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UN VELO CINEMATOGRÁFICO SOBRE EL TEATRO CONTEMPORÁNEO DE

CORDOBA

Narrativas audiovisuales en las artes escénicas y performáticas

La relación del teatro con las nuevas tecnologías es un tema que genera muchas veces
reflexiones en desmedro al futuro del teatro y que pone en jaque su constante supervivencia
en la sociedad de los medios actuales. Desde una mirada más feliz, sin embargo, podemos
ver en el teatro una manifestación siempre abierta y expectante ante las nuevas posibilidades
de expandir su expresión. El teatro a lo largo de su historia ha actuado de alguna manera
como una gran esponja, absorbente del medio ambiente en el que se ha desarrollado,
permitiendo los aportes que se reconocen en las otras artes y en todo el campo tecnológico
de progreso. Además, el aporte tecnológico siempre ha sido una parte determinante en el
universo teatral, la maquinaria o tekne como tal, tiene sus más remotos orígenes en la antigua
Grecia.
El teatro hoy se encuentra en esta etapa experimental, como un reflejo de nuestras conductas
mediatizadas por pantallas. Hoy lo intermedial es una incorporación innegable en el terreno
teatral. Dentro de la idea de teatro posmoderno o lo que ahora llamamos posdramático, lo
que se evidencia cada vez más es la desaparición de fronteras en cuanto a la propia
especificidad, cada vez más la idea de hibridez forma parte de las indagaciones de las formas
de representación escénicas y esto esta acentuado por la presencia tecnológica. En esta
relación entre cine y teatro podría hablarse de una fusión que busca dentro de su
funcionamiento procedimental particular articular una transformación que fricciona aspectos
ontológicos.
Cada desplazamiento que se produce en al campo de la cultura en torno a sus lenguajes
expone impulsos de mutación que describen los momentos históricos que atraviesan, estas
zonas de intercambio se producen de afuera hacia adentro, es decir, desde la fisura de sus
propios límites planteados. Por lo tanto, lo que vamos a analizar no se sujeta al mero uso de
una pantalla en una obra teatral, más bien lo que hemos de observar atañe a las influencias
entre unos y otros lenguajes que nos muestran nuevas formas de representarnos y de percibir,
desde nuevos enfoques epistemológicos en relación a nuestro conocimiento sobre el mundo.
Y con esto abrimos la discusión a ciertos debates estéticos presentes que expresan una
voluntad artística fecunda al pensar en los diferentes modos de comunicación actual.

Un mundo atravesado por el cine. Olga, Masha e Irina Prózorov viven en un pequeño pueblo de
Rusia a comienzos del siglo XX. Allí se encuentran entre penas, angustias, deseos e ilusiones; entre
lo mudo y lo sonoro; entre grises y colores; entre una pantalla y los espectadores. La obra es una
versión libre del texto homónimo de Anton Chéjov. El consagrado “film teatral” de Rey Marciali
Producciones

Con el arribo al siglo XXI y el aluvión tecnológico que este siglo despliega, el teatro se revoluciona
por completo y comienza una indagación permanente hasta los tiempos actuales.

Desde este rumbo las tecnologías de la imagen representan un apartado más, el último gran
desafío, en la historia del teatro. Lo cierto es que, del mismo modo que, en el Renacimiento, la
escena se convirtió en el mejor laboratorio para la experimentación de las nuevas posibilidades
tecnológicas en un terreno maravillosamente abierto a la ventaja de sus invenciones, las
revoluciones artísticas del siglo XXI encuentran también en el teatro un territorio fascinante para
sus nuevos desvaríos. Poetas, actores y artistas plásticos penetran en los santuarios de la ficción
para romper la estabilidad de sus convenciones y convertirlos en territorio artístico moderno, es
decir, en territorio abierto a la innovación, a la experimentación y a la provocación de experiencias
particulares.

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