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La reforma humanitaria.

Como se puede ver, hacia finales del siglo XVIII la


mayoría de los hospitales mentales europeos y americanos necesitaba
urgentemente una reforma. Esta orientación hacia un tratamiento más
humanitario de los pacientes recibió un gran ímpetu del trabajo del francés
Philippe Pinel (1745-1826).
Las concepciones del siglo XIX sobre causas y tratamiento de los
trastornos mentales. Cambio de actitud hacia la salud mental a principios
del siglo XX. Asistencia en los hospitales mentales durante el siglo XX.
Las concepciones del siglo XIX sobre causas y tratamiento de los trastornos
mentales. Los profesionales médicos o alienistas como se denominada a
los psiquiatras de la época en referencia al tipo de pacientes que trataban,
´´alienados´´ o locos, tenían un papel relativamente menor en la dirección de
los maniacos.
De hecho, no se disponia de tratamientos eficaces para los trastornosmentales,
y por lo tanto las únicas medidas terapéuticas disponibles eran las
drogas, las sangrias y los purgantes, cuyos resultados eran nulos. Sin
embargo, durante la segunda mitad del siglo, los alienistas fueron obteniendo
un mayor control en los manicomios, e incorporaron la terapia de organización
moral a sus propios procedimientos rudimentarios físico-médicos. Los
encontramos todavía en una época en la que no se comprendía el
origende los trastornos mentales, y donde problemas como la depresión eran
considerados como una consecuencia del agotamiento nervioso esto es, los
psiquiatras de la época pensaban que los problemas emocionales estaban
producidos por el despilfarro y por el agotamiento de la energía corporal, como
consecuencia de los excesos.
Cambio de actitud hacia la salud mental a principios del siglo XX. Resulta
difícil clasificar las perspectivas modernas sobre la conducta anormal
en categorias independientes y homogéneas, o tratar sus precedentes
históricos, sin dar una impresión de arbitrariedad y simplicidad. Hacia el final
del siglo XIX, el manicomio u hospital mental la mansión de la colina con su
aspecto de fortaleza, se había convertido en un paisaje familiar en América.
Para el público en general, los manicomios eran lugares escalofriantes, y sus
inquilinos personas extrañas y aterradoras. A su vez los psiquiatras hacían muy
poco por educar al público o por disminuir ese horror ante la locura. Una razón
importante para este silencio era que estos primeros psiquiatras tenían
realmente poco que decir.
En América, el trabajo pionero de Dix tuvo su continuidad en el de #lifford,
Beers (1876-1943), cuyo libro una mente que se encontró a si misma fue
publicado en 1908. Beers, graduado Yale, describió su propio colapso mental, y
contó los terribles tratamientos que recibió en tres conocidas instituciones de
época. También explico su recuperación en la casa de un amable asistente. Si
bien hace tiempo que se habían abandonado las cadenas y otros
mecanismosde tortura, la camisa de fuerza todavia se usaba para ´´tranquilizar´
´ apacientes demasiados excitados. Beers experimento en sus propias carnes
este tratamiento, y proporciono una descripción muy realista de lo que significa
esta dolorosa inmovilización de los brazos para un sobre excitado paciente
mental.Tras su recuperación, Qeers se lanzó a una campa1a para que la gente
comprendiera que ese tipo de tratamiento nunca podr"an remediar laenfermeda
d. En seguida consiguió el interés y el apoyo de muchas personas populares,
incluido el eminente psicólogo William James y el ´´decano de la psiquiatría
americana´´ Adolf Meyer.
Asistencia en los hospitales mentales durante el siglo XX. El siglo XX
comenzó con un crecimiento continuo de los asilos para enfermos mentales3
sin embargo, el destino de estos pacientes a lo largo del siglo no ha sido
homogéneo ni completamente positivo. A principio del siglo XX, bajo
lainfluencia de algunas personas ilustradas como #lifford Qeers, creciósustanci
almente el número de hospitales mentales, fundamentalmente, para alojar a
personas con trastornos mentales graves como la esquizofrenia,
ladepresión, trastornos mentales organicos como la sifilis terciaria, y elalcoholis
mo agudo. Durante la primera mitad del siglo XX, la asistencia hospitalaria iba
acompa1ada de tratamiento muy poco eficaces, y a menudo despiadados,
punitivos e inhumanos.
Sin embargo, el año 1946 señalo el inicio de un importante periodo de cambio.
En ese mismo a1o se creó el instituto 0acional de Salud Mental para
apoyar activamente la investigación y la formación de los profesionales
mediante residencias psiquiátricas y programas de formación en psicología
clínica. En esa época se aprobó la ley Hill-
Burton, un programa que contribuía a la fundación de hospitales de salud
mental de carácter municipal.
Durante las últimas décadas del siglo XX, nuestra sociedad parece haber
cerrado el círculo respecto a los medios para proporcionar asistencia humana a
los enfermos mentales en los hospitales. Se hicieron importantes esfuerzos
para clausurar los hospitales mentales y reinsertar a las personas con
trastornos psiquiatricos en su propia comunidad, con el objetivo deproporcionar
un tratamiento más humano e integral que el aislamiento enhospitales
psiquiátricos. Esto supuso una reducción de la población hospitalizada, que
descendió desde el medio millón que había en 190 (Lerman, 1981) a unos
100,000 a principios de los años 90 (Narrow et al,. 1993).
El siglo XX se cerró con una nota incertidumbre respecto a la mejor manera de
manejar las necesidades de los pacientes psiquiátricos con trastornos graves.
Está claro que la clausura de los hospitales mentales y el tratamiento externo
en la comunidad no ha sido la panacea que se esperaba hace solo unos
cuantos años. El papel del hospital psiquiátrico para ayudar a quienes
tienenproblemas mentales graves, probablemente necesite experimentar una
evolución, dado que la sociedad se encuentra incapaz de enfrentarse de
manera eficaz con el problema que los enfermos mentales pueden producir si
son ignorados o desatendidos.
Perspectivas contemporáneas de la conducta anormal. El establecimiento
del vínculo entre el cerebro y el trastorno mental. Perspectivas
contemporáneas de la conducta anormal. Mientras que el movimiento de
higiene mental ganaba terreno en los Estado Unidos durante los últimos años
del siglo XIX, se estaban produciendo, tanto dentro como fuera de sus
fronteras, enormes descubrimientos tecnológicos.
Tales avances permitieron introducirse en lo que hoy conocemos como la
perspectiva científica y experimental de la conducta patológica, y la aplicación
del conocimiento científico al tratamiento de las personas con trastornos.
El establecimiento del vínculo entre el cerebro y el trastorno mental
Los avances más inmediatamente observables se produjeron en el estudio de
los factores biológicos y anatómicos que subyacen a los trastornos físicos y
mentales. Por ejemplo, uno de los más importantes puntos de inflexión
proviene del descubrimiento de los factores orgánicos que se encuentran tras
la paresia general o sífilis del cerebro. Una de las más graves enfermedades
mentales de nuestros días es la paresia general, que produce parálisis y locura,
y suele provocar la muerte en un plazo de dos a cinco años. Sin embargo, este
descubrimiento científico no se produjo de la noche a la mañana; necesitó el
esfuerzo combinado de muchos científicos durante prácticamente un siglo.
La patología como un fenómeno causal. Los científicos comenzaron a
buscar la causa orgánica de los trastornos físicos. El siguiente paso lógico se
basaba en la idea de que también el trastorno mental era una enfermedad
derivada de una disfunción orgánica, en este caso del cerebro. En 1757
Albrecht Von Haller (1708-1777), en su obra Elementos de fisiología,
destaco la importancia del cerebro para el funcionamiento psicológico, y abogó
por la necesidad de realizar disecciones postmortem para estudiar el cerebro
de las personas con trastornos mentales.
Sin embargo, la primera presentación sistemática de esta perspectiva la realizo
el psiquiatra alemán Wilhem Griesinger (1817-1868). En su libro de texto
Patología y terapia de los trastornos psíquicos, publicado en 1845, este autor
insistía en que todos
los trastornos mentales podian explicarse en términos de una patología
cerebral.
Alois Alzheimer demostró la patología del cerebro responsable de la
arterioesclerosis cerebral y de trastornos mentales seniles. Durante el siglo,
también se descubrieron las patologias que se encontraban detrás de los
trastornos mentales causados por sustancias tóxicas como el plomo, o de
ciertos tipos de retraso mental. Es importante destacar aquí que si bien el
descubrimiento de la base orgánica de los trastornos mentales explicaba él
como en la mayoría de los casos no lograba explicar el porqué.
El establecimiento de las bases psicológicas de los trastornos. No
obstante el énfasis de estos años sobre la investigación biológica, también
se produjeron importantes avances en la comprensión de los factores
psicológicos de los trastornos mentales. Los primeros pasos en este sentido
fueron debidos a Sigmund Freud (18561939), que es por cierto el psicólogo
teórico mas citado de todo el siglo XX (Street, 1994). Durante cinco décadas de
observación, terapias y escritos

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