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PREGUNTA OBLIGATORIA.
Esta es una pregunta OBLIGATORIA y debe ser necesariamente respondida por usted
1. A partir de la caracterización de la figura histórica de J. M. Balmaceda y su posterior
reinterpretación historiográfica en el siglo XX, defina la importancia del año 1891 como un
punto de inflexión del siglo XIX chileno. Considere en dicho análisis, los cambios en la
estructura material de la sociedad chilena, los procesos de transformación de los espacios
político – institucionales y los nuevos fenómenos que se advierten en los sectores
subalternos como el campesinado, el artesanado y el nuevo proletariado (23 ptos).
Para todo lo anterior, construya una opinión fundamentada, que haga referencia a un
análisis crítico de la bibliografía. Evite citas textuales y utilice el criterio de la referencia,
aplicando el parafraseo del autor/a aludido/a (la extensión del escrito debe ser 2 planas
como mínimo y 2 planas ½ como máximo, tamaño de letra 11’ a 12’, interlineado simple,
márgenes normales).
Esto fue el resultado de una decisión que se tuvo que tomar a nivel político, es
decir, fue la consecuencia de discusión políticas que se hicieron en el seno de
nuestra elite. Esto benefició relativamente a los sectores productores y los grupos
subordinados (sectores proletarios), ya que había dinero circulando y se empezó a
invertir en medios de producción (MP).
Mientras tanto, a esas alturas, el país a través de reformas se iba haciendo cada
vez más Liberal. En una estrategia que incluyo consensos y reformas dentro de la
elite política. Y ya cuando termino el Gobierno de Montt, llegó al poder otra alianza.
La Alianza Liberal-Conservadora, formada por motivos estratégicos para quitarle el
poder a los conservadores. La alianza Liberal-Conservadora tenía a los liberales y
a los ultramontanos del partido Conservador. Los Liberales que estuvieron en
contra de esta alianza se salieron del Partido Liberal y fundaron el Partido Radical.
Años más tarde, en 1873 el presidente Federico Errazuriz entra en conflicto con
los Ultramontanos de su coalición en temas valóricos. Rompe finalmente con los
Ultramontanos y junto con los radicales forma la alianza Liberal, que tenía una
agenda donde predominaba la secularización del Estado.
En tanto, los grupos subordinados cada vez estaban más al límite de sus energías
y fuerzas. Si en la década del 40 predominaba la población Rural, poco a poco
este escenario fue cambiando, ganando en proporción mucho la población urbana
(o según Romero, semi-urbana). Esto se debe a que los hacendados empezaron a
racionalizar el trabajo rural, usando menos fuerza de la que necesitaban antes.
También se debe a que cada vez había menos terrenos para que los trabajadores
se asentaran y trabajaran la tierra. Cada vez había menos tierras para los
inquilinos, por lo que los hombres jóvenes tenían que salir a buscar su rumbo
como peones que solamente tenían su fuerza de trabajo, por lo que algunos se
asentaron en la ciudad y otros iban y venían trabajando donde hubiera
oportunidad, da lo mismo que el escenario fuera el campo o la ciudad. Por su
parte, si en el campo eran pocas las oportunidades laborales para los hombres,
para las mujeres lo era menos y estas tuvieron que irse a la ciudad a trabajar en el
servicio doméstico, como costureras, vendiendo comida o lavando.
Este más o menos era el panorama al estallar los sucesos políticos del 91’.
En política, ganó la Guerra Civil intra-élite el Parlamento, en detrimento de las
fuerzas Balmacedistas. Para explicar esto se puede echar mano a lo que dice
Salazar en Historia de la acumulación Capitalista y en el texto de Sol Serrano e
Iván Jaksic. Porque para ese entonces, la figura del Presidente había ganado
poder, el estado se hacía más grande y se manejaban mayores recursos, a la vez
que el Presidente busco el bienestar material de toda la nación. Este conjunto de
cosas hizo que Liberales, Conservadores y Radicales se fueran en contra no solo
del gobierno, sino también en contra del Estado, para que este no tuviera mayor
poder sobre los Individuos (Jaksic y Serrano).
Por el lado económico, Salazar plantea que para el año 1891, la elite había
perdido la hegemonía económica contra los capitalistas extranjeros y también la
capacidad para conducir el país. Por ello la elite mercantil chilena tuvo que
conformarse con puesto secundarios como ser pequeños inversionistas en el
negocio salitrera y ser empresarios en negocios de poca monta. Solo tenían para
sí el poder político, tuvieron que conformarse también solo con ser una clase
política, que solo dilató su existencia gracias al ciclo del Salitre.
Esto fueron los factores que posibilitaron el triunfo de la vieja Elite Colonial
Mercader y que le dieron vida por al menos 30 años más. Su hegemonía empezó
a decaer poco a poco en la medida que las clases bajas y medias se hacían más
conscientes de su situación, y también, en la medida que empezó a caer la
bonanza del salitre, para terminar por explotar en la crisis del 29’, terminándose la
transición chilena al capitalismo Industrial.
Estos grupos buscaron suerte en las faenas mineras del norte, pero especialmente
empezaron a mirar a las ciudades. Las mujeres, en virtud de los roles que se le
asignaban a cada sexo, prefirió establecerse de manera permanente en las
ciudades, trabajando en diferentes cosas que, si bien, requerían habilidades, no
eran actividades clasificadas. Algunas de ellas eran el trabajo doméstico, el
comercio, trabajo en cocinerías, en el lavado, en chinganas, en las costuras,
prostitución, entre otras. Los hombres podían trabajar en obras públicas, en alguna
de las tantas ‘oportunidades’ que ofrecía la ciudad (siendo la calle el epicentro de
estas actividades). Sin embargo, no dejaban de lado el mundo rural, ya que, en la
época de la cosecha, los hombres se iban a trabajar a las faenas y lo hacían de
Diciembre a Marzo (hasta abril o mayo a veces, dependiendo del producto
cosechado). Por ello, la vida de los hombres (al contrario de lo que pasaba con las
mujeres) tenía como escenario ambos mundos, el mundo urbano y rural, que en
esa época, eran más difusos los límites entre uno y otro.
En fin, las clases subalternas fueron obligadas a construir proyectos políticos sin la
ayuda de la Oligarquía, ya que no contaban con el apoyo ni del gobierno, ni del
congreso cuando se discutían cosas importantes para las clases bajas. Por ello
estas no confiaban en la Oligarquía y como esta última era la que acaparaba los
puestos en el aparato estatal, tampoco se confió en el estado para que sirviera de
eventual aliado. Por ello, se llegó a fin de siglo con un panorama en que el quiebre
de asociaciones obreras con la Oligarquía y el Estado Oligárquico pos-guerra civil
era total. Por lo que el derrotero de las clases subalternas fue seguir
organizándose de forma más clasista, influenciados por los aportes del
anarquismo y el socialismo científico de Marx. Y, aunque tímidamente, también
empezaban a hacerse un espacio en el Estado la clase media y grupos de tintes
obreros. Finalmente, con los sucesos de crisis mundial del 29’ y la decadencia de
la bonanza del salitre, otros grupos le disputaron la hegemonía a la Oligarquía
Parlamentaria, perdiendo la exclusividad en el manejo del Estado.