LA POLITICA ECONOMICA

NACIONAL FRENTE A LA CRISIS Mari o 8 u eh e l· i·

LA UNIVERSIDAD Y LA ENSEÑANZA
MED1A Ro q ue F a r .a o n e

•
INFLUENCIA DE LA ENERGIA EN
EL DESARROLLO ECONOMICO Y
SOCIAL Osear J. Maggiolo

EL TANGO EN LA REALIDAD
NACIONAL Horacio A. Ferrer

TESIS ECONOMICAS DEL

MOVIMIENTO 26 DE JULIO Felipe Pazos
Regino Boti
 fe u
lA POLITieA EeONOMieA
N A e 1O N A L F R EN T E A. 1 A e R 1S 1S

Mario Bucheli

LA POLITICA ECONOiviiCA NACIONAL

FRENTE A LA CRISIS .. 1 1Vlario Bucheli.
LA UNIVERSIDAD Y LA ENSEÑANZA
MEDIA 25 Roque Faraone.

INFLUENCIA DE LA ENERGIA EN EL
DESARROLLO ECONOlVIICO Y SOCIAL 43 Osear J. lVIaggiolo.

EL TANGO EN LA REALIDAD NACIO-

NAL ... 74 Horacio A. Ferrer.
TESIS ECONOlVIICAS DEL lVIOVIlVIIEN- 1 - e! uruguay sufre una crisis de desarrollo
TO 26 DE JULIO ....... . 123 Felipe Pazos.
La cr<sts económica actual.- El Uruguay asiste a una etapa depresiva en
Regino Boti.
los sectores básicos de su economía. Se trata de la manifestación en el corto
plazo de una crisis en su desarrollo económico.
El país inició en la década de los treinta una nueva etapa de su evolución
económica, etapa que se caracterizó por un incremento relativo ~muy importante
de su producción industrial al amparo de factores de orden externo. Pero, si
A.nte la visita del Presidente Eisenhower 148 UrHguay. bien ese proceso de desarrollo se cumplió en sus primeras fases con una tasa alta
de crecimiento, no se crearon las condiciones para que tuviera carácter ininte-
Solicitud a la Cám2ra ele Diputados 152 A.rgcntina. rrumpido.
La economía nacional careció de factores impulsores que estimularan el
Nueva fase de la ''Operación Soberania.. 153 Panamá. crecimiento y constituyeran la base capaz de sostener el,_ desarrollo futuro. En-
frentó, en cambio, una serie de obstáculos que constituyeron un freno al des-
arrollo progresivo de las actividades económicas y frustraron un proceso ini-
ciado bajo expectativas favorables.
Obstácttlos qtfe han frenado el desarrollo económico ~nacional.- Existen
una serie de factores que juegan en el largo plazo, obstaculizando el desarrollo
económico y provocando distorsiones que se manifiestan en .el corto en
DIRECCION RESPONSABLE: .José A. de Torre,. CO:\SEJü DE RED.-'.CCIOK: )larianu A1·ana. Luí~
Camnitz.er. 1\faurício Kryg-er. Heber Ravioln Y Aroldo .Sabarr6s.
1\-iario Bucheli.- Nació en 1926 en el departamento de Lavalleja, Tiene el título de Contador
TRIBUNA UNIVEHSITAR.IA es publicada nor el Dep:.;..rtamento de Publie[l;;iune::: de la Feden:.dún PúbEco. Es profesor de la cátedra de Historia de las Doctrinrrs Sociales, Económicas y Ia Hacienda

~~t~·,l::~te~e ~::~:rs;~a:;~'sS,~~;JI) t;1:·~~~ua:~·ci~~n:1 ~s~~: ~;ntl:~s -~-~~;:::~:,5 ~:·u~m~.:-~d~::;:~;(¡ 1~1 1~n~~:·í~e~;,ü~ :~:~::"~¡
en la Facultad de Ciencias Económicas de nuestra Universidad. Desempeña el cargo de ayudante técnico
del Instituto de Teoría y Política Económica de dicha Facultad, habiendo colaborado en la publicación
núb!ico en generaL S'e autoriza la repr·oducción total
~ención
o
parcial d~ !u; artículos la renst~: ~01~
expresa de procedencia. La respunsahilidad de lo:-; juicios emitidos f:n lo.s í.hvt:::rsos
de . ardcu~o~
de muchos trabajos del menciOnado Inst:tuto, siendo el autor de los cuadernos Nos~ 10 y 13 relativ-oS a
la .materia dineraria. Ha publicado, además, trabajos en la Re·Yista de la Facultad O:e Ciencias Econá ...
micas y en Tribuna Universitaria.
firmados, corresponde a sus re 5 pectivns autore:5. Lg impresión ÍlH: hecha vor b Impr:.:nta "'Rosg::.r·.
Ejido, 1624. 11ontevideo, Uruguay.

1
desequilibrios en diversos aspectos: desocupación, caída de la producción, des-
igualdad en la distribución de las rentas, déficit en el balance de pagos, déficit
fiscal, etc.
Los obstáculos que ha enfrentado la economía nacional y que han condu-
cido a una crisis de desarrollo, pueden clasificarse en:
A) de origen interno, y
B) de origen externo.
A) Obstácuios de origen interno.- Consideramos que pueden resumirse
en seis los _obsátculos fundamentales que se oponen al desarrollo:
i) formas de uso y tenencia de la tierra;
ii) industrialización basada en el monopolio y la empresa "enana";
iii) distribución inadecuada de la población ocupada;
iv) concentración geográfica y centralización;
v) falta de capacidad empresarial y bajo nivel de educación y prepara-
ción de la mano de obra;
vi) estado inflacionario de carácter permanente.
1) Fonnas de uso y tenencia de la tierra.- El uso de la tierra ha condu-
cido a dos grandes problemas en la explotación agraria: latifundio y minifun-
dio; coexistencia de la explotación en gran ex'.ensión con muy baja productivi-
dad y la empresa "enana", con desaprovechamiento de los recursos básicos
nacionales: agentes naturales y mano de obra.
El latifundio se extiende a gran parte del territorio nacional y su magnitud
se pone en evidencia con estas cifras:
i) 1.248 propietarios disponen de 5.946.000 Há. (35 % de la superficie
del país) y controlan el 60 % del stock ganadero.
ii) En 10 millones de Há. (5/8 del terri:orio nacional) no alcanza a uti-
lizarse un trabajador por cada 132 Há.
Esta forma de explotación conduce a·
i) baja productividad de la mano de obra y desperdicio de recursos na-
turales, con el consiguiente obstáculo a un fluir permanente de
bienes agrícolas;
ií) contralor de la riqueza agropecuaria nacional en pocas ma!los con
las consiguientes prácticas monopólicas;
iii) falta de incentivos para la actividad económica desde que las rentas
son muy elevadas en escala individual, aunque de escasa produc-
tividad social.
Frente al problema del latifundio se encuentra el no menos grave del mi-
nifundio en los departamento del Sur de la República, donde se asiste al agol-
pamiento de trabajadores ,en pequeñas parcelas, con estas consecuencias:
i) baja productividad de la mano de obra y ocupación disfrazada;
ií) agotamiento de las tierras, con la consiguiente descapitalización del
suelo nacional.
El sistema de tenencia de la tierra constituye, también, un .obstáculo a la
tecnificación de la explotación agraria y una nueva barrera al proceso de des-
arrollo económico.
El 42 % del suelo destinado a la actividad agropecuaria se explota por sus
propietarios, mientras el 58 % restante se efectúa por arrendatarios, propieta-
rios, medianeros y otras formas. Los no propietarios, cargan con gran parte
de las pérdidas que significan las oscilaciones de precio de nuestros productos
exportables en el mercado internacional. Cuando los precios de nuestra pro-
ducción exportable se ven favorecidos por factores de orden externo, se extiende
U!la onda favorable a la explotación agropecuaria, que se manifiesta en eleva-
ción de precios de las tierras y de los arrendamientos. En una primera etapa
se benefician propietarios y arrendatarios, pero como esas subas no tienen ca-
rácter permanente, estos últimos se encuentran, después de cierto tiempo con
rentas fijadas por contrato, frente a ingresos en descenso.
El arrenda'.:ario que explota las tierras en estas condiciones de inestabili-
dad en el ingreso, con costos al alta, se encuentra imposibilitado de todo pro-
ceso de tecnificación, pues:
i) no se encuentra en condiciones de ahorrar P,or la evolución de in-
gresos y costos en la forma descrita;
ii) tiene dificultades crediticias, dentro de un sistema de crédito basado
en la solvencia del prestatario.
En lo que respecta a los propietarios, si bien las estadísticas denuncian una
mayor propensióP- a la inversión, sus elevadas rentas en escala individual, cons-
tituyen un obstáculo a la tecnificación del medio rural.
2) Desanoilo industrial basado en el monopolio y la empresa "enana".-
El desarrollo industrial se vio favorecido, como se ha dicho, por circunstancias
especiales, de origen externo. La crisis de 1929 impuso restricciones a la posi-
bilidad de importar; la escasez elevó los precios y estimuló la actividad en va-
rias ramas de la industria (alimentos, vestidos, bebidas, etc., todas ellas de tipo
liviano).
El proceso de L11dustrialización estuvo encuadrado dentro de la tradición
liberal, en cuanto el precio se constituyó en el elemento motor del sistema.
Hubo, sin embargo, un nuevo factor: protección indiscriminada por parte del
Estado, mediante el arancel aduanero, tipos de cambio preferenciales, exencio.,
nes fiscale.s; etc. Esta forma de intervención, sin planeación, sin una orientación
que tuviera en cuenta las posibilidades del país (recursos de capitales, materias
primas, formas del mercado, estado de la producción agraria, etc.) condujo a:
3
 i) "crecimiento" rápido durante algunos períodos, pero sin desarrollo
equilibrado y armónico. El país asistió a algunos años de acele-
rado crecimiento de las rentas, pero sin echar las bases para un
desarrollo futuro;
ji) proliferación de la pequeña empresa con dosis ínfima de capital, fe-
nómeno que se agrava en el in':erior de la República. Según el
censo industrial de 1955, existían en Montevideo 12.307 estable-
cimientos con un capital de aproximadamente 933 millones de pe-
sos, mientras que en el interior del país el número de estableci-
mientos era de 12.981, con un capital de 265 millones de pesos.
La deficiente dimensión de la empresa conduce a baja pro-
ducción del capital y la mano de obra, con la consiguiente eleva-
ción de costos y precios internos, es:ancamiento de la producción,
y permanente presión sobre el consumidor.
iii) Pocas empresas "gigantes" que disfrutan de ventajas de :nonopolio.
Trabajando con el censo industrial de 1955 y estadísticas de capi-
tal de las empresas industriales publicadas :¡:;or la Oficina de Re-
caudación del Impuesto a las Ganancias Elevadas, llegábamos a la
conclusi:'Jn de que el 3 % de las empresas industriales disponían
del 51,5 % del capital industrial privado nacional, y ampliando el
número de las grandes empres:Js se puede estimar que un 8 % de
las mismas deten:an el 75 % de ese capital induscrial ( 1).
La pequeñez del mercado, provocada por escaso número de
compradores y bajo ingreso "por cabeza", no permite la produc-
ción a p:ena capacidad. El equi,:o ocioso (empresas que sólo tra-
bajan :¡:;ocos días en el mes) trae como consecuencia que los gas-
tos fijos deban repar':irse en una cantidad de producción inferior
a la óptima, con la consiguiente elevación de costos. Si a ello se
agrega el dominio del mercado ejercido por estas grandes empre-
sas, se explica la marcha siempre en ascenso de los precios.
El carácter monopólico de la producción industrial plantea otros problemas
de no menor gravedad que la elevación de costos y precios internos, cuales son:
i) el monopolis':a busca la protección política y marcha junto con el
Estado que aparece en muchas ocasiones defendiendo o estimulan-
do las prácticas monopólicas;
ii) sobre-inversi:'m en algunas ramas de la industria. Las ganancias de
monopolio se invierten, para mayor seguridad, en la actividad de
donde han surgido, lo que significa desde el punto de vista social,
mal aprovechamiento de capital, un factor sumamente escaso en
todo país en proceso de desarrollo.
(l) Aspectos de la industrializrrción en el Uruguay. Estructura de la producción industriaL
ulnstituto de Teoría y Política Econón,1icas··. NQ 1-1.
4
3) ?ist1·ibución inadectwda de la población ocupada.-La distribución de
la poblac1ó~ ocupada según estimaciones efectuadas por el Dr. Quijano (Revista'
de Economw, Nos. 42 y 43) para lo que aplicó dos métodos basados en los es-
casos datos estadísticos a que se puede recurrir, sería la siguiente:
Prin1er n1étodo Segundo método
]:\.~9 de ocupados e;{ 1\ 0 de ocupados S'd
Sector primario ............... , ..... . 28S. 000 31,7 288.000 28,2
secundario ........... ,.......... . 250.000 27,4 250. oov
24,4
terciario ...................... . 372.000 40,9 483.000 47,4
910. 000 100,0 l. 021.000
100,0
La diferencia está, como puede apreciarse, en el sector terciario, sector en
que las estadísticas presentan mayor deficiencia, y donde las posibilidades de
error son mayores.
Resulta evidente, sin embargo, que la población ocu:_::ada en las actividades
agropecuaria e indus'rial es escasa en relación a la población total. Las estima-
ciones de la pob:ación efectuadas por la Dirección General de Estadística indi-
can para 1951, 2.460.000 y para 1956 2.668.130 habitantes, respectivamente.
Considerando una tasa anual uniforme de crecimiento para el período 1951-56
del 1,016 %, la poblaci2n ascendería en 1954 a 2.582.837 habita~tes. La pobla-
ción ocupada en el primario con relación al total era, en 1954, de 11,15-%; la
población ocupada en el secundario con relación al total de 9,68 %; y la ocu-
pada en la producción de bienes ascendía al 20,83 % del total.
La población ocupada en el primario es muy baja si se compara la si':ua-
ción del Uruguay con otros países escasamente desarrollados de América Latina.
Está, en camb:o, en una proporción bastante cercana a los países altamente des-
arrollados. El mismo fenómeno se observa tomando la totalidad de la pobla-
ción ocupada en la producción de bienes materiales. En los países escasamente
desarrollados, la poblacién ocupada en la producción de bienes es elevado por el
peso de la minería y la agropecuaria; en los países altamente desarrollados el
porcentaje de ocupación en esos sectores es menor, debido al mayor adelan':o
tecnológico.
Alcanzando a 20,83 % la población ocurada en los sectores primario v se-
cundario, sólo quedan dos posibilidades en ~1 problema de la oc~lpación: ~ los
servicios absorben un gran porcentaje de población. o el porcentaje de pobla-
ción ocupada es muy bajo. . -
Volviendo a las cifras que se han manejado, resulta:
i) de acuerdo con el segundo método utilizado por el Dr. Quijano, el
sector de los servicios abarca el 47.3 % de la población ocupada
situación semejante a la de países más desarroll~do;;. El 18,7 o/o d~
la población de la República se ocuparía, según esta estimación, en
los servicios. El 39,5 % de la población total está ocupada (20,83 %
en primario y secundario y 18,7 % en el terciario).
 ii) Si se toman las cifras que resultan de la aplicación del primer méto-
do, el 40,9 % de la población ocupada pertenece a los servicios; el
14,4 % de la población está ocupada en el terceriario, y sólo el
34,83 % del total está en condiciones de ocupación.
Tomando el total de la población ocupada, parecería que la situación indi-
cada en (i) está más próxima a la realidad; el 34,83 % de población ocupada
resulta muy baja, máxime si se tiene en cuenta la ocupación disfrazada en el
agro y en varias ramas del sector terciario (administración pública, comercio mi-
norista, etc.) .
Lo que resulta evidente, y está ajustado a la realidad, por provenir los datos
de fuentes que no merecen dudas (censo agropecuario y censo industrial) es el
escaso por'centaje de población ocupada en los sectores primario y secundario.
Este fenómeno se ha producido por el juego de factores ajenos a lo que ha sido
normal en países hoy altamente desarrollados, factores que han dis':orsionado la
estructura económica nacional, y frustrado la posibilidad de utilización de recur-
sos (agentes naturales y mano de obra) que a falta de capital debían ser objeto
de mejor aprovechamiento. El latifundio no ha permitido a la m&no de obra
rural desenvolverse en su medio; el minifundio poco a poco despide el trabajo
que va llegando; el crecimiento de la indus:ria no ha sido suficiente para ab-
sorber el incremento de población urbana y la desplazada d,el medio rural. S5lo
quedaba una posibilidad, la prestación de servicios aunque fuera a muy bajo
precio: administración pública, intermediación con un profuso comercio mino-
rista y medio, distintas formas de servidumbre, etc.
La distribución de la población ccupada e nla forma descrita, ha sido un
obstáculo al desarrollo porque ha estimulado la baja productividad, con un peso
enorme en los servicios.
4) Concentración geográfica y centralización.- El Uruguay ha concentrado
su actividad industrial y gran parte del sector de servicios en el Departamento de
Montevideo.
El censo industrial de 1955 arroja estas cifras, bien elocuentes:
}r!onte"'>ideo Interior
Capital ....................... , 77,3 '?ó 22.7%
Trabajadores ................ . 72,5% 27,5 s:'c
Valor producción .... , ........ . 75,6 o/o 24,4 o/o
35,3%
Yalor maquinaria 64,7%
Un fenómeno similar se observa en el crecimiento de la población: mientras
en Montevideo, en el período 1936-55, la población ha aumentado en 71,9 %,
en el interior, ese crecimiento fue de 12,1 %.
Esta forma de explotación, reduce la tasa de cr·ecimiento e introduce fac-
tores desestabilizadores en el desarrollo económico. En efecto, la materia prima
afluye del resto del país a la capital; luego debe salir el producto terminado
del centro industrializador hacia los distintos puntos de la República. El "agol-
pamiento" de recursos (mano de obra y capital) satura las posibilidades del
punto que los recibe, la productividad de los factores entra rápidamente en la'
faz decreciente, mientras otras zonas geográficas soportan déficit de alguno de
esos factores productivos. Existen situaciones que ponen en evidencia esta "fuga"
de recursos a la capital: bancos del interior colocan los depósitos recibidos en
la zona donde operan en bancos de Montevideo; propietarios d,e grandes exten-
siones de campo colocan el producto de los arrendamientos en la construcción
de lujosos ,edificios en la capital, etc.
La concentración de recursos ha hecho "crecer" la actividad en la capital en
desmedro de un desarrollo equilibrado en toda la República, no creándose; por
lo tanto, las condiciones para una economía dinámica en continuo proceso de
expansión.
5) Falta de capacidad empTesMiai y bajo nivel ele educación y preparación
de la mano ele obra.- No existe en el Uruguay la figura clásica del empresario
que estudie las posibilidades del mercado y se aventure a llevar a cabo la in-
versión, como ocurrió en los primeros tiempos de la economía liberal, o como
sucede hoy día en los centros altamente industrializados.
Las técnicas de producci5n son en la actualidad muy complejas, y requieren
conocimientos especiales e inversiones de gran magnitud, lo que significa un
aumento considerable del riesgo. A ello se agrega la estrechez del mercado na-
cional que no siempre está en condiciones de absorber la producción en gran
escala de que es capaz una empresa montada de acuerdo con las modernas téc-
nicas de producción y la competencia siempre latente del mercado internacional.
Ausente ese tipo de empresario, verdadero motor de la economía en los
comienzos del liberalismo, ha aparecido en nuestro país el empresario amparado
por un Estado paternalista, que sólo está dispuesto a realizar la inversión cuan-
do se le asegura el beneficio y la ausencia de competencia. Interesa, antes que
mejorar la productividad, mantener las ventajas que significan la ausencia de
competencia y recibir continuamente la protección esta:al.
El empresario clásico, en busca siempre de la nueva combinación que re-
dunde en ampliación del mercado, ahorro de materias primas o modificación del
producto ha sido sustituido por el "empresario-burócrata", que se las ingenia
para obtener cada día nuevas ventajas en sus continuas solicitudes a la Admi-
nistración Pública. Conquistar el favor de la burocracia nacional, significa tanto
como obtener el favor de los consumidores.
Algo similar ocurre en el campo de la mano de obra: no existe la prepara-
ción suficiente, en el campo ni la ciudad, que permita adaptarse a las exigencias
de los modernos procesos de producción. Es así, que falta en la producción in-
dustrial, el elemento intermedio entre el director o ingeniero que planea y se
ocupa de las grandes líneas y el obrero escasamente especializado; en la admi-
nistración, quien sirva de enlace entre el director que planea la organización
adnünistrativa y los encargados de la tarea ejecutiva, -etc.
6) La inflación.- Los últimos veinte años de la vida económica del país se
han caracterizado por subas continuas de precios de carácter inflacionario. Ha
habido subas de precios con total ocupación y con desocupación de factores; con
balance de transacciones corrientes favorables y desfavorables; con precios de
los produc:os exportables al alta y a la baja; con contralores y sin contralores;
con congelación de precios y con libertad de precios. Esta situación se debe fun-
damentalment,e a nuestra dependencia del mercado internacional, a lo que se
agrega el hecho de que no se han tomado las medidas monetarias y fiscales ca-
paces de contrarrestar en parte, aquellos efectos.
Nuestra dependencia del mercado internacional ha sido factor importan:e
en el proceso inflacionario, tanto en el alta como en la baja. En el alta, cuando
mejora el precio de nuestros productos exportables, el país asiste a incrementos
en el ingreso monetario. Ese incremento de ingreso se traduce en mayor de-
manda, frente a una ofer:a que no reacciona de inmediato, en virtud de la rigi-
dez de la producción nacional en el corto plazo y la tardanza en la apertura
de los cupos de importación. El enfrentamiento de una demanda monetaria al
alza, con una oferta que no acompaña aquel movimiento, se traduce en precios
en ascenso, de carácter inflacionario.
Algo similar ocurre en la baja. Si disminuye la disponibilidad de divisas
por caída del precio de los productos exportables en el mercado internacional,
o por lentitud en la salida de esos produc:os, el país asiste a una disminución
en el monto de bienes disponibles. l\Iientras disminuye la cantidad de bienes,
la demanda mantiene su nivel tradicional porque el sistema bancario tiene la
capacidad suficiente para mantener fondos líquidos utilizando recursos internos.
Esta nueva situación, disminución en el corto plazo de la cantidad de bienes
disponibles frente a una demanda estabilizada, trae como consecuencia alza de
precios, también de carácter inflacionario.
A la ineficacia de la política monetaria y fiscal para contrarrestar aquellos
efectos, se han agregado otros factores de orden interno, que han transformado
a la inflación en un estado casi normal, con las desventajas que ello implica
para el desarrollo económico sin algunos de los efectos favorables que en cier-
tas circunstancias puede traer consigo.
Ese estado inflacionario de la economía nacional ha traído como conse-
cuencia:
i) trastornos en el sistema de costos y precios;
ii) quebranto del incentivo a ahorrar. Nadie está dispuesto a ahorrar en
una moneda que pierde día a día su poder adquisitivo en propor-
ción varias. veces superior al in:erés que puede obtener por ese
ahorro
iii) tendencia a la especulación. La defensa del poder adquisitivo del que
dispone de algún excedente le lleva a la colocación en valores que
ccmservan aquel poder adquisitivo. De ahí la apetencia por mo-
neda extranjera, part:cularmente de dólares, que aceleran el pro-
ceso de desvalorización de la moneda nacional;
iv) inversión en actividades poco productivas socialmente aunque remu-
neradoras en ·escala individual, o que permiten la conservación del
valor (construcciones de lujo, tierras, etc.);
v) huí da de capitales al exterior para colocarse en acciones o bonos de
sociedades extranjeras, particularmen:e en los EE. UU., o en ban:
cos del exterior;
vi) d:stribución regresiva del ingreso como consecuencia de las ganancias
de especulación.
B) Factores de orden externo.- El sector externo constituye, en econo-
mías del tipo de la nuestra, un factor de constante perturbación en el desenvol-
vimien'o de la actividad. Ya se ha destacado cómo las altas y bajas de los
precios de la producción exportable agravan la tendencia a la inflación. Es más
grave, sin embargo, la tendencia a la caída de los términos de intercambio que
se manifiesta en el largo plazo, con oscilaciones más o menos pronunciadas en
el corto plazo.
El precio de los bienes exportables influye directamente en el coeficiente
de inversiones. Cuando mejoran esos precios, la mayor disponibilidad de divi-
sas para la adquisición de bienes de capital, materiales, materias primas, etc., y
el incremento de la demanda interna estimulan a la actividad privada para poner
en marcha nuevas inversiones. :i\1:ejora, por otra parte, la relación producto ca-
pital, pues se aprovecha la capacidad ociosa de algunas empresas en ciertas ra-
mas de la industria. Esto sin perjuiico del "embotellamien~o" que se produce
en otras ramas donde no existe esa capacidad no explotada al máximo, o donde
las inversiones no se realizan porque se opera en condiciones de monopolio o
debitlo a rigideces institucionales con los consiguientes impactos inflacionarios.
Cuando caen los precios de la producción nacional en el mercado interna-
cional, se resiente la r.;osibilidad de importación de bienes de inversión, cae el
ingreso de los productores rurales, lo que arrastra a su vez a los restantes sec-
tores con la consiguiente contracción de la demanda y la caída del coeficiente
de inversiones.
Las oscilaciones del coeficiente de inversiones en el corto p1azo, la tenden-
cia decreciente el':: la capacidad para importar y de la cantidad de bienes dispo-
nibles constituyen otro obstáculo al desarrollo económico.
11 - manifestación de la crisis
La crisis se manifiesta en desequilibrios en varios aspectos:
1) Desequilibrio en el balance ele pagos.- El país ha soportado en los seis
últimos años déficits pronunciados en el balance comercial y el balance de ser-
vicios, que lo ponen en gran dificultad para nivelar las cuentas in:ernacionales.
1\Iillones 08S
En el período 195.!-958, el déficit del balance comercial alcanzó a ... . 140
Entre el 1 ?-I-1959 y el 30-IX-1959 el déficit alcanzó a ............. . 55
Total entre el ltf...I-954 y 30-IX-1959 .......................... . 195
 ~l déficit alcanza a un monto equivalente al total de divisas que el país año. El incremento de precio fue de 17,5 % en 1958 y de 46,2 % en 1959. Si
necesita para el desenvolviimento normal durante un año. El desequilibrio del se considera el año 1959, los aumentos del índice han sido: 21,7 % entre enero'
balance comercial presenta, como lo destaca el Dr. Quijano en el número 995 de y julio de 1959, 10,8 % entre julio y octubre y 8,5 % entre octubre de 1959 y
Marcha, una tendencia sumamente peligrosa si se tiene en cuenta: enero de 1960.
La inflación de precios trae nuevos desequilibrios que aceleran el propio
i) que las exportaciones durante los primeros meses del año 1959 han proceso:
llegado al punto más bajo para similares períodos desde el año
1950; i) el consumidor que ve disminuir constantemente su poder adquisitivo,
busca la defensa del nivel tradicional presionando ya sea a través
ii) que las importaciones sólo han sido menores que en el período enero-
setiembre de 1959, en los años 1950, 1953 y 1958 para los mismos del sindicato o entidad gremial que lo agrupa, de préstamos, etc.
Los empresarios se defienden recurriendo al crédito;
meses;
ii) hay "fuga" hacia la moneda extranjera. Las subas del dólar en el
iii) que el déficit de 55 millones en los nueve primeros meses del año sólo
mercado financiero en los últimos años son una consecuencia de
fue superado en 1957;
la desvalorización de la moneda nacional. Se esterilizan, por esta
iv) el desequilibrio tiende a agravarse a largo plazo.
vía, los incrementos de ahorro y se da nuevo impulso a la espiral
Se trata, pues, de déficit con caída de las importaciones, lo que significa inflacionaria;
iii) los comercian :es e industriales prefieren mantener stocks porque es
que el país no ha podido abastecerse al ritmo tradicional. N o es posible, por lo
ventajoso esperar: hay una elevada "preferencia por los bienes"
tan':o, buscar la nivelación por contracción de las importaciones, que han llegado
a un mínimo prácticamente intolerable para el desenvolvimiento de las activi- que acelera el proceso de inflación.
dades fundamentales.
3) Déficit p1·ewpuestai.- El Estado, con ingresos menores que los gastos
enfrenta déficit permanente, lo que le obliga a recurrir en el corto plazo, a la
2) Sgbas de precios de caTácter inflacionario.- El fenómeno de la infla-
financiación mediante préstamos bancarios con el consiguiente impacto inflacio-
ción de precios se manifiesta, como se ha dicho, en el largo plazo, lo que consti-
nario, y luego, a la colocación de deuda pública absorbiendo ahorro para gas-
tuye un obstáculo al desarrollo. En los últimos años el proceso inflacionario se
tos corrientes.
ha acentuado y se presenta como un profundo factor de desequilibrio. La evolu-
El déficit to':al que entre 1954 y 1958 ascendió a 488 millones de pesos, se
ción del índice de costo de vida calculado por la Asociación de Bancarios del
descompone como sigue:
Uruguay para ajus':ar sus salarios en forma periódica según lo establecido en el
convenio colectivo, da una idea clara de la tendencia inflacionariá de la última 1954 1955 1956 1957 1958
década y la aceleración en los años 1953 y 1959. Esas cifras son:
Rentas presupucstalcs ······················ 453.6 47i. 5 51 i .2 664.9 699.9
Gastos presupuestales . . . . . . " . . . . . . . . . . . . . . . . 503.3 505.1 515.4 709.2 790. €

Base: marzo 1950 Base: enero 1955 Base: enero 1956

Diferencias ········.········· ..... 49.7 27.6 1.8 44.3 90.7

l\Iarzo 1950 100

Setiembre 1951 118,9 .
Fondo de beneficios de cambio . . . . . . . . . . . 12.6 6~ .8 37.7 3-!. 7 20.1
::\layo 1952 130,4 Déficit extrapresuput::.stal ..................... 44 .:J S. S 5.9 17.6 36.9
Agosto 1953 145,1
Enero 1954 149,5 Total ..................... - 103.6 - 99.2 - 41.8 - 96.6 - 157 7
Enero 1955 163,2 lOO
Enero 1956 180,2 100,5 lOO
Enero 1957 194,3 119,1 107,9 Del cuadro precedente se pueden extraer las siguientes conclusiones:
Enero 1958 225yl 138,0 125,0
Enero 1959 265,6 162,9 147,5
Julio 1959 332,8 197,9 179,2 i) insuficiencia de recursos para cubrir los gastos de presupuesto y las
Octubre 1959 357,7 219,4 198,6 llamadas cuentas de extra-presupuesto;
Enero 1960 388,3 238,1 215,6 ii) el déficit se agrava dentro del cuadro presupuesta! pasando de 49,7
millones en 1954 a 90,7 millones en 1958, a pesar del crecimiento
de los recursos en 54 % . La insuficiencia de recursos ascendió a
Según estos índices, la desvalorización del peso uruguayo oscilaba entre 10 12,9 o/o de lo recaudado en 1959, frente a 10,8 % en 1954, 5,7 %
y 15 % entre 1950 y 1957, para elevarse bruscamente a partir de este último en 1955 y 6,6 % en 1957;

10 ..
1'11
 iii) el déficit del fondo de beneficios de cambio descendió en al':o por- ii) presiones de otros grupos que procuran mantener o aumentar su par-
centaje a partir de 1955. No obstante ello, el déficit global llegó ticipación en la renta nacional;
al más alto nivel en 1958. iii) descontento en los jóvenes que se quieren incorporar al proceso pro-
ductivo y no encuentran posibilidades de ocupaci5n; -
Deuda pública en cantinuo crecimiento a pesar de que quedan muchos mi- iv) mano ~e obra c::m:pesina desplazada de sus tareas tradicionales, que
llones de pesos sin encontrar colocación. El monto circulante ha seguido desde emigran a la ciudad, y donde no logran adaptación, transformán-
1953 esta evolución: dose en una especie de apéndice incrustado en el cuerpo ciuda-
dano.
Total c:rculante
:\les y año miles de pesos

Diciembre de 1953 ... . . ' .. . . 1.008.465

, 1954 .. .. ·- 1.200.398
, 1955 .. .. .... 1.212.i15
, 1956 .. ... .. ,. .. 1_.258.271
", 195i .. .. ... ... 1.31i.966
1958 ... ... 1.440.384
Setiembre
, 1959 .. .. .. .. ,.. 1.572~380
El incremento de la deuda pública contribuye a desequilibrar las finanzas
públicas debido a la carga que representan los intereses y amor~izaciones de las
nuevas em:siones sin una contrapartida que com:;;ense el filtro que esas exac-
ciones significan al erario.
La deuda pública no cumple con su finalidad esencial: retirar ahorro en
el mercado de capitales para colocarlo en la formación de bienes de inversión
que aceleren el proceso de desarrollo. El ahorro forzoso que significa los apor-
tes de los trabajadores y las empresas a los institutos de previsión social se
vuelcan en la adquisición de las diversas deudas emitidas para enjugar los dé-
ficits corrientes, con el agravante que existen mon'.os importantes sin colo~ar
que gravarán los ahorros de años futuros.
El desequilibrio de las finanzas lJúblicas conduce a nuevos desequilibrios
en el mercado de capitales, en el mercado monetario, etc.
5) Desocupación.- El problema de la desocupación se presenta en forma
aguda en la industria. El número de desocupados. aumenta en varias ramas (fri-
goríficos, otras dedicadas a la alimentación, construcción y anexos, textil, etc.)
sin que las res:antes se encuentren en condiciones de absorber la mano de obra
desalojada de las primeras.
A la desocupación industrial se agrega el sector de los servicios, que abarca
como se ha dicho, más del 45 % de la población ocupada. El comercio encuen-
tra dificultades impuestas por la restricción de las importaciones, y algo simi-
lar ocurre con otras actividades de intermediación.
6) Problemas de carácter sociaL- Los desequilibrios puramente económi-
cos que se manifiestan en el corto plazo tienen repercusión en el campo social,
donde también se manifiestan tensiones y desequilibrios tales como:
i) conflictos obreros en la lucha por el mantenimiento del poder adqui-
sitivo del salario ante el proceso inflacionario;
111 - la política del gobierno frente a lo crisis
El Gobierno ha atacado durante el primer año de su gestión, las manifes-
taciones ·de la crisis, sin llegar al análisis de las causas mismas que han incin-
dido en la frustración del proceso de desarrollo iniciado en la década ele los
treinta, Y que se manifiesta en los desequilibrios ele corto plazo que se han
enunciado.
Las pa~íticas seguidas en materia económica, pueden sintetizarse en sus
graneles líneas, como sigue:
1) Política cambiaria y de conwrcio exter1or.- El desnivel de la balanza
comercial y los déficits en que había incurrido el Banco de la Repúb:ica como
consecuencia de la política de cambios múltiples, llevó al Gobierno a una polí-
tica de devaluación como medio ele buscar el equilibrio del balance comercial.
y la eliminación de pérdidas por diferencias entre dólar comprador y vendedor:
La devaluación monetaria serviría de corrector del déficit, en tanto:
i) aumentaría las exportaciones por encontrar posibilidad de salida la
producción agro:;::ecuaria que a los tipos de cambio anteriores no
encontraban incentivo por resul:ar el costo interno superior al pre-
cio obtenido, luego de traducir la moneda extranjera a pesos uru-
guayos según la cotizaci6n fijada oficialmente a la moneda extran-
jera. El aumento de precio, estimularía a su vez. la inversión en
la actividad agraria y con ello la producción y las exportaciones;
ii) contraería las importaciones por suba de Pl'ecios de los productos ex-
tranjeros en el mercado nacional, al eievar el tipo d~ cambio.
Pero la devaluación o la depreciación mone'aria no es por sí sola, instru-
mento idóneo para lograr el equilibrio del balance de pagos en una econornía
con la estructura de la nuestra. Las exportaciones no reaccionan ante el aumen-
to de ingreso de la actividad agraria. El productor que opera en condiciones
de mono:;;olio o de oligopolio se limita a percibir mayores ingresos, pero no
aumenta la producción. El precio no es elemento suficiente para quitar rigidez
a la oferta en el sector agropecuario porque no opera dentro de las condiciones
capi':alistas de la producción.
El aumento de precio estimula las exportaciones en tanto se retiran del
mercado nacional algunos productos debido a la restricción de consumo. im-
pues':a por la pérdida de poder adquisitivo. El déficit del comercio exterior

12 13
sólo se reducirá por esta vía, en la medida en que queden menos bienes circu-
lando dentro del país, o en ot~os términos, según la capacidad de reducción de ·
consumo por parte de la población.
La devaluación no resul':a, a largo plazo, un estímulo para otras activida-
des .. Si .bien en una primera etapa favorece al productor, la suba de costos y
precios mternos que acompañan a la devaluación anula los efectos del mayor
ingreso percibido. Sólo acarrea, en la primera etapa, ganancias para aquellos
que disponen de stock o productos en proceso de elaboración, frente al resto de
la comunidad que no dispone de los mismos.
Tampoco sirve de estímulo a la producción nacional frente a la competen-
cia extranjera, pues, la suba de costos que sigue a la devaluación pone ráDida-
mente fuera de competencia a la producción interna. - fenómeno de la escasez.
La devaluación, utilizada como instrumento capaz de disminuir las impor-
tacíones presenta, también, problemas, y su eficacia es muy relativa. Retrae la
importación en la medida en que restringe el consumo. Igual que en el caso
anterior, se nivela el balance comercial y se alivia el mercado de cambios en
la medida en que la población es capaz de restringir su const:,mo y no por la
vía de aumen':ar la producción.
Pero si se tiene en cuenta que el 70 % de nuestras importaciones están
constituidas por materias primas, combustibles y bienes de capital, la restric-
ción de las importaciones pueden afectar la ocupación si las fábricas quedan
desabastecidas de los elemen':os que intervienen en el proceso productivo.
Puede decirse, a título de conclusión, que la devaluación monetaria en nues-
tro país, no sólo resulta ineficaz para alcanzar el equilibrio del balance comer-
cial sino que provoca y acentúa otros desequilibrios:
i) desocupación y caída de la renta en ramas de la industria, afectadas
por restricción de las importaciones de materias primas, no com-
pensada por mayor producción y ocupación en otras actividades
favorecidas por la devaluación (actividades dedicadas a la expor-
tación);
ii) distribución regresiva del ingreso en beneficio de los grupos empre-
sariales de la industria y la actividad agropecuaria que disponen
de stock y productos en proceso al tiempo de la devaluación;
iii) aceleración del proceso inflacionario, estimulado por la especulación,
que se ve acicateado por la devaluación.
Si la devaluación no es capaz de lograr el equilibrio de la balanza co-
mercial y del mercado cambiaría, surge la pregunta de si la política más con-
veniente no consistirá en mantener la moneda sobrevaluada. La disyuntiva no
puede plantearse, sin embargo, entre devaluación o sobreavaluación, porque las
medidas monetarias son insuficientes para corregir desequilibrios engendrados
por factores de orden real, no monetario.
La experiencia de nuestro país pone en evidencia los problemas de una po-
lítica de moneda sobrevaluada. Las diferencias entre el precio fijado para el
dólar comprador y vendedor, llevaron al Banco de la República a incurrir en
pérdidas por una cantidad superior a los mil millones de pesos en el corto pe-
14
ríodo de cinco años. Estas pérdidas inmovilizaron el activo del Banco que se
'a en dificultades para atender sus operaciones crediticias normales, debiendo
vei
recurrir a otros arbitrios que le dotaran de la 1·rqm·d ez necesaria,
· 1·IqUI"d ez que
e obtuvo por el expedien:e del redescuento. Se incrementó por esa vía la circu-
~ación dineraria. El ingreso monetario al alta posibilitó una demanda sostenida,
frente a una masa de bienes en descenso, lo que aceleró el proceso inflacionario.
El mantenimiento de la moneda sobrevaluada no arrojó, por otra p~rte, be-
nefiicos para el consumidor porque los precios internos se ~ovían c?n mdepen-
dencia del tipo de cambio fijado para la importación. Se fl Jaba el tlpo. ~e cam-
bio en s 4,11 por dólar, pero ese artículo se vendía en e1 mercado m,erno a
precios que equivalían a veinte o treinta dólares, debido fundamentalmente al
. . . L • ,
La escasez, provocada por la insuficiencia de divisas para la lmpo:.'acwn y
"cr"de7. de ·la oferta nacional fue la determinante de las subas contmuas de
1a r1.,1 ~ . . • L • L ' '
precios, con ganancias de los que habiendo recibido cuotas para Imponacwn
disfrutaban de condiciones de monopolio.
Devaluación ni mantenimiento de moneda sobrevaluada son medios sufi-
cientes para lograr el equilibrio del balance ~omercial, y J?O~ el. _contrario, en
ambos casos se manifiesta con agudeza el fenomeno de la mrlacwn, porque el
proceso inflacionario es consecuencia de la diferencia entre la oferta de bienes
y la demanda monetaria.
2} Política monetaria.- La política monetaria se encaminó en los prime-
ros meses del nuevo Gobierno hacia la contención del proceso inflacionario.
Para ese fin se pensaba en restringir el circulante, fundamentalmente a través
del redescuento, lo que permitiría estrechar la diferencia entre la oferta de bie-
nes y la demanda monetaria.
Pero la contracción del circulante estaba en contradicción con la política
de depreciación mone':aria que significó el pasaje en el mes de abril, al libre
financiero, de gran cantidad de mercaderías que se cursaban por el mercado
dirigido. Si aumentaban los costos internos por elevación del precio de las. ma-
terias primas y demás bienes importados se necesitaría mayor cantidad de ~ucu­
lante Dara financiar las mismas operaciones. Restringir la cantidad de dmero,
signifi~aría desocupación por menor producción, desde que quedarían operacio-
nes sin financiación.
Para mantener el nivel anterior de producción se necesitaba, por lo tanto,
la misma cantidad de dinero más un adicional por el aumen':o de costos que
significaba el nuevo tipo de cambio. Los empresarios se defendieron del aumen-
to de costos ampliando los créditos bancarios, y los precios se movieron no sólo
en proporción a los nuevos costos sino que recibieron el impacto de las expecta-
tivas de nuevas suba.:; v de la ampliación de medios de pago.
La oferta mantuv~ su rigidez porque subsistió la escasez, crecieron los co.:;-
tos, y los medios de pago continuaron su expansión, pasando el total a inme-
diata disposición de la plaza, de 1.446 millones en marzo de 1D59 a 1.748 en
setiembre de 1959 (20% de aumento) ( 1 ).
(1) HSuplemento e~tadistico del Banco de la República". Octubre de 1959. Pág. 11: )!edios de
pagv~ Promedio de caldos.
15
 A la dirección de la política monetaria se le presentaron dos problemas:
combatir la inflación contrayendo el circulante, lo que traería desocupación, o
expandir el crédito y los medios de pago de acuerdo con las exigencias de la
plaza, donde la especulación actúa acelerando las alzas inflacionarias de precios.
Ante la doble problemática se ha optado por la segunda posición, subsistien-
do el desequilibrio que se venía manifestando.
3) Política de salarios.- La política de salarios no ha sido suficientemen:e
delineada, aunque la tendencia es a buscar la estabilidad del salario como me-
dio de evitar las subas continuas de costos y precios.
La solución al problema del salario está indisolublemente ligada a la pre-
sión inflacionaria. Las subas de precio se traducen en pérdida de poder adqui-
sitivo de los trabajadores, que reaccionan como todo grupo económico organi-
zado, procurando no perder su nivel de consumo. Los sindicatos inician la lucha
pr el mantenimiento de su poder adquisi:ivo, pero los aumentos de salarios no
son uniformes para todos los gremios, ni se dan simultáneamente en el tiempo.
Aquellos sindicatos cuyos líderes tienen mayor capacidad de dirección, por sus
características, pueden ejercer mayor presión sobre el cuerpo político, o que ac-
túan más rápidamente, obtienen ventajas frente a los restan:es. El grupo que
toma la delantera en defensa de su salario desata nuevas fuerzas desestabiliza-
doras que exigen la lucha de otros sindicatos, aguijoneados por la suba de pre-
cios y el éxito de sus co~egas.
La reacción de los trabajadores resulta entonces, un factor acumula:ivo en
el proceso inflacionario. A ello se agrega la de otros grupos: empresarios, que
buscan recomponer y acrecentar sus utilidades, lo que logran fácilmente porque
poseen mayor poder económico; hacendados y ganaderos, que también presionan
por precios más altos para sus productos, etc.
Mientras tanto, las fuerzas inflacionarias tradicionales agudizan el proceso.
El problema se presenta sumamente complejo; unas fuerzas actúan sobre otras
y la aceleración se torna cada vez mayor.
Frente a esta situaci:n de desequilibrio, donde juegan tantos factores, la po-
lítica de es'abilización de salarios tomada aisladamente está condenada al fra-
caso, salvo que se lograra el aplastamiento del movimiento obrero y se obligara
a la masa trabajadora a cargar con el peso de la crisis mientras los restantes
grupos económicos mantienen su nivel tradicional.
4) Política financiera y fiscal.- Ha sido preocupación primordial del Go-
bierno y de su Ministro de Hacienda, enjugar el déficit, y alcanzar el equilibrio
presupuesta!. Alcanzar la es'.abilidad presupuesta! se presenta, sin embargo, co-
mo una meta sumamente difícil. uues el desequilibrio entre ingresos y gastos
deÍ Estado tiene su origen en la-estructura de nuestro sistema fiscal, que se
caracteriza por:
i) rigidez en los gastos. Los ahorros que pueden hacerse en materia de
gastos públicos son muy escasos. La mayor parte de las partidas
presupues' al es están afecta das al pago de sueldos ( aproximadamen-
te el 55 %) , y las destinadas a la adquisición de bienes, son apenas
suficientes, de modo que no admiten reducciones impotrantes;
16
ii) inestabilida'tl de los ingresos públicos. Como el comercio exterior pro~
vee de un alto porcentaje de los recursos del Estado (renta adua-
nera, impuestos a las ventas, etc.), las oscilaciones en las impor-
taciones y exportaciones íncinderr fundamen'.:almente en los ingre-
sos públicos. Si las exportaciones e importaciones van al alta, los
ingresos públicos también suben, pero ·en épocas de restricción del
comercio internacional disminuyen las recaudaciones. El estado en-
frenta, entonces, encarecimiento en los bienes que debe adquirir
para el desarrollo normal de su actividad, frente a ingresos a la
baja. Mayores gastos frente a menores ingresos, significa déficit
sin posibilidades de financiación.
A la dependencia tradicional del comercio exterior como proveedor de re-
cursos del erario público, se agrega la que significa el nuevo fondo creado por
las detracciones a las exportaciones, previsto en la ley de 17-XII-959. Aumenta,
por esta vía, la ines'abilidad de los recursos totales del Estado: a la inestabili-
dad de los recursos totales del Estado: a la inestabilidad de los ingresos norma-
ies se agrega la del presupuesto paralelo, nutrido con las detracciones aplicadas
a los productos de exportación.
Si se mantiene la actual es'.:ructura de los recursos, basada en el impuesto
indirecto, no se logrará la nivelación del presupuesto porque incidirán d-e inme-
diato factores desestabilizadores en las rentas, propios del sistema fiscal. En
efecto, el aumento de impuestos para compensar la diferencia entre recursos y
gastos del período anterior más el incremento de gastos del nuevo ejercicio,
incidirá en elevación de precios por traslación de los empresarios al consumo
y al pro:pio Estado, que tendrá que adquirir los bienes a mayores precios.
Existiría la posibilidad de preveer los incrementos de precio de los bienes
a adquirir por el Estado ante el impacto que significaría la traslación, elevando
los impuestos indirectos, de modo de compensar todos los aumentos posibles de
aquellos precios. Se podría, sin embargo, desatar otras fuerzas que aceleran el
proceso inflacionario y hagan incurrir al Estado por prevísor que haya sido, en
:!eficit, con el agravante de agudizar la inflación de precios.
El crédi'o en la gran fuerza que puede neutralizar la acción del Estado
<.-n tanto quiere ponerse a cubierto de la incidencia de la traslación en los pre-
cios de los bienes que debe adquirir, y en los otros gastos que van también al
z:lta. La elevación de impuestos recurriendo al crédito, llevando el circulante
y el ingreso monetario al alza.
La estrecha vinculación entre la política fiscal y la política monetaria con-
dace a si'.:uaciones totalmente distintas de las que se buscan por cada una de
ambas autoridades cuando actúan en forma desconectada. La acción de la auto-
ridad reguladora de la moneda y el crédito sobre el circulante para contener la
inflación, se enfrenta a problemas de interferencia con la política fiscal:
i) si se opone a la expansión del crédito para financiar las nuevas ope-
raciones con costos más altos por la traslación del impuesto, la
consecuencia será desocupación, contracci6n de la actividad, me-
nor producción y en úl:imo término restricción de los ingresos
públicos;
17
 ii) si la ampliación del crédito es superior al incremento de costos pro-
vocado por el impuesto, se acelera el proceso inflacionario y no
se alcanza el equilibrio presupuestal.
Resulta sumamente difícil a la autoridad dineraria dosificar la corriente
monetaria de tal modo que compense exactamente los efectos que la traslación
del impuesto ha de tener en los cos':os, de ahí la dificultad para alzancar la
estabilidad presupuesta! con la actual estructura fiscal del Uruguay. Los es-
fuerzos para llevar los ingresos públicos a la altura de los gastos conduce a la
inflación si se expande el crédito y a desocupación si se contrae el crédito.
Un cambio en la estructura de los ingresos públicos, con la inclusión del
impuesto a la renta que se anuncia para el próximo ejercicio fiscal, podría eli-
minar gran parte de las dificul':ades actuales para subsanar el déficit del pre-
supuesto. En las épocas de inflación hay rentas que crecen muy rápido y que
serían gravadas, por esta vía, dotando a los ingresos públicos de la elasticidad
que ha faltado hasta ahora._
El éxito de la nueva estructura de los ingresos públicos como medio de
alcanzar el equilibrio presupuesta! dependerá de la importancia que adquieran
los recursos que aporte el impuesto a la renta dentro del total, y de su flexibi-
lidad para alcanzar a los ingresos que crecen con mayor velocidad.
5) Política de p7·ecios directos.- El país ha vivido una experiencia de
fijación y contralor de precios por parte de las autoridades nacionales y comu-
nales con éxito muy relativo. Se han dictado numerosos decretos a partir de
1946, fijando parcialmente y por períodos más o menos largos, el precio de
algunos bienes de primera necesidad. La escasez de oferta, y el ingreso mo-
netario al alza que permite una demanda en continuo -crecimiento, desatan fuer-
zas que pasan por encima de las disposiciones legales e imponen las leyes del
mercado. Los que disponen de mayores ingresos están dispuestos a pagar pre-
cios más altos: surge el mercado paralelo, o· simplemente no se cumple con las
disposiciones dictadas.
El nuevo Gobierno ha insistido en la política de precios directos, a pesar
de inspirarse en una filosofía de tipo liberal o neo-liberal, con resultados simi-
lares a los recogidos en años anteriores.
Una política de precios directos exigiría el conocimiento de las múltiples
variables que juegan sobre el sistema de precios y costos; de la interdependen-
cia entre todos los precios; de la complementariedad de los bienes; de la in-
fluencia que ejercen ciertos precios "directores" sobre los restantes; de la pre-
sión de algunos grupos empresariales y consumidores, etc. En todos los casos
en que se ha seguido una política de precios directos en el Uruguay, se han
ignorado las condiciones del mercado y los fac':ores que juegan en la determi-
nación del precio, así como las reacciones de los precios precios congelados so-
bre ·el sistema general de precios y costos. Esto ha llevado al fracaso sistemá-
tico de la política de precios directos, que sólo tuvo cierto éxito en algunos paí-
ses de Europa luego de tomar medidas del tipo de las enunciadas en párrafo
anterior.
18
IV - la polític::a económica nacional debe remover
los obstáculos ©~! descmoll©l
Si se admite que el desarrollo económico del Uruguay se encuentra tra-
bado por los obstáculos que se han enunciado en el capítulo I, deberían tomarse
las medidas encaminadas a remover aquellas barreras al progreso económico.
Con ello se resolverían múltiples problemas de largo plazo que se están ges-
tando r=n la actual estructura económica del país, y se atacarían los desequiii-
brios de corto plazo, que no son otra cosa que manifestaciones de una urofunda
crisis de desarrollo: -
Las medidas deberían, entonces, encaminarse a resolver los siguientes pro-
blemas:
1) P1·oducción agrícola.- El desarrollo industrial, integrante fundamental
de una política de desarrollo económico, exige como requisito previo, o por lo
menos concomitante, un aumento de la productividad agrícola. Varios factores.
así lo indican:
i) es necesario una mayor producción de bienes agrícolas de exportación
para proveer de las divisas necesarias para la importanción de
bienes de capital, combustibles, materiales, etc., esenciales para la
promoción industrial;
ii) en las ptimeras etapas de la industrialización aumenta la dependencia
del mercado internacional, pues los elementos esenciales para esa
industrialización provienen del exterior. Una manera de paliar esa
dependeicia consiste en diversificar la exportación; no depender
de un solo producto, que corre los riesgos de la caída de precios
en el mercado internacional, dificultad de colocación, etc. La pro-
ducción agrícola desempeña en esta situación, un papel fundamen-
tal como diversifícadora de la exportación;
iií) el desarrollo industrial aumenta el ingreso interno. El trabajador del
campo que pasa a trabajar en la industria, percibe mayor salario
que en su actividad primitiva; los industriales perciben mayores
utilidades, etc. Aumenta el ingreso y el consumo, este último en
forma cuantitativa y en forma cualitativa. El aumento de consumo
interno restringe la cantidad de bienes destinados a la exportación
(carnes, productos agrícolas, lanas, etc.) ; la diversificación del con-
sumo exige nuevos bienes que no se producen en el país solici-
tando nuevas importaciones. El aumento de productividad agrícola
debe cubrir ese mayor consumo de bienes nacionales y permitir
mayores importaciones que satisfagan la demanda de nuevos bie-
nes de consumo;
iv) la industria necesita mercado cada vez más amplio para poder desen-
volverse de acuerdo con los últimos adelantos de la técnica, y esa
ampliación del mercado sólo se podrá conseguir en la medida en
que haya mayor poder de compra en el sector primario.
19
 El aumento de productividad agrícola sur:irá efectos favorables tanto en
el largo como en el cor:o plazo. En el largo plazo posibilitará el desarrollo
industrial y una mejor dieta para la población rural que es. parte integrante
del desarrollo económico; en el corto plazo ayudará a solucionar los problemas
de cambio exterior y a contener ·el proceso inflaccionario. Ayudarán, en el
corto plazo, a solucionar los problemas cambiarios porque al aumentar las ex-
portaciones se reducirá el déficit de la balanza comercial y consti:uirá un freno
al proceso inflacionario pues aumentará la oferta de bienes para el consumo.
El aumento de productividad agraria no se logrará por la sola acción del
precio como medio de incentivar la actividad de ese sector, por las razones dadas
en el capítulo I. Son necesarias medidas que resuelvan el problema de fondo:
el uso y tenencia de la tierra, latifundio y minifundio.
2) Prod1tcción industrial.- La producción industrial se ha desenvuelto
adop' ando formas monopólicas, lo que constituye un obstáculo al incremento de
productividad. Esta condición es inevitable en el Uruguay porque así lo impone
la estrechez del mercado. N o es posible la competencia interna cuando apenas
pueden subsistir en la mayoría de las ramas de la industria, una o dos em:;1resas.
Pero si no es posible la competencia, y el monopolio resulta inconveniente
para la industrialización, deberían adoptarse medidas que regulen la actividad
y promuevan un desarrollo industrial en armonía con los restantes sec':ores de
la economía. El Estado tiene aquí, un papel fundamental que desempeñar, pla-
nificando la producción, controlando precios y costos donde no existe la com-
petencia, y tomando a su cargo la producción en las ramas de la industria que
resulten básicas para el desarrollo o en aqt:·ellos casos en que el contralor se
torne muy difícil o ineficaz.
La protección es requisito esencial en el esLado actual de nuestro desarrollo
económico, para promover un auténtico proceso de industrialización. Hay, en
términos relativos, diferencias de productividad entre actividad agropecuaria e
industrial, comparando nuestros costos con los de otros países. La actividad
agropecuaria, aunque se encuentra estancada y en muy bajas condiciones de
productivjdad, amparada en ventajas que brindan el suelo y el clima, puede
competir en el mercado internacional. La industria por el contrario, no puede
competir con los productos manufacturados en los grandes centros industria-
lizadores.
Ese desnivel de productividad entre c.gricultura e industria tiende a acre-
centarse, pues la industria toma mano de obra desplazada de la agricul:ura y
la retribuye con mayores salarios, acentuando las diferencias de costos entre
ambas actividades.
Existen pues, poderosas razones para la protección a la industria, que me-
nos productiva en términos relativos, tiene que ser ayudada por la actividad
agro:::;ecuaria que puede competir en el mercado in':ernacional. Resulta total-
mente falso sostener que el trabajador del campo mantiene al obrero de la
ciudad sin recibir compensación alguna. La actividad agropecuaria al ayudar
el financiamiento de la industria está posibilitando la creación de rentas en el
sector secundario que van a adquirir la mayor producción agrícola, que tendrá
20
así. amplio mercado para colocar sus productos. La agricultura se beneficiará.
ad,~más, porque será provista por la industria de implemen:os necesarios para
su ulterior desarrollo.
Pero, la conveniencia de protecció.n á la industria no significa que esa pro-
tección deba ser genérica, y menos aún que se transforme en un medio de man-
tener y acrecentar continuamente los ingresos de los industriales en desmedro
del grueso del consumo. El Estado tiene también, en este caso, una tarea fun-
damen:al que desempeñar: seleccionar las ramas de la industria que conviene
estimular en función de. las facilidades para la obtención de materias primas,
de la amplitud del mercado interno y externo, de las posibilidades internas y
externas de capitalización, etc., y sobre todo, mantener una competencia poten-
cial con las empresas extranjeras utilizando a tal fin las impor:aciones.
Una vigorosa política de sustitución de importaciones encuadrada dentro de
los principios antes enunciados, contribuiría a acelerar el proceso de industria-
lización, al aliviar el balance de pagos, y permitir una mayor importación de
bienes de capital.
La sustitución de importaciones debe operar pues en un doble sentido:
i) sustitución de bienes importados por producción nacional; y
ii) introducción de bi:enes de capital imprescindibles al desarrollo, en lu-
gar de las importaciones sustituidas.
Una política de susti:ución de importaciones conscientemente realizada,
aprovechando los momentos favorables para ponerla en práctica, elevará el
coeficiente de inversiones, dando así un fuerte impulso a la industrialización.
Finalmente, si bien la capital continuará siendo el punto de apoyo en el
uroceso industrial. debe buscarse la descentralización como medio de mejorar
la productividad y alcanzar un desarrollo armónico en toda la .Hepública. La
creación de centros industrializadoras en o:ras zonas abrirá nuevos mercados,
posibilitará la especialización por zonas y ramas con la consiguiente incidencia
en los costos y precios internos, eliminará las actuales disparidades en el des-
arrollo de las diversas ramas de la industria, y por último coadyuvará a una
mejor integración nacional.
El Estado debe jugar un papel principalísimo en una política de descen-
tralización, estimulando el desarrollo de las zonas más c.ptas para la industria-
lización, utilizando los múl'.iples medios a su alcance (fiscales, crediticios de
capitalización, etc.) e incluso, procurando la instalación de empresas comunales,
públicas y cooperativas.
3) Distribu.ción inadecuada de Ia población ocu.pa.da.- La solución a este
problema está estrechamente vinculada a la que se de a la producción agraric.
e industrial. La política de incremento de productividad en el sector primario,
de descentralización y racionalización en la industria exige un conocimien':o
profundo del mercado del trabajo, de las posibilidades actuales de la mano de
obra, de la educación y tecnificación de esa mano de obra, de los nuevos con-
tingentes de trabajadores que se incorporarán al proceso productivo, etc.
21
 Por esta vía se Uegará a una distribución de la ocupación entre los secto-
res de la economía, de acuerdo con las exigencias del desarrollo económico.
~ ~aralelamente con la distribución sectorial de la población ocupada debe
re., oh erse el problema de la reestructuración dentro de cada sector orientando
la mano de obra hacia aquellas ramas de mayor productividad. ' iii)
La pol.ítica de ocupación está relacionada con la de capitalización y ahorro.
La fon~ac1ón y asi~nación de capital a los distintos sectores y ramas de la
econom1a, debe segmr el ritmo de crecimiento de la población, y adecuarse de
tal :nodo que se logre la mejor combinación de los factores productivos dis-
pombles.
. 4) Concent:·aci~~ geográfi?~ y cent1·alización.- La concentración geográ-
fica Y. l~ centrahz~cwn se mamflesta, como se ha dicho, en la índustria y en
la a;t1;1dad agrana, explotada en condiciones. de minifundio en el sur de la
Republlca.
Este problema deberá solucionarse con la creación de centros industriales
~~i ~tras zonas ~ara l.o que se ha de tener en cuenta las posibilidades de pro-
" 1~.on d:. matenas. pnmas, mano de obra, transporte, especialización, etc. y con
una pohhca que henda al aumento de productividad agraria que retire mano
de obra de .l~s pequeñas parcelas Y la traslade a las grandes extensiones en
pobres condlCwnes de explotación.
5) Falta de c~pacidad empresarial y preparación de la mano de obra.-
Se trata de dos senos problemas en todo país en proceso de desarrollo y d"-
ben ser solucionados de distinto modo, pues las dificultades son mayores
' ~
en
un caso que en el otro. -
El empresario, dentro de la economía capitalista, se presenta como una fi-
g~ra que debe tomar a su cargo la iniciativa en materia de inversiones, el estu-
dw del mercado, de las fuentes de materias primas, etc., y la combinación de
fa~tores productivos, corriendo por su cuenta los riesgos del negocio. El tra-
b_a_:¡ado~· debe poner su técnica y su esfuerzo personal al servicio de la nroduc-
ClO~, .s:n correr ningún riesgo respecto de la marcha de la empresa (s~lvo las
po..s1b:hdades de pérdida de empleo, lesiones originadas durante la jornada de
trabaJo, etc.).
. Si se admite que el déficit de los factores empresa y trabajo calificado con.~­
tltuyen un obstác.~lo al desarrollo, debe ser preocupación fundamental del E~­
tado buscar solucwn al problema.
En lo que se refiere al trabajo, la solución ha de encontrarse por varios
camLrws
i) mej~r. apr.ovechamiento del trabajo calificado existente, que por de-
f~clenclas del mercado del trabajo (desconocimiento de las condi-
cwnes de la oferta por parte de las empresas, desconocimiento nor
part~ de los trabajadores de las necesidades de las empresas, etc.)
no rmde de acuerdo a las actuales posibilidades·,
ii)
procurar mayor rendimiento, perfección y reestructuración de los ins-
titutos actuales de enseñanza media, industrial y agraria para que'
amplíen el volumen de sus servicios y den más eficiente capaci-
tación;
apoyo a las escuelas agrerias y creación de nuevos ínstitutos de pre-
paración para el trabajo en el medio rural, que capaciten al tra-
bajador rural para la diversific:J.ción de la producción, y mayor
aprovechamiento de los recursos naturales.
El otro problema, falta de capacidad empresarial, presenta características
distintas, porque resulta muy difícil al Estado imbuir de espíritu de empresa
al medio social cuando no se dan las condiciones esenciales para ello en ese
medio social. La situación era muy distinta en Europa y EE.UU. en los co-
mienzos del desarrollo económico: empezaron todos con el mismo nivel de ade-
lanto técnico, y sobre todo, como señala Rostow, varios siglos de actividad co-
mercial e industrial habían formado hombres con actitud para realizar inno-
vaciones.
El profesor Myrdal ( 1) dice, analizando este problema:
"Además, es sumamente característico de todos los países subdesarrollados
que las clases de hombres de negocios que existen se propongan obtener, sobre
todo, rápidas utilidades, no por el medio de promover inversiones reales a largo
plazo y fomentar la producción, sino comprando y vendiendo, prestando dinero
y practicando otras formas más fáciles de hacer dinero que escapan también
con frecuencia a los impuestos. Hay una tendencia a invertir las ganancias en
tierras, o atesorarlas, o enviarlas al extranjero, cuando no se despilfarran en
una costosa ostentación de riqueza y boato social. Hay poca prqpe.TJ.sión a aho-
rrar y a hacer inversiones productivas en nuevas empresas."
"En esos países, hay en todas partes una falta relativa de espíritu de em-
presa. Como dice S tal e y: la empresa privada no puede funcionar eficazmente en
la mayoría de los países subdesarrollados, no tanto porque sufra represiones o
intervenciones, sino porque no existe todavía en el sentido moderno en que auto-
máti9amente piensan los norteamericanos."
Admitimos que no todos los países subdesarrollados se encuentran en igual
situación y, por lo tanto, se corre el riesgo de falsas generalizaciones. En el caso
del Uruguay es común, aunque quizás en forma menos aguda que en otros países,
la inversión de actividades especulativas de baja productividad social, la ínsufi-
ciencia de capacidad empresarial en el agro y la índustria, el mal aprovechamien-
to de los ahorros en los sectores de altos ingresos y del ahorro forzoso por parte
del Estado.
Esta situación exige un cambio radical en la actitud del Estado si se quiere
dar impulso al desarrollo económico nacional. El Estado tendrá que reorganizar
sus cuadros administrativos, promover la capitalización, invertir en forma eficaz
el ahorro forzoso que perciben las instituciones de previsión social, y transfor-
(1) Gunnard 11yrdal: Solidaridad o desintegración. "Fondo de Cultura Económica", pág. 270.
 marse en empresario eficiente, capaz de mejorar las industrias a su cargo y reali-
zar nuevas invers.iones en lo ssectores claves de la economía.
La situación de nuestro país es distinta a la que encon:raron en las primeras LA UNIVERSIDAD Y LA ENSEÑANZA MEDIA
etapas de su desarrollo los que hoy son centros rectores de la economía mundial,
de ahí los tropiezos en que se incurre cuando pretendemos seguir sus pasos.
Aquel modelo del siglo xrx no se adapta a nuestra estructura económica, de
país dependiente. Necesitamos un modelo acorde con nuestras realidades, que
recoja las disparidades entre nues:ra economía y la de los centros industrializa-
dores, que indique los obstáculos al desarrollo y las limitaciones del medio para Roque foroone
asimilar el progreso científico y técnico, que señale los medios para iniciar el
"arranque" y mantener la economía en un ritmo sostenido de creciente. Dentro
de ese modelo el Estado tiene un papel fundamental que desempeñar.

6) InfLación.- La inflación debe combatirse atacando las causas que la

generan. El sector externo, en tanto que factor desestabilizador, debe ser objeto
de especial atención. Dos tipos de medidas son aconsejables:

i) De orden interno:
-Diversificación de la producción, como medio de defenderse de
las oscilaciones de precios y dificultad de colocación de algunos
de los productos exportables, en el mercado- internacional.
-Contralor de los fondos líquidos existentes en plaza para contra- 1 - introducción
rrestar los efectos de la contracción de la oferta de bienes.
ii) _ De orden externo: 1 - relación enrre enseñanza medio y superior
-Defensa de los precios de los productos exportables, y búsqueda
Por el hecho de estar destinada a una etapa previa, como es obvio, la en-
de mercado seguro y firme para la colocación de la exportación. señanza media condiciona las posibilidades y los resultados de la enseñanza su-
perior. Aún en los casos en los que existen medios de contralor para el ingreso
En cuanto a los factores puramente internos, las medidas que se toman en
a la etapa superior, impuestos por esta misma, las características ~ue presiden
el campo de la producción, se constituirán en freno a la inflación siempre que
la labor educativa previa se hacen notar en el alumnado y cond1c10nan, por
tiendan a dotar a la oferta nacional de mayor elasticidad.
ello, la última e:apa.
El efecto del aumento de precios en una economía con posibilidades de
Podría sostenerse que en el primer nivel de enseñanza -en la escuela-
crecimiento no tiene las mismas consecuencias que en una economía en estado
ocurre lo mismo, respecto al nivel medio y al superior. No obstante, como la
estacionario. Una inflación controlada puede, incluso, si la oferta tiene posibi-
enseñanza media transcurre durante una etapa decisiva en la vida del alumno
lidades amplias de expansión, resultar un estímulo al desarrollo. -
(la adolescencia), su influencia -positiva o negativa- es por ello mayor.
Pero estas observaciones sobre la relación -llamémosle "biológica"- que
Febrero de 1960. existe entre los distintos niveles de enseñanza, no sólo no es la única relación
que debe tenerse en cuenta, sino que tampoco es la más importante. Esto úl-
timo parece harto osado, puesto que la consideración global de los procesos edu-
cativos verifica la ineludible necesidad de correlacionar esas etapas incambia-

Roque Faraone.- Nació en Buenos Aires en 192.1). Instalado definitivamente en 11onte:vide'J cuan-
do cursaba la escuela primaria, prosiguió luego sus estudios en nuestra ciudad en donde es actualmente
estudiante de Derecho. Realizó los cursos de agregatura para el profesorrtdo de Hislm·ia en nuestra ense-
ñanza secundaria, habiendo ganado ~u cargo por concurso de oposic:ón. En lf\59 ganó el primer premio
del concurso organizado nor el semanario ":2r1archa" con un ensayo titulado ¡¡Condiciones Y fines de una
refornta de la e~nseñunza·-·, realizado en colabo:·ación con Car:os !\lato. Está pr6xin1o a aparecer, editado
!l•)r nne:stra Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, un trabajo de investigación suyo, titub.do "La
Prensa de 1dontevideo".

24
25
bies -nmez, adolescencia, juventud- con los procesos educativos correspon-
dientes, y de correlacionar éstos entre sí. Sin embargo, lo que se desea destacar
es otro tipo de relación, que cada día adquiere mayor relevancia, y que po-
dríamos denominar "sociológica". Hace cien años la enseñanza primaria recién
comenzaba a expandirse en el mundo de occidente, y sin embargo la enseñanza
superior alcanzaba ya a un número proporcionalmente equivalente de alumnos
al que comprende en la actualidad. En otras palabras: el crecimiento no ha
sido igual en los distintos niveles, como es lógico, y estamos presenciando el
aumento notable de alumnado de los niveles inferior y medio de enseñanza, que
se ha acentuado en los últimos años en nuestro país, como en muchos otros,
produciendo a su vez un aumento en el nivel superior. Podrá sostenerse que
la razón principal por la que aumenta el alumnado de la enseñanza superior es
la complejidad de la técnica contemporánea, que exije mayor preparación y que
a la vez posibilita mejor "standard" (el que libera mayor número de jóvenes
estudiantes improductores). Pero no podrá negarse que, en medida no despre-
ciable influye sobre ese aumento la inquietud intelectual despETtada en los ni-
veles de enseñanza media (ahora más extendida), la gratuidad difundida am-
pliamente, etc.
Lo que es incontrovertible es que la expansión de la enseñanza en todos
sus niveles (fenómeno exclusivo del siglo xx) comienza recién a repercutir en
la enseñanza superior, por lo que puede afirmarse que es más importante ahora
que antes la relación que exíste entre una enseñanza media en gran expansión
Y la enseñanza superior. Pongamos un ejemplo: a fines del pasado siglo el nú-
mero de alumnos universitarios era tan exiguo y su relación con el alumnado
de la enseñanza media tan estrecha, que no constituía un problema asegurar la
calidad general del nivel superior. La procedencia social de los alumnos, su
ambiente cultural familiar, y otros elementos semejantes (lo que ha dado en
llamarse la Universidad clasista) aseguraban un rendimiento adecuado desde el
punto de vista técnico profesional. En la actualidad los 17.000 estudiantes uni-
versitarios, que provienen de 65.000 ( 1) alumnos secundarios presentan un pro-
blema de nivel de competencia que agudiza la necesidad de atender la relación
entre el nivel medio y el superior.
Aún en la hipótesis de que no se produzca cambio en el nivel cultural al-
canzado promedialmente por los alumnos, lo cierto es que cuando se expande
la enseñanza media se posibilita el acceso al nivel superior a clases. económi-
camente inhabilitadas para continuar una preparación universitaria o cultural-
mente desprovistas de las tradiciones adecuadas.
La importancia social de estos problemas, y la forma como repercuten en
el auténtico fenómeno educativo es lo que autoriza a sostener que la relación
que llamamos "sociológica" entre el nivel medio y el superior adquiere cada
día más relieve y tiene consecuencias de mayor importancia sobre los resulta-
dos, que la propia relación "biológica", de una fijeza casi inmutable, tradicio-
nalmente estudiada y atendida.
(1) Datos de la prosecretaría de la Universidad y de la Oficina de Estadística de E. Secundaria,
respectiYamente.
26
2 _ las actuales ideas de reforma en la enseñanza media
e ría que en nuestro país exíste consenso generalizado
P aree · acerca . de la
gran inadecuación que se aprecia entre los resultado_:> obtemdos por. e1 siStema
vigente de enseñanza pública media (tanto en Ense~anza Secundana como en
la Universidad del Trabajo), y los resul~ados educacw~al.es de:eables. .
Como síntoma representativo de una abundante bibhografia puede citarse
la resolución aprobada en marzo de 1959 por la III Asamblea de Profesores de
Enseñanza Secundaria que dice así:
"La III Asamblea Nacional de Profesores d:. Enseñanza .secun.~aria expres.a
que existe conciencia unánime de la ir:-adecuacwn d: la onentacwn _Y orga~I­
zación a;;tuales de Enseñanza Secundana a las necesidades de la sociedad y a
los fines y objetivos de la educación.
"En consecuencia, reitera la exigencia común del profesorado del país en
favor de una reforma general de Enseñanza Secundaria, que permita la inte-
gración de ésta en la necesaria unidad del proceso educativo, como asimismo la
impostergable coordinación de sus diversas etapas y ramas."
La idea de que es necesario y urgente proceder a una reforma de la en-
señanza media está abonada, por muchas, y, sobre todo, muy responsables ~pi­
niones técnicas. Podría ser admitida como un punto de partida para anallzar
las posibles soluciones, siempre que existiera acuerdo sobre las causas de los
desajustes, sobre la naturaleza y entidad de esos desajustes, y todavía sobre los
medios para subsanarlos. Pero la realidad es que no exíste acuerdo en torno a
esos problemas, y debe buscarse en esa circunstancia, entre otras, la razón por
la que en nuestro país hace 20 años que se está hablando de reforma de la
enseñanza y no se dispone aún ni siquiera de un proyecto oficial sobre la ma-
nera de llevar a cabo esa reforma.
3 - alcance de los ideos de reforma de la enseñanza medio
en nuestro país
En términos generales, las ideas "reformadoras" participan de una carac-
terística que proviene de la peculiar organización institucional de que dispone-
mos: centran su inquietud reformadora en una de las dos ramas de la enseñanza
media, esto es, en la enseñanza media cultural o en la enseñanza media técnica.
Estas tendencias actúan de acuerdo con el esquema institucional vigente:
primaria
{. \,¡
secundaria técnica
,J,
superior
Este esquema de organización de la enseñanza pública uruguaya otorga,
desde luego, un papel clave a la Enseñanza Secundaria, pues, no sólo le confiere
en exclusividad la posibilidad del acceso a todas las especializaciones que se "regido por principiOs orien:adores que continúan válidos, y si es así, si los
adquieren por la vía universitaria, sino que, r;or razones que se verán más ade- , resultados obtenidos son satisfactorios o no, y en tal caso cuáles son .las causas
lante, le brinda un sinnúmero de posibilidades económicas y culturales que le " de esos resultados" ( 3 ).
asignan mayor valor potencial ante la sociedad. Estas y otras circunstancias de- El segundo principio que será analizado es el que trata de la relación de
terminan -con aparente razón- que la mayoría de las opiniones busque una movilidad que debe existir entre las distintas orientaciones de la enseñanza
reforma urgente de la Enseñanza Secunda1·ia (incluso propiciando también re- media, y que puede esquematizarse de esta manera:
forma en los otros niveles y aún en la rama técnica) bajo el argumento de que
la reforma de Secundaria es la más útil para obtener resultados rápidos que primaria
beneficiarán a todo el sistema ·educativo. Estas opiniones in':erpretan así la posi- ¿ '\¡
bilidad de efectuar una reforma sobre el esquema precedente: secundaria .,__ secundaria
cultural _, :écnica
'\¡ ¿
Prir:taria superior

REFOR1iA
URGENTE_
1
Secundaria
1
Técnica
Las razones que pueden invocarse para adoptar estas soluciones son de
tal entidad, y las consecuencias educativas tan grandes, que merecen una con-
Y CLAVE sideració:J más detallada.

l
Superior
r:tcJorcs técnico:--]
r:tcjorcs r:tae~tros
ncjorcs dirigentes.________~ iL'l.YO."l PRODUC-
de la sociedad TIVID.aD.
~--------------=-----r:tejores profesores l,:.~;.YOnES 11 - enfoque global del proceso educativo
ili',;CURSOS
Se puso el acento sobre la relación estrecha que une a la enseñanza media
y la superior, luego se señaló algunas características de las corrientes reforma-
La interpretación que se ha esquematizado sobre las consecuencias proba- doras en ese nivel, para concluir postulando la necesidad de un enfoque global
bles de una reforma aislada en la rama cultural de la enseñanza media no care- de la idea de reforma de la enseñanza.
cen totalmente de sentido, pero están limitadas artificialmen':e por una realidad
institucional inconveniente.
En las páginas que siguen se tratará de mostrar que para encarar una trans- 1 - necesidad de uno po!írico educorivo
formación del sistema de enseñanza d·eben considerarse todos los factores que
concurren al resultado. Si la realidad institucional tiene características incon- La ·enseñanza pública en sus distintos niveles cumple una función primaria y
venientes ¡::ara obtener las finalidades deseadas, una auténtica aspiración de esencial de la colec:hridad. En nuestro país, como en muchos otros de América,
reforma de la enseñ<:mzs debe postular su modificación, al mismo tiempo que esa enseñanza pública no alcanza a ser brindada a toda la ¡::oblación. Es un
los cambios típicamente docentes. Por otra p::Jr':e se intentará demostrar que hecho conocido, aunque no esté estudiado adecuadamente, que no todos los ni-
toda asriración de reforma parcial carece de fundamento racional. ''T;:¡nt.o las ños que nacen en la República reciben instrucción primaria, ni siquiera en su
" corrientes pedagógicas que ponen el acento sobre la acción colectiva, y que ven primer año escolar. En un estado de filosofía política igualitaria. es':e hecho
" en el fenómeno educacional el esfuerzo de adaptación a los valores, costumbres es una aberración que cuestiona la propia validez de todo el sistema educativo,
que permite la subsistencia de 200.000 analfabetos en una población de 2.600.000
"y modalidades que cada sociedad realiza sobre las nuevas generacion~s, -:omo
habitantes. Pero no se trata de acumular objeciones acerca de los desajustes
"las corrientes pedagógicas que destacan la acción individual del educador y
actuales múltiples y evidentes, sino de ejemplificar en torno a la idea de que
"ven en él un trasmisor de experiencia o un incit2nte para desper':ar vocacio-
la labor educativa encarada como un servicio público requiere una concepción
" nes y aptitudes, todos coinciden en apreciar la rctnr;:¡rión como un fen5meno
unitaria.
" no fragmentable. Fundamentos biológicos y administrativos im;oñen la espe-
Tomemos ese mismo ejemplo de la enseñanza primaria insuficientemente
, cialización, pero desde que se plantea una hipótesis de reforma de la ense-
expandida: además de subsistir un número desconocido de niños que no alean-
" ñanza se im]::one verificar si el sistema educativo vigente en su unidad está

(3) "Condiciones y fines de una reforma de la enseñanza" por Carlos 1\Iato Y Roque Faraone
(2) Boletín N9 1 de la III Ammblea de Profesores de E. Secundaria. (primer premio del concurso de "1l:archa", 1959, inédito).

28
 zan a recibir ninguna instrucción, sabemos que números más importantes, que
llegan, incluso, al 50 % de la población en edad escolar, no arriban a 69 año
de escuela. En esas condiciones, la expansión de la enseñanza secundaria, la
expansión de la enseñanza superior y el mejoramiento de la calidad en todos
los niveles, ¿no debe estar vinculado de un modo programático con la insufi-
ciencia señalada en primaria? Si los recursos fueran indefinidos podría admi-
tirse hasta cierto punto una consideración independiente de los problemas edu-
cativos, de modo de que los procesos de expansión pudieran cumplirse sin nin-
guna conexión. Pero ese no es el caso, por lo que no hay más remedio que
considerar la distribución orgánica de los recursos nacionales para desarrollar
los servicios de enseñanza del modo más adecuado a los fines perseguidos,
que tienen que ser concebidos en forma global. Ejemplos: que en nuestro país
se destinen 24 mil pesos anuales para alfabetizar los analfabetos, mientras que
se invierten 146 millones anuales en mantener todos los servicios docentes,
parece una anomalía, sobre todo cuando sabemos que estos servicios docentes
no lograrán, con su organización actual, eliminar las nuevas generaciones de
analfabetos que se siguen produciendo. Que la Universidad de la República
organice y mantenga Cursos internacionales de verano a •1n costo de 100 ó
150 mil pesos anuales, frente a las anteriores deficiencias señaladas, no parece
equilibrado. Que proliferen los Liceos nuevos que se oficializan en las peque-
ñas localidades del interior del país con un número de alumn0s que a veces no
pasa de 80 ó 90, y que por ello resultan muy onerosos, cuand0 no podemos
abrir el suficiente número de escuelas rurales que son de costo muchís.imo más
reducido, representa también una falta de sentido.
No se trata de sostener que mientras no se termine con el analfabetismo
deba volcarse todo el esfuerzo educativo del Estado, o la mayor parte de ese
esfuerzo, en elevar el nivel cultural de esa masa de ciudadanos iletrados. Es
probable que la consideración del problema evidencie que la sociedad en su
conjunto necesita mantener hasta cierto punto su estratificación cultural actual
y que la elevación del nivel bajo debe realizarse paulatinamente, por razones
económicas y aún culturales, en el sentido etimológico del vocablo. Pero si
ello debe ser así, la acción educativa general de todos los niveles de enseñanza
tiene que tender armónicamente a ese fin, mediante la concepción de 'UJla po-
lítica educacional unitaria.
2 - la desconexión adual
Las cuatro ramas de la enseñanza pública son dirigidas en forma comple-
tamente independiente por cuatro instituciones diferentes: Enseñanza Primaria,
Enseñanza Secundaria, Universidad del Trabajo y Universidad.
Cada una de ellas cumple una función específica y, además, cumple algu-
na otra, que corresponde, inequívocamente, a alguna de las restantes institu-
ciones. Así la Enseñanza Primaria desarrolla cursos nocturnos de idiomas ex-
tranjeros, para adultos (típicamente postescolares, tanto en el orden de la
extensión cultural como en el de la edad del alumnado), que corresponderían,
sin duda, a la Enseñanza Secundaria.
30
La enseñanza técnica imparte cursos completos, regulares, de extensión,
cultural, con asignaturas como lenguaje, matemáticas, historia, etc., de natu-
raleza postescolar (es necesario el pase escolar, o un examen de ingreso equi-
valente, para ingresara la mayoría de las escuelas de la U. T. U.). Este com-
plemento cultural de la preparación técnica resulta indispensable para la for-
mación integral del alumno e, incluso, sirve como instrumento para la adecua-
da preparación técnica. Sería muy difícil imaginar que esa enseñanza no fuera
administrada por el mismo servicio que dirige la enseñanza técnica, puesto que
los horarios, locales, etc., deben adecuarse al logro de un fin único. Pero lo
que no puede entenderse es que n~ :=xist~ ninguna vinc~lació1~ entre los c~_r­
sos de extensión cultural de la Umvers1dad del TrabaJO y LOda la funcwn
que realiza la Enseñanza Secundaria. Sobre este aspecto se insistirá más ade-
lante.
La Enseñanza Secundaria dispone desde 1951 de un Instituto de Profesores,
organismo que por su alunmado (en su mayoría bachilleres), por la natu-
raleza y duración de sus estudios y aún por los cometidos de investigación que
tiene asignados, debe calificarse de organismo de enseñanza superior, universi-
taria. Existen tendencias que señalan que el Instituto debe permanecer estre-
chamente vinculado a la Enseñanza Secundaria, ya que la preparación que se
brinda allí es de carácter profesional, puesto que prepara Profesores para la
enseñanza media. Lo que no puede concebirse es que exista una total y abso-
luta desconexión con la enseñanza y la investigación que se halla radicada en
la Universidad, lo que da lugar a innumerables esfuerzos repetidos, inferiores
a las posibilidades económicas y culturales que posee el país. Si se cita la
Facultad de Humanidades y Ciencias con cometidos de otra naturaleza, y sin
embargo, con muchos puntos de contacto, se verá de inmediato que por lo me-
nos en lo que se relaciona con el uso del capital de enseñanza (inmuebles, ins-
talaciones, instrumental científico, bibliotecas) es absurda la desconexión.
Por último, la Universidad también cumple funciones que no le son espe-
cíficas, en especial en los cursos regulares de algunas de las recientes Escuelas
universitarias: de Enfermería, de Servicio Social, de Bellas Artes. En ellas el
alumnado sólo ha realizado estudios liceales previos, y los programas vigentes
deben afrontar la necesidad de impartir nociones de extensión cultural que la
Enseñanza Secundaria tiene organizadas en el ciclo de Preparatorios. Se com-
prende que la preparación profesional de las escuelas mencionadas obliga a
incluir en un plan único disciplinas de extensión cultural que no sería fácil
disponer en otra forma, pero igualmente volvemos al problema señalado de
la desconexión con la Enseñanza Secundaria y por lo mismo la multiplicación
de servicios y la improvisación. Esa anomalía se hace más evidente si se re-
para que existe una tendencia permanen:e de la Universidad, expresada a tra-
vés. de sus Facultades. destinada a influir en los planes, y aún en los progra-
mas de algunas asign~turas que se dictan en el ciclo Preparatorios, con la in·-
tención de coordinar la enseñanza media con la superior. En un caso (para
las profesiones tradicionales) la Universidad busca adecuar la enseñanza media
de modo de servir a sus propios fines; en el otro (el de las nuevas profesiones,
se cumplen en un período de estudio mucho más breve) la Universidad
resuelve por sí la adecuación de esa enseñanza media previa.
 3 - los. ideos de coordinación
Para hacer frente a ese tipo de deficiencias de nuestro sistema de ense-
ñanza (que, como se comprende, son factores que dificultan el máximo apro-
vechamien'.o de los recursos económicos y culturales del país), se habla a
menudo de que es necesaria la coordinación de las enseñanzas. Y s·e entiende
por coordinación, en términos generales, la adecuación técnica de la enseñanza
impartida en los distintos niveles. Por ejemplo, cuando la enseñanza primaria
cambia sus planes de estudio, se entiende que es necesario coordinar los planes
de estudio del ciclo medio, para que los alumnos continúen sus estudios post-
escolares sin problemas. A la inversa, mirado el problema desde el ángulo que
de la enseñanza media, por coordinación se entiende que Primaria cumpla de-
terminados objetivos de preparación intelectual que parecen necesarios para un
eficaz trabajo en Secundaria, o que realice el desarrollo correcto de hábitos
de trabajo, que permitan una proficua labor en la rama técnica. Esta relación
recíproca se da también entre Secundaria y Universidad, en un plano más com-
plejo.
La coordinación entre Secundaria y la rama superior de enseñanza se en-
tiende, cuando es apreciada des::ie el nivel universitario, de varios modos dife-
rentes:
19) como una relación de orientaciones (se postula que existan tantos pre-
paratorios como Facultades, por ejemplo);
29) como una relación de planes (se r,:o-.stulan determinados objetivos por
pn:parato-rio-s -en un caso un acusado prepro-fe.sio-nalismo, como
en Ingeniería, en otros una preferente preparación cultural, como
en Abogacía y Arquitectura-) ;
39) como una relación de asignaturas (si Historia del Arte, o Introducción
al Derecho, etc., deben contener tales o cuales con:enidos);
49) como una relaeión de 1·endimiento (la enseñanza media alcanza un
resul:ado inadecuado o insuficiente).
Apreciada la idea de coordinaci5n con la perspectiva que da la enseñanza
media, se centra el problema en el educando que ingresa a la enseñanza supe-
rior y al que no se le ofrecería las mejores posibilidades deseables. Se suele
destacar, en efecto:
19) una relación coordinadora de métodología pedagór;ica;
29) una relación coordinadora de orientaciones profesionales más varia,das
que las actuales;
39) una relación coordinadora de orientación vocacional que actualmente
se presenta al terminar el primer ciclo secundario, pero que even-
tualmente debería realizarse al concluir el segundo ciclo, si éste no
fuera polifurcado, o en las dos etapas, si .se simplificara la poli-
furcación que presentan actualmente los preparatorios.
Abandonemos por un momento estas ideas tan dispares, para considerar
aspecto previo.
32
4 - lo ideo de ploneomienro
Se insiste últimamente en los medios técnicos internacionales en la idea del
olaneamiento de la enseilanza. Es una consecuencia lógica de las transforma-
~iones que experimentan los problemas educativos en la época actual. El creci-
miento incontrolado produce desajustes perniciosos, que trastornan todas las
etapas de la educación. Tomemos un ejemplo: cuando el aumento de alumnado
nivel medio es más rápido que el de la formación de los profesores Tespecti-
el !'esultado es un descenso de calidad en la enseñanza, pues, para atender
servicio debe recurrirse a personal menos competente. (Es el caso típico de
país en los últimos años, agravado, naturalmente, por el favoritismo
el nepotismo y la arbitrariedad.) Otro ejemplo: en una época de ex-
panswn de la enseñanza es preciso realizar previsiones a largo plazo y arbitrar
recursos para incrementar o por lo menos mantener la capitaLización del .servi-
cio docente. Nada de esto ha ocurrido en nues'.ro país, tanto en el nivel medio
como en el superior. Estamos atendiendo, casi exclusivamente, los gastos de
mEcntenimiento del sistema (sue~dos y gastos del material perimible, a lo sumo
nuevos elementos de investigación), pero no cubrimos las necesidades de adqui-
sición de bienes permanentes (edificios, instalaciones, bibliotecas, laboratorios)
en la proporción debida para que se evi':e el empobrecimiento. El resultado es,
lógicamente, el descenso de calidad del sistema, pJr insuficiencia d2 los medios
materia1es.
Muchas otras deficiencias derivadas del crecimiento del alumnado, o de la
progresiva com:_Jlejidad de la técnica que requiere mayores inversiones para su
eficaz enseñanza, o de las nuevas exigencias de la cultura que .se extiende por
sectores del conocimiento cada vez más amplios, afectan en nuestra época a un
servicio público de educació:1 cuyos cometidos son sumamente delicados y cuyo
gobierno debe, ineludiblemente, especializarse por sectores cada vez más redu-
cidos~
La idea de planeamiento busca reducir las consecuencias nega:ivas de estos
trastornos inevitables. Por una parte, se reconoce como punto de partida que la
educación es un proceso único, que no puede .ser fragmentado. Los fines que
orientan esta actividad, aunque reconozcan especializaciones, tienen que .ser co-
munes en todas las etapas que se establecen co-n propósitos de especialización
administra'.iva o biológica.
De estas primeras observaciones .se derivan consecuencias de importancia,
pues, al apreciar, por ejemp:o, los resultados de la enseñanza, comprobamos que
ello no puede realizarse con éxito si se estudia un solo nivel. Así: los resulta-
dos de la enseñanza primaria (primer nivel), ¿son producidos s5lo por ese nivel,
o concurren también al mismo los resultados de Secundaria, que prove2 egresa-
dos liceales que despt:és de completar su aprendizaje magisterial son los maes-
tros más jóvenes?
Sí tomamos Secundaria, ¿podemos afirmar, sin lugar a dudas, qu2 los re-
¡¡un::tctc•s educa:ivos que obtiene dependen exclusiva o predominantemente de
o el elemento decisivo es un supuesto cambio producido en los resul-
Primaria?
 Por otra parte, se aplica el principiO de que si los fines educativos deben
ser comunes y concebidos en forma unitaria, la aplicación ele los medios adecua-
dos para el logro de tales fines también tiene que mantener esa unidad. Por
ejemplo, la expansión de los preparatorios a todas las capi';ales departamen-
tales realizada antes de 1952, debió ser acompañada por previsiones presupues-
tares y docentes para la enseñanza superior, de modo de absorber sin probleams
el nuevo alumnado que se incorporaría a la .Universidad. O el crecimiento que
se sigue evidenciando en la enseñanza Secundaria, que debería ser acompañado
por un incremento del alumnado del Instituto de Profesores o la creación de un
mecanismo que permita la formación de profesores en el interior del país, ade-
más de las restantes previsiones de orden material (capital de enseñanza).
Podrían ponerse muchos ejemplos sobre la necesidad de hacer previsiones
conjuntas que alcancen a los tres niveles de enseñanza, y que conte;nplen a la
vez la rama técnica (Universidad del Trabajo), y la rama cultural (Enseñanza
Secundaria). La idea de planeamiento reclama una consideración global; no obs-
tante, en las páginas siguientes se anotarán algunos eleme:ltos de importancia
relativos al nivel medio y al superior, como contribución parcial a ese enfoque
total que acaba de postularse.
111 - el alumnado en la enseñanza media y en la superior
Al tomar los dos últimos niveles de enseñanza, debemos recordar que ac.
tualmente, en nuestro país, concurren unos 250.000 niños a la escuela. Pero que
sólo el 10 % de esa cifra está cursando 69 año escolar, cantidad que representa
aproximadamente el 62 % de los niños que debieran estar en ese curso ( 4). En
otras palabras, al analizar el alumnado de la enseñanza media y superior, debe
recordarse que nuestra ensei'ía:1za primaria no llega aún a todos, y aunque está
en vías de expansión, el camino que le falta recorrer para cubrir las necesidades
mínimas, es muy largo.
que el que díspone Secundaria. En 1958 concurrían a ella 15.000 e.stu-.
cttarnes, mientras que al ciclo liceal de la enseñanza secundaria lo hacían 50.000.
cierto que el ciclo de la enseñanza técnica dura sólo tres años (excepto unas
escuelas que duran cuatro años) mientras que el primer ciclo cultural
cuatro, pero ello no basta para que se reduzca la proporción señalada en-
ambos alumnados. En efecto: la deserción es sumamente aguda entre pri-
tercer año de la enseñanza técnica, al punto que su relación con el
alum:n:.~.do equivalente de la rama cultural es la siguiente:
Técnica Cultural
Primer año 2,5
Tercer año ........... .
Esta desproporción que se evidencia entre las dos ramas de la enseñanza
inedia tiene un grave significado para el desenvolvimiento futuro de la econo-
mía del país, pues anuncia la perpetuación de la estructura social que cono-
cemos, con una masa muy voluminosa de población improductiva, dedicada a
tareas burocráticas o comerciales.
Pero esa comprobación es más alarmante cuando se analiza las cifras de
alunmado de la rama técnica y la cultural, en forma comparada, a través de
los últimos años. Véase:
EVOLUCION DE LA ENSEÑANZA MEDIA
~1
cultura!
rú ca 1!
1

1
1
1
n 1
1
1
'
1
1
40.000

En la enseñanza media encontramos las dos orientaciones: cultural y téc- 1 JO.

nica, que .se inician casi .sin excepción luego de terminado el ciclo escolar. Sólo -1 1

n
1 1
1 i

las escuelas agrarias de la Universidad del Trabajo reciben alumnos que no

~1
~
hayan cursado 69 año, y muy pocas escuelas especializadas del mismo servicio 1 1
exigen haber aprobado el ciclo liceal para el ingreso a ellas. A la enseñanza 1
20.000
l_
~
Secundaria, como es sabido, se ingresa por pase escolar o examen de ingreso 1
1 1
sustitutivo. ' 1 1
1

~
1
No obstante ese punto de partida idéntico, en términos teóricos, en la edad '
1 11 1 1

~
1 1
de .sus alumnos, la Universidad del Trabajo tiene un alumnado mucho más re- 1
10.000
1 1
b<1
~ 1~
~ ~ ~
~ ~
·. /í
~
1

(4) Se calcula sobre la base de -10.000 nacimientos por' año {dato de la Dirección de EstudísticaL
~~
Debe observarse, no obstante, que muchos alumnos concurren a 69 año con una edad muv sunerior .a 1 ~ 1
1 1 ::1 r/~
la norn1al, de donde la cifra real de niños que no recibe instrucción en ese nivel, debe s;r a~n supe..
rior al 38 o/c previsible.
1944 6 8 1950 4 6

34
 En un período de gran desarrollo de la técnica, y a la vez de acelerada
industrialización del país, compro-bamos que el alumnado de la rama té::nica se'
mantiene prácticamente estacionario, mientras que se ha multiplicado en forma
no'able el de la rama cultural. ¿Cuáles pueden ser las causas de estos resulta-
eles? El estancamiento de la rama técnica puede obedecer, fundamentalmente, al
menosprecio absurdo que socialmente se tiene por su actividad. El Estado re-
fleja cabalmente esa actitud al mantener en un estado lamentable edificios, ins-
<<t.Lat:.cu-Hc.;:, y hasta remuneraciones de su personal enseñan:e. También puede
a este resultado que analizamos la circunstancia de que la rama cul-
ofrece muchas y más amplias posibilidades de egreso, ya que no sólo per-
ei acceso a la enSEñanza t:niversitaria, sino que las restantes actividades
··económicamente atradivas pueden ser fácilmente alcanzadas por esta vía. Em-
pleados de la banca, del Es'ado, del comercio, son reclutados preferentemente
~ntre los egresados de los Liceos antes que de las escuelas de comercio respec-
tivas que tiene la U. T. U. (~).
En cuanto al crecimiento notable de la rama cultural en los últimos años,
uno de los factores que ha incidido es la apertura de numerosos liceos en loca-
lidades pequeñas del interior del país, circunstancia que ha permitido una ex-
tensión geográfica muy jmportante. Tal vez ese fenómeno sea consecuencia, a
su vez., ele la elevación general del "s · anclard" de vida que se evidenció en los
últimos años, que trajo mayores exigencias educacionales y que ha permitido
el acceso a la educación media a adolescentes r,rovenientes de niveles sociak~s
más bajos que los de otrora.

1 - el alumnado de prepordorics

Para analizar las transformaciones que se han producido y que se producen

en el alumnado del segundo ciclo y del nivel superior ele enseñanza, debemos
comenzar por recordar que la po:ifurcación cultural se produce, en nuestro país,
en forma casi total al ingresar a Preparatorios. Excepto medicina, veterinaria
y odontología, que poseen uno común, las restantes carreras disponen de prepa-
ra:orios exclusivos.
También en este ciclo se ha evidenciado un crecimiento notable. En 1958
había 12.0CO estudiantes en todo el país, incluyendo en esa cifra los alumnos
de los institutos privados, mientras que en el año 1942, por -ejemplo, concu-
rrían só}o 3.500. Igualmente e2ocuente es la gráfica que se inserta a continua-
ción, donde se señalan los números ele pases a Facultad otorgados por carreras
en 1930 y en 1957.

Los datos estadísticos que se reprodujeron inducen a consideraciones de otra

indole, desvinculadas del crecimiento absoluto que se refleja :¡::ara la enseñanza
superior. Y estas consid2raciones son, notablemente, las que ponen en evidencia

(5} Es dob~emente sintomittico el hecho de que no son suiic"entemente concurridos }os cursos co-
.rrterc,al•es de la U;""T. U. y qu(' proliieran en cambio. tle n;.odo notable, las escuelas y r~cudemias privz.-
que brindan una prep2ración técn:ca comp!e~1entaria al alumno o al egresado liceal.

36
la desproporción que se ha agudizado entre las carreras vinculadas a la pro-
ducción económica (agronomía, veterinaria, ingeniería, agrimensura, química in-
dustrial) y las restantes.
A título de ejemplo conviene divulgar que de los 20 preparatorios que fun-
cionan en el interior del país, sólo 2 tienen actualmente carrera de agronomía,
Y a ellos concurren 4 ó 5 alurru.1os en cada caso.. . No se piense que es resul-
tado de inercia de los servicios estatales, sino fiel reflejo de la apetencia social,
pues, como es sabido, para que se inicien las distintas carreras en los prepara-
torios del interior, basta con muy pocos alumnos inscriptos.
cifras no son .reales. Reflejan la inscripción en algunas Facultades
en otras.. Esto significa que la de Derecho, por ejemplo, que si-'
considerando estudiantes. a quienes se alejaron pronto de sus aulas (pues
registro de asi<stencia a clases teóricas), tiene un alumnado algo más
Pero a pesar de su inexactitud las cifras evidencian un crecimiento
;.,.,,..,,,,.t:::~-ntt~ y orientado hacía determinadas profesiones. El estudio de los egre-
muestra una correspondencia proporcionada con el ingreso (como sería
sino mucho menor. De donde, en términos absolutos, ha aumentado
pToinedio de duración de una carr;ra universitaria, sin que hayan aumen-
los años de estudio en la mayona de ellas.

2 - alumnado de lo enseñanza superior

3 _ probables causas del aumenro del alumnado universirorio
Hacia 1939 la Universidad brindaba enseñanza a un total aproximado de
4.800 estudiantes. Entre las fechas utilizadas como elementos comparativos no se han pro-
Estos se repartían así: ducido alteraciones de importancia en el régimen de gratuidad total de la en-
senanza pública en el país, por lo que ese elemento debe ser descartado. Las
Abogacía 946 universi':arias, iniciadas en número limitado, hacia 1948, y sólo en la·
Notariado ............................. . 926
l\Iedicina .............................. . 884
Fácultad de Medicina, para extenderse muy recientemente a todas, como asi-
Odontología 273 ink"'IlO la inauguración de otros servicios llamados de "bienestar estudiantil"
Farmacia ...... ·.. ,................... . 744 (comedor universitario, etc.), no pueden ser tenidos como causas probables del
Ingeniería ................ · .......... . 387 aumento registrado hasta el presente, aunque es probable que lo intensifiquen
Veterinaria ........................... . 96
Arquitectura ................ . 250 en el futuro inmediato.
_.:\gronomía . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100 El crecimiento notable de Secundaria y la forma como ese crecimiento se
Ciencias Económicas . . . . . . . . . . . . . . ... . . 250 está realizando, por un lado, y los caracteres que orientan (instintivamente)
la acción de este organismo, parecen ser las causas esenciales del aumento de
El alumnado creció, y aunque no se di<spone casi de publicaciones onc1a-
alumnado universitario.
les ( 6 ) el crecimiento se ha efectuado, en los últimos años, del modo que puede
verse a continuación: Ya se observó que Secundaria creció geográficamente y en densidad de
alumnado. En el primer sentido ello se realizó por acción popular ( acompa-
Facultad de: 1951 1952 1953 1955 1956 195í
ñada por una política legislativa caótica), cosa que indicaría una apetencia so-
cial por los estudios medios culturales y eventualmente superiores, Y en el
Agronomía segundo sentido, esto es, el de la densidad de alumnado (en parte consecuencia
····.··············· 178 169 225 148 248 159 165
Arquitectura
·················· 474 462 56€ 613 774 877 8S4 de la expansión geográfica), el crecimiento se realizó preponderan temente por
Ciencias Económicas .......... 889 809 983 1.200 l. 500 1.807 1.914
Derecho y Ciencias Sociales .. 5.156 5.467 5.902 6.227 6.415 6.890 7.221
acción legislativa o por ac:os de gobierno de la enseñanza, mediante la creación
Humanidades y Ciencias ...... 509 367 447 669 498 784 930 de 17 Preparatorios en el interior del país (1942-1953), mediante la supresión
Ingeniería y Agrimensura .... , 466 504 525 547 5S2 609 627 del examen ele ingreso y del límite de edad ( 1942), mediante la gratuidad del
:Medicina.... ················· 1.747 1.859 1.842 2.017 2.111 2.342 2.539 préstamo de libros ( 1947) y por la ley de asignaciones familiares (1950).
Odontología 0+4••·············· 289 271 291 317 343 374 415
Química y Farmacia
·········· 1.816 1.855 1.488 1.90~ 1.524 1.953 1.930 No es admisible la hipótesis de que la acción gubernativa sólo respondió
Veterinaria ................... 118 127 129 135 133 147 156 al reclamo social, por cuanto el préstamo de libros, por ejemplo, sólo se realiza
Escuela de Bellas Artes ....... 194 191 223 259 222 235 273
Escuela de Servicio Soda! en el primer ciclo cultural de la enseñanza media (Liceos), mientras que no
····· 54
se prestan libros ni a todos los niños de escuela ni a los alumnos de la Uní-·
11.836 12.091 12.623 1-!. 034 14.349 16.177 17.108 versidad del Trabajo (hecho notable, por otra parte).
Como último factor debe señalarse que a pesar del reconocimiento gene-
ralizado en el profesorado medio de que la enseñanza secundaria no debe ser,
(6) Anuario de estadística de 1942. Guía de la Universidad (1950). Los datos siguientes .fueron
brindados por el Prosecretario de la Universidad. necesariamente, una antesala universitaria, la acción de los educadores, huér-

39
fana de todo asesoramiento en materia de orientación vocacional, ha seguido nuestro país la solución evidente para el problema de las dos orienta-.
siendo, en gran medida, factor coadyuvante fomentador de aspiraciones profe- de la enseñanza media se encuentra, por un lado, en la transformación
sionalistas. forma de gobierno de esos servicios, que en la actualidad están desccnec-
Secundaria tenía unos 3.500 alumnos en Preparatorios en 1942. Duplicó Y que deberían ss:ar estrechamente vinculados ( 8).
con exceso esa cifra en 1955, y es probable que vuelva a duplicar la cifra de Un tercer proh'.ema de entidad tal vez mayo1· y en cierto modo previo
1955 en 1960, con lo que se llegará a unos 15.000 alumnos. aunque de naturaleza ccmp:etamente inde;endiente, es el d_e la posibilidad de
La Universidad recibió una media anual de 800 ingresos en're 1938-40; de un sistema de gratuidad absoluta de ensenanza en un estado
d1~plicó esos ingresos en 1957 y debe esperar una nueva duplicación hacia 1963- de e{!o:·wmía capitalista subdesarrollada. Aunque l a f Leso ., f' '".
1a po-uca . 1'< .
1gua.1Lana
1964. Debería, con urgencia, prepararse a hacer frente a esa nueva realidad nos a este tipo de .solución a priori, no debe olvicbr.se que en gtan parte
social, elaborando la doctrina de que carece ( 7) y formulando las previsiones resultado de la inercia, y que los nuevc.c; problemas que han surg:do en el
subsiguientes, en materia de personal docente y de capital de enseñanza, que
siglo xx ex;.,~- rto
11 nuevas soluciones que en lvgar ele abandonar los principios . de
no pueden ser improvisados. y de justicia social, sirven para lograr su mejor co:1secuc1ón. En ma-
· · .01 ltura_1 -~e dc.bn
t .erla ~ ~
t"n"'r
~' ~
pre~~nte
~-- . además , que la calidad es un factor es:m-
~:ial, e irrecuperable, de donde debe pesar sobremanera en l~ valo~·~ci6n. de ~celo
1V - algunos problemas y algunos soluciones el urobl.ema (9). Las r.:osibles s.oluciones merecen una ccnsJcleracwn mmucwsa,
so "Pena -de desvirtuar su alcance, por lo que om:to su mención en este lugar.
Un sistema de enseñanza pública es reflejo de una determinada organiza- Recién en cuarto lugar debería m2ncionarse la inadecuación evidente Y no-
ción social, guarda relación con el nh·el de productividad, está limitado :;_:)Or las ct·l<Lll'al re-IJ"C<O
toria que muestra 1.a ensenanza - -~ · ' ;
,:,cCt:.nGarút •L " ~ L a 1~-a" noc-o~iCJ"cln~
- ~ ~-- .. ~-
condiciones culturales ambientales, pero, además, es resultado ele las tradicio- sociales y culturales del pais. Y por lo que se ha dicho, el sim:::le planteo de
nes y de las formas institucionales.
una "reforma de enseüanza secundaria" carece de sentido, pues a lo sumo lo
De todos los males que pueden señalársele a nuestro sistema de enseñanza, que puede admitirse es una 'Teforma de la enseñ:mza med:a ., en la que los
el número uno es el de la falta de coordinación. No es concebible que los cua- objetivos sean fijados en fc:·ma común, y las m2didas que se adopten p::1ra al-
tro entes de enseñanza mantengan una independencia total. La misma crítica canzarlos comprendan por igual a las dos ramas. A mi entender, por razones
que se formuló respecto a la organización universitaria anterior a la ley orgá-
nica de 1958, que mantenía una "federación de Facultades", puede formularse,
y con mayores razones, para el resto de la enseñanza pública.
Las soluciones posibles son de orden institucional, y por lo tanto variadas. No uuede concebirse que en cada localidad dei ini.eri0r del pnís deb2.mos repetir ur:.<:l bús-
queda de edifi~iüs inadecuados paru desempeñar las tarea;; dccent-25 de d~-~s instituciune::: que tendrían
Los principios generalmen:e admitidos de autonomía frente al Poder Ejecutivo · 1 1· ~· 1' el K ~1 n 1· 1 o on -r·u;;::o de h~s soh:ciones repetidns
hacen rechazar la idea de una coordinación Ministerial, de donde se ·impone la Cfl.1'0
Y descon:::rtadns, sino por b.s .. -~- ~"'"" _ . ~- . _ ~- . --- -
un
enfrentar conjunb. m.ente e'~~tn~J~t~I:.~ cp.: ·cco!.ll,::~.:·c~.': ·,J,..,..r. o~~r.·secc~~~- ~u~la • nc~:,:~il~n ccmún
centro en
d·:: se-
creación de una Comisión Coordinadora de Educación, cuyos cimientos fueron ñanz<':.- medir;. GUe termine cor: e1 sentido clT ista C.e 1r~ división actunl. Y .si est:::. chserYac:ún S\2 fcrr:.1ula
pt:estos en una cleclaraci:Sn conjunta que suscribieron los tres directores ele en- para los e:lific:os. igual cosn pue'ie Axtendcrse a otros e:en:entcs esencidés, como e-l profesoradn ele lr.s
Uiscip1inc.:.s cultu!~ales, r-te.
señanza (primaria, técnica y secundaria) y el Rector, el 8 de marzo de 1959,
al clausurarse la III Asamblea ele Profesores ele Enseñanza Secundaria. t9) No es el caso de desnrrollr~~· aTd este tem:::.. No ob3t:J.lztt:, me interc:sr. señnlr.r que no }JJ:e~
tendo plantear un<:t revi:.i;Jn de los principio:- IldmhidC'::: ace~·ca de lu g:·~ltuióHl, :;ino. pm· ~1 conu·ario.
El segundo problema que se destaca es el que se evidencia con el distinto arbitrar medios que permitar: sn aprcación c:)n unn amplitncl mnyn:·. Tomemos, por vía de ~.:jemplo. el
desarrollo de la enseñanza secundaria técnica y. ele la enseñanza secundaria caso de la pe:·manencia 1n·olcng-~~üa de alun:.nc's en e! cich) de prelJDX<.ltorio -c:a:::o que pue:le S·::!· e~ten­
cultural. d;do a tvclos los nhele;:; ~mte~·in;·e3, que también sun de as!stencb olllif;atori[!.- Y v-:remos ql:e aparte de
La consideración de este problema es mucho más compleja, porque replan-
tea la racionalidad de una tan temprana elección vocacional (a los 11 años de
~:;~~~~ ~=d~;~rj:~~:r~ ::e¿.::~-:1::~~: ~J:l e~:~~ln:';~:~~~ne~~: r~·a~l~~~~~~:r:.:; n:~~;., lo: 1 a!~~1:oi:~el,ex:1:;:n noot~~~b:~~::
generalmente, es un factor fle enc:::.r:..:cim:ento de lrl enseüanz<~. También lo es. Y en un grado ;:;un·.a-
edad). Aunque el problema no puede ser considerado con de:enimiento en este 0
::nl~~ ~:~::;~"P~~:n:~~,~h~;0 ,."'::;,noi~s~~:i:;.~!'e;~íg~ian:~ñ: ¡~;,'~:~~a :n !ael e:~~:~~j·o c~:~ic~~a:~i!o. Li~~\~~~:
lugar, baste mencionar que la solución que se le da en Francia, precisamente
en la reforma que se comenzó a aplicar este año, es la de introducir dos años deb~ brindar enseür-~nza gratu:to!, y aden:ús debe cubdr el man;en d:: insuficientes condicione3 físicas,

postescolares que se denominan de "escuelas medias", durante los cuales aún

no se realiza la elección vocacional, para lograr que el niño llegue a los 13 años
~;!~::.c"c;u: e~cc::::i,~1~s ;::. a~~m~~ta:i~o n:e ;;:eol:::d';,r:,n::;~:~ s:su!~;l~:~:rrrde5 uei~sce~~:zo~,¡~:at~;a 1~~::
0
1

de edad con un peco más de idoneidad para una elección tan difícil, y además
con mayor vigor físico para las tareas manuales que requiere la rama técnica.
(í) Francisco Ay ala, ..-La crisis de la enseñanzn-".
n~J a!can:::rr a toda la población¡ en fa yo;: ele quienes no reaii::an el esfut:rzo rnzon~~ble que puede e:d ..
gírseles que: ]Jerfecc:onen su cultura. cuando h::.n detez·minr.do lo sus paLlre han c~eterminado)
que aprnvechen. !os benef:cios de la enseñanza pública. Xo se trata de excluirlos, ni si(~uiera de pri-
varlos totaln-.ente de 1os ben~ficics ci.e la g:·ntuidml. sino solamente de e~t·mulnr pvr me:lio de una
sanción rnzonabk In colabor~cciún colectiva. No otra cosa se hace, por ejemplo, en b "Cnh·ersidad, con
!as nu~lta:: vara las inscripl..!iones taniías de exámenes.

40 41
fundamentalmente técnicas (esto es, pedagógicas) y también por razones de
conveniencia social, se impone que las soluciones de reforma de la enseñanza
media establezcan, con las limitaciones y modalidades que se estimen adecua- INFLUENCIA DE LA EHERGIA EN El
das, la posibilidad del acceso a la enseñanza superior, por lo menos en algunas DESARROllO ECOHOMICO Y SOCIAL
de sus actividades a través de la rama técnica de la enseñanza media, y, ade-
más, previsiones dúctiles de movilidad entre una y otra rama, para permitir
la fácil y pronta recuperación de los adolescentes que no encuentran su des-
tino en la orientación elegida.
Por último -Y ya perdida toda pretensión jerarquizadora- cabría men-
cionar el atraso y la anomalía que significa la organización actual del segundo
ciclo de la enseñanza secundada. Por un lado el mantenimien:o de una orien-
tación preprofesionalista en un momento en el que se admite en forma gene-
ralizada, en los medios pedagógicos, la conveniencia de que rijan finalidades Este artícuLo pLantea el problema energético en general,
culturales. Por otro lado la carencia de un ciclo especial o adecuado para la qtLeciando para un próximo númeTo tm estudio sobre la
Facultad de Humanidades. Por último, la anomalía de que un ciclo preprofe- situación de AméTica Latina y en particnlar, el Uruguay.
sionalista preciso sea utilizado indistintamente para cualquier especialización
docente en el Institu:o de Profesores ( 10).
Como se ve, se ha hecho abstracción de toda consideración sobre la calidad
de la enseñanza en los distintos niveles, no por menosprecia1· este problema ca-
pital y cul~uralmente esencial, por antonomasia, sino porque va implícito en las
demás transformaciones y en la reforma de cada nivel, que debe ser constante.

(10) Un aspirante a profesor de Historia, por ejemplo, puede ser bachiller en Ingeniería. Vete-
rinaria, etc.

! - desarrollo histórico
El uso de las fuentes energéticas naturales para mejorar las condiciones de
vida del ser humano, abarca no menos de medio millón de años, desde que el
hombre de Pekin, 500.000 años antes de nuestra era, hizo uso por primera vez
del fuego. hasta nuestros días.
Etap~s fundamentales en el uso de distintas formas de la energía, se pue-
den enc~ntrar en todas las épocas, pero si hiciéramos una resefía de los hechos
fundamentales, en seis páginas podríamos resumir los que se han producido des-
de aquella remota fecha hasta el año 1700, y no menos de treinta necesitaría-
mos para los descubrimientos y perfeccionamientos notables de los siglos XVIII,
XIX y lo que va del xx.
En aauellas seis páginas ubicaríamos además del comienzo del uso del
fuego ya ;.1 encionado, el arco para disparar flechas ( 50.000 a 30.000 años antes
de nuestra era) el uso del caballo domesticado para ayudar al hombre en sus

Osear J. 1\-Iaggiolo.- 2\ació en :Montevideo en 192Q. Se recibió de ingeniero industrial en 1946.

En 1953 y 1958 trabajó en laboratorios de Francia e Inglaterra. visitando tnmbién, en esta últir:1a fecha.
los Estarlos Unidos. -~&ctualmente es Proiesor de JYiáquinas Térmicas e Hidráulicas en nuestra Facultad
lngenierfa. Es autor de numerosos trabajos de investigación publicados en nuestro país Y t.:n el
 tareas ( 30.000 a. n. e.), el inven"o del carro de dos y cuatro ruedas y su uso
generalizado (1.200 a 1.000 a. n. e.), el uso, en Atenas, de molinos rotativos
accionados por animales para la molienda del maíz ( 300 a. n. e.) y su posterior
mejoramiento en el año 85 (a. n. e.) por el empleo del agua para su acciona-
miento, la aparición del mo~ino a viento en la décima centuria, la publicación
del libro "De Re lVIetallica" de Agríco:a (1556) con la descripción de bombas
para elevar agua, de ventiladores r,:ara las minas, de engranajes, de ruedas hi-
dráulicas, etc. Este período se cierra con dos lvechos funjamen' al es, uno en
1690 en que Papin describe por primera vez sus experin12ntos de condeJ:l.sación
del vapor en un cilindro con un pistón, y el otro en 1698 en que Tr. Savery
saca la primer pa~ente de su bomba de agua accionada por vapor.
El comienzo del sig:o xvrn queda por consiguiente marcado por este hec:ho
fundamental en la historia de la humanidad, el uso del vapor para la p:·oduc-
ción de energía mecánica, principalmente para la molienda de granos, bombeo
de agua 1~ara abastecer ciuC.ades o desagotar minas.
En dos sig~os y medio, el desarrollo de medies mecánicos de transforma-
ción de la energía y el descubrimiento de las leyes físicc;s que las rigen, ha
permitido una transfonnaci:n radical de las condiciones de vida en el planeta.
Primero, una pléyade de hombres notables, encuentran las bases en que se
asienta el emp:eo del calor como fuente de energía mecánica a través de es'u-
dios de las propiedades del vapor de agua y del desarrollo de motores cada
vez más ingeniosos para mejor aprovechar la ¡;;otencia motriz del fuego. Savery
(1650-1715), Newcomen 1662-1729), Smeaton (1724-1792), Watt (1736-1819),
Hornb:ower (1753-1815), en el sig:o xvm . Trevithick (1771-1833), lVIurdoch
(1754-1839), Woolfs (1766-1837), Carnot (1796-1832), Stephemon (1781-1848),
Joule (1818-1889), J. Thomson (1822-1892), Rankine (1820-1872) en el siglo
xrx, son algunos de los nombres que caracterizan este período. s:multánea-
mente ,·en la mitad del sig~G x:x se comienzan a desarrollar las primeras tur-
binas hidráulicas de Furneyron (1802-1867), Francis (1815-1892) y Pelton, que
deberán esperar adelantos espectaculares en el campo de la electroté::nica, para
poder competir con la máquina térmica como motor universal. Estos adelantos
son posibles gracias a Faraday (1791·1867), Am:;:ere (1775-1836), Siemens
(1810-1892), Pacinotti (1841-1892), lVIaxwell (1831-1879), Gramme (1826-1901).
Ferranti (1864-1930), Ediscn (1847-1931), Tesla (1857-1943). . de: muchos más bienes de consumo que los más poderosos personajes de la anti-
El fin del siglo se caracteriza por el comienzo del desarrollo ele las turbi-
nas a vapor, con Parsons ( 1854-1931) y de los primeros mo:ores de combustión
interna con Beau ele Rachas y Otto (1832-1891).
El primer cuarto del siglo xx es el de preparación de la sustitución ele la
máquina reciprocante a vapor por la turbina, paso r::revio indispensab:e para ha-
cer posible las grandes usinas de generación modernas. En esta etapa se dis-
tinguen, aparte del ya nombrado Persons, otros eminentes ingenieros como de
La val (1845-1913), Curtís ( 1860-1953) y Ratea u (1863-1930). Es en esta época
en que Diesel (1857-1913) desarrolla su primer motor para usar petróleo sin
refinar, y Ka plan (en 1913) pa:enta su turbina hidráulica para el aprovecha-
miento de bajas caídas ele agua.
En los años 1920 y siguientes, el progreso de la ingeniería eléctrica ha sido
sorprendente: es ahora posible instalar grandes centrales de generación para la
44
.trasJni;swn de energía a distancia. En 1923 se instalan las primeras turbinas hi~
a:r·aLuH;a., Francis de 70.000 Kw en Niágara, Falls y en 1952 en Suecia se co-
rn.•t=.t.LL<u•• a trasmitir grandes ¡;;otencias ( 288.000 Kw) a grandes distancias (950
por medio de líneas elé::tricas de trasmisión a muy al:as tensiones
·.~ov.c•vv Volts) ·
Por su lado el descubrimiento en 1903 de la radioactividad por los Cmie
en Francia y la puesta en funcionamiento de la primer pila atómica por F21·mi
(1901-1954) en Chicago, culmina en 1956 con la inauguración en Calder-Hall,
Inglaterra, de la primer central eléctrica (de 60.000 Kw) para la producción de
energía e;éctrica a partir de la fisión nuclear a la escala industrial.
Así como la imprenta (1436), los viajes de Colón (1492) y el sistema h2lio-
cén'rico ( 1540) de Co¡;;érnico, marcan el fin de la Edad Media y el comienzo del
Renacimiento, no menos importante ha sido el desarrollo del uso del vapor
(1700) para el accionamiento de las máquinas, como origen de la era indus-
trial.
A su vez el perfeccionamiento del uso pacífico de la energía atómica, para
generar energía marcará, a no dudarlo, el nacimiento de una nueva épo::a, que
cierra los dos siglos y medio en que el carbón ha sido soberano señor del des-
arrollo industrial. Esta nueva é::oca cuya caracterís .ica dominante será el apro-
vechamiento de la energía proveniente de los procesos de fisión y fusi:5n nu-
cleares, podrá ser de trascendencia para las actuales regiones sub::lesarrolladas
del g:obo, entre las cuales se encuentra América Latina, por la independ·encia
que podrán tener para industrialización, en lo relacionado al abastecimiento de
carbón y petró~eo.
11 - consumo mundial de energía
El desarrol:o de los medios mecánicos de aprovechamiento de los recursos
er;ergé icos natw·ales, ha permitido un desenyo:viimen:o sorprendente de las fa-
ciJ.idades materiales de nuestra civilización.
Se ha dicho y con razón que el hombre promedio de nuestra época dispone
güedad, como un Gengis Kan o un Napoleón. Esto es la consecuencia de la in-
dustrialización y mecanización de los medios de producción, cuya etapa actual
ha sido r:osib:e gracias al uso de los diferentes motores para la producci:~n de
energía mecánica y e:éctrica. Pero no debe pensarse que el des:::n·ollo energé-
tico y la industrialización se ha operado sin sacrificio y sólo con beneficios desde
el punto de vista social. No hay más que leer la descrip::ión que hace F. Engels
.:;obre la situación de la clase obrera en Ing:a:erra, siglo y medio después (1845)
::lel comienzo de la era industrial en el sentido moderno ( 1700). Y si bien en el
prólogo de la edición ele 1892 dice Engels: '·El estado de cosas descrito en este
Ebro pertEnece hoy en gran parte, al pasado, por lo menos en lu que respecta
a Ing:aterra", podemos agregar que medio sig:o después de escritas estas alen-
tadoras palabras, la situación de la rnayoría de la humanidad es tan mala o
peor que la descrita 1:or E.ngels.
 La humanidad dispone por cabeza, en promedio, cinco y media veces la can-
tidad de energía necesaria para asegurar su alimentación (2.000 k cal/día hab.).
Pero su distribución es sumamente desigual. De las 11.000 k cal/día hab. que
en promedio dispuso la humanidad en 1958, el ciudadano medio de los Estados
Unidos ha consumido no menos de 170.000 k cal/día hab., es decir, quince Y
media veces el promedio mundial. Por contraparte, no menos del 35 % de la
humanidad no llega, sumando las disponibilidades energéticas mecánicas, eléc-
i.:dcas, de calefacción y de alimentación, a los 1.600 k cal/ día hab., es decir, me-
110S del mínimo vital.
Promedialmente el consumo de energía se divide en la siguiente forma:
Tabla I
Alimentos para el hombre ................. . 10 '/o
4 "
Alimentos para los animales ................ .
Calefacción y cocción de alimentos .......... . 8 "
78
.,
'(j sos industriales ................... · ....... .
Total ....................... . 100%
El globo está muy desigualmente poblado; la temperatura juega un rol
preponderante pero no único en esta distribución. Las zonas muy frías (como,
uor ejemplo. la Antártida), pueden considerarse como zonas inhabitables, Y
también l;s ~onas muy cálidas (centro de Africa, norte de Brasil), no son aptas
para la vida del hombre. Puede decirse que aproximadamente el 6 % de las
tierras del globo son impropias para la vida, por ser muy frías, sucediendo lo
mismo con otro 25 %, por ser tierras muy cálidas. Las zonas más apropiadas
para la vida humana, s.on aquellas en las que se produce un invierno fresco Y
un verano templado, verano caliente e invierno frío, o verano caliente e invierno
fresco.
Las regiones que tienen estos tipos de climas, representan solamente el 40 %
de las tierras del globo, pero clan habitación al 80 % de la población actual.
Si nos remitimos a las estadísticas mundiales (1958), la densidad de dis-
tribución de poblaciones por conti..11ente, es la siguiente:
Tabla II
SUPERFICIE
mlllones de há.
Africa ............................. . 285013
_;\.mérica ............................ . 420317
Asia ..........................•..... 1005,.6
Europa .................... ,......... . 493,1
855,8
OceanÍ<l ........................... .
U.R.S.S ............................ . 2227,1
La población actual del mundo que es de 2.600 millones de personas, está,
pues muy desigualmente distribuida en los continentes, pudiéndose observar un
recargo de población verdaderamente notable en Asia y Europa.
46
Las zonas más densamente pobladas del globo (con más de 1 habitante po 1~
hectárea) se encuentra en Asia, en China (zona costera), en Japón, en la c;sta
laindia, así como en una franja norte de este país, y Corea; en Africa, sola-
mente en el valle del Nilo; en Oceanía en algunas zonas. de Australia y Nueva
Zdand:ia; en Europa hay zonas de gran concentración de población en la costa
italiana, en Sicilía, en la costa mediterránea de Francia, en los Paises Bajos. en
Suiza y en algunas zonas de Alemania y de los países centrales. En Amé~i~a
del Norte, la zona más intensamente poblada es la del Este de Estados. Unidos.
y en Latinoamérica, solamente dos pequeñísimas regiones se encuentran en esta~
condiciones; una, en Brasil, alrededor de Río de Janeiro, y otra, en la costa del
llio de la Plata, bordeando a Buenos Aires (República Argentina) y a Monte-
video (Uruguay).
El problema fundamental es que no todas. las regiones del globo son igual-
1.100
440
mente aptas para la vida humana, y que especialmente debido a la dificultad del
880 hombre primitivo de actuar sobre las condiciones naturales, estas diferencias de
8.580 aptitud del medio ambiente deben haber determinado claramente las zonas del
globo en que se han desarrollado las primeras civilizaciones. En efecto. el hom-
11.000
bre necesita para su vida, un consumo importante de energía, y es~ energía
debe ser sacada del medio ambiente que lo rodea.
Un hombre en actividad suave pierde alrededor de 58 k cal/h por el meca-
nismo de convección y radiación, y aproximadamente 44 k cal!h por evapora-
ción. En cambio, en actividad más enérgica (obreros en un talln mecánico, por
ejemplo), si bien la pérdida de calor por convección-radiación no varía aprec:a-
blemente, la pérdida por evaporación crece aproximadamente dos veces y media,
es decir, pasa a 115 k cal/h. Resumiendo, un hombre en reposo necesita reponer
continuamente para su proceso metabólico, alrededor de 100 k cal/h, pero en
actividad necesita reponer aproximadamente 170 k cal/h. Esta cantidad puede
hasta 600 k cal/h para un corredor que se desplace a 8 km/h. Estas can·
tklade.s lógicamente varían ligeramente, siendo distintas para hombres, mujeres
y niños.
En promedio, el mm1mo vital puede fijarse en 2.000 k cal/ día por persona.
Sí de nuestras estadísticas descartamos ese valor, resulta que en 1953 he-
mos consumido un promedio de 9.000 k cal! día DOr hab .. es decir. 4.600 KW
h/hab. aiio, en fon~a ele energía mecánica, eléctrica o calorífica. .
DENSIDAD
personas/há.
0,073 Ul- energía y el desarrollo
0,080
1,360
{),860
La variación de los consumos energéticos, en cualquiera de sus formas. se
0,015 encuentra afectada por todos los acontecimientos que inciden en la evolución
0,093 económica de una nación. Y eso se debe a que en nuestra vida .social moderna,
la energía aparece como una de las tantas ma:erias primas necesarias para ela-
borr o transformar un producto. Así, en los Estados Unidos las estadísticas in-
ciican los siguientes aumentos de consumo de energía para la elaboración de
algunos productos básicos (tabla III).
41
 Tabla III

Tipo de industria Consun1o de energía Consumo de energía Aumento en %

1945 l~E.5

Papel pulpa de papel ..... .

y 660 • 8SO * 33
}~.cero ...................... . 335 390 • 16
Pt:tróleo 3 4 88 33

* En KW h/Ton.
En KW hjbarril.

En el mismo país en 1954, el uso de la energía s::: distribuye en la siguiente

forma (tabla IV):

Tabla IV

Tipo de Industria Fo.rznn particular Po:·c:ento del total Total

1950 1951 1952 1953 1954
Aviación.
S" ave:;n.ción.
Transporte . . . . ... . . . . . . . . . . . . Ferrocarril. Fig. L- Curva de crecimiento de1 consumo eléctrico en Francia.
A.utomotores. (EDF, Rapport d'activité 1951.)

Cake.
Industria de los combustibles . Prep. de combustibles.
j.lanufactura.
Industria en general . . . . . . . . . Electricidad.
Calefacción.
\:-arias ..................... .
Promedia:mente, los consumos energéticos mundiales crecen en un 2 '7o
anual, mien'ras que la población del g:obo crece a Tazón de 1 % anua:men::e.
A su vez, los cons1..:mos de energía eléctrica crecen a un ritmo de 7 % anual,
e.s decir, se dup:ica aproximadamente cada diez ailos.
Una curva típica de crecimiento de consumo elé:::trico, puede verse en la
:f:gura 1, correspondiente a Francia para les arios 1950 y 1954.
Pueden apreciarse, mínimos notables, dos deseemos bruscos a marzo de 1950
y agosto de 1953, que corresponden a dos huelgas de gran magnitud que afec-
taron a Francia en esa época.
El consumo energético anual por persona, de una nación, especialmente
en la forma de energía eléc'rica, es un índice de progreso o bienestar social de
gran importancia, mucho más gráfico que otros que se utilizan corrientemente
CJmo, por ejemplo, la renta nacional, analfabetismo, etc.
Este índice es, ante todo, de conocimiento inmediato; no d,emanda la reali-
zación de costosos censos, de difícil organización y que por tales razones, no
14,9 c;'o se realizan frecuentemente. Por el contrario, el consumo de energía eléctrica se
mide continuamente, los consumos de combustibles son fáciles de computar, y
de sus valores se dispone mes a mes.
46,0% E':l la figura 2 se presenta una estadística para 1953 de los consumos de
9,6% energía eléctrica y la renta nacional expresada en dólares por persona, para
diferen':es naciones.
Puede apreciarse en esta gráfica que, naciones como Venezuela, Panamá y
Cuba, tienen una renta que las. ubica en una posición manifiestamente den:.ro
de las naciones adelantadas, mientras que su consumo de energía eléctrica indica
lo contrario, siendo éste evidentemente, el índice correcto. Y es fácil ver que
ésta será la situación de todos los países fuertes productores de materias primas
que se exportan para su elaboración en el exterior; la riqueza queda en unas
pocas manos, grandes consorcios extranjeros o aún nacionales que explotan pozos
petrolíferos, compailías azucareras, etc. Solamente por una evolución hacia la
industrialización, que se reflejará en un aumento del consumo de energía eléc-
trica por habitante, se conseguirá que esa riqueza se repar:a mejor entre la
población.
Puede intentarse una clasificación de las naciones de acuerdo al consumo
anual de energía mecánica por persona; podemos marcar como un límite que
permite una diferenciación bien neta, el de 1.000 Kw-hora por habitante y por
año. Por debajo de esta cifra, es:án las naciones de economía preindustrial y

48
 mecanizados y motorizados, obteniéndose por consiguiente consumos de,
"9
4 000 """'""'"'',.por persona relativamente bajos; ejemplos: Francia y la Unión Soviética.
o
I:Z
Valores superiores a 5.000 Kw. h/hab. año, obtenidos en Estados Unidos
" Inglaterra y Alemania, indican ya un alto grado de industrialización. '
":zo "' Casi todos estos países se encuentran en el hemisferio norte. En el Sur
<JJ
0: Sólo pasan el índice 1.000, una zona del Africa del Sur y Australia. Por debaio
"'a. de esta cifra, se agrupan países no equipados todavía con energía mecáni~a,
-::;;-.
suficiente como para atender sus necesidades, a pesar de que en ellos vive
""' .,21
.,15
casi la mitad de los habitantes del mundo entero; por ejemplo, Asia, América
26o del Sur, Méjico y Africa. América Latina se encuentra en 240; Africa alrede-
025
dor de 150; China también en 150; India e Indonesia en menos de 100.
Estos coeficientes bajos correspanden por otra parte, a consumos muy des-
e41 .22 .,e
X2.3 iguales de energía mecánica, concentrada generalmente en unos pocos lugares,
como puertos, villas o poblaciones con gran cantidad de habitantes, usinas, sis-
><14 temas de transportes, etc. Resulta así que la industrialización en estos países,
no es más que un hecho excepcional y localizado, casi todo el trabajo se rea-
e45 XJ2
liza a expe11...sas de formas que podríamos llamar preindustriales, como ser, mo-
linos de agua y de viento, fuerza animal y humana.
Si examinamos también la repartición geográfica del equipo industrial, po-
dernos constatar que. casi todo se encuentra en el hemisferio norte, lo que
nos permite deducir que el consumo energético medianamente importante en
el hemisferio sur, se tiene en las zonas urbanas más bien como fuente doméstica
de energía (cocción de alimenots, calefacción, iluminación y transporte), o como
equipo mecánico agrícola sin llegar por consiguiente a constituir países con eco-
nomía industrial propiamente dicha.
Es interesante observar que si no se dispusiera de equipo mecánico para la
puesta en valor de las fuentes energéticas naturales, a fin de satisfacer las nece-
X PAISES LATINOAMERICANOS sidades de energía mecánica que la civilización requiere, basándase sólo en la
e PAISES NO LATINOAMERICANOS
propia energía humana y la de los animales aptas para ello, se necesitaría hacer
trabajar a todos esos animales (aproximadamente 90 millones de caballos, 80 mi-
llones de búfalos y 30 millones de asnas) y po1· lo menos a 2.000 millones de
hombres como esclavos, para poder disponer, en esas condiciones para los 600
2000
millones de hombres restantes, unos 835 Kw h/año hab., lo que tampoco les per-
Aiio
mitiría vivir dentro de una civilización del tipo industriaL La gran civilización
Fig. 2 ..- E::tadistica del consumo energético en KW h
atenie11...se estaba formada por 20.000 hombres que explotaban a 400.000 escla-
y de la renta nacional en dólares, por cabeza. vos, mientras que la organización romana se basó en la explotación cie 100 mi-
(CEPAL: "~La energía en An1érica Latina''.) llones de esclavos y semiesclavos.

Entre 1.000 y 2.000 Kw. h/hab. año, se encuentran aquellos países que si
bien han pasado la época de la revolución industrial, la penetración de ésta es
bastante desigual y todavía se encuentran en ellos, zonas importantes dedicadas
a la agricultura por medios netamente pre-industrailes, siendo el consumo indi-
vidual de energía mecánica todavía muy bajo; como ejemplo, podemos citar Italia.
Entre 2.000 y 5.000 Kw. h/hab. año están los países en que la industrializa-
ción ha avanzado mucho, pero no ha llegado más que a determinadas zonas, de-
jando todavía, zonas importantes dedicadas a la agricultura por medios parcial-
V fuentes de energía
Todas las fuentes energéticas que hasta el momento ha explotado el hom-
bre, provienen directa o indirectamente de la energía calorífica que el sol envía
a la tierra.
La radiación solar es de aproximadamente 1023 kilocalorías por segundo y
una ínfima fracción de esa cantidad, 3,2 X 101;; kcal./min. es ínter-

50 51
 Si aceptamos que 10.4 x 1015 fue el número de kilocalorías por minuto con-
sum:das por el hombre en 1958, nos encontramos que en poco más de 3 1/z mi-
nuto, el sol nos envía toda la energía que necesitamos durante un año, tanto para
energizar nuestra industria, como para alimentarnos.
La energía que nos envía el sol, no proviene de un proceso de combustión,
pues, si así fuera, de acuerdo a la masa y al volumen que posee el sol, éste no
podría haber irradiado calor por más de 6.000 años, sabiéndose que la vida te-
rrestre que depende, fundamen~almente, de la irradiación del sol, existe desde
millones de años atrás.
La explicación más plausible es la de que el sol está constituido por 81.76 %
de hidrógeno, 18,7 % de helio, y 1 % de otros elementos, y por un proceso de
transmutación, 4 átomos de hidrógeno se transmutan en 1 átomo de helio, produ-
ciendo calor. Así, 564 millones de toneladas por segundo de hidrógeno, se trans-
mu' an en 560 millones de toneladas de helio, dejando 4 millones de toneladas
de masa libre, que se transforman en energía, a razón de 10~3 k cal/s.
Esa energía enviada por el sol a la tierra, se reparte en la siguiente forma:
cerca de un 35 % de la energía interceptada por la tierra, es inmediatamente
reflejada al espacio; un 19 % es absorbida por la atmósfera y las nubes, y sola-
mente un 46 % de la energía "extraterrestre" llega a la superficie de la tierra;
de esta fracción, una par':e es utilizada por los vegetales para su función cloro-
filiana; otra es utilizada para producir la evaporación del agua; otra es transfor-
mada en calor, provocando los vientos, y una última parte es gastada en la ener-
gíaa consumida por el rayo. De todos estos destinos, resultan de capital impor-
tancia para la economía humana, la parte destinada a la función clorofiliana y
la des':inada a la evaporación del agua; la primera, siendo la causa del crecimien-
to de los vegetales sobre la tierra, es el origen de casi todos los alimentos del
hombre y de sus animales domésticos, así como de los combustibles minerales
(carbón, petróleo, gas natural); la segunda, destinada a evaporar el agua de la
superficie de la tierra depositándola por el mecanismo de la lluvia en las zonas
más elevadas, asegura el constante correr de los ríos, fuentes de incalculable
valor para la humanidad. En cambio, las partes destinadas a generar vien':o y
las descargas eléctricas atmosféricas, no representan una energía fácilmente uti-
lizable por ,el hombre, por lo menos por los procedimientos creados hasta el
momento, aún cuando absorben una parte considerable de la energía radiada por
el sol a la tierra.
El prQceso natural de aprovechamiento de la energía solar que opera por
fotosíntesis al incidir energía radiante provenien':e del sol en las plantas verdes,
es ,el siguiente:
k cal
co2 + H:P + 112 ~hidratos de e + 02
mol co2
Por este proceso, pues, los vegetales transforman el agua y el anhídrido
carbónico en almidón, almacenando una cierta cantidad de energía.
Un proceso inverso se produce en la respiración, la que se opera en los
vegetales durante la noche; los seres vivos ingieren hidratos de carbono y por
52
combustión de éstos con el oxígeno de la respiracwn, se producen 112 k cal/mol
C0 2 , C0 2 Y H20. Un proceso similar es el de la combustión en los generadores'
de vapor y mo':ores.
Las cifras que indican el aprovechamiento de la energía solar por el pro-
ceso de fotosíntesis, tanto en la superficie terrestre (vegetales) como en el mar
(plancton), son muy variables según los autores. De acuerdo a estimaciones
de Rakinowitch ( 1945), se aprovechan el equivalente de 5,6 x 1010 toneladas
de carbono por año, tanto en la tierra como en el mar; como la transformación
de carbono en eo2 produce 7.820 k cal/kg e, ésto representa aproximadamente
44 X 10 1 G k cal/2-ño, que se distribuirán de acuerdo al siguiente cuadro:
Tabla V
Tonelz.das de C por año o/o
Tierra ..... ,........................ . 2.4 X lO 2.o 43
Océano .................... , ....... . 3.2 X 10 10 57
Para estimar el porcentaje de energía solar aprovechado en la función clo-
rofiliana, asumimos que la superficie cultivada o plantada por árboles, es sola-
mente el 50 % de la parte no invadida por las aguas, es decir, 67 x 106 Km2.
Un buen bosque produce en promedio, 400 ó 500 Ton/km~ x año, y cada
kilo de madera puede producir unas 4.000 kilocalorías, vale decir, que la ener-
gía aprovechada es de 10,5 x lO•J kcal/año =
12,5 x 108 Kw híaño.
El aprovechamiento casi inmediato de este :ipo de energía, se realiza a tra-
vés de los alimentos. En cambio, el aprovechamiento de la energía que el sol
ha enviado a la tierra hace algunos miles de años, se realiza por medio de la
explotación de los combustibles minerales, particularmente la hulla, los lignitos,
la turba, el petróleo y el gas natural.
Los antiguos yacimientos de pe'.róleo y gas natural se encuentran en la mi-
tad de la era paleozoica (período silúrico), mientras que las primeras hullas
europeas se encuentran en el período mississipico de la misma era, unos 50
millones de años después.
Un 50 % del total de las radiaciones solares que penetran la atmósfera, se
emplea en evaporar el agua de los ríos, mares y vegetales, formando vapor de
agua que al caer en forma de lluvia en las zonas de la tierra, hace posible que
por escurrimiento hacia las zonas bajas, sea aprovechada por el hombre para
generar energía mecánica, con ruedas y turbinas.
Dentro de los recursos energéticos disponibles que no provienen de la ra-
diación solar, tenemos la energía de los mares de origen lunar, cuyo aprovecha-
míen' o no ha pasado de la etapa proyecto, el calor geotérmico, aprovechado en
algunas zonas de Italia (Lardarello), y la fisión y fusión nuclear, nueva fuente
recientemente incorporada que, ¡::or sus proyecciones trascendentales, particular-
mente en lo que se refiere a l2s posibilidades de desarrollar zonas hasta el mo-
mento inhabitables, marca indiscutiblemente, el comienzo de una nueva época.
53
 V - generación de energía
Ksvfnm2
De las diferentes formas de energía que el hombre utiliza en su vida diaria,
<lO
la eléctrica es la más versátil, la de más fácil transporte, la más simple de uti- Fig,. 3.- Variación del coeficiente de resistencia de
un metal refractario en función de la temperatura. lOO
lizar.
Por esa causa, salvo la energía que se dedica a los transportes y a los pro- 90
cesos industriales que necesitan calefacción, las proporciones mayores de con- ao
sumo de energía, se hacen bajo la forma de energía eléctrica.
70
Hasta el momento, dos fuentes se han utilizado principalmente para este fin:
la energía calorífica proveniente de los combustibles fósiles, y la energía hi-
dráulica, incorporándose recientemente, como ya hemos dicho, la energía de ori- so
gen nuclear. No obstante, hasta el momento, esta última no representa, por su
carácter experimental, una proporción importante de la ·energía generada.
El aprovechamiento intensivo de la energía hidráulica, es relativamente re-
ciente; comienza aproximadamente con el siglo, y es una consecuencia directa
de los grandes progresos realizados por la electrotécnica en el campo de las
altas tensiones, lo que ha permitido trasmitir grandes cantidades de energía a
muy largas distancias. Con tensiones de orden de los 150 Kw, la distancia má-
xima de trasmisión económica de energía, es del orden de los 300 a 500 kms.,
mientras que hoy, sobre la base de las muy altas tensiones, del orden de 380 Kw,
pueden explotarse económicamente fuentes hidráulicas que se encuentran a 1.0 ----------------------

1.000 kms. de su punto principal de consumo.

La gran ventaja de la energía térmica, es que los combustibles se pueden
transportar en forma relativamente económica a grandes distancias, colocándose
las centrales eléctricas cerca de los centros de consumo. No obstante, el apro-
vechamiento económico de los combustibles fósiles no ha dejado de chocar con
dificultades. La conversión de la energía calorífica en mecánica, paso previo
indispensable a su conversión en energía eléctrica, es un proceso complejo re-
gido por las leyes de la termodinámica, las cuales establecen un límite a la can-
tidad de energía calorífica proveniente del combustible, que puede transformarse
en energía mecánica. Esa cantidad depende de la teínperatura máxima a la
que se puede producir el vapor, y de la temperatura fría que sirve para la re-
frigeración de los condensadores. Sobre ,esta última es muy poco lo que se pue-
de actuar, dependiéndose de la temperatura del agua de los ríos y de los mares
de la zona en que se deba emplazar la central. En zonas de clima frío, como
en el continente europeo, pueden tomarse temperaturas del orden de 15 o C.
mientras que en zonas muy templadas como el Río de la Plata, 22 o C es un va~
lor adecuado. Del lado de las altas temperaturas, el inconveniente proviene de
que la resistencia de los materiales metálicos aptos para la construcción de gene-
radores y turbinas de vapor, disminuye rápidamente con la temperatura (fig. 3).
El precio de las aleaciones refractarias es muy alto, y sus propiedades no son
fácilmente conocidas. Hoy día, la temperatura máxima del vapor a la entrada
de una turbina, no sobrepasa los 600° C, siendo los valores corrientemente uti-
lizados, del orden de los 550 o C.
El aumento de la temperatura máxima que puede soportar una pieza de
máquina como consecuencia del desarrollo de.metales refractarios, es un proceso
muy lento. Promedialmente, a partir de 1930 en adelante, el progreso ha sido
de 1 o e por año.
0.3
Fig. 4.- Rendimiento máximo posible
de una máquina técnica en fundón cie
0.2 la temperatura máxima del flúido
0.1 tern10dinán1ico.
ool-----,o-oo-----.~~---,~~~--~.~~--~.~~------ •e
Es así que el rendimiento promedio de todas las centrales térmicas insta-
ladas, no pasa de 21 %. Las más modernas centrales eléctricas a vapor, tienen
ún rendimiento térmico de 35 % y el mejor motor Diesel comercialmente apto.
tiene un rendimiento del orden de 42 %.
No debe ésto considerarse como totalmente desalentador. Por un lado, co-
mo se ve en la figura 4, el rendimiento máximo alcanzable en un proceso ideal,
de acuerdo a las citadas leyes de la Termodinámica, es un valor muy bajo para
las temperaturas tan pequeñas ( < 600 o C.), que se pueden alcanzar con los me-
tales actualmente conocidos.
Por otro lado, si nos remitimos al período histórico que va desde 1700
hasta nuestros días, el progreso ha sido enorme. En efecto, en la tabla VI mos-
tramos los consumos de carbón (de potencia calorífica 6.000 k cal/kg) necesa-
max1mo, o sea, en este caso, 17.600 )( 1013 KW, mientras que la energía gene- Tabla VII
rada en el día, representada por el área del diagrama, es menor que la corres-
pondiente a esa potencia nominal máxima. Es así que, incluyendo la potencia PRECIO DE LOS CO:Y1BUSTIBLES il%7), EN U$S / 10 '3 k cal

instalada de reserva para suplir posibles desperfectos en la maquinaria, el factor

de utilización en Inglaterra es de 0,42, índice de que sólo el 42 % de las horas Carbón Lignito Petróleo Gas
del año, las turbinas instaladas generan a su plena capacidad.
2.43 + 2.78 1.21 2.78
1.33 1.18 0.404 + 0.60
0.97 1.385 0.74
2.16 2.16
!9,C·OO 1 1 *
1 1 1 1 2.35 -7- 3.50
18,000
1 1 1 ., 1 1 In 0.17 + 1.10
17.oco 3.7 2.8
1 "-{~ 1
l
.ooo
1 1 1 J 1
1

1\ :.---¡ .\
15,000
explotación de los grandes yacin1ientos de gas de Lacq, recién ha con1enzado en 1959, no
14.000
.11 1
1 d.úl]ponJenuv,,c atin de inforn1ación sobre precios.
Los del Sahara. no serán intensamente explotados antes
1 1 1 1 [\._
.000 \l

00
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OC•'
1
1
1 1 1 1\
00
1 11 \
,000
11 1
1 \ En la construcción de usinas hidráulicas, aparte del costo de energía, otros

))00
1 11 1 \ .factores pueden decidir la obra. Aún a un mayor cos:o del KW h, una nación
que no posea combustibles, debe desarrollar sus recursos energéticos hidráulicos,
1
como razón de independencia nacional y para ahorro de divisas extranjeras, que
l\ ) 1
.000
.000
= 1
pueden destinarse a la adquisición de bienes de consumo, equipo industrial, ali-
mentos, etc .
1 1 1 Los otros factores que pueden decidir la construcción de una usina hidráu-
~::~j 1
!
1 1 !ica, pueden ser extraenergéticos. El aprovechamiento hidráulico del Valle del
.wvl j
Tenesse en Estados Unidos, el del Ródano en Francia, el del Río Uruguay en
1 1 1
.ooj¡ 1
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e 2
i 1

-;¡
ó 8 IQ 12 !4
Fig;-. 7.- Cur>:a d;_; poten da en función de la hora de todas las plantas inglesas,
el día de mayor cor-sumo de lfl57.
Un factor de J;ltilización bajo, si bien puede ser conveniente, pues, puede
ser índice de existencia de una suficiente capacidad de reserva, no es aconseja-
ble, pues, incide adversamente en el costo del KW h generado como consecuen-
cia de un aumento importante de la anualidad por renovación y costos de ope-
ración. - extraenergético que justifican la obra, se agregan la de un apreciable ahorro en
El factor de utilización bajo puede ser también consecuencia de un desarro-
llo industrial insuficiente. Las usinas deben generar a gran potencia en deter-
minadas horas para suministrar luz y energía para calefacción doméstica, y en
las horas laborables la demanda de energía es muy reducida.
En las usinas térmicas, el otro factor importante es el precio de los com-
bustibles que, como puede verse en la tabla VII, es muy variable de un país
a otro.
1 la zona del Salto Grande, se hacen fundamentalmente para el mejoramiento de
las condiciones de navegación, para asegurar agua a la agricultura, y para la
!6 l<i ?'J 22 24 regularización de crecidas, siendo la energía eléctrica el último objetivo. No
obstante ello, el producido de la venta de la energía, es lo que posibilita la finan-
ciación en plazos razonables de la obra. Aún en zonas de gran tráfico fluvial
de mercaderías o de intensa agricultura, como lo es, por ejemplo, el valle del
Róda.11o, sin la venta de energía no podrían financiarse las obras hidráulicas pro-
yectadas.
Debe destacarse que la energía generada en Salto Grande, será para Uru-
guay 20 a 25 % más barata que la generada en una usina térmica de igual po-
tencia destinada a los mismos fines, con lo cual a las razones de orden social
el costo del KW h.
Los costos por anualidad y reposición de maquinaria e instalaciones, so21
muy distintas en las plantas hidráulicas y en las térmicas. Mientras que el pe-
ríodo de amortización de una turbina hidráulica puede estim:::m;e en 40 años,
una turbina a vapor no es conveniente amortizarla en más de 25 años, Y si se
de motores -Diesel, el período de amortización prudente puede bajar hasta
 Tabla VIII
De todo lo dicho surge como conclusión importante, que la decisión
el tipo de usina que es conveniente construir, es un problema técnico-económica
PLANTAS NUCLEARES PUESTAS EN S'ERVICIO ANTES DE 1959
que sólo pueden encarar organismos muy especializados con un amplio conoci-
miento de las condiciones locales de las previsiones de aumento de consumo fu-
turo ( ín:imamente ligado al desarrollo industrial previsible de la nación) así Nombre de la Planta J Potencia KW J Fecha
como el destino de la usina proyectada, sea que ella deba generar como usina
de base (gran factor de utilización, o como usina de punta (bajo factor de uti-
------1
¡
-
Calder Hall A. 60.000
· - 1 - -1956
J

Calder Hal1 B . ! 120.000 1 1958

lización).
El primer caso debe resolverse con tlSinas térmicas de bajo consumo y alto ·········.···· Santa Susana. 6.000 l
precio inicial, o con una usina hidráulica o una térmica nuclear en el futuro, Vallecitos. ~.000 1

Shippingport. 60.000 j
1957
mientras que en el segundo caso debe resolverse con usinas de menor precio.
5· 000 1954
Es conveniente recalcar que las grandes usinas, particularmente las hidráu- :\Ioscú. 1
licas, se cons:ruyen porque determinados tipos de aprovechamiento hidroeléc- 1956
:\Iarcuule Gz. 5.000 1
trico no pueden justificarse económicamente si no es para generar grandes can-
tidades de energía anualmente por medio de máquinas cuyo costo unitario (U$S/
KW), es bajo.
Los mismos factores inciden en los costos del KW h generado por medio de
plantas nucleares. Las características de éstas, permiten asegurar que en los 1 - gran breroño
próximos diez años, los países que no tengan un grado impor:ante de desarrollo
industrial, no contarán con plantas eléctricas de origen nuclear. Los países más Comenzaremos primero por Inglaterra, por ser el país más avanzado .:n
desarrollados irán intensificando su plan nuclear, fundamentalmente con fines este campo. Es fundamentalmente una nación que depende para su generacwn
experimentales, pero sin descuidar el desarrollo de los recursos energéticos na- de energía, del carbón, no disponiendo en el territorio de combustibles líquidos
turales extranucleares, particularmente los hidráulicos. En lineas generales, to- ni gaseosos. Los recursos hidráulicos son también escasos, es:ando concentrados
das las naciones, en:re ellas el Uruguay, cuentan con el desarrollo intensivo de en el norte de Escocia. El costo de extracción de carbón ha aumentado notable-
la instalación de usina.s hidroeléctricas, en forma tal que aquéllas que han lle- mente después de la última guerra, como consecuencia de un mejoramiento no-
gado a hacer ya un aprovechamiento del orden del 20 % de los recursos poten- table de los salarios de los trabajadores. de las minas y también por la mayor
ciales, cuentan con agotar las posibilidades para el fin del .siglo, y las que ya profundidad a que hay que ir a buscar el combustible.
16
han llegado a aprovechar hasta el 40 % de esos recursos, los agotarán dentro de La uroducción de energía eléctrica en 1957, fue de 72.300 X 10 KW h Y
los próximos 20 años. como la· isla tiene 46 x 106 de habitantes, resul:a un consumo específico de

KW h
1.600----
año/hab.

V 1 - planes energéticos de futuro~' El crecimiento anual de consumo de energía eléctrica, es 6 %, lo que da ~n

coeficiente de aumento en 10 años, de 1.83 en vez de 2, que es el prome~w
Como un índice de cuál es la orientaci:5n futura en materia de generación mundial. Las proporciones de generación de cada tipo, fueron las que se 111-
de energía, nos proponemos analizar la situación en las cuatro naciones que tie-
dican en la tabla IX.
nen un plan de desarrollo cenergético en los tres ramos principales, térmica con-
vencional, térmica nuclear e hidráulica. Estas naciones son: Gran Bretaña, Es-
tados Unidos, U. R. S. S. y Francia. Las centrales del tipo nuclear que funcionan Tabla IX
en cada uno de ellos, son los que se indican en la tabla VIII.
El escaso número de centrales funcionando, así como su potencia relativa-
Gene:raci6n hidráulica
men:e reducida (especialmente en U. R. S. S. y en Francia), indica claramente Generación térmica
Zona
el carácter experimental de las mismas, así como la cautela con que deben to- 99,7 'lo
0,3%
marse las conclusiones que por el momento se tengan sobre este tipo de cen- Inglaterra Y Gales .. ,.. · · · · · · · · · · •.• · · 1 30,6 "
69,4 ..
Escocia ........................... . 1,5 H
trales. 98,5 H
Gran Bretaña ...... · · · · · ·.· · · · · · · · · · ·· [

60
 Tabla XI
El plan energético de futuro es el siguiente: se ha dividido Gran Bretaña
en tres zonas: una zona, al norte, con recursos hidráulicos (Escocia del Norte);
una zona céntrica con recursos de carbón, y una zona sur sin recursos energé-
ticos, donde preferentemente se desarrollarán las centrales nucleares. Zona de generación Costo en peniques
En forma de energía hidráulica, se dispone en Escocia, potencialmente, por KVl/h (1957)

10.000 x 106 KW h/año. Se encuentran ya explotados, 4.000 x 106 KW h, es Inglaterra y Gales ........ . Térmica. 0.649
decir, aproximadamente, un 40 %, calculándose en los próximos 20 años, agotar Térmica. 1.145
Escocia del Norte (zonas pobladas) Hidráulica. 0.595
el total de recursos. Escocia del Norte (zonas aisladas) Térmica Diesel (u sin as chicas) 2.020
En materia de energía nuclear, para 1965 se piensan tener en funcionamien-
to, centrales por un valor de 5.000 a 6.000 MVf de potencia instalada. Sobre la
base de centrales térmicas convencionales de 0.49 kg/KW h de consumo especí- Se ve por consiguiente, que el costo de generacwn de la energía eléctrica
fico de carbón, y contando para las centrales nucleares, un factor de utilización a partir de la energía nuclear, es más alto que el generado hidráulicamente o
de 0.75, ésto permitirá ahorrar 18 >< 10tl toneladas de carbón, lo que representa en usinas térmicas convencionales, pero no se está muy lejos de igualar valo-
3,8 veces la reserva de energía hidráulica de que dispone el país. res. Se piensa que en el correr de la década, la generación nuclear llegará a
Respecto al crecimiento de consumo de energía, se tienen las siguientes valores más bajos que la generación -térmica convencional.
cifras: Respecto de los costos de instalación, cifra importante que incide en el pre-
cio del KW h así como en el monto del capital necesario para la instalación.
Energía eléctrica consumida en 1955 .. 67.000 >< 10ti KW h
se tienen los valores de la tabla XII.
Previsto para 1965 ................. . 126.000 X 10ü KW h

Siendo Gran Bretaña la única nación que tiene en marcha un plan especí-
fico a corto plazo de centrales nucleares, así como un suficiente número de años
Tablu XII
de experiencia en la producción de energía eléctrica de origen nuclear, es inte-
restante analizar los costos de generación del KW h en este pais. En la tabla X,
se dan valores oficiales suministrados por la Comisión de Energía Nuclear.
Tipo de Central Relaci6r:

Térmica a carbón ...... . 65 1.00

Tabla X Hidráulica .................. . lOO 1.5S
Térmica nuclear ........... . 135 2.10
COSTO DE LA ENERGIA. GENERADA EN GRAS BRETAKA DE ORIGEN NUCLEAR
En penlquesfh.\Y h

Para previsiones de futuro, debe tenerse en cuenta que el tipo de central

Tipo de gasto Fecha de contratación
de la con::;trucción de la Central
nuclear que actualmente se cons:ruye en Gran Bretaña, no es el definitivo, sino
que se le ha elegido por su mayor simplicidad, de acuerdo a las necesidades
196ü 1970 1980 199 o imperiosas de nuevas fuentes de energía, que sufre el país. Recién para el fin
Depreciación ............... . 0.37 0.30 1 o.2a 0.22 de esta década del 60, se prevee la puesta a punto de la central de tipo de-
Intereses por carga de combus- finitivo.
tible ......................... . 0.06 0.04 0.03 0.02 Para hacerse una idea de la importancia que cada tipo de energía tiene en
Carga por reemplazo anual .. 0.24 0.13 0.08 0.06
Gastos de operación ......... . 0.06 0.05 0.04 0.03
las previsiones de futuro de Gran Bretaña, el Central Elec:tricity Authority y
el North of Scotland Hydro-electric Board, tienen los siguientes planes co!1.S-
TOTAL .................... . 0.73 0~52 0.41 0.33 tructivos hasta 1961:
Crédito por plutonio producido 0.07 0.05 0.03 O.úl
----- -------~---

26 Centrales Térmicas convencionales, por un total de 7.400 lV[W ó.e poten-

COSTO NETO .............. . 0.66 0.47 0.38 0.32
cia instalada.
23 Centrales Hidráulicas, por un total de 900 .IYIW de potencia instalada.
A su vez, en la tabla XI, se dan los costos de generación para el año 1957 4 Centrales Térmicas Nucleares, por un total de 1.545 lVHV de potencia
por métodos clásicos. instalada.
 2 - estados unidos han sido en los Estados Unidos muy grandes, por la gran diversi-
c!EIJ.CUJ.''"'cl"'"
de tipos de centrales nucleares que se han desarrollado, al revés de lo su- '
La situación de ·esta nacwn es bastante diferente de la de Gran Bretaña, en Gran Bretaña, donde se han concentrado en un solo tipo, la l'efrige-
pues aun cuando su generación es eminentemen:e térmica, posee un buen por- a C02 •
centaje de energía hidráulica disponible, de la cual se aprovecha actualmente, Así Shippingport costó el doble y se tardó también doble número de años
una proporción importante. los previstos en su construcción.
La producción total de los Estados Unidos en 1955, fue de 547.000 X 106 Las cifras que se dan en Estados Unidos sobre costo de centrales, son las
KW h, de los cuales 112.000 x 10" KW h se generan hidráulicamente, es decir
el 20,5 %.
El consumo específico por habitante que resulta, es de 3.306 KW h/hab. Tabla XIV
año, con un crecimiento anual de 5 % lo que da un coeficiente de
10 años, de 1,65 (promedio mundial 2,00).
La disponibilidad de energía hidráulica, es de 501.600 )( 10G KW h, habién- Tipo de Central Co:;to en U$8/KW H.e1ución
dose producido en 1956, 132.000 x 10G KW h, lo que representa el 26,3 % del
Tércina convencional (carbón o petró-
total posible. leo) .............................. . 150
Se prevee terminar con el aprovechamie.nto de los recursos hidráulicos en 300
el año 2000. Térmica nuclear .................... . 500 3.3
Energía nuclear.- La circunstancia de que no exista en Estados Unidos una
penuria de combustibles y de energía hidráulica como es el caso de Gran Bre-
taña, el desarrollo tecnológico actual es menor en este campo. No obstante ello Puede verse que las usinas hidráulicas americanas cues'.:an * comparativa-
se prevee poner en funcionamiento las siguientes capacidades totales de poten- mente más que las inglesas (relación 2 en vez de 1,55), lo que es principalmen-
cia en los próximos años, además de los 69 lVIW que ya se disponen: te debido a que el tipo de instalación más corriente, es el de bajas caídas de
agua, que son de más costosa puesta en valor que las usinas de altas y me-
dianas caídas, como las que se explotan en los "haighlands" del norte de
Escocia.
Tabla XIII En cambio el mayor costo unitario de las usinas nucleares en Estados Uni-
dos (relación 3.33 en vez de 2.1) se debe a un menor desarrollo nuclear y una
mayor diversificación de tipos de usinas, más costosas que las adop'.:adas en
Añ. o Potencia }f\V Total en todos los años n.rvv~ Gran Bretaña.
1960
El costo del KW h generado nuclearmente en Estados Unidos no se conoce
442 511
1961 19-l 705 muy bien por el momento, estimándose entre 1,5 a 10 veces el costo de la
1962 12 717 energía generada por métodos convencionales. Esto representa también un fuer-
1963 218 935 te contraste con lo que sucede en Gran Bre:aña, donde los costos ya son del
1964 360 1295 mismo orden. Se considera que se necesitarán en Estados Unidos, cerca de
1965 600 1900
1966 500 2400
20 años para llegar, con plantas nucleares, al costo de la generación por medio
de plantas convencionales, precio que sube de 2 % a 5 % anualmente.

En líneas generales se prevee generar en 1975, un 15 % del total de la

energía consumida en la nación, por medio de plantas nucleares, lo cual al rit-
3 - U. r. S. S.
mo de 5 % de crecimiento anual, representa 22.400 x 106 KW h, con una po-
tencia instalada de 400.000lVIW. La situación es bastante parecida a la de Estados Unidos en lo que se re-
Si nos atenemos a los informes dados en la Conferencia de Ginebra de fi.ere a fuentes energéticas. Entre ambos países poseen el 65 % de las reservas
1955, allí se preveía que en 1960 se tendrían 700 MW instalados de energía conocidas de carb5n. Ambos tienen también importantes recursos hidráulicos
de origen nuclear. De acuerdo a los datos indicados en la tabla XII, eso ha muy poco explotados.
sido transferido para 1961. Si se tiene en cuenta que por el momento, de los
442 lVIW previstos para 1960, sólo la central de Dresden en Illinois (de 180 lVIW)
es'.:á pronta, es de preveer un atraso de un año más en los planes indicados. Las 1 2. = 2,80 U$S.

65
 Para 1960 se prevee una generación de 320.000 X 10 6 KW h, de ,g-1:m 1~f¡r¡¡m
sobre la red francesa de "Electricité de France", pero con el fin fun-,
59.000 x lOG KW h serán hidráulicos, es decir, el 18,5 % (contra 22 de producir materiales fisionables y no energía, como las usinas in-
damente en Estados Unidos). de Calder Hall.
El consumo específico de energía eléctrica por habitante para 1958, fue de de France construye la primer central puramente
1.210 KW h/hab. año, con un crecimiento anual de 11,1 %, lo que da un coefi- en Chinon, la que comprende dos etapas, la primera llamada E D F 1
ciente de aumento en 10 años de 2,95 ( 1955-1965). 60.000 KW de potencia en un grupo, que se prevee entrará a funciona;
Respecto a los planes de energía nuclear, en el informe del XX este ai1o, Y la segunda E D F 2 de 170 lVIW en dos grupos de 85 MW cada
del Partido Comunista ele la U. R. S. S., se preveía la instalación de centrales. que comenzará a funcionar a fines de 1962. El tipo de central es de uranio
nucleares de 2 a 2,5 x 101; KW de potencia nominal. Este proyecto ha sido in- natural como combustible y grafito como moderador con refrigeración a gas
cluido en el plan septenal que termina en 1965. Si para esa fecha se tuviera carbónico.
esa potencia instalada, aceptando un factor ele utilización ele 0,75 para las cen- Las previsiones para 1965, son las siguien':es:
trales nucleares, se genemrían 14.888 x lO'l KW h/año, lo que para un total de
500.000 >< lOG KW h totales generados previsibles de acuerdo al ritmo de cre- Producción total de electricidad 102.000 >< lOG KW h
cimiento visto más arriba, representaría un 3 % de la energía total generada Producción de origen hidráulico 44.000 X lQIJ 43 o/o
en 1975. Producción de origen térmico con-
Por el momento sólo funciona la pequeña central de Moscú ele 5.000 KW. vencional 55.000 >< lOO 54 %
Se construye una gran central nuclear en Vorónezh, de una potencia nominal Producción de origen térmico nu-
de 420 lVIVi que posiblemente entre a funcionar en el correr del año 1960. Usa clear ...................... . 3.000 >< lQG 3%
como combustible el uranio beneficiado con agua a 100 ate como moderador,
y agua también como refrigerante.
Para el año 1975 se prevee haber puesto en valor todo el potencial hidráu-
En 1958 la potencia ins:alada era de 53.400 lVIW, previéndose para el final
lico explotable, con una prodttcción total de 200.000 x 10G KW h. A partir de
del plan septena!, una potencia instalada de aproximadamente 114.000 lVIW, es
esa fecha, todo el aumento será nuclear.
decir, un crecimiento de 215 % en 7 ai1os.
Como novedad, se estudian y construyen centrales mareomotrices. La del
De los 60.600 lVIW que se instalan, aproximadamente unos 48.000 lVIW
Río Rance, se piensa que comenzará a trabajar en 1960, y para 1963 producirá
( 79 %) , serán térmicos, y el resto hidráulicos. La preferencia por las centrales
800 x lOG KW h, lo que representará aproximadamente, el 1 % de la produc-
térmicas a pesar de la gran disponibilidad ele energía hidráulica, se basa en
ción francesa de esa fecha. Otra central mareomotriz posible, es la de Saint
que aquéllas son menos costosas, lo que les permite economizar en el septenio,
lViíchel, con una producción máxima de 20.000 x lOG KW h, que se prevee pue-
unos 20.000 millones ele rublos, que se invierten en aumentar la potencia tér-
da estar en funcionamiento en 1975, produciendo el 10 o/o de la energía eléc-
mica a instalar, en 10.000 lVI\V.
trica francesa de esa fecha.
De acuerdo a las cifras que hemos dado, se ha preparado la tabla XV, con
un resumen ele la situación ele las cuatro naciones, para 1965 en lo Teferente a
4 - froncio producción de energía eléctrica. Las previsiones que allí se ind:can, pueden va-
l'iar, especialmente en lo que se relaciona con el plan nuclear de la U. R. S. S.,
Su situación es bastante distinta ele la de los países anteriores, por el por no sernas muy conocido; pero en general indica correctamente las tenden-
importante desarrollo hidráulico, consecuencia de la escasez ele combustibles cias generales hasta 1965.
qt1in1icos.
En 1955 la producción total ele energía eléctrica fue de 49.700 lOG KW h.
lo que representa un consumo específico de 1.100 KvV h/hab. ai1o. La propor- Tabla XV
ción ha sido, 51 % hidráulica, y 49 % térmica.
PH.EVISIO.:\ P .-\RA H•G5
La disponibilidad de energía hidráulica en Francia. es de 67.500 x lO'l
KvV h, de los cuales se explotan actualmente, el 38 %. Se prevee su agota-
mien':o en los próximos 20 años. Producción Factor Consumo
País KW h/año de aun1ento por habitante
El factor de crecimiento anual ( 1955 sobre 1954) ha sido del 7 %. lo que lO!J en 10 K\Vh/hab. año
representa un coeficiente de aumento en 10 ai1os, de 2,00. ,
900 1.65 5750
El plan nuclear comprende por un lado, la instalación de tres centrales nu-
500 2.95 2380
cleares Gl' G~ y G:o,• la primera de 5.000 KW y las dos últimas ele 25.000 KW 1.S8 3140
126
cada una. Son l'eactores pertenecientes a la Comisión de Energía Atómica, que 102 2.00 2100

66 67
 Tabla XVI
ESTIMAC'ION DE RESERVAS ORIGINALES DE CARBON,
V 11 - recursos energ POR CONTINENTES Y POR PRINCIPALES PAISES PRODUCTORES

Queda finalmente por analizar, las reservas de recursos energéticos de

CONTINENTES Reservas originales Porcentaje Porcentaje
se dispone para satisfacer las crecientes demandas de la humanidad. Y PAISES (en millares de del total del total
Para no alargar excesivamente el presente trabajo, nos concretaremos toneladas métricas) por continente mundial
fuentes principales, carbón, pe:róleo, recursos hidráulicos y nucleares.
AMERICA DEL NORTE:
Estados Unidos ········ 2.254.027.000 92.3 36.99
Alaska ................ 9i.426.000 4.0 1.59
Canadá ········.········· 89.644.000 3.i 1.-17

1 - carbón Total ·········· 2.441.09i .000 100.0 40.05

Es el principal combustible al que ha echado mano el hombre, y es tam- ASIA:

U. R. S. S. (a) ········· 1.642.000.000 59.9 26.95
bién el que proporciona mayores reservas para el consumo. Puede estimarse
China .................. 1.011.000.000 36.9 16.59
que el carbón existe en la corteza terrestre en cantidades suficientes como para India .................. 62.143.000 2.3 1.02
abastecer a la humanidad durante cuatro o seis mil años más; esta estimación Japón ..........
, ...... ,. 16.218.000 0.6 0.2i
se basa en los yacimientos conocidos hasta ahora, suponiendo lógicamen'.:e, que Otros países (b) ······ 7.563.000 0.3 0.13

su número aumentará.
De acuerdo a lVIcCabe, los recursos mundiales de todas las categorías ( an-
Total .......... 2.738.924.000 100.0 44.96

tracitas, hullas grasa, lignitos.), alcanzan a la suma de 6.1 x 1012 toneladas EUROPA.:
métricas. Los 5/6 de esta cantidad, se componen de antracitas y hullas grasa, Alemania .......... ....
, 336.274.000 5LS 5.52
Gran Bretaña ......... 172.200.000 26.5 2.83
y el resto está constituido por los tipos de carbones de más baja calidad. Polonia ................ 80.018.000 12.3 1.31
Las fuentes de carbón se encuentran muy diferentemente repartidas entre Checoeslovaquia ........ 18.950.000 2.9 0.31
los distintos continentes, correspondiendo el 40 % a América del Norte, 45 % a Portugal ················ 10.236.000 1.6 0.16
Otros países (e) 31.134.000 4.9 0.51
Asia, 10,6 % a Europa, 3,4 % a Africa, 0,9 % a Oceanía y 0,1 % a América
del Sur. 648.812.000 100.0 10.64
Aún considerando los continentes globalmente, esta diferenciación aparece
Total ··········
acentuada, pues entre los Estados Unidos de Nor'.:e América y la U. R. S. S., AFRICA:
99.06 3.3i
Unión Sudafricana 205.395.000
detentan el 65 % de las existencias probables mundiales de estos combustibles. 0.94 0.03
Otros países (d) ······ 1.930.000
Cabe observar que una proporción muy grande del carbón extraído, se pier-
de en los procesos anteriores a su utilización definitiva, calculando en promedio, Total . . .. . . . . . . 20i .325.000 100.00 3.40
un 40 % de carbón perdido. Quiere decir que no más de 3,65 x 1012 toneladas
A1JSTRALASIA:
métricas llegarán a producir energía útil para el hombre. Australia ·········.······ 53.100.000 99.0 O.Si
En la tabla XVI damos una estimación de reservas por con'.:inentes y por Otros paises (e) ...... 546.000 1.00 0.01
principales países productores.
Total 53.646.000 100.0 0.88
··········
AJ\IERICA DEL SUR:
2.116.000 51.4 0.04
Chile ·················· 0.03
Otros países (f) ........ 2.000.000 ci8.6

2 - perróleo 4.116.000 100.0 O.Oi

Total ·········· 100.0
Total para el mundo entero 6.093.920.000
Si bien el petróleo es utilizado en cierta escala para ser quemado en las
plantas industriales fijas, su explotación intensa se ha realizado recién a partir (a) Total de Rusia Europea y Rusia Asiática.
del gran desarrollo del motor de ;combustión interna, particularmente en su cre- (b) Corea; 1\Ialasia, ?t!anchuria y TurQuía.
(e) Austria, Bélgica. Bulgaria, Dinamarca, Grecia, Hungría, Italia, Noruega, Países Bajos, Ru ..
ciente uso para la indus'.:ria del transporte. n1ania, Suecia y Yugoeslavia.
Es muy difícil estimar las existencias reales de petróleo, pues en general (d) Algeria, Congo Belga, I'tladagascar, ?t:larrueco Francés, Nigeria.
no es posible detectar su existencia hasta después de haber realizado perfora- (e) Nueva Zelandia y Nueva Caledonia.
(í) Perú, Honduras, Colombia y Brasil.
ciones que pongan en evidencia su existencia.

69
68
 (En millares de barriles)

País-es Estimación Estimnciún

prudente optin1is:ta
Se cree que el petróleo sólo alcanzará para algunas decenas, a lo
algunas centenas de años más, si bien las estimaciones de reservas se han
plicado en los Estados Unidos entre los años 1922 y 1938. Pratt ha es:imado .· ........................ . 217.000 29>} f)ü:J
que puede encontrarse petróleo en aproximadamente un 40 % de las tierras no 840.000 97;'}.!JOO
invadidas por las aguas. Las reservas estimadas hasta el momento, pueden cal- 2·1. 741.000 28.ú0ü.G~!O

cularse en unos 69.384 millones de barriles, es decir aproximadamenet, 7 X 1012 25.799.460 2B.26:'5.0DO
litros de petróleo. (Un barril equivale a 156 litros.) Este volumen se encuen- SUR:
tra repartido en la proporción de 49 % en el hemisferio oriental y 51 % en el 252.859 32G))00
hemisferio occidental. 58.632 i2.1>00
Brasil .... . 2.900 4.000
Las zonas geográficas más favorecidas por la distribución de petróleo, se Chile ............................ · · · 1.000 1.500
encuentran en el cercano Oriente sobre el Mar Negro, Mar Caspio, Mar Rojo, Colombia ......... ·«. . ................ . 422.300 5Sí).úQO
Golfo Pérsico y la zona oriental del Mar Mediterráneo. Otra zona muy impor- Cuba ........................... · · · · · · · · · · · · · · · · · · · 821 1.5:}~

Ecuador . . . . . . . . . . .............................. . 21.7Dl 37.500

tante se encuentra en el Nuevo Mundo, Norte, Centro y Sudamérica, sobre el
Perú . . . . . . . . . ............................... . 148.000 2úlJ.íJOfl
Golfo de Méjico y el Mar de las Antillas, comprendiendo Venezuela, Colombia, Trinidad . . . . . . .................... ,....... . 208.277 ~7:1.000
Méjico y la región coster¡:¡ meridional de Estados Unidos. '\renezuela . . . . ................. . 8.800.000 B.i5ü.üil0
Existen muchas zonas en las que presumiblemente se podría encontrar pe-
Total 9.916.570 12.~38.500
tróleo, pero las prospecciones recién comienzan, como por ejemplo, las tierras
de California en los Estados Unidos, la región Antártica de Alaska y Chile, Perú, ~.S.áO
Albania ............. .
Ecuador, Canadá y Argentina. Lo mismo puede decirse de la U. R. S. S., país Austria ............. . 66.600 76.61)0
que posee más petróleo en estado latente que cualquier otro de la tierra. Los Checoeslovaquia 3.859 8.5:(}0
.1,835 7.500
yacimientos soviéticos se extienden desde la zona del Cercano Oriente contor- Inglaterra ..
Francia ..... .').635 8.50ít
neando el Caspio, has:a la costa Artica, en una distancia de más de 3.000 kiló- 5v.9-!0 80.000
.;\.lemania ............................. · ·. ·
metros de longitud. Hay también petróleo desde el Caspio hasta la frontera con Hungría ................................ . 66.672 84.000
China, sobre una extensión de más de 2.500 kilómetros. Italia ............................................ · .. 905 l.f,OO
12.500 1-!.500
En lo que respecta a la producción de petróleo, podemos decir que ha dis- Países Bajos .......... .
Polonia ............. . 29.017 -13.(10!]
minuido en 1949 con respecto al año anterior, en aproximadamente 1 %. Esta 372.511
Rumania ... .
producción está repartida, en grandes números, en la siguiente forma:
En 1948 el Hemisferio Occiden':al ha producido el 78 % de petróleo mun- Total ................ . 623.3-14
u. R. S.S ................... .. 6.000.000 .S.500.0PG
dial; Estados Unidos el 59 %; Venezuela el 14 % y el Medio Oriente, el 13 %.
Damos en la tabla XVII. las reservas mundiales de petróleo por continente GOLFO PERSIGO:
7 .2~H.OOO 10.500.00;)
Bahrcin y Arabia Saurlita ... .
y por país, de acuerdo a las estadísticas extraídas del informe de McCabe. Irán .................... · ... . 7.350.000 9.aOO.Of;;J
5.750.000 7 .;)(il).(!fH)
Ira k
-1.:.:.08.000 lO.OOQ.O:lJ
1\.uwait ... .
1.000.000 1.500.üOil
Katar .... .

3 - recursos hidráulicos 25.599.000 89.000.000

Total
AFRICA:
7SO 1.000
En general aquella s!·egiones que tienen escasos recursos energéticos en for- Al~eria ................. .
lOO.OOfl
S5.000
ma de combustibles, son los que poseen las mayores disponibilidades de energía Egipto ......................... _......... · · · · · · · · · · · · ·
500 l.flOO
2\Iarruecos ..
hidráulica. Por ejemplo, vemos que Sudamérica que posee solamente el 0,07 %
102.0f}fj
ele las reservas mundiales de carbón, dispone del 10 % ele las reservas poten- Total ..... . 86.2-'0

ciales ele energía hidráulica. Y Africa, que sólo disponía del 3,4 % del carbón ORIEXTE:
t3:.í.000
almacenado en el mundo, dispone en cambio del 41 % de las reservas hidráuli- Birmania ...................... ,.. · · · · · · · · · · · · ·· · ·
57.4:-~z SO.OOfl
India y Pakistán ......................... · · · · · ··· · · ·
cas mundiales. S71}.000 1.500.000
Indone_sia .............. .
A los efectos de la estimación de los recursos energéticos y de su produc- 19:1.000 250.0fJD
Snrawak y Bruni ........ ,.
60.DOO 75.000
ción, la vVorld Power Conference clasifica como "Zonas de Energía Hidráulica" Sakalinas .............. .
22.500
1-!.550
(Wa:er Power Sites), toda zona recorrida por una corriente de agua que China y Formosa ..... .
15.750 3c;1.;:CD
Japón ........... ·. · · · ·
utilizada o capaz de ser utilizada para la producción de energía hidráulica.
1.3;,9.602 2.02~.::-oo
Total .............. -. ........... · · · · · · · · · · · · · · · ·
70 TOTAL MuNDIAL .................... · .. · 69.381.255

* Comprendido gas natural líquido.

 El U. S. Geological Survey en un informe preparado en 1948, ha estimado En cuanto a las reservas de minerales de los cuales se puede extraer torio
los recursos hidráulicos potenciales por continente, calculados para el gasto y uranio, no son por el momento suficientemente conocidas, especialmente no '
nimo Y para el gasto promedio, los que pueden verse en la tabla XVIII. se dispone aún de un criterio "económicamente cierto" sobre qué e.s una reserva
beneficiable, pues eso depende mucho de los procesos y costos de los mismos
que progresan rápidamen':e. '
Los recursos de carb5n ( 5,6 x 1012 toneladas), y los de petróleo ( 7 x 1012
Tabla XVIII litros), pueden alcanzar para satisfacer las necesidades energéticas actuales para
unos 200 a 500 años a lo sumo, siempre que se mantenga el ritmo de crecin:iien-
RESERVAS POTENCIALES DE ENERGIA HIDRA ULICA to de demanda (2 % anual), para una población mundial que crece 1 % anua!.
De los recursos hidráulicos hemos visto que llegarán al tope de su apro-
vechamiento, en los próximos 100 años y en no más de 20 a 40 años en aque-
Continente Gasto mínimo Gasto promedio % Producción llas naciones que ya han aprovechado entre el 40 y el 20 % de sus reservas
KW KW potencial K\V /año potenciales.
Europa •.• ........
~ 51 X 10 G 153 X 10" 10,3 6i X 10 lO Los recursos de Uranio y Torio, podrán alcanzar para unos 1.000 a 2.000
América del Norte 63 X 10 6 189 X 10' 12,7 83 X 10 lO años, lo cual nos hace ver que las fuentes nucleares actualmente en explo:a-
América del Sur 50 X 10 •J 150 X 10 u 10,1 66 X 10 lO ción, no cambian el crítico panorama energético, sino que a lo sumo desplazan
A frica .......... ,. 204 X lO 0 612 X 10 e 41,0 269 X 10 lO
Asia ············· 10 10 ,, 149 X 10 lO
el momento crítico, solamente en unos años. En cambio los recursos de deu-
113 )( ti 339 X 22,8
Oceanía .......... 15 X 10 G 45 X 10 u 3,1 20 X 10 2o terio (el agua), son de tal magnitud, que puede considerarse como una fuente
---- prácticamente inagotable de energía. Por millones de años la humanidad podrá
Total 10 ,,
······.······· ·196 )( 1488 )( 10' 100,0 654 X 10 10
generar su energía a partir del deuterio que hay en océanos y ríos del globo
terrestre; pero no es por el momento previsible, cuándo su explotación como
fuente de energía mecánica o eléctrica, se encontrará en el plano comercial.
4 - recursos de origen nuclear

Es preciso señalar que del núcleo es posible obtener energía calorífica

transformable a su vez en mecánica o eléctrica, por dos procesos, el de fisión
Y el de fusión nuclear. Sólo la fisión a partir del Uranio (Uo,_) o del Thorio
son por el momento, realidades técnicas. En cambio la fus-iÓ~ nuclear cuy~
elemento básico es el deuterio (isó:opo del hidrógeno) y que por consiguiente
se extrae del agua o de cualquier elemento hidrogenado, es por el momento, un
proyecto de futuro.
La capacidad de producción de energía de los distintos combustibles nu-
cleares, es la siguiente:
1 gramo de Uranio 235 fisionado, puede producir 23.000 KW h. de calor;
1 litro de agua contiene deuterio suficiente para producir 2,950 KW h de
calor.
Así mismo el aprovechamiento de los combustibles nucleares variará mu-
cho en los próximos años, como puede apreciarse por los da:os siguientes, que
corresponden al plan británico de centrales nucleares:
En la primera etapa de construcción de centrales nucleares una tonelada
de uranio equivale a 104 toneladas de carbón. La segunda etap'a de construc-
ción que comporta el uso de plutonio, será equivalente a 3 x 104 toneladas de
carbón. En la tercera etapa (después de 1965), en que se sustituirán los reac-
tores del tipo enfriados a gas por los reproductores rápidos ( "fast breeder")
una tonelada de uranio será equivalente a 3 x 106 toneladas de carbón.
V i i 1 - eondusiones
Hemos visto que la energía es una imperiosa necesidad de nuestra civili-
zación, siendo una generación adecuada de la misma, condición imprescinó.ible
para el desarrollo económico v el bienestar social de una nación.
- Los recursos energéticos "están muy desigualmente repartidos en la tierra,
y si bien la humanidad dispone de 5,5 veces la cantidad de energía mínima para
alimentarse, casi el 35 % de la población mundial dispone de no más de las
2/3 partes de ese mínimo vital.
Los recursos energéticos convencionales no podrán satisfacer la demanda
por más de 500 años en el mejor de los casos; los de los combustibles fisiona-
bies a lo sumo 2.000 años, mientras que el deuterio puede considerarse una
fuente inagotable independiente de la regi5n geográfica. Esta es la condición
fundamental para el desarrollo de las zonas subdesarrolladas del globo, entre
las cuales se encuentra América Latina, continente que sólo dispone del 0,1 %
de las reservas de carbón, aproximadamente del 14 % de las de petróleo Y del
10 % de las de energía hidráulica.
Marzo 1960.
'

El TANGO EN LA REALIDAD NACIONAL
(Y ensayo poro un deslinde íntegro\ de sus Guardias)
H. A. Ferrer
1 a el arte popular en la formación de la culh.:ra nacional
Muchos -y de la más variada índole- son los factores que se han aso-
ciado para desestimar la música popular de nuestras ciudades como asunto del
pensamiento crítico e investigativo.
Sin embargo, casi toda la música que en Montevideo y Buenos Aires se
escucha y se consume, la música que atrae, que preocupa y emociona a sus
hombres, es de origen popular.
Manejando es.a idea sin hacer -todavía- distingos o apreciaciones de valor
estético o autenticidad, es posible afirmar, que el más ligero examen de lo que
la radio divulga o el disco recoge -para apelar a los testimonios de dos medios
difusores de gran envergadura-, bastarían para confirmar con amplitud un
hecho indiscutible: la música popular es un acontecimiento permanente, impor-
tante, una necesidad indispensable en la vida de nuestras comunidades.
Tal es el fenómeno que, objetivamente, interesa presentar.
Hasta hoy, la hipótesis más admitida para explicarlo, ha sido ofrecida por
aquellos a quienes el mismo significa una molestia. O por lo menos, una etapa
a superar: se estima que el bajo nivel de nuestra cultura estética no nos per-
Horacio Arturo Ferrer.- Nació en l\1onte\·ideo en 1933. Es estudiante de Arquitectura. En 1954
fundó~ conjuntamente con un grupo de aficionados y músicos t:l Club de la Gua:·dia Nueva, cuya Secre-
taría General desempeña desde entonces. Dirige la rt.:vista '"Tangueando'', órgano de la mencionada ins ...
titución, así con1o su programa radial "Un 2.-fundo de Tangos... Ha publicado, además, trabajos en la
revista del SODRE, en el periódico "Jornada"' y -en el diario ""El País" y ha dictado numerosas confe-
rencias en la capital y en el interior sobre temas de su especialidad. En colaboración con el n1usicólogo
argentino Luis Alberto Sierra ha escrito un libro, titulado "Perfiles del Tango", de próxima aparición~
14
apreciar, asimilar manifestaciones musicales de mayor elaboración. Y por,
tanto, estamos -por esa causa- inhibidos de gozar con ellas y sometidos a
consumir otras de menor cuantía.
Conformándonos con ese sólo enfoque del problema y sin barajar otros
conceptos, la explicación parece buena y podría exponerse de esta otra manera
más directa: el día que la cultura europea que se imparte en nuestra enseñanza
esté definitivamente al alcance de todos, y desde los primeros años escolares se
haga familiar -hasta para el más desposeído de nuestros habitantes- la obra
de Palestrina, Bach, Beethoven y Stravinsky, habremos quemado im.portantes
etapas. Y el incipiente episodio de la música popular habrá sido. afortunada-
mente, superado.
El planteo, sin otras consideraciones, resulta incuestionable: nuestros pro-
gramas ele enseñanza media, por ejemplo, son prueba fehaciente ele que el cri-
terio existe y se aplica: la música popular no figura en ellos.
Frente a esta manera de ver las cosas. de cuya certeza parecemos dudar
solamente unos pocos, se alza, despiadamente, la realidad. Y la realidad es que
lo que espontáneamente nos interesa, es otra cosa que la que nos dan. Y que
nos están ejercitando mentalmente en un aparato forzado y caprichoso. Un apa-
rato que admitimos, toleramos y resistimos en el aula. mientras satisfacemos
nuestras verdaderas necesidades -tal vez de cualquier manera- fuera de ella.
Pero en ese deseo de otra cosa se va preservando, naturalmente, una actitud
creativa.
El trauma que así se genera es demasiado notorio para discutirlo. Sin em-
bargo, se insiste en él. Pero con grandes dificultades; porque para conseguir
en la formación intelectual de nuestro hombre aquel nivel cultural que le per-
mitiera gozar de la gran música europea, sería necesario que ese hombre tu-
viera la tradición estimativa que el auditor del viejo continente dispone en su
clima musical.
Ante aquella hipótesis, pues, cabe tejer otra: el hombre americano tiene
-acaso incipientemente desarrollada- su propia tradición estimativa y creativa
respecto de la música. Y su conducta mental es irreprochable: sabe lo que
quiere. Y lo que quiere, es música popular.
Con este nuevo punto de partida, el análisis de las posibilidades e imposi-
bilidades de futuro, pensando en nuestra cultura musical, tiene resultados muy
distintos. La pasión por la música popular no configura ya una circunstancia
mental a substituir por otra a través de la enseñanza, sino -por el contrario-
una circunstancia mental para ser cultivada. Con sus propias metas. con sus
propias perfecciones, con sus propias finalidades.
Lo que va a suceder, entonces, sólo tiene un punto de contacto con aquel
sunuesto: acaso. la música ele América tome de la música europea, para su
de~arrollo, todo lo que ésta tiene de aprovechable en normas, experiencias Y
conocimientos hechos. Pero nuestro progreso en materia de estimación Y crea-
ción musical no consistirá. nor ello. solamente, en un mayor conocimiento Y en
una más amplia divulgaciÓ~ de la ~uperior música de Europa: ese progreso .e~­
tará determinado por la decantación, por el perfeccionamiento Y la superacwn
de nuestra música popular. La realidad lo consigna con fuerza irresistible.
15
 11 - dos advertencias
Esa fuerza no es, como podría suponerse, la pgra exteriorización
comunitaria manera de sentir. No es pura porque es la resultante de un com-
plejo sistema donde juegan, no solamente ya el pueblo y su arte musical, sino
una serie de elementos que es imprescindible conjugar jun:o a ellos, para entrar
realmente en el tema de la música popular.
La idealizada visión del hombre que goza de la música que otro hombre
crea, está desvirtuada muchas veces en los hechos porque el puro vínculo de
la obra de arte está condicionado, deformado y no pocas destruido, por factores
extraños a su propia finalidad.
Desde que en todas las latitudes de América afloró la música popular como
manera propia de expresión, hasta el presente -vale decir, en amplio panorama
y sin precisiones, lo que va transcurrido del siglo vein:e-, se han interpuesto,
entre el creador y los destinarios de su obra, varias situaciones que han cobra-
do, con el transcurso del tiempo, decisiva gravitación.
Juntamente con la creciente aceptación de la música popular americana
-que registra todas las variantes de gustación, desde la pasión honda y sincera
hasta la pasajera circunstancia de la moda- se ha desarrollado, con idén:ico
vigor una gran industria que vive de su explotación sistemática.
Tan poderoso ha sido su auge, que bien puede pensarse que su.s mejores vías
de ingresos -la radio y el disco, por ejemplo- han vivido a expensas de la
música popular. Y que, en la práctica, ni la una ni el otro sobrevivirían sin su
aporte. A nadie se le ocurriría manejar perspectivas bursátiles en base a una
emisora cuyo programa fuera sinülar al del Sodre, ni montar una planta de gra-
bación, matrizado e impresión de discos fonográficos para registrar, con exclu-
sividad, música sinfónica. En cambio, la idea de negociar con toda felicidad
invirtiendo capital en una radio o en una grabadora, contando solamente con
música popular para sus programas y repertorio, es perfectamente común. La
música popular es motivo de las más pingües inversiones.
Esa industria, por supuesto, no hubo de conformarse a la espera de la pro-
ducción que compositores y realizadores, espon:áneamente, pudieran producir.
Ni tampoco, por supuesto, contentarse con lo que al público pudiera agradarle.
Para uno y otro caso, se cuidó de montar un adecuado aparato, capaz de ase-
gurar la curva creciente de sus ingresos. Trabajando paralelamente con las
editoriales -que se dedican con exclusividad a la impresión de partes de piano
Y orquestaciones- han formado el necesario elenco de autores y compositores ca-
paces de "fabricar" la obra supuestamente apetecida por el público. Ya sea rei-
terando con pequeñas varian:es un clisé exitoso, ya recomponiendo con las partes
más afortunadas de varios precedentes, una página fuertemente comerciable.
La maquinaria instalada es capaz, también, de inventar el artista que la
necesidad del momento sugiera: lo bautiza, lo encumbra, lo promueve, lo llena
de gloria, lo lanza a la fama. Y si es del caso -no siempre esta operación se
corona con igual suceso-lo abandona o lo destruye.
En último término, y trabajando siempre es:a descripción en gruesos tra-
zos, ha inventado también el imprescindible equipo crítico: las revistas de mú-
i6
popular y quienes las escriben, los programas radiales de presunta especia-
el "comentarista", el "disc-jockey" que son otros tantos engranajes del
que todo este plan admite excepciones. Pero las normas, son
No parece necesario abundar más sobre la tremenda interferencia que la
industria determina entre el creador y el consumidor de música popular. Y mu-
cho menos, agregar consideraciones que resultan obvias, respecto de la perni-
ciosa gravitación que esa interferencia ejercita sobre la música misma: obra y
realización pierden pureza, autenticidad, fuerza, sabor y vida. El tráfico espú-
reo, el trasiego incontrolado, la hibridación arbitraria de formas, la mortifica-
ción de la música, la hubieran atomizado definitivamen:e, de no haber mediado
una circunstancia salvadora: es tan grande y permanente el caudal de música
que se produce, que la hay, incluso, para malbaratarla. La industria del arte
popular, tal como se la practica, es una enfermedad grave, pero no mortal. Ha
contribuido sí, a crear confusión, a degenerar el gusto del público, a fomentar
el desconcierto, a crear el penoso hábito de la música. Ha llegado a convencer
que aquello que fabrica es autén:ico o que los artistas que inventa, promueve
y vende no son el móvil de una gran estafa.
Como todo el material artístico y humano con que especulan no está en-
cuadrado dentro de ese programa, la actividad desplegada por esa industria ha
tenido, también, resultados beneficiosos: en discos y en ediciones papel hay un
fabuloso registro de arte popular, del cual el experto oído puede extraer -ma-
nejando con rigor y cau:ela sus criterios de selección- una visión certera de
sus realidades: sus valores estéticos, sus hombres y su historia.
Un segundo factor es consecuencia y está comprendido dentro de un pro-
blema mucho más amplio que no corresponde analizar exhaustivamente aquí,
pero que, dado su enorme influencia, debe figurar en el más suscin:o examen
de la música popular: en la visión que Estados Unidos tiene de América Latina,
la música es una de las pocas imágenes que no contagia enfermedades, que no
huele a "republiqueta mulata" y que es lo suficientemente pin:oresca y excitan-
te oara ser admitida entre sus modas. El ·'folklore latinoamericano" tal como
se ha impuesto entre nuestros peores esnobismos es el penoso reflejo del interés
yanqui. Mucho más grave, cuando, bajo el rótulo triunfal, obtienen igual suce-
so lo auténtico, lo fabricado y los híbridos que se generan cuando ellos com-
ponen o interpretan música latinoamericana.
Merced a estas dos grandes advertencias, podremos determinar, en el cua-
dro de la producción de música popular -que los dos hechos anotados confun-
den y anarquizan hasta los extremos más intolerables- una primera, imp~esc~n­
dible selección: dejamos, con ella, fuera de concurso, todas aquellas reallzacw-
nes que llevan en su orillo "la marca de fábrica", así como todos los híbridos
que, a través de películas, discos e inventados artistas, devienen las exci:aciones
de la moda. Porque no aportan contenido alguno, porque están desprovistos de
significado, porque el tiempo no las hospeda, porque revelan siempre deplora-
bles simulaciones.
 m- ubicación del arte popular en el cuadro de la producción
Establecido este distingo de carácter general -que puede ser aplicado a
toda la música popular del continente- podemos restringir nuestro campo de
observación al Río de la Plata, señalando que la música popular de nuestras
ciudades, es la única manifestación artística verdaderamente representativa y
perdurable que se ha dado en ellas. Agregando, para evitar equívocos, que este
concepto involucra todos los grados de desarrollo que ha alcanzado en sus dife-
rentes episodios históricos. Etapas que habremos de considerar y caracterizar
con la más cuidadosa atención, páginas adelante.
El reconocimiento de esta idea que deslinda claramente dentro de nuestra
producción artística lo que es auténticamente representativo de aquello que no
lo es, ha encontrado siempre grandes obstáculos, insalvables dificultades.
La más importante de las muchas causas que han obrado para ello a través
de la historia de nuestro pensamiento crítico, puede ser recogida -con total
ajuste a la realidad- de la siguiente gráfica manera: en el Rio de la Plata, la
mayor parte de quienes tienen los elementos y las prerrogativas de investigar y
de dar sus opiniones, de clarificar y orientar respecto de nuestro arte, suelen
hacerlo pensando que su ventana da, románticamente, a las callecitas de Mont-
martre o que su máquina de escribir está instalada en la· redacción de "Time".
Todo esto supone, y los testimonios -no bien se levante un poco el vuelo-
son tan desalentadores como numerosos, que la mayoría de las valoraciones atre-
vidas, de las perspectivas manejadas a propósito de nuestro arte nacbnal o re-
gional, están absolutamente viciadas de nulidad por la fantasía.
Hay una tremenda confusión de medidas: porque se utilizan para estimar
los hechos de nuestra realidad, las mismas varas con que se arbitran juicios
para la producción de otros elencos humanos. Lo más grave es que los pano-
ramas trazados con los elementos obtenidos por esa vía, se derrumban a la pri-
mera comparación con la verdad que pretenden glosar.
Esa evasión de la realidad por supuesta emulación de otras culturas, que
vista desde nuestro micromundo es casi siempre motivo de orgullo para quienes
detentan el patrimonio del juego y participan de él, y objeto de admiración
para quienes alientan alternar junto a ellos, debe ser la nada. Es la nada: por-
que ni siquiera insinúa el peligro de gravitar negativamente en los procesos in-
telectuales que aspira a copiar.
Para nosotros sí, obra como lastre.
Haciendo un corte vertical, en el cual quedaran ordenadamente agrupados
a manera de estratos, las clases sociales con sus correspondientes manifestacio-
nes artísticas, ese lastre estaría depositado en las capas superiores, ocultando,
demorando, entorpeciendo la creación de los estratos inferiores.
Lo más serio, sin embargo, es lo que esa postura revela como actitud men-
tal: detrás de aquella fantasía por m.edio de la cual el sujeto. tocándose con la
varita mágica de su imaginación pone todo su aparato hum~no del otro lado
del Atlántico, hay una evidente repulsa del lugar donde se vive y un conse-
cuente desprecio por sus gentes.
Y no se trata, en el primer caso de una repulsa de fondo sino de forma.
Montevideo se transformara en un pequeño remedo de París, el problema
estaría subsanado en buena parte. En el segundo caso, no es desprecio de for-
-porque gente fea, pobre e "inculta" la hay también en su idealizada visión
ele ultrafronteras- sino un desprecio de fondo: un clasismo mental, tajante,
ilevantable, aterrador.
Esa conversión de nuestras ciudades, que en sus arquitecturas, por ejemplo,
ha alcanzado grados de descomposición tal vez insanables, es un viejo deseo,
cumplido a medias, de las clases al':as. Reflejado y ampliamente deformado en
el angosto espejo de la burguesía. Pero, sobre todo -insisto- es una frustrada
masturbación: la transformación a la que se aspira, incluye, junto a usos y cos-
tumbres de la más variada índole, todas las manifestaciones de arte. Y por ende
la música. De ahí surge el criterio de enseñanza que se aplica y al cual aludía
párrafos atrás.
Por ello, cuando Pablo Palcmt sostiene que el tango es la pasión musical de
la mi:ad del país y el desprecio de la otra mitad, no hace otra cosa que fijar
-a través de constatación en torno a la música popular- un hecho de cate-
gorías sociales absolutamente notorio.
Las clases que integran la parte superior de nuestro corte, no tienen un
arte propio. Es deprimente el clima que flota en sus conciertos. Está viciada
de desinterés la pedante atmósfera -que bajo una pátina de abstraída delec-
tación- cae pesadamente sobre sus exposiciones. Es la aburrida existencia del
"París-Match" tirado sobre una mesita, de un Picasso colgado distraídamente
en una pared. Porque la música no en:ra naturalmente por sus poros, ni vibra
su alma con una plástica que no entiende. Sus ropas se le despegan del cuerpo
aceitadas por el peligroso lubricante del esnobismo.
Todo lo que producen -con excepciones que ratifican fervorosamente la
norma- no sólo es representativo de nada, sino que por su propia vacuidad
tampoco es perdurable. El arte de las clases altas ~exclusiva obra de su admi-
rativa idealización de lo europeo- está condenado al estatismo por el adelga-
zamiento de sus propias facultades creadoras, anquilosadas en la copia obsecuente
de otros modelos.
"EL arte profesionaL de Las clases superiores -escribía Tolstoi- no dimana
de un imptLlso íntimo del artista; nace porqtw en las clases s11.periores de la so-
ciedad se pide alg¡ma diversión, qtw pagan mtty cara. No piden al arte otra
cosa mw sensaciones de placer. Así se ve qt1.e los artistas están obligados a
inventar métodos especiales para producir imitaciones, falsificaciones de arte,
a fin de satisfacer las exigencias de las clases soc-iales qtw les dan trabajo".
No se trata, sin embargo, ele juzgar que toda la superior producción intelec-
tual de nuestros países sea fruto exclusivo del esnobismo. Muchas veces es con··
secuencia de la equivocada orientación cultural que se brinda, orientación que
arranca al hombre del medio desde su adolescencia creativa. Y el frenesí de ese
hombre que se da a la tentativa de ''dar su mensaje" desemboca fatalmente por
ella, "hasta que ww tarde o una noche cualquiera -como lo describe Murena-,
en una calle, en ww plaza, en tm café, mientras Tecita mental1nente un poema
pTopio, se cala de improviso la falsedad, la gratuidad de ese poema respecto a la
calle, a las cams que se ven en ellas, al paisaje qtw se distingne de la plaza,
las voces o al estruendo que puebla el café, gratuidad que consiste en que
poema no tiene esencia ninguna en 1·elación con lo que lo rodea, qtw no
una afirmación. Que no es una afirmación, ni una negación, ni u.na stLperación
del sentimiento que ci7·cuia en tMno al autO?". Y el autor se confiesa a sí mismo,
si es sincero, que dicha gratnidad significa nulidad, porque sabe que ningún
poeta ha sentido desde Dante hasta Elliot, pasando por Hornero, ni podrá sentir,
una falta de relación tal entre sus versos y el sentimiento de su tiempo y lugar".
Dentro de nuestro corte, la única simbiosis grupo humano-manifestación
artística realmente verdadera, es la que corresponde a sus estratos inferiores.
Tal vez no se pueda hablar de arraigo con entera plenitud al referirse a nues-
tras clases populares, ni es:e concepto configure la imagen de un hecho com-
pletamente definido. En cambio, es dable constatar que el arte de nuestras
clases populares, notificando incluso esas indefiniciones, es auténticamente re-
presentativo. Las historias del tango y del teatro popular son
chables documen:os.
Y acaso esa auténtica representatividad, que dimana de una entrañable
unión entre el hombre y su expresión haya sido fomentada, enriquecida, verifi-
cada al hincarse en su suelo para resistir el vapuleo permanente, la pers:Jectiva
de su propia atomización frente a los poderosos vientos culturales que soplaban
y soplan, desde allende fron:eras, a través de las clases altas. La propia mar-
ginalidad de su desarrollo, la insuperable economía de sus medios, el esfuerzo
entablado para elevar a través del arte, no ya una abstracta, eventual, capri-
chosa circunstancia del espíritu, sino una apremiante denuncia, un diario de
fuego escrito por necesidad y no por voluntaria decisión individual.
Sin embargo, nuestro arte popular, es de origen europeo. Porque no pode-
mos pensar en "clases populares" como en un fenómeno uniforme, parejo, ho-
mogéneo, cuando -por el contrario- y en función de las muchas y distintas
apor:aciones humanas que desaguaron en el Plata para integrarlas, sabemos que
no es así.
IV • el papel de la inmigración en la génesis del arte popular
La gravitación del elemento inmigratorio es uno de los hechos capitales en
el estudio de nuestro arte popular. El mosaico de nacionalidades que, en virtud
de los trasiegos masivos de población servidos, preferentemente, en la segunda
mitad del siglo pasado apareció en las ciudades platenses, se compuso mayori-
tariamente con italianos, españoles y criollos. Los censos de 1887 en Buenos
Aires Y en 1899 en Montevideo señalan, con elocuencia estadística, la cifra hu-
mana: mitad de extranjeros inmigrantes, mitad de nativos.
Dicho todo esto de una manera más concluyente: el tango, por ejemplo,
:fue la auténtica representación de ese mosaico. Se tradujeron a través de él
inquietudes y problemas propios d-e nuestras ciudades, u:ilizando para ello mú-
sica de origen español. Y fue realizado por italianos e hijos de italianos.
Sucede, que la forma como se opera la influencia europea en las clases
y en las clases populares es polarmente opuesta: mientras aquéllas toman,
en la abundancia, lo superfluo, éstas toman, en la miseria, lo imprescindible.
las clases altas, esa gravitación cambia con cada golpe de la moda, resbala y
vencida, cada vez, trás el berretín transi:orio. En las clases inferiores, por
del desamparo, se arranca de esa influencia lo desesperadamente nece-
para incorporarlo sustancialmente a sus medios de vida y a sus medios
. ae expresión. Aquéllas son modificaciones circunstanciales. Estas. variantes or-
gánicas. Las primeras al:eran sucesivamente los medios de expresión de sus
usufructuarios, las segundas se incorporan a los medios de expresión de sus des.-
poseídos posesores.
El destino de los inmigrantes no fue, ni mucho menos, parejo.
Mientras llegaron contingentes cuya especialización ar:esanal fue absorbida
por un medio donde la mano de obra calificada era escasa, los inmigrantes lo-
graron alojarse tanto en la ciudad como en el campo y adaptarse a sus condi-
ciones de vida. Pero, juntamente a estas aportaciones cuyo porvenir en Amé-
rica estaba de antemano -y en cierta forma- asegurado, desembarcaron tam-
bién, en nuestros puertos, decenas de miles de hombres sin oficio, acarreados
como ganado tras el reflejo mentido de una existencia venturosa: venían a "ha-
cerse la América".
Los primeros constituyeron la parte del alud inmigratorio que se incor-
poró a la vida nacional sin dificultades: "con la facilidad de hacer fortuna y
adquiJ·ir educación social, muchas familias de esta procedencia lLegan a figt~­
rar entre la alta burguesía elegante. Los hijos y, sobre todo, las hijas de rn1t-
chos inmigrantes enriquecidos no conservan, acaso, nada de la pesada 1'1Lsti-
cidad de sus genitores: se tornan finos, pttlcros, se educan en el buen tono
y hasta adquieren, a veces, ese ah·e cansado e irónico de la aristocracia de
sangre", escribe Zum Felde.
Otros, muchos, no consiguieron encumbrarse. No sólo no lo consiguieron,
sino que tuvieron que bajar la guardia ante la miseria, soportando, además
del peso de la despiadada realidad, la carga de muchos sueños rotos, realen-
tados y vueltos a sucumbir cada día.
El tango, el teatro y la poesía popular han recogido hasta el cansancio
todas las peripecias del inmigrante, acaso atenuadas hoy por la distancia.
, Carlos de la Púa logró sinte';izar en un admirable poema de "La crencha
engrasada", toda la tragedia que, entonces, importó para los desposeídos "na-
ciones" la perspectiva inevitable de la bancarrota familiar cocinada en las
brasas de un porvenir tan inmediato como negro y tan avivado por la fatalidad:
"Vinieron de Italia, tenían veinte años
con 1m bagayito por toda forttma;
y sin aliviadas, entre desengaños
llegaTon a viejos sin ventaja alguna.
IVIas nunca a sus labios los abrió el reproche.
Siempre consecuentes, siem.pre laburando,
pasaron los días, pasaban las noches:
el viejo en la fragua, la vieja lavando.
 Vinieron los hijos, ¡todos malandrinas!
Vinieron ras hijas, ¡todas engrupidas!
Ellos son bon·achos, chorros asesinos
y ellas, son mujeres que están en Ia vida."
A ellos se sumó. caóticamente. en un lapso de pocas decenas de años,
aluvión incontrolado. de gentes sin especialidad ni ocupación que fueron a disi-
mular sus vidas -rechazados por el medio y por su ineptitud para asimilarse
a la contienda ciudadana 0 para afincarse en el trabajo rural- al oscuro resu-
midero de las orillas.
Otro fen5meno, és:e de transmigración, se confabuló -desde adentro--
para dar al caos humano de nuestras ciudades su definitivo aspecto: en tanto
el carripo adquirió con el clavaje de alambradas su gran tono feudal, su habi-
tante trashumante v rebelde o lo que de él quedaba -si no se reclutó
régimen degradatorlo del peonaje- se vio forzado a bajar a la ciudad.
Pero, ni su constitución física, ni sus medios ele vida, ni su cabeza estaban
hechos para lidiar en el certamen ciudadano.
El ~aucho es:ropeado por una circunstancia que no entendía, despojado de
su libertad, de sus bienes, de su aspecto, de su alimento, de sus amores, de su
pasado y de su futuro se atrincheró hoscamente en el irremediable presente:
toda la violencia de su desarraigo vino a gotear, desde su soledad y su intros-
peéción, sobre los bordes de la ciudad. No logró penetrarla: todas sus energías
estallaron contra el muro invulnerable de su inadaptación y desembocaron con
su flamante impo:encia, en el expediente desesperado de la prepotencia: el su-
burbio fue la gran necrópolis donde vino a guardarse para siempre.
En Buenos Aires, acaso, estos fenómenos cobraron mayor volumen que en
Montevideo: la ciudad quedó dividida en dos países inconciliables, apenas comu-
nicados por el infinitesimal agujero de los m.ercados: "Hasta La Intendencia de
Aivear, eL Norte y eL Sm·, se parecían tanto como una hermana pobre a nna
hermana ¡·ica -señala Marünez Estrada-. Luego empezó a diferenciarse el
Norte Burgués del Sur Proletario. Desde Alvear todo lo que es edificio se
Levanta y se alhaja; la aveiúcla homónima es la cúspide desde donde declinan
todas las cosas urbanas. Hacia eL Oeste y el SuT, quedaba la Pampa sin vencer;
no se la desalojó al edificar, quedó agazapada. Quedaron aHí los hombres ele
s1Lelo más que paTee!, el compadre de pañnelo y cuchillo qtw un btwn día se juzgó
ciudadano de la t<rbe, qtdso entrar en deTecho de esa ciudadanía :<J se afirmó
como ente de fTontera. La Pmnpa em irremediablemente invadida, pero el hom-
bre de La Pampa quedó irremediablemente apTesado entre la expanswn de la
ciu,clad y la resistencia del campo. El alegato vínclicato1·io ele la llanura es el
pañuelo bordado y siL voz, el vilipendio a1 Cttello duro."
Las do.s puntas de Buenos Aires, Norte y Sur, recogen los restos
complejo humano que ha invadido la urbe.
La gran epidemia de fiebre arnarilla del 71, desaloja los núcleos .cd.Hll.ucu
instalados al Sur, en las proximidades del Riachuelo, empujándolos hacia zonas
más al:as y mejor ventiladas: preferentemente, el Norte -en las cercanías
centro- y el Oeste (Caballito, Flores, Floresta).
82
.so~re las costas bajas, enfermizas y penosas del Riachuelo, aprovechando 12
cornen,e de aguas, se instalan diversas manufacturas implantadas sobre toda la
Sur (Barracas, Avellaneda, Quilmes): sebo, suela, curtiduría, jabón fós-
Y papel. '
Hacie el Norte, en torno al cauce del Maldonado v tra~ el loteo
• ..L • , .., ~
c'e
...,1
1""
.J. a:::;
,·
'"le-
~ qum,as van aparec1er:do junto a los grandes corralones sus típicos almace-
ne", l~atadero.s, carbonenas. Y bajando hacia el río, el Mercado de frutos del
Parana.
Al Sur, por fi:n, se afinca, con :preferencia, la inmigración ele procedencia
genovesa: levantan sus chozas con chapas de zinc y madera porque le~ resistencia
?el suelo no a.dmite la pesada construccién de albañilería. y la larga fila de
msalubres habitáculos aplastada contra la silueta del puerto se apretuja en el
viejo barrio de la Boca.
E~ Palermo, sobre el suburbio Norte, se asienta la inmigración de origen
calabres. Y en ambos extremos quedan, unidos en la marginalidad geográfica.
la baja clase media, el nacien:e proletariado urbano y un grupo incidental ente-
r~~1ente destinado a desaparecer: está formado por el descarte de la inmigra-
clon Y el compadraje surtido por la transmigración del hombre de canmo.
El tajo asestado a la fisonomía de la ciudad no permite confusiones-: "Boedo
es trn boulevar amplio y ele aspecto vívido. Posee en campesino !o que Florida
posee en paTisiense: los mismos objetos, de distinta calidad: el diamante. de vi-
drio; el oro, fix. Se comprende que Boeclo es más Buenos .4ires que Florida."
(1\!Iartínez Estrada.)
Un recuerdo de José J. Podestá en sus Memorias, recupera con precisión
suma, hasta qué punto llegó la mezcla de temperamentos, culturas y actitudes
en nuestras ciudades: cuando uno ele los integrantes de su comnafüa. Francisco
Cocoliche, italiano e inmigrante como muchos de los actores q~1e p~blaron las
primeras horas de nuestra escena, era requerido en su identidad. resPondía: "M a
quiame Franchisque Cocotiche, e songo cregoyo gasta lo giiese. ele -la taba e la
canilla ele lo cco·acuse, amiqtte; ajficate Ia pcLTata . .. '" Y precisamen:e con el
nombre de este perscnaje se bautizó ese sub-lenguaje que -Droviene de un ita-
liano dialectal chapuceado de un español ya deformado en -la verba ciudadana
y elementos ele expresión típicos de la campaila.
Es de capital importancia, pues, el análisis de la contribución euroDea en la
formación de nuestras clases populares. Por lógica extensión. el art~ popular
-formal y sustancialmente- ha dependido de esa contribució~.
V ~ tongo y teatro popular: razones de su
Ese ar:e popular, que es -paradójicamente- la unificada exteriorización
un heterogéneo cuadro de categorías humanas -o que notifica, por lo menos,
progresiva amalgama de sus ingredientes- se ha limitado con cxclusi;;idad a
medios de expresión: música y literatura. Ni plástica, ni arquitectura popu-
Abundancia sí, ele poesía -en las letras de los tangos, por decenas de mi-
de la versificación lunfardesca de A.prile, Yacaré, FloTes, de la Púa- ele
83
teatro, en los cien':os de sainet,es que poblaron nuestros escenarios con au
voz en los treinta primeros años de nuestro siglo. Y la música, texto Y
interpreta':iva de la realización tanguista; con definidas modalidades de composi-
ción y estilos instrumentales y vocales a lo largo de su densa his'.oria, presidida
por dos instituciones estéticas de puro cuño rioplatense: ,el cantor de tangos y
la Orquesta Típica.
Nuestros temas, con todas las precisiones y nebulosas propias de nues':ra
arbitraria composición social, han encontrado en el tango y en el teatro ligero
de origen popular, sus únicos soportes.
Habría que consignar en este reducido inventario de nuestra creativa popu-
lar la parte que corresponde al arte negro: pero se trata de un proceso com-
pletamente separado del que aquí se presenta, con caracteres, incipiente desarro-
llo y destino enteramente distintos.
No es necesario pensar demasiado para explicarse aquella abierta preferen-
cia o para demostrar esa preferencia con las pruebas inobjetables de su perdu-
rbilidad o de su arraigo, de su consolidación como lenguaje de arte, de sus
éxitos como vínculo, de su desarrollo orgánico y permanen :e.
Las razones de esa predilección por tango y por teatro como vehículos de
manifestación colectiva, podrían ordenarse -en una primera tentativa, no de-
finitiva-, de la siguiente manera: no han sido necesarias para acceder a ellas,
especializaciones técnicas que estuvieran fuera de la órbita de los naturales re-
cursos de las clases populares. Quien sepa entendérselas con un instrumen':o
de música no falta ni en el más menguado ámbito cultural. Por otra parte, el
aprendizaje no puede ser un sacrificio ni una tarea desdorosa cuanto es --siem-
pre- una aspiración.
Además, llevando los términos de la cuestión a un extremo perfectamente
encuadrado dentro de la realidad, para hacer un tango no es ni ha sido nece-
sario saber ni escribir música. No se tra':a aquí de juzgar que las obras así sur-
gidas sean buenas o malas -las hay de las unas y de las otras- sino, simple-
mente, cons';atar que el hecho existe; manifestarse a través de un tango ha sido,
también, posible para un analfabeto. Un silbido, un poema oral, son, pueden
ser, un tango.
Cabría agregar, para subrayar definitivamente esta idea, que entre los más
importan':es creadores de tangos y en todas las edades de su desarrollo -com-
prendidas sus épocas incipientes, su transformación y su actualidad- han habi-
do artistas, Enrique Discépolo y Alfredo Gobbi, por ejemp~o, cuya importancia
Y gravitación es absolutamente imposible desconocer, y cuyos conocimientos mu-
sicales han sido menos que escasos, cuando no inexistentes. No ha sido ello, no
es, una norma; pero es la posibilidad la que interesa manejar ahora.
Sería redundante, pero es necesario insistir sobre el valor de este hecho:
al hombre urgido por complicaciones de subsistencia, por ejemplo, acuciado por
su marginalidad social o por su angustiante desarraigo, no puede pedírsele que
piense en el arte como un hecho externo a sí mismo. Que haga de la crea
un acto de su voluntad.
El arte será para él, todo lo contrario: un arma utilísima, un panfleto
el cual denunciará todas sus urgencias: el arte será para él una prolongación
sí mismo, imposible de concebir como ajeno objeto.
84
Nada habrá en su arte de racional: será salvajemente subjetivo, informal,,
-acaso- a golpes. Fruto de circunstanciales impulsos a los que nin-
mi:JU'''"o'uv
medida de esperada belleza puede sujetar.
Porque la finalidad no es, esencialmente, crear belleza, sino proyectarse,
de alguna manera.
Aunque más tarde, de ese caos, de esa espontánea e irreprimible catarata
de formas expulsadas vandálicamente, surja toda una preceptiva es:ética. Y lo-
gremos descubrir que ese tremendo desorden es sólo aparencial: que tiene nor-
mas, que está íntimamente relacionado con los propios ritmos del individuo o
del grupo. Y que si no se quiso inventar belleza, hay belleza.
El hombre, en la situación porque atravesaron los primeros tanguistas, valga
el caso, no puede supeditar sus necesidades de comunicación y de vínculo inme-
diato a la asimilación de técnicas que bandeen sus premuras y es:én mucho más
illá de sus posibilidades y de su obligada economía de pensamiento.
Buscará, por el contrario, la vía más expeditiva. Si no encuentra una pro-
pia, la tomará en préstamo transformándola al influjo de su distinta individua-
lidad. De cualquier manera se procurará el medio de expresión que le asista
el menor esfuerzo personal.
Este y no otro, como ya veremos, configura el verdadero origen del tango.
Algo antes de su aparición y antes aún del surgimien:o del teatro popular
rioplatense, circularon infinidad de estribillos donde se hacía, sumaria y primi-
tivamente, la relación de comunes problemas de actualidad. Circularon de boca
en boca, modificándose, perdiéndose o reconstruyéndose.
"Pepino el 88" evoca esa incipiente etapa de colectiva manifestación ante
comunes inquietudes: "En mis entradas de payaso me peTmitía poner en evi-
dencia, hasta dónde era discTeto, los st~cesos del momento, criticando en cancio-
nes y monólogos lo qne el pneblo sabía y comentaba."
El "Tango de la casera" que cundió sobre Buenos Aires entre 1870 y 1880,
fue una manera de denunciar que habían en la ciudad más de mil quinientos
conventillos a cuatro vecinos por pieza.
La segunda causa del tremendo favor que tango y teatro gozaron desde un
principio está consignada en las dos evocaciones que anoto: su notable agilidad
para repartir con gran eficacia opiniones y sentimientos.
Por último, y sin agotar, ni mucho menos, el tema, es necesario apuntar
que tanto el tango como el teatro popular están construidos con elementos for-
males perfectamente accesibles.
La terminología que se emplea, la sintaxis que se gasta, los giros, los mo-
dismos, los en:endidos valores que entran en la elaboración de un sainete o de
una letra de tango, son los mismos que se manejan en la conversación de todos
los días.
Finalmente, hay que aludir al poderoso espíritu de síntesis de ambas far-
de expresión: a la economía de medios se suma la economía en el trata-
de los temas, ofrecidos sin ambajes, directamente.
No ha cabido, sin embargo, igual fortuna a tango y teatro en sus procesos
desarrollo.
 Mientras la his':oria del tango tiene, con diversas alternativas
ciados picos de auges y cns1s- una línea de inconmovible permanencia,
dable observar en el itinerario hist:Srico de nuestro teatro los mismos
ter es.
Es curioso, a la vez, observar, que uno y otro conservan paralelas trayec.:.
torias de gestación, nacimiento y desarrollo hasta el primer cuarto del siglo
. Es más, alrededor de 1920, unen sus respectivos, resonantes éxitos: es la
e?oca de las orques':as, de los cantores y cancionistas de tango en los escena.
nos 'teatrales: "Los dientes del pen·o", "El baila¡·ín del cabaret". "Hoy te
man Iviilongtdtcc·•. · Aquella última es, en parte, la causa de la escasa difusión del tango dentro
Después de ese mancomunado episodio -apuntalado por descomunales exr~
tos de taquilla- los empresarios teatrales concluyeron por liquidar la gallina
de los huevos de oro convirtiendo sus mejores sucesos en rutinarias fórmulas
que cansaron, finalmente, a sus gruesos auditorios. :Malbarataron en poco
po toda la espontánea calidad artística que en sus principios ofreció la flamante
combinación.
El teatro nacional no logró recuperarse del golpe. En ·:ambio la industria-
l"
.1zacwn .• el e1 tango no logró agotar sus reservas. Es así, que a partir de 1930
sus derroteros se separan definitivamen':e.
. Buena parte de este disímil destino puede atribuirse a que todas las cua-
lldades e1~umeradas para explicar la aceptación popular de tango y teatro -fac-
tura sencllla, accesibilidad de temas y lenguaje, rápida difusión- se han dado
con mayor amplitud en aquél. El tango parece ser mucho más sensible, talvés
menos yrofundo, para regis':rar el intrascendente hecho cotidiano. Más liviano
para distribuirse, más sintético en la estructura de los ciclos dramáticos donde
se apoyan sus anécdotas y tramas argumentales.
Hay muchas letras de tango queson resúmenes de íntegros sainetes: "EL
pon~ho de~ anwr" de Vacarezza, "El metejón" de Chiarello, "Cambalache" de
En:·¡qu_e ])t~cépolo, "Pobre piba" de Homero Expósito, "La vioLeta" de Nicolás
D_hvan, "Tunta roja" de Cátulo Castillo, "Pompas" de Enrique Cadícamo. oara
c_ltar al azar buenas obras de distintas épocas y estilos, en una intermln~ble
hsta de ejemplos.
• Mucho~ autores, por otra parte, se han ejercitado en ambas disciulinas: ade-
ma:_ de vanos de los nombrados, Pasctwl Contw·si, José González CastiLlo. Ro-
beno L. Cayol y AlbeTto Vaccarezza. . como objeto de estudio, sino que su inquietud es, na~uralmente. producirlo y
Re:ulta desesperan:e, ver y admitir el forzado aparato que se ha montado
pa;;a. remv~ntar la obra nacional, el autor nacional cuando, por cada obra nacida
a forceps·· en un flaco caldo de buenas voluntades y generosas opiniones. hav
una cenLena de tangos surgidos con toda la naturalidad con que todos aspiram~s
a que. florezca nuestro hoy inexistente teatro.
... El testimonio de su permanencia, de su coherente desarrollo de "U ~,- 0 La-
gomco pape.1 en ·1 a v1da · ' ~ JJ- · •
de nuestras ciudades narece ser "Ob>'ado
para ~ L ' - ~ - - nacido en Los arrabales y consistente en una mezcla de habanera tropical
·"" ~ p:n~ar que. es al Lango al que hay que conferir la prevalencia entre nues,
tras arte" populares a la que el teatro no puede asoirar.
Y visto que solamente el arte popular, tiene en- las ciudades
ant,ecedentes Y presentes pruebas de autenticidad, habrá
........ "'~""ue tan sólo enunciarlo
. . sea escandaloso- que el tango es, por fin '~
•.., el 1na,
l1ech o arhstlco de nuestra área cultural.
Es el único reflejo que funciona con el estímulo de nuestras realidades.
Y acaso, esa conservada pureza, sea la .respuesta a la favorable indiferen-
con que ha sido relegado por la "culta" meditación burguesa.
· G consideraciones generales sobre el estudio de la historia del tanga
de la música universal. En otro grado, se debe a que -como tan
Vicente Rossi- "los telég1·ajos funcionan solamente de allá
Seguramente, al hacer mención a este fenómeno -la desproporción entre
el arraigo y la aceptación del tango en el Río de la Plata y su menguada reso-
nancia fuera de fronteras- cada cual rescate en:re sus recuerdos el mítico
triunfo del tango en París, las controversias diplomáticas entabladas para la
discusión de su supuesta sensualidad o de los estribillos cant2.dos a prop:Ssito
de ellas: "Dicen que el tango tiene una gran languidez, por eso ro ha prohibido
eL Papa Pío Diez". Acontecimientos sucedidos apenas albo rareada la segunda
década de nuestro siglo.
Sin embargo, las razones de es:e auge son muy otras que las manejadas
hasta el presente, casi siempre en función de excitantes relatos románticos en
base a los cuales se ha perpetrado la peor literatura publicada a propósito del
género.
Porque la realidad es que si el silencio trasunta el púdico desapego que ha
merecido el tango, no es menor lo que ello traduce como ignorancia respec:o de
la vida de las clases populares, su temática y sus problemas. ni menos desesti-
mativa toda la literatura de tono paternal a que se han entregado muchos de
nuestros escritores en sus horas de ocio, paTa exal:ar por pintorescos los más
desoladores páramos humanos, para sostener que no es importante lo que des-
conocen.
Las causas, pues, de la escasa divulgación del proceso histórico del tango,
son evidentes: la clase que produce el tango, no tiene interés de pensar en él
gozarlo. Quienes tendrían tal vez, posibilidades de analizarlo, exponerlo y difun-
dirlo, no lo hacen porque inmersos en otras medidas culturales, el tango les res-
bala, no lo sienten, no entienden su lenguaje y en definitiva, en lugar de resul-
tarles un atravente tema los comporta acaso. una vergüenza. Y de esa molestia
nacen las má~ lamen:ables impugnaciones. Ibarggren sostenía como detracción
como ofensa algo que se connotaba a la realidad casi como verdad incontro-
: "EL tango no es propiamente argentino; es un prodtccto híbrido o mes-
milonga falsificada."
El estudio del tango, como objeto estético, como fenómeno popular con his-
ha quedado, a la pos:re, en tierra de nadie.
 V 11 - una primera aproximación
En tren de repasar esa historia, acaso reconstruirla sobre nuevas bases de
observación y de flamantes constataciones, será imprescindible añadir algunos
antecedentes para su mejor comprensión: véase que el origen musicológico y
humano del tango es muy distinto al de todas las restantes manifestaciones de
música popular del continente.
En las ciudades del Plata el tango ha dejado un largo rastro. Rastro que
se extiende, entre las primeras señales de su gestación, operada en la segunda
mitad del siglo pasado, y el presente.
Esa larga marca continua, mirada desde la altura, sólo prové -a manera
de hitos pronunciados y fácilmente reconocibles- los nombres de sus ídolos,
reverberados en las leyendas que los reflejos de su brillo suelen encender en
la imaginación popular siempre fecunda para enriquecer sus admiraciones. Los
títulos de sus obras, los fragmentos más felices de sus le:ras y de sus textos
musicales, el perfil de su instrumento favorito, el bandoneón, y algunas pocas
circunstancias extraídas de su evolución, es lo que suele distinguirse en la
distraída perspectiva de siempre.
Al aproximar el enfoque, las cosas cobran otro relieve. Hay decenas de
auténticos creadores que sin haber alcanzado gran resonancia pública que los
reponga al recuerdo inmediato, sin haberse prolongado en el mito, configuran
elementos de tal importancia dentro de la trama, que ésta perdería enteramente
su continuidad al omitírseles: se me ocurre que el nombre de Elvino V arda ro
es un excelente ejemplo para el caso.
Lo mismo podría decirse de los hechos y las obras que una adecuada pro-
ximidad al tango permite distinguir y cuya exclusión en la más somera reseña,
falsearía por entero la realidad: omitir en un examen de su evolución ,el tango
"Recnerdo" de Osvaldo Pugliese, sería desconocer que en el proceso de la trans-
formación creadora de nuestra música popular esa obra de:erminó -en razón
de su original desarrollo y su novedosa estructura para la época de su apari-
ción, 1925- un nuevo orden de cosas. Y no sólo en el cam;::o compositivo,
sino por añadidura, en el interpretativo: su enorme riqueza armónica, sus efec-
tos contrapuntísticos, su magnífica variación obligada constituyeron una ver-
dadera prueba de fuego para los ejecutantes de entonces.
Podría hablarse, con toda jus:icia, de obras antes y después de "Recuerdo",
de instrumentistas, antes y después de "Recuerdo".
Se refiere, a propósito de este tango, que, cuando los parroquianos de uno
de los muchos cafés-concert que solían poblar Buenos Aires y Montevideo,
pedía dicha obra al "conjunto de la casa" -integrado casi siempre por músicos
de escasas virtudes- ¡"Recuerdo"! ... ¡"Recuerdo"!, a viva voz, el, o los ban-
doneones, casi siempre los más comprometidos por las dificultades de la obra,
respondía: "Con m1tcho grttsto; serán dado."
Y no ya acercándonos a ese indeleble rastro que el tango ha surcado sobre
nuestras urbes y observando con mayor cuidado el verdadero grano de su tra-
ma, sino, sumergiéndonos en ella, nos será factible constatar que aquellas figu-
ras-clave, que, sus decisivas obras, son apenas la décima parte que el iceberg
asoma sobre el nivel de las aguas.
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Que por debajo de la huella de sus éxitos, de sus ídolos, de sus instancias
notorias, subyace -en ilimitada profundidad- el mut:itudinarío taller don-
de, infinitos y anónimos artistas inventan, en medio del manido y rutinario
quehacer de cada día, los elementos que el talento de algunos llevará a la su-
perficie: centenares de músicos que han rascado su violín, tecleado su bando-
neón o su piano en el más oscuro anonimato, pero que han contribuido, infini-
tesimal, pero masivamente a darle al tango -por la impronta de su comunitaria
factura- la fisonomía estética por la cual le reconocemos, el aliento espiritual
que le hace inconfundible.
Podría deducirse de ello, que la importancia de su notación mus,ical, por
ejemplo, como rasgo de definición, no tiene mayor importancia. Es otra cosa,
la que determina que el tango sea lo que es y no otra música.
Es que, acaso, ese sea el vivo secreto del arte popular.
Debajo, pues, del rastro visible a simple vista que el tango ha dibujado,
palmariamente, en la a:mósfera ciudadana, hay un hondo y fuerte cimiento.
A ello obedece que su historia tenga una estructura, cuyo plan de desarro-
llo se ajusta a las mismas tensiones del lugar social donde está enclavada.
V111 ~ primeros apuntes para un deslinde integral de las guardias
En un gran panó que llevara representada la historia del tango, una tam-
bién grande división llamaría la atención del más desprevenido: "Guardia Vieja"
y "GLwrdia Nneva" son las denominaciones convencionales que a tales episodios
han sido asignadas.
Configuran ambas, de tal manera, las dos circunstancias históricas de mayor
importancia en el desarrollo de nuestra música popular.
Sin embargo, a pesar de la magnitud que en tiempo y volumen histórico se
les reconoce, no se ha logrado, hasta hoy, establecer una integral diferenciación.
Esa indiferenciación podemos atribuirla a varios factores: la falta de estudio
sistemático, la reciente promoción del concepto "Guardia Nueva", la ausencia
de una completa revisión de las causas que inciden en el desarrollo histórico
del tango.
Parece, empero, muy sencillo, consignar que Ramos Mejía, ViHoLdo, Genaro
Spósito, Grecco, "Hansen", "El entrerl'iano", "El choclo" y la flauta pertenecen
como hombres, lugares, obras e instrumentos a la Guardia Vieja en tanto que
Discépolo, P1~gliese, Fresedo, TToilo, el cabaret, "Uno", "Boedo", "1\!Ialena" Y
"Responso" corresponden a la Nueva, empleando una simple disposición crono-
lógica.
Ello nos conduciría a tremendos equívocos: porque se determinaría con ese
criterio una crítica juntura en la cual, con la consiguiente sorpresa, habría hom-
bres y obras que perteneciendo a la Nueva Guardia, preceden, en el tiem~o,, a
hombres y obras de la Vieja: Ernesto Ponzio seguía en 1930 tocando el v10lm
a la manera de la Guardia Vieja. Para entonces ya hacía diez años que Elvino
Vardaro, Jnlio De Caro, Cayetano Pugiisi y Agesilao Ferrazano, entre otros,
habían inaugurado la típica manera de tocar ese instrumen'.:o en el tango, hecho
que corresponde históricamente a la Guardia Nueva.
En este sentido me suscribo al criterio manejado por Luis iL Sierra res-
pecto de la diferenciación de "Guardias": "Nos inclinamos a afirmar que Ia
solución al deslinde entre Ias dos 'guardias' Tadica en el concepto de forma que
es el conducto por el cual se ha operado el pToceso evolutivo de 1mestTo tango.
Creemos que es únicamente el aspecto joTmal, el rasgo inequívoco ele distinción
entre la GlWTdia Vieja y !a Gtwrdia Nueva".
Considero, sin embargo, que la explicación no es completa. Solamente una
recapitulación y consideración global de acontecimientos -el paulatino camino
recorrido por el tango desde las orillas hacia el centro de nuestras ciudades, el
cambio de posesores y oficiantes, la aparición y consolidación de la industria
aparejada al arte popular, la definitiva instalación del tango como espectáculo
comerciable, la progresiva capacitación de sus ejecutantes, juntamente con las
capitales instancias de su modificación formal- podrán darnos, en definitiva,
los verdaderos rasgos diferenciales. Rasgos que hacen históric2.mente cierta la
clasificación en las dos consabidas guardias.
La historia del tango es un fenómeno absolutamen':e continuo, en el cual,
los episodios fundamentales de sus Guardias, se hallan entrañablemente unidos
por un conjunto de vínculos estéticos, sociales, económicos y humanos.
El fin de la Guardia Vieja está sobrepuesto al inicio de la Nueva. Presenta
aquél, en forma por demás notoria -las flamantes obras de Enrique Delfina,
Cobián o Agustín Bardi, por ejemplo- muchos de los caracteres que han de
distinguir a és':e. Y a la vez el comienzo de la Guardia Nueva deja traslucir
en sus modificaciones e innovaciones muchos rasgos que lo asocian inextrica-
blemente a la Vieja Guardia. En la escritura de muchas obras que pertenecen
indiscutiblemente, por grado de evolución, espíritu y desarrollo a la Guardia
Nueva, es muy frecuente encontrar -sobre todo en los acompaí'íamientos- va-
cilaciones, delgadeces armónicas y giros característicos de la Guardia Vieja.
En otros aspectos los cambios no van preludiados por un lento proceso de
transformación, por mutaciones parciales y casi invisibles -como sucede, pm·
ejemplo, con el cambio de su público- sino que, por el contrario, presenta cor-
tes radicales, variantes bruscas e inesperadas: taL la aparición de Ca1·Ios Gardei,
creador de las formas cantables del tango. Idéntica observción puede hacerse
respecto del surgimiento de Pedro l\tiajjia -una de las figuras de mayor tras-
cendencia del género- inventor absoluto en la ejecución tanguista del bando-
neón. De manera que lo más claro, en tren de establecer una diferenciación
in:egral de ambos períodos, será caracterizarlos con rasgos de sus momentos de
plenitud, para abordar, luego, el delicado cafíamazo de la transformación.
IX • elementos definitorios de la guardia vieja
Con buen grado de aproximacwn, puede decirse que, cronológicamente, la
Guardia Vieja se extiende desde 1880 a 1920.
Corresponde a ella la etapa ele gestación y desarrollo primerizo de los ele-
mentos que luego han . de jugarse para definir el tango.
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En el plano estético puro: sv:rgimiento de la especie por natu::al hibrida-
ción de otras especies populares de plena aceptación en nuestras ciudades.
Detennínación tÍ1nbrica en sucesivos ordenamien':os instrumentales: desde
la anárquica constitución de los primeros conjuntos hasta la exclusión de los
metales. La determinación de una inicial combinación: arpa, violín, jlatéta.
Luego, flauta, violín y gtútal'Ta. lVIás tarde, después de comenzado el siglo, piano,
vioLín y bandoneón.
Todas estas plantas instrumentales funcionan en un régim.en de ejecución
enteramen:e oral: el modo interpretativo es la improvisación sin soListas.
En esta secuencia se define, también, la típica danza del tango.
Desde el punto de vista social, el tango de la Guardia Vieja es, durante
mucho tiempo, patrimonio exclusivo de los grupos marginales de la urbe: sufre
-como consecuencia del ambiente y de los individuos que ejercitan su prácti-
ca- el rechazo de la restante población ciudadana. No solamente de la,s al:as
clases, como se ha sostenido, sino -incluso- de las familias ele la baja clase
media y del proletariado. El tango pasa a sus manos, lentamente, con la pro-
gresiva dilución de las orillas por la expansión de la ciudad, cuando esas clases
populares toman conciencia de propiedad sobre su música.
Corresponde a la Guardia Vieja, asimismo, el gran auge internacional dei
tango procl~wido poco después de 191 O, que determinó su aceptación -Y hasta
el furor-, pero con el signo perentorio de la meda, entre las "altas esferas".
Económicamen':e, no existe en la Guardia Vieja, por lo nwnos hasta sus
últimos tiempos, el profesionalismo organizado entre los músicos. El régimen
de retribuciones por la tarea artística es completamente arbitrario, hasta que el
creciente número de auditores comienza a coronar ídolos y la competencia ele
éxitos y destrezas regula el volumen de los ingresos a las cajas ele los dueños
de cafés y locales donde actúan las orques~as, de propietarios o representantes
de casas grabadoras y editoriales.
Queda as1' d eilmeto
e· · ' •
OLro - ~n.una'o
rasgo dPl ,_ a'el tamw
~ trazado en su Guardia
Vieja: la entrada victoriosa de sus primeras "vedettes". casi siempre ejecutantes
de bandoneón.
X • elementos definitorios de la guardia nueva
Los restantes cuarenta aí'ícs, es decir, desde 1920 a 1960. pertenecen al do-
minio de la Guardia Nueva.
·•· ·a s.· la«- o1-ra«
EL tango se TeS1LeLve en sus f armas compostLlV u
«e es'ructu,·an
: ~ . : " - --·
ya sin dudas, y con escasas excepciones, en dos o tres parte.s cte. cllec1se1s com-
pases cada una, y con arreglo a la calidad de sus temas se mscr~~en dentro . :1e
las tres variedades que surgen: tango milonga, tango Tomcmza Y ,ango cancwr,
o con letra.
La letra argumentada. se construye siempre en base a los diversos gra~os
de lenguaje popular, amalgama de espaí'íol con lunfardo, contribu.ciones de. dl~­
lectos italianos -en gran proporción- prés:amos de la germama, voces mdl-
genas, matizado con inversión de las palabras, etc.
91
 El tango con letra y el cantor de tangos son dos fenómenos de pareja apa-
rición, lógicamente. El cantor solista, hombre o mujer, acompañado por trío 0
cuarteto de guitarras, el vocalista -o cantor de orques:a con contracanto ins-
trumental- y el cantor solista con acompañamiento de orquesta son, pues, he-
chos estéticos que corresponden a la Guardia Nueva.
Dentro de sus límites, creándola, la definitiva conformación de sus medios
instrumen':ales traduce uno de sus hechos capitales: queda instaurada la com-
binación característica de instrumentos para el tango, con el nombre genérico
de "01·questa Típica". Cada instrumento cobra, dentro de ella, propia vida, apa-
reciendo los clásicos regímenes solistas del género. La sistematización de esas
formas alcanza su más pleno auge con la adopción de la orquestación como base
del temperamento interpre':ivo del tango, expediente que consolida un modo de
concebir la música popular enteramente opuesto, por ejemplo al del jazz: en
éste, aun cuando haya orquestación, el espíritu es improvisativo. En el tango,
aun cuando se improvise, la intención traduce acuerdos previos, la música pen-
sada y puesta en los instrumentos antes de ser ejecu':ada.
Uno de los distingos que a cuenta de la mayor riqueza pw.:den capitalizarse
para promover en el estudio de la historia del tango la diferenciación integral
de sus guardias, es que solamente dentro de la Guardia Nueva puede hablarse
con entera propiedad de estiLos y modalidades interpretativas. Resulta virtual-
mente imposible en aquella primera etapa, caracterizar, reconocer estilos: ni en
las actitudes individuales, ni en las agrupaciones de varios instrumentistas.
Para terminar con los aspectos de orden estético que, orgánicamente, po-
demos manejar sin entrar en detalles para esbozar una primera semblanza his-
tórica de la Guardia Nueva, es necesario consignar el empobrecimiento de la
danza del tango. Con su amplia divulgación, arrancada de su privativa condi-
Cion de música y danza de la orilla, las figuras que la adornaban fueron suavi-
zándose, empobreciéndose o perdiéndose paulatinamente. Del bailarín de burdel
de la Boca al bailarín de caba::et, hay tan':a distancia como de éste al despro-
visto bailarín de los clubes de hoy: la inventiva coreográfica ha seguido una
curva completamente inversa a la inventiva musical.
Desde el punto de vista de su repercusión social, existen también impor-
tan':es elementos de distinción: el tango deja, en definitiva, de ser pertenencia
exclusiva de las pequeñas agrupaciones humanas de las orillas. Estas se funden
a las clases populares, desdibujándose.
Si bien, creativamente será patrimonio inalienable de esas clases PODulares
se verá incluido en el programa de diversiones de la alta burguesía. -y- aun d~
la aristocracia de sangre. Y es verdaderamente deplorable constatar, como se
ha hecho caudal de esta circunstancia en la pluma de no pocos escritores para
dar con ella indispensables seguridades de interés en torno a nuestra música po-
pular. O para mostrar como conquis:a esa "simpática" pa1madita de anuencia.
E.n lo que tiene que ver con los lugares frecuentados por el tango, junto
a. su I.~greso. a las más diversas clases sociales como motivo de espectáculo o
diverswn, deJa de ser tan solo música de lupanar y de clausurados boliches ori-
ll,er~s para ser eje~utado en la más diversa gama de locales: cafés, cabarets,
g.onetas, recreos, emes y teatros, confiterías, salas de baile, casa de familia y
clubes.
Semejante despliegue excitó definitivamen'.:e las apetencias de la indw;tria
que estaba al acecho: se contempla, a lo largo de toda la Guardia Nueva, la '
consolidación del tango como material altamente vendible. Nace con ella el em-
presismo y se desarrolla desde la incipiente tentativa comercial hasta la perfec-
ta organización bursátil, la indus:ria que hace del arte popular el leimotiv de
sus ingresos y de la inversión de capital, a través de distintas ramas: la edito-
rial, por impresión, promoción y dis:ribución en gran escala de partes piano y
orquestaciones, por publicación de revistas especializadas en el género y venta
de librillos con letras y glosarios. Por la grabación, matrizado y reproducción
de discos fonográficos. La que da el espectáculo en presencia: actuaciones de
orquestas y can:antes y solistas en diversos locales. La que pone al espectáculo
en las casas: radio y televisión.
La Tepresentación comeTciai de los aTtistas y las agencias de publicidad, es-
tán comprendidas también dentro de este gran mecanismo, característico de la
Guardia Nueva.
Pertenece también a este período, Ia fijación de los deTechos de autor y su
efectivo cobro, prorrateo y dis:ribución mediante la fundación de los gremios
de autoTes y compositores, así como Ia agremiación de intérpretes para la aten-
ción de comunes problemas profesionales (ejecutantes, directores, cantores, or-
questadores, etc.).
Finalmente, también como signo típico de la Nueva Guardia, será necesario
anotar la competencia entablada entre el tango y otras especies populares, lle-
gadas a nuestros lares, promovidas y estimuladas -como parte de su negocio-
por los trusts internacionales de managers, grabadoras, editoriales, etc.
Suscintamente he aquí, pues, cuáles son los elementos diferenciales de ma-
yor importancia para la distinción de las "Guardias" del tango.
X 1 - breve reseña histórica de la guardia vieja
Esta breve enumeración, concebida en esquema y gran panorama -para no
perder de vista el volumen conjun' o de las guardias y para facilitar por inme-
diata confrontación los distingos más espectaculares- no prové, sin embargo, el
verdadero clima de cada etapa.
Los escenarios porteños de fin de siglo, auspiciaban en su cartelera, un
menú teatral cuya inconmovible permanencia estaba conjurada, precisamente,
por la falta de una manera propia de exteriorizáción escénica: ni autores, ni
actores nacionales habían para cubrir tan sensible carencia.
El "Teatro de la Opera" mantenía en programa una Gran Compañía Lírica
Italiana. El "Onrubia", otra de zarzuelas españolas, al igual que el "Jardín Flo-
rida" y el "Pasatiempo". El "Doria", a su vez, realizaba sus funciones en base
a una Compañía de Operetas Italianas, en tanto que el "Variedades" ~o hacía
con otra de Operetas Francesas.
Cuando se había hecho la tentativa de montar una obra de tema, carácter
y lenguaje más o menos local, se había tropezado con el inconveniente insalva-
ble de gauchos simulados y ridículos.
93
 No había textos reveladores de la realidad nacional. Y cuando los
estaban condenados a ser interpre:ados por actores españoles o italianos.
Sin embargo, el clima para que una forma propia de teatralización
estaba latente en ambas márgenes del Plata. Y ese teatro se realizó por
vías: algunos elementos dispersos ele compañías ele zarzuela comenzaron
tegrar hacia 1889, los elencos que ofrecieron entre nosotros el tan
'género chico'. El p1·imer escenario que acogió la novedad fue el clel
tiempo". Y al ofrecerse 'La gran vía' se obtuvo el mismo suceso que al
trenada, tres años antes, en los teatros españoles.
Nt~estros zarzuelistas criollos, fueron tonwnclo del género lo que tenía ele
popt~lar, y si bien la constn~cción de sus obras resultaba señaladamente his-
pana, el sentido y Zas all~iones buscaban la expresión nacional, señala Orclaz
en "El teatro en el Río de la Plata".
A su vez, bajo la carpa del "Circo Podestá-Scotti" se formaba, desde la
sola pantomima pasando por "Juan Ivioreira" y "Julián Giménez" hasta llegar
a "Calandria", el necesario intérpre'.:e.
Y no es necesario buscar más, ni ir en procura de mejores Tazones para
explicarse la génesis del tango. Ni para darle fecha con certeza: el mismo pú-
blico que acogió con vivas muestras de simpatía aquellas obras que aludían a
sus ciudadanos asuntos y aquellos intérpretes capaces de encarnar sobre el ta-
blado en el picadero, personajes cuya humanidad, actitudes, gestos y I"eacciones
tan bien .conocían, ese mismo público tenía, de antemano, la predisposición ne-
cesaria para recibir -con el mismo afecto con oue recibía los Drimeros esbozos
del tea::ro nacional- una música nacional. Pero- no ya la músi~a nacional cam-
pesina, sino una música cuyo espíritu aludiera a la ciudad. cuva forma le oer-
teneciera de alguna manera. . • • ("Soy el rata primero, y yo el segundo, y yo el tercero").
La tanguidad existió en las ciudades platenses, pues, antes que el propio
tango.
Esa necesidad impostergable respecto de una comunitaria fuente de exore-
sión -prevaleciendo heroicamente sobre la mezcla humana de una soci;dad
constituida en los empujones de los aludes inmigratorios- vino a gestarlo por
la hibridación de tres especies populares perfectamente divulgadas en la ciudad.
. En otras palabras: no existió la tentativa consciente de inventar algo propio,
smo que esa expresión surgió en la medida que se tenía algo para decir.
Hacia fin de siglo, aún antes, el vocablo "tango" como designación de di-
versas cosas, es perfectamente usual.
Se califica con él, naturalmente, al tango anelalttz en pleno auge dentro del
','género chico". Se llaman "tangos" a las habaneras aportadas por la marinería
cubana llegada en los barcos que el repunte del comercio argentino hacía fon-
dear en el puerto. boquense. "Tango" se les dijo a las milongas afincadas -so-
bre todo--,. en Palermo: se recuerda todavía, su fama es justificada, el tradicio-
nal ''Almacén ele la milonga" reverberado en los nombres de tres de sus más
nototrios "milongueros": "El- pardo Flores", "El tigre Roclríg11ez" y "El negro
· Vilaritío";
El teatro popular, comportó el caldo indispensable para acelerar la provi-
dencial mixtura que, aligerada de anteceden':es y detalles, exponemos aquí.
piensa que "cuando la milonga sainetera empezó a popula-
Y los almacenes ele música se hicieron eco ele la clenwncla an~mando a '
compositores capaces, tomó relieve la calificación del género, y en los pá-
de nuestros sainetes se citaban con frect~encia "tang.o y miLonga", infLuen-
inevitablc de aquella clasificación iniciada po¡· las ediciones de pieza.s pam
qtw daban habaneras bajo la denominación ele "taitgos". Se hizo común
diálogo o en el canto sainetero, la frase: "bailaremos tango y milonga".
"le metimos tango y milonga", como si se tratara de dos cosas análogas co~
diferentes nombres. Poco a poco una se reftmdió en la otra y se consumó la
·sustitución ele títulos. Es, p1~es, el Teatro Rioplatense quien convirtió la milonga
en tango y dio a éste su perclt~ración y su fama".
En 1898, Poclestá estrena la revista "Ensalada Criolla" en un prólogo, un
acto y cuatro cuadros escrita por Enrique De María y musicada por Eduardo
Ga1·cía Lalanne.
De Eduardo García Lalanne había sido, precisamente, la primera milonga
que se bailara en un escenario porteño para una revista representada en el tea-
tro Goldoni de la Plaza Lorea. Y fue este compositor quien compuso para "En-
salada criolla" tres '·tangos" que cantaban y bailaban durante el pasacalle: "Soy
el n~bio Pichinango", "No me venglLS con paradas" y "Zueco, qv~e me voy ele
baile".
"Ensalada criolla", presentada en el circo de los Podestá, exigió cientos
de funciones. Y ese éxito se debió, en buena par:e, a dichos "tangos" o "mi-
longas" o "habaneras", léase cualquiera de los tres, que es cierto.
Tales "tangos" remedaban, en la obra que Edmundo Guibourg llama '·pri-
mera ciento por ciento local", el pasacalle de "La gran vía" de Pérez y Clmeca
Enorme cantidad de "s.ainetes" -como prolongación rioplatense del "género
chico" español- incluyeron "tangos" como tema de atracción: "Justicia criolla''
de Ezequiel Soria y Reynoso en la cual se conjugaba un hermoso conjunto de
escenas montadas en un conven'.illo.
Como bien lo consigna Luis Orclaz, "el público cansado del repetido "gé-
nero chico" espaiiol qtw hacía oLvidar esas piedms angulares que fueron "La
gnm l)ía" y "La verbena de La paLoma", apoyaba cada ·vez con 1ná.s entlLsiasmo
la prodt~cción ele nuestros autores más popt~lares".
La transformaci6n de los elementos ambientales y humanos se asiste en la
más prodigiosa sustitución de nombres y designaciones: "Ei chulo era el ori-
ginal graciosísimo de mcestro compadrito porteño. La "chulapa" nuestra "taque-
1'a" ele barrio. El "pelma sablista" ele los IVIaclriles, nuestro 1.mlgar "pechaclor
callejero". Las "l)erbenas" nuestras "m.ilongas". Las "broncas", mtestros "bochin-
ches", ha escrito José González Castillo.
Si a las clases populares rioplatenses de fin y principio de siglo correspon~
dió el importante papel de auspiciar con su sentimiento, su necesidad de- propia
y de ellos con su aplauso y su simpatía la aparición del tango, no le
pertenece en los hechos, la paternidad del nuevo sujew.
La realización del tango fue responsabilidad exclusiva del orillero, fruto de
ocupado ocio de angustias, de asolación y destierro.
 El fue su artífice sumo: el tango se hizo en sus manos y su pelvis,
música de prostíbulo.
Los capítulos esenciales de su gestación se producen al amparo de los sór-
didos bordes ciudadanos: es de hacer notar -porque dar o, es importantísimo-
que a su vez el tango se convir:ió en llamador de oro para las burdeleras,
fomentaban al calor de su música el desenfreno sexual y con él la poderosa
ventiva coreográfica.
La danza del tango "el esfuerzo de creación mcis vigoroso y original de los
últimos siglos" -como ha dicho Vega, uno de los pocos, auténticos estudiosos
de los orígenes del tango- se hizo posible a través de la excitación de los cuer-
pos en el salvaje abrazo amoroso. El baile, tal cual se hacía para el tango en
las orillas, no tenía precedentes.
El fenómeno creativo acunado al margen de la vida ciudadana, comportó
a sus cos:ados verdaderos horror,2s humanos.
Muchos lugares que la leyenda y los observadores superfluos han transfor-
mado eufemísticamente en "pintorescos clubes", no fueron otra cosa que delez-
nables emporios de prostitución. Muchas desdichadas provincianas o hijas de
inmigrantes eran reclutadas merced a fabulosos engaños d-e ventura y sometidas,
más tarde, a los más condenables trasiegos de compra-venta, para explotarlas
-hasta el hartazgo- expues:as a la prepotencia sexual del orillero. O a la va-
nidad del "patotero" para quien era orgullo de dioses tener una mujer en tales
mercados.
En la Boca coexistieron dos clases de escenarios para el tango. Los cafés
-donde no se bailaba- y los burdeles, donde se bailaba después de haberse es-
cuchado una "tirada" de tangos.
En los cafés, "durante los conciertos -escribe José Sebasticin Tallan- se
bebía nerviosamente y era cosa de machos hacerlo sín medida. Se trataba en
su totalidad de un público de amorales y agalludos y de otros cu.ya desgmcia
y ct~ya dicha consistía en parecerlo. No eran tipos de amontonarse como paque-
tes, silla a siLla, en una leonera llena de humo y de estarse allí media noche
mirando hacia a1'1'iba a los músicos, nada mcis que para pasar las homs encan-
tados como niños. El tango y el alcohol e1·an uno, y nada se entendía mejor con
las penas que les rodeaban, roncando como, peñones, en los abismos varoniles del
pecho. El tango era para ellos, cosa de fuertes como un vaso doble de ajenjo o
una puñalada".
"Los nocherniegos Libertinos de la Boca -prosigue el citado autor- no se
la pasaban sin ir después de las audiciones a bailarse tm tanguito en los bur-
deles. Los bailarines de renombre como "El cívico" solían dar allí verdaderos
espectáculos de coreografía armera. En una atmósfem de desva1'Ío el individuo
se apartaba en dichos casos y aplaudía, inva1·iablemente embriagada, frenética,
la turba lupana1·i.a. Sé ponían de 1nal humor los bailarines rivales se enw,mLecza
el corazón de las prostitutas, se estimt¿laba la ambición de los m;cosos con
de "cafisitos" precoces. Cortes, qtwbradas, lujurias, vocería gtwranga, b
Jnanoseos torpes, dagas celosas, humo. Si no había tntuLcas y ct.etencwnes,
el amanece·r no se daba tregua a los musiqueros. Y Los homosexuales, y
escenas droláticas y grotescas".
96
Ese submundo clausurado e invulnerable para el resto de la ciudad, abrió
. una brecha para la secreta novelería de los jóvenes de "familia bien", por los
"clandestinos" que, como los de "Laura" en Paraguay y Pueyrredón, y ".María
La Vasca" en Carlos Calvo y Jujuy, permitían en su órbita -mediante el pago
de una módica contribución de treinta pesos por hora de paraíso- entreverarse
en los vericuetos del excitante, impostergable -para ingresar dignamente al
padrón de los verdaderos "ranas"- país del tango.
Se brindaban secciones para jóvenes y para viejos, donde se bailaba con las
muchachas que la "comisionis:a" tenía en "arriendo".
Fue, precisamente, en el piano de estos prostíbulos, en los pequeños con-
juntos que daban el pie para las grandes orgías, en los cafés de la Boca, en los
ocultados "recreos" de Palermo ("Hansen" fue uno de los más elegantes pros-
tíbulos de la época) donde se conjugaron por primera vez las fórmulas rítmicas
del tango, tal como se ejercitaron en su etapa inicial. Es decir, por adaptación
de las fórmulas del tanguillo, de la habanera, de la milonga.
Su rápida conformación es:uvo cobijada por aquella vehemencia. La mú-
sica estimuló la danza y ésta calentó en los instrumentos la definición de su
El hecho, en suma, es que, de la misma manera que bajo las lonas del circo
de los Podestá -siempre instalado en las postrimerías de la urbe- en un pro-
ceso titánico, lento, de aclimatación de formas, va tomando cuerpo la simiente
del teatro nacional, de la misma manera en los cafés "El Vasco" de Barracas,
en "La Paloma" de Palermo, ·en "La pichona" de la calle Pavón, en "La turca"
y "El griego", "Royal" y "La marina" de la Boca, en "El baHetín del Palomar",
"Hansen", "La red", "El velódronlo", "El kiosquito", "El tan~cbito" en las "ca-
sas'' de la "China Rosa", "Laura" y "Jl!Iaría La Vasca", en "La cancha de Ro-
senda", "La fazenda", en los "salones" "La Cavour" y "Peracca", los angostos
grupos de tres y cuatro ejecutantes, van trabajando las maneras instrw11entales
del tango.
Paralelamente, y en un constante juego de recíprocas influencias, se van
gestando las primeras obras: dejan ellas entrever, a su vez, y tras los impor-
tados soportes formales, el atisbo de luz local.
lV.Iucha tinta, mucho papel y mucha investigación se ha gastado para eluci-
dar un solo punto: cuál es el primer tango.
Héctor y Lttis J. Bates proponen "Dame la lata". Carlos Vega juzga que
"Andate a la Recoleta" -es:aría entre los iniciales. Gastón Ta!amón se inclina
por "La quincena" y "Los uiv·idoTes". Sin embargo, todas las hipótesis aducidas
para esclarecer el caso, todas las suposiciones y las indagaciones promovidas
(que no son tantas porque quienes escriben sobre el tango se vienen copiando
unos a los otros y repitiendo verdades y errores sin confirmación ni rectifica-
desde hace treinta años) para dar feliz resolución a tan poco importante
misterio, adolecen de la misma falla: no se maneja en ellas, para es:ablecer el
.· '·"'-4•"Hlt:ll, y la carencia es grave, cual ha sido el espíritu, la puntt>ría, la int-en-
ción de la obra. Solamente se ha tenido en cuenta para la pugna, su designación
de "tango". Criterio, que por otra parte, conduce inevitablemente a
más gruesos equívocos.
 En cambio, arbitrando el juicio en base a aquella clase de
el primer tango debería ser, por ejemplo, "El entrerriano" del ''negro" Ros
lVIendizábaL. Estrenado en 1897 en los bailes de ''Laura", es la primera
que además ele su gran repercusión pública y pese a estar sujeta por muchos
costados a las especies que han dado origen al tango, tiene bajo el nuevo, na-
cien:e rótulo, la vida propia, el sabor suficientes como para configurar la página
primera del género, en su etapa de gestación.
Y más: si aquellas consideraciones de espíritu, sabor, intención,
se aplican con todo rigor, habrá que esperar a los tangos de Arolas, de Bardi,
de Cobián, por ejemplo, para determinar con plena posesión de prueba, esa
obra príncipe.
Varios conjuntos cobran, entonces, excepcional nombradía en los suburbios:
no sería difícil hacer una nómina casi completa con todos los tanguistas que
actuaron durante la Guardia Vieja, pues en este período no pasan de se:enta los
nombres que alcanzaron cierto predicamento. Y ello incluyendo generosamente,
músicos de ínfimo desempeño en el decurso de esa primera hora. La profusión
de tangueros durante la Guardia Vieja es otro de los grandes mitos de la seu-
doliteratura tejida en torno al género.
Reduciendo la referencia a los grupos de instrumentistas más represen:a-
tivos, cabe recordar, siguiendo un clarificador orden en el tiempo, los siguien-
tes nombres:
1899.- Juan M agrio (bandoneón), Luciano Ríos (guitarra), Jldián Urda-
pHreta (violín).
1902.- Ge1w1·o ,Vázquez (bandoneón), Benito (flauta), Enrique Saborido
(piano).
1903.- Juan CaTlos Bazán (clarinete), Vicente y En~esto Ponzio (violines),
TortoreHi (arpa).
1903.- Vicente Grecco (bandoneón), Domingo Grecco y el "ttterto Artw·o"
(guitarras) .
1906.- A.ugusto P. Berta (bandoneón), "Don Eduardo" (violín), _4.ndrade
(flauta), Dumnd (guitarra).
1907.- Juan Ca ?'los Bazá:n (clarinete), Roberto Firpo (piano), Postigiioni
(violín).
1908.- Vicente Loduca (bandoneón), Samuel Castriota (piano), Fmncisco
Ca naTo (violín).
1910.- Genaro Spósito (bandoneón), Ag,ustín Bardi (piano),
(guitarra).
1911.- Attg¡tsto P. Berta (bandoneón), Julio Doutry (violín), José Martí-
nez (piano).
1912.- Genaro Spósito (bandoneón), Alcides Palavecino (violín), Harold
Philips (piano).
1912.-Juan Maglio (bandoneón), José Banano (violín), Luciano
(guitarra), Hemani Machi (flauta).
1912.-Arturo Bernstein (bandoneón), Vicente Pepe (violín). Lttís
tein (guitarra), Vicente Pechi (flauta).
98
1913.- Vicente G1·ecco (bandoneón), Gaudencio y Diéguez (violines), Ra-
mírez (piano).
1913.- Graciano De Leone (bandoneón), Agustín Bardi (piano), Edtwrdo
lVI one los (violín) .
1915.- Ricardo L. Brignolo (bandoneón), Rafael THegols (violín), Luis
Ricardi (piano).
1917.- Orquesta de Arolas.· Eduardo Arolas y G.enaro Spósito (bandoneo-
nes), Jt~Ho De Caro y Rafael TLwgols (violines), Juan Ca1·Ios Co-
bián (piano), Leopoldo Thompson (contrabajo).
1917.- Orquesta Canaro-Martínez: Osvaldo Freseclo (bandoneón), F. Canaro
y Julio Doutry (violines), José Martínez (piano). Leopoldo Thomp-
son (contrabajo).
1919.- Orqnesta Roberto Firpo: Pedro M. Maffia y .José Servidio (bando-
neones), Cayetano PugLisi, Octavio Scaglione y Adolfo lVIuzzi (vio-
lines). Luis Cosenza (armonio), Galarza (flauta).
Esta escueta referencia de personales en conjuntos característicos y muy re-
presentativos de la Guardia Vieja permite observar, sin elucidaciones al margen,
una serie de hechos de gran importancia: el fenómeno de la espontánea selec-
ción instrumental, vale decir, quedan fuera de concurso los metales y paulati-
namente, también, los instrumentinos. Pienso que tal exclusión debe adjudicar-
se, sobre toda otra consideración, a un problema de temperanwnto. Es más:
jamás se ha podido encontrar la fórmula capaz de incorporar esos importantes
sec:ores instrumentales a la orquesta de tangos. El tango se resiste tradicional-
mente a otros timbres que no sean bandoneón, piano y cuerda.
El violín es el más antiguo de los instrumentos en las combinaciones tan-
guistas. Formaba parte ya, de las rondallas que recorrían las calles de la ciudad
y que incluían en su repertorio algunos "tangos". No tiene, en la Guardia Vieja,
muchos cultores que puedan destacarse: Tito Rocatagliatta y Vicente Pepe, son
sus figuras más interesantes. Sobre todo el primero, que proveyó a quienes
serian sus continuadores, con una serie de creaciones suyas. adornos y ''floreos"
que se emplean aún en el presente.
El bandoneón, arribado a nuestras ciudades hacia 1870 -ha estado expues~
to en la vidriera de la tradicional casa de bandoneones "Mariani" de Buenos
Aires (Don Luis Mariani ha sido el pionero de los artesanos dedicados a su afi-
nación y compostura) el bandoneón del padre de Ciriaco Ortiz, da:ado en 1873-
emprende su ingreso a los conjuntos del tango con el siglo. Su papel se hace
protagónico y su carrera, deslumbrante.
Con exceoción del "alemán" _4.rtu:ro Bernstein, nadie hubo en la Guardia
Vieja que lo t;cara bien. Hasta el famoso "Tigre del bandoneón", Eduardo _4.7'0-
no pasó de ser un modestísimo ejecutante frente a Pedro Maffia.
Si en un principio y hasta 1920, aproximadamente, coexiste en los grupos
instrumentales con la flauta, concluye por desalojada definitivamente. Pero, por
encima de toda otra consideración, es una "voz" nueva, desconocida -no p~.Iede
como antecedente la "verdulera" de los marineros- sin vicios, ni tor-
ni recuerdos que no sean los muy flacos que asocian tenuemente a su
origen bávaro.
99
 Voz capaz de ser modelada a placer, de ser educada sin torceduras
en la fresca lección del lenguaje popular, termina por convertirse en instrumento
simbólico del tango.
El hombre de pueblo, el hombre de la calle siente por el bandoneón un
respeto, una admiración que no profesa por ins:rumento alguno.
El piano se incorpora cuando las posibilidades del trabajo auspician la apa-
rición del músico sedentarizado y con "la orquesta de la casa": en 1905, por
ejemplo, Payrot y Giardini, propietarios de "Hansen", entregan a Luis Suárez
Campos, para que lo estrene, el primer piano que tenga dicho local.
El régimen de ejecución es la improvisación. Pero de ninguna manera una
improvisación a la manera del jazz. Es una improvisación de carácter provisio-
nal a la espera de sus propios ordenamientos. Estos llegarán tiempo después,
cuando se comience a difundir entre músicos de tango, au..11que de manera pre-
caria en sus principios, la técnica de la orquestación.
La improvisación de la Guardia Vieja es, por ello, una improvisación sin
solis:as: no hay instrumento cantante. En parte, porque la r.1odesta condición
técnica de los instrumentistas no lo permite. En parte, porque es evidente que
la improvisación no ha de ser cuerda estética para el tango. El temperamento
interpretativo que se gesta es muy otro.
Tal a grandes rasgos, la semblanza inicial de los ins:rumentos elegidos para
tocar tangos, y los caracteres primordiales de las maneras interpretativas que
se observan en sus conjuntos.
De esos primigenios grupos, el mejor -sin ninguna clase de dudas- fue el
del "alemán" Bernstein. Por su ajuste, asombroso para la época, por la capaci-
dad y el virtuosismo individual de los ejecutantes que lo componían, superó por
lejos a los restantes conjuntos.
La orquesta de Roberto Firpo, a su vez, compor:ó la modalidad más avan-
zada en sus criterios de interpretación dentro de este primer ciclo histórico.
Tuvo Firpo un claro sentido de la calidad sonora del conjunto, del valor de
tener en el mismo avezados músicos. Cultivó, asimismo, un amplio e interesante
repertorio de obras que grababa, con entera exclusividad, para sello "Nacional
Odeón".
Poco después, apenas transpues:o 1920, esta orquesta de Roberto Firpo será,
a su vez, superada por la de Juan Carlos Cobián. La orquesta del autor de "El
motivo" sirve de puente y enlace entre los más adelantados conjuntos de la
Vieja Guardia y las flamantes formaciones que inauguran la Nueva con Julio
De Caro a la cabeza.
Nada hay pues, completamente definido en la Guardia Vieja. Cada nota que
se toca está comprometida en las vacilaciones propias de un gran empeño en
veremos, a las dudas de una hermosa intención sin concretar, a la indefinición
propia de un grupo humano he~erogéneo, embrión de los caracteres ciudadanos
de los cuales somos legatarios.
Por otra parte, la marginal condición de la mayoría de sus oficiantes man-
tiene al tango sumido en una nebulosa apenas surcada por los relumbrones de
sus ídolos, por el atractivo semirevelado de lo prohibido.
Claro que esto no configuraba sino una parte de otros panoramas más tras-
cendentales.
100
Se producen entonces en el Plata las primeras manifestaciones del descon-
ten'.:o obrero. Con él, las primeras huelgas y los movimientos que se traducen
en los también primeros sofocones de las clases altas. La silueta de los ·'anar-
quistas" circula como un fantasma de miedo de boca en boca.
Muchos de los músicos del tango -que no viven de esta profesión, amplia-
mente desacreditada-, practican otros oficios para su supervivencia: Arolas fue
pintor de carteles, Grecco, canillita, Berta, pintor ele brocha gorda, Con'.:ursi,
zapatero, Firpo, pintor de letras y decorador, Villoldo, linotipista. En tanto, la
Comuna de la Ciudad de Buenos Aires y para complacencia de una burguesía
enriquecida y de una aristocracia reavivada en su sangre patricia, emprende el
tajo primoroso de la Avenida de Mayo: cercada con el aparatoso injerto de las
balaus:radas Luis XV, sobrevolada desde augustos frontones por Atlantes, Venus
·Y angelitos, tiene un dejo de vía madrileña, recuerdos de avenida Kleber y "lí-
neas" de renacimiento italiano!
Todo, bien batido, pasa a constituir el orgullo de la misma burguesía que
emprende el rechazo sistemático del tango.
Pero, "soy silbado; luego existo".
Hasta 1915, aproximadamente, y mientras puede leerse la progresiva inti-
mación de los pequeños conjuntos al centro -desde "La 1\!Iaúna" en Suárez y
Necochea en la Boca, has:a "El estribo" en Entreríos 600, pasando por "Bar
Castilla" de Corrientes 1265 hasta llegar al mismo corazón de la urbe: café
"Botafogo" de Lavalle y Suipacha, para seguir un itinerario ilustrativo pero
cualquiera- no puede hablarse en manera alguna de independencia estética del
tango, ni por ello mismo, en definitiva, de rasgos formales propios.
Recién, cuando entre el quince y el veinte a la iluminada vocación pionera
de sus primeros cultores, siga la gran vocación creadora de una nueva genera-
ción, podremos hablar de tangos sin comillas.
Esta variante, que se produce precisamen'.:e por el volumen de los cambios
que apareja la aparición de la Guardia Nueva, es consecuencia de un complejo
de factores de la más diversa índole y procedencia. Pues junto a las modifi-
caciones específicamente musicológicas, se fueron sucediendo para causarlas unas
veces y como consecuencias otras, una serie de hechos cuyo desarrollo es, apro-
ximadamente, el siguiente:
X 11 - crónica de la transformación: la guardia nueva
En primer término, los fundamentales cambios operados en el tango en-
tonces. fueron consecuencia de una razón sustancialmente humana: las ciases
poptüdres adquirieron conciencia de propiedad sobre SLt música.
Una cosa era hospedar sus inquietudes en expresiones ajenas, muy otra se~­
tirse dueños de esa expresión cuando en és:a se han volcado hasta su entrana
las fuerzas de su alma.
 A las especies populares que dieron origen al tango se les cobró un "dere-
cho de piso" que finalmente las traspasó, en usufructo permanente, a manos de
sus providenciales arrendatarios.
Esa convicción de propiedad que permitió infligir al tango radicales cam-
bios, fue marginada y ayudada por otras circunstancias.
La Gran Guerra limpió, pero apenas en la piel, naturalmente, a la pacatería
de la aristocracia -Y a través del más crudo esnobismo- de los prejuicios que
la separaban de lo popular. No se tra:ó, por supuesto de un acercamiento por
simpatía, ni mucho menos: se tomó con pinzas algo que "interesaba" aparte de
sus creadores.
Esto aconteció sobre todo cuando, en los muchos navíos de guerra que fon-
deaban en nuestros puertos se comenzó a bailar, en las fiestas de abordo, la
música popular norteamericana: los one y two-steps.
Hechos tan intrascendentes como el aligeramien:o de ropas, contribuyeron
a arrimar el tango a las "altas esferas".
Pero no es menos considerable otro hecho: tras la cruzada emprendida por
varios tanguistas al Viejo Mundo -Angel Gregario Viiloldo, Alfredo Gobbi y
Doña Flora Rodríguez de Gobbi, el "vasco" Casimro Aín, el trío que integra-
ban Vicente Locuca en bandoneón, Eduardo Monelos en violín y Celestino Ferrer
en piano, entre muchos otros-, el tango pasó por la hendija estimulan:e del
"bon gout", con todas las "seguridades" de ser algo "interesante". Pero "inte-
resante" como lo entiende lVIumford, lo que hizo escribir a Henri de Regnier:
"Je m'incline devant sa royanté, d'aHleurs éphémere . .. " Todo lo cual hace
suponer que no lo había entendido.
Aunque, por aquí, tal aserto y otros similares sonaran en campana ele cris-
tal, y el tango se convirtiera para la "gente bien" - y sin transición- de re-
volcado, inconveniente y pornográfico en pintoresco, atendible y excitante.
Una crónica de la época, prové el siguiente "delicioso" detalle sobre un
asunto acontecido en el "lVIaxim's" de París, mientras una pareja, mozo de gran
familia argentina él, demimondaine ella, baila un tango: "Ella seguía guiada
por el bmzo jtrerte, el compás exótico y lángtddo. Ritmos de u:na raza extraña-
mente pausada y voluntariosa. Desp1rés dijo, abandonando hacia atrás su nuca
consistente: El tango, eres tú". Y lo más notable del caso es oue la "raza ex-
traii.amente pausada y voluntariosa" no era otra que las gentes. que en la Boca
Y en Palermo habían mezclado en uno de los más inverosímiles grupos humanos,
inmigrantes italianos, japoneses y ese retazo de gaucho desplazado y mal acli-
matado que se refugió en la silueta díscola, reservada. corajuda y triste del
compadrito.
Pío X dio al "tango" -con todas las premuras del caso- oportunas cre-
d!=nciales de decencia, cuando, la indecencia debía concederse a quienes, des-
pués de ignorarlo por su procedencia lo habían adoptado a manera de moda.
por su circunstancial destino. .
~lgún ~visado detractor que no quiso participar en el juego, se permitió de-
nu.ncl~r la Incontrovertible realidad: "El Tango es en Buenos ilires una danza
pnva~tva de las casas de mala fama y de los bodegones de peor especie. No
se b~tla. nunca en los salones de b1~en tono ni entre personas distinguidas. Para
los otdos argentinos la música del tango despierta ideas realmente desagmdables.
veo diferencia ningtma entre el tango que se baila en las academias elegan- ,
de Pm·ís y el que se baila en los bajos· centros noctunws de Btwnos A.ires.
la misma danza, con los mismos ademanes y las mismas contorsiones.''
Tal lo que aseguró, a manera de advertencia, Enrique Rodríguez Larreta,
Ministro argentino en París.
lVIientras tanto, junto a las "cenas- tango" ofrecidas por el "Savoy Hotel"
de Londres en el decurso de la temporada de 1914, proliferan otras infinitas va-
riantes de suma actualidad, producto de los genios de la publicidad y de L;_
moda: los "concursos-tango", los "tés-tango", el '·color tango", los "champagne-
tango", la ''pollera-tango" y otras tantas necedades propias de un p·an capricho
internacional que ningún beneficio reporta capitalizar, al hacer historia, en favor
de nuestro arte popular. Todo ello es, en el tango entonces. y a propósito de
otras expresiones populares luego, absolutamen~e ridículo.
La industria del tango, máxima beneficiaria del acontecimiento produjo en-
tonces fabulosas riquezas, enriqueciendo también a no pocos intérpretes que,
como Robe1·to Firpo, llegaron a amasar, a la sazón, cuantiosas fortunas.
Las casas grabadoras solían entonces, registrar las versiones en el Río ele
la Plata, en tanto que el matrizado se hacía en el exterior: Inglaterra, Francia,
Brasil y preferentemente, Estados Unidos.
Una larga nómina de marcas registradas vendió discos grabados con el
más variado repertorio: "iHlanta", "Tocasolo sin Rival", "Patlté", "Tirasso" .
"Artigas", "Orophon", "Homofón", "Cabezas", "Era", "lYiarconi", "Fryny", "Fa-
vorita", "Zonojono", pequeñas empresas que fueron pronto absurl;iclas por los
grandes consorcios internacionales: "Columbia Records", "O el eón" y "Víctor".
El negocio de venta de aparatos repraductores no fue en zaga de las muchas
editoriales que llenaron de partes de piano los atriles familiares. Las casas "Bre-
yer Hermanos", "Benjamín A. Yantorno", "Juan S. Balerio", "A.rista y Lena",
"Carlos U. Trápani", "José Felipetti" y más tarde "Pirovano", "Penot.ti" "Man-
cini", "Yadarola", "Rivarola", "Kessaris", "Grinberg", "Gornatti", "Poggi" y
"Korn", entre muchas, que fueros esforzadas precursoras de lo3 grandes empo-
rios editores de hoy.
Tan grande y voluminoso despliegue en torno al tango, no influyó. directa-
mente, sin embargo, en su proceso creador. Nuestra música popular siguió. pese
a la interferencia, su propio destino.
Hubo, diez años más tarde, cierto afrancesamiento. Pero con el tango siem-
pre dentro de sus más característicos cánones estéticos. Entonces, aproximada-
mente 1915, el tango no se europeizó, como podría suponerse: el "tango euro-
peo" es ya un fenómeno de museo que no llegó al Río de la PlRta.
Por otra parte, las orquestas que actualmente tocan tango en París. ~1or
ejemplo, no sólo no utilizan aquella manera estereotipada y sin gracia. sino que,
en su gran mayoría, están volcadas en las más evolucionadas corrientes ele nues-
tra música popular.
Nada, pues, configuró para el tango el halago de allende fronteras, el amo-
efímero de la "alta sociedad", el internacional arrumaco de moda.
Precisamente cuando investido de sus formas incipientes Y primitivas había
logrado la fama y el auge ele graneles proporciones, se suscitaron en el tango
sustanciales y definitivas modificaciones.
Hl3
 X 111 - los compositores de nuevo Edtwrdo Arolas -que fue el compadrito por antonomasia, hasta en la ele-
Una de las variantes de mayor importancia se produce en el campo com~ gancia "sui generis" de ponerse los anillos por encima de los guantes- confi-
positivo. guró un caso típico de tanguista que puede extenderse a otros músicos de esta
~ ~1 proceso de adaptación de formas iniciado con la aclimatación de otras
época: como intérprete, como director de su conjunto, como J<andoneón, fue
e.,pecle_s populares a los dictados temperamentales de nues':ros elencos humanos hombre de la Guardia Vieja. A cambio, se tradujo, netamente, como compositor
de la nueva línea: sus grandes tangos para orquesta, configuran una modalidad
~h.~o:tmuado con paulatinas variantes de intención, expresión y espíritu, con-
Y por desembocar, ahora en un género musical enteTarnente nuevo. auténticamente rioplatense de inventar música y están pensados, sentidos y es-·
Los respo~sables de esa transformación en la faz autoral del tango tienen critos para ser ejecutados de una manera muy distinta a como éL con sus pre-
nombres amphamente cohsubstanciados con la mejor his':oria del género: se lla- carios y vacilantes medios interpre':ativos, los vertía: "El Marne" de 1914, "La
man,_ entre otros de menor cuantía: Jtwn Carlos Cobián ( 1895-1953) EnTique guitarrita" de 1913, "La cachila" de 1921 han desbordado su tiempo proyectán-
dose al presente en testimonio de su exhuberante imaginación creadora: tanto
Delfl~O 0895), Agustín Bardi (1884-1941), Edtwrdo ATolas (1891-1924) y Jos'
Martmez. e en sus obras como en las de Bardi, se suman, a veces, hasta diez y doce temas
Juan Carlos Cobián y Enrique Delfina, cuyos estilos de composición son diferentes apresados en el decurso de sus partes.
Es de fundamental impor':ancia señalar, porque la fuerza de los aconte-
perfect.am:nte definidos y no admiten confusión de especie alguna, pueden agru-
cimientos o su rápida sucesión podría así hacerlo suponer, que las sustanciales
pa::e JU~ca~ente: sus tex~os_ musicales, cuya riqueza los proyecta sin pausa
transformaciones que aquí van siendo reseñadas, no formaron parte, en ningún
h~.a el pre.,ente, se caraccenzan por su abierta tendencia al desarrollo meló-
momento y de manera alguna, de un "movimiento" orgánico de renovación.
diCo. Sus obras son enteras, orgánicas, netamente definidas y a tal punto que
Nada de eso: la organicidad de las modificaciones observadas en el decurso
nada en . ella~
- evoca "a J , como en pagmas · · precedentes, aquellas especies que' die-
ran ongen al tango. de este proceso, su idéntico destino, su común puntería, son fruto del igual ori~
gen de las ideas que se vierten, de los sentimientos que, a través de ellas, se
E~ la pri~era producción de Cobián, deben ser recordadas "El motivo" de
1913,_ Salome·' de 1917, "Mi refugio" y "Mujer" de 1921. exteriorizan.
Ese flaman':e repertorio a que aludimos, cuyas obras más importantes per-
da '·Sans Souci", estrenado en Montevideo en marzo de 1917, "Agll.a bendita"
do a conocer por la orquesta de Eduardo Arolas en los bailes de Carnaval de tenecen a la inspiración de los citados autores -Y en el cual hay que incluir
1 918 ~~~ el Teatro Solís, "Milonguita" estrenado por la recordada María Esther por la indiscutible trascendencia de su formulación rítmica "La cumparsita" de
Gerarclo H. lVIattos Rodrígtwz (la r:ual ya señalaba en sus temas una también
~o~e., a de Pomar en mayo de 1920 en la obra "Delikatessen Haus" en el Tea•ro
e .a C:pera ~e Buenos Aires, "La copa del olvido" cantado por primera vez ;or
nueva manera de tocar el tango), auspició por la riqueza melódica y las posi-
bilidades cantables de muchas de sus piezas, la aparición de la letra del tango.
~ose _ClCa~elh en octubre de 1921 en la obra "Cuando un pobre se divierte" e
Nacwnal·' , '·Pad re nues t ro ..·· , con el que debutara la Maizani en la obra "A m· n Esta se ajtlS':ó en sus medidas poéticas a las dimensiones, a la acentuación,
1 al ritmo de las frases musicales. Y por sobre todas las cosas -como lo anali-
no me hablen . de p " · ·
enas en JUmo de 1923 en la sala de aquel mismo teatro
zaremos páginas adelante- el clima poético que deviene el natural clima hu-
~~~ var~a: de 1~ producciones iniciales de Delfino. Y nada tienen ellas au~
. , ~por -U termmada Y flamante estructura, por sus ricas posibilidades arn;ó- mano del tango.
mca,, con los modos de composición empleados en la Guardia Vieja. Cualquier poema al que se le acople música de tango, no es -necesaria-
La obra de Agustín Bardi, José Martíne.,. y Eduardo Arolas com t t mente- una letra de tango.
temperamen•o· "i b" f - - por a o ro El primer tango con letra fue versificado por Pasctwl Contursi en 1916-17
nue. - ' . - len ueron, al igual que los de Cobián Y Delfino, tangos de
sobre temas del pianista Sanwel Castriota y se llamó "Mi noche triste".
rítuvo cuno, guardar?n ~or otras razones Y en la entraña de sus temas. el esoí-
Está escrito en lenguaje popular -Y no lunfardo, como suele afirmarse-
ciud::: a~uel s~r soh.tano Y prisionero que se afirmó "entTe la expansión de -la
· Y a res1stenc1a del campo corno ente de frontera" y es sin precedentes que puedan considerarse, otro de los cortes rad_ica!~s _esta-
blecidos entre las dos tradicionales guardias del tango: en la Guardia \TieJ a no
reg·~~sad pele\ entre categorías geográficas, humanas Y ~ulturales ha quedado
Ba7~ira a en a .obra d~ estos tres compositores. De muy especial manera en
hubo. efectivamente, tango cantado digno de consideración.
Fue estrenado en el tea':ro "Esmeralda'' (hoy "Maipo") por Carlos Gardel.
elemel~o:n lVIartlnez, qm:~es m~nejan con la mayor sol':ura Y harta frecuenci~
~'El ab ·o. ,~e s;,gura rem::nlScencla ~ampesina en sus temas. "Qué noche . .. ,, o
, ,~ J~ o La racha-· de Agustm Bardi, "Punto com " " ·.
to u Ol1vero" de Jo«, l\![ •• . Y a o El pensamLen- X 1V - el cantor de tangos; gardel
.,
cwn en los tf• 1 ~.e
·
arc1nez pro ven
• .
eJemplos
-
ex 1 t
ce en es. A· ·
un en la mten-
' •U os - S l no en cel espultu de sv · · h
esa circunstancia: "El rodeo" "El . 1, " .s p~gl~as.- _a quedado apresada Acaso uno de los acontecimientos de mayor trascendencia dentro de este
del .chino Agustín v "E . . : pw, : Clwzas ·, .. El buey solo", "El taw·a"
mala" "La, tor •
•t ,
xp1eswn campera-' ' '"El rna t.1 ero-,
. ., "E'"palenque" "Yerba conjunto de modificaciones que -a vuelo de pájaro- aquí se reseñan, haya
, cacz a del "gallego" 1\![artínez. ' sido la aparición de Carlos Gardel.
 Enrique Santos Discépolo en una de sus muchas y muy felices síntesis con-
ceptuales decía que "Gardel es el hombre qtw llevó el tango de los pies a la
boca". Y así fue: a él corresponde, con absoluta exclusividad, fijar todas las
normas -que en materia de canto- se han de adoptar para esa especialidad
dentro del tango: su manera de encarar la letra argumentada -desde sus pri-
meras intervenciones como solista-, el modo que él impuso para frasearla, su
manera de decir música y letra siguen perfectamente vigentes cuarenta años
después de su primicia creativa.
Demás está decir, que todos esos elementos que Gardel jugaba en su incon-
fundible estilo para cantar el tango. fueron tomados espontáneamente a través
de su típica personalidad -mezcla de pícaro y de compadre- de la más pura
forja de actitudes popular,es.
A su influjo fueron surgiendo otros cantantes, algunos francamente distan-
ciados de su modalidad como Ignacio Corsini y Ag1tstín Magaldi. Pero estos
temperamen :os interpretativos no tuvieron eco: la verdadera tradición de tango
cantado es netamente garcleliana. Los grandes cantores solistas que le siguieron,
como Chm·Io sintieron poderosamente la casi inevitable gravitación de sus ma-
neras.
El cantor de orquesta o vocalista, surgió por imperio de esa gravitación y
los mejores nombres que han ilustrado esta modalidad -Rodríguez Lesende.
Berón, Fiorentino, Marino, Rivcro- y aún al amparo de sus propias persona~
lidades han tenido, todos, caracteres de estilo que los asocian a "El mago".
Las intérpretes femeninas engarzan -sin excepción- sus modalidades. en
la creación de cuatro artistas cuya aparición~ se registra, también, poco después
de 1920: Rosita QuiToga, Azttcena IVIaizani, Libertad Lamarque y Mercedes
Simone.
Ha existido, existe, la cancionista de orquesta, pero no es norma.
- papel del estudio muskal y de la evolución técnica
en la transformación del tango
Otro de los factores que obraron capitalmente en la transformación. v cuva
gravitación en el proceso histórico del tango determina -en buena parte- "el
cl:eslindelas guardias, tiene que ver en partes iguales, por que se interrelacionan
Y se influyen mutuamente, con la técnica y la estética ins:rumentaL
Tanto el músico necesitó capacitarse técnicamente para que le fuera fac-
tible demostrar una manera propia de sentir su música, -como el desarrollo na-
tural,, Ja aspiración espontánea de perfeccionamiento. la libre competencia pro-
fesional Y la enseñanza me:odizada aceitaron y ech~n a andar los resortes" ex-
presionles.
Al pie de la edición papel de uno de sus tangos, ''Lo que está bien ta bien".
Roberto ~irpo lma de las figuras de mayor relieve de la época, consigna un~
advertenc1a que revela el interés de todos los músicos de entonces por difundir
las nuevas formas musicales y promovEor su estudio: "Rctego -dice Firpo en
párrafo- est1tdiar pau.latinamente y con paciencia este nuevo acompa¡ía-
miento, JYUes él facilita con creces la ejecttción de ciwlqttier otro tango."
El "alemán" Arturo Bernstein, dominaba completamente el bandoneón.
Aunque desde el punto de vista de la expresión fuera un típico instrumentista
de la Guardia Vieja, conocía como nadie todos los secretos mecánicos de su ins-
trumen:o -al extremo asombroso de reconocer los sonidos de la escala cromá-
tica, "abriendo" o "cerrando" el fuelle en cant0 y bajos. Afortunadamente. se
abÓcó a la enseñanza del bandoneón, trazando los lineamientos generales .con
qúe Carlos IVIarcttcci, años después, escribiría su magnfico -acaso no supera-
do- método de estudio.
A su vez, un hombre de la jerarquía docente de Vicente Scaranwza. se
convertía en maestro de quienes serían, con el correr del tiempo, varios de. los
más grandes pianistas del tango. En:re ellos Osvalclo Pugliese y Orlando Goñi.
En otras palabras: aquel nuevo repertorio de los Cobián, Delfino, Arolas,
Bardi, Martínez, etc., que no encontraba acomodo en los tríos y cuartetos de la
Guardia Vieja, tuvo su contraparte interpretativa, en el aspecto ins:n1mental,
en lo que es una de las instituciones de mayor volumen e importancia en el
cuadro de la estética tanguera: la "Orquesta Tipica''.
11
XV1 • la orquesta típica"
La ·•orquesta Típica" surge, en sus primeras manifestaciones entre 1915 y
1920, como consecuencia del desarrollo ejerci:ado sobre la planta instrumental
del trío compuesto por bandoneón, piano y violín. Desarrollo obrado en dos
sentidos: horizontal primero por la multiplicación de las unidades instrumenta-
les. Vertical luego, cuando unidad instrumental deja de volcarse caóticamente
en el conjunto, toma conciencia de su ubicación, de su alcance, de su aporta-
ción y su destino dentro de la trama orquestal.
La primera no es importante: sólo se opera en los primeros años de la
Orqitesta Típica cuando ésta se ve obligada a multiplicarse en procura de mayor
volumen sonoro para seguir la creciente curva ele los auditorios: al tango se le
fueron brindando -el negocio era brillante-, más y más amplios locales en
una época donde el artificio de los equipos electrónicos de amplificación no con-
taba.
En cambio, la segunda, configura una de las mejores y más trascendentes
cartas en la transformación de nuestra música popular.
El rol protagónico de ese acontecimiento capital es servido por un joven de
la más nueva promoción de músicos del tango: Julio De Caro. Tiene apenas
18 años cuando una circunstancia fortuita lo convierte en primer ,;iolín de la
orquesta de Eduardo Arolas. Integra luego el conjunto de Osvaldo F:resedo, de
reciente aparición, concluyendo su brevísima carrera como "peón" junto a Juan
Carlos Cobián.
De la misma manera que Arolas no había conseguido conjurar en el as-
pecto interpre':ativo con su orquesta y su bandoneón aquella nueva línea tan
poderosamente externada en sus obras, Juan Carlos Cobián tampoco había lo-
grado cuajar su caudalosa inventiva de compositor avezado e imaginativo en
los seis instrumentos de su conjunto. Sus obras eran altamente comunicativas,
personales, orginalísimas: su orquesta, sin embargo, no conseguía entrañ-ar y
exponer esa belleza de nuevo cuño; no se traducía más que en media docena de
instrumentos desprovistos por un lado, de la efervescente anarquía, de la des-
ordenada vitalidad de la Guardia Vieja porque ya quería decir las cosas de otra
manera. Pero tampoco había podido plasmar la nueva articulación de los ins-
trumentos con que debía servirse esa nueva modalidad.
Cobián está un poco con un pie en cada Guardia: su conjunto tiene las
características inhospitalarias del intérprete de transición: es lavado, gris, sin
vida.
Cuando el inimitable autor de "La casita de mis viejos" emprende el pri-
mero de sus mil viajes de errante artista, Julio De Caro toma la dirección de
su sexteto. Ingresa su hermano Francisco como pianista y debutan a fines de
1922. El verdadero rendimiento de ese sexte:o en todas sus posibilidades de
enriquecimiento, de progreso musical, de estabilización rítmica para el tango
queda a su cargo. La duplicación de violines y bandoneones, la feliz incorpora-
ción del contrabajo como instrumento de ritmo y de fondo, cobran ahora un
sentido real y ofrecen un magnífico campo para la evolución armónica del tango.
En otras palabras: cuando Julio De Caro aparece en escena, el tango tiene:
un amplio repertorio cuyas obras comportan por su forma, por su con:enido,
por su intención un distinto orden de cosas: son netamente rioplatenses, nada le
deben a nadie. Tiene el tango además, la combinación de instrumentos que re-
suelve satisfactoriamente la planta de su Orquesta Típica. Pero, por contras:e,
hay una tremenda desproporción entre la calidad propia de las obras y el modo
como son interpretadas.
Julio De Caro enciende eE la Orquesta Típica esa luz de contexto local,
esa independencia musicológica y mental que Carlitas GaTdel ha dado a sus
formas cantables, que Pedro lVIaffia ha otorgado al bandoneón, que Pascual
Con:ursi ha entrañado a sus letras, que Agustín Bardi, Enrique Delfina. Juan
Carlos Cobián han insuflado en sus textos musicales. Tal, la contribución de
Julio De Caro al tango.
Vale la pena, sin embaTgo -a pesar de la índole Tigurosamente panorámica
de este enfoque- arrimar el lente a la época decarista y brindarla con el lujo
de detalles con que ella centelleó sobre el crepúsculo de la Vieja Guardia ilu-
minando, contagiosamente, una nueva aura en el país del tango. Y Tegistrar
con algunos nombres -que son hijos de su creación- cómo esa luz se propagó,
se propaga vigorosamente sobre la Nueva Guardia.
La integración de su sex'.:eto es promisoria: reúne bajo la vocación con-
ductora de su violín uno de los más calificados pui'í.ados de virtuosos que, den-
tro de su época, se pueda escoger.
El elemental trabajo de "tono y dominante" que es recurso característico
de los pianistas de la Guardia Vieja, es abandonado y suplido por el primicial
acompafiamiento armonizado: los "rellenos", los puentes, los adornos. los revo-
1ucionarios solos en acordes, tal como son concebidos por Francisco- De Caro,
preludian y echan base, anticipan la formidable carrera de instrumento conduc-
108
tor por excelencia que ha de corresponder al piano en la trama de la Orauesta
Típica. La novedosa aportación de este intérprete se prolongará, benefi~iosa­
mente, en muchos pianistas que se erigen en continuadores de su estilo: Osvaldo
Puglie_se, Armando Federico, Osear Napolitano, José Pascual, Ol"lando Goíii,
Horacw Salgán, Juan José Paz, Julio Medovoy, Carlos Figari, Osvaldo Taran-
tino, Osvaldo Manzi, Jaime Gosis que se me ocurre son -en una nómina tan
escueta como verídica- sus más aven:ajados discípulos hasta hov.
Tres o cuatro voces en los bandoneones configuran entonc-es una proeza
técnica acaso inferior a lo que PedTo Maffia aporta en materia de sonido, de
ideas armónicas enteramente bandoneonísticas. Las variaciones -fraseadas y
corridas-, los solos fraseados, los solos "a capella", los admirables "dibt<jos"
que traza con la más sorprenden:e soltura y dice con delicado "cachet" eclipsan
definitivamente la "aflautada", intituitiva, precaria producción bandoneonistica
de la Guardia Vieja.
En la abierta veta de su invención se inscriben iniciando el diálogo de los
estilos los nombres de mayor gravitación e importancia creativa: Pedro B. Lau-
renz, Ciriaco Ortiz, Luis Petntcelli, Enrique PolLet, Carlos 1\!Iarwcci, ATmando
Blasco, Aníbal TToilo, Antonio Ríos, Jt<lio Ahumada, Máximo lVIori. Osvaldo
Ruggiero, Leopoldo Federico, Astor Piazzolla, quienes se agrupan ~egún sus
personales modalidades en las distintas tendencias temperamentales que ha pro-
hijado el bandoneón en los úl:imos cuarenta años.
Inestimable trascendencia tuvo la inclusión del contrabajo en la concepción
instrumental del sexteto decareano, afirmando el "ensamble" del grupo, consoli-
dando la fisonomía de su ritmo, dándole un fondo protector. Leopoldo Tlwmp-
son, cuya prematura desaparición en 1925 privó al género de su más ducho e
inspirado contrabajista, fue el introductor de este ins:rumento en la música
popular rioplatense. A la inventiva del "negro" Thompson, adeuda el tango,
entre otros efectos de permanente empleo y segura cepa tanguista, su intenso
compás "canyengue" y el inicio de una pléyade de contrabajistas que han figu-
rado invariablemente -siempre con algo de aquel inteligente precursor- en
todos los organismos instrumentales de la Guardia Nueva: Vicente Sciarreta,
Hurnberto Constanzo, Luis Sinibaldi, Htfgo Baralis (padTe), A.lfredo Carleta,
Em·ique Krauss, Hamlet Grecco, Aniceto Rossi, Enrique Díaz; Rajael del Bagno,
Juan Vasallo, entre otros.
Y por fin, las inéditas armonías -los temas de contrapunto, las contrame-
lodías y el inconfundible "portamento" violinistico de J1llio De Caro, ideado
todo en una forja del más puro contenido tanguero, haciendo "pendant" y
creando una escuela de violines distinta a la de Ekino Vanlaro -el más com-
pleto intérprete del tango sin distinción de instrumentos- pero paralela en
su aspiración de dotar al tango, jun:amente con lo que es su sabor, su :;Jropia
gracia y su inconfundible expresión, del contenido musical condigno de su re-
presentativo valor humano. Ambas tendencias amparan y tutelan la aparición
de nombres que como José Niesov, Antonio Radio, RobeTto Guisado, A?ltonio
Rossi, Raúl Kaplún, Alf¡·edo Gobbi, Hugo Bar a lis (h.), David J. Díaz, Enrique
Cameranno, Enrique lVI. Francini, Simón Bajour, entre otros muchos, configu-
ran en sucinto examen de nombres el testimonio de la verdadera tradición vio-
linística que se ha dado dentro del tango.
 Recapitulando: las fuentes de donde arranca el desarrollo
del tango en su faz instrumental deben buscarse en Julio De Caro.
de suma importancia señalar a la vez, el indiscutible valor que debemos
buir a otras modalidades trascendidas en otros aspectos de la vida del
Paralelamente a la tarea desplegada por De Caro y movido por •ucu,~"al:i.
inquietudes de evolución musical, define Osvalclo Freseclo su peculiar
esencialmente melódico y jugado .en base a recursos acaso antinómicos a
empleados por De Caro: aquello que es vivacidad expresional en éste en Fre-
sedo se torna placidez. La "rascada" compadre que en el violín de Julio
dejos del andar caviloso y provocatbo del compadrito, es aplomada postura
en las versiones impecables de la orquesta del autor de "Aromas"; tiene Fresedo
excepcional intuición para manejar, hasta lo exquisito, las posibilidades y las
riquezas del matiz. Lo que son antipacipaciones y •·rubatos" en De Caro, es
riguroso respeto del "tempo" musical en Fresedo.
Pero, tal vez, por la razón de esos mismos elementos q·.te constituyen
clave de su estilo, sea és:e más cerrado en sí mismo y proyecte en menor grado
su luz sobre otros intérpretes. Dicho esto a pesar de los importantes desprendi-
mientos que significaron las modalidades de Carlos Di Sarli y Miguel Caló des-
envueltas en base a las normas instauradas por Fresedo.
Por ello, haciendo un balance de estas escuelas fundadoras, pienso que el
tango de Julio De Caro está más sujeto a las vicisitudes de la vida ciudadana
que el de Osvaldo Fresedo, más estereotipado y abs:racto como imagen de la
cosa rioplatense.
Ambos configuran, promediando la segunda década del siglo, la primera
plana de las tendencias evolucionistas.
Juntamente con sus modalidades, coexisten otros temperamentos interpre-
tativos, éstos de corte netamen:e conservador en su espíritu y en su exteriori-
zación formal. Y de ese contraste histórico. por primera vez dentro del cuadro
que inscribe los nombres de los directores del tango, surgen dos corrientes fran-
camente antagónicas. Corrientes cuyo sostenido enfren:amiento enciende de pi-
que las más enconadas polémicas. La clara diferenciación de estilos que se
inicia al asentarse el tango como materia musical emancipada y propia de los
pueblos del Plata, nos pone ante un fenómeno absolutamente inexistente en el
cerrado ciclo de la Guardia Vieja. Inédito en la órbita del tango: la distinción
de modalidades interpretativas en dos cauces, uno quietista y aun regresivo, el
otro abiertamente evolucionista.
Con el transcurso del tiempo, la franca opos1c1on de los criterios susten-
tados por ambos bandos. ahonda el diferendo v abre inconciliables surcos: mien-
tras los evolucionistas forman escuelas de interpretación, a cuya promoción se
acogen los músicos de cada siguiente generación. y sus estilos se diversifican
o
orgánicamente alimentando un árbol cuyas ramificaciones siguen brotando sin /
/
o~
pausa, no es posible establecer esa continuidad entre las orquestas sin evolución. /
/
'' HO
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( '
Tal es el fenómeno que se constata en los cuarenta aüos que forman 1 '1 ~[S
la Guardia Nueva. Fenómeno que puede identificarse claramente. con sus

111
situaciones esté:icas en el cuadro adjunto: un gran tronco central que
de Julio De Caro. Otro proceso lateral iniciado con Osvaldo Fresedo. Luego,
izquierda a derecha, recorriendo las cuatro décadas del período, sus continua-
ciones, sus desprendimientos y desenlaces ubicados, cronológicamente con las fe-
chas de irrupción o de asentamiento de los estilos de cada intérprete en la liza
tanguis:a, hasta alcanzar la época moderna.
En la parte inferior del cuadro, colocados también con arreglo a ese cri-
terio, las orquestas de la otra tendencia.
Ajustando, pues, la referencia a la enumeración de los artistas más
portantes de ambas corrientes, .será conveniente reseñar a vuelo de pájaro
orquestas más representativas, espigando apenas, por supuesto, e.s:e tema:
1922.- SEXTETO JULIO DE CARO: Pedro Majfia y Luis PetruceLli (ban-
doneones), Julio y Emilio De Caro (violines), Francisco De Caro
(piano), Leopo Ido Thompson (bajo) .
1922.- SEXTETO OSVALDO FRESEDO: Osvaldo Freseda y A.Iberto Ro-
drígttez ( bandoneone.s), Tito Rocatagiiata y Agesiiao Ferrazano (vio-
lines), José María Rizzutti (piano) y Humberto Constanzo (bajo).
1925.- ORQUESTA FRA.NCISCO CANA.RO: Carlos lVIarcttcci y Juan Ca-
naro (bandoneones), Agesiiao Ferrazano y Francisco Canaro (vio-
lines); Fioravanti Di Cica (piano), Rafael Canaro (tajo), Romtwldo
Lomoro (batería).
1926.- SEXTETO PEDRO 1VIAFFL4: Pedro 1\!Iaffia y Alfredo De Franco
(bandoneones), El vino Vardaro y Emilio Puglisi (violines), Os-
va Ido Pugliese (piano) y Francisco De Lorenzo (bajo).
1926.- SEXTETO CARLOS DI -SARLI: Otero y Landó ( bandoneones), Pé-
cora y Leffaye (violines), Carlos Di Sarli (piano), Capurm (bajo).
1927.-SEXTETO ANSELMO AIET_4_; Anselmo Aieta y José NavaTro (ban-
doneones), Juwa D'Arienzo y Juan Cuervo (violines),
(piano), Corleto (bajo).
1927.-SEXTETO CAYETANO PUGLISI: Federico Scorticati y PasctwZ
Sto1·ti (bandoneones), Cayetano Pttglisi y 1\!Imtricio 1\!1iseretz1cy (vio-
lines), Annando Federico (piano), Jtwn Puglisi (bajo).
1929.- SEXTETO V_4.RDA.RO-PUGLIESE: Alfredo De Franco y Eladio
Blanco (bandoneones), Elvino Vardaro y Ca1·los Campanone (vio-
lines), Osvaldo Pugliese (piano), _4_lfTedo C01·leto (bajo).
1933.- SEXTETO EL VINO V ARD-4RO: Aníbal Troilo y J o1·ge Fernández
(bandoneones), Elvino Vardaro y Rugo Baraiis (h.) (violines),
José Pascual (piano), Pedro Caraciolo (bajo).
1934.- ORQUESTA PEDRO LAURENZ: Pedro Laurenz, Armando y Ale-
jandro Blasco (bandoneones), José Niesov y Sammy Friedenthcü
'(violines), Osvaldo Pugliese (piano), Vicente S cía Treta (bajo).
1935.- (1).
(1) Falta la orquesta de Juan n·Arienzo sobre cuya integración en esa época. tengo dudas.
1940.- ORQUESTA ANIBAL TROILO: Aníbai Troilo, han Ivi. Rodríguez,
_4.stor Piazzolla, Edttardo Marino y Marcos Troilo (bandoneones),
David J. Díaz, Reinaldo Nichele, Pedro Sapochnick y HtLgo Baralis
(violines), Orlando Goñi (piano), Enrique Díaz (bajo), Francisco
Fiorentino (vocalista).
1940.-0RQUESTA OSVALDO PUGLIESE: Emique Alessio, Osvaldo Rug-
gie1·o, Antonio Roscini y Ltcis Bonnat (bandoneones), Enrique Ca-
merano, Julio Carrasco y Jaime Tttrsky (violines), Osvaldo Pugiiese
(piano), Aniceto Rossi (bajo), Roberto Chanel (vocalista).
1942.- ORQUEST_4_ MIGUEL CALO: Armando Pontier, Eduardo Rovim,
Carlos Lázzari y Juan Cambareri ( bandoneones), Enrique Francini,
Pedro Desrets y Angel Bodas (violines), Os mar 1\!Iadenw (piano),
Armando Caló (contrabajo), Raúl Berón y Raúl Iriarte (vocalistas).
1942.- ORQUESTA ALFREDO GOBBI: Edelmiro D'Amario, Mario Demarco
y Deolinclo Cassaux (bancloneones), Alfredo Gobbi, Bernardo Ger-
mino y Antonio Blanco (violines), Juan Olivero Pró (piano), Juan
José Fantin (contrabajo), Pablo Lozano y Walter Cabral \VOCa-
calistas).
1952.- ORQUESTA HORACIO SA.LG_4.N: Leopoldo Federico, Abelardo Al-
fonsin, Roberto Diaz, Antonio Scelza (bandoneones), Víctor Felicce,
Angel Bodas, Pedro Desrets, Alberto Del Mónaco, Ramón Coronel
(violines), Victoria Casagrande (viola), Miguel _4_riz ( cello), Hora-
cío Salgán (piano), Angel Allegre (bajo), Horacio Deval y _4_ngel
Díaz (vocalistas).
1955.- ORQUESTA ASTOR PL4.ZZOL4.: Elvino Vardaro, José Niesov, _4_l-
berto Del Bagno, _4_qtdles Aguilar, Domingo Varela, Lázaro Becker,
Domingo 1\!Iancuso y José Botti (violines), Simón Slotnik y Mario
Lalli (violas), José Bragato ( cello), Hamlet Grecco (contrabajo),
Jaime Gosis (piano), Eva Goldeschstein (arpa), Jorge Sobrai (vo-
calista), _4.stor Piazzola (bandoneón solista).
1956.- OCTETO "BUENOS AIRES": Astor Piazzola y Leopoldo Federico
(bandoneones), Enrique Frcmcini y Rugo Baralis (violines), José
Bragato ( cello), Atilio Stmnpone (piano), Horacio Malvicino (gui-
tarra eléctrica), Juan Vasallo (bajo).
1958.- SEPTIMINO "LOS ASTROS DEL T_4NGO": Jtdio _4_/nmwda (ban-
done:Sn), El vino VcLi·daro y Enrique M. Francini (violines), Mario
Lalli (viola), José Bragato (cello), Jaime Gosis (piano), Rafael Del
Bagno (contrabajo).
Esta breve nómina de conjuntos, no trasunta la complejidad ele un proceso
superabundante de nombres y modalidades, pero sí revela las orquestas de ma-
vor trascendencia v muestra -con el decurso de los años- la aparición de las
;ucesivas generaci~nes que fueron congregándose en torno al tnngo. Permite,
rescatar, además, una ancha visión de las modificaciones establecidas en la com-
de la Orquesta Típica a partir de su primitiva planta instrumental,
por el sexteto hasta llegar a las modernas orquestas.
 Diversos instrumentos fueron incorporados a la misma
pas de su desarrollo, unos con carácter meramente experimen':al, otros en
permanente, pero en determinados conjuntos, tal como arpa y vibrafón en
sedo, guitarra eléctrica en el Octeto "Buenos Aires". El violoncello fue
pleado por primera vez ·en el pequeño conjunto de Eduardo Arolas hacia
tocado por el "alemán" Fritz; luego lo incorporaron a sus orquestas
Firpo y Pedro Maffia, en esta última ejecu':ado por Naón Ferrezano.
Fresedo, en 1942 Aníbal Troilo y de allí en adelante casi todas las orquestas de
la tendencia evolucionista, completaron su cuerda con viola y cello, dándoles
incluso, papeles solistas. ' algunos de los muchos músicos que en dos generaciones se han abocado dentro
XV 111 G el rol jugado por lo orquestación
El valor de los acuerdos previos, de las normas de ejecución admitidas en
tácitos y comunes convenios por todos los músicos del tango, instauraron desde
1920 en adelante y en forma por demás creciente y caudalosa la precep':iva es-
tética donde bebe, como de una fuente levantada sobre comunitarias ideas, la
singular elocución de cada orquesta.
Tales ordenamientos concluyeron por encontrar su definitivo equilibrio con
el ajuste que al organismo instrumental de la Orquesta Típica proveyó la or-
qnestación. En otras palabras: an:es de la sistematización de esta especialidad
y previamente a su concreta aparición como norma para todos los conjuntos, se
la ejercitaba empíricamente. En las partes de piano que se distribuían a cada
componente del conjunto se me;rcaban las voces, Jas soluciones armónicas en
f:n, el trabajo que entraba en la órbita de cada instrumento: no fue o:ro el
régimen que fue empleado, y por casi diez años, entre los músicos de Julio De
Caro y los conjuntos de su escuela.
La incorporación del orquestaclor profesional, pues, a la plana mayor de lo3
músicos del tango obedeció estrictamente a una situación compr·ometida por el
propio temperamento de la música popular rioplatense. No configuró, de ma-
nera alguna, un agregado gratuito o superfluo. Por ello mismo los nombres de
Héctor lVI. A.rtola y Argentino Galván que se asocian a sus etapas iniciales allá
por 1932 y en adelante, recogen en su anónimo pionerismo la esforzada. sacri-
ficada tarea de atender las circunstancias de este auspicioso adelanto técnico.
Como ,bien lo ha dicho Luis A.clolfo Sierra en un jugoso ensayo a propósito
d2 la personalidad de este gran artista: "_4rgentino Galván llevó el tango a los
at1·iles en forma definitiva". Tan es así, que aun aquellas orquestas que por
convicción han abrazado la tendencia regresiva se sirven de la orquestación, del
orquestador como recurso de indispensable valor para sus realizaciones.
La exhaustiva consagración de Artola y Galván cundió contagiosamente en-
tre muchos músicos del género que se entregaron fervorosamente al estudio d.e
tan difícil disciplina. Es así que en poco más de veinticinco años, esa infatiga-
ble inquietud se traduce en sorprendentes progresos de escritura. en la utiliza-
ción de los instrumentos -incluso en el bandon-eón, al que se le ~rrancan insos-
pechadas posibilidades- en los criterios armónicos tradicionales del género que
torrentosamente por el nuevo cauce. El progreso no consistió, como mu- ,
suponen, en hacer más compleja la música del tango, sino -lo que es
uy distinto-- en aprovechar de una mejor m2.nera sus elementos propios. Es
la diferencia que existe, por ejemplo, entre "Boedo" tal como lo tocaha JuLio
De Caro en 1927 y "Boedo" tal como lo realiza Osvaldo PtLbiiese quince años
más tarde con el invalorable aporte de la orquestación escrita por él mismo.
Ismael Spitalnik, OsvaLdo PugLiese, Pascual Mamone, Homcio SaLgán, Emi-
lio Balcarce, Juiián Plaza, Mario Demarco, _4stor Piazzolla, Hécto1· Stamponi,
Roberto Pansera, Carlos García, Roberto Pérez Prechi, Leopoldo Federico, son
del tango, y en distintas latitudes temperamentales, al estudio y la práCtica de
la orquestación.
Dicho de otra manera: el conservatorio no significó, como un difundido y
deleznable, romántico criterio, suele defenderlo, un impedimento entre la calle
y la música del tango. La realidad es enteramente adversa a esa suposición: en
ningún músico del tango, a través de todos sus episodios, consti:uyó una aspi-
ración tocar mal, sino por el contrario, las tenta·tivas siempre estuvieron diri-
gidas a la propia superación: desde la época en que Eduardo Aro las decidió
tomar clases de solfeo, teoría y armonía con Bombich, director de la Banda de
la Penitenciaría, hasta la actualidad en la cual un intérprete como ELvino Var-
daro, quien debutó en la orquesta de Juan lVIaglio en el año 1920, Y sigue estu-
diando hoy, 1960, con el mismo empeño de superación del día que tuvo por
primera vez el violín en sus manos, a los tres años, bajo la vigilan~e mirada
del maestro Fioravanti Brugni.
Por ello, nombres como el de Julián Bautista, maestro de tanguistas por
excelencia, debe ser incluido en este párrafo donde se da cuenta de la gravita-
ción ejercida por los orquestadores y los músicos estudiosos en la evolución del
género.
La aparición del mosaico de estilos que son propios del tango, sus desarro-
llos y ramificaciones así como su diversificación en dos corrientes opuestas, s~.n
hechos que per:enecen al campo histórico de la Guardia Nueva. La Gua;·cu_a
Vieja, tal como ha quedado indicado, no tuvo estilos capaces de ser caraccen-
zados y, por lo tanto, diferenciados.
X • estructura y variedades del tongo
De la misma manera que el incipiente desarrollo interpretativo de la Guar-
dia Vieja hace imposible el distingo de sus conjuntos por la caracterización de
sus modalidades. todas muy semejantes, tampoco es fac':ible encontrar en esa
secuencia inicial. las variedades compositivas que nos será dado descubrir en la
Nueva Guardia.
Antes de esbozar un ligero examen de esas variedades, nos detendremos un
instante para precisar algunas ideas en torno a lo que ha sido la estructura de
las obras que han nutrido el repertorio del tango.
115
 La mayoría de los tangos se desarrollan en partes convencionales
séis compases. Las hay más breves y las encontraremos más ex':ensas.
se incluyen en un caso general: la norma, es aquélla.
Muchas veces., sobre todo en tango con letra, la parte así constituida
forma por la repetición de una frase de ocho compases, en función de la repe.
tición de la estrofa de versos.
Los tangos constan, en su gran mayoría, de dos o tres partes. Cuando tie-
nen dos se ejecutan casi siempre así: A-B-A-B, que es uno de los tipos más
frecuen:es y más fáciles de ilustrar: "Anclao en París" música de Barbieri y
letra de Cadícamo, cantado por Carlos Gardel.
Cuando se trata de un tango de dos partes, pero sin letra, o tocado con
prescindencia de la misma, el esquema de ejecución es el mismo que en el caso
anterior. Se acostumbra, sin embargo, a repetir nuevamente una de las partes
enriqueciéndola con 1ma variación o un solo fraseado de bandoneones, por ejem-
plo. "Annaado" música de Pedro Maffia y Pedro Laurenz en las realizaciones
de Osvaldo Pugliese o Julio De Caro son casos característicos de este tipo de
exposición exclusivamen:e instrumental para una obra de dos partes.
Desde 1925 en adelante, casi no se han compuesto tangos de tres partes.
Constituy:) ésta, empero, una modalidad muy difundida antes de esa fecha y a
la tercera parte -por extensión denominativa de otras especies- se le llamaba
"trío". En su realización, estas obras de tres par:es quedaban, en general, así
ordenadas: A-B-A-B-C o A-B-C-A tal este último caso el de "1\!Ii rwche triste"
de Castriota y Contursi en la versión de Carlos Gardel.
Se han dado, se siguen dando, otras combinaciones que no importa abun-
dar aquí en la medida que no alcanzando mayor arraigo entre compositores e
intérpretes.
En cambio es in':eresante anotar que las introducciones, los puentes y las
codas siguen siendo valores perfectamente vigentes hasta el tango de hoy.
Al transformarse el tango y aparecer la Guardia Nueva, dio éste tres va-
riedades formales a cuyos inconmovibles cánones se han ajustado sus compo-
sitores en todas las épocas: tango milon.ga, tango romanza y tango con letra
o tango canción.
Poco después de 1920, Juan ele Dios Filiberto intentó dar forma a otra va-
riedad, la "canción porteií.a". Pero nació y terminó con las obras de este com-
positor boquense: "El pañuelito", "La cartita", "El besito", "Caminito".
a) Tango-milonga. No se trata, como frecuentemente se sostiene, de un
tango tocado en forma rápida. Es una variedad desarrollada -preferentemente-
en base a temas fuertemente rítmicos. Muchas veces tienen una parte rítmica y
otra melódica. En Ia época decarista la rítmica solía ser la segunda, en tanto
que de 1950 a esta parte se habitúa a construir la primera con ese carác':er.
.. Son obras totalmente inadecuadas para ser versificadas y se ejecutan, tra-
diclOnalmente, en solo de orquesta o solo instrumental, como que han sido pen-
sadas para ser vertidas d·e esa manera.
Son ejemplos de tango-milo~1ga, "C. T. V." de Agustín Bardi ( 1917) "Pa-
~'ia" de, José lVI~rtínez (1919), "La revancha" de Pedro Blanco Laurenz ( l924),
Baedo de Julio De caro (1927), "Anabal" de José Pascual (1935), "Tres y
de Aníbal Troilo (1943), "Orlando Goñi" de Alfredo Gobbi ( 1946), "A
amigos" de Armando Pontier ( 1949), "Marrón y azul" de Astor Piazzolla '
(1954), "Corazoneando" de Osvaldo Pugliese ( 1956), "La bordona" de Emilio
Balcarce ( 1958), acopiando tí:ulos y autores de distintas épocas, e incluyendo
varias de las más importantes obras de corte moderno.
b) Tango romanza. Compuesto en base a temas melódicos cuya comple-
jidad los hace, también, ineptos para ser cantados. Constituyó una variedad
cuyo apogeo se registra en la época decaris:a. "Flores negq·as" de Francisco
De Caro (1937) -un verdadero clásico-, "Río de oro" de Lucio Dems.re (1927),
"F1·ivolité" uno de los grandes tangos de Enrique Delfina ( 1927), son ejemplos
claros de esta variedad. De nuestros días, caben citarse "Tecleando'' de Carlos
Figari (1952), "Aydé" de Héctor Grané y "Río Sena'' de Astor Piazzolla (1954).
e) Tango canción o tango con letra. Se caracteriza por sus temas meló-
dicos simples y cantables. No hay norma establecida ni costumbre admitida en
cuanto a cuál de sus elemen'.os se hace primero. Las letras se construyen si-
guiendo la regla establecida para la música, en dos partes. Como la norma de
ejecución A-B-A-B, es repetir las partes, los letristas en general, escriben un
texto diferente para la reiteración de la primera parte, repitiéndose el '·estri-
billo", "refrán" o segunda parte por dos veces con el mismo texto. Son ejemplos
de es:e caso "Adiós mt<chachos" de Julio Sanclers y César F. Vedani, "J'VIaiena"
de Demare y Manzi, "Sur" de Aníbal Troilo y Homero Manzi. "Noche de Co-
lón" de Raúl de los Hoyos y Roberto L. Cayol, aporta el caso de texto distinto
para la repetición del estribillo. Y finalmente, tangos de tres partes con letra
son "De Vtéelta al bulín" de José Martinez y Pascual Contursi, "Aromas" de
Osvaldo y Emilio Fresedo.
Grandes cultores ha conci':ado esta variedad. Tras la producción fundadora
de los Juan Carlos Cobián, los Enrique Delfina, los Agustín Bardi, etc., surgen,
incorporados al período decarista y a las nuevas normas de compositores de tan-
gos, melodistas de la inventiva de Lucio Demare ("Dandy", "lVIaLena", "Mañana
zarpa 1m barco", "Hermana"), Anselmo A.ieta ("Tus besos f1teron míos", "S11erte
loca", "La mentirosa'', "Entresueños" ), Carlos GCll·clel ("VolveT", "A1nargura",
"Sol.eclad" ), el "negro" Joaquín 1\!Iauricio Mora autor de varios de los tangos
más hermosos que se hayan escrito ("Divina", "En las sombras", "Frío", "Niás
allá"), Aníbal Troilo ("Y no puede ser", "lVIaria", "Barría de tango", "Sm·"),
Mariano Mores ("Cuartito az1tl", "Uno", "Cafetín de Buenos Aires").
XX - la literoturo del tongo
No menor profusión de nombres y estilos han transitado por el nocherniego
mundillo de las letras de tangos, respecto a la múltiple gama de posibilidades
revisada en su proceso musicológico.
No cabe aquí detenerse en un minucioso estudio. Sin embar¡~o, sel'á nece-
sario proceder a una breve recapitulación de esos letristas y esas tend:::ncias en
la medida que la letra argumentada es uno de los hechos de mayor importancia
den:ro de los lindes de la Guardia Nueva.
 La letra de tango no es de simplemente un poema: está pensada para ser
cantada y no dicha, y no pocas veces se escribe sobre las frases musicales. De.
manera que su estructura, sus medidas, ·el ritmo que la sujeta, la acentuación
que le da escala, el clima donde respira, dimanan de la música de tango, de la
atmósfera del tango, del espíritu del tango. En otras palabras: hay, y no pocas,
letras muy buenas y muy logradas como tales, que disociadas de su músi.ca se
distorsionan, se empobrecen, se marchitan.
La heterogénea composición humana de nuestras ciudades está reflejada en
la variedad de tonos, intenciones y lenguajes que prové la literatura del tango.
Es lenguaje popular de impronta orillera el que maneja Pascual Contursi
para describirse "en el canfinfle¡·o que -como dice Tallon- Hora la ida de su
prostituta" o con el que describe a la prostituta abandonada por su "bacán":
"Pobre mina que ha tenido
a la gente ¡·echiflada
y sólo con la mirada
conquistaba tm corazón.
Hoy no tiene pa'ponerse
ni zapatos ni vestidos,
anda enferma y el amigo
no ha aportao para el bulín."
("El moti'ro" con música de Juan Carlos Cobián.)
Ese mismo lenguaje es el que anima las versificaciones de Esteban Celedo-
nio Flores. Este imprime, sin embargo, otro cariz -muy distinto- a sus letras.
Observador agudísimo de la vida entre las clases populares, conocedor -Y
en carne propia- de todas sus carencias, Flores es mucho más cronista que
poeta.
"Yo nací, señor juez, en el subm·bio.
St~burbio triste de la eno1·me pena,
en el fango social donde tma noche
asentam su rancho la m.iseria.
De nH<chacho, noniás, ttrgué en el cieno
donde van a podrirse las grandezas:
¡hay que ve1·, seño1· juez, cómo se vive
para saber, después, porqué se pena!"
("Sentencia" eon n1úsica de Pedro !\:Iafiia.)
Claro que es muy fácil discutir, acaso, el valor de letras como "Senten-
cia/' o cuestionar la tristeza o la espontánea gravedad del tango tomando un
rico whisky bajo el sol de un buen balneario. Pero obras como la citada o
:'Pan/', "lJIIala entraña", "Si se salva el pibe", "Attdacia", comportan -en con-
Junto- una verdadero ensayo sobre los sectores más despojados de la comunidad
a través detma descripción de personajes y ambiente, á mi juicio, perfectamente
lo~ada. Tal vez <<El b1tlín de la calle Ayacucho" configure uno de los mejores
aciertos de Flores en este último sentido.
La obra de Enrique Santos Discépolo revela en su desencantada wncepción .
de la vida, en su despiadada consignación del fracaso, en sus espectaculares v
sobrecogedores con'.:rastes entre el soy, el quisiera o el debiera ser del riopl;-
tense, la gravitación indiscutible del grotesco pirandelliano:
"Soy un arleqt~ín
un arlequín que salta y baila,
pam oc1~ltar
su corazón lleno de pena.
Me clavó en la cnLz
tu :folletín de Magdalena,
porque soñé
que era Jesús y te salvaba.
Me engañó tu voz,
tu llorar de arrepentida sin perdón.
Eras rnuje1·. . . Pens~ en mi madre
y me clavé."
("Soy un arlequín".)
El mismo fenómeno, pues, que es dable observar en los sainetes de su her-
mano Armando, "Mateo", "Stéfano", es fácil cons'.:atarlo en los grandes tangos
que Enrique compuso, casi uno por año, desde 1927 hasta 1951, af¡') de su muer-
te: "Qtte vachaché" ( 1927), "Esta noche me eTnborracho" ( 192H 1 "Yira-Yira"
( 1929), "Tres esperanzas" ( 1931) -uno de los más hermosos-, "Cambalache"
( 1932) y, en fin, "Uno" (1942), "Sin palabras" (1943) y "Cajetín de Buenos
Aires" ( 1948) entre muchas páginas de muy difícil elección.
EnriqLLe Cadícamo, a su vez, ha trabajado con el más heterogéneo material
argumental, en todos los grados del lenguaje popular para componer una de las
obras más .fecundas que haya dado letrista alguno. Coexisten en su producción,
páginas de tan diversa índole, lenguaje y espíritu como
"Gran viviyo de espamento! Mdandrin de meta y ponga!
Ataja te este ponclwzo que te voy a sacudir . ...
No es que quiera deschcwarte poT cantar una milonga,
sino porque con tus briyos vos no nw z:as a engrupir.''
("Ché, Bartolo !", con música de Sciamarell~.)
"Santa Milonguita tenía los ojos
tan grandes y claros que hacían suspirar,
SlLS labios pecaban de breves y rojos
y era su mirada color verdemar.
Erla que fue siempre Festín y Alegria,
que en juego de copas se hartó de champán
tlwo 1m bello aTJ"anque de sensibleTia
y quiso ser buena, bu.ena como el pan."
("Santa milonguita·• con músic<:. de Del:ino.)
119
 Enrique Cadícamo es -como ha logrado re:ratarlo Nicolás Olivari con pr€-
cisa línea- "el vate po1·teño, maestro ele esa pequeña historia lírica de la ciu-
dad q1w es el tango, en la que se confabula la atmósfera despiadada de la g:ran:
m·be qt<e extrangula todos los sueños, la gmn civ~dad que sofoca al hombre y
encanalla a la nmje1· apenas se apartan, en instintiva independencia, del camino
trillado ... ".
Otros letristas, muchos, oscilaron entre las tendencias expues:as, sobre todo
en la época gardeliana: ATmando Tagini, AlfTeclo y Jnlio Navarrine, Alberto
Vaca1·ezza, César Amadori, Luis Rubinstein, Roberto L. Cayol, Manuel A.
Meaños, Jtwn 1\!I. Velich, Enrique Dizeo, Francisco Bohigas, Jtwn A. Caruso, José
De Gmndis, Emilio Fresedo, Emique Maroni, 1\!Ianuel Romero, AtHio Suparo,
Bayón Herrera, Sanwel Linning y Mario Gomila quienes encabezan una larga
lista que es improcedente completar aquí.
El lenguaje popular depurado y proclive al "cultismo" aparece en las letras
de tango con la pluma de José González Castillo quien abre otra perspectiva,
distinta y nueva ésta, junto a las muchas que se ejercitan ya en la literatura
tanguista. Sus versos para "Grisetta", "Organito de la tarde" --que no dejan
en su fina decantación ese aire peculiar, acaso inapresable, que respiran todas
las buenas letras de tango- aportan el inmediato precedente para la aparición
de A.. lfredo Le Pera, Cátulo Castillo, Francisco García Giménez, José 1\!Iaría
Contnrsi y Homero 1\!Ianzi quienes dan inusitado vuelo a la flama11te tendencia.
Todos ellos han publicado letras de gran valor tanguista. Pero Homero 1\!Ianzi
1ogró, más que cualquier otro, plasmar con todo vigor las posibilidades del nuevo
estilo. Enormemente influido por Evaristo Carriego dejó profusión de páginas
de pleno espíritu ciudadano:
"Con tm lazarillo llegás por las noches
trayendo las quejas del viejo violín,
y en medio del ht<mo parece un fantoche
tu rara siltLeta ele flaco rocín.
Puntual parroqniano, tan viejo y tan ciego,
al i?· clestTenzanclo tu ete1·na canción
ponés en el alma recuerdos afíejos
y un poco de pena mezclás al alcohol."
("Viejo ciego" con n1üsicr:. de Piana y Cast:llo.)
Después de 1940, esta modalidad se fortalece con el aporte de varios nuevos
letristas entre los que se destaca últimamente Homero Expósito, quien cons':i-
tuye la vanguardia.de la literatura tanguista. Sin embargo, sus páginas que cau-
saron verdadera sorpresa en el momento de su aparici:Sn -Y se convirtieron
por su indiscutible calidad ·en auténticos clásicos de las nuevas e:apas- auspi-
ciaron una veta literaria que, lamentablemente, no llegó a concretarse:
"Calle
como valle
de monedas para el pan . ..
Río
120
sin desvío
donde St<fre la ciudad,
;QtLé triste palidez tienen tus luces!
ttLs letreros sueñan cruces,
tus affiches carcajadas ele cartón . .. !
Risa
que precisa
la confianza clel alcohol.
Llantos
hechos canto
pa'vendernos un amor . ..
1\!I ercado de las tristes alegrías
cambalache de caricias
donde cuelga la iLusión."
(uTristezas de la calle Corrientes" con música de D. Federico.)
Transcurrido el medio siglo, la muerte de varios de los más prolíficos e im-
')Ortantes autores de letras -entre ellos Flores, Discépolo y Manzi- así como
la inactividad de otros, propende la aparición de los "!etristas ele edito1·ial" quie-
nes elaboran sus engendros en base a un supuesto gusto popular y degeneran
finalmente en la chabacanería, la repetición has':a el harta:J.go de los mismos
giros, los mismos tems y lugares comunes, replanteados y gastados una Y otra
vez dentro de un patrón tan convencional comó deplorable.
De todos modos, y a pesar de esa carencia actual, toda la buena literatura
oue el tango ha producido en cuarenta años da para meditar has':a dónde no será
¡lla, auténtica poesía popular, nuestra única poesía ciudadana. Considerando,
claro está, que las letras de tango sean poesía.
XXI - conclusión
A la luz de la integral renovación de conceptos históricos que, sobre el
tango y su mundo, nos permitimos desarrollar en este artículo, es posible con-
cretar algunas conclusiones de carác':er general que permitirán, de una vez por
todas. abandonar las viejas posturas nostálgicas para encarar con criterios rea-
listas y verídicos el estudio de nuestra música popular.
La Guardia Vieja configura, como ya lo hemos visto detalladamente, un
neríodo tínicamente embrionario y de gestación. De la transformación que de-
fine mod;la v da definitivo sentido -es~ructural, formal Y temperamental-
- 1 .... 1 • .,
a
sus elementos, surge el tango como especie popular emanc1paaa Y c.~.ara como
música y literatura representativa del área cultural rioplatense.
Con todo rigor histórico, puede afirmarse que el tango se gesta en la Guar-
dia Vieja y nace con la Guardia Nueva. , •
Muchas situaciones se han confabulado para fomentar los eqmvocos deren-
didos hasta hoy sin respuesta: cada uno ha incluido en la Guardia Vieja ,aque-
llos intérpretes, orquestas y estilos que fueron quedando a la zaga de su epoca.
Explotando esa humana postura, la industria del arte popular y sus glosistas
han capitalizado esa sEuación poniendo aquel exitoso precinto a todo lo barato
que se suele producir. Pero la simulación de formas instrumentales por supuesta TESIS ECONOMICAS DEL
imitación de la Guardia Vieja no pertenece, por supuesto, a ella, ni tampoco a MOVIMIENTO 26 DE JULIO
la Nueva por su insuperable hibridismo: le es imposible a cualquier músico de
hoy tocar tan rnal corno se hacia anta1ío y a la vez sentirse tocado por el im-
pulso hacedor que aqttellos admirables pioneros sintieTOn. ImptLlso at cual no Felipe Pozos
pttede aspirar desde el momento que copia.
Ahora, tocar mal es muy fácil; pero tocar mal el tango no es incorpo1·a1·se
Bo ri
a la Guardia Vieja. Es, simplemente, tocarlo mal.
Guardia Vieja y Guardia Nueva no comportan, pues, dos conceptos antinó-
micos, sino dos períodos de tm mismo proceso histórico dispuestos uno a conti-
nuación del otro y enrabados claramente por una secuencia de transformación y
perfectamente ajustadas a las modificaciones suscitadas en el medio humano del
cual son fidedigno eco.
El gus'.:o o el disgusto frente a las múltiples tendencias que ha producido el
tango a lo largo de su desarrollo es, evidentemente, una cuestión que se resuelve
en el rincón personalísimo de la sensibilidad. En cambio, la ccnsideración o la
desestimación del tango -visto objetivamente como auténtica manifestación de
2rte popular- es función directa del mayor o menor conocimiento o, simple-
"Tl.ente, de la ignorancia de nuestras realidades.
Discutir sobre el tango es, sin embargo, un ejercicio dialéctico del que casi
ningún rioplatense rehuye. Pero es necesario aclarar que, para discutir sobre
el tango, como en cualquier otra cosa hay que producirlo, escucharlo, estudiarlo,
hacia un programa racional de desarrollo económico
sentirlo. Actividades que pueden ser también, lecciones en muchos e insospe-
chados sentidos. Los habitantes de los pueblos poco desarrollados -Cuba y los países latino-
Marzo de 1960. americanos entre ellos- tienen un nivel inferior de vida y de bajos ingresos por
persona.
Ese bajo nivel de vida es consecuencia de una gran desproporción entre la
población activa (en condiciones de trabajar) y ese escaso capital invertido, co-
locado fundamentalmen'.:e en actividades de escasa productividad y trabajo ba-
rato, como los cultivos agrícolas extensivos, la minería meramente extractiva,
la pesca, etc.
En un mundo de prodigiosos avances tecnológicos los países subdesarrolla-
dos pueden aprovechar los frutos y las experiencias de las naciones industriali-
zadas y organizar sus propias economías "elevando el nivel de ingreso de sus
ciudadanos".
Cuba, país de extensión superficial relativamente pequeña, demanda toda
la inteligencia y el patriotismo de sus mejores hijos para que éstos utilicen las
grandes conquistas técnicas que la civilización ha acumulado en un programa
racional de desarrollo económico dirigido a hacer crecer la riqueza nacional Y
el bienestar de los cubanos.

Nota.- El presente trabajo fue escrito antes de la caída de Batista por los Dres. Felipe PazOs
Regino Boti y tuYo una profunda influencia en el proceso de form.ación ideo-lógic:! del mo~imiento
El texto que publicamos fue ton1ado de "'Lune:; de Revoluciónn-" La Habana$ 18 de

122
 economía versus política
Es necesario que nuestra economía crezca para darle empleo y un mejor
nivel de vida a la población cubana. La urgencia de este requerimiento' ha sido
excusa para que algunos mal intencionados planteen que la República debe pri-
mero progresar económicamente y que la actividad política debe quedar subor-
dinada a las previas soluciones económicas.
Entre política y economía no existe tal antinomia. Toda directriz económica
tiene paralela una línea política consecuente con aquélla. Si tomamos como meta
de nuestras aspiraciones económicas la situación cubana actual, debemos conten-
tarnos con Batista en el poder. En cambio, si aspiramos a desarrollar nuestra
economía, mul':iplicándola, el primer paso a dar deberá ser echar a Batista de
las riendas del gobierno y entonces poner en ejecución un plan de crecimiento
económico. Este plan SOLAMEN_TE podrá ser llevado a cabo si recibe el APO-
YO POLITICO ORGANIZADO de sus beneficiarios: los grandes núcleos nacio-
nales de trabajadores, campesinos, profesionales, agricultores, comerciantes e
industriales.
Un plan efectivo de desarrollo económico SOLO SERA ESTABLECIDO si
una enérgica acción de la ciudadanía elimina el obstáculo de Batista y su régi-
men. Un plan efectivo de desarrollo económico SOLO SERA LLEVADO A
CABO si sus ejecutivos, ya desde el poder, logran el respaldo político de las
mayorías ciudadanas.
distribución y producción
De todo lo dicho puede inferirse fácilmente que en el orden -económico, el
problema de Cuba ES CRECER.
Aun los grandes países indus':riales (Estados Unidos, la URSS, Gran Bre-
taña, Alemania) tienen como su más importante meta económica inmediata el
crecimiento de su economía.
Por razones tan valederas como el bajo nivel de vida de nuestros países;
los abusos de las grandes corporaciones; el capitalismo feroz y primitivo de mu-
chos empresarios, en años atrás y también en los que corren, el pensamiento
económico del ciudadano medio propugnaba una violenta política esta':al distri-
butiva dirigida a aumentar indefinidamente LOS SALARIOS. Se razonaba aue
con la merma de las utilidades del empresario y el aumento correlativo de Íos
ingresos del trabajador, la economía nacional se fortalecía.
Los propios gobiernos cubanos anteriores al actual, presionados por los efec-
tos de las injusticias sociales, tuYieron una política económica fundamentalmente
distributiva. Esta política era más fácil de seguir debido a que en Cuba y en
otros países subdesarrollados, los salarios y condiciones de trabajo eran y son,
en muchos renglones económicos, miserables.
Desde luego, será deber fundamental del Gobierno Revolucionario
de Julio, eliminar los focos de injusticia social en Cuba. "Mientras falte una
injusticia por reparar, la Revolución no habrá terminado".
124
Sin embargo, aún en el caso extremo de que un gobierno se incaute de
todas las utilidades y las reparta entre los trabajadores, ello no aumentaría sus:
tancialmente el nivel de vida de la población ni el poderío económico del país:
-eso sería redistribuir infan':ilmente el ingreso nacional de Cuba, de por sí pe-
queño, como quien reparte los pedazos de un pastel. Más importante que todo
eso, es tratar de lograr un PASTEL MAS GRANDE para la Nación. Entonces
cada uno tendrá más.
Lo primordial es el acento de la política gubernamental: si el "distributi-
vo" o el "productivo". Si se le quita a uno su pedazo de pas':el para repartir
pedacitos o si logramos hacer el pastel más grande y desde luego más justa-
mente repartido. El Gobierno democrático del 26 de Julio, cuidará celosamente
por altos salarios para el trabajador, por altos ingresos para sus ciudadanos.
Jun':o a esa política distributiva, de justicia social, estará obligada a HACER CRE-
CER LA ECONOMIA CUBANA, desarrollarla, poner la técnica en la producción
nueva. Si no crecemos económicamente, PONEMOS EN PELIGRO NUESTROS
ACTUALES INGRESOS. Si nuestra economía sigue estancada al paso que la
población del país continúa aumentando, acabaremos por morir de hambre.
La juventud, particularmente, necesita comprender claramente estos con-
cep:os, por ser ella la que va a construir la nueva Cuba. Todo el idealismo ju-
venil, su mejor romanticismo, su quijotismo, se ve profundamente herido ante la
injusticia social. Y en nuestros países de bajo nivel de vida se explica fácil-
mente la identificación espiritual de los jóvenes con las angustias y necesidades
y problemas de los campesinos y los obreros.
Pero el noble sentimiento de solidaridad con el oprimido, por sí solo, no
basta. La juventud debe exigirse a sí misma, buscar cuál es el mejor método
para mejorar el nivel de vida de los necesitados y crear nuevos empleos produc-
tivos. ¿Bas':ará una política de justicia social y además crear algunas industrias?
El camino correcto es establecer un plan racional de crecimiento económico, con
fuerte respaldo ciudadano, para aumentar la "producción nacional", desarrollar
la economía cubana, dar ocupación productiva y finalmente elevar el nivel de
ingreso por habitante, sin que se excluya toda medida que la Justicia Social de-
mande.
Esto le plantea al Movimiento Revolucionario 26 de Julio, a la juventud y
a Cuba, la difícil tarea de unir a los móviles nobles, una dedicación inmedia:a al
estudio científico de los problemas nacionales, los de solución a corto plazo y los
de solución a largo plazo. El obrero, el guajiro, la Patria escuálida, no deben
ser solamente compadecidos: la actitud correcta del joven es evitar que queden
frustradas sus ansias nobles consagrándose al análisis. profundo c,e las causas y
remedios de nuestros males.
El neorromanticimo contemplativo y estático de muchos jóvenes puede tam-
bién explicarse por el hecho de que los grandes movimientos sociales de Europa
y América han tenido como mira "lo distributivo" más que "lo productivo". En
la Europa actual, algunos grandes movimientos políticos no se han planteado
como punto cardinal de sus programas el desarrollo económicu. La economía
francesa se ha convertido en una economía está'.ica, en la cual exclusivamente
están sobre el tapete diario los aumentos de pensiones, subsidios, c~ngelaciones,
estabilización, etc.
 Por lo contrario, como ya se ha dicho, los grandes IJaíses industriales
han propuesto para la realización inmediata el crecimiento racional de su eco-
nomía. La propia Unión Soviética ha organizado un sistema de medidas, desde
las más halagadoras hasta las más violentas, para es':inmlar la productividad de
sus trabajadores, y los planes de expansión alcanzan cifras astronómicas.
Todas estas verdades deben ser analizadas por los jóvenes. La Patria, llena.
de urgencias, no puede permitirse el lujo de ver a sus hijos más decididos con-
fu..Ddidos por ideólogos trasnochados o despistados.
el pensamiento correcto en
Comprender los problemas del desarrollo económico se hace tarea dificilí-
sima para el joven y el ciudadano medio, si se observa que en materia econó-
mica, las opiniones en muchos temas vienen viciadas por los p:·ejuicios, la igno-
rancia o las opiniones interesadas. El pensamiento económico debe de estar
sazonado con el rigor lógico. A continuación expondl·emos varios ejemplos de
juicios y argumentaciones falaces que se usan a diario.
primera falacia: la legislación laboral cubana impide el desarrollo económico
Así se expresan en Cuba quienes hablando en nombre de algunos empre-
sarios, abogan indeclinablemen':e por medidas como el despido compensado, re-
bajas de salarios y mecanización.
La negativa rotunda del obrero cubano a aceptar estas medidas y su pre-
sión al gobierno para que las mismas no se pongan en vigor, tiene su lógica y
justa explicación en que actualmente CUBA ES UN PAIS DE ECONOMIA
ESTANCADA, con un gran por ciento de desempleo y sub-empleo y ESCASAS
FUENTES DE TRABAJO. Con tan pocas oportunidades de empleo, el cubano
que posee un trabajo, un cubierto modesto en el banquete de la vida, arriesga
su propia existencia antes de perderlo. Se aferra a su puesto porque si lo deja
no tendría dónde obtener otro trabajo.
La más sana teoría económica advierte que los países sub-desarrollados
pueden confrontar problemas. serios si en el período de crecimiento imnortan
indiscriminadamente todos los avances tecnológicos de las naciones indu;triali-
zadas. En la llamada "mecanización" los latinoamericanos deben pensar seria-
mente si la importación de la nueva máquina para la industria ya establecida
trae beneficios, no al empresario en particular, sino a la economía nacional.
Siendo los nuestros países de escasos capi':ales y con gran desempleo y sub-
empleo, el obrero eliminado por la máquina difícilmente encuentra nueva fuente
de trabajo.
Nadie discute que la humanidad debe avanzar a pasos agigantados
la mecanización y la automatización, elevando así la productividad de las
126
dustrias Y _otrO:: empresas. Lo que sí debe ponerse en duda es la afirmación de
q_ue la aph~acw~. del av~nce tecnológico es beneficiosa por sí misma, sin con-
Slderar la sltuacwn peculiar de un país subdesarrollado.
Cuba nunc.~ tuvo necesidad de aceptar las célebres máquinas automá'.icas
que el mono.poliO nos t~·a.jo. En muchas ocasiones a un país le es más impor-
tante producir menos efiCientemente en algunos renglones si con ello queda ase-
gurado el empleo y el nivel de ingreso de su población.
segunda falacia: el guajiro cubano es indolente
En este caso las reglas lógicas se ha infringido cuando se observa que algu-
nos de nuestros desgraciados hombres de campo no tienen vegas de frutos me-
nores, crías de gallinas, etc. Entonces se hace una falsa afirmación generaliza-
dora: "el guajiro cubano es indolente."
A esto pudiera argüirse que los guajiros cubanos tienen platanales, yucas,
malangas y piñas en vegas laboradas a 75 grados de inclinación en las laderas
de la Sierra de los Organos, las Lomas de Trinidad, la Sierra Maestra y las
Cuchillas del Toa. Pero lo correcto es salirse de los casos particulares e ir al
examen de las grandes causas y sus efectos.
Cuba es un país sin tradición agrícola, como la tiene Francia. El cubano
perdió sus tierras en las gestas del 68 al 95. Cuando regresó encontró que los
fértiles valles Centrales de la Isla se hallaban ocupados por la industria azuca-
rera y la ganadería, las que aprovechan extensivamente la tierra.
En Cuba no hay campesinos: hay peones agrícolas que trabajan nara em-
presarios que no utilizan eficientemente la tierra. El sistema de explotación de
desalojos campesinos y el latifundismo son causas fundamentales del atraso de
nuestros campos y de la miseria de nuestros guajiros.
Núcleos de campesinos independientes cultivan tierras de productividad
marginal en las laderas de lomas y montañas y en o:ros sitios. Remueven la
débil capa vegetal con el azadón sin dirección técnica ni ayuda financiera; el
guajiro cubano no es indolente.
tercera falacia: en cuba existen "industrias artificiales"
que el estado no debe proteger
Esto afirman los desorientados, los ignorantes, los malos cubanos o los que
carecen de capacidad de observación de los hechos.
El mundo actual vive bajo el signo del proteccionismo estatal. Los pro-
pios países industriales, aún hoy, pero sobre todo en su período inicial de
.fuerte crecimiento económico, fueron brutalmen';e proteccionistas. Hoy, algu-
nos proclaman el libre cambio o la libertad económica como medio de engu-
llirse los mercados de los países subdesarrollados.
El crecimiento económico de nuestros países demanda especial protección
a las NUEVAS INDUSTRIAS. Si temporalmente el Estado las subsidia o si
127
pagamos los consumidores un sobreprecio, no haremos más
haciendo todas las naciones desarrolladas del globo. (Sería interesante
bar si la SUlVIA TOTAL en dólares invertidos por el Gobierno norteamericano
subsidiando sus indus:rias y comprando directamente productos agrícolas a sus
empresarios, para almacenarlas, es o no efectivamente mayor que el total de
los PRESUPUESTOS NACIONALES de todas las repúblicas latinoamericanas
juntas.)
El subsidio o el sobreprecio es el sacrificio que nos impone en muchos casos
el desarrollo económico, asegurándonos empleo, ingresos personales superiores
y una cifra aparte para el haber en nuestra balanza de pagos, al evitar esa im-
portación de productos de la mal llamada "industria ar'.ificial".
Ni el Japón ni Inglaterra cultivan algodón ni producen lana y, sin embar-
go, son ellos paises de los más poderosos en la industria textil. Suiza no pro-
duce acero, sin embargo cuen:a con una industria mecánica bastante desarro-
llada que fabrica entre otros, equipo para generación ele energía eléctrica y
maquinaria para la industria textil.
Cuba, para su cerveza, sólo aporta agua, capital y trabaJo: la cebada,
lúpulo y la malta la importamos. Nadie duela ele la calidad de la cerveza cu-
bana ni ele la productividad de las industrias que la producen. Vivimos en un
mundo de "industrias artificiales".
el decálogo del maltusianismo criollo
En Cuba exis:e una fuerte corriente de pensamiento económico contraria
al progreso de la nación. Sus sostenedores son el empresario agrícola feudal,
el azucarero miope, el importador egoísta y las corporadones absentinistas.
Junto a ellos están gobernantes doblegados y toda una pléyade de "ideólogos"
desde los más conspicuos e ilustrados hasta los más modestos. Estos factores
presionan sobre la opinión pública negativamente sembrando la desorientación
y el desalien:o en la ciudadanía.
El economista inglés lVIalthus (1766-1834) escribió que mientras la pobla-
ción del mundo aumentaba geométricamente, los medios materiales para pro-
ducir los alimentos aumentaban ari:méticam;::nte, por lo que la humanidad lle-
garía a un momento en que no podría alimentar a su hip2rtrofiada población.
lVIalthus era pesimista. No confió en el genio humano; no previó los ade-
lantos de la Ciencia y la Técnica. La humanidad no sucumbió por hambre;
se ha progresado sorprendentemente desde la muer:e ele lVIalthus, y con nues-
tra aspiración de justicia logramos día a día una humanidad mejor.
El maltusianismo tiene muchos e ignorados discípulos en Cuba, guerrille-
ros de nuevo cuño que no tienen fe en el futuro de nuestra Patria. Batista
es el principal maltusiano. También lo son los citados señores feudales de la
agricultura, los azucareros miopes, los grandes importadores egoístas, las cor-
poraciones colonialis:as y sus apologistas.
Ellos .son pesimistas al hablar del progreso econ:Smico de Cuba y
digan que confían en él, no hacen nada por lograrlo. No podemos esperar
200 años para incorporarnos a la civilización. En este mundo de velocidades
128
ultrasónicas, el pueblo que no progrese rápidamente queda rezagado y ensam- ,
blado como simple instrumento productivo al sistema económico ele los más
poderosos o previsores.
El cuerpo de ideas del pesimismo criollo puede resumirse en Diez Man-
damientos, su Decálogo. A continuación las exponemos y comentamos:
I. la inalterabilidad de la estructura económica cubana
Cuba tiene graves problemas económicos estructurales, que le impiden un
crecimiento progresivo de acuerdo con los aumentos de su población. En cual-
quier inten:o serio de reforma económica deben utilizarse medios efectivos para
atacar esos males estructurales. El maltusiano, por definición, se inhibe de to-
mar cualquier medida que modifique la actual estructura económica cubana.
Somos un país con una "industria azucarera" que en la década del 20 al
30 y con una población mucho menor producía zafras como las actuales. Treinta
y seis años más tarde hemos sido incapaces de producir algo más de cinco mi-
llones de toneladas, aún bajo la presión de una población, ahora, de seis millo-
nes de habitantes.
La industria azucarera, espinazo de la es:ructura, hoy día bajo el .signo de
la cesión y el congelamiento (coordinación) y amenazada con nuevos cortes de
cuotas, ha demostrado su impotencia para aumentar de acuerdo con los reque-
rimientos de la creciente población cubana y proporcionar nuevas sumas subs-
tanciales a la exportación nacional para adquirir las divisas internacionales y
dólares que necesitamos para comprar e importar los bienes de consumo y de
capital demandados por nuestra población.
Otra carac:eristica de nuestra condición de país subdesarrollado nos la im-
pone el hecho de que Cuba tiene ocupada en la Agricultura a más del 40 por
ciento de su población, la cual produce en esa actividad solamente el 20 por
ciento del ingreso nacional.
Esa triste realidad de 40 de cada 100 cubanos trabajando en labores agríco-
las de bajísima productividad e ingreso mínimo la aprecia el maltusiano como
algo consustancial de nuestra inalterable estructura económica.
U. la intangibilidad de las relaciones económicas
con los Estados Unidos
Para el pesimis:a el tópico de las relaciones económicas con los norteame-
ricanos es tema tabú: el peligro de rebajas en la cuota azucarera, menguante
de año en año, condiciona todo su pensamiento. Si Cuba aspira a producir arroz,
eso pone en peligro la cuota. Si Cuba se dispone a industrializarse; si Cuba debe
producir sus alimentos, todo eso pone en peligro la cuota.
El hecho que debemos de reconocer es que Cuba y los azucareros no ven-
den el azúcar a los Estados Unidos para hacerles un favor, ni aún en las gue-
rras mundiales. Y los Estados Unidos no nos cortan paulatinamente nuestra par-
en su mercado azucarero por sadismo.
 Los argumentos que no se basen en la alta eficiencia de la industria
carera cubana, que puede ofrecer azúcar a más bajo precio. que nadie en
diciones de libre competencia, sino en que "Cuba se portó b1en durante las
guerras mundiales y no especuló con su azúcar", se rompen ante la realidad
la creciente tendencia expansionista de la industria azucarera del Sur de los Es-
tados Unidos, de Hawaii y Puerto Rico (áreas del sistema político de la Unión),
y de Filipinas, país que los Estados Unidos protegerán preferen':emente por su
posición vital en el Lejano Oriente. Y si a eso sumamos que la República Do-
minicana, Perú, México, Bras.il, Venezuela, Colombia y otros, ante un precio
halagüeño se convertirán los que no lo son ya, en nuestros feroces competido-
res, podemos concluir que los ingresos de seis millones de cubanos no pueden
seguir dependiendo de si nos cortan o no la cuota.
Si la industria azucarera no puede facilitarnos un crecimiento económico
progresivo de acuerdo con los nue;os aumentos de población, ni puede obtener
suficientes dólares y divisas para comprar las máquinas y bienes de consumo.
"Cuba debe aumen':ar de inmediato su producción interna", tanto en productos
de consumo nacional como de bienes de exportación. "Esa será la orientación
del Movimiento Revolucionario 26 de Julio cuando sea Goberno".
Si Cuba desarrolla sus industrias nacionales, eso producirá una disminución
de las importaciones norteamericanas; pero en realidad, exclusivamente causa-
rán UN CAMBIO DE COMPOSICION EN LAS EXPORTACIONES DE ESTA-
DOS UNIDOS A CUBA, YA QUE ESTA CON LOS DOLARES AHORRADOS,
podrá importar ·entonces más bienes de capital y más bienes de consumo, como
maquinaria y equipo, radios, refrigeradores, televisores, autos. La economía
teamericana as.imilaría en corto tiempo estos cambios y Cuba haría tr:as<:erld1~n­
tes modificaciones en su estructura económica.
Frente a la postura del pesimista, de intangibilidad de las relaciones econó-
micas con los Estados Unidos, se opondrá la acción inteligente y patriótica
Gobierno democráticó del 26 de Julio, que respaldado por las grandes mayorías
nacionales reclamará en conversaciones bilaterales y en los Congresos
cionales lo que Cuba necesita y que resultará beneficioso finalmente, para
economía de los dos países.
UI. la agrarización y la industrialización
El pesimista cubano, temeroso de las repercusiones
dustrialización y de cambios en la estructura económica, aboga
de progreso económico por un plan de agrarización sin verdadera
ria, que tenga preferencia a la titulada industrialización.
Cuba, sobre todo en los productos alimenticios, hace serias
que pueden ser sustituidas con la producción agrícola nacional.
necesitamos ir de una manera audaz y urgente a la creación de industrias
nufacturadas y transformadoras las que nos independizarían de los altibajos
azúcar, otorgándonos otros beneficios subsiguientes, tales como mejoras de
balanza de pagos, trabajos de más alta productividad y superior nivel de
130
Una sol~ industria que se cree en Cuba, por ejemplo, la de metalurgia me-.
nor, le podna producir al país más ingresos que los que se lograrían incremen-
tando Cuba muchos nuevos cultivos y empresas agrícolas como cítricos vege-
tales, industria avícola, etc. '
Industrialización y agrarización no deben excluirse mutuamente. Un plan
racional puede señalar el progreso uniforme de ambas. Junto a las nuevas in-
dustrias debemos aspirar a una agricultura científica, mecanizada y electrificada,
de alta productividad, que asegure a los trabajadores y productores agrícolas
mayores ingresos en ese sector calificado actualmente en Cuba de actividad pri-
maria, ineficiente y fuente tradicional de trabajo barato. No hablamos más aquí
de este tópico porque el Movimiento tiene un profundo estudio y un amplio
plan de Reforma Agraria, que pondremos en práctica conjuntamente con la- in-
dustrialización.
IV. la infundada incapacidad de cuba para la industria pesada
Añorando una mayor actividad agrícola, el maltusiano pregona que Cuba
está incapacitada para la industria pesada (metalúrgica, productos químicos,
máquinas, herramien':as, energía hidroeléctrica, etc.). Para ello se aducen los
manidos razonamientos de falta de eficiencia, mercado pequeño, ausencia de
combustibles, carencia de capitales de inversión, etc.
Si los suecos, japoneses, suizos, holandeses y daneses se hubieran rendido
ante alegaciones de ese jaez, hoy por hoy serían países agrícolas, suministrado-
res de primeras materias a los países industrializados.
La creación de industrias pesadas, semipesadas y ligeras plantea al país los
mayores esfuerzos y dificultades; pero todos pueden ser salvador y partimos de
la base de que Cuba efectivamente tiene mano de obra hábil, empresarios ca-
paces, recursos naturales y capitales de ahorro in:erior. Con decesión patriótica
y mediante la formulación de un plan racional, Cuba puede lanzarse a conse-
guir recursos adicionales, ayuda técnica, capitales suplementarios, etc., tal como
lo han hecho muchas naciones europeas pequeñas.
Si la industrialización es exclusivamente una resultante de tener una na-
ción capitales, más combustibles, más recursos naturales, ni Japón, ni Suecia,
ni Suiza, ni Italia, ni la propia Inglaterra serían naciones desarrolladas.
V. la leyenda de la necesidad del combustible en subsuelo propio
El maltusianismo criollo ha confundido por muchos años a la opinión pú-
afirmando que ningún país se puede indus':rializar si no tiene combustible
su subsuelo. Afirmaciones como ésta producen postración y sentimientos de
en los pueblos y parecen condenarlos a vivir de la agricultura, ocu-
la mayor parte de la población en esos trabajos de bajo nivel de ingresos.

Podemos afirmar categ5ricamente que la abundancia de combustible
nal no trae necesariamente consigo la industrialización. El Irán, Iraq, Kuwait,
la Arabia Saudita y otras regiones del Medio Orien:e constituyen una de las
cuencas petrolíferas más grandes y ricas del mundo y sin embargo son
miserables.
Para la industrialización hace falta algo más que combustible propio. Aún
más, puede afirmarse definitivamente, que no hace falta petróleo, ni carbón, ni
energía hidroeléctrica en suelo propio. El acero sueco es acero eléctrico de alta
calidad, producido con petróleo importado, gota a gota. Ingla'.:erra es uno de
los mayores IMPORTADORES de petróleo del mundo. Toda la industria auto-
motriz de Francia se mueve con combustible importado. Italia es importantí-
sima compradora de carbón y petróleo. La industria japonesa adquiere su po-
tencia de los combustibles impor'.:ados.
Como la naturaleza no repartió uniformemente sus recursos en todas las
naciones del g~obo, los países desarrollados han sabido ir a buscar esos recur-
sos donde los mismos se encuentran, aunque hayan estado a miles de kilómetros.
Jap5n e Inglaterra, países textileros, importan la lana y el algodón.
Cuba está más cerca de los depósitos de carbón de Pensylvania, que mu-
chos Estados norteamericanos del propio Medio Oes'.:e. New Jersey está miles
de kilómetros más lejos que Cuba del petróleo venezolano. Veracruz está a
unas horas de La Habana, y más del 70 por ciento de los llamados países sub-
desarrollados tienen menos reserva de hierro y manganeso que nosotr-os. Y todo
esto queda dicho sin exágerar exhaustivamente las verdaderas posibilidades de
Cuba con el petróleo, el asfalto, el coque y la energía hidroeléctrica.
Hace algunos años las grandes corporaciones petroleras del mundo pare-
cían no interesarse por el pe'.:róleo en Cuba, y se afirmaba que carecíamos del
mismo. En este orden de cosas cabe concebir que el "subsuelo cubano está to-
davía virgen e inexplorado" y que las pesquisas y exploraciones por hacer de-
ben estar orientadas por el interés nacional. Las empresas mineras extranjeras,
principalmente las norteameric&nas, han visto en Cuba exclusivamente un gran
coto de reserva de minerales.
Con combustible propio o ajeno, Cuba irá ineludiblemente hacia la indus-
trialización, una vez marginado el maltusianismo económico y la dic'.:adura de
Batista.
VI. la prostitución de la estadística
La Estadística es una valiosa ciencia auxilar para el estudio de los
mas económicos. Para conocer qué es lo que está pasando en la economía
cional y las tendencias futuras de ésta, el Estado necesita
datos e in'.:erpretarlos por medio de la Estadística.
En Cuba, a más de 50 años de República, ha habido un gran complot
tusiano para que no se conozcan los verdaderos hechos de nuestra realidad
nómica; se ha organizado una real "conspiración del silencio" oara ocultar
denuncia elocuente de los hechos crudos y de la miseria popul;r.
132
Y cuando un maltusiano quiere confundir a la opmwn pública prostituye
aún más la Estadística y usa números aislados para alegar, por ejemplo, que el"'
problema de Cuba se concentra en ciento setenta y tres mil desempleados. No
se traen a colación los cientos de miles de cubanos que trabajan sólo unos me-
ses del año; Y los que ocupados tienen un nivel miserable de vida. Si un ex-
tranjero oyera hablar a un maltusiano cubano, podría concluir que Cuba, es un
verdadero paraíso occidental de abundancia y prosperidad.
Otro argumento de la Estadística desalentadora de los pesimistas consiste en
arguir apriorísticamente que Cuba, no puede industrializarse bajo un plan de
desarrollo económico, porque carece de los capitales necesarios debido a que
según alegan, se requieren 25.000 pesos por obrero en una inversión industrial
y que para ocupar solamente a 173.000 desempleados tendríamos que procurar
4.325 millones de pesos. Aún más, para ocupar, siguen diciendo ellos a 60.000
cubanos que anualmente arriban a la edad de trabajar habría que buscar todos
los años 1.500 millones de pesos, cantidades todas estas que están fuera del
alcance de Cuba.
En epígrafes posteriores demostraremos que todas estas cifras están llenas
de falacias y de maldad; que Cuba sí tiene capitales suficientes para financiar
su desarrollo económico. L
La Estadís~ica así prostituida. le sirve al maltusiano para llevar a la ciuda-
danía a la postración moral y al ~entimiento de impotencia y para mantener los
privilegios de los que medran con el hambre de nuestro pueblo.
VII. el mito de la química y las soluciones mágicas
El maltusiano, como no quiere rozar la estructura económica de Cuba y
revisar las relaciones comerciales con los Estados Unidos se aferra a la idea de
que la química con sus fJrmulas maravillosas y mágicas logrará el desarrollo
económico de Cuba obteniendo la abundancia de la nada.
El pesimista, retrotrayendo la química a la Alquimia, vuelve a confiar en
la transmutación de los elemen'.os y estima que los llamados subproductos de
la caña, azucar verde, miel deshidratada, etc., acabarán con el "tiempo muerto"
y desestancarán la economía cubana.
No hay desarrollo económico con soluciones mágicas. El camino es difícil,
la fase política de eliminación del maltusianismo batistiano, movilización ciuda-
dana, planificación y dentro de ésta, desde luego, las investigaciones científicas
y la formación de tecnólogos, consti':uyen un presupuesto básico.
VHI. la supuesta ausencia de capital cubano para financiar
el desarrollo económico nacional
El pesimísta, cuando habla de inversiones para el desarrollo económico, par-
te del supuesto de que Cuba carece de capital nacional para financiar, y por lo
to, ineludiblemente hay que solicitar capital extranjero.
 Cuba tiene capitales en cantidades apreciables, dignas de considerarse pre-
viamente, antes de importar inversión no cubana. Es deber del futuro Gobierno
democrático del 26 de Julio, "hacer un inventario de nuestros capitales e in-
tentar aplicarlos" antes de comprometer nuestro porvenir económico y político
con la importación de capitales.
Analizada la actividad económica cubana en el período 1936-1956, podrá
observarse que Cuba es una nación acreedora y no deudora, que vendemos más
de lo que compramos al extranjero. Hemos ido ahorrando, con escasa concien-
cia de ello, y tenemos un saldo acreedor en las cuen'.:as nacionales. Y ese ahorro
de la Nación se exporta en no menos de un 20 por ciento y se invierte en el
extranjero.
Los cubanos compran valores, acciones y bonos, de las corporaciones ex-
tranjeras, principalmente las norteamericanas. Los cubanos realizan inversiones
"directas" en los Estados Unidos (Miami, New York, etc.). Los cubanos hacen
inversiones directas en países de la cuenca del Caribe (Venezuela, Honduras,
etcétera). Los cubanos guardamos dólares en el Banco Nacional. La tendencia
de ese papel moneda implica un préstamo de su tenedor a la economía nor-
teamericana.
Todo ese ahorro nacional que exportamos, el Gobierno democrático podrá
canalizarlo hacia el financiamiento de nuestro desarrollo económico si se le ofre-
cen los atractivos necesarios a los tenedores de tales dineros.
El maltusiano y Batista como tal, nada puede hacer por fomentar esa in-
versión, ya que rozaría el "status quo" de las relaciones con Estados Unidos, y
nuestra es'.:ructura económica.
Tomada una decisión antimaltusiana, el Gobierno democrático del 26 de
Julio estimularía a los nacionales que invierten en el extranjero. El método
sería variado y proteico; o el gobierno arriesga capital y se lo entrega al in-
versionista; o le paga terrenos y edificaciones; o le concede exención fiscal; o
le hace un préstamo, o lo subsidia. También podría protegerlo subiendo el
arancel de aduana a los productos importados o utilizando el control de cambios
como medida tuteladora de la inversión nacional. Subsidiaria o coetáneamente,
una inteligente política impositiva desalentaría la inversión cubana en el ex-
tranjero.
IX. la dudosa necesidad de capitales extranjeros
El pesimista coloca a Cuba como "tierra de nadie" al propugnar la inver-
sión extranjera, sobre todo la norteamericana, en Cuba. Trata de "dar garantías
al capital" y hasta ha intentado modificar la legislación social cubana y abrir
las compuertas al desempleo tecnológico.
Los escolares de doce años en todo el mundo ya saben la estrecha relación
que existe entre la independencia económica y la independencia política. Y
Cuba sobran tristes ejemplos, pretéritos y presentes, de ello. Y cuando un
como el nuestro va a tomar decisiones económicas en su propio interés, se
cuentra con que tiene invitados existentes que comparten el plato
En una política de desarrollo económico, Cuba tendrá que sortear
escollos al replantear sus relaciones económicas con los Estados Unidos.
134
mismas corporaciones americanas que invierten en Cuba han sido en muchas
ocasiones para la Nación americana y el Gobierno Federal, verdaderos toros '
indómitos que no se pudieron enlazar; evadiero:1 impuestos; burlaban la le"'is-
lación anti-trust; crearon la "holding company" y la "organización piramid;1'';
ejercieron sus influencias en el Congreso, para impedir al Gobierno Federal
que hiciera represas contenedoras de inundaciones y retrasaron la legislación
laboral y la formación de sindicatos obreros. ¿Por qué en Cuba se habrían de
portar de otro modo?
La inversión extranjera se amortiza en Cuba en cinco o seis años (la azu-
carera por ejemplo). El absentismo de la corporación madre hace que sus hijos
o filiales les sigan repitiendo sus utilidades sin que las mismas se reinviertan en
Cuba, cortando así el proceso de multiplicación de la inversión. Esas remesas
de dividendos, reales o ficticios, constituyen un voluminoso "debe" en nuestra
balanza de pagos.
En un país hay inversión extranjera, o porque el mismo es de una econo-
mía abierta; o porque, por un acto racional, premeditado, se estipula la impor-
tación de capitales para determinadas industrias, bajo un plan.
Cuba tiene que dejar de ser jungla por fomen'.:ar. La inversión que atraiga-
mos será la inversión que convenga al interés nacional. La invitación será un
acto de soberanía, no una decisión impuesta por presiones económicas y acep-
tada para solucionar problemas presentes comprometiendo el porvenir de las
futuras generaciones.
En todo caso, el capital extranjero podría demandarse en el siguiente orden
de preferencia:
a) Préstamos de organismos públicos internacionales al Gobierno.
b) Préstamos de gobierno a gobierno.
e) Inversión privada extranjera en prés:amo directo al Gobierno para que
éste lo invierta o facilite a los empresarios.
d) Inversión privada extranjera participante como interés minoritario en
en empresas nacionales.
e) Inversión privada extranjera con el control de la empresa nacional.
El gobierno siempre deberá escoger el tipo de industria a establecer, cuí-
además, de impedir la competencia al empresario nacional, que debe
X. la proscripción interesada del intervencionismo estatal
El maltusiano cubano es enemigo de la acc10n es:atal en los negocios pri-
vados. Contra la misma argumenta que ella obstaculiza el sistema de libre em-
presa; que los burócratas son ineficientes y venales; que el laborismo británico
ha fracasado; y finalmente, que un sistema económico impulsado por el motor
del lucro, genera espontáneamente riqueza y prosperidad.
Esta posición del pesimista no le impide requerir en alguna oportunidad al
para que el mismo lo defienda de la compe';eicia extranjera con un alza
del arancel de aduana: le construya una carretera; las calles alrededor de su
fábrica; o le exija a u~a empresa de servicio público de electricidad que venda
más barato el kilowatio destinado a la producción industrial.
El tema del intervencionismo estatal ha sido punto polémico definidor de
toda la filosofía político-social; pero la polémica queda reducida, día a día, a
simples discusiones en las cátedras universitarias. Si se analiza la his:oria de
las naciones occidentales desde 1914 a la fecha, se observará la creciente nece-
sidad que las mismas han tenido de darle una mayor participación al Estado en
la alta fiscalización y dirección de los negocios privados.
La historia humana e nlos pasados dos siglos nos muestra que en distintos
períodos el intervencionismo estatal ha sido el sistema de la época, pero, desde
la Revolución Francesa de 1789, se estimó que, aunque el sis':ema económico de
entonces había vencido la influencia de los señores feudales europeos, era ne-
cesario establecer los principios de libertad económica que permitirían crecer y
agigan':arse al Capitalismo.
Con las experiencias de las guerras mundiales de 1914 y 1939, sufre el Ca-
pitalismo profundas transformaciones y marcha ahora bajo el signo de un cre-
ciente intervencionismo estatal. Ha quedado comprobado que rü las empresas
privadas, ni las asociaciones de ,empresarios, tienen, ni podrán tener una visión
global de la economía de un país, En la ac':ualidad, todas las naciones indus-
triales y aún las llamadas subdesarrolladas luchan por su desarrollo económico.
La economía de la Nación, se contempla actualmente de modo global, tal
como ve un empresario su negocio particular. Frente a la microeconomía de
las empresas está hoy la macroeconomía nacional. La Economía Política como
ciencia se ha convertido en la Ciencia de la Contabilidad SociaL No todo está
estudiado ni previsto; pero el economista ha revisado la Teoría Económica y
aprovechando las experiencias de los grandes países industriales proyec:a en
Latinoamérica sus programas hacia el desarrollo económico, para incorporar los
beneficios de la civilización a nuestras naciones que tienen más de 100 años de
retraso en muchos aspectos.
Cuba puede tener un Estado eficiente y honesto que con su acción, estimu-
le, proteja, financie, combata o supla a la empresa privada y, nos haga a todos
más prósperos. Ese es el propósito del 26 de Julio.
El Decálogo del maltusianismo, define el pensamiento económico de Ba-
tista. Como entró •en el Gobierno de la República traidoramente, por la ven-
tana y no por las puertas de la Democracia (provocando art:ficial y criminal-
mente una crisis política a 80 días de elecciones generales) se ha sentado sobre
las bayonetas para gobernar, y en medio de una gran inquietud e inconformidad
política los problemas económicos nacionales han ido agravando su situación.
Su régimen de fuerza enfrentado a la Nación le exige una acción transac-
cional, entreguista y conservadora en lo económico, tratando de evitarse com-
plicaciones adicionales. Así, las medidas y riesgos calculados que afron':aría
cualquier gobierno democrático, a Batista le están vedados.
Cualquier decisión que pudiera rozar la actual estructura económica cuba-
na es evitada. N o puede solicitar con un mínimo de energía e inteligencia nin"
guna modificación de nuestras relaciones económicas con los Estados Unidos, y
ello nos pone a la defensiva esperando, en medio de llantos a lo Boabdil, que
136
año tras año nos rebajen la cuota azucarera. Su timidez se extrema cuando
debe fomentarse una industria sustitutiva de importaciones o productora para
la exportación.
Frente al "desempleo" Batista llega a los más antipatrióticos compromisos
con tal de conservar una relativa, aparente y transitoria estabilidad política.
Entrega los recursos nacionales en beneficio de la industria extranjera; ofrece
a Cuba como "tierra de nadie". Promete en secreto abolir la legislación social,
en la práctica los obreros cubanos han visto que la dictadura ha rebajado sus
salarios en más de quinientos millones de pesos además de abolir otras con-
quistas proletarias, convirtiendo al Minis:erio del Trabajo en una oficina patro-
nal y a la CTC en una fuerza interventora de sindicatos y una agencia batis-
tiana, y mantiene en cartera la reforma que implantará el despido compensado,
para lo cual espera una oportunidad más de agredir el derecho al trabajo del
cubano.
Las reservas de oro, dólares y divisas internacionales que la Nación ha
ahorrado con el esfuerzo de 20 años, las agota haciendo cuantiosas inversiones
públicas en edificaciones para proporcionar "empleo transi:orio" y modo fácil
de robar a jefes militares y políticos sin aplicar esos fondos nacionales de re-
serva a inversiones modificadoras de nuestra estructura económica; las de in-
dustrias sustitutivas de importaciones, las productoras para la exportación, las
de artículos de consumo, nuevos cultivos, etc.
El "gasto público" empleado improduc:ivamente por Batista en su desespe-
ración política, está comprometiendo el futuro económico de la nación. Su lema
parece ser: "después de mí el Diluvio", Cada libra de oro, cada dólar o divisa
que Batista usa de nuestras reservas, será pagado al contado, con creces, sudor
y lágrimas por la presente generación y por las venideras.
Maltusiano al fin, Batista dirige el "gasto público compensatorio" a levan-
tar pirámides en el desierto: da empleo transitorio sin rozar la estructura eco-
nómica ni modificar las relaciones con los Estados Unidos; sin sustituir impor-
taciones ni producir para la exportación. Así, ha realizado pavimentaciones y
"edificaciones faraónicamente estériles, la llamada política del cemento y el robo
típico de las Dictaduras, y ha financiado la edificación privada tratando de
evitar transitoriamente y a corto plazo el desempleo, y el decrecimiento de la
economía cubana.
En las obras públicas los momentáneos beneficios se han visto disminuidos
por el uso intensi~o de la mecanización, empleando menos cubanos, y por los
márgenes ilícitos de los créditos sin subasta pública por millones de pesos, con-
cedidos y repartidos delante de la pupila cómplice de un Tribunal de Cuentas
corroído por la venalidad y la pequeñez moral.
visión general de una planificación e~onómica
EL presupuesto de la "Libertad política".- El estudio y ejecución d,:;;l plan
de desarrollo económico que aquí se propugna, sólo será posible s:. se elimina
a Batista y su régimen del Estado y se ins:aura el Gobierno Democrático del
26 de Julio, con el apoyo decidido de las grandes mayorías ciudadanas.
 Batista maltusiano y acusado por la inestabilidad pública, no puede m m-
tentar siquiera un cambio mínimo de la estructura económica de Cuba, ni la
revisión de las relaciones económicas con los Estados Unidos.
Cuba debe recobrar su libertad política, echar el maltusianismo gobernante
y constituir un Gobierno Democrático que planee y realice el desarrollo econó-
mico cuanto antes. Mientras más tiempo carezcamos de libertad política, más
se profundizarán nuestros males y se le agotarán a la N ación las reservas de
oro, dólares y divisas. del Banco Nacional.
pkmific:adón versus espontaneidad
La planificación implica inventariar, valorar, calcular y prever a corto y
a largo plazo la economía de un país en su conjunto.
El empresario privado realiza esta labor en su empresa. Con sus propios
recursos no puede crear los instrumentos para tener una visión global exacta
de la economía nacional; cuando más, contrataría a un economista para que el
mismo le informara de las tendencias de la economía.
El rápido desarrollo económico de un país no se produce por la acción es-
pontánea de las fuerzas económicas. Y aunque una economía determinada tu-
viera un ascenso rápido, sin planificación, el progreso podría no ser lo necesa-
riamente uniforme en todos los órdenes, y sobre todo, sin mecanismos planifi-
cadores de reajustes ante las crisis cíclicas o no de la economía, los logros se
verían .seriamente amenazados, si no destruidos totalmente. Tal ha sido el caso
de Cuba republicana.
Por la espontaneidad estamos como estamos. La Teoría Económica tiene
hoy un avanzado estado de desenvolvimiento. Y las técnicas de desarrollo eco-
nómico en los países escandinavos, Gran Bretaña, la URSS y los propios Estados
Unidos, sobre todo en la pasada Guerra Mundial, son cada día más eficaces. La
propia experiencia en técnica de desarrollo de algunos países la'.:inoamericanos
(subdesarrollados, como Cuba), Brasil, Chile y Argentina, quienes han recibido
la cooperación científica de la CEP AL, es de tal manera ya un logro y no una
especulación que por todo ello podemos propugnar decididamente que Cuba debe
rechazar la tesis de la espontaneidad y aceptar hasta sus últimas
una planificación estatal para acelerar su desarrollo económico.
planific:ación democ:rótic:a del gobierno del 26 de julio
Que el Estado asuma la responsabilidad del estudio y ejecución de un
de desarrollo económico no significa ejercicio por parte del mismo de poderes
dicta'.:oriale.s. La planificación es compatible con )as libertades individuales,
sólo ella puede hacer posible un mundo en el que exista libertad individual
seguridad económica.
La esencia de una planificación democrática radica en la participación
la opinión pública, con sus diversos grupos sociales, a través de las
138
nes revolucionarias. Instituciones Cívicas, Sindicatos obreros " patrono::: · el·
t · 1 t' d · · " 1
~, m .us-
rra es, ?ar l. _os poh.hcos,. ?ongreso, etc., de una intensa movilización ciudadana,
en la diScusion el' y eJecucion de los planes económicos. v en la demarca,ClQn · · de·
L • L • v
sus metas, 1nme latas y mediatas.
El esta,do .democrático, aún fijándose objetivos revolucionarios, puede ela-
borar las tecmcas de acción social necesarias .e idóneas para cumplir s ~H
r
mes :m
. 1 . . us "~,os
ape acwne~ a la v.10lencia sobre grupos disidentes, clas_es sociales incon-
forme.,, usufructuanos de mtereses creados y otras minorías.
la industria azucarera
Los cubanos afirmamos que somos un país monoproductor; sin embargo, eso
no significa que un plan de desarrollo económico debe hacer disminuir la actual
capacidad de la industria azucarera.
La economía cubana del año 1924 a 1952, creció en muchos sectores no
azucareros, Y eso nos hizo relativamente menos dependien:es del azúcar; pero
lo cierto es que todavía Cuba crece, se estanca o decrece según los vaivenes
del precio del azúcar. Por lo tanto, e1 objetivo está claro y diáfano para todos:
d~versificar nuestra producción nacional. Y a ello deberá ayudar aunque pu-
diera aparecer contradictorio, la propia industria azucarera.
Cuba ha demostrado que es una eficiente productora de azúcar. Una zafra
nos representa anualmente ingresos por quinientos millones de pesos. Nuestras
exportaciones de azúcar y mieles nos permiten adquirir las divisas internacio-
nales Y dólares que necesitamos para pagar las importaciones de bienes de ca-
pital y bienes de consumo.
Cuba debe impedir la baja de la producción azucarera y procurar su in-
cremento, logrando por lo menos. en los años que corren, zafras de cinco mi-
llones de toneladas. ·
Estamos en condiciones de concurrir al mercado mundial (incluyendo Es-
tados Unidos) como productores eficientes que somos, y ofrecer en condiciones
de libre competencia, mejores precios que los demás: este será siempre nuestro
mejor argumento a la hora de defender las ventas cubanas.
Nues.:ra expansión podrá lograrse tanto en azúcar bruto y mieles, como en
los subproductos de la caña que pueden ser obtenidos económicamente median-
te la Lr:tvestigación científica.
El camino, como ya hemos expresado, está lleno de obstáculos, tanto con
los productores protegidos por Estados Unidos (Puerto Rico, Ha1.vaii, Filipinas
y el azucarero continental americano), como por los países subdesarroll&.dos que
ahora compiten con Cuba (Sa,nto Domingo, México, Venezuela, Brasil, Perú,
Bolivia y otros) ya que en esta clase de países el Estado tiende a proteger la
industria azucarera nacional, la que tiene un mercado de consumo interno ase-
gurado, le ahorra dólares al país, y le produce divisas internacionales si logra
alguna exportaciÓn.
cubano tienen también otro valladar; parece definiti-
te comprobado por los economis'.:as, que en los pueblos de alto nivel de
como los Estados Unidos, verbigracia, el consumo de azúcar no aumenta
correlativamente con las nuevas alzas del nivel del ingreso por habitante,
decir, que no es correcto esperar que mientras más gane
más azúcar consumirá, ya que el mismo es un artículo de
A esto debemos añadir que en pueblos como el chino, de ínfimo consumo
de azúcar por persona, el Estado bajo sus planes de crecimiento económico li-
mita deliberadamente las impor:aciones de bienes de consumo, como el azúcar,
sacrificando temporalmente a los consumidores. El ejemplo del pueblo inglés en
la postguerra es tan reciente que todos lo conocemos.
Aún más, parece correcto pensar que de grandes núcleos de población des-
nutridos en países asiáticos, africanos y europeos también todos potenciales con-
sumidores de azúcar, no debemos esperar en los próximos años sustanciales com-
pras, a causa de sus enormes dificultades económicas.
A pesar de esos serios obstáculos, el Gobierno Democrá:ico del 26, promo-
verá con una política inteligente, enérgica y audaz, la expansión azucarera, li-
berando a la industria de los especuladores e intereses antinacionales que hoy
la dirigen.
objetivos de una política de desarrollo económico en cuba
El Gobierno Democrático pudiera fijarse como objetivos de una política de
desarrollo económico en Cuba, los siguientes:
19) Eliminación del desempleo y subempleo actuales, y creac10n anual-
mente de las nuevas plazas necesarias para darles ocupación a los
miles de jóvenes que todos los años arriban a la edad de trabajar y
están en apti:ud de hacerlo.
Las nuevas plazas para esos jóvenes y los desempleados y subempleados,
serán preferiblemente de aquellas que proporcionen un alto nivel de ingresos
por individuo, como los de la industria, transporte y otros servicios. Las acti-
vidades primarias como la agricultura, la pesca, la minería meramente extrac-
tivas, proporcionan empleos de bajos ingresos, son fuentes de trabajo barato;
los mismos deben recibir fuertes dosis de mecanización en la medida en que
se creen nuevas plazas de alta productividad.
29) Dar una creciente participación a los empresarios y al Estado cubano
en la riqueza nacional.
Tanto en las futuras empresas a crear como en las ya existentes, el Go-
bierno Democrático dará trato preferente a los empresarios cubanos para que
los mismos sean sus propietarios. Estos fines pueden ser logrados con una auli-
cación inteligente de la maquinaria estatal. El mismo Es~ado podrá nacionallzar
empresas, como por ejemplo, las de servicios públicos, y entregárselas a
presarios cubanos, o socializarlas, reservándoselas para sí y operándolas.
39) Procurar una redistribución del ingreso nacional de acuerdo con
principios de la Justicia Social.
140
Como ya se expresó, la política distributiva cubana desde 1933. con sus
mayores salarios, jornada de ocho horas, descanso retribuido, seguro~ sociales.
etcétera, ha producido un más justo reparto del ingreso nacional, es decir, deÍ
total de u'.ilidades de todas las empresas, individuales y sociales, existentes en
Cuba, ingreso que antes iba a pocas manos y ahora, a muchas más.
El aumento y mantenimiento de los salarios, y de toda clase de medidas
sociales justas, será política firme del Gobierno Democrático.
En la agricultura, como paso elemental hacia la Reforma Agraria, deberán
de asentarse, con títulos de propiedad, las familias campesinas beneficiarias de
un Plan de Reparto de Tierra, con asistencia técnica y financiera.
inventario de lo que poseemos
1) La 1JObiación de Cuba.- Con los datos del Censo Oficial de Población
de 1953, hagamos un estudio esquemático de la población de Cuba. Se estima
que en el curso de 1957 ésta alcanzó la cifra de 6.375.000 habitantes. Veamos
el sigui en te cuadro:
Censo Oficial de 1953
Población to:al . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.829.000
Fuerza potencial de trabajo .......... . 2.059.659
Empleados ........................... . 1.886.659
Desempleados ........................ . 173.000
No activos 3.769.341
La cifra de "empleados" comprende tanto a los que están ocupados los do-
ce mese;; del año, como a los subempleados, es decir, a aquellos que sólo tra-
bajan parte del año.
En los "no activos" están comprendidos menores de 14 años, las amas de
casas, los estudiantes, los incapacitados, personas en instituciones de beneficen-
cia, etc. Todos éstos ascienden en Cuba a 3.769.341, es decir, a un 62 por ciento
de una población total de 5.829.000.
Por lo tanto, en Cuba, de cada 100 habitantes 62 son económicamente "in-
ac:ivos" y sólo 38 están en aptitud de trabajar. De estos 38, 3 están desocupa-
dos y los otros 35 ocupados durante el año, to:al o parcialmente (subempleados).
La proporción entre la población inactiva y la fuerza potencial de trabajo
parece ser bastante parecida en casi todos los países. En los Estados Unidos,
de 100 personas, 40 ó 41 están en apitud de trabajar; en Inglaterra la cifra se
eleva sólo a 42. En Cuba como se afirmó, los inactivos parecen ser 62 en cada
100. La mujer, ama de casa, a medida que abandone el hogar Y vaya a la fá-
brica, aumentará la cifra de 38.
Desempleados son los mayores de 14 años que están en ele traba-
jar y no pueden encontrar ocupación. El Censo Oficial da la cifra de 173.000
para Cuba en 1953. Esa cifra representa un 8 por ciento de 2.059.659, nuestra
fuerza potencial de trabajo.
 La cifra oficial del desempleo es mayormente polémica no sólo porqu:, ?or Agrícolas ............................ . 155.000
razones políticas, el Censo se hizo en período de zafra, momento de max1ma No agrícolas no eficientes ............. . 233.000
ocupación en la economía cubana, sino porq~e en Cuba muc~os de l~s que se No agrícolas eficientes ................ . 112.000
dan por ocupados tienen un mísero nivel de mgreso y otros solo trabaJan algu-
nos meses del año. Lo correcto es hablar de "brazos no ocupados", compren- Total ................... . 500.000
diéndose tanto a los desempleados como a los subempleados.
Jun:o con éstos deben crearse los necesarios para ocupar a lo~~ 4.0
- .000 JO-
·•
Del propio Censo podemos obtener los siguientes datos en números re-
venes que anualmente pasan a ser productores en potencia.
dondos: Hemos visto la composición de la población cubana. De sus trabajadores
(obreros, industriales y campesinos) podemos afirmar que los mismos tienen
Años Años o/o las condiciones de vivacidad, inquietud y sed de progreso imprescindibles para
hon1bres hombres tiempo ser incorporados de inmediato a un plan de desarrollo económico. -
Ocupados trub. no trab. trab.
El empresario cubano ha demostrado estar alerta a todos los avances tec-
820.000 564.000 256.000 69% nológicos y métodos de organización, y aunque las futuras nuevas industrias im-
Agrícolas ............. plicarán normas dis':intas y especialización, podemos esperar que el empresario
No agrícolas no eficientes 880.000 606.000 274.000 69% nacional es acondicionarrá a la sexigencias venideras de la técnica.
100 % El tecnólogo para el desarrollo económico ·será tanto el cubano va formado
220.000 200.000 000.000
No agrícolas eficientes como los ingenieros y científicos que nos proporcionen las universid~des nacio-
530.000 nales, así como los extranjeros contratados cuando convenga a los intereses de
Totales . . . . . . . . . . . 1.920.000
cuba. La juventud universitaria cubana ·está moralmente obligada a orientar su
propia educación hacia estas miras patrióticas. Y a ello se encaminará también
la Planificación Educacional del Movimiento Revolucionario del 26 de Julio,
Los cubanos ocupados lo están en tres tipos de actividades económicas: las cuya tesis publicaremos en breve.
agrícolas; las no agrícolas eficientes, como son las industrias; Y las no ag_rícolLas
no eficientes (los servicios en general), es decir, el comercio, la artesama, eLC.
A estos únicos efectos en las industrias se considera a todos ocupados el año
corriente, ya que siendo los ingresos por salarios industriales superiores a los el capital para financiar el desarrollo eccm6mico de euba
de otros grupos, aquellos ganan generalmente más en unos pocos meses que
los que devengan los trabajadores agrícolas y muchos empleados de comercio Vísto ya que Cuba debe crear nuevos empleos para dar trabajo a 500.000
y otros similares en todo el año. brazos no ocupados (cifra del desempleo y subempleo) y a 40.000 jóvenes que
Si sumamos los años-hombres dejados de trabajar en 1953, se obtendrá la anualmente llegan a la edad de trabajar, procede calcular ahora la inversión, en
cifra de 530.000 v como en toda economía normalmente hay períodos en que millones de pesos, que generaría esas nuevas plazas.
de manera forzos~ se deja de trabajar, como en la estación de las lluvias, re- Para que la inversión sea eficiente y haga desarrollar y crecer la economía
ceso después de las cosechas, paros, limpiezas, etc., podemos calcular como cifra cubana debe distinguirse entre lo invertido para el incremento prima:cio, y la
de subempleo, es decir, de años-hombres dejados de trabajar en 1953, la de expansión secundaria. La inversión anual para el incremento primario sería la
230.000. Si a ese montaje de subempleo sumamos los 170.000 desempleados destinada a la creación de nuevas indus:rias sustitutivas de importaciones o pro-
talmente ,podremos afirmar que el gran total de brazos no ocupados pasa ductores para la exportación. La inversión anual productora de la expansión se-
Cuba de 500.000. cundaria será la dirigida a la agricultura, servicios y otras actividades de menor
Todavía queda más que añadir a los 500.000. productividad.
jóvenes arriban a la edad de 14 años y se convierten en productores Los pesos por hombre a ser invertidos pueden calcularse en Cuba en ocho
les. Si a todos ellos restamos los cubanos que en el año mueren, se mil ( 8.000) por brazo ocupado en el incremento primario y en dos mil ochocien-
se retiran, emigran, etc., nos quedaremos sólo con cerca de 40.000 jóvenes (2.800,00) en la expansión secundaria.
aptitud de trabajar que gravitan sobre las cifras anteriores y sobre la econonua La cifra de $ 8.000,00 resultaría de un promedio de obras mayores y meno-
nacional. Muchas industrias tiene una inversión por hombre de $ 25.000,00 ó más;
Si intentáramos calcular dónde podrían ser creados nuevos empleos de mucho menos. De todos modos, bajo un plan de indus':rialización que-
colocar sólo a esa terrible deuda pendiente de la Nación de 500.000 brazos ocupados tanto los que trabajan en las fábricas, como los parqueadores de
ocupados (desempleados y subempleados), nos sería permitido hacer en vendedores ambulantes, etc., los que no requieren cifras sustancia-
cipio la siguiente distribución: de capitalización para poder trabajar.
 Los $ 2.800,00 por hombre en la expanswn secundaria quedan explicados
si se recuerda que los mismos irían dirigidos a la agricultura, el comercio y a
otras ramas de los servicios principalmente.
La inversión para colocar los 40.000 jóvenes sería la siguiente:
3.000 $ 5.000,00 C/U. $ 40,00 Incremen':o Primario
32.000 , 2.800,00 88,00 Expansión Secundaria
40.000 $ 128,00
Es decir, que serían S 128.000.000 necesarios de inversión anual para colo-
car, año tras año a 8.000. jóvenes en industrias sustitutivas de importaciones o
productoras para la exportación; y a 32.000 en la agricultura, comercio, etc.
Con ciento veintiocho millones de pesos se emplearían a 40.000 jóvenes
anualmente; pero, como Cuba tiene pendiente la cifra de 500.000 brazos no
ocupados (desempleo y subempleo), necesi'.:aríamos año tras año, ir dando em-
pleo a 60.000 de ellos hasta ocuparlos a todos en un período máximo de 10
años, el que por la propia expansión de la economía tal vez podría reducirse a
ocho, siete o seis años.
Por lo tanto, la inversión anual para ocupar no ya a 40.000 jóvenes, sino a
60.000 brazos adicionales ( 100.000 entre ambas cifras) se elevaría a 320 millo-
nes de pesos. Sin embargo, si tenemo.> en cuenta que -en la economía cubana
hay capacidad ociosa en la industria, en el propio transporte, y en otros secto-
res, y que los mismos podrían ampliar sus servicios sin ampliar sus instala-
ciones, duran:e los tres primeros años la cuantía de la inversión :¡.nual sería
inferior a $ 320.000.000. Aún más, cuando se observa que el llamado "capi-
tal social nacional", es decir, edificaciones estatales, calles, carreteras, es rela-
ti~amente satisfactorio para los tres primeros años., en los cuales se
aumentar las importaciones, sobre todo de bienes de consumo.
Aceptados estos supues~os, los $ 320.000.000 quedarían reducidos a pesos
200.000.000,00 anuales para financiar el desarrollo económico de Cuba.
Con esa inversión el crecimiento económico tendría un ritmo (tasa) de
7,5 por ciento ,es decir, que la economía cubana crecería y sería cada año al-
rededor de 7,5 por ciento mayor que el año anterior. Esa tasa de crecimiento
no es utópica porque países latinoamericanos, como Brasil y México, semejan-
tes en su estructura económica a Cuba. la han alcanzado en el último cuarto
de siglo. . legalista" Y poniendo los recursos del subsuelo cubano al servicio de los. inte-
La cifra de $ 200.000.000,00 es altamente alentadora debido a que los eco"
nomistas han afirmado categóricamente que "la economía cubana genera
mente un ahorro de más de S 200.000.000,00" dada la actual distribución
ingreso nacional. . Es imprescindible también replantear sobre nuevas bases la política de co-
Con ese ahorro interno tenemos garantizada la inversión para financiar
desarrollo económico, sobre todo si se toman por el Estado decisiones
gentes que estimulen la inversión privada nacional en los sectores
seleccionados.
La in~ersión que proviene del ahorro nacional podría ser suplementada
por la, derrvada del uso de las reservas de dólares y divisas internacionales.
ac~m.u 1 ~das en .el Banco Nacional (si es que Batista deja algo) por los em~
prestlto;:, extranJeros y por la inversión privada extranjera.
otros activos
Además de una población idónea y de capitales de inversión, Cuba dispone
de recursos. naturales y de instituciones crediticias, monetarias y merca~tiles
ya establecidas. La creación de un Ministerio de Economía al e;:;LLI.lo de 0 L
1 • ' ~ Lros
muc_1.os paises, sería recomendable. El Estado quedaría así dotado de una
autondad política, asistida de los técnicos necesarios para tal labor trascen-
dental.
necesidad ds- un programa de desarrollo económico
El Gobierno Democrático del Movimiento debería ir de inmediato a la
preparación ele un programa de desarrollo económico que podría tener como
plazo_ inmediato el término de DIEZ &'TOS. Previamente habrá que invertir
un ano o dos en hacer los estudios y preparativos preliminares. En esas labo-
res Cuba recibiría sin duda la cooperación de los organismos especializados in-
ternacionales a los que se les podría confiar en colaboración con técnicos nacio-
nales, un estudio serio sobre Cuba, ya que el "Informe sobre Cuba", hecho por
la llamada Misión Truslow del Banco Internacional de Reconstrucción y Fo-
mento (BIRF) fue deficiente y omiso al no hacer ningún análisis atendible de
la industria azucarera.
Habrá necesidad ele preparar una lista de las nuevas industrias por esta-
blecer, observando nuestros renglones de importaciones y lo que otros países
de estructura económica similar a la cubana han podido producir industrial-
mente tanto para el mercado interior como para l~ export-ación.
En su caso, para conocer si una industria puede establecerse eficientemente.
habrá que ir a la experimentación industrial o semiindustrial. La investigació~
científica libre de poses alquimistas tratará de aprovechar lo.s subproductos del
azúcar Y estudiará otras posibilidades de industrialización.
Resulta de imperiosa premura, entre otros puntos, la revisión de la legis-
lación minera, liberándola de la especulación infructífera y del "abstencionismo
reses nacionales. La investigación geológica nos dirá nuestras potencialidades
Y los actuales '·cotos de reserva mineral" deberán convertirse en materia pri-
ma para nuestros propios altos hornos, y plantas de refinación ele minerales.
.mor<·ln exterior de la República, mediante el estudio y la celebraciccn de conve-
comerciales con otros países que favorezcan el desarrollo de la economía
. De igual manera habrá de dedicarse atención preferente a la regula-
Y racionalización de los sistemas de transporte del país para, en un plano
145
nacional, propender a un crecimiento más equilibrado de sus distintas zonas y,
en el internacional fomentar la creación de una marina mercante que transporte
una alta proporción de los 5.000.000 de toneladas de azúcar que exportamos
anualmente y buena parte de nuestro comercio de importación.
Por o:ra parte, deberá hacerse un estudio económico de todas las fuentes de
energía conocidas actualmente para formular los planes correspondientes de
aprovechamiento con el fin de acelerar la industrialización del país y la moder-
nización de su agricultura. A este último respecto, también se estudiarán e im-
pulsarán las posibilidades de riego y la construcción de presas, de uso múltiple.
La protección de las empresas cubanas y de la economía nacional, por me,.
recer un tratamiento especial, deberá llevarse a cabo mediante instrumentos
eficaces; mencionados previamente la tutela arancelaria, la crediticia, ayuda
técnica, investigación científica sufragada por el gobierno, etc.
algunos obstáculos
La creac10n de nuevas industrias tiene dificultades naturales que habrá de
vencer. Los empresarios y tecnólogos deberán adaptarse a las nuevas ac7ivi-
dades industriales, distintas en muchos casos a sus labores habituales. Por cons-
tituir Cuba lo que se llama una ECONOlVIIA ABIERTA, en la que todos los
productores extranjeros pueden vender libremente sus artículos, el empresario
cubano está obligado a producir tan eficientemente como el indus',rial extran-
jero de más alta productividad. · tar ,espiritual.
El crecimiento económico de Cuba está limitado por tratados y convenios
internacionales, los que Cuba en muchas ocasiones ha aceptado bajo estado de
necesidad. La revisión dé los mismos será tarea difícil que pesará sobre los
hombros de los diplomáticos del Gobierno Democrático de la Revolución.
Cuba tiene que vencer, también, las dificultades que le ofrece un MER-
CADO INTERNACIONAL, que no nos compra nuestros productos; o no nos paga
lo que aspiramos por los mismos; o se opone a otras nuevas producciones indus-
triales en Cuba.
La misma desorientación de las clases productoras, de trabajadores y, en
general, de muchos núcleos de la población cubana, es un obstáculo, felizmente
salvable, para lograr el apoyo decidido de los grupos humanos que habrán
ser ejecutores y a la vez beneficiarios del plan de desarrollo económico.
los resultados posibles
Como resultados del plan de desarrollo económico planeado
por el Gobierno Democrático del 26 de Julio, pueden esperarse, al
período de diez años", los sigui en tes:
a) Duplicación del ingreso naciona: -de 1.735 millones de pesos a 3.540--
a una tasa de crecimiento de la economía cubana de 7,5 %.
b) Eliminación del desempleo y del subempleo.
e) Ocupación de 40.000 ó más jóvenes anualmente.
d) Elevación del promedio de ingreso por persona de 300 pesos anuales
Y 500 pesos en 1958.
Al alcanzar estas metas Cuba tendrá un nivel de vida más alto que Fran-
cia, Italia, Checoeslovaquia y todos los paises latinoamericanos.
Esa es una aspiración económica básica por la que tanta sangre han derra-
mado la juventud y el pueblo de Cuba y una deuda de honor del Movimiento
que desde la heroica Sierra Maestra liderea Fidel Castro.
el centenario de "la demajogua 11
El 10 de octubre de 1968 los cubanos celebraremos y evocaremos la ma-
ñana luminosa en la que Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, hizo
repicar la campana gloriosa, dio libertad a los esclavos y proclamó la Indepen-
dencia de Cuba.
Nuestra mejor ofrenda a la memoria de los Fundadores de la Patria en
ese día de 10 de octubre de 1968, serán los logros del plan de desarrollo eco-
nómico que los cubanos hayamos alcanzado por el trabajo, la inteligencia y la
cooperación, y los que podemos ofrecer al mundo como frutos de una nación
en la que sus hijos pueden disfrutar de libertad, seguridad económica y bienes-
Con su palabra siempre cumplida, con el respaldo de un pueblo heroico y
de una juventud valiente luego de derribar a Batista del poder y del Gobierno
Provisional de transición que debe sucederle, el 26 de Julio con miles de már-
tires y de héroes, aspira a que la nación cubana, integrada plenamente, liberada
económicamente con una educación y una cultura nacional y una total indepen-
dencia realice el plan de desarrollo económico antes enunciado y las otras me-
didas revolucionarias que transformen a Cuba en todos los órdenes de su vida.
S5lo cuando hayamos cumplido estas promesas, podremos mirar limpiamente a
la cara de nuestros grandes muertos, de nuestros forjadores, de nuestros com-
pañeros caídos, y a la mirada de un pueblo que sabrá encontrar su destino, por-
que ésta sí, es su "Revolución".

S grama la reglamentación sindical, para acallar el clamor popular y que no
uruguay
onre la visiro del president-e eisenhower
Hoy, 2 de marzo de 1960, la Federación de Estudiantes Universitarios del
Uruguay tiene conciencia de estar viviendo un importante momen:o histórico.
lVIayor importancia tiene si, como ocurre, la visita del Presidente Eisenhower
se restringe a cuatro países de Latinoamérica. Somos en tal situación, respon-
sables ante nuestros hermanos de Latinoamérica y ante ellos deberemos res-
ponder de nues':ra actitud 'én la oportunidad.
Tenemos por tanto que gritar -a los que quieran oirnos, a los indiferentes
y a quienes saben qué fines sirven con sus actitudes- las verdades que nadie
mejor que los estudiantes podemos expresar. Tenemos que hacerlo, porque
nuestra privilegiada posición en el medio social nos crea una obligación inelu-
dible para quienes deben sufrir la expoliación por parte de los poderosos, es
decir, para el pueblo. Podemos hacerlo, por la independencia en el terreno del
pensamiento que los estudiantes ostentamos con orgullo; independencia de la
cual nos ha imbuido nues':ra militancia gremial, que nos ha enseñado a sobre-
poner los intereses de la colectividad a los intereses de grupo. Aquella obliga-
ción y 'esta posibilidad se concretan en la tarea de esclarecimiento de los pro-
blemas de interés público, que hemos asumido decididamente, y en la que no
cejaremos hasta que hayamos, por lo menos contribuido, a lograr el imperio
de la justicia.
Parte de nuestra responsabilidad para con los pueblos de Latinoamérica
es denunciar la organización y el sistema que en ella imperan: la oxganiza-
ción de la mis.eria, el sis':ema que xeparte el hambre. Y hacerlo en este mo-
mento. es imperativo de nuestra conducta, ya que la acción imperialista de los
grandes g~upos de in':ereses norteamericanos ha jugado importantísimo papel
en el mantenimiento del orden establecido en nuestra América. - -
El presente texto es la versión de las palabras ;wonunciadas por el Secretario General de la FEUU,
lgor ftiartínez,. en el acto público celebrado el día 2 de marzo de 1960 en el Paraninfo de la
1
En ese cuadro entra el Uruguay: un gobierno sumiso, que no ha vacilado
en hambrear al pueblo para satisfacer a los capitales norteamericanos; que pro-
vacila en confundirse en un abxazo con quien ayer nomás estrechó en los suvos
al Generalísimo Franco. •
Y por último el apoyo a los dictadores: el desvergonzado apoyo a cuanta
tiranía debieron soportar los pueblos latinoamericanos.
El apoyo a Batista, cuyo gobierno fue inmediatamente reconocido por los
EE. UU. sin que luego la "democracia del Norte" se diera por enterada de la
existencia de un movimiento revolucionario, aún cuando en gran parte de Ci..lba
ya se aplicaban las leyes revolucionarias y los campesinos comenzaban a ser
dueños de las tierras que trabajaban. No olvidemos la fotografía mundialmente
distribuida, en que aparecía el Vicepresidente Richard Nixon haciendo entrega
al dictador de una plaqueta, regalo personal del Presidente Eisenhower.
El apoyo a Stroessner en el Paraguay, donde una delegación de FEUU re-
cibió de boca de todos los sectores la afirmación rotunda de aue el manteni-
miento del régimen ,era posible fundamen':almente al apoyo de l~s EE. UU. Por
eso pudo decir el dictador Stroessner, al hablar en un establecimiento industrial
norteamericano, que consideraba al embajador de los EE. UU. como un Ministro
sin cartera de su gobierno.
La intervención descarada en Guatemala, donde se consideraron más valio-
sos los intereses de una empresa norteamericana que los principios de autodeter-
minación de un pueblo. Guatemala, donde el Embajador de EE. UU. anunció
en conferencia de prensa, la caída del gobierno de Arbenz cuatro horas antes
de que efectivamente se produjera. Dónde Castillo Armas recibió 5.000.000 de
dólares de la United Fruit, según sus propias declaraciones a la revista Boh~mia.
La retención del Canal de Panamá, utilizando un pacto leonino, de los tan-
tos que valiéndose de gobiernos entreguistas, EE. UU. ha arrancado a nuestras
naciones, desconociendo el legítimo derecho de Panamá a ser dueño de su suelo.
Y lo que quizá sea hoy ,en día más ignominioso: la situación de colonia en
que mantiene los EE.UU. a Puerto Rico. Puerto Rico, donde sus natmales h2n
sido condenados a cadena perpetua, con penas de más de 500 aílos, por reclamar
la independencia de su suelo; donde el Dr. Albizu Campos, por el mismo afán,
fuera sometido a continuas pruebas de radiaciones, sin que ni la UN ni la OEA
st: dieran por en':eradas del clamor mundial que su persecusión produjera; donde
tres de cada cinco mujeres han sido esterilizadas por las autoridades sanitarias
norteamericanas para obviax el problema de superpoblación.
Eso significan los EE. UU. para América Latina: el monocultivo, la expb-
tación en su beneficio de las materias primas naturales, la extracción de capi-
tales. Y aún más, el apoyo a gobiernos, que como el argentino, el chileno Y
el nuestro, pretenden tener la representación popular, mientras no son más que
títeres de las oligaxquías nacionales. los latifundistas, los dueños de los capitales.
Y más aún, el ataque, la mentira, .la confabulación contra gobienws que como
el cubano son auténticos y genuinos intérpretes del sentir popular. Que a eso
viene el P~e. Eisenhower. a obtener el apoyo de sus sicarios gobiernos de estas
latitudes para el complot ·contra Cuba. Tendrá así la tranquilidad de que a cam-
bio de unos dólares los seudodemócratas y la autodenominada "prensa seria"
justificarán el atentado, no ya contra Cuba, sino contra un pueblo que se ha
ganado el derecho a vivir en un nuevo orden. Que se lo ha ganado con el sa~
crificio de aquellos que dieron su vida, quizá con el pensamiento puesto en la
frase de Bolívar: los EE. UU. parecen destinados a plagar la América de mise-
rias a nombre de la libertad.
A eso ha venido. Y a tra:ar de recuperar el prestigio del Partido Repu-
blicano tan disminuido con la visita de Richard Nixon. Claro que d Presidente
Eisenhower no visitará paises que como Bolivia y Venezuela han sentido más
intensamente la acción del imperialismo norteamericano. El y nosotros sabemos
que se reeditaría la repulsa de sus pueblos para con quienes les impusieron la
dictadura y el hambre como forma de vida. Que les impusieron el Punto IV,
a través del cual se ha deformado la economía y la educación de los pueblos.
Esa llamada ayuda, mediante la cual las empresas norteamericanas se han
afincado en nuestro suelo, se han instalado haciendas en la Argentina, se man-
tiene el sistema de latifundio en Paraguay, se hace más efectiva la explotación
en Puerto Rico.
Pero quedan aún quienes ponen su esperanza en la Operación Panameri-
cana. Con la experiencia que han debido sufrir los pueblos latinoamericanos
respecto del panamericanismo, podemos decir con Ingenieros que no podemos ni
queremos ser panamericanistas, y que el tan manido lema "América para los.
americanos", se ha convertido en América Latina -nuestra América Latina-
para los norteamericanos.
A todo ese panorama in:ernacional se agrega en nuestro suelo, y en casi
todos los países latinoamericanos, la contribución servil e incondicional de los
militares, casta privilegiada de parásitos sociales que sólo sirven, hoy lo hemos
sentido en carne propia una vez más, para acallar la voz del pueblo, la rebelión
contra la opresión, la denuncia de la entrega. Contribuye eficazmente en esa
tarea una policía fuertemente militarizada que con gases pretende des:ruir nues-
tros argumentos. Y en uno y otro, ejército y policía, elementos que a sus filas
concurren empujados por el hambre son lanzados contra sus hermanos de clase,
contra el pueblo, para que el representante de turno en nuestro pais, de la po-
lítica de la sumisión y la explo:ación, no vea lastimados sus oídos con el clamor
de un pueblo que quiere verse librado de las cadenas, que lo atan a la ruta de
ignominia deshumanizada y estúpida que ha elegido el gobierno de los EE. UU.,
impulsado por los trust económicos.
Ayer asumió la presidencia del Consejo Nacional de Gobierno el r·epresen-
tante de los camisas verdes, de los latifundistas, de los poderosos. Hoy, la Uni-
versidad ha debido sufrir la violación de la autonomía universitaria, los estu-
diantes se han visto coartados en su libertad de expresión, como prolegómenos
de una ac:itud fascista que se cierne sobre los desvalidos, y que el gobierno no
vacila en emplear para contentar a los agresores yanquis.
Esa es la situación en el llamado "mundo libre"; un grupo de naciones que
para emitir su voluntad aparentemente soberana necesita de la anuencia del blo-
.que imperialista norteamericano. Enfrente, el otro bloque que no aporta tam-
poco para los pueblos de su órbita las saluciones de libertad y justicia que pre-
tendemos para su felicidad y la de todos los pueblos del mundo, dentro de una
concepción de una sociedad internacionalmente solidaria.
Por eso proclamamos, que la justicia social y un ámbito de auténtica liber-
tad para el desarrollo de las relaciones humanas, se alcanzará únicamente me-
diante la unidad de los pueblos sojuzgados.
Por eso proclamamos, que en nuestra Lati:coamérica es necesaria la unión
de todos sus pueblos en la lucha antiimperialista, de todos los sectores de su
pueblo en la consecusión de su propio destino. Por eso proclamamos, que an:e
la farsa de desarme bélico que ensayan varias naciones latinoamericanas es más
importante el desarme económico. Es hora de que los pueblos latinoamericanos,
sobreponiéndose a la oposición férrea de los oligarcas y la clase gobernante, lu-
che:c por el ideal de una América Latina Unida, unidad que necesita previamen-
te del compromiso de todos sus pueblos para erradicar definitivamente de su
suelo las tiranías; unidad ya existente, por su comunidad de orígenes, en lo cul-
tural, en lo idiomático, en los sen:imientos y ansias de auténtica libertad, la
libertad con pan de Fidel Castro. Nos queda por sellar la unidad económica que
nos hará dueños y señores de nuestro destino.
Por ser esa nuestra actitud vemos en Cuba el reflejo de nuestro sentir, re-
clamando en consecuencia enfáticamente todo el apoyo de que sean posible los
pueblos latinoamericanos. Para vencer el complot que planean los amos esta-
dounidenses y el que por medio de la sagencias no:iciosas vienen desarrollando
desde hace ya tiempo. Las agencias noticiosas y la prensa venal que sumisa-
mente aceptan las directivas de los grandes intereses económicos, prefiriendo la
comodidad de una floreciente situación monetaria a la lucha por una Latino-
américa informada con la verdad verdadera, y no la verdad de los trusts que
siembran en todo nuestro continente la miseria.
Las agencias noticiosas al servicio de los grandes terratenientes, del capi-
talismo norteamericano, directoras de las concie11cias de los más altos políticos,
que defienden los préstamos extranjeros, con cláusulas que aseguran el control
financiero de la economía e implican en alguna medida el derecho de interven-
ción. De esas agencias noticiosas que han cernido las men:iras sobre América
acerca de los regímenes que defiend.en los verdaderos intereses del pueblo, y se
han dedicado al tapujo de los horrores que el imperialismo nos ha traído.
Pero a diferencia de ellos, nosotros sí sabemos lo que es la libertad, Y sobre
todo la libertad de prensa, y por eso están aquí recogiendo toda la información
que deseen, para lo que quieran destinarla.
Pero en cambio el Presidente Eisenhower no ha concurrido a ninguna con-
ferencia de prensa. Fidel Castro debió soportar las preguntas peor intencionadas
que se hayan hecho a político alguno, y lo hizo con gus:o porque sabía que
tenía la· verdad en sus manos. El Presidente Eisenhower entendió que no tenía
porqué Tesponder a las preguntas del "populacho" latinoamericano según expre-
siones de algún senador suyo.
Compañeros, concluímos. En todo esto ha terminado la de buena
vecindad. Como lo señalara hace poco Salvador Allende, en Montev:geo, sin
embargo el principio de buena vecindad tiene vigencia aún: los vecinos son
ellos, los buenos, somos nosotros.
 solicitud o lo cámara de diputados
En momentos en que nuestro país afronta una grave si';uación social agu-
dizada por el Plan Económico que ha implantado el Poder Ejecutivo Nacional,
los sectores populares y fundamentalmente los trabajadores argentinos, salen a
la calle a defender el más elemental y primario de los derechos: el derecho a
la subsistencia. Es entonces cuando el Poder Ejecutivo pone en acción todo el
aparato represivo del Estado, contra aquellos que en las fábricas y en las calles
cometen el "delito" de bregar por reivindicaciones impostergables.
La Federación Universitaria Argentina decidida a movilizar al estudiantado
en la lucha por la vigencia de las libertades públicas, fiel al cumplimiento de
las Resoluciones de su IV Congreso Nacional, no puede en esta oportunidad si-
lenciar su voz. Es por ello que en el día en que el Movimiento Obrero Unifi-
cado expresa al pueblo los objetivos de su lucha, nos dirigimos por su interme-
dio, señor Presidente, a los señores Diputados, ejerciendo el derecho de peticio-
nes establecido en nuestra Norma Fundamental.
No pueden ignorar los señores Diputados que existen compañeros trabaja-
dores confinados en los territorios del Sur y en diversas cárceles de la Repú-
blica; no pueden ignorar que el Estado de Sitio se prolonga sin otro justificativo
que el de hacer cumplir un plan económico antipopular y contrario a los altos
intereses de la nacionalidad; y sobre todas las cosas, como Diputados de la Na-
ción, no pueden ni deben ignorar que al pretender el Poder Ejecutivo prescribir
expresiones políticas de sectores populares, lleva al país a un estado de violen-
cia, ele intranquilidad y de zozobra que no anhela ningún argentino. Es nece-
sario dar cabida en la vida institucional de la República a todos los sectores,
porque de lo contrario serán las propias instituciones, las que al dejar ele ser
representativas, perderán el valor que les está asignado dentro de nuestro sis-
tema institucional. Se verá entonces la República no gobernada por los Poderes
que instituyen nuestra Constitución, sino por la fuerza, la subversión y el terror.
Es por todos estos motivos, sinté:icamente expuestos, que la Federación
Universitaria Argentina, consciente de su deber y profundamente identificada
con las justas reclamaciones del pueblo trabajador. al lado del cual recorrerá
el camino de la Liberación Nacional, solicita a los s~ñores Legisladores de todos
los sectores de esa H. Cámara, la pronta adopción de las medidas conducentes
a obtener:
19) La inmediata libertad de los presos políticos, gremiales y el cese de
los confinamientos.
29) El levantamiento del Estado de Sitio y la plena vigencia de los dere-
chos y garantías constitucionales.
39) Libertad de acción para todos los sectores políticos
El presente texto reproduce una nota enviada el 12 de noYiembre
Cámara de Diputados de la República Argentina, por la Federación UniYersitaria Argentina (F. U.
152
nuevo fose de lo operación soberanía
La Unión de Estudiantes Universitarios de Panamá, consciente de su res-
ponsabilidad social y su misión altamen:e patriótica, puntualiza con motivo de
una fase más de la OPERACION SOBERANIA, realizada durante las celebra-
ciones de las fiestas patrias, el 3 y 4 de noviembre del ppdo. ai'ío por estudiantes
y ciudadanos panameños, lo siguiente:
1) Condena la brutal represión de la policía y el ejército norteamericano
contra los pacíficos manifestantes que en uso del derecho soberano de Panamá
en la Zona del Canal, pasearon con patriotismo nuestra Bandera Nacional.
2) Responsabiliza al Imperialismo Norteamericano y a las au:orizadas de
la zona por los vergonzosos sucesos del 3 de noviembre que dejaron un total de
62 heridos de bala, perdigones y bombas lacrimógenas.
3) Exhorta al Gobierno Nacional para que exija con la dignidad y decoro
de un País soberano e independiente, las reparaciones y rectificaciones del caso,
por el ultraje inferido a nuestra Bandera Nacional y por el atropello contra
indefensos estudiantes y ciudadanos panameilos.
4) Recomienda la denuncia del leonino Tratado Hay-Buneau Varrilla como
oprobioso y lesivo a la soberanía e intereses nacionales, por sus cláusulas en-
treguistas tales como la que establece concesiones "a perpetuidad" y por ser
LL11 Tratado IMPUESTO bajo coacción únicamente en provecho de. la parte más
poderosa en las negociaciones, e nes.te caso los Estados Unidos de América.
5) Estima que, mientras tanto y como medida inmediata, se deben iniciar
las Revisiones Fundamentales y Radicales de los tratados vigentes entre Panamá
y los Es:ados Unidos, en busca de una justa participación de los beneficios del
Canal y que estén a tono con los principios de equidad y justicia que regulan
las relaciones entre los Estados Democráticos. En dichas Revisiones fundamen-
tales debe obligárseles a los Estados Unidos a aceptar y acatar la voluntad so-
berana de Panamá en la Zona del Canal en forma clara, precisa e indudable,
ajena a absurdas interpretaciones.
6) Reafirma como aspiración permanente de los panameños la NACIO-
NALIZACION DEL CANAL DE PANAlVIA.
7) Emplaza al Sr. Presidente de la República, Ernesto de la Guardia Jr.
por su falta de cumplimien:o a la promesa hecha a los estudiantes universita-
rios en mayo de 1958, cuando públicamente prometió que haría las gestiones
con miras a que la Bandera Panamei'ía sea izada en la Zona del Canal.
8) Repudia la oligarquía entreguista que antepone sus intereses económi-
cos al honor de la Patria mancillada.
El presente texto reproduce un comunicado de la Unión de Estudiantes Universitarios cie P:::.nanui
(U. E. U.) Eobre los acontecimientos ocurridos el 3 y 4 de noviembre de 1959, con motivo de la operación
"Sobe!.·anía", realizada por estudiantes y ciudadanos panan1eños.
 9) Aunque reconoce la labor comedida que realizó nuestra Guardia
cional con respecto a los manifestantes panameños, DENUNCIA su actitud
mantenerse indiferentes e impasibles duran:e los sucesos del 3 de noviembre G U 1A DE PROFESIONAlES
cuando en presencia de ellos, las fuerzas policiales y militares de los Estado~
Unidos, ultrajaban la Bandera Panameña que están llamados a defender y
honrar. FELIPE COSTA PINO Dr .•"-.1\l"TONIO GALl"Y.!:ES OL-\VE
10) Respalda la decorosa y patriótica posición adoptada por la Cancillería LUIS A. OHL-\RINO ROSSI Odontología
Panameña con respecto a los acontecimientos que nos ocupan y la exhorta a que Procuradores
gestione la inmediata des'-:itución del Gobernador William Potter por ser per- Sara-ndí, -±30 · Ese. 7 Tel. 93907
sona "no grata" para los panameños y elocuente defensor de la política de in-
Dr. RODOL:FO GORRITI
eomprensión e injusticias de los Estados Unidos.
EST"CDIO Jt:RIDICO Río Br;:inco. 1:2:2D
11) Exhorta al Gobierno Nacional que lleve la protesta nacional contra la
Dres. RUGO UBILLA
AGRESION y el ULTRAJE inferidos a nuestra integridad territorial y dignidad
y OSOA.R H. BRUSOHERi~.
de Nación Libre y Soberana ante los organismos internacionales. Dr. ROMEO GROMPONE
.Tuan C. Gúmez, 1.5:2:2 - Piso 2 . Ap. ¡
12) Apremia a la Cancillería Panameña para que tome las medidas del -
caso, tendientes a hacer cumplir la ley que extiende nuestro Mar Territorial a
ANGEL M. GIANOLA
12 millas. SANTIAGO M. SASSI LEOPOLDO C. AGORIO
13) Condena el "boicot" económico de parte del Gobierno de los Estados Abogados Arquitecto
Unidos como represalia por los sucesos y ante la reiterada amenaza de construir
otro canal interoceánico, formulada por el Presidente de los Estados Unidos, .Tuan C. Gómez. 1+0:2
Dwight Eisenhower, con:estamos como lo hizo en anterior ocasión, nuestro inol- Ese. 309 Tel. S SS -±t3 ESTUDIO DEL
vidable Rector y Maestro de la Juventud Panameña, Dr. Octavio Méndez Pe- Dr. JOSE IRURETA JOYENA
reira, "QUE SE LO LLEVEN SI QUIEREN". El panameño tiene que defender ROBERTO OALLENDER ROSPIDE
al mismo tiempo que su soberanía, la cohesión de su nacionalidad y su destino RUBEN H. CASTRO DAGUINO
CARLOS PALACIO SABAT
como pueblo libre. JU."-.1\l" P. ZEBALLOS
RECTOR RA UL VERNENGO A1Jogado
Por el Comité Central Ejecutivo de la U. E. U.: Ricardo A. Ríos T., Presi- ANGEL SACCO
:2;3 ele :\Iayo. :J:J.J E:-:(·. ::vi-±
dente de la Unión de Estudiantes Universitarios de Panamá.- Panamá, 7 de }fisiones. 1475 - 5o Piso - Ese. 0

noviembre de 1959. FERNANDO MIRANDA

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