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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN LABORAL

LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS


Magistrado Ponente

STL7045-2016
Radicación n° 43310
Acta 18

Bogotá, D.C., veinticinco (25) de mayo de dos mil


dieciséis (2016)

Se resuelve la acción de tutela instaurada por ÉDGAR


GUSTAVO VARGAS ACHURY contra la SALA LABORAL
DEL TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE
BOGOTÁ, la cual se hizo extensiva al JUZGADO TRECE
LABORAL DEL CIRCUTO de la misma ciudad, así como a
las autoridades, partes e intervinientes dentro del proceso
especial de fuero sindical –acción de reinstalación- objeto de
discusión.

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I. ANTECEDENTES

La parte accionante fundamentó su petición de amparo


en los siguientes hechos:

Que laboró para la empresa Leona S.A. hoy fusionada a


Bavaria S.A., desde el 14 de noviembre de 2000 hasta la
fecha en que fue trasladado de lugar de trabajo; que siempre
ejerció sus funciones en la planta de Bavaria ubicada en el
municipio de Tocancipá; que fue vinculado a través de las
empresas de servicios temporales Almagram, Sedial y Suppla
S.A.; que en febrero de 2015 fue elegido presidente de la
organización sindical Asmontacarcol; que una vez se notificó
de su designación a las empresas Bavaria y Supla S.A., fue
trasladado al municipio de Gachancipá; que ante la
desmejora de sus condiciones laborales, promovió demanda
especial de fuero sindical –acción de reinstalación- contra
Bavaria S.A. y la empresa Suppla S.A., con el objeto de que
se condenara a las demandadas a reinstalarlo en el cargo de
«operario de autoelevador» o a otro igual o de superior jerarquía

en las instalaciones de la empresa Bavaria en Tocancipá,


junto con el pago de las diferencias salariales causadas desde
el 30 de marzo de 2015 hasta cuando se hiciera efectiva su
reinstalación.

Que el asunto correspondió al Juzgado Trece Laboral


del Circuito de Bogotá, que por sentencia del 15 de
septiembre de 2015, condenó a la empresa Suppla S.A. a
reinstalarlo en las mismas condiciones en las que fue

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inicialmente contratado, es decir, «montacarguista en la ciudad de


Tocancipá o a un cargo de igual o superior categoría, sin que
necesariamente lo sea en las instalaciones de Bavaria como se solicita
en la demanda», y absolvió a Bavaria de todas las pretensiones;

que apelaron ambas partes, por lo que la Sala Laboral del


Tribunal Superior de Bogotá en sentencia del 3 de noviembre
de 2015 modificó el numeral primero de la decisión de
primera instancia, en el sentido de «Condenar a la demanda
SUPPLA S.A. a reinstalar al demandante Edgar Gustavo Vargas Achury
en las mismas condiciones en las que fue inicialmente contratado, es
decir Montacarguista en el municipio de Tocancipá de ser posible, o en el
municipio más cercano a éste donde la demandada explota su objeto
social».

Aduce que con su traslado de Tocancipá a Gachancipá,


se le ha impedido ejercer «en debida forma la defensa de los
trabajadores afiliados al sindicato, rompiendo la labor de dirigente
sindical la cual es velar por los derechos de sus afiliados, ya que fueron
más de 15 años de servicio en las instalaciones de Bavaria S.A.» ; que

las autoridades judiciales adoptaron una decisión contraria


a la realidad demostrada con las pruebas recaudadas, pues
paralelo a este ligio promovió un proceso ordinario contra
Bavaria, Suppla S.A. y otros con el fin de que se declarara la
existencia de un contrato de trabajo, el que si bien no ha
culminado debió ser tenido en cuenta tanto por el Juzgado
como por el Tribunal, para acreditar que Bavaria a través de
la figura de la tercerización laboral lo ha contratado para
realizar actividades de su giro ordinario por más de 15 años.

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Estima quebrantados los derechos fundamentales al


debido proceso, al trabajo en condiciones dignas y justas, a
la asociación sindical y los principios de favorabilidad y
primacía de la realidad sobre las formalidades, y en
consecuencia pide que se ordene al Tribunal accionada
proferir una nueva sentencia que «respete el precedente
constitucional, con observancia de la existencia de un defecto sustantivo
en que incurrió la sentencia del Juzgado y del Tribunal Superior de
Bogotá, Sala Laboral, al desconocer el juicio del contrato realidad que se
adelanta, antes de fallar y negar la vinculación con la empresa BAVARIA
S.A. (…)».

Por auto del 12 de mayo de 2016, esta Sala de la Corte


asumió el conocimiento, ordenó comunicar a las autoridades
judiciales y demás intervinientes dentro del proceso especial
cuestionado, para que se pronunciaran sobre los hechos
materia de la queja constitucional.

Dentro del término de traslado el Juzgado Trece Laboral


del Circuito de Bogotá D.C. manifestó que se atenía a las
consideraciones esbozadas en la providencia reprochada, así
como a las actuaciones procesales que reposan dentro del
expediente, el que allegó en calidad de préstamo.

II. CONSIDERACIONES

Esta Sala de la Corte ha considerado que el amparo del


artículo 86 de la Constitución Política procede contra
providencias judiciales solo en casos concretos y

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excepcionales en los que se adviertan actuaciones u


omisiones de los jueces evidentemente violatorias de los
derechos constitucionales fundamentales, como cuando la
providencia atacada puede calificarse de caprichosa,
arbitraria, absurda o autoritaria por carecer efectivamente de
fundamento objetivo y por lo tanto sea el resultado de un
juicio abiertamente irracional, todo lo cual debe equilibrarse
con otros valores del Estado de Derecho, especialmente, los
concernientes a la administración de justicia y la seguridad
jurídica de que están revestidas las decisiones proferidas en
instancia, que se concretan en los principios de la cosa
juzgada e independencia y autonomía de los jueces.

El artículo 29 de la Constitución Política establece que


«el debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y
administrativas». Esta disposición reconoce el principio de

legalidad como fundamental en el ejercicio de las funciones


tanto judiciales como administrativas, razón por la cual, se
deben observar las formas propias de cada juicio, con el
objeto de no desquiciar el ordenamiento jurídico.

En el asunto se cuestiona la sentencia proferida por el


Tribunal Superior de Bogotá el 3 de noviembre de 2015,
dentro del proceso especial de fuero sindical –acción de
reinstalación-, pues a juicio del accionante también se debió
condenar a Bavaria S.A., en su calidad de verdadero
empleador, a reinstalarlo en la planta que tiene en el
municipio de Tocancipá y donde ha laborado por más de 15
años.

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Para resolver es importante indicar que el juez plural en


la misma fecha previo a decidir sobre la apelación de la
sentencia de primer grado, resolvió la alzada del auto que
desestimó la excepción previa de pleito pendiente,
confirmándolo en su integridad, al no existir entre los
procesos identidad de partes ni objeto, pues analizados los
dos, esto es, el ordinario tramitado ante el Juzgado Trece
Laboral del Circuito de Bogotá y el de fuero sindical, «se
observa que este y aquél son de naturaleza diferente, pues uno
corresponde a un proceso ordinario y otro de fuero sindical, con
pretensiones disímiles. En efecto en el proceso ordinario, se solicita la
existencia de un contrato de trabajo entre Edgar Vargas y Bavaria con
la consecuente responsabilidad solidaria de Suppla y Sedial como
intermediarias y, por otro lado, en el presente proceso no se busca cosa
distinta que la protección del fuero sindical del que alega ser beneficiario
el actor».

A continuación se refirió al recurso de apelación


interpuesto por el demandante y la demandada Suppla S.A.
contra la sentencia de primera instancia, a los interrogatorios
de parte, a los testimonios de Ariel Fernando Prieto Rivera,
William Guzmán, Luz Marina Gaitán y Wilfredo Ladeus, así
como la documental recaudada en el proceso, para aclarar
que «en el presente asunto no existe pretensión encaminada a la
declaración de un vínculo contractual de naturaleza laboral del
demandante con Bavaria S.A.» (Negrilla y subraya fuera de texto),

siendo improcedente que en esa instancia se emita un


decisión en tal sentido «porque constituiría una excepción extra
petita, respecto de la cual no le asiste facultades en razón al artículo 50
del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social que las

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consagra de manera exclusiva para los jueces de primera o única


instancia».

Que si bien el demandante se refirió a la demandada


Suppla como simple intermediaria de Bavaria, «lo cierto es que
dentro del proceso obran elementos de juicio que indican de manera
certera que el demandante fue contratado por Almagran hoy SUPPLA SA,
entidad que tenía autonomía en la administración de su personal en
virtud del contrato suscrito con Bavaria, afilió al demandante a la
seguridad social integral, le pagaba sus salarios y contractualmente se
abrogó la posibilidad de trasladarlo dependiendo de las necesidades de
la empresa, como se constata en el texto del contrato suscrito entre las
partes», delimitando el análisis del fuero sindical únicamente

frente al empleador Suppla S.A.

Encontró acreditado que el 23 de febrero de 2015, se le


notificó a Suppla sobre la fundación del sindicato
Asmontacarcol, en donde fue nombrado el demandante como
Presidente.

Ante la evidencia de la existencia del fuero sindical y


que Suppla trasladó al actor de su puesto habitual en la
planta de producción de Bavaria en Tocancipá hacia unas
instalaciones en Gachancipá, decisión que justificó en la
terminación del vínculo comercial que la unía con Bavaria,
sin que mediara la autorización previa para efectuar ese
traslado, estimó quebrantado el derecho de asociación
sindical, concluyendo que era viable ordenar «su reinstalación
al lugar donde habitualmente desempeñaba su cargo o a uno de iguales
o mejores condiciones».

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Sin embargo, como «las pruebas indican que el vínculo jurídico


que existía entre Bavaria y Suppla ya terminó, motivo por el cual y bajo
la premisa que el empleador del actor es Suppla, no es posible imponer
a esta entidad la reubicación del demandante en las instalaciones de
aquella», ni que lo reinstale en Tocancipá, «pues no existe prueba

que indique que desarrolla su objeto social en tal municipio», por lo que
«ante una imposibilidad física y jurídica para el cumplimiento de la
obligación que deviene de la violación del fuero sindical, es pertinente
modificar la sentencia de primer grado en el sentido de indicar que la
reinstalación del trabajador demandante se debe dar en iguales o
mejores condiciones a las que disfrutaba cuando prestaba los servicios
en las instalaciones de Bavaria Tocancipá, la cual se debe dar en el
municipio de Tocancipá de ser posible o por el contrario en el municipio
más cercano donde la demandada explote su objeto social, de tal forma
que pueda ejercer de manera normal las actividades sindicales dentro
de la organización ASMONTACARCOL».

Bajo ese contexto, estima la Sala que el Tribunal no


incurrió en ningún yerro jurídico o fáctico, como los que de
manera descontextualizada le endilga el accionante.

Así se dice porque el Tribunal no se refirió para nada a


la supuesta relación laboral del demandante con la sociedad
Bavaria S.A., como quiera que dicha declaración no fue parte
de las pretensiones de la demanda inicial del proceso, en
tanto las aspiraciones del actor en esa causa estuvieron
encaminadas a que se declarara que estaba amparado por la
garantía del fuero sindical al momento de su traslado de
lugar de trabajo y como consecuencia de ello se ordenara su
reinstalación, según quedo visto.

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Lo anterior tiene su génesis en el artículo 50 del


estatuto procesal del trabajo que impide que el juez de
segunda instancia se pronuncie por fuera o más allá de lo
pedido.

Al respecto, de vieja data la jurisprudencia de esta


Corporación ha sostenido que las facultades ultra y extra
petita contempladas en la norma en mención se encuentran
reservadas para el juez de primera o de única instancia, de
modo tal que solo le está reservado a éste conceder
salarios, prestaciones o indemnizaciones más allá de los
pedidos o diferentes de los solicitados cuando los hechos en
que se originen se encuentren debidamente discutidos y
probados dentro del juicio, siendo que el juzgador de segundo
grado no puede hacer uso de estas facultades oficiosas, al no
estar contempladas dentro del ejercicio de sus funciones
legales.

Sobre este punto en particular, en la sentencia CSJ SL,


21 ago. 2013, rad. 43673, se dijo:

“Por otra parte, al dejar de ser abordado por el a quo, el punto


quedó definitivamente excluido del proceso, pues, con arreglo
a lo establecido en el artículo 50 del Código Procesal del
Trabajo y de la Seguridad Social, los únicos autorizados para
hacer uso de las facultades ultra y extra petita son los jueces
de única y primera instancia. Entre otras, en la sentencia del
24 de agosto de 2011, Rad. 46274, la Corte precisó sobre el
tema:

“En sede de instancia, se tiene en cuenta la jurisprudencia que


esta Sala ha asentado en múltiples oportunidades, respecto a
las facultades ultra y extrapetita de los jueces de segunda
instancia, entre ellas, la proferida el 9 de septiembre de 2004,
radicada con el número 22862, lo siguiente:

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“Con anterioridad a la inexequibilidad parcial del artículo 50


del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social,
declarada mediante la sentencia C-662 de 1998 de la Corte
Constitucional y, aún, con posterioridad a la misma, ha sido
criterio pacífico de esta Sala, entre otras, en la del 18 de
octubre de 2000, Radicación No. 14381, que las facultades
extra y ultra petita que consagra la norma citada las tiene
exclusivamente el juez laboral de primera instancia y, luego,
con posterioridad a tal declaratoria, dicha potestad la tiene el
mismo funcionario en los procesos laborales ordinarios de
única instancia, pues de conformidad con la sentencia de
marras, la demanda de inconstitucionalidad parcial
presentada en contra del referido artículo 50, pretendía que
esta facultad se extendiera a los procesos laborales de única
instancia, cesando así su exclusividad para los jueces de
primer grado en los procesos de doble instancia, habiendo sido
esa la decisión de la Corte Constitucional.

“Por otro lado, no cabe duda que la teleología de la norma


acusada, antes y después de la referida inconstitucionalidad
parcial, no es otra que la de garantizar a las partes el debido
proceso, el derecho a la defensa y, la de evitar decisiones que
atenten contra el principio de la no reformatio in pejus, pues
de tener estas facultades el juez de segunda instancia, en sus
decisiones podría sorprender a una de las partes con un fallo
incongruente con las pretensiones del libelo inicial, dejando a
la parte afectada sin la oportunidad de poder contrarrestar
esta decisión, pues no debe olvidarse que este juez sigue
atado al principio de la congruencia en sus fallos.

Así las cosas, si en el proceso no se reclamó la


existencia de una relación laboral con la sociedad Bavaria
S.A., no se advierte arbitrariedad alguna cuando el
Tribunal se abstuvo de pronunciarse sobre ese hecho al
decidir la alzada, como quiera que ese tema no fue propuesto
en la demanda ni discutido en la primera instancia, una
actuación en contrario implicaría una extralimitación de sus
facultades en detrimento de las garantías procesales.

Se insiste que el Tribunal encontró acreditado el


vínculo laboral del demandante con la demandada Suppla

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S.A., y apreció como vulneradora del derecho de asociación


sindical, la decisión de esa sociedad de trasladarlo de sitio de
trabajo sin previa autorización del juez laboral,
razonamiento que no puede ser tildado de subjetivo, pues fue
fruto de una libre valoración de los medios instructivos y del
marco legal pertinente que lo llevaron a formar sin restricción
su convencimiento sobre la realidad material, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 61 del Código
Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social.

Por las razones anteriores, no es dable deducir que tal


determinación transgreda garantías constitucionales, pues
por el contrario, se evidencian razonables, dado que la
actividad que realizó el juzgador se fundó en una
estimación de derecho amparada en el ordenamiento jurídico
y en los elementos de juicio que obraban en el sub lite, sin
que se configure la violación ius fundamental, máxime que
la Carta Política también ampara la independencia y
autonomía judicial y es por ello que la intervención del juez
de tutela únicamente es viable cuando lo proveído es
desproporcionado y arbitrario, que sin lugar a dudas no fue
el caso.

En consecuencia, deberá negarse la acción impetrada.

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III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


Sala de Casación Laboral, administrando justicia en nombre
de la República de Colombia y por autoridad de la ley,

RESUELVE

PRIMERO: NEGAR la acción de tutela impetrada, por


las razones expuestas en las motivaciones de esta
providencia.

SEGUNDO: NOTIFICAR a los interesados


telegráficamente o por cualquier otro medio expedito.

TERCERO: REMITIR el expediente a la Corte


Constitucional para su eventual revisión, si esta decisión no
fuere impugnada.

Cópiese, notifíquese, publíquese y cúmplase.

JORGE LUIS QUIROZ ALEMÁN


Presidente de Sala

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GERARDO BOTERO ZULUAGA

JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ

FERNANDO CASTILLO CADENA

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO

LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS

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