánico de Tribunales). Ejemplo:
juicios de nulidad de matrimonio.

g. Los actos judiciales no contenciosos.

h. Los asuntos que son de competencia de tribunales especiales por la especialidad


debe ser entregado al conocimiento de esos tribunales especiales.

134
B) Materias de arbitraje forzoso u obligatorio:

Aquí sucede lo contrario al caso anterior, puesto que es también el propio


legislador el que señala que ciertas materias necesariamente tienen que ser conocidas
por tribunales arbitrales. Estas son cuestiones que necesariamente deben resolverse por
árbitros, por eso el arbitraje es forzoso, considerando la materia. En estos casos el resto de
los tribunales (cualquiera otra clase de tribunales) son absolutamente incompetentes.
Estos asuntos normalmente se le consideran muy técnicos o íntimos entre ciertas
personas, que “distraerían” un poco a los tribunales ordinarios, por esa razón son
conocidos por los tribunales arbitrales. Estas materias requieren un texto legal expreso; la
norma más importante, en esta materia, es el artículo 227 del Código Orgánico de
Tribunales.
La enumeración del artículo 227 es genérica (no es taxativa, no son los únicos
casos), esto en razón de lo que establece el número 5 del mismo artículo.
Los casos más sobresalientes son:

a. La liquidación de una sociedad conyugal, que es un caso muy común (artículo


227, nº 1, Código Orgánico de Tribunales).

b. La partición de bienes (artículo 227, nº 2, Código Orgánico de Tribunales).

Aquí hay que señalar que, en relación a esta materia, hay una norma importante,
que señala que es posible que estas materias de arbitraje forzoso se puedan resolver sin la
intervención del tribunal arbitral (artículo 227, inciso final). Esta norma le da la posibilidad a
los propios interesados resolver por sí mismos cualquiera de estos asuntos, si todos ellos
tienen la libre disposición de sus bienes (plena capacidad) y concurren al acto de que se
trata. Ejemplo: que los propios comuneros resuelvan la partición de bienes.
En el fondo, lo que está prohibido es que estos asuntos puedan ser conocidos por
los tribunales ordinarios o especiales.

C) Materias de arbitraje voluntario:

Estos asuntos serían todas aquellas materias que no son de arbitraje prohibido o de
arbitraje forzoso (los demás entran dentro de esta categoría). Por lo mismo aquí no cabe
hacer una enumeración, porque estas cuestiones constituyen la regla general (esto es lo
que prima).
En estos casos habría que concluir que el legislador le es indiferente que las partes
la sometan a arbitraje o la sometan al tribunal que es normalmente competente (justicia
ordinaria).

* Conflictos de arbitraje:

No es normal que ocurra, pero puede pasar cuando un mismo asunto judicial
fuese, a la vez, una materia de arbitraje forzoso, por un lado, y por otra parte constituyese
también el mismo asunto una materia de arbitraje prohibido.
Esto podría ocurrir, por ejemplo, en una partición de bienes -que es una materia de
arbitraje forzoso- en la cual tengan interés un representante legal y su representado -que
es una materia de arbitraje prohibido-.
En estos casos, predomina el arbitraje forzoso (artículo 230, inciso final, Código
Orgánico de Tribunales). Este inciso está dentro de la norma que se refiere a aquellas
materias que no pueden someterse a arbitraje (materias de arbitraje prohibido), y agrega
que esto es así sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 227 (materias de arbitraje
forzoso).

135
* Arbitros de segunda instancia o “segunda instancia en el juicio arbitral”:

El arbitraje no es otra cosa que un juicio (porque los árbitros conocen solamente
juicios, no pueden intervenir en actos judiciales no contenciosos), y este juicio arbitral -que
tiene esta denominación porque se somete al conocimiento del árbitro- se suele tramitar
como todo juicio tanto en primera como en segunda instancia.
Cualquier juicio se puede tramitar en una doble instancia porque esa es una de las
características de nuestros procedimientos: la posibilidad que el asunto sea conocido por
dos tribunales distintos, por uno inferior y por otro superior, siempre que se deduzca el
recurso de apelación.
En cuanto a los tribunales arbitrales, depende de la calidad con que haya sido
nombrado el árbitro para ver si procede la doble instancia:

a) Si el árbitro es de derecho, en este caso hay que decir que el recurso de apelación
procede. Esta es la regla general (que exista la doble instancia), obviamente si se
deduce el recurso de apelación, a menos que las partes hayan excluido del
arbitraje el recurso de apelación (que le otorguen al árbitro la competencia de
única instancia), esto porque los recursos se pueden renunciar.
¿Qué tribunal conoce de la apelación?. Si la apelación es procedente,
aquí podrían haber dos tribunales competentes en esta materia:

o Podría conocer del recurso el mismo tribunal que había conocido esta
apelación si se hubiese interpuesto en un juicio ordinario, es decir, la Corte de
Apelaciones respectiva.

o Podría conocer, además, un tribunal arbitral de derecho que haya sido


designado por las partes. Esto quiere decir que el recurso de apelación
también puede ser sometido a arbitraje (artículo 239, inciso 1º, Código
Orgánico de Tribunales).

Habrá que estarse, en esta materia, a la voluntad de las partes. Las


posibilidades son las siguientes:

• Que se renuncie al recurso de apelación en el arbitraje.


• Que haya apelación, como es de derecho esta apelación la conoce en
principio la Corte de Apelaciones respectiva, o bien un tribunal arbitral de
segunda instancia designado por las partes.

b) Si el árbitro fuese mixto, se aplica la misma norma (opera la misma norma


anteriormente señalada).

c) En el caso de los árbitros arbitradores (si el árbitro ha sido designado con la calidad
de arbitrador), la regla es distinta. En este caso, el recurso de apelación tendría
lugar cuando las partes (los propios interesados) han acordado la procedencia de
este recurso, para ello se requiere manifestación de voluntad expresa de las partes
en el acto constitutivo del compromiso.
Debe haber voluntad expresa de que se reservan de este recurso ante un
tribunal que también deben designar, constituido por arbitradores (artículo 239,
inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales; artículo 642, Código de Procedimiento
Civil), de lo contrario, si las partes no dicen nada, se entiende que no hay recurso
de apelación.

136
En síntesis, en materia de arbitraje la situación de la segunda instancia es bastante
diferente de lo que puede ocurrir ante la justicia ordinaria, porque, tratándose de los
tribunales ordinarios y los tribunales especiales, una vez que queda fijado el tribunal inferior
automáticamente se fija cual va a ser el tribunal de segunda instancia. De lo que se infiere
que ante la justicia ordinaria va la procedencia del recurso de apelación; en el caso de
los tribunales arbitrales, concretamente de los árbitros arbitradores, es distinto, porque si no
se dice nada no hay recurso de apelación.

* Pluralidad de árbitros:

El artículo 231 del Código Orgánico de Tribunales establece que las partes tienen
derecho, en materia de arbitraje, a nombrar dos o más árbitros para la resolución del
litigio. Esto es también en el entendido que son las partes las que nombran (en este
sentido no hay límites), pero si el nombramiento emana de la justicia ordinaria (en caso de
desacuerdo de las partes) solamente se puede designar un solo arbitro.
Cuando la pluralidad existe, en este caso hay dos situaciones que podrían darse
en la tramitación del juicio arbitral:

a) Que no se produzcan problemas entre los árbitros. Es decir, que siempre exista
acuerdo durante la tramitación del juicio para la dictación de las resoluciones.

b) Que los árbitros no se pongan de acuerdo para dictar resoluciones judiciales. El


problema se presenta o se puede presentar cuando existe un número par de árbitros y
ambos operan en sentido contrario; el problema se suscita porque no hay mayoría.
En este caso podría suceder que las propias partes previendo esto hayan
nombrado un tercer árbitro para que dirima o resuelva estas discordias que puedan
presentarse. Este tercer árbitro actúa exclusivamente en caso de discordia (artículo 233,
inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 233, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “En el caso de ser dos o más los
árbitros nombrados, las partes podrán nombrar un tercero que dirima las discordias
que entre aquellos puedan ocurrir”.

Otro caso que también se puede dar es que las partes autoricen a los propios
árbitros para que ellos nombren en caso de ser necesario a este tercero (artículo 233,
inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales.

Art. 233, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales: “Podrán, también, autorizar a los
mismos árbitros para que nombren, en caso necesario, el tercero en discordia”.

El tercero se conoce con el nombre de “tercero en discordia” (artículo 233, Código


Orgánico de Tribunales).

En la tramitación del juicio arbitral, si hay pluralidad de árbitros, todos ellos deben
concurrir al pronunciamiento de la sentencia y, además, deben realizar los distintos actos
de procedimiento del juicio (todo esto se traduce en la dictación de las resoluciones
judiciales), a menos que las propias partes dispongan otra cosa (artículo 237, inciso 1º,
Código Orgánico de Tribunales).
Entonces, si en este caso los árbitros no se ponen de acuerdo, tienen que reunirse
con el tercero (naturalmente si lo hay) y en ese caso la mayoría dirimirá la discusión. Aquí
se aplicarán las mismas reglas que para dictar “acuerdos” en las Cortes de Apelaciones
(artículo 237, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).

137
Aquí se puede presentar el problema cuando son varios los árbitros y no existe
tercero y, en consecuencia, no se pueda dirimir la discordia. Para solucionar esta situación
hay que revisar ciertas reglas que da el Código Orgánico de Tribunales que permiten
resolver discordias entre árbitros a falta del tercero en discordia. Aquí hay que ver la
calidad con que hayan sido nombrados los árbitros:

a) Arbitro de derecho: Aquí hay que hacer una distinción según si la resolución a
dictarse en el juicio es o no apelable.
Si la resolución fuere apelable, en este caso cada opinión de los árbitros se
estimará como una resolución distinta y los autos se tienen que elevar al tribunal
superior que resuelva respecto del punto o los puntos que hayan motivado el
desacuerdo de los árbitros (artículo 238, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales; y
artículo 631, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil). Este tribunal de alzada
podrá ser el tribunal ordinario que corresponda -Corte de Apelaciones
correspondiente- o bien un tribunal arbitral de segunda instancia designado por las
partes.
Si la resolución es inapelable, en este caso hay que analizar si la materia es
de arbitraje voluntario o bien de arbitraje forzoso:

o Si fuera una materia de arbitraje voluntario, en este caso queda sin efecto
el compromiso. Se termina el arbitraje (artículo 238, inciso1º, Código
Orgánico de Tribunales).
o Si fuera una materia de arbitraje forzoso, en este caso hay que nombrar
nuevos árbitros (artículo 238, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

b) Arbitro mixto: Para los árbitros mixtos se aplican las mismas reglas que para el
árbitro de derecho.

c) Arbitro arbitrador: Aquí hay que hacer la misma distinción si el asunto es o no


apelable.
Si la resolución fuere apelable, los antecedentes tendrían que elevarse al
tribunal arbitral de segunda instancia para que estos resuelvan conforme a la
equidad. Tribunal constituido por arbitradores (artículo 238, inciso 2º, Código
Orgánico de Tribunales).
Si la resolución es inapelable, hay que distinguir:

o Si es materia de arbitraje voluntario, se termina el compromiso.


o Si es materia de arbitraje forzoso, también habría que proceder al
nombramiento de nuevos árbitros.

De todo lo dicho anteriormente, es importante destacar que las partes


normalmente deber prever (sobre todo si el número de árbitros es par) en caso de posibles
discordias la designación de un tercero en discordia.

Además de lo dicho con respecto a la apelación, se puede señalar en cuanto a la


procedencia de los recursos que:

- Si se trata de un tribunal arbitral de derecho, las resoluciones que estos árbitros de


derecho dictan durante el proceso son susceptibles de los mismos recursos que
serían procedentes contra las resoluciones de los tribunales ordinarios. Esto a
menos que las partes hayan renunciado a estos recursos o bien los hayan sometido
a arbitraje.

138
- En cuanto a los árbitros arbitradores, los recursos proceden en la medida que las
partes lo acuerden, particularmente la apelación. El recurso de casación en la
forma se estima que procede, no así la casación en el fondo porque es un recurso
de derecho (opera cuando se infringe la ley) y los árbitros arbitradores no fallan
conforme a derecho.

7.- Subrogación e Integración de los Tribunales de Justicia:

Esta materia está regulada en los artículo 206 y siguientes del Código Orgánico de
Tribunales (Título VIII) y tiene bastante aplicación práctica.
La administración de justicia como tal no se puede paralizar, debe ser siempre
continua en el tiempo. Desde este punto de vista, la justicia no se puede paralizar por la
necesidad que tienen las partes que se administre justicia (que es una necesidad
permanente); y el Estado como detentador de la función jurisdiccional debe velar porque
esto se cumpla.
Según esto, la administración de justicia no podría quedar paralizada ni haber
interrupciones al ejercicio de las funciones jurisdiccionales.
Esta continuidad, en la práctica, se podría ver alterada porque podrían darse
ciertas circunstancias que impiden que un magistrado ejerza la jurisdicción. Ese juez en
algún momento podría faltar y no estar presente cuando deba ejercer estas funciones,
esto se puede deber a múltiples razones. En todos estos casos, cualquiera que sea el
motivo que tenga el juez (impedimentos a título personal porque el órgano judicial
siempre va a existir como tal) hay que reemplazarlo de inmediato.
El impedimento que puede afectar a un juez puede ser un impedimento absoluto
(ejemplo: fallecimiento) o bien un impedimento parcial (ejemplo: vacaciones) y puede
referirse a un proceso determinado como a todos los procesos del tribunal (ejemplo:
cuando tenga alguna causal de inhabilidad en un proceso determinado).
Estas son normas que se aplica para toda clase de tribunales, sean estos
unipersonales o colegiados.
Aquí existen dos instituciones procesales importantes para sustituir al juez impedido:

o La Subrogación.
o La Integración.

A) Subrogación:

La ley no la define. Se considera que “es el reemplazo automático, por el solo


ministerio de la ley, de algún magistrado cuando está impedido de desempeñar sus
funciones como tal, por alguna causa legal”.
Que opere por el solo ministerio de la ley significa que ese magistrado
reemplazante no requiere de nombramiento, sino no sería automático. La ley es la que
suple el nombramiento.
Lo normal es que estas reglas de subrogación rijan en los tribunales unipersonales,
pero también puede operar tratándose de tribunales colegiados (todo el tribunal).

a) Subrogación de los jueces letrados:

Aquí hay que hacer una serie de distinciones en cuanto a la cantidad de jueces
que hayan en la comuna.
1. Si en la comuna o agrupación de comunas hay un solo juez de letras: Ejemplo: la
comuna de Tomé. La subrogación de hace de la siguiente manera:

139
o 1º: El primero que subroga es siempre el Secretario del mismo tribunal,
siempre que sea abogado, según la ley (artículo 211, inciso 1º, Código
Orgánico de Tribunales).

o 2º: A falta de este secretario debe subrogar al juez el Defensor Público, el


cual es un funcionario auxiliar de la administración de justicia. Si hubiera
más de un defensor público, subrogará el más antiguo de ellos (artículo
213, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

o 3º: Si ni el secretario ni el defensor público pueden subrogar al juez, lo hará


alguno de los abogados subrogantes, nombrados para estos efectos en
terna por la respectiva Corte de Apelaciones. Estos abogados son llamados
en el mismo orden en la lista formada en el mes de enero de cada año
(artículo 213, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).

o 4º: A falta de estos abogados subrogantes, debe subrogar el secretario


abogado del juzgado del territorio jurisdiccional más inmediato aún
cuando dependan de distintas Cortes de Apelaciones. Si este secretario no
puede subrogar, lo hará el juez de este juzgado más inmediato (artículo
213, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales).

2. Si en la comuna o agrupación de comunas hay dos jueces de letras: Ejemplo: la


comuna de Coronel. Aquí da lo mismo si son de igual o de distinta jurisdicción,
pero debe haber dos.
En este caso la subrogación opera de la siguiente manera:

o 1º: En primer lugar subrogará el Secretario Abogado del respectivo tribunal


(artículo 211, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

o 2º: A falta de este secretario, en este caso debe subrogar el Secretario del
otro Tribunal aunque sean de distinta jurisdicción (artículo 212, inciso 1º,
Código Orgánico de Tribunales).

o 3º: A falta del secretario abogado del otro juzgado, debe subrogar el Juez
de este otro Juzgado de la comuna (artículo 212, inciso 1º, Código
Orgánico de Tribunales).

o 4º: Si ninguno de los anteriores puede subrogar, le corresponde al Defensor


Público, y si hay más de uno, subrogará el más antiguo de ellos (artículo
213, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

3. Si en la comuna o agrupación de comunas hay tres o más jueces de una misma


jurisdicción: La subrogación opera de la siguiente manera:

o 1º: En primer lugar subroga el Secretario Abogado del mismo tribunal


(artículo 211, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

o 2º: A falta de este secretario, el Secretario Abogado del Juzgado que le


siga en orden numérico y el del primero reemplazará al del último (artículo
212, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).

o 3º: A falta de estos secretarios debe subrogar el Juez del Tribunal que siga
en el orden numérico.

140
4. Si en la comuna o agrupación de comunas hay tres o más jueces de distinta
jurisdicción: Ejemplo: Concepción, Talcahuano. La subrogación opera de la
siguiente manera:

o 1º: Debe subrogar el Secretario Abogado del tribunal respectivo (artículo


211, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

o 2º: A falta de este secretario, debe hacerlo el Secretario del Tribunal de las
misma jurisdicción que le siga en orden numérico (artículo 212, inciso 2º,
Código Orgánico de Tribunales).

o 3º: Si ello no es posible, subrogará el juez del juzgado de la misma


jurisdicción, también que le siga en orden numérico.

o 4º: A falta de todos los anteriores, subrogará el Secretario Abogado o en su


defecto el Juez del Juzgado de la otra jurisdicción a quien le corresponda
el turno en la semana siguiente (artículo 212, inciso 3º, Código Orgánico de
Tribunales).

- ¿Tienen los subrogantes las mismas facultades que el juez que están subrogando?
(facultades de los subrogantes). Aquí hay que distinguir quién es el que está subrogando y
para ello hay dos reglas fundamentales en esta materia:

• Si subroga el juez letrado o un defensor público o el mismo secretario abogado


del tribunal; en este caso tendrían las mismas atribuciones del magistrado
subrogado. Esto quiere decir que tramitan los procesos y lo fallan con las
mismas atribuciones del subrogado (artículo 214, inciso 4º, Código Orgánico de
Tribunales).

• Si el que subroga es un abogado subrogante (en las comunas en que hay un


solo juez) o bien si subrogan secretarios de otros tribunales; en este caso, las
atribuciones no son tan amplias como los anteriores. Estos subrogantes podrían
tramitar igual como lo haría el titular, pero en cuanto a la sentencia no pueden
dictar el fallo (pueden dejar el proceso en estado de sentencia).
Excepcionalmente podrían también dictar sentencia cuando le corresponde
reemplazar al magistrado por inhabilidad de éste, por causal de implicancia o
recusación.

b) Subrogación de la Corte de Apelaciones:

La subrogación de la Corte de Apelaciones es extraordinaria, porque no ocurre


con tanta frecuencia por la composición de la Corte.
Esta subrogación se podrá dar en los siguientes casos:

1. Si en una sala de la Corte de Apelaciones están todos los ministros titulares


inhabilitados, en este caso la ley dice que el conocimiento de los asuntos debe
pasar a otra de las salas del mismo tribunal (artículo 216, inciso 1º, Código
Orgánico de Tribunales). Esto es aplicable al caso que la Corte de Apelaciones
cuente con más de una sala.
En este caso la subrogación opera entre los miembros de la misma Corte de
Apelaciones.

141
2. Cuando la inhabilidad afecta a la totalidad de los ministros de la Corte de
Apelaciones de que se trata -ya sea que tenga una o más salas-, en este caso la
subrogación se va a producir, de acuerdo al Código Orgánico de Tribunales, con
los miembros de otra Corte de Apelaciones (artículo 216, inciso 2º, Código
Orgánico de Tribunales).
En este caso, es importante destacar que los ministros de la Corte que debe
subrogar no se constituirán en la Corte subrogada. El asunto debe pasar a la Corte
que según la ley debe subrogar (artículo 216, inciso 1º, Código Orgánico de
Tribunales).
Ejemplo: las Corte de Apelaciones de Chillán y Concepción se subrogarán
recíprocamente.

c) Subrogación de la Corte Suprema:

Respecto de la subrogación de la Corte Suprema, podrían suceder dos situaciones


especiales:

- Que la Corte Suprema no pueda funcionar alguna de sus salas, por inhabilidad o
impedimento de la mayoría de los ministros titulares.

- Cuando la inhabilidad o impedimento afecte a la totalidad de la Corte.

En cualquiera de estos casos, el reemplazo se hace de acuerdo a reglas


especiales que establece el artículo 218 del Código Orgánico de Tribunales.
La ley señala que en los casos que no pudiere funcionar la Corte Suprema por
inhabilidad de la mayoría o de la totalidad de los miembros, hay que llamar a los ministros
de la Corte de Apelaciones de Santiago, y deben ser llamados por orden de antigüedad
(artículo 218, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).
En este caso, estos ministros de la Corte de Apelaciones de Santiago pasan a
desempeñarse como “ministros subrogantes” de la Corte Suprema y esto será para
completar el mínimo para que una sala funcione o bien para reemplazarlos a todos.

B) Integración:

Esta integración también “es un reemplazo automático, por el solo ministerio de la


ley, de uno o más miembros de los tribunales colegiados están impedidos o inhabilitados
para desempeñar sus funciones como magistrado”.
La integración opera exclusivamente en los tribunales colegiados.
La finalidad de la integración es permitir que el tribunal colegiado pueda funcionar
con el quórum mínimo legal.
Diariamente el Presidente de la Corte Suprema o de la Corte de Apelaciones debe
preocuparse de la integración de las salas de cada tribunal. Es función del presidente
llamar al funcionario que debe integrar el tribunal, en el orden que la ley establece
(artículo 90, nº 2; y artículo 105, nº 1, Código Orgánico de Tribunales).

a) Integración de las Cortes de Apelaciones:

¿Cómo se va a completar el tribunal o la sala, en su caso, cuando falta alguno de


los miembros titulares?. Según el Código Orgánico de Tribunales la Corte o las Salas, en su
caso, se integran en la forma siguiente (artículo 215, Código Orgánico de Tribunales):
- 1º: Se puede llamar, cuando esto es posible, a Ministros no inhabilitados de la
misma Corte de Apelaciones; es decir, con ministros de otra sala de la misma
Corte.

142
- 2º: Si esto no es posible, el reemplazo le corresponde al Fiscal Judicial o los Fiscales
Judiciales, en su caso, también en la medida que es posible y por el orden de
antigüedad de ellos.

- 3º: Debe recurrirse a los Abogados Integrantes de la respectiva Corte. Cada Corte
de Apelaciones tiene un número variable de abogados integrantes y son llamados
de acuerdo al orden de designación en la lista de nombramiento (esto es lo
normal).

b) Integración de la Corte Suprema:

Respecto de la Integración de la Corte Suprema, hay que distinguir si los miembros


impedidos de actuar son menos de la mayoría o si son más de la mayoría.

- Si el impedimento afecta a menos de los miembros de la mayoría de la sala, se


aplica la misma regla de la Corte de Apelaciones (artículo 217, inciso 1º, Código
Orgánico de Tribunales):

o 1º: Se llama a integrar, en la medida de lo posible, a los Ministros no


inhabilitados de la misma Corte (de otra sala).

o 2º: Si lo anterior no es posible, se llama al Fiscal Judicial de la Corte


Suprema.

o 3º: Si tampoco esto es posible, se llama a los Abogados Integrantes,


también según el mismo orden de designación de su nombramiento.
Estos abogados integrantes de la Corte Suprema son llamados de
acuerdo a la especialidad de las salas; de acuerdo a la especialización del
abogado (artículo 217, Código Orgánico de Tribunales).

- Si el impedimento afecta a más de la mayoría de sus miembros, se va a integrar


llamando a los ministros de la Corte de Apelaciones de Santiago, por orden de su
antigüedad hasta que se complete el quórum mínimo (artículo 218, inciso 1º,
Código Orgánico de Tribunales).

* Abogados Integrantes:

Estos Abogados Integrantes, antes que nada, son funcionarios que no forman
parte del Poder Judicial y que son nombrados por el Presidente de la República para
integrar una sala de la Cortes de Apelaciones o de la Corte Suprema, en el caso que
alguno de los miembros titulares de estos tribunales no puedan cumplir sus funciones, con
la finalidad que estos tribunales tengan su mínimo para poder funcionar. Esta es la única
función que cumplen.
De acuerdo al artículo 219 del Código Orgánico de Tribunales, estos abogados
integrantes son designados por el Presidente de la República según las reglas que aquí se
contienen:

- En el caso de la Corte de Apelaciones el nombramiento es anual, y se hará en el


mes de enero de cada año.
- En el caso de la Corte Suprema, el nombramiento se hace cada tres años, y se
hará en el mes de enero en que comienza el trienio respectivo.

143
El número de abogados integrantes es variable según la Corte. Ejemplos: La Corte
Suprema cuenta con doce abogados; la Corte de Apelaciones de Concepción tiene
nueve. El máximo de abogados integrantes la tiene la Corte de Apelaciones de Santiago,
con 15 abogados; y las que menos tienen (ejemplo: Chillán) cuentan sólo con tres
abogados integrantes.
Para los efectos del nombramiento, en el mes de diciembre, la propia Corte de
Apelaciones debe confeccionar una lista de abogados, también de composición
variable, según lo que la ley indique (artículo 219, inciso 2º, Código Orgánico de
Tribunales). Esta lista la Corte de Apelaciones la remite a la Corte Suprema y este tribunal
confeccionará las ternas con estos abogados (confeccionará tantas ternas como sean los
cargos a llenar, por ejemplo, la Corte de Concepción con nueve ternas). Posteriormente,
el Presidente de la República elige uno de cada terna.
En el caso de la Corte Suprema, la situación es parecida. La propia Corte Suprema
forma la lista en el mes de diciembre en que termine el trienio que corresponde con 45
nombres de abogados, posteriormente la misma Corte confecciona las ternas (doce
ternas en total), y el Presidente de la República elegirá uno de esa terna.
Estos abogados integrantes deben cumplir algunas condiciones (requisitos
comunes para todos los casos:

 Residencia en la misma ciudad donde funcione la Corte.

 Debe cumplir los mismos requisitos para ser ministros de la respectiva Corte, con
excepción del requisito del límite de edad que establece la Constitución.

 Estos abogados integrantes deben haberse destacado en la respectiva actividad


profesional o universitaria.

 Por último, tienen que tener cierto tiempo de ejercicio profesional. En el caso de la
Corte de Apelaciones hay que tener a lo menos doce años de ejercicio
profesional, y en el de la Corte Suprema quince años como mínimo.

Estos abogados integrantes perciben una remuneración, a diferencia de otros


miembros del Poder Judicial que eventualmente son llamados a integrar una Corte (fiscal
judicial, etc.); y esta remuneración es por cada audiencia que el abogado concurra. Esta
remuneración es equivalente a una treintava parte de la remuneración mensual de un
ministro titular, por cada audiencia que concurran.
En la Corte Suprema es importante considerar que los abogados integrantes, dado
el actual sistema que hay en la Corte Suprema, una vez que son nombrados por el
Presidente de la República y considerando la especialidad de estos abogados, la propia
Corte determina la o las salas que deben integrar de preferencia, de acuerdo a la
especialidad de las materias (artículo 217, inciso 3º, Código Orgánico de Tribunales).

8.- Inhabilidades de los magistrados:

Los magistrados, como persona y no como órgano jurisdiccional, pueden tener en


determinados momentos ciertos impedimentos para ejercer la jurisdicción. Esto se traduce
en que ese magistrado pierde su competencia para conocer de una determinada causa
en la cual incida la inhabilidad.
Esto no significa que el tribunal al que pertenece ese magistrado, como órgano
jurisdiccional, sea incompetente. El asunto judicial seguirá radicado en el mismo tribunal.
A este respecto, la ley establece causales que hacen que un magistrado pueda
perder a título personal la competencia, estas son causales subjetivas, no afectan nunca
al órgano jurisdiccional.

144
Estas inhabilidades están conformadas por las IMPLICANCIAS y RECUSACIONES,
que se pueden hacer valer en contra de los magistrados a título personal.
Las implicancias y recusaciones están reguladas en los artículo 194 y siguientes del
Código Orgánico de Tribunales.

* Concepto de Implicancias y Recusaciones: Se trata de “medios que la ley establece


para los efectos de que, tanto los magistrados como también los funcionarios judiciales,
pierdan sus atribuciones para intervenir en el conocimiento de un determinado asunto
judicial por afectar alguna causal que establece la misma ley”.
En cualquier caso que se pretenda inhabilitar al juez hay que fundar la inhabilidad
en alguna causal que establece la ley.

* Fundamento de las Implicancias y Recusaciones:

Se debe a que, por una parte, los magistrados tiene que ser siempre imparciales
cuando conocen y juzgan un asunto y no pueden estar influenciados; y, por otro lado,
desde el punto de vista de las partes, estas implicancias y recusaciones, permiten
mantener la igualdad de los litigantes frente a los tribunales.
El magistrado perdería la imparcialidad es uno de estos casos, por ello el legislador
trata de evitar esto y lo que trata de obtener es el prestigio de la justicia (que los jueces
fallen estrictamente apegados a la ley).

* ¿A quiénes se aplican estas causales?:

Esta es materia regulada en los artículo 194 y siguientes del Código Orgánico de
Tribunales, titulado “de la implicancia y recusación de los jueces y de los abogados
integrantes”. Pero se aplica en general a todos los magistrados, unipersonales y
colegiados, también se aplica a los ministros de Corte, y también se aplica a otros
funcionarios judiciales (funcionarios auxiliares de la administración de justicia: los jueces
árbitros, a los peritos cuando deban intervenir, etc.).

* Diferencias entre las implicancias y recusaciones:

Existen diferencias entre las implicancias y recusaciones no obstante que ambas


son causales de inhabilidad.
El artículo 195 establece las causales de implicancia, que son más graves (ejemplo:
ser el juez parte en el pleito o tener en él interés personal, etc.); y el artículo 196 establece
las causales de recusación (ejemplo: ser el juez ascendiente o descendiente ilegítimo,
hermano o cuñado legítimo o natural del abogado de alguna de las partes, etc.).
Las diferencias más importantes son:

a. Las implicancias son irrenunciables, porque son de orden público. En cambio las
causales de recusación pueden ser renunciadas por estar al beneficio de las
partes.

b. Las implicancias deben declararse de oficio por el tribunal, sin perjuicio que esto
pueda ser solicitado por las partes. Las recusaciones, por lo general, se hacen valer
normalmente a petición de parte interesada.
c. Aquellos magistrados que se ven afectados por alguna causal de implicancia y
que fallan un asunto con manifiesta implicancia cometen delito, porque lo que
está en juego es el orden público. Esto no sucede en las causales de recusación,
porque pueden ser renunciadas.

145
d. Las causales de implicancia constituyen de por sí una causal de casación, basta
que el magistrado esté comprendido en alguna causal de implicancia para que la
sentencia que dicte pueda ser anulada. En cambio, en el caso de la recusación,
para que la sentencia pueda ser anulada, la causal tiene que haberse declarado
por el tribunal, o bien estar pendiente su tramitación.

e. Los tribunales que conocen de una y otra (implicancias y recusaciones) son


distintos.

f. Las causales de implicancia revisten mayor gravedad que las de recusación.

* ¿Cómo se hacer valer las implicancias y recusaciones?

- En el caso de las Implicancias, el juez la puede hacer de oficio desde el momento


mismo que detecta que la causal se produce, o bien a petición de parte (artículo
200, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 200, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “La implicancia de los
jueces puede y debe ser declarada de oficio o a petición de parte”.

El magistrado tiene la obligación de declararse de oficio inhabilitado, si el


juez falla comete delito. Naturalmente que las partes podrían pedir la declaración
de implicancia si el juez no advierte de inmediato la causal de inhabilidad (eso no
impide que las partes lo hagan valer).

- En el caso de las Recusaciones, la regla general es que se haga valer a petición


de parte interesada y excepcionalmente de oficio.

Para estos efectos, los magistrados cuando advierten que pueden estar
afectados por una inhabilidad lo dejan constancia en el proceso (artículo 199,
inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 199, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “Los jueces que se
consideren comprendidos en alguna de las causas legales de implicancia o
recusación, deberán tan pronto como tengan noticia de ello, hacerlo
constar en el proceso, declarándose inhabilitados para continuar
funcionando, o pidiendo se haga esta declaración por el tribunal de que
formen parte”.

Si se trata de recusaciones, las partes podrían aceptar esta declaración de


inhabilidad (constancia) que el juez hace, o bien no decir nada, para ello hay un
plazo de 5 días, si excede el plazo se considera que ha renunciado.

En cualquier caso, tanto en las causales de implicancia y recusación, las


reclamaciones que se hagan en juicio dan origen a incidentes que deben ser tramitados
por las reglas que la ley establece.
Cabe recordar que estas causales, también son aplicables a los abogados
integrantes de la Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones. Cuando se solicita o se
alega la inhabilidad de los abogados integrantes, la ley señala que pueden ser
inhabilitados sin expresión de causa por los abogados o procuradores de las partes. Esto
se hace valer por medio del relator pertinente (artículo 198, inciso 2º, Código Orgánico de
Tribunales).

146
Esta recusación, en el caso de los abogados integrantes, tiene que ser antes de la
audiencia en la cual corresponda que se vea la causa de que se trate. Además la parte
debe pagar un impuesto (fiscal). Monto que es variable si se trata de un abogado
integrante de la Corte Suprema o de las Cortes de Apelaciones (artículo 198, inciso final,
Código Orgánico de Tribunales).

* ¿Qué tribunal conoce de estas inhabilidades?

a) En el caso de las Implicancias:

Si se trata de un tribunal unipersonal, es el propio tribunal el que debe conocer de


la misma; serán los mismos jueces que tendrán que pronunciarse (artículo 202, Código
Orgánico de Tribunales).
Si se trata de miembros de tribunales colegiados, conoce de la implicancia el
mismo tribunal pero con exclusión del o los miembros de cuya implicancia se trata
(artículo 203, Código Orgánico de Tribunales).

b) En el caso de las Recusaciones:

La regla general es que es competente para conocer estas inhabilidades el


tribunal superior jerárquico inmediato, salvo en el caso de los miembros de la Corte
Suprema, en cuyo caso le corresponde conocer a la Corte de Apelaciones de Santiago
(artículo 204, Código Orgánico de Tribunales).
En el caso de las inhabilidades de los árbitros (recusación en contra de jueces
árbitros), es competente para conocer de ellas el juez letrado ordinario donde se siga el
juicio arbitral (artículo 204, inciso 4º, Código Orgánico de Tribunales).

- “La recusación amistosa”:

Procedimiento bastante especial que tiene lugar antes que se pida una
recusación, antes de alegarla formalmente ante el tribunal competente. En este caso, la
ley señala que podrá el recusante ocurrir al mismo recusado exponiéndole la causal de
fundamento a esta recusación y señalándole que sea declarada sin más trámite (artículo
124, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).
Si no se acepta esto, o si se rechaza esta solicitud, podrá deducirse la recusación
ante el tribunal correspondiente (artículo 124, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

¿Qué pasa si se acepta la recusación o la implicancia?. Si se declara judicialmente


la inhabilidad, el asunto judicial sigue siendo de competencia del mismo tribunal porque
la incompetencia se debe fundar exclusivamente en los factores de la cuantía, materia y
fuero. No se puede declarar la incompetencia en un factor personal del juez.
Si el juez letrado a título personal está inhabilitado, significa que hay otro
magistrado y nada más. Ahí operan las reglas de subrogación.
En el caso de los tribunales colegiados, hay que reemplazarlo, y aquí operan las
reglas de la integración; y si se inhabilitan a todos los ministros, opera la subrogación de la
Corte.

9.- Tribunales Especiales:

Se contemplan en el artículo 5º del Código Orgánico de Tribunales. Este artículo es


el principal en esta materia.
Estos tribunales existen porque el legislador ha estimado necesario quitarle
competencia a los tribunales ordinarios, considerando la naturaleza o especialidad del

147
asunto judicial. Dentro de estos tribunales, hay algunos que forman parte del Poder
Judicial y otros no.
Forman parte del Poder Judicial, como tribunales especiales:

• Los Juzgados de Letras de Menores.


• Los Juzgados de Letras del Trabajo.
• Los Tribunales Militares en tiempo de paz.

Existen otros tribunales especiales que no forman parte del Poder Judicial, que la
ley establece en forma genérica. Ejemplo: Juzgados de Policía Local, tribunales
aduaneros, etc.
La particularidad de estos tribunales es que se rigen cada uno por su propia ley,
que constituye su estatuto jurídico. Esto significa que esas leyes especiales establecen las
atribuciones y la organización de cada una de estos tribunales en particular. Y se les
aplicarán las normas del Código Orgánico de Tribunales en todos aquellos casos no
regulados en las leyes especiales.

I. TRIBUNALES DE MENORES:

El estatuto de los Tribunales de Menores, según el artículo 5º del Código Orgánico


de Tribunales, es la ley 16.618 que fija el texto definitivo de la ley de menores (Apéndice
del Código Orgánico de Tribunales).
Esta ley es de carácter general en materia de menores, no sólo está referida a la
judicatura de menores, sino que además hay reglas sustantiva y de procedimiento.
Los artículos 18 y siguientes de la ley 16.618 establecen “la judicatura de menores,
su organización y atribuciones”.
El mismo artículo 18 se encarga de ratificar la norma del artículo 5º del Código
Orgánico de Tribunales al señalar que los tribunales de menores forman parte del Poder
Judicial y se regirán por lo dispuesto en la ley, además en la ley sobre abandono de
familia y pago de pensiones alimenticias y, por último, también se rigen por las normas
pertinentes del Código Orgánico de Tribunales relativas a los jueces letrados que no se
opongan a estas leyes especiales.
Estos tribunales tienen, en general, una organización similar a la que tienen los
Juzgados de Letras. Los funcionarios fundamentales que tienen estos tribunales son: el Juez
de Letras de Menores y el Secretario, cada uno con las mismas atribuciones de los
Juzgados de Letras.
Además existen otros funcionarios importantes. Por ejemplo, los Asistentes Sociales,
encargados de evacuar los informes sociales que el tribunal les pida en la causa que
corresponde; y los Receptores, visitadores propios del tribunal encargados de practicar las
notificaciones.

* Competencia de los Tribunales de Menores (artículo 26 de la ley 16.618):

Fundamentalmente conocen de los siguientes asuntos:

a) Determinan a quién le corresponde la tuición de los menores.

b) Conocer de las demandas de alimentos deducidas por menores de edad, o bien


por el cónyuge del alimentante cuando solicite alimentos conjuntamente con los
hijos menores.

c) Autorizar la adopción cuando el adoptado sea también menor.

148
d) Nombrar guardadores a menores de edad cuando se requiera.

e) Les corresponde también conocer de todos los asuntos en que aparezcan


menores de edad inculpados de crímenes, simples delitos o faltas.
Esto no significa que si un menor de edad comete un crimen se denuncia a
los tribunales de menores, sino que antes el juez ordinario pide al juez de menores
una “declaración de discernimiento” a aquellos menores de edad (mayores de 16
años y menores de 18). Si se declara que tiene discernimiento se pode a
disposición de los tribunales ordinarios (artículo 28, Ley 16.618).

Los jueces de menores tienen por territorio jurisdiccional la comuna que


corresponda que la ley indica o, en su caso, la agrupación de comunas. En este sentido
son similares a los jueces letrados.
Todos los asuntos relativos a menores que ocurran dentro de la comuna o
agrupación de comunas son de competencia del Juzgado de Menores. En el caso que
no haya Juzgado de Menores, en este caso todos los asuntos que son de competencia de
estos jueces serán conocidos por el juez letrado ordinario.
En los juicios de menores sólo serán admisibles los recursos de apelación y de
queja, sin perjuicio del recurso de reposición, en su caso (artículo 36, Ley 16.618).

II. JUZGADOS DE POLICIA LOCAL:

Estos tribunales especiales no forman parte del Poder Judicial y también se rigen
por su estatuto propio que viene a ser en este caso la ley 15.231 (del 23 de mayo de 1978),
de Organizaciones y Atribuciones de los Juzgados de Policía Local; y la ley 18.287 que
establece el Procedimiento aplicable. De manera que estas dos leyes son
complementarias, a diferencia de lo que ocurre con los jueces de menores.
Estos tribunales tienen una particularidad en el sentido de que desde el punto de
vista de su organización son tribunales municipales. Dependen de la municipalidad que
corresponda y funcionan en locales que son municipales. No están dentro del escalafón
del Poder Judicial.
En cuanto a su remuneración los funcionarios de estos tribunales son con cargo a
los fondos de la municipalidad.
El personal que atiende a estos tribunales figura en la planta de los empleados
municipales y se rigen por tanto por el estatuto administrativo como por la ley 15.231.
Estos tribunales deben su razón de existencia al hecho de que se crearon
fundamentalmente para conocer de todas las infracciones de la normativa del tránsito y
esa constituye la competencia fundamental de estos tribunales.

* Competencia de los Juzgados de Policía Local:

La competencia está establecida en los artículos 12 y siguientes de la ley 15.231 de


Organización y Atribuciones de los Juzgados de Policía Local.

Principalmente la competencia de estos Juzgados de Policía Local son las


siguientes:

a) Fundamentalmente esta competencia está referida a infracciones de la Ley de


Tránsito (Ley 18.290).
b) Infracciones a ordenanzas o reglamentos de la alcaldía.
c) El conocimiento de las faltas penales que no son de competencia de los tribunales
ordinarios.

149
10.- Abogados y auxiliares de la Administración de Justicia:

A) Los Abogados:

Están regulados en el Código Orgánico de Tribunales en los artículos 520 y


siguientes.
Toda la organización de los tribunales descansa sobre la figura del Abogado. Los
abogados, aún cuando no son propiamente auxiliares de la administración de justicia,
tienen gran importancia, porque son quienes defienden en juicio los derechos de las
partes.
El artículo 520 del Código Orgánico de Tribunales los define y dice que “los
abogados son personas revestidas por la autoridad competente de la facultad de
defender ante los Tribunales de Justicia los derechos de las partes litigantes”.
Esta definición es incompleta, porque se refiere únicamente a una determinada
función de las muchas que puede cumplir el abogado. La señalada es la función más
característica que cumplen los abogados. Por ejemplo, un abogado puede cumplir la
función de consultoría jurídica, lo que no implica intervenir en pleitos; la magistratura; etc.
¿Porqué se justifica la intervención del abogado en los pleitos tal como lo señala el
Código?. En el sistema chileno hay varios fundamentos:

 Porque los abogados le facilitan al juez el conocimiento de las cuestiones jurídicas


controvertidas (es un trabajo que facilita la tarea del juez). Eso supone ya un
estudio previo de cada asunto determinado.

 Porque en el sistema chileno la actividad de los tribunales se rige por el principio de


la pasividad, eso significa que los tribunales no pueden dar inicio de oficio al
proceso, así como tampoco pueden darle curso o tramitarlo de oficio. Para
romper este principio de pasividad se precisa de un impulso procesal. Los
abogados, en esta materia, cumplen una tarea fundamental, debido a que tienen
los conocimientos suficientes para darle este impulso. Se supone que los abogados
conocen mejor que nadie el derecho (los procesos son de carácter técnico y
señala cuestiones de derecho porque se trata de aplicar la ley en un caso
concreto).

 En el sistema chileno la ley exige directamente la intervención de un abogado (Ley


18.120 de Comparecencia en Juicio). Se aplica a todos los juicios, contenciosos o
no contenciosos, y ante toda clase de tribunales. Toda gestión judicial debe ser
patrocinada por un abogado habilitado. Esto está referido a la defensa de los
derechos en juicio (las personas no se pueden defender por sí solas).

* Requisitos para ser abogado (artículo 523, Código Orgánico de Tribunales):

Para poder ser abogado se requiere:

- Tener veinte años de edad.


- Tener el grado de licenciado en Ciencias Jurídicas otorgado por una Universidad,
en conformidad a la ley.
- No haber sido condenado ni estar actualmente procesado por crimen o simple
delito que merezca pena aflictiva.
- Antecedentes de buena conducta. Estos los puede requerir la Corte Suprema
mediante las averiguaciones que ella estime oportuna y necesaria.
- Haber cumplido satisfactoriamente una práctica profesional por seis meses en las
corporaciones de asistencia judicial a que se refiere la Ley No. 17.995,

150
circunstancia que deberá acreditarse por el Director General de la respectiva
Corporación.

Reunidos estos cinco requisitos, el candidato a abogado está en condiciones de


solicitar su título profesional a la Corte Suprema, lo que se hace mediante una solicitud
escrita donde acompañará los documentos acreditando los requisitos anteriores. Estos
documentos son:

• Certificado de Nacimiento.
• Certificado correspondiente otorgado por la Universidad.
• Extracto de Filiación de la persona.
• Acreditar su buena conducta, mediante dos testigos.
• Certificado que da el director de la respectiva Corporación de
Asistencia Judicial.

Este último requisito tiene una particularidad si los postulantes son funcionarios del
Poder Judicial. Esta obligación de la práctica se entiende cumplida por aquellos
funcionarios o empleados del Poder Judicial por el hecho de haber desempeñado sus
funciones durante 5 años. A estos funcionarios la ley los dispensa de realizar la practica en
el entendido que dichos funcionarios se hayan desarrollado en el escalafón del Poder
Judicial.
La Corte Suprema puede disponer de cualquier medida para averiguar el
cumplimiento de estos requisitos, especialmente en el caso de los averiguadores de la
buena conducta.
Acreditados todos estos requisitos, la Corte Suprema les fija día y hora para
otorgarles el título el que será otorgado en audiencia pública en dicho tribunal. Para estos
efectos debe reunirse el pleno de la Corte (formado por todos los ministros) y el secretario
(artículo 521, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 521, Código Orgánico de Tribunales: “El título de abogado será otorgado en
audiencia pública por la Corte Suprema reunida en tribunal pleno, previa
comprobación y declaración de que el candidato reúne los requisitos establecidos
por los artículos 523 y 526”.

En la audiencia indicada, después que el postulante preste juramento de


desempeñar leal y honradamente la profesión, el presidente del tribunal, de viva voz, lo
declarará legalmente investido del título de abogado (artículo 522, inciso 1º, Código
Orgánico de Tribunales).
De lo actuado en esta audiencia se deja constancia por el secretario en un libro
que se llevará especialmente con este objeto, en seguida se entregará al abogado el
título o diploma que acredite su calidad de tal, firmado por el presidente del tribunal, por
los ministros asistentes a la audiencia respectiva y por el secretario.
Ciertas actuaciones que son desempeñadas en tribunales solamente la pueden
desarrollar los abogados.
El procurador judicial puede ser el mismo abogado patrocinante, vale decir como
encargado de la defensa y hacer las distintas presentaciones ante los tribunales.
Tratándose de las defensas orales ante los tribunales de justicia solamente las
puede efectuar el abogado (esto es aplicable desde luego a los alegatos ante las
Cortes). Los alegatos sólo pueden hacerse por un abogado habilitado para el ejercicio de
la profesión; sin embargo, excepcionalmente también podrán alegar los postulantes que
se encuentren realizando su practica judicial en la Corporación de Asistencia Judicial.

151
Art. 527, Código Orgánico de Tribunales: “Las defensas orales ante cualquier
tribunal de la República sólo podrán hacerse por un abogado habilitado para el
ejercicio de la profesión. No obstante, los postulantes que estén realizando su
práctica para obtener el título de abogado en las Corporaciones de Asistencia
Judicial creadas por la Ley No. 17.995, podrán hacer tales defensas ante las Cortes
de Apelaciones y Marciales en favor de las personas patrocinadas por esas
entidades. Para estos fines el representante de ellas deberá otorgar al postulante
un certificado que lo acredite como tal”.

* Los Abogados habilitados para el ejercicio de la profesión. En primer lugar es importante


destacar que no basta o no es suficiente que la persona tenga el título de abogado, sino
que es indispensable que éste se encuentre habilitado para el ejercicio de la profesión. El
abogado habilitado es aquel que no tiene algún impedimento para el ejercicio de su
profesión (es aquel que no está suspendido del ejercicio profesional, que no ha sido
objeto de esta medida disciplinaria o sujeto a condena).
Todos los abogados tienen que pagar una patente municipal dos veces al año, en
la Municipalidad respectiva, que corresponde al domicilio del abogado.
Entonces, el abogado habilitado es aquel que no sólo tiene impedimentos para
ejercer, sino que también estuviese al día en el pago de su patente municipal (obligación
contenida en la ley de rentas municipales). Esto último es discutible porque este pago de
patente no está señalado en la ley como una condición para poder ejercer. La propia ley
de rentas municipales establece que el no pago de esta patente trae como sanción una
multa.

B) Auxiliares de la Administración de Justicia:

Este tema está contenido en el Título X del Código Orgánico de Tribunales


(artículos 350 y siguientes).

1) La Fiscalía Judicial:

La Fiscalía Judicial antiguamente se denominaba “Ministerio Público”. Hoy toda


referencia a éste último organismo debe entenderse a la Fiscalía Judicial, esto para
diferenciar a la Fiscalía del actual Ministerio Público, el que es un organismo que cumple
funciones dentro del procedimiento legal. Este organismo interviene en la investigación de
los delitos a través de los fiscales del Ministerio Público y conforme al nuevo procedimiento
penal (reemplaza la función que cumplían los antiguos jueces del crimen).
La Fiscalía Judicial es un órgano auxiliar de la administración de justicia que tiene
por misión representar ante los tribunales de justicia los intereses generales de la sociedad.
¿Quiénes componen la Fiscalía Judicial?. La Fiscalía Judicial, de acuerdo con el
artículo 350 del Código Orgánico de Tribunales, es ejercido por el fiscal judicial de la Corte
Suprema, que será el jefe del servicio, y por los fiscales judiciales de las Cortes de
Apelaciones, los cuales forman un escalafón jerárquico.
Los fiscales judiciales pueden actuar como parte principal de un juicio, como
tercero o como auxiliar de la administración de justicia (artículo 354, Código Orgánico de
Tribunales).

Art. 354, Código Orgánico de Tribunales: “Los fiscales judiciales obran, según la
naturaleza de los negocios, o como parte principal, o como terceros, o como
auxiliares del juez”.

152
En general debe ser oída en ciertos casos que la ley señala. Esto significa que a los
fiscales judiciales les corresponde evacuar informes en aquellos asuntos que deben ser
oídos.
Esto de ser oídos significa que debe emitir una opinión sobre el asunto judicial de
que se trata. Ejemplo: juicios de estado civil de las personas; juicios de responsabilidad civil
de los jueces; ciertas contiendas de competencia; y en general, en todo negocio
respecto del cual las leyes prescriban expresamente la audiencia o intervención del
ministerio público.
Estas funciones son independientes de los tribunales y en estos informes los fiscales
establecen las conclusiones que estime ajustadas a derecho.
La intervención de estos fiscales judiciales puede ser solicitada en todos aquellos
casos que los tribunales lo estimen conveniente.
Los fiscales judiciales gozan de inamovilidad y tienen el mismo tratamiento que los
magistrados (artículo 352, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 352, Código Orgánico de Tribunales: “Los fiscales judiciales gozan de la misma
inamovilidad que los jueces, tienen el tratamiento de Señoría y les es aplicable
todo lo prevenido respecto de los honores y prerrogativas de los jueces por los
artículos 308 y 309”.

Tratándose de la primera instancia en la tramitación, se suprimió la intervención de


la Fiscalía Judicial (antiguamente llamado Ministerio Público). Actualmente la Fiscalía
Judicial está abocada a negocios de segunda instancia.

2) Los Defensores Públicos:

Regulados en los artículos 365 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales.


Estos auxiliares de la administración de justicia tienen por función defender, ante
los tribunales, los derechos e intereses de los menores, de los incapaces, y de las personas
ausentes (que han salido de Chile).
Esta intervención, que es la fundamental del defensor público, se debe a la
incapacidad o especial situación en que estas personas se encuentran y que les impide
desempeñarse adecuadamente por sí mismos.
La ley dice que al menos debe haber un Defensor Público en cada territorio
jurisdiccional de un juzgado de letras (artículo 365, Código Orgánico de Tribunales) y,
precisamente, le corresponde actuar ante los juzgados de la respectiva comuna.
Una de las funciones principales que cumplen los defensores públicos es la de
dictaminar o evacuar informes o “vistas”, en que a través de ellos manifiestan su parecer
en relación a un determinado asunto judicial. Sin embargo, esta opinión no es de ninguna
manera obligatoria para los tribunales.
Hay casos en que estos defensores públicos deben actuar en forma obligatoria y
en otros casos en que es facultativo pedir la opinión. Los casos obligatorios los señala el
artículo 366 del Código Orgánico de Tribunales y los casos de intervención facultativa se
indican en el artículo 369 del mismo Código.
Dentro de los casos de intervención obligatoria, podemos citar los siguientes:
a) En los juicios que se susciten entre un representante legal y su representado.
b) Tratándose de los actos de los incapaces en general.

Independientemente pueden cumplir otras funciones distintas. Por ejemplo, la


función de representación judicial. Pueden tener la representación de ciertas personas
incapaces, o ciertos ausentes (artículo 367, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

153
3) Los Relatores:

Se encuentran regulados en los artículos 372 y siguientes del Código Orgánico de


Tribunales.
La existencia de los relatores se debe o tiene su fundamento en el carácter
colegiado de ciertos tribunales. En los tribunales colegiados, por la composición del
tribunal, es necesario que exista otro funcionario que le suministre el conocimiento al
tribunal del asunto, como una manera de hacer más expedita la administración de
justicia. Con ello se evita que los magistrados se pongan en conocimiento personalmente
del asunto judicial; sin perjuicio que los propios ministros entiendan necesario estudiar
personalmente el proceso.
Las funciones fundamentales de los relatores las encontramos en el artículo 372 del
Código Orgánico de Tribunales. Según esta norma, a los relatores les corresponde:

- Dar cuenta diaria de todas las solicitudes (escritos) que se presenten con el
carácter de urgente y en general de los negocios que la Corte respectiva
disponga. Esta “cuenta diaria” es para que la Corte resuelva.

- Poner al conocimiento de las partes o de sus abogados el nombre de las personas


que van a integrar el tribunal, en el caso a que se refiere el artículo 166 del Código
de Procedimiento Civil.
Esto para que los abogados puedan hacer uso del derecho de inhabilitar a
alguno de los miembros del tribunal, particularmente en el caso de los abogados
integrantes. Dicho de otro modo, las partes o sus abogados a nombre de ellos
tienen derecho a inhabilitar a los abogados integrantes; y esa información la da el
relator.

- Revisar los expedientes que se les entreguen y certificar que se encuentren en


“estado de relación”. Esta función es una de las fundamentales y significa que el
relator debe verificar que estén todos los antecedentes necesarios para que la
Corte pueda entrar a conocer del asunto. Esta revisión se hace antes de que el
asunto ingrese a la tabla (es un requisito para que el asunto esté en tabla).
En síntesis, esta función significa que el relator tiene que ver:

o En primer lugar, que estén todos los tramites cumplidos.


o En segundo lugar, que los trámites estén acompañados de todos los
documentos que sean necesarios tener a la vista y relacionados con el
asunto.
o Finalmente, que estén todos los cuadernos necesarios al expediente.

Si el asunto no está en estado completo, el relator informa al Presidente y la


Corte adoptará las providencias necesarias.

- Hacer relación de los procesos. Esta es función más importante de los relatores, y
significa que debe informar a los ministros del asunto judicial que deben conocer
en forma metódica, objetiva y sin dar apreciaciones personales con la finalidad
que los ministros queden informados del asunto.
En esta relación se permite que estén presentes los abogados de las partes
(antiguamente la relación era privada).

- Anotar el mismo día de la vista de la causa los nombres de los ministros que
hubieren concurrido a ella, si no fuere despachada inmediatamente (si no se falla

154
de inmediato). Esto es importantísimo para saber qué ministros van a dictar la
sentencia.

- Cotejar con los procesos los informes en derecho. Puede ocurrir que en la segunda
instancia los tribunales ordenen informar en derecho a petición de parte.
Los informes en derecho consisten en opiniones de juristas prestigiosos sobre
alguna materia de derecho que sea discutible o que sea de difícil solución.
Opinión por escrito que hace un abogado y que se agrega materialmente al
proceso.
En este caso les corresponde a los relatores cotejar estos informes de
derecho con los procesos respectivos con la finalidad de verificar si están
conformes o disconformes con los hechos del proceso.

4) Los Secretarios:

Se encuentran regulados en los artículos 379 y siguientes del Código Orgánico de


Tribunales.
Los secretarios son los ministros de fe de los respectivos tribunales. Entre sus
funciones (artículo 379 y 380):

- Les corresponde “autorizar” o dar fe de todas providencias, despachos y


actuaciones que emanen de los tribunales, y además les corresponde custodiar los
procesos y todos los documentos del respectivo tribunal. Esto último se refiere que
éstos son los responsables de guardar todos los documentos que no se incorporen
materialmente al proceso (ejemplo: libros de contabilidad, cheques, letras de
cambio, etc.).

- También deben practicar notificaciones por el estado diario.

- Deben dar copia y, en general, el conocimiento a cualquiera persona que lo


solicitare de los procesos que tengan archivados en sus oficinas, y de todos los
actos emanados del tribunal, salvo los casos en que el procedimiento deba ser
secreto.

Estos secretarios tienen funciones generales y especiales. Las generales son


aquellas que corresponden a todos los secretarios de las cortes y juzgados (artículo 380,
Código Orgánico de Tribunales); y las especiales sólo pertenecen a los secretarios de
determinados tribunales.

o Secretarios de los Juzgados de Letras: ellos harán al juez la relación de los


incidentes y el despacho diario de mero trámite, el que será revisado y firmado por
el juez (artículo 381, Código Orgánico de Tribunales).
o Secretarios de los Juzgados del Crimen: ellos proveerán por sí solos las solicitudes
de mera tramitación y realizarán órdenes de citación a testigos o a inculpados
(artículo 382, Código Orgánico de Tribunales).
o Secretarios de Cortes de Apelaciones que consten de una sola sala: ellos está
obligados a hacer la relación de la tabla ordinaria durante los días de la semana
que acuerde el tribunal.

5) Los Receptores:

Los receptores se encuentran regulados en los artículos 390 y siguientes del Código
Orgánico de Tribunales.

155
Según el artículo 390 del Código Orgánico de Tribunales, los Receptores son
ministros de fe pública encargados de hacer saber a las partes, fuera de las oficinas de los
secretarios, los decretos y resoluciones de los Tribunales de Justicia y de evacuar todas
aquellas diligencias que los mismos tribunales les cometieren.
También a los receptores les corresponde intervenir en los procesos en la recepción
de la prueba testimonial y en la diligencia denominada absolución de posiciones
(confesión de parte).
Para cumplir con sus funciones deben retirar de la Secretaría del tribunal los
expedientes de los procesos. Deben dejar constancia en el proceso de las actuaciones
que practiquen.
El receptor actúa normalmente dentro del mismo territorio jurisdiccional del tribunal
al cual está adscrito. Excepcionalmente, con autorización del propio tribunal, puede
realizar diligencias o podrá practicar las actuaciones en otra comuna comprendida
dentro del territorio jurisdiccional de la misma Corte de Apelaciones (artículo 391, Código
Orgánico de Tribunales). Con este trámite se evita confeccionar un exhorto.

Art. 391, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales: “Los receptores ejercerán sus
funciones en todo el territorio jurisdiccional del respectivo tribunal. Sin embargo,
también podrán practicar las actuaciones ordenadas por éste, en otra comuna
comprendida dentro del territorio jurisdiccional de la misma Corte de
Apelaciones”.

6) Los Procuradores del Número:

Regulados en los artículos 394 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales.


Todo procurador es un representante de parte ante los tribunales judiciales. Su
función fundamental es representar a las partes ante los tribunales superiores de justicia y
muy especialmente ante la Corte Suprema. En Chile las partes no pueden comparecer
personalmente ante los tribunales de justicia.
Los Procuradores del Número, de acuerdo al artículo 394 del Código Orgánico de
Tribunales, son oficiales de la administración de justicia encargados de representar en
juicio a las partes (son una especie de mandatarios judiciales).

7) Los Notarios:

Los Notarios están regulados en los artículos 399 y siguientes del Código Orgánico
de Tribunales.
Son ministros de fe pública, encargados de autorizar y guardar en su archivo los
instrumentos que ante ellos se otorgaren; de dar a las partes interesadas los testimonios o
copias que pidieren; y de practicar las demás diligencias que la ley les encomiende.
Los Notarios tienen que actuar dentro del respectivo territorio jurisdiccional que les
está asignado. Ningún notario puede ejercer sus funciones fuera del territorio que se le ha
sido asignado.
Entre sus funciones la más importantes es la de autorizar las escrituras públicas, las
que son una especie de instrumento público o auténtico, que se caracteriza por ser
entregada por un notario público con las solemnidades legales correspondientes e
incorporadas a un protocolo o registro público (artículo 403, Código Orgánico de
Tribunales).
Los Notarios efectúan protocolizaciones de documentos, esto significa el hecho de
agregar un documento al final del Registro de un Notario, a solicitud de parte (artículo
415, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

156
8) Los Conservadores:

Se encuentran regulados en los artículos 446 y siguientes del Código Orgánico de


Tribunales.
Son ministros de fe encargados de llevar ciertos registros conservatorios de bienes
raíces, de comercio, de minas, de prenda agraria, de prenda industrial, etc. Esto se debe
a que la transferencia de los inmuebles requiere dejar constancia. Ejemplo: en el Registro
de Comercio se deja constancia de las sociedades.
De acuerdo al artículo 447, hay un conservador en cada comuna o agrupación
de comunas que constituya el territorio jurisdiccional de juzgado de letras.
A estos le va a corresponder practicar las inscripciones que ordenan las leyes en
sus respectivos registros y dar las copias y certificados que se soliciten.

9) Los Archiveros:

Se hallan regulados en los artículos 453 y siguientes del Código Orgánico de


Tribunales.
Los Archiveros son ministros de fe pública y su función primordial es la de custodiar
los documentos que la ley señala. Son los procesos judiciales terminados o cumplidos, de
los tribunales de la jurisdicción (de los jueces de letras que existen en la comuna o
agrupación de comunas y de los jueces árbitros de ese mismo territorio).
También se archivan los protocolos de las escrituras públicas de los notarios.
A estos archiveros también les corresponde dar copias a las partes interesadas de
los documentos que existen en ese archivo (artículo 455, nº 4, Código Orgánico de
Tribunales).

10) Los Asistentes Sociales Judiciales:

Regulados en los artículos 457 del Código Orgánico de Tribunales.


Son auxiliares de la administración de justicia cuya función es la de informar a los
tribunales de justicia acerca de los aspectos sociales, económicos, ambientales,
educacionales y demás que se requieran en relación a las partes o a hechos y situaciones
que han provocado el juicio (artículo 457, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

Es muy común en los Juzgados de Menores. En cada juzgado especial de menores


debe haber por lo menos un asistente social judicial (artículo 457, inciso 2º, Código
Orgánico de Tribunales).

11) Los Bibliotecarios Judiciales:

Los Bibliotecarios Judiciales se encuentran regulados en el artículo 457 bis del


Código Orgánico de Tribunales, introducido por la ley 19.390.
Este artículo señala que los bibliotecarios judiciales son auxiliares de la
administración de justicia cuya función es la custodia, mantenimiento y atención de la
Biblioteca de las Cortes en que desempeñen sus funciones.

12) Los Administradores de tribunales con competencia en lo criminal:

Se encuentran regulados en los artículos 389 A al 389 G, del Código Orgánico de


Tribunales.
Son creación de la Reforma Procesal Penal. Son funcionarios auxiliares de la
administración de justicia encargados de organizar y controlar la gestión administrativa de

157
los tribunales orales en lo penal y de los juzgados de garantía (artículo 389 A, Código
Orgánico de Tribunales). Estos tribunales no tienen secretarios.
Sus funciones son la de administrar con la finalidad que estos tribunales funcionen
(la distribución del personal, evaluar al personal a su cargo, la distribución de causas,
llevan la contabilidad y administran la cuenta corriente del tribunal, etc,).
Para ser administrador de un tribunal con competencia en lo criminal no se
requiere ser abogado, pero sí debe poseer un título profesional relacionado con las áreas
de administración y gestión, otorgado por una universidad o por un instituto profesional
(artículo 389 C, Código Orgánico de Tribunales).

SEGUNDA UNIDAD: DERECHO PROCESAL FUNCIONAL (TEORIA GENERAL DEL


PROCESO Y REGLAS COMUNES A TODO PROCEDIMIENTO)

I. INTRODUCCION

1.- El Derecho Procesal Funcional:

El Proceso constituye el medio a través del cual los tribunales de justicia (que son
los terceros imparciales) solucionan los conflictos. El Proceso es el medio más perfecto o
idóneo para solucionar conflictos jurídicos, porque es la forma que da mejores
posibilidades a los litigantes para hacer valer sus derechos
El Proceso se puede tramitar en base a distintas reglas que son las que constituyen
los procedimientos (el procedimiento es el conjunto de reglas que regulan el Proceso). Los
procesos no se sustancian siempre de la misma manera.
La aplicación de un procedimiento no puede ser entregada a alguna de las
partes. El procedimiento se debe aplicar objetivamente dependiendo de la naturaleza de
la acción que se deduzca.
La fuente inmediata y directa del procedimiento es el Código de Procedimiento
Civil, que no es la única, hay leyes procesales complementarias.

El Derecho Procesal Funcional lo podemos definir como aquella rama del Derecho
Procesal que estudia las normas de procedimiento a que deben someterse tanto los
tribunales como las personas que concurren ante ellos planteando pretensiones
procesales. El Derecho Procesal Funcional admite varias subclasificaciones, porque el
procedimiento no es uno sólo. Ejemplo: Derecho Procesal Civil, Derecho Procesal Penal,
etc.

2.- Estructura del Código de Procedimiento Civil:

El Código de Procedimiento Civil está estructurado en 4 libros, 925 artículos y un


título final. Cada uno de estos cuatro libros se divide a su vez en títulos, y algunos de estos
en párrafos.
En cuanto al ámbito de aplicación, podemos decir que considerando el tenor del
artículo 1º del Código de Procedimiento Civil, actualmente las disposiciones se aplican a
todas las contiendas civiles entre partes (excepcionalmente también se pueden regir por
el Código de Procedimiento Civil los asuntos penales) y a los actos judiciales no
contenciosos en que la ley exige la intervención de los tribunales.
Si bien los procedimientos penales se rigen por el Código de Procedimiento Penal,
el Código de Procedimiento Civil no deja de tener aplicación en tal materia, pues el
artículo 43 del Código de Procedimiento Penal hace aplicable a los procesos criminales
las disposiciones comunes a todo procedimiento contenidas en el libro I del Código de

158
Procedimiento Civil, en todo aquello que no se oponga al Código de Procedimiento
Penal.
El Código de Procedimiento Civil regula en forma metódica y ordenada el
procedimiento de las contiendas civiles entre partes y los actos de jurisdicción no
contenciosa cuyo conocimiento corresponda a los tribunales de justicia.

Los Libros del Código de Procedimiento Civil son los siguientes:

A) Libro Primero: Disposiciones Comunes a todo Procedimiento: Aquí se aplican todos los
procedimientos sin distinción alguna, incluso los penales. En el Libro Primero se contienen
normas básicas, de aplicación general, rigen para toda clase de procedimientos.
Se incluyen materias importantes como todo lo relativo a las partes, la forma de
comparecer en juicio, las partes indirectas, terceros, las actuaciones judiciales, los plazos,
las notificaciones, los incidentes, los mandatos judiciales, etc.

B) Libro Segundo: Del Juicio Ordinario: El Libro Segundo es importante porque, en primer
lugar, si la acción deducida en la demanda no tiene establecida una tramitación
especial, debemos aplicar las disposiciones del Libro Segundo, se trata del “juicio tipo” o
juicio básico.
Además es importante porque no obstante que un procedimiento sea especial
(distinto del juicio ordinario) se pueden llegar a aplicar las normas pertinentes del Libro
Segundo en todas aquellos trámites que no estén expresamente regulados dentro de las
normas de procedimiento especial. Ejemplo: dentro del procedimiento ejecutivo o dentro
del juicio sumario no se contienen normas respecto a la forma de la declaración de
testigos, luego en eso se aplican las normas pertinentes del Libro Segundo, según lo que
dice el artículo 3º del Código de Procedimiento Civil.

Art. 3º, Código de Procedimiento Civil: “Se aplicará el procedimiento ordinario en


todas las gestiones, trámites y actuaciones que no estén sometidos a una regla
especial diversa, cualquiera que sea su naturaleza”.

C) Libro Tercero: De los Juicios Especiales: Se reglamentan una serie de procedimientos


cuya tramitación es distinta a los juicios ordinarios. El asunto tiene un procedimiento
especial dependiendo de la naturaleza de la acción deducida.
Dentro de estas reglas destacan el juicio ejecutivo, el juicio sumario, etc.
Cabe señalar que en este Libro Tercero no están todos los procedimientos
especiales, pero sí los más importantes. Por ejemplo, el procedimiento de menores está
contenido en la Ley de Menores.

D) Libro Cuarto: De los Actos Judiciales No Contenciosos: El Libro Cuarto se aplica en


aquellos casos en que no se promueve contienda entre partes (normas para juicios donde
no hay contienda).
El Libro Cuarto está subclasificado de la siguiente manera:

- En el Título I, que contiene disposiciones generales para todos los actos judiciales
no contenciosos.
- En los títulos siguientes, donde se reglamentan algunos actos judiciales no
contenciosos (no están tratados todos los actos judiciales no contenciosos en el
Libro Cuarto).

159
3.- Aplicación de las normas del Código de Procedimiento Civil en un caso determinado:

Aquí hay que distinguir si estamos en presencia de un asunto contencioso o no


contencioso.

a) En el caso de los juicios (asuntos contenciosos):

- Lo primero que hay que analizar es determinar la naturaleza de la acción que


vamos a deducir; es decir, concretamente hay que ver si esa acción tiene o no
establecida, dentro de las normas del Código de Procedimiento Civil, las reglas
especiales del Libro Tercero del Código. Ejemplo: si la acción es ejecutiva, tiene
un procedimiento especial y se utiliza el procedimiento ejecutivo.
En consecuencia, en estos casos se aplican esas normas especiales del
Libro Tercero y esa es la forma de enfrentar el juicio.
Estas reglas especiales del Libro Tercero deben complementarse con las
normas del Libro Primero.
Si las reglas especiales del Libro Tercero son insuficientes, si dentro de
estas normas especiales existiese un vacío legal en alguna materia,
concretamente se aplican supletoriamente las normas pertinentes del Libro
Segundo, precisamente en lo no contemplado (esto por aplicación del artículo
3º).

- Si la acción no tiene establecida una tramitación especial en el Libro Tercero,


en este caso corresponde aplicar derechamente las disposiciones del Libro
Segundo (las normas del Juicio Ordinario), también complementando estas
reglas con las normas del Libro Primero.

b) En el caso de los actos judiciales no contenciosos:

Aquí hay que ver en cada caso si el acto judicial no contencioso de que se
trate está o no reglamentado especialmente en el Libro Cuarto.

- Si el acto está reglamentado en el Libro Cuarto, debemos aplicar esas normas


especiales. Por ejemplo, el nombramiento de tutores y curadores (artículos 838
y siguientes, Código de Procedimiento Civil), de la dación de la posesión
efectiva de la herencia (artículos 877 y siguientes, Código de Procedimiento
Civil), etc.
También estas reglas especiales del Libro Cuarto se deben
complementar con las normas del Libro Primero y también con las normas
pertinentes del Título I del Libro Cuarto. De existir algún vacío, por aplicación del
mismo artículo 3º, habrá que aplicar las normas pertinentes del Libro Segundo.
Ejemplo: individualizar a un testigo.

- Si el acto no está expresamente reglamentado en el Libro Cuarto sino que en


alguna otra ley distinta (ejemplo: el pago por consignación, se encuentra
reglamentado en el Código Civil) habrá que aplicar a cada acto judicial no
contencioso las normas especiales que lo reglamentan y luego habrá que
aplicar las disposiciones generales del Libro Cuarto.
Todo esto, a su vez, complementado por las normas del Libro Primero. Si
llegase a existir algún vacío en la tramitación habrá que aplicar las reglas
pertinentes del Libro Segundo.

160
4.- Campo de aplicación del Código de Procedimiento Civil:

Esto está dicho en el artículo 1º, cuando dice que “las disposiciones de este
Código rigen el procedimiento de las contiendas civiles entre partes y de los actos de
jurisdicción no contenciosa, cuyo conocimiento corresponda a los Tribunales de Justicia”.

Art. 1º, Código de Procedimiento Civil: “Las disposiciones de este Código rigen el
procedimiento de las contiendas civiles entre partes y de los actos de jurisdicción
no contenciosa, cuyo conocimiento corresponda a los Tribunales de Justicia”.

Esto significa que, interpretando esta norma contrariu censu, el Código de


Procedimiento Civil no se aplica en principio en los siguientes asuntos:

a. Las contiendas en materia penal, porque esas se rigen por otras normas, a menos
que las leyes procesales penales (Código de Procedimiento Penal, Código
Procesal Penal, etc.) se remitan al Código de Procedimiento Civil, de lo contrario
no se pueden aplicar.

b. En todos aquellos casos, ya sea referido a contiendas o actos judiciales no


contenciosos, sometidas a una tramitación especial o que estén expresamente
excluidas de la aplicación de éste Código.

5.- El Procedimiento:

El procedimiento es el conjunto de principios y disposiciones que regulan el


proceso, y está constituido por una serie de actos procesales que se desarrollan gradual y
sucesivamente en el tiempo y que se encuentran relacionados entre sí, culminando con la
dictación de la sentencia definitiva.

* Características que presenta en Chile el procedimiento civil:

Los aspectos más relevantes que presenta el procedimiento civil en Chile son los
siguientes:

a) El procedimiento es escrito, porque predominan las actuaciones escritas,


predomina la escrituración por sobre la oralidad. Esto no significa que no hayan
ciertos procedimientos que son orales o verbales.
Aún siendo escrito, no significa tampoco que todas las actuaciones son
escritas. Ejemplos: la declaración de un testigo es verbal, la formulación de los
alegatos, etc.

b) La publicidad de las actuaciones: Los actos de los tribunales son públicos y esto se
traduce en que las actuaciones de los procedimientos deben ser públicas, a
menos que la propia ley señale lo contrario (que las actuaciones sean secretas), y
esto significa que la actuación puede ser conocida por las partes o por terceros
(función importante que cumplen los secretarios). Incluso más, las partes o los
interesados pueden solicitar copias de las actuaciones a su costa.

c) Por regla general están estructurados sobre la base de la “doble instancia”:


Consiste en una doble revisión jurisdiccional que es importante porque se da plena
garantía a los litigantes, siempre que se deduzca el recurso de apelación.
Habrá dos grados en la tramitación del asunto, a menos que la ley señale
expresamente lo contrario.

161
Significa la posibilidad de revisar las actuaciones judiciales, pero no
cualquier revisión, sino que es aquella que realiza el tribunal superior jerárquico si se
interpone el correspondiente recurso de apelación. Interponer el recurso de
apelación significa que la parte agraviada con la resolución que dicta el tribunal
inferior puede interponer el recurso de apelación para que el superior jerárquico la
revise y la enmiende con arreglo a derecho.
Esto es importante porque con esto se permite minimizar las posibles
injusticias que se cometan al dictarse resoluciones judiciales, porque siempre está
la posibilidad del error.

d) Por último, podemos decir que ni las partes ni el juez tienen la posibilidad de entrar
a sustituir los procedimientos legales.
Los procedimientos que la ley establece son de aplicación obligatoria. Se
debe aplicar el procedimiento que corresponda de acuerdo a la naturaleza de la
acción deducida. No se pueden modificar las reglas de procedimiento, salvo que
la propia ley lo permita. Ejemplo: el caso del procedimiento de los árbitros
arbitradores.

* Clasificación del procedimiento:

El procedimiento contemplado en nuestra legislación procesal civil se clasifica


desde varios puntos de vista. Las más importantes son las siguientes:

1) Atendiendo a la naturaleza de las normas que vamos a aplicar o la naturaleza de la


materia del asunto judicial, tenemos que el procedimiento puede ser civil o penal.

o Procedimiento Civil: contemplado fundamentalmente en el Código de


Procedimiento Civil con las leyes procesales complementarias (ejemplos: Código
del Trabajo, la Ley 16.618 de Menores).

o Procedimiento Penal: contemplado fundamentalmente en el Código de


Procedimiento Penal, el Código Procesal Penal y otras leyes (ejemplos: Código de
Justicia Militar, la Ley de Seguridad del Estado).

2) Considerando la tramitación que tenga el juicio, tenemos que distinguir entre


procedimiento ordinario o común y extraordinario o especial (de acuerdo a la
clasificación que fluye del artículo 2º del Código de Procedimiento Civil).

o Procedimiento Ordinario o Común: la ley dice que el procedimiento ordinario es el


que se somete a la tramitación común o normal ordenada por la ley.

o Procedimiento Extraordinario o Especial: es aquel que se rige por las disposiciones


especiales que para determinados casos la ley establece. Ejemplos: existen
procedimiento ejecutivo de carácter común (cuando se aplican las reglas del
Libro Tercero del Código) y procedimiento ejecutivo especial (ejemplo: el
procedimiento ejecutivo que establece la Ley de Bancos).

3) Considerando la forma en que se va a sustanciar el juicio o ritualidad del juicio,


podemos distinguir entre procedimiento oral o verbal, procedimiento escrito y un
procedimiento mixto (intermedio).

162
o Procedimiento Escrito: es aquel en que predominan las actuaciones en que debe
dejarse constancia documentada en el proceso. Son aquellos en cuya tramitación
hay un predominio de lo literal, de las actuaciones escritas.

o Procedimiento Oral o Verbal: es aquel en que predominan las actuaciones de


palabra o de viva voz y no las escritas (no predomina lo literal). Ejemplo: el
procedimiento sumario (artículo 682, Código de Procedimiento Civil).

o Procedimiento Mixto: es aquel en que se mezclan todas las actuaciones anteriores,


orales y escritas, indistintamente, sin que exista un predominio de una o de la otra.

4) Considerando el fin que se persigue con el ejercicio de la acción (la finalidad misma
de la acción que pretende el actor o demandante), tenemos que el procedimiento
puede ser de conocimiento, ejecutivo y cautelares o precautorios.
o Procedimiento de Conocimiento: son aquellos que se siguen con el objeto de que
el tribunal declare o establezca un determinado derecho controvertido entre dos
partes; es decir, este es el procedimiento típico que se utiliza cuando hay un juicio
(donde está la controversia).
Aquí se puede hacer una subclasificación, porque esto es muy amplio. La
finalidad específica que se podría perseguir con este procedimiento podría ser:

• La condena civil de la parte contraria, que consiste en que la parte contraria


sea condenada a una prestación determinada. Ejemplo: pagar un saldo de
proceso, etc.

• El procedimiento declarativo en general, en donde no se persigue la condena


de la parte contraria sino que el tribunal declare la existencia de un derecho,
pero sin imponer una condena. Ejemplo: los juicios en que se persigue la
declaración de nulidad de un contrato.

• El procedimiento constitutivo, que es aquel en que el tribunal, a través de la


sentencia, constituye estados jurídicos nuevos y opera fundamentalmente en el
campo del derecho de familia. Ejemplo: juicio de divorcio.

o Procedimiento Ejecutivo o de Ejecución: es totalmente distinto al anterior, lo que se


persigue con la acción que se deduce es obtener el cumplimiento forzado o
compulsivo de una determinada obligación o de una determinada prestación que
consta fehacientemente en forma indiscutida.

o Procedimientos Cautelares o Precautorios: son aquellos que tienen por finalidad


asegurar el resultado de otra acción distinta.

5) Según la cuantía de lo disputado en un juicio (clasificación que se aplica al


procedimiento ordinario -juicio tipo- y en algunos casos al procedimiento ejecutivo), se
habla de procedimientos de mínima cuantía, de menor cuantía y de mayor cuantía (se
desprende de los artículos 698 y 703 del Código de Procedimiento Civil).

o Procedimiento de Mínima Cuantía: estamos frente a este tipo de procedimiento


cuando el valor de lo disputado en juicio no excede de 10 UTM.

o Procedimiento de Menor Cuantía: cuando el valor de lo disputado excede de las


10 UTM y siempre que no sea superior a las 500 UTM.

163
o Procedimiento de Mayor Cuantía: cuando el valor de lo disputado en juicio
excede de las 500 UTM.

II. TEORIA GENERAL DEL PROCESO

1.- Introducción:

Para entender la Teoría General del Proceso hay que considerar tres conceptos
básicos:

 Acción
 Jurisdicción
 Proceso

Estos tres elementos están estrechamente vinculados, no se pueden concebir


separadamente.

- La Jurisdicción en materia civil no se puede realizar de oficio por los tribunales, al


menos para dar inicio a un juicio, la iniciativa siempre tiene que estar en la
voluntad de las partes. Para que un tribunal pueda comenzar a conocer de un
asunto judicial es necesario que alguna de las partes exija o requiera formalmente
de la intervención del juez (del tercero imparcial).

- Aquí entra en juego el concepto de La Acción. Es necesario ejercitar la acción


procesal entendida como el acto para provocar a la actividad jurisdiccional del
Estado (para provocar la participación al juez). La acción es una manifestación de
voluntad de alguna de las partes en litigio, porque en principio nadie puede ser
obligado a deducir una acción; es un acto eminentemente voluntario o
potestativo, depende de quien se dice titular de un derecho.
¿Cómo se ejerce la acción?. Esta acción civil se ejerce a través de una
demanda, ese es el único medio idóneo para ejercer la acción civil, es la única
forma para que el juez pueda intervenir.

- El Proceso es el medio que establece la ley para el ejercicio de la jurisdicción, es el


medio más perfecto que se conoce y a través del cual las partes hacen valer sus
pretensiones y a través del cual el juez conoce del asunto y lo resuelve.
El proceso es el instrumento destinado a satisfacer pretensiones procesales
de las partes. Es también el medio de que se vale la función jurisdiccional del
Estado para desarrollar su actividad.
El proceso se inicia con la demanda y termina normalmente con la
sentencia definitiva (se inicia con un acto de parte y se termina con un acto del
juez).

2.- La Acción:

La palabra “acción” se utiliza con diferentes acepciones. Esto va a depender de


cuál sea la rama del derecho que se trate:
a) En el Derecho Mercantil, la palabra acción se utiliza para referirse a la parte o
cuota en que se divide el capital de una sociedad anónima.

b) En el Derecho Penal, la acción es sinónimo de la conducta del sujeto que comete


delito constitutiva de lo ilícito (ejemplo: la acción punible de homicidio).

164
c) En el Derecho Civil, la acción se usa como el medio para proteger los derechos
subjetivos (ejemplo: la acción reivindicatoria protege el derecho de dominio).

d) En el Derecho Procesal, la palabra acción también se suele ocupar con


significados distintos:

• Como sinónimo de derecho subjetivo: La acción sería el derecho subjetivo


deducido en juicio. Esta acepción es discutible.

• Como sinónimo de demanda: También es discutible porque la demanda es el


acto procesal a través del cual se ejercita la acción, de ahí que sea erróneo
considerar estos términos como sinónimos puesto que ambos conceptos son
distintos.

• Como sinónimo de pretensión: Lo que tampoco es correcto porque la


pretensión consiste en que un sujeto se atribuye un derecho determinado, es el
contenido de la acción deducida a través de la demanda. De ahí que acción
y pretensión sean distintas y exista entre ellas una relación de género a
especie.

• Como un acto que sirve para provocar la actividad jurisdiccional del Estado: Es
un concepto autónomo y es el verdadero sentido o significado de la palabra
acción. Para Eduardo Couture “la acción es el poder o la facultad de
provocar la actividad jurisdiccional del Estado”.

* Naturaleza jurídica de la acción:

Esta concepción también ha tenido distintas interpretaciones y existen diversas


teorías para explicar la naturaleza jurídica de la acción. El problema radica en determinar
que relación existe entre el derecho subjetivo y la acción.
Las teorías que explican la naturaleza jurídica de la acción son principalmente dos:

- La teoría privatista, monista o clásica de la acción.


- La teorías dualistas o modernas de la acción.

A) La Teoría Privatista, Monista o Clásica de la Acción:

Esta teoría está obsoleta. Sus partidarios sostienen que existe una equivalencia
entre los conceptos de acción y de derecho subjetivo, y por eso se llegó a decir que la
acción era el mismo derecho subjetivo puesto en ejercicio (en movimiento), producido
por la trasgresión de una norma jurídica (la acción es una manifestación dinámica del
derecho).
Esta teoría no sirve para explicar una serie de casos que se pueden producir en la
práctica:

 Es insuficiente para explicar la hipótesis de la existencia de derechos sin una


acción destinada a tutelarlos. Ejemplo: las obligaciones naturales (artículo 1470,
Código Civil).
 Tampoco sirve para explicar las llamadas acciones infundadas, que están
constituidas por aquellos casos en que el demandante o actor interpone la
demanda y pierde el juicio porque no existía el derecho que reclamaba (si no
tenía derecho significa que tampoco tenía acción).

165
 También es insuficiente para explicar el caso de las acciones posesorias, que no
amparan derecho alguno porque la posesión es un hecho y no un derecho.

B) Las Teorías Dualistas o Modernas de la Acción:

Los autores que sostienen estas teorías concuerdan, a diferencia de la tesis


anterior, que el derecho subjetivo debe separarse de la acción. Estas teorías postulan que
el derecho subjetivo y la acción son cosas diferentes.
Hay una diferencia entre el derecho a la acción y la acción misma, y se hace esta
distinción porque la acción es la facultad de todo sujeto de poder acudir a los tribunales
de justicia solicitando que se realice el ejercicio de la jurisdicción.
Tener derecho a la acción significa tener o ser titular de un derecho subjetivo
respecto del cual esa persona está ejerciendo la tutela pertinente.

El Código de Procedimiento Civil no establece ningún concepto de acción. En


todo caso hay que decir que, considerando la época en que se redactó, nuestro Código
contiene impresiones cuando utiliza la palabra acción, porque está inspirado en la teoría
monista o clásica. Así en diversos artículos del Código de Procedimiento Civil se puede
observar que ese fue el sentido que le asignó la comisión redactora del Código. Ejemplo:
artículo 17 del Código de Procedimiento Civil, aunque la demanda es una y las
pretensiones pueden ser varias, no como dice el Código.

La ACCION es la potestad o poder jurídico que tiene una persona o sujeto de


derecho para poder concurrir voluntariamente ante los tribunales de justicia, reclamando
la satisfacción de una o más pretensiones por estimar que el derecho le ha sido
desconocido.
La característica fundamental de la acción es la voluntariedad por parte del sujeto
que acciona. Esta voluntariedad se traduce en que ni la ley ni nadie puede obligar a una
persona a entablar una acción contra alguien. Excepciones a esto la encontramos, por
ejemplo, en los casos del artículo 21 y el caso que se conoce como “jactancia” (artículo
269, Código de Procedimiento Civil), etc.

* Elementos de la acción:

Los elementos de la acción son los siguientes:

a) Existencia de un sujeto activo, que es el actor o demandante, y este puede ser


todo sujeto de derecho, ya sea persona natural o persona jurídica.

b) Existencia de un sujeto pasivo, que no es el demandado como se piensa, sino que


viene a ser el Estado, porque el demandante dirige la demanda contra el Estado,
a través de los tribunales de justicia, reclamando protección en la persona del juez.

c) Existencia de un objeto, que es la finalidad que se persigue con la acción que no


es otra cosa que el ejercicio jurisdiccional del Estado.

d) Existencia de una causa, que sería el fundamento, es decir, la existencia de un


determinado conflicto jurídico que debe resolverse.

Distinto es el caso de la pretensión, donde basta la afirmación del sujeto que


acciona de que él estima tener un derecho, exista o no, que lo determinará la sentencia,
y por ello es posible accionar aunque no exista ese derecho subjetivo.

166
* Clasificaciones de la acción:

Cuando se habla de clasificación no es propiamente de la acción, sino que


debemos tomar en cuenta otros elementos. La doctrina no acepta clasificar la acción
puesto que ésta es un concepto único.
Se habla de clasificaciones de la acción considerando otros aspecto o elementos:

A) Considerando la finalidad que tiene en vista el demandante (ya que no siempre se


pide lo mismo en la demanda), la acción puede ser de condena, declarativa, consultiva,
ejecutiva y precautorias o cautelares.

 Acciones de condena: Son aquellas cuya finalidad es obtener una condena, que
se le imponga al demandado el cumplimiento de una determinada prestación de
dar, hacer o no hacer algo; por ejemplo, pagar el precio.

 Acciones declarativas: Son aquellas en que la finalidad del actor es obtener la


simple declaración por parte del tribunal de un derecho controvertido o de una
situación jurídica incierta; por ejemplo, obtener la declaración de nulidad de un
contrato.

 Acciones constitutivas: La finalidad es obtener una sentencia que constituye


estados jurídicos nuevos o que modifica un estado jurídico existente; por ejemplo,
las acciones de divorcio, de nulidad de matrimonio, de incapacidad para
suceder, etc.

 Acciones ejecutivas: Tiene por finalidad el cumplimiento forzado de una


obligación que consta fehacientemente en un título ejecutivo, lo que ocurre ante
la resistencia de la persona obligada.

 Acciones precautorias o cautelares: La finalidad de estas acciones precautorias o


cautelares es obtener una resolución judicial que permite asegurar la efectividad
del derecho sustancial, o que asegure el resultado de la acción deducida; por
ejemplo, la prohibición de celebrar actos y contratos mencionada en el artículo
290 n° 4 del Código de Procedimiento Civil.

B) Considerando el procedimiento que se va a aplicar, tenemos una acción ordinaria,


una sumaria, una ejecutiva, y una cautelar.

 Acciones ordinarias: Son todas aquellas que se tramitan conforme al


procedimiento ordinario o común (se les aplican las normas del juicio ordinario o
procedimiento común). Desde este punto de vista todas las demás acciones
reciben el nombre genérico de extraordinarias o especiales.
Dentro de estas acciones especiales es posible nombrar la acción sumaria,
la acción ejecutiva, y la acción cautelar.

 Acciones sumarias: Son aquellas que se caracterizan por aplicárseles un


procedimiento más breve y concentrado en aquellos casos que esa acción
requerida por su naturaleza dé una tramitación rápida para que sea eficaz.

 Acciones ejecutivas: Son aquellas que se caracterizan porque se les aplica un


procedimiento de apremio y de medidas compulsivas ante la resistencia del
deudor. Ejemplo: embargo de bienes.

167
 Acciones cautelares: Son aquellas que se tramitan con un procedimiento
accesorio al procedimiento principal, con el objeto de conseguir una providencia
o resolución asegurativa del tribunal, también dentro de un procedimiento breve,
destinada a asegurar el resultado de la acción principal.

C) Considerando la naturaleza del derecho que le sirve de fundamento, las acciones


pueden ser patrimoniales o de familia.

 Acciones patrimoniales: Las acciones patrimoniales permiten garantizar los


derechos del patrimonio, que son aquellos que pueden ser avaluados en dinero.
Las acciones patrimoniales pueden proteger derechos reales o personales.

 Acciones de familia: Las acciones de familia garantizan derechos de familia, no


avaluables en principio en dinero. Ejemplo: lo referente al estado civil de las
personas.

D) Considerando la materia sobre la cual versa la acción, se habla de:

 Acciones civiles.

 Acciones penales.

Cada una de ellas tiene una finalidad propia.

E) Considerando el objeto o la naturaleza del bien al que acceden, tenemos acciones


muebles e inmuebles.

 Acciones muebles: Las acciones son muebles, cuando las cosas en que han de
ejercerse o que se deben son muebles.

 Acciones inmuebles: Son acciones inmuebles aquellas en que las cosas sobre que
han de ejercerse o que se deben son inmuebles.

F) Considerando si la acción puede o no subsistir por sí sola, las acciones pueden ser
principales o accesorias.

 Acciones principales: Son aquellas que pueden subsistir por sí solas una vez
ejercidas, la acción tiene vida propia.

 Acciones accesorias: Son aquellas que no pueden subsistir por sí solas, requieren
de otra acción principal para poder subsistir. Ejemplos: acciones cautelares,
acción reconvencional, la adhesión a la apelación, la acción prendaria, etc.

* Importancia de determinar la naturaleza de la acción:

a. Sirve para determinar el tribunal competente: La ley en muchos casos


precisamente establece reglas de competencia considerando la naturaleza de la
acción.

b. Sirve además para establecer el procedimiento aplicable al juicio: Vale decir la


rapidez del procedimiento.

168
c. Sirve para efectos probatorios del juicio: Es decir, sobre quién va a recaer el peso
de la prueba. Se establece la prueba que debe rendirse en el juicio y admitirse por
el tribunal, todo ello porque los hechos controvertidos del juicio tienen que ser
correspondientes con la naturaleza de la acción.

d. Sirve para determinar el contenido de fondo de la sentencia definitiva: Porque en


la decisión del asunto controvertido el tribunal debe estar de acuerdo con todas
las acciones deducidas en la demanda y en la contestación de ella (artículo 170,
nº 6, Código de Procedimiento Civil). La decisión debe contener todas las
acciones y excepciones que se hayan hecho valer en juicio.
* Acción y pretensión:

La Pretensión es el acto en cuya virtud se reclama ante un órgano judicial, y frente


a una persona distinta, la resolución de un conflicto entre esa persona y el autor de la
reclamación.
La confusión de ambos conceptos -de acción y pretensión- proviene de la
circunstancia de que normalmente en el proceso civil se ejercitan juntas.
La acción se satisface con la dictación de una sentencia en el proceso que se ha
originado por el ejercicio de la misma. Desde el punto de vista de la pretensión, ésta se
satisface en la medida que se dicte una sentencia que favorezca al actor (la sentencia
favorable se produce cuando hay concordancia entre la pretensión y el derecho.

Los elementos de la pretensión son los siguientes:

a) También en la pretensión tenemos la existencia de un sujeto activo, que es el actor


o demandante.

b) Existencia de un sujeto pasivo, que en la pretensión es el demandado (en la


acción es el Estado).

c) Existencia de un objeto, que es el beneficio jurídico que el demandante pretende


obtener (beneficio jurídico que se reclama). Esto responde a la pregunta qué es lo
que se pide con la demanda (ejemplo: reconocer mi calidad de dueño, de
heredero, etc.).
Este objeto no debe confundirse con el objeto físico, con la cosa material
pedida. Ejemplo: si se cobra una determinada suma de dinero, el objeto que se
persigue es que se reconozca el derecho personal de crédito, la titularidad de ese
derecho.

d) Existencia de una causa, que está establecida en la ley, en el artículo 177 inciso
final del Código de Procedimiento Civil, definida como el fundamento inmediato
del derecho deducido en juicio. Esto equivale al porqué se pide:

i. Si son derechos personales, esta causa va a ser el hecho jurídico que


engendra la obligación (el contrato, el cuasicontrato, etc.).

ii. Si son derechos reales, en este caso para determinar la causa hay que
analizar los modos de adquirir de los cuales nacen los derechos reales (la
ocupación, la accesión, la tradición, etc.).

169
* Ejercicio de la acción:

La acción depende exclusivamente de la voluntad del actor (es un derecho


potestativo), y esto significa que el actor puede deducir su demanda en el momento que
crea más oportuno, no tiene plazo. Si la acción estuviere prescrita igual se puede deducir
esa acción mientras la parte demandada no alegue la prescripción de la acción.
En nuestra legislación no se obliga al demandante a ejercitar una acción. Sin
embargo, hay casos de excepción en que se establece el ejercicio forzado de la acción,
bajo ciertas sanciones si no se hace.

- Requisitos al ejercicio de la acción:

Para que esta acción que se ejercita pueda prosperar es necesaria la


concurrencia de ciertos requisitos que pueden ser de fondo o forma.
Los requisitos de forma son aquellos que se requieren para que esta acción pueda
ser admitida a tramitación. Los requisitos de fondo dicen relación con la pretensión (lo que
se requiere es que la pretensión sea fundada para que prospere la acción, y el probar los
hechos en que se funda).

Los requisitos de fondo son:

 Que el actor tenga derecho a la acción. Quien ejercita la acción debe ser titular
de un derecho subjetivo material respecto del cual invoca la tutela jurídica.

 Que la protección judicial que persigue el actor se traduzca en un provecho


actual, material o moral. La contienda debe versar sobre aspectos concretos,
debe existir un derecho controvertido y no meras expectativas.

 Por último, es necesario que el actor tenga un interés. Si ese interés falta la
protección desaparece.

Los requisitos formales son los siguientes:

o Capacidad en el actor: La persona que acciona tiene que tener capacidad de


ejercicio, si no la posee tiene que actuar debidamente representado por su
representante legal.

o Capacidad en el demandado: También se requiere capacidad de ejercicio del


demandado actor, si no la tiene, la acción hay que dirigirla contra representante
legal.

o Cumplimiento de las formalidades legales: Estas formalidades están referidas a


ciertas exigencias que la ley hace al escrito de demanda (artículo 254, Código de
Procedimiento Civil). Si no se cumplen con estos requisitos, dependiendo de su
importancia, podría no ser admitida a tramitación mientras no se subsane el
requisito omitido.
Respecto de los requisitos no muy graves, la demanda será admitida a
tramitación, pero el demandado puede impugnarla por el vicio que adolece (por
eso hay que ser muy cuidadoso al redactar la demanda).

o La acción se debe ejercer ante el tribunal competente: Esto significa que la


demanda debe presentarse ante el tribunal que la ley señale, respetando tanto las
reglas de competencia absoluta como relativa.

170
La demanda podría ser presentada ante un tribunal relativamente
incompetente, por prórroga tácita (artículo 187, nº 1, Código Orgánico de
Tribunales).

- Medio a través del cual se ejercita la acción:

La acción debe realizarse a través de un vehículo, de una presentación que se


hace al tribunal: mediante la demanda.
La Demanda puede ser definida como el medio procesal para ejercitar la acción
civil. Jurídicamente es un acto procesal del demandante que se cumple por escrito, por
regla general, y en ese escrito el demandante hace valer sus pretensiones al tribunal. La
jurisprudencia ha dado un concepto de demanda, diciendo que es el medio legal para
hacer valer la acción, o también como el medio que tiene el demandante para hacer
deducir la acción, siendo esta la forma de hacer valer el derecho que se reclama.

- Oportunidad para ejercitar la acción y las excepciones:

El Código no establece la oportunidad que tiene el demandante para presentar la


demanda, de modo entonces que ella puede ejercitarse cuando el actor lo estime
conveniente.
Esta regla tiene algunas excepciones en la práctica, hay ciertos casos en que
debe ejercerse la acción y si así no se hace el actor pierde su derecho (se habla de
ejercicio forzado de la acción).
Las excepciones son las siguientes:

- El caso previsto en el artículo 21 del Código de Procedimiento Civil.


- El caso de la jactancia (artículo 269, Código de Procedimiento Civil).
- El caso de las medidas prejudiciales precautorias (artículo 280, Código de
Procedimiento Civil).
- Las reservas de acciones en el juicio ejecutivo (artículos 473 y 474, Código de
Procedimiento Civil).

1) Situación del artículo 21 del Código de Procedimiento Civil:

Este es un caso que se refiere a la situación que podría ocurrir cuando una acción
le corresponde a varias personas y de todas ellas sólo una la ejercita. En esta situación, el
demandado tiene un derecho, y éste consiste en que puede pedirle al tribunal que la
demanda sea puesta en conocimiento de las otras personas que no la ejercieron, esto
con el objeto de que eligiesen si se adhieren a ella o no.
Hay varias posibilidades respecto a las personas que no ejercieron la demanda:

- Que se adhieran a la demanda ya interpuesta, en cuyo caso pasan a ser parte del
juicio (asumen el rol procesal de demandante). Estas personas tienen que actuar a
través de un mismo mandatario o procurador común, es decir, deben actuar por
una sola cuerda.

- Que declaren que no se van a adherir a la demanda. La ley dice que caducará su
derecho; significa que pierden su acción (renuncian a la acción) y ya no podrán
demandar en el futuro.

- Que no expresen voluntad. Si las partes nada dicen, a ellos les afectará el
resultado del juicio. En este caso podrán comparecer en cualquier estado del
juicio, respetando lo obrado.

171
Este es una manifestación del principio de la economía procesal, se evita que un
mismo demandado se vea enfrentado a varios juicios. También se evita que el tribunal
dicte sentencias contradictorias.
Los requisitos para hacer valer el artículo 21 son los siguientes:

o Que se haya iniciado un juicio, que la demanda haya sido presentada y notificada
al demandado. El juicio se entiende iniciado cuando se notifica legalmente al
demandado.
o La acción interpuesta le corresponde a varias personas.
o De esas varias personas sólo una de ellas la haya ejercitado.
o Que el demandado pida al tribunal que la demanda se ponga en conocimiento
de las personas que no la dedujeron. Esta petición se entiende que tiene que
hacerla antes que conteste la demanda y dentro de los términos del
emplazamiento.

2) Caso de la Jactancia:

Constituye un ejercicio forzado de la acción. En términos jurídicos existe jactancia


cuando una persona manifiesta que le corresponde un derecho del cual no está
gozando, y esa declaración perjudica a otro.
El perjudicado puede obligar judicialmente a esta persona que dice tener el
derecho para que deduzca la demanda, y si no lo hace dentro del plazo que la ley
señala (diez días), también pierde su acción.

Art. 269, Código de Procedimiento Civil: “Cuando alguna persona manifieste


corresponderle un derecho de que no esté gozando, todo aquel a quien su
jactancia pueda afectar, podrá pedir que se la obligue a deducir demanda
dentro del plazo de diez días, bajo apercibimiento, si no lo hace, de no ser oída
después sobre aquel derecho. Este plazo podrá ampliarse por el tribunal hasta
treinta días, habiendo motivo fundado”.

3) Medidas prejudiciales precautorias:

Las medidas prejudiciales precautorias son aquellas que el demandante puede


solicitar al tribunal antes de presentar su demanda, con el objeto de asegurar el resultado
de la acción que pretende deducir.
Si el tribunal accede a esta petición de medida prejudicial precautoria el
solicitante deberá presentar su demanda en el término de diez días. Si no se deduce
oportunamente se considerará la demanda dolosa (se considerará doloso su
procedimiento).

Art. 280, Código de Procedimiento Civil: “Aceptada la solicitud a que se refiere el


artículo anterior, deberá el solicitante presentar su demanda en el término de diez
días y pedir que se mantengan las medidas decretadas. Este plazo podrá
ampliarse hasta treinta días por motivos fundados”.
“Si no se deduce demanda oportunamente, o no se pide en ella que
continúen en vigor las medidas precautorias decretadas, o al resolver sobre esta
petición el tribunal no mantiene dichas medidas, por este solo hecho quedará
responsable el que las haya solicitado de los perjuicios causados, considerándose
doloso su procedimiento”.

172
4) Reserva de acciones en el juicio ejecutivo:

En el juicio ejecutivo podría ocurrir que el demandado en este juicio, al deducir


oposición de la demanda, expresa que no tiene medios probatorios para acreditar sus
excepciones; para ello puede pedir reserva de su derecho para plantear sus excepciones
en un juicio ordinario posterior.
En este caso, tiene el demandado la obligación de deducir la contestación de la
demanda en un juicio posterior, en un plazo de quince días contados desde que se le
notifique la sentencia definitiva, y si no lo hace se procede a ejecutar la sentencia en un
juicio ejecutivo.

* La Pluralidad de Acciones (artículo 17, Código de Procedimiento Civil):

El Código en esta materia no utiliza adecuadamente la palabra acción, puesto


que más bien se refiere a “pluralidad de pretensiones” porque para dar curso a un
proceso (y al ejercicio de la jurisdicción) basta deducir sólo una acción.

Art. 17, Código de Procedimiento Civil: “En un mismo juicio podrán entablarse dos
o más acciones con tal que no sean incompatibles”.
“Sin embargo, podrán proponerse en una misma demanda dos o más
acciones incompatibles para que sean resueltas una como subsidiaria de otra”.

Esta es una manifestación más del principio de economía procesal, con el objeto
de disminuir pleitos y evitar así a las partes un desgaste innecesario.
Como señalamos anteriormente, hay que hacer presente que en realidad este
artículo 17 del Código de Procedimiento Civil se está refiriendo a la pluralidad de
pretensiones más que a la de acciones, ello porque la acción es una sola.
En este caso, en una misma demanda el demandante hace valer varias
pretensiones simultáneamente. Esto constituye una mera facultad para el demandante o
la parte que ejerce la acción (esto basado en un principio que señala que en derecho “la
facultad se opone a la obligación”).
El Código dice, en el artículo 17, que “en un mismo juicio podrán.....”, de manera
que es una facultad y por ello el demandante es libre y soberano de hacer valer esta
atribución.

- Casos en que se pueden deducir varias acciones:

a) Cuando las acciones son compatibles, es decir, que todas las pretensiones que se
hacen valer en una demanda sean compatibles entre sí, que estén sometidas a un
mismo procedimiento y además que sean todas de la misma competencia del
tribunal donde se deduce la demanda.
Que sean compatibles significa que ambas pretensiones pueden ser
acogidas simultáneamente por la sentencia que se dicte en el juicio, o sea, no hay
contradicción entre las pretensiones.
Ejemplos: puede solicitarse la demanda se resolución de un contrato de
compraventa, y además puede darse una segunda pretensión que puede ser la
indemnización de perjuicios (artículo 1479, Código Civil); otro ejemplo: en un juicio
de arrendamiento es muy común que en una demanda de desahucio se pida la
restitución del bien inmueble arrendado, y se pide además hacer valer otras
pretensiones: el pago de las rentas que se adeuden, el pago de las cuentas de
servicios (luz, agua potable, etc.).

173
b) Cuando las acciones son incompatibles. Podrán hacerse valer dos o más
pretensiones en una misma demanda que sean incompatibles, pero que sean
resueltas una en subsidio de la otra, y así tienen que alegarse o formularse. Si no se
hace valer una pretensión en subsidio de la otra, la demanda queda
incomprensible y el juez no puede acogerlas simultáneamente en la sentencia.
Ejemplo: no se puede pedir simultáneamente el cumplimiento de un
contrato y su resolución, sólo se pueden hacer valer una en subsidio de la otra.
El demandante verá cuál pretensión formula en forma principal (cuál se
resuelva primero).

Hay otros casos en un mismo proceso en que es posible que se reúnan varias
acciones pero ya no en una misma demanda. Esto va a ocurrir fundamentalmente en dos
casos:

o El primer caso tiene lugar si estamos en presencia de la acumulación de autos o


acumulación de procesos (artículos 92 y siguientes, Código de Procedimiento
Civil). Esto significa que en un mismo proceso se reúnen o juntan dos o más
expedientes que se tramitan separadamente, ya sea ante un mismo tribunal o
ante tribunales distintos, y que materialmente se juntan en uno solo, en los casos
que la ley indica.

En este caso se acumulan acciones, porque cada proceso son


derivaciones de las acciones.
Esta acumulación de autos se debe al principio de economía procesal, que
trata de evitar gastos excesivos a los litigantes y se pretende evitar que se dicten
sentencias contradictorias.

o El segundo caso sería cuando en que en un juicio que está en tramitación el


demandado deduzca reconvención. En un juicio el demandado puede tener una
acción que puede hacer valer en contra de su demandante, independiente de la
acción del demandante. En este caso, también por el principio de economía
procesal, la ley le permite a ese demandado hacer valer la pretensión en el mismo
juicio ya iniciado (puede interponer una acción reconvencionada).
La Reconvención es la demanda que deduce el demandado en contra de
su demandante dentro del mismo juicio ya iniciado por el demandante. Esta
reconvención es una manifestación del principio de la extensión o alcance.

3.- La Demanda:

La importancia de la demanda es que es el medio procesal para hacer valer la


acción. De eso se derivan una serie de consecuencias: esta demanda es el medio que
existe para que los tribunales puedan ejercer la jurisdicción en materia civil.
La demanda constituye un acto procesal, una actuación que hay que practicar, y
por la importancia de ella la ley la reglamenta minuciosamente, por lo tanto, la demanda
tiene que cumplir con una serie de formalidades y cuya omisión trae algunas
consecuencias (esto va a depender de la gravedad de la situación). El demandante
tiene que ser cuidadoso al redactar la demanda.

* Requisitos o formalidades de la demanda:

En cuanto a los requisitos o formalidades que debe cumplir la demanda, la ley


establece varios requisitos de distinta naturaleza:

174
- En primer lugar hay requisitos generales, que se exigen no sólo a la demanda sino
que a todo escrito.

- En segundo lugar hay requisitos específicos o especiales, propios del escrito de


demanda (artículo 254, Código de Procedimiento Civil).

- Por último, existe un tercer grupo de requisitos que se exigen por las leyes
procesales, distintas a las del artículo 254 del Código de Procedimiento Civil.

1. Dentro del primer grupo de requisitos generales o comunes a todo escrito:

• Toda demanda se encabeza con lo que se una “suma”, que es una especie
de resumen de la demanda, en que se indica en forma sucinta todas las
pretensiones que se formulan en el escrito de la demanda. Dicho de otro
modo, la demanda se encabezará con una suma que indica su contenido o el
trámite de que se trata (artículo 30, Código de Procedimiento Civil).

• La demanda se debe hacer en papel simple. Antiguamente la demanda se


escribía en “papel sellado” (de acuerdo con la ley de timbres y estampillas).

• Todo escrito, y por ende toda demanda, tiene que ser firmado (aunque la ley
no lo exija expresamente).

• La demanda hay que presentarla con todas las copias necesarias para
notificar a las partes.

2. Por otro lado, existe un segundo grupo de requisitos específicos o especiales que
se contemplan en el artículo 254 del Código de Procedimiento Civil.

3. Finalmente, existe un tercer grupo de requisitos exigidos por otras leyes procesales.
Ejemplo: los requisitos que exige la ley 18.120 que debe cumplir no sólo la
demanda sino que todo primer escrito que realizan las partes (porque la demanda
puede no ser el primer escrito) y que señala que tiene que cumplir con el llamado
“patrocinio y poder” (quién va a ser el abogado que va a patrocinar o defender
los derechos en el juicio).

Cualquier defecto de la demanda autoriza a la parte contraria para que presente


una excepción dilatoria (excepciones de procedimiento), si no cumple con los requisitos
del artículo 254 del Código de Procedimiento Civil.

* Notificación legal de la demanda y emplazamiento:

Siempre que se presenta un escrito a un tribunal competente, ese tribunal debe


resolver ese escrito o, dicho de otra forma, debe “proveerlo” para darle curso al proceso.
Esta demanda hay que ponerla en conocimiento del demandado en forma
oficial, tiene que ser notificado judicialmente, porque el demandado tiene que tomar
conocimiento de la situación mediante una forma que la ley autorice (artículo 38, Código
de Procedimiento Civil). Lo normal es que se haga personalmente y se entregue una
copia al demandado (artículo 40, Código de Procedimiento Civil).
Con esta notificación o comunicación se produce lo que se denomina el
“emplazamiento”, que es un trámite muy importante o esencial en todo juicio; todo
demandado tiene que estar siempre emplazado. Sin emplazamiento no hay juicio, porque
el demandado no va a tener oportunidad de defenderse en el juicio.

175
La ley establece para estos efectos un plazo que es variable y adecuado o
prudente. La duración es variable para contestar la demanda, depende del juicio de que
se trate.

El emplazamiento de un juicio está constituido por dos elementos esenciales. Estos


son los siguientes:

- La notificación legal de la demanda al demandado.

- Debe transcurrir íntegramente el plazo que la ley le da al demandado para


defenderse (para contestar la demanda).

Cualquiera de estos elementos que falle o incumpla quiere decir que no hay
emplazamiento en ese juicio y todas las actuaciones posteriores que puedan hacerse en
ese juicio serán nulas, porque falla el elemento esencial referido a que no se le permite al
demandado que se defienda. Tanto es así que el juez le permite al demandado retirar la
demandada no notificada.

* Efectos de la notificación de la demanda:

Esta notificación de la demanda produce efectos muy importantes que antes de


realizarse no las producía (no pasaba absolutamente nada).
Los efectos de la notificación de la demanda son de dos tipos:

 Efectos netamente procesales.


 Efectos civiles

1) Efectos netamente procesales:

Una vez que la demanda ha sido notificada legalmente se generan efectos o


consecuencias tanto respecto de las partes como respecto del tribunal.

a) Efectos en relación al tribunal:

- El tribunal no puede desentenderse de esa demanda. Esto significa que el juez está
obligado a tramitar ese proceso y debe proveer todos los futuros escritos que se le
presenten y además, más importante aún, queda obligado a fallarlo (a dictar
sentencia definitiva). Esta es una derivación del principio de inexcusabilidad de los
tribunales.

- Partiendo de la base que el juez es competente y que se cumplen los requisitos


formales de la demanda, el tribunal tiene que admitirla a tramitación, salvo que
sea incompetente (situación que puede declararse en ese momento o
posteriormente).

b) Efectos en relación a las partes:

— Efectos respecto al demandante:

- El demandante una vez que se notifica la demanda ya no la puede retirar. Lo


único que cabría es que se desista, lo cual no deja de ser trascendente porque si
se desiste pierde la acción (artículo 148, Código de Procedimiento Civil).

176
- Este demandante queda obligado a acatar la sentencia que se dicte en ese
juicio, también como consecuencia de la notificación.

- Por último, ese demandante no puede iniciar un nuevo juicio fundado en el mismo
motivo que planteó en su demanda primitiva, en contra de su mismo demandado,
ante un nuevo o el mismo tribunal, porque ya hay juicio, el asunto ya está
sometido a un juez.

— Efectos respecto al demandado:

- Al demandado, la notificación de la demanda, le genera lo que se denomina una


“carga procesal” en su contra (obligación con respecto al demandado). Esto
consiste a que el demandado está obligado a contestar la demanda
(defenderse); esto no es una obligación propiamente porque él verá si ejerce o no
ese derecho (el demandado verá si ejercita o no ese derecho).
El legislador establece o determina oportunidades para los litigantes, pero
no los obliga a las partes, ellas son libres para hacer valer los derechos que la ley
establece.
Si el demandado no se defiende, habiéndole dado la oportunidad para
hacerlo, esto generará importantes consecuencias negativas en su contra. Esto, sin
embargo, no significará que tenga el juicio perdido y que el demandante se
considere vencedor; el juicio igual tiene que cumplirse completo y ese
demandado en cualquier estado del juicio podría comparecer, pero ya no puede
contestar la demanda y eso le puede repercutir en la sentencia.
Si el demandado no contesta la demanda vencido el plazo, el juicio sigue
adelante, y se entenderá que se hizo el trámite (se entenderá contestada la
demanda).

- El demandado también queda obligado, comparezca o no, a acatar el fallo.

2) Efectos de naturaleza civil:

Existen también efectos civiles que se derivan de la notificación legal de la


demanda. Así, por ejemplo:

o Se interrumpe la prescripción (artículos 2503 y 2518, Código Civil).


o El deudor queda constituido en mora (artículo 1551, nº 3, Código Civil).
o Se transforman en litigiosos los derechos para los efectos de sucesión (artículo 1911,
inciso 2º, Código Civil).

* Responsabilidades del demandante al deducir la demanda:

El demandante puede interponer demandas infundadas, pero de hacerlo queda


expuesto a eventuales responsabilidades.
Las responsabilidades pueden ser de distinta naturaleza:

a) Responsabilidad civil: En virtud de esta responsabilidad civil el demandante tiene


que responder o debe indemnizar los perjuicios ocasionados producto de su
demanda infundada al demandado.
Por ejemplo, cuando se pide una medida prejudicial precautoria el
demandante está obligado posteriormente a ejercer la acción que corresponde
dentro de un plazo y si no lo hace su procedimiento se considera doloso, de mala
fe y se debe indemnizar (artículo 298, Código de Procedimiento Civil).

177
b) Responsabilidad penal: El demandante que irresponsablemente interpone una
demanda podría incurrir en responsabilidad penal, esa demanda podría dar
origen a un delito. Ejemplo: injurias en la demanda, por ello hay que medir las
palabras que se utilicen en la redacción de la demanda (artículo 426, Código
Penal).

c) Responsabilidad procesal: Significa que el demandante tiene que tener la


convicción de que realmente va a ver prosperar sus pretensiones en la sentencia.
El demandante tiene que se estudioso antes de interponer la demanda, porque los
juicios se pueden ganar o perder. Si el demandante pierde el juicio tiene que
pagar las costas a la otra parte.
En general las costas son los gastos que demanda la tramitación de un
juicio.
Si el demandante es vencido totalmente en el juicio está obligado a pagar
las costas de la parte contraria (los gastos de la parte contraria).
Esta situación es válida tanto para las demandas como para los incidentes
que se promuevan en el juicio (se deben pagar las costas de la demanda
infundada como de los incidentes).

* Actitudes del demandado después de notificada la demanda:

Una vez notificada la demanda legalmente, el demandado podría principalmente


asumir las siguientes actitudes:

o Podría contestar la demanda.


o Podría no hacer nada.
o Podría aceptar la demanda, es decir, allanarse a ella.
o Podría contestar la demanda y además deducir, en ese mismo acto,
reconvención.

Lo normal va a ser lo primero, vale decir, que conteste la demanda y se defienda,


y donde el demandado hará valer todas sus excepciones y defensas que estime
pertinentes.

* Extinción de la acción:

La extinción de la acción se refiere al término de la misma después que ésta ha


sido ejercitada. Puede haber varios motivos por los cuales se extingue:

- Se dice que la única forma de extinguir la acción es la renuncia del interesado o


titular de la acción. Esta es la opinión mayoritaria.

- La acción una vez que ha sido deducida también se puede extinguir por la
dictación de la sentencia.

- También se menciona como causal de extinción a la prescripción.

- El desistimiento, que opera una vez que el juicio se ha iniciado (artículo 148,
Código de Procedimiento Civil). También por avenimiento, transacción y
conciliación.

178
4.- La Excepción:

En su más amplio significado, es todo medio de defensa que utiliza el demandado


en contra del demandante para oponerse a sus pretensiones deducidas en la demanda.
La excepción es la potestad que tiene el demandado para oponerse a la acción
del actor. Desde este punto de vista, las excepciones equivalen a la reacción del
demandado.

* Clasificación de las excepciones:

Nuestra ley procesal hace algunas distinciones en materia de excepciones y hace


una clasificación de ellas. De este modo, el demandado frente a la demanda puede
defenderse de distintas maneras:

o Simples alegaciones o defensas.


o Excepciones Dilatorias.
o Excepciones Perentorias.

a. La simple alegación o defensa consiste en la actitud del demandado cuando


niega los hechos de la demanda. Esta es una actitud ante la cual el demandante
tiene que acreditar sus pretensiones.
Cuando se deducen excepciones, significa que en el proceso se alegan
hechos nuevos que tienen por objeto desconocer el ejercicio de la acción y aquí
es el demandado quien debe probar los hechos de la excepción.

b. Las excepciones dilatorias son las alegaciones que formula el demandado, cuya
finalidad es corregir vicios de procedimiento sin afectar el fondo de la acción
deducida y con ello se paraliza el juicio hasta que se corrija el defecto. Por
ejemplo: cualquier defecto formal de la demanda (artículo 303, Código de
Procedimiento Civil).
Cuando el demandado ejercer esta acción no entra a contestar la
demanda, puesto que tiene un vicio.

c. Las excepciones perentorias son las alegaciones del demandado que dicen
relación con el fondo de lo discutido (miran el fondo del asunto) y persigue la
extinción de la acción. Ejemplo: el demandado alega la prescripción, el pago de
la deuda, etc.
El demandado debe oponer esta excepción en el escrito de contestación
de la demanda (artículo 309, nº 3, Código de Procedimiento Civil). Si se oponen
con posterioridad a la contestación de la demanda, el tribunal no debe
considerarlas por oponerse extemporáneamente.
Cuando los autores se refieren a las excepciones perentorias, hacen la
distinción entre las perentorias propiamente tales y las que constituyen simples
defensas.
Nuestro Código de Procedimiento Civil no distingue a la excepción de la
defensa, para él son conceptos sinónimos. Ejemplo: artículo 309 que establece los
requisitos de contestación de la demanda y de ellas debe contener las
excepciones que se oponen a la demanda y la exposición clara de los hechos y
fundamentos de derecho en que se apoyan (artículo 309, nº 3, Código de
Procedimiento Civil); en términos amplios comprende excepciones perentorias
como a las simples defensas.

179
* Resolución de las excepciones:

Para determinar la resolución de las excepciones, debemos distinguir si se trata de


simples defensas, excepciones perentorias y excepciones dilatorias.

- Las excepciones perentorias, lo mismo que las defensas que puede presentar el
demandado, forman parte de la controversia. La controversia se determina, desde
el punto de vista procesal, por las pretensiones del demandante y las excepciones
que haga valer el demandado en su contestación. Esto es lo que tiene que
resolver el juez en la sentencia (debe resolver todas las acciones y todas las
excepciones).
Las excepciones perentorias y las defensas el juez debe resolverlas en la
sentencia definitiva.

- Las excepciones dilatorias no se resuelven en la sentencia, sino que se resuelven


previamente, puesto que puede suspender o paralizar el juicio. Se tiene que fallar
antes que la acción principal, porque hay un vicio por resolver y por ello se debe
fallar aparte de la sentencia principal.
Estas excepciones dilatorias son de previo y especial pronunciamiento.
Dependiendo de la magnitud del vicio hay algunas que no se pueden corregir y
otras que son subsanables.

5.- El Juicio:

El juicio no es lo mismo que el proceso.


El Proceso es el medio para solucionar los conflictos jurídicos, compuestos por
varios actos procesales unidos entre sí (demanda, sentencia, etc.). Todos estos actos se
tienen que desarrollar de una cierta manera, lo que constituye el procedimiento
ordenado por la ley y que será la forma en que se desarrolle el proceso.
El juicio es otro concepto: es el contenido del proceso y, en consecuencia, este
juicio está dado por el litigio o controversia jurídica entre las partes desde el momento en
que se somete al conocimiento del tribunal.

* Elementos del juicio:

En relación a los elementos del juicio hay que distinguir entre requisitos de
existencia y requisitos de validez:

a) Requisitos de Existencia:

- La existencia de una controversia de orden jurídico.

- Es necesario que la controversia sea actual: la controversia tiene que referirse a


situaciones concretas en que exista un derecho comprometido y no a meras
expectativas o situaciones teóricas o abstractas.

- La existencia de partes que hagan valer intereses contrapuestos.

- La existencia del tribunal, que es el órgano llamado por la ley para conocer de la
contienda. No interesa la naturaleza del tribunal.

180
b) Requisitos de Validez: son ciertas condiciones para que el juicio pueda permanecer
en el tiempo hasta que se resuelva:

- La competencia del tribunal llamado a resolver la contienda; el tribunal llamado a


conocer de ese juicio debe ser competente al menos tendrá que ser
absolutamente competente, es decir, que tenga facultades para conocer ese
juicio considerando la materia del asunto, el fuero de las partes y la cuantía.

- La capacidad de las partes; las partes litigantes deben ser capaces y esta
capacidad está referida a la capacidad de ejercicio. Las partes tienen que ser
capaces de comparecer ante los tribunales personalmente o a través de un
mandatario judicial. Si la parte no tiene esta capacidad de ejercicio tendrá que
actuar a través de su representante legal.
El demandante también tiene que tener especial cuidado que su
representante sea capaz y de dirigir la demanda contra alguien con capacidad
de ejercicio, de lo contrario será todo nulo en ese juicio.

- La observancia o cumplimiento de las formalidades legales para la realización de


los distintos actos de procedimiento que conforman el proceso. Esto está referido a
los actos de procedimiento, requisitos que deben cumplirse en todo proceso, a
todas las diligencias que son esenciales.
El proceso puede presentar defectos más o menos graves, las consecuencias
jurídicas serán distintas según las diligencias que se transgredan.
Si esto no es así la parte perjudicada o afectada tiene derecho a reclamar de
estos vicios por nulidad procesal y por excepción dilatoria.

* La Relación Procesal:

La relación procesal se genera como consecuencia del juicio. Desde el momento


que la demanda es notificada legalmente al demandado se producen ciertas relaciones
jurídicas dentro del proceso.
El demandante y el demandado, como partes, desde este momento quedan
ligados entre sí en el proceso, independientemente que el demandado comparezca o no
al juicio (el demandado no se puede desentender de la demanda), y además existe un
vínculo entre estas dos partes con el tribunal.

La relación procesal es el vínculo jurídico que nace en el proceso, con la


notificación legal de la demanda, y que une a las partes entre sí y a éstos con el tribunal.

Esto supone que ha existido una demanda presentada ante un tribunal


competente y ha sido legalmente notificada al demandado (antes de ello no hay juicio,
habría sólo un proceso iniciado).

6.- Exteriorización del Proceso: el expediente:

El proceso, como realidad que es, se exterioriza en lo que se denomina


“expediente”. Allí se deja constancia de todos los escritos que presenten las partes, todas
las actuaciones judiciales de cualquier tipo y todos los documentos que se presenten o
verifiquen en el juicio (artículo 29, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).

Art. 29, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Se formará el proceso con los
escritos, documentos y actuaciones de toda especie que se presenten o verifiquen
en el juicio”.

181
Además, ninguno de estos elementos materiales del proceso se pueden retirar del
expediente sin la autorización del juez (artículo 29, inciso 2º, Código de Procedimiento
Civil).

Art. 29, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil: “Ninguna pieza del proceso podrá
retirarse sin que previamente lo decrete el tribunal que conoce de la causa”.
Hablar del EXPEDIENTE es referirse al aspecto material del proceso. Es menester que
la idea de proceso se materialice, se concrete. El proceso se forma con los escritos,
documentos y actuaciones de toda especie que se presenten o verifiquen en el juicio
(artículo 29, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).
Aquí el legislador utiliza tres palabras distintas: escritos, documentos y actuaciones
(estos conceptos no son idénticos):

A) Los escritos:

Los escritos en general se pueden definir como toda presentación o solicitud que
formulan las partes o terceros, de carácter formal, y mediante la cual se hacen valer las
pretensiones de los litigantes.
El escrito es sinónimo de solicitud. Estos escritos tienen que ser formales, y en esta
materia la ley distingue dos tipos de formalidades:

 Formalidades comunes o de carácter general.


 Formalidades especiales, propias de cada escrito en particular.

Esta es una distinción muy importante porque las formalidades generales deben
cumplirse siempre, en cambio, las formalidades especiales están establecidas para ciertos
escritos, no para todos. Ejemplos:

- El artículo 254 del Código de Procedimiento Civil establece requisitos especiales


para el escrito de demanda.
- Tratándose del escrito de contestación de la demanda, se debe cumplir con los
requisitos del artículo 309 del Código de Procedimiento Civil.
- El escrito de apelación debe contener los requisitos contenidos en los artículos 189
y 190, inciso 1º, del Código de Procedimiento Civil.

Dentro de los requisitos generales, la ley establece varias formalidades que siempre
deben cumplir los escritos:

a) Los escritos, actualmente, se presentan al tribunal en papel simple (artículo 31,


inciso 1º, parte inicial, Código de Procedimiento Civil). Antiguamente se
presentaba en “papel sellado” como lo indicaba el artículo 80 del DL 3.475 de
1980, conocido como ley de timbres y estampillas.

b) Todo escrito se debe encabezar con lo que se denomina una “suma”. Esta suma
indica resumidamente el trámite de que se trata o bien su contenido. En otras
palabras es el encabezamiento sobre lo que se tratará el escrito (artículo 30, parte
final, Código de Procedimiento Civil).

c) Los escritos se presentan al tribunal por conducto del secretario (esa es la forma de
presentarla físicamente al tribunal). No se presentan directamente al juez, sino que
se debe dirigir a la secretaría del respectivo tribunal (artículo 30, parte inicial,
Código de Procedimiento Civil).

182
d) Cada escrito se deben acompañar tantas copias según sea la cantidad de partes
que hay que notificar la resolución de ese escrito (artículo 31, inciso 1º, Código de
Procedimiento Civil).
Estas copias tienen que ser concordantes con el escrito mismo; no puede
haber diferencias entre la copia y el escrito, incluso la ley establece la obligación
del secretario de confrontar las copias con el escrito.
El artículo 31, inciso 2º, establece algunos casos de excepción respecto de
algunos escritos donde no es necesario entregar copia, estos son escritos que
inciden en aspectos de mero trámite en el juicio. Ejemplos: los escritos que tengan
por objeto personarse en el juicio, acusar rebeldías, pedir apremios, prórroga de
términos, señalamiento de vistas, etc.
Esta formalidad de dejar copias es muy importante porque la ley establece
una sanción si no se cumple con esta obligación. Si no se entregan copias del
escrito o si son disconformes substancialmente entre aquellas y el escrito original,
no le correrá plazo a la parte contraria y el tribunal debe imponer una multa al
litigante que incumpla con esta obligación (artículo 31, inciso 3º, Código de
Procedimiento Civil), y sin perjuicio de lo anterior, el tribunal tiene que ordenar que
estas copias se acompañen dentro del tercer día, bajo apercibimiento de tenerse
por no presentado ese escrito (artículo 31, inciso 4º, Código de Procedimiento
Civil).

e) Los escritos tienen que ser firmados por la parte o por el apoderado, según
corresponda. Además el primer escrito tiene que ser firmado por el abogado
patrocinante. Este es un requisito importante, no obstante aquello la ley no lo
señala expresamente.

B) Los documentos:

Hay diferencias entre un escrito y un documento. Un escrito también es un


documento, pero la ley se está refiriendo a todos aquellos documentos o instrumentos
desde el punto de vista del medio probatorio que se acompaña al juicio para probar un
hecho. El documento es considerado como un medio de prueba.
Un escrito es sinónimo de solicitud de parte, el documento está tomado como
medio probatorio para comprobar un hecho controvertido en el proceso. Ejemplos: una
escritura pública, una partida de defunción, una carta, etc.

C) Las actuaciones de toda especie:

Estas actuaciones corresponden a las distintas diligencias que se vayan verificando


en el proceso. Son los distintos actos procesales que van conformando el expediente.
Ejemplos: la realización de un comparendo en una audiencia, la declaración de un
testigo, la diligencia de una confesión de parte, una notificación, etc. En todos estos casos
hay que dejar constancia por escrito y se incorporan materialmente al proceso (van
formando parte del expediente).

Todos estos escritos, documentos y actuaciones se deben ordenar


cronológicamente a medida que se van produciendo. El proceso en este sentido es muy
ordenado.

* ¿Cómo se presentan los escritos?: Todo escrito se presenta siempre por conducto del
secretario del tribunal que corresponda (del tribunal competente que está conociendo
de la causa); salvo el primer escrito que se presenta en aquellas comunas en que hay
varios tribunales con la misma competencia, en cuyo caso se presentará, si hay Corte de

183
Apelaciones, ante el secretario de dicho tribunal, y si no hay Corte de Apelaciones el
escrito se dirigirá al juzgado de turno.
El secretario recibirá el escrito con las copias que se acompañen y debe proceder
de inmediato a poner en cada foja del escrito su media firma o un sello autorizado del
tribunal (que se conoce como “cargo”). Esto va en el escrito y en las copias (artículo 32,
primera parte, Código de Procedimiento Civil).
Este sello tiene mucha importancia porque ahí va la fecha, que es fundamental en
todo escrito porque indica la fecha de presentación (esa es la fecha que tiene validez).
La ley dice también que el secretario debe dar recibo de los documentos que se le
entreguen; esto constituye una obligación en la medida que la parte lo exija
(normalmente no se exige) (artículo 32, parte final, Código de Procedimiento Civil).

Art. 32, Código de Procedimiento Civil: “Entregado un escrito al secretario, deberá


éste en el mismo día estampar en cada foja la fecha y su media firma, o un sello
autorizado por la respectiva Corte de Apelaciones y que designe la oficina y la
fecha de la presentación. Deberá, además, dar recibo de los documentos que se
le entreguen, siempre que lo exija la parte que los presenta, sin que pueda cobrar
derecho alguno por los servicios a que este artículo se refiere”.

El secretario una vez que tiene el escrito en su poder debe presentarlo al juez para
su despacho, para que el juez resuelva ese escrito. Este despacho la ley dice que puede
ser el mismo día que se entregue el escrito o el día siguiente hábil a la entrega,
normalmente es esto último, a no ser que la parte solicite que se resuelva inmediatamente
en casos urgentes aún después de la hora (artículo 33, inciso 1º, Código de Procedimiento
Civil).

Art. 33, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Todo escrito será presentado por
el secretario al tribunal para su despacho el mismo día en que se le entregue o al
día siguiente hábil si la entrega se hace después de la hora designada al efecto.
En casos urgentes podrá el interesado recabar el despacho inmediato aun
después de la hora designada”.

* La división del proceso o del expediente:

Desde el punto de vista material, el proceso en principio forma una sola unidad (un
solo tomo), eso es lo normal. En casos excepcionales, sin embargo, se permite dividir un
expediente, y esto se puede deber fundamentalmente por dos razones:

- Por la cantidad de actuaciones que lo componen.


- Por la calidad de esas actuaciones, o por contenido de las actuaciones.

a) División del expediente en razón de la cantidad o volumen de las actuaciones:


Cuando un expediente se divide por la cantidad de actuaciones se habla de
“tomos”, y, en consecuencia, el expediente puede estar formado por uno o varios
tomos; esto por razones de manejo. Esto lo fija y ordena el juez.

b) División del expediente en razón de la calidad de la materia o contenido de las


actuaciones: Esta división da origen a los “cuadernos” o ramos. No es lo mismo,
entonces, que se hable de un tomo que de un cuaderno.
Esto ocurre fundamentalmente porque en un proceso se puede discutir
distintas cuestiones o incidentes. En un juicio se pueden formular incidentes, y éstos
se tramitan en cuadernos separados en el mismo proceso (porque el incidente es
un “juicio pequeño” y se tramita aparte para no entorpecer el proceso principal).

184
En otros casos es la ley la que ordena que se formen estos cuadernos, como
ocurre por ejemplo en el juicio ejecutivo, en donde hay un cuaderno principal
(donde va la controversia) y un cuaderno de apremio (donde va todo lo relativo a
los apremios).

Todas las piezas del proceso (escritos, documentos y actuaciones) se tienen que
agregar cronológicamente y en forma sucesiva al proceso, según el orden que se vayan
produciendo o verificando las actuaciones, y aquí también el secretario tiene la
obligación de ir enumerando cada foja del expediente, con letras y con números. Esto es
lo que se denomina “foliación del expediente”.
Hay algunos casos en que no resulta posible agregar materialmente al proceso
algunas piezas (ejemplos: un libro de contabilidad grande), en esos caso, estos
antecedentes van a quedar fuera del expediente dejándose la debida constancia
(artículo 34, Código de Procedimiento Civil).

Art. 34, Código de Procedimiento Civil: “Todas las piezas que deben formar el
proceso, en conformidad al artículo 29, se irán agregando sucesivamente según el
orden de su presentación. Al tiempo de agregarlas, el secretario numerará cada
foja en cifras y en letras. Se exceptúan las piezas que, por su naturaleza, no
puedan agregarse o que por motivos fundados se manden reservar fuera del
proceso”.

En otros casos las partes pueden pedir por motivos fundados que un determinado
antecedente se mantenga fuera del proceso, esto es lo que se denomina “mantener en
custodia una determinada pieza del proceso”. Ejemplo: junto con una demanda
ejecutiva se pueden acompañar documentos mercantiles (cheques, letras de cambio,
etc.); por razones de seguridad es conveniente pedir la custodia de estos documentos por
parte del secretario, dejando la debida constancia (artículo 34, parte final, Código de
Procedimiento Civil).

Cuando se va formando un expediente se habla también de “documentación” o


“incorporación” de alguna determinada pieza del proceso. Esto dependiendo de la
naturaleza de la actuación o pieza:

o En el caso de las actuaciones orales o verbales, debe documentarse, debe


efectuarse su transcripción por escrito; aquí hablamos de documentación de la
actuación.. Ejemplo: la declaración de un testigo, debe documentarse porque los
testigos declaran de viva voz.

o Por el contrario, si la actuación es escrita (que es lo normal), se habla de


incorporación, basta con agregarlo al proceso. Ejemplo: el escrito de demanda.

* Mantención y consulta del expediente:

La ley dice que el proceso se mantendrá en la oficina de la secretaría del tribunal,


bajo custodia y responsabilidad del secretario del tribunal (artículo 36, Código de
Procedimiento Civil; artículo 380, nº 4, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 36, Código de Procedimiento Civil: “El proceso se mantendrá en la oficina del
secretario bajo su custodia y responsabilidad. Los autos no podrán retirarse de la
secretaría sino por las personas y en los casos expresamente contemplados en la
ley. Corresponderá al secretario velar por el estricto cumplimiento de lo
establecido en el artículo 393 del Código Orgánico de Tribunales”.

185
Art. 380, nº 4, Código Orgánico de Tribunales: “Es función de los secretarios guardar
con el conveniente arreglo los procesos y demás papeles de su oficina,
sujetándose a las órdenes e instrucciones que la Corte o juzgado respectivo les
diere sobre el particular”.

En relación con esto, las partes, y en general cualquier persona, tienen derecho a
examinar los expedientes e imponerse de las actuaciones judiciales. Esto se debe al
principio de publicidad de los tribunales chilenos.
Las actuaciones de los tribunales son públicas por lo que, en principio, no hay
inconveniente en conocer los expedientes. Sin embargo, es evidente que no está
permitido retirar los expedientes del juzgado, salvo excepciones que la ley contempla de
funcionarios que pueden retirar el expediente (artículo 37, Código de Procedimiento Civil).

En el caso que los propios litigantes o un tercero necesite retirar o recuperar algún
documento que haya sido agregado materialmente al proceso, esto va a depender de la
naturaleza del documento; por ejemplo: un pasaporte, un carnet de identidad.
La ley permite retirar ciertos documentos (exclusivamente referido a los
documentos), y para este efecto el interesado tiene que presentar una solicitud al juez, en
virtud de la cual solicita la devolución de ese documento; y no basta que lo pida, sino que
el tribunal además tiene que acceder al hecho (el juez tiene que resolver
favorablemente).
¿Cómo se procede en este caso?. Una vez que se ha ordenado la devolución, la
parte interesada o el tercero debe proceder a lo que se llama “el desglose de los
documentos” (esto está contemplado en el artículo 29, inciso 2º en relación con el artículo
35 del Código de Procedimiento Civil).

Art. 29, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil: “Ninguna pieza del proceso podrá
retirarse sin que previamente lo decrete el tribunal que conoce de la causa”.

Art. 35, Código de Procedimiento Civil: “Siempre que se desglosen una o más fojas
del proceso, deberá colocarse en su lugar una nueva foja con la indicación del
decreto que ordenó el desglose y del número y naturaleza de las piezas
desglosadas. No se alterará, sin embargo, la numeración de las piezas que queden
en el proceso, y se conservará también la de las que se hayan separado en el
nuevo expediente de que pasen a formar parte, agregándose la que en éste les
corresponda”.

El Desglose es el reemplazo del documento incorporado al proceso por una foja


que indique que reemplaza a ese documento que ha sido retirado y se indica la
resolución del juez que mandó retirarlo, y con ello se permite que continúe la unidad del
proceso.
La ley dice que no se debe alterar la foliación del proceso (artículo 35, Código de
Procedimiento Civil).

7.- Los Principios Formativos del Proceso:

Son ciertas ideas o conceptos de carácter fundamental que le dan forma a un


determinado sistema, considerando la finalidad del proceso.
Estos principios no tienen una consideración expresa en el ordenamiento jurídico,
sin embargo se deducen de la propia ley. Lo que ocurre es que nuestra legislación
procesal se ha inspirado en algunos principios que le dan la característica propia al
derecho chileno. Su valor no es sólo teórico, pues las repercusiones practicas de los
principios puede manifestarse en diversos campos.

186
Estos principios normalmente se estudian por parejas, ya que habitualmente un
principio se opone a otro; se presentan por medio de dos conceptos contradictorios,
mediante un binomio. Ejemplo: la oralidad se contrapone a la escrituración.
En la doctrina tampoco hay conceptos unánimes de estos principios.

1) Principio de oralidad y de escritura:

El Principio de Oralidad se refiere a que en el proceso predominan las actuaciones


verbales o de viva voz, tanto en las actuaciones de las partes como a las pruebas que se
puedan rendir.
El Principio de la Escritura es aquel que predominan en el proceso las actuaciones
documentadas, tanto en las alegaciones de las partes como en las pruebas que se
puedan formular. En otros términos, se estará frente al principio de la escrituración cuando
la forma literal constituya el medio normal de comunicación entre las partes y el juez.

Es importante destacar que en un proceso nunca las actuaciones van a ser cien
por ciento escrito u oral.
En doctrina estos principios presentan importantes ventajas e inconvenientes. Por
ejemplo, el sistema oral da una marcha más acelerada al proceso y evita así el retardo
(es más rápido); por otro lado, el principio de la escrituración presenta la ventaja de la
seguridad en el proceso.
En Chile hay manifestaciones de ambos principios con una clara diferencia entre
materia civil y penal.

- En materia civil se mantiene el principio de la escrituración (ejemplo:


procedimiento ordinario de mayor cuantía), con la sola excepción del juicio
sumario, en que incluso se permite que la demanda pueda presentarse oralmente,
aunque se permite que las partes presenten minutas escritas (artículo 680, Código
de Procedimiento Civil).

- En materia penal, en el nuevo procedimiento penal predomina el principio de la


oralidad, el cual deriva de otros dos principios que son los de inmediación y de
concentración (principios connaturales al de la oralidad).

2) Principio de mediación y de inmediación:

Está referido a la vinculación que tiene el juez con los distintos actores que tiene un
proceso, si es directo o indirecto.
La Inmediación es el principio es el principio en virtud del cual se pretende
asegurar que el juez o tribunal esté en una íntima relación personal con los sujetos del
proceso, lo que significa que el juez recibe directamente, sin intermediarios, los actos del
proceso o los escritos de las partes.
La Mediación es el principio en virtud del cual el juez no se encuentra en una
permanente e íntima relación personal con los sujetos del proceso, sino que tal
vinculación tiene lugar a través de un agente intermediario (los escritos se le hacen llegar
a través del secretario).

En el proceso penal se caracteriza el principio de la inmediación, en cambio en


materia civil, en general, en las peticiones de las partes prima el principio de la mediación.
En nuestro proceso, no obstante existir el principio de la inmediación, por la cantidad de
procesos y por el recargo de trabajo de los jueces, en la práctica no se realiza.

187
3) Principio dispositivo e inquisitivo:

Estos principios están relacionados con la preponderancia de la iniciativa que


puedan tener de las partes o el tribunal para reconstruir los hechos relevantes para
resolver el litigio y darle trámite al proceso.

El Principio Dispositivo es aquel que la iniciativa en la proposición y en la


producción de las pruebas del juicio queda reservada especialmente a las partes, y el
juez se limita a ordenar la recepción de estas pruebas, es decir, a su dirección formal.
El Principio Inquisitivo implica que la labor de reconstrucción de los hechos en juicio
y la aportación de las pruebas corresponde tanto a las partes como al juez.

Actualmente, en el proceso civil los litigantes aportan las pruebas, pero con
algunos cambios en el último tiempo. Esto indica que el legislador en el campo probatorio
se está inclinando fuertemente hacia el principio inquisitivo. Ejemplo: se pueden citar las
medidas para mejor resolver, en que el juez puede disponer de oficio (artículo 159, Código
de Procedimiento Civil).

4) Principio de la continuidad y de la concentración:

El Principio de la Continuidad o consecutivo obligatorio establece que el proceso


se tiene que ir desarrollando a través de diversas etapas y cada una de ellas está
constituida por una serie de actuaciones, y estas etapas se tienen que ir cumpliendo
separada y sucesivamente.
Dentro de este principio el juez tiene que ir solucionando en forma previa todos los
incidentes (cuestiones accesorias) que se vayan produciendo en el curso del proceso y
antes de dictar la sentencia definitiva.

El Principio de la Concentración, por su parte, tiene por finalidad reunir o


concentrar en una sola audiencia, o en el menor número de audiencias, todas las
actuaciones del proceso; es decir, que se planteen las alegaciones, se rinda la prueba y
que los incidentes se solucionen en la sentencia definitiva.
En el principio de la concentración no existe señalado o establecido un momento
específico para realizar un determinado acto, situación que sí ocurre en el principio de la
continuidad.

En Chile, impera el principio de la continuidad, sin embargo existe una excepción


a esto en el juicio sumario que tiende al principio de la concentración.

5) Principio de la publicidad y del secreto:

El Principio de la Publicidad permite que las partes y terceros puedan tomar


conocimiento de las distintas actuaciones que se están realizando. Esta publicidad
constituye el mejor medio de garantizar el derecho de las partes.
En el Principio del Secreto las actuaciones del proceso deben ser mantenidas en
reserva y no pueden ser conocidas por los litigantes o interesados ni mucho menos por
terceros.

En materia civil rige el principio de la publicidad por regla general. En materia


penal en el procedimiento antiguo impera el principio del secreto en la primera etapa de
sumario penal (artículo 78, Código de Procedimiento Penal), esto va a cambiar con la
reforma procesal penal donde el juicio es oral y público.

188
Cabe advertir que este principio de la publicidad es perfectamente posible
conciliarlo con el principio de la escritura, como ocurre en nuestro derecho.

6) Principio de la instancia de parte y del impulso oficial:

Esto se refiere a lo que se denomina el impulso procesal, que es la fuerza para que
un proceso avance. Esto va a depender si ese impulso emana de las partes o del propio
juez (que son los protagonistas del proceso y ese impulso no puede venir más que de
ellos). Si esa fuerza procede de los litigantes se habla de instancia de parte, si por el
contrario emana del tribunal se habla de impulso oficial.

En el Principio de Instancia de Parte son los propios litigantes los que tienen la
facultad de dar, iniciar y hacer avanzar el proceso a través de los escritos.
En el Principio de Impulso Oficial el juez tiene la facultad de hacer avanzar el
proceso sin perjuicio de las atribuciones de las partes.

El sistema chileno en el proceso civil siempre se va a iniciar por impulso de parte y


para hacerlo avanzar se requiere de la voluntad de las partes. Esto, sin embargo no es
absoluto, ya que puede el juez disponer ciertas atribuciones sin que se lo pidan las partes.

7) Principio de la bilateralidad y de la unilateralidad:

El Principio de la Bilateralidad, también llamado de Contradicción o Audiencia,


quiere decir que durante la tramitación del proceso todas las atribuciones del juicio se
deben realizar con la intervención de ambas partes del proceso; es decir, la parte
contraria debe tener conocimiento del acto solicitado por su contendor y por eso se dice
que el proceso en Chile es contradictorio, porque existe la posibilidad que las dos partes
puedan hacer valer sus pretensiones o derechos.
La bilateralidad no significa que necesariamente tengan que intervenir las dos
partes en un mismo acto para que éste tenga validez, sino que el legislador quiere darle la
oportunidad a la parte de informarse (a través de la notificación pertinente) y defenderse
a la otra parte.
Este principio de la contradicción, audiencia o bilateralidad, no es sino aplicación
de la vieja máxima latina “audiatur et altera pars”, y de la otra que establece “nemo
anauditus domnari pottest” (nadie puede ser ordenado sin ser oído y vencido en juicio).
El Principio de la Unilateralidad es excepcional en nuestro sistema y en virtud de
este principio el legislador, en ciertos casos, permite que se lleve a cabo un acto sin el
conocimiento de las dos partes o que se ejecute una providencia antes de ser notificada
a la parte a quien afecta. Ejemplo: las medidas precautorias(artículo 302, inciso 2º, Código
de Procedimiento Civil).

8) Principio de valoración probatoria:

Dice relación con la forma que tiene el juez para el efecto de dar por acreditado
un hecho en un juicio.

En general el juez puede dar por acreditado los hechos controvertidos en la


sentencia, en la medida que esos hechos han sido probados. Conclusión a la cual llega
mediante la valoración o apreciación probatoria.
Existen tres sistemas fundamentales de valoración probatoria:

o El sistema de la prueba legal.


o El sistema de la libre convicción.

189
o El sistema de la sana crítica.

a) El sistema de prueba legal: Es aquel que se caracteriza porque el propio legislador


establece cuales son los medios probatorios que pueden ser utilizados por las
partes, y además señala, en cada caso, cuál va a ser la eficacia o valor
probatorio de cada uno de ellos, de manera que el juez sólo debe aplicar las
normas correspondientes.
Este es el sistema predominante en nuestro Código de Procedimiento Civil.

b) El sistema de libre convicción: Es aquel en que todo el establecimiento de los


hechos depende de la conciencia del juez, que no está regido u obligado a
normas legales a este respecto, y ni siquiera debe dar razones de sus decisiones.

c) El sistema de sana crítica: En este caso, el juez se debe regir por ciertas reglas no
escritas, pero son reglas del correcto entendimiento humano, como las reglas de
lógica en que debe fundarse la sentencia. En este caso el juez sí tiene que dar
razones del establecimiento de la verdad.

En Chile se aplica el primer sistema por regla general en el procedimiento civil, y


excepcionalmente la ley faculta a los jueces a apreciar las pruebas de acuerdo a las
reglas de la sana crítica. Ejemplo: el informe de peritos, la prueba de testigos, etc.

9) Principio del formalismo y del aformalismo:

De acuerdo al Principio del Formalismo, las distintas actuaciones que se deben


verificar en el proceso deben guardar ciertas formas en el proceso, que en cada caso
determine el legislador. La ley regula la manera de efectuar ciertos actos procesales sin
que esto quede entregado al criterio del juez y las partes.
Por otro lado está el Principio del Aformalismo o de libertad de las formas
procesales, donde la ley sólo se encarga de numerar o mencionar las actuaciones que
deben cumplirse, pero las formas de los actos quedan entregadas a las personas que
participan en los actos (a la experiencia profesional de los que intervienen en la
administración de justicia).

Hay que buscar un justo equilibrio entre ambos principios. En nuestro país rige el
principio del formalismo, en materia civil, con excepción de los alegatos en los tribunales
colegiados.

10) Principio de la fundabilidad y de la infundabilidad:

En el Principio de la Fundabilidad, tanto las partes como los propios tribunales


tienen que exponer siempre las razones o motivos en sus actuaciones, o al menos en las
más importantes.
Los litigantes siempre tienen que fundamentar sus peticiones; lo mismo en el evento
de la contestación. Ejemplo: lo que establece el artículo 254, nº 4 del Código de
Procedimiento Civil, al decir que la demanda debe contener una enumeración precisa y
clara de los hechos y fundamentos de derecho en que se apoya.
Esta misma exigencia es válida para los tribunales, cuando deciden el asunto
litigioso deben exponer las razones de sus decisiones judiciales, los fundamentos de
derecho y de hecho en que el fallo se apoye (artículo 170, nº 4, Código de Procedimiento
Civil).
Por otro lado, el principio contrario es el Principio de la Infundabilidad, que es lo
opuesto a lo anterior.

190
11) Principio de la preclusión y de la libertad:

El Principio de la Preclusión consiste en que, dentro del proceso, las actuaciones


deben cumplirse en su debido momento, y de no ser así ese derecho se extingue o se
pierde. Es decir, cada actuación se encuentra establecida en un período determinado en
el proceso, transcurrido el cual la actividad no puede realizarse.
El Principio de la Libertad significa que en el proceso no hay etapas para cumplir
los actos procesales, y estos se pueden cumplir con libertad en cualquier parte del
proceso.

En Chile rige el principio de la preclusión, y éste tiene diversas manifestaciones


prácticas. Las principales manifestaciones que puede asumir este principio son las
siguientes:

- Existencia de los plazos: Ninguna actuación procesal puede realizarse más allá del
plazo fijado por la ley para su ejercicio. En el procedimiento civil son todos fatales o
perentorios.

- La consumación procesal: Consiste en que una determinada actividad se agota


con el ejercicio del derecho correspondiente. Es un impedimento que tiene la
parte para cumplir por segunda vez el derecho que ya se realizó con anterioridad.

- La eventualidad procesal: Esto significa que las partes tienen que hacer valer
simultáneamente los distintos medios para accionar en forma conjunta, en caso
que uno de ellos falle o sea desestimado. Ejemplo: las excepciones dilatorias, que
deben deducirse todas conjuntamente y en un mismo escrito.

- La incompatibilidad: Consiste en que, en algunos casos, si la ley otorga varios


medios procesales para hacer valer sus derechos pero con la condición de que
uno solo de éstos puede ser acogido, estos medios no se pueden acoger
simultáneamente donde uno descarta a los otros. Ejemplo: para alegar la
incompetencia relativa de un tribunal puede alegarse por vía declinatoria o
inhibitoria, pero nunca por ambas.

- La cosa juzgada: Significa que en un determinado momento la vida procesal se


agota y eso significa impedir más adelante renovar la discusión en torno al mismo
asunto (se traduce en la prohibición de volver a discutir lo ya decidido).
La cosa juzgada supone un proceso terminado donde se han agotado
todos los trámites procesales.

12) Principio de la economía procesal:

Este es un principio que pretende que el proceso se desenvuelva en el menor


tiempo posible, con el menor número de actuaciones posibles y con el menor gasto para
los litigantes; y para ello se pretende un ahorro de acciones y de tiempo para las partes.
Esto se puede lograr a través de las concentraciones de las acciones judiciales.
Ejemplos:
o Ahorro de actuaciones.
o La acumulación de autos.
o Pluralidad de pretensiones.
o La reconvención.
o Los incidentes.

191
13) Principio de la buena fe procesal:

Se supone que la buena fe procesal debe actuar siempre. Las partes en el proceso
tienen un deber moral de ser veraces, y esto significa que deben desarrollar las acciones a
través de la búsqueda de la verdad, evitando las dilaciones innecesarias o que se
cometan abusos. Persigue, entonces este principio, no desvirtuar los fines de un acto; en
fin, actuar lealmente.
Este principio no tiene oponente o contradictor. No hay legislación que sancione
como principio formativo la mala fe procesal.

La importancia de todos estos principios es que sirven de base a todo nuestro


ordenamiento judicial, y tienen que tenerlos en vista las propias partes o interesados y el
juez o tribunal.

III. LAS PARTES O SUJETOS DEL PROCESO

1.- Concepto de Parte:

Existen muchas definiciones del concepto de “parte”. Para estos efectos,


entenderemos por Parte a quien pretende y frente a quien se pretende la satisfacción de
una pretensión.
Este concepto de parte es estrictamente de orden procesal.
Las partes siempre hay que mirarla en relación a las pretensiones pasivas o activas
de un proceso.

2.- Clasificación de las Partes:

En un juicio siempre habrá partes directas o principales y pueden haber partes


indirectas o terceros. Esta es la diferencia entre los actos judiciales no contenciosos y los
juicios.

A) Partes Directas o Principales:

Toman el nombre de “demandante” y “demandado”. Esa es la denominación más


genérica de las partes, sin embargo, se les puede dar otro nombre a estas partes según
sea la naturaleza del juicio o recurso que puede interponerse. Así, por ejemplo:

- En el juicio ejecutivo se habla de ejecutante y ejecutado.


- En una apelación se denominan apelante y apelado.

El Demandante es la parte que ejercita la acción, y éste es aquel que pide al


tribunal el reconocimiento o la declaración de un derecho determinado; es el que
formula una pretensión.
El Demandado es aquel sujeto en contra del cual se formula la pretensión y tiene
que hacerse cargo de las pretensiones para defenderse.

Por excepción se pueden reunir ambas calidades en una sola persona, dentro de
un mismo juicio, lo que acontece en caso de producirse la reconvención.

B) Partes Indirectas o Terceros:

192
En general son aquellas partes no originarios de la situación procesal -es decir, no
inician el juicio- a los cuales la ley les permite intervenir posteriormente en el juicio si es que
tienen algún derecho que hacer valer.
Estos normalmente son ajenos a la contienda misma, pero el tercero tiene un
interés en el resultado del juicio y es lo que lo motiva a intervenir.
No hay que confundir a estos terceros con otros terceros que no son y nunca van a
ser parte en un juicio pero si van a tener participación en un juicio, como los testigos, los
peritos, etc.
En general se llama Tercero a toda persona que es extraña a la litis. Pero hay
algunos que pueden intervenir en el proceso por tener interés en el resultado. Hay otros
terceros que no son parte indirecta y ellos son extraños a la litis pero pueden tener
participación en el proceso, como los testigos, peritos.
Las partes indirectas pueden intervenir en el juicio de distinta forma dependiendo
de cuál es el interés que tiene en el juicio, y hay que ver si ese interés es o no concordante
con las pretensiones de las partes; y debido a ello se pueden clasificar en:

o Terceros Coadyuvantes
o Terceros Excluyentes
o Terceros Independientes

El tercero coadyuvante es aquel que concuerda con el interés de alguna de las


partes, este es un verdadero “colaborador” de alguna de las partes. El tercero excluyente
es el que hace valer un derecho contradictorio con el interés de los litigantes. Y el tercero
independiente es similar al anterior, pero que hace valer un derecho independiente.

3.- Pluralidad de Partes (“Litis Consortio”):

La relación procesal en cualquier juicio puede ser simple o múltiple. Esto


dependiendo de la cantidad de partes que intervengan. Según esto, la relación procesal:

- será simple cuando intervengan un solo demandante y un solo demandado.


- será múltiple cuando una parte (demandante o demandado) o ambas a la vez
están conformadas por varias personas; es decir, habrá varios demandantes, o
varios demandados, o conjuntamente varios demandantes y demandados a la
vez.

Cuando esta relación procesal es múltiple hablamos de Pluralidad de Partes, y


todas estas personas que litigan conjuntamente como parte se denominan “colitigantes”
o “litis consortes” (también se conoce como “litis consortio”).
Las partes en juicio siempre son dos, no hay que confundirse; lo que ocurre es que
cada uno de estas partes puede estar conformada por varias personas.

* Clasificación de la litis consortio o pluralidad de partes:

Esta pluralidad de partes admite clasificaciones considerando diversos factores:

a) Atendiendo al número de sujetos que conforman cada parte en el juicio, la litis


consortio puede ser activa, pasiva o mixta.

• Si existen varios actores o demandantes y un solo demandado, se habla de


“litis consortio activa”.
• Si son varios los demandados y hay un solo actor o demandante, se habla de
una “litis consortio pasiva”.

193
• Si conjuntamente se reúnen varios demandantes y varios demandados,
estaremos en presencia de una “litis consortio mixta”.

b) Atendiendo al momento en que se origina, la litis consortio se clasifica en litis


consortio inicial y litis consortio sucesiva.

• La “litis consortio inicial” sería la pluralidad de partes que tiene su origen con la
iniciación del juicio mismo, es decir nace al momento de interponerse o
deducirse la demanda en el juicio. Esto ya sea porque la demanda la deducen
varios demandantes contra un solo demandado, o por un actor contra varios
demandados, o por muchos demandantes contra varios demandados
(artículo 18, Código de Procedimiento Civil).

Art. 18, Código de Procedimiento Civil: “En un mismo juicio podrán intervenir
como demandantes o demandados varias personas siempre que se
deduzca la misma acción, o acciones que emanen directa e
inmediatamente de un mismo hecho, o que se proceda conjuntamente
por muchos o contra muchos en los casos que autoriza la ley”.

• La “litis consortio sucesiva” sería la pluralidad de partes que se forma con


posterioridad a la notificación de la demanda, es decir, después que ya existe
un juicio planteado ante los tribunales.
Esto va a ocurrir en todos aquellos casos en que después de notificada
la demanda advienen al juicio terceros, en alguna de sus tres calidades (ya
sean coadyuvantes, excluyentes o independientes). Ejemplo: artículo 21,
Código de Procedimiento Civil.

c) Considerando la obligatoriedad de que se dé la litis consortio (o la necesidad que


se aplique en un momento determinado), tenemos litis consortio facultativa o
voluntaria y la litis consortio obligatoria o necesaria.

• En la “litis consortio facultativa o voluntaria” se va a producir la pluralidad de


partes por la propia voluntad de los colitigantes, espontáneamente. Estos
sujetos no tienen ninguna obligación a recurrir a esta institución.
El artículo 18 del Código de Procedimiento Civil se refiere a este caso,
cuando expresa que “en un mismo juicio podrán intervenir.......”.

• En la “litis consortio obligatoria o necesaria” va a ser la ley la que exija que las
partes actúen conjuntamente, en determinados casos.
Así acontece en la situación prevista en el artículo 19 del Código de
Procedimiento Civil, cuando indica que “si son dos o más las partes que
entablen una demanda o gestión judicial y deducen las mismas acciones,
deberán obrar todas conjuntamente, constituyendo un sólo mandatario”.
La misma regla se va a aplicar en el caso que sean varios los
demandados que opongan idénticas excepciones o defensas (artículo 19,
inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

* Casos en que tiene lugar la pluralidad de partes o litis consortio (artículo 18):

a. Cuando se deduzca la misma acción por varias personas. En este caso la ley dice
que estas varias personas tienen que obrar conjuntamente a través de un
mandatario común (están representados por una misma persona).

194
b. Cuando se deduzcan acciones diversas que emanen directa e inmediatamente
de un mismo hecho. Por ejemplo, las diversas acciones indemnizatorias que se
originen con motivo de un accidente a varias personas.

c. Cuando se procede conjuntamente por muchos o contra muchos en los casos


que autorice la ley. Por ejemplo, en ciertos juicios en que el Fisco demanda contra
sus deudores morosos por el incumplimiento de obligaciones tributarias.

Todos estos casos están señalados en el artículo 18 del Código de Procedimiento


Civil. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que este artículo se refiere a una mera
facultad por la forma que utiliza el legislador al señalar el verbo “poder” y no el verbo
deber.

* Nombramiento del mandatario o procurador común:

Hay ciertos casos que contempla el propio legislador en que es necesario litigar
conjuntamente. Esta obligación se traduce en el nombramiento del mandatario o
procurador común. Esta es la situación que se contempla en el artículo 19 del Código de
Procedimiento Civil, en el cual las partes deben actuar conjuntamente estableciendo un
mandatario o procurador común.

Art. 19, Código de Procedimiento Civil: “Si son dos o más las partes que entablan
una demanda o gestión judicial y deducen las mismas acciones, deberán obrar
todas conjuntamente, constituyendo un solo mandatario”.
“La misma regla se aplicará a los demandados cuando sean dos o más y
opongan idénticas excepciones o defensas”.

Las condiciones que establece este artículo 19 son las siguientes:

- Se requiere que existan varios demandantes o varios demandados.


- Que hagan valer las mismas acciones o pretensiones, o bien, que opongan
idénticas defensas o excepciones.

Reuniéndose estas condiciones los litigantes deberán obrar conjuntamente a


través del mandatario o procurador común. Esto se le llama “litigar por una sola cuerda”
en el juicio. Esta disposición tiene el carácter de obligatoria, ya que se indica que deberán
obrar todos conjuntamente.

¿Cómo se designa este mandatario común?. Aquí se aplica la regla del artículo 12,
que dice que el procurador común será nombrado por acuerdo de las partes a quienes
haya de representar (artículo 12, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil), dentro del
plazo razonable que señale el tribunal (artículo 12, inciso 2º, Código de Procedimiento
Civil).
Si las partes no se ponen de acuerdo respecto de la persona del mandatario o
procurador común, el nombramiento tiene que hacerlo el tribunal que conozca la causa.

Este nombramiento puede ser revocado una vez nombrado por acuerdo unánime
de las mismas partes, o por el tribunal a petición de alguna de ellas (artículo 14, inciso 1º,
Código de Procedimiento Civil).

Este procurador común tiene que ceñirse a las reglas que le den las partes (debe
someterse a las instrucciones de los propios interesados), y en caso que no exista acuerdo

195
en este punto, dice la ley que este procurador común está facultado para “proceder por
sí solo y como se lo aconseje la prudencia” (artículo 15, Código de Procedimiento Civil).

* Excepciones a la constitución de procurador común (artículo 20):

El artículo 20 establece algunas excepciones a la constitución del procurador


común, en que las partes no están obligadas a litigar conjuntamente por medio de un
procurador común.
Esto va a ocurrir:

o Si son distintas las acciones de los demandantes o las defensas de los demandados
(artículo 20, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).

o También pueden obrar separadamente desde el momento que aparezca que hay
incompatibilidad de intereses entre las partes que litigan conjuntamente (artículo
20, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

4.- Capacidad de las Partes:

Aquí hay que distinguir la capacidad para ser parte en juicio, para comparecer en
juicio (capacidad procesal) y para pedir en juicio (ius postulandi):

a) Capacidad para ser parte en juicio:

Esto significa determinar que aptitud debe tener un sujeto para aparecer en juicio,
para figurar como demandante o como demandado.
Esta materia se rige por las reglas sustantivas o por las reglas del Derecho Civil, y en
consecuencia hay que concluir que para ser parte en juicio o para ser titular de una
relación jurídica procesal basta con tener la capacidad de goce. Esto rige tanto para las
personas naturales como para las personas jurídicas.
Por capacidad de goce se entiende la aptitud legal para adquirir derechos (es un
elemento de la personalidad, por lo que ninguna persona carece de ella).
En el Código de Procedimiento Civil no existen reglas en materia de capacidad
para ser parte en juicio, de allí que se aplican las normas de las leyes sustantivas.

b) Capacidad para comparecer en juicio:

Esta capacidad para comparecer en juicio se denomina también “capacidad


procesal”. Esto está referido a la aptitud que se requiere para poder ejercitar la acción o,
en su caso, poder formular la excepción.
Hay diferencias con el caso anterior, porque en la capacidad para ser parte en
juicio basta la capacidad de goce y en esta capacidad para comparecer en juicio se
exige la capacidad de ejercicio, y ésta la tienen todos aquellos sujetos que son capaces
de ejercitar derechos por sí mismos sin el ministerio o autorización de otro.
Todas aquellas personas que la ley declara incapaces (que carecen de
capacidad procesal) deben suplir esta deficiencia con la representación legal.
Esto es importante que se cumpla estrictamente, teniendo en cuenta que quien
ejerce la acción (demandante) tiene que tener capacidad de ejercicio, porque de lo
contrario le van a interponer una excepción dilatoria (artículo 303, nº 2, Código de
Procedimiento Civil); y si fuera el demandado el que carece de la capacidad procesal, y
no obstante ello se le notifica la demanda, esa notificación que se le haga a esa persona
no producirá efectos válidos, porque hay defectos en el emplazamiento (nulidad de todo
lo obrado) (artículo 768, nº 9, Código de Procedimiento Civil).

196
c) Capacidad para pedir en juicio:

La capacidad para pedir en juicio o el “ius postulandi” es propia del Derecho


Procesal. Esta es la capacidad para hacer peticiones a los tribunales.
Esta capacidad está regulada por las leyes procesales.
Esto tiene un fundamento, y se debe a que el proceso exige una capacidad
especial, técnica, que es la típica del Derecho Procesal y, por lo mismo, este tipo de
capacidad la tienen ciertas y determinadas personas que la ley procesal establece, y la
poseen estas personas porque tienen conocimientos jurídicos o se presume que los tienen
(no la tiene cualquier sujeto, no la tiene el representante legal, por ejemplo).
Quien tiene este “ius postulandi” esta habilitado para hacer peticiones a los
tribunales de justicia, y para esto se requiere que esta persona tenga un mandato judicial
(que es distinto al mandato civil).

Este representante se va a llamar procurador o mandatario judicial, y el


representado se va a llamar mandante o poderdante.
Esto está reglamentado especialmente en la ley 18.120, que establece las normas
de comparecencia en juicio y además se encuentra regulado en los artículos 4º y
siguientes del Código de Procedimiento Civil).

5.- Las Tercerías:

Son las intervenciones de terceros en juicio como partes indirectas. El fundamento


de las tercerías es bastante lógico y se debe a la complejidad que tienen las relaciones
jurídicas en la actualidad.
Si bien es cierto que el litigio se produce por dos sujetos claramente identificados
(demandante y demandado), también es cierto que, durante el desarrollo del proceso,
pueden verse afectados de esa controversia otras personas. Por estos motivos la ley
permite la intervención de terceros.
Esto constituye un ejemplo más del principio de economía procesal.
Los terceros pueden hacer valer sus derechos en ese mismo juicio y en la medida
que justifiquen su interés en los resultados del mismo. Ese interés puede ser concordante
con el de alguna de las partes directas, o bien puede tener un interés propio en oposición
a las partes o independiente.
Desde este punto de vista, los TERCEROS son todas las personas que sin ser partes
directas en el juicio, están facultadas para intervenir en él después de su inicio, por tener
interés actual en sus resultados, y haciendo valer determinadas pretensiones que pueden
ser armónicas o concordantes, contradictorias e independientes de las de las partes.

* Procedencia e improcedencia de tercerías:

La regla general es que la ley permite la intervención de los terceros como partes
indirectas en los diferentes juicios y procedimientos, con los requisitos que debe reunir todo
tercero; esto es lo que se denomina “intervención permitida de terceros”.
Sin embargo, hay otros casos en que la ley permite la intervención de terceros con
ciertas limitaciones; esta es la “intervención restringida de terceros”. Así sucede tratándose
del juicio ejecutivo, en donde la ley regula minuciosamente la intervención de terceros,
estableciéndoles condiciones que deben tener (artículo 518, Código de Procedimiento
Civil). Según esta norma en el juicio ejecutivo son admisibles las tercerías de dominio (de
los bienes embargados), de posesión (de los bienes embargados), de prelación (derecho
para ser pagado preferentemente) y de pago (derecho para concurrir en el pago a falta
de otros bienes).

197
Además existen casos en que nuestro legislador no admite la intervención de
terceros, situación que es excepcional. Esto ocurre en ciertos procedimientos ejecutivos
especiales (procedimiento de realización de la prenda agraria o de la prenda industrial).

* Requisitos para la intervención de terceros:

Para poder admitir la intervención de un tercero en un juicio cualquiera es


indispensable que se cumplan ciertos requisitos:

a) Primer requisito: Ser efectivamente una parte indirecta, un tercero, no puede


haber figurado en la causa como demandante o demandado.

b) Segundo requisito: Debe existir un juicio en tramitación, es decir, un juicio


pendiente (aquel juicio en que no se ha dictado sentencia; o bien, aquel en que
habiéndose dictado sentencia, éste no se encuentra firme o ejecutoriado).

c) Tercer requisito: El tercero tiene que tener un interés actual en los resultados del
juicio, esto significa que el tercero tiene que tener un derecho comprometido y no
meras expectativas.
La ley lo señala también en forma categórica, cuando dice que “se
entenderá que hay interés actual siempre que exista comprometido un derecho y
no una mera expectativa, salvo que la ley autorice especialmente la intervención
fuera de estos casos (artículo 23, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

d) Cuarto requisito: La intervención del tercero tiene que estar permitida.

* Clases de intervención de terceros:

Esto dice relación con la calidad que debe reunir el tercero, concretamente el
derecho que ese tercero puede hacer valer en el juicio.
Aquí hay que partir del supuesto que los terceros siempre intervienen en juicio
voluntariamente, la intervención no es forzada.
Desde este punto de vista, hay tres calidades con las cuales puede intervenir un
tercero en juicio, lo que da origen a tres clases de tercerías:

 Terceros coadyuvantes
 Terceros excluyentes
 Terceros independientes

A) Terceros Coadyuvantes:

Los terceros coadyuvantes son personas que, sin ser partes directas en el juicio,
pueden intervenir después de su inicio, por tener un interés actual en su resultado, y
sosteniendo o haciendo valer pretensiones armónicas y concordantes con las de alguna
de las partes directas.
Se ubican en la misma posición jurídica que tiene alguna de las partes directas, es
decir, está en la misma situación procesal, ya sea del demandante o demandado. Esto
quiere decir que este tercero queda equiparado con la parte respectiva, constituye una
sola parte con ese litigante.
Por esta razón algunos denominan a estos terceros coadyuvantes como “terceros
colaboradores”, esto significa que si hay una sola identidad tienen que litigar en una
misma cuerda, constituyendo un mandatario o procurador común (artículo 23, inciso 1º,

198
Código de Procedimiento Civil). Ese procurador común tendrá que ser designado de
común acuerdo o en su defecto por el tribunal.

Art. 23, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Los que, sin ser partes directas en
el juicio, tengan interés actual en sus resultados, podrán en cualquier estado de él
intervenir como coadyuvantes, y tendrán en tal caso los mismos derechos que
concede el artículo 16 a cada una de las partes representadas por un procurador
común, continuando el juicio en el estado en que se encuentre”.

¿En qué momento puede intervenir este tercero coadyuvante?. El juicio tiene que
estar iniciado (se inicia desde que se notifica formalmente la demanda) y puede hacerlo
en cualquier estado del juicio, tanto en primera como en segunda instancia, tal como lo
señala el inciso 1º del artículo 23 del Código de Procedimiento Civil.
Este tercero cuando interviene tiene que respetar todo lo obrado en el juicio.
Cuando el tercero coadyuvante interviene se puede originar un incidente, se
puede generar una oposición de la parte contraria o del mismo litigante; este juicio es un
incidente que el juez tiene que resolver.

B) Terceros Excluyentes:

Los terceros excluyentes son aquellos que concurren al juicio también después de
iniciado, pero en este caso lo hacen reclamando o sosteniendo una pretensión propia e
incompatible con las pretensiones de las partes directas. De manera que el interés que
hace valer este tercero es contradictorio, tanto con el demandante como con el
demandado; por lo mismo, también se le denomina también “opositor”. Ejemplos: la
tercerías de dominio o de posesión.
Esta situación es totalmente distinta al tercero coadyuvante desde el momento
que hablamos de “pretensiones incompatibles” en el accionar del tercero en contra del
demandante y demandado dentro del mismo juicio.
Esta intervención de este tipo de tercero está permitido a fin de evitar nuevos
juicios en el juicio principal. Esta es otra manifestación más del principio de economía
procesal (artículo 22, Código de Procedimiento Civil).

Art. 22, Código de Procedimiento Civil: “Si durante la secuela del juicio se presenta
alguien reclamando sobre la cosa litigada derechos incompatibles con los de las
otras partes, admitirá el tribunal sus gestiones en la forma establecida por el
artículo 16 y se entenderá que acepta todo lo obrado antes de su presentación,
continuando el juicio en el estado en que se encuentre”.

Este artículo merece una observación, porque se refiere al artículo 16 del Código
de Procedimiento Civil y eso puede llevar a algún equívoco. Esta remisión al artículo 16
hay que entenderlo únicamente a que este tercero debe actuar separadamente de las
partes. El artículo 16 permite separadamente hacer alegaciones propias, eso significa que
no puede constituir procurador común.
Este tercero excluyente también puede intervenir en cualquier estado del juicio,
dada la redacción del artículo 22: “si durante la secuela del juicio....”. Cuando interviene
este tercero se entiende que acepta todo lo obrado con anterioridad a su presentación, y
continua el juicio contra las partes directas en el estado en que se encuentre.
También su presentación puede dar origen a reclamaciones de las partes directas,
en cuanto a que se pueden oponer.
Aquí el problema es determinar cómo debe intervenir en juicio. Este es un
problema que no ha sido resuelto actualmente por la doctrina. En esta materia ahora hay

199
tres intereses en juego: el interés del demandante, el del demandado y el del tercero. Las
posiciones doctrinarias más importantes son:

- Hay autores que sostienen que debería suspenderse el juicio principal mientras se
resuelve o clarifica el derecho del tercero. La tramitación del tercero constituye un
incidente y se tramita incidentalmente (en cuaderno separado).

- Otros autores sostienen que aquí lo lógico sería generalizar todos los casos de
terceros excluyentes, al igual como sucede en el caso de las tercerías de dominio;
esto significa que este tercero iniciaría un nuevo juicio en contra del demandante
y demandado, y esta nueva acción se tramita separadamente y ambos juicios -el
primitivo y la tercería- deberían fallarse en la misma sentencia.

La jurisprudencia mayoritariamente ha estimado que la tercería debe tramitarse


separadamente y fallarse en forma independiente.

C) Terceros Independientes:

Estos terceros independientes son aquellos que también concurren al juicio


después de iniciado y hacen valer un interés propio, autónomo o independiente del que
han hecho valer las partes directas. Esto significa que el interés del tercero no concuerda
exactamente con el interés de las partes, pero tampoco lo excluye en forma absoluta; es
una posición intermedia a las dos anteriores (artículo 23, inciso final, Código de
Procedimiento Civil).

Art. 23, inciso 3º, Código de Procedimiento Civil: “Si el interés invocado por el
tercero es independiente del que corresponde en el juicio a las dos partes, se
observará lo dispuesto en el artículo anterior”.

Ejemplo de esta tercería la constituye el interés que podría hacer valer un


arrendatario en un juicio ejecutivo, puede intervenir en la ejecución para ejercer su
derecho y lograr que se respete su arrendamiento.
Por la naturaleza de la pretensión que hace este tercero independiente hay que
concluir que debe actuar independientemente o en forma separada a las partes, es
decir, se encuentra una situación procesal similar a la del tercero excluyente. No actúa a
través de mandatario o procurador común.

6.- La Comparecencia ante los Tribunales:

Esto significa determinar de qué forma las partes intervienen ante los tribunales de
justicia cuando quieren hacer valer un determinado derecho.
En esta materia hay dos grandes sistemas para comparecer ante los tribunales de
justicia, y esto es válido para actuar en la vida del derecho:

- Que lo haga por sí el interesado, personalmente.


- Que lo haga representado, a través de ciertos mandatarios o representantes
legales.

En esta materia tiene mucho que ver la capacidad de la persona. Una persona
incapaz nunca va a poder actuar por sí sólo, sino que lo podrá hacer a través de sus
representantes legales que la ley le señala.

200
En otros casos la parte o interesado podría concurrir personalmente ante los
tribunales, o bien podría hacerlo representado, pero no legalmente sino que podría
recurrir a la representación convencional.
En el caso de las personas jurídicas, éstas siempre tienen que tener un
representante o administrador, o sea, una persona que actúe por ella.

¿Cuál es el sistema imperante en Chile?. En Chile para determinar cuál es el


sistema que el legislador utiliza hay que hacer algunas distinciones y fundamentalmente
hay que determinar si se comparece ante un tribunal inferior o ante un tribunal superior (si
se verifica ante un juez letrado o ante alguna Corte).

o Comparecencia ante los tribunales inferiores: La regla ante los jueces letrados es
que las partes concurran debidamente representadas. En principio ante un tribunal
inferior no se admite la comparecencia personal; esto significa que se debe recurrir
a los mandatarios judiciales -esto aún cuando la parte sea capaz de ejercicio- y
excepcionalmente la ley permite, ante los tribunales inferiores, la comparecencia
personal.
Ante los juzgados de letras se admite la comparecencia a través de
cualquier mandatario judicial.

o Comparecencia ante los tribunales superiores: Ante las Cortes de Apelaciones


(tribunales de segunda instancia) las partes podrían comparecer en primer lugar
personalmente, y en segundo lugar, representadas por ciertos mandatarios
judiciales que son, exclusivamente, los abogados o los procuradores del número
(artículo 398, inciso 1º, parte final, Código Orgánico de Tribunales).
Ante la Corte Suprema, se puede comparecer solamente representado por
ciertos mandatarios judiciales que son los abogados habilitados o procurador del
número (artículo 398, inciso 1º, parte inicial, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 398, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “Ante la Corte Suprema
sólo se podrá comparecer por abogado habilitado o por procurador del
número y ante las Cortes de Apelaciones las partes podrán comparecer
personalmente o representadas por abogado o por procurador del
número”.

* Normas legales de comparecencia en juicio:

En cuanto a las normas legales que regulan la comparecencia, la ley regula esta
materia en el Título II del Libro Primero del Código de Procedimiento Civil (artículos 4º y
siguientes).
La regla es que toda persona que deba comparecer en juicio, a su propio nombre
o como representante legal de otra, debe hacerlo en la forma que determine la ley
(artículo 4º, Código de Procedimiento Civil). La ley determina esta comparecencia
fundamentalmente en el artículo 398 del Código Orgánico de Tribunales y se regula
especialmente en la ley 18.120 sobre comparecencia en juicio (apéndice del Código de
Procedimiento Civil).
Esta comparecencia es válida o es aplicable no sólo a los juicios, sino que también
a los actos judiciales no contenciosos. Esto porque la ley 18.120 expresamente lo dice en
el artículo 1º, y además el artículo 4º del Código de Procedimiento Civil está inserto en las
disposiciones comunes a todo procedimiento y este Libro es de aplicación general a todo
procedimiento en juicio.

201
* Obligaciones de la Ley Nº 18.120 de Comparecencia en Juicio:

Las obligaciones de la ley son las siguientes:

- En primer lugar, establece la obligación de designar mandatario judicial.


- En segundo lugar, establece la obligación de designar abogado patrocinante.

Estas son dos funciones diferentes, independientes, no obstante que ambas


calidades puedan reunirse en una sola persona. Debe cumplirse obligatoriamente con
ambas, de lo contrario la comparecencia no se ajusta a la ley.
Nos referimos a todos los casos en que la ley obliga a actuar en juicio
debidamente representado; en los casos en que la ley permite actuar personalmente
(ejemplo: recurso de protección), no es necesario cumplir con estos requisitos.
La ley 18.120 se encarga de señalar las personas que pueden ser mandatarios o
procuradores judiciales (artículo 2º, Ley 18.120):

 Los abogados habilitados para el ejercicio de la profesión.


 Los procuradores del número.
 Los estudiantes de tercero, cuarto o quinto año de las Escuelas de Derecho.
 Los egresados de Derecho hasta un cierto tiempo.
 Los mandatarios que designe la Corporación de Asistencia Judicial.

A) Obligación de designar mandatario judicial:

Ninguna persona puede comparecer ante los tribunales de justicia si no lo hace


representada por un mandatario judicial, independiente de la capacidad que tenga la
parte o interesado, porque es una capacidad propia del Derecho Procesal.
El artículo 2º de la ley 18.120 precisamente establece esta regla, salvo casos de
excepción en que se podría comparecer en juicio.

Art. 2º, inciso 1º, Ley 18.120: “Ninguna persona, salvo en los casos de excepción
contemplados en este artículo, o cuando la ley exija la intervención personal de la
parte, podrá comparecer en los asuntos y ante los tribunales a que se refiere el
inciso primero del artículo anterior, sino representada por un abogado habilitado
para el ejercicio de la profesión, por procurador del número, por estudiante
actualmente inscrito en tercero, cuarto o quinto año de las Escuelas de Derecho
de las Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales de alguna de las universidades
autorizadas, o por egresado de esas mismas escuelas hasta tres años después de
haber rendido los exámenes correspondientes. La autoridad universitaria
competente certificará, a petición verbal del interesado, el hecho de estar vigente
la matrícula o la fecha del egreso, en su caso. La exhibición del certificado
respectivo habilitará al interesado para su comparecencia”.

¿Quiénes pueden actuar como mandatarios judiciales?. Pueden ser mandatarios o


procuradores judiciales aquellas personas que señala el artículo 2º de la Ley 18.120, que
son las siguientes:

a) Abogado habilitado para el ejercicio de la profesión: Se entiende por tal a aquel


que no tiene impedimentos para el ejercicio de la misma. Esto significa que este
abogado no debe estar suspendido del ejercicio de su profesión.
Los únicos que pueden suspender a los abogados para el ejercicio de la
profesión son los tribunales de justicia, haciendo uso de sus facultades disciplinarias
(jurisdicción disciplinaria), una medida como ésta se debe imponer por resolución

202
judicial, tiene que haber una sentencia ejecutoriada; y también puede
imponérsele a título de pena y no sólo como una medida disciplinaria.

b) Procurador del numero: Los procuradores del número están regulados en los
artículos 394 y siguientes del Código Orgánico de Tribunales.
Los procuradores del número, son oficiales de la administración de justicia
encargados de representar en juicio a las partes (artículo 394, inciso 1º, Código
Orgánico de Tribunales).

c) Estudiante actualmente inscrito en tercero, cuarto o quinto año en las Escuelas de


Derecho: También tienen “ius postulandi” los estudiantes actualmente inscritos en
tercero, cuarto o quinto año de las Escuelas de Derecho de las Facultades de
Ciencias Jurídicas y Sociales de alguna de las universidades autorizadas.

d) Egresados de derecho por cierto tiempo: Los egresados de las mismas escuelas
hasta tres años después de haber rendido los exámenes correspondientes.

e) Mandatario que designe la Corporación de Asistencia Judicial: Estos mandatarios


son los mismos egresados de las Escuelas de Derecho, cualquiera que sea el
tiempo que haya transcurrido después de haber rendido los exámenes
correspondientes, para el solo efecto de realizar la práctica judicial necesaria para
obtener el título de abogado en esta corporación (artículo 2º, inciso 2º, Ley 18.120).

Todas estas condiciones o calidades hay que acreditarlas ante el tribunal


pertinente y normalmente son los secretarios los que se preocupan de que el mandatario
reúna las condiciones necesarias. El interesado debe exhibir, ya sea su título o documento
de que acredite esa calidad que dice tener. Ejemplos:

- El abogado puede acreditarlo con el recibo del pago de la patente.


- El procurador del número tendrá que acreditarlo con el respectivo decreto con
que fue nombrado.
- El estudiante de derecho debe acreditarlo con un certificado que otorga la
autoridad universitaria a petición del interesado (artículo 2º, inciso 1º, parte final,
Ley 18.120).
- En el caso de los postulantes de están haciendo la practica profesional se acredita
con un certificado que otorga el director de la corporación.
- Por último, en el caso de los egresados de la carrera de derecho, la autoridad
universitaria debe preocuparse de entregarlo.

— Excepción de la obligación de designar mandatario judicial:

Los casos de excepción en que no se requiere de esta representación a través de


mandatario judicial son los siguientes:

a. Cuando la propia parte solicite al juez autorización para comparecer y defenderse


personalmente (artículo 2º, inciso 3º, Ley 18.120). El juez puede conceder la
autorización (no es obligación) atendida la naturaleza y cuantía del litigio o las
circunstancias que se hicieren valer. El juez, aún cuando autorice, posteriormente,
en cualquier momento, puede exigir la intervención de abogado.

Art. 2º, inciso 3º, Ley 18.120: “Para la iniciación y secuela del juicio podrá, sin
embargo, solicitarse autorización para comparecer y defenderse
personalmente. El juez podrá concederla atendida la naturaleza y cuantía

203
del litigio o las circunstancias que se hicieren valer, sin perjuicio de exigir la
intervención de abogados, siempre que la corrección del procedimiento
así lo aconsejare. Las resoluciones que se dicten en esta materia sólo serán
apelables en el efecto devolutivo”.

b. Tampoco se requiere la actuación de mandatario en aquellas comunas en que el


número de abogados en ejercicio sea inferior a cuatro (artículo 2º, inciso 9º, Ley
18.120). Este es un hecho que le corresponde determinar a la Corte de
Apelaciones respectiva.

Art. 2º, inciso 9º, Ley 18.120: “Las obligaciones consignadas en el primer
inciso del artículo 1.º y de este artículo, no regirán en aquellos
departamentos en que el número de abogados en ejercicio sea inferior a
cuatro, hecho que determinará la Corte de Apelaciones correspondiente”.

c. Cuando la propia ley exija la comparecencia o intervención personal de la parte,


para ciertos trámites. Ejemplo: cuando el juez solicita la comparecencia personal
tratándose de la audiencia de conciliación civil (artículo 264, inciso 1º, Código de
Procedimiento Civil); la confesión en juicio de la parte contraria, denominada
“absolución de posiciones” (artículo 388, Código de Procedimiento Civil).

Art. 264, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “A los comparendos de


conciliación deberán concurrir las partes por sí o por apoderado. No
obstante, el juez podrá exigir la comparecencia personal de las partes, sin
perjuicio de la asistencia de sus abogados”.

d. Tampoco se requiere mandatario judicial ante tribunales determinados, en donde


se puede comparecer personalmente (artículo 2º, inciso 11º, Ley 18.120). Ejemplos:
ante los Juzgados de Policía Local, ante los Juzgados de Menores, ante los árbitros
arbitradores, ante el Servicio de Impuestos Internos, ante la Contraloría General de
la República, etc.

e. Tampoco es necesario tratándose de determinados asuntos judiciales por la


naturaleza de los mismos (artículo 2º, inciso 11º, Ley 18.120). Ejemplos: en las causas
electorales, en las solicitudes que se hagan ante el Código de Minería, en el
recurso de amparo, en los recursos de protección, respecto del denunciante en
materia criminal, etc.

B) Obligación de designar abogado patrocinante:

Esta es una obligación independiente de la anterior. Esta obligación está


establecida en el artículo 1º de la ley 18.120.

Art. 1.º, inciso 1º, Ley 18.120: “La primera presentación de cada parte o interesado
en asuntos contenciosos o no contenciosos ante cualquier tribunal de la
República, sea ordinario, arbitral o especial, deberá ser patrocinada por un
abogado habilitado para el ejercicio de la profesión”.

Esta obligación es para los efectos de la defensa en el juicio (no para los efectos
de comparecer). El abogado patrocinante es el que defiende los derechos en juicio de
las partes, por eso es que la ley le encomienda esta misión exclusivamente a los
abogados.

204
De todas las personas que pueden ser mandatarios los únicos que pueden
patrocinar son los abogados habilitados, por eso ocurre en algunos casos que se le
otorguen estas dos condiciones a una sola persona: por un lado sea patrocinante (para la
defensa) y por otra parte sea mandatario judicial (para que actúe).
Esta obligación de designar abogado patrocinante debe cumplirse en la primera
presentación que se efectúe ante los tribunales, que cada parte realiza ante el respectivo
tribunal de justicia. La primera presentación puede ser o no la presentación o la
contestación de la demanda.

¿Cómo se entiende cumplida esta obligación del patrocinio?. La obligación se


entiende cumplida por el hecho de poner el abogado su firma en esa primera
presentación e indicar, además, su nombre completo, apellidos y domicilio.
Si no se cumple con estos requisitos, la ley dice que sin esos requisitos la solicitud no
puede ser proveída y se tendrá por no presentada para todos los efectos legales. Las
resoluciones que al respecto se dicten no serán susceptibles de recurso alguno (artículo 1º,
inciso 2º, Ley 18.120).

Art. 1º, inciso 2º, Ley 18.120: “Esta obligación se entenderá cumplida por el hecho
de poner el abogado su firma, indicando además su nombre, apellidos y domicilio.
Sin estos requisitos no podrá ser proveída y se tendrá por no presentada para todos
los efectos legales. Las resoluciones que al respecto se dicten no serán susceptibles
de recurso alguno”.

-o- EL PATROCINIO:

El Patrocinio debemos definirlo en base al artículo 528 del Código Orgánico de


Tribunales como un acuerdo o un acto en virtud del cual una persona le encomienda a
un abogado habilitado la defensa de sus derechos en juicio.
Esta defensa consiste en algo mucho más importante que la simple
representación. La defensa implica todo lo referente a la forma o a la dirección (al
contenido) en que se van a formular los derechos y el negocio de las partes (esbozar las
presentaciones, preparar las acciones y excepciones, etc.).

Este patrocinio, desde el punto de vista contractual, cabe calificarlo como un


mandato (se aplican las mismas reglas que hay en el Derecho Civil para el mandato),
porque la parte le está solicitando una determinada gestión al abogado; en este caso, la
gestión es la defensa de los derechos en juicio. Visto de esta manera, se perfecciona por
el solo consentimiento, basta la mera aceptación del abogado y del cliente respecto de
las obligaciones que generan.
Art. 528, Código Orgánico de Tribunales: “El acto por el cual una persona
encomienda a un abogado la defensa de sus derechos en juicio, es un mandato
que se halla sujeto a las reglas establecidas en el Código Civil sobre los contratos
de esta clase, salvo la modificación establecida en el artículo siguiente”.

Formalmente la Ley 18.120 hace las exigencias señaladas en el artículo 1º para


demostrar que la obligación se ha cumplido.
Esta exigencia del artículo 1º (que quede constancia en la primera presentación
del patrocinio) no constituye en sí el contrato de patrocinio. Esta exigencia es un simple
acto procesal que establece la ley, que deja constancia de un hecho y que da a
entender que el abogado aceptó el patrocinio y por lo mismo asume la defensa.

205
— Extinción del patrocinio:

En esta materia hay que señalar una regla que señala el artículo 1º, inciso 3º, de la
Ley Nº 18.120 de Comparecencia en Juicio, que señala que “el abogado conservará este
patrocinio y su responsabilidad mientras en el proceso no haya testimonio de la cesación
de dicho patrocinio”.

Art. 1º, inciso 3º, primera parte, Ley 18.120: “El abogado conservará este patrocinio
y su responsabilidad mientras en el proceso no haya testimonio de la cesación de
dicho patrocinio”.

Sin perjuicio a lo anteriormente señalado, el patrocinio podría extinguirse por las


siguientes causas:

a) Por renuncia del propio abogado patrocinante: Cuando el patrocinio termina por
la renuncia del abogado patrocinante (por su voluntad), éste debe ponerla en
conocimiento de la parte y debe, además, informarle el estado del asunto. Esta
renuncia tiene que notificársela a la parte, y mientras eso no sucede sigue
conservando su responsabilidad (artículo 1º, inciso 4º, Ley 18.120).
El inciso 4º del artículo 1º de la ley 18.120 señala que “si la causa de la
expiración fuere la renuncia del abogado, deberá éste ponerla en conocimiento
de su patrocinado, junto con el estado del negocio, y conservará su
responsabilidad hasta que haya transcurrido el término de emplazamiento desde
la notificación de su renuncia, salvo que antes se haya designado otro
patrocinante”.

b) Por revocación del patrocinio: En este caso la situación es al revés a la anterior. El


patrocinado o poderdante es el que pone término al patrocinio; para este efecto,
basta la sola manifestación de voluntad de la parte.
Esa revocación puede ser expresa o tácita. Es expresa, cuando consta
fehacientemente la voluntad del patrocinado de poner término al patrocinio. Es
tácita cuando, se deduce de la ejecución de ciertos actos de la parte, por
ejemplo, si la parte procede a nombrar a otro patrocinante.

c) Por fallecimiento del patrocinante: Termina por muerte del abogado patrocinante,
ya que también acaba la persona humana. Si fallece la parte no se termina el
patrocinio, porque el juicio no termina y el abogado mantiene la responsabilidad
por sucesión.
Si la causa de expiración fuere el fallecimiento del abogado, el interesado
deberá designar otro en su reemplazo en la primera presentación que hiciere
(artículo 1º, inciso final, Ley 18.120).
Por otro lado, siempre se debe tener presente que no termina por la muerte
del mandante el mandato de los abogados (artículo 529, Código Orgánico de
Tribunales).

— Excepciones a la obligación de nombrar patrocinio:

Hay juicios en que no se exige la designación de abogado patrocinante. Estos


casos corresponden a los mismos que casos excepcionales a la designación del
mandatario judicial (artículo 2º, incisos 9º, 10º y 11º, Ley 18.120). Es decir:

206
-o- EL MANDATO JUDICIAL:

El mandato judicial es un contrato en que una persona confía a otra persona


habilitada para estos efectos la representación de sus derechos en un juicio o gestión
judicial (artículo 395, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 395, Código Orgánico de Tribunales: “El acto por el cual una parte
encomienda a un procurador la representación de sus derechos en juicio, es un
mandato que se regirá por las reglas establecidas en el Código Civil para los
contratos de esta clase, salvas las modificaciones contenidas en los artículos
siguientes.

El mandato judicial siempre implica otorgar facultades determinadas al


mandatario en el sentido que se trata de facultades específicas para actuar en juicio, y
ahí está la diferencia con el patrocinio, porque la persona del mandatario judicial viene a
sustituir a la persona del litigante. El mandatario va a actuar por él, pero la dirección de
este negocio judicial la va a tener siempre el abogado defensor patrocinante.
El mandato judicial está regulado en el Código de Procedimiento Civil,
fundamentalmente en los artículos 6º y 7º. La Ley 18.120 lo único que establece, en cuanto
al mandato judicial, es la sanción que se aplicaría si no se constituye legalmente este
mandato.
A este mandato judicial se le aplican las normas del Código Civil en todo aquello
que no aparezca modificado en las leyes procesales.

— Diferencias entre el mandato civil y el mandato judicial:

Hay diferencias fundamentales entre el mandato civil y el mandato judicial. Estas


diferencias dicen relación con los siguientes aspectos:

o En cuanto a la forma de perfeccionarse entre uno y otro.


o En cuanto a la persona del mandatario.
o En cuanto a las facultades que debe tener el mandato, según se trate de
uno u otro caso (dice relación con la libertad que tiene todo mandante si
da o no las facultades que quiera a su mandatario).
o En cuanto a la extensión del mandato.

a) Primera diferencia: En cuanto a la forma como se constituyen:

El mandato civil es un contrato consensual, esto significa que se perfecciona por el


mero consentimiento de las partes o contratantes (artículo 2123, Código Civil).

El mandato judicial es un contrato solemne, y su solemnidad consiste en que debe


constar necesariamente por escrito.
¿Cuáles son las formas en que se constituye el mandato judicial?. Esta materia está
reglamentada fundamentalmente en el artículo 6º del Código de Procedimiento Civil. El
inciso 2º de este artículo contempla tres formas en que se constituye el mandato judicial:

o Por escritura pública otorgada ante notario: El Código dice “por escritura pública
otorgada ante notario o ante oficial del Registro Civil”, sin embargo esto último se
entiende derogado, porque en la práctica el oficial del Registro Civil carece de
esa atribución.

207
o Mediante un acta extendida ante un juez de letras o ante un juez arbitro, y suscrita
por todos los otorgantes.

o Mediante una declaración escrita del mandante, autorizada por el secretario del
tribunal que esté conociendo de la causa. Aquí hay que agregar a esta frase un
funcionario que, aunque el Código no lo dice, también podría autorizar esta
declaración escrita; este funcionario es el jefe de la unidad de administración de
causas, en el caso de los juzgados de garantía y los tribunales de juicio oral en lo
penal (artículo 4º, ley 18.120). Este artículo hay que agregarlo al artículo 6º, inciso
2º, nº 3 del Código de Procedimiento Civil.

En síntesis, estos tres casos que contempla esta norma están dados por escritura
pública (que es escrita), por el título que viene a ser el acta (que también es escrito) y la
declaración escrita.
De estos tres casos que contempla esta norma, la regla general es el tercer caso,
que es lo que normalmente se hace. Esta declaración escrita se cumple en la primera
presentación que hace la parte. Ejemplo: en el escrito de demanda se puede señalar en
un otrosí de él.

El artículo 6º hay que complementarlo con otras normas que establecen otras
formas de constituir mandato judicial, por ejemplo:

 De acuerdo a las normas especiales en donde hay que nombrar al mandatario o


procurador común (artículos 12 y siguientes, Código de Procedimiento Civil).

 Hay otra regla que se refiere al mandato judicial que se le puede dar a una
persona cuando se trata del cobro de cheques, letras de cambio, pagarés; la ley
señala en esos casos que la forma de constituirlo es mediante un “endoso de
cobranza” (artículo 29, inciso 2º, Ley 18.092). En este caso, el endoso le confiere al
procurador todas las atribuciones propias del mandato judicial.

 Por último, hay otra forma que es nueva y que está establecida en el artículo 54 de
la Ley Nº 19.718 (“ley de defensoría pública”, publicada el 10 de marzo de 2001),
aplicable exclusivamente a los asuntos penales y que se rijan por el nuevo Código
Procesal Penal.

b) Segunda diferencia: En cuanto a la persona del mandatario:

Tratándose del mandato civil, la parte del mandante tiene plena y absoluta
libertad para elegir a la persona del mandatario y, en consecuencia, puede elegir
cualquier persona, sin restricciones para ello (no requiere de ninguna condición especial).

En cambio, en el caso del mandato judicial esto no es posible, la parte no goza de


libertad para elegir al mandatario judicial, porque aquí necesariamente el mandato
judicial tendrá que otorgarse a alguna de las personas habilitadas por ley (artículo 2º, Ley
18.120). Para ello la persona tendría que tener “ius postulandi”.

c) Tercera diferencia: En cuanto a las facultades de que goza el mandatario:

Tratándose del mandato civil, también el mandante tiene absoluta libertad de


otorgarle a su mandato las facultades que estime pertinentes, de tal suerte que si quiere
las restringe o no.

208
En el mandato judicial la situación no es así, porque en el mandato judicial hay
ciertas facultades que jamás se pueden restringir, son inherentes al mandato judicial,
basta el hecho de otorgarse un mandato judicial para que estas facultades se entiendan
incorporadas de pleno derecho, porque la ley las establece; estas son ciertas facultades
mínimas que tiene que tener todo mandato judicial, de lo contrario (si se limitan) no
podría representar a la parte. Las partes no las pueden restringir ni eliminar.

— Facultades del mandato judicial:

En el mandato judicial hay que hacer una distinción tratándose de las facultades
del mandatario. Aquí hay que distinguir las llamadas “facultades ordinarias” y las llamadas
“facultades extraordinarias o especiales”. Esta distinción es fundamental.

• Facultades Ordinarias: son aquellas que siempre están comprendidas en un


mandato judicial, son inherentes o propias del mandato, no requieren si quiera de
mención, porque la ley las establece. Ejemplos: deducir recursos, ofrecer pruebas,
etc.

• Facultades Extraordinarias: son aquellas que no se entienden incorporadas de


pleno derecho, en consecuencia se requiere de una expresa mención por parte
del mandante. El mandante tendrá que declarar expresa e inequívocamente que
le otorga estas facultades al mandatario.

¿Dónde están establecidas estas facultades del mandato judicial?. Están


establecidas en el artículo 7º. En el inciso 1º se establecen las facultades ordinarias, y en el
inciso 2º las facultades extraordinarias.
Ejemplo: en una demanda siempre se hace mención al artículo 7º, y si no se dice
nada se entienden incorporadas a las facultades ordinarias del inciso 1º.

¿Cuándo se entienden conformadas las facultades del inciso 2º?. Las facultades
del inciso 2º, como dice el Código de Procedimiento Civil requieren expresa mención. La
ley señala una enumeración de varias facultades que podrían darse.
Aquí se ha presentado un problema referido a determinar qué significa esa
“expresa mención” que señala el legislador. El problema que se planteó es saber si había
que enumerarla una por vez o había que hacer una referencia genérica del inciso 2º (esto
en el entendido de que se tienen que hacer las facultades extraordinarias).
La jurisprudencia ha dicho que es suficiente o bastaría una referencia genérica al
inciso 2º. Basta decir que el mandatario se le otorgan todas las facultades del inciso 2º del
artículo 7º.
Si el mandante quiere restringirle facultades, tendría que indicarlo en forma
expresa e inequívoca.

ø Facultades Ordinarias:

Estas facultades del inciso 1º son todas aquellas que se le dan a un mandatario
judicial para que pueda desempeñarse normalmente en representación de su parte o
interesado, de lo contrario no podría hacerlo bien.

Art. 7º, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “El poder para litigar se entenderá
conferido para todo el juicio en que se presente, y aun cuando no exprese las
facultades que se conceden, autorizará al procurador para tomar parte, del
mismo modo que podría hacerlo el poderdante, en todos los trámites e incidentes
del juicio y en todas las cuestiones que por vía de reconvención se promuevan,

209
hasta la ejecución completa de la sentencia definitiva, salvo lo dispuesto en el
artículo 4 o salvo que la ley exija intervención personal de la parte misma. Las
cláusulas en que se nieguen o en que se limiten las facultades expresadas, son
nulas. Podrá, asimismo, el procurador delegar el poder obligando al mandante, a
menos que se le haya negado esta facultad”.

Las características de las facultades ordinarias son las siguientes:

o Son legales, porque están establecidas en la ley, y prima la voluntad del legislador
que la voluntad del mandante.

o Son esenciales, en cuanto a que no se puede limitar o restringir, existen aún contra
la voluntad de los interesados.

o Son de carácter general, porque comprenden actos ilimitados para ejercer el


mandato judicial, de manera que un mandatario, en uso de estas atribuciones
ordinarias, queda habilitado para ejercer todos los actos que estime convenientes
para esa representación. Estas facultades no son taxativas como sí lo son las
especiales.

¿En qué consisten estas facultades ordinarias?. En cuanto a las facultades que
confiere, esto lo señala el mismo artículo 7º, inciso 1º en términos genéricos:

a) En primer lugar, estas facultades autorizan para que el mandatario tome parte o
para que actúe en todos los trámites o incidentes del juicio, del mismo modo que
podría hacerlo el poderdante o mandante.

b) También queda autorizado para intervenir en todas las cuestiones que se


promuevan por vía de reconvención.

c) Este mandatario puede intervenir durante todo el juicio y hasta la ejecución


completa de la sentencia definitiva. Esta última frase significa, por supuesto, que el
mandatario puede intervenir después de la dictación de la sentencia definitiva.

En virtud de estas atribuciones ordinarias, el mandatario puede intervenir en todos


los trámites del cumplimiento de la sentencia.
Doctrinariamente se ha discutido si estas facultades ordinarias habilitan al
mandatario para iniciar un nuevo juicio de ejecución o para intervenir en ese nuevo juicio,
porque la ejecución de la sentencia se puede iniciar y cumplir en el mismo juicio que se
dictó o también se puede iniciar un nuevo juicio ejecutivo aparte (artículo 114, Código
Orgánico de Tribunales). Mayoritariamente se estima que deberían servir, de acuerdo con
lo que señala la ley.
ø Facultades Extraordinarias:

Son las atribuciones que se dan a un mandatario judicial y que requieren de una
mención expresa al momento de otorgarse el mandato judicial, es decir, no están
incorporadas de pleno derecho como las facultades ordinarias.

Art. 7º, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil: “Sin embargo, no se entenderán
concedidas al procurador, sin expresa mención, las facultades de desistirse en
primera instancia de la acción deducida, aceptar la demanda contraria, absolver
posiciones, renunciar los recursos o los términos legales, transigir, comprometer,
otorgar a los árbitros facultades de arbitradores, aprobar convenios y percibir.

210
En cuanto a sus características, podemos señalar las siguientes:

o Son convencionales, son distintas a las que están establecidas por la ley, desde el
momento que requieren de una expresa mención por parte del mandante (su
origen no es la voluntad del legislador sino la de las partes contratantes). Esto
significa que el mandante las regula a su voluntad y él verá si las otorga o no, y,
por lo mismo, pueden restringirse o suprimirse.

o Son accidentales, y no esenciales como las anteriores, porque para que existan
requieren de una cláusula especial.

o Son especiales, porque son específicas para determinadas actuaciones concretas


y relevantes en un proceso. Estas atribuciones son muy importantes porque van
más allá de lo normal.

o Son dispositivas, en el sentido que, en general, todas estas facultades del inciso 2º
implican actos de disposición patrimonial del mandante o que afecta
patrimonialmente al mandante.

La enumeración de las facultades extraordinarias es la siguiente:

 Desistirse en primera instancia de la acción deducida.


 Aceptar la demanda contraria.
 Absolver posiciones (confesión en juicio).
 Renunciar los recursos o los términos legales.
 Transigir.
 Comprometer.
 Otorgar a los árbitros la facultad de arbitradores.
 Aprobar convenios.
 Percibir.

a) Desistirse en primera instancia de la acción deducida: Esta facultad significa que el


mandatario podría retractarse de la demanda, con ello se está manifestando la
intención del demandante de no continuar adelante con la acción inicial.
Este desistimiento de la demanda se debe producir después que ha sido
legalmente notificada al demandado, nunca opera antes, porque sólo después
de notificada la demanda existe juicio, antes no lo hay (no produce mayores
efectos).
Esta es una facultad extraordinaria por la gravedad que reviste, porque si se
da un mandato, en general es para los efectos que se litigue; y también tiene una
indudable repercusión en lo patrimonial, porque el desistimiento extingue la
acción.

b) Aceptar la demanda contraria: Esto está en relación con el artículo 313 del
Código de Procedimiento Civil, que permite allanarse a la demanda dentro de las
actitudes que puede asumir el demandante. Ese allanamiento significa
aceptación de la demanda y ocurre en todos aquellos casos en que el
demandado estima que es inoficioso que se siga adelante en el juicio (si no hay
mayores posibilidades de defensa o de ganar).
Esta es una facultad extraordinaria porque implica aceptar
anticipadamente una condena, aceptando todos los aspectos de hecho y de
derecho en la demanda, de manera que también tiene una repercusión

211
patrimonial. Esta facultad, en principio, es incompatible con la esencia del
mandato judicial, porque nadie da un mandato judicial para ello.

c) Absolver posiciones: La absolución de posiciones no es otra cosa que la confesión


judicial provocada en juicio; es provocada porque es a petición de la parte
contraria.
Esta confesión debe prestarla la parte misma, en el caso de que así lo exija
la parte contraria. Sin embargo, en ciertos casos, el mandatario judicial que
cuenta con esta atribución podría prestar la confesión por su mandante, sobre
hechos propios de este último.

d) Renunciar a los recursos o los términos legales: La renuncia de los recursos es


sinónimo de abandonar anticipadamente el derecho que tiene una parte, ya sea
para deducir un recurso o para valerse de un plazo que la ley otorga o términos
legales (plazos legales).
Esto tiene que ser expresamente manifestado en el proceso. No es lo mismo
que desistirse, ya que el desistimiento opera una vez que el derecho se ha ejercido;
la renuncia es anticipada, antes que se haga valer el derecho.

e) Transigir: Esto es lo mismo que decir la facultad para celebrar un contrato de


transacción (regulada en el Código Civil, artículos 2446 y 2448).
Esta transacción también es una facultad extraordinaria, porque implica
llegar a un acuerdo con la parte contraria para darle solución al litigio o para
precaver un litigio eventual; y eso implica también que las partes renuncien a
derechos que les corresponde como única forma de lograr el acuerdo (tienen que
existir concesiones recíprocas entre las partes), y en consecuencia también tiene
repercusión patrimonial.

f) Comprometer: Consiste en someter un asunto a arbitraje o a compromiso; es decir,


en este caso se trata de las facultades que tendrá el mandatario para someter el
asunto judicial al conocimiento de árbitros.
Este también es una facultad extraordinaria porque el tribunal natural para
conocer un asunto es el tribunal ordinario, se le está sustrayendo facultades al
tribunal ordinario para entregárselas al tribunal arbitral.

g) Otorgar a los árbitros la facultad de arbitradores: Esta es una atribución


extraordinaria porque dentro del arbitraje la ley prefiere al árbitro de derecho,
porque es el que da mejores garantías a las partes, puesto que se asemeja mucho
al juez letrado (en cuanto al procedimiento que ocupa y en cuanto al fallo); en
cambio, el árbitro arbitrador no (falla conforme de acuerdo a su prudencia y
equidad y tramita de acuerdo a las facultades que le entregan las partes en el
acto constitutivo del compromiso o en su defecto a las normas que le entrega el
Código de Procedimiento Civil a estos árbitros).
Es extraordinaria por estas razones e implica restarle a un árbitro la
atribución que tendría un árbitro de derecho.
Esta facultad de entregarle a los árbitros el carácter de arbitradores hay
que concordarlo con el artículo 224, inciso 1º del Código Orgánico de Tribunales,
en cuanto a que sólo las partes mayores de edad y libres administradoras de sus
bienes podrán dar a los árbitros el carácter de arbitradores, a menos que los
propios tribunales de justicia lo autoricen por motivos de manifiesta conveniencia.

212
h) Aprobar convenios: Estos convenios son acuerdos entre deudores y acreedores, y
que están referidos precisamente con la forma de pagar deudas. Esto es propio de
los procedimientos de quiebras, regulado en la ley de quiebras.
El mandatario debe estar revestido de esta atribución por expresa mención
del poderdante; también de carácter patrimonial porque incide en el patrimonio
mismo del representado.

i) Percibir: Esta facultad se refiere a la atribución del mandatario para recibir las
sumas de dinero, especies o frutos a que puede ser condenada la parte contraria.

¿Qué ocurre en un juicio si el mandatario judicial no se le otorgan o se le restringen


las facultades del inciso 2º del artículo 7º?.
En este caso, ese mandatario judicial, en primer lugar, puede desempeñar su
mandato normalmente. Respecto de todas aquellas facultades que no se le hayan
concedido a este mandatario judicial, la ley dice que, para poder hacer uso de todas o
algunas de estas atribuciones, ese escrito debe ser firmado por la propia parte junto con
el mandatario, ante el secretario del tribunal (artículo 2º, inciso 6º, Ley 18.120) o en su
defecto ante el jefe de unidad administrativa que tenga a su cargo la administración de
causas penales en los nuevos tribunales.
En síntesis, lo importante aquí es que en ciertos casos en que el mandatario no
tiene las atribuciones del inciso 2º igual puede tenerlas, siempre que cuente con la firma
de la parte junto con la del mandatario judicial.

— Situación especial de la facultad de delegar:

Dentro del artículo 7º, inciso 1º, en su párrafo final se establece la facultad de
delegación del mandato judicial.

Art. 7º, inciso 1º, parte final, Código de Procedimiento Civil: “Podrá, asimismo, el
procurador delegar el poder obligando al mandante, a menos que se le haya
negado esta facultad”.

La delegación del mandato judicial constituye otra diferencia con el mandato


civil, porque en el mandato judicial el mandante no tiene necesidad de autorizar la
delegación como ocurre en el mandato civil. En el mandato judicial si nada se dice se
entiende conferida la facultad de delegar.
Esto significa que el mandatario judicial puede traspasar sus atribuciones a un
tercero, que va a ser la persona que se le delegan las atribuciones que tenía
primitivamente el mandatario judicial (naturalmente este tercero tiene que tener “ius
postulandi”). Todo esto a menos que se le limite o que se niega expresamente la facultad
de delegar.
Entonces, ¿qué naturaleza tiene esta facultad de delegar?, ¿es ordinaria o
extraordinaria?. No sería ni la una ni la otra, porque las facultades ordinarias no se pueden
restringir, y las facultades extraordinarias requieren expresa mención.
Se puede catalogar como una atribución especial, al momento que si no se dice
nada se entiende incorporada.

— Duración y término del mandato judicial:

El mandato judicial durará mientras en el proceso no haya constancia de ha


cesado o expirado de su mandato (artículo 10, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).

213
Art. 10, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Todo procurador legalmente
constituido conservará su carácter de tal mientras en el proceso no haya
testimonio de la expiración de su mandato”.

Esto es muy importante porque ese mandato, si se analiza desde el punto de vista
civil, podría estar terminado, pero sin en el proceso no consta sigue vigente y el
procurador mantiene su responsabilidad.
Las causales de terminación del mandato judicial son las mismas que operan para
el patrocinio. Estas son:

- Que la parte revoque al mandatario.


- Por la renuncia del procurador, que deberá ponerla en conocimiento de su
mandante, junto con el estado del juicio (artículo 10, inciso 2º, Código de
Procedimiento Civil).
- Por la muerte del procurador.

El mandato judicial no termina por la muerte del mandante, no es causal de


expiración (artículo 5º, Código de Procedimiento Civil; artículos 396 y 529, Código
Orgánico de Tribunales).

— Paralelo entre mandato judicial y patrocinio:

Las principales diferencias entre una institución y otra son las siguientes:

a) En cuanto al objeto o finalidad de cada una: El objeto del patrocinio es la defensa


de los derechos de una parte en juicio. En cambio, en el caso del mandato
judicial, el objeto que pretende es la representación judicial de esa parte, pero no
asumir la defensa (esa representación tiene que estar en concordancia con la
defensa).

b) En cuanto al sujeto activo: En el patrocinio el sujeto activo solamente puede tener


la calidad de abogado. En cambio, tratándose del mandato judicial, la ley
enumera otras personas además de los abogados que podrían desempeñarse
como mandatarios judiciales (artículo 2º, Ley 18.120).

c) En cuanto a la forma de constituir uno y otro: El patrimonio se constituye o


perfecciona de acuerdo a las normas del mandato civil, es decir, es consensual,
basta el acuerdo para que esté perfecto. En cambio, tratándose del mandato
judicial, éste es solemne; en este caso, la solemnidad es la escrituración.

¿Qué ocurre si no se cumple con estas obligaciones de designar patrocinante y


mandatario judicial? (naturalmente en los casos que procede):

- Si la obligación de designar patrocinante no consta en la primera presentación, la


ley dice que si no se cumple con esto la solicitud (el escrito) no podrá ser proveída,
es decir, a ese escrito no se le puede dar curso en el proceso, y la solicitud se
tendría por no presentada para todos los efectos legales (artículo 1º, inciso 2º, Ley
18.120). El artículo 1º, además, agrega que estas resoluciones que a este respecto
dicte el tribunal no serán susceptibles de recurso alguno.

- En el caso del mandato judicial, si éste no es legalmente constituido en el proceso


al momento de presentar la primera presentación, la ley dice que el tribunal se

214
limitará a ordenar la debida constitución del mandato dentro de un plazo máximo
de tres días. Una vez extinguido este plazo y sin otro trámite se tendrá por no
presentado para todos los efectos legales, y las resoluciones que se dicten a este
respecto no son susceptibles de recurso alguno (tampoco se puede reclamar).
Lo mismo es válido o aplicable para la delegación del mandato.

* Casos de comparecencia especial:

A) Agencia Oficiosa:

La comparecencia de una persona sin mandato o Agencia Oficiosa establecida


en el artículo 6º, incisos 3º y 4º, del Código de Procedimiento Civil.
La ley señala que es posible la admisión de casos de comparecencia de una
persona que obre sin poder de otro. A esta persona se le llama agente oficioso.

Art. 6º, inciso 3º, Código de Procedimiento Civil: “Podrá, sin embargo, admitirse la
comparecencia al juicio de una persona que obre sin poder en beneficio de otra,
con tal que ofrezca garantía de que el interesado aprobará lo que se haya
obrado en su nombre. El tribunal, para aceptar la representación, calificará las
circunstancias del caso y la garantía ofrecida, y fijará un plazo para la ratificación
del interesado”.

En principio la persona por quien actúa no está obligada a aceptar la intervención


del agente oficioso. Para que esta figura jurídica opere en la práctica es necesario que
este agente oficioso presente una fianza o garantía llamada “fianza de rato” y el
interesado debe ratificar lo obrado en su nombre. En segundo lugar el tribunal debe
calificar y apreciar la fianza que se ofrezca y debe establecer un plazo dentro del cual el
interesado debe proceder a ratificar estas situaciones.
Este agente oficioso debe ser persona capaz para actuar ante los tribunales, y
puede no tener ius postulandi, en cuyo caso tendrá que cumplir con lo establecido en la
ley 18.120 de comparecencia en juicio (deberá designar mandatario judicial y debe
conferir patrocinio).

Art. 6º, inciso final, Código de Procedimiento Civil: “Los agentes oficiosos deberán
ser personas capacitadas para comparecer ante el respectivo tribunal, en
conformidad a la Ley Orgánica del Colegio de Abogados, o, en caso contrario,
deberán hacerse representar en la forma que esa misma ley establece”.

Si el interesado, dentro del plazo que el juez señala, no ratifica, esas acciones no
producen efecto y serían nulas.
La garantía es para responder de cualquier perjuicio o daño que puede originar la
actuación.

Los requisitos de procedencia de la agencia oficiosa son los siguientes:

a) Que una persona comparezca al juicio o a una gestión no contenciosa asumiendo


la representación de otro, y sin tener mandato o sin tener representación de esa
persona.

b) Que esta persona (agente oficioso) ofrezca fianza o garantía que posteriormente
el interesado (a quien representa) aprobará lo obrado, es decir, las actuaciones
que el agente oficioso realice. Esta fianza se denomina “fianza de rato”.

215
c) Que se hagan valer motivos o circunstancias calificadas, que hay que indicarlo al
momento de comparecer. Ejemplo: la ausencia interpectiva del demandado.

d) Es necesario que esta agencia oficiosa cumpla, además, con los requisitos que
establece la ley de comparecencia. Si el agente oficioso no tiene ius postulandi
tiene que hacerse representar, a su vez, por un mandatario judicial y además
debe conferir patrocinio.

El tribunal, admitiendo la comparecencia del agente oficioso, tiene que señalar


plazo en la resolución para los efectos de la ratificación del interesado. Aquí podrían
ocurrir dos casos:

o Que el interesado ratifique. Si el interesado ratifica, produce el efecto de


convalidar todas las actuaciones practicadas a su nombre en juicio o gestión.

o Que el interesado no ratifique. Si el interesado no ratifica, las actuaciones no


producen ningún efecto, son nulas, por no existir mandato o representación.

B) Representación de las personas jurídicas:

Es un tema bastante común que en un juicio actúe como demandante o


demandado una persona jurídica. En esta materia, las personas jurídicas siempre tienen
que contar con un representante legal, de lo contrario no podrían actuar en general (esto
es aplicable no sólo en juicios).
La ley hace algunas distinciones y establece quienes son estos representantes
legales de las personas jurídicas (artículo 8º, Código de Procedimiento Civil). El Código
distingue entre: las sociedades, sean civiles o comerciales, y las corporaciones o
fundaciones con personalidad jurídica.

- Las sociedades: tratándose de las sociedades, éstas son representadas por su


gerente o por su administrador. Para estos efectos (para saber quién es el gerente
o el administrador) hay que analizar los estatutos de la sociedad.

- Las corporaciones o fundaciones: el representante es el presidente dichas


corporaciones o fundaciones.

Todo esto de acuerdo al artículo 8º del Código de Procedimiento Civil. Y todos


estos representantes legales tienen a lo menos las facultades del inciso 1º del artículo 7º,
no obstante -dice el Código- cualquier limitación establecida en los estatutos.
Art. 8º, Código de Procedimiento Civil: “El gerente o administrador de sociedades
civiles o comerciales, o el presidente de las corporaciones o fundaciones con
personalidad jurídica, se entenderán autorizados para litigar a nombre de ellas con
las facultades que expresa el inciso 1 del artículo anterior, no obstante cualquiera
limitación establecida en los estatutos o actos constitutivos de la sociedad o
corporación”.

Hay además, tratándose de ciertas personas jurídicas, representaciones especiales


y para lo cual hay que analizar cuál es la legislación de fondo aplicable en cada caso.
Ejemplo: si se trata de las municipalidades, las representa legalmente el alcalde; en el
caso del Fisco, las representa legalmente el Consejo de Defensa del Estado, y esto se
cumple con los abogados o procuradores fiscales; etc.

216
Lo mismo que en el caso de anterior, estos representantes legales de las personas
jurídicas, para actuar en juicio tienen que cumplir necesariamente con lo que establece
la Ley Nº 18.120 de Comparecencia en Juicio, si no poseen el ius postulandi (deben
nombrar mandatario judicial y abogado patrocinante).

C) Representación de las personas ausentes:

De acuerdo al artículo 11 del Código de Procedimiento Civil, debemos entender


por “ausente” a toda persona que ha abandonado el territorio de la República y que se
ve enfrentado posteriormente a un juicio, o bien que tiene interés en alguna gestión no
contenciosa.
La ley proporciona algunas reglas para ver quien representa al ausente. En esta
materia hay que hacer dos grandes distinciones:

- Si la persona todavía no se ausenta del país pero existe motivo para ausentarse.
- Cuando la persona se ha ausentado y está en el extranjero.

a) Cuando la persona todavía no se ausenta del país pero existe motivo para hacerlo:

La ley dice que si existe motivo justificado o fundado para que esa persona se
ausente del país, el interesado puede solicitarle al juez una medida prejudicial que
consiste en que se le exija a esta persona que constituya en el lugar donde se va a
entablar el juicio un apoderado que lo represente y bajo apercibimiento de nombrársele
un curador de bienes (artículo 285, Código de Procedimiento Civil).

Art. 285, Código de Procedimiento Civil: “En el caso del inciso 1º del artículo
anterior podrá también pedirse que aquel cuya ausencia se teme, constituya en el
lugar donde va a entablarse el juicio apoderado que le represente y que responda
por las costas y multas en que sea condenado, bajo apercibimiento de
nombrársele un curador de bienes”.

Aquí se aplican las normas pertinentes del Código Civil (artículos 473 y siguientes;
Título XXVII del Libro Primero del Código Civil) y del Código de Procedimiento Civil (artículo
845).

b) Cuando la persona se ausentó del país y está en el extranjero:

En este caso hay que ver o analizar si esta persona que se ausentó dejó o no
constituido en Chile un mandatario.

o Si dejó constituido mandatario para que lo represente: Aquí hay que analizar este
mandato y ver que facultades se le dieron a ese mandatario. Concretamente hay
que analizar si ese mandatario tiene atribuciones para representarlo en juicio y
específicamente para contestar demandas.
Si tiene estas atribuciones no hay problemas y se sigue con él (artículo 11,
Código de Procedimiento Civil).

Si no tiene atribuciones para contestar demanda, hay que ver si el ausente


tiene o no domicilio conocido en el extranjero; si lo tiene, hay que entrar a
notificarlo por exhorto internacional; si no tiene domicilio conocido o se ignora su
paradero, en este caso tiene que asumir su representación el defensor de ausentes
o defensor público, y será a éste a quien se le debe notificar la demanda.

217
o Si el ausente no dejó constituido mandatario: En este caso también hay que
distinguir si el ausente tiene o no domicilio conocido en el extranjero.
Si se conoce de el paradero del ausente, en este caso hay que notificarlo
por exhorto.
Si se ignora su paradero, hay que designarle un curador de bienes (artículo
473, Código Civil; artículo 845, Código de Procedimiento Civil).

* Interrupción de la tramitación del juicio:

La instancia puede interrumpirse sea que se litigue personalmente o a través de un


representante legal. Hay que distinguir dos situaciones: el fallecimiento de la parte que
litiga y el término de la representación legal.

1) Fallecimiento de la parte que litiga: ¿Qué ocurre en el fallecimiento de la parte?. Hay


que distinguir:

a. Fallecimiento de la parte que litiga personalmente: En este caso la ley dice que si
durante el juicio fallece alguna de las partes, el juicio quedará en suspenso; es
decir, se procede a la paralización de pleno derecho o por el solo ministerio de la
ley de la tramitación del juicio, esto es así cuando el juez o la parte contraria no
tenían conocimiento de ello en el momento. Es decir, desde el momento que
fallece se paraliza el procedimiento, lo que se haga posteriormente será nulo, y
debe entrarse a notificar a los herederos de esta persona con el objeto que
comparezcan y hagan uso de su derecho (artículo 5º, Código de Procedimiento
Civil).

Art. 5º, Código de Procedimiento Civil: “Si durante el juicio fallece alguna de
las partes que obre por sí misma quedará suspenso por este hecho el
procedimiento, y se pondrá su estado en noticia de los herederos para que
comparezcan a hacer uso de su derecho en un plazo igual al de
emplazamiento para contestar demandas, que conceden los artículos 258
y 259”.

b. Fallecimiento de la parte que no litiga personalmente: Si la parte que fallece no


litigaba personalmente o que lo hacía debidamente representado, en este caso
no se suspende la tramitación del juicio, de manera que su muerte es irrelevante a
la consecución del juicio.

2) Término de la representación legal: ¿Qué ocurre si se actúa a través de un


representante legal y sucede que, de acuerdo a la ley, esa representación legal termina o
se extingue?.
Si el demandante, por ejemplo, es menor de edad y durante el juicio cumple la
mayoría de edad, en este caso el tribunal permite interrumpir la instancia, porque esta
representación legal se acaba desde el momento que sucede el hecho que en concepto
de la ley sustantiva se pone fin a la representación.
Esto tiene que constar fehacientemente en el expediente, o bien tiene que
comparecer al juicio la propia persona interesada (artículo 9º, Código de Procedimiento
Civil). Esto significa que, en principio, la representación que tenía el representante legal
continúa, no cesa de inmediato; esto es importante porque las actuaciones que haga el
representante son válidas hasta que comparezca la parte representada.

Art. 9º, Código de Procedimiento Civil: “Si durante el curso del juicio termina por
cualquiera causa el carácter con que una persona representa por ministerio de la

218
ley derechos ajenos, continuará no obstante la representación y serán válidos los
actos que ejecute, hasta la comparecencia de la parte representada, o hasta que
haya testimonio en el proceso de haberse notificado a ésta la cesación de la
representación y el estado del juicio. El representante deberá gestionar para que
se practique esta diligencia dentro del plazo que el tribunal designe, bajo pena de
pagar una multa de un cuarto a un sueldo vital y de abonar los perjuicios que
resulten”.

Cabe señalar que en este artículo 9º no se contempla la situación si fallece el


representante legal, ni hay tampoco disposición alguna que lo contemple. En este caso
hay que aplicar la regla que da el artículo 5º del Código de Procedimiento Civil, y hay
que distinguir si ese representante legal actuaba personalmente o si lo hacía a través de
mandatario judicial.

IV. LAS ACTUACIONES JUDICIALES

1.- Introducción:

Esta materia hay que estudiarla en el contexto del proceso. El Proceso


materialmente esta constituido, además de los escritos y documentos, por varias
actuaciones judiciales necesarias, cuyo número no se puede señalar.
Estas actuaciones están ligadas entre sí, porque no se trata de señalarlas
aisladamente, sino que dentro de un contexto general.
El proceso, además de las actuaciones judiciales, podría estar formado por escritos
y documentos de toda especie (artículo 29, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil), que
es lo que constituye el aspecto material del expediente.
Los Escritos, que son las presentaciones que hacen las partes en el proceso,
siempre tenemos que asociarlas con requisitos que hacen las partes. En esta materia, hay
dos grandes grupos de requisitos:

- Rquisitos generales o comunes, que se aplican a todos los escritos sin distinción.
- Requisitos especiales o específicos, que son propios para cada escrito en particular
y que no siempre se exigen.

Dentro de los requisitos generales, tenemos:

1. Deben presentarse en papel simple.


2. Deben ser firmados por la parte o por su mandatario judicial, según corresponda.
3. Se deben presentar por conducto del secretario del tribunal.
4. Deben encabezarse con una suma, que indique su contenido o el trámite de que
se trata.
5. Deben acompañarse tantas copias simples como sean las partes a notificar la
resolución que recaiga en el escrito, salvo excepciones legales (artículo 31, inciso
2º, Código de Procedimiento Civil). Además, la copia tiene que se concordante
con el escrito.
Si no se entregan estas copias o si éstas no son concordantes con el
original, a la parte contraria no le corre plazo.

En esta materia el secretario tiene algunas obligaciones:

• Tiene la obligación de ponerle al escrito, y a cada copia, el timbre o cargo que


indique la fecha de recepción (esto es fundamental en juicio para efectos del
plazo).

219
• Debe presentar el escrito al juez para que lo despache, lo resuelva.
• Debe dar recibo de los documentos acompañados a los escritos, si las partes lo
solicitan.

2.- Las actuaciones judiciales o actos procesales o actos de procedimiento:

Este juicio se desarrolla a través de determinadas actuaciones judiciales, actos


procesales o actos de procedimiento. Este conjunto de actos o diligencias, sea que los
ejecute el juez o las partes, está regido por normas que en su totalidad constituyen el
procedimiento.

* Concepto de actos procesales:

- Definición de Eduardo Couture: “Acto procesal es un acto jurídico emanado de las


partes, de los agentes de la jurisdicción o aún de terceros ligados al proceso
susceptibles de crear, modificar o extinguir efectos procesales.

- Definición de Juan Colombo: “Los actos procesales son aquellos que producen
efectos en un proceso o en alguno de sus equivalentes jurisdiccionales legitimados
para solucionar conflictos jurídicos”.

En suma, son todas las diligencias que se vayan desarrollando en el proceso.

* Clasificación de las actuaciones judiciales:

Atendiendo al sujeto de la cual el acto emana, tenemos:

- Actos procesales provenientes de las partes.


- Actos procesales provenientes de los órganos jurisdiccionales o de sus auxiliares.
- Actos procesales emanados de terceros.

a) Actos procesales provenientes de las partes: Aquí incluimos a todas las


actuaciones que provengan de las partes directa o indirectamente (del
demandante, del demandado y eventualmente de terceros). Ejemplo: la
presentación y contestación de la demanda, la confesión, la formulación de una
tercería, etc.
Normalmente a los actos procesales incluimos a los escritos, que es una
especie de actuación que tienen por finalidad general hacer o formular solicitudes
a los tribunales, que pueden ser de fondo o para dar curso al proceso.

b) Actos procesales provenientes de los órganos jurisdiccionales o de sus auxiliares:


Consiste en todas las diligencias que realice el tribunal y cualquiera de los auxiliares
de la administración de justicia. Estas actuaciones del órgano jurisdiccional son, en
general, la dictación de las distintas resoluciones judiciales, actos que solamente
pueden emanar de los tribunales.
Dentro de los actos que cumplen los funcionarios de la administración de
justicia encontramos, por ejemplo, la realización de las notificaciones.

c) Actos procesales emanados de terceros que no son parte del juicio: Actos de
terceros que también pueden cumplir diligencias en un proceso. Ejemplo: la
declaración que prestan testigos en juicio, los informes periciales emanados de
peritos, etc.

220
* Requisitos de los actos judiciales:

Los requisitos de los actos procesales los establece la ley procesal, y son ciertas
condiciones que se establecen en la ley para que el acto pueda producir sus efectos,
para que el acto sea válido. Si no se cumplen estas actuaciones carecerán de valor.
Estos requisitos son los siguientes:

o Deben ser practicadas por el funcionario que indica la ley.


o Deben practicarse en días y horas hábiles, y algunos en lugares hábiles.
o De toda actuación debe dejarse testimonio escrito en el proceso.
o Deben ser autorizadas por el funcionario que indica la ley.

A) Las actuaciones judiciales deben ser practicadas por el funcionario que indica la ley:

Aquí se aplica el artículo 70 del Código de Procedimiento Civil, que señala que las
actuaciones necesarias para la formación del proceso deben ser practicadas por el
tribunal que conoce de la causa. Esa es la regla general sobre quien los conoce, a menos
que la propia ley encomiende expresamente las diligencias al secretario o a otro ministro
de fe.

Art. 70, Código de Procedimiento Civil: “Todas las actuaciones necesarias para la
formación del proceso se practicarán por el tribunal que conozca de la causa,
salvo los casos en que se encomienden expresamente por la ley a los secretarios u
otros ministros de fe, o en que se permita al tribunal delegar sus funciones, o en que
las actuaciones hayan de practicarse fuera del lugar en que se siga el juicio”.

Los casos en que las actuaciones no las va a practicar el mismo tribunal que
conoce de la causa son los siguientes:

- Cuando la propia ley le encomiende la práctica de la diligencia al secretario o a


otro funcionario. Por ejemplo, en materia de notificaciones la ley encarga ejecutar
estas actuaciones al secretario del tribunal o al receptor.

- Cuando la ley permite al tribunal delegar sus funciones. Por ejemplo, en ciertos
casos la ley faculta al juez para delegar la atribución de la tasación de costas
procesales (artículo 140, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil). Aquí lo que se
requiere es autorización expresa de la ley, de lo contrario tendría que hacerlo el
juez que conoce de la causa.

- Aquellas actuaciones que tengan que cumplirse o llevarse a efecto en un territorio


jurisdiccional distinto. En este caso, por el principio de la territorialidad el juez no
podría practicar actuaciones en un territorio jurisdiccional distinto, y para esto es
necesario delegar competencia y esto se produce por los llamados exhortos; es
decir, a través de una comunicación escrita en que el juez solicita a un tribunal de
un territorio jurisdiccional distinto que practica una determinada actuación; por
ejemplo, para tomar prueba testimonial.

B) Las actuaciones judiciales deben ser practicarse en días y horas hábiles, y algunas
actuaciones especiales en ciertos lugares hábiles:

Las actuaciones judiciales deben practicarse en días y horas hábiles (artículo 59,
inciso 1º, Código de Procedimiento Civil) y algunas actuaciones especiales deben
practicarse en ciertos lugares hábiles. Para estos efectos se considerarán días hábiles los

221
no feriados, y son horas hábiles las que median entre las ocho y las 20 horas (artículo 59,
inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).
Aquí le corresponde al legislador establecer cuáles son los días feriados (en general
se dice que son feriados los domingos y festivos). En esta materia, hay varias leyes que
establecen esto, entre ellas la Ley Nº 2.977 del año 1915, que señala cuales son los días
feriados.
Sin perjuicio de esta regla general, existen ciertos casos de excepción en que las
actuaciones judiciales pueden llevarse a efecto en días y horas que habitualmente serían
inhábiles:

- Cuando los tribunales habilitan para la práctica de actuaciones judiciales día y


hora inhábiles, y para esto la parte interesada debe solicitarlo al tribunal, cuando
haya casos urgentes en que así lo exige (artículo 60, inciso 1º, Código de
Procedimiento Civil). Esta es una mera atribución del juez, no está obligado a
hacerlo.
Se estimarán urgentes para este caso, las actuaciones cuya dilación pueda
causar grave perjuicio a los interesados, o a la buena administración de justicia, o
hacer ilusoria una providencia judicial (artículo 60, inciso 2º, Código de
Procedimiento Civil).

- Otro caso de excepción lo constituye la notificación personal, ya que


dependiendo del lugar en que se realice la ley permite que se practiquen en
cualquier día y cualquier hora.

- Tratándose de actuaciones penales o criminales no hay días ni horas inhábiles, ni


se suspenden los plazos por la interposición de días feriados.

El artículo 60 del Código de Procedimiento Civil hay que complementarlo con el


artículo 314 del Código Orgánico de Tribunales. Este último establece lo que se denomina
“feriado de vacaciones” que tiene lugar durante el mes de febrero de todos los años
(desde el 1º de febrero hasta el primer día hábil de marzo). Este sería feriado y no se
podrían practicar actuaciones judiciales en materia civil, porque en lo penal no corre. Este
mismo artículo señala que ciertas y determinadas actuaciones se pueden practicar en
este período, por ejemplo, no hay problemas para practicar actuaciones en los actos
judiciales no contenciosos, en los juicios posesorios, en los juicios de alimentos, en los juicios
del trabajo, en las medidas prejudiciales y precautorias, etc.

C) De toda actuación debe dejarse testimonio o constancia escrita en el proceso:

De toda actuación deberá dejarse testimonio escrito en el proceso (artículo 61,


inciso 1º, Código de Procedimiento Civil). La ley establece en este artículo que esta
constancia escrita debe hacerse cumpliéndose las formalidades que aquí se indican:

- Esta constancia escrita debe contener lugar, día, mes y año en que se verifique, y
en algunos casos la hora cuando la ley lo exija.
- También debe dejarse testimonio de las formalidades con que se haya procedido.
- De las demás indicaciones que la ley o el tribunal dispongan.

A continuación (luego de realizarse estas actuaciones), y previa lectura, deben


firmar todas las personas que hayan intervenido; y si alguna persona no sabe o no quiere
hacerlo se deja igualmente constancia.
De este artículo 60 del Código de Procedimiento Civil se desprende que la
constancia de la diligencia debe ser completa y circunstanciada.

222
Art. 61, Código de Procedimiento Civil: “De toda actuación deberá dejarse
testimonio escrito en el proceso, con expresión del lugar, día, mes y año en que se
verifique, de las formalidades con que se haya procedido, y de las demás
indicaciones que la ley o el tribunal dispongan”.
“A continuación y previa lectura, firmarán todas las personas que hayan
intervenido; y si alguna no sabe o se niega a hacerlo, se expresará esta
circunstancia”.
“La autorización del funcionario a quien corresponda dar fe o certificado
del acto es esencial para la validez de la actuación”.

D) Las actuaciones judiciales deben ser autorizadas por el funcionario que indica la ley:

El Código señala que esta autorización del funcionario es esencial para la validez
de la diligencia (artículo 61, inciso 3º, Código de Procedimiento Civil).
Autorizar la diligencia significa que el funcionario a quien corresponde dar fe del
acto debe firmar la autorización. Este funcionario es variable, depende de lo que la ley
señale, normalmente corresponde al secretario y, por excepción, a otros funcionarios.

Además de lo anteriormente señalado, hay ciertos requisitos que podrían exigirse


para determinadas actuaciones que están determinadas en la ley (artículos 62 y 63,
Código de Procedimiento Civil). Ejemplo: cuando es necesario que se interrogue un
intérprete o aquellas actuaciones en que se toma o presta juramento.

* Forma en que pueden ordenarse o decretarse las actuaciones judiciales:

Esto es importante porque dependiendo de la forma en que la actuación se


ordene, esa actuación o diligencia se va a llevar a efecto ya sea inmediatamente o
después de transcurrido cierto caso. Es importante para determinar en que oportunidad
se llevará e efecto la actuación después de que el juez lo decrete.
Hay tres formas en que las actuaciones judiciales pueden ordenarse o decretarse:

 Diligencia con conocimiento de la parte contraria.


 Diligencia con citación de la parte contraria.
 Diligencia con audiencia de la parte contraria.

a) Diligencia con conocimiento: Es aquella que se puede llevar a efecto tan pronto
como se notifique a la parte contraria la resolución que ordena dicha diligencia
(artículo 69, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil), de manera que en este caso
el conocimiento es sinónimo de notificación judicial.

Art. 69, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil: “Cuando se mande


proceder con conocimiento o valiéndose de otras expresiones análogas, se
podrá llevar a efecto la diligencia desde que se ponga en noticia del
contendor lo resuelto”.

El requisito es notificar a la parte contraria con arreglo a la ley.

b) Diligencia con citación: Es aquella que se puede llevar a efecto después de


transcurridos tres días fatales luego que se ha notificado a la parte contraria de la
resolución que se ordenó. Hay que esperar tres días para que la parte contraria se
pueda oponer o plantear observaciones dentro de ese plazo (artículo 69, inciso 1º,
Código de Procedimiento Civil).

223
Art. 69, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Siempre que se ordene o
autorice una diligencia con citación, se entenderá que no puede llevarse a
efecto sino pasados tres días después de la notificación de la parte
contraria, la cual tendrá el derecho de oponerse o deducir observaciones
dentro de dicho plazo, suspendiéndose en tal caso la diligencia hasta que
se resuelva el incidente”.

Según esto, después de la notificación hay dos posibilidades que se


pueden presentar:

o Que la parte no se oponga una vez transcurridos los tres días.


o Que la parte se oponga dentro de esos tres días.

Si no hay oposición transcurrido el plazo de tres días, se cumple la


diligencia.
Si hay oposición de la parte contraria dentro del plazo de citación, se
formulará un incidente. Eso significa que esa oposición hay que tramitarla y el juez
debe fallarla, y sólo una vez que el tribunal resuelva este incidente, y en la medida
que el fallo de este incidente sea favorable se cumple aquella diligencia. Si es
desfavorable esta diligencia no podrá practicarse.
Entonces, si hay oposición la diligencia queda en espera hasta que se
resuelva la oposición (si se rechaza se efectúa la diligencia, si se acepta no se
realiza).

c) Diligencia con audiencia: Son aquellas que no pueden llevarse a efecto sin que
antes se oiga a la parte contraria. Esto significa que cuando se pide la diligencia el
juez tiene que “conferirle traslado” a la parte contraria y para cuyo efecto tiene un
plazo de tres días para exponer lo que estime conveniente.
Estas diligencias dan origen de inmediato a un incidente, donde se pide a
la parte contraria conferir traslado para que sea oída en audiencia. Si este
incidente se resuelve favorablemente a la parte que solicitó la diligencia, se
cumplirá la actuación solicitada. Si el juez la rechaza, en ese caso se entiende no
llevar a cabo la diligencia.

Por ejemplo, el artículo 336, inciso 1º, del Código de Procedimiento Civil,
que está referido a ciertas actuaciones en el período probatorio, donde se puede
pedir aumento de este período probatorio. En este caso, la prueba puede rendirse
en Chile o en el extranjero:

o Si es dentro de la República, se otorgará con previa citación.


o Si es en el extranjero, se otorgará en audiencia de la parte contraria.

Esto significa que si se pide aumentar el período probatorio en Chile, esta


audiencia es con citación, de manera que el juez al acceder a la audiencia debe
dictar la resolución correspondiente. Si es en el extranjero, debe hacerse en
audiencia, por ello el juez debe “conferir traslado”, lo que significa que le está
considerando a la parte contraria un plazo de tres días para contestar.

De estas tres formas la regla general es que sea diligencia con conocimiento, o
sea, que se realice tan pronto como se notifique la resolución que acoge la petición de
parte para realizar la actuación. Para los demás casos, la ley señala la forma (si no se dice
nada, se realiza notificando la resolución a la parte contraria).

224
3.- Los Exhortos:

El exhorto es la forma de materializar la competencia delegada, siempre que sea


necesario realizar una actuación judicial, y esto ocurre cuando se practican diligencias en
un territorio jurisdiccional distinto a aquel en que se lleva el proceso (artículo 71, inciso 1º,
Código de Procedimiento Civil).

* Concepto: “Es una comunicación escrita que envía un tribunal que conoce de un
proceso (tribunal exhortante) a otro tribunal de distinto territorio jurisdiccional (tribunal
exhortado) y por medio de la cual se solicita a este último practicar una o más
determinadas diligencias determinadas que han de practicarse en ese otro territorio
jurisdiccional”.

* Requisitos para que opere:

Los requisitos o condiciones de los exhortos son los siguientes:

- Que se trate de practicar diligencias fuera del territorio jurisdiccional del juez que
conoce la causa.
- Que el juez que conoce del proceso ordene expresamente delegar atribución
mediante resolución judicial.
- Que se encomiende una o más diligencias concretas, determinadas. Esta
delegación no puede referirse en ningún caso a dictar sentencia (no puede
referirse al fallo del proceso), no se puede delegar esta facultad.

* Contenido del exhorto:

Es importante el contenido del exhorto; es muy importante que se le va a decir al


otro juez y que antecedente se le van a acompañar. Este contenido y todo este
antecedente debe ser fiscalizado por la parte interesada.
En general es necesario acompañar al exhorto de todos los escritos, resoluciones o
actuaciones necesarias para que se pueda cumplir adecuadamente la diligencia, sin
perjuicio de que el “oficio” o la comunicación contenga todas las explicaciones y
facultades necesarias. Siempre esto es a petición de parte.

Frente al exhorto hay que ver el contenido y cómo se va a diligenciar en el otro


tribunal.

a) Contenido en general: El contenido del exhorto es sumamente importante para el


efecto de que las diligencias que se encargan puedan tener éxito. Esto por la
razón que el tribunal exhortado no es el que lleva la causa y no conoce los hechos.
Esto significa que toda la información al juez hay que proporcionarla, a
través del contenido del exhorto.
Todo exhorto debe contener:

 Los escritos, documentos y explicaciones necesarias, para que el tribunal


exhortado pueda practicar las diligencias encomendadas adecuadamente
(artículo 71, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil). Dentro de esto debe
contenerse las resoluciones y actuaciones que sean menester incluir.
Por ejemplo, el tribunal que conoce de la causa ordena exhortar a otro
juez para que presten declaración testigos en el otro tribunal. Aquí habrá que
incluir la copia de la resolución de los hechos que recibió, la copia de escritos
presentados por las partes de la lista de testigos, la constancia de la

225
notificación de la resolución que recibió la causa de prueba, escritos en que
conste la personería de los mandatarios de la parte. Tendrá que señalarse en el
exhorto si se faculta para disponer del arresto o detención de testigo, todo lo
que sea necesario para llevarla a cabo; habrá también que indicar sobre qué
hechos se pretende que declare.

 Además, el exhorto debe ir firmado por el juez y por el secretario del tribunal, y
si este es colegiado deberá ser firmado por su presidente y secretario (artículo
72, Código de Procedimiento Civil).

b) Diligenciamiento del exhorto: Quien debe diligenciar el exhorto es precisamente la


parte interesada que solicitó esa comunicación (esto es de responsabilidad del
solicitante). Aquí se aplica el artículo 73 del Código de Procedimiento Civil.

Art. 73, Código de Procedimiento Civil: “En las gestiones que sea necesario
hacer ante el tribunal exhortado, podrá intervenir el encargado de la parte
que solicitó el exhorto, siempre que en éste se exprese el nombre de dicho
encargado o se indique que puede diligenciarlo el que lo presente o
cualquiera otra persona”.

El exhorto en principio lo puede diligenciar el mismo representante o


mandatario judicial de la parte que lo pide ante el tribunal exhortado, a menos
que el exhorto señale expresamente que lo puede diligenciar cualquier persona
que tenga capacidad para actuar ante los tribunales, es decir, debe tener ius
postulandi (artículo 2º, inciso 5º, Ley 18.120). Si fuere la misma persona o si fuera
otra, igual tendrá que acreditar su calidad ante el tribunal exhortado. En esta
materia se aplican las reglas de comparecencia.
El exhorto se realiza directamente de tribunal a tribunal, sin intermediario
entre ambos, y una vez que el tribunal recibe el exhorto está obligado a practicar
las diligencias que solicite el exhorto dentro de su territorio jurisdiccional
exclusivamente. En consecuencia el juez exhortado no puede practicar diligencias
distintas, porque se estarían excediendo en sus atribuciones (artículo 71, Código de
Procedimiento Civil).

* Clasificación de los exhortos:

Estas comunicaciones son susceptibles de clasificarse en: exhortos nacionales e


internacionales.

a. Exhortos nacionales: Los exhortos nacionales, tal como lo indica su nombre, son
aquellas comunicaciones entre tribunales chilenos, dentro de la República, y a su
vez pueden subclasificarse en simples exhortos y exhortos ambulantes o
circulatorios.

o El simple exhorto es la comunicación de un tribunal a otro determinado,


con la finalidad que practique determinadas diligencias.

o El exhorto ambulante o circulatorio es aquel que debe ir pasando por


distintos tribunales chilenos exhortados que deben intervenir en diligencias
determinadas con las atribuciones que se le señalan (pasa de uno a otro y
así sucesivamente, y el último lo devuelve al tribunal original).

226
La forma de remitir el exhorto es a través de Correos de Chile (artículo 77,
Código de Procedimiento Civil). Sin perjuicio que el tribunal exhortante, en casos
calificados, disponga que el exhorto se le entregue a la parte que lo pidió (sea
llevado por mano).

b. Exhorto internacional: Es aquel que debe ser cumplido por una autoridad judicial
extranjera y en territorio extranjero (artículo 76, Código de Procedimiento Civil).
En los tribunales nacionales la comunicación es directa, de tribunal a
tribunal, sin embargo acá no es directa -por ello constituye una novedad-, se dirige
comunicación por conducto de la Corte Suprema en Chile y ésta, según la ley,
debe enviar el exhorto al Ministerio de Relaciones Exteriores para que sea éste el
que lo despache o le dé curso a dicho exhorto, de la forma en que esté
establecido en los tratados internacionales celebrados con el respectivo país o en
la forma que señale el Gobierno (artículo 76, inciso 1°, Código de Procedimiento
Civil).
A través de esta misma vía o mecanismo se reciben los exhortos de los
tribunales extranjeros que deben cumplirse en Chile.

4.- Plazos o términos:

El concepto de Plazo no lo encontramos en la ley procesal, pero sí en el Código


Civil, en el artículo 1494. Desde el punto de vista civil, el plazo se define como “el hecho
futuro y cierto del cual depende el ejercicio o la extinción de un derecho”.
Si vamos al campo procesal, diremos que plazo es el tiempo que concede la ley,
juez o parte para la ejecución de un acto determinado dentro del proceso, o el período
dentro del cual se permite realizar una determinada materia en el proceso.
En materia de plazos, en principio se rigen por las leyes sustantivas (Código Civil, en
los artículos 48 al 50), y esas disposiciones deben entenderse modificadas o
complementadas por las normas procesales aplicables.
* Clasificaciones de los plazos:

Estos plazos son susceptibles de clasificarse según los distintos puntos de vista o
criterios que se considere.

A) Considerando el origen del plazo en materia procesal, distinguimos entre plazo legal,
plazo judicial y plazo convencional.

- Plazo legal: Es aquel que fija el legislador, o el que está señalado en la ley. Esto es
lo que ocurre en la mayoría de los casos. Ejemplo: plazo de contestación de la
demanda (artículo 259, Código de Procedimiento Civil).

- Plazo judicial: Es aquel que señala el juez, siempre y cuando esté facultado por la
propia ley para fijarlo. Ejemplo: los jueces tienen atribuciones para fijar plazos
especiales de prueba (artículo 340, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

- Plazo convencional: Es el que emana del convenio de las partes. Los plazos
convencionales son aquellos que se pueden fijar por acuerdo de las partes.
Ejemplo: las partes pueden restringir el número de días que dure la causa
probatoria (artículo 328, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

227
B) Considerando el momento en que el plazo se va a iniciar (cuando empieza a correr o
contar), se distingue entre plazo individual y plazo común (artículo 65, Código de
Procedimiento Civil).

- Plazo individual: Es aquel que comienza a correr para cada parte desde el
momento mismo en que se notifica la resolución correspondiente; es decir, este
plazo individual podría empezar a correr en momentos distintos para cada parte
de acuerdo al instante en que se haya notificado. Ejemplo: el plazo para apelar es
individual, el demandante podrá apelar cuando se le notifica, podrían ser fechas
distintas (artículo 189, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).

- Plazo común: Es aquel que corre conjuntamente para todas las partes desde el
momento en que se practica la última notificación. Ejemplo: el término probatorio
(plazo para rendir prueba), éste corre desde que es notificado el último (artículo
327, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).

En esta materia, la regla general es que el plazo sea individual, la excepción es


que sean comunes, y para que un plazo tenga esta última calidad es necesario que la ley
lo diga expresamente (artículo 65, Código de Procedimiento Civil).

C) Considerando el momento en que precluye el derecho que debe ejercerse, se


clasifica en plazo fatal, y plazo no fatal (ambos plazos se extinguen o terminan en un
momento determinado).

- Plazo fatal: Es aquel cuyo vencimiento se extingue el derecho o precluye el


derecho para ejercer una determinada actividad procesal, es decir, un derecho
que debió ejercitarse, y una vez vencido el plazo no podrá ejercitarse
posteriormente. Ejemplos: el plazo de contestación de la demanda (artículo 259,
Código de Procedimiento Civil); el plazo para oponerse al desahucio (artículo 590,
Código de Procedimiento Civil).

- Plazo no fatal: Es aquel a cuyo vencimiento aun es posible realizar la actividad


procesal a menos que el trámite se dé por cumplido en rebeldía. Esto quiere decir,
por ejemplo, que si existen cinco días para ejercitar en el juicio un determinado
derecho ese podría ejercerse al día sexto y séptimo mientras la parte contraria no
acuse la rebeldía, es decir, mientras la parte contraria no le pida al juez que dé por
cumplido el trámite en rebeldía de la otra parte.

La regla general dentro de nuestro sistema es que los plazos sean fatales. Así lo
señala el artículo 64 del Código de Procedimiento Civil, que señala en el encabezado que
“los plazos que señala este Código son fatales.....”, de manera que si los plazos los
establece el Código Orgánico de Tribunales, el Código de Procedimiento Penal u otra ley
no son fatales, a menos que la ley lo señale expresamente.
Este artículo dice que son fatales cualquiera sea la forma en que se exprese; basta
que se señale en el Código de Procedimiento Civil para que sea válido. Estos plazos se
aplican a las partes pero no se aplica a las actuaciones propias del tribunal; por ejemplo,
si no se dicta sentencia se puede hacer después, no precluye el derecho pero sí se
sanciona al juez.

D) Considerando las unidades de tiempo del plazo, se habla de plazos de días, plazos de
meses y plazos de años (en algunos casos se habla de plazos de horas, pero son
excepcionales).

228
- Plazos de días: Constituye la regla general dentro del procedimiento. Ejemplos: el
plazo para rendir prueba será de veinte días en juicio ordinario (artículo 328, inciso
1º, Código de Procedimiento Civil); el plazo para apelar deberá interponerse en el
plazo de cinco días (artículo 189, Código de Procedimiento Civil).

- Plazos de meses: Son excepcionales y se establecen para los efectos del


abandono del procedimiento (artículo 152, Código de Procedimiento Civil).

- Plazos de años: Son aun más excepcionales y están establecidos para los efectos
de la prescripción. Ejemplo: la prescripción de la acción ejecutiva (artículo 442,
Código de Procedimiento Civil).

Esta es una clasificación que tiene importancia para efectos del cómputo del
plazo. Aquí se aplica el artículo 66 del Código de Procedimiento Civil que debe
complementarse con el artículo 50 del Código Civil. En esta materia, todos los plazos son
completos y corren hasta el último día inclusive.
En el caso de los plazos de días, la ley establece que estos se entienden
suspendidos durante los días feriados.
En cuanto a los plazos de meses y años se cuentan ininterrumpidamente, estos son
plazos seguidos, salvo que la ley exprese otra cosa. Ejemplo: el artículo 152 del Código de
Procedimiento Civil, que establece que el procedimiento se entiende abandonado
cuando las partes han cesado en su prosecución durante seis meses; este plazo se cuenta
incluyendo el mes de febrero, que corresponde al feriado para el Poder Judicial.

E) Considerando la posibilidad que el plazo se extienda más allá de su duración,


distinguimos entre plazo prorrogable e improrrogable.

- Plazos prorrogables: Son todos aquellos que podrían durar más allá del tiempo que
la ley señala como duración (permite ser ampliados).

- Plazos improrrogables: Son aquellos que no permiten ser ampliados más allá de la
duración de su plazo. No pueden extenderse o ampliarse más allá de la duración
que la ley señala.

La ley dice que solamente son prorrogables los plazos judiciales o los que fija el
tribunal (artículo 67, Código de Procedimiento Civil), esto bajo ciertas condiciones:

o Que se solicite la ampliación antes del vencimiento del plazo.


o Que se alegue justa causa (esgrimir algún fundamento), la cual será calificada por
el juez prudencialmente.

En esta materia, la regla general es que los plazos legales no pueden ser
prorrogados por el tribunal, a menos que la propia ley faculte al juez.
La calidad de prorrogable o improrrogable de un plazo no tiene nada que ver con
el carácter de fatal o no fatal del mismo. Aquí lo que se pide es la ampliación del plazo
para ejercer el derecho.

5.- La rebeldía:

Esta es una institución del derecho procesal que se regula en los artículos 78 al 81
del Código de Procedimiento Civil.
La rebeldía en términos generales consiste en la declaración en forma expresa que
hace un tribunal acerca de la pérdida o extinción de un derecho luego de expirado un

229
plazo no fatal y, en consecuencia, el trámite debe darse por cumplido en ausencia de la
parte, esto con la finalidad que el proceso tenga que seguir avanzando.
La rebeldía no opera para los plazos fatales que indica el Código de
Procedimiento Civil (se extinguen por el solo ministerio de la ley), aquí es innecesaria la
rebeldía; y el Código lo establece para los plazos judiciales (artículo 78, Código de
Procedimiento Civil).

Art. 78, Código de Procedimiento Civil: “Vencido un plazo judicial para la


realización de un acto procesal sin que éste se haya practicado por la parte
respectiva, el tribunal, de oficio o a petición de parte, declarará evacuado dicho
trámite en su rebeldía y proveerá lo que convenga para la prosecución del juicio,
sin certificado previo del secretario”.

Mediante la declaración de rebeldía el tribunal declara cumplido el trámite


procesal de que se trate y resolverá el juez lo que convenga para la continuación del
juicio sin certificado previo del secretario.

* Efectos de la rebeldía:

La rebeldía tiene efectos distintos según si se produce en primera o segunda


instancia.

a) En primera instancia: Si el litigante está rebelde, éste no puede ser olvidado del
juicio por la parte contraria, hay que seguir notificándolo de las resoluciones que se
dicten o que recaigan en el juicio.
La rebeldía en primera instancia tiene por tanto efectos particulares, se
refiere a un trámite específico.

b) En segunda instancia: Esto produce consecuencias distintas para las partes (en
segunda instancia hablamos de apelantes y apelados). Si no comparece el
apelante el recurso se le extingue y se acaba la apelación; y si es el apelado el
que no comparece, el recurso se puede tramitar en su rebeldía sin necesidad de
notificarle las resoluciones.
La rebeldía en segunda instancia produce efectos generales.

6.- Las resoluciones judiciales:

Las resoluciones judiciales están insertas dentro de los actos procesales. En este
sentido, las resoluciones judiciales son una especie de actuación judicial.
Estas resoluciones judiciales tienen una particularidad y es que se trata de actos
procesales que emanan de los órganos jurisdiccionales.

* Concepto:

La ley no da un concepto de las resoluciones judiciales, por ello hay que ajustarse
a lo señale la doctrina. En esta materia, existen muchas definiciones de resoluciones
judiciales que dan los autores:

- Concepto de Sergio Rodríguez Garcés: Las resoluciones judiciales son


“pronunciamientos escritos del juez de la causa, dictada en el proceso, y relativo a
actos de procedimiento, actuaciones y/o actuaciones de la controversia”.

230
- Concepto de Mario Casarino Viterbo: Las resoluciones judiciales “es todo acto que
emana del tribunal, destinado a sustanciar o fallar la controversia material del
juicio”.

Las resoluciones constituyen verdaderas declaraciones de voluntad de los


tribunales como emiten sus pronunciamientos.

* Finalidades de las resoluciones judiciales:

a) Sirven para sustanciar y tramitar el proceso, esto significa que el juez o tribunal
puede disponer u ordenar las diligencias o actuación que se pronuncien en el
proceso.

b) Pronunciarse respecto de solicitudes que hacen valer las partes a través de los
escritos.

c) Los jueces fallan la controversia a través de una resolución especial que es la


sentencia definitiva.

Dentro de un proceso, los tribunales pueden dictar innumerables resoluciones


judiciales. La más importante es la sentencia definitiva, tanto para el tribunal como para
las partes.
Lo que pretenden las partes es que el juez dicte sentencia y lo que pretende el
tribunal es que se resuelva el litigio.

* Clasificaciones de las resoluciones judiciales:

a. Atendiendo a su contenido (artículo 158, Código de Procedimiento Civil):

o Sentencias definitivas.
o Sentencias interlocutorias.
o Autos.
o Decretos, providencias o proveídos.

b. Atendiendo a la clase de tribunal que lo pronuncie:

o Resoluciones emanadas de los tribunales ordinarios.


o Resoluciones emanadas de los tribunales especiales.
o Resoluciones emanadas de los tribunales arbitrales.

c. Considerando el grado jurisdiccional:

o Resoluciones de única instancia.


o Resoluciones de primera instancia.
o Resoluciones de segunda instancia.

d. Atendiendo a la nacionalidad del tribunal que dicta la resolución:

o Resoluciones dictadas por tribunales nacionales.


o Resoluciones dictadas por tribunales extranjeros.

La ley chilena considera esta clasificación para el efecto de la ejecución


de estas resoluciones, en este sentido, para su ejecución, se seguirán los

231
procedimientos que establezca la ley chilena, en cuanto no se modifiquen los
tratados internacionales respectivos (artículo 242, Código de Procedimiento Civil).
Se establecen reglas para las resoluciones dictadas por tribunales chilenos y
reglas para las resoluciones dictadas por tribunales extranjeros (artículos 242 y
siguientes, Código de Procedimiento Civil).

* Importancia de la clasificación del artículo 158 del Código de Procedimiento Civil:

La clasificación del artículo 158 del Código de Procedimiento Civil es la más


relevante de todas. Esta clasificación es importante porque:

- Dependiendo de la clase de resolución, distintas serán sus requisitos, de forma y de


fondo, que se exigen.

- Dependiendo de la clase de resolución de que se trate, diferentes serán los


recursos procesales que pueden hacerse valer en su contra.

- Dependiendo de la naturaleza de estas resoluciones, distintos serán los efectos que


producen cada una de ellas. Esto es particularmente importante respecto de la
cosa juzgada.

- En relación a las notificaciones, dependiendo de qué resolución se trate, habrá


que determinar la manera de notificar.

- En relación con los tribunales colegiados, para lo cual será distinto el número de
ministros que deben intervenir en la dictación de la resolución.

- También tiene importancia para determinar en cada caso la forma en que los
tribunales superiores van a conocer de ciertos recursos (si se conocen en cuenta o
previa vista de la causa).

* Clasificación de las resoluciones (clases de resoluciones):

Atendiendo a su contenido las resoluciones se clasifican en sentencias definitivas,


sentencias interlocutorias, autos y decretos (artículo 158, inciso 1º, Código de
Procedimiento Civil):

1) Decretos, providencias o proveídos:

Se entiende por decreto, providencia o proveído aquella resolución judicial que


solamente tiene por objeto determinar o arreglar la sustanciación del proceso (artículo
158, inciso 5º, Código de Procedimiento Civil).

Art. 158, inciso 5º, Código de Procedimiento Civil: “Se llama decreto, providencia o
proveído el que, sin fallar sobre incidentes o sobre trámites que sirvan de base para
el pronunciamiento de una sentencia, tiene sólo por objeto determinar o arreglar
la substanciación del proceso”.

Este artículo 158, inciso 5º, del Código de Procedimiento Civil hay que concordarlo
o relacionarlo con el artículo 70, inciso 3º, del Código Orgánico de Tribunales, que señala
que “se entienden por providencias de mera sustanciación las que tienen por objeto dar
curso progresivo a los autos, sin decidir ni prejuzgar ninguna cuestión debatida entre
partes”.

232
Significa que estos decretos permiten darle curso progresivo a los autos, o sea, no
resuelven aspectos de fondo, son de mero trámite. Ejemplo: la resolución que recae sobre
un escrito de demanda, dar curso a la demanda.
Este tipo de resoluciones tienen como características dos aspectos:

- A través de ellos los tribunales no pueden fallar ninguna cuestión de fondo


debatida entre las partes.
- Tienen por finalidad dar curso progresivo a los autos (disponer diligencias).

2) Autos:

Auto es una resolución judicial que falla un incidente sin establecer derechos
permanentes a favor de las partes (artículo 158, inciso 4º, Código de Procedimiento Civil).
Se diferencian de los decretos en que estos últimos jamás van a decidir o resolver
incidentes.

Art. 158, inciso 4º, Código de Procedimiento Civil: “Se llama auto la resolución que
recae en un incidente no comprendido en el inciso anterior”.

Un incidente es una cuestión accesoria que se plantea en el transcurso del juicio y


que requiere de un pronunciamiento especial del tribunal.
Estos derechos permanentes no están definidos, esto en consecuencia se trata de
una cuestión de hecho.
La doctrina ha dicho que derecho permanente es aquel que después de
adquirirlo, al fallarse por el tribunal, subsiste en el tiempo incorporándose al patrimonio del
sujeto, y subsiste una vez terminado el proceso.
Ejemplo: en un juicio de alimentos, se puede pedir alimentos provisorios (incidente)
y se resuelve a través de un auto, por lo tanto no constituyen derechos permanentes,
habrá que esperar para ello la sentencia definitiva.

3) Sentencias interlocutorias:

Las sentencias interlocutorias son aquellas que fallan un incidente del juicio pero
estableciendo derechos permanentes a favor de las partes, o bien que resuelve sobre
algún trámite que debe servir de base en el pronunciamiento de una sentencia definitiva
o interlocutoria (artículo 158, inciso 3º, Código de Procedimiento Civil).

Art. 158, inciso 3º, Código de Procedimiento Civil: “Es sentencia interlocutoria la
que falla un incidente del juicio, estableciendo derechos permanentes a favor de
las partes, o resuelve sobre algún trámite que debe servir de base en el
pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria”.

De lo anteriormente señalado se desprende que esta sentencia tiene dos


funciones distintas o es de dos tipos:

i. La que falla un incidente estableciendo derechos permanentes a favor de las


partes.
ii. La que resuelve sobre un trámite que debe servir de base a la resolución de una
posterior sentencia.

- La interlocutoria que resuelve un incidente que establece derechos permanentes a favor


de las partes. Esta no opera de pleno derecho, hay que tramitarla y constituye un
incidente. El juez debe fallarlo, si lo hace favorablemente será sentencia interlocutoria

233
porque son derechos permanentes. Por ejemplo, estas sentencias interlocutorias que
resuelven un incidente la encontramos en:

o La sentencia interlocutoria que resuelve el desistimiento de la demanda.


o La que declara el abandono del procedimiento por inactividad de las partes.
o La que declara desierto un recurso de apelación.
o La que se pronuncia sobre una excepción dilatoria.

- La interlocutoria que resuelve sobre un trámite para dictar posteriormente sentencia, no


se resuelven incidentes. Por ejemplo, éstas las encontramos en:

o La resolución que recibe la causa a prueba (sirve de base para dictar sentencia
definitiva).
o La resolución que cita a las partes a oír sentencia (si no se cumple con esto la
sentencia es nula).

La interlocutoria es posible clasificarla de otra forma (segunda clasificación) para


determinar la procedencia del recurso de casación. Según sea procedente o
improcedente el recurso de casación las sentencias interlocutorias se clasifican en:

 Interlocutorias que ponen término al juicio o hacen imposible su continuación.


Ejemplos: la que acepta el desistimiento de la demanda o la que declara
abandonada el procedimiento.

 Interlocutorias que no ponen término al juicio o no hacen imposible su


continuación. Ejemplo: la que recibe causa de prueba.

4) Sentencias definitivas:

Las sentencias definitivas son resoluciones judiciales que ponen fin a la instancia,
resolviendo la cuestión que ha sido objeto de juicio (artículo 158, inciso 2º, Código de
Procedimiento Civil).

Art. 158, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil: “Es sentencia definitiva la que
pone fin a la instancia, resolviendo la cuestión o asunto que ha sido objeto del
juicio”.

De manera que para que la sentencia sea calificada de definitiva, deben


cumplirse dos requisitos:

- Debe poner fin o término a la instancia de que se trate.


- Que la resolución judicial resuelva la cuestión o asunto que ha sido objeto del
juicio.

La instancia, para estos efectos, es cada uno de los grados jurisdiccionales fijados
por la ley a los diversos asuntos que se entregan a los tribunales de justicia para su
conocimiento y fallo.

Estas sentencias definitivas también admiten clasificación:

Dependiendo de la instancia en que se pronuncie la sentencia por los tribunales,


las sentencias se pueden clasificar en:

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a) Sentencias de única instancia.
b) Sentencias de primera instancia.
c) Sentencias de segunda instancia.

A su vez, las sentencias definitivas de segunda instancia se pueden subclasificar en:


confirmatorias, modificatorias y revocatorias, según lo que vaya a hacer esa sentencia de
segunda instancia en relación a la primera instancia (según que mantenga, modifique o
revoque lo resuelto en primera instancia).

• Sentencias confirmatorias: son aquellas que mantienen en todas sus partes la


sentencia de primera instancia.
• Sentencias modificatorias: son aquellas que le hace alguna alteración sin
cambiarla totalmente.
• Sentencias revocatorias: son aquellas que resuelven en sentido opuesto o
contrario al fallo de primera instancia.

Además de esta clasificación, existe otra clasificación doctrinaria. En este sentido,


considerando el contenido de la sentencia, tenemos sentencia definitiva de condena,
sentencia declarativa y sentencia constitutiva:

a. Sentencia definitiva de condena: es aquella que impone una determinada


prestación y que por este motivo permite exigir su cumplimiento forzado.
b. Sentencia declarativa: es aquella que se limita a un determinado pronunciamiento
acerca de una sentencia y sin que esto permita obtener el cumplimiento forzado
de esa decisión.
c. Sentencia constitutiva: es aquella que crea estados jurídicos nuevos y producen
efecto absoluto. Ejemplo: sentencia de nulidad de un matrimonio.
* Otros tipos de sentencias:

A) Sentencia de término:

El Código de Procedimiento Civil en alguna de sus disposiciones establece las


sentencias de término. Usan esa expresión, por ejemplo, el artículo 98, que se refiere a la
regla de acumulación de autos.
A pesar de ello nuestro Código no señala que debe entenderse por estas. La
doctrina ha entendido que sentencia de término es aquella sentencia, tanto definitiva
como interlocutoria, que pone término o que recae en la última instancia del juicio.
De este modo si un juicio se falla en única instancia, la sentencia que recae en esa
única instancia tendrá la calidad de sentencia de término. Si el juicio se sigue tanto en
primera como en segunda instancia, será sentencia de término la que recae en la
segunda instancia.

B) Sentencia firme o ejecutoriada:

Sentencia inamovible, no es susceptible de ser alterada, permite exigir su


cumplimiento.
Esto se encuentra regulado en el artículo 174 del Código de Procedimiento Civil,
que señala cuando debe entenderse que la resolución está firme o ejecutoriada.

Art. 174, Código de Procedimiento Civil: “Se entenderá firme o ejecutoriada una
resolución desde que se haya notificado a las partes, si no procede recurso alguno
en contra de ella; y, en caso contrario, desde que se notifique el decreto que la
mande cumplir, una vez que terminen los recursos deducidos, o desde que

235
transcurran todos los plazos que la ley concede para la interposición de dichos
recursos, sin que se hayan hecho valer por las partes. En este último caso
tratándose de sentencias definitivas, certificará el hecho el secretario del tribunal a
continuación del fallo, el cual se considerará firme desde este momento, sin más
trámites”.

Para determinar cuando una sentencia se encuentra firme o ejecutoriada hay que
distinguir y ver si proceden o no recursos en su contra (artículo 174, Código de
Procedimiento Civil):

a) Si no procede recurso alguno en contra de la resolución (cuando la ley no


contempla recurso) se entenderá firme o ejecutoriada desde que la resolución se
notifica legalmente a las partes.

b) Si proceden recursos en su contra, hay que distinguir si estos recursos se


interpusieron o no.

o Si se interponen o se hacen valer recursos, se entenderá firme o ejecutoriada


desde que se notifique el decreto que lo manda a cumplir una vez terminados
los recursos.
Así, por ejemplo, si se ha dictado sentencia en primera instancia en que
proceden recursos en su contra (es apelable), y una de las partes apela ante el
tribunal de segunda instancia, que dicta una nueva resolución (ya sea
confirmando, modificando o revocando la primera sentencia), de este modo
el expediente debe ser devuelto al tribunal de primera instancia, el que debe
dictar un decreto en que ordene cumplir con esa sentencia (se llama
“cúmplase”) y hay que notificarlo legalmente a las partes, y desde que se
practica esta última notificación se entiende firme o ejecutoriada.

o En el caso de que procedan los recursos pero no se interponen o no se hacen


valer por las partes, se entenderá firme o ejecutoriada la resolución desde que
se agotan todos los plazos que la ley establece para interponer tales recursos,
sin que estos se hayan hecho valer.
En este caso la ley dice que si se trata de sentencia definitiva el
secretario del tribunal debe certificar el hecho o continuación del fallo (lo que
certifica es el hecho que transcurrieron los plazos y no se hizo valer el recurso,
ahí se entiende firme o ejecutoriada).
Así por ejemplo, para apelar se tiene por lo general un plazo de diez
días, si nada se dijo en ese término una vez transcurrido, se entiende que esa
resolución quedó firme o ejecutoriada.

Hay otras sentencias que sin estar ejecutoriadas (no están en el artículo 174) se
pueden cumplir no obstante que existan o puedan existir recursos pendientes en su
contra. Estas son las sentencias que causan ejecutoria.

C) Sentencias que causan ejecutoria:

Se entiende por sentencias que causan ejecutoria aquellas que pueden hacerse
cumplir no obstante existir recursos pendientes en su contra. Ejemplo: cuando se concede
un recurso de apelación en el sólo efecto devolutivo.

* Requisitos de las resoluciones judiciales:

236
Toda resolución judicial debe cumplir con ciertas exigencias que la ley hace, que
son variables, por lo que no siempre estos requisitos serán los mismos, porque depende de
cuál sea la clase de resolución judicial. En algunos casos la ley es más exigente (por
ejemplo, en la sentencia definitiva) y en otros casos es mucho menos exigente (por
ejemplo, en los decretos).
Estos requisitos pueden ser:

 Requisitos de carácter general, aplicables o comunes a todas las resoluciones.


 Requisitos de carácter especial, establecidos para cada resolución en particular.

1) Requisitos de carácter general:

Los requisitos generales se indican en el artículo 169 del Código de Procedimiento


Civil, estos son:

- Debe señalar en letras la fecha en que se expide y el lugar de expedición de la


misma. Ejemplo: “Concepción, ocho de octubre del dos mil uno”.

- La firma del juez o de los jueces que la dicten o intervengan en el acuerdo.

- La autorización del secretario del mismo tribunal que pronunció la resolución


(artículo 61, inciso final, Código de Procedimiento Civil; artículo 380, nº 2, Código
Orgánico de Tribunales).
Por excepción hay resoluciones que dicta el secretario y en ese caso debe
autorizar el oficial primero del tribunal, esto en el caso de la facultad de dictar
decretos (artículo 33, inciso 2º, Código Orgánico de Tribunales).
El juez o tribunal que dicte la resolución debe ser el mismo que está
conociendo del proceso, excepcionalmente lo hace el secretario u otro juez
distinto, en el caso de resoluciones que lo dicte un tribunal que se le haya
delegado competencia en determinado asunto.

2) Requisitos especiales:

Estos requisitos especiales dependen de la resolución de que se trate. De esta


manera tenemos:

A. Requisitos especiales de los decretos:

Atendiendo a su naturaleza deben indicar cual es la diligencia o trámite que se


ordena para dar curso al proceso.

B. Requisitos especiales de los autos y sentencias interlocutorias:

De acuerdo al artículo 171 del Código de Procedimiento Civil, en los autos y las
sentencias interlocutorias se tendrían que indicar, en cuanto a la naturaleza del negocio
lo permita, las siguientes menciones:

- Las consideraciones de hecho o de derecho que sirven de fundamento a la


resolución (artículo 170, nº 4, Código de Procedimiento Civil).

- La enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de equidad, con


arreglo a los cuales se pronuncia el fallo (artículo 170, nº 5, Código de
Procedimiento Civil).

237
- Siempre debe contener la decisión del asunto controvertido, porque tanto la
sentencia interlocutoria como los autos resuelven incidentes (artículo 171, Código
de Procedimiento Civil).

Los dos primeros puntos no siempre se cumplirán (no tienen carácter imperativo),
depende de la naturaleza del asunto (artículo 171, Código de Procedimiento Civil).
Ejemplo: la resolución que recibe la causa de prueba es una sentencia interlocutoria, pero
no resuelve ningún incidente, para lo que no será necesario que contenga las
consideraciones de hecho o de derecho.
Estos dos primeros requisitos están señalados en el artículo 170, nº 4 y nº 5, que se
establecen para la sentencia definitiva, pero también se aplican para las interlocutorias o
autos.

C. Requisitos especiales de las sentencias definitivas:

Para examinar estos requisitos de la sentencia definitiva hay que ver si se trata de
sentencias definitivas de única, primera o segunda instancia.

a) Requisitos especiales de las sentencias definitivas de única o de primera instancia:

Las sentencias definitivas de única instancia y de primera instancia deben cumplir


con los requisitos especiales que señala el artículo 170 del Código de Procedimiento Civil y
además con los requisitos especiales que contempla el auto acordado de la Corte
Suprema sobre la forma de las sentencias de 1920 (apéndice del Código de
Procedimiento Civil) y que es complementaria a la norma del artículo 170.
Los requisitos del artículo 170 son:

- Debe contener la designación precisa de las partes litigantes, su domicilio y


profesión u oficio (artículo 170, nº 1, Código de Procedimiento Civil). Esto está
referido a individualizar al demandante y demandado en la sentencia (este
requisito se repite en el auto acordado).

- La enunciación breve de las peticiones o acciones deducidas por el demandante


y de sus fundamentos (artículo 170, nº 2, Código de Procedimiento Civil), también
se repite en el auto acordado.

- La enunciación de las excepciones o defensas alegadas por el demandado


(artículo 170, nº 3, Código de Procedimiento Civil). Se repite en el auto acordado.

Estos tres primeros requisitos (los numerandos 1, 2 y 3 del Código de


Procedimiento Civil) constituyen la parte expositiva del asunto.

- Debe contener las consideraciones de hecho o de derecho que sirven de


fundamento a la sentencia (artículo 170, nº 4, Código de Procedimiento Civil).
Estas son todas las argumentaciones que el juez debe realizar en el fallo, es la
parte medular del fallo, la más importante.

- La enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de equidad, con


arreglo a los cuales se pronuncia el fallo (artículo 170, nº 5, Código de
Procedimiento Civil). El juez tiene que citar las disposiciones legales que sirven de
apoyo a su decisión y a falta de ley debe señalar los principios de equidad
aplicables.

238
Estas exigencias se refieren a la necesidad que los fallos de los tribunales de
justicia estén fundados, el juez debe dar las razones de sus decisiones para evitar las
arbitrariedades.
Estos requisitos de los numerandos 4 y 5 constituyen la parte considerativa de la
sentencia, que es la parte fundamental.

- La decisión del asunto controvertido (artículo 170, nº 6, Código de Procedimiento


Civil). Se deben establecer con precisión en qué consiste la resolución que dicta el
juez, se acoge la demanda o se rechaza la demanda.

Esta parte de la sentencia es la parte resolutiva o dispositiva del fallo.

En consecuencia, una sentencia definitiva de única o primera instancia cuenta


con tres partes claramente determinadas:

o Parte expositiva.
o Parte considerativa
o Parte resolutiva.

Esto distinción entre las partes expositiva, considerativa y resolutiva tiene


importancia:
 Para los efectos del recurso de casación en el fondo, que tiene por objeto invalidar
una sentencia dictada con infracción de la ley, esto tiene influencia en lo
dispositivo, porque se aplicó mal la ley.

 Otra anomalía que puede presentar un fallo es que existan diferencias entre la
parte considerativa y resolutiva, ya que no puede se fundamentar algo y luego
resolver otra cosa. En el caso que existiere tal contradicción debe estimarse que
esa sentencia carece de considerandos o parte considerativa, y por consiguiente
el fallo que se hubiere dictado en esas condiciones es susceptible de anularse a
través de un recurso de casación en la forma.

 Si los considerandos del fallo fuesen insuficientes o erróneos, en este caso la


sentencia no es anulable, porque cumple con las condiciones, pero existe la
posibilidad de enmendar los errores a través del recurso de apelación.

Esta resolución de la sentencia debe ser completa, lo cual significa que el juez
tiene que pronunciarse respecto de todas las acciones y excepciones formuladas por las
partes, pero se puede omitir en esta decisión la resolución de pretensión o defensas
incompatibles con las que fueron aceptadas.
También hay que considerar que el juez en la sentencia tiene que pronunciarse por
aquellas acciones o excepciones que se deduzcan oportunamente en el juicio (ya que
hay plazos corridos y fatales). Si de hecho se hacen valer acciones o excepciones con
posterioridad, extemporáneamente, ellas no deben ser consideradas por el juez.
Otra limitación que tiene el tribunal es que debe pronunciarse sobre las mismas
acciones y excepciones que se han hecho valer posteriormente, no de otra, y si no se
cumple estaría fallando la decisión y la sentencia sería anulable. Por excepción el juez en
el fallo puede hacer otros pronunciamientos que no hayan sido emitidas por las partes,
como cuando la ley le permite actuar de oficio (artículo 160, Código de Procedimiento
Civil). Ejemplo: la declaración de incompetencia absoluta.

Art. 160, Código de Procedimiento Civil: “Las sentencias se pronunciarán conforme


al mérito del proceso, y no podrán extenderse a puntos que no hayan sido

239
expresamente sometidos a juicio por las partes, salvo en cuanto las leyes manden
o permitan a los tribunales proceder de oficio”.

El auto acordado de la Corte Suprema de 1920 contiene las mismas menciones del
artículo 170, pero además agrega otras.

- Consignar si se ha recibido o no la causa a prueba.


- Consignar si las partes fueron o no citadas para oír sentencia en los casos previstos
por la ley.

Los números 1 al 4 del auto acordado constituyen la parte expositiva; en la parte


considerativa están los requisitos en los números 5 al 12; y en la parte resolutiva, los
números 11 al 16.
¿Qué importancia tiene que un requisito esté en el artículo 170 o en el auto acordado?

Esto tiene vital importancia en el caso de omisión por parte del juez (en caso de
que la sentencia no cumpla las condiciones), porque son distintas las consecuencias que
se siguen por estas omisiones.

• Si se omite alguno de los requisitos legales la sentencia puede ser recurrida de


casación.
• Si se omite algún requisito del auto acordado no es posible deducir el recurso de
casación en contra del fallo, salvo que lo contemple le ley. El juez que infringe el
auto acordado se podría hacer merecedor de sanción disciplinaria, pero no
puede invalidar la sentencia.

Las sentencias definitivas de única o primera instancia, lo mismo vale para los auto
acordados y sentencia interlocutoria, deben cumplir con un requisito que no está en el
artículo 170 y es que las sentencias deben tener un pronunciamiento acerca de las costas
del juicio o del incidente (artículo 144, Código de Procedimiento Civil).

Art. 144, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “La parte que sea vencida
totalmente en un juicio o en un incidente, será condenada al pago de las costas.
Podrá con todo el tribunal eximirla de ellas cuando aparezca que ha tenido
motivos plausibles para litigar, sobre lo cual hará declaración expresa en la
resolución”.

Esto no significa que el juez siempre tenga que condenar a una de las partes en
costas; en ciertos casos el juez puede eximir del pago de la obligación, siendo lo
importante es el pronunciamiento.

b) Requisitos especiales de las sentencias definitivas de segunda instancia:

Aquí hay que distinguir de que clase de sentencia de segunda instancia se habla:
si es modificatoria, reformatoria o confirmatoria. Los requisitos de una y otra son diferentes.

- Segunda instancia confirmatoria: Es aquella sentencia de segunda instancia que


no introduce variación a la sentencia de primera instancia, mantiene la decisión
del tribunal anterior tal cual, por este motivo la sentencia no cumple con ningún
requisito especial y no contiene parte expositiva ni tampoco considerativa, lo
único que hace es confirmar la sentencia.
No obstante lo anterior, hay casos en que la sentencia confirmatoria debe
cumplir con ciertos requisitos, esto se refiere al caso en que la sentencia de primera

240
instancia adolezca de defecto, o sea que la sentencia de primera instancia no
cumpla con los requisitos del artículo 170 (la sentencia confirmatoria debe cumplir
con los requisitos del artículo 170).
Podría ocurrir que en esta situación la sentencia de primera instancia
adolezca de un vicio importante, como por ejemplo, que adolezca de falta de
decisión o la falta del fallo de alguna acción o excepción, en este caso el tribunal
de segunda instancia tiene dos posibilidades:

o Anular de oficio la sentencia de primera instancia o casarla de oficio


(casación de oficio).
o Ordenar al inferior que complete la sentencia y entre tanto suspender el
fallo del recurso (ordenarla que subsane el defecto).

- Segunda instancia modificatoria o revocatoria: Se entienden que son sentencias


modificatorias o revocatorias las que modifican o revocan respectivamente en su
parte dispositiva la de otros tribunales. La modificatoria altera en parte y la
reformatoria totalmente la decisión.
Estas sentencias tienen que contener los mismos requisitos del artículo 170.
No obstante esto, si el fallo de primera instancia reúne todos los requisitos del
artículo 170 la sentencia revocatoria o modificatoria no necesita contener los
números 1, 2 y 3 del artículo citado (parte expositiva del fallo), basta con hacer
una referencia de ellos.
En la parte de la decisión esta sentencia modificatoria o revocatoria debe
señalar en qué consiste esa nueva decisión, y si es revocatoria deberá decirlo
expresamente.
Hay casos en que la sentencia definitiva de segunda instancia puede
contener ciertos pronunciamientos que se deben hacer por primera vez en el
juicio. Estos casos son:

• La situación del artículo 310 del Código de Procedimiento Civil, que permite
que en segunda instancia, frente al tribunal superior, se hagan valer ciertas
excepciones taxativamente indicadas por la ley. Estas excepciones deben ser
resueltas por el tribunal de segunda instancia y ese va a ser un primer y único
pronunciamiento.
Si se deduce durante la tramitación de un recurso de apelación, va a
ser resuelto precisamente por el tribunal de segunda instancia.

• Otro caso excepcional se produce cuando el tribunal superior emite un


pronunciamiento de acciones o excepciones hechas valer en primera
instancia pero respecto de los cuales no hubo pronunciamiento por el tribunal
inferior (se abstuvo) por ser incompatibles con los que fueron aceptados en el
fallo (el tribunal de segunda instancia está autorizado para pronunciarse).
Frente a esta posibilidad el tribunal de alzada puede pronunciarse sobre
estas acciones y excepciones sin que se requiera un pronunciamiento del
tribunal inferior (artículo 208, Código de Procedimiento Civil).

• Otro caso tiene lugar en presencia de un juicio sumario, y en este caso el


tribunal superior está facultado para pronunciarse, a petición de parte, sobre
todas las cuestiones que fueron discutidas en primera instancia y respecto de
las cuales no hubo pronunciamiento. Entonces, en este caso, no es necesario
devolver el expediente al tribunal inferior para que se pronuncie ya tampoco
puede invalidar de oficio.

241
• Otro caso de excepción se refiere a la declaración de oficio que la ley permite
hacer a los tribunales. Por ejemplo, la declaración de incompetencia absoluta.

D. Requisitos especiales que debe cumplir la primera resolución que se dicta en un


proceso:

Esta primera resolución, fuera de las exigencias generales, debe cumplir con un
requisito especial, el cual consiste en que se debe señalar el número de rol que va a tener
el proceso. Esta exigencia se da, por regla general, en la primera resolución que se dicte
en el proceso.
El número es el que va a tener el proceso durante toda la tramitación (artículo 51,
Código de Procedimiento Civil) y tiene mucha importancia para los efectos de
notificación por el estado diario.

7.- Las notificaciones:

Para estudiar las notificaciones es necesario analizar las resoluciones judiciales


(tienen directa relación con las resoluciones judiciales, no se concibe por sí sola), porque
el artículo 38 de Código de Procedimiento Civil dice que “las resoluciones judiciales sólo
producen efecto en virtud de notificación hecha con arreglo a la ley, salvo los casos
expresamente exceptuados por ella”. Sin la notificación esa resolución no producirá
ningún efecto.
De estas regla del Código de Procedimiento Civil se concluye que no basta con
que los tribunales pronuncien las resoluciones judiciales, sino que además se requiere un
acto posterior, que es la notificación. Además, la notificación debe hacerse “con arreglo
a la ley”, no basta cualquier forma de notificar.
La resolución judicial viene a ser un acto complementario a la notificación.

* Fundamento de las notificaciones:

El fundamento de estos actos de comunicación son que en todo proceso


intervienen y actúan como sujetos procesales el juez y las partes. Tanto el juez como estas
partes realizan dentro del proceso actos íntimamente relacionados y vinculados entre sí,
que deben ser comunicados.
En el sistema procesal chileno, dentro del sistema civil, siempre existen dos
posibilidades de comunicar las actuaciones o resoluciones:

- Que se haga en forma inmediata a la dictación de la resolución pertinente (se


produce por la presencia física de las partes ante el tribunal).
- Que no se haga en forma inmediata a la dictación de la resolución de que se
trata (no tiene lugar la presencia física de las partes entre ellas y frente al juez).

En Chile, por regla general, no existe una comunicación directa de las partes entre
ellas y el tribunal, porque las actuaciones no se realizan en presencia física de las partes,
salvo excepciones; por ejemplo, el comparendo entre las partes. Esta situación se debe al
“principio de la mediatividad”, que hace que la comunicación no sea directa, situación
que es propia de los procedimientos escritos.
En los procedimientos escritos la comunicación entre los sujetos del proceso no es
inmediata, los actos de uno no son conocidos por el otro en el momento mismo en que se
producen.
En consecuencia, como no existe presencia física hay que idear un sistema de
comunicación para que los actos que efectúa el tribunal sean conocidos por el otro y
viceversa. Por tal razón es que existe el acto procesal denominado “notificaciones”.

242
En el sistema chileno, la notificación, de acuerdo con el artículo 38, debe hacerse
con arreglo a la ley y ésta establece varias formas de realizar la notificación
(dependiendo de cada caso en particular).
Notificar las resoluciones judiciales constituye la regla general para que ellas
produzcan sus efectos, salvo excepciones que el mismo artículo 38 señala expresamente.
Hay casos en que hay resoluciones judiciales que pueden producir efectos sin ser
notificadas, pero para ello se requiere que estos casos estén “expresamente establecidos
en la ley”. Por ejemplo:

 En materia de apelaciones, cuando no aparece el apelado no será necesario


notificarle la resolución que se dicte (artículo 202, inciso 1º, Código de
Procedimiento Civil).

 Tratándose también de las apelaciones, la resolución que declare la deserción por


la no comparecencia del apelante producirá sus efectos respecto de éste desde
que se dicte y sin necesidad de notificación (artículo 201, inciso final, Código de
Procedimiento Civil).

 En materia de medidas precautorias, se podrán llevar a efecto dichas medidas


antes de notificarse a la persona contra quien se dictan, siempre que existan
razones graves para ello y el tribunal así lo ordene (artículo 302, inciso 2º, Código
de Procedimiento Civil).

* Concepto de notificación:

No existe una definición legal de notificaciones en el Código, por lo tanto


debemos recurrir a la doctrina, donde encontramos numerosas definiciones de
notificación.

- Definición de Alessandri: “Notificación es una actuación judicial que tiene por


objeto poner en conocimiento de las partes una resolución judicial”.

- Definición de Hugo Alsina: “La notificación es el acto por el cual se pone en


conocimiento de las partes una resolución judicial”.

- Definición de los autores españoles López Moreno y Rafael Gallinol: “Es el acto de
poner en conocimiento de los litigantes o de los terceros, sean parte o no en el
juicio o gestión no contenciosa, con las formalidades prescritas por la ley,
cualquiera diligencia o resolución judicial que pueda interesarles”.

Las notificaciones pueden tener un concepto amplio o restringido. El concepto


amplio significa que la notificación puede tener un contenido variado que en cada caso
hay que precisar para que la parte sepa a que atenerse. El concepto restringido
corresponde al ya dado anteriormente, es una idea de comunicación sin importar el
contenido de la resolución.

* Concepto amplio de la notificación:

El concepto amplio de la notificación tiene un contenido variable. Hay que


analizarlo en cada caso si la notificación lleva consigo:

o La citación de la parte.
o El emplazamiento.

243
o El requerimiento.

Nuestro legislador procesal se refiere a estos tres conceptos, pero no establece


normas especiales para cada uno de ellos como ocurría en la legislación española de
donde derivó la nuestra.

a) Citación: La citación es un acto de intimación mediante el cual la persona que es


notificada debe comparecer obligatoriamente y en forma personal al tribunal a
una audiencia.
Mediante la citación el juez ordena la comparecencia ante él de una
persona determinada (las partes o a un tercero), por lo tanto no importa el
contenido.
La comparecencia se debe realizar en un tiempo o momento determinado,
generalmente en un hora y día específico, y que la persona debe cumplir.
Ejemplo: los testigos, que son notificados y citados.

b) Emplazamiento: El emplazamiento es el llamamiento que hace el tribunal a la


parte para que comparezca dentro de un plazo determinado, variable en cada
caso, con el objeto de hacer valer sus derechos, fundamentalmente de defensa.
Ejemplo: la notificación de la demanda lleva implícita el emplazamiento
del demandado.

c) Requerimiento: El requerimiento es el acto por el cual el tribunal ordena a las


partes o a terceros hacer o no hacer algo específico, pero que no consista en una
comparecencia ni citación ante él, según lo que le señale el tribunal para lo cual
puede haber o no un plazo.
Ejemplo: en el juicio ejecutivo, se debe requerir de pago al deudor para
que adopte una conducta.

- Diferencia entre estos conceptos y las notificaciones:

En el caso de la notificación, éste es un acto de comunicación porque su finalidad


es poner en conocimiento de las partes una resolución o una diligencia determinada. En
principio en la notificación no importa el contenido de la comunicación.
En cambio, cuando una resolución se comunica para que la parte adopte una
conducta determinada, más que un acto de comunicación se estará en presencia de un
acto de intimación, como lo es la citación, el requerimiento o emplazamiento. Por lo
tanto, debe necesariamente analizarse el contenido de la comunicación.

- Semejanzas entre estos conceptos y las notificaciones:

La notificación y los tres conceptos anteriormente detallados son una


comunicación judicial que pone en conocimiento de las partes lo que el juez ha resuelto
para que produzcan sus efectos legales.

* Reglamentación legal de las notificaciones:

Las notificaciones están reglamentadas en el Título V, del libro I del Código de


Procedimiento Civil (artículos 38 al 58) en forma particularizada, pero también se les
aplican las reglas comunes a todas las actuaciones judiciales.

244
* Requisitos generales:

Del artículo 38 del Código de Procedimiento Civil se desprende que para que una
resolución surta efectos legales se requiere:

- Que sea notificada.


- Que esa notificación sea practicada en forma legal.

* Reglas comunes a toda clase de notificaciones:

El Código establece ciertas reglas comunes a todas las notificaciones, cualquiera


sean éstas. Estas reglas comunes son las siguientes:

a. No se requiere el consentimiento del notificado para la validez de la notificación


(artículo 39, Código de Procedimiento Civil).

b. La notificación no debe contener declaración alguna del notificado (artículo 57,


Código de Procedimiento Civil), salvo que a menos que la resolución lo ordene o
que por su naturaleza requiera esa declaración la resolución ordene o que, por su
naturaleza, requiera esa declaración.

c. Las notificaciones deben cumplir con los requisitos generales de las actuaciones
judiciales, lo que significa que éstas:

 Deben ser realizadas por el funcionario competente que indica la ley. Este
funcionario es variable, no siempre es el mismo. Ejemplos: los secretarios, los
receptores judiciales, etc.
 Se deben practicar en horas, días y en algunos casos en lugares hábiles.
 De ellas se debe dejar constancia escrita en el proceso, con los pormenores
que la ley exige.
 A diferencia de las actuaciones judiciales, no deben ser autorizadas por el
ministro de fe que la practicó.

* Clases de notificación en nuestro sistema procesal:

Considerando la forma y requisitos con que deben efectuarse y los casos en que
proceden las notificaciones se clasifican de la siguiente manera:

1. Notificación personal, que se subclasifica en: a) la notificación personal


propiamente tal; y b) la notificación especial del artículo 44 del Código de
Procedimiento Civil (que es substitutiva de la anterior).

2. Notificación por cédula.

3. Notificación por estado diario.

4. Notificación por avisos.

5. Notificación ficta o presunta legal.

6. Notificación tácita

7. Ciertas notificaciones especiales.

245
1) NOTIFICACION PERSONAL:

La notificación personal (propiamente tal) es aquella que se hace a la persona


misma del notificado, entregándosele copia integra de la resolución judicial y de la
solicitud en que haya recaído, cuando sea escrita (artículo 40, Código de Procedimiento
Civil).

Art. 40, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “En toda gestión judicial, la
primera notificación a las partes o personas a quienes hayan de afectar sus
resultados, deberá hacérseles personalmente, entregándoseles copia íntegra de la
resolución y de la solicitud en que haya recaído, cuando sea escrita”.

Esta es la forma más perfecta, efectiva o segura de notificar las resoluciones


judiciales:

- Porque se realiza a la persona misma del notificado, ya que el funcionario que la


practica entra en contacto directo e inmediato con la persona del notificado.
- Por el contenido, ya que es necesario que se entregue copia íntegra de la
resolución y de la solicitud respectiva.

Todo esto da seguridad en la práctica, lo que no ocurre con otras formas de


notificación, particularmente con la notificación por estado diario.

* Forma en que se practica la notificación personal:

Esta notificación, para los efectos de su práctica, surge del concepto del artículo
40 del Código de Procedimiento Civil, es decir, se debe realizar mediante la entrega que
debe hacer el ministro de fe pertinente a la persona del notificado de una copia íntegra
de la resolución y de la solicitud en que hubiere recaído cuando fuese escrita. Para estos
efectos, es necesario que junto con cada escrito se acompañen tantas copias cuantas
sean las partes a notificar la resolución que recaiga en ese escrito (artículo 31, inciso 1º,
Código de Procedimiento Civil), sólo con las excepciones que la ley establece.

Art. 31, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Junto con cada escrito deberán
acompañarse en papel simple tantas copias cuantas sean las partes a quienes
debe notificarse la providencia que en él recaiga, y, confrontadas dichas copias
por el secretario, se entregarán a la otra u otras partes, o se dejarán en la
secretaría a disposición de ellas cuando la notificación no se haga personalmente
o por cédula”.

Si estas copias no se entregan, o son insuficientes en relación al número de partes,


o si las copias son disconformes con el escrito original, a la parte contraria no le corre
plazo; esto es sin perjuicio que el tribunal imponga una multa a la parte que no
acompañó con copias el escrito, y ordenará que se acompañen las copias dentro de
tercero día bajo apercibimiento de tenerse por no presentado.
De esta notificación hay que dejar constancia en el proceso. Esta constancia tiene
que suscribirla el ministro de fe que practicó la notificación y también puede llevar la firma
del notificado, a menos que este último no quiera o no pueda, y de ello se dejará
igualmente constancia (artículo 43, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).

Art. 43, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “La notificación se hará constar en
el proceso por diligencia que subscribirán el notificado y el ministro de fe, y si el

246
primero no puede o no quiere firmar, se dejará testimonio de este hecho en la
misma diligencia”.

Esta constancia, además debe indicar a quién se notificó, la fecha, hora y el lugar
donde se llevó a efecto. La ley dice que en el caso de la notificación personal, el ministro
de fe tiene que señalar el medio como comprobó la identidad del notificado (artículo 43,
inciso 2º, Código de Procedimiento Civil).

Art. 43, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil: “La certificación deberá, además,
señalar la fecha, hora y lugar donde se realizó la notificación y, de haber sido
hecha en forma personal, precisar la manera o el medio con que el ministro de fe
comprobó la identidad del notificado”.

Si el notificado no quiere o no puede firmar, sencillamente se dejará constancia de


dicha situación en esa diligencia.
La finalidad de esta constancia es que en la causa quede una prueba fehaciente
de haberse procedido en todo conforme a las disposiciones legales.

* Funcionario competente para practicar la notificación personal:

Los funcionarios facultados para practicar una notificación personal tienen que ser
personas individualizadas por la ley. Este funcionario es variable, y pueden ser: el
secretario del tribunal, el oficial primero de la secretaría, el receptor judicial, el notario
público u oficial del Registro Civil que existan en la localidad y por un ministro de fe ad-
hoc.

a) El secretario del tribunal: Podría practicar esta diligencia el secretario del tribunal
que conoce de la causa (artículo 380, nº 2, Código Orgánico de Tribunales;
artículo 41, Código de Procedimiento Civil).

Art. 380, nº 2, Código Orgánico de Tribunales: “Es función de los secretarios:


autorizar las providencias o resoluciones que sobre dichas solicitudes
recayeren, y hacerlas saber a los interesados que acudieren a la oficina
para tomar conocimiento de ellas, anotando en el proceso las
notificaciones que hicieren, y practicar las notificaciones por el estado
diario”.

Este funcionario solamente puede practicar la notificación personal en su


oficio (en su secretaría). El secretario no puede practicar esta diligencia en el
domicilio del notificado, por esta razón no es habitual que los secretarios
practiquen notificaciones personales, porque eso supone que la persona del
notificado acepte voluntariamente a acudir a sus oficinas para ser notificado. Es
decir, se requiere del consentimiento de las partes para poder verificar esa
notificación personal.

b) El oficial primero de secretaría: También puede notificar válidamente el oficial


primero del tribunal, legalmente autorizado y bajo responsabilidad del secretario
(artículo 58, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).

Art. 58, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Las funciones que en este
título se encomiendan a los secretarios de tribunales, podrán ser
desempeñadas bajo la responsabilidad de éstos, por el oficial primero de la
secretaría”.

247
También, al igual que en el caso de los secretarios, el oficial primero sólo
puede practicar notificaciones personales en la oficina de la secretaría del tribunal
correspondiente. Por lo mismo, de la misma manera que en el caso de los
secretarios, se requiere del consentimiento del notificado.

c) El receptor judicial: Este funcionario es el que constituye la regla general en


materia de notificaciones personales -y notificaciones en general- porque es quien
está autorizado para llevarlas a efecto fuera de las oficinas de los secretarios
(artículo 390, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales).

Art. 390, inciso 1º, Código Orgánico de Tribunales: “Los receptores son
ministros de fe pública encargados de hacer saber a las partes, fuera de las
oficinas de los secretarios, los decretos y resoluciones de los Tribunales de
Justicia y de evacuar todas aquellas diligencias que los mismos tribunales
les cometieren”.

Los receptores pueden practicar notificaciones en cualquier lugar


habilitado para tal efecto, siempre que no sea la secretaría del tribunal.

d) El notario público u oficial del Registro Civil, en su caso, que existan en la localidad:
Estos dos funcionarios solamente pueden practicar notificaciones personales en
aquellos lugares en que no exista receptor judicial (artículo 58, inciso 2º, primera
parte, Código de Procedimiento Civil).

e) Un ministro de fe ad-hoc: Podría practicar esta diligencia un ministro de fe ad-hoc,


que debe ser un empleado del tribunal, nombrado por el juez, para el sólo efecto
de realizar esta notificación personal (artículo 58, inciso 2º, parte final, Código de
Procedimiento Civil).

En el caso del notario, del oficial del Registro Civil y del ministro de fe designado
por el juez, pueden practicar notificaciones personales en cualquier lugar siempre que no
sean las oficinas de la secretaría.

* Lugares, días y horas en que se puede practicar esta notificación:

Esta materia es esencialmente variable porque la ley establece varios lugares y


momentos en que se puede realizar la notificación personal (artículos 41 y 42, Código de
Procedimiento Civil).
Lo del lugar es importante para ver cuál es el funcionario que puede intervenir en
la notificación.
Aquí hay que partir de la regla general y básica en materia de notificaciones
(como actuación judicial que es), y que consiste en que ellas se deben practicar en días y
horas hábiles (artículo 59, Código de Procedimiento Civil). Ahora, tratándose de una
notificación personal, hay reglas particulares y que dependen de los lugares en que se
realiza la diligencia.
La notificación personal sólo puede realizarse válidamente en alguno de los
lugares siguientes:

a. En los lugares y recintos de libre acceso al público. En este caso la notificación se


podrá realizar en cualquier día y a cualquier hora, con la sola limitación de causar
la menor molestia al notificado (artículo 41, inciso 1º, primera parte, Código de
Procedimiento Civil). Ejemplo: la plaza de armas.

248
La excepción a esta regla la señala el propio artículo 41, que establece
que, tratándose de los juicios ejecutivos, el requerimiento de pago no podrá
hacerse en publico (artículo 41, inciso 1º, parte final, Código de Procedimiento
Civil).

b. En la morada o lugar en que pernocta el notificado. Esta regla denota más bien el
lugar que sirve de alojamiento de la persona (por transitorio que él sea); no se
aplica el concepto de domicilio que reglamenta el Código Civil.
En estos lugares la diligencia se puede realizar en cualquier día, entre las
seis y las 22 horas.

c. En el lugar en que el notificado ordinariamente ejerce su industria, profesión o


empleo (lugar ordinario de trabajo). La palabra “lugar” quiere significar con toda
amplitud el recinto abierto o cerrado, grande o pequeño en que el notificado
realiza su actividad. Ejemplos: el comerciante en su establecimiento, el chofer en
el autobús, el comerciante ambulante en la calle, etc.
La notificación, al igual que en el caso anterior, se realiza en cualquier día
entre las seis y las 22 horas.

d. En cualquier recinto privado donde se encuentre la persona a notificar (distinto de


los anteriores) y al cual se permita el acceso al ministro de fe.
En este caso, la notificación igualmente se puede practicar entre las seis y
las 22 horas.

e. En el oficio del secretario del tribunal. Allí la notificación personal sólo puede
practicarla el secretario del respectivo tribunal o, en su defecto, el oficial primero.
Tratándose de este caso, se aplica la regla general del artículo 59, es decir,
la actuación debe practicarse en días y horas hábiles (cualquier día no feriado),
entre las ocho y las 20 horas.

f. En la oficina o despacho del receptor o del ministro de fe que practica la


notificación. Aquí también se aplica la regla del artículo 59, esto es, en días y horas
hábiles, entre las ocho y las 20 horas.

g. En la casa que sirve como despacho para el tribunal. Esta denominación


comprende todas las oficinas, aposentadurías y dependencias de que consta el
inmueble destinado al funcionamiento del tribunal.
Aquí se distingue a la secretaría del tribunal de las otras dependencias,
porque en la secretaría sólo puede notificar el secretario o el oficial primero, en
cambio, en los otros lugares del inmueble pueden notificar los demás. Sin
embargo, existe una excepción que determina que los jueces no pueden ser
notificados en el local en que desempeñan sus funciones (artículo 41, inciso 4º,
parte final, Código de Procedimiento Civil); se prohíbe notificar al juez mientras
está desempeñando sus funciones en el tribunal.

Con todo, hay casos en que el tribunal puede habilitar otros sitios para la
notificación personal (artículo 42, Código de Procedimiento Civil). La ley concede al juez
la facultad de permitir que la diligencia sea practicada en un lugar inhábil.
Para que pueda disponerse la habilitación del lugar se requiere de las siguientes
condiciones:

- Que el notificado carezca de habitación conocida en el lugar en que debe


efectuarse la notificación.

249
- Que el ministro de fe certifique que ha hecho todas las indagaciones posibles para
averiguar la habitación del notificado sin lograr éxito. Esta constancia del ministro
de fe debe ser detallada y dejarse establecida en la certificación
correspondiente.

El juez con el mérito de esa certificación dicta una resolución habilitando lugar.

Actualmente, con las últimas modificaciones que se hizo a la ley el año 1995, se
ampliaron los lugares habilitados y las horas en que esta notificación personal puede
practicarse. Antiguamente esto era mucho más restringido; así, por ejemplo, no se podía
notificar en cualquier lugar o recinto público.
En los casos en que la persona a notificar no es habida después de haber sido
buscada, la ley contempla una forma especial de practicar la notificación personal, que
es la forma que contempla el artículo 44 del Código de Procedimiento Civil. Hay que
tener presente que, tratándose de la notificación personal, hay dos formas de practicar la
notificación:

a) La notificación personal propiamente tal, que será la forma en que se entrega la


copia íntegra de la resolución a la persona misma del notificado.

b) La notificación que dispone el artículo 44, que es otra forma de practicar la


notificación personal. En este caso, las copias se le van a entregar a cualquier
persona adulta que esté en el domicilio o en el lugar donde se practique la
notificación, y si no hay nadie, las copias de dejarán en dichos lugares.

* Casos de procedencia de la notificación personal:

En primer lugar, hay que tener presente que este tipo de notificación no constituye
la regla general (que lo es la notificación por el estado diario). La notificación personal es
excepcional, aun cuando se puede practicar siempre, debido a su seguridad.
Los casos expresamente contemplados en la ley son los siguientes:

1. La primera notificación a las partes o personas a quienes hayan de afectar los


resultados en una gestión judicial o en un juicio (artículo 40, inciso 1º, Código de
Procedimiento Civil).
La palabra “gestión judicial” es general, debe interpretarse ampliamente y
no en forma restringida, está referida tanto a los asuntos contenciosos como los no
contenciosos, con la salvedad de que tratándose de los contenciosos no hay
demandado, sólo existe la parte interesada a la que se notifica por el estado
diario.
La ley dice en este artículo que la primera notificación es una gestión
judicial. Lo que se ordena realizar personalmente es la primera notificación, de tal
suerte que no siempre la demanda se va a notificar personalmente, sólo se hará
personalmente cuando sea la primera notificación, y no será así cuando el juicio se
inicie por una medida prejudicial.

2. Cuando se exige para la validez de ciertos actos (artículo 47, inciso 1º, primera
parte, Código de Procedimiento Civil).
Así sucede por ejemplo tratándose de la cesión de un crédito, cuando
habla de la cesión de un crédito nominativo para su validez requiere notificación
personal (artículo 1902, Código Civil).

250
3. Cuando los tribunales lo ordenan expresamente (artículo 47, inciso 1º, segunda
parte, Código de Procedimiento Civil).

4. Puede usarse en todo caso (artículo 47, inciso final, Código de Procedimiento
Civil).
Esto significa que siempre se puede practicar la notificación personal; dicho
de otro modo, cualquier resolución judicial que se notifique personalmente está
bien notificada desde el momento que la ley permite que se pueda usar en todo
caso.

5. Si han transcurrido seis meses sin que se dicte resolución alguna en el proceso,
para que una notificación se considere válida tiene que hacerse personalmente o
por cédula (artículo 52, Código de Procedimiento Civil).

6. Cuando debe notificarse a terceros que no sean parte en el juicio o a quienes no


afecten sus resultados (artículo 56, Código de Procedimiento Civil).
Aquí se habla de terceros extraños a la litis y la notificación deberá hacerse
personalmente o por cédula.

7. Cuando la ley expresamente lo exige. Esto requiere de una norma legal expresa
que así lo contemple.

-o- NOTIFICACION DEL ARTICULO 44

Esta clase de notificación es un caso excepcional y, aunque el Código de


Procedimiento Civil no le entrega ninguna denominación, posee varias denominaciones
doctrinarias, no obstante que jurídicamente es la misma forma de realizar la notificación
personal y produce los mismos efectos. Así, por ejemplo, la doctrina conoce a este tipo de
notificación como “notificación sustitutiva de la personal”, o “notificación especial del
artículo 44”, o “notificación personal subsidiaria”, entre otras denominaciones.
La notificación personal propiamente dicha supone necesariamente que las
copias íntegras de la resolución y la solicitud deben ser recibidas por el propio notificado
de manos del ministro de fe. Sin embargo, puede ocurrir en la práctica que esta entrega
no se pueda materializar por diversos motivos, pero en general porque la persona a
notificar no es habida no obstante que se conoce su paradero, su domicilio, etc.
En estos casos, no va a ser posible practicar la notificación personal en la forma
tradicional. Para esta que esto sea posible, el legislador ha establecido una situación que
reglamenta el artículo 44 del Código de Procedimiento Civil y que exige el cumplimiento
de una serie de requisitos por las consecuencias que va a originar al practicar la
notificación personal de esta forma.

Estos requisitos o condiciones son las siguientes:

o Que la resolución a certificar deba hacerse personalmente.


o El ministro de fe tiene que haber buscado a la persona a notificar y sin que esta
persona sea habida. Este hecho tiene que certificarse en el proceso por el ministro
de fe.
o Debe además acreditarse que la persona a notificar se encuentra en el lugar del
juicio y hay que acreditar también cuál es su morada o lugar de trabajo, lo que
debe certificar el ministro de fe pertinente.
o Cumplido todo lo anterior, la parte interesada en que la notificación se practique
debe solicitarlo al juez por escrito.

251
o Se requiere de una resolución judicial que ordene expresamente practicar esta
notificación en la forma del artículo 44.
o Debe procederse a entregar las copias por el ministro de fe.
o Debe dejarse constancia en el proceso de la notificación.

Detalladamente podemos explicar los requisitos o condiciones para practicar la


notificación del artículo 44:

1) Debe tratarse de una resolución que debe notificarse personalmente: Tenemos


que estar en presencia de una resolución judicial que es necesario notificar
personalmente. La notificación del artículo 44 no se aplica a otra clase de
notificación que no sea la notificación personal.

2) La búsqueda que tiene que hacer el ministro de fe de la persona a notificar sin que
ésta sea habida: La ley dice que esta búsqueda se tiene que realizar en dos días
distintos, y hay que hacerla en lugares determinados que la ley indica, que son: la
habitación de la persona a notificar o el lugar donde habitualmente ejerce su
industria, profesión o empleo. Además, se requiere como condición que el sujeto a
notificar no sea habido (artículo 44, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil).
Naturalmente, de todas estas actuaciones debe dejarse testimonio escrito
en el proceso. El ministro de fe tendrá que certificar en el proceso que buscó a la
persona durante dos días distintos en alguno de los lugares señalados sin ser
habido.

3) Tiene que acreditarse que la persona a notificar se encuentra en el lugar del juicio:
Se requiere que se acredite en la causa que la persona a notificar se encuentra en
el lugar del juicio y cuál es su morada o lugar en que ejerce su industria, profesión o
empleo. Estas dos circunstancias se acreditan con una certificación del ministro de
fe (antiguamente se comprobaba con testigos).

4) Cumplido lo anterior, la parte interesada en que la notificación se practique debe


presentar una solicitud al juez para que autorice u ordene esta forma de
notificación que indica el artículo 44.
En este caso, no basta la certificación del ministro de fe, sino que además
se requiere que la parte interesada solicite al juez que ordene la realización de
este tipo de notificación.

5) A consecuencia de esta solicitud, tiene que existir una resolución expresa del
tribunal que ordene practicar esta notificación del artículo 44: El juez ordenará esta
forma de notificación en la medida que estén acreditados todos los supuestos
anteriormente señalados.

Cumplidas todas estas condiciones preliminares, se estaría en condiciones de


poder efectuar la notificación del artículo 44.

* Cómo se practica la notificación del artículo 44:

La ley señala que, en este caso, cumplidos los requisitos antes señalados, el ministro
de fe encargado de practicar esta diligencia debe entregar las copias a que se refiere el
artículo 40 a cualquier persona adulta que se encuentre en la morada o en el lugar en
que la persona a quien se notifica ejerce su profesión, empleo o industria (artículo 44,
inciso 2º, primera parte, Código de Procedimiento Civil).

252
Podría ocurrir que en estos lugares mencionados no haya nadie, o bien que no
haya ningún adulto presente. En estos casos, la ley dice que si nadie hay allí, o si por
cualquiera otra causa no es posible entregar dichas copias a las personas que se
encuentren en esos lugares, se fijará en la puerta un aviso con indicación de la demanda,
con especificación exacta de las partes, materia de la causa, juez que conoce en ella y
de las resoluciones que se notifican (artículo 44, inciso 2º, segunda parte, Código de
Procedimiento Civil). Esto no hay que interpretarlo tan estrictamente porque puede no
tener puerta el inmueble (ejemplo: un sitio).
Agrega el Código que si en los lugares mencionados donde se supone que está la
persona a notificar se encuentre en un edificio o recinto (condominio) al que no se
permite el libre acceso, el aviso y las copias se deben entregar al portero o encargado del
edificio o recinto, dejándose constancia en el proceso de esta circunstancia (artículo 44,
inciso 3º, Código de Procedimiento Civil).
En estos dos últimos puntos se ve la importancia de esta notificación.
Luego que se ha practicado la notificación en la forma indicada anteriormente,
tiene lugar una exigencia posterior, la que consiste en que el ministro de fe deberá dar
aviso de ella al notificado, dirigiéndole con tal objeto una carta certificada por correo,
dentro del plazo de dos días contado desde la fecha que se practicó la notificación o
desde que se reabran las oficinas de correo (artículo 46, Código de Procedimiento Civil).
Esto es por razones de seguridad.
También se debe dejar constancia en el expediente de este hecho (del envío de
la carta certificada). Además de lo anterior, debe dejarse constancia de la fecha, la
oficina del correo donde se hizo y el número del comprobante emitido por la oficina de
correo. Este comprobante deberá ser pegado al expediente a continuación de la
certificación.
El Código agrega, en la parte final del artículo 46, que la omisión en el envío de la
carta certificada no invalidará la notificación, pero hará responsable al infractor de los
daños y perjuicios que se originen (estamos en presencia de un vicio procesal, porque se
está omitiendo una formalidad, pero no hay nulidad). El tribunal, previa audiencia del
afectado, le corresponderá determinar la sanción a aplicar (las que señala el artículo 532
del Código Orgánico de Tribunales).

La consecuencia de la práctica de la notificación del artículo 44 es que la persona


a notificar queda igualmente notificada en forma personal, obviamente en la medida
que se cumplan todas las condiciones antes reseñadas.

2) NOTIFICACION POR CEDULA:

Esta es una notificación que se practica materialmente entregando en el domicilio


de la persona a notificar una cédula que debe contener copia íntegra de la resolución
judicial y los datos necesarios para su acertada inteligencia (artículo 48, inciso 1º, Código
de Procedimiento Civil).
Esta cédula se entrega en el domicilio del notificado por el ministro de fe en la
forma establecida en el inciso 2º del artículo 44 (artículo 48, inciso 2º, Código de
Procedimiento Civil). Es decir, la cédula se le debe entregar a cualquier persona adulta
que se encuentre en el domicilio del notificado (es igual a la notificación del artículo 44 en
cuanto a la forma en que se entrega, pero no en cuanto al contenido). Si no se puede
entregar esa cédula, ésta se deja fijada en la puerta.
Entonces, esta notificación por cédula se puede practicar:

- Entregándole materialmente a cualquier persona adulta que se encuentre en el


domicilio del notificado.

253
- En el caso que no haya nadie o no sea posible entregar la cédula, la notificación
se practica fijándose en la puerta del domicilio la cédula que se debe entregar.

En esta notificación no es necesaria o es improcedente mandar carta certificada.


¿Qué se entiende por “datos necesarios para su acertada inteligencia”?. Esta
exigencia la hace el legislador porque, tratándose de la notificación por cédula, no se
entrega copia integra de la solicitud, de ahí que se exijan esos datos. Los datos necesarios
para su acertada inteligencia vienen a reemplazar a la copia íntegra de las notificaciones
anteriores.
Estos datos son todas aquellas menciones que debe contar la cédula para que el
notificado pueda comprender que es lo que se le está notificando. Esto por la sencilla
razón que las resoluciones judiciales son muy técnicas y se le entregaran de esa manera a
las partes, éstas no las entenderían. Estas menciones pueden ser, por ejemplo, el tribunal
que conoce de la causa, el número de rol del proceso, la individualización de las partes,
la materia, etc.

* Funcionario competente para practicar la notificación por cédula:

En esta materia hay diferencias importantes con la notificación personal, puesto


que la notificación por cédula no la puede practicar el secretario del tribunal ni tampoco
el oficial primero, porque éstos no solamente están habilitados para notificar en las
oficinas de las secretaría (es decir, no pueden salir del recinto).
El funcionario habilitado para practicar la notificación por cédula es el receptor
judicial, y si en el lugar no hay receptor judicial se aplican las reglas que vimos
anteriormente en la notificación personal.

* Días, horas y lugares hábiles para practicar la notificación por cédula:

En relación a los días y horas para practicar la notificación por cédula, también
hay claras diferencias con la notificación personal, porque aquí la ley no establece reglas
especiales (como sí lo hacía en el caso de la notificación personal), de manera que esta
notificación por cédula se puede practicar válidamente en los días y horas que establece
el artículo 59 del Código de Procedimiento Civil (regla general de las actuaciones
judiciales). Esto significa que deben practicarse en días y horas hábiles, es decir, entre las
ocho y las 20 horas.
El lugar hábil para practicar esta notificación es el domicilio del notificado. Para
estos efectos, el domicilio no es otro que aquel que haya sido designado por la parte en
la primera gestión que haya realizado ante el tribunal. La ley establece una carga
procesal para ambos litigantes, y esta consiste en la obligación de consignar sus
respectivos domicilios en la primera gestión (artículos 254, nº 2, y 309, nº 2, Código de
Procedimiento Civil).
Las partes litigantes tienen la obligación de señalar, en su primera gestión judicial,
un domicilio conocido, con el cual figurarán en el curso del proceso. Esta es una
exigencia que hace la ley durante la primera presentación que hacen las partes.
Para los efectos de la notificación por cédula, el legislador se preocupa que este
domicilio señalado por las partes esté ubicado en un lugar que permita practicar estas
diligencias sin inconveniente. El domicilio que designa cada parte en su primera
presentación debe ser conocido dentro de los límites urbanos del lugar en que funcione el
tribunal respectivo, y esta designación se considerará subsistente mientras no haga otra la
parte interesada, aun cuando de hecho cambie su morada (artículo 49, inciso 1º, Código
de Procedimiento Civil).
Esta designación del domicilio es una carga procesal, es una obligación, un deber
que tiene que cumplirse, porque si la parte no lo hace sufrirá ciertas consecuencias

254
procesales. Si se incumple esta designación -ya sea que el domicilio se señale o forma
incorrecta, o bien, que no se señale (ejemplo: en rebeldía)-, significa que aquellas
resoluciones que de acuerdo con el artículo 48 debían notificarse por cédula se le van a
notificar por el estado diario. Esta es una sanción transitoria, porque ésta se aplica
mientras el litigante no cumpla con la obligación (artículo 53, Código de Procedimiento
Civil).

También de esta notificación debe dejarse constancia escrita en el proceso


(artículo 48, inciso 3º, Código de Procedimiento Civil). Se debe dejar constancia de la
notificación con expresión del día y lugar, del nombre, edad, profesión y domicilio de la
persona a quien se haga la entrega de la cédula.

* Casos de procedencia de la notificación por cédula (artículo 48):

a) Las sentencias definitivas. Aquí la ley no distingue pero cabe concluir que deben
notificarse por cédula las sentencias de única y primera instancia, y no las de
segunda instancia (se notifica por el estado diario, según el artículo 221).

b) La resolución que recibe la causa a prueba. Es la resolución que da comienzo al


termino probatorio, fijando los hechos controvertidos en el juicio y que deben
probarse.

c) Las resoluciones que ordenan la comparecencia personal de las partes al tribunal.


Ejemplo: la resolución que cita a las partes a una audiencia de conciliación.

d) En todos los casos en que el tribunal expresamente lo ordene. Tiene que disponer
expresamente que una resolución se notifique por cédula.

e) Cuando debe notificarse resoluciones a terceros a quienes no afecten sus


resultados. Ejemplo: notificación a testigos o peritos para que comparezcan
(artículo 56, Código de Procedimiento Civil).

f) Cuando han transcurrido más de seis meses sin que se dicte resolución alguna en
el proceso, la primera resolución posterior debe notificarse personalmente o por
cédula (artículo 52, Código de Procedimiento Civil).

g) En los casos que la ley lo ordene expresamente. Ejemplo: artículo 233, inciso 2º,
Código de Procedimiento Civil.

* Diferencias entre la notificación por cédula y la personal.

 En cuanto al contenido de lo notificado. En la notificación personal se entrega


copia íntegra de la resolución judicial y de la solicitud; en la notificación por
cédula se entrega copia íntegra de la resolución judicial y los datos acertados
para su acertada inteligencia.

 En relación a los lugares en que se practica una y otra. La notificación personal se


practica en diversos lugares habilitados; la notificación por cédula solamente se
practica en el domicilio del afectado, en la medida que se designe
concretamente.

 En cuanto a entrega de la notificación. En la notificación personal es necesario


para su validez que se entregue la copia a la persona misma a notificar; en la

255
notificación por cédula las copias se entregan a cualquier persona adulta distinta
del notificado, o incluso son entregar las copias a persona alguna.

 En cuanto al funcionario competente para practicar una y otra. Entre los


funcionarios competentes para practicar la notificación personal están el
secretario y el oficial primero; en la notificación por cédula, no es posible que estos
funcionarios puedan practicarla.

* Diferencia entre la notificación por cédula y la del artículo 44 (otra forma de practicar la
notificación personal).

 La notificación del artículo 44 es una forma de suplir a la notificación personal


propiamente tal, pero judicialmente sigue siendo personal; en cambio, la
notificación por cédula no es personal (lo que se entrega es distinta a la otra).

 La notificación del artículo 44 requiere para ser practicada de una resolución


judicial (que el juez lo ordene expresamente); mientras que, tratándose de la
notificación por cédula, la regla es que sea la ley la que ordena que sea
practicada.

3) NOTIFICACION POR EL ESTADO:

Esta es una forma muy particular de practicar notificaciones, porque, en este caso,
ocurre una verdadera ficción legal en que el notificado se presume que toma
conocimiento de la resolución aunque no la conozca, por el sólo hecho de señalarse en
una nómina, que se denomina “estado”, la circunstancia de haberse dictado resolución
en un proceso (artículo 50, Código de Procedimiento Civil).
En otras palabras, la notificación por el estado diario es aquella que se practica
mediante la inclusión, con las formalidades legales, en un estado que se forma en cada
tribunal diariamente del numero de resoluciones que se forman en el proceso dicho día.
Esta es la regla general de notificaciones en el procedimiento chileno, a menos
que la ley disponga otra cosa.
El funcionario encargado de confeccionar y de practicar la notificación por el
estado diario es el secretario, o el oficial primero por delegación. El secretario del tribunal,
o el oficial 1º por delegación, formará el “estado”, con la lista de todas las causas en que
se han dictado resoluciones ese día.
Por el solo hecho de indicarse en este estado diario, se supone de derecho que las
partes han tomado conocimiento de las resoluciones. Tales resoluciones han sido
legalmente notificadas a las partes.
De la simple lectura de la parte, evidentemente no es posible saber el contenido
de las resoluciones, para lo cual deberá verla en el expediente.

* Casos de procedencia de la notificación por el estado diario:

Esta forma de notificación constituye la regla general, y se aplica respecto a todas


las notificaciones que deben practicarse, personales o por cédula, las que son
excepcionales. Si la ley nada dice sobre la forma de notificar se hará de esta manera.
Respecto del litigante que no hubiera señalado su domicilio (que se debe señalar
respecto de la notificación por cédula), la notificación se hará por el estado diario
mientras no se fije domicilio (artículo 53, Código de Procedimiento Civil).

256
* Formas como se practica esta notificación:

Se debe distinguir:

• Cómo se confecciona el estado.


• Constancia en el proceso.
• Formalidades posteriores

A) Cómo se confecciona el estado (formación del estado diario):

Esta confección material del estado diario es tarea del secretario del tribunal. Este
estado es una nómina o lista que se hace en un formulario en que se señalan todas las
causas en las cuales se ha dictado resolución judicial en un día determinado (este día es
el mismo en que el estado se confecciona), de manera que lo primero que tiene que
ocurrir es que el juez dicte la resolución pertinente.
Las menciones del estado diario (contenido), señaladas en el artículo 50, inciso 2º,
Código de Procedimiento Civil, son las siguientes:

- Señalar la fecha en que se confecciona (de emisión del estado).

- Se deben indicar todas las causas en que en ese día se hayan dictado
resoluciones judiciales. Estas causas se individualizan por un determinado número
de rol (que se le asigna a todo proceso cuando se inicia, con la primera resolución
que se dicte) (artículo 51, Código de Procedimiento Civil).

- Apellidos de demandantes y demandados. Si son varios los demandantes o


demandados, se individualizarán según el orden que aparezcan en la carátula del
expediente. Ejemplo: Congreve y otros.

- Firma y sello del secretario o del oficial primero de que se trate.

- Numero de resoluciones dictadas ese día en cada uno de los procesos que allí se
mencionan (providencias).

Estas menciones son esenciales, de manera que no se pueden omitir o señalar


erróneamente, y si así ocurre la notificación es nula.

B) Constancia en el proceso:

Esta constancia es algo aparte de la confección del estado. Se debe dejar


testimonio de que se practicó la diligencia en el proceso, y aquí se aplica la regla general
en materia de notificaciones (artículo 61, Código de Procedimiento Civil). Esta constancia
debe hacerla el secretario del tribunal correspondiente, y en su defecto el oficial primero.
Si no se deja constancia, la notificación es nula.
Los errores u omisiones en dicho testimonio no invalidarán la notificación y sólo
serán sancionados con multa de media a una unidad tributaria mensual, a petición de
parte o de oficio (artículo 50, inciso final, Código de Procedimiento Civil).

C) Formalidades posteriores:

La fijación del estado diario se mantendrá en la secretaría del tribunal. La ley dice
que, una vez confeccionado, el estado debe mantenerse en un lugar visible o accesible
al público, cubiertos con vidrios o en otra forma que impida hacer alteraciones en ellos.

257
Este estado debe permanecer ahí durante tres días seguidos y posteriormente se
encuadernarán por orden estricto de fechas, procediendo a su posterior archivo.
Si la causa no es incluida en el estado que corresponde, no es posible que estas
resoluciones se incluyan en estados posteriores. La única forma es que la parte interesada
lo pida y el juez lo ordene.

4) NOTIFICACION POR AVISOS EN LOS DIARIOS:

Esta forma de notificación se hace previa orden del juez, mediante la publicación
de avisos en los diarios o periódicos que la ley señala (artículo 54, Código de
Procedimiento Civil).

Art. 54, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Cuando haya de notificarse
personalmente o por cédula a personas cuya individualidad o residencia sea difícil
determinar, o que por su número dificulten considerablemente la práctica de la
diligencia, podrá hacerse la notificación por medio de avisos publicados en los
diarios o periódicos del lugar donde se sigue la causa, o de la cabecera de la
provincia o de la capital de la región si allí no los hay. Dichos avisos contendrán los
mismos datos que se exigen para la notificación personal, pero si la publicación en
esta forma es muy dispendiosa, atendida la cuantía del negocio, podrá disponer el
tribunal que se haga en extracto redactado por el secretario”.

Este artículo señala que esta notificación se hará en diarios o periódicos en el lugar
que se sigue la causa. Para definir que se entiende por periódicos, hay que recurrir a la
Ley Nº 18.776 en relación con la Ley Nº 16.643, que señala que “es toda publicación
periódica que se edita a lo menos cuatro veces a la semana”.
Esta notificación es excepcional y supletoria. Es excepcional, porque este tipo de
notificación es de escasa aplicación o recurrencia; y es supletoria, porque no tiene vida
propia, ya que como dice el artículo 54 se aplica en los casos en que a la persona que
haya de notificar personalmente o por cédula sea difícil de determinar (es supletoria a la
notificación personal o por cédula, pero jamás de la notificación por el estado diario).

* Presupuestos para cumplir esta notificación:

La ley exige ciertos presupuestos para cumplir esta notificación:

a) Es necesario que en el proceso se haya dictado alguna resolución que deba


notificarse personalmente o por cédula.

b) Debe tratarse de alguno de los casos de urgencia que la ley indica. Estos casos
son:

o Cuando deba notificarse a personas cuya individualidad sea difícil de


determinar. Ejemplo: los poseedores de hecho.
o Cuando haya que notificar a personas cuya residencia sea difícil de
determinar (normalmente utilizado para la nulidad de matrimonio).
o Cuando deba notificarse personalmente o por cédula a personas que, por el
número de ellas, dificulten la práctica de la notificación.

258
* Forma en que se practica esta notificación:

Cumpliendo los presupuestos básicos, la notificación se debe realizar cumpliendo


con los requisitos que la ley señala (artículo 54, Código de Procedimiento Civil). Para estos
efectos el Código establece lo siguiente:

a) La notificación se debe realizar por medio de avisos publicados en los diarios o


periódicos del lugar donde se sigue la causa (comuna), y si en esa comuna no hay
diario debe hacerse en los diarios de la cabecera de la provincia, o a falta de ellos
en los de la capital regional (artículo 54, inciso 1º, primera parte, Código de
Procedimiento Civil).

b) Estos avisos deben contener los mismos datos que se exigen para la notificación
personal, o sea, en el aviso debe inscribirse íntegramente la copia de la resolución
y de la solicitud. Por otro lado, la ley se pone en el caso que la publicación en esta
forma sea muy costosa, y en esos caso, considerando la cuantía del asunto, el juez
puede disponer que se haga un extracto de la resolución que debe redactar el
secretario del tribunal (artículo 54, inciso 1º, segunda parte, Código de
Procedimiento Civil).

c) Tiene que existir también una resolución judicial que ordene practicar esta
notificación. Esta resolución el juez dicta debe señalar:

• La autorización de la sustitución de la notificación.


• Los diarios donde se debe publicar la notificación (cuál va a ser el diario en
que la publicación se va a hacer).
• La cantidad de veces de publicación, que en ningún caso puede ser inferior a
tres, en días distintos.
• Si la notificación es la primera de una gestión judicial, va a ser necesario,
además del cumplimiento de las formalidades anteriores, que se publique en el
Diario Oficial correspondientes a los días 1º o 15 del mes pertinente o al día
siguiente hábil si es feriado -el Diario Oficial se publica todos los días excepto los
feriados- (artículo 54, inciso final, Código de Procedimiento Civil). Este caso
normalmente tendría aplicación tratándose de la notificación de la demanda
que generalmente es la primera notificación del proceso.

d) El inciso 2º del artículo 54 señala además que “procederá el tribunal con


conocimiento de causa y con audiencia del Ministerio Público”.

o Esto del “conocimiento de causa” se extrae de las reglas de los actos no


contenciosos, particularmente del artículo 818 del Código de Procedimiento
Civil. Esto significa que el tribunal debe proceder con el mérito de ciertos
antecedentes y concretamente significa que deberá acreditarse al juez que
concurren las circunstancias o presupuestos para efectuar esta notificación.

o La “audiencia del Ministerio Público” hoy en día no se aplica, porque


actualmente no existen representantes del Ministerio Público en los tribunales
de primera instancia, porque antiguamente existían los “promotores públicos”
que eran los representantes en primera instancia de los intereses de la
sociedad.
En segunda instancia el Ministerio Público está representado por la
Fiscalía Judicial, es decir, por los fiscales de las Cortes.

259
De esta notificación también debe dejarse constancia en el proceso, labor que es
cumplida por el secretario. Para hacer esta constancia, la parte interesada debe llevarle
los respectivos diarios en que se publicó las notificaciones; en la practica se acostumbra
pegar el recorte del aviso en el proceso, y se anotan las fechas de publicación.

5) NOTIFICACION TACITA O PRESUNTA:

A esta forma de notificación se refiere o la regula el artículo 55 del Código de


Procedimiento Civil.

Art. 55, inciso 1º, Código de Procedimiento Civil: “Aunque no se haya verificado
notificación alguna o se haya efectuado en otra forma que la legal, se tendrá por
notificada una resolución desde que la parte a quien afecte haga en el juicio
cualquiera gestión que suponga conocimiento de dicha resolución, sin haber
antes reclamado la falta o nulidad de la notificación”.

Aquí estamos en presencia de una situación especial porque en realidad, de


acuerdo al artículo 55, podría ocurrir que la resolución no haya sido notificada, no
obstante la resolución podría llegar a producir efectos válidos. Se denomina notificación
tácita porque ocurrida ciertas circunstancias la ley presume notificada a una persona en
forma legal.
El artículo 55, inciso 1º, del Código de Procedimiento Civil, señala que aunque en el
proceso no se haya practicado la notificación, o bien si esa resolución ha sido notificada
de una manera distinta a la que la ley señala, se tendrá por validamente notificada desde
el momento que la parte a quien afecte realice en el juicio cualquier gestión que
suponga el conocimiento de la resolución y sin haber reclamado antes de la notificación
o de la nulidad de la misma.
Ejemplo: si se presenta una demanda y la resolución no se notifica, y el
demandado contesta dicha demanda, es evidente que se produjo la notificación tácita
porque ese es un acto que supone el conocimiento de la resolución; o bien, que esa
demanda haya sido incluida en el estado diario, pero mal notificada (porque al ser la
primera notificación debería ser personal), y nadie se percata de ello, y la parte ha
realizado cualquier gestión sin haber reclamado de esa situación, se entenderá también
validamente notificada.

* Los supuestos legales para que opere la notificación tácita:

Los supuestos legales que tienen que ocurrir para que se produzca esta
notificación tácita son los siguientes:

- Que la resolución judicial no haya sido notificada en forma alguna.


- Que la resolución haya sido notificada en una forma distinta a la que la ley señala.

Reunidos estos supuestos (cualquiera de los dos), se va a entender notificada la


resolución desde el momento en que la parte realice en el juicio cualquier gestión que
supone conocimiento de la resolución. Además de lo anterior, es necesario que esta
gestión que realice la parte, se haga antes que se reclame la nulidad o falta de
notificación.

260
* Notificación tácita en el incidente de nulidad de una notificación (artículo 55, inciso 2º):

También es un caso de notificación presunta en que, cumplida ciertas


condiciones, se entiende notificada legalmente y se refiere a cuando alguna de las partes
pide al juez la nulidad de la notificación.

Art. 55, inciso 2º, Código de Procedimiento Civil: “Asimismo, la parte que solicitó la
nulidad de una notificación, por el solo ministerio de la ley, se tendrá por notificada
de la resolución cuya notificación fue declarada nula, desde que se le notifique la
sentencia que declara tal nulidad. En caso que la nulidad de la notificación haya
sido declarada por un tribunal superior, esta notificación se tendrá por efectuada
al notificársele el "cúmplase" de dicha resolución”.

Aquí se parte del supuesto que la resolución ha sido mal notificada. Ejemplo: si la
resolución debía ser notificada por cédula y ha sido notificada por el estado diario.
En este caso, la parte afectada debe solicitar al juez que se declare nula la
notificación pertinente, lo que da origen a un incidente que hay que tramitar y todo
incidente debe ser resuelto por el juez. Si el tribunal da lugar a esta nulidad, es decir,
declara nula esta notificación, en este caso, por disposición legal (por el solo ministerio de
la ley) o automáticamente se tiene por notificada a la parte de la resolución cuya
notificación se declara nula, desde el momento mismo en que se le notifique la resolución
que declara la nulidad.
Ejemplo: el demandado solicita la nulidad de la notificación de la demanda; esa
resolución que acoge la nulidad al notificarse produce el efecto de haber notificado a la
otra.
Esta situación produce como consecuencia jurídica la notificación de la otra
resolución cuya notificación había sido declarada nula.
Esto es importante porque hasta un tiempo atrás, cuando se declaraba nula una
notificación había que volver a practicarla, lo que era un contrasentido, porque la parte
ya había tomado conocimiento de la resolución (esto va en beneficio del principio de
economía procesal). Gracias a esto, hoy en día es innecesario volver a notificar la
resolución cuya notificación se anuló.
En este mismo caso, si la nulidad la declara un tribunal superior, la notificación se
tendrá por efectuada cuando se le notifique a la parte el “cúmplase” de dicha
resolución. Aquí no se entiende notificarse la resolución cuando se notifica la resolución
del superior cuando declara la nulidad, sino cuando se notifica el cúmplase y el cúmplase
lo decreta el tribunal inferior.

6) CASOS DE NOTIFICACIONES ESPECIALES:

Lo que se ha dicho en materia de notificaciones son los casos más importantes,


aplicables a todos los procedimientos, pero tratándose de procedimientos especiales, la
ley establece formas distintas de practicar notificaciones. En estos casos, como se trata de
normas especiales, prevalecen a las normas del Código de Procedimiento Civil.
Esto ocurre en los siguientes casos:

a. En los juicios de menores (artículo 35, Ley Nº 16.618 de menores): Se permite en


estos procedimientos las notificaciones por carta certificada (esto no está en el
Código de Procedimiento Civil).

b. En materia de procedimiento penal ordinario: Se contempla una notificación


especial que consiste en la “notificación en persona” al procesado mismo y no al

261
representante o mandatario de éste (no se le puede entregar al abogado).
Ejemplo: el auto de procesamiento y sentencia definitiva.

También en el procedimiento penal se contempla la “notificación por


oficio”, haciéndola al jefe de hogar, en que el procesado se encuentra privado de
libertad.

c. En el procedimiento penal militar: Hay notificaciones especiales por carta


certificada e incluso se permite cualquier forma de notificación que el tribunal
ordene en casos urgentes.

Hay casos especiales en que se restringen las notificaciones, es decir, que no se


pueden utilizar todas las formas establecidas en el Código de Procedimiento Civil.
Ejemplo: el artículo 629 del Código de Procedimiento Civil establece que los juicios
arbitrales serán notificados personalmente o por cédula, salvo que las partes
unánimemente acuerden otra forma de notificación.

Art. 629, Código de Procedimiento Civil: “En los juicios arbitrales se harán las
notificaciones personalmente o por cédula, salvo que las partes unánimemente
acuerden otra forma de notificación”.

Tratándose de juicios especiales, deberá verse en cada caso esas normas


especiales lo que establezca la ley, y si se contemplan reglas distintas, se aplican esas
reglas especiales.

8.- Los efectos de las resoluciones judiciales:

Existen varios efectos que se pueden estudiar, partiendo de la base de que la


resolución judicial referida debe estar notificada a las partes en forma legal para que
produzca sus efectos. No basta con la sola dictación de la resolución (si una resolución no
se notifica es lo mismo que no se haya dictado).
Normalmente los efectos de las resoluciones judiciales se producen después de
notificadas, y algunas después de quedar firmes y ejecutoriadas (relacionado con el
artículo 174, Código de Procedimiento Civil); en este último caso, no es suficiente la sola
notificación de la resolución, porque se necesita que la resolución se encuentre firme y
ejecutoriada al menos para el caso de la cosa juzgada.
Respecto a los efectos que producen estas resoluciones, podemos mencionar las
siguientes:

o El desasimiento del tribunal.


o El efecto de cosa juzgada, a través de dos variantes: la acción y la
excepción de cosa juzgada.

Existen también otros efectos que producen las resoluciones judiciales. Ejemplos: la
declaración de derecho que se produce por la resolución, la retroactividad del derecho,
etc.

A) El Desasimiento del Tribunal:

El desasimiento está contemplado en el artículo 182 del Código de Procedimiento


Civil.
Es un efecto que producen las sentencias, tantos las definitivas como las
interlocutorias, en virtud del cual una vez que han sido notificadas a alguna de las partes,

262
el tribunal que la dictó no podrá alterarlas o modificarlas en manera alguna (artículo 182,
inciso 1º, primera parte, Código de Procedimiento Civil).
Para que se pueda producir este efecto, es necesario que la sentencia se notifique
a alguna de las partes. Por este sólo hecho, el tribunal que dicto la resolución no puede
alterarla o modificarla.
Esto constituye para el juez que dicta la sentencia una prohibición legal; este
tribunal deja de tener competencia en relación a este asunto que ya ha sido resuelto (a la
cuestión debatida que se resolvió).
La razón que se impida al juez de que altere o modifique su sentencia radica en
que en el sistema chileno impera el principio de la doble instancia, lo que significa que
será el superior jerárquico el que tiene atribuciones para modificar la sentencia, en el
entendido de que ésta se haya apelado.

* Requisitos o condiciones para que el desasimiento se produzca:

Los requisitos para que se produzca el desasimiento, establecidos en el artículo 182


del Código de Procedimiento Civil, son los siguientes:
- Que en el juicio se haya dictado una “sentencia”, definitiva o interlocutoria (no de
autos ni de decretos).
- Que la sentencia haya sido notificada legalmente a alguna de las partes (a
cualquiera de ambas).

* Excepciones al efecto del desasimiento:

Son casos en que, no obstante que una sentencia haya sido notificada a alguna
de las partes, podría ser modificada por el tribunal que la pronunció.
Estas excepciones en las que no opera esta institución son las siguientes:

a) El recurso de aclaración, agregación o rectificación: Este recurso, que establece el


mismo artículo 182 del Código de Procedimiento Civil, consiste en que cualquiera
de las partes puede solicitar al mismo tribunal que pronunció la sentencia que
aclare los puntos oscuros o dudosos de la sentencia. También se puede pedir que
salve omisiones, o bien rectificar errores de copia, referencia o de cálculos
numéricos que aparezcan de manifiesto en la sentencia.
En este caso, a través de este recurso, el mismo tribunal que pronunció la
sentencia puede hacer estas rectificaciones.
Este recurso se puede hacer valer a petición de parte (como todo recurso),
o bien de oficio por el tribunal (el mismo juez que pronunció la sentencia tiene una
facultad oficiosa). En este caso, el juez podrá de oficio, dentro de los cinco días
siguientes a la primera notificación de la sentencia, hacer las rectificaciones a los
errores cometidos (artículo 184, Código de Procedimiento Civil).

b) Ciertas sentencias interlocutorias, que pueden ser modificadas o dejadas sin


efecto por el mismo tribunal que las pronunció, a través del “recurso de
reposición”, y no obstante que esté notificada alguna de las partes. Aquí se
requiere de texto legal expreso que permita el recurso de reposición.
Ejemplos de estas sentencias interlocutorias que pueden ser objeto de
recurso de reposición: la resolución que recibe la causa a prueba; la resolución
que declara la inadmisibilidad del recurso de casación, la resolución que cita a las
partes a oír sentencia, etc.

c) El caso del incidente de nulidad procesal de lo obrado por falta de


emplazamiento: Este es un incidente que puede ser planteado por el demandado

263
rebelde (el que no ha comparecido al juicio) ante el mismo juez que haya
pronunciado la sentencia definitiva o interlocutoria, el que puede alegar la
nulidad de lo obrado por falta de emplazamiento en cualquier estado del juicio.
En este caso puede reclamar el rebelde aunque la sentencia haya sido notificada
a alguna de las partes.

* Los autos y decretos en relación al desasimiento:

Los autos y decretos no producen el efecto del desasimiento, por cuanto éstos
pueden ser siempre modificados por el mismo tribunal que los dicta. Estos autos y decretos
pueden enmendarse a través de un recurso de reposición.
En principio las sentencias no pueden ser modificadas por el mismo tribunal. Para
que el auto o decreto pueda ser modificado por el mismo tribunal, la parte debe hacer
valer el recurso de reposición. Este es un recurso que siempre se interpone y lo conoce el
mismo tribunal que ha dictado la resolución judicial (artículo 181, Código de
Procedimiento Civil).

Art. 181, Código de Procedimiento Civil: “Los autos y decretos firmes se ejecutarán
y mantendrán desde que adquieran este carácter, sin perjuicio de la facultad del
tribunal que los haya pronunciado para modificarlos o dejarlos sin efecto, si se
hacen valer nuevos antecedentes que así lo exijan”.
“Aun sin estos antecedentes, podrá pedirse, ante el tribunal que dictó el
auto o decreto, su reposición, dentro de cinco días fatales después de notificado.
El tribunal se pronunciará de plano y la resolución que niegue lugar a esta solicitud
será inapelable; sin perjuicio de la apelación del fallo reclamado, si es procedente
el recurso”.

B) El Efecto de Cosa Juzgada:

Las partes cuando deciden ir a juicio (cuando concurren a los tribunales de


justicia) lo que pretenden es que se resuelva un conflicto jurídico cuando no ha sido
posible la solución por otras vías. A las partes les interesa obtener del tribunal una decisión
que resuelva el conflicto, a través de una sentencia inamovible, en virtud de la cual no se
pueda volver a discutir del mismo asunto, ya sea en el mismo proceso o en otro, de lo
contrario seguiría la incertidumbre jurídica.
Además, a las partes les interesa que la decisión del asunto establezca una
condena, y que esa decisión judicial se pueda cumplir efectivamente en la práctica sin
nuevas resoluciones. Esto es lo que constituye la “Cosa Juzgada”.

La cosa juzgada está compuesta por la acción (exigir el cumplimiento en el caso


de las sentencias condenatorias) y la excepción (impedir que se vuelva a discutir del
mismo asunto). Esto da origen a dos efectos prácticos:

 Efecto negativo: Se traduce en que no se puede discutir del mismo asunto en el


mismo tribunal o en otro. La parte condenada no puede en un nuevo juicio discutir
la cuestión ya decidida.

 Efecto positivo: La parte respecto de la cual se ha reconocido un derecho puede


exigir que se cumpla ese derecho y sin que ningún tribunal le pueda negar el
cumplimiento del mismo.

264
* Características de la cosa juzgada:

La doctrina señala que, dado los dos aspectos que reviste, la cosa juzgada tiene
dos características: el ser coercitiva e inmutable.

a. Es coercitiva: Esto significa que la parte que perdió en el proceso está obligada a
cumplir la prestación que le impone la sentencia, y si no lo hace voluntariamente
puede ser obligado por medios compulsivos, valiéndose de la fuerza.

b. Es inmutable: Significa que las partes del juicio tienen que respetar lo fallado tal
cual como se indica en la sentencia, por lo tanto, no se puede volver a discutir lo
fallado. Esa resolución no se puede modificar, después de vencidos todos los
recursos y todos los plazos.

* Fundamento de la cosa juzgada:

El fundamento de esta cosa juzgada es el mantenimiento del orden social. A la


sociedad le interesa que los litigios tengan un fin, que ellos no puedan renovarse
indefinidamente. Esta certidumbre judicial se logra a través de la cosa juzgada.
* Concepto de cosa juzgada:

La ley no la define, sólo se limita a reglamentar sus efectos o los requisitos en


diversas disposiciones.

La doctrina dice que la cosa juzgada es “la presunción que lo fallado por el juez es
la verdad”. También se dice que “es el efecto que la ley atribuye a las sentencias firmes y
ejecutoriadas por considerarlas como expresión de la verdad” (esto porque proviene de
la autoridad judicial).
Que sea una presunción de verdad no quiere decir que sea una verdad absoluta,
porque puede ocurrir que esa verdad planteada en el juicio no sea el fiel reflejo de la
realidad; pero, una vez agotadas las prueba, no queda nada por discutir.

* Clasificación de la cosa juzgada:

En la doctrina se suele clasificar a la cosa juzgada en: cosa juzgada formal y cosa
juzgada material.

a) Cosa juzgada formal: Es el efecto que solamente permite el cumplimiento de la


sentencia en forma provisional, y que a la vez impide renovar la discusión en el
mismo proceso en que la sentencia se dicta, pero que al mismo tiempo establece
la posibilidad de volver a plantear el mismo asunto en un juicio ordinario posterior
distinto.
Esto se debe a que, en ciertos casos, determinadas materias se ventilan en
procedimientos breves y sumarios, sin que las partes puedan ejercer de plenitud sus
derechos y, por lo tanto, deja abierta la posibilidad de volver a plantear el asunto
en un proceso de lato conocimiento. Esto, sin embargo, es poco frecuente.
Ejemplos: la reserva en el contrato de arrendamiento, que se hace en un
proceso breve y que deja la posibilidad de volver a revisar el asunto e un juicio
ordinario posterior, pero la sentencia igual se cumple; en el juicio ejecutivo, con la
reserva de acciones y derechos; la reserva en los interdictos posesorios; etc.

b) Cosa juzgada material o sustancial: Es aquella que autoriza cumplir la sentencia sin
ninguna restricción o limitación, e impide que lo resuelto en ese juicio se pueda

265
volver a discutir en el mismo juicio o en otro posterior. Esta es la regla general en
cuanto a los efectos de las resoluciones en Chile (constituye el verdadero efecto
de cosa juzgada).

* Efectos de la cosa juzgada:

Estos efectos son las consecuencias jurídicas que surgen de la institución de la cosa
juzgada. Estos son:

- La acción de cosa juzgada, que permite el cumplimiento de la resolución judicial.


- La excepción de cosa juzgada, que evita que entre las mismas partes, sobre una
misma cosa, e invocando análogas razones se vuelva a discutir sobre una
sentencia anterior.

A) Acción de Cosa Juzgada:

Es el efecto que produce una resolución judicial que se encuentra firme o


ejecutoriada, o bien aquella que causa ejecutoria, para obtener el cumplimiento de lo
resuelto o para la ejecución del fallo.
Este cumplimiento siempre se obtiene a petición de parte y los tribunales, en
general, jamás pueden ordenar de oficio el cumplimiento de la sentencia.
El cumplimiento se logra mediante las reglas que para tal fin proporcionan las
disposiciones del Código de Procedimiento Civil.

— Titular de la acción de cosa juzgada (artículo 176, Código de Procedimiento Civil):

Según el artículo 176, la acción de cosa juzgada corresponde a la persona a cuyo


favor se ha declarado un derecho en el juicio (es aquella parte que obtuvo la resolución
favorable, ya sea el demandante o demandado).
La acción puede corresponderle incluso a los herederos de la parte vencedora.
Del mismo modo, la acción puede ser dirigida en contra de quien resulte condenado por
esa resolución o en contra sus herederos o sucesores.

— Requisitos de procedencia de la acción de cosa juzgada:

Los requisitos o condiciones para que proceda esta acción de cosa juzgada, son
los siguientes:

- Que exista una resolución judicial condenatoria que se encuentre firme o


ejecutoriada, o que cause ejecutoria.
- Que la parte que ha obtenido en el juicio solicite expresamente el cumplimiento
de la resolución judicial.
- Que la prestación que impone esa resolución sea actualmente exigible.
- Que la acción no esté prescrita.

a) Es necesario que exista una resolución judicial condenatoria que se encuentre


firme o ejecutoriada, o que cause ejecutoria. Lo que significa que imponga una
prestación determinada, es decir, una obligación que consista en dar, hacer o no
hacer algo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los autos y decretos firmes
también producen la acción de cosa juzgada (artículo 181, inciso 1°, parte
primera, Código de Procedimiento Civil).

266
b) Debe existir una solicitud expresa de la parte que ha obtenido en juicio. Esto
significa que aquel litigante en cuyo favor se declaró un derecho por resolución
judicial debe presentar un escrito al tribunal en que pida el cumplimiento de lo
resuelto, y ello se desprende del artículo 233, inciso 1º, del Código de
Procedimiento Civil, que dice que “cuando se solicite la ejecución de una
sentencia...”.
Las resoluciones sólo pueden cumplirse en la medida que la parte
interesada lo pida. Naturalmente lo dicho es en el entendido de que la sentencia
no se cumpla voluntariamente, ya que puede acatar lo resuelto en forma
extrajudicial y voluntaria.

c) La prestación que impone en la resolución debe ser actualmente exigible. Estando


cumplido lo anterior, esto podría fallar, y de ser así no tendría lugar la ejecución.
Esto significa que la prestación no debe estar afecta a ninguna modalidad
(condición, plazo o modo) que impida llevar a efecto o exigir dicha prestación.

d) Es necesario que la acción no esté prescrita. La prescripción, si existe, operaría


como un modo de extinguir la acción.
En el caso de la acción ejecutiva, prescribe por regla general en tres años
(si no se ejerce en ese plazo, la acción prescribe y no se puede exigir su
cumplimiento. La prescripción puede ser tanto ordinaria como extraordinaria
(artículo 2515, Código Civil).

— Procedimiento para hacer efectivo el cumplimiento de una resolución judicial:

Esta materia se encuentra regulada en el Libro I, Título XIX (artículos 231 y


siguientes) del Código de Procedimiento Civil. Aquí se distingue:

- Procedimiento para hacer cumplir la resolución por tribunales chilenos.


- Procedimiento para hacer cumplir la resolución por tribunales extranjeros.

En cuanto al primero, la ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales


que las hayan pronunciado en primera o en única instancia. En el caso que la ejecución
de origen a un nuevo juicio, en ese caso existen dos tribunales competentes: el que la
pronunció en primera o en única instancia, o bien el que resulte competente de acuerdo
a las reglas de competencia.

B) Excepción de Cosa Juzgada:

El fundamento de la excepción de cosa juzgada es similar al de la acción, esto es,


la seguridad social; por lo tanto, se trata de evitar la prolongada e indefinida repetición
de los juicios entre las mismas partes y sobre la misma materia (una acción que se inicia se
agota con el mismo juicio). También con ello se evita que los tribunales dicten fallos
contradictorios sobre la misma materia.
Este fundamento puede tener excepciones, en ciertas situaciones muy
particulares, en donde la ley permite que una sentencia que esté ejecutoriada pueda ser
objeto de una nueva revisión, a través de un recurso extraordinario denominado “recurso
de revisión”, y del cual conoce exclusivamente la Corte Suprema (artículos 810 y
siguientes, Código de Procedimiento Civil).

267
— Concepto de excepción de cosa juzgada:

La excepción de cosa juzgada es un efecto de las resoluciones judiciales que la


ley reconoce de las sentencias firmes o ejecutoriadas, y en virtud del cual no puede volver
a discutirse entre las mismas partes una misma materia e invocando razones análogas, en
atención a que ello ha sido resuelto en una sentencia anterior.

La finalidad es evitar nuevas discusiones sobre el mismo asunto, entre las mismas
partes y la misma materia.
Este efecto emana exclusivamente de las sentencias definitivas e interlocutorias
firmes, tengan el carácter de condenatorias o absolutorias.

— Titular de la excepción de cosa juzgada:

La persona que puede invocar la excepción, lo dice expresamente la ley (artículo


177, Código de Procedimiento Civil), corresponde a:
- El litigante que haya obtenido en el juicio, el que va a triunfar en sus pretensiones.
- Por todos aquellos que según la ley aproveche el fallo.

De este modo, la excepción de cosa juzgada puede hacerla valer tanto el


litigante que gana como el que pierde en el juicio, en este último caso para evitar una
condena más perjudicial.

— Características de la excepción de cosa juzgada:

Esta excepción de cosa juzgada presenta algunas características o


particularidades. Estas son las siguientes:

a. Es renunciable: Significa que necesariamente debe ser alegada en un nuevo


juicio, en forma oportuna, y si no se alega se entiende renunciada.
De esto se concluye que el tribunal no puede declararla de oficio, debe ser
alegada (artículo 177, Código de Procedimiento Civil).

b. Es relativa: La cosa juzgada sólo puede beneficiar a los que han intervenido en el
pleito o a sus herederos (artículo 3º, inciso 1º, Código Civil).
La excepción de cosa juzgada podrá ser invocada por alguna de las
partes del juicio, independientemente de la posición que hubieren podido tener
en el litigio anterior
Excepcionalmente, hay algunas sentencias que producen efectos
generales y absolutos, y por lo tanto, esos efectos no pueden ser discutidos por
nadie y afectos a todos (producen efectos “erga omnes”). Ejemplo: lo relativo al
estado civil de las personas (declaración de matrimonio nulo, etc.).

c. Es irrevocable: Ello quiere decir que no puede ser alterado lo resuelto por una
sentencia judicial una vez firme o ejecutoriada, por ninguna autoridad del país.
Esta es la regla general (artículo 9º, inciso 2º, Código Civil).
Sin embargo, hay casos de excepción donde ciertas sentencias producen
cosa juzgada formal, y en ese caso la sentencia puede ser modificada
posteriormente en otro juicio.

d. Es imprescriptible: Lo que significa que no obstante el transcurso del tiempo puede


alegarse la excepción de cosa juzgada en cualquier tiempo. Se puede alegar
siempre, basta que se vuelva a plantear un nuevo juicio sin consideración a plazo.

268
— Requisitos de procedencia:

Esto se traduce en la llamada “triple identidad” y se requiere que entre el primer


juicio que ya fue resuelto y el nuevo juicio posterior exista esta triple identidad. En otras
palabras, se requiere que entre el juicio ya resuelto y aquel que se pretende iniciar o que
ya se promovió, exista la triple identidad que indica el artículo 177 del Código de
Procedimiento Civil.
Esta triple identidad debe ser copulativa, de manera tal que faltando uno de estos
requisitos no puede alegarse en el segundo juicio la excepción de cosa juzgada.
El artículo 177 del Código de Procedimiento Civil se refiere a:

• Identidad legal de personas.


• Identidad de la cosa pedida.
• Identidad de la causa a pedir.

Esta triple identidad se analiza, el juez en el segundo juicio debe analizar la


sentencia que fue dictada en el primer juicio en relación con la nueva demanda que se
plantea. Así se desprende del artículo 177.

Art. 177, Código de Procedimiento Civil: “La excepción de cosa juzgada puede
alegarse por el litigante que haya obtenido en el juicio y por todos aquellos a
quienes según la ley aprovecha el fallo, siempre que entre la nueva demanda y la
anteriormente resuelta haya:
1. Identidad legal de personas;
2. Identidad de la cosa pedida; y
3. Identidad de la causa de pedir.
“Se entiende por causa de pedir el fundamento inmediato del derecho
deducido en juicio”.

a) Identidad legal de personas (“eadem personae”): Significa que en ambos juicios,


tanto el demandante como el demandado deben ser jurídicamente las mismas
personas. Deben figurar en ambos juicios con la misma calidad jurídica, aunque
físicamente sean distintas.
Ejemplo: En un primer juicio aparece como demandante Pedro y
demandado Pablo; en el segundo juicio puede ser demandante Pedro y
demandado Diego en representación de Pablo.
Siendo personas físicamente distintas puede generarse la identidad exigida
por la ley. Ejemplo: el heredero y el mandatario o representante.

b) Identidad de la cosa pedida (“eadem res”): Se refiere al “objeto del juicio”, o sea,
el beneficio jurídico inmediato que se reclama en el juicio; por lo tanto, tanto en el
primer juicio como en el segundo debe existir una identidad en el objeto jurídico
(no material sino jurídico). Ejemplo: se discute la calidad de dueño, mero tenedor o
poseedor.
Este objeto o beneficio jurídico hay que buscarlo en la parte petitoria de la
demanda.
Podría ocurrir que tratándose de estos dos juicios distintos puedan
reclamarse dos objetos materiales distintos, pero son los mismos objetos jurídicos.
Ejemplo: en un primer juicio el objeto material es una casa, y en el segundo juicio el
objeto material es un automóvil; sobre ambos objetos jurídicos que se reconozca la
calidad de heredero.

269
c) Identidad de la causa de pedir (“eadem causa petendi”): Para Planiol la causa de
pedir “es el hecho jurídico o material que sirve de fundamento al derecho que se
reclama o la excepción que se opone”.
Por otro lado, el artículo 177, inciso final, del Código de Procedimiento Civil
señala que “se entiende por causa de pedir el fundamento inmediato del derecho
deducido en juicio”. Así como la cosa pedida es la cosa jurídica que se reclama, la
causa de pedir es el fundamento legal de esa petición.
Esto responde al porqué se está pidiendo algo en el juicio.
Ejemplo: en un juicio se puede reclamar un objeto determinado porque se
adquirió por compraventa: el fundamento es el contrato de compraventa; se
podría plantear en un segundo juicio colocando como fundamento que se
adquirió por causa de muerte: el fundamento en un testamento y el objeto jurídico
es que se reconozca la calidad de heredero. Aquí no se da la triple identidad.

— Forma y oportunidad de hacer valer la excepción de cosa juzgada:

La ley procesal establece distintos medios para hacer valer la excepción y distintas
oportunidades dentro del proceso. Esto se debe a la gravedad que implica la excepción.
Es posible que pueda ser alegada la excepción de cosa juzgada:

- Como excepción perentoria: La cosa juzgada es de naturaleza perentoria (de


fondo) y se podría alegar al contestar la demanda en el segundo juicio.

- Como excepción dilatoria: Por la gravedad que reviste, la ley permite que se
alegue con el carácter de “mixta”, o sea, como dilatoria siendo perentoria. Lo que
significa que pueda ser alegada dentro del término del emplazamiento y antes de
que se conteste la demanda. De acogerse el juicio se termina con la dilatoria.

- Como fundamento de un recurso de apelación.

- Como fundamento de un recurso de casación (artículo 768, Código de


Procedimiento Civil).

- Como fundamento de un recurso de revisión (artículo 810, nº 4, Código de


Procedimiento Civil).

— Paralelo entre la acción y excepción de cosa juzgada:

a) En cuanto a las resoluciones judiciales que produce el efecto:

o La acción nace solamente de sentencias condenatorias.


o La excepción nace tanto de la sentencia condenatoria como de la
absolutoria.

b) En cuanto al titular:

o La acción la puede hacer valer aquella persona en cuyo favor se ha


declarado un derecho en el juicio.
o La excepción, en cambio, la puede alegar aquel que la ha obtenido en el
juicio y por todos aquellos que según la ley aprovecha el fallo.

270
c) En cuanto a la forma que se hace valer:

o La acción se hace valer por una demanda por ser una acción.
o La excepción tiene diversas oportunidades para hacerla valer. Ejemplo: a
través de las alegaciones, recursos procesales, etc.

d) En cuanto a la prescripción:

o La acción prescribe, de acuerdo con las reglas generales (artículo 2515,


Código Civil), en tres años la acción ejecutiva y en cinco la acción ordinaria.
o La excepción en tanto habida consideración de su naturaleza es
imprescriptible.

e) En cuanto a las resoluciones que producen una y otra:

o La acción emana de sentencias definitivas e interlocutorias firmes o


ejecutoriadas, así como de aquellas que causan ejecutoria y que tengan el
carácter de condenatoria.
o La excepción, por su lado, sólo proviene de las sentencias definitivas e
interlocutorias firmes o ejecutoriadas, y no aquellas que causen ejecutoria.

C) Otros efectos de las resoluciones judiciales:

Al margen de estos efectos del desasimiento y la autoridad de cosa juzgada, en


doctrina se señalan otros efectos de las resoluciones judiciales. Entre ellos podemos
mencionar a la declaración del derecho que hace la sentencia y el efecto retroactivo
que contiene la sentencia declarativa.

1. Declaración del derecho que hace la sentencia (es un presupuesto de la cosa


juzgada). Este efecto tiene importancia en las sentencias declarativas y en las
sentencias constitutivas.
En las sentencias declarativas -aquellas que se limitan a reconocer un
derecho preestablecido- la resolución que el fallo contiene en la parte resolutiva,
por lo general, produce efectos retroactivos. Estas sentencias sólo producen
efectos respecto de las partes por el efecto relativo de las sentencias judiciales.
En las sentencias constitutivas -aquellas que atribuye a las partes nuevos
derechos, o que las habilita para ejercitar nuevos derechos- la resolución de fallo
se proyecta hacia el futuro. Estas sentencias tienen efectos absolutos.

2. Retroactividad: Esta materia es importante para precisar la época desde la cual


los derechos que emanan de la sentencia declarativa van a producir sus efectos.
Al respecto, hay sentencias cuyos efectos se retrotraen en el tiempo (al
pasado) reconociendo un derecho preexistente al juicio (existencia de una
controversia). Este es el caso de las sentencias declarativas, por regla general.
En tanto que hay otras sentencias que sólo se proyectan en sus efectos
para el futuro, es decir, desde que la sentencia se encuentra firme. En este tipo de
sentencias el derecho nace con ella.

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