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LIBRITO DE ORACIONES

SERVIDORES DE LA MISERICORDIA
1
Estimado Servidor de la Misericordia,

Hoy recibe usted este librito de oraciones. Fue concebido tanto para responder
al pedido de nuestros numerosos servidores de la Misericordia como para
favorecer la comunión en la oración entre todos los miembros.

En él encontrará primero oraciones cotidianas recomendadas para cada día y


luego otras oraciones propuestas para diversas circunstancias.

En las páginas « Oraciones diarias», las plegarias de santa Faustina tienen un


lugar privilegiado pero otros rezos las complementan. ¿Por qué?

El Veni Creator: rezarle al Espíritu Santo es indispensable para vivir


diariamente bajo su impulso, cumplir la voluntad del Señor y vivir la misión de
la misericordia mediante los actos, las palabras y la oración.

La oración a San José: san José es quien cuida nuestros asuntos temporales y
espirituales, pero también es el guardián de nuestra pureza - le confiamos
todas las necesidades de nuestra agrupación-.

La oración a san Miguel : Hasta el Concilio Vatican II, a san Miguel se le


rezaba en cada Eucaristía… El Señor lo puso a nuestro servicio para combatir
el demonio; todos los santos del Sagrado Corazón le rezaban diariamente;
cuando se está al servicio de la misericordia, es menester acudir a él para que
nos ayude en los combates ¡que nunca faltan!

La oración a santa Faustina : santa Faustina es la santa patrona de nuestra


agrupación.

La oración de compromiso: para los que se comprometieron durante un fin de


semana organizado por los Servidores de la Misericordia, la presencia de esta
oración en el librito les permite retomarla y vivirla diariamente.

La consagración a María: nuestra agrupación es consagrada al Corazón

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Inmaculado de María desde la peregrinación a Fátima… en cada
peregrinación a Polonia, se propone una consagración individual a María y los
Servidores de la Misericordia están especialmente invitados a encomendarse a
Ella (ver el documento Espíritu de los SDM). En efecto, es María quien nos
conduce a los tesoros del Corazón de Jesús donde solo encontramos amor y
misericordia.

El rosario de la Misericordia: dada la vocación misma de nuestra agrupación,


estamos llamados a rezar el rosario de la Misericordia todos los días… se
puede rezar en particular en la hora de la misericordia.

Bien unidos en la oración

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ORACIONES DIARIAS

Plegaria de Santa Faustina

Deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo reflejo de Ti,


oh Señor.

Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos,


para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias,
sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo
y acuda a ayudarla.

Ayúdame, oh Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para


que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea
indiferente a sus penas y gemidos.

Ayúdame, oh Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que


jamás hable negativamente de mis prójimos sino que tenga una
palabra de consuelo y perdón para todos.

Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas y


llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi
prójimo y cargue sobre mí las tareas más difíciles y más penosas.

Ayúdame, oh Señor, a que mis pies sean misericordiosos para


que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi
propia fatiga y mi cansancio.Mi reposo verdadero está en el servicio
a mi prójimo.

Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso para


que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo. A nadie le
rehusaré mi corazón. Seré sincera incluso con aquellos de los
cuales sé que abusarán de mi bondad. Y yo misma me encerrare
en el misericordiosísimo Corazón de Jesús. Soportaré mis propios
sufrimientos en silencio. ¡Qué tu misericordia, oh Señor mío, repose
dentro de mí!

Tú Mismo me mandas ejercitar los tres grados de la misericordia.


El primero: la obra de misericordia, de cualquier tipo que sea. El
segundo: la palabra de misericordia; si no puedo llevar a cabo una
obra de misericordia, ayudaré con mis palabras. El tercero: la
oración. Si no puedo mostrar misericordia por medio de obras o

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palabras, siempre puedo mostrarla por medio de la oración. Mi
oración llega hasta donde físicamente no puedo llegar.

Oh Jesús mío, transfórmame en Ti, porque Tú puedes hacer


todo.(163)

Veni Creator

Ven, Creador, Espíritu amoroso,


ven y visita el alma que a ti clama
y con tu soberana gracia inflama
los pechos que criaste poderoso.

Tú, que abogado fiel eres llamado,


del Altísimo don, perenne fuente,
de vida eterna, caridad ferviente,
espiritual unción, fuego sagrado.

Tú te infundes al alma en siete dones,


fiel promesa del Padre soberano;
tú eres el dedo de su diestra mano;
tú nos dictas palabras y razones.

Ilustra con tu luz nuestros sentidos,


del corazón ahuyenta la tibieza,
haznos vencer la corporal flaqueza
con tu eterna virtud fortalecidos.

Por ti nuestro enemigo desterrado,


gocemos de paz santa duradera,
y siendo nuestro guía en la carrera,
todo daño evitemos y pecado.

Por ti al eterno Padre conozcamos,


y al Hijo, soberano omnipotente,
y a ti, Espíritu, de ambos procedente
con viva fe y amor siempre creamos.

Al Padre demos gloria, pues es Dios,


a su Hijo que resucitó de entre los muertos,
y también al Espíritu de fuerza y sabiduría
por todos los siglos de los siglos, honor. Amén.

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Plegaria a San José (confiemos a su intercesión todas las necesidades
de nuestra agrupación)

O Glorioso Santo José,


Jefe de la Santa Familia de Nazaret,
Tan afanoso para suplir a todas sus necesidades,
Extiende sobre nosotros tu caritativo amparo
Y toma bajo tu conducta
Todos los asuntos espirituales y temporales que nos conciernen,
a fin de que su feliz éxito,
sea para mayor gloria de Dios
Y la salvación de nuestras almas. Amén

Plegaria a San Miguel

Oh Arcángel San Miguel, defiéndenos en los combates. Sé nuestro


amparo contra la maldad y asechanzas del demonio. Mándele el Señor
que no pueda dañarnos, humildemente te lo pedimos, y tú, oh Príncipe
de la milicia celestial, usando del poder que el Cielo te ha conferido, lanza
al infierno a Satanás y demás espíritus malignos que recorren el mundo
para perder las almas. Amén.

Rezo para obtener gracias por la intercesión de Santa Faustina


O Jesús, tú que hiciste de santa Faustina un gran apóstol de tu
misericordia infinita, dígnate concederme por su intercesión, y si eso se
ajusta a tu voluntad muy santa, la gracia que solicito…
Yo, pecador, no soy digno de tu misericordia, pero mira el espíritu de
sacrificio y dedicación de la Hermana Faustina y recompensa su virtud
concediendo el ruego que hago subir hacia ti con confianza.
Padre Nuestro…, Ave María…, Gloria … Santa Faustina,
ruega por nosotros.

Plegaria de compromiso (para los que la hicieron)

Me comprometo a servir la misericordia por actos, palabras y el rezo en el


seno de los Servidores de la Misericordia. Por este compromiso, deseo
vivir de la confianza en Dios y contribuir a propagar en el mundo su
misericordia infinita siguiendo santa Faustina y del Bienaventurado Juan
Pablo II:

«Jesús mío, penétrame toda para que pueda reflejarte en toda mi vida.
Divinízame de modo que mis acciones tengan el valor sobrenatural. Haz que

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tenga para cada alma, sin excepción, amor, compasión y misericordia. Oh Jesús
mío, cada uno de Tus santos refleja en si una de Tus virtudes, yo deseo reflejar
Tu Corazón compasivo y lleno de misericordia, deseo glorificarlo.¡Qué Tu
misericordia, oh Jesús, quede impresa sobre mi corazón y mi alma como un sello
y éste será mi signo distintivo en esta vida y en la otra! Glorificar Tu misericordia
es la tarea exclusiva de mi vida.»(1242)

Consagración a María

«Te escojo hoy, oh María, en presencia de toda la corte celestial por


Madre y Reina mía. Te entrego y te consagro con toda sumisión y amor
mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores, y hasta el valor
de mis buenas acciones pasadas, presentes y futuras, dejándote entero y
pleno derecho de disponer de mí y de todo cuanto me pertenece, sin
excepción, según tu agrado, para mayor gloria de Dios en el tiempo y en
la eternidad. Amén. » Saint Louis Marie Grignion de Montfort

Coronilla (o rosario) de la misericordia (puede rezarse a las 15


horas o en todo momento del día)

Al principio :
Padre Nuestro …, Ave María …,Credo …
En las cuentas grandes, una vez :
Padre Eterno, yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de
Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación por
nuestros pecados y por los del mundo entero.

En las cuentas pequeñas, 10 veces :


Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Al final de la coronilla, para terminar, 3 veces


Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del
mundo entero. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero.

Luego, 3 veces :
Jesús, yo confío en ti.

Jaculatoria

«¡O Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como fuente de
misericordia por nosotros, en ti confío!»

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OTRAS ORACIONES

Oración del Santo Padre Juan Pablo II

Jesús, Tú el Hijo bien amado del Padre, te alabamos por el Amor que tu
Sagrado Corazón nos revela.
Traspasado por nosotros, tu corazón se convirtió en Fuente de alegría y
Fuente de vida eterna. Jesús, la invocación de tu Nombre nos pacifica y
nos deja esperanzados.
Tú, el Amor, el Amor no amado, Señor Jesús creemos en ti, te adoramos
y te amamos.
La potencia de tu Amor excede todo conocimiento y puedes darnos
infinitamente más de lo que podemos pedir. Te rogamos por los niños y
los jóvenes: que avancen en la vida guiados por la Fe y la Esperanza.
Que abran sus corazones al llamado del “Amo de la Cosecha”. Te rogamos
por las familias unidas y por todas las que están en dificultad. A tu
Corazón lleno de ternura confiamos nuestros enfermos y a tu
misericordia todos los que viven lejos ti.
Corazón de Jesús, Tú que por tu Cruz venciste toda desunión, dale paz a
nuestro mundo y renueva en nuestro corazón el deseo de responder
exactamente a la riqueza desbordante de tu Amor compasivo que no deja
de decirnos: ¡“No tengan miedo! ” (Jean Paul II, 1994)

Oración para implorar favores por intercesión de Santo Padre


Juan Pablo II

Oh Trinidad Santa, Te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al


Papa Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de Tu
paternidad, la gloria de la cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de
amor. Él, confiado totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal
intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen
Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria,
como camino para alcanzar la comunión eterna Contigo. Concédenos, por
su intercesión, y si es Tu voluntad, el favor que imploramos, con la
esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos. Amén.

Plegaria de Santa Faustina para mendigar la misericordia


para sí misma

Acudo a Tu misericordia, Dios compasivo, ya que sólo Tú eres bondad.

8
Aunque mi miseria es grande y mis ofensas muchas, confío en Tu
Misericordia y desde tiempo inmemorial nunca se ha oído, ni el cielo ni la tierra
recuerdan que un alma confiada en Tu misericordia haya quedado decepcionada.
Oh Dios de piedad, sólo Tu puedes justificarme y jamás me rechazaras, cuando
yo, arrepentida, me acerque a Tu Corazón misericordioso, del cual nadie ha sido
rechazado jamás, aunque haya sido el pecador más grande. (1730)

Invocaciones a la misericordia divina

Misericordia Divina, que brota del seno del Padre,


en Ti confío.

Misericordia Divina, supremo atributo de Dios,


en Ti confío.

Misericordia Divina, misterio incomprensible,


en Ti confío.

Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la Santísima Trinidad,


en Ti confío.

Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento humano o


angélico,
en Ti confío.

Misericordia Divina, de donde brotan toda vida y felicidad,


en Ti confío.

Misericordia Divina, más sublime que los cielos,…

Misericordia divina, fuente de milagros y maravillas,…

Misericordia Divina, que abarca todo el universo,…

Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del Verbo


Encarnado,...

Misericordia Divina, que manó de la herida abierta del Corazón de Jesús,...

Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús


para nosotros y especialmente para los pecadores,...

Misericordia Divina, impenetrable en la institución de la Sagrada Hostia,...

9
Misericordia Divina, en la institución de la Santa Iglesia,...

Misericordia Divina, en el sacramento del Santo Bautismo,...

Misericordia Divina, en nuestra justificación por Jesucristo,...

Misericordia Divina, que nos acompaña durante toda la vida,...

Misericordia Divina, que nos abraza especialmente a la hora de la


muerte,...

Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal,...

Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento de nuestra


vida,...

Misericordia Divina, que nos protege del fuego infernal,...

Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores empedernidos,...

Misericordia Divina, asombro para los ángeles,


incomprensible para los Santos,...

Misericordia Divina, insondable en todos los misterios de Dios,...

Misericordia Divina, que nos rescata de toda miseria,...

Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y deleite,...

Misericordia Divina, que de la nada nos llamó a la existencia,...

Misericordia Divina, que abarca todas las obras de sus manos,...

Misericordia Divina, corona de todas las obras de Dios,...

Misericordia Divina, en la que estamos todos sumergidos,...

Misericordia Divina, dulce consuelo para los corazones angustiados,...

Misericordia Divina, única esperanza de las almas desesperadas,...

Misericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el temor,...

Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas,...

10
Misericordia Divina, que infunde esperanza, perdida
ya toda esperanza,....

Oremos:
Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de
compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta
Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos
desesperemos ni nos desalentemos, sino que,con gran confianza, nos
sometamos a Tu santa voluntad,que es el Amor y la Misericordia Mismos.

Himno a la misericordia - Salmo 102 (103)

1Bendice, alma mía, a Yahvé,


el fondo de mi ser a su santo nombre.
2
Bendice, alma mía, a Yahvé,
¡Nunca olvides sus beneficios!
3
Él, que tus culpas perdona,
que cura todas tus dolencias;
4
rescata tu vida de la fosa,
te corona de amor y ternura;
5
satura de bienes tu existencia
y tu juventud se renueva como la del águila.
8
Yahvé es clemente y compasivo;
Lento a la cólera y lleno de amor.
9
no se querella eternamente,
Ni para siempre guarda rencor.
10
No nos trata según nuestros yerros
Ni nos paga según nuestras culpas.
11
Como se alzan sobre la tierra los cielos,
Igual de grande es su amor con sus adeptos;
12
Como dista el oriente del ocaso,
Así aleja de nosotros nuestros crímenes.
13
Como un padre se encariña con sus hijos,
Así de tierno es Yahvé con sus adeptos.
14
que él conoce de qué estamos hechos,
sabe bien que sólo somos polvo.
15
¡El hombre! como la hierba es su vida;
como la flor del campo, así florece;

11
16
Lo azota el viento y ya no existe,
ni el lugar en que estuvo lo reconoce.
17
Pero el amor de Yahvé es eterno
Con todos que le son adeptos;
De hijos a hijos pasa su justicia,
18
Para quienes saben guardar su alianza,
Y se acuerdan de cumplir sus mandatos.
19
Yahvé asentó su trono en el cielo
Su soberanía gobierna todo el universo.
20
Bendecid a Yahvé, ángeles suyos,
héroes potentes que cumplís sus órdenes
en cuento oís la voz de su palabra.
21
Bendecid a Yahvé, todos sus huestes,
servidores suyos que hacéis su voluntad.
22
Bendecid a Yahvé, todas sus obras,
En todos los lugares de su imperio.

¡Bendice, alma mía, a Yahvé!

Novena a la Divina Misericordia

Primer día

Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los


pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi misericordia. De esta forma
Me consolarás de la amarga tristeza en que Me sume la pérdida de las
almas.

Jesús tan misericordioso, cuya naturaleza es la de tener compasión de


nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que
depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu muy
compasivo Corazón y nunca nos dejes salir de Él. Te lo suplicamos por Tu
amor que Te une al Padre y al Espíritu Santo.
Oh omnipotencia de la Divina Misericordia
Salvación del hombre pecador,
Tú eres la misericordia y un mar de compasión,
Ayudas a quien Te ruega con humildad.

Padre eterno, mira con misericordia a toda la humanidad, y especialmente a


los pobres pecadores que están encerrados en el Corazón de Jesús lleno de

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compasión, y por su dolorosa Pasión muéstranos Tu misericordia para que
alabemos su omnipotencia por los siglos de los siglos. Amén.

Rosario de la divina misericordia

Segundo día

Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y las almas de los


religiosos, y sumérgelas en Mi misericordia insondable. Fueron ellas
las que Me dieron fortaleza para soportar Mi amarga Pasión. A través
de ellas, como a través de canales, Mi misericordia fluye hacia la
humanidad.

Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta Tu gracia en


nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que
todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en
el cielo.

La fuente del amor de Dios,


Vive en los corazones limpios,
Purificados en el mar de misericordia,
Resplandecientes como las estrellas,
Claros como la aurora.

Padre eterno, mira con misericordia al grupo elegido de Tu viña, a las almas
de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de Tu
bendición. Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en el cual están encerradas,
concédeles el poder de Tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de
la salvación, y a una sola voz canten alabanzas a Tu misericordia sin límite por
los siglos de los siglos. Amén.

Rosario de la divina misericordia

Tercer día

Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el


mar de Mi misericordia. Estas almas Me consolaron a lo largo del Vía
Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de
amargura.

Jesús infinitamente compasivo, que desde el tesoro de Tu misericordia les


concedes a todos Tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de
Tu clementísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de Él. Te lo suplicamos
por el inconcebible amor Tuyo con que Tu Corazón arde por el Padre celestial.

13
Son impenetrables las maravillas
de la misericordia,

No alcanza sondearlas ni el pecador ni el justo,


Miras a todos con compasión,
Y atraes a todos a tu amor.

Padre eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de Tu
Hijo y por su dolorosa Pasión, concédeles Tu bendición y rodéalas con Tu
protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe,
sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen Tu infinita
misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Rosario de la divina misericordia

Cuarto día

Hoy, tráeme a los paganos y aquellos que todavía no Me conocen.


También pensaba en ellos durante Mi amarga Pasión y su futuro celo
consoló Mi Corazón. Sumérgelos en el mar de Mi misericordia.

Jesús compasivísimo, que eres la luz del mundo entero. Acoge en la morada
de Tu piadosísimo Corazón a las almas de los paganos que todavía no Te
conocen. Que los rayos de Tu gracia las iluminen para que también ellas
unidas a nosotros, ensalcen Tu misericordia admirable y no las dejes salir de
la morada de Tu compasivísimo Corazón.

La luz de Tu amor
Ilumine las tinieblas de las almas
Haz que estas almas Te conozcan,
Y junto con nosotros glorifiquen
Tu misericordia.

Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los paganos y de los que
todavía no Te conocen, pero que están encerrados en el muy compasivo
Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas
desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas
ensalcen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Rosario de la divina misericordia

Quinto día

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Hoy, atráeme a las almas de los herejes y de los cismáticos, y
sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Durante Mi amarga
Pasión, desgarraron Mi cuerpo y Mi Corazón, es decir, Mi
Iglesia. Según regresan a la Iglesia, Mis llagas cicatrizan y de
este modo alivian Mi Pasión.

También para aquellos que rasgaron


la vestidura de Tu unidad
Brota de tu Corazón la fuente de piedad.
La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios,
Puede sacar del error también a estas almas.

Jesús sumamente misericordioso, que eres la bondad misma, Tú no


niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy
compasivo Corazón a las almas de los herejes y las almas de los
cismáticos y llévalas con Tu luz a la unidad con la Iglesia; no la dejes
alejarse de la morada de Tu compasivísimo Corazón, sino haz que
también ellas glorifiquen la generosidad de Tu misericordia. Padre
eterno, mira con misericordia a las almas de los herejes y de los
cismáticos que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus
gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus
errores, sino el amor de Tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por
ellos ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo
Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen Tu gran
misericordia por los siglos de los siglos. Amén.

Rosario de la divina misericordia

Sexto día

Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños
pequeños, y sumérgelas en Mi misericordia. Éstas son las almas mas
semejantes a Mi Corazón. Ellas Me fortalecieron durante Mi amarga
agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de Mis
altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente
el alma humilde es capaz de recibir Mi gracia; concedo Mi confianza a
las almas humildes.

Jesús, tan misericordioso, Tu Mismo has dicho: Aprendan de Mi que soy


manso y humilde de corazón. Acoge en la morada de Tu compasivísimo
Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños.

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Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre
celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume
se deleita Dios Mismo. Estas almas tienen una morada permanente en Tu
compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia
por la eternidad.

De verdad el alma humilde y mansa


Ya aquí en la tierra respira el paraíso,
Y del perfume de su humilde corazón
Se deleita el Creador Mismo.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes y a las
almas de los niños pequeños que están encerradas en el muy compasivo
Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a Tu Hijo. Su
fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu trono. Padre de misericordia y
de toda bondad, Te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo
que Te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas
canten juntas las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de los siglos.
Amén.

Rosario de la divina misericordia

Séptimo día

Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican Mi misericordia de


modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. Estas almas son las
que más lamentaron Mi Pasión y penetraron más profundamente en
Mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón compasivo.
Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida
futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo
especial a cada una en la hora de la muerte.

Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la


morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de
modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con
el poder de Dios Mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades
siguen adelante confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan sobre sus
hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente,
sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte.

El alma que ensalza la bondad de su Señor


Es por Él particularmente amada.
Está siempre al lado de la fuente viva
Y saca gracias de la Divina Misericordia.

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Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran
Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia insondable y que están encerradas
en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente,
sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones,
desbordantes de gozo, Te cantan, oh Altísimo, un cántico de misericordia. Te
suplico, oh Dios, muéstrales Tu misericordia según la esperanza y la confianza
que han puesto en Tí. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les
dijo: A las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo Mismo
las defenderé como Mi gloria durante sus vidas y especialmente en la
hora de la muerte.
Rosario de la divina misericordia

Octavo día

Hoy tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y


sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Que los torrentes de Mi
sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son
muy amadas por Mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a
Mi justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las
indulgencias del tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas en su nombre…. Oh,
si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente
por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen
con Mi justicia.

Jesús misericordiosísimo, Tú Mismo has dicho que deseas la


misericordia; heme aquí que llevo a la morada de Tu muy compasivo
Corazón a las almas del purgatorio, almas que Te son muy queridas,
pero que deben pagar su culpa adeudada a Tu justicia. Que los
torrentes de Sangre y Agua que brotaron de Tu Corazón, apaguen el
fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de
Tu misericordia.

Del tremendo ardor del fuego del purgatorio


Se levanta un lamento a Tu misericordia.
Y reciben consuelo, alivio y refrigerio
En el torrente de Sangre y Agua derramado.

Padre eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y
que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Te suplico por
la dolorosa Pasión de Jesús, Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su
sacratísima alma fue inundada, muestra Tu misericordia a las almas que están
bajo Tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús,

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Tu amadísimo Hijo, ya que creemos que Tu bondad y Tu compasión no tienen
limites.

Rosario de la divina misericordia

Noveno día

Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de Mi


misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren Mi
Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma experimentó la más
intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije:
Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu voluntad. Para ellas, la última
tabla de salvación consiste en recurrir a Mi misericordia.

Jesús piadosísimo, que eres la compasión misma, Te traigo a las almas tibias
a la morada de Tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se
parecen a cadáveres y Te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego
de Tu amor puro. Oh Jesús tan compasivo, ejercita la omnipotencia de Tu
misericordia y atráelas al mismo ardor de Tu amor y concédeles el amor
santo, porque Tú lo puedes todo.
El fuego y el hielo no pueden estar juntos,
Ya que se apaga el fuego o se derrite el hielo.
Pero Tu misericordia, oh Dios,
Puede socorrer las miserias aún mayores.

Padre eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están
acogidas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la misericordia, Te
suplico por la amarga Pasión de Tu Hijo y por su agonía de tres horas en la
cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de Tu misericordia.

Oh día eterno, oh día deseado,


Te espero con anhelo e impaciencia.
Ya dentro de poco el amor soltará el velo,
Y tú te volverás mi salvación.

Oh día esplendido, momento incomparable,


En que veré por primera vez a mi Dios,
Esposo de mi alma y Señor de los señores,
Siento que el temor no abrazará mi alma.

Oh día solemnísimo, o día resplandeciente,


En que el alma conocerá a Dios en su poder,
Y se sumergirá entera en su amor,

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Y conocerá que han pasado las miserias del destierro

Oh día feliz, oh día bendito,


En que mi corazón se incendiará de ardor eterno hacia Ti,
Porque ya ahora Te siento, aunque a través del velo,
Tu, oh Jesús, en la vida y en la muerte eres mi éxtasis
y encanto.

Oh día, que espero durante toda mi vida.


Y Te espero a Ti, oh Dios,
Ya que deseo solamente a Ti,
Sólo Tú estás en mi corazón y lo demás es nada.

Oh día de delicias, de eternas dulzuras.


Oh Dios de gran Majestad, Esposo mío,
Tú sabes que nada satisface el corazón de una virgen,
Apoyo mi sien sobre Tu dulce Corazón.

Rosario de la divina misericordia

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