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Grupo: 3
Resumen
La mayoría de los pacientes con carcinoma diferenciado de tiroides presentan tumores de bajo
riesgo de mortalidad y recidiva. El tratamiento estándar de estos tumores ha consistido en la
tiroidectomía total o casi total, seguida de la ablación de los restos tiroideos con radioyodo (ARI).
Aunque la ARI aporta ventajas, las actuales guías clínicas no la recomiendan de forma universal, ya
que no se ha demostrado que aumente la supervivencia libre de enfermedad o reduzca la
mortalidad en pacientes de bajo riesgo. Los avances en la comprensión del comportamiento
biológico del cáncer de tiroides se han traducido en la clínica en una aproximación personalizada
al paciente basada en su riesgo particular de recidiva y mortalidad. La evidencia actualmente
disponible muestra que la ARI no está indicada en la mayoría de los pacientes de bajo riesgo,
especialmente los que presentan carcinomas papilares menores de 1cm, sin extensión
extratiroidea, histología desfavorable, compromiso ganglionar ni metástasis a distancia. El
seguimiento de los pacientes de bajo riesgo con determinaciones de tiroglobulina sérica y
ecografías seriadas se considera suficiente. La evaluación cuidadosa de todos los factores de riesgo
de relevancia clínica nos permitirá una evaluación más realista de cada paciente concreto.
La ARI es una forma de tratamiento radioisotópico que se emplea tras una tiroidectomía total con
los objetivos que se recogen en la tabla 2. En los pacientes de bajo riesgo el objetivo de la ARI es
eliminar todo el tejido tiroideo normal residual, así como destruir posibles restos tumorales
microscópicos no eliminados por la cirugía, con la finalidad de facilitar el seguimiento del paciente
con determinación de tiroglobulina (Tg) sérica y rastreos corporales totales. La Tg es un marcador
específico de recidiva tumoral en pacientes tratados con cirugía seguida de AR
Beneficios de la ablación
Una de las ventajas de la ARI es que permite la realización de un rastreo corporal total a los 2-5
días tras la administración de RI, prueba de alta sensibilidad para la detección de focos de
enfermedad fuera del lecho tiroideo. Además, la ARI facilita el seguimiento de los pacientes y la
detección de enfermedad recurrente mediante la determinación de Tg o mediante la realización
de rastreos diagnósticos con RI 17. Tras tiroidectomía más ARI la Tg sérica detectable deriva de
células tumorales, lo cual supone una incuestionable ventaja de este procedimiento 12.
También parece claro que la ARI mejora la supervivencia y reduce las recidivas en los pacientes de
alto riesgo, pero esto no está claro que sea así en los de riesgo bajo. En efecto, el estudio inicial
de Mazzaferri y Jhiang20 demostró, en un grupo de 1.355 pacientes con CDT, con una mediana de
seguimiento de 15,7 años, que las tasas de recidiva y mortalidad específica fueron
aproximadamente 3 veces menores en los pacientes que habían recibido RI tras cirugía que en los
que no lo recibieron. Sin embargo, estudios más recientes no han podido confirmar estos
resultados iniciales, especialmente cuando se analizan pacientes de riesgo bajo o intermedio 21.
La ARI es necesaria en pacientes con enfermedad avanzada, agresiva o metastásica, pero estos
pacientes no son mayoría en las consultas médicas actuales. Los más habituales son pacientes con
CDT de pequeño tamaño y bajo riesgo de recidiva, en los que la ARI debe tener un uso limitado.
Nombre: Ronny Saldarriaga Galarza
Grupo: 3
La decisión final sobre aplicar o no ARI a pacientes de bajo riesgo puede ser compleja y
comprometida. El clínico se enfrenta a la seria decisión de evitar tratamientos innecesarios en una
mayoría, pero sin negárselos a una minoría de pacientes que realmente los necesitan. En nuestra
opinión, se deben evaluar cuidadosamente los datos clínicos, radiológicos, histológicos,
moleculares y bioquímicos antes de tomar una decisión. Es una buena práctica explicar al paciente
con claridad y objetividad los pros y contras de la ARI, asegurarse de que los comprende, y tene r
en cuenta sus preferencias a la hora de tomar una decisión.
Es cierto que algunos médicos recomiendan ARI en pacientes de bajo riesgo con el objeto de
facilitar el seguimiento, y que algunos pacientes pueden sentirse cómodos con esta actitud 53. En
estos casos la dosis de 30mCi puede ser apropiada, ya que logra una tasa de efectividad similar a
la de dosis más elevadas. El empleo de rhTSH evita los efectos adversos derivados de la situación
de hipotiroidismo a la que conduce la retirada de levotiroxina, lo que aumenta la calidad de vida
de los pacientes.
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