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DEPÓSITOS LACUSTRES:

Estos depósitos son suelos de grano fino que están formados por barros y rocas
y sus propiedades están relacionados con el alto contenido de materias
orgánicas, sobre todo en zonas pantanosas por eso es que resulta ser un suelo
muy blando y frecuentemente presentan partes laminadas en niveles muy finos.
Si estos depósitos viven o son de agua salada tienden a formar precipitados de
sales.

DEPÓSITOS GLACIARES:

Los depósitos glaciares están formados por materiales que pueden haber sido
erosionados o no por el glaciar, pero que han sido transportados y
posteriormente abandonados por el hielo.
Dependiendo del lugar en el que hayan viajado en el glaciar, los clastos pueden
presentar algunas características que permiten su identificación cuando se
encuentran formando parte de un depósito, aunque no siempre es así.
Los cantos y bloques que viajan en el contacto hielo-roca son modificados por el
transporte en cuanto a su "forma", "redondeamiento" y "textura". Con el tiempo,
se van redondeando y adquieren formas en bala o en plancha con las superficies
pulidas. También pueden presentar estrías originadas durante el desplazamiento
por el rozamiento con el sustrato o con otros materiales. Estos clastos en bala
(forma más o menos cilíndrica con un extremo en punta) y plancha (forma
pentagonal) oponen menos resistencia al movimiento del hielo que los clastos
con formas más irregulares. Durante el transporte, el extremo en punta se orienta
hacia la parte alta del glaciar, ya que el hielo se desplaza más rápidamente que
el clasto, por el rozamiento que se genera entre éste y el sustrato.
Los materiales depositados por el hielo glaciar reciben el nombre de till.

DEPÓSITOS EÓLICOS DE SUELOS:

El viento es también un agente importante de transporte que conduce a la


formación de depósitos de suelos. Cuando grandes áreas de arena se
encuentran expuestas, el viento puede desplazarlas y re depositarlas en algún
otro lugar. Los depósitos de arena desplazada toman generalmente la forma de
dunas (figura 2.7). Al formarse las dunas, la arena es desplazada sobre la cresta
por el viento. Más allá de la cresta, las partículas de arena ruedan hacia abajo
por la pendiente. Este, proceso tiende a formar un depósito compacto de arena
sobre el lado expuesto al viento y un depósito suelto sobre el lado opuesto al
viento.

Existen dunas a lo largo de las orillas del este y sudeste del lago Michigan, de la
costa atlántica, de la costa sur de California y en varios lugares del litoral de
Oregón y Washington. Se encuentran también dunas en las planicies aluviales y
rocosas del oeste de Estados Unidos. A continuación se mencionan algunas de
las propiedades típicas de las dunas de arena:

1 La granulometría de la arena en cualquier localidad particular es


sorprendentemente uniforme, lo cual puede ser atribuido a la acción distribuidora
del viento.

2. El tamaño general del grano decrece con la distancia desde la fuente debido
a que el viento arrastra a las partículas pequeñas más lejos que a las grandes.

3. La compacidad relativa de la arena depositada sobre el lado de expuesto al


viento de las dunas es de entre 50 y 65% y decrece a valores de entre O y 15%
sobre el lado contrario al viento.

El loess es un depósito eólico que consiste en partículas de limo y otras de


tamaño de limo. La granulometría del loess es bastante uniforme. Su cohesión
se deriva generalmente de un recubrimiento arcilloso sobre las partículas de
tamaño de limo, lo que contribuye a generar una estructura estable de suelo en
un estado no saturado. La cohesión puede también ser el resultado de la
precipitación de productos químicos lixiviados por el agua de lluvia. El loess es
un suelo colapsable, porque cuando se satura pierde su resistencia adherente
entre las partículas del suelo. Precauciones especiales deben tomarse al
construir cimentaciones sobre depósitos de loess. Existen extensos depósitos de
loess en Estados Unidos, la mayoría de ellos en estados del medio oeste como
Iowa, Missouri, Illinois y Nebraska y en tramos del río Mississippi en Tennessee
y Mississippi.

Figura 2.7 Duna de Arena.

SUELOS ORGANICOS:

El suelo orgánico a aquél cuya composición básica presenta una gran cantidad
de materia orgánica. Es conocido también como compost y se obtiene de forma
natural de la descomposición aeróbica de restos orgánicos. La materia orgánica
está conformada por elementos de origen biológico, como residuos animales y
vegetales, en estado de putrefacción.

Los residuos de plantas son los principales “ingredientes” del suelo orgánico.
Estos son procesados por organismos como bacterias, hongos o lombrices para
aportar a la superficie una importante proporción de nutrientes.

Los compuestos orgánicos influyen directamente en las propiedades físicas y


químicas del suelo. Son indispensables para la fertilidad de la tierra y el
desarrollo de los cultivos. Están dispuestos siempre en el horizonte edáfico más
superficial, es decir, en el horizonte A.
Los horizontes A son capas minerales formadas en la superficie del suelo o por
debajo de un horizonte O. En ellos se desintegra toda o parte de la estructura de
la roca original. Son zonas de lavado vertical y conforman el manto donde se
arraiga la vegetación herbácea. Su color es más oscuro, debido a la abundancia
de materia orgánica descompuesta o humus.

Estos horizontes poseen propiedades resultantes de la labranza o pastoreo. La


actividad biológica es máxima en ellos. Por contener la materia orgánica, se les
considera la plataforma del suelo orgánico.
La capa orgánica del suelo es conocida como horizonte H, u horizonte O. El
contenido mineral de ambos horizontes es muy bajo, ya que su mayor
componente es materia orgánica.

Los Horizontes H son estratos o capas dominadas por material orgánico formado
a partir de acumulaciones de materia orgánica fresca, no descompuesta.
También pueden contener materia parcialmente descompuesta en la superficie
del suelo, la cual permanece saturada de agua durante largos periodos.

Los horizontes O constan de material orgánico consistente de desechos intactos,


frescos y ligeramente descompuestos. Entre estos se encuentran hojas, ramas,
musgos y líquenes que se han acumulado sobre la superficie. Dicha superficie
no es afectada por los encharcamientos.

PROCESO DE FORMACIÓN DE SUELOS ORGÁNICOS


Para la formación de suelos orgánicos es fundamental que ocurra un proceso de
acumulación, descomposición y almacenamiento de materia orgánica. Esta
materia del suelo deriva de residuos animales y vegetales.

Inicialmente, en la superficie se acumulan cantidades de materia orgánica no


descompuesta, principalmente donde hay humedad y bajas temperaturas. Al
transcurrir el tiempo, las bacterias, lombrices y hongos aprovechan dichos
residuos, transformando compuestos orgánicos en inorgánicos.

De esta manera, el agua, dióxido de carbono, azúcares y ácidos orgánicos, entre


otros, se convierten en compuestos inorgánicos como sales de amonio, fosfato
y sulfato. El proceso mediante el cual se da esta transformación se denomina
mineralización.

Los compuestos inorgánicos resultantes se incorporan a los exoesqueletos de


los macroinvertebrados del suelo. Después que estos mueren y se
descomponen se tiene un suelo orgánico contentivo de minerales y proteínas a
disposición de las plantas.

TAMAÑO DE LAS PARTÍCULAS DE SUELO

LA TEXTURA DEL SUELO:


El suelo es una mezcla de diferentes tamaños de partículas de roca y
ocasionalmente puede tener materia orgánica. La textura y propiedades físicas
del suelo dependerán del tamaño de ellas. Mayores tamaños de partículas
significará mayor espacio entre ellas, resultando un suelo más poroso; menor
tamaño de partículas tendrán menor espacio entre ellas dificultando el paso del
aire y el agua, por lo tanto este suelo será menos poroso. Los tamaños de grano
se han clasificado con base en las dimensiones dada en determinados
estándares:

Grava: son fragmentos de roca grande, fácilmente identificable a simple vista.


Arena: Arenas son aquellos fragmentos los cuales en muchas ocasiones son
apreciables sin necesidad de ayuda de equipos adicionales (lupa,
microscopio). Están compuestas por partículas de un tamaño considerable,
tienen un mayor espacio entre partículas, el agua drena muy rápidamente a
través de ella, arrastrando nutrientes con ella.
Limo: Compuesto por partículas intermedias entre la arcilla y la arena, en estado
húmedo es difícil de trabajar, a diferencia de la arcilla que cuando está seca es
elástica y granulosa.
Los limos son fracciones microscópicas del suelo que constituyen granos muy
finos de cuarzo y algunas partículas en forma de escamas que son fragmentos
de minerales micáceos.
Arcilla: Las arcillas son principalmente partículas submicroscópicas en forma de
escamas. Es un suelo compuesto por partículas muy pequeñas y con muy poco
espacio entre ellas. La arcilla tiene la habilidad de retener el agua y los nutrientes,
pero el aire no puede penetrar en estos espacios, especialmente cuando ellos
están saturados con agua. Se caracteriza por un pobre drenaje y aireación. La
arcilla húmeda es difícil de trabajar, mientras que cuando está seca es muy dura.
Las partículas se clasifican como arcilla con base en su tamaño de grano y no
contiene necesariamente minerales arcillosos, las arcillas se definen como
aquellas partículas que desarrollan propiedades de plasticidad cuando se
mezclan con una cantidad limitada de agua.
El término textura se usa para representar la composición granulométrica del
suelo. Cada termino textural corresponde a una determinada composición
cuantitativa de arena, limo y arcilla. En los términos de textura se prescinde de
los contenidos en gravas; se refieren a la fracción del suelo que se estudia en el
laboratorio de análisis de suelos y que se conoce como fino. Los términos
texturales se definen de una manera gráfica en un diagrama triangular que
representa los valores de las tres fracciones.

El suelo es descrito basado en la abundancia de un determinado tamaño de


partículas.

Conocer la granulometría es esencial para cualquier estudio del suelo (ya sea
desde un punto de vista genético como aplicado). Para clasificar a los
constituyentes del suelo según su tamaño de partícula se han establecido
muchas clasificaciones granulométricas. Básicamente todas aceptan los
términos de grava, arena, limo y arcilla, pero difieren en los valores de los límites
establecidos para definir cada clase.

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