Aportes p ar a l a
C e le
l eb r ac i ó n
Homilía y guión para la Santa Misa
3er domingo de Cuaresma 24 de marzo de 2019
Ciclo C. Color: Morado Año XXIII - Nº 1305
Aportes para la homilía
Las lecciones de la historia
Éx 3, 1-8a. 10. 13-15; Sal 102, 1-4. 6-8.
11; 1Cor 10, 1-6. 10-12; Lc 13, 1-9
¡Cómo nos impactan las noticias de los
violentos enfrentamientos en Siria! ¡Cómo nos
duele ver niños muertos a causa de la guerra!
¡Cómo nos conmueve el tedioso peregrinar de
la columna de hondureños que van atravesan-
do fronteras hacia los Estados Unidos! ¡Cómo
nos indigna la sistemática violencia hacia las
mujeres y el feminicidio! Estas y muchas noti-
cias de la inhumanidad que golpea a nuestro
mundo nos duelen en el alma. Traemos esto
a colación porque Dios enseña por medio de
la historia, que es maestra de vida. En ella
actúa él, ahí se manifiesta Jesucristo, Señor
de la historia.
En su tiempo, Moisés era un prófugo. Re-
cordemos que después de haberse criado en
el palacio real, un día se indignó al ver cómo
un egipcio maltrataba a un obrero hebreo es-
clavizado y, en un arrebato, lo asesinó. Moisés
tenía orden de captura, por eso había huido a
Madián. Allí se refugió, se casó y tuvo un hijo.
Cierto día, mientras apacentaba el rebaño,
Dios lo llamó para pedirle algo insólito, que
le hablara al Faraón, el rey que lo perseguía
a muerte, para que, en su nombre, liberara
al pueblo esclavizado. Así es como le dio a
conocer su proyecto liberador, que nació de su
corazón divino, conmovido al ver la opresión
de su pueblo. Se manifestó en la zarza ardien-
te y que no se consumía, un signo pequeño
pero significativo. Y dio a conocer su nombre:
“Yo soy el que soy”.
Hoy el Señor sigue hablando en la historia.
Traemos a la memoria a san Óscar Romero,
obispo mártir de El Salvador. Él, como Moi-
sés, se conmovió por la opresión del pueblo
por parte de una cruenta dictadura militar. Y
cuando asesinaron a uno de los sacerdotes
de la arquidiócesis, él comprendió lo que
Dios le pedía, por eso se puso del lado de los
oprimidos, los que sufrían y los pobres, y en
contra de la violencia de las armas. Así fue que
derramó su sangre. El mismo talante espiritual
lo tuvo Madre Teresa, que se conmovía por las
altas cifras de abortos en el mundo, y pidió,
sin miedo, a los representantes de los países
del mundo que permitieran nacer a los niños,
con la promesa de que ella misma se haría
cargo de ellos. Su voz fue profética, como la
de Moisés. Como ellos, cada uno de nosotros
está capacitado por el bautismo para pedir y
trabajar activamente por la justicia, la paz y la
vida y ponerse del lado de los débiles.
San Pablo reporta una antigua historia
de la cual saca una enseñanza. En un breve
resumen, trae a la memoria el acontecimiento
del éxodo de Israel, que caminaba seguro
bajo la guía de Dios por el desierto, donde
recibió alimento y agua. Pero también era un
pueblo de rebeldes, que protestaban contra
Moisés y contra Dios. Esta historia debe ser
un aprendizaje para los creyentes.
San Pablo nos hace ir a lo esencial, a
Jesucristo, a la presencia de su Cuerpo y
Sangre, que son alimento espiritual. El Apóstol
nos muestra que Cristo es la roca donde nace
el agua para nuestro fatigado caminar y es el
(Continúa en la p. 4).
Aportes - 1
Guión para la Santa Misa
1)  Introducción a la celebración
Hermanos y hermanas: Vivimos
 bombardeados por noticias que
pueden insensibilizar nuestro co-
razón, y así nos acostumbramos
a los hechos de violencia y de injusticia
y hacemos invisibles a las víctimas de
la pobreza, los horrores de la guerra, el
narcotráfico y la brutalidad machista. Hoy
nos convoca el Señor para que, en esta
Eucaristía, renovemos nuestro amor a él
y al prójimo, fertilicemos nuestra caridad
con la palabra de Dios y el Cuerpo del
Señor y construyamos un mundo más hu-
mano y fraterno. Con tan alta motivación,
iniciamos la misa mientras cantando…
2)  Saludo inicial
Hermanos y hermanas. Jesucristo
es el Señor de la historia y lo ne-
cesitamos. Que el amor eterno del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo estén
ahora y siempre con todos ustedes.
3)  Acto penitencial
San Pablo nos exhorta a no poner
para nada la seguridad en las 5)  Credo
cosas de este mundo. Por eso,
aferrémonos a la única seguridad, que es
Cristo, la roca que nos salva. Pidamos su
misericordia.
- Tú, que nos envías a profetizar

en medio del mundo materialista: 6)  Oración de los fieles
Señor, ten piedad.
- Tú, que nos mandas a anunciar
el evangelio y ser Iglesia en salida:
Cristo, ten piedad.
- Tú, que nos llamas a la continua nuestros hermanos.
conversión y vencer la soberbia:
Señor, ten piedad.
Dios todopoderoso tenga mise-
ricordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la 4  Por el Papa, que muestra al mundo las
vida eterna. Amén.
Aportes - 2
4) Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Éx 3, 1-8a. 10. 13-

15): Dios, conmovido por el dolor
de su pueblo, eligió a su servidor
Moisés y lo envió al poderoso fa-
raón con una misión específica.
Salmo (Sal 102, 1-4. 6-8. 11): Elevemos
un himno de bendición al Señor, que per-
dona, sana las heridas, se pone del lado
de los pobres y tiene gran misericordia.
Bendigamos a Dios respondiendo: El
Señor es bondadoso y compasivo.
Segunda lectura (1Cor 10, 1-6. 10-12):
San Pablo hace una lectura simbólica de
la historia de la liberación de la esclavitud
del pueblo en Egipto y del fatigoso cami-
nar por el desierto, y saca una lección de
ello. Escuchemos.
Evangelio (Lc 13, 1-9): Jesús comenta
con algunas personas los trágicos acon-
tecimientos que sucedieron en el Templo
y en Siloé. Y enseña con una parábola la
paciencia que tiene Dios cuando espera
los frutos de la conversión.
Jesús participó de los avatares
de la historia que construimos los
seres humanos. Él nos acompaña
en el curso del tiempo como el Señor de
la historia. Recemos: Creo…
Vivimos nuestra fe inmersos en
el mundo que nos toca vivir, y no
podemos estar distraídos; por eso,
intercedemos por las necesidades de
Ante cada intención, respondemos:

Señor, queremos ser humildes
de corazón.
consecuencias nefastas del egoísmo
humano, para que su palabra sea 10)  Cordero de Dios
aceptada por creyentes y no creyentes. El Cuerpo del Señor nos fortalece
Oremos… a quienes vivimos en la tierra. Este
4  Por la Iglesia en nuestro País, que es el Cordero de Dios que quita el
invoca a Jesús como el Señor de la pecado del mundo. Felices los invitados
historia, para que las hostilidades que a la Cena del Señor.
padece la afiancen en el anuncio del
11)  Comunión
evangelio a los pobres. Oremos…
Somos peregrinos en la tierra y

4  Por nuestros gobernantes, que se
construimos la civilización del amor.
pusieron al servicio de la Nación, para
Para dar sentido a nuestra historia
que sus proyectos y acciones contri-
y llenarla de vida, vayamos a recibir
buyan a la creación de una patria de
el Cuerpo del Señor. Cantamos…
hermanos. Oremos…
4  Por nuestra comunidad, que da tes- 12)  Avisos parroquiales
timonio del evangelio de la vida y la

(Después de la Oración poscomu-
justicia, para que cultive intensamente
nión).
la vida espiritual en esta Cuaresma.
Oremos…
13)  Rito de conclusión
(Se pueden añadir y/o
sustituir oraciones). Motivación: El Señor, como noso-
tros, conoce los acontecimientos
Jesucristo, Señor de la historia, de esta vida y les da un sentido
te necesitamos y te rogamos que trascendente. Para que construyamos
escuches nuestras oraciones. Te un mundo más justo y humano, debemos
lo pedimos a ti, que vives y reinas por
vivir en continua conversión.
los siglos de los siglos.
Bendición final (extraída del misal): El
7)  Presentación de las ofrendas Señor esté con ustedes. Padre, dirige
El pan y el vino, alimentos materia- los corazones de tus fieles y concédeles

les, se transformarán en alimento generosamente la gracia de permanecer
de vida eterna. Los presentamos en el amor a ti y al prójimo, para llegar así
para mostrar que estamos en el a la perfección de tu ley. Por Jesucristo,
camino de la conversión. Cantamos… nuestro Señor.
Y la bendición de Dios todopoderoso…
8)  Prefacio de Cuaresma II
Despedida: La historia de la humanidad
Elevamos la acción de gracias al se hace grande o miserable de acuerdo

Padre porque nos hace ver que, en con cómo vivimos la unión con el Señor
el tiempo de Cuaresma, debemos y demos testimonio de solidaridad. ¡Va-
vivir “las realidades temporales yamos en paz!
pero adhiriéndonos a las eternas”.
14)  Canto final
9)  Padrenuestro La vida será plena en cuanto no

Santificamos el nombre del Padre abandonemos el camino de la
porque nos llama a construir una unión con el Señor y demos siem-
historia humana de justicia y paz pre testimonio del amor. Con esta
obedeciendo su voluntad: Padre nuestro… motivación, nos retiramos cantando…
Aportes - 3
(Viene de la p. 1).
alimento de vida. Cristo es nuestra comida y
bebida, todo lo que necesitamos para vivir. Y
lo que hizo el pueblo en el desierto no lo debe-
mos hacer, es decir, “dejarnos arrastrar por los
malos deseos” y rebelarnos contra Dios. Com-
prendamos ese simbolismo en nuestra historia.
Una forma de apartarnos de ellos es ceder
al materialismo, que es dar un gran valor a las
cosas terrenas sin tener en cuenta o estimar
poco a las realidades espirituales: la misa, los
sacramentos, la lectura espiritual, la formación
cristiana, los valores humanos y cristianos…
Y la rebeldía sobre la que nos advierte san
Pablo es apartarnos del amor de Cristo, que
es amor a los hermanos. Cuando caemos en
la tentación de la desobediencia o rebeldía es
cuando rechazamos el mandamiento del amor.
Así se enfría el corazón y nos volvemos egoís-
tas e indiferentes. Así no nos importa nada el
sufrimiento ajeno. Las dolorosas cifras de la
pobreza, que tiene rostros concretos, no nos
golpean el corazón. De este modo, caminamos
apartados de la misericordia.
También en tiempos de Jesús, la crónica
nefasta hería la conciencia y la sensibilidad
de las personas. El Gobernador que había
impuesto Roma en Judea, Poncio Pilato, había
mandado mezclar la sangre de las víctimas
que se ofrecían en el Templo con la sangre
de unos galileos rebeldes ajusticiados por los
romanos en los patios del templo. Esta era una
gran aberración, irritante para los creyentes
judíos, así como lo es para nosotros la pro-
fanación de un Tabernáculo y de la reserva
Eucarística. Al mismo tiempo, los ricos, por
competir entre ellos, hacían construir palace-
tes con altas torres para demostrar su poder
económico. Mientras estaban levantando una
torre, esta se desplomó y aplastó a dieciocho
albañiles que trabajaban en ella.
Algunas personas le comentaron a Jesús
estos hechos, y él les dio una lección. El Se-
Aportes para la celebración, subsidio litúrgico de El Domingo. Es propiedad de SOCIEDAD DE SAN PABLO (PAULINOS),
Riobamba 230, C1025ABF, CABA, Argentina. Tel.: (011) 5555-2455. E-mail: promocion@sanpablo.com.ar - www.sanpablo.com.ar
Impreso por G.S. Grafica s.r.l., Cnel. Charlone 958, B1868DZF Piñeyro, Avellaneda, (Bs. As.), Argentina.
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Aportes - 4
ñor pasó de la crónica, que no compromete,
a obtener un significado de esos hechos para
que hiciera crecer a sus interlocutores. Jesús
no está a favor de la violencia de los rebeldes
y de los justicieros sanguinarios que aplican
la pena de muerte. Jesús no está a favor de
quienes quieren ser los más grandes y causan
muerte. Por eso, nos llama a la conversión. Je-
sús quiere que nos convirtamos, que dejemos
los caminos de la brutalidad y vayamos por los
caminos de la paz, el respeto, la promoción
de los derechos humanos y la justicia. Jesús
quiere que nos convirtamos y construyamos
la fraternidad, la igualdad y la solidaridad y
que promovamos el valor inalienable de la
persona humana.
Para fortalecer su enseñanza, Jesús narró
una parábola: la de la higuera estéril. Podemos
estar plantados en la fe por muchos años, pero
no dar los frutos que busca el Señor. Somos
frondosos, pero aún nos falta algo: dar frutos
de amor. El que cuidaba la planta, se compro-
metió a abonarla todo un año hasta que dé lo
que espera el dueño. Es decir, el cambio o la
conversión no comienzan desde las hojas o
las ramas, sino desde las raíces. Debemos
cambiar en lo medular de nosotros mismos.
Debemos ir a lo más profundo y, desde ahí,
iniciar nuestra transformación de pensamien-
tos, sentimientos y actitudes. De lo contrario,
seguiremos siendo los mismos de siempre, sin
novedad de vida. Si necesitamos convertirnos
desde el amor, debemos abonar nuestra vida
con pensamientos de bondad, destacando lo
positivo de los demás y teniendo actitudes que
no contaminen de envidia u odio, de rencor o
venganza nuestros ambientes humanos.
La Palabra de Dios de este domingo nos
llama a vivir en este mundo, pero no a ser de
los que hacen de él un espacio de violencia,
rivalidad, rebeldía o desamor, un mundo de
corazones materialistas. Es preciso vivir hu-
mildemente en este mundo para escuchar su
voz y dar frutos de amor.