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Conocimiento y sabiduría en un mundo global.

Isaías 5:13. Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su
gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed. (RV)

Oseas 4:6. Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el
conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo
me olvidaré de tus hijos.

Marcos 16:15. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

Mateo 28:18- 20. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el
cielo y en la tierra. 19. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20. enseñándoles
que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén.

¿Qué es un mundo globalizado?

La Real Academia de la Lengua la define la globalización como “la tendencia de los


mercados y las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa
las fronteras nacionales”. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional la define como
“el proceso de acelerada integración mundial de la economía, a través de la producción, el
comercio, los flujos financieros, la difusión tecnológica, las redes de información y las
corrientes culturales”.

Definiciones más recientes, provenientes de la ciencia económica, intentaron enriquecer el


concepto. Es así como para Joseph Stiglitz, la globalización es “la integración más
estrecha de los países y los pueblos del mundo, producida por la enorme reducción de los
costos de transporte y comunicación, y el desmantelamiento de las barreras artificiales a
los flujos de bienes, servicios, capitales, conocimientos y (en menor grado) personas a
través de las fronteras. La globalización se acompaña por la creación de nuevas
instituciones y es enérgicamente impulsada por corporaciones internacionales que mueven
no sólo el capital y los bienes a través de las fronteras, también la tecnología”.
Sin embargo, no hay consenso en torno a la dimensión de este fenómeno o sobre cómo
abordarlo. Hay quienes la defienden de manera tajante y tienden a verla como un proceso
natural generador de beneficios, al que hay que dejar desarrollarse sin restricciones. Pero
están también los que reconocen sus beneficios potenciales y reales, pero son conscientes
de sus limitaciones y, por tanto, luchan por reorientar el proceso, haciéndose cargo en toda
su complejidad. Por último, hay quienes sólo ven en ella un artificio de los países
desarrollados para defender sus intereses, perpetuando las desigualdades y conduciendo al
mundo hacia un caos generalizado. Entre estas posturas existen, por cierto, todos los
matices posibles.

Sin embargo, nadie pone en duda que la globalización nos afecta a todos de una u otra
forma, y la iglesia no escapa de ella.

1. El Evangelio del Reino está presente en el mundo globalizado, pero es


antagónico a ese sistema. Hay una gran contradicción entre el sistema del mundo y
el Evangelio del Reino de Dios.

Entre tanto, el Reino de Dios se encuentra en abierta contradicción con el sistema del
mundo, cualquiera sea su nombre, monarquía, feudalismo, democracia o comunismo,
porque todos ellos proceden del árbol del conocimiento y no son más que el vano intento
del hombre por alcanzar la felicidad (siempre inconclusa), hecha por su propia mano y en
ausencia de un Dios que le resulta incómodo.

Cabe destacar que el modelo de globalización, muy al contrario de favorecer las justas
reparticiones de riquezas, garantías sociales, valores éticos y morales, abrió una brecha aún
más profunda de desigualdades sociales y económicas, provocando tremendas injusticias
que el hombre implantó en la tierra. Ahora, si nos ceñimos al pensamiento apostólico, quizá
este sea el momento para hacer una profunda reflexión acerca del papel de la Iglesia del
Reino de Dios en las próximas generaciones.
Un hombre llamado Pablo escribió una carta a la Iglesia de Cristo en Roma que había
permeado a la capital del Imperio desde las catacumbas hasta las propias casas de los
servidores del emperador. Así irrumpieron con el Evangelio del Reino que es totalmente
opuesto a toda injusticia, dominación y control por la fuerza o la coerción de las armas.

2. El corazón del hombre es engañoso, todo intento de unificarse y buscar


justicia, siempre tuvo consecuencias trágicas
El Apóstol Guido Raúl Ávila, en su conferencia titulada “Descubre el secreto de
Dios”, cita: “Todo sistema del hombre es en parte bueno y en parte malo, el hombre
que comió del árbol de la ciencia del bien y el mal, mezcla sus intenciones. Quizá
en un principio puedan parecer intenciones buenas y loables, pero el fin de ellas es
corrupción. Proverbios 16:25 dice: ‘Hay camino que al hombre le parece derecho,
pero su fin es camino de muerte’”.

3. La injusticia globalizada provoca la acción divina en su contra. Santiago 5:1-6 dice:


“¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. Vuestras
riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata
están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras
carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros. He aquí, clama
el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les
ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en
los oídos del Señor de los ejércitos (B.). Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido
disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. Habéis
condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia”.

3.1. Dios tiene su tiempo para administrar su justicia sobre la tierra y como dice en la
Palabra, “no tendrá por inocente al culpable”

Son tiempos donde todas las tinieblas de corrupción, riquezas injustas y políticos
malversadores, serán descubiertas y expuestas por la luz de un Dios de Justicia y una
Iglesia Apostólica comprometida con la gente de la tierra. Son tiempos donde como sucedió
en los últimos años, todos los que se enriquecieron a costa de muchos, serán expuestos y la
luz verdadera alumbrará sobre nuestras naciones.
4. En un mundo global la iglesia debe mantener su identidad, y rol dentro de la
sociedad:

4.1.La Iglesia Apostólica es “real sacerdocio”: Es decir, tiene que cumplir con su rol
sacerdotal para interceder por un mundo desigual y en crisis y su rol de realeza para
poder gobernarlo desde los parámetros del Reino de Dios.

4.2.La Iglesia Apostólica es profética: Sabe cuál es el corazón de su Dios y sabe de


que su justicia se levanta contra las agresiones, por eso no puede permanecer callada
ante la injusticia que practica el pensamiento el sistema del mundo para oprimir.
(Ezequiel 33:7-9) dice: “A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la
casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.
Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se
guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la
demandaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte
de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste
tu vida. Estamos determinados por Dios para ser atalayas y advertir acerca del mal
que está sucediendo a nuestro alrededor”.

4.3.La Iglesia Apostólica es redentora e incluyente. La desigualdad, la exclusión y


los conceptos totalitarios son perseguidos por Dios. Por tanto, deben serlo para la
Iglesia Apostólica. Jesucristo tuvo sus luchas con el poder religioso establecido,
precisamente por imponer un totalitarismo religioso dentro del totalitarismo pagano
de Roma. Pero eso no le impidió a Jesús incluir a cada persona en el modelo de
gobierno divino por medio de la misericordia y la redención.

4.4.La Iglesia Apostólica es portadora de buenas noticias. El mensaje es declarar que


no todo está perdido, aunque cueste generaciones, se puede cambiar lo malvado
para transformarlo en sistemas de repartición de riquezas justos y equitativos.
5. En un mundo global no nos queda otra que participar activamente en la
construcción de un modelo equitativo para las naciones, de justicia y dignidad.

5.1.La Iglesia Apostólica no puede ni debe permanecer impasible y sin acción ante los
modelos discriminantes de repartición de riquezas a los que nos enfrentamos en toda
la tierra.

5.2.Como Iglesia Apostólica, no tenemos derecho a quejarnos de nada en lo cual no


estamos involucrados. Es tiempo de escuchar el clamor de la tierra y trabajar
activamente con el modelo de gobierno Apostólico para revertir la situación que
atraviesa.

5.3.La Iglesia Apostólica debe llevar un mensaje claro y vinculante, dejando de ser
influencia para empezar a ejercer el llamado a gobernar desde nuestro manual de
conducta que es la Palabra de Dios, trayendo el corazón justo del Padre a la tierra.

5.4.Durante siglos la Iglesia perdió tiempo mirando para otro lado y condenó sin ofrecer
ninguna solución. Si la Iglesia es sal y luz, debe serlo para que de verdad pueda dar
sabor a este mundo y ser un referente de luz para todas las generaciones.

6. En un mundo global la iglesia debe manifestar de forma contundente la cultura


del reino, porque necesitamos ser conocidos, como una fuerza poderosa de
transformación en todas las áreas de una sociedad.

6.1. Podemos ver como movimientos que son contrarios a la vida son más conocidos
que nosotros la iglesia, eso debe cambiar y va a cambiar. Necesitamos ser agresivos
para testificar nuestra fe, nuestro mensaje, convertirnos nosotros en el mensaje, que
el mundo vea a la iglesia triunfante. Para ello debemos:
a. Seguir rompiendo estructuras religiosas, que hace que las sociedades no nos
vean nuestra propia esencia que como iglesia tenemos. No podemos caminar a
la par de la religión.
b. Seguir entrenando a través del conocimiento del reino, de la palabra, no permitir
mezclas, una sola dirección, un solo mensaje, y supervisar que nuestras
generaciones están caminando bajo ese principio.
c. Aprovechar lo dinámico de las comunicaciones, para llenarlo todo con el
mensaje del evangelio, ser proactivo para difundirlo. Debemos ser excelentes
comunicadores, y verificar que el mensaje este llegando con claridad.
d. Vivimos en un sistema que es más importante lo material que lo humano, nos
toca combatir esa visión de vida. Seguir levantando la compasión por la gente,
entendiendo que es el recurso más valioso y lo que Dios más ama, las personas.
Como iglesia no buscamos un bien individual, sino un bien común, todos
progresamos, y esa es la esencia de la visión ccn

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