12) Complicaciones con el uso de anestésicos locales y tratamiento
Los anestésicos locales son compuestos relativamente seguros si se administran
en las dosis adecuadas y en la localización anatómica correcta. Sin embargo, pueden producirse reacciones tóxicas locales o sistémicas, como resultado de la inyección intravascular o intratecal, o por la administración de una dosis excesiva errónea. Las reacciones sistémicas producidas por los anestésicos locales tienen lugar principalmente en el SNC y en el sistema cardiovascular. Reacciones toxicas en el sistema nervioso central Los síntomas iniciales de la toxicidad del SNC inducida por los anestésicos son el vértigo y la sensación de mareo, seguidos frecuentemente de alteraciones visuales y auditivas, como la dificultad para enfocar y los acúfenos. Otros síntomas subjetivos son la desorientación y la somnolencia ocasional. Los signos objetivos de la toxicidad del SNC suelen ser de carácter excitador y consisten en estremecimientos, espasmos musculares y temblores, que inicialmente afectan a los músculos faciales y a los músculos de la zona distal de las extremidades. La administración de un anestésico local en una dosis suficientemente elevada o mediante una inyección intravenosa rápida produce signos de excitación del SNC que son seguidos rápidamente por un estado de depresión generalizada del SNC. Por lo general la potencia del anestésico local está correlacionada con la toxicidad intravenosa del SNC. Las convulsiones secundarias a la inyección inadvertida de un bolo de anestésico local pueden interrumpirse por lo general mediante la administración por vía intravenosa de pequeñas dosis de benzodiacepinas como el midazolam, o con pequeñas dosis de pentotal, también por vía intravenosa. Ante una reacción tóxica a un anestésico local resulta fundamental instaurar con rapidez las medidas de ventilación asistida y de soporte circulatorio para impedir o corregir la hipercapnia y la acidosis, así como para evitar o corregir la hipoxemia, que también empeora la toxicidad del SNC. Toxicidad del sistema cardiovascular Los anestésicos locales pueden ejercer acciones directas sobre el corazón y los vasos sanguíneos periféricos e indirectas sobre la circulación, por medio del bloqueo de la actividad eferente simpática o parasimpática. El efecto principal de los anestésicos locales sobre la electrofisiología cardíaca consiste en una disminución de la tasa de despolarización de los tejidos de conducción rápida de las fibras de Purkinje y del músculo ventricular. Lo que se refleja en el electrocardiograma (ECG) por el aumento del intervalo PR y la duración del complejo QRS. Las concentraciones sumamente elevadas de los anestésicos locales deprimen la actividad de marcapasos espontánea del nódulo sinusal, lo que da lugar a una bradicardia sinusal y a un paro sinusal. Todos los anestésicos locales ejercen sobre el músculo cardíaco una acción inótropa negativa dependiente de ladosis. Esta depresión de la contractilidad cardíaca es proporcional a la potencia del bloqueo de la conducción. Para el tratamiento de la sobredosis de bupivacaína y el colapso cardiovascular en estudios animales, y ocasionalmente en el ser humano, se han utilizado muchos de los fármacos empleados durante la reanimación cardíaca, como la atropina, la adrenalina, el bretilio, la lidocaína, la amrinona y la fenitoína. igual que en otras formas de insuficiencia circulatoria aguda, se deberá iniciar inmediatamente la reanimación cardiopulmonar (RCP). No se recomienda tratar las arritmias ventriculares inducidas por bupivacaína con lidocaína ni amiodarona. Alergias De los diversos síntomas sistémicos que pueden provoca los anestesicos locales, pocos y muy raros son los síntomas de reacciones alérgicas confirmadas. Los agentes de tipo aminoéster, como la procaína, producen reacciones de tipo alérgico con mayor frecuencia que los agentes de tipo aminoamida. En el caso excepcional de un paciente con alergia confirmada a las aminoamidas y a los aminoésteres, la anestesia raquídea puede realizarse con meperidina. Toxicidad tisular local Si no se realiza una adecuada dilución, se puede producir una lesión neural duradera o permanente. La aplicación de concentraciones tan elevadas de anestésicos locales directamente a las fibras nerviosas sin sus cubiertas produce un bloqueo de la conducción irreversible en menos de 5 min. Los profesionales sanitarios deben ser conscientes de que las concentraciones de los anestésicos locales comercializados son neurotóxicas y de que su dilución, ya sea in situ o en los tejidos, es esencial para un uso seguro sin reacciones tóxicas locales. Por lo general, los agentes más potentes y de acción más duradera, como la bupivacaína y la etidocaína, producen un daño más localizado en el músculo esquelético que los anestésicos menos potentes y menos duraderos, como la lidocaína y la prilocaína. Este efecto sobre el músculo esquelético es reversible; la regeneración muscular se produce rápidamente y se completa a las 2 semanas posteriores a la inyección de los anestésicos locales. La miotoxicidad inducida por los anestésicos locales puede deberse a la afectación mitocondrial. Ronald D. Miller. (2015). Anestésicos locales. En Miller. Anestesia (1028-1053). Barcelona, España: Elservier