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Introducción
Las disciplinas tienen relaciones unas con otras, las cuales pueden ser muy simples o complejas. Un
caso del primer tipo es la utilización de un formalismo lógico para argumentar en otra disciplina, un
caso del segundo tipo es un vínculo inter o transdisciplinartio entre ellas.
La economía tiene relaciones muy estrechas con la teoría de la gestión pues algunas de las
entidades y las perspectivas con las que las estudian ambas disciplinas son similares sino idénticas;
así, la empresa –la firma- o las demandas de los individuos que la firma debe satisfacer. En una
rápida aproximación ambas parecen confundirse en el estudio del mismo objeto; la mayoría de los
conceptos y subteorías de la gestión parecen indistinguibles de la economía. Por lo tanto, cabe
preguntarse acerca de la individualidad disciplinal de la gestión; ¿la administración es más que la
economía o se reduce a ella? La respuesta que se da a esta pregunta genera a su vez otras nuevas.
Nuestro interés es restringirnos a la primera para examinar la manera en que la economía se vincula
y posibilita –es un recurso pero no el único- la teoría de la gestión y cómo esta se plantea auténticos
problemas nuevos que exceden el enfoque económico.
Básicamente se examinan cuatro vínculos entre la economía y la administración. Un primer vínculo
consiste en los préstamos que la administración literalmente toma de la economía -teoría de la
decisión, de la demanda, de las finanzas. Desde este punto de vista la gestión parece diluirse en la
economía.
Un segundo vínculo, lo constituyen los desarrollos de la administración como tecnologías asociadas a
la teoría económica. Existen elementos de la gestión que consisten en desarrollos tecnológicos a
partir de elementos predominante o exclusivamente económicos.
Un espacio propio para la gestión surge cuando desarrolla aspectos que la economía toma como
dados, no los explica, o solo ofrece una solución teórica en base a la cual es imposible realizar en
una explicación o predicción detallada, así, por ejemplo, surge el marketing.
Una cuarta manera de vincular ambas es por vacío conceptual y teórico. La economía estudia las
firmas, sin embargo, las considera de una manera muy limitada. Este es uno de los espacios de los
que no habla la economía y han sido abordados por la gestión.
La tesis principal a sustentar en este trabajo es que la gestión –o administración- constituye por lo
menos actualmente un recorte disciplinal autónomo debido a la existencia de esos cuatro tipos de
vínculos, especialmente de las dos últimas clases que señalamos.
La estructura expositiva que se seguirá refleja el examen de cada uno de estos cuatro vínculos. En la
segunda sección se abordará el examen de los préstamos que la gestión toma de la economía; en la
tercera se examinan las tecnologías asociadas a conceptos predominantemente económicos; en la
cuarta el desarrollo de los fenómenos a los que la economía alude pero no explica; la quinta el
desarrollo de conceptos y problemas nuevos y diferentes de los económicos para estudiar fenómenos
que ambas comparten –empresas, intercambios, etc.; y finalmente en la sexta sección, se explicitarán
las conclusiones.
Los préstamos de la economía a la gestión son, como entre dos disciplinas cualesquiera, múltiples.
Pueden ser conceptuales, metodológicos, modelísticos, y un sin número más. Uno de los préstamos
más nítidos consiste en fragmentos o teorías enteras.
El caso más claro de importación de la economía a la administración lo constituye la teoría de la
decisión que es desarrollado por la economía como paso previo a las restricciones necesarias para
utilizarlo en la teoría de la demanda del consumidor. La teoría de la decisión se ha generado en el
transcurso de la evolución de la teoría económica, específicamente en un período determinado -el
marginalismo. Además, esta teoría afecta no solo a la economía y a la gestión sino que va más allá:
desde la economía se propone un modelo general explicativo de la acción para todas las disciplinas
sociales.
La teoría de la decisión surge a partir de la evolución de la teoría económica. William Stanley Jevons
[1871] revolucionó la teoría económica al basarla en el concepto de utilidad que tomó de Bentham.
Modificó al concepto objetivo de utilidad y la hizo relativa al agente, un concepto subjetivo. El
potencial de la teoría de la utilidad como una teoría de la acción, tal cual la había formulado Bentham
–aunque él solo la aplicó a la ética- se mostró plenamente en el ámbito económico.
Sin embargo, para formularse cabalmente como teoría de la decisión, debería sufrir otra
transformación impulsada por la imposibilidad de deducir de cualquier orden de bienes económicos
una función de utilidad que implicara una escala de medición proporcional igual a la de peso o
longitud. La utilidad se ordinaliza –implica una escala ordinal- y se vuelve obvio que la estructura de la
decisión del agente económico ahora puede extrapolarse a otros campos, a cualquiera, de la acción
humana,al menos en las decisiones bajo certeza. La dificultad hasta ese momento era la
imposibilidad de sostener que toda acción moral, política, social, podía cuantificarse con una escala
proporcional, es decir, que se pudiera afirmar cuánto mayor es una acción (moral, política, social) que
otra. Este último paso se debe a Vilfredo Pareto [1927]. Se puede pasar de una función de utilidad
(cardinal) a una escala de preferencias pero la inversa no está garantizada [cfr. Hicks y Allen, p.52-3].
La teoría de la decisión suele denominarse también teoría de la racionalidad; un agente económico
actúa racionalmente, o es simplemente racional, si satisface los axiomas que la caracterizan: la
transitividad, la completidad, y en un sentido más intrínsecamente económico, la ley de maximización.
Con suposiciones adicionales se obtendrán explicaciones y predicciones acerca de conductas
nítidamente económicas, por ejemplo, en el contexto de la teoría del consumidor. La teoría de la
decisión no es una propuesta que desde la gestión u otra disciplina se exporta a la economía; bien
por el contrario, desde la economía irradia a las restantes disciplinas. Es decir, la gestión no tuvo que
generalizar la decisión del agente económico a cualquier decisor, ya la encontró generalizada.
Se ha examinado el caso de la teoría de la decisión bajo certidumbre pero igual sería el caso si se
generaliza para el caso del riesgo o incertidumbre que se desarrolló posteriormente [von Neumann y
Morgenstern].
Este es un aspecto más prometedor que el anterior para sostener un dominio propio del saber
administrativo. Cabe, sin embargo, señalar que constituye un espacio para comprender qué aporta la
gestión que otros saberes no brindan y vislumbrar la posibilidad de su desarrollo a nivel científico (si
ya no lo tuviera).
El componente esencial para pasar de la ciencia básica o aplicada a la tecnología lo denominamos la
especificación de la ciencia al dominio humano o humanización de la ciencia, en el sentido de
relativizar a sistemas humanos específicos las leyes científicas. La cuña tecnológica es toda la
porción de conocimiento no reductible a conocimiento básico, para simplificar, a leyes. Forma parte
de esta cuña diversos componentes, el más importante son las especificaciones que vinculan a un
artefacto con características humanas, ya que finalmente, la tecnología pertenece exclusivamente al
dominio de lo humano. Así, para conseguir el diseño de un artefacto se aplican al conocimiento
suministrado por la ciencia básica especificaciones humanas y otras clases de conocimientos. No es
suficiente producir un efecto sino producirlo para uso del hombre, para que no lo destruya o actúe
dentro de ciertos rangos. Esto implica sumar a las condiciones usuales que introducen las leyes de
las teorías condiciones especiales para que se produzca un efecto deseable, es decir, en un rango
dado o con una permanencia establecida, etc. Estas “nuevas” condiciones de funcionamiento pueden
implicar tanto versiones especiales de las leyes como hipótesis o conocimientos de especie diferente
a la del conocimiento básico.
Otra de los mecanismos es volver aplicable la teoría a situaciones reales. Las teorías científicas son
sumamente abocetadas y los modelos simplifican la realidad con el fin de poder formular leyes, por
ejemplo, suponen sistemas aislados en los que operan solo los factores que aparecen en sus
antecedentes. Al operar en sistemas reales intervienen otros factores. Aislar el sistema real para que
opere el factor descripto en el consecuente de la ley, o bien, el conocimiento hipotético, no legal, por
el que se debe reformular las leyes para adaptarlas a los sistemas reales incorpora condiciones e
hipótesis, factores y relaciones no reducibles a conocimiento básico.
En general, entonces, una tecnología está integrada por,
1. Conocimiento teórico
2. Técnicas científicas
3. Conocimiento experto
4. Conocimiento común y persuasivo
5. Componentes legales y normativos
6. Componentes filosóficos y éticos
7. Componentes políticos
8. Interacción con otros subsistemas
9. Diseño del artefacto (planificación)
10. Aspectos organizacionales para sustentar el diseño
11. Mantenimiento
Algunos pueden ser vacíos (excepto 1 o 2) y algunos del listado 3-10 pueden paulatinamente
convertirse en conocimiento básico, pero hay barreras imposibles de remover por cuanto no toda la
realidad está sometida a leyes. Así, siempre habrá cuña tecnológica, siempre habrá tecnología al
menos por esta razón.
La gestión siempre está vinculada con la tecnología, del 9 al 11, en razón de que por no ser
espontáneos como los objetos naturales, un artefacto siempre supone planificación implícita o
explícita, diseño organizacional o uso del existente para obtener el artefacto o conseguir que siga
funcionando, y su mantenimiento.
Las tecnologías de gestión de base económica, niveles 1 y 2, son muy frecuentes y se muestran, por
ejemplo, cuando se examina la teoría de las decisiones o el marketing. Así, los estudios de mercado
para establecer la demanda, la política de venta de un bien, la gestión de la marca o de los canales
de venta son unas pocas ilustraciones de este fenómeno.
VI. Conclusiones
Se han expuesto cuatro maneras de constituir o reforzar un espacio disciplinal para la gestión a patrtir
de la economía. Por supuesto que se podría hacer lo mismo partiendo de otras disciplinas pero se ha
enfatizado en la economía por la proximidad de objeto, conceptos y métodos que ambas tienen.
La primer manera de vincularse que se ha examinado consiste en los préstamos de la economía y
que la gestión hace suya, como la teoría d ela decisión.
El segundo vínculo que se examinó corresponde a las tecnologías de gestión generadas a partir de la
economía. La tecnología es la aplicación del conocimiento científico a objetivos humanos; se produce
el fenómeno que se denominó cuña tecnológica y es típico tanto para las ciencias naturales y
biológicas como para las sociales o culturales y, como parte de estas, para la economía. La
tecnología aplica el conocimiento científico sustantivo y el método científico y además posee otros
componentes que se describieron. Algunos son típicamente de gestión, como la planificación o el
mantenimiento del artefacto, puesto que no son objetos espontáneos, naturales, sino producidos.
La tercer manera de vincularse es a través de algunos límites que posee la economía y que la gestión
remueve “explicándolos”. Hay varias maneras en que esos límites se dan pero lo interesante, y que
de manera obvia colabora en la obtención de un campo propio para la gestión, es que algunos son
removidos por la administración. La gestión construye conceptos y medios para remover los límites
de la economía mencionados. No lo hace simplemente generando una teoría más amplia o por
reducción de teorías sino construyendo teorías y modelos diferentes.
El rasgo diferencial entre ambas disciplinas se advierte de manera especial en el cuarto vínculo
examinado. Hay fenómenos típicos de los recursos de las firmas que no son asignados por el
mercado sino por la organización y de los cuales la teoría económica dominante, la neoclásica, no
puede o quizás no pretende –como señala Machlup- explicar. Así constituyen claros ejemplos los
comportamientos para disminuir o evitar costos de transacción o conseguir la eficiencia X.
Los vínculos examinados muestran, por una parte, que la economía es uno de los fundamentos más
sólidos de la teoría de la gestión, en gran parte constituye el cemento filosófico, metodológico y
conceptual de esta disciplina. Por otra parte, instrumentos forjados en su seno pero que exceden su
ámbito –la teoría de la decisión-, su transformación en tecnologías, la generación de respuestas a
problemas que la economía no da y elaboradas en otros términos, más la elaboración procedimientos
sin la intervención del mercado para asignar recursos en la empresa o entre empresas, la distinguen
nítidamente de la economía y forjan un espacio propio disciplinal: el ámbito disciplinal de la gestión.
REFERENCIAS