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SERIES COMPLEMENTARIAS

José Bleger. Psicología de la conducta

Constituye una teoría de la causalidad y de la historia de la vida humana introducida por S.


Freud. Con ellas estudió principalmente los fenómenos comprendidos en la psicopatología,
pero se aplican también a toda la psicología.
La historia individual es una explicación del presente por el pasado
y, especialmente, del presente adulto por el pasado infantil. Freud no ha desestimado en
su teoría de las series complementarias, otros factores causales, pero ha dado preferencia en
su investigación a la historia infantil, no como una simple sucesión cronológica de conductas
y acontecimientos, o una recopilación de hechos (crónica), sino con un nexo de sentido
y causalidad. De esta manera, el psicoanálisis no sólo aporta, enfatiza y promueve
la importancia del relato e indagación de lo acontecido, sino que aporta una forma
específica de comprender, de manejar dicho relato, es decir, una teoría histórica del
presente tanto como una teoría de la historia individual, estableciendo relaciones causales
entre acontecimientos de distinto orden y diferentes momento de la vida.
En las series complementarias hay tres series de causas que no
actúan independientemente; en realidad, lo que actúa es la resultante de su interacción.
Una primera serie complementaria está dada por los factores hereditarios
y congénitos (componente constitucional). En factores hereditarios se incluyen todos
aquellos transmitidos por herencia, es decir, por los genes; en los factores congénitos se
incluyen todos aquellos que provienen del curso de la vida intrauterina.
Una segunda serie complementaria está constituida por las experiencias infantiles,
que adquieren una importancia fundamental porque ocurren en una época de formación de la
personalidad y, por lo tanto, son más decisivas.
Una tercera serie complementaria está constituida por la disposición, resultante de
la interacción entre la primera y la segunda serie complementaria, sobre la que actúan
los factores desencadenantes o actuales.
Las dos primeras series complementarias se incluyen en lo que se
denomina causalidad histórica, mientras que la disposición y los factores desencadenantes
constituyes la causalidad sistemática, porque hay que tener en cuenta que la disposición es
también un factor actual, integrante del campo presente, al igual que los factores
desencadenantes.
Los efectos pueden reactuar, solamente, sobre estas dos últimas
series complementarias, es decir, modificando la disposición y/o factores desencadenantes;
no pueden modificar el pasado (la herencia y las experiencias infantiles), pero sí la
gravitación de los mismos.
Existe también una interacción entre los factores desencadenantes y la
disposición, en el sentido de que esta última acentúa, promueve o estructura la
actuación de determinadas causas desencadenantes, y estas últimas pueden, a su vez,
modificar la disposición. Por supuesto que todas estas interacciones así como existen pueden
dejar de existir y entrar en un círculo vicioso, estereotipado, y también se pueden
distorsionar, perturbar o influir positivamente.
Las tres series complementarias están siempre presentes en toda conducta (normal o
patológica), pero puede existir un predominio de cada una de las series.

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