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Ariel

GUY
DEUTSCHER
Guy Deutscher

El prisma dellenguaje
Cômo las palabras colorean el mundo

Traduccion de Manuel Talens

Ariel
Para A Lma

1.' ediciôn: mayo d e 2011

Tîtulo original:
n mmgh li~R LII11[(1Ut.ge (;lan - flow Words Co/our )imr World

(1:) 2010: (;uy Deutscher

(1:) Traducdô n: Manuel Talens

Dercchos cxclusivos de edicion e n e:-sp<Hiol


n:sl'JY.td os para todo el mundo:
© 201 1: Editorial Arid, S. A.
1\ v. D i ago n;-~1, 6ti2-ti64- 08034 Barce lo na

ISBN : 978-84-344-6969-:{

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Indice

Nota del autor a la edicion espaiiola . . . . . . . . . . . . . . 9

Prologo: Le ngua, cultura y pensamiento . . . . . .. . . . . . 11

Primera parte

LA LENGUA COMO ESPEJO

l. Como nombrar el arco iris. . . . . . . . . . 37


2. Una pista falsa de onda larga . . . . . . . . 53
3. Los pueblos salvajes que habitan en tierras extra1ias. 71
4. Los que dijeron antes Jo que decimos hoy 91
5. Platon y el porquerizo macedonio 113

Segunda parte

LA LENGUA COMO PRISMA

6. Listima de Whorf. . . . . . . 145


7. Donde el sol no sale por el este 175
8. Sexo y sin taxis . . . . . . . . 215
9. Azules rusos . . . . . . . . . 237
Epfl ogo: Perd6nan os nuestra ignorancia . 255
Apé ndice: El color del cr istal con que se mira. 263
Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Bibliografia . . . 303

Agradecimien tos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 19

Créditos de las ilustraciones . 32 1

Îndice de nombres y conceptos 323

Nota del au tor a la ediciôn espafiola

Toda traduccion entre lenguas es diffcil, pero un libro sobre la


lengua plantea dificultades que superan Jo imaginable. Este libro
se basa en un original escrito en inglés que aparecio con el tftulo
de Through the Language Glass. Su edicion en espanol va mas alla de
la simple traducci6n, es una adaptacion.
No trata de ninguna lengua en particular, sino que explora las
relaciones entre la lengua, la cultura y el pensamiento en general.
Dada que al escribirlo tenia en mente lectores d e ha bla inglesa,
ilustré buena parte d e los principios generales del original con
ejemplos del inglés. Muchos de esos ejemplos necesitaban un
cambio al espanol y la adaptacion unicamente era posible a través
d e una estrecha colahoracion entre autor y traductor. Quiero ex-
presar mi gratitud a Manuel Talens por las inflexibles normas de
calidad que establecio, por su inventiva y. sobre todo, por su pa-
ciencia ante las peticiones excesivamente sutiles del autor. Es m i
deseo que los lectores his'p~nos encuentren que este libro no sola-
mente esta escrito en su lengua, sino que habla su lengua.

Guv DEUTSCHER
Prologo

Lengua, cultura y pensamiento

«Hay cuatro lenguas e n el munda que merece la pena utili-


zar>>, dice el Talmud, ••el griego para cantar, el latin para guerrear,
el siriaco para honrar a los muertos y el hebreo para hablar» .
Otras fuentes se han mostrado igual de tajantes en su veredicto
sobre el valor de diversas lenguas. Carlos V, emperador del Sacra
Imperia Romano, rey de Espai'ia, archiduque de Austria y consu-
mado conocedor de varias lenguas europeas, presumia de hablar
espaiiol con Dios, italiano con las mujeres, francés con los hom-
bres y aleman con su caballo.
Se suele decir que la lengua de una naci6n refleja su cultura,
su psicologia y su manera de pensar. Los pueblos que viven e n
elimas tropicales son tan holgazanes que no es de extraiiar si
abandonan la mayoria de las consonantes en el cami no. Y solo hay
que comparar los melodi'osos sonidos del portugués con la dureza
del espai'iol para darse cuenta de cual es la diferencia fundamen-
tal entre estas dos culturas vecinas. La gramatica de algunas len-
guas no es lo bastante l6gica para expresar ideas complejas. Por
otra parte, el aleman es un vehiculo ideal para formular las pro-
fundidades filos6ficas mas precisas, ya que se trata de una Iengua
especialmente ordenada y, por eso, los alemanes tienen una men-
te tan met6dica. C~Acaso hay alguien que no escuche el <<paso de
la oca» en los sonidos torpes y desprovistos de humor de la lengua
alemana?) Algunas lenguas ni siquiera tienen tiempos verbales en
f"uturo, asi que cs natural que sus hablantes no se lo planteen. A
los hahilonios les hahria costado mucho en tender Crimen y ca.stigo,
ya 'Ill'' su lt·ngtta utilizaha la misma palahra para ambos concep-

1.
tos. Los fiordos escarpados resuenan en la precipitada entonaciôn muy descabelladas que fuesen , pero lo cierto es que a lo largo de
del noruego y cualquiera puede percibir las oscuras e!R.s del ruso la historia este asunto ha servido de ejercicio verbal a mentes cul-
en las lugubres canciones de Tchaïkovski . El francés no sôlo es tas y preclaras. Filôsofos de todas las tendencias y nacionalidades
una lengua romance, sino ,,)a lengua d el romance, por excelen- han proclamado uno tras otro que cada lengua refleja las cualida-
cia. El inglés es una lengua facilmente adaptahle, incluso promis- des de la naciôn que la habla. En el siglo XVII, el inglés Francis
ena, y el italiano ... ïAy, el italiano! Bacon senalô que es posible inferir «seilales significativas del ge-
Muchas conversaciones que tienen lugar en la mesa se adere- nia y de las maneras de los pueblos y las naciones a partir de sus
zan con este tipo de comentarios, ya que hay pocos ternas de los lenguas». <<Todo confirma», remachô el francés Étienne de Con-
que pueda discutirse tanta como del caracter de las diferentes )en- dillac un siglo después, <<que cada lengua expresa el caracter de la
gua') y de sus hablantes. Y, sin embargo, si estas nobles observacio- gente que la habla>>. Un contemporaneo suyo masjoven que él, el
nes se trasladasen de la cordialidad del comedor a la frialdad del alemanjohann Gottfried Herder, coincidio en que <<el intelecto y
estudio, no tardarian en desinflarse como un suflé de anécdotas el caracter de toda naciôn estan acunados en su lengua». Las na-
gaseosas, en el mejor de los casos divertidas y sin sentido; en el ciones industriosas, dijo, «poseen muchos modos verbales, mien-
peor, intolerantes y absurdas. La mayorfa de los extranjeros son tras que las naciones mas refinadas cuentan con gran cantidad de
incapaces de apreciar la diferencia entre lo abrupto del noruego y nombres elevados a la categoria de nociones abstractas>> . En pocas
las llanuras ilimitadas del sueco. Los industriosos protestantes da- palabras, «donde mejor se pone de manifiesto el genio de una
neses han dejado caer mas consonantes a su suelo helado y barrido naci6n es en la fisonomfa de su lengtta». El estadounidense Ralph
por la ventisca que cualquier indolente tribu tropical. Y si los ale- Waldo Emerson lo resumiô asf en 1844: «En gran medida inferi-
manes son sistematicos podrfa ser porque su extraordinariamente mos el espiritu de la naciôn a partir de la lengua, que es una espe-
erratica lengua materna les ha agotado la capacidad del cerebro cie de monumento al que cada individuo convincente ha contri-
para enfrentarse a mas irregularidades. Los hispanos pueden man- buido con una piedra a Jo largo de muchos centenares de anos>>.
tener ]argas conversaciones sobre acontecimientos futuros sin de- El unico problema de esta impresionante unanimidad interna-
jar de utilizar el presente continuo («La semana que viene me es- cional es que se viene ab~jo en cuanto los pensadores pasan de los
toy yendo a Cuba de vacaciones,) y no por eso han perdido el principios generales a la reflexion sobre las cualidades particulares
concepto de futuridad. Ninguna lengua -ni siquiera las de las (ode otro tipo) de lenguas concretas y sobre Jo que clichas cualida-
tribus mas «primitivas»- es inadecuada para expresar las ideas des lingüfsticas pueden expresar con respecto a las cualidades (o a
mas complejas. Cualquier deficiencia en la capacidad de una !en- otras caracteristicas) de dderminadas naciones. En 1889 las pala-
gua para filosofar se reduce simplemente a la ausencia de vocabu- bras de Emerson fueron el tema de una redacciôn de Bertrand
lario abstracto especializado y, quiza, de algunas construcciones Russell cuando preparaba el examen de admision al Trinity Colle-
sintacticas, pero éstas pueden pedirse prestadas con facilidad, de la ge en una academia de Londres a los diecisiete anos. Russell escri-
misma manera que todas las lenguas europeas adoptaron sus he- biô las siguientes perlas: «Podemos estudiar el caracter de un pue-
rramientas filosôficas verbales dellatfn, que a su vez las tomô siste- bio por las ideas que su !en gua expresa mejor. El francés, por ~jem­
maticamente del griego. Si los hablantes de cualquier lengua tribal plo, contiene palabras como spirituelo l'esprit, que en inglés apenas
lo desearan, podrfan facilmente hacerlo hoy y, a partir de ese mo- pueden expresarse; podemos, pues, llegar a la conclusiôn, que pue-
mento, seria posible deliberar en zulu sobre los respectivos méritos de confinnarse mediante la observacion, de que los franceses tie-
del empirismo y del racionalismo o pontificar respecta a la feno- nen m<ts espn:t y son mas spirituels que los ingleses».
menologia existencialista en groenlandés occidental. Por otra parte, Cicer6n sacô exactamente la conclusiôn con-
Si las conjeturas sobre naciones y lenguas se limitaran a los lraria dt· la aus<'Hcia de una palabra en una lengua. En su obra De
aperitivos, podrfan tolerarse como divertimentos inocuos, por trmlmr, t·~nila t'Il <·1 aùo :,:, a.(;., ofr<"ce 11na larga disquisici6n so-

1J 11
bre la ausencia de equivalente griego para la palabra latina ineptus ca pueda ser oscuro, conclusion a la que llego mas tarde el pensa-
(que significa «impertinente>> o <<indiscreto>>). Russell habrfa con- dar Antoine de Rivarol: <<Lo que no esta clara puede ser inglés,
cluido que los griegos eran de unas maneras tan impecables que italiano, griego o latîn, pero ce qui n'est pas clair n'est pas français».
no necesitaban una palabra para describir un defecto que no te- Sin embargo, no todos los eruditos del munda coinciden con
nîan. No asf Cicerém, para quien la ausencia de la palabra demos- este analisis. Intelectuales tan notables como los anteriores -y es
traba que el defecto estaba tan extendido entre los griegos que ni curioso que en su mayorîa no sean franceses- han expresado
siquiera se daban cuenta. opiniones contrarias. El conocido lingüista danés Otto Jespersen,
La lengua de los romanos no siempre fue inmune a la censu- por ejemplo, creîa que el inglés era superior al francés en toda
ra. Unos doce siglos después de Ciceron, Dante Alighieri analizo una serie de atributos, entre ellos la logica, pues a diferencia del
los dialectos de Italia en su De vulgari eloquentia [La elocuencia francés, el inglés es una <<lengua metodica, enérgica, eficiente y
vulgar] y afirmo que <<lo que hablan los romanos es una jerga vil sobria, que no se preocupa demasiado del refinamiento ni de la
mas que una lengua vernacula [ ... ] y no deberîa sorprendernos, elegancia, pero que trata de mantener una coherencia logica>>. Y
puesto que destacan entre todos los italianos por la fealdad de sus conclufa: <<Lo mismo que es la lengua es la nacion>>. ~Sera verdad
maneras y de su apariencia externa>>. que el inglés es superior a las demas lenguas? El novelista mexica-
A nadie se le ocurrirfa albergar tales sentimientos sobre la }en- no Carlos Fuentes lo duda: hace unos anos explico que << ... posi-
gua francesa, que no solo es romantica y spirituelle, sino también, blemente el inglés sea mas practico que el castellano. El aleman,
por supuesto, el paradigma de la logica y la claridad. Esta idea mas profundo. El francés, mas elegante. El italiano, mas gracioso.
emana nada menas que de la autoridad de los propios franceses. Y el ruso, mas angustioso. Pero yo creo profundamente que es la
En 1894, el distinguido crîtico Ferdinand Brunetière notifico a los lengua espanola la que con mayor elocuencia y belleza nos da el
miembros de la Académie Française, con motiva de su ingreso en repertoria mas amplio del alma humana>>.
esta ilustre institucion, que el francés era <<la lengua mas logica, Grandes cabezas han cocinado recetas todavfa mas sabrosas
mas clara y mas transparente que e} hombre ha habJado jamaS>>. cuando se ocuparon de asuntos que van desde como la lengua re-
Por su parte, Brunetière se basaba en la autoridad de una larga fleja el caracter de quienes la hablan hasta la pregunta mas gene-
lista de sabios, entre ellos Voltaire en el siglo xvm, quien afirmo ral de como la lengua injluye en los procesos cognitivos de sus
que el genio excepcional de la lengua francesa era su claridad y su hablantes. Benjamin Lee Wharf, al que volveremos en un capîtulo
arden. Voltaire debfa esta certeza a un asombroso descubrimiento ulterior, cautivo a toda una generacion al afirmar que nuestra cos-
que habla tenido lugar un siglo antes, para ser exactos en 1669. tumbre de separar el muhdo en objetos (camo <<piedra>>) y accio-
Los gramaticos franceses del siglo xvn habfan pasado décadas tra- nes (co mo <<caer>>) no es un verdadero reflejo de la realidad, sino
tando de comprender por qué el francés era mas clara que todas una division que nos impone la gramatica de las lenguas euro-
las demas lenguas del munda y por qué, como lo expreso un peas. Seglin Wharf, las lenguas amerindias, que combinan el ver-
miembro de la Académie, estaba dotado de tai claridad y preci- ba y el objeto en una sola palabra, imponen una «vision monista>>
sion que al traducir un texto de otra lengua al francés lo convertfa del universo, de tal manera que quienes las hablan sencillamente
en un auténtico comentario. Al final, después de anos de trabajo, no comprenderfan nuestra distincion entre objetos y acciones.
fue Louis Le Laboureur quien descubrio en 1669 que la respuesta Una generacion mas tarde, en 1975, George Steiner argumen-
era lo mas sencillo del munda: sus concienzudas investigaciones t<> en su libro After Babel [Después de Babel] que <<las convencio-
gramaticales pusieron de manifiesto que, a diferencia de los ha- nes de posterioridad en nuestra sintaxis», nuestra <<futuridad arti-
blantes de otras lenguas, <<los franceses seguimos exactamente en nalada» o, en otras palabras, la existencia de temporalidad futura
todas nuestras expresiones el arden del pensamiento, que es el t·s Jo <Jllt' nos da esperanza en el porvenir, loque nos salva del ni-
arden de la naturaleza>>. No es extrano, pues, que el francés mm- hilismo, induso dd suiddio gt'nnalizado. «Si nuestro sistema de

Ill
tiempos verbales fuera mas fragil>•, dijo Steiner, «no perduraria- mil maravillas que un cientifico marciano llegaria a la conclusion
mos» (en esto estuvo claramente tocado por la gracia de una ins- de que todos los terricolas h ablamos dialectos de la misma !en-
piracion profética, ya que docenas de lenguas que carecen de gu a. En el fonda, la teorfa va por ahf: todas las lenguas comparten
te mporalidad fu tura se escin extinguiendo aiio tras arïo) . la misma gramatica universal, los mismos con ceptos subyacentes,
En fechas mas recientes, un filosofo ha revolucionado nuestra el mismo grado de complejidad sistémica. Por lo tanta, los uni-
inte rpretacion de la historia de los Tudor al revelar la verdadera cos aspectas importantes de cualquier le ngua o, al menas, los unicos
causa de la ruptura de Enrique VIII con el Papa. Dicho fi16sofo ha que vale la pena investigar, son aquellos que la muestran camo
seiialado que la revolucion anglicana no fue consecuencia de la una expresion innata de la naturaleza huma na. Por ùltimo, en la
d esesperaci6n del rey por tener un herede ro, como se venia asu- actualidad casi todo el munda esta de acue rdo e n que la influe n-
miendo hasta ahora, ni tampoco un cfnico complot para expro- cia de nuestra lengua materna sobre nuestra manera de pensar es
piar la riqueza y las propiedades de la Iglesia. Muy al contrario, el insignificante, incluso trivial, y en que todos pe nsamos fundamen-
nacimiento de la teologia anglicana se debi6 inevitablemente a las talmente de la misma manera.
exigencias de la lengua inglesa: su gramatica, a media camino en- Sin embargo, en las paginas siguientes trataré de convencer al
tre el francés y aleman, condtyo inexorable me nte el pensamiento lector -tai vez en contra de su primera impresi6n y con toda se-
re ligioso inglés a una posicion intermedia e ntre el catolicismo guridad frente a la opinion tan en boga e n el munda académico
francés y el protestantismo aleman. actual- de que la respuesta a las preguntas anteriores es ... si. En
esta defe nsa de la cultura voy a argume ntar que las diferencias
cu lturales se refl~jan d e manera profunda e n la lengua y que las
investigaciones cientfficas mas serias ofrecen pruebas carla vez
De los dictimenes de las grandes lumbreras sobre la lengua, la mas solidas de que la lengua mate rna puede repercutir en la ma-
cuttura y el pensamiento parece deducirse que sus grandes œuv-res ne ra de pensar y de percibir el mundo . Pero a ntes de que ellector
no siempre han superado los ho-rs d'œuvres de las pequeiias lum- re legue este libro a la estanterfa de los locos,junto con las recetas
breras. Si tenemos en cuenta lo poco apetitosos que son tales pre- para perder peso del ano pasado y el manua l de C6mo c-rear vinculos
cede ntes, ~hay alguna esperanza de que podamos paladear algo afectivos con sus peces de colores, mc comprometo solemnemente a
exquisito en esta discusion? Si descartamos los argumentos gratui- n o regodearme en estupideces sin fundamento. No pretenderé
tos y no debidamente informados, los ridîculos y los absurdos, imponer opiniones monistas del munda, no aludiré a cuestion es
~queda algo sensato que decir sobre la relacion entre lengua, cul- e levadas como la de quê lc nguas tienen mas esprit, ni tam poco
tura y pensamiento? ~Es cierto que la lengua refleja la cultura de a hondaré en los misterios d e qué culturas son mas «profundas».
una sociedad en sentido profundo, mas alla d e trivialidades como Los problemas que me ocuparan en este libro son de otro tipo.
la cantidad de palabras para d efinir la nieve o el esquileo de los De hecho, los campos d e la cul tura que aqui se trataran perte-
camelias? Y si ahondamos todavla mas en la polémica, ~pueden necen al ambito mas terrcnal d e la vida cotidiana y los aspectos de
lenguas diferentes llevar a quie nes las hablan a diferentes pensa- la le ngua que abordaremos son los d el h abla de todos los dias, ya
mie ntos y percepciones? que las conexiones mas significativas e ntre le ngua, cultura y pen-
Hoy en dia, para la mayoria de los eruditos la respuest~ a todas samiento se encuentran donde uno menas las espera, en lugar-es
estas preguntas es un no rotundo. La opinion generalizada entre <'JI los que el sentido comùn sugerirfa que todas las culturas y to-

los lingüistas contemporaneos es que la le ngua es un instinto o, das las lenguas habrfan de ser exactamente iguales.
dicho de otro modo, que los fundamentos de la lengua estan co- Las dikrcncias culturales mas importantes que seiialaremos de
dificados en nuestros genes y son los mismos para todos los miem- innwdiato --<'Il gustos musicales, h abitas sexuales, formas de ves-
bros de la especie humana. Noam Chomsky ha argumentado a las t ir o modalt·s t'Il la mesa- son ('Il ci t'riO modo supcrficiales, preci-

.1.
samente porque somos muy conscientes de elias: sabemos que la Sin duda algunos argum entaran que nada confirma mejor los
pornografia es solo una cuestion de geografia y no nos hacemos a rraigados estereotipos sobre cuatro grandes culturas europeas
ilusiones con respecto a que los pueblos d el planeta cornpartan los que la m anera e n que entienden el concepto de <<cultura». ~Acaso
mismos gustos en musica 0 sujeten el tenedor de la misma forma. la definicion del diccionario inglés no es la quintaesencia de lo
Pero la cultura puede dejar huellas mas profundas donde no la inglés? Muy poco rigurosa en su evasiva lista de sin6nimos, evita
reconocemos como tai, ya que sus convenciones quedaron impre- con finura cualquier definici6n que peque de falta de elegancia.
sas de manera tan indeleble en mentes infantiles e impresionables ~y qué podrla ser mas aleman que la del aleman? Despiadadamen-
que crecemos tomandolas por algo totalmente distinto. te concienzuda y abiertamente intelectual, martillea el concepto
Sin embargo, para que todas estas afirmaciones empiecen a en la cabeza con una precision carente de atractivo. En cambio la
adquirir algun sentido, lo primero que hemos de hacer es ampliar definici6n fran cesa es pomposa, idealista hasta lo absurdo y obse-
el concepto de cultura mas alla de su uso habituai en el habla co- sionada por el goût. En cuanto a la espanola, ~acaso no resuena e n
tidiana. Lector, ~cual es tu primera reacci6n cuando escuchas la ella el eco de un pais que aspir6 aser la ultima r·eserva espiritual?
palabra «cultura»? ~Cervantes? ~Borges? ~Cuartetos para cuerda? Sin embargo, cuando los antrop6logos hablan de «cultura»
~Encoger el dedo meiiique mientras sujetas la taza de té? Natural- utilizan la palabra en un sentido muy distinto al de las definicio-
m ente, la manera de entender la «cultura» depende de la cultura nes anteriores y con un significado bastante mas amplio. El con-
de la que f01·mamos parte, como deja claro una rapida ~j eada a cepto cientifico de «cultura» surgi6 en Alemania a mediados del
través de cuatro lentes lexicognificas: siglo XIX, pero fue el antrop6logo inglés Edward Tylor quien lo
articul6 expllcitamente por primera vez en 1871. Tylor inicio su in-
Culture: cultivation, the state of being cultivated, refinement, fluye nte libro Primitive Culture [Cultura primitiva] con esta defiui-
the result of cultivation, a type of civilisation (exquisitez, el esttulo del cion, que casi todas las introducciones a este tema siguen citando:
.ser culto, rejinmniento, la consecuencia de ser rullo, un tipo de civiliz.aci6n). <<En un sentido etnognifico amplio, [cultura] es esa cornpleja tota-
Diccionario Chambers (inglés) lidad que incluye conocimiento, creencia, arte , moral, derecho,
costumbre y todas las capacidades y costumbres adquiridas por el
Kultur: Gesamtheit der g-eistigen un künstlerischen Errun- hombre como miembro de la sociedad ••. Cultura se entiende aquf
genschaften einer Gesellschaft (la totalidad de los logros inlf.lectuales y coma todos los rasgos humanos que no son consecuencia del ins-
artisticos de una soriedad). tinto; en otras palabras, c~m.o sinonimo de educaci6n, que se opo-
Diccionario Stiirig (aleman)
ne a naturaleza. Por lo tanto, la cul tura engloba todos los aspectos
de nuestro comportamiento que han llegado a ser convenciones
Culture: Ensemble des m oyens mis e n œuvre par l'homme sociales y se transmiten median te el aprendizaje de generacion e n
pour augmenter ses connaissances, développer et améliorer les fa· generacion. Los cientificos a veces hablan incluso de <<cultura
cuités de son esprit, notamment le jugement et le goût (wnjunlo de chimpancé» cuando algunos grupos de estos simios utilizan palos
mf.dios utilizados por el hombre para aumentar sus ronor:imientos, desarro- y piedras de manera distinta a la de grupos vecinos y cuando pue-
llar y mejorar las facultades de su espiritu, en especial el juicio y el!fUslo). de demostrarse que este conocimiento se ha transmitido mas por
imitacion que a través de los genes.
Diccionario ATLIF (francés)
Por snpuesto, la cultura humana suele ser mas que palos y
Cuttura: conjunto de la actividad espiritual de la humaniclad. pic·dras. Pero el tipo de cultura del que nos ocuparemos en este
li hm tic·n(' poco que ver con el arte elevado, la excelencia intelec-
Diccionario de uso df.l e.1paiwl (Maria Moline~) lual o C'l n·linami<'nto impecahle en el gusto y los modales. Aquf
nos c·c·nt rarc·mos c•n c·sos rasgos c·ullural('s de' la vida colidiana tan

tH
arraigados en nuestra mente que no los reconocemos como tales. e n los conceptos que se esconde n tras elias? ~Son los conceptos
Los aspectos de la cultura que abordaremos son il<"JHdlos en los ocultos tras las etiquetas «rosa», «duke», «pajaro» o «gato» ta n
que la cultura se disfraza de naturaleza humana. arbitrarios como las propias e tiquetas? ~Es también una simple
conve nci6n cultural la man e ra en que nuestra lengua esculpe el
mundo en conceptos? ~0 es la naturaleza quien ha establecido
LA LENGUA COMO ESPEJO por n osotros la frontera discernible entre «gato» y «perro>> o entre
«rosa>> y «pajaro>>? Como la pregunta parece bastante abstracta,
~Es la lengua uno de esos aspectas? ~Es un producto de la cul- pondré un ejemplo practico.
tura o un legado de la naturaleza? Si consideramos la le ngua como ImaginemGls que estamos curioseando e n un rincon olvidado
un espejo d e la mente, ~qué vemos reflejado e n ella, la naturaleza de una vieja biblioteca y por casu alidad encontrarnos un mohoso
humana o las convencioncs culturales d e nuestra sociedad? La manuscrito del siglo xvm que nadie parece ha be r abierto desde
p rimera parte de este libro gira en torno a esa pregunta funda- gue lo depositaron allf. Se titula Aventuras en la Isla Remota de Zifta
mental. y parece describir con gran d etalle una misteriosa isla perdida que
Por un lado, el mero hech o de plantear la pregunta parece el auto r asegura haber descubierto. Pasamos las hojas y con ma-
extraiio, ya que la lengua es una convenci6 n cultural que se pre- nos te mblorosas empe7.amos a leer un capftulo titulado «Una Des-
senta como tai , no disfrazada de otra cosa. Las lenguas del mundo cripci6n Mas Completa de la Lengua Ziftana en la que Sus Fant.as-
son muy dife rentes y todos sabemos que la que un niiio aprende ticos Fenomenos Estin Ampliamente DescritoS>>:
es solo una circunstancia de la cultura e n la que vive. Una niiiita
de Boston crecera hablando e l inglés bostoniano porque naci6 en
un entorno inglés bostoniano, no porque sus genes sean bostonia- Cuando estabamos e n Dinera m e atrevi a preguntar los Nom-
bres de diversas cosas en su le ng ua; y aquellas nobles Perso nas se
nos. Y un recién nacido de Be~jing hablara un dfa el chino man-
complacieron en darme Respuestas. A pcsar de que mi Empeîlo
darin porque habra crecido en un entorno mandarin, no por pre-
principal era aprender, la dificultad era casi insuperable, pues el
disposici6n genética. Si los intcrcambiamos, e l niiio nacido en Compas de sus Pensamientos y su Mente estaha cerrado a algunas
Beijing terminara hablando un perfecto inglés bostoniano y la Distinciones que para nosotros parecen naturales. Por t;jemplo,
nina de Boston terminara hablando un perfecto mandarin. Millo- en su Lengua carecen de Palabra para expresar nuestra Idea de
n es de ejemplos lo acreditan. A v e c i Il a y tampoco tie!le n Términos que en di cha Lengua pue-
Aparte de eso, la diferencia mas o bvia en tre las le nguas es dan expresar la Idea de"una R os a. Pues en su lugar, la lengua zif-
que escogen nombres -etiquetas- diferentes para los concep- tana utiliza una Palabra, A v es a, que sign ifica Rosas blancas y to-
tos. Y como todo el mundo sabe, esas etiquetas no pretenden ser das las Avecillas, salvo aquellas con Pechera carmesi, y o u·a Palabra,
otra cosa que convenciones culturales. Dejando d e lado algunos R o c i Il a, que significa Avecillas con Pech era carmesi y tudas las
Rosas, salvo las blancas.
casos marginales de onomatopeyas, como la del cuclillo, en las
que la e tiqueta trata de reflejar la naturaleza d e l pajaro que des- A medida que se fuc volviendo mas Iocuaz después de su tercer
Vaso de I.icor, mi Anfitriô n empczô a cont.ar u na Fabula que recor-
cribe, la mayorfa de elias son arbitrarias. Una rosa con cualquier
da ha de su fnfancia: de cômo la Avesa y la Rocilla encontraron su
otro n o mbre tendra la misma fragancia exquisita, yÀ.wc6, édes, zoet,
lanwn table Final: «Una Rocilla de brillante plumaje y una meliflua
sladka, s~d, ho~, makea, magus, ngçt o incluso dulce. Las cliquetas
Avesa amarilla se posat·on en una elevada rama y se pusieron a gor-
perte n ecen , pues, a los atributos de cada cul tura y no tit~nen casi J.t<'ar. 1.uego empezaron a discutir sobre cuâl de los dos gorgeos era
nada d e n atural. <'1 mtis duke. Como no llegaron a un a Conclusiô n firme, 1~ Rocilla
Pero ~qué sucede si observamos dete nida me nte a trav{·s dd propuso <Jll<' inquiric·scn la l)(·<·isi6 n sobre los Emblemas de Belle:t..a
prisma de Ja \engua, mas a\la dt• la superfidaJidad de h1s ('litJIU'IiiS, c·tttn· las Flon·s di'IJanlin l)ll<' habla d'•h•!io. Siu rmis prcambulos

'"
descendieron revoloteando hasta una fraganle Avesa y un capullo die se ha topado nunca con un nino que pregunte: <<Marna, ( CS un
de Rocilla roja y, humildemente, les pidicron su Opinion. La Avesa perro o un gato? ». Por mas que alguien piense y rebusque en su
amarilla canto con voz encantadora y la Rocilla entono su tembloro- memoria, es poco probable que se acuerde de que algûn nino le
sa Melodîa. jAyl, ni la Avesa ni la Rocilla pudieron diferenciar las haya preguntado: ''(Como puedo saber si es un p~jaro o una
Cadencias cantarinas de la Avesa y los trémulos trinos de la Roci- rosa?». Aunque los ninos necesitan que les ensenen las etiquetas
lla. Grande fue la indignacion de las orgullosas Currucas. La Rocilla,
de los conceptos en la lengua de su entorno, nunca hay que expli-
llena de Rabia, se lanzo sobre la Rocilla roja y le arranco sus pétalos,
carles como distinguir entre los conceptos. A un niiiito le basta
y la Avesa amatilla, con su Vanidad he rida, ataco a la Avesa con igual
con ver unas cuantas imagenes de un gato en un libro para que la
vehemencia. En un instante ambasjuezas se quedaron desnudas sin
pétalos, la Avesa sin su fragancia y la Rocilla sin su belleza,. siguiente vez que vea un gato -aunque sea de color anaranjado
Al advertir mi Confusion, mi Anfitrion entonola Moraleja agi- en lugar de a rayas, aunque tenga el pelo largo, el raho corto, un
tando mucha su Dedo admonitorio: "jAcuérdate bien, nunca con- solo ojo y le faite una pata trasera- siga reconociéndolo como
fundas Rocilla con Avesa!». Le Promet! sinceramente que intenta- un gato, no como un perro, un pajaro o una rosa. El hecho de que
rfa no confundirlas nunca. los ninos entiendan instintivamente estos conceptos muestra
que el cerehro humano esta equipado de forma innata con pode-
~Qué es este admirable documenta? ~Un diario aun por descu- rosos algoritmos que identifican modelas y clasifican los objetos
brir de un explorador pionero o una imitaciém espafi.ola descono- similares por grupos. De ahf que conceptos como «gato » o «paja-
cida de Los viajes de Gulliv~ Si optamos por la ficcion probable- ro>>de ban corresponder de alguna manera a esta capacidad inna-
mente sea porque el sentido com(m nos dice que la presunta ma- ta de clasificar el mundo.
nera ziftana de distinguir conceptos es inverosfmil y salta a la vista
que no es natural combinar avecillas de pechera roja y rosas que
no sean blancas en un solo concepto, rocilla, asf como tampoco lo
es agrupar otras avecillasjunto con las rosas blancas en el concepto Hasta ahora, pues, parece que hemos llegado a una sencilla
de avesa. Y si la distincion ziftana entre rocilla y avesa es poco natu- respuesta a la pregunta de si la lengua refleja la cultura o la natu-
ral, la division que establece la lengua espanola entre avecilla y raleza. Hemos trazado un nitido mapa y dividido la lengua en dos
rosa debe ser de alguna manera natural. Por lo tanto, el sentido ambitos distintos: el de las etiquetas y el de los conceptos. Las eti-
comûn sugiere que incluso si las lenguas pueden colocar etiquetas quetas reflejan convenciones culturales, pero los conceptos refle-
a capricho, no pueden aplicar la misma fantasia a los conceptos jan la naturaleza. Cada cdltura es libre de colocar etiquetas a los
que subyacen a las etiquetas. Las lenguas no pueden reunir objetos conceptos como prefiera, pero los conceptos que subyacen a esas
arbitrariamente, puesto que son avecillas de una pluma que revo- etiquetas dependen del dictamen de la naturaleza. Podrfamos ha-
loteanjuntas bajo una misma etiqueta. Toda lengua tiene que cla- hlar largo y tendido de esta division. Es clara, sencilla y refinada,
sificar el mundo de mane ra que agrupe casas realmente similares intelectual y emocionalmente satisfactoria y, por ultimo, aunque
o, al menos, percibidas como similares. Por eso es natural que dife- no por ello men os significativa, su genealogfa se remonta a Aristo-
rentes tipos de avecillas reciban su nombre como un solo concep- te! es, que en el siglo IV a.C. escribio que los sonidos del habla
to, pero no lo es que un grupo arbitrario de avecillas y un grupo pueden diferir entre las razas, pero que los conceptos -o, como
arbitrario de rosas estén juntas b~o una misma etiqueta. t;l los denomino, las «impresiones del alma»- son iguales para
De hecho, una ripida observacion de la manera en que los todos los scn~s humanos.
ninos adquieren la lengua confirmara que conceptos como "P~ia­ ~ Podemos hacer ot~jeciones a este mapa? Solo una: a penas se
ro», «gato» o <<perro» tienen algo de natural. Los ninos preguntan ajusta a la n·alidad. Las 11 ftidas fronteras que acabamos de senalar
casi todo lo imaginable (y muchas cosas inimaginahles), pt•ro na- podrian nmstituir una <'xn·h-ntr cartograffa dd desco, pero por

J l
'1

desgracia no representan con fidelidad las relaciones reales de


poder sobre el terreno, pues en la practica la cul tura no solo con-
Y si el espanol no tiene mind, tampoco el inglés tiene ânimo.
De nuevo, un diccionario nos ofrecerfa una lista con tantas pala-
'
trola las etiquetas, sino que atraviesa una y otra vez la frontera de bras inglesas como posibles son las traducciones. Por ejemplo:
I_o que deberfa ser el derecho innato de la naturaleza. Puede que
esta haya logrado trazar la distinciôn entre conceptos como «gato» mind (defeal was rooted in my mind = la derrota esta ba arraigada en
y «perro» con una claridad tan meridiana que la hace prictica- mi cinimo)
mente inmune a la agresiôn de la cultura, pero las convenciones intention (I haven 't come Jzere with the inten tion to neg otiate = no he
culturales consiguen inmiscuirse en los asuntos internas de otros venido con ânimo de negociar)
strength ( 1 don 't have strength to face il = no tengo ânimo para afron-
muchos conceptos, hasta tai punto que a veces desbaratan el mas
tarlo)
elemental sentido comun. En los capftulos siguientes se aclarara feelings (feelings were running high =los ânimos estaban por la~ nubes)
hasta qué punto la cultura se adentra en el territorio de los con-
ceptos y emin diffcil resulta aceptar ese estado de cosas, pero de De modo que conceptos como mind, ânimo o el francés esprit
momento podemos empezar con un rapido vistazo a algunos bas- no pueden ser naturales en el sentido en que lo son «rosa» o «ave-
tiones de la cultura al otro lado de la frontera. cilla», pues de lo contrario serfan idénticos en todas las lenguas.
Consideremos en primer lugar el ambito de la abstracciôn. Ya en el siglo xvii John Locke reconocio que en el âmbito de las
~Qué sucede cuando pasamos de los objetos ffsicos simples como ideas abstractas cada lengua puede repartir a su manera sus con-
gatos, p~jaros o rosas a conceptos abstractos como «victoria», «Îm- ceptos (o <<ideas especfficas>>, como las denominô). En su Essay
parcialidad» o <<malicia»? ~Ha decretado la naturaleza también conœrning Human Understanding [Ensayo sobre el entendimiento
~sos conceptos? Conocf a alguien a quien le gustaba decir que los humano]. de 1690, demostro estas afirmaciones recurriendo a la
franceses y los alemanes no tienen mente. Loque querfa decir es ,,gran cantidad de palabras de una lengua que no tienen equiva-
que ninguna de esas dos lenguas posee una palabra que se corres- lente en otra, lo cual pone de manifiesto que las gentes de un pafs,
ponda con la del inglés mind y, en cierto modo, tenia razon: ni eJ por sus costumbres y maneras de vivir, han tenido la posibilid~d
f~ra~cés ni el aleman poseen un concepto unico, con una etiqueta de crear ideas complejas y darles nombres que otros nunca convu-
U~Ica, ~ue abarque toda la gama de significados del concepto in- tieron en ide as especfficas».
gles mmd. Pero tampoco el espanol lo posee. Si se busca como Esta primera concesiôn de la naturaleza a la cul tura no ha sido
~raducir . mind al espanol en un diccionario bilingüe, veremos que demasiado dolorosa, ya que, aunque sea necesario redefinir de
este paCientemente nos explica que depende del contexto. Ob- algun modo la frontera edtre cultura y naturaleza, la idea de que
tendremos una lista de posibilidades como éstas: las convenciones culturales también determinan los conceptos
abstractos no se opone del todo a nuestra primera impresiôn . Al
mente (una mente racional =a logical mind)
fin y al cabo, si en lugar de la historia sobre conceptos ziftanos
ânimo (la derrota cstaba arraigada en mi animo = dRfeat was rooted
in my mind)
coma avesa y rocilla el narrador del siglo xvm hubicse senalado
juicio (perdcr cljuicio = to loseone's mind) que la lengua ziftana carece de palabras que se correspondan con
memoria (traer algo a la memoria = to b1ing something to mind) el concepto espanol de ,~usto» y que en lugar de éste utiliza el
cabeza (tenia la cabeza en otro sitio = my mind was elsewere ) concepto de <<correcto>> en unos contextos y de «Virtuoso>> en
intencion (nada estaba mas lejos de mi intencion =o nothing was.fur- otros, nuestro sentido comûn no hubiese fruncido el ceno.
therfrom my mind) Pero las cosas resultan menos agradables cuando intuimos
opinion (cambiar de opinion= to rhange one's mind) que la cultura interfiere no solo en el âmbito de la abstraccion,
cerebro (uno de los cerebros privilegiados de la época = nnp o{ th 1• si no tamhi{·n t'li los <'otHTJHos màs simples del discurso cotidiano.
finest minds of the pen:od) · t•onlo{alllos pot· raso lol'l pronom hrt·s persona les «YO", <<tÙ>>o «no-

.ZJ. .111:
sotros». ~ Puede haber algo m;is elt•mt·nral y uarural que esos pro- esa parte de la mano que el espaiiol y el inglés curiosamente in-
nombres? Por supuesto, nadie rptt' st•a t·onsci<•nt<· dt' la existencia sisten en llamar <<brazo» ( o arm) . Por otra parte, duran te bas tan-
de len81;tas extranje ras pensarfa que la naturalt-za dina las etique- te tie mpo mi hija, que habla apre ndido que la palabra hebrea
tas de dtchos conceptos, pero serfa inirnagina hl<· CJIIt' una lengua yad significa hand en inglés, me reprendia cada vez que yo utili-
no los tuviese. Supongamos, por ejemplo, rpt<' s<·guimos leyendo zaba yad para referirme al brazo, incluso cuando h ablabamos en
e! ensayo y nos encontramos con la afirmacit'iu dt· que la le ngua h ebreo. Se seiialaba el brazo y me explicaba con tono indigna-
ztftana carece d e una palabra que se corresponcla con la espaiiola do: ''iNo es yad, es brazo!•• . El hecho de que <<mano » y <<brazo••
«nosotros». El autor aii.ade que la le ngua ziftana cuenta con tres sean cosas diferentes en una lengua pero la misma en otra, no es
pronombres distintos: kita, que significa <<solo nosolros dos, tu y tan facil de entender.
yo••, tayo, que significa «tu y yo y alguien mâs••, y kami, que significa También hay lenguas que utilizan la misma palabra para
«yo y alguien mâs, pero no tu». El autor relata a continuaci6n «mano•• y <<dedo » y unas pocas, como el hawaiano, se las arreglan
cminto se rieron los ziftanos al escuchar que para esos tres con- con un solo concepto para tres partes distintas del cuerpo seglin el
ceptos totalmente distintos el espaiiol solo utiliza una palabra, no- espaii.ol y el inglés: <<brazo», << mano>>y <<dedo». Por el contrario,
sotros. Podrfamos pensar que el sistema que nuestro quimérico el inglés y el espaiiol-este ultimo hasta cierto punto, como expli-
autor se ha inventado es un chiste malo, pero los hablantes del caré enseguida- reunen en una sola palabra algunas partes del
tagalo e n Filipinas no estarfan de acuerdo, ya que ellos hablan cuerpo que los ha blantes de otras le nguas tratan como conceptos
exactamente asi. diferentes. Todavfa ahora, después de dos décadas hablando in-
Sin embargo, la presi6n que ha de soportar el sentido co- giés, a veces me hago un lfo con el et1ello. Alguien empieza a ha-
mun no ha hecho mas que empezar. Cabrfa esper<~ r que al me- blar sobre su eue llo y yo naturalme nte le tomo la palabra y asumo
nos los conceptos que describe n objetos fisicos simples fue ran que se refiere a esa parte d el cuerpo que mi le ngua materna Barna
p~~rrogativa de la naturaleza. Si nos limitamos a gatos, perros y tsavar. Pe ro al cabo de un mome nto empieza a q uedarme claro
Pô:Jaros la expectativa se confirma con creees, porque la na tura- que no esta hablando del cuello. 0, mas bien, que sf lo hace, pero
leza h a dado forma concreta a esos an imales. Pero basta con que no se refiere a tsavar, si no a oref - «nuca••-, esa parte del cuerpo
ésta muestre el menor titubeo e n su demarcaci6n para que la que el inglés engloba, sin la menor consideracion ni consiste ncia,
cultura se entrometa. Consideremos, por ejemplo , las partes del en un solo concepto junto con la parte anterior del cuello. En
~uerpo humano. Es dificil que entre las cosas fisicas simples m âs hebreo, oref esta considerada tan ajena a lsavar como la <<espalda••
Importantes en nuestra vida haya algo mas simple 0 mas fisico es ajena al <<vie ntre•• o la .tmano, al «brazo••. El espaiiol no es tan
que las manos, los dedos y el cuello. Y, sin embargo, la naturaleza desconsiderado en esto cornu el inglés, ya que permite decir indis-
no d elimita demasiado muchas de estas partes corporales su- lintamente <<me duele el cuello , -delante o detnl.s- o <<me due-
puestam ente disfmiles. El brazo y la mano, por ejemplo, son el le la nuca•• (solo detras), pero si del simple dolor se pasa a un
equivalente corporal de los continentes Asia y Europa: ~son uno cuadro clinico grave, entonces <<nuca>>d esplaza a «cuello >• y recu-
o dos? Parece ser que la respuesta depende de la cultura en que pera toda su auto nom fa: por ~jemplo, un signo caracterfstico de
hayamos crecido. Muchas lenguas, incluida la mfa m a te rna, con- la meningitis es la <<rigid ez de n uca••.
sideran que la mano y el brazo son un unico concepto y utiliza n Las concesiones de la naturaleza a la cultura empieza n aser
la misma e tiqueta para ambos. Si u na hablante de hebreo nos ahora un poco mas p roblematicas. Aunque raramente d escon-
dice que c ua ndo era nina le pusieron una inyecci6n en la mano, cierta que conceptos a bstractos como mind o animo dependan d e
eso no significa que el médico fuese un sadico , sino simplemen- la nd tura, nos incomo d a la idea d e que prono mbres como «noso-
te que esta pensando en una lengua que no hace tai rlistinciùn, 1ros» o partes n>rporales co mo «mano>> o <<Cuello, dependan d e
de manera que ha olvidado eluso de un a palahra rlifen·ntt· para c·oliV<'tH"ioncs ntlturaks d<· nueslra sodedad. Pero si las incursio-
nes de la cultura en el ambito de los conceptos em piezan a esco- a mediados d e l siglo XIX condujeron al sorprende n te hallazgo de
cer un poco, eso no es nada e n comparacion con e l malestar que que la relaci6n de los seres humanos con los colores no ha sido
provoca la interferencia de la cultura en el terre no que ocupara la siempre tan clara como ahora pensamos y Jo que h oy nos parece
primera parte de este libro . En loque respecta a la le ngua, la in- obvio cre6 e normes dificultades a los antiguos. La misi6n de des-
cursion de la cultura en el ambito de los conceptos ha ofendido o, cubrir la fuente del <<sentido del color>> es un extraordinario rela-
peor aun, ha indignado de tai m anera al sentido comun que du- ta victoriano de aventuras, un episodio de la historia de Jas ideas
rante d écadas los defenso res d e la naturaleza tuvieron que movili- que puede rivalizar con las hazaiias de cualquier explorador deci-
zarse pa ra pelear hasta la ultima gota de tin ta en defensa de su mononico. La expedici6n de l color alcanzo los rincones mas re-
causa. En con secuencia, durante ciento cincuenta anos este encla- motos de la tierra, se enre d 6 e n las controversias mas furibundas
ve ha sido escenario de una guerra entre los defensores de la na- de la ép oca -evoluci6n, h erencia y raza- y fue liderada por un
turaleza y los de la cultura y e l conflicto no parece apaciguarse. El grupo variopinto de héroes improbables: un famoso hombre de
campo d e batalla al que me refiero es el de la lengua aplicado al Estado cuyas proezas intelectuales hoy casi n adie conoce; unjudfo
col or. ortodoxo a quien sus descubrimientos filol6gicos Jo llevaron a las
(Por qué precisamente el color recibe ta n to fuego cruzado? ideas evolucionistas mas heterodoxas; un oftalm6logo de una uni-
Quiza porque al introducirse e n un pa raje tan profundo y aparen- versidad alemana de provincias q ue puso a toda una generaci6n a
temente instintivo de la percepcion, la cultura logra disfrazarse de la busqueda de una atrac tiva pista falsa y un profesor universitario
naturaleza con mayor éxito que e n ningùn otro aspecto de la !en- de Cambridge. apodado «el Galileo de la antropologfa>>, que fue
gua. Por loque parece, nada hay remotamente abstracto ni teori- quien recondt~o la investigacion por el buen camin o, incluso si al
co, ni filosofico, ni hipoté tico ni d e ninguna otra palabra te rmina- final se equivoc6 en su dictamen .
da en -ico en la diferencia entre amarillo y rqjo o e ntre verde y La Jucha del siglo XIX por comprender cwil es e l 6rgano que
azul. Y puesto que los colores se encuentran a ras de tierra en el nos separa d e los antiguos -el ojo o la le ngua- se convirtio a lo
territorio de la percepcion, los conceptos de color podrfan pasar largo del siglo xx en una batalla abierta sobre los conceptos del
por pre rrogativas de la natura leza. Sin embargo, ésta ha sido muy lengu~je, e n la que visiones opuestas del mundo se enfrentaron
negligente a la hora de trazar sus limites en el espectro. Los colores entre si: unive rsalismo contra relativismo e innatismo contra e mpi-
forman una continuidad: el verde no se vuelve azul en un punto rismo . En aquella guerra mundial de -ismos, el espectro fue adqui-
de terminado, sino que va convirtié ndose en azul a través de milio- riendo una e nomte importancia a medida que los defensores de la
nes de tonalidades de azul verdoso oscuro, turquesa y aguamarina naturaleza y los de la cultn r.i conside raban que sus posiciones so-
(véase la figura 11 en el encarte). Sin embargo, cuando hablamos bre el color eran decisivas para controlar la le ngua en general.
de colores impo nemos lîmites precisas a esta paleta abigarrada: ( :a da uno d e los bandas, e n m omentos difere ntes, d e clan) que el
«amarillo>>, «verde», «azul» y asi sucesivamente. Pero (acaso nues- color era el comodfn de su s respectivos argume ntas y la opinio n
tra p articular manera de dividir el espacio de l colores un dictado oscilo pendularmente de un extremo al otro: d esde la naturaleza
de la naturaleza? ~Son los con ceptos de <<amarillo» o «verde» cons- hasta la cultura y, en d écadas recientes, e n sentido inversa de nue-
tantes universales de la especie hu mana decretadas p or la estructu- vo hacia la naturaleza.
ra biologica del ojo y el cerebro o son convenciones culturales ar- Las vicisi tudes d e esta controversia convierte n el color e n un
bitrarias? (Y por qué deberfan ocurrfrsele a uno preguntas hipoté- c·aso idt~al para valora r las opiniones en conflicto sobre la natura-
ticas tan complicadas? lcza y la cuhura en Jo rela tivo a los conceptos de la lengua. 0, di-
De h echo, la controversia sobre los conceptos de color no fue dto de ol ra matwra, la <'SI recha banda de colores pue de se rvir
producto de la reflexion filos6fica, sino que surgi6 de observacio- CUIIIO Jll'lll'hil tlt• (Üq(O 11acJa llH'IIOS CJlW para preguntafllOS CUan
n es to talme nte practicas. Una serie de descubrimie ntos realizados prolündas son las s<'llll~ jillllas qu1 · SI' c·scahkn·n c·nlrt• las man c ras

.Ill
con que se expresan los seres humanos y cu<in superficiales sus cos los indicios de que un a regla gramatical cualquiera esté impre-
diferencias ... jO viceversa! sa en e l cerebro y que n o es necesario invocar los genes para dar
cuenta de estructuras gramaticales, ya que éstas pueden explicar-
se de forma mas sencilla y mâs plausible como el producto de una
evoluci6n cultural y como respuesta a las exigencias de la comuni-
Hasta ahora puede habe r dado la impresi6n de que toda !en- cacion. En mi libro The Unfolding of Language defendi esta segun-
gua no es mas que una serie de conceptos con sus etique tas co- da opci6n cuando mostré c6mo un sofisticado sistema de reglas
rrespondientes. Sin embargo, para comunicar pe nsamientos suti- gramaticales p odria habe r evolucionado d esde origenes muy hu-
les sobre las estrechas re lacio nes e ntre conceptos diferentes, la mildes, empujado por rasgos de la naturaleza humana como son
lengua necesita mucho mas que una lista de conceptos: le hace la pereza (que con duce a l ahorro de esfuerzos en la pronuncia-
falta una gramatica, un sofisticado sistema de reglas que los orga- ci6n) y la necesidad de o rdenar el mundo.
nice e n oraciones coherentes. Capaces serfamos de coherentes Este libro n o se centrara en la vertiente gramatical de la gran
comunicar conceptos t:iemplo por dé de gramatica en que no or- controversia e ntre natura leza y cultura, p ero es precisa dar a un
denar reglas oracion sin muchas las la las pensamientos la por sin aspecta de la gramatica la importancia que merece, ya que sue le
c6mo palabras te ngamos ... (Quiero decir: sin las reglas de la gra- infravalorarse la funci6n que en dicho aspecta desempeiia la cul-
matica, por ejemplo, sin las reglas d e c6mo ordenar palabras en la tura. Me estoy refiriendo a la compl~jidad. (Es la complejidad d e
m·aci6n, no seriamos capaces de comunicar pensamientos cohe- toda lengua un refl~jo d e la cultura y la sociedad de sus hablantes
.-entes, por muchas conceptos que tengamos.) De hecho, los de- o es una consta nte universal determinada por la natura leza huma-
bates entre los d efensores de la naturaleza y los de la educaci6n, na? Si el color fue el aspecto mas impugnado e n el debate sobre
e ntre innatistas y c ulturalistas, universalistas y relativistas, han sido los conceptos, la compl~j idad es sin duda elmenos oqjetado en la
encarnizados, tanlo en lo relativo a la gramatica como a los con- batail a por la gramâtica ... a pesar de que de beria serlo . Duran te
ceptos de la lengua. (Estan codificadas en nuestros genes las re- décadas, lingüistas de todas las tendencias, tanto innatistas como
glas gramaticales --orden y estructura de las palabras, estructuras culturalistas, h an seguido la misma lfnea: todas las le nguas son
sintâcticas, estructura fonética- o son el reflejo de conven ciones igual d e complt:jas. Pero yo argumentaré que esa cantinela es un
culturales? cslogan vado de contenido y que todo parece indicar que la com-
La opinion dominante e ntre los lingüistas actuales -propues- pl ~jidad de algunos aspectas gramaticales es un refl~jo de la cul-
ta por Noam Chomsky y e l influyente programa de investigaci6n lura de los hablantes, a men'udo de forma inesperada.
que h a inspirado- es que la mayor parte d e la gramatica de la
lengua, es decir, de todas las lenguas humanas, es innata. Esta es-
cuela de pensamiento, conocida com o <<innatista» , sostien e que I.A I.EN< ~UA COMO PRIS MA
las reglas de la gramâtica universal estân codificadas e n nuestro
ADN: los seres humanos nacen con un cerebro equipado con h e- Por mucho que las cuestiones que se analizan en la primera
rramientas d e estructuras gramaticales complejas, de modo que p<u"lt' de este libro hayan dado lugar a po lémicas e ncarnizadas y
los niiios no n ecesitan aprender esas estructuras cuando a dquie- p<~sion es furibundas, no son mas que tormentas en un vaso de
ren su le ngua materna. Por lo tanto, para los inna tistas la grama ti- ;1gua t•n cornpara cion con los vientos de discordia que asedian al
ca refleja la naturaleza universal humana y cualquier diferencia contcuido de la segunda parte: la cuesti6n de la influencia d e la
e ntre las estructuras gramaticales d e lenguas diferentes es superfi- lc·ngua materna t·n nuestros pcnsamientos. (Podria e;jercer la len-
cial y n o tiene mayores consecuencias. ).l.lla algo m<Îs que una l'unci{m pasiva como producto de diferen-
La minorfa que discrepa de esta visio n considera que son po- cb~ cuhuralc•s y scr 1111 in~lnlllWillo activo d e coacci<)n a lravi's del

]0 tl
cual la cultura impone sus convenciones en JHH'slra mente? ~Ge­ terna afectan a la mente de diversas maneras, por asombroso que
neran las diferentes lenguas percepciones dislÎlllas l'Il sus hablan- parezca. La segunda parte de este libro ofrece tres ejemplos en los
tes? ~Es nuestra lengua un prisma que refracta la luz Îlllerior de la que considero que esta influencia ha quedado demostrada de for-
cultura, un prisma a través del cual observamos d mundo? ma indiscutible. A medida que avance nuestra historia veremos
A primera vista, parece razonable plantear esta pregunta. que la indudahle influencia de la lengua e n el pensamiento de los
Puesto que la cultura permite gran libertad de acciôn para definir hablantes es totalmente distinta de la que solfan vendernos en el
conceptos, en principio seria sensato preguntarse si los conceptos pasado. La musa de \>Vhorf levi ta ba en las alturas mas nobles de
lingüfsticos que impone nuestra cultura influyen en nuestros pen- la cogn ici6n y fantaseaba sobre como las lenguas delimitan la ca-
samientos. Pero aunque en teoria la pregunta parece irreprocha- pacidad de razonamiento 16gico y sobre como los hablantes de
blemente legitima, en la practica desprende un tufillo que en la determinada lengua eran incapaces de entendcr determinada
actualidad hace retroceder a la mayoria de los lin~üistas, psicôlo- idea porque su lengua no hace una u otra distincion. Sin embar-
gos y antropôlogos. La razôn por la que esta cuestiôn resulta tan go. los resultados de investigaciones recientes son mucho màs te-
incomoda es que arrastra una historia intelectual tan bochornosa rrenales. Tienen que ver con los habitos me ntales que la lengua
que lamera sospecha de tener algo que ver con ella puede marcar puede inculcar en los estratos mas basicos del pensamiento, es
d e inmediato a cualquiera con el estigma del fraude. El problema d eci r, en la rnemoria, la atencion , la percepcion y las asociaciones.
es que resulta muy dificil probar o desmentir empfricamente cual- Y aunque algunos de esos efectos no sean tan excesivos como se
quier influencia de la lengua en el pensamiento, de manera que crefa en el pasado, no por ello dejan de ser sorprendentes.
durante mucho tiempo la cuestiôn ha proporcionado una plata- Pero ocupémonos en prime r lugar de las controversias sobre
forma perfecta a quienes se dedican a lanzar sus f~m tasfas sin co- el arco iris.
rrer el menor peligro de que los contradigan con hechos. Como
moscas alrededor de un tarro de miel o filosofos al acecho de lo
incognoscible, los charlatanes mas inspirados, los artistas mas vir-
tuoses de la estafa -por no hablar de las hordas de m~jaretas co-
rrientes y molientes- se han dedicado a sermonear sobre la in-
fluencia de la lengua materna en los pensamientos de los hablan-
tes. La segunda parte de este libro se inicia con una breve muestra
de este Decamerôn de excesos y se centra en e l mas notorio de los
farsantes, Benjamin Lee Whorf, el cual sedujo a toda una genera-
don para que creyese, sin ofrecerle la mcnor prueba, que las len-
guas amerindias llevaban a sus hablantes a una concepciôn de la
realidad totalmente distinta de la nuestra.
Hoy e n dfa, en parte debido a esta grotesca herencia, la mayo-
rfa de los lingüistas y psicôlogos respetables niegan categôrica-
mente que la lengua materna pueda influir e n los pensamientos
de los hablantes o aseguran que, de haber influencia, es poco im-
portante, incluso trivial. Sin embargo, en los ultimos anos varios
investigadores intrépidos han intentado aplicar métodos cientîfi-
cos solidos a esta cuestion y los resulta dos de sus investigaciom·s
han puesto de manifiesto que las idiosincrasias dt~ la IC'ngua ma-

Il
Primera parte

LA LENGUA COMO ESP~JO

. .
1
Cômo nombrar el arco iris

Londres, 1858. El dia 1 de julio, en sus espléndidas nuevas de-


JWndencias de Burlington House (Piccadilly), la Linnean Society
preste} ofdos a dos artfculos de Charles Darwin y Alfred Russel
Wallace, que anunciaban conjuntamente una teorfa de la evoluci6n
por sclccci6n natural. No pasarfa mucho tiempo antes de que la
lbma prendiese e iluminase todos los rincones del flrmamento in-
tt ·lcctual. Pero a pesar de que el fu ego arrasador del darwinismo no
L1rd6 en alcanzarnos, no empezaremos por ahî. Nuestra historia se
111icia pocos meses antes a unas cuantas calles de distancia, en West-
lninster, con un protagonista bastante inverosîmil. A sus cuarenta y
1111cve ailos es ya un polftico notable, micmbro del Parlamento por
L1 l iniversidad de Oxford y ex ministro de Economfa. Pero le f~tltan
todavfa diez ati.os para ser primer ministro y atm mas para alcanzar
la l"ama como uno de los hc;mbres de Estado mas importantes de
< ;ran Bretati.a. De hecho, durante los tres ùltimos mios el cxcelen-
llsimo William Ewart Gladstone ha estado languidcciendo en los
h;u1cos de la oposiciôn. Pero no ha perdido cl tiempo.
( :uando no esta en su despacho dedica sus legendarias ener-
~·,las al espfritu y, en particular, a su gran pasion intelectual por ese
.111tiguo bardo que «fundo el sublime oficio de poeta y que cons-
li tl\'•'>sobre sus propios cimientos un edificio tan m~jestuoso y fir-

lllt" Cjlll" !odavfa emerge inexpugnable por encima de la laborde


ln!-i hombres ordinarios y de ot.ros muchos extraordinarios». Los
1Il Will aS t;pin>S de }JOllll'I'O son para ( ~ladstone «Cl fenÔrneno mas
porh'ntoso dc Ioda la historia d(' la nrltura humana". La Iliaday la
( Jt/1.\t'rl lo ha tt ;u·ourpat-mdo a Jo larw> ck -~11 vida v han siclo su rcfu-
gio literario desde sus aùos estudiantiles en Eton . Pno para Glad-
stone , que es un hombre de profundas l'l't'<'li<"Ï;ts rdig iosas, los
poemas de Homero son mas que m e ra lite ratura. Son su segunda
Biblia, un compendio perfecto del caractc r y ck las cxpcricncias
humanas, que muestra la naturaleza de los hombres de la manera
m as admira ble posible sin la ayuda de la revcladc'>n nistiana.
La obra cumbre de Gladstone , su Studies 011 1/omN· and lhe Ho-
rnnir Age [Estudios sobre Homero y la edad hom{ rica]. acaba de
a parecer el pasado mes de marzo. Sus tres gruesos tomos de m<is
d e mil setecien tas paginas, solidos como los topes cle una puerta,
a ba rcan todo un abanico enciclopédico de temas, desde la geo-
grafîa de la Odism hasta el sentido h omé rico de la helleza, desde
el lugar d e la rmuer en la sociedad de H ome ro hasta la moralidad William Ewart Gladstone (1809-1898).
de H ele na. Al final del liltimo volumen, un capitulo aparente-
mente mat·ginal y sin pretensiones aborda un curioso tema, «La hro de Gladstone que fue necesario dividirla en dos entregas y ha-
percepciôn y el uso del color en Home ro». El amilisis que Glad- hria ocupado mas de treinta paginas con e l mismo tamatio y estilo
stone hace de la Iliada y la Odisea pone de manifiesto que en las de letrd de este libro. Pero la e rudici6n de Gladstone también cau-
d escripciones homéricas del color h ay a lgo que no funciona y sus ,,-, buena impresiôn en los circulos inte lectuales. <<Hay pocos h om-
conclusiones son tan radicales y descon certantes que sus contem- lm~s pühlicos Pn F.m·opa» , sentencio un profesor. <<con una mente
por<ineos son incapaces de digerirlcts y en su mayoria las desesti- tan pura, tan clarividentes y ta n cultos como el setior Gladstone•• .
ma n d e inmcdiato. Pe ro no pasa mucho tie mpo antes de que las En los atios siguientes a la puhlicaciô n de su obra distinguidos aca-
prcguntas de Gladstone sirva n de inspiraciôn a otros estudios, 11<'-micos britanicos e incluso del resto d e Europa dedicaron libms
c::jerzan una profunda influenda e n al m enos tres disciplinas aca- :1 ( :Jadstone, «el hombre de Estado, el orador, e l erudito>•, «el in-

clé micas y desencadcnen una guen·a e ntre la naturaleza y la cultu- l'ansable promotor de los estudios homéricos».
ra por el control del lengu~jc, guerra que cien to cincuenta aiios Por supuesto, huho un pero. Mientras que los prodigiosos co-
clespués no parece habcrse apaciguado. ltncimie ntos de Gladstone , su dominio de los tcxtos y su fértil lôgi-
Aunque en la época d e Gladsto n e estaba n mucho mas acos- • a l'l'an motivo de elogio en todas partes, la reaccion que provo<.:a-
tumbrados que nosotros a que el poder polftico fuera de la mano 11 111 muchos de sus argumentos fue abiertamente mordaz. Alfred

d e la grandeza de espfritu, su e mdiciôn homé rica se consideraba 1.orel Tennyson escrihiô que, en lo tocante a H omero , <<la mayorîa
excepcional. Al tin y al caho, era un polftico en activo y los tres pi<·llSa que [Gladstone] es un poco monotematico>>. Un profesor
volümenes de su obra habrfan sido una h azatia nada desdetiable d" ~riego de la Universidad de Edimburgo explicaba a sus alum-
para cualquier proh~sor universitario que hubie ra dedicado toda lllls que << puede C')UC el setior Gladstone sea un docto, entusiasta,
su vida a ellos. Para algunos, sobre todo para sus colegas de la po- lll~<·ttioso y sutil divulgador de Homero; es siempre elocuente y
lftica, la devocion de Gladstone por los chisicos era motivo de re- . d~uu as ven·s brillante, pero poco sôlido. Su lôgica es débil, casi
sentimiento. «Vives tan inmerso en Homero y e n la lengua griega», fHII'ril. y sus movimientos tacticos, aunque llenos de brio y fulgor,
se quejo un a migo del partido, <<qu e no lees los periôdicos ni tomas • :ll <·n·n totalnwntc de sobrit·dad, d e catttela e incluso de sentido
el pulso a nuestros seguidores>>. Pe ro para el püblico en general, la 1llllllhl·•. Karl Marx. que cra un :ivido lector d e lite ratura griega y
virtuosa homerologfa de Gladstone era oqjeto de tascinaciùn y ad- 1111 tc·nla pdos l'tl la lc·ngtt;t, l'scrihi(> a Eng<•ls C]ll<' d lihro de Clad-

miraciôn. El Times de Londres puhlirô una rcsl'i1a ta n laq..{a dl'lli- '1ntw l ' l'li ulltl daro c·j<'IIIJIIO de fa Îlli'OI)l:tddad de· )()S ÎttgJ('Sl'S para
·-

hacer algo valioso en filologia». Y la resena critica que aparecio en te el mismo periodo, a finales del segundo milenio a.C.; antes de
el Times (sin firma, como era Jo habituai en aquella época) hace que p osteriores excavaciones mostrasen que Troya fue destruida en
encaje de bolillos para no tachar abiertamente de Ioco a Gladsto- una gran contlagraci6n poco después del ano 1200 a.C.; antes de
ne. Empieza afirmando que ••el senor Gladstone derrocha inteli- que en el recinto se encontrasen piedras arrqjadizas y otras armas,
gencia pero, por desgracia, el exceso de inteligencia confirma a la las cuales probaban que la destmcci6n se debi6 a un sitio enemigo;
perfecci6n e l dicho de que los extremos se tocan •• . La resena ter- antes de que se desenterrase un documenta de arcilla que resulta
mina, cao;;i trece mil palabras después, lamentando que ••tanta po- ser un tratado entre un rey hitita y el territorio de Wilusa; antes de
derio carezca de efecto, que tanto genio esté falto de equilibrio, que esta misma Wilusa fuese identificada con toda seguridad como
que tanta fertilidad se malgaste en matas hierbas y que tanta elo- la Ilias de Homero; antes de que un soberano de Wilusa, al que el
cuencia sea como metal que resuena o cîmbalo que retine». tratado Hama Alaksandu, pudiese ser relacionado con el Alexan-
~Cual fi.te el gran error de Gladstone en su libro Studies on Ho- dros d e Homero, prfncipe de Troya; antes - en definitiva- de que
mn? Para empezar, cometi6 el pecado capital de tomarse a Home- la intuici6 n de Gladstone de que la Iliada e ra mas que un mero
ra d emasiado en seria. Trataba a Homero <<con una veneraci6n parcheado de mitos sin fundamento, resultase ser menos insensata
casi rabfnica, , bram6 el Times. En una época que se e norgullecfa de loque sus contemporaneos imaginaban.
de su recién descubierto escepticismo, cuando incluso la autori- Sin embargo, hay algo en lo que parece diffcil ser hoy mas be-
dad y la autorfa de las Sagradas Escrituras estaban e mpezando a nevolente con Gladstone de lo que lo füeron sus contemporaneos:
pasar por el bisturf de la crftica textual alemana, Gladstone nada- su insistencia en la religion homérica. Gladstone no fue el primera
ba a contracorriente. Rechazaba de un plumazo las teorfas, muy ni tampoco el ültimo de los grandes pcnsadores que se dejaron
en boga en aquel tiempo, de que nunca habla existido un poeta arrastrar por el fer-vor mfstico, pero en el caso de su Studies on Homer
llamado H omero y de que tanta la lliada como la Odisea eran un st ts con\-icciones Jo llevaron a la desafortunada pretensi6n de her-
mosaico de baladas populares de diferentes poetas, engarzadas manar el panteon pagano de Homero con el credo cristiana. Glad-
entre si a lo largo de muchas perfodos diferentes. Para él, ambas stone crcia que, en el principio, a los scres humanos se les habla
se debfan a un linico poeta genial: «Hay tanta belleza, orden y es- nmcedido la revelaciôn del verdadero Dias y que, incluso si el co-
tructura en e l argumenta de la lliada que dan fe por sf solos de nocimicnto de esta revelaci6n divina se desva necio mas tarde y que-
que el autor es un Homero persona! e individuah>. de·, pervertida por h erejfas paganas, en la mitologfa griega podfan
lncluso mas desagradable para sus crfticos tue la insistencia de dl'tectarsc rasgos de e lla. Por Jo tanto, no hubo dios al que no ma-
Gladstone en que la historia de la lliada se basaba en al men os cier- ttipulara e n sus esfuerws por detectar la verdad cristiana en el pan-
ta cantidad de hechos historicos. A los ilustrados académicos de tc·<'m homérico. Tai camo observa el Tirru's, Gladstone <<aguzaba to-
1858les parecfa ingenuo e infantil que concediera valor hist6rico al clas sus facultades para de tectar en el Olimpo al Dios de Abraham ,
relato del sitio duran te diez aiios de una ciudad griega Hamada lliâs que vino de la Ur de los caldeos, y al Dias de Melquiscdec, que mo-
o Troya debido al rapto de una reina griega por parte del prfncipe ralm en Salem». Pretendfa, por <':icmplo, que la tradici6n de la Tri-
troyano Paris, a quien Homero también Hama Alexandros. Tal nidad del Altisimo habia dejado sus huellas e n la mitologfa griega,
como decia cl Times, «todo el mundo estaba de acuerdo en que esos l;ts nmles se manifiestan en la division del munda entre tres dioses,
relatas eran purd ficci6n , igual que los romances del rey Arturo». Ni I.e-us, Poscidôn y Hades. Afirm6 que Apolo da muestras de muchas
que decir· tiene que esto sucediô doce anos antes de que Heinrich ck las ntalidades de Cristo c incluso llegô a sugerir que Leto, la
Schliemann descubriese Troya en un monticulo frente a los Darda- tu;ulrc de Apolo, «representa a la Santfsima Virgen Maria». Al Times
nelos; antes de que excavase el palacio de Micenas, tierra natal dd un k hi1.o ninguna gracia: «Sus intenciones son muy honorables,
caudillo griego Agamen6n; antes de que estuviese claro que tanto pc•rn pat'!<' ck tma !<'orla v, por muy ridfcula que sea, cs capaz de
Troya como Micenas habfan sido c.:iudades ricas y poderosas cl man- oiiWIIIIl'lltar hasta han·rla pan·c ·c·r H'SJ)('Iahlc. jSt• pasa de listo!» .

..1.0 .&1
El emperio de Gladstone en bautizar a los antiguos griegos co de la experiencia humana? Por supuesto, no cabe la m enor
hizo un flaco favor a su Studies on Homer, ya que sus enores y sus duda d e que e ntre el mundo de Homero y el nuestro media un
extravfos re ligiosos lo convirtieron e n blanco d e muchas criticas y abismo: durante los milenios qu e nos separan florecieron y caye-
fueron la excusa perfecta para que otras ideas suyas quedasen des- ron imperios, n acieron y murieron religiones e ideologîas y la
cartadas. Fue una verdadera lastima, porque cuando no se dedica- ciencia y la tecn ologfa han transformado nuestros horizontes inte-
ba a calcular cuantos angeles podrian bailar e n la punta de la es- \ectuales y casi cada uno d e los aspectas d e la vida cotidiana h asta
pada de Aquiles. su otro gran pretendido defecto -el d e tomarse hacerlos irreconocibles. Pero si de esc inmen so mar cambiante
demasiado en serio a Homero- Jo elevaba muy por en cima del pudiésemos escoger un solo reman so de estabilidad, un aspecto
horizonte inte lectual de la mayorfa d e sus contemponineos. Glad- de la vida que debe de habe r permanecido intacto desd e la épo-
stone no crefa que el relato de Homero fuese una descripcion ca d e Ho m ero -incluso desde tiempo in m e m orial -, seguramen -
exacta de acon te cimientos hist6ricos, pero a diferencia de sus crî- lc seria el placer por los exuberantes colores d e la naturalcza: el
ticos entendiô que los poemas homéricos eran un esp~jo del co- azul d e l cielo y del mar, el r~jo inte nso del atardecer y el verde d e
nocimie nto, las creencias y las tradiciones de aquel tie mpo y, por las h~jas recié n cortadas. Si hay una ffase estable coma una roca
lo tanto, una fue n te historica d e e norme valor, una mina de d atos en el devenir de la experien cia humana, scguramente seria esta
para estudiar la vida y el pensamiento de la Grecia antigua y una l'tem a pregunta: «Papa, (por qué e l cielo es azul?».
autm·idad fidecligna precisamcnte porque su autor no cra cons- La principal caracteristica de una cabeza excepcional es su ca-
ciente de ello, p orque no se dirigfa a la poste ridad, sino a sus pacidad de poner en entredicho lo que parece evidente y el anali-
contemporaneos. El minucioso an alisis de Gladstone sobre Jo que sis de Gladstone sobre la lliada y la Odi.sea no p ermite albergar la
el poe ma di ce y -acaso mas importan te- sobre Jo que n o dice le men or eluda de que e n las descripciones homéricas del color suce-
pennitio hacer imponantes d escubrimientos sobre el mundo cul- dia algo raro. El ejemplo mas llamativo es quiza la manera e n que
tural de los antiguos gricgos. La mas sorprendente d e sus intuicio- llnmero se re feria al color del mar. Probable mente la frase mas
nes tenfa que ver con ellengu~j e homérico del color. 1;1mosa d e toda la Jliada y de toda la Odi.sea, que todavia hoy dia es
Para quienes estan acostumbrados al tono aburrido e insipido moneda corriente, sea ese epiteto inmortal d e «mar vino oscuro».
de los textos académicos contemporaneos, la lectura del capftu- l'ero con sideremos por un momcnto esta descripcion con mima-
lo de Gladstone sobre el color es un auténtico embeleso, porque r iosa lit.eraliclad gladstoniana. Segùn parece, <<VÏno oscuro» es una
pane d e ma nifiesto un cerebro e xtraordinario. El lector se queda interpretacion proccdente de la traduccion , pucsto que Jo que
sobrecogido ante la origina lidad, e l aplomo y la abrudcza del ana- rl'almente dice Homero 'es' oinops, que literalme nte significa <<d e
lisis, asi como ante la estimulante sospecha d e que , por mas que ;tspecto vinoso» ( oinos es <<Vino» y &jr es la raiz <<Ver>•). Pero ~q ué
su propia <~rgumentaci6n ava nce, Gladstone siempre va dos pasos trlacion tie ne el color d el mar con el vino? Pa ra salir del paso e
por deJante, y por mas objeciones que intente hacerle, éllas ha itJl c ntar responder a la scncilla pregunta de Gladstone, los estu-
previsto var ias p aginas antes. Por eso sorprende tanto que la haza- diosos h an sugerido todo tipo d e teorias imaginables e inimagina-
iia de Gladstone termine llegando a tan extraùa conclusion. Por hll's. La rcspuesta mas fre cu e n te h a sido que Homero dehia d e
d ecirlo d e una tù rma un tanto anacronica, afirma que Homero y , dàirse al tono pùrpura carmesi del mar agitado al alba o al an o-
sus contemporaneos pe rcibfan el mundo de manera algo mas pa- ' hcn..-. Por desgracia, nada permite afinnar que Homero u tilizase
recida al blanco y negro que al tecnicolor. c·s1c q>itt'lo para refcrirse e n concreto al m ar al a lba o al anoche-
La pre tensio n de Gladstone d e que el sentido d e l color de los n ·t. ·n11uhié n sc ha sugnirlo, al parecer lotalmente en serin, que a
griegos era diferente del nuestro parece tan inverosfmil que a pri- \TtTs c·l mar ptwdt· pan·n·r rojo debido a diversos tipos de a lgas.

mera vista solo la superan sus ideas de un Apolo cristico o una ( )1 ro t'S iuclioso, dest'S)ll'!'ado a Ill l' la i mposihilidad de pintar e l mar
Leto mariana. (C6mo habrîa podido cambiar un aspecto tan hêîsi- dl· c·o)or rojo, inh'IIIÙ fniiV< '!'I ir c•l viam t'JI anal y alirmc'l que «en las

J.l.
zonas meridionales algunos vinos muestran refl~jos azules y viole- mer lugar, qué se parece al vino seglin Homero: aparte del m ar,
tas, y especialmente el vinagre de los vinos caseros». ùnicamente ... e l buey. Ninguna de las piruetas filologicas de los
No vale la p ena explicar por qué todas estas tem·fas no tienen criticos logr6 d a rle la vuelta a la sencilla conclusion d e Gladstone:
ni pies ni cabeza. Sin embargo, habia otro m étodo para sortear las «La dificultad de combinar estos dos usos en la idea de un color
dificultades, que aplicaron muchos comen taristas con criteria y comün no es p equeïia. El mar es azul, gris o verde. Los bueyes son
que merece alglin comentario. Era el de recurrir al truco de la li- negros, castaïios o pardos».
cen cia poética, infalible en la critica literaria. Un em ine nte clasi- ~0 qué hacer con un nombre de fior como «violeta» (ioei.s),
cista, por ejemplo, se mofo de Gladstone afirmando que <<si un que Homero utiliza p ara designar el colo r ... del mar? (La expre-
h ombre dijese que al trovador le funcionaba mal el 6 rgano d el sion homérica ioeidea ponton se ha traducido de formas diversas,
color por habe r designado el mar con esa vaga palabra yo le res- seglin fuera la musa del traductor, como <<mar violeta», <<océano
ponderfa que al c rftico le funciona mal e l 6rgano de la poesfa••. pùrpura» o •• profundidad de color violeta•• .) ,::Es también licencia
Pero, a fin d e cuentas, la elegan te vanidad de animadversiones d e poé tica Jo que permite que Homero utilicc la misma fior para
los criticos no aguanta la sofisticada lite ralidad d e Gladstone, ya describir las ov~jas en la cueva de los Cfclopes com o «hermosas y
que su solido anâlisis habfa e liminado cualquier posibilidad de que grandes, con espesa lana violeta»? Es de suponer que Homero se
la licencia poética pudiese explicar las singularidades de las des- cstaba refiriendo a ovej as negras por oposicion a OV(jas blancas y
cripciones ho mé ricas del color. Gladstone no careda de ofdo poé- t·sta clan> que las «ovejas negras>>no son verdadera me nte negras,
tico y estaba muy al tanto d el efecto artlstico de loque denomina- si no de color marron muy oscuro , pero ... (Violetas? ~y qué decir
ba <<apelativos forzados d el color». No obstante, también sabia d e otro pas~je de la /liada en cl que H omero aplica el término
que si las discrepancias eran una mera osadfa del poeta, ese forzar .. violeta» a l hierro? Y si los mares violetas, las ovejas violetas y el
los adjetivos debe ser la excepcion, no la regla, pues en caso con- hie rro violcta h an de considerarse como licencias poéticas, c:qué
trario el resultado no es la licencia, sino la confusion . Y median te ltacer con un pasaje diferente, en el que Homero compara el pelo
m étodos que h oy conside rarfamos ejercicios ejemplares de amŒ- oscuro d e Odiseo con el color del jacinto?
sis textual-pero que uno de sus criticos contemporaneos tacho El uso que hace H omero de la palabra chlôros no es menos
d e mentalidad de contador de alubias propia de un ministro d e pcr uliar. En el griego de épocas posteriores, rhlôros significa se n ci-
Economia- Gladstone d emostro que esta vaguedad e n las des- llamente «Verde» (y es este significad o e l que inspiro té rminos fa-
cripciones homéricas del color era la regla, no la excepci6n . Y, miliares e n el léxico cie ntffico, como el pigmenta clorofila y el gas
para probarlo, sei1alo cinco puntos fundame ntales: vndoso cloro). Pero Hom'e ro utiliza la palabra con sentidos que
no parecen muy apropiados para describir el verdor. La mayoria
1. El uso de la misma palabra para nom brar colores q ue nosotros <k las veces, chlôros denota rostros palidos por el miedo. Si bien
consideramos escncialmcnte distintos. <·s to podria ser solo una metâfora, tambié n utiliza chlôros para des-
2. La desoipci6n del mismo objc to con acljctims de color que ' ri bir ramitas recién cortadas y para el garrote de m adera de olivo
discrepaban en tre sf. de los Cfclopes. En la actualidad tanto las ramitas como la made-
3. El exiguo uso del colo r y su auscnda en algunos casos en los
l a de olivo nos parecerian marron es o grises, pero con un poco d e
que cabrfa esperarlo.
lnwna voluntad podriamos concederle a Homero el beneficia
4. El gran predominio de las formas mâs rudimentarias y elcmen-
dt· la duda. Sin e mbargo , esta bue n a voluntad roza el if mite cuan-
ta lcs d el color, el blanco y el negro sobre todas las demas.
5. El escaso vocabulario sobre el color e n Homero. du n·t· ur-rc.~ a la misma palabra para describir la mie l. Que levante
la mano quien haya visto all-{una vez miel de color verde.
A continuacion apoy6 estos p untos con mas de tre in ta p<iginas i'l'I'O Jas prut'has CJIIl' prt'pan') (;ladstonc llO han hecho mas

de ~jemplos,de los cuales citaré solo unos pocos. Vt·amos. en pri- ljll<' <'111111'/.i\1'. Su ~;co~ullclo purrlo din· qui' llonwro a mt'rllulo cks-
cribe el mismo objeto con términos de color incompatibles. Por No es que a Homero no le inte rese la naturaleza: al fin y al
~jemplo, el hierro es «violeta•• en un pasaje, «gris» en todas partes cabo, esta considerado como un agudo observador del mundo y
y en otra ocasi6n Jo denomina aithôn, una palabra que, por Jo de- se Jo admira por sus expresivas analogias con elaboradas descrip-
mas, suele aplicar al color de los caballos, los Icones y los bueyes. ciones de animales y fenomenos naturales. Describe asf, por ejem-
El tercer punto de Gladstone es la sorprendente ausencia de plo, el avance de los guerreros hasta ellugar de reunion:
color en los vibrantes versos de Homero. Basta con hojear an tolo-
gias de poesfa maderna para darse cuenta de que el color salta a Como enjambres de moscas apiiiadas
la vista. 2Hay algtin poeta que no se haya inspirado en los verdes que de côncava roca van saliendo
campos y en el cielo azur celeste? c:Qué poeta no firmarfa estos siempre de nuevo y vuelan en racimo
versos en los que Juan Ramon Jiménez celebra los colores de la sobre las flo res de la prirnavera,
primavera?: y en bandadas estin revoloteando
aquf las unas y alla las otras.
En el pai~je yerto
de mayo, que un sollanguido encandila Los grupos de soldados que avanzan ruidosamente por la lla-
-cristal violeta y vano, nura son
entre nubes de cal y de ceniza-,
sobre una rama aün scca, ... cu al de aves aladas
un pajarillo, triste, pla. bandadas numerosas de ocas, grullas
o de cisnes, que el cu ello tienen largo,
-iQué b<ti6n, pt·imavera g-ris, ha dado en la pradera de Asia, a los dos lados
el anwr hoy! iDkhas de las corrientes del rio Calstro,
que un momen to brillaron, cielo azul aquf y allâ van revoloteando,
entre redondas nubes amarillas; hacienda alarde, ufanas, de sus alas,
cômo os abarca el p~jaro pequerïo segùn se van posando con estr uendo,
con su müsica lfvida de espinas! de forma que retumba la pradera.

Goethe escribi6 que nadie puede ser insensible a la llamada Homero tenia buen ojo para los juegos de luccs, para todo Jo
de los colores que se esparcen por toda la naturaleza. Sin embar- c JI t<~ brilla, destella y relucet
go, parecc ser que Homcro era precisamente eso , inse nsible. Vea-
Cual devastador fuego bosque inmenso
mos c6mo describe los caballos. Para nosotros, explica Gladstone,
de una montana en las cumhres abrasa
«el color cs tan importante en los caballos que al describirlos pa-
y el resplandor de lejos sc divisa,
rece imprescindible aludir a é l. Lo curioso es que en las animadas asf a través del éter hasta el cie lo
y hermosas descripciones de caballos que hace Homero, aunque llegaba el fulgor resplandeciente
amaba tanto estos animales que no se cansaba de recurrir a ellos que despedfa el divino bronce
con fines poé ticos, el color tenga tan poca importancia••. Su silen- de los guerreros seglin avanzaban.
cio con respecta al color del cielo es aûn mas sorprendente. Aquf.
dice Gladstone: «Homero te nia ante sus ojos el ejemplo mas per- ( :laclstnm· dice que las comparaciones de Homero muestran tai
fe cto de azul. Sin embargo, ni una sola vez describe el cielo. Su tùtut·;r.a dt· im<i.genes hrillantes CJUC cahria esperar que utilizara a
cielo es estrellado o vasto, o inmenso, ode hierro ode cobrc, pero tllt'lliUio tamhit'•JI d rolor. Sin cmhaq.{o. aunque cuando describe la
nunca azuh. C'1U'I'IIil t'li flllt' ( ;orgitit'm , Iras n·dhir 1111 llt·chazo t~n pleno pccho,

.n
... echo hacia un lado la cabeza toda lector d e mente abierta deberîa aceptar que se trata de algo
cornu la adormidera que en e l hunto mas que meras licencias poéticas. Solo cabe llegar a la conclusion de
esta cargada de su propio fntlo que la relacién de Homero con el color esta seriamente perturbada:
y de las lluvias de la primavera, es cierto que habla a menudo de luz y resplandor, pe ro pocas veces
supera la escala de los grises y saca a relucir el esplendor del arco iris.
e l color escarlata de esta flor ni siquie ra se insint'la. Las flores pri-
Cuando menciona colores, a me nudo son vagos y muy contradicto-
maverales e n el campo pueden ser multi tud, pero no se nos indica
rios: su mar es de co lor vi no y, si no, violeta, co mo sus ovejas. Su miel
su color. Quiza el campo sea «fé rtil en trigo» o esté «hûmedo por
es verde y su cielo meridional es cualquier cosa m en os azul.
la lluvia del vcrano>>, pero su color nunca trasciende. Sus colinas
Seglin una leyenda posterior, al parecer Homero, como cual-
pueden ser «frondosas» y sus arboles «dan sombra» 0 son «grue-
quier bardo que se precie, era ciego. Pero Gladstone lo rechaza
SOS» u «Oscuros», pero nunca verdes.
de piano. Las descripciones d e Homero - en todo, salvo el co-
El cuano punto de Gladstone es el enorme predominio d e
lor- son tan vfvidas que un hombre incapaz de ver el munda no
<•las formas mâs crudas y elementales d el color» -blanco y ne-
podrîa haberlas concebido. Ademas. G ladstone demuestra que las
gro- sobre todas las demâs. Comenta que H omero utiliza el ad-
rarezas e n la Iliada y en la Odisea no pudieron de berse a proble-
jetivo mela.~ (negro) unas ciento setenta veces en los poemas yeso
mas de Ho me ro a tftulo persona!. Para empezar, si el trastorno de
sin contar las ocasiones en las que a parece e l verbo «e nnegrecer»:
Homero hubiese sido una excepci6n entre sus conte mporaneos,
Cualt·izadura sohre el mar vertida sin duda sus descripciones defectuosas les h abrian sonado mal y
del Zéfiro hace poco levantândose, se las h abrfan corregido. Pe ro no fue asî; sinoque, segùn parcce,
por cuya causa la mar e nncgrece. siglos después todavfa quedaban rastros de esas mismas rarezas
en tre los antiguos griegos. Por ejemplo, «pelo de color violeta»
Las palabras que significan «blanco» aparecen unas cien ve- aparece en poemas de Pfndaro dm·ante el siglo v a.C. De hecho,
ces. Frente a esta abundancia, la palabra eruthms (rojo) aparece <~l adstone muestra que las d escrip ciones del colo r en auto res grie-
trece veces, xanthos (amarillo) a p enas diez, ioeis (violeta) seis y ~os posteriores, sin ser ta n def-icientes como las d e Homero, <<se-
ou·os colores todavîa menas. g-uian siendo vagas e indelinidas, hasta e l punto de que ahora las
Por ûltimo, Gladstone hurga en los poemas homéricos en bus- califi carfamos de sorprendentes» . Por eso, tuera Jo que fuese lo
ca de lo que no aparece y descubre que ni siquiera hay rastro de que le sucedfa a Homero, afectaba t.arnbié n a sus contemporaneos
algunos colores primarios que, coma af1rma, «la naturaleza esta- c incluso a generaciones p osteriores. (Cérno explicarlo?
b lecié para nosotros». Lo que mas sorprende es la ausencia de
términos que pudiesen significar .. azuh . En los poemas aparece la
palabra kuaneos, que en el griego de épocas poste riores signific6
azul, pero que para Homero segurctmente significaba <<oscuro», ya La solucién que Gladstone propuso par<~. este enigma fue una
que no la utiliza ni para el cielo ni para el mar, sino para d escribir idca tan radical y extrafia que incluso él mismo dudé seriamente si
las cejas de Zeus, el pelo de Héctor o una nube oscura. El verde .1trcve rsc a plasmarla en su libro. Veinte anos después recordarîa
también aparece poco, dado que el témlino chlôrossuele aplicarse IJIIC s<>lo sc d ecidi6 a publicarla <
<tras habe r sometid o los hechos a
a cosas que n o son verdes y e n los p oemas no h ay otras palabras pwn·s muy capacitados, porque el caso parecfa abierto a preguntas
que puedan representar este color, el mas comun de todos. y en de cnonne in terés sobre la estructura general de los érganos huma-
la paleta de Homero tampoco parece h aber ning(m equivalente a ltcts, asi romo a las ky<'s dd crecimicnto h ereditario». Loque hace
nuestros n aranja o rosa. ~~~ pmput·sla 10davfa u~;is asomhrosa es el hecho de que nunca ha-
Una vez que Gladstone termina su enumeraci6n de prudms, hia t•sntrhaclo hah\ar clc·l clallunismo. Si hien, como wrcmos, este

.tu
trastorno no tardaria en ser muy conocido, en 1858 la mayorfa de de esta manera sf tiene sentido que se utilice chlôros para describir
la gente no sabfa loque era el daltonismo, e incluso los pocos espe- miel (amariUa) o rami tas recién cortadas (marron).
cialistas que tenîan noticias de él apenas entendian a qué se debfa. Gladstone es muy consciente de que la idea que propane es
Y, sin embargo, aunque no utiliz6 el término, lo que Gladstone su- muy raray por eso trata de hacerla mas aceptable e ch ando m a no
girio fue ni mas ni menos que los antiguos griegos eran daltonicos. de una explicaci6n evolucionista sobre como la sensibilidad a los
Sugirio que la sensibilidad a las diferencias de color es una colores podrfa haber ido en aumento a lo largo de las generacio-
capacidad que solo ha evolucionado del todo en los ültimos tiem- nes. Seiiala que percibir el color nos parece natural porque du-
pos. Segun sus propias palabras, <<en los griegos de las épocas he- rante milenios la humanidad h a ido «educando la \;sta» progresi-
roicas el organo del color y sus impresiones estaban desarrollados vamente: «Percepciones tan naturales y habituale s para nosotros
solo en parte». Los contemporaneos de Homero vefan el mundo son el resultado de un lento desarrollo de tradiciones en e l cono-
basicamente como oposici6n entre luz y oscuridad y para el los los cimiento y en la formacion del ôrgano humano, que se iniciô mu-
colores del arco iris cran modalidades indeterminadas entre am- cho antes de que ocupasemos nuestro lugar en la evoluci6n de la
bos extremos, el blanco y el negro. 0, para ser mas exactos, vefan humanidad». La capacidad del ojo para percibir y apreciar dife-
el mundo en blanco y negro con una pincelada de n~o, ya que rencias de color puede mejorar con la practica y estas mejoras
Gladstone admitia que el sentido del color empezaba a desarro- adquiridas se transmiten luego a la proie. Asi, la siguiente genera-
llarse en tiempos de Homero y a incluir los ton os rojos. Esto podfa rion nace con mayor sensibilidad al color, que puede m~jora1· to-
deducirse del hecho de que ellimitado vocabulario homérico so- davfa mas con la practica. Estas mejoras consecutivas van legândo-
bre el color tiende hacia el n~o, y, a diferencia de lo que sucede se a las siguientes generaciones, y asf sucesivamente.
con otros colores, suele utilizar eruthros para designar solo cosas Cabrfa preguntarse por qué esta progresiva mejora de la vi-
rojas, como la sangre, el vino y el cobre. sion cromâtica no se iniciô mucho antes de la época homérica.
Gladstone sigue diciendo que el hecho de que la percepcion Por qué el proceso tard6 tanto en iniciarse, teniendo en cuenta
del color todavia no esté desarrollada puede explicar por qué Ho- que desde tiempo inmemorial todas las cosas brillantes y benno-
mero concebia de forma tan intensa y poética la luz y la oscuridad sas nos han saltado a la vista. La respuesta de Gladstone es un
mientras que era muy hennético con los colores del arco iris. Es 14olpe maestro de ingenuidad, pero ademas parece tan extrana
mas, los epftetos aparentemente imprevisibles de Homero con res- como la circunstancia que trata de explicar. Su teorfa era que el
pecto al color <<se entenderan ahora perfectamente y nos daremos mlor -como abstracci6n al margen del o~jeto coloreado- solo
cuenta de que el poeta los utilizaba, desde su punto de vista, con puede interesar cuando ~-'e conocen las pinturas y los tintes artifi-
mucha fuerza y eficacia», ya que si consideramos que el «violeta» o ( ialcs. Asf pues, apreciar el color como cualidad independiente
el «Color vino•• no describen tonos concretos, sino matices de la dt· un material concreto solo pudo desarrollarsc a la vez que la
oscuridad, las expresiones como <<oveja violeta» o <<mar vinoso» • aparidad de manipular artificialmente los colores. Y seii.ala que
dejan de parecernos extraiias. Del mismo modo, la <<miel verde» de l'sa capacidad apenas existfa en tiempos de Homero: el arte del
Homero se vuelve mas apetecible si asumimos que loque vefan sus lilllt' estaba aun en paiiales, todavia no se cultivaban las flores y
ojos era una especie de luminosidad, no un color concreto del • ;1si todos los objetos de colores vivas que para nosotros son hahi-
aren iris. Desde el punto de vista etimol6gico , chlôros deriva de una lrr;ilcs brillaban por su ausencia.
palabra que significa <<hierbajoven» , que define un verde claro. Esta cscasez de colores artificiales es particularmente llamati-
Pero si la distinci6n entre verde, amarillo y marron claro apenas \a c·n d caso del azul. Por supuesto, el cielo mediterraneo era
empezaba a percibirse en tiempos de Homero, entonces la princi- iKual de 1.afiro en tit'tnpos de Homero y la Côte igual de Azur.
pal asociaci6n de chlôros no habrfa si do el verdor de la hit~rha _jo- l'c -rn 111 il'tlll'iiS q lit' 111 u·st ros ojos <'st;În satu rad os por infinidad de
ven, si no mas hien su palidez y su frescura. Gladstone concluye qut' ohjc·twr tan~otihks cie• C'olcu aliLI, c·n toclos los tonos ima~inahles,

c:n .1
desde el azul claro al azul marino, en los tiempos de Homero po-
dian pasarse la vida sin ver un solo objeto azul. Gladstone explica
que los ojos azules eran poco frecuentes, casi naclic conocîa los
tintes azules, muy dificiles de fabricar, y las flores naturales de este
color también son escasas.
Gladstone llega a la conclusion de que el mero h ec ho de estar
expuesto a los caprichosos colores de la naturaleza acaso no sea
suficiente para que la vision cromatica empiece a desarrollarse.
Para que este proceso se inicie, el ojo tiene que estar expuesto a 2
una gama progresiva de tonos y matices. Lo explica asi: «El ojo
puede necesitar acostumbrarse a un sistema ordenado de colores Una pista falsa de onda larga
para adquirir la capacidad de diferenciarlos entre si». En tiempos
de Homero, con tan poca experiencia e n la manipulacion y el
control de colores artificiales y con tan pocas razones para pensar Durante el otoiio d e 1867 distinguidos naturalistas de toda
e n el color de los materiales como una cualidad independiente, es ,\lemania se reunieron en Frankfurt para celebrar la A-;amblea de
probable que la m~jora progresiva de la percepci6n del color ape- 1\aturalistas y Médicos Germanos. El momento era apasionante:
nas se hubiese iniciado. «El 6rgano que recibio Homero estaba 1'1 mundo de 1867 se parecfa poco al de nueve aùos antes, cuando
au n en su infancia, pero en nosotros ya se ha desarrollado. Y se ha ( ;!adstone habfa publicado su Studies on H orner, pues entretanto
desarrollado tanto que cualquier nino de tres anos de nuestras hahfa aparecido El migen rie las esfJeâes y el darwinismo habia con-
guarderias conoce -lu que equivale a rlecir que ve- mas colores quistado a todo el mundo. En aquellos dfas vertiginosos de la re-
que el fundador del sublime oficio de poeta.» wluci6n darwiniana, Jo normal era que los cicntfficos se re unie-
~Qué pensar de la teoria de Gladstone? El veredicto de sus t;ut para plantearse infinirlad de ideas curiosas sobre asun tos evo-
contemporaneos fue inequivoco: recibieron sus afirmaciones con lutivos, pero el te ma anunciado para la confercncia de la sesiôn
hurlas gcneralizadas como fantasias de una persona obsesiva y con dt· dausura de aquella asamblea seguramente result6 extrailo in-
poca imaginacion y rechazaron sus extranas propuestas sin con- • luso para los cxigentes requisitos del momenlO: «Sobre cl senti-
remplaciones como licencia poética, como prueba de la legenda- do del color e n épocas primitiva..o;; y su evoluci6n». y todavia mas
ria ceguera de Homero o ambas cosas a la vez. Sin embargo, si lo llts•·,Jira que e l tüulo era la ïdentidad del joven que se clirigiô al
observamos de forma retrospec tiva, el veredicto no es tan tajante. .11ril, ya que el honor de pronunciar el discurso final de la ~sam­
En algunos aspectos Gladstone tue tan exacto e intuitivo que no l•ll'a k~ correspondio a alguien que no era ni naturalista ni médi-
seria correcto catalogarlo como mero adelantado a su tiempo. e ••: a un judlo ortodoxo y treintaùero.

Mas justo seria decir que su analisis fue tan brillante que partes l.o cierto es que el fil61ogo Lazarus Geiger tenia poco de con-
significativas de él, sin cambiar una sola palabra, pueden conside- lrllcional. Naciô en 1829 en una distinguida familia de rabinos y
rarse un buen compendio de los conocimientos actuales en la ma- c·t~tditos de Frankfurt. Su tio, Abraham Geiger, era el dirigente
teria, ciento cincuenta anos después. Pero en otros aspectos st~ dd movim it.•tHo rdormista que impuls6 la transformaciôn de los
extravi6 por completo. Uno de sus errores mas graves fueron sus p11ltos t'li la Alemania del siglo XIX. Lazarus no compartia la afi-
propuestas sobre la relaci6n entre lengua y percepciôn, aunqut' ' 11111 ck su llo por modernizar la religion, pero, aunque en las

sin duda no fue el unico en equivocarse. Los filôlogos, los antro- • cwsl iont·s pr;kticas insistf<t t'li obedecer estrictamente las leyes de
p6logos e incluso los naturalistas necesitarfan <k<:adas para lih<·- '" tl'ligic.lll altn·stral, ('Il las inlc·kcluaks remontaba e l vuelo y sus
rarse de un error: la suh<'stimaciùn del podt'r dt· la ntltura. tdc·;ls ('J'ali lltlldto lllit'l illlllan·s 'JI"' las dd m;Îs liheral dt• sus nm-

Il
temporâneos, tanto judios como cnsuanos. Sus investigaciones del Antiguo Testamento. El cielo es tan importante en la Biblia
lingüfsticas lo habfan llevado a la conclusion -mucho antes de qu e aparece e n e l versfculo iniciai-·· En e l principio Dios creo los
que se conocieran las ideas d e Da rwin- de que el le nguaje pm- cielos y la tierra»- y después en cientos de lugares m as. Y como el
p orcionaba pruebas de que el h ombre descendia de un estado g riego h omédco, el hebreo bfblico carece de palabra para el co-
semia nimal. lor azul. Otras descripciones d e colores e n e l Antiguo Testamento
Geiger era de una erudicion asombrosa. A los siete ailos d~jo a muestran tambié n d efi ciencias muy similares a las de los poemas
su m adre que le gustaria aprende r •• todas las le nguas» y durante de Homero. Los bueyes homéricos son de colo r vino y la Biblia
su corta vida -muria a consecuencia de una enferm edad cardia- habla d e un <<Caballo n~jo » y d e u n a <<vaquilla roja sin mancha».
ca a los cuarenta y dos anos-logr6 acercarse mas que n adie a sus Homero h abla de rostros •<verdes d e terror» y el profetajeremfas
deseos. Pero Jo que le otorg6 talla de pensador fuc la combina- vc que todos los rostros se ••volvieron verdes>> de p anico. Ho mero
ci6n d e sus enormes conocimientos con un fhûo aparentemente alaba la <<verde miel » y los Salmos no se alc:;jan mucho en •<las alas
inagotable de audaces teorfas originales, en especial sobre el desa- •le una paloma banadas de plata y sus p lumas de d estellos de oro
rrollo de la Iengua y la evoluci6n de la razon humana. Y fue del verde••.* De ma nera que sea cu al sea e l trastorno que dio lugar a
evolucionismo de lo que habl6 en una confe ren cia ante los cien- las deficiencias en las descripciones homérica" del color, todo
tificos que se h abfan reunido en su ciudad natal en septiembre de hace suponer que los autores de los Vedas indios y de la Biblia Jo
1867. Inici61a charla con una provocadora pregunta: «~Tiene his- padecfan también. De hech o , Geiger dice que toda la humanidad
toria la sensacion , la percepcion d e los sentidos e n el ser hu mano, dcbio d e padecer dicho trastorno durante milenios, ya que las sa-
funcionaba n los organos sensoriales del h ombre de la misma ma- ~as isla ndesas e incluso el Coran mucstran rasgos similares.
nera hace miles de aJÏos que ah o t·a o quiza podemos demostrar Pero Geiger sôlo esta empezando a tomar impulso. U na vez
que e n algùn perfodo remoto esos organos e ran e n parte incapa- .unpliados los puntos d e Gladstone , se sume rge e n las lurbias pro-
ces d e funcionar como hoy e n dfa? ». fundidades de la etimologia, u n am hito del que se h a apropia do
Los descubrimientos de Gladstone habfan despertado la cu- 1H 1r completo y en el que navega con m as confianza que ninglin

riosidad de Geiger por ellengu~j e del color. Mientras que buena 111 ro de su época. Muestra que las palabras que nom bran el co lo r
parte de los contemporaneos d el britanico rechazaron sus pro- .twl en las lenguas europeas m odernas derivan de dos fuentes: la
puestas sobre la incohere ncia d e los colores e n Homero, a Geiger tnitwria, de palabras que antailo sign ificaban verde y, la m ayorfa,
lo llevaron a investigar las descripciones de l color en textos a nti- c le- palabras que significaban negro. Y anade que esa misma füs ion de
guos de otras culturas, y Jo que descubrio se parecfa mucho a las .t1ttl y n egro puede observarse e n la etimologfa de azul en lenguas
rarezas d el gran poeta gdego. Geiger describi6 asf, por ejemplo, tn;is lejanas, como cl chino. Esto sugiere que en un perfodo remo-
los antiguos poemas Vedas, en especial su representaci6n del cie- le 1 de la h istoria de tod as las le nguas, el color azul todavfa n o esta-
lo: «Estos himnos, de mas de diez mil versos, estan llenos de des- ll.t rt'conocido como con cepto ind ividual y formaba parte del ne-
Ciipciones de los cielos. Pnicticamente ningun otro tema se evoca !:• o o del verde.
con mayor frecuencia. El sol y e lj uego de colores de l rojo atarde- <;(·iger signe sondeando e n e l pasado e timol<)gico hasta llegar
cer, e l dia y la noche, las nubes y e l rela mpago, el aire y el é ter, . 1 c ;tpas s uhyacentes al estadio ante rior a l azul. Argumenta que las

todo eso se despliega ante nosotros una y o tra vez, con vivida y p.tLthras que describen el color ve rde se remontan to davfa mas en
esplendorosa plenitud. Pero h ay una sola cosa en estas antiguas 1.1 ;~uti~ïu ·clad que las del azul, pero que en un m om ento dado
can ciones que nadie aprenderfa si no la supiese ya, y es que d
~ L• rn; tyor ia cie l;~s 1rad un itJIH'S hihlin1s pasan de puntillas sobre rare;r.as
cielo es aztli». Asf que Homero no fue el unico que no veîa el co-
111111 01 nia cid .. (11'0 Vt'l'dc• , (.'\;dUI<IS liH: I:\) y ll'<l tlS{(mnan el ac\jctivo j?"li(1_' en
lor azul, porque tampoco lo h abfan visto los a ntiguos poetas in- , ollll .tollln ... l'c•lot la C'limuiiiJ(Iil oil· l;1 pala bra provic ' llC' cl!' plantas y ho jas, a ) iguaJ
dios ni, seglin parec:e, Moisés o quicnquit-ra que fuese el esrritor 'Ji"' ,.J '"'""" l"'""~ril'o.

" ·' Ill


también desaparecen. Plantea un perîodo todavia mas lejano, an- color y su expresion en el lenguaje. <<~Cmiles serian las condicio-
tes del estadio preazul, en que el verde aun no era un color dis tin- nes ffsicas de una generacion que describia el color del cielo solo
to del amarillo. Y sugiere que todavia mas atras ni siquiera el ama- como negro? ~Es posible que la diferencia entre ellos y nosotros
rillo era loque hoy nos parece, puesto que las palabras que poste- esté solo en la manera de nombrarlo o también lo esta en laper-
riormente significarian amarillo derivan de otras que definîan cepcion?>>
colores rojizos. En el periodo preamarillo «Se pone claramente de Su respuesta fue que es muy poco probable que personas con
manifiesto el dualismo del negro y el rojo como el estadio mas la misma vista que nosotros pudieran equivocarse tanto en los
primitivo del sentido del color». Pero ni siquiera el estadio del conceptos relacionados con el color. Y como es poco probable,
rojo es el inicial, puesto que Geiger afirma que con la ayuda de la sugiere que la {mica explicacion verosfmil es que los defectos en
etimologia es posible retroceder un poco mas, hasta un tiempo en el vocabulario del color de los antiguos tenfan una base anatomi-
el que «incluso el negro y el rojo estaban fusionados en una vaga ca. Geiger concluye su conferencia lanzando el gttante al audito-
idea de algo con co lor».* rio y desafiandolo a encontrar la explicaci6n: <<El hecho de que las
Con la ayuda de unos pocos textos antiguos y basândose {mi- palabras sobre el color fuesen surgiendo por etapas y de que lo
camente en deducciones a partir de tenues rastros etimologicos, hiciesen en el mismo orden en todas partes debe tener una causa
reconstruye una secuencia cronologica completa de la aparicion comun». De modo que era tarea de los naturalistas y los médicos
de la sensibilidad a diferentes colores del arco iris. Afinna que el descubrir la evoluciôn de la vision cromatica.
ser humano mejoro su percepcion del color <<en funcion del es- Tal como veremos mas adelante, poco después de la conferen-
quema del espectro del color»: primera surgieS la sensibilidad al ria de Geiger empezaron a surgir inesperadamente pistas que, si
n~jo, luego al amarillo, luego al verde y solo al final al azul y al via- alguien les hubiese prcstado atenci6n. habrfan podido llcvar a
Jeta. Lomas asombroso es que esta evolucion parece haberse pro- una explicacion totalmente distinta de los descubrimientos de
ducido exactamente en el mismo orden en diferentes culturas del <;ladstone y Geiger. Las notas de este ultimo sugieren que c ra
mundo. Por lo tanto, en manos de Geiger los descubrimientos de <"onsciente de esas pistas y que habfa empczado a darse cuenta de
Gladstone sobre las deficiencias del color en una cultura antigua Sll irnportancia. Pero nmrio in mPflia vila, solo tres anos d espués

se convierten en un escenario general sobre la evoluci6n del sen- de su conferencia, cuando estaba en plena investigacion del le n-
tido del color en toda la especie humana. t4ll<~je del color. Por eso, las pistas pasaron inadvertidas y durante
Geiger supero a Gladstone en otro aspecta decisivo. Fue el las décadas siguientes se siguio el rastro de una que era cautivado-
primera en plantear la cuestion fundamental que centraria el de- ra, aunque resultô ser fafsa:
bate entre naturaleza y cultura en las siguientes décadas: la rela-
ci6n entre loque el ojo puede ver y loque la lengua puede descri-
bir. Gladstone se habia limitado a dar por hecho que los colores
en la lengua de Homero se correspondian exactamente con las La persona que decidio aceptar el reto de Geiger fue un oftal-
diferencias que los ojos podfan percibir. Nunca se le ocurrio que •n«'>logo llamado Hugo Magnus, profesor de medicina ocular en la
pudiese haber discrepancia entre am bos. Pero Geiger se dio cuen- llltivcrsidad prusiana de Breslau. Una década después de la confe-
ta de que era preciso aclarar la relacion entre la percepcion del rt'ncia de Geiger, en 1877, public6 el tratado Die Entwickelung des
/·(nbf•nsirmPs [De la evolucion hist6rica del sentido del color] , que
* Geiger parece algo confuso acerca de si el blanco y el nq~;ro ddwrîan prt'l<'lldia explicar con exactitud camo la retina humana ha ido
considerarse autént.icos colores y de cômo se rclacionan con los conn~ptos 111;i.~ dt•s;uTollauclo la sensihil idacl al color en los ultimos milenios. Se-
generales de luz y oscuridad. En esto su anâlisis representa 1111 n·troc c·sn l'on
~III';IJII('lllt' Magnus 110 hu· 1111 pt'nsador dt· la talla de Gladstone y
respecto a la ruagislral descripdon de Gladstone sohn·la primada ck l01 lu1 sohn·
la osc:uriclacl c·n lloml'rn. 1 ;dg<'r, pno c·ompc·n~aha 1111 Ialta dt• ~rnio trahajanclo duro y le

...
corresponde el mérito de que la cuestion del sentido del color en Pero el caso no acabô ahi, ya que un Sherlock Holmes de carne
los antiguos llegase a ser de dominio publico. La campana que y hueso, especialista en anatomfa ocular de la Universidad de Upp-
emprendio para divulgar sus ideas se vio favorccida por una serie sala, propuso una hipotesis alternativa sobre las causas del acciden-
de acontecimientos que nada tenfan que ver con inquietudes filo- te. Frithiof Holmgren sospechaba que la razon del inexplicable
logicas, pero que sacaron a la luz pt1blica el problema de la vision proceder del tren que avanzaba en direccion norte fue que cl con-
cromatica defectuosa tras un estrepitoso aldabonazo del destina. duc tor o el maquinista, a quien habîan ofdo gritar al conductor
La noche del 14 de noviembre de 1875 dos trenes expresos ruanda pasaban por la estaci6n, confundio la luz roja con una luz
suecos chocaron en la via {mica que unfa Malmô y Estocolmo. El blanca, la que les permitfa seguir, porque padecfa algun tipo de
tren en direccion norte iba con retraso y debfa hacer una parada daltonismo. Tanto el maquinista como el conductor habfan muer-
no prevista en una pequeiia estacion para que el tren en direccion to en el choque, de modo que la sospecha no pudo verificarse di-
sur pudiese pasar. Red~jo la velocidad a medida que se acercaba a rectamente. No es necesario comentar que las autoridades ferro-
la estacion, pero de repente, en lugarde obedecer las indicacio- viarias negaron rotundamente que cualquiera de sus empleados
nes de la luz rqja y detenerse del todo, acelero y pasô de largo hubiese podido tener problemas para distinguir los colores de las
hacienda caso omiso al guardagt~jas, que corrfa desesperado agi- seii.ales sin que lo hubieran detectado antes. Pero Holmgren insis-
tando su !interna. Unos kilometras después, cerca del pueblecito tiô y al final consigui6 convencer al directm· de una lfnea de ferro-
de Lagerlunda, chaco frontalmente con el expreso que avanzaba carril sueco de que Jo llevase en un vi~je de inspecci6n y le permi-
en direccion sur. El accidente causô nueve muertos y muchas he- tiera revisar la vista a gran cantidad dd personal.
ridas. Como por entonces el ferrocarril llevaba poco tiempo fun- Holmgren habîa diseii.ado un test sencillo y eficaz para detec-
cionando, este tipo de catastrofes era objeto de horrorizada fasci- tar el daltonismo, que consistfa en unas cuarenta hebras de lana
nacion y el choque tuvo mucho eco en la prensa. Tras la investiga- de diferentes colores (véasc la figura 1 en el encarte). Se mostraba
cic>n y el juicio posterior, el jefe de estaci6n füe condenado por un colora la persona sometida al test y se le pedfa que selecciona-
negligencia en la seiializacion. despedido y sentenciado a seisme- ra todas las hebras de ese mismo color. Los que seleccionaban
ses de carcel. colores distintos 0 incluso dudaban mas de lo normal quedaban
dcscartados. Entre los doscientos sesenta y seis ferroviarios que
lticieron el test de Holmgren en una sola lfnea de ferrocarril en-
contr6 trece casos de daltonismo, entre ellos un jefe de estaci6n y
1111 conductor. • .
Los peligros reales del daltonismo en una época en la que la
n·d terroviaria creda a toda velocidad fueron evidentes y, en lo
~~ ll"esivo, este trastorno se convirtio en prioridad publica. Era un
t('ma habituai en los peri6dicos y en unos aii.os se cr·earon comités
~11hnnamentales en muchos pafses, Jo cual condt~jo a que todo el
pnsonal de los ferrocarriles y la marina tuviera que superar un
l('st de daltonismo. El elima no podrfa haber sido mas propicio
p;1ra 1111 libro que daba a entender que el dahonismo en nuestros
cl1.as cra un vestig-io de un trastorno generalizado en los tiempos
Olllti~IIOS . Y t'Sia fllt" l'X<I("t<lllH'nle la leorfa que en 1877 propUSO el
olt;~lmc ·, logo liu go Magnns t'Il su t ralado sobre la evoluci6n del
Choque de trenes en Lagcrluncta (Suecia), l H7!l. wntidn cid colnr. 1,o IJIII' c·l innov;~dor capîtulo de Gladstone no

c:H
habfa logrado en 1858 (el capftulo sobre el color estaba escondi- Pero el proceso sigui6 su curso e n los ültimos mile nios, de mane ra
do a l final del tercer tomo y la mayorfa de los lectores no pasaron que poco a poco el verde. cl azul y el violeta pudieron percibirse
del segundo) y lo que ni siquiera la entusiasta conferencia de Gei- nm la misma claridad que e l r~jo y el amarillo. Magnus formula
ger pudo Iograr en 1867, Magnus y el choque d e trenes de Lager- la hip6tesis de que probablemente el proceso seguia en marcha y
lunda lo consiguieron diez aiios después: la evoluci6n del sentido de que en siglos venideros la retina ampliaria tambié n su sensibi-
de la vista se convirti6 en uno de los ternas mas cande ntes de la lidad hasta la luz ultravioleta.
época. La teorfa de Magnus se convirti6 en uno de los ternas cientîfi-
El tratado de Magnus pretendia aportar bases anat6micas, o cos que despcrtaron mas pasiones en aquellos tie mpos y füe obje-
mâs bie n n ervios y cé lulas, a los descubrimientos filol6gicos de to d e gran cantidad de monograffas y decenas de a rticulas en re-
Gladstone y Geiger. Esnibi6 que la percepci6n de los antiguos era vistas especializadas de practicamente todas las disciplinas. Frie-
similar a loqu e los ~jos m o dernos pueden ver e n la penum bra: los drich Nietzsche lleg6 incluso a incluir el daltonismo d e los griegos
colores se apagan e incluso los objetos de colores brillantes pare- en su edificio tilosofico y extrajo de él ideas fundamentales sobre
cen de un gris indetenninad o . Los antiguos percibfan asf el mun- su teologfa y su manera de ver e l munda. Gladstone, que por e n-
do incluso a plena luz del dia. Para explicar la mejora del sentido tonces habla d ejado de ser prim er ministro y estaba e n la cuspide
del color en los ultimos mile nios, Magnus ad o p t6 e l modela evo- de la fama, se sintio complacido al ver que una autoridad cientifi-
lucionista e n el que se h abfa basado Gladstone dos d écadas antes, L t apoyaba con entusiasm o sus descubrimie n tos d e veinte aiios

el perfeccionamiento median te la pnictica. «El rendimiento de la ;mtes y publicaba una reseiia favorable en el popular peri6dico
retina fue aumentando progresivamente gracias a los continuos inglés The Nineteenth Crntury, Jo que supuso que el debate se tras-
rayos d e luz. El estlmulo producido por el incesante martilleo de lad6 a otras revistas de divulgaci6n e incluso a la prensa diaria.
partfculas d e éter füe refinando la capacirlad d e rcspuesta de los La afirmaci6n de que cl sentido del color solo habfa evolucio-
elementos sensibles de la retina, hasta que despertaron los prime- nado en el ùltimo mile nio recibi6 también el apoyo de reputados
ros signos d e percepciôn del color.» La siguiente gen eraciém here- cicntfficos, incluidas algunas de las mâs brillantes lumbreras d e l
dô estas mejoras y aumentô su propia sensibilirlarl con la prâctica, 111ovimiento evolucionista. Alfred Russel Wallace, que descubri6
y asî sucesivamente. «on Darwin el principio d e la evoluci6n par selecci6n natural, es-
Magnu s com bin61as intuiciones de Gladstone sobre la prima- ' rihiô en 1877 que «si la capacidad de distingui r colores aume nt6
da de la o posici6n entre luz y oscuridad con la secuencia cronol6- l ' li el pasado remoto, quizâ podamos conside rar que el daltonis-

gica d e Geige1· para la incipiente sensibilidad a los colores del nto es la supervivencia d e rtn 'trastorno que e n a lgun momento fue
arca iris. Afirm6 que sabla por qué la sensibilidad al color empez6 ';tsi universal; a demâs, e l hech o de que todavia esté tan presente
con e l rojo y evolucion6 progresivamente a todo el espectro. La '1· t~justa a la creencia de que hemos adquirido nuestra aguda per-
raz6n e ra sencillamente que la luz roja, de onda larga, es <<el color e ~'pci ôn y apreciaciôn de los colores en tiempos comparativa m e n-
m as inten SO>>, el mas enérgico. La energia de la luz disminuye a lt' n·rcanos». Otro conversa de a ltos vuelos fue Ernst Haecke l, el

medida que se avanza en e l cspectro desde el roja al violeta y, por ~,,, ·. togo que h ab1a propuesto la teorfa de que todo embri6n resu-
eso, los colores mâs frfos y <<m enas intensos» solo pudieron verse 1111 " d desarrollo evolutivo d e la especie. En una confe rencia ante

cuando la sensibilidad d e la retina hubo aumentado considerable- c-1 ( :luh Cientltico de Viena, e n 1878, Haeckel explic6 que «los
m e nte. En la é poca de Homero la sensibilidad solo habla llegado t CIIIOS Ill aS deJicadOS d e )a retina, que transmitell e l Sentido mâS

al ama rillo: el roja, el nara nja y el amarillo se distingufan con bas- dnado del color, probabkmente sôlo se h an desarrollado de for-
tante claridad, el verde empezaba a percibirse y el azul y el viokta, 111;1 graduai durante los tiltimos milenios».
los colores menas intensos, eran <<todavfa tan opaços c invisihlc·s
para el ~jo humano como lo son hoy los <·olorcs ullraviolctas» ,

fil
EL CUELLO DE LA .JIRAFA no te ndra efecto alguno sobre la vision del color d e nuestros
htjos.
Si analizamos la teorfa de Magnus desde la ventajosa posici6 n Pero, parafraseando a Gladstone, Jo que todo nino de nues-
actua l, no tardamos en darnos c ue nta de que contie ne algunas tras guarderias sabe en la actualidad no era ni remotamente obvio
rarezas y nos preguntamos c6mo fue posible que cie ntfficos tan en e l siglo X IX. De hecho, la creencia de que las caracteristicas
emine ntes las pasaran por alto. Pero debemos pone rnos en la personales formaban parte de la herencia no se considero un
mentalidad de l siglo XIX y recordar que muchas cosas que hoy cuento de hadas hasta bien a\'anzado el siglo xx. A110ra, bajo la
damos por d escontadas, por ejemplo, sobre la ffsica de la luz y la brilla nte luz de neon del lahoratorio de genética, cuando se h a
anatomfa del qjo. eran un miste rio total para los cientfficos de descifrado el genoma hu mano, cuando los cie ntfficos pueden ju-
hace a penas un siglo. La distancia que nos separa de e llos es inclu- guetear con sus pinzas para clonar ov~jas y manipular genética-
so mayor en Jo relativo a l conocimie nto d e la herencia biologica mente la soja y cuando los niiios estudian el ADN en la escuela
o , como la d e n o minamos hoy e n dfa, la genética. Y dado que la primaria, resulta diffcil imaginar la total oscuridad e n la que in-
herencia es e l ~je del debate sobre ellugar de la lengua entre la duso las mentes mas preclaras andaban a tientas hace poco mas
naturaleza y la cuttura, deberfamos como mfnimo intentar situar- de un siglo en lo relativo a la fôrmula de la vida. Nadie sabia qué
nos me ntalme nte en la d écada d e los anos setenta del siglo X IX. I;Kultades podian heredarse y cu;iles n o y nadie te n ia la menor
No es tarea facil, ya que la distancia que nos separa d e ella es casi iclea de los mecanismos biologicos responsables de transmitir las
tan larga como el eue llo de las jirafas. l;tcultades de una generaciôn a otra. En aque llos momentos circu-
T'odos conocemos la l6gica de a lgunas historias fantâsticas: el lahan muchas teorias opuestas sobre los mecanismos de la h eren-
cuello de lasjirafas es tan la rgo porque sus antepasados tuvieron cia, pero en aquella inme nsa nube de desconocimiento parecfa
que estirarlo para alcanzar las ramas mas altas; la trompa del haber solo algo en Jo que todo el mundo estaha d e acuerdo: las
elefante de Kipling es tan larga porque e l cocodrilo le tiro de la lacultades adquiridas duran tc la vida de un individuo podia he re-
nariz hasta que se la alarg6 y las o r~jas del conejo enamorado d e darlas su descendencia.
Ted Hughes son tan largas de tanto escuchar por la n oche loque De hecho, antes de que se h ablase de seleccio n natural, la
la lun a, su enamorada, le decîa d esd e el c ielo. Los ninos de hoy herencia de caracteristicas adquiridas h abia sido el ünico mode lo
en dia no tarda n en darse cuen ta d e que todas esas historias son clisponible para explicar e l origen de las espccies. El naturalista
fabulas sin fundamento. La razôn principal por la que la 16gica lrancés.Jean-Baptiste Lamarck propuso este modelo e n 1802 y ar-
de estas historias se limita a la guardcrfa es una verdad tan uni- gum ent6 que las especit:S èvolucionan porque algunos a nimales
versa lmente aceptada que en la actualidad casi nadie se toma la nnpiezan a ejercitarse de un modo conae to y, al hacerlo, m ~jo­
molestia de explicarla. Todos entendemos que los cambios fisi- ran el re ndimie nto de de te rminados 6rganos. Esta-; m ~joras su ce-
cos que experimentamos en nuestra vida no pasaran a nuestra "i\'as pasan a las siguientes generaciones y al final llevan a que se
descendencia. Incluso si lograsemos alargarnos el cuello, como J • •rmen nuevas especies. Lamarck esc ri bio que las jirafas se acos-

hacen las mt~j eres pa daung de Birmania (Myanmar) colocando- t 11111 braron a estirar el ct1ello para alcanzar las ramas mas al tas "Y
se anillos alrededor, nuestras hijas no naceria n con e l cuello mas c-1 r('sultado de esta costumbre e n todos los individuos d e la espe-
largo. Por muc h as horas que d ediquemos a levantar pesas no • i•·. duran te muchas generaciones, fue que e l cuello se les alargo
conseguiremos que nuestros hijos nazcan musculosos. Si nos pa- 1.1111o que sL~j etaba la cabeza a seis me tros de distancia d e l suelo».
samos la vida frente a la pantalla d e un ordenador nos destroza- F.n I H!)H, Charlt·s Darwin y Alfred Russel Wallace publicaron
remos la vista, pero nuestros hijos no heredaran el dafw. Y si c onjuntanu·nt.e artkulos que suhrayaban la idea de la evoluciôn
educamos )os ojos para distinguir los maS de Jicados matÎCt~S <Jd pnr st'lt·t·t·i•'lll natural y p ropusit·roll lill nwcanismo alternativo a l
colo r podremos llegar a ser grandes expertos en arte, pno t·so d•· la t•voludcin por t~lai'MillliÎt ' llln dd nll'llo: la comhinaci{m dt•

,..
variaciones accidentales y selecciôn natural. Expli caron que la ji- viar su ••mate rial germinal>>al sistema reproductor y, d e este modo,
rafa no llegô a tener el cuello largo por h aberlo estirado constan- la descendencia podrla nacer sin la formula adecuada para for-
te me nte para alcanzar las h~jas de los a rboles mâs altos, sino por- mar e l 6 rgano en cuestion.
que a algunos de sus antepasados, que habfa n nacido accidentai- La cree ncia en el origen hereditario de caracterfsticas adquiri-
me nte con el cuello mas largo de Jo h abituai , les resulto ven~joso das fue practicamente universal hasta m ediados de los anos oeben-
a parearse entre si o sobrevivieron e n tiempos diffciles con mayor ta del siglo X I X . Solo d espués de la muerte de Darwin, en 1882,
facilidad que las jirafas de ctlello corto. U n ano después de los c mpezaron a surgir dudas, al principio solo de una voz que clama-
a rticulas conjuntos de Darwin y Wa llace a pareciô Hl origen de las ha e n e l desierto, la del biologo alema n August Weismann. En
especies de Darwin y la evoluciôn la m arckia n a pasô directamente a 1H87 Weismann iniciô su proyecto de investigacion mas fa moso
la guarderfa, como casi todo el mundo sabe en la actualidad. -y mas ridiculizado-, que George Be rnand Shaw satiriz6 con
Sin embargo, lo extrano es que una d e las pocas cosas que la sai'la. «Weismann abord6 su proyecto a la manera de la mujer de l
revolucion darwiniana no cambio (al menos durante medio siglo) carnicero en la rima de los tres ratones ciegos», explico Shaw:
fue la creencia generalizada e n que las caracteristicas adquiridas ·'Consiguiô una colonia de ratones y les cortô el raho. Luego espe-
se heredaban. lncluso Danvin estaba conve ncido de que el resul- n) para ver si las crias nacian sin raho. No tue asf. Entonces les
tado d e ejercitar detet·minados organos podia transmitirse a la si- ··orto el rabo a las nias y espera a ver si los nietos nacfan con un
guie nte generacion. lnsistio en que la seleccion natural era el l~ tho por lo menos algo mas corto. No fue asf, como yo mismo le ha-
principal mecanismo que dirige la evolttcio n , pero también asig- hrla podido advertir. Asf que con la paciencia y el tesôn de los que
n o un lugar al modelo lamarckiano, au nque secundario. Hasta el ta nto presumen los cientfficos, les corto e l rabo tam bién a los b is-
final de su vida creyô que incluso las lesio n es y las mutilaciones nietos con la esperanza de que los tat.a ra nie tos n aciesen con un
podian here darse. En 1881 public<> u n breve artfculo sobre la he- r;d>o pequeilo. Pero sus rahos eran como los d e rnas, como podrfa
rcncia en el que incluyo informes sobre un hombre que ••de nino h;tbcrlc dicho hasta el mas tonto. Entonces Weismann concluyô
tenia la piel de ambos pulgares muy agrietada p o r haber estado • 011 total seriedad que los h ahitos a dquiridos no se transmiten ».
expuestos al frf o. ademâs de padecer alguna e nfermedad cutanea. Pe ro Shaw subestimô la paciencia y e l tes6n de We ismann, que
Se le hincharon mucho los pulgares y, una vez curados, se le que- llq.?,'ô rnucho mas alla de la tercera generaci6 n. Cinco ailos des-
daron deformes, con uii.as m arcad ame nte estrechas, cortas y espe- pllt··s, en 1892, infonno de su experimento todavia en curso, que es-
sas. Este hombre tuvo cuatro h ~j os y su hija mayor tenia los pulga- Ltha ya e n la decimoctava generaci6n de ratones, y explic6 que ni
res y las unas como su padre». Desde la perspectiva de la ciencia "''" solo de los ochocientos nacidos h asta la fecha habla salido
moderna, la {mica explicaciôn de esta historia es que aquel hom- • •n• el rabo siquiera algo mas corto. Sin embargo, con todos los
bre tenia una predisposiciôn genética a alguna enfermedad, que •• ·spctos que nos rnerece Shaw, el tonto no era Weismann, sino el
perman ecio latente hasta que se Je congelaron los pulg-ares. Por lo 1111111do que lo rodeaba. Weismann , quiza e l cie ntifico evolucionis-
tanto, lo que su hija h e redo no fu eron los sabaii.ones, sino sus ras- 1.1 tn;is importante d espu és de Darwin, ni por un momento creyo
gos genéticos. Pero como Darwin n o sabia nada d e genética, pen- •p w los ra bos de los raton es se red ucirfan. El o~jetivo de su perve r-
so que la explicaciôn m as verosimil pa ra esas historias era que las ·.c • •·xpcrimento era demostrar algo tan obvio a la incré dula comu-
lesiones se transmitfan a los h\jos. Seglin la teorfa de Darwin sobre llld;ul <·ientifica, que segufa conve n cida de que las caracterîsticas
la he re ncia, esta suposiciôn e ra perfectamente sensata, porqut• .tdquiridas e incluso las lesio n es se heredan. Weismann no se ins-
crefa que todo 6rgano del cu erpo p rod uce su propio <<tnatl'ri<-11 1''' o para su {'Xperimento en la rima inf~m til, sino en un gato sin
germinal » con informaciô n sobre sus facultades hnc·ditarias. A11i, '·'ho <ptt· hw pH·st·nlado <'lill'<' grandes apla usos a nte la Asarnblea
fue logico y naturalllegar a la conclusic)n d1• cpu· si 1111 ,·, rgano su- dC' Nalllralistas y Médin1s ( :nma11os de 1H77 (el mismo atîo en
rn· lill daiio durantt• la vida dt• 1111 individuo , plu·dc· dc·jar ck t'Il• qtw sc· puhli<·, ·, d lihrn de· 11111-{11 Magnus). SC' IHosln) t·sc gato sin

lu ,,,
raho como prueba palpable d e que las amputaciones pueden he- en generacion. Aunque esta con fianza e n e l modela la marckiano
redarse, ya que al parecer su madre lo h abfa perdido en un acci- uos parece hoy una enorme laguna en la teorfa de Magnus, ésta
dente y. por lo tanta, la cria nacio también sin él. 110 era perceptible en aquel tiempo. No se consideraba que la

En aquel tiempo se crefa que aun cuando las mutilaciones no cvolucion por estiramiento contradecfa frontalmente el darwinis-
afectaban a las crias inmediatas aparedan e n alguna generaciôn mo, de manera que no sorprendfa que la teoria de Magnus fuese
posterior. Por eso Weismann no limito su experimenta a los hijos lamarckian a y nadie la atacô, ni siquiera sus crfticos.
y los nietos, sino que siguio cortando rabos a muchas generacio- Sin embargo, algunos darwinistas eminentes, y también el
nes de infortunados ratoncitos. Sin embargo, por extraiio que nos propio Darwin, crefan que el escenario propuesto por Magnus era
parezca hoy, ni siquiera esas interminables genealogfas de ratones problem<ilico en otros aspectos, sobre toda en e l del brevfsimo
con e l rabo entera lograron sacar a la comunidad cie ntîfica de su cspacio de tiempo que asignaba a l desarmllo de la vision cromati-
error con respecta a la cualidad h ereditaria de las heridas y muti- ra. Les parecfa poco convincente que un mecanismo anatomico
laciones. Tampoco hicieron much a mas casa a otros tantos argu- lan complt.;jo hubiese podido evolucionar de manera tan radical
mentos de Weismann , como el h echo de que al menas cien gene- t·n solo unos milenios. Las revisiones del escenario propuesto por
raciones dejudfos circuncidados daban muestra de la poca dispo- Magnus n o se hicieron esperar.
siciôn a nacer sin ese apéndice tan ofensivo y era necesario seguir Pero si, coma argumentaron los crfticos, la vision en sf no ha-
extirpandolo a cada nueva gen e raciôn. La opiniôn de Weismann hia cambiado e n tiempos historicos, ~cômo explicar las delicien-
sigui<) siendo minoritaria durante al menos dos d écadas, hasta ya rias e n las lenguas antiguas que tanto Gladstone camo Geiger ha-
bien avan zado el siglo xx. bian descubierto? La (mica solucion era reconside rar la pregunta
qlle Geiger habla planteado la década anterior: ~es posible que
pnsonas que podfan percibir colores como nosotros ni siquiera
EL q JO JH: L A MENTE dilerenciasen en su lengua los colores basicos? Por primera vez
t'ntpezaba a tomarse en seria la pregunta. ~Estan los conceptos de
Duran te la segunda mitad del siglo XIX el debate sobre la evo- 1 nlor directamente determinados por la naturaleza de nuestra

lucion del sentido del color discurrio bajo el supuesto de que las .tnatomfa -coma Gladstone, Geiger y Magnus pensaban- o son
caracterfsticas adquiridas son hereditarias. Cu ando Gladstone pu- nu-ras convenciones culturales? El dcbate en torno al libro de
blico su Studies on Homer, un aiio antes de que apareciera El origen ~Liguus dio inicio a la guetTa abierta entre los defensores de la
de las especies, e l mecanismo que propuso para la mejora del senti- H;tlmaleza y los de la cultur<i en los conceptos de la lengua.
do del color se basaba en e l ùnico modela disponible en aquel La opinion de los crîticos de Magnus era que como la vision
momento: la evolucion par esliramiento de Lamarck. La afirma- t·n si no podfa haber cambiado, Jo unico que explicaba las defi-
ciôn de Gladstone de que «las capacidades adquiridas en una ge- ' II"IICÎas de las descripciones del color en los antiguos eran las
neraciôn pueden heredarse y convertirse en innatas de la siguien- ·· •ntpcrfecciones•• de las lenguas. Por decirlo de otro modo, argu-
te» era sabidurfa popular que nadie ponfa en duda. Veinte aiio!! llll"lllahan que es imposible deducir a partir de la le ngua qué co-
después, cuando Hugo Magnus ofrecio su explicacio n anatomica l• •• cs podfan percibir los antiguos. La primera persona que ex pli-
sobre coma surgiô el sentido del color, la revolucion darwiniana ' 11o • t'sic punta de vista tue Ernst Krause, uno de los primeros

estaba ya muy avanzada. Pero el modela evolucionista de MagmtN di\IIJ>IIIos a lemanes de Darwin. Pero el razonamiento que mas
de 1877 seguia siendo idéntico al que habîa propuesto GladstOJW 11wn T 1.' la pena recordar tue el de un especialista en la Biblia,

dos décadas antes: daba por sentado que la capacida d de la n·tina 1· 1 ;1111 I>ditzsch, quien en 1878 escribi6: «En realidad no vemos
para percibir colores aumentaba con el entrenamiento y la pnirti- 11111 dos ojos, si no nm tn·s: con los dos <~os de la cara y con el qjo

ca y que esa mejora paulatina sc transmitfa después dt· gerwradùn dt · lot lllt'llll', qul' t'si;\ tras dlos, y cs en t•st.t' <~jo de la mente donde

h7
tie ne lugar el progresivo desarrollo hist.orico y cultural del sentido res. Al fin y al cabo, "(a quién se le ocuniria p cnsar que los arqui-
del color>> . tectos del templo de Karnak eran representativos del estadio de la
El problema de aquellos crfticos -que de manera un tanto huma nidad en tiempos remotos?».
anacrônica podemos denominar <•culturalistas>>- era que la ex- Una prueba mas valiosa e ra el lapislâzuli , una gema de las
plicacion que proponian era tan inverosfmil como el escenario montanas de Afganistan muy apreciada en todo Oriente Prôximo.
anat6mico de Magnus, quiza incluso mas. ~C6mo es posible ima- Los babilonios, por ejcmplo, Jo denominaban «cl tesoro de las
ginar que personas que percibfan la diferencia entre el pùrpura y mont.anas» y lo valoraban tanto que rezaban a sus dioses diciendo:
el negro, entre el verde y el amarillo o entre el verde y el azul no "Que mi vida sea tan valiosa para ti como el lapislazuli». Excava-
se molestasen en diferenciar estos colores en su lengua? Los cul- ciones arqueol6gicas en el palaci o de Micenas, de Lill perîodo
turalistas intentaron defender su idea seiialando que incluso en muy anterior al de Homero, pusicron en evidencia que la realeza
las lenguas modernas utilizamos modismos bastante imprecisos ~riega tamhién poseia pequeiias cantidades de esta gema. Y mien-
sobre el color. ~Acaso no decimas «VÎno blanco», por t:iemplo, Iras que muchas otras piedras preciosas son al menos en parte
aunque vemos perfectamente que en realidad es de un verde l ransparentcs y pueden mostrar refl ~jos diversos, el lapishizuli es
amarillento? ~No tenemos «moras negras >•, que son r~jo oscuro, y totalmente opaco. Su principal bellcza es su espléndidu e intenso
«moras blancas••, de un verde blancuzco? ~Las ardillas r~jas no <olor azul. Pero si los que vivîan en el palacio de Micenas no po-
son en realidad marrones? ~y los italianos, que llaman « r~jo •> (il dfan ver el azul, épor qué se habrfan interesaclo por una piedra
rosso) a la yema de huevo? (Por qué decimas que el color del zumo que para cllos debia ser como un gu!jarro puliclo?
de naranja es « nara~ja>• , cuando sabemos perfectamente que es Sin embargo, todos estos aq~umcntos apenas impresionaron
amarillo? (No se olvide el lector de verificarlo la pn)xima vez.) Y ;, Magnus y a sus seguidores. En sus respuestas a los culturalistas,
he aqui otro ejemplo que no se le ocurri6 a la gente del siglo XIX: 1\lagnus solo parecia hacer acopio de sentido comun cuando ase-
(habrfan sido las relaciones raciales entre los •• morenos claros» y gura ba que « llO nos parece verosfmil que una lengua que, como
«los morenos oscuros» tan atormentadas como entre los «blan- b rle Homcro, puseîa un vocahulario tan rico para los efectos mas
cos>> y los «neg-ros>>? ,.;,riados y sutiles de la luz no ruera capaz de crear palabras para
Pero algunas expresiones elegidas al azar dis tan mucho de los 1. ,s colores m<is importantes».
«defectos» sistem<iticos de los textos antiguos, asf que este argu- Los cuhuralistas necesitaban m<is, un argumenlo decisivo. Ne-
menta no era muy convincente. Los culturalistas buscaron enton- ' <·sitaban una prucba indiscutible de que pcrsonas que velan todos
ces pruebas en otra direcciôn, no en el l engu~je sino en hechos lllS colores podfan decir que la miel y el oro cran «verdes", que los
ma teriales que mostrasen que los antiguos velan todos los colores. ';thallos y las vacas c ran « rt~jos» y las ov~jas «violctas». De mancra
Una cultura antigua parecio ofrecer abundanres pruebas a este '!"~' ·al final , se les ocurriù la idea d<:> recurrir a los "salv<yes».
respecto. Como explic6 un culturalista, una breve visita al Museo
Britanico basta para demostrar que los antiguos egipcios utiliza-
ban pin tura azul. Casualmente, Lazarus Geiger habla ya admitido
en su conferencia de 1867 que los egipcios eran una excepci6n en
la casi universal discromatopsia para el azul d e los antiguos. Reco-
nocio que los egipcios posefan un vocabulario para el color mu-
cha mas refinado que otras culturas antiguas y que su )engua di!i--
ponfa de palabras para el verde y el azul. Pero argumentô que lo
unico que eso demostraba era que la mejora progresiva de la vi·
sion cromatica empezô mucho antes en Egipto (]li<' en otros Ju~a·

hu
3
Los pueblos salv~es que habitan
e n tierras extraiias

La mai'lana del 21 de octubre de 1878 los transeuntes de la


l'lq~ante Kurfürstendamm de Berlin fueron testigos de un diver-
tido espectaculo. Frente a la entrada del zoo se habfa reunido un
11111neroso grupo de eminentes cientificos barbudos a la espera
tl .. realizar un recorrido privado. Aquellos caballeros eran los d is-
t i ll ~uidos miembros de la Sociedad Berlinesa de Antropologfa,
Et nologfa y Pre historia, y tenfan una cita especial para ver el es-
JH'«"I<Iculo mas taquillero de la ciudad. Aquel dia las estrellas no
n<lll los habituales animales salv<":ies ni Knut, el adorable oso p o-
l.u. si no criaturas incluso mâs ex6ticas nunca antes vistas e n Euro-
l'"· !.as habla importado el empresario circense y tratante de ani-
ll laks Carl H agen beek para. mostrarlas en zoos de todo el pais , y
1 olllSahan sensaci6n dondequiera que iban. Solo en Berlin sesen-

LI v dos mil personas habian asistido al espectaculo en un ûnico


tkl.

1.o que la multitud de entusiasmados espectad ores iba a ver


,.,,, 1111 ~rupo de unos treinta salvajes de pie! oscura vestidos de
'"''na <'Xtrana (o directamente desnudos). Los llamaban «nu-
''1"'" v t ' Il realidad se trataba de un grupo de varones, mt~eres y
1111111s d(' Sudan. Naturalmente, los miembros de la Sociedad An-
llnpnlt'•g-ica no querian mezclarse con la plebe, de manera que
//,.,, llag('nlwck les ofreci6 amablemente una visita privada. Y fue
,.,, la 111aiJana de aquellunes otonal cuando los barbudos cahalle-
'""· anuados con cintas métricas, reglas y madt;jas de lana a toclo
'"'"'· lkgaron al zoo dispu<'stos a sa dar su curiosifi<tcl dent ffica .
En su calidad rle profesionales d e Jo que hoy llamarfamos antro- y Prehistoria, acept6 el reto y. con él e n mente, todos los miem-
pologfa rfsica, a los cientfficos les interesaba sobre todo medir el b ros de su sociedacl e mprendie ron una ard ua caminata, cru zaron
tamai1o de las narices y de los 16bulos d e las or~jas de los ejempla- cl Tiergarten y llegaron al zoo de Berlfn para esmdiar a los nu-
n·s expuestos, las formas rle los genitales y otros datos de tan enor- bias de primera mano. Otros eruditos m as intré pidos estaban
me trascendencia como éstos. Pero tambié n querfan estudiar el ampliando la investigaci6n fuera d e los Ifmites del zoo y exa mina-
sentido del color de los nubios, ya que la controversia que habia ban in situ el semido del color en pueblos primitivos. Aquel mis-
provocado el libro de Magnus estaba e n pleno apogeo y la comu- mo ai'lo de 1878 la primera d e talcs investigaciones corri6 a cargo
nidad cientltlca habfa caido por fin en la cue nta de que «los pue- de Ernst Almquist, un médico que iba a bordo del barco de una
blos salvajes que habitan en tierras extranas», como dijo un etn6- cxpedicion sueca que quedô atrapada e n e l océano Glacial Arti-
logo estadounidense, podrîan ofrecer la clave del misterio. co. Coma c l barco se vio en la n ecesidad d e pasar el invierno al
Casualmente, durante casi una d écada ha bîan ido aparccien- lado de la pcnfnsula de los Chukot.ka, en la Siberia oriental, Alm-
do inclicios que sugerian la posibilidad de que grupos étnicos de quist aprovechô la oportunidad para verificar e l sentido del co-
diversas partes del mun do podrfa n resolver la cuestion del sentido lor de los chukotka, pastores no madas d e re nos y cazadores de
del color en los antiguos. En 1869, dos ai'los después de que Gei- lucas que vivfan en esa zona . Los estadoun ide nses, con la canti-
ger hubiese pucsto de manifiesto los asombrosos paralclismos en- dad de salv~jes que vivfan a nte sus narices, Jo te nian mas facil, de
tre los vocabularios del co]OJ- d e diferentes culturas antiguas, la 111odo que formaron a m édicos militares para que valorasen el
pur en tonccs recientemc nte aparecida Rroüta dR 1'.-/.nol.ogia alema- .~t·ntido del color de las tribus indias con las que estaban en con-
na publicô una brcve nota de Adolf Bastian, antropôlogo y autor tacto y re unieron los resuhad os e n un detallado informe de Al-
clt~ lihrns rle vi~jes que cran éxitos de ventas. Bastian aseguraba bert Gatschet, el etn6 logo de la organizacio n US Geological Sur-
que las rarezas e n la descripciôn de los colores no se limitahan a ve y. En Gran Bretaii.a, el escritor cientlfico Crant Allen disenô
la épica antigua, ya que aun habla pafses que establecfan la fron- ('liCstionarios con el fin de cnvia rlos a los misioneros y explorado-
te ra e ntre d verde y el azul de mane ra diferente que los curopeos. rcs p a ra que les proporcionasen datos sobre el sentido del color
Scùalô que su criado birmano «se disculpa una vez por no haber ck los nativos con los que se iha n e ncontrando. Y, por ùhimo,
e ncont.rado una botella azul (/J_va) que yole habfa pedido, porque c •hligado por este desafiu di rec to a sus aflrmaciones, el propio

d~jo que en realidad e ra verde (zelzn). Para castigarlo por haber !\!agnus decidi<l investiga r el asunto y e nvi6 cuestionarios acom-
hecho el ridiculo delante de sus compai'leros Jo reprendf en pre- p;•r•ados de graficos de colores a cientos d e consulados. misione-
sencia de los otros criados, pero c nseguida m e di cuenta de que ' c•s y médicos de todo et •m'undo .
quien esta ba hacienrlo el ridiculo n o erd é l, sino yo». Bastian tam- ( :uando empezaron a obtenerse resu ltados, e n cierto sentido
hifn argumentaba CJllC los hablantes d e l tagalo, e n Filipinas, no c·-.tos confi rmaron de forma ro tunda la in tuiciô n de Gladstone y
distinguieron e n tt·e el verde y el ami hasta la llegada de los colo- t ;eig-er. Ya nadie pudo hacer caso omiso de sus h allazgos ni tild ar-
nizadores espai'loles, ya que las palabras tagalas que u tilizaban lc ~~ de reacciôn exagerada d e filô logos d emasiado litera les, y na-
e ran sin duda prés tarnos recie ntcs del espanol verde y az.ul. Y afir- 4lic 11udo d escartar las peculiares descripciones del colo r en textos
maba que la lengua d e la tribu ted a, e n Chad, todavfa no difc rcn- .1111 ig-uos por considerarlas me ros ~jemplos d e licenc ia p oética,
ciaba el verde del azul. 1u l l<lltc las limitaciones que Gladstone y Geige r habfan descubier-
En 1869 nadie prestô d e masiada atenci6n a las historias de~ lc • t~·nl<m su réplica exac ta e n le n guas vivas de to da el mundo. Los
Bastian. Pero en cuanto el d ebate sobre la teorfa de Magnus st• 1111hios a los que Virchow y sus colcgas h abian investigado en el
intensifie<'>, para los culturalistas fue indiscutible que esta infor- 1c u, dt• Herlin cart'fÎ:tll dt• palabras para nombrar el color azul.
maciôn era importante. Y asi fue como Rudolf Virchow, fundadol' ( :11;111<1o ll's t'llst·ùah~lll 1111a 111;ukja <k lana azul, unos declan qu('
y presidente de la Socieclad Berlinesa d e Antropologfa, Etrwlo)I;Îa ,., ,, nq~r•• y otros wrclc·. t\l~111111~ ni siqiiÎt'l<l distiug-ulan l'lltn· d

...
amarillo, el verde y el gris, de modo que utilizaban la misma pala- Pero Geiger, que habfa fallecido en 1870, no pudo disfmtar de
bra para los tres. gloria postuma y tampoco nadie hacfa cola para darle a Gladstone
En Estados Unidos, Albert Gatschet escribio que a los indios palmaditas en el hombro. De hecho, a Geiger, a Gladstone y sobre
klamath de Oregon no les resulta problematico utilizar la misma toda a Magnus les llovfan las crfticas por doquier, ya que resulto
palabra para «el color de cualquier hierba, raiz o planta y, aunque que cran tan miopes co mo perspicaces. Puede que se hiciera justi-
la planta pase del verde primaveral y veraniego al amarillo palido cia a sus clarividencias filologicas, ya que las lenguas del munda se
del otono, el nombre del color no cambia». Los sioux de Dakota comportaban exactamente como habfan predicho, pero los infor-
utilizaban la misma palabra, toto, para el azul y el verde. Esta «Cu- mes sobre la visla de los nativos contradedan frontalmente la su-
riosa y muy habituai coincidencia del verde con el amarillo y del posicion de que su defectuoso vocabulario reflejase una defect~o­
azul con el verde» era también ft·ecuente en otras lenguas de sa vision cromatica, puesto que las tribus estudiadas veian las dtfe-
América d el Norte. rencias entre los colores. Virchow y los caballe ros de la Sociedad
De los cuestionarios que devolvieron los misione ros y viajeros Antropologica de Berlin se ocuparon de que todos los nubios rea-
desde otras partes del munda se desprendian historias similares. lizasen un test de colores de Holmgren, en el que d ebfan escoger
Cuando hablaban de colores, muchas salv~jes -o <<pueblos de la entre un monton de hebras de lana las que hacfa njuego con una
naturaleza», camo los alemanes a mablemente los llamaban- hebra dada. Ningûn nubio se equivoco de color y lo mismo suce-
mostraban la misma confusion que Gladstone y Geiger encontra- dio con otros grupos étnicos. Es preciso reconocer que algunos
ron en textos antiguos. Incluso la audaz secuencia evolutiva de informes de varias tribus sf mencionaban mayor vacilacion a la
Geiger, que habia deducido d e indicios etimologicos muy vagos, hora de diferenciar los colores mas trios frente a los rojas y amari-
recibi6 una espectacular corroboraci6n. Camo Geiger habla anti- llos, pero ninguna poblacion, por muy primitiva que fuese, era cie-
cipado, el r<~o e ra siempre el primer color del prisma que recibfa g-a a esas distinciones. Los misioneros que vivfan entre los ovahere-
un nombre. Es mas, incluso en el siglo XIX existfan pueblos que 10 de Naminia, por ejemplo, senalaron que éstos velan la diferen-
atm no habfan pasado del estadio del rojo. Ernst Almquist, el médi- c ia entre el verde y el azul, pero pensaban que era ridfculo dar
co de la expedicion sueca al océano Glacial Artico, informô de que 11ombres diferentes a estos dos tonos del mismo color.
los chukotka de Siberia se contentaban con tres términos -ne- Loque unos anos antes parecfa casi imposible suponer re~u~to
gro, blanco y rqjo- para describir cualquier color. Nukin, la pala- sn la pura verdad: puede verse la diferencia entre colores distm-
bra que designaba al negro, se utilizaba también para el azul y tos sin que ello signifiqu~ que deba darseles nombres distintos . Y
para todos los colores oscuros, siempre que no contuviesen ras- si asf sucedia en las tribus primitivas del siglo XIX , seguramente en
Lros de rojo; nidlikin se utilizaba para el blanco y para todos los llomero y todos los demas a ntiguos habia sido Jo mismo. La un ica
colores brillantes, y tschetlju, para el rqjo y cualquier otro color 1 onclusi6n verosimil era que si Homero hubiera realizado el test
con matices rojizos. dl' Jlolmgren, habria podido ver la diferencia entre el verde y el
Se descubrieron mas lenguas que correspondfan exactamente .ltn;u·illo y habrfa diferenciado las hebras de lana color violeta d e
a los estadios posteriores del desarrollo que Geiger habfa predi- bs marron es si los antropologos alemanes se Jo hubiesen pedido.
cho. Se su po, por ~jemplo, que los habitantes de la isla de Nias, en Pero ëpor qué dijo e ntonces que la miel era verde y las ovejas
Sumatra, utilizaban solo cuatro palabras de colores basicos: ne- , ic ,Jctas? Par mucho que los culturalistas hubiesen encontrado las
gro, blanco, rqjo y amarillo. Al verde, al azul y al violeta los deno- pn whas dt~ que los antiguos distingufan todos los colore~, tuvie-
minaban «negro» . Y algunas lenguas tenian negro, blanco, n~jo, H 111 nwnos éxito a la hora de dar una explicacion alternattva con-
amarillo y verde, pero no azul, coma Geiger habfa supuesto. \'inn·ntt·, ya que el asalto cl<' la c ultura a los conceptos del color
tnclavia topaha contr;t un sc'•lido muro de incredulidad. Magnus
1uoclitin'1 sll c·ontrar~umc•ntad• '•n v al inne) <pt<' cra invcrosîmil <JII('
aquellos pueblos primitivos pcrcibiesen todos los colores de for ma o ficiales aqu ejados de neurosis de gue rra. Sassoon, d eclarado de-
lan viv-ida como los curopeos. Por lo tanto, en lugar d e dt:jar los mente por h aber puesto publicamente en entredicho la sensatez
colores e n manos de la cultura, Magnus reviso su explicacion ana- de la guerra y por n egarse a regresar a su regimiento tras haber
t6mica. Adm itiô que los a ntiguos y los indigen as de su época vefan arroj ado al rfo Mersey su cruz militar, lleg6 a su consultorio en
la diferencia entre todos los colores, p e ro afirmô que percibirfa n 1917. Rivers Jo trat6 con carino y comprension y, con el tiempo,
los colon:~s mas frios con tonos mâs apagad os que los modernos Sassoon regreso voluntariame nte a Francia. El afecto, incluso la
e uropeos (para una ilustraciôn de esta teorfa revisada, véase la fi- devoci6 n que Rivers inspir6 a muchos de sus pa cientes no pareci6
gura 3 e n el encarte). La ausencia de vivacidad seria la causa de su haber p e rdido intensidad muchos ai'ios después de la guerra. Sas-
fa! ta de interés por dar nombres distintos a esos colores y tambié n soon -un soldado ta n intrépido e n el combate que se h abfa gana-
explicaria los informes sobre quienes habfan res pondido a sus do el apodo de Jack el Loco- se derrumb6 de tristeza dm-ante el
c uestionarios, que sol fa n mencionar mayores dudas entre los indi- l'u nera l de Rivers, en 1922. Y unos cuare nta anos después, en julio
genas a la hora de distinguir los colores ma"i frfos , parei los cuales d e 1963, un viejecito se present6 en la bihlioteca d el St. John Co-
carecian de nombre. li ege, de la Universidad de Cambridge, donde Rivers habla ense-
En aquella é poca era imposible confirmar o refùtar emplrica- l~<tdo y vivido, explic6 que habla sido paciente suyo en el Hospital
me nte estas p1·ete nsiones, ya que por muy Eicil que sea verificar si ( :raiglockhart e n 191 7 y pidi6 que le ensenaran su re trato. Segun
alguien puede apreciar o no la diferencia entre los colores, es mu- c·l hibliotecario, aquel anciano se cuadr6 ante el 6leo, hizo un sa-
e ho 1mis difkil dise nar expe1ime ntos que detenninen con exacti- tuda militar y dio las gracias a Rivers por todo loque habia h echo
tud la sutileza d e esa distinci6n entre pe rsonas diferentes. Lo cier- pm é l. Regreso al menas en dos ocasiones y en am b as solicitô que
to es que resultaha imposihle solve ntar la cuestion con los indicios le· dejase n ver cl retrato. En su ültima visita e ra evide nte que esta-
disponibles, en su mayorla procedemes de los cuestionarios que ha mal de salud y antes de marcharse d!jo las siguientes palabras:
rellcnahan los misioneros, los vi~jeros y los médicos militares. .. t\diôs, a migo mfo. Supongo que no volveremos a vernos>>.
Como e l tiempo pasaba sin que aparecie ran pruehas, la acalorada Pero la vocaci6n d e Rivers como balsamo de aimas neurotiza-
cii.~01sion fue apagandose con los ai'ios y la c uestiôn del sentido de l clas po r la gu erra aparcciô tarde e n su trayecto ria, trAs una distin-
color se CJUed6 en ellimbo duran te casi dos décaclas, hasta que se 1-:''icla carrera e n dos otros campos: la psicologfa experimental y la
realizô el primer expc rimento sofisticado in situ sobre los rasgos .nttropologfa. En calidad d e psic6logo experimental Jo invitaron
mentales cie los indige nas. Los avan ces d e mayor calad o tuvieron c·n 1X98 a que se un iese a la expedici6n a ntro pologica de la Uni-
CJUC csperar hasta la expediciôn antropolôgica de Cambridge al \nsidad de Cambridge .t las islas del estrech o d e To rres, entre
esrrecho de Torres, en 1898, y hasta la aparicio n de un hombre .\ustralia y Nu eva Guinea. Ya e n las islas, empezo a in teresarse por
excepcional que decant6 por fin la balanza en favor d e la cultura , l.t~ instituciones humanas y fue alli donde iniciô su s influye ntes
aunque e rre) en su clictamcn. nt udios sobre relaciones de pare ntesco y organizaciôn social, que
,,wlcn conside rarse la p iedra angular de la a ntropo logia social y
l.t r;l/.(·m por la que Claude Lévi-Strauss lo consideraria m as tarde
Rrv~:Rs EN EL ~~STRECHo nE TORRES .,·f ( ;;tlilt·o d e la antropologia ».
El ol!jetivo de la expediciôn de Cambridge al estrecho de To-
Para la mayoria d e quien es han oîdo hablar de él, W. H. R. 11 n cra t·sclarecer las caracteristicas mentales de los pueblos primi-
Rivers es el com pasivo psiquiatra que trat6 a l p<)('la ing-l<'·s Sieg- 1 1\"CI.~. !.a antropolog-la, 1111<1 disciplina aun incipiente, intentaba
fried Sassoon dura nte la Primera Cucrra Mundial. Rivt'l's lrahaja- dc ·liltir sttmatt'ria de· c•studio. la «cultura», y trazar los limites entre
ba en el Hospital Craiglockhan, cen<l dt· Ediml111rJ.4o. dundt• hl<' le •o; aspt·c·tos adquiriclos y lo.'l innatos dd comportamiento hu ma no.
pioncro t'Il d 11.~0 de lt;cnicts psit·oanalitinlPI p;u a il\'llllar a lo11 1'.11 a clilttd<lar t'1ila C'llt' Niit"lll t·ra lunclaellt 'ltlal dt·h·nninar hasla qu~

-··
Querîa descubrir por sf mismo la relacion de la vision cromatica
de los indîgenas con su vocabulario sobre el color y si la capacidad
para apreciar diferencias estaba vinculada a la posibilidad de ex-
presarlas con palabras.
Rivers paso cuatro meses en la remota isla de Murray, situad a
en el extrema oriental del estrecho de Torres, justa en la punta
mas septentrional de la Gran Barrera de Coral. La isla, con una
poblacion de unos cuatrocientos cincuenta nativos, era facilmen-
te gestionable, ya que contaba con una pequena comunidad de
amigables indigenas «lo suficientemente civilizados» para que pu-
diesen llevar a cabo todas sus obset-vaciones, pero «lo suficiente-
mente cercanos a su situacion primitiva para ser de gran interés.
No cabe la menor duda de que hace treinta anos estaban en un
cstadio totalmente salvaje, ~jenos por completo a la civilizacion>>.
Lo que Rivers encontro en el vocabulario del color de los isle-
t-tos encajaba con los informes de las dos décadas anteriores. Las
descripciones del color solian ser vagas e indefinidas y en ocasio-
lt<"S causaban incertidumbre. Los nombres mâs precisos cran para

c•l negro, el blanco y el rojo . La palabra para el negro, golegole,


\V. H. R. RivtTs con unos amigos. dnivaba de gole, «sepia» (Rivers sugirio que por alusion a la oscu-
r;t tinta que segrega este animal); cl color blanco era lwkelwkek

punto los rasgos cognitivos de los pueblos primitivos eran distintos (sin etimologia clara), micntras que el n~jo, marnarnamam, proce-
de los de los pueblos civilizados y la expediciôn pretendfa ir mas dia sin eluda de mam, «sangre ». La mayorfa de los isleii.os tambié n
allâ de los indicios, en su mayorfa anecdôticos, de los que se dispo- ltlilizaban mamamammn para designar el rosa y el marron . Otros
nia hasta entonces. Como explico el lfder de la expediciôn, «por c nlores tenfan nombres menos definidos y convencionales. Habfa
primera vez psicôlogos experimentales competentes investigaron cptienes llamaban bambam al amarillo y al naranja (de bam, «aza-
con medios de laboratorio adecuados a un puebla en un estadio 11 ;in»), pero otros los llatmiban siusiu (de siu, <<amarillo ocre» ). El
cultural primitivo en su entorno naturah. Los meticulosos infor- n·nle era soskepusospek para muchas (de soskefJ, <<bilis», «vesicula
mes que Rivers y otros miembros publicaron en varias vohimenes hiliar,), pero otros utilizaban «co lOI· de IH~ja» o <<col or de pus». El
duran te los aùos siguientes a la expediciôn ayudaron a clarificar las \ocahulario para los tonos azul y violeta era todavfa mas vago. Al-
diferencias entre rasgos naturales y culturales, y se considera que la ~:llttos jôvenes utilizaban la palabra bulu-bulu , un clara préstamo
expedicion al estrecho de Torres fue el acontecimiento que logr6 tc·c Îl'lllc del inglés blue (azul) . Pero Rivers dejô claro que <<los an-
convertir la antropologfa en una ciencia respetable. c t.lltos estahan todos de acuerdo en que la palabra rmis correcta
Rivers se unio a la expedicion de 1898 porque eso le propor- l'·'';' c·l azul era golegole (negro)» . Se utilizaba también mayorita-
cionaria la oportunidad de realizar experimentas detallados dt• la ll.lllll 'lltc· goll'go/R para nombrar el violeta.
vista de los indfgenas. En la década de los noventa del siglo XIX sc Rivns sc dio cuc11ta cie <]Il<." a menudo <dos nativos discutfan
habfa enfrascado en el estudio de la vision, de modo que le entu· .u aloradanwlllt' sohn· <·1 1\Dlllhrc corrccto de un color>>. Cuando
siasm6 la idea de intentar resolver la controv<·rsia dc·l sc·ntido dd ~·· ks pn·~11111aha ('1 unmhrc· dt· clt·tc·nninados colores, muchas
rolor, que habla avanzado poco c·n la~ do~ clniuLis ;mtc·rion•s. '"lc·nos dc·dan qut• \t'lliflll que· c·onsullar <'011 los sahio.~. Y ruando

'Hl
se los presionaba para que respondiesen, solfan recurrir al nom- to, sino que se preocup6 d e serï.alarlos él mismo. Explica que sus
bre de un objeto. Por ejemplo, un varon al que le mostraron un resultados habian demostrado que no es posible deducir de la le n-
tono verde amarillento Jo llam6 «verde mar>> y seiialo un gran ~ua lo que los ha blantes pueden ver. lnclu so menciona que la ge-
arrecife que estaba a la vista. ne raci6n m as joven, que habîa tomado prestada la palabra bulu-
El vocabulario de los isle iios de Murray era claramente «defec- lntlu para <<azuln, la utilizaba sin apare ntes confusiones. Sin em-
tuoso>>, pero c:qué decir de su vista? Rivers determin6 la capacidad bargo, tras h aber admitido estas objeciones, las descarta por una
de distinguir colores en m as de doscie ntos de ellos con examenes t"tnica razon , como si bastase para desautorizar todo lo demas:
muy rigurosos. Utilizo una version m ejorada y ampliada del test .. Pe ro n o pucdo pasar por alto el h ec h o de que indfgenas inteli-
de las hebras de lana de Holmgren y diseJ'1o una serie de experi- ~cntes conside ren perfectamentc natural que a l azul luminoso
mentas propios capaces de detectar el menor indicio de incapaci- del cielo y del mar se le adjudique cl mismo nombre que el d esti-
dad para p ercibir Jas dife rencias. Aun asf, no encontr6 ni un solo nado al negro mas OSCurO>>.
caso de daltonismo. Podfan d istinguir no solo todos los colores
primarios, sino también diferentes tonos de azul y d e cualquier
otro color. Por Jo tanto, los meticulosos e xperimentas de Rivers Ft. PATRIMONIO FRlJTAL Y OTROS EXPI<: RIMENTOS M ENTALES
demostraron, sin ningùn género de dudas, que los seres humanos
podemos ver las diferencias entre todos los matices imaginables En el liltimo obstaculo, la imag inaciôn de Rivers perdio e l
de un color, p ero carecer de nombres en nuestra le ngua incluso ;un~jo y se n e go a aceptar la idea de que az.ul es, e n ùltima insta n-
para colores basicos como e l verde o e l azul. cia, una convenci6n cultural. No pudo admitir que a quienes ve n
Por supuesto, la ùnica conclusiôn posible para un investiga- 1'1 azul de forma tan inte nsa como élles pareciese natural conside-
dor tan inte ligente como é l habrîa debido ser que las difcrencias ra rio un tono del negro. Y Jo cierto es que resulta diffcil repro-
e n e l vocabulario del color no tiene n nada que ver con factores 1 h;îrselo, porque, incluso con la g ran cantidad de pruebas indis-

biologicos. Sin e mbar·go, hubo una experiencia que impresion6 nllibles d e las que disponemos en la actualidad, todavfa nos eues-
tanta a Rivers que lo d esviü del buen camino. Se encontro con el LI mucho hacer acopio de la suficie nte imaginaci()n para accptar
colmo d e las rarezas, un fe n ômeno que los filôlogos sôlo podfan IJIH' el a zul y el negro nos parecen colores distintos por las conven-

deduc ir de los textos antiguos, pero con e l que é l tropezo cara a 1 i1 ltH~s culturales e n las que crecimos. Nu estros instintos m;is pro-

cara: un indfgen a para e l que el cielo era n egro. Rivers serï.ala sor- 1nu dose irreflexivos n os gritan que e l azul y e l n egro son de verdad
prendido en su s informes de la expediciém que n o lograba enten- 1 1 1lores d iferentes, como ~el" verde y el aztrl, mientras que el azul

der por qué al anciano de la isla de Murray le parecfa normal la 111arino y el azul c ielo , por t:ie mplo, son de rwrdad solo tonos dife-
palabra negro (golegole) para e l luminoso azul del cielo y del mar. ll'lltcs del mismo color. Por eso, antes de continuar con el episo-
Menciona con la misma incre dulidad que un isleiio, <<lm indigena tl•n lina! d e la busqueda del origen del sentido del color, nos ale-
imeligente», comparo sin inmutarse e l color· del cielo con el tono l·"l"lllos brevem e nte del relato histürico y nos adentraremos en
oscuro d el agua sucia. Rivers escribe que esta conducta «Se ria casi 111 ·, cxperimentos mentales que podrîan ayudarnos a asumir e l
inexplicable si el az ul no fuese para estos nativos un color m<is 1u •• l1 T de las con venciones culturales.
apagado y mas oscuro que pa ra nosotros ••. F.l primer experimen ta es un ejcrcicio de historia ficci6n. Ima-
Por eso, Rivers Ilego a la conclusio n d e que Magnus te nfa ra- v. ••~~ · •11os n'lillO se habrfa desarrollado el debate sob re e l sentido
z6n al supon e r que los indigenas deben de sufi·ir todavfa <<cierto d.-1 l"olor dt· llo hahn tcuido Iugar en lnglate rra y Ale rnania, sino
grado de insensibilidad al azul (y probablement<: al verde) t~ll ,., , Rti.,Îa. lmagillcmos qtu• lill alltropôlogo ruso del siglo X IX , Yuri
cornparaci6n con los europe os". Como era 1111 cÎ<'Iltll inJ es<Tli)HI· i\l.t~-:llovic·vitdt ( ;ladonov, va ('11 1111a t'XJH'clici('m a la !~jana penfn-
loso , no s()Jo fue nms<·i<·ntt· d<~ los puntos <khill·s d(· su ;tr~lllll<' ll· •ul.l ll)(;rica. l ' Il la otm ptlllltl de• l'.uropa . clonck pasa 111\0S m<·s<:s

Ho ...
en un pueblecito de huidizos espanoles y realiza detallados tests hubiese estudiado los problemas de los nifws occidentales con el
psicologicos sobre sus capacidades fisicas y mentales. A su regreso, color, quiza los isleùos del estrecho de Torres no lo habrfan des-
sorprende a la Real Academia de Ciencias de San Petersburgo con nmcertado tanto. Hace mucho tiempo que los cientificos saben
un informe sensacional. Resulta que los nativos de Espana mues- que la adquisicion del vocabulario del color por p arte de los ni nos
tran una curiosa confusion en su terminologia del color en las t·s extraordinariamente !enta y laboriosa y nunca deja de sorpren-
zonas siniy y golubay del espectro. La poblacion autoctona de ese dernos que las dificultades sean tan grandes. Charles Darwin es-
lejano pais europeo no diferencia entre siniy y galubay, de modo cribi6: <<He prestado mucha atenciôn al desarrollo mental de mis
que las Hama con el mismo nombre. Gladonov dice que al princi- hijos, y en dos, o quiza en tres, poco después de que hubiesen al-
pio supuso que veian mal. Pero cuando les examino la vista descu- canzado la edad en la que sabian los nombres de todos los o~jetos
brio que podfan distinguir perfectamente entre siniyy goluba_v. Sim- corrientes me sorprendio observar que apenas podian nombrar
plemente insistfan en llamar azul a esos dos colores. Si se los pre- l< 1s colores de los grabados a toda col or que yo les mostraba, aun-
sion a ba para que explicasen la diferencia entre ambos, declan que '[lle se los ensenaba repetidamente. Recuerdo muy bien haber
uno era «azul oscuro,. y el otro «azul claro». Pero insistian en didw en algùn momento que eran daltonicos, pero mas adelante
que era ridiculo decir que esos dos tonos eran colores diferentes. quedo claro que se trataba de un temor sin fundamento ». Las es-
Cuando le dam os la vuelta al espejo y lo dirigimos hacia nueSo- limaciones de la edad a la que los ninos pueden nombrar con
tra imprecision lingüfstica, la idea de que nuestro «defectuoso,. 1 t·rteza los principales colores han disminuido mucho desde los

vocabulario del color tenga algo que ver con defectos de la vista primeros estudios que se realizaron hace un siglo, los cuales mos-
nos parece de inmediato ridicula. No cabe duda de que los hispa- lr;dMn que solian retrasarse hasta la increihle edad de siete u ocho
nohablantes ven la diferencia entre el azul marino y el azul cielo. .u1os. Segün los estudios modernos, los niiws de ahora aprenden
I .o (mi co que sucede es que sus convenciones culturales los consi.- ,1 111ilizar las principales palabras relacionadas con el color mucho
deran matices de un mismo color, aunque las longitudes de onda .1111cs, durante su tercer aiio de vida. Sin embargo, Jo que parece
de am bos colores son tan diferentes entre si camo la del azul cielo t'XIraiio es que a una edad en la que la capacidad lingùîstica de los
con respecta al verde (véase la imagen del espectro en la figura 11 1111-1os esta ya bastante desarrollada, sigan quedandose desconcer-
del encarte). Pero si pudiéramos mirar el espectro con los ~jos de l~ldos ante los colores. Sorprende comprobar que ninos perfecta-
un ruso y ver siniy y goluboy coma colores distintos, nos resultarfa llll'llle capaces de senalar un circula, un cuadrado o un triangula
mas sencillo en tender a esos torpes primitivos que no diferencian
el azul del verde. Asi coma el espanol agrupa goluboy y siniy b~jo el .
~~ · n 1nfundan cuando se les pi de que escojan al go amarillo de un
~· lljHl de objetos y se decidan al azar por lo primera que uenen a
.
concepto de azul, otras lenguas amplian ese principio agrupador 111.1110. Si se dedica tiempo a formarlos, los niiios en su segundo
a toda la gama cromatica del verde y el azul. Y si hubiéramos cre- .u1n de vida pueden pronunciar y utilizar con exactitud palabras
cielo en una cuttura en la que esta parte del espectro solo tiene 11'1.u ionadas con el color, pero las decenas de repeticiones que
una denominaciôn, por ejemplo, verzul, ~no parecerîa estüpiclo llf'o csi1an para aprender el concepto del color como atributo in-
que algunas lenguas considerasen que la hoja verzuly el mar twn.ul t!f-p,·JHiiente de objetos concretos contrasta extraordinariamente
son dos colores distintos, en lugarde dos tonos del mismo colorf 1 ••Il L1 r;1cilidad para aprender los nombres de los o~jetos, a me-

Ill If lt' 1 ras haberlos escuchado una sola vez.


1.-.nlonn•s, ~qué sucer!<- con los ninos que crecen no en una
11111111:1 <·n la qn<" siemprc 1i<'IH'Il a nt<.> sf juguetes de colores y es-
Seguramente el segundo experimento m<·ntal exige nwnnl 1 111 h;111 rotllinuanwnlt' uomhn·s de· 1·olores, sino en un ambiente
imaginaci6n que el primero, aunqu<' pn·d"a cl<· 1111 matnial dt l'li t•l I[IIC' los <·olort·s arlilkiaks sn11 cscasos y d color tiene muy
t·studio muy valioso. RiV('J'S no l<'nfa hijo", pc·ro <;lill' pt·nsar qur •i Il< 11.1 i111pol'lalli'Îa <'Il la c'01111111Îiïll'il'11l~ 1)os au1ropc'1logos claJu•st•s
w..
que se integraron en la sociedad de un atolon de las islas Salomon hablando?>>. Hasta los veintitrés meses no se dignô a responder a
llamado Be Ilona describieron su sorpresa ante el hecho de que los la pregunta, pero su respuesta fue ... blanco (es verdad, era lill d ia
belloneses apenas hablaran sobre colores con sus hijos. Cuando luminoso). Tard6 otro mes en decir por primera vez que el cil'lo
les explicaban las diferencias entre objetos coma frutos o pesca- na azul e incluso entonces todavfa no era siempre azul. Un dfa
dos, que nosotros clasificarfamos fâcilmente por su colorido, prac- decîa azul, otro blanco y a la siguiente ocasiôn no sabfa qué decir:
ticamente nunca mencionaban el color. Los antrop6logos no pu- azul, luego blanco y después de nuevo azul. En d e finitiva, habfan
dieron resistir la tentaci6n de preguntarles por qué, pero la ûnica pasado mâs de seis meses desde que supo reconocer sin dudar
respuesta que obtuvieron fue que <<aquf no hablamos mucha so- ( ~t~jetos azules hasta que logrô nombrar el azul del cielo. Y al pare-
breel color». Quiza no sorprenda tanta que los niii.os belloneses, cer segufa confusa incluso a los cuatro mios, porque a esa edad
al no recibir formacion sobre colores, se limiten a un repertoria seii.alo una vez un cielo oscuro como boca de lobo y asegur6 que
«incompleto>>de nombres de colores. <Ta azul.
Coma por casualidad, cuando empecé a investigar para escri- Consideremos ahora hasta qué punto su tarea fue mucho mas
bir este libro, mi hija mayor estaba aprendiendo a hablar y mi l~i.cil que la de Homero y la de los isleilos de Murray. Al fin y al
obsesion por el color dio lugar a que dedicase especial atencion a cabo, Alma hahfa sido formada para reconocer los o~jetos azules
este asunto, de modo que aprendi6 a reconocer los nombres de v ) 0 le habfa enseii.ado explfcitamentc que el azul era un color
1

los colores relativamente pronto. Como a Gladstone, a Geiger y distinto del blanco, el negro o el verde. Por Jo tanto, Jo ünico que
sobre todo a Rivers les habfa sorprendido un «f~lllo» en concreto, 1uvo que hacer fue reconocer prime rn que el cielo tenia un col o r
clecidf paner en pra.ctica un experimento inofensivo. Gladstone ' · después, aprender que ese colorera similar al de numen>sos
no logr6 explicarse por qué Homero habla sido incapaz de reco- c 1hjetos azules que la rodeahan, no al de o~jctos negros , blanc os o

nocer el "~jemplo mâs perfecto de azul», el del cielo mediterra~ n'rdes. Aun asi, necesitô seis mescs para aprend(~r\o.
neo; Geiger escribiô pâginas enteras en las que sc maravillaba de Es difîcil saber a ciencia cierta donde reside la dificultad. ~ Fue
la ausencia del azul del cielo en textos antiguos y Rivers no pudo ([lie al principio no estaba acostumbrada a que un espacio inmen-

sobreponerse al hecho de que los indfgenas dijesen que el cielo ~~ 1 y vacfo, no un ol~jeto tangible, pudiera tener color? ,:0 fue que
era negro. Asf que quise comprobar hasta qué punto es obvia el l'[ azul pâlido del cielo es en realidacl muy distinto de los azules
color del cielo para alguien que todavfa no estâ formaclo cultural~ 111lcnsos de los objetos artificiales? Quiza las pruebas anecd6ticas
mente. Decidi no mcncionarle a mi hija el color del cielo, pero si '[Ile ofi·en·o puedan inspirar c,t otros a estudiat- este asunto de rna-
le hablé hasta aburrirla del color de todos los o~jetos habidos y Ill 'l'a 1nas sistcrnatica. Pero i~cluso sin contar con esas investigacio-

por haber. ~Cuândo se toparfa por sf misma con el color azul? IH'S, el mero hecho de que a Alma le resultase tan dificil ese azul

Alma reconoci6 correctamente o~jetos aZllles a partir de lo!l , 'Jlll'reto nos permite imaginar por qué a personas que quizâ mm-
dieciocho meses y empezô a utilizar la palabra boo (es decir, blue., ' .1 han observado o~jetos azules el color del cielo no les quita el

que se pronuncia blu, azul) hacia los diecinueve. Estaba acostum· '•IWl.lO . Si la quintaesencia de Jo azul, «el cjemplo mas perfecto de

brada a que le senalara objetos y le preguntara de qué color eran, .1111\ ... t•st<i lcjos de ser obvia incluso en circonstancias propicias,
asf que empecé a seii.alar de vez en cuando hacia arriba y a pre· ·.c 11 prcnde mucho men os que quiencs nunca han visto un o~jeto
guntarle de qué colorera el cielo. Mi hUa sabia loque era el cielo ,,,. 1111 rolor similar al del cielo no encuentren un nombre especial

y me aseguré de hacerle siempre la pregunta cuando era corn ph·· 11.11 ~~este gTan espacio vac!o. Y si adcrnas un impertinente antropô-

tamente azul, pero aunque no tenfa ningün prohlcma para JHIIU• 11 ,~, J le Js cJhl i~a a rcspondn, ~no es normal que esc~jan el color mâs
brar el color de o~jetos azules, miraha hada arriha cacia Vt'ï'. qut• lt! ,,.,'''no de su lilllitacla palc·ta y di~an «negro» o «Verde»?
preguntaba por el cielo y su (mica l't'S)lllt'.~la c•ra 111101 !'Xpn•sic'lll
d!'S!'OIHTI'tada, !]lW V<'IIJa a dccii' al!o(O il'!{ l'Cil lill! .. ~1 k IJlU·, liH' I'SiilN

u. u~
El ultimo ejercicio que puede ayudar a demostrar el poder de automaticamente se reconstituyen en el kit en cuanto alguien los
las convenciones culturales es un relata imaginario de ciencia fic- toca. La antrop6loga pide a los nativos que prueben cada uno de
don. lmaginemos que pasamos un tiempo e n un futuro lejano en ellos y que le di gan como se Hama el sabor en su lengua, y se asom-
e l que los hogares estan equipados con una maquina parecida a bra de la lamentable pobreza de su vocabulario en materia de
un microondas, pero que hace mucha mas que calentar la cami- frutas. Tampoco entiende por qué les resulta tan complicado des-
da. Crea alimentas de la nada o a partir de cubas congelados que cribir las muestras de sabores, por qué sus (micos conceptos abs-
teletransporta directamente del supermercado. Por ~jemplo, se tractos de sabor se limitan a oposiciones tan rudimentarias como
introduce en la maquina un cubo de materia frutal, se pulsan << dulce» y <<a.cido>>y por qué la unica descripcion alternativa que
unos botones y aparece cualquier fruta que podamos imaginar. pueden darle es «parecido a X», e n la que x es el nombre de una
Un baton sirve para obtener un aguacate maduro; otro, unjugoso fruta cualquiera del patrimonio frutal. Empieza a sospechar que
pomelo. sus papilas gustativas todavia no han evolucio nado del todo. Pero
Pero no he descrito bien lo que esta maquina maravillosa pue- cuando examina a los nativos se da cuenta de que pueden diferen-
de hacer, ya que no se cine allimitado «patrimonio frutaJ,, del que ciar entre dos cubos de muestra elegidos al azar. Desde Iuego no
disponfamos a principios del siglo XXI. La maquina puede crear se trata d e un problema de papilas gustativas, pero ~por q~é su
miles de frutas distintas manipulando e l sabor y la consistencia lenguaje es tan defectuoso?
segün un a enorme lista de criterios, como la firmeza, la jugosidad, Tratemos de ayudarla. Supongamos que somos uno de esos
la cremosidad, la ligereza, la viscosidad, el dulzor, la acidez y otros nativos y que acaba de darnos un cubo cuyo sabor no se parece a
muchas para cuya descripcion no disponemos de palabras cancre- nada que h ayamos probado antes, pero nos recuerda vagamente
tas. Pulsamos un boton y obtencmos una fruta parecida al aguaca- " algo. Nos esforzamos por recordar y, de repente, descubrimos
te, con su consistencia aceitosa, pero con un sabor a mitad de ca- que ese sabor se parece un poco a l de unas fresas silvestres que
mina entre la zanahoria y el mango. Giramos un mando y nos una vez comimos en un restaura nte de Paris, solo que este sabor
aparece una fruta viscosa como un lichi, pero con sabor entre el c·s diez veces mas intenso y esta combinado con otras cosas que no
melocot6n y la sandia. podemos identificar. Por fin, con muchas dudas, decimos que
De hecho, incluso explicaciones del tipo de ,,parecida a X» o ..sabe un poco a fresas silvestres». Como parecemos personas inte-
«a mitad de camino entre Y y z,, no hacen justicia a la gran canti- li~entes y capaces de expresar ideas, la antropo loga no puede re-

dad de sabores diferentes disponibles, de modo que nuestros des- sistir la tentaci6n de hacernos una metapregunta: '' ~No os parece
cendientes habran desarrollado un rico y refinado vocabulario r·xtraii.o y empobrecedor que no tengais un vocabulario concreto
que cubrira toda la gama de sabores y consistencias posibles. Dis- p01ra describir sabores en el ambito de las fresas silvestres?» . Le
pondnin de nombres para cientos de posibilidades y no se limita- tt•spo ndemos que las unicas frutas del «ambito de Jas fresas silves-
lll'S» que hemos probado hasta ahora han sido las fresas silvestres
nin a los sabores de frutas a las que h oy e n dfa estamos acostum-
brados. ' que nunca se nos ha pasado por la cabeza que el sabor de las
1• r·sas silvestres necesitasc una d escripcion mas general o abstracta
Ahora imaginemos que una antrop61oga de esa época futuris-
ta, especializada en culturas primitivas, se teletransporta retros- 'l'u · la de <<sa bor a fresas silvestres». Ella sonrfe desconcertada sin
pectivamente en el tiempo hasta los nativos de Silicon Valley, cuya l'llll'IHkrJo.
forma de vida no ha avanzado ni un kilobit con respecto a la era Si todo csto pan~cc absurdo, sustituyamos la palabra sabor por
de Google y cuyas herra mientas siguen siendo tan primitivas como , o/111" y vt·n·mos <Jill' d paraldismo es bastante cercano. No tene-
Jo eran en el sig\o xxr. Lleva consigo un kit dt• muc•stras dt• saho- •••os ol'asi<'lll dt• mauipular <·1 sahor 11i la consistencia de la fruta y
1111 c·slaiiiOS l'Xplll'slos a locla 1111a sc·rit· clt• sahores sumamente in-
I'<'S dc·norninado Sistem;t de Sa hon·~~ Muwwll, l'lill lltllc'slras n·pn·-
·"''lllativas de· toda la gama. mil wiutic·11atro C'llhu!ii dilllillutos qtu- lt'Wlos (t•s dtTir, puro"), "illo lutin a los de· los l'nllos que conocc-

tt..
mos, asf que no hemos desarrollado un vocabulario refinado para vers no supo valorar el poder de la cultura, pero su obra fue la res-
describir en abstracto diferentes tipos de sabor afmtado de una ponsable principal de esta victoria. Al final, lo que decant6 la ba-
fruta particular. Del mismo modo, las personas de culturas primi- lanza no fue la angustiada interpretaci6n de Riwrs sobre los
tivas -como Gladstone habla observado en los inicios del debate hechos de los que informaba, sino la fuerza de los propios hechos.
sobre cl color- no tienen ocasion de manipular artificialmente Sus informes de la expedicion eran tan intachablt•s y meticulosos
los colores y no es tan expuestos a toda una serie de colores suma- que otros pudie ron interpretar sus argumentos y llcg-ar a una con-
mente intensos, solo a los que la naturaleza les ofrece caprichosa- clusion totalmente opuesta: que los islenos podfan wr d azul y
me nte, que suelen ser palidos, y pot· eso no han desarrollado un toclos los demas colores de forma tan clara e inlc•nsa como noso-
vocabulario preciso para describir delicados matices de color. No- tros y que su impreciso vocabulario sobrt.• el color no tenia nada
sotros no vemos la necesidad de hablar en abstracto sobre el sabor que ver con la vista. En ail os posteriores aparecieron varias revisio-
d e esa fruta que es el m elocoton. Ellos no ven la necesidad de ha- nes influyentes sobre el trabajo de Rivers en Estados Unidos, don-
blar en abstracto del color de un pescado o de un p~jaro ode una de se estaba formando la vanguardia d e la investigacion antropo-
hoja en particular. Cuando hablamos de l sabor en abstracto a par- l<îgica. Estas revisiones acabaron consensuando la universalidad
tir de una fruta concreta, nos basamos en vagas oposiciones, como de la visiôn cromatica entre las difere ntes razas y. por Jo tanto, la
duke y a margo. Cuando ellos hablan de colores en abstracto a par- c·stabilidad de la visi6n cromatica en los ultimos milenios.
tir de un objeto concreto, se basan en vagas oposiciones como El consenso, cada vez mayor, quedô también corroborado por
«blanco/ claro» y «negro/ oscuro». No nos parece extrano utilizar los avances de la llsica y la biologfa, que sacamn a la luz los fallos
la palabra du/ce para una am plia gama de sa bores di fe rentes, cree- dd cscenario de Magnus sobre la recie nte m~jora de la vision c ro-
mos que basta con decir <<duke como el mango», <<dulce como el lll<ltica. La naturaleza larnarckiana del m odelo de Magnus paso a
platano•• o <<dulce como la sandfa••. A e llos no les parece extrailo -;n uno m c_:ts de los muchos fallos de nna teorfa con mas agt~jeros
utilizar la palabra negr-o para una am plia gama de colores diferen- <pie un queso emmental. Po r ~jemplo , 1·esult6 que Magnus hahfa
tes y se limitan a decir ••negro como una hoja •• o <<negro como el pbntcado la ffsica de la luz totalmente al revés (mcjor dicho, atri-
mar mas alla de los arrecifes". huyo al n~jo propiedades del violeta). Habfa dado por sen tado
E.n definitiva, poseemos un refinado vocabulario del color, <Jll<' la luz n~ja era el color mas facil de percibir debido a su mayor
pero un impreciso vocahulario del gusto. Tanto cl refinamiento c·1wrgfa, pero e n 1900 Wilhelm Wien y Max Planck de:jaron claro
del primero como la imprecision del segundo nos parecen natu- cl' 1c la luz n~a de on da larga e ra la d e men or energfa. En realidad ,
rales, pero solo por las convenciones de la cuttura en la que he- !.1 luz n~a es la m as frfa. U rta hatTa d e hicrro irradia un respla ndor
mos nacido. Otras personas que se hayan educado en circunstan- 11•jo en la fm:ja solo porque todavia no est;:\ muy caliente. Las es-
cias distintas podrian considerar nuestro vocabulario del gusto t•cllas mis antiguas y frfas em ite n una luz rc~a (cstrellas enanas),
tan poco natmal y tan deficiente hasta la perpl<:jidad como a no- 111icntras que las cstrcllas rea lmente calicm cs cmiten una luz azul
sotros nos parece el siste ma del color de Homero. t l:igantes aztllcs). El extremo del espcctro de mayor energfa es el
1 1< .Jeta Y Ja luz UJtraVÎOieta posee ÎrlclUSO IllaS energfa, tanta que

p•wdc dailar la piel, como los dennat61ogos nos advierten sin ce-
EL TRJUNFO DE LA CULTURA ···•• <·tl los t'lltimos tiempos. La idca de Magnus de que la sensibili-
,f. .. t de la rclina a los (·olon·s aumentaba de forma continua a lo
Cornu ahora resulta ya un poco mas facil apr<'àlr d poder de l.ltJ..:o dd cspcrtro tamhi•:n rc-sult<J ser falsa, ya que, como se expli-
la cultura sobre los conceptos de la l<~ngua, podt'lllos volwr a ' .1 e·n 1'1 ~IJH'·ndin· sohn· la an;ltomîa de la vision crormüica, nues-
IHJt'stro relato, justo a tiempo para pn~sc·n<·iar 1111 aplastallh' vieil,_ ILl JH'Jn·p•·ie'lll d1·l t'olor .~c ha.~a c·11 sc'1lo tres tipos distintos de cé-

ria a prindpios dd siglo :xx. l.a ironia de· C'Nhl hi"tnria l's'Jill' Ri· lad.l' Jrlinianas. los dc·au•llltll;u\ns l'llllos, y todo pan·l'c imlicar

uu
que el desarrollo de esos conos tuvo lugar en momentos distintos,
no de forma continua.
Resumiendo, en las primeras décadas del siglo xx qued6 clara
que la hip6tesis sobre cambios fisiol6gicos recientes en la vision
cromatica era una pista falsa. Los antiguos vefan los colores camo
los vernas nosotros y las diferencias en el vocabulario del color
reflejan exclusivamente avances culturales, no biol6gicos. justa
en el momento en que empezaba una guerra mundial en el terre-
no politico, otra guerra parecîa haber concluido en el ambito de 4
las ideas y la cultura fue la indiscutible vencedora.
Pero el triunfo de la cultura no aclar6 todos los misterios. En Los que dijeron antes loque decimos hoy
concreto, dej6 un enigma pendiente: la secuencia de Geiger. 0,
mejor dicho, habrîa debido dejarlo.
til-la sa-dull·ba-ta ud-da an-ga-me-a
[La vida de ayer se ha repe tido hoy.]

(Provcrbio sumerio ,
principios del scgundu milenio a.C.)

br ntt rfwl)mw gddwt, iw gddwt gd (w)


[Lo que se dice es sôlo repeticiôn, lu que se h a
dicho, dicho cstâ.]

(<<Las lamentacioncs de Khakheperre-seneb»,


poema egipcio, principios del segund o
milenio a.C.)

ïVJO 7~ -r~1 ;,wv~w N1:1 :1wv.~w ;-;1,11 ;-;;;;~'W N1:1 :1:vW ;-;1,1
;,; ;:J 1~:;> Nl:1 lVJQ :1! :1~) 11,1N'tQ 1=i-J iV~ .tOI?~;:! DDI1
O't1Q~? l:l~/ l:l'~iVN')? 111~! l'~ . 1J~~77;l :1;;:1 1tQt$ 0'7;l?i.l7
;'!JltJ~? 1';;J~tQ Cl! 711~! Ov'? :1~;;1' N'? 1';;J'll(
ltQué es loque fue? Lo mismo que sera. 2Qué es
Jo que se ha hecho? Lo mismo que se harâ. N ada
cs nuevo en este mundo ni puede nadie decir :
he aquî una cosa nueva, porque ya existio en los
siglos anteriorcs a nosutros. No queda m emoria
de las cosas pasadas ni tampoco de las que estân
pen vt·nir hahra memoria entre aquellos que
Vl'lld r;i 11 dt'~pul·s.]

Ul
Nullum est iam dictum , quod non dictum sit palabra para designar, p or ejemplo, el rojo, incluso cuando no las
prius tienen p ara ningun otro color? ëPor qué no hay le nguas del desier-
[Nada se dice ahura que no se baya dicho antes.] to con un unico nombre para e l amarillo y nada mas? ~Por qué no
hay lenguas de laj ungla con nombres solo para el verde, e l m anon
(Terencio, hl Eunum, 161 a .C.)
y el azul? La vieja explicacion de la secuen cia de Geige r, que Jo
achacaba a la evoluciôn d e la re tina durante los ültimos mile nios,
Pereant qui ante nos nostra dixenmt
habla quedado descartada. Pero si Jo que determina ba el orden e n
[Al rliablo qu ienes dijeron antes loq u e d ccimos
cl que surgen los nombres d e los colores no era la m ejora graduai
hoy.]
de la vision cromatica, se n ecesitaba una explicacion alternativa a
(Eiio Donato, si~lo IV d.C., la progresi6n evolutiva de Geiger, de modo que con toda seguri-
comentario sobre Terencio) dad la busqueda de esa explicacion hubiese d ebido convertirse e n
la tarea mas urge n te del o rde n d el dîa.
Sin e mbargo, los lingüistas y los a ntrop6 Iogos no Jo vieron asf.
El ano 1969 fue espccialmente rico en acontecimientos hist6- En lugar d e intentar resolver la cuestion , d ecidieron ignorarla.
ricos m emorables: el hombre piso la Luna, yo nad y en Berkeley se Fue como si toda la comunidad investigadora hu biese sido vîctima
publicô un librito titulado Basic Col01· "Jèmns: 1ï1eir Un ivn:mlity and de un hechizo de olvido, ya que en unos anos la secu e ncia de Gei-
Evolution [Nombres d e los colores basicos: su universalidad y evo- g-er desapareci6 del rnapa y nunca mas se supo d e e lla. A simple
lucion], que tuvo de inmediato gran rcpcrcusiôn e n el <irnbito de vista p uede ser diffcil en te nder por qué sucedi6 asf, p ero d eb emos
la lingl"tfstica y la antropologfa. Su impacto fu e tan rcvohu.-ionario <o nsid c rar los movimientos sfsmicos que las cie ncias hu ma n as es-
que cuare n ta anos después much os lingüistas consideran que el ethan sufric ndo e n aque l tie mpo con respecto a su vision del
estndio d el color empezo en e l verano de 1969 e incluso los que mundo: cambios profundos e n la actitud hacia los denominados
tienen uua ligera idea de que otros hablan pe nsado e n estas cosas ,aJv~jes y una aversi6n cada vez mayor por todajerarqufa que cla-
antes d e Basic Colo-r Trrms siguen considerando que c l pcriodo an· silicara los grupos étnicos e n funci6n d e su supuesta evoluci6n,
terior a 1969 cs la prchistoria, una Edad d e las Tinieblas sin im· 11.-rmino gue entre los antropôlogos estaba convirtié ndose rapida-
portan cia ni consecuencias, salvo quiza en tre los historiadores. lllt' tlte e n u na palabra m aldita.
Para entcndcr por qué este libro tuvo un ekcto ta n explosivo te n· La opinion gene ralizada e n el siglo XIX habîa sido que los
dre m os que regresar al pun to e n el que ha bfam os d~jado nuestra ,; tlv~ jes eran biologicametlté inferio res a los pueblos civilizados,
historia y e m e rarnos de l cur ioso clestino que tuvo la secuencia de '~"~<'S humanos no del todo evolucionados. Sc solia asurnir que
Geiger en las primeras décad as del siglo xx; sin lugar a eludas se .d~unos grupos étnicos del planeta representaban ctapas ante rio-
trata d e uno de los casos mas graves de amnesia colectiva e n los ~e·s de la evolucion biol6gica de los europeos. Dondc mejor que-
anales de la ciencia. tl.mlll resumidas esas actitudes d ecimonônicas fuc e n la gran ex-
Lo n ormal habrla sido que, una vez reafirmada la autoridad de l'' ,,,iciùn que tuvo Iugar a principios del nuevo siglo, e n 1904, en
la cultura sobre los conceptos del color, la lista d e prioridades in- SI. l.ouis (Missouri) , donde se celebr61a mayor feria mundial h as-
cluyese en primer lugar una cuestion obvia: êPOf qué los conceptos '·' <"llloltees, la Louisiana Purchase Exposition , para conmemorar
del color d e muchas le nguas sin relacion alguna e ntre sf se clesa- d <cnlcnario d e la compra d e Louisiana (un vasto te rritorio del
rrollan siguiendo un orde n tan predecible? Si cad a cultura pue<lt~ • tllll i IH"lltt" nol1l'é\IIH'J'Îcano que Thomas J etfe rson habla adquiri-
elaborar su vocabulario del colora su antc~jo y c·n lùnci/m de sus tlu a Napok6 n ). Uuo d(• los prim·ipalcs eventos d e la exposicion
rircunstancias concretas, (p<>r qué los pueblos, dn•dc los polos lias- lut· una llllU"Sira <lllii'opolliJ.(il"a si11 pn·<·<·cl<'ntcs. Se lle varon gru-
la los ln'•picos, clesdc AJ"rira hasla Amc··rka, ~Ïc"IIIJllt " lic·nc·u 1111a pos c ~ lnicos <"X<.•IÏ<"os dt• loclu 1'1 llllllldo a SI. l.nuis para l'Xhihirlos

l Ul
en <<poblados» construidos segun su grado de evoluci6n. El infor- mana» apareci6 en la revis ta Science en 191 O. Los hallazgos de
me oficial de la exposici6n justific6 su eleccion de las razas ex- Woodworth pueden parecemos ahora la mas banal afinnaci6n de lo
puestas con las siguientes palabras ( jrespira hondo, lector!): <<Los obvio, pero en su momento eran tan radicales que tuvo que miti-
tipos fisicos elegidos fueron los menos alejados de la forma subhu- garlos con grandes cantidades de «quizâ», «es posible» y «proba-
mana o cuadrupeda [mono], empezando por los pigmeos aborf- hlemente••. Aun asi, el mensaje que subyacfa estaba claro coma el
genes de Africa e incluyendo a los negritos de Mindanao [Filipi- agua: «Probablemente tenemos razones para llegar a la conclu-
nas], los ai nu, de la isla septentrional del archipiélago japonés... y siôn de que los procesos sensoriales y rnotores, asi como las activi-
diversos tipos ffsicos de indfgenas de América del Norte». dades cerebrales bâsicas, son iguales en todas las razas, aunque
Por muy dificil que resulte entender estos sentimientos en re- difieran en gradaci6n entre los distintos individuos ••.
trospectiva, no estaban en desacuerdo con los principios ciemffi- A pesar de que este nuevo punto de vista no calô de inrnediato
cos de aquel tiempo. Como en general se creia que las caracterfs- en la conciencia general, los cambios de actitud en la comunidad
ticas adquiridas eran hereditarias, lo natural era llegar a la conclu- cientffica fueron bastante râpidos. La nueva antropologfa invitaba
sion de que el primitivismo era algo wn lo que se nada, no en lo a que se entendiese cada cultura tai como era, como el producto
que se nacfa. Si las actitudes mentales de una generaci6n afectan de su propia evoluciôn, no como un estadio anterior en el ascenso
a la herencia de sus descendientes, es 16gico que el primitivismo hacia la civilizaci6n occidental. Las gradacîones entre diferentes
sea una caracterfstica biol6gicamente heredada, no un estadio de culturas quedaron fuera de lugar y todo lo que sonaba a la viej a
la educaci6n. lncluso cientificos muy preparados aceptaban, por jnarqufa evolucionista, desde el mono hasta el hombre europeo,
~jemplo, que rasgos mentales como la tendencia a la superstici6n t·mpez6 a resultar sospechoso y desagradable.
y la ausencia de inhibici6n y de capacidad de abstracci6n eran
rasgos hereditarios de los «salvajes inferiores».
No obstante, todo esto empez6 a cambiar en los primeros
aii.os del nuevo siglo. A medida que aumentaban las dudas sobre Por desgracia, la progresiôn evolutiva de Geiger fue vfctima
la condicion hereditaria de las caracteristicas adquiridas, la creen- dt· esta especie de resaca. La hipotesis del arden coml'm en el de-
cia en el primitivismo biol6gico cedfa terreno y daba paso a una ,;trrollo del vocabulario del color (blanco y negro> rojo > amari-
nueva concepci6n que situaba la soberanfa cultural por encima llo> verde> azul) parecfa culpahle de los peores yerros del pasa-
de los rasgos mentales. En Estados Unidos se afirmaba explîcita- do: situa ba las dîferentes culturas en un a jerarqufa es tric ta en la
mente como principio de la ciencia antropolôgica que la cultura qut• las mâs simples y cort menas nombres de colores estaban al
era el ûnico factor admisible para explicar diferencias mentales en- lina!, mientras que las lenguas europeas, con su elegante y sofisti-
tre grupos étnicos. El abismo que separaba las viejas actitudes de ' .ulo vocabulario del color, estaban al principio. Y Jo peor fue que
Jas nuevas se hace 1mis evidente al comparar el informe oficial de la l.1 sccuencia de Geiger provoc6 inevitablernente que los sistemas
Louîsiana Purchase Exposition con el informe alternative de Ro- dt' color de los pueblos primitivos parecieran estaciones de paso
bert Woodworth, profesor de psicologia de la Universidad de Co- •. ,, t'l camino hacia la civilizaci6n europea. En el nuevo elima inte-
lumbia. Woodworth se inspir6 en los métodos experimentales de lnlllal, este tipo de evoluci6njerarquica era bochornoso y pensar
Rivers con los isleii.os del estrecho de Torres (aunque no le impre- •pw t·.ste caso concreto de jerarquia pudiese ser verdad debi6 de
sion6 su interpretacî6n de los resultados) y decidi6 utilizar la con- h.H 1'1 t'St' hochorno tociavfa mas punzante. Era diffcil resistirse a
currencia de diferentes grupos étnicos en St. Louis para investi· l.1 lt·ntaci1'm de olvidarlo y no tardo en aparecer una excusa per-
gar. Examina a cientos de personas de razas y tipos ,··tnicos distin· l•·c ta. t\lg-uit•ll sug-irit'J qtu· la Sl'("lU'IlÔa oe Geiger podrfa no haber
LOS, pero 110 solo Ja Vista, sino tamhién OII'OS llllldloS Jli'OC<'SO!I 'lido m;is que· una roinl'icl<'nl'ia: la primada dd rojo sobre el ama-
nu·ntaks. Su inlùrnH' sohrc ·dos mt•nos alc·jaclo.-. de· la Inn ua suhhu· tlllc,, pnr c·jc•mplo, potii'Îil haiH·tsc· dc·hido a l;1 muc•stra de lc·nguas

Uli
investigadas. Se alegaba que quiza cuando se investigasen mas len- un ejemplo muy sencillo. El espaiwl posee tres conceptos de color,
guas podrla verse que algunas habian tenido un nombre para el amarillo, verde y azul, que dividen la mayor parte del espacio cro-
amarillo antes que para el rojo. Lo cierto es que nadie encontro matico aproximadamente como muestra la figura 4a del encarte.
esas lenguas, ni entonces ni después (aunque al final tuvo que Ahora bien, si esta division fuera arbitraria, Jo logico seria que no
modificarse un aspecto de la secuencia de Geiger, como veremos fuese mas frecuente entre las lenguas del mundo que, pongamos
enseguida) , pero basto con la espet·anza de que algun dfa pudie- por caso, la division en «verdi llo » (verde + amarillo) , turquesa y
sen aparecer ~jemplos contrarios para que nadie se tomara la mo- zafiro, como en la figura 4b del encarte. (Por qué entonces hay
lestia de explicar los inoportunos paralelismos en la evolucion del decenas de lenguas que funcionan aproximadamente como el es-
vocabulario del color entre tantas lenguas ajenas entre sf. De este pailol y ninguna como esta otra division?
modo, metieron a Geiger en el saco de la intolerancia decimonO- Consideremos ahora un ejemplo mas ex6tico. Ya hemos visto
nica y se deshicieron de am bos. que algunas lenguas dividen el espacio del color en solo tres con-
En las décadas siguientes a la Primera Guerra Mundial, tanto ceptos. Si los colores fuesen realmente a rbitrarios, cualquier parti-
la secuencia de Geiger como el pro longado debatc del siglo XIX cion triple del espada del color deberfa tener las mismas posibili-
cayeron en el olvido. Lo unico que se mantuvo fue la cantinela de dades de resultar elegida por las lenguas d el mundo. En especial,
que los vocabularios del color varfan e normemente entre cultu- las dos opciones que se ofrecen a continuaci6n deberfan darse con
ras. Las profundas similitudes que subyacen a esas diferencias no la misma frecuencia. La primera opcion (figura fla) esta represen-
paredan ya clignas de mendon y se proclamaba que toda cultura t.ada por la lengua de Bellona, el atolon polinesio m cncionado en
distribufa el espectro a su antqjo. F.n 1933 Leonard Bloomfield, el d capîtulo antetior. Los tres conceptos del bellonés dividen el es-
lingüista estadounidense mas destacado de su generaciôn, expuso pado del color de la siguicnte manera: blanco (que también inclu-
con total contundcncia ese credo enwnces hien es tablecido: «Los vc todos los colores muy vivos). n egro (que incluye pùrpura, azul,
Hsicos consideran el espectro del color como una escala continua, 111arron y verde) y n~jo (que incluye narat~ja, rosa y amarillo oscu-
pero las lenguas delimitan partes de esa escala con hastante arbi- ro). La segunda opciôn (figura .rJb) a l parecer se e ncuentra en otra
trariedad». Una década después el también ilustre lingüista danés kngua islefla de la que también h emos ofdo hablar. En la lengua
Louis ~jelmslev se hizo eco de las palahras de Bloomfield cuando 1.iftana la di\~siôn se diferencia de la del hellonés en un d e talle
afirmo que toda lengua «establece arhitrariamente sus limites» en importante: el verde pertenece al rqjo en lugar de al negro. En
el espectro. En la década de los cincuenta las formulaciones fue- otras palabras, en la lengua ziftana el concepto de n~jo incluye
ron todavfa mas extremas. Verne Ray, antropologu estadouniden- rujo, nara~ja, rosa, arnariHo' oscuro y verde, mientras que el con-
se, declan) en 1953 que <•no existe eso que llaman division "natu- cept<> de negro incluye solo negro, purpura, azul y marron. Ahora
ral" del espectro. Los sistemas humanus del color no se hasan en hit·n. si realmente toda cultura estableciese con bastante arbitrarie-
factores psicologicos, fisiologicos o anatom icos. Cada cultura ha d;HI los !fruites entre los colores, serfa de esperar que la manera
tomado la secuencia del espectro y la ha dividido en funci on de 1iftaua fuese tan frecuente como la bellonesa. ~ Por qué entonces
pautas bastante arbitrarias». •lcccnas de lenguas se comportan co mo el bellonés, pero n i una
~Como fue posible que sesudos cientfficos dljesen estupideces ~· 1la co mo la proverbial lengu a ziftana ?
de este calibre? Imaginemos loque estas afirmaciones significarîan J>urante décadas estos h ech os se consideraron impropios de
si fu esen verdad. Supongamos que los conceptos del color de cada c-nHlitos y las afirmaciones sobre la arbitrariedad del color apare-
lengua fueran realmente arbitrarios y no tuviesen nada de nat mal. n ·all sistermiticanwntc sin oposicion alguna en libros de texto y
Podrfamos entonces esperar que cualqu ier pron·dimiento aleato- • ollft·n·ucias. Era casi como si la teorîa d e la arbitrariedad del co-
rio para establecer el espectro tendria las mismas pmhahilidadt•s lor st• huhit-st• inspirado ,.,, 1111a lùmma rima estadmmidense, que
de ser elelq~idn por las l<'n~uas cid llHtllclo. l't·to lt's asî? Vt·amo.ol clin· asl:

llfl
As J wa.s .sittin[i in my chair, Estaba sentado en mi silla, la comunidad a cadémica: la revdaci6n, que Berlin y Kay califica-
1 knez11 the buttorn wasn 't there, sabla que no tenia asiento, ron de <<hallazgo totalmente illcsperado», de que las lenguas ad-
Nor legs nor back, hut /just .sat, ni pa tas ni respaldo, pero yo estaba quieren los nombres de los colores en un ordcn predecible. Para
sentado, ser exactos, descubrieron la secucncia que Lazarus Geiger habfa
lgnoring little things like thal. Ajeno a tales minucias. postulado ciento un anos antes, y que en manas de Magnus se
convirtio en un tema de intenso y prolongado debate durante las
La teorfa de la arbitrarieclad no tenia ni pies ni cabeza, pero el ùltimas clécadas del siglo XIX.
mundo académico pasaba por alto tales minucias. Es preciso reconocer que la sccuencia evolutiva de Berlin y Kay
('ra algo diferente de la de sus predecesores. En primer lugar, ~jus­
taron la prediccion de Geiger sobre el amarillo y el verde. Geiger
11ensaba que el amarillo siempre recibe nombre antes que cl ver-
Todo cambiô en 1969, cuando un pequeiio libro de Brent Ber- ' de, pero los datos de Berlin y Kay pusieron de manifiesto que algu-
lin y Paul Kay, dos investigadores de Berkeley, acabo de golpe con ••~ts lenguas desarrollan un nombre para cl verde antes que para el
medio siglo de fcliz olvido y reinvmt6 el espectro. Tras haber detec- .unarillo, de manera que aportaron una secuencia alternativa que
tado lo absurdo de las afinnaciones sobre la arbitrariedad en el daba acceso a dos vfas diferentes de evoluciôn:
vocabulario del color, Berlin y Kay decidieron hacer comparacio-
nes sistematicas: rccopilaron informaciôn sobre los nombres rela- blanco y negro > I'OJO > amarillo > verde > al.ltl
cionados con el color en veinte lenguas distintas recurriendo a blanco y negro > I'OJO > verde > amarillo > aznl
una tabla de colores como la de la figura ô del encarte.
Su analisis los llcvo a dos cxtraordinarios descubrimientos y, Par otra parte, Berlin y Kay intentaron tamhién aii.aclir algu-
cuando empczaron a divulgarse, su libro fue el anuncio del nuevo nos detalles a la secuencia de Geiger, pero al final resultô que no
amanecer en cl estudio del color, un avance revolucionario y un nwiorahan nada. Por ejemplo, crefan que la secuencia genera l
hito que transformarfa tanta la lingüîstica como la antropologîa. puecle extenderse a otros colores y afirmaron que el marrôn es el
Un critico cscribio Jo siguiente: «No parece exagerado reclamar • olor que siempre recibe un nombre después del azul y que tras
un lugar entre los descubrimientos mas importantes de la ciencia ..t marron siempre viene uno de los siguientes: rosa, pùrpura, na-
antropologica para Basic Colm· 7l~rms, de Berlin y Kay". Y otro aii.a· t,utja o gris.
diô: «En contadas ocasiones un descubrimiento es tan evidente• Si se dejan de lado es l'as·diferencias snperhciales, Berlin y Ka y
mente significativo e importante como el que aporta Basic Colm' 1t'descubrieron a la bella durmientc de Geiger, tras tm sueùo de
Terrns [ ... ] Cualquiera de los dos hallazgos por separado serîa ya • u·1tto un aiios, pricticamente como él la habla dc:iado , y la des-
asombroso, pero los dos juntos en un solo librito es realmcnLc pt-rtaron con un sonoro beso. Por supuesto, a naclie se le ocurrio
increfble ». , ()l\'n a l\amarla secuencia de Geiger, ya que sus propuestas ha-
(Cuâles cran esos dos hallazgos increîbles? En primer lu!-{<11'1 l ,,.,Il desaparecido de la memoria colectiva. En la actualidad, a
Berlin y Kay descubrieron que las palabras que describen el colur ··~Lt progresion cromatica se la conoce mundialmente como «Ber-
no cran tan arbitrarias como se habla creîdo. Aunque los sislelllilll It 11 ,. Kay, 1969». Pero si se soslaya cl espinoso asunto de los clere-
del color de las diferentes lenguas varfan considerablemenlt', al· • ltt 1s de au tor, Jo cierto cs que la secuencia que habla enconado el
gunas mane ras de dividir el espectro son mue ho m<is na lu ralc1 d• ·hatt· en l'l siglo x 1x vol vit·, a salir a esc ena y pi dio explicaciones:
que otras. Unas son las prefericlas por muchas lcnguas llo rdadt)o ,,c o11ao t·s posihlt· qu(' t;mlas knguas adquieran palabras sobre el
nadas entre sî, mientras que otras no las adopta lcngua alguua. , ()lor t'li d misn1o onku v pot que·· los conceplos del color de las
Sin embargo, tuc su scgundo dcscuhrimienlo cl qut' t;uanclt•ô l'''"''
dll•·n·nll·s h·IIJ,(ll<tN, a la" dilc·••·u• i<ts, son tan similares?

ljlj
..

La respuesta de Berlin y Kay a estas preguntas hizo oscilar el caso un verde puro, no un verde azulado) y nueve tzeltalhablan tes
péndulo de nuevo hacia ellado de la naturaleza. Tras medio siglo senalaron tonos azul coma m~jores t:jemplos de yas (en la zona de
en el que la cultura no solo habla saboreado los frutos de su legi- G-H/ 28-30). A partir de este comportalll icu to Berlin y Ka y llega-
tima victoria, sino que reino con poderes desmedidos cual monar- ron a la conclusion de que, a la postre, nucstro verde y nuestro azul
ca absoluto, Berlin y Kay practicamente retrocedieron a la opi- debfan de tener algo de natural y universal, ya que induso hablan-
nion de Gladstone de que «la naturaleza nos dio nuestros colores les de lenguas que los consideran un solo color esrogcn tm verde
primarios••. Por supuesto, no negaron que las culturas puedan di- puro o un azul puro como ejemplos prototfpicos y ningtmo <le
ferir en la manera de establecer los limites entre los colores, pero cllos siente que el turquesa tenga algo especial.
atirmaron que, al margen de diferencias superficiales en dichos Dado que Berlin y Kay encontraron también un gran acuerdo
limites, en el fondu son comunes, realmente universales. Asegura- con respecto a los focos de otros colores entre hablantes de las
ron que esta universalidad se ponia de manifiesto en Jo que deno- veinte lenguas que investigaron , concluyeron que los focos eran
minaron los «focos» de los diferentes colores. constantes universales de la especie humana determinadas biolo-
Su nocion de ,,foco» se basô en la intuiciôn de que algunos J.!;Îcamente con independencia de la cultura. Afirmaron que el in-
tonos parecen mejores prototipos de un color determinado que \'l'ntario de focos naturales incluye exactamente once, que se co-
otros. Todos compartimos esta misma intuiciôn, aunque raramen- rresponden con los once colores basicos del inglés: blanco, negro,
te pensamos en ella de forma consciente. Por ~jemplo, hay milio- mjo, verde, amarillo, azul , marron, purpura, rosa, naranja y gris.
nes de tonos diferentes de rc~jo, pero aun asf sentimos que aigu- Berlin y Kay no ofrecieron explicacion alguna sobre el m·den
nos son mas rojos que otros. Si nos pidiesen que escogiéramos el c-11 cl que los focos reciben un nombre. Dijeron que serfa materia
m~jor ~jemplo de r~jo en el grâfico de la figura 6, probablemente cl .. investigaciones futuras. Pero afirmaron que sabfan déinde de-
no seleccionarfamos un burdeos como H5 o un rosa rojizo como hia buscarse la explicacion: en la naturaleza de la vision humana.
Dl. Aunque ambos son indudablcmente r~jos, seguramente seiia- l .o (mico que la cul tura podia escoger librcmente era cuântos de
larfamos algun tono en la zona de G 1. Del mismo modo nos pare- c·stos focos reciben nombres propios (y, por supuesto, qué etique-
ce que un verde hierba de la zona de Fl7 es mâs verde que los Lis <tlrihuirles). Una vez que una cuttura ha decidido un numero,
demâs verdes. Berlin y Kay definieron el foco como el tono con- Lt naturaleza se ocupa del resto: decreta qué focos recibirân nom-
creto que consideramos el m~jor e;jemplo de cada color. Ill c·s y en qué orden, y establece lfmites aproximados en torno a
Cuando pidieron a los hablantes de las diferentes lenguas que c .ula uno de ellos segùn un patron preestablecido.
seii.alasen los m~jores ~jemplos de varios colores, la similitud entre
culturas a la hora de escoger los focos fue sorprendente y con el
azul y el verde resulto especialmente llamativa. Muchas lenguas no
distinguen entre el verde y el azul, que consideran ton os de un mis- Al igual que sucede con todo péndulo digno de este nombre, es
mo color. Una de elias es el tzeltal, lengua maya de México que uti- 11111\' dif'fcil que las opiniones bien asentadas pasen de un extremo
liza el término _'Va-~ para toda la zona verzul. Cabrfa esperar que .d cc-ntro sin haberse desplazado antes hasta el extrema opuesto.
cuando se pida a los tzeltalhahlantes que escc~an el m<:;jor e::iemplo 1· 11 le 1s ;uios que siguieron a la revolucion de 1969 el nuevo credo
de _'Vas, senalaran alg1m tono del centro de esta banda, un perfecto tt·soiH -, t'Il las salas de conferencias y los libros de texto proclama-
turquesa a mitad de camino entre el verde y el azul, digamos en 1••11 - n Hl l'l mismo a rd or con el que habfan predicado la posicion
torno al F24, pero de los cuarenta tzeltalhablantes que pasaron la cll.lltll'l ralnH·n tc opllt'sta t'Il a ti os anteriores- que ya no quedaba la
prueba ni uno solo escogio un foco turquesa. Trein la v 11no seii.ala- 1111'1101 ducla: los h··nninos d1·l color eran naturales y universales. El
ron tonos verde claro (entre GIH y (~20, 1111 fùc·o de· VtTdc· mils ml- 11 1lor p;tsc'l a sc·r t'l t'jt·mplo llliÎ~ sorprt'ndente de la unidad concep-
euro fJIH' cl que sHclcn clc).{ir los an).{loparlmii<'N, pc·rnc•n cu•Licptic·r lll.tl dd gt;nno hlllllillltl \' c·l lc-n~lliljc · dd color fut• ckrlarado el

J()(l 1" 1
argumenta triunfador en el debate entre la naturaleza y la cultura, J.r 1\ERTAD CON RF:STRICCIONES
que ahora quedaba por fin resuelto a favor de la nat~1ralez~.
El libro de Berlin y Kay dio lugar a que otros mvest1gadores Después de tantas idas y venidas de la naturaleza a la cultura,
revisasen los conceptos del color en muchas mas lenguas, con ma· dt" la cultura a la naturaleza y vuelta a la cultura, ~en qué ha ara ha-
yor detalle y exactitud que en los intentas anteriores a 1969. En laa «1« 1 cl debate? Al final , la idea de que la adjudicacion de nombres
décadas siguientes se recopilaron y compararon sistematicamento c11Jcdcce a leyes naturales absolutas ha rcsultado ser un a simple
las percepciones de limites y focos de los hablantes de decenas dq llusi6n, ya que toda regla tiene sus excepciones, pero lo cierto es
lenguas. Pero a medida que iba creciendo la cantidad de _Ienguat que las similitudes entre lenguas al escogcr los focos siguen siendo
que se sumaban a las veinte de la muestra inicial de Berhn y Kay dcmasiado asombrosas para considerarlas puro azar. La mayoria
y que el método de obtencion de datos se volvfa mas sofisticadol dt" las lenguas se comportan de forma muy predecible, Jo cual seria
fue quedando claro que la situacion era menos simple de lo dillcil de explicar si las culturas fuesen libres de dividir a su antojo
Berlin y Kay habian propuesto. De hecho, la mayor parte de lets conceptos del color. Este incomodo equilibrio entre conformi-
afirmaciones categoricas sobre universalidad absoluta en el cbd y divergencia es especialmente innegable en el orden en que
bre de los colores se desvanecio en los anos siguientes. nolucionan los nombres de los colores en las diferentes lenguas.
Para empezar, resulta que muchas lenguas contradicen l'or tm lado, al ampliar la muestra de lenguas se pone de manifies-
ampliaciones de la secuencia de Geiger que Berlin y Kay lu que casi todas las predicciones tienen su cxccpci6n. La (mica
propuesto, ya que mucstran que el marron no siem~re es. e_l tq.!,b que ha permanecido intacta es que el rojo, después del negro
mer color que recibe nombre después del azul. Es mas, \' «'1 blanco, es siempre el primer color que recibe un nombre. Por
posteriores tuvieron que d~jar de afirmar que hay once focos t•1 ni ro, la mayor!a de las lenguas se ~jus tan a la secuencia de Gei-
versales que se corresponden perfectamente con los colores w·r •1 a la secuencia alternativa del verde antes rlel amarillo y cso
co, negro, rojo, verde, amarillo, azul, marron, pùrpura, rosa, 1111 pucde ser una simple coincidencia.
ra~ja y gris de la lengua inglesa. A la luz de los nuevos datos, 1k este modo, los datos que han ido surgiendo en las décadas
fue posible seguir defendiendo el estatus supuestamente l'•";ulas no han satisfecho del todo a ninguno de los contendien-
sai de los cinco focos <<secundarios» -marron, pùrpura, rosa, lt·~. rti a los buitres de la cultura ni a los gansos del innatismo. Me-
ranja y gris- y, una vez revisada la teoria, se centro un lill dicho, los dos bandos se contentan con quedar·se como estan ,
en los seis focos «principales»: blanco, negro, rojo, verde, [HII"~In que pueden scguir di~cutiendo a sus anchas sobre si Jo que
y azul. Pero a medida que las opciones de los h~blantes de al . tlt•lnmina principalmente IÔs conceptos del colores la cultura o la
lenguas se alejaban significativamente de los focos que en pru lltllm;JI<"za (en el mundillo académico nadic hace carrera si esta de
pio debian ser universales, incluso los de estos colores princi til IH"J do con los demis) . Pero todo aquel que revise las pruebas

resultaron ser menos uniformes de lo que Berlin y Kay h 11111 1111 mlnimo de imparcialidad se dara cucnta de que cada uno
supuesto en un principio. Por ultimo la base de datos, cada ri•· h ~~ 1):tndos reclama un a parte de la verdad. Tanto la cul tura
màs completa, puso de manifiesto que algunas lenguas reùnt•n t 1111111 l;1 ll<llllraleza estan en su derecho de reivinclicar los concep-

un solo concepto combinaciones de focos que el modelo ori~i IH•• dc·l color y ninguna de elias goza de hegemonfa absoluta.
de Berlin y Kay consideraba imposibles. Por ejemplo, alguna~ 1 ••nsidcro que la influencia de la cultura en los conceptos del
guas carecen de palabras para los colores amarillo claro, w 111lc '' prtl"dt· cara<ïerizarsc median tc la siguiente mâxima: «Liber-
claro y azul claro. En definitiva, aunque algunas de las re~o~,"la~ httl « c111 n·slri<"cioncs ... l.a nrllura posee un grado considerable de
muladas en un principio por Berlin y Kay sigan vigen tes, JI ' llhn l.rd para dcscompo1H'r d t'S]H'<"Iro, pero dentro de las flexi-
mente ning-una de sus tcsis ha pl·nnallt"ddo intarta <·omo ky ld•·~ 11''1 rit-cioltt's 1[11<' t'lilahlnt · la nalura kza . Aunrpte todavfa es-
Vt'I"Sal si Il CXC"t'JlCÎOIH'S. helll•t" lt·jos dt· couoc·t·l la h.IM' .111,111 tlllic .1 <'X;H"ta dl' estas restric-
ciones, es evidente que la naturaleza no establece leyes inmuta- que las p ersonas buscan nombres para las cosas ot· las que necesi-
bles sobre como dividir el e spacio del col or. * Lo que hace la tan hablar. La importancia cultural del rqjo es fundamental en
natura le za es sugerir proto tipos 6ptimos, divisio nes razonables en sociedades simples, sobre todo porque es el col or ck la san gre.*
funcion d e las peculiaridades de la anatomia d e l ojo. Los sistemas Ademas, como Gladstone sugiri6 e n 1858, es probable que el inte-
cromaticos comunes entre las lenguas del mundo giran mas 0 me- rés por el color como propied ad abstracta se desa rrolle a medida
nos en to rno a clichas divisiones, pero las le nguas no tienen por que evoluciona la manipulaciôn artificial de los colores, cuando el
qué seguir estos prototipos al pie de la letra, de manera que las color ya no es algo privativo de un objeto concrt'to. Los tintes ro-
directrices de la naturaleza pueden verse comple mentadas (e in- jos son los mas habituales y los mas sencillos d <' bhricar y hay
cluso invalidadas) por las o pciones culturales. muchas culturas que solo utilizan el negro, e l blanco y el rojo
La explicacion de la secuencia de Geiger d ebe buscarse tam- como colo res artificiales. Asi, tanta la naturale za como la cultura
bién en el equilibrio entre restricciones naturales y factores cultu- destacan el rojo sobre los d e mas colores y seguram e nte por eso el
rales. No cabe duda d e que hay algo biologicamente especial en n~o es sie mpre el primer color, tras el blanco y el negro, que red-
nuestra re lacion con el rojo. Como los demas primates del Viejo he un nombre .
Mundo, el hombre parece predispuesto a exaltat·se con este color. Después del rqjo estan el amarillo y el verde, mientras que el
Una vez vi un cartel en un zoo que advertia a los visitantes vestidos azul suele aparecer mas tarde. Tanto el amarillo como el verde
de rqjo que no se acercase n a lajaula de un gorila. Y experimentas nos parecen mas luminosos que el azul, y el amarillo es, con mu-
con se res humanos han de mostrado que la exposici6n al rojo pro- cho. el m as luminoso. (Como se explica en el Apé ndice, la muta-
voca e fectos fisiol6gicos como e l aumento d e la resistencia eléctri· cion que introdt~jo en los prima tes la especial se nsibilidad al ama-
ca d e la pie l, que es nna m ~clirla rle exci tacio n e mocional. Hay rillo aume nto la capacidad d e nuestros antepasados para detectar
s61idas razones evolutivas que lo explican, ya que el rojo es indicio h·uta marlura e ntre las h~jas ve rdes.) Pero si Jo que determino e l
de gran cantidad de inc ide ncias vitales, sobre todo de peligro interés por los colores hubiese sido simpleme nte la luminosidad,
(sangre ) y de sexo (por ejemplo, el gran trasero rojo de la hembra 1'1 primer color en recibir nombre habria sido e l amarillo, no el
del babuino avisa de que esta preparada para la reproducci6n), mjo. Como no es el caso, debe re mos buscar la explicacion de la
Pe ro también h ay razones culturales que contribuyen al esta• preced en cia del amarillo y el verde con respec ta al azul en la im-
tus especial del rojo y e n ultima instancia se reducen al hecho de porta ncia cultural de estos dos colores. El amarillo y el verde son
los colo res de la vegetaci6n y la diferencia entre am bos (por ejem-
* En 2007 tres investigad o res, Terry Regie r, Naveen Khe ta rpal y Paul Kay plo, e ntre la fruta madura•y la verde) tiene consecue n cias prâcti-
(ya me ncio nado) , tratamn d e explkar estas restriccio nes a na tomicas. Pa rtieron c;ts que m erece la pena mencionar. Los tintes ama rillos también
de la id ea de que un conceplo es «natural» si agru pa cosas q ue nos parccen simi· ...on relativamente faciles de fa bricar. Por otra parte, la importa n-
lares y afirmaro n quc la cli'>isiôn cid espacio del colores na tural cuando los to•w•
de cada catcgorfa cromâtica son Jo mas parecid os posihle entre sf y lo mâs clifc- ' ia cultural del azul es muy limitada. Como h e comentado a nte-
rentes posible de los tonos de o tras catep;orfas. Para ser mas exactos, una division ' ionne nte , el color azul esca <sea en los materiales de la natura leza
natural maximiza la similillld que se pe rcibe entre los tonos de un concepto ,. <·s muy dificil conseguir tintes azules. Las p e rso nas de culturas
dado y minimiza la similitud entre los to nos de conceptos dife re n tes. Podrîamot
habe r imaginado que tocla divisiôn del espectro e n scgm cntos continuos sl'rilt
igualme nte n a tural en este respecto, p orque los tonos vecinos siemprc pan·n·n * F.n nnlt'has lenguas el no mhrc d el color rojo de riva de la palabm .w ngrl'
simila rcs. Pe ro , en la prictica , los accidentes de n uestra anato mia hac<'ll que rdacic'm lingüfstil'a ha c·slimnlado las mente s d e ge nc raciones de exégetas
1 , . ,,; ,

nuestro espacio del color sea asimé trico, porque mu•stra sc·nsihilidacl a la luz ee lothlicm, ponpw IÏ<'IH' que· Vl'r nada mt•nos que con el nombre del padre d e la
mayor en unas lo ngitudes de o nda que en otra.~ (para 111:i.~ dt'tallc·.~. vc~ a~l' el luuu:u1idad. St•Kiill la c · liuuolo~la hihlica , Ad:\n dcbe su nombre al color roja de
Apl-nd in·). Esta t;dla cl t' 1111ilill'lnillad han· que· ;IIJ.:IIIIOI~ di\'i~ic Ille'' cid c·sp;~cio dr.l 1., 111'11 ;1 là til clt- la que· lill' ' H·.1do (rulmtudt ), pero tulrunah deriva de la palabra
•·olor ;uuuc·ntt·nm;is IJIIC' otr;1.' l;1si•nili11ul dc·ntro lit· 1 ;ula 'une ''1 ''',v b rli~mimt• '•l'lllilio·a CJIIC' clc-urilw l'ltolnl lolo (rulrlllll, ..t r·u;cl prorc·dl' a su Vl'Z dt• la pala-
~·an c·on n·~lwc · to <1 lo~ dt ' lllii~ . 111 ,1 o/11111 ( ~;IIII(H' ) .
sencillas pueden pasarse toda la vida sin ver objetos realmente ne sobre la razon por la que H omero utilizaba chlôros para las ra-
azules. Por supuesto, azul es el color del cielo (y, para algunos de mitas recié n cortadas, pero a cualquiera que compare ambos ana-
nosotros, del mar), pero como apenas hay materiales azules de im- lisis se le podrfa perdonar que sospechase que Conklin plagi6 el
portancia prâctica, la necesidad de encontt·ar un nombre para ese pasaje entero de Studies on Homer and the Homeric Age.
inmenso espacio vacfo no es urgente. Es mas, la intuici6n d e Gladstone de que la oposici6n entre
luminosidad y oscuridad era la base principal del sistema cromâti-
co de Homero podria mantenerse hoy, prâcticamente intacta,
<"omo una de las ideas m as valiosas sobre el desarrollo del vocabu-
Ha pasado mucha agua por e l rfo Escamandro desde que lario del color. No obstante, nadie admitirfa que esa idea fue suya,
aquel gran especialista en Homero que de vez en cuando ejercfa Ltltarîa mas. Las vcrsiones modernas presentan como una teoria
de primer ministro emprendiera una odisea a través del mar vino- uueva y ult.ramoderna la vieja idea de que las lenguas parten d e
so en busca del sentido d e l color en el género humano. Desde 1m sistema basado en la luminosidad que progresivamente va cen-
entonces la expedici6n, que se inici6 en 1858, ha dado la vuelta al t râ nd ose e n el ton o. Pero aunque la terminologia de esta teoria
mundo varias veces, se ha visto zarandeada de aquf para alla por moderna es mas compleja e impresionante que la antigua, ofrece
fuertes corrientes ideol6gicas y por las mas tempestuosas contro- poco que no estuviese ya en el amilisis de Gladstone.
versias cientfficas del momento. Pero cha avanzado algo? Es posible que la mayor ironla de esta historia sca que incluso
En cierto modo, resulta descora:wnador que no hayamos l') modelo evolucionista, aparentemcnte infantil, que invoc6
avanzado gran cosa con respecta al anâlisis de Gladstone en 1858. <:tadstone en los inicios del debate sobre el color dio también en
Es tan clescorazonaclor que las interpretaciones contemporâneas c-1 clavo. El mecanismo d e evoluciôn por estira mie nto de Lamarck
apenas hacen referencia a aquel am\lisis. Si buscamos en clebates <·s una manera perfect<t de explicar los cambios entre la época de
lingüfsticos, con mucha su erte e ncontraremos a au tores que men- Ilomero y la actual si pasamos por alto un pequeno detalle: que
cionen a Gladstone y, cuando lo hagan, lo relegar<in a una nota a < ;bclstone creyô estar d escribiendo evoluciones biol6gims. Aunque
pie de pagina que aluda a sus «esfuerzos pioneros•• , una de esas ,.1 modelo lamarckiano, scgtm el cual las capacidades adquiridas
notas que quicn escribe considera que debe incluir, pero que na- por una gcneraci6n pueden h cre darse y convertirsc en innat.as en
die se molesta en leer. Sin embargo, su desc ripci6n de las <<rudi- b siguiente, sea una m anera ridfcula de explicar cambios anatô-
mentarias concepciones de l color det·ivadas de los elementos>> en cniC"os, es también una mane ra muy razonable de e ntender la evo-
Homero fue tan aguda y clarividente que buena parte de lo que hwit'm cultural. En biolog'fa; las caracterfsticas adquiridas durantc
escribi6 hace sigloy medio diffcilmente podrfa mejorarse hoy, no t;, \'ida de un individuo no pasan a su descendencia, de modo que
solo como analisis del griego homérico, sino también como des- .c11nque el entrenamiento del qjo mt:iore la sensibilidad a los colo-
cripci6n de muchas sociedades contemporaneas: <<Para Homero • <'S, esta me:jora no se transmitira a la siguiente generacion. Sin

los colores no eran hechos, sino imâgenes. Las palabras que utili- r·cnhargo, el modelo lamarckiano se ajusta como un guante a la
zo para describirlos son figurativas, tomadas de objetos naturales. nnlucion cultural. Si una generacion cultiva su lengua y <<estira»
Como en aquellos tiempos la terminologia d e l color no estaba fi- .,., ,·ocahnlario hasta crear un nombre para un color, los hijos << h e-
jada, cra el genio de todo auténtico poeta quien seleccionaba su tc-danin» este rasgo cuanclo sus padres les ensene n a hablar.
propio vocabulario•>. En un pasaje muy citado, el antropologo Ha- l'or cso, la tesis ck Cladstone de que la evoluci6n del vocabu-
rold Conklin exp1ico por qué los hanunoo dt~ Filipinas \hunan l.ll·io dd color supuso la «JH·ogn:·siva educaci6n» de la humanidad
verde a un pedazo de hambü marrôn recién rortado: h;îsicamcntt• 1 ·~ 1111 lwcho l'l'al totallllt'lll<' t'oJ-rccto, como también lo es su
por su «fr<'scor», que es cl principal signifir;ulo dt· LI palabra 1w1df'. , 1<TIH·ia dt· CJilt' d .,(IIWIIIO cie· llomc·ro,. ncn·sitaba entrenamien-
Prohahklll('nlt· ( :onldi11 lllllll'il ky<'l las t·xplic a< in•u·s dt· ( :tadsto- to para distin~uir le~ c·u)ol 't'"· auwpu· no rayc'1 t'Il la nu·nta d e cu;il

1nl1 '""
era la facultad humana que requeria esta progresiva educaci6n y de rocillas y avesas, pertos y garros, hodras y pi~jas lo hiciera en un
qué 6rgano necesitaba entrenarse. Y si este largo debate de siglo futuro, probablemente el resultado seria que los desventurados
y medio ha hecho avances significativos ha sido precisamente en ninos no lograrîan aprender «correctamente» estos conceptos e
el esclarecimiento de esa problemâtica, en desvincular el ojo de la impondrian una version «incorrecta>• con significados mas razo-
lengua, la educacion de la anatomia, la cultura de la naturaleza. nables y naturales que se corresponderian con nuestros p~jaros,
Es aqui donde nuestras ideas se han agudizado desde la ceguera rosas, gatos, perros, hojas y piedras.
de Gladstone ante la cultura en 1858, de Geiger en 1869, de Mag- Por otra parte, cuando la naturaleza h a d ado muestras de la
nus en 1878 y de Rivers en 1903, pero también desde la ceguera menor vacilacion 0 de la mas leve falta de claridad a la hora de
de Leonard Bloomfield ante la naturaleza en 1933 (las lenguas establecer sus limites, cliferentes culturas han oscilado mue ho mâs
delimitan los colores «COn bastante arbitrariedad>>) y de Verne en la division de conceptos que alguien expuesto ûnicamente a
Ray en 1953 («no existe eso que llaman division "natural" del es- las convenciones sociales. Para que los conceptos sean ütiles y
pectro») o incluso desde la mi op fa de Berlin y Ka y ante la cul tura puedan aprenderse, deben apoyarse en una logica razonable y en
en 1969. la coherencia interna, por supuesto, pero den tro de estos limites
sigue habiendo muchas maneras perfectamente razonables de
descomponer el mundo, que los nin os pueden asimilar con facili-
MA.s ALLA DEL coLoR dad y aptas para cubrir las necesidades de comunicacion de los
hahlantes, pero muy distintas de las que conocemos.
Es posible que las disputas sobre el arco iris hayan sido mas El âmbito del color dejo claro que lo desconocido no siempre
virulentas y }argas que las de otros conceptos, pero los conoci- t·s antinatural. Por ~jemplo, una lengua en la que el amarillo, el
mientos que han surgido del debate han resultado beneficiosos vnde claro y el azul claro se consicleren tonos del mismo color
para todos los demâs aspectos de la lengua. El marco de libertad nos parecerâ ~jena hasta la incomprension, pero esta division es
con restricciones que acabo de sugerir ofrece la mejor manera de del toclo logica en un sistema que se centra en la luminosidad , no
entender en términos generales la funci6n de la cuttura en la for- c·n el color, y en el que el principal color individualizado del pris-
maci6n de los conceptos de la lengua e incluso en el sistema gra- ma es el n~o , de manera que todos los colores vivos sin matiz n~ji­
matical. m qucdan incluidos en el mismo concepto.
Es verclad que las diferentes culturas no son libres para dividir Pero hay otros muchas ejemplos de que Jo que no conocemos
el mundo a su ant~jo, ya que tropiezan con los limites de la natu- 111, cs necesariamente ar'ltinatural. En un capîtulo posterior nos

raleza, tanto la del cerebro humano como la del mundo exterior. o.-uparemos de un caso sorprendente, aunque poco conocido: los
Cuanto mâs firmes son los limites de la naturaleza, menos libertad 1 onceptos para clescribir el espacio y las relaciones espaciales. U n

deja ésta a la cultura. Por ~jemplo , la cul tura a penas tiene libertad ··jc·mplo mas famoso es el de los términos de parentesco. Por ~jem-
de expresi6n con los gatos, los perros, los pâjaros y las rosas. Pode- 11h •. la Iengua de los in di os yanomami , de Brasil, puede parccernos
mos estar seguros de que en toda sociedad en la que haya p~jaros tnt;dmente confusa porque agrupa a parientes de todo tipo en un
y rosas habrâ palabras que se correspondan con nuestro pajam y .,. •l•, coucepto. El uso de un ûnico término, .(ariwa, tanto para pri-
nuestra rosa y no las habra que equivalgan a las rocilla y avesa de la •••••s n 11110 para cui'laclos puede ya parecer bas tante peculiar, pero
lengua ziftana. Incluso si intentâsemos crear una lengua artificial ne, no cs nada comparaclo con la palabra yanomami ciwa, que en-
llena de este tipo de conceptos poco naturales, no est;i nada daro ~lnha a hl'nnanos y a alK1111os primos, los h~jos de los tfos paternos.
que los niiios pudieran aprenderlos. Por razont's humanitarias oh• Pnt ol ra parlt·, los yanom~uni nmsiderarfan que los dos ténninos
vias, nactie ha rcalizado un experim('nto asf, pc·l'o si allo{uic·n lu c·,p;1110ll's "Jli'Îillo" y "JII'Îillil" ,1\otl insoportahlemenle imprecisos y
hastantt' nut'l para criar niùos sonH·tidml a 111111 clit·L• morwlinKÜC cpu· !'! ÎIIJ.4kS t'S indiii'ICI IIBI~ ÎIU ~t·r!Jit•Jll!'tllt' V<IKO por \l'litT st'l}O

.,.w. Ir Ill
una palabra, cousin, para definir como mfnimo cuatro tipos distin- ficaci6n genética de la gramatica contiene a lgunos «parametros» ,
tos de familiares: amiwa (hija de un tfo pate rno ode una tfa mater- cs decir, un p equeno grupo de opciones programadas de an tema-
na) , ciwa (h!jo de un tio paterno ode una tfa materna), suwabiya no que pueden concebirse como in terruptores. Los ninos que
(h!ja de un tio materno ode una tia paterna) y .~oriwa (hija d e un <tprenden su lengua materna no necesitan atm'nder las reglas gra-
tio materno o de un a tfa paterna). Hay sistemas incluso mas extra- maticales, ya que sencillamente su ccrebro <!justa los panimctros
il os para clasificar a los familiares, como uno al que los antrop61o- prcprogramados en funci6n de la Jengua a la que esta expuesto.
gos llaman «Sistema crow de parentesco>>, en el que se utiliza el 1,os innatistas han defe nclido que los dife rentes <~nstes d e esta
mismo concepto para cl padrc y para aigu nos primos (los hüos de pcqueiia cantidacl de interruptorcs incluyen todas las variantes de
un tio paterno). Todas estas maneras de clasificar a los f~tmiliares las estructuras gramaticales de Jas lenguas de todo el mundo. Por
tienen su 16gica y su cohcrcncia, pero son radicalmente distintas Jo tanto, la unica libertad de la que gozan las d ileren tes culturas
de las categorias que nosotros consideramos naturales. 1·s la de ajus ta r cacia uno de los parametros: sc pulsan varios inte-
La libertad de la cultura es todavia mas pronunciada en el rruptores de una mane ra y se accede a la gramatica inglcsa, se
amhito de la gramatica, ya que las estructuras gramaticales son pulsan otros de otra y se acced e a la gramatica italiana, y basta coll
por naturaleza mas abstrac tas y. como hcmos visto, e l control de la 1oquetear aigu nos m as para poner e n marcha la gram;itica .iapo-
natm·aleza se difumina considerablc men te en el terreno de la abs-- llCSa.

tracciôn. En e l Pr61ogo he comcntado el ~je mplo de los pronom- La teoria de los panimetros ha e nco ntrado muchas crlticas y
bres personales, fJUe pucdcn cstar definidos de manera muy dis-- ~tlgun a burla por parte de los que sc oponen al innatismo, pues
tinta a la que <:>stamos acostumbrados. Otro aspccto sorprendente ;tscguran que las difercncias entre las lcnguas delmundo son de-
dd sistt->ma grarnatical , que varfa incluso entre Jas principales len- lltasiado amplias para abarcarlas con unos cuan tos par<imctros,
guas. es el orden de las palabras. Pur ejemplo, los japoneses y los que desde una perspectiva evolucionista es poco probable fJUe
turcos disponen las palabras y los elemcntos gramaticales de una pucda surgir una gram<hica codificacla genéticamenlc con Lill gru-
mane1·a fJHe nos parece pervcrsamente invertida. En mi Jibro The 1'', de inLerruptores d e este ti po ((pal·a qué?) y que la teorîa de los
UnfoldinK f!l LanguagP anal id~ aigu nos ~jemplos, entre ellos la ora- pM<imetros no es mas que una manera enrevesacla d e enfren ta rse
cic>n tu rea «Padi$ah vnir~ini ordular-1-nm lm}-l-na getirdi», en la que .1 dil<..~rencias gramalicales cuya explicaci6n es mucho m{ts simple

una traducciôn literai de cada clemento - «Sultan visir su tropas ' Liril si no se parte de la hase d e que las reglas gramaticales son
su de cabeza su a puso»- cs casi tan ininte ligible para nosotros litt tatas.
como la propia lengua turca. Pero a un turcohablante que se en- l ,a controversia sobre el car<'icter in nato de la granl<itica ha
frente por primera vez con el espanol, nuestra disposicion (<<El gl'll(')'ado montaùas de pape! en las ültimas décadas y muchas es-
sultan puso a su visir a la cabeza d e las tropas» ) le parecera igual l.tntnfa.'> cntien hoy b~jo su peso e n todo el mundo. Como este
de p eculiar. hhro sc centra e n los conceptos de la lengua, no en la g ramatica,
A pesar de que nadie pone en e ntredicho las muchas diferen- 110 :11bdirâ rnucho p eso al debat.e. Sin embargo. Hama la atcncion

cia.-. entre g1·amaticas distintas, los a rgumentas sobre coma inter- 11 11 ;tspccto de l sistem a gramalical, precisamcnte po1·que se ha li-

pretarlas han sido vehementes. La divergencia entre sistemas gra- l•t.ulo casi dcltodo, y sin justificaciôn, d e la controversia: la com-
rnaticales desafia especialmente la idea de una gramatica univer- l'll'jidad de la lengua. En este tema sigue habiendo un extrano
sal innata, porque si Jas reglas grarnaticales estuviesen coditicada~ •••ttM·nso entre los lingiiistas de todos los credos y conviccioncs:
en los genes se rfa diffcil explicar por qué las gram;\1 ic·as son tan !odos dlos sulwstimall gr;l\Till('lllt' la influencia de la culturd.
diferentes en aspectas fundamental<:>s. Una rt'spuc·sta de· los inna-
tistas a t'Ste desafïo ha sido Ja influyC'lllt' I<'OI'Î<I cie· Jas "\':II'ÎaC'Îollt'H
parantc~tric;es., de• la gram;ltica ILIIÎV<'nml. Sc•Ktht c·111a tc •ot"ia la col!i-

Ill
5
Platon y el porquerizo macedonio

Pregunten a Pe pe e l fonta nero, a Pedro e l labrador o a Tomas


l'! h~jo del gaitero qué tipo de lenguas h ablan las tribus semides-
nudas de la selva tropical del Amazonas y sin duda les responde-
t;in que «los primitivos habla n le nguas primitivas». Hagan la mis-
'"" pregunta a lingüistas profesionales y les respondenin algo m uy
d ife rente. En realidad. n i siquiera tienen que preguntar, ya que
l"l los mismos Jo diccn: «Todas las lenguas son igual de compl~jas ••.
Este grito d e guerra es una de las doctrinas mâs repetidas de la
moderna disciplina de la lingüfstica y durante décadas se ha pro-
lt·sado desde tribunas a Jo la rgo y ancho del planeta, se ha procla-
tttado en libros de texto y a la menor oportunidad sigue predicân-
t lc •se al publico en gen eral.
Entonces, {quién tiene razon, la gente o los lingüistas? {Es la
n •ntplejidad de la le ngua uha· constante uni versai que retleja la na-
tllralcza de la especie humana, como atirman los lingüistas, o una
\ ; n iahle que refl~ja la cul tura y la sociedad de los hablantes, como

• tt"l' ll Pepe, Pedro y Tomas? En las paginas siguientes trataré de


c n11 vcncer al lector d e que ni los unos ni los otros tiene n lOda la
t "''·nt, pero que quienes rmis se equivocan son los lingüistas.

II .I'N( ; l iAS I'RIMJTIVAS?

El littgïtista R. M. W. l>ixon, quc inic:iô seriamente el estudio


dt · las h·nguas ahorif.(t'JII's atl.'ltraliaHas, com t:·nt6 e n sus memorias
1.1'1 actÏIIHI<'S CJIIC' l'Il' C'III'IIIIIJÙ l'JI los itÙIIS St'St'JIIa duranlt' SliS prÏ·

•••
1'1
1

meros viajes de campo a North Queensland. Cerca de Cairns, un con los aborfgenes de diversos continentes un mero pr~ju icio,
granjero de raza blanca le preguntô qué estaba hacienda exacta- producto de la imaginacion retorcida de mcntt's impcrialistas y l'
1
mente. Dixon le explicô que tenfa la intenciôn de escribir una chovinistas? Si nos tomasemos la molestia de viajar a North 1
gramâtica de la lengua aborigen local. «jVaya! No va a resultarle Queensland (la region mas septentrional del estado australiano
muy difîcil, todo el mundo sabe que no tienen gramatÎGl», le con- de Queensland, también dcnominado Northern Region) para ob-
testô el granjero. Ya en Cairns, una emisora de radio local Jo en- servarlo por nosotros mismos, c:descubrirfamos que en realidad
trevist6 sobre sus actividades. El asombrado locutor no daba cré- todos los indfgenas peroran con torrentes de elocuencia cervan-
dito a sus ofdos: <<~Quiere usted decir que los ahorfgencs hablan tina?
una lengua? Crefa que eran solo gruiiidos y gimoteos». Cuando De ninguna manera. Aunque las historias populares no siem-
Dixon le respondio molcsto que tenfan mucho mas que grurî.idos pre se ajustan al rigor académico, en liltima instancia sus descrip-
y gimoteos, el locutor exclama: «Pero no tienen mucho mas de ciones se basan en la realidad. Es cierto que los aborfgenes suelen
doscientas palabras, c:vcrdad?••. Dixon le contestô que aquella mis- emplear una lengua ruda y poco gramatical: •<no dinero no ve-
ma maiiana habîa recopilado de dos nativos unos quinientos nir>•, «no poder hacer», ••yo dormir mucho n, <•yo mucho tiempo
nombres solo de animales y plantas, de manera que el vocabulario antes no problema», «yo andar andar andar mucho oscuro». Ta-
total debfa ser mucha mâs nurneroso. Pero la mayor sor·presa para dos éstos son ejemplos anténticos de «habla indîgena ».
ellocutor lleg6 al final, cuando quiso saber a qué lengua conocida Sin embargo, en todos ellos hay Lruco: la lengua primitiva que
se parecfa mas la_jerga local. Dixon le explicô que algunas estruc· les oîmos hahlar es siempre ... espaiiol (y, si no, inglés o francés). Y
turas gramaticales de la lengua aborigen que estaba estudiando se aunque es verdad que cuando se aventuran a hahlar esas lenguas
parecfan mas al latfn que al inglés. ('mplean una version reducida, agramatical, rudimentaria e inar-
Actitudes comolas que se cncontro Dixon en los arl.os sesenta liculada -es rlecir, .. primitiva»-, sucede asf sencillamente por-
ya no son frecuentes, al menos de mancra tan bw·da, pero la opi- l[lte no es su lengua. Imaginémonos por un momento a nosotros
nion de la calle -incluso de calles muy distinguidas- sigue sien- 111ismos -criaturas elocuentes, sutiles y conocedoras de la grama-
do que las lenguas de los aborfgenes de Australia, de los indios de t ica- intentando que nos entiendan en una lengua que no sabe-
Latinoamérica, de los bosquimanos de Âfrica y de otros pueblos tnos. Llegamos a un pueblo perdido en el que nadie habla espa-
primitivos del munrlo son tan simples como sus sociedades. La tlol y estamos desesperados por encontrar un lugar donde dormir.
sabidurfa popular considera que si una forma de vida es subdesa- 1.o (mico que tenemos a mano es un diccionario de bolsillo. De
rrollada, su forma de hablar también debe serlo, que las herra· 1 q){'nte toda la sofisticaciÙn y la exquisitez de nuestro discurso
mientas de la Edad de Piedra son indicativas de estructuras gra· dt·saparecen. Se acaharon los «(Serfa usted tan amable de decir-
maticales primitivas y que la desnudez y la ingenuidad equivalen a 1111' d{>nde podrfa encontrar una habitacion para pasar la noche?» .
un habla infantil e inarticulada. N1 ~s sentimos lingüfsticamente desnudos y tartamudeamos: «~Yo
La razon de este error es muy sencilla: nuestra percepcion de dormir aquf?», .. ~ana alnoom hoona? >> o el equivalente en la lcn-
una lengua se basa en gran medida en nuestra exposicion a SU!I f', lLI en la que pretendamos hacernos entender.
hablantes y a la mayorfa de nosotros la exposici6n a las lengua!l ( :uando intentamos hablar una lengua extranjera sin haber
aborfgenes suele llegarnos a través de la literatura popular, las pt·· p.t~;ulo allos aprendiendo en la escuela sus matices gramaticales,
!feulas y la television. Lo que escuchamos en esas representacio· 1c·c tliTÎ!llos a una estratcgia rle supervivencia: quedarnos con Jo
nes, rlesde Tint.in hasta los westerns, es siemprc <jl!(' los indios, !oK '''l'twial, diminar todo salvo d contenido estrictamente necesario
africanos y otros indfgcnas hablan cie forma nulimt·ntaria, t'Il , p;tsar por allo Jo qtu• 110 sc·;• htlldarncntal. Es exactamente loque
plan «yo no venir••. ~Sera scncillamentc· <pw la litnatura populm· lrtl!'lllall ltan·r los ahod~c·nc·s, 11o por<)llt' su kHgua no tcnga gra-
uos tictu· c·ngalrados? ~Es la lt·n).(llil c•ntn't'lllllula qtu· asociamol llt.1tica, si no porque• h1 ~eoiiNtlc ;u ÎIJ!\ de· su IC'ngua ck nada lt's sirvt'

II..J
cuando se e nfrentan a una lengua extranjera que no han aprendi- sea mas complej a que la otra. Pensemos, por t:icmplo, en los j6ve-
do bien. Los indios de América d e l Norte, por ejemplo, cuyas len- nes pianistas a los que admiten e n la prestigiosa.Juilliard School de
guas forman palabras tan larg--tts que nos dejan sin aliento, con musica de Nueva York. Ninguno de ellos sera tm «pianista p rimiti-
una deslumbrante arquitectura de prefijos y sufijos, ni siquie ra vo, que solo sabe tocar Los cinco lobitos con un d<·do, pero eso no
logran colocar una simple s final en los verbos ingleses y dicen he · <JUÎe re decir que estén todos igual de preparados. De la misma
come, she work, etc. Y los indios sudamericanos, cuyas le nguas sue- tnanera, ninguna le n gua que durante gen eraciones h a servido
Jen utilizar diferentes tiempos verbales en pasado para sei'ialar los como medio de comunicaciôn en una sociedad puede carecer de
distintos grados de antet;oridad, tam poco son capaces de apro- un minimo de complejidad, pero eso no imp lica que todas las len-
piarse el (mico pasado elemental del espai'iol y dicen cosas como g·uas sean igual de complejas. c:Descarta eso, por ejemplo, la posibi-
«él va ayer» . Pongamos por caso una tribu amaz6nica, cuya lengua lidad de que lenguas de civilizadones sofisticadas puedan ser mas
exige especificar el estatus epistemologico de acontecimientos ('()mplejas que las de sociedades sencillas? (C6mo sabemos que
con tai su tileza que dejaria tartamudo de estupefacci6n al aboga- it-nguas de culturas avanzadas no son menos compl~jas?
do mas ingenioso (hablaremos de ella en e l siguiente capftulo). Si
los miembros de esta tribu intentasen hablar espaii.ol, solo po-
drfan utilizar una lengua rudimentaria e inarticulada.
Si definimos una «lengua primitiva» como algo parecido al Lo sabemos porque nos Jo dicen los lingüistas y si tod a una
e leme ntal «yo do rmir aqui», es decir, una lengua con varios den~ d isciplina académica proclama desde todas las tribunas posibles
tos de palabras y sin los medios gramaticales para expresar mati- qttc es asf, sin duda estamos pisando terren o firme . La misma
ces, e.ntonces la rea lidad empfrica es que ninguna Jengua natural mmpl~jidad sue le e n contrarse e n tre los primeros articulos de fe
es primitiva. Hoy en dfa ya se h an estudiado e n profundidad cen- qttc los estudia ntes lee n en su libro de introducci6n a la discipli-
tenares de lenguas de tribus sencillas, y ninguna, ni siquie ra las de ll <t. Un e;jemplo tfpico es la in troducci6n a l le n guaje de mayor

pueblos muy atrasados en la manera de vestir y e n los aspect01 c·xi to, e llibro de Victoria Fromkin y Robert Rodman , cuyas nume-
tecnol6gicos en general, se qued6 en la etapa del «yo dormir t c1sas ediciones, desde la primera, de 1974, h a n si do libro de texto
aquf». Asi que sin duda Pepe, Pedro y Tomas se equivocan cua ndo dl' varias generaciones de estudiantes estadounidenses y de otros
dicen que «los primitivos hablan lenguas primitivas». La «tecnolo- paises. El primer capftulo, con el prometedor tftulo de «Lo que
gfa>> lingüistica formada por sof1sticadas estructuras gramaticales ' "bernos de la lengua» , explica Jo siguiente: «Las investigaciones
no es exclusiva de civilizaciones avanzadas, sino que se encuentra lin~ïtfsticas se remon tan al"menos a l 1600 a.C. en Mesopotamia.
incluso en las lenguas de los mas primitivos cazadores y recolecto- l•l'sde entonces bernos aprendido mucho, de modo que podemos
res. Como ellingüista Edward Sapir expres6 memorablemente en •·-;t;thlecer cierta cantidad de bechos relativos a todas las lenguas».
1921, en loque respecta a la complejidad de estructuras gramatl~ .\ nmtinuaci6n pasa a explicar los doce h echos que todo estu-
cales, «Platôn camina allado del porquerizo macedonio y Confu· di .utte deberia saber de emrada. El primero es que «donde hay
cio j unto al salvaje cazador de cabezas de Assam>>. ··•·~e ·s humanos hay lenguaje» y, e l segundo, que «todas las le n guas
Pero (Significa todo esto necesariamente que los lingüistas tir.- '' •t t ig ual de complejas».
nen raz6n cuando afirman que << todas las lengua'> son igual dC' l in a l'Studiante de mente inquieta podrfa preguntarse cuando
complejas»? No hace falta asistir a un curso superior de l<lgica para 1 •k>t td{' ('Xactamente - en esa larga historia de investigaciones
darse cuenta de que estas dos afirmaciont:s, «Il<> hay lcnguas prim'- 'jil l' st· iniciaron hacia el 1600 a.C.- «hemos aprendido» que to-
tivas>> y «todas las lenguas son igual de complc:jas», 110 so11 cquivao d .ts las lc·nguas son igual dc· n mtp lejas. c:Quién hizo este especta-
k ntcs y que la primera no implica la s<~lo(llllcltl. Uos lc·nguas ptH·cl~n 1 etl<lt' dt'snehrimit·utoÎ' Por.~uptu·sto , serfa poco razonable esperar

c·star por c·tu·ima <lt·l .cyo dormir aqui•, pc•ro c•11o 1141 quit;! qtu• uni 11'11' 1111 lihm dc· tt•xto inllochuïorio ahondast• <"tl C"stos detalles t~n

.·'· ....
el primer capftulo y nuestra estudiante no esta apurada. Sigue le- todas la., le ng uas son igual de com plejas, los lingüistas nunca se
yendo, convencida de que en un capitulo posterior encontrara la preoc upan de aclarar d6nde, cuando y c6mo se realiz6 este descu-
respuesta (o al men os en un libro de texto mas avanzado). Lee brimiento. Nos dicen: «Creednos, que sabemos lo que decimas» .
capitulo tras capitulo, pasa de un curso a otro y lee todos los libros Bueno, pues yo digo que no nos creais, porque no tenemos la
de texto, pero ninguno le ofrece la informaci6n que esta buscan- menor idea.
do. El principio de «igual complejidad» se repite una y otra vez, De hecho, el dogma de la igual complejidad no se basa en
pero en ningün sitio aparece la fuente de esa valiosa informaci6n. prueba alguna. Nadie ha m edido nunca la compl~jidad general
Nucstra cstudiantc cmpicza a sospechar que seguramente se le ha de una sola lengua, mucho m e nos de todas elias. Nadie tiene la
escapado algo obvio en el camino. Como le d a ve rgüenza mostrar menor idea de cômo medir la compl~jidad general de una )en-
su ignorancia y admitir que no sabe algo tan e leme ntal, signe bus- gua. (Volveremos a este problema en breve, pero de momento
cande desesperadamente. hagamos como si supiésemos aproximadamente qué es la comple-
En algunas ocasiones cree estar a punto de e ncontrar la res- jidad de una lengua.) El eslogan de la igual complc::jidad es solo
puesta. En un libro de un importante lingüista encuentra la expli- un mito, una leyenda urbana que los lingüistas repiten porque se
cari6n explicita de que e l principio de igual complejidad es un Jo han oido repetir a otros lingüistas, quienes a su vez Jo escucha-
deswbrimiento: «La lingüîstica moderna ha desc ubierto que todas ron de otros anteriores.
las lenguas son aproximadamente iguales en Jo que a compl~jidad Si no somos tan tîrnidos como nuestra estudiante y presiona-
se refiere••. Nuestra estudiante se pone contentfsima. Ahora estâ mos a los lingüistas para que nos digan en qué se basan para afir-
al corrientc de las convencio nes de los textos académicos, de mar este principio, seguram ente la fuente que mencionanin es un
modo que sa be que cada vez que se comunica un descubrimiento, pasaj c de un libro titulado A Course in Modern Linguislics rcurso d e
no una m e ra afirmaciôn o una opinion, es imprescindible ofrecer lingüistica moderna) escrito e n 1958 por Charles Hockett, uno
allector la referencia bibliografica en la que se e n contro. Al fin y de los parlres de la lingüistica estructuralista estadounidensc. Lo
al cabo, como sus profcsores le han repetido cientos de veces, el mrioso es que en este pas<:~j e cl propio Hockett d~j6 bien claro
principio mas importante que distingue los textos académicos de que la igual compl~jidad no era un desc ubrimie nto , sino una
los periodisticos o divulga tivos es que pueden respaldar las afirma- IIH.·ra impresi6n:
ciones con pruebas s61idas. Consulta las notas al final del libro,
pero, qué raro, debe de haber habido algun e rror de composi- Es dificil valorarlo objetivamentc, aunque da la imprcsion de
ci6n. porque esa nota e n concreto no esta. que la complejidad gram~ttical de toda lcngua, Leniendo en cue nta
tanto la morfologfa [estructura de las palabras] como la sintaxis
U nos m eses mas tarde, nuestra estudiante vu elve a entusias-
[ cstruclUra de las oraciones ], cs rmis o men os co mo la de ntalquicr
marse al enco ntrar un libro que eleva todavia mas el estatus del
ot.r<t. No es sorprendc!lle, ya que todas Jas lenguas tienen funcioncs
principio de igualdad: «F.I hccho de que todas las lenguas, tanto
aproximadamente igual de complcjas y Jo que no se hace morfolô-
las antiguas como las modernas, las de sociedad es "primitivas" y ~icamcntc [es decir, en la palabrai debc hacerse sintacticamente
"avanzadas", son igual de complejas en Jo estructural es un descu- 1<'11 la oracion] . El fox [una k:ngua de los indios americanos de
brimie nto .fundamental d e la lingüfstica». De nuevo se apresura a Iowa 1. cuya morfologia es mas compleja que la del inglés, de beria
consultar las notas d el final dellibro, pero, qué curioso, ( COmo e11 h ' IHT una si n taxis algo mas sencilla, y asf sucede.
posible que los maquetistas h ayan vuelto a saltarsda?
~Deberîamos librar a nuestra pobre t'stu<lianh· de su sufri- l>acln que llockctt s<· toma la molestia de d c:;ja r claro que sim-
miento? Podria pasarse anos huscando la n ·ft·n·11ria hihliogr<ifica. pl•·mc·ll tt· .. (\a la im pre ·~ic in ", puc·dc pareecr i1~justo analizar este
Yo mismo llevo quinn· allos husc;ln<lola y todavia 110 la lw c·ncon• 1htsajc· con dt•Jnasiado d•·tallc ·, pt 't'Cl daclo su impacto en (:') de sa-
t raclo. ( :uanclo sc· t rata clc·l ·•dC'snlhrimic•nto ftnultmu·lltaJ .. cie• (pu• ltnlln dC' la linlo(iÜ~IiC'il moclc•rlltl v cpu·. ;1 IÙC'I'I.a ck rqwtirla. <'Sa

.• u ....
r

«Ïmpresi6n» se ha convertido en un «descubrimiento fundamen- Por ello, parafraseando a Hockeu, serfa posible concluir que
tal» de la disciplina, es necesario que pongamos a prueba su vera- ··d espaiiol, con una morfologfa tt·ece veces y media mas comple-
cidad. ~Surge de la nada esa impresi6n o la 16gica en que se basa? j;t que el inglés, deberfa tener una sin taxis trece veces y media mâs
Hockett supone correctamente que todas las lenguas deben tener scncilla». ~Es asf? De h echo, no esta nada claro que la sintaxis es-
un mfnimo grado de complejidad para realizar sus complejas fun- pailola sea de ninguna manera m cnos scncilla.
ciones. A partir de ahi deduce que si una lengua es menos com- En gen e ral, la 16gica de Hocke tt falla porque buena parte de
pleja que otra en un campo, debe compensarlo aumentando la Lt complejidad no es mâs que exceso de equipaje que las lenguas
complejidad en otro. Pero basta con pensarlo un momento para ;1cumulan a lo largo de los siglos, de mancra que cuando algo fal-
darse cuenta de que esa deducci6n no es correcta, porque buena la por la raz6 n que sea (de e sto hablaremos mâs ade! ante), no hay
parte de la complejidad de la lengua no es necesaria para comu- uinguna necesidad de compensarlo aumentando la compl~jidad
nicarse de forma eficaz y, por lo tanto, no es preciso compensar su c- 11 alguna otra parte. Y a la inversa, no hay ninguna nccesidad de
ausencia. Cualquiera que baya estudiado un idioma extranjero mmpensar el aumento de la complejidad e n un campo reducié n-
sabe muy bien que las lenguas pueden tener gran cantidad de dula e n otro, porque el cerebro de todo nii1o que aprende una
irregularidades inutiles que aumentan conside rablemente la com- lc-ngua puede h acer frente a una enorme cantidad de compleji-
pl~jidad sin contribuir gran cosa a la capacidad de expresar ideas. dad lingüfstica. El hecho d e que millones de ninos crezcan ha-
Por ejemplo, el catalan no perderfa ni un âpice de su capacidad hlando al me nos dos lenguas y dominen ambas a la perfecci6n
expresiva si algunos verbos cambiasen el participio irregular por lllllcstra que ninguna lengua llega a agotar ni de l~jos la capaci-
uno regular y lo mismo puede decirse, en una proporci6n mucho dad lingüfstica del ccrebro infa ntil. En resumidas cu entas, a priori
mayor, de otras lenguas europeas con muchas mas irregularidades un hay raz6n alguna para que le ngnas diferentes tengan misterio-
en la estructura de sus palabras. ... uncnte c l mismo grado d e complejidad.
De hecho, si sustituimos la lengua fox, e l ~j emplo de lengua
amerindia que ofrece Hockett, por una de las principales lenguas
de Europa. pongamos por caso el espanol, rapidamente veremos
hasta qué punto este argumento es espurio. La estructura verbal En ese caso, el lector podrfa preguntar: ~para qué perder el
del espanol es mucho mâs compleja que la d e l inglés. Veamos, por llnnpo en conjeturas apriorfsti cas como ésta? éQué interés tiene
ejemplo, el verho inglés to have, con solo cuatro formas verbales d1,n11ir en abstracto la cues~i6n de la compl~jidad, cuando la ma-
diferentes seglin sea la pe rsona y e l tiempo: ha·ve, has, hady having. 111"101 mas o bvia de saber si todas las lenguas son iguales consiste
Su hom6logo espaiï.ol, <<tene r », exhibe cincue nta y cuatro diferen· -11uplc-me nte en hacer un trah~jo de campo con instrumentas de
tes, jlreces veces y media mas!: uwdicic·m , en comparar las estadisticas vitales d e las lenguas y en
dt·tc-nnillar la exacta complejidad general de cada una de elias?
tcngo tienes tienc tenemos tenéis tienen 1L•y un chiste de los tiempos de la abundancia en la antigu a
tenfa tenfas teniamos tentais tenfan
1:1111111 Soviética en el que una mt~jer va a la carn icerfa y le pre-
tuve tuviste tuvo tuvimos ttrvistcis tuvieron
HIIu l;• al carn iccro: «~Puede pesarme doscientos gramos de sal-
tendré tendras tendra tendrcmos tendréis tendrân
tendrfa tendrfas tendrfamos tendrfais tendrfan t h11 l1.Js~ "· «Por supuesto, senora», le responde éste . «Traigame las
tenga tengas tengamos tcngâis tengan ~~~~~ hic-h;ts y se los peso." En nuestro caso, puede que las salchi-

tuviera tuvieras tuviéramos tuvierais tuvinau 1IJ,.., c·slc;n <thi, p<'ro h1lla el inslnunento para p esarlas. Me encan-
tuviese tuvieses t.uviésemns tuvic·sc·is tuvic•sc·u hu 1.1 c akular para d lc'<'lor la co•uplt:jidad general de una lengua,
tttviere tuvieres l.llviér<'mns tuvic·n•is luvinc·11 Pl'lo 110 tc·n~o la nu•nor idc·a de dcindc cncontrar la halanza y lo
tc·n tened tcJwos h'IH'I' r.·nic•tulu tc·uidn 1111•1111n le- pasa a c·ualquicor ulm lilllo{Ïtist ;J. lk lwdto, naclic· d<· los

1 ..,,
que profesan el dogma de la igual complejidad ha tratado nunca aqu( es que estarîamos comparando peras con manzanas. Las len-
de definir qué diablos puede ser la complejidad general de una ~uas tienen partes muy diferentes: fonemas, palabras, elementos
lengua. . ~ramaticales (desinencias), tipos de oraciones, reglas sintacticas.

«Un momento (me parece escuchar el murmullo de los pen- ;( :ômo comparar tales entidades? Supongamos que la lengua x
samientos dellector), incluso si hasta ahora n adie se ha preocupa- 1icne una vocal mas que la lengua Y, pero que Y tiene un tiempo

do por definir la complejidad, no debe ser muy dificil hacerlo. l't•rbal mas que x. ~Hace eso que xe Y sean de una complejidad
Por ejemplo, .:podrfa definirse la complejidad de una lengua .. imilar? 0, si no Jo son , ~cual es e l tipo de cambio entre ambas?
como la dificultad que plantea a los extranj eros que la apren- ,;( :uantas vocales equivalen a un tiempo verbal? ~ Dos? ~Siete? ~Tre­
den?». Pero ~exactamente qué extra~jeros? El problema es que la ' (' por el precio de doce? Es incluso peor que comparar peras y
dificultad de aprendizaje de una lengua extranjera depende fun- 111anzanas, es camo comparar peras y mananas.
damentalmente de la lengua materna de quien la aprende. El sue- Resumiendo, no hay manera de concebir un método que sea
co es pan comido para un noruego, de la misma forma que el es- uhjetivo y no arbitrario para comparar la complejidad general de
pailol lo es para un italiano. Pero ni e l sueco ni el espaiiol son fa- dos lenguas dadas. No se trata simplemente de que nadie se haya
ciles si la lengua materna de quien los apt·ende es el inglés. No lllolestado en hacerlo, sino de que es algo inherentemente impo-
obstante, ambas son incomparablemente mas faciles para un ha- 'ihlc, incluso si se intenta. Dicho Jo cual, ~en qué queda el dogma
blante del inglés que el arabe 0 e l china. ~Quiere esto decir que el de la igual complejidad? Cuando Pepe , Pedro y Tomas pretenden
china y el arabe son objetivamente mas diffciles? No, porque si la q11c «los pueblos primitivos hablan lenguas primitivas» escin afir-
lengua materna de quien aprcnde ârahe es e l hebreo le resulta lltando algo simple y eminentemente significativo, aunque inco-
facilisimo y. si su lengua mate rna cs e l tailandés, el ch inn lt> rt>sulta 1reno, pero el artfculo de fe por e l que juran los lingüistas es
menos peliagudo que el sueco o e l espaùol. Dicho en pocas pala- IIIIICho mas que incorrecto: carece del menor sentido. El descubri-
bras, no existe ninguna manera obvia de generalizar una medida mit•nlo supuestamentc fundamental de la disciplina no es mas que
de complt:iidad general basada e n la dificultad de su aprendizaje, palabrerfa hueca, ya que en ausencia de una definici6n de la com-
porque al igual que sm·ede con el esfuerzo necesario para despla- pkjidad general de una lengua la afirmaciùn de que «todas las len-
zarse a algùn sitio, toda depende dellugar desde donde se empie- gt~as son igual de complejas» equivale a decir que «todas las lenguas

za a andar. (Un inglés aprendi6 esto dolorosamente cuando se "111 igual de conejas».

perdi6 un dfa en las carreteras de Irlanda. Después de muchas Puede que la campaùa destinada a convencer a la poblaci6n de
boras de dar vue! tas por lugares desiertos dio con un anciano que !.1 igualdad de todas las teri.guas tenga las mcjores intenciones,
venia andando a la vera del camino y le pregunt6 la forma de re-- p11t's el h echo de intentar que la gente dt:,jc de creer que las tribus
gresar a Dublfn. «Si yo tuviese que ir a Dublin », le respondi6 el pt imitivas hablan lenguas primitivas es sin duda loable , pero no se
v~jete, «desde luego no iria desde aquf».) lkga a la sabidurfa oponiendo es16gancs vados a e rrores objetivos.
Pcrcibo todavfa cierta resistencia e n el lector. Si la noci6n de di-
ficultad no sirve, podrfa sugerir: ~y si basamos la detinicion de com-
pl~jidad en una medida mas objetiva, tai como cl numero de par·
tes en el sistema de cada lengua? De la misma manera que un A pesar de que la busqueda de la complejidad general de la
rompecabezas es mas complejo cuantas mas piezas tenga, ~podria­ l• ·t tgua t·quivale a la de una agt~ja en un pajar, no hay por qué
mos decir simplemente que la complejidad de una lengua t•st<i .th.utdonar dicha not"ic'm. De hecho, podemos mejorar considera-
determinada por el numero de formas dislintas <ptt' posee () por hlc•Jllt'tllt' tllt<'slras posihilidacks de (~ncontrar algo sustancial si
el nümero de distincioncs que hare o pol' t•l 1111lnno de tT).{Ia~ tlt-ja 111os dt· la do 1'1 lanta'lllla de· la t·mnplejidad general y optamos
gl'amaliraks o por al).{o internlt'dio t'lll1't' t'Mill" '"""s~ F.l pmhlt·ma pc11 b t'nlllpkjicl;ul dr nmtpw• tllllt'll'lriHh- la lcngua. Supongamos

1.11
...

que decidimos definir la complejidad como el nümero de partes g.111 o no tradicion escrita es bastante obvia. En las soriedades ile-
en un sistema. Si delineamos campos especificos de la lengua con II.H las el tamaiio del vocabulario esta muy lirnitado precisa mente
sumo cuidado, es bastante probable que podamos medir la cam~ 111 trque no existe eso que llamamos «Vocabulario pasivo» o, al me-
plejidad de cada uno de ellos individualmente. Por ejemplo, p~ Ill ts, el vocabulario pasivo de una generacion no se transmite a la
demos medir el tamano del sistema fonologico simplemente con- ~~~uiente: si una generacion no utiliza una palabra, la siguiente no
tando el numero de fonemas (sonidos bien diferenciados) que 1tl H lrà escucharla, de modo que se perdera para siempre.
constituyen el inventario de una lengua o bien podemos centrar·
nos en su sistema verbal y medir cmintas distinciones temporales
posee el verbo. Cuando las lenguas se camparan de esta manera, 1\lc IRFOLOGIA
de inmediato se percibe que la compl~jidad de los campos especî·
ficos de su gramatica varia enormemente y, aunque la existencia A pesar de que la dependencia cultural del vocabulario no es
de tales variaciones no es algo nuevo ni desconocido en sf mismo; .1lgc t que sorprenda ni lieve a controversia, la cuestion se complica
la cuestion a esclarecer es si las diferencias en la complejidad de c ua1tdo se trata de establecer si la estructura de la sociedad podrfa
campos diferentes podrian refl~jar la cuttura de los hablantes y la .1tn Jar a la complejidad de campos particulares de la gramritica de
estnlCtura de su sociedad. 1111;1 lengua, por ejemplo, a su morfologia. Las lengttas varfan
Casi todo el munda esta de acuerdo en que hay un campo de l'li' trlllemente en lo que se refiere a la cantidad de informacion

la lengua cuya complejidad depende de la cultura: la cantidad IJII~" l ransmiten sus palabras (desde el punto de vista individual,
de su vocabulario. La evidente linea divisoria se establece aqul 111 t nwdiantc la combinacion de varias entre sf). Por ejemplo, en
entre las lenguas de sociedades iletradas y aquellas que poseen 111~1t'·s vemos que walked o wrote expresan el pasado de la accion
tradicion escrita. Por ~jemplo, las lenguas aborfgenes de Australia c·n 1'1 interior del propio verbo, pero no ponen de manifiesto la
puede que tengan mas de las doscientas palabras que el locutor .. pnsona», la cual esta indicada en una palabra independiente
radiofonico de Cairns les atribuia, pero no pueden competir con 1 c 11110 'lOU ( tû anduviste o escribiste , vosotros o vosotras anduvisteis o

el bagaje verbal de las lenguas europeas. Los lingüistas que han' '''" 1 ihisteis) o we ( nosotros o nosotras anduvimos o escribimos). En

descrito lenguas de pequenas sociedades iletradas estiman que la •·-p.telol, tanto el tiempo verbal camo la persona estân incluidos
cantidad media de su léxico se situa entre Jas tres mil y las cinco l'Il d propio verbo. Pero en china el verbo no incluye ni la ac-

mil palabras. Por el contrario, los minidiccionarios bilingües de • le til c-11 pasado ni la persona.
las principales lenguas europeas suelen contener al menas cin· Lunbién hay diferencias ·en la cantidad de informacion con-
cuenta mil entradas. Los mas voluminosos tienen entre setenta de·t~ ... lda en los sustantivos. La lengua hawaiana no indica la distin-
mil y achen ta mil. La edicion de 2001 del Diccionario de la Len• 1 tn11 c-111re singular y plural en el sustantivo y para ella utiliza pala-

gua Espailola de la RAE contiene unas ochenta y ocho mil entra• ht .l' eeHlcpendientes. De forma similar, en el francés hablado la
das. Por supuesto, muchas de elias son obsoletas y la media de loa '"''''tl ia de los sustantivos suenan igual en singular y en plural
hablantes de las principales lenguas europeas solo conon~ tllll\ 1 /"'1' v Jours -dia y dia~ se pronuncian de la misma forma y
fraccion de las entradas de sus respectivos diccionarios. Algunu• •tllll'll los escuche necesita palabras independientes, tales como el
investigadores han estimado que el vocabulario pasivo de un <'sllt~ ,ut li 11lo d('l enninado le o les, para apreciar la diferencia). Por otra
diante anglofono universitario media alcanza las cuarenta mil p~ !'•Ille ', •·•• espaùolla distincion entre singular y plural es audible
labras, de las cuales conoce el significado induso si no las utili:t.l&1 l'li c•l propio sustantivo (perro, perros) . Algunas lenguas hacen
Otra fuente considera que el vocabulario pasivo cl<' un profe!4ot tll-11111 ÏOII('S lodavÎa mas precisas l'Il el numero Y poseen formas
universitario es de setenta y tres mil palahras. r-tu•c t.dt's lamhién para expr('sar lo dual. El s01·hio, lengua eslava
La raz{lll d(· la enorme dift•n•Hdil r111n· la11 lc·n).(llas sc·gt'lu trn• 11111' ~c· h;1hla t ' Il un pc·quc·t.to c·twLtvc· cl<· la 1\lcmania oriental que

l.l~ 1.11
se encuentt·a en Sajonia y Brandeburgo, distingue entre hrôd, un ~c·rnanticas comolas que he mencionado mas arriba: la indicacion
castillo, hrôdaj, dos castillos, y hr6dy, tres o mâs castillos. cl<" pluralidad en los sustantivos, el tiempo verbal y otros fragmen-
La informacion especificada en los pronombres también varia lc•s de informacion que identifican a los participantes, eltiempo y
entre las lenguas. Por ~jemplo, el espaiiol hace tres distinciones c·l lugar de los acontecimientos. Luego verificô en carla lengua
de distancia, en los pronom bres demostrativos, entre «esto•• {para c 11;intas de estas caracterfsticas se expresan en la palabra , en lugar
un objeto cercano del hablante), «eso, (cercano de quien lo escu- de· con la ayuda de palabras independientes. Su analisis demostro
cha) y «aqueJlo, (lejano de ambos). Por su parte, el inglés solo 1 pw habla una correlaciôn estadfsticamente significativa entre el

hace dos distinciones, entre this (cerca) y thal Ot:_jos), mientras . ~~r;1do de complejidad de una sociedad y el nùmero de distincio-
que el hebreo no establece ninguna y se contenta con un solo 1 ws expresadas en la palabra. Pero contrariamente a lo que Pepe,
pronombre demostrativo, que puede utilizarse para cerca y lejos. · l'c·dro y Tomas podrfan pensar, las sociedades sofisticadas no su e-
cEsti relacionada la cantidad de informaciôn que expresan las ,,.,, tener palabras de estructuras sofisticadas. Muy al contrario: se
palabras con la complejidad de una sociedacl? (Es mas probable nhscrva una correlaci6n inversa entre la compl~jidad de la socie-
que las tribus de cazadores y recolectores hablen con palabras bre-- c L11l y la de la es truc tura de la palabra. Cuanto mas sen cilla es la

ves y sencillas? cAcaso las lenguas de las civilizaciones avanzadas \lll'it·dad, mas informacion tiende a incluir en las palabras; cuanto
condensan una informaci(m mas elaborada en sus palabras? En· 111is compl~ja es la sociedad, menos distinciones semanticas tien-
1992, el lingüista Revere Perkins intentô responder a estas p ch- a expresar en las palabras.
guntas por medio de una encuesta estadistica que abarco cin El estudio de Perkins no tuvo mucho impacto en sn momento,
ta lenguas. En primer lugar, dividio las sociedades de su qttiz;î porque los lingüistas estaban muy ocupados predicando la
en cinco grandes categorias de complejidad, en funciôn de l~ttalclad coma para prestarle atcncion. Pero, en fechas mas re-
criterios establecidos por antropôlogos, entre ellos el tamaiio ' it·ntes, la mayor disponibilidad de infonnaci6n , sobre toda en las
la poblacion, la estratificacion social, el tipo de economfa de h;lsl's rle datos. rle fenômenos gramaticales procedentes de cien-
sistencia y la especializacion en los oficios. En el grado mas si tns de lenguas, ha facilitado el estudio de grupos mâs numerosos
de complejidad encontramos <<grupos» fm·mados solo por de· ,-·stas, de manera que en los ultimos ailos se han realizado mas
pocas familias que carecen de asentamientos permanentes, ntndios de naturaleza similar. Sin embargo, contrariamente al de
den sülo de la caza y la reculeccion y no tienen estructura de autO"' l'nkins, los estudios recientes no asignan las sociedades a unas
riclacl fuera de la familia. La segunda categorfa incluye grupos li"~ 1 11~111tas categorfas bastante amplias de complejidad cultural, sino
geramente mas numerosos, con un uso incipiente de la agricultu• '1111" optan por utilizar solo\J~a medida, mas facil de determinar y
ra, asentamientos semipermanentes y algùn tipa de arganizacion• 111.1'> propicia para el analisis estaclfstico: el nùmero de hablantes
social mfnima. La tercera incluye <<tribus» que producen la mayor. dt· Lilla lengua. Por supuesto, el numero de hablantes es sôlo una
parte de su comida median te la agricultura, tienen asentamientoa lndic:H·ic'm rudimentaria de la compl<-;jidad de estructuras socia-
permanentes, algunos oficios especializadas y alguna forma de fi- ln. pero resulta bastante aceptable : en un extrema , menos de
gura de autoridad. La cuarta categorfa se refiere a las que a vecelt ' 1c·n pl'rsonas hablan las lenguas de las sociedades mâs simples,
suelen denominarse «Sociedades campesinas», con una produt~ 11111"111 ras que, en el otro, millones de personas suelen hablar las
cion agricola intensiva, pueblos pequeiios, oficios especializadoM y 11"11).\II;Js de sociedades urbanas complejas. Los sondeos recientes
autoridades regionales. La quinta categorfa de compl~jidad indu· c n1ll i tt nan las conclnsiones de Perkins y demuestran que las len-

ye a las sociedades urbanas con grandes poblaciones y cmnph:jaa. ~11·1' de L1s gran<ks socic·dadcs suelen tener palabras de estructu-
organizaciones sociales, polfticas y religiosas. tol 111~is sc·ttdlla. micntras que las de sociedades peque1ias suelen
Con vistas a comparar la complt::jidatl dt· l;1s palabras t'Il la. lt,,. t"lllllldtas distindonc·s sc·tu;ittlicas qnl' cst<in codiflcadas en las
lt'nguas dt> la muestra, Pt'rkins escogiù Lilla li~ lOI d«" ';11 actt•ristin&t potl.thtas.

Li'l
~C6mo pueden explicarse tales correlaciones? Hay una cosa memorablemente el verbo got1co sesquipedâlico habaidedeima
que esta clara: el grado de complejidad morfol6 gica d e una lengua (primera persona del plural del imperfecto d e subjuntivo del ver-
no suele tener nada que ver con una elecci6n consciente o con ho «haber•>) con su primo del inglés moderno, el monosihibico
una planificaci6n deliberada por parte de sus hablantes. Al fin y al llfld (hubiésemos) y equipar6 la forma moderna a una estatua que
cabo, la cuesti6n de cmintas terminaciones d eberian tener los ver· '~" hubiese visto arrastrada dando tumbos por el cauce de un rfo
bos o los sustantivos no suele formar parte de los debates polfùcos. hasta la desaparici6n de sus extremidades para adoptar el aspecto
De manera que si las palabras tienden a ser mas elaboradas e n las final de un cilindro liso de piedra. En los sustantivos se observa un
sociedades simples, las razones deberîan buscarse en las vias natu· modelo similar de simplificacion. Hace unos seis mil aiios e l an-
raies no planificadas del cambio que las lenguas van enhebrando a cTstro protoindoeuropeo posefa también una compleja seleccion
lo largo del tie mpo. En mi libro The Unfolding of Language afirmé tle terminaciones de caso que expresaban la funci6n precisa del
que las palabras se ven constantemente zarandeadas por fuerzaa 'ustantivo en la oraci6n. Habfa ocho casos diferentes y la mayorfa
opuestas de destrucci6n y de creaci6n. Las fuerzas de destrucci6n rk ellos tenfan fo nnas distintas en el singular, e n el plural y e n el
obtienen su encrgfa d e un rasgo humano muy poco energético: la clccal, dando lugar a un engranaje d e casi veinte terminaciones
pereza. La tendencia a ahorrar esfuerzos conduce a los hablantet para cada sustantivo. Pero, en los ùltimos milenios, aquel elabora-
a tomar atajos en la pronunciacion y, con el tiempo, los efectot cio engran~je de terminaciones se erosion<> en gran medida en las
acumulados d e tales at~jos pueden debilitar e incluso aplanar lc·11guas descendientes y la info rmacion que antes se transmitfa
pos enteros de terminaciones, que convierten la estruc tura de 1~e , .. medio de las terminaciones ahora Jo hace con palabras inde-
labras en algo mucho mâs sencillo. Lo curioso es que esa misma l''.lldientes (tales comolas preposicion cs de, a, fJor, rnn). Por algu-
pereza actua tamhié.n en la creacion de nuevas estructuras ll;c razon, el equilibrio se decant6 por la destrucciôn de aqu~lla
compl~jas. Mediante la trituradora de la rcpe ticion, dos • .,mpleja morfologfa: las viejas terminaciones se et·osionaron y
que a menudo aparecen juntas puede n comprimirse y, en .cp;crecicron nuevas fusiones d e palabras.
proceso, fündirse en una sola, como sucedi6 e n la Jengua in ~Tienc algo que ve r e l equilibrio en tre crcadôn y destrucci6n
con l'm (/am ), don 't (do not) o grmna (going to) y en espaiiol cott la cstructura de una sociedad? (Hay algo e n la manent de ca.
<<del » (de+el) o con el ténnino subest.ândar <<palante>> ( " i llllllli car de los hablantes de sociedades pequeilas que favorezca
echaos palante!••), que proviene d e la fusion de para+alante, llllc'\'as fusiones? Y cuando las sociedades crecen y se vuelven mas
ultima en sf misma una reducci6n d e <<adelante >>, la cual •••lltpl ~jas, (podrfa haber algo e n los modelos de comunicaci6n
1 pw inclinase la balanza d(!'llado de las simplificaciones en las es·
nacido de la fusion de a+delante (con anterioridad, «denante•h
cuyo origen primigenio fue la fusion de las tres palabras 1111c turas de las palabras? Toda..-; las respuestas posibles que se han
nas de+in+ante. ~~~~nido hasta e l rnomento se refieren a un fac tor basico: la dife·
A largo plazo, el grado de complejidad morfologica d epende tc ·twia de la comunicacion entre conocidos y extraiios.
del equilibrio de pode r entre las fuerzas d e destrucci6n y d e cre.. l'ara poder apreciar la frecuencia con la que quiencs vivimos
ci6n. Si las fuerzas de c reaci6n predominan y se crean al men01 • 11 ~rancies sociedades n os comunicamos con extraiios, basta con
tan tas terminaciones y prefijos como los que se pierden, la lengua lc .u n 1111 t<ipido recuento de las persona.'i desconocidas con quie-
mante ndni o a umentara la complejidad de su estructura verbal. "' '" lwmos hablado dura nte una semana cualquiera. Si llevamos
Pero si se erosionan mas terminaciones de las que se crean, 1111.1 \'ida activa en una gran ciudad seran d ernasiadas para poder
palabras se volvenin cada vez mas simples. tc ·ccttcladas: desde empleados de comercio a taxistas, desde ven-
La historia de las Jenguas indoeuropcas a le, largo dt• los (a tkdun ·s <JIH' nos lhunan por tt'léfono a camareros, desde Jibre ros
mos milenios es un e:je mplo paracli~m;itko ch- c·stc· ültimo c •IJHIIidas. d('sclt· <·1 tt't'llic-o que vicnc a a rreglar la caldera hasta la
En d si~lo XIX, <·1 lingüista alt-m;iu t\111.(11"1 Sddc·idH'r c·oml l'~"~ ~o11a que. al a1.ar, noN fU <'~little·, n ', tno st· iha a cualquier calle.

.....
Aii.adamos ahora un segundo circula de personas que quiza no terminaciones y en otros elementos morfoh)giros. Por cso, en so-
nos sean totalmente extraii.as, pero a las cuales casi no conoce- ciedades que gozan de gran intimidad es bastanlc probable que la
mos: aquellas con las que nos cruzamos en el trabajo, en la escue- informacion que solo se expresa por seii.alamiento termine inclui-
la, en el gimnasio. Por ultimo, si aii.adimos a las que hemos escu- da en la palabra. Por otra parte, en sociedades mas grandes, don-
chado hablar en la calle, en el tren o por la television sin haber de buena parte de la comunicaci6n tiene lugar entre desconoci-
hablado necesariamente con elias, sera obvia que hemos estado dos, la informacion que necesita elaborarse explî'citamente es mas
expuestos al habla de una enorme cantidad de desconocidos, to- abundante y no puede seiialarse. Por ejemplo, el simple «allf, de-
dos ellos duran te una semana. beria reemplazarse por una oracion co mo <<regresaron al piso [en
En las sociedades pequenas la situacion es radicalmente dis- d que solîan quedar con ... ) ». Y si las expresiones condensadas se
tinta. Los integrantes de una tribu aislada y con solo unas pocas tttilizan con menor frecuencia tendran menos posibilidades de
docenas de miembros raramente se cruzan con extranos y, si lo lllsionarse y terminar formando parte de la palabra.
hacen, lo mas probable es que los acribillen a flechazos so pena de Otro factor que puede explicar las diferencias con respecto a
ser ellos los acribillados antes de poder hablar. Conocen a la per- la complejidad morfologica entre sociedades pequeiias y grandes
feccion a todas y cada una de las personas con las que hablan y es el grado de exposicion a diferentes lenguas o incluso a varian-
éstas los conocen igualmente a ellos. También conocen a sus ami- tes de una misma lengua. En una sociedad pequena de personas
gas y familiares, los lugares que frecuentan y las casas que hacen. intimas todo el mundo habla de manera similar, pero en una so-
Pero (qué importancia tiene esto? Un factor hmdamental es t'iedad grande estamos expuestos a una plétora de variantes del
que la comunicacion entre intimas permite formas de expresion cspanol, el inglés, el francés, etc. Entre la muchedumbre de extra-
mas condensadas que la comunicacion entre desconocidos. Ima- ,-,os que escuchamos la semana pasada, muchas hablaban un espa-
ginemos que estamos hablando con un miembro de la familia o ,-101 totalmente distinto del nuestro: un dialecto regional, un es-
con un amigo Intima sobre alguien que ambos conocemos muy paiiol de diferente entorno social, nacional o un espaii.ol con el
bien. Una enorme cantidad de informacion no hay por qué men- a roma de un acento extra~jero. Se sabe que el contacto con varie-
cionarla, ya que estâ sobrentendida en el contexto. Si decimas clades de una lengua incrementa la simplificaci6n de la estructura
«los dos regresaron allf>> nuestro interlocutor sabra perfectamen- verbal, porque los adultos que aprenden una lengua tienen difi-
te quiénes son, donde es <<allf, y de qué se trata. Pero imaginemos nlltad con las terminaciones, los prefijos y otras alleraciones de
ahora que tenemos que hablar sobre Jo mismo con un extraiio Lis palabras. Por eso, las situaciones que comportan un aprendiza-
que no tiene la menor idea de quiénes samos, que ignora donde jt' gcneralizado entre adultds suelen dar lugar a una simplifica-
vivimos y casas por el estilo. En lugarde decir <<los dos regresaron r iùn considerable de la estructura de las palabras. La lengua ingle-
allf>> deberemos utilizar mas bien la formula <<asf que el novio de ';' posterior a la conquista normanda es un buen ejemplo: antes
mi hennana Margarita y el marido de su antigua novia regresaron rld siglo Xl, el inglés poseia una elaborada estructura verbal simi-
al piso del barrio de Salamanca que estâ cerca de la embajada de hr a la del aleman actual, pero buena parte de aquella compl~ji­
Canada, en el que solian quedar con el profesor de inglés de Mar- r LHI dcsaparecio en el perfodo que sigui6 al ana 1066, sin duda a
garita antes de que ella .. ·''· 1 o~usa del contacta con hablantes de diferentes lenguas.

En general, cuando comunicamos con fntimos sobre cosas l.as presiones a favor de la simplificacion también surgen con
cercanas podemos ser mas concisos. Cuantos mas detalles com- c·l nmt.acto entre variantes de la misma lengua, ya que incluso di-
partamos con nuestro interlocutor mas a menudo podremos <<Se· lnt·tu·ias menon·s <'Il la composici6n de las palabras pueden cau-
ii.alar>> con palabras a los participantes, ellugar y d tnometllo de ~ar prohlernas de· c·omr)ti'IJ.~i{)u. Por cso, en sociedades grandes,
los hechos. Y cuanto mas frecuentes sean taJt•N t•Xpn·siotH'S dt• SC· •·n las que· la l'OII\IIIIkal'il .• ll t'Ill n' p('rsonas de diférentes dialectos
IÜlamien to, mas probable serÜ <)lit' St~ f'WÜUI U'll )' "l' 1 OIIVil'l'lall t'li ,. varit·dadc·.~ cie· huhl11 C'" hahilllid, las pn·siom·s a favor de• la sim-

Ill
plificacion de la morfologfa son probablemente mayores, mien- ttùmero total de sonidos de la lengua rotokas se eleva a solo once
tras que en sociedades pequeiias y homogéneas, en la que el con- (seis consonanticos y cinco vocalicos) mientras que la lengua
tacta con hablantes de otras variedades es escaso, las presiones a jX6ô totaliza mas de ciento cuarenta.
favor de la simplificacion son probablemente mas escasas. En 2007, las lingüistas.Jennifer Hay y Laurie Bauer publicaron
Por ültimo, un factor que puede disminuir la creacion de nue- los resultados de un analisis estadistico del repertorio fi.'inico de
va morfologia es ese rasgo definitivo de una sociedad compleja mas de doscientas lenguas. Descubrieron que existe una co rrela-
denominado alfabetismo. Cuando una lengua se habla con flui- t iùn estadisticamente significativa entre el nt'tmero de hablantes y

dez no existen espacios entre las palabras, asf que si dos palabras l'l tamano del repertorio f6nico: cuanto mas pequeùa es la socie-
aparecen juntas con frecuencia pueden fundirse facilmente en dad, men os sonidos vocalicos y consominticos distintos tiene; cuan-
una sola. Sin embargo, en la lengua escrita la palabra esta a la lo mâs elevado es el numero de hablantes, mas Jo es cl ntimeru de
vista de forma independiente, lo cual refuerza la percepcion que sonidos. Por supuesto, se trata solo de una correlacion estadîstica:
tienen los hablantes del lfmite que separa las palabras. Esto no 11o significa que cada lengua individual de las sociedades pequeiï.as
significa que no puedan producirse fusiones en sociedades letra- t le ha tener un repertorio pequeii.o de sonidos y viceversa. El mala-
das. Pero el ritmo con el que ocurren nuevas fusiones puede redu- \o, hahlado por mas de diecisiete millones de pcrsonas, posee so-
cirse mucho. En resumidas cuentas, la escritura puede ser una l;unente seis sonidos vocalicos y dieciséis consonanticos, es decir,
contrafüerza que retrase la aparicion de estructuras verbales mas \'('intidôs sonidos en total. Por otra parte, son menos de cincuenta
compl~jas. tnillas personas que hablan el Jaroés, que sin embargo posee alre-
Nadie sabe si los tres factures mencionados constituyen toda ' th·dor de cincuenta sonidos (treinta y nueve consonanticos y mas
la verdad sobre la correlacion inversamente proporcional entre la tho cliez vocalicos), es decir, m âs del doble que el malayo.
complejidad de la sociedad y de la morfùlogfa, pero al menos son Dicho lo cual, la correlaciôn es estadîsti camente significativa ,
tres explicaciones plausibles que convierten la relacion entre la por lo que la t'mica conclusion plausible parece ser que debe de
estructura de las palabras y la estructura de la sociedad en algo h;d>er algo en los modos de comunicacion de las sociedades pe-
menos misterioso. Por desgracia, no puede decirse lo mismo de qw·ilas que favorece los repertorios fônicos m;\s limitados , mie n-
otra correlacion estadîstica que en fechas recientes ha quedado lt;ts que en las socierlades mas grandes debe de haber aigu que
demostrada en un campo distinto de la lengua. l.tvorece la apariciôn de nuevos fonemas. La pega es que nadie ha
t •fn-cido todavia m1a explicacic!n convincente del porqué. Quiza
1111 r;1ctor que podria ser t"apital sea el contacto con otras lenguas
EL SISTEMA FÔNICO ~· dialectos. Contrariamente a la estructura de la palabra, que tien-
t le- 01 simplificarse con el contacto, el repertorio de sonidos de una
Las lenguas varîan considerablemente en el tamaiio de sus re- lnt~ua con frecuencia aumenta tras el contacto con otras. Por
pertorias sonoros. La lengua rotokas, de Papua Nueva Guinea, ~ · r•·n1plo, cuando en una lengua se producen mnchos préstamos
solo tiene seis sonidos consonanticos distintos (p, t, k, b, d, g): el 1lt · 11alabras que incluyen un sonido «extrail.o», éste termina por
hawaiano tiene oc ho, pero la lengua iX oô de Botswana tiene cua· 1111cgrarsc en el sistcma autôctono. Si tales cambios induc id o s
renta y siete sonidos consonanticos sin chasquido y setenta y oc ho ru Il cl con tacto son menas probables en las sociedades mas pc-
chasquidos que suenan al principio de las palabras. El nümero de (11 wttas y m;is aisladas, esc hec ho podria tender a explicar su rep er-
sonidos vocalicos también varia considerablemente: muchas lcn• 11•1 io lll<ÎS limitado d(' SC>Ilidos. Pero cst;i daru que eso es solo par-
guas austra)ianas tienen solo tres ( U, a, i), la kngua roto kas y eJ le' de- la cxplicadüu.
hawaiano cinco cada un a (a, e, i, n, u), mit' nt ra.'l q uc d inglt'·s tic·ne
unos doce o tn~ce (segün sea la variantr•) y uc ho diptongos. 1•:1

I.U I.U
SUBORDINAC:IÔN ;thf se despliega toda una serie de inl<>nnacioncs cntrct(jidas me-
diante diferentes tipos de oraciotH:s suhordinadas.
Por ultimo, existe un campo de la lengua cuya relacion con la No hay informes fidedignos de que exista alguna lengua sin
compl~jidad de la sociedad podria corresponderse, a fin de cuen- oraciones subordinadas,* pero si bien todas las lenguas conocidas
tas, con la opinion de la gente de la calle: se trata de la compleji- utilizan alguna forma de subordinaci6n, varfan enormemen te en
dad de las oraciones y, en particular, de la dependencia de oracio- ('] tipo y en el alcance de ésta.
nes subordinadas. La subordinacion es un proceso sintactico que Por ejemplo, quien no tenga nada mas divertido que hacer
los sintacticos suelen venerar coma lajoya de la corona de la len~ que hojear textos antiguos pronto se dara cuenta de que el estilo
gua y como el mejor ejemplo de la ingeniosidad de su disefi.o: la narrativo de lenguas remotas como el hitita, el acadio o el hebreo
capacidad de subsumir una oracion al completo dentro de otra. hfblico a menudo parece soporfficamente repetitivo. La razon de
Con la subordinacion podemos producir expresiones cada vez <"sto es que los mecanismos de subordinaci6n estaban mucho me-
mas complejas que, sin embargo, siguen siendo coherentes y corn~ clos desarrollados en aquellas lenguas, de manera que la coheren-
prensibles: c ia del discurso se basaba mucho mas en un estilo simple con "Y· ..

v ... y... , concatenados, en el cual las oraciones sencillamen te se-


Creo haberte hablado ya de aquella foca gu fan el orden temporal de los acontecimientos. Veamos, por
Creo haberte hablado ya de aquella foca[que estaba observando un pez) ('jcmplo, un brcve texto hitita, un informe del monarca Mursil II,
Creo ha berte hablado ya de aquella toca[ que estaba observando tm pez[que que reino durante el siglo XIV a.C. en Hattusa, la capital imperial ,
nn paraba de saltar en el agua hdada l] 'ituada en el centro de loque hoy es Tm·qufa. Mursil describe en
1"1 con tano dramatico la manera en que enferma de una grave
Y no hay por qué detenerse ahf, ya que en teorfa los mecanis. rlolencia que le alter6la capacidad de hablar (èun accidente cere~
mos de subordinacion permiten que la oracion se prolongue has- hmvascular?). Para los o fdos modern os la vîvida esencia de la his-
ta que la persona que habla se quede sin aliento: loria contrasta absolutamente con el monotono staccato del estilo:
Esto es Jo que dijo Mursil, el gran rey:
Creu ha be rte hablado ya de aquella foc a [que estaba observan•
do un pez indiferentc, pero bastantc guapo, lque no paraba de
Ku.nnuwa nannal;[mn Me dirigia a Kunnu (en una
saltar en elagua helada [sin prestar la mcnor atenciôn al acalorado '
cuadriga)
debate [que manlenlan una f\emalica morsa y dosjôvenes ostras [a
n u l;arSilwr:~i urla.i; y hubo una tormenta
las que una ballena con re\aciones en las altas instancias les habia
nam ma Tar[tunnas (Jatuga tetl;i.Siât cntonces el Dios de la tormenta
dicho [que el gobicrno cstaba a punto de introducir lfmites dt~ v~
se puso a tronar tcrribleme n te
locidad en el tratico natatorio en zona de arrecifes [debido al had·
1111 niil.Jun y tuve miedo
namiento [producido por la reciente ola de inmigraci6n de atunel 1111-mu-kan memia§ i.W anda y las palabras empequei1ecieron
ilegales del océano Îndico [donde las temperaturas habfan suhido
lt•fmwûta en mi boca
demasiado el aiio anterior [en el cual.. .] ]] ]] ] ]] ]]
1111-mu-lian memia§ tepu kuitki iara y casi no me salian
iv allal
La subordinacion permite expresar una informacion elabora-
da de manera muy compacta al entret~jer diferentes atirmadont'l
11ur;u\lc los liltimos a1'ios ha habido muchas conjeturas acerca del pirahà,
en multiples niveles en el interior de un todo intrincado mientraa
1111.1 l"11!'11a amazc>nica de Brasil, y de su supuesta carcncia de oraciones subord i-
que, al mismo tiempo, mantiene todos csos ni\'C'Ic·s hajo controli ll.td.l'. l'no 1i11 itnamentc un as cuantas subordinadas del pirahà se han escapado
Por ejemplo, el p;irrafo de afptf arriha sc·clo tic·nt· 111101 OJ<I("ic'lll p ol• l.t "·h·a para tdq{rafiar a lingÏiistas solventes y decides que las noticias de su
cipal, .. cr('o hahcrtc· hahlado clt' aqtwlht leu il", pnn a pal"lil" clf llltto·11c· ~"" •·x;1gn;1das. (l';u·a m;is inl<>nnadùn, vc;<Ulst· l<ts notas finales.)

1 l.i IJS
nu-kan a.fi memian artwpat y me olvidé por completo de La diferencia entre la l(mnulaciôn del a('adio y la manera
paskuwiinun aquel episodio
, omo boy describirfamos la silllaciùn en espaùol reside en cl uso
mai:J!J,an-ma uër witt us appanda pero después pasaron los anos
gcneralizado con el que construimos oraciones tales como «él no
pâir
nu-mu wit asi memia.~ y aquel episodio empezo a sabla que [... ] >> o «el probô que [... ] "· Este tipo particular de ora-
tes[wniskiuwiin fi_),al aparecer una y otra vez en ··iôn subordinada se denomina «complcmento finito >>, cuyo nom-
mis suenos bre, por muy complicado que parezca, esta a la orden del dfa en
nu-mu-kan zazljia anda kes.~ar y la mano de Dios me toco en LI prosa espanola. Tanto en los registros escritos como hablados
5iunas ara.5 sue nos podemos utilizar pn'icticamcnte cualquier oracion (digamos, por
ais.f-a-mu-kan tapusa pail y entonces la boca se me torciô c:jemplo, <dribum se apropi6 del campo>>) y. sin alterar nada de
nu ... y... ···sta, convertirla en subordinacla de otra oraciôn:

Hoy en dia tendrîamos tendencia a utilizar varias oraciones Nu sabîa que [Irihum se apropiô del campo]
subordinadas y no necesitarîamos seguir el orden de los aconteci-
mientos de manera tan puntillosa. Por ejemplo, podrfamos decir: , pnestn que resulta tan f;icil estableccr esta rclacion jerârquica
«Cuando me dirigia a Kunnu hubo una tormenta terrible. Los 1111a vez, podemos establecerla de nuevo:
truenos del Dios de la tormenta me aterrorizaron tanto que perdi
el habla y casi no me salfan las palabras. Durante un tiempo olvidé Ubarum dcmostr6 que [él no sabla que [Irihum se aprupio del
por completo aquel episodio, pero confùrme pasaron los anos campo]]
aquel episodio empezo a aparecer en mis suenos y, mientras sofia-
ha, la mano de Dios me golpeo y se me torcio la boca» . Y, de nuevo:
He aquf otro ejemplo, esta vez del acadio, la lengua los babilo-
nios y asirios de la antigua Mesopotamia. Este documento, escrito La tablilla explieaba que [Uharum demostrù que [no sabfa
atltes del atïo 2000 a.C., describe el resultado de un procedimien- que [lribum se apropiô del campo j] 1
to legal. Cuenta que un tal Ubarum demostrô ante los inspectores
que le habfa die ho a lribum que se apropiase del campo de Kuli y Y otra vez:
que él (Ubarum) no sabla que Iribum, por iniciativa propia, se
habla apropiado en cambio del campo de otra persona, Bazi. Pero El epigrafista desc~1bri6 que [la tahlilla explica que [Ubarum
aunque csto es lo esencial de lo que dicc el documenta, el texto demostro que [no sabla que [lribum se apropi6 del campo] ]]]
<tcaclio no lo expresa asf. Lo que dice exactamente es:
El relata acadio no utiliza estos complementos finitos. De he-
mw lribum Uharum fqrl Kuli Uharum le d~jo a Iribum que S(' ' lin, la mavoria de sus oraciones no estan ordenadas de manera
1

sülu 'am iqbi apropiase del campo de Kuli l''' ;irquica, sino simplemente yuxtapuestas siguiendo el orden
§û libbi.f.Surna éste (lriburn) , por iniciativa 1c111pnral de los acontecimientos. No se trata de una coincidenc ia
pro pia , l" s,·,Jo un texto. Si bien en la actualiclad damos por supuestos los
eqel Bazi u.üeli se apropio del campo de Bazi
, , llllplt'mentos finitos , clicha construccion no existü en los esta-
Ubarum ula ïde Ubarum no !o sahia
di••s m~ls antiguos comprobados de la lengua acadia (ni de la hiti-
mahar lapuuî ukïnsu él demoslrù (c ·~tn contra) el
1.11. Induso hoy existen lenguasvivas que tampoco los tienen.
0(1'0 illlll' lo~ ÎI1Spt'l lon·s
l't·ro los tcxtos de lingüfstica no divulgan esta infùnnaci6n . De
h•·•ILo, llav qni<'tu·s pn•tc·tHkn fc:rvientemente Jo contrario. F.so cs

1 th
lo que hace el libro Introduction to L anguage de Fromkin y Rad- Algunas lenguas carecen de complementos fini ws. Algunos li-
man, buque insignia de la educaci6n Iingüfstica mencionado mas hros de texto de lingüfstica no Jo saben. Muchos estudiames no es-
tan al tanta de la ignorancia de sus libros de texto. Esto es evidente.
arriba, y sus doce artfculos de fe que constituyen «loque sabemos
sobre la lengua». La segunda afirmaci6n, como el lector recorda-
ra, es que todas las lenguas son igual de complejas. Un poco mas A pesar de que n o existen estudios estadfsticos sistematicos
adelante , la afirmaciôn nümero o nce establece: "•hrc la suhordinacion, todo hace suponer que las le nguas cuyos
'omplementos tienen un uso restringido (o que incluso carecen
Universalcs sintacticos revelan que cada lengua posee su pro- de comple mentos) se hablan predominantemente en sociedades
pia manera de formar oraciones cumo: 'impies. Mas atm, las le nguas a ntiguas camo e l acadio y el hitita
ntucstran que este tipo de «tecnologîa sintactica•• se desarrollo en
• La lingüîstica es una materia interesante. 1111 pe rfodo en que aquellas sociedades estaban incrementando su
• Sé que la lingüîstica es una materia interesante. • ompl~jidad. (Fue solo una coincidencia?
• Tu sabes que yo sé que la lingiiistica es una materia intcresante. En otro sitio he afirmado que no lo fue. Los complementos
• Cecilia sabe que tü sabes que yo sé que la lingüistica es una ma-
tcria interesante. ltnitos son una herramienta mucho mas eficaz para transmitir
• ~Es verdad que Cecilia sabe que tü sahes que yo sé que la lingüiio pt oposiciones elaboradas, especialmente cuando menor sea la in-
tica es una materia interesante? l••rmacion que pueda d~jarse e n manos del contexto y haya que
""1 111as explicitos y precisas. Recordemos la secuencia de aconte-
Por d esgracia, ellibro de texto no desve la la ide ntidad ' 1111icntos descrita en el documenta legal acadio de la pagina 136.
de csos << unive rsales sintacticos» que han revelado que cada l'or supuesto, es posible expresar el grupo de proposiciones escri-
posee tales const.rucciones; tampoco especifica ni cuando ni don- l.ls t'Il ésta de la misma mane ra que el texto acadio Jo organiza,
de le fue comunicada dicha revelacion a la humanidad. Pero ( • on una simple yuxtaposicià n de oraciones: A le dUo a B que hi-
so es venlad esa afirmacion? Yo no he tenido nunca el privilegia dé ' ws•· a lgo; B hizo algo distinto ; A no lo supo; A d e m ostn) esto ante
intima r con un univcrsal sintactico, pero los indicios provenie l••s in spectores. Pero cuando la dependencia entre las oracioncs
de fuentes mas mundanas, a saber, descripciones de lenguas rea- 111• t·st;i explicita, persiste cierta ambigüeda cl. c:Qué fue exac la-
IIH"III c Jo que demostr6 A? ( Demostr6 que B hizo a lgo distinto de
les, rle:jan claro que algunas lenguas no poseen una maner.t de
construir tales oraciones (y no solo porque carezcan de la palabra l•• 'Jill' se le dijo? ( Û d emostrô A que no sufm que B hizo algo dis-
<<lingüfstica»). Por ejemplo, much as lenguas abo rfgenes australiao lill t ~~~ La yuxtaposici6n n'o )o deja claro, pe ro la es truc tura j c ràr-
nas carecen de una construccion equivale nte a la de los comple- •tni• ·ot de:· complementos finitos puede hacerlo con facilidad.
men tos finitos del espai1ol y lo mismo puede decirse de algunl\l FI knguaje d e los procedimie ntos legales, con su ferviente in-
lenguas indfge nas de Sudamérica, entre elias una, el matses, que ··• ~ tl"ltcia en las afirmaciones precisas, explfcitas e independie ntes

encontraremos en el siguiente capftulo. En clichas lengttas, simple- d• ·l co 11t exto, es un ~j e mplo extrema d el tipo d e patrones cornu-
mente no es posible formar oraciones coma éstas: Ill• ottivos elaborados que surgen con mayor probabilidad en una
.,, .. wdad cornpleja. Pero no es c l unico tjemplo. Tai y coma me n-
Es indudahle que muchos estudiantes no saben que sus lihrnl '" .ru: lll<is arriba, e n una sociedad numerosa, con abundancia de
de texto de lingüîstica no estan al t.anto de~ fJII<" algunas I<'IIKIIMI "tt.utjnos, surgiran muchas mâs ocasiones en las que se a precisa
carecen de complementos finitos. n I'H 'sélr un a informacion e laborada con inde pendencia de los
.utlt · •Td<'nlc~ ode conocimie nto previo. Los complementos fini-
En lugar de asf, esas aflnnadotiC'!I dt·lll'll c·xpn·sanw dt• ot tu~ l'~t;in nu:ior t'<]llipados para transrnitir esa informacion que las
matu·r;L Por c:jc·mplo, c·n anulio atllilo(llll •c·dillil c umct ~ÎJ.(tl<' : 1 nll~tnu r iout ·s ahc·ntativas, ch- manera que es plausible que sur-

1 tu
j an preferentemente h~jo las presiones comunicativas de socieda- 1 Li de conceptos y en un sis tema prcorgan izado de reglas gramati-
des mâs complejas. Por supucsto, dado que todavfa n o existen es- ~ · ;ales.

tudios estadisticos sobre la subordinaci6 n , las conj eturas sobre En la segunda parte de este libro pasaremos a cstudiar algo
IJIIC podrla par ecer un corolario bastante inocuo de las conclusio-
correlaciones entre ésta y la compl~jidad de una sociedad debe-
nin perman eccr en ellimbo de las suposiciones, pero existen in- •u·s de la prime ra parte: ëÏnfluye la le ngua matern a en nuestra
dicios de que las cosas podrfa n estar cambiando. 111anera de p ensar? Puesto que las convenciones de la cultura en
Durante décadas, los lingüistas han consagrado el eslogan va- l.1 que nacimos afectan a la manera con la que dividimos el mun-
Ill 1 e n conceptos y organizamos éstos en ideas elaboradas, pare ce
do de que «todas las lenguac; son igual de complcjas» como prin·
cipio fundame ntal de su disciplina, mie ntras que se dedicaban · k1gico que nos preguntemos si la cuttu ra puede afectar a nuestros
con entusiasmo a reprimir como herejia toda suge re ncia de que, JWIIsamientos a travé.~ de las idiosincrasias lingüfsticas que nos im-
la complejida d de cualquier campo d e la gramâtica podfa reflejar· po ne. Sin embat·go, incluso si en teorfa e l planteamiento de la
aspectos de la sociedad. En consecuencia, el trabaj o realizado en• 1•rq..,runta parece inofensivo, entre investigadores e ruditos este
este terreno ha sido escaso, pero una serie de publicaciones apa· ,\, llltto es tabù. El siguiente capftulo explica por qué.
reôdas dm·ante los dos ül timos anos d emuestra que los lingüistas·
e mpiezan a atreverse a explorar esas conexiones.
Los rcsulta dos de esta investigacion ya han revelado algun»
correlaciones estadfsticac; significativas. Varias d e elias, como la
te ndencia d e las sociedades mas peque iias a crear estructuras ver-·
baies mas C.Otnplt:jas, pu eden parecer sorprendentes a primera!,
vista, pero un examen atento las hace pla usibles. Ou·as conexio-J
nes, como la mayor dependencia de la subordinacion en las sode-.'
dades complejas, necesitan todavfa amilisis estadfsticos detallados;;
sin embargo, p a recen convincentes por pura intuici6 n. Y, por ulti-'
mo, la relaci6n entre la complejidad del sistema fono l6gico y la
cstru ctura d e la sociedad estâ a la espera de una explicacion satito'
factoria. Pe ro ahora que el tabù esta desapareciendo y hay estu-
dios en curso, no queda la m enor duda de que pronto sabremoa
mas. De mane ra que jqjo avizor!

Desde la remota posici6n aristotélica sobre como la naturalr-


za y la cuttura se refl~jan en la lengua h emos recorrido un largn
camino. Nuestro punto de partida era que ùnicament.e las etiqn~·
tac; (o, como Aristoteles las llam6, los «SOtlÏdos del habla ») son
convenciones culturales, mientras que todo Jo qu<' s11hyan• a '~"Il
etiquetas es un refl~jo d e la natnraleza. Pt'ro altora la rultura ha
emergido como una fuerza ronsicl<'rahlt·, c·••va i~tllllt'IH"ia no "'''
limita simplcmenlt' a sitllal' las c·tiquc•laM ru 1111a li'lla prc•or~anii.M•'

...
Segunda parte

LA LENGUA COMO PRISMA

. '
6
Listima de Whorf

En 1924 Edward Sapir, que era entonces el maximo exponente


de la lingüistica estadounidense, no se hacfa ilusiones sobre la ac-
titud de la gente ajena a su ambito de estudio: «Todo hombre inte-
ligente normal siente algo de desprecio por los estudios lingüfsti-
cos, convencido como esta de su escasa o nula utilidad. La poca
que tienen, si acaso se les reconoce, es de naturaleza meramente
pnictica. Estudiar francés parece ventajoso porque hay libros fran-
< cses que conviene conocer. Podrfa valer la pena estudiar griego
para leer varias obras de teatro y unos cuantos pasajes en verso,
t·scritos en esa lengua curiosa y extinta, que atm conservan brfo
\llflciente como para llegarnos al coraz6n ... si es que Jo consiguen.
lk todo lo demas existen excelentes traducciones ... Pero una vez
que Aquiles llora la muerte de su amado Patroclo y Clitemnestra
t omete su cri men, ~qué podemos hacer con los aoristos que nos

qucdan entre manos? Existe una forma tradicional de proceder


que los organiza en modelos, la gramatica. La gente de la calle
t onsidera que el hombre que se ocupa de la gramatica, a quien

ll.unan gramatico, es un pedante frigido y deshumanizado».


Sin embargo, para Sapir nada podfa estar mas lejos de la reali-
d.ul. Lo que él y sus colegas estaban haciendo no se parecfa ni
t t•tnotamente a separar los subjuntivos de los aoristos o a extraer
lw, mohosos ablativos de entre instrumentas oxidados. Los lin-
~~ ti ... tas haclan clcsr 11ht im i<'ntos cspcctaculares, capaces incluso de
c .unhi.u la vi'lion dt"l n11111<lo· '~' <·staha desbrozando un vasto te-
'' t•no ·""''in ,., plnt,ll, d dC" (,,, 11-nglt,ls anwrindias, y Jo que reve-
ln po-.n.1 t"l podt·t de Jttcttc 1 !'·''·'" .lltth.t 1.1 ,,,hid111 fa de tnilt-nios
sobre la organinci6n natural de los IH'IIS,\11111' 11 tm , 1 .1~ ldt··''· po1 l.1 lt'l,lt1VICI.ull111gtl"tl• ,1 . 'l"' ,..,,,, ck una idca cafda en clesgra-
que los indios se expresaban de mancras cxtt.lnao; ,. 1111111.1g111,1hln •1.1, J>OI<Jllt' ('OII 1.1 ""'111.1 Jlll'l IJ>Îl<trion que subio a las alturas se
y asf demostraban que muchos aspectos familial t•s de ht kng11.1. , ' ''dio dcspuc'o 1 u.uulo qucd6 claro que Sapir y sobre todo su
considerados hasta entonces como sencillameme nmurales y '"" nlulllllO Who rf hahian atribuido consecuencias cognitivas exage-
versales, en realidad eran me ros rasgos contingentes de las Jt- 11 1.ul.l'o a lo que en realidad cran meras diferencias de organi.ta-
guas europeas. El profundo estudio que Sapir y sus colegas reah • io11 gramatical. lloy en dfa, la sola mencion de la <<relativiclad
t.aron del navajo, el nootka, el paiute y otras lenguas indfgenas lm lu1güistica >> hace que buena parte de los lingüistas se muevan in-
catapulté hacia cimas vertiginosas, desde las que podfan ana li~tu 'l'"<'tos en sus asientos y el <<Whorfianismo» se ha convertido en
las lenguas de la antigüedad como esas personas que ven por pri 1111 parafso fiscal para filosofos mfsticos, fantasiosos y charlatanes
mera ve t desde el aire el camino que lleva a su casa y, de repente·, 1""modernos.
se dan cuenta de que es solo una pequeria mancha en un vasto v ( Por qué, entonces, me molestarfa en relatar la historia de
variado paisaje. La experiencia f uc arrebatadora. Sap ir la desn i , ,,,, infeliz idea? No lo hago (solo) para mostrar con vanidad re-
bio como la liberacion d e las cadenas que «traban la mente y ad 01 tl ospectiva hasta qué punto personas de inteligencia privilegiada
mecen cl espfritu , [ ... ] de la obstinada aceptacion de los absolu pucden hacer el ridfculo, pues incluse si dicho ejercicio produce
tos>>. Y Benjamin Lee Whorf, su discfpulo de Yale, aiiadio con c·n 1111 innegable placer, lo que de verdad me mueve a exponer las
tusiasmo: <<Ya nunca mas podremos considerar que algu nm pd tas delayer es esto: a pesar de que las desmedidas afirmaciones
dialectos recientes de la familia indoeuropea [ ... ] son la cuspidr dt· Whorf cran en gran parte falaces, mas adelante trataré de con-
de la evolucion de la mente humana, porque tanto ellos comn " '"cer al lector de que no debemos desestimar la idea de que la
nuestro proceso de pensamiento dejaran de ser la totalidad dc·l Il 11gua puede influir en el pensamiento y en las percepciones. Y si
espectro de la razon y del conocimiento para convertirse en una ht· de argumentar de forma verosfmil que merecerfa la pena sal-
constelacion entre las muchas que hay en una galaxia>> . ,,u del naufragio algunos aspectes de esta idea, serâ preciso que
Era muy diffcil no dcjarse arrastrar por este punto de vista. , \Ile los yerros delayer. Solo si entendemos por qué se cxtravio la
Sapir y Whorf llegaron al convencimiento de que las profunda" 1t•lativiclad lingüfstica podremos tomar un cami no diferente.
diferencias entre las lenguas debfan tener consecuencias mas all;î
de la organizacion gramatical y tenfan que estar relacionadas con
una profunda divergencia en las maneras de pensar. Y asf, c·n \\Il IIELM VON HUMBOLDT
aquel embriagador entorno de descubrimientos, una audaz idc·a
sobre el poder de la lengua adqu irio prominencia: la certeza de· La iclea de la relatividad ~ingüfstica no surgio de la nada en el
que la lengua materna d e termina como pensamos y como percihi- s1glo xx. De hecho, Jo que ocurrio en Yale -la reaccion desmesu-
mos el mundo. La idea e n sf no era nueva -llevaba un siglo dan 1.tda de quienes se quedaron deslumbrados ante un panorama
do vueltas sin madurar-, pero en la década de los trein ta queck• li11 güfsLico impresionante- fue la repeticion casi exacta de un
destilada en un brebaje radical que intoxico a toda una genera 1 p1sodio ocurriclo un siglo antes, durante el apogeo del romanti-

c.ion. Sapir la bau,tizo como el principio de la << rclatividad lingi"u\ 1 "'mo alcman.

tiCa>> y la comparo nada menos que con la teorfa de la relatividacl Los prejuicios imperantes contra el estudio de las lenguas no
de Einstein , que habfa convulsionado el mundo. Incluso corrigio 1 111 opcas, sobre los que Edward Sapir ironizo discretamente en
al ffsico de origen alcman: la percepcion del mundo no solo de· 1'1~'1 , no tenfan nada de burla a principios del siglo XIX. Lo que
pende de la inercia del marco de referencia, sinn t.uuhién de 1. 1 •l ' Il( illanH'Ill(' 'iolt.l ar('ptarsc -no solo entre los << hombres inteli-
lengua materna. ~··lll(''o nolm.tlt·, , ""o t.11nhién entre los filologos- era que las
Las paginas que vien en a continua< iou 11:111 ,111 l:1 1t i'it 01 ia dl" t'111Î<.I' Jtongu." llll'l•'•••dcn." dt· 1111 estudio crudito eran ellatfn y

1f7
el griego. Las lenguas scmllicas -cl hcbn.•o} {'1 .11.11111"11 ('1111.1 pilai clin io11.11 ios 11111\e 1 ,11t s• c1111 11-.1 •.-. de palabras equivalentes
ban a veces en la negociacion debido a su rclevan< 1.1 tcologiu1 > d r•11 kngua.., de e olllllll"llll '" cli-.lllllOS. Pero aunque cl alcance y la
sanscrito iba ganando enteros, a reganadientes, en el club cl<· ta~ 11111h1< ion de talc-. e,,l,dogos au men taron progresivamente, no so-
lenguas clasicas clignas, aunque solo porque era muy similtu al '"' P·'"aron e l !fmi tc de un a vi trina lingüfstica de curiosidades que
griego y a l latfn . Pero incluso las lenguas modernas de Europa ,. I11IHa palabras extrai'ias y maravillosas. En particular, los diccio-
estaban todavfa consideradas, en general, como formas meranwn· '""'os rcvclaron pocas cosas de valor sobre la granul.lica de las len-
te corrompidas de las lenguas clasicas. Huelga clecir que Jas Ien• RI'·'" cxoticas, salvo por una excepcion, la de una obra en seis vo-
guas de las tribus analfabetas mas distantes, sin grandes obras litt·- IIIIIH' IICS escrita por el filologo jesuita espai'iol Lore nzo Ilervas y

rarias u otros puntos a su favor, parecfan jergas primitivas care nt<·!l l' IIHiuro ( 1735-1806), titulada Catalogo de las leng;uas de las naciones
de interés, tan infravaloradas como los pueblos primitives que la!l oJwndas, que aparecio a finales del siglo XVIII y que contenla es-
hablaban. e111t'mas gramaticales de diferentes le nguas. Sin embargo, a la ma-
Y no es que a los estudiosos de la época no les preocupas<.· la )"',,, de los filologos de la época la idea de que la gramatica de
cuestion de loque es comun a todas las lenguas. De hecho, a par- 1111.1 kngua barbara fuese un tema digno de estudio les parecfa
tir del siglo XVII la escritura de doctos tratados sobre «gramatint l" "ersa. Para ellos, estudiar una gramatica era estudiar griego y
universal» habfa cstado muy en boga, pero el universo de aquelht!l 1,,1 111 , porque ••gramatica>> era la gramatica del griego y dellatfn.
gramaticas universales era bastante limitado. Por ejemplo, hada 1Il' manera que cuando se describfan lenguas remotas (y no lo
1720 John Henley publico en Londres una serie de gramaticas ti- lt.u ,,,n los filologos, sino los misioneros, que las necesitaban por
tuladas The ComfJleat Jjnguist; or, An Univr>rsal Cmmmar of All t/11 111111ivos practicos), las descripciones solfan consistir en una lista
Considerable Tongues in Being [La lingüfstica completa o Una gra- de paradigmas latinos por un lado y las formas que supuestamen-
matica universal de todas las lenguas existentes clignas de considt'- 1• h•s correspondfan en la lengua nativa por e l otro. Por ejemplo,
racion]. Las lenguas clignas de consideracion eran nueve: Iatfn, l'', -.t·ntaban los sustantivos de una lengua amerindia en seis for-
griego, italiano, espai'iol, francés, hebreo, caldeo (arameo), sida- "'·'"· que correspondfan a los seis casos del sustantivo latino. El
co (un dialecto tardfo del arameo) y arabe. Este universo exclusi- lwe ho de que la lengua en cuestion hiciese o no distinciones de
ve ofrecfa una perspectiva algo distorsionada, porque las variacio- e'"o era irrelevante, porque el sustantivo apareda a la fuerta
nes entre las lenguas europeas palideclan de insignificancia al e111110 nominative, vocativo, acusativo, genitivo, dativo y ablativo.
compararlas con la otredad de lenguas mas exoticas, como bien 1•11 1763, e l escritor francés Simon-Philibert de La Salle de l'Étang
sabemos hoy. Basta imaginar qué ideas err6neas se pueden sacar clio muestras de esta manera de pensar en su diccionario de gali-
sobre la <<religion universal>> o la <<comida universah> si nuestro lti 11 na lengua hoy extinguÎda del Caribe, al quejarse de que «los
universo se limita a la franja de territorio entre e l Mediterraneo y ~.dd>i s no tienen nada en su lengua que distinga e l caso y deberia
e l Mar del Norte. Al viajar por diferentes palses europeos uno lllht•• seis en la d ecl inacion de cacia palabra>> . Desrripciones como
puede quedarse impresionado por la gran disparidad que exio;te· e•.1. 1 nos parecen hoy parodias torpes, pero en aquellos momentos
entre ellos: la arquitectura de las iglesias es completamente distin- ~,, , e oncebfan con la mayor seriedad. La idea de que la gramatica
ta y e l pan y el queso no tienen el mismo sabor. Pero si nunca o;e· de una Jengua amerindia pucliese organizarse de acuerdo con
aventura en lugares mas lejanos, donde no hay iglesias, pan o quc- p1111< ipios fundamentalmente distintos de los del latin sobrepasa-
so, nunca podra darse cuenta de que tales diferencias intraeum- " ·' t•l hmitonte intelectual de los escritores. El problema era mu-
peas son en ultima instancia variaciones menores de la misma n·- e l1o uu\s profunclo que la simple incapacidad de comprender un
ligion y la misma cultura culinaria. 1.1 .go pa• ti<'uhu de· 1.1 g• .lln.lti< a de una lengua particular del Nue-

En la segunda mitad del siglo XVIII , la J><""J~~'I ' IÏ\'a e".. t<lha {'Ill· ',, 1\1 un do, Y•' q11e· 111111 hm de· lm misioneros ni siquiera compren-
pezan do a ampliarse un pOCO y SC h iCi('IOil \,li letS j 1111' 111 o-.(((- C"Oill • cll.lll que· l111hll 'lil' : 11~"'1'11 e ct111pte'IHI<·r.

qH 1 lei
h,l 1 Il '" 11111111 ÏIIIÏI' IIIII dt• h , l\1,1 <Jlii' JHIIIIO la t'\IIIIC
<;1 di11 t llt'1llil
1111.1 de • ·-.1.1 lt· ll).\11·1 1111 -.olo -.u vocahul;u io- estaha lejos de
''" lo lo que d -..tlll.l } dt• Jo que consiclcraba co mo forma na tura!
"' 1.1 ~~amal ica. Poco a poco fue empe~:an do a darse cuenta de
, 11u· 110 todas las le nguas estaban hechas a imagen del latin.
Una vct despertada su curiosidad , trato d e e ncontrar descrip-
• tom·-. de lenguas todavia mas remotas. En aquel tiempo no se
h.tllla publicado casi nada, pero la oportunidad de descubrir mas
•< k prC"sento en 1802, cuando Jo nombraron enviado prusiano
,1111c cl Vaticano. Roma estaba repleta de misioneros j esuitas ex-
pttlsaclos de los te rritorios espanoles de Sudamérica. Uno de ellos
, 1.1 Lorenzo Hervas, quien fue nombrado bibliotecario del papa
1'10 VII. En la biblioteca papal Hervas acumulo muchas manuscri-
tos con descripciones de lenguas sudamericanas y centroamerica-
"·'" que aquellos misioneros habfan trafdo con ellos y animo a
Wilhelm von llumboldt (1767-1835).
ut ms muchas, también repatriados, a que escribieran descripcio-
1H'S de las lenguas que habfan conocido. Cuando Humboldt llego
Y e ntonces aparecio Wilhe lm von Humboldt (1767-1835), lin- , 1 Roma, Hervas puso en sus manas muchas de aquellos manuscri-
güista, filosofo, diplomatico, reformador de la e nsenanza, funda- to'>. Humboldt rebusco en tales gramaticas y, ya con los ojos de par
dor de la Universidad de Berlfn y una de las figuras estelares dt· 1 11 par tras su experie ncia vasca, pudo comprobar hasta qué pun-
principios del siglo XIX. Su f01·macion -la mejor que la escena to estas prese ntaban un cuadro distorsionado: estructuras que se
ilustrada de Berlfn podfa ofrecer- le inculco una admiracion sin .q>artaban del ti po de las europeas habfan pasado totalmente inad-
limites por la cultura y las lenguas clasicas. llasta la edad de trein- ' t·rtidas ose las habla introducido a la fuerza en el molde europeo.
ta y tres at1os nada permitfa predecir que serfa él quien rompiese Es triste ••, escribio, «observar la violencia que aquellos misione-
el molde o que sus intereses lingüfsticos sobrepasarfan los lfmitcs ' os ejercfan sobre sf mismos y sobre las lcnguas para forzarlas a
de las veneradas lenguas latfn y griego. A los diecinueve anos, en .tdaptarse a las estrechas reglas d e la gramatica latina••. En su de-
su primera publicacion se ocupo de Socrates y Platon; luego escri- tnminacion par entender como funcionaban realme nte las len-
bio sobre Homero y tradujo a Pfndaro y Esquilo. Parecfa tener por ~uas amerindias, Humboldt reescribio por completa muchas de
deJante toda una vida feliz de erudicion clasica. .tquellas gramaticas y, pr6gresivam e nte, la cstructura verdadera
Su camino lingüfsùco a Damasco lo llevo hasta los Pirineos. de las le nguas se fue abriendo camino a través de la fachada de
En 1799, viajo a Espana y se quedo fascinado con el puebla vasco, paradigmas latinos.
su cuttura y su paisaje. Pero lo que desperto su curiosidad fue so- Humboldt situo a los lingüistas e n la vfa de un aprendizaje
bre todo la lengua vasca, una lengua hablada en territorio euro- que serfa largo y abrupto. Por supuesto, la informacion de segun-
peo pero distinta a todas las demas de Europa y que sin eluda ha- cla mano que fue capaz de obtener sobre las le nguas amerindias
bfa surgido de un germen ajeno. Al regresar del viaje, Humboldt no se parecfa en nada al profundo conocimiento de primera
paso largos meses leyendo todo lo que pudo encontrar sobre los mano que Sapir alcanzarfa un siglo después. Y si tene mos en cuen-
vascos, pero camo la informacion fidedigna no era mucha, regre- ta Jo que hay sabemos sobre la organizacion gramatical de len-
so a los Pirineos para realizar un trabajo de campo erudito y !{Uas diferentes, es indudable que Humboldt apenas llego a rozar
aprender la lengua de primera mano. A medida que profundiza- la superficie. Sin embargo, el tenue rayo de luz que brotaba de sus
C!>n llO!> pat cu a 1csplandt•< tt'llle ddudo ,, 1.1 tot.d mc 111 icl.ul l'tt 11 I11!11Ît inn h.I'IÎI,I 1111''1' ulid.1 J'l'Ill ,1 JH"'I.Il clc·l dt·t.lll.ulo n>tl<H 1
que él y sus comemponlncos habtan langllldc·<iclo. lllll' nto IJIH' .ulq11111(i cie- 11111( "·" kuguas <.'xoticas, sus allrmacio-
Para Humboldt, la euforia de saber que <.'Staha <k-.1Hot, 111 clu "''H .,ohtc· la illllucncia de la lcngua materna en la mente pcrma-
terreno virgen se mezclaba con la frustraci6n ante 1,1 tH•u •,jcl,ul 111'1i1 11111 ..,i<.·mprc en la estratosfera de las generalidades filosofi-
?e trans~itir el valor de sus descubrimicntos a un munclo pc·tpl( ' 1 \ Ill liU,, de'iccndieron hasta e l meollo de los detalles.
JO, empenado en considerar el estudio de las lenguas printtt 1,, 111 1k hec ho, en sus voluminosas reflexiones sobre este asunto,
como una actividad digna solamente de coleccionistas ck 111 , 11 1 ll11111holdt se atuvo a los dos primeros mandamientos de todo
P?sas. H.umboldt se desvivi6 por explicar por qué las profu 111 J, 111 Il' ''" IH'Il..,ador: 1) Seras imprecise y 2) No incurrirâs en contradic-
d1ferenCJas entre las gramaticas eran, de hecho, una vent.lllit • 111111'" · Pero puede que fuese exactamente esta imprecision Jo

abierta a cosas todavfa mayores. «La diferencia entre las leng 11, 111 ,., 'l'"' dt'~ipert6 la curiosidad de sus contemporaneos. Siguiendo su
argumenta, •• no solo esta en los sonidos y en los signos, sino tam 1 !ill'l.l st· puso de moda entre los grandes y los buenos rendir tri-

bién en la vision del mundo>>. Pero esto no fue LOd o. 1Iumholch l1111o ,, la influencia de la lengua en el pensamiento y, siempre que
afirmo ademas que las diferencias gramaticales no reflcjan ûnic ''" 11• • huhiese necesidad de dar ejemplos concretos, cualquiera po-

ment~ diferencias preexistentes en la manera de pensar, sino qur dt.l pennitirse imagenes rimbombantes, pero huecas. Max Müller,
en pnmer lugar dan forma a tales diferencias. La lengua mater na 1 1 l,unoso profesor de filologfa de Oxford, afirmo en 1873 que

«no es exclusivamente el medio para representar una verdad VIl •'"' palabras con las que pensamos son canales de pcnsamiento
reconocid_a, sino en .mayor medida para dcscubrir la verdad q 1,1r !flll' 110 excavamos nosotros, sino que ya encontramos construi-

no se ~ab1a reconoc1do con anterioridad>>. Dado que «la lengua dm . El lingüista estadounidense William Whitney, su adversario
es el organo que forma cl pensamientO>>, tiene que haber llllil •'•1 1.1 otra orilla del Atlantico, quiza no estuviese de acuerdo con
rela~i6n Intima entre las leyes de la gramatica y las lcyes del p<·n ~ltdlcr en otra cosa, pero sf en que «toda lengua posee su propio
sam•ento . .''Pensan': _co ncluyo, «depende no solo de la Iengua c·n 111.11 ro de distinciones establecidas, sus formas y su manera de

general, smo tamb1en hasta cierto punto de la lengua de cacia l" ll';ar, y en su interior se f01ja el t:olltenido y el producto de la
individuo>>. llii ' IIIC, la provision de impresiones del ser humano que la aprcn-

Una idea seductora cstaba, pues, en el aire: una idea que se1iil d• <omo lengua materna [ ... ] su experiencia y su conocimiento
retomada en los anos treinta del siglo xx e irfa escalando posicio· dc 1 mundo>>. El matematico y filosofo William Kingdon Clifford
nes hasta llegar a Yale. llumboldt nunca se aventura lo bastantr lltadiô pocos anos después que «loque hace que la naturaleza sca
lejos como para alegar que nuestra lcngua materna puede limitar ln que cs para nosotros cs el pensamiento de la humaniclad ante-
por complete nuestros pensamientos y nuestros horiwntes intc.... ''"' incrustado en nuestra lengua>>.
lectuales. Sin embargo, rcconocio explfcitamente algo que un si· Sin embargo, en el sig~o .XIX af'irmaciones como éstas no pa-
glo d~s~ués fue pasado por alto en medio del escandalo que sc.• .11on de ser florituras retoricas ocasionales. Tuvo que llegar el si-
or~n1zo en torno a Whorf: el hecho de que, en principio, cual- f.\lo xx para que los esloganes empezaran a convertirse e n afirma-
qtuer pensamiento puede expresarse en cualquier lengua. La!! • tunes sobre la supuesta influencia de los fenomenos gramaticales
verdaderas diferencias entre las lenguas, afirmo, no estân en Jo p.uticulares sobre la me nte. Las ideas humboldtianas iniciaron
q_ue una lengua puRdeexpresar, si no en «el aliento y el estfmulo que.· 1 lliOnces un rapido proceso de fermentacion y, a medida que e l

eJ_erce sob~e su~ hablantes para que éstos Jo expresen con su pro· 1 -.pfritu de la nueva teorfa se fue \Oiviendo mas poderoso, )a ret6-

p1a fuerza mtenor>>. ll( a fue disminuyendo.

llumboldt no concrcto en sus escritos qué era esa «fuerza in-


te,rior>>, qué ideas concrctas estimula la lengua en sus hablantes y
como puede hacerlo en la practica. Como veremos, puedc que su

153
Rt> I .A'I'I\ Ill.\ Il 1 I N(.I ISII( \

~Qué fuc Jo que catalitô <.''>la t<.•an ion? Un.1 dt· l.t-. 1 .llllllt'~ dt
bi6 de ser la enorme expectaciôn (Lotalnwnte jw.ttlirad.t) !Jill' c
despert6 en torno a los grandes avances que los lingüistas e-.t.th.ut
haciendo en la comprcnsi6n de la extravagante naturaleta dt· l.t~
lenguas ameri ndias. Los lingüistas en Estados Un idos no ne< c·-..t.t
ban estudiar minuciosamente manuscritos de la bibliotcca del \',,
ticano para desenterrar la estructura de las lenguas nativas del< 1111
tinente, ya que docenas de elias todavia se hablaban y podlan e-.tu
diarse in situ. Es mas, durante el siglo que separaba a Sapit de•
Humbo ldt la ciencia d e la lengua habla experimentado un progt t' Edward Sapir (1884-1939).
so mete6rico y las h erramicntas a nalfticas que los lingüistas tcni<lll
a su alcance sc habian vuclto incomparablemente mas potcntt·~. Ademas del estfmulo de descubrir gramaticas cxtranas y ex6ti-
Una vez que aquellas avanzadas herramientas empezaron a apli • 1-., en el ambiente que Jo rodeaba habla algo mas que empuj6 a
carse con rigor al tesoro de las lenguas nativas amerindias, revd.t o., 1pir a formular su principio de la relatividad lingüfstica: la ten-
ron territorios gramaticales que Humboldt nunca habrfa podidu ch ncia radical que mostraba la filosoffa a principios del siglo xx.
imaginar. 1 11 aquel tiempo, fil6sofos como Bertrand Russell y Ludwig Witt-
Al igual que Humboldt un siglo antes, Edward Sapir inici6 "" ._wnstein se ctedicaban a describir las perniciosas influencias de la
carrera lin gü lstica lejos de los paisajes de las lc nguas americanas. ltngua sobre la metaHsica del pasado. En 1924, Russell escribi6:
Sus estudios en la Universidad de Columbia se ce ntraron en la filo- 1.a Jengua nos induce a error tanto por su vocabulario como por
logfa gcrmanica y consistfan en algo muy parccido a las granck~ 11 sm taxis. Debemos estar prevenictos en am bos aspecws si no que-
recopilaciones de oscuras formas verbales de lenguas antiguas, qm· tc•mos que nuestra 16gica nos conduzca a una falsa metaffsica».
él ridiculiL6 en c l pasaje citado mas arriba. Sapir atribuy6 su con- Sapir convirti6 las afirmaciones sobre la influencia de la len-
version -que le hizo cambiar la polvorienta butaca de la filologîa ~ua en Jas ideas filos6ficas en un argumente sobre la inOuencia de
german ica por los grandes espacios abiertos de las lcnguas indias- ), 1 lengua materna en los pensamicntos y las percepciones de to-
a la inOucncia de Franz Boas, cl carismatico profcsor de antropo- dos los dias. Empez6 a hablar del «control tin\n ico que la forma
logla de Columbia que también fue e l pionero del cstudio cientffi- lmgüfstica ejerce sobre nuestra orientaci6n en cl mundo» y, con-
co de las lenguas nativas del continente. Aiios después, Sapir recor- tt .triamen te a cualquiera ,da sus predecesores, procedi6 a Ilenar
dé una conversaci6n con Boas, que cambio su vida, en la que éstt· d<' contenido aquellos es16ganes. En 1931 , present6 el siguiente
habla desmontado con contraejemplos de diversas lenguas indias t')<'mplo de c6mo una diferencia lingüfstica especifica deberfa
todas y cada una de las generalizacion cs sobre la estru ctura de la .dectar a los pensamientos de los hablantes: c uando observamos
lengua en las que Sapir aun crela. Sapir empez6 en tonces a darse que una piedra se desplaza por cl aire en dirccci6n a la tierra,
cuenta de que la filologfa gcnminica le habla enset1ado muy poco 1'xpli c6 Sapir, involuntariamente dividimos este acontecimiento
y de que aun le quedaba ••todo por aprender sobre la lengua>> . A t'Il dos conceptos separados, una piedra y la acci6n de caer, y en-
partir de aquel dia, se dedic6 a aplicar su legendaria agudeza men- Innees afirmamos que «la piedra cae». Asumimos que ésta es la
tal al estudio de las lenguas nativas chinook, navajo, nootka, yana, 11nica manera de describir ese acontecimiento, pero el hecho de
tlingit, sarcce, kutchin , ingalik, hupa, paiute y otras, de las qu<: que sea inevitable separar <<piedra» y <<cae» es solo una ilusi6n,
public6 analisis de una claridad y una profundidad sin parangon. porque la lengua nootka, que se habla en la isla de Vancouver,

154 ISS
J>I(H ede· dt• III.IIH'I,I 11111) di,IÎIII,I 1 .1 lt•llgll.l 11111111 .1 1111 l'""''' 1111 1. 1 1• Il ljlll' 1,1 gl,llli,IIIC ,1 ck -..1 lt-11g11<1 lll;tlt' lll<l le impidc {()llll)ICII·
vcrbo que corrcsponda a llut·stm «t ,\t'l ·· ) q1u· p~tc ·c l.l dt''<'l il,i1 ltt d••1 1:. cll-.tiiH'IOll t'lille la sustancia acuosa y la accion de caer? ~Le
accion con independencia de que un ohjc to <011< ~t•to t''> l< ' '.l\1'11 11 1dt.t diflcil rclacionar la caida degotas de lluvia con cualquier

do. En su lugar, utiliza un verbo especial , ••picdrear», pa1.1 11'11'11! loll,l ( Wotl que caiga? ~No sera que las formas disimiles con las que
se al movimiento de una piedra e n parlicular. Para dcsn1hit t 1 11111 , ,1 . 1'1 lcnguas expresan la idea de «!lover>>son solo diferencias
acontecimiento de una piedra que esta cayendo, este wrho st' 111111 fi, 1" g.ltlitaci6n gramatical?
bina con el elemento <<hacia abajo». De esta manera, lo <]Il<' nmu 1<:11 aqucl tiempo, nadie se detuvo en estas minucias. El entu-
tros dividimos en «piedra» y <<Cae>> e l n ootka lo descrih<' c o11111 1''""' que sc habla despertado ante la rareza expresiva - en gran
«piedrea hacia abajo>>. 1111 d~ela real - de las lenguas amerindias se considero suficiente
Ejcmplos concretos como éste de «anal isis inconmcns111 .1hlr 1'·"·' d('ducir de ella las diferencias - en gran medida ficticias-
de la experiencia en le nguas diferentes>>, dijo Sapir, «dejan IIIIIY 1 11 la~ percepciones y los pensamientos de sus hablantes. De he-
clara para nosotros una especie de relatividad que generalnii'IIIC' ' ltll, la funcion no habla hecho mas que empezar, porque pronto
permanece escond ida a causa de nuestra ingenua aceptaci<l11 dr d1o a cscena el disdpulo mas creativo de Sapir, Benjamin Lee
h abitas fijos del habla [ ... ] Se trata de la relatividad de los conc ,.,,. \\ llorf.
tos o, dicho de otra manera, de la relatividad de la forma del pc·n Micntras que Sapir segufa teniendo algunos dedos del pie
sam iento>>. Puede que este tipo de relatividad, anadio, sea 1111b ltlt 11 apoyados en tien·a firme y, en general, se resistia a precisar la
facil de entender que la de Einstein, pero para comprenderla sun 1t Hill a exacta del supuesto control tiranico de categorias lingüisti-
precisas los datas comparalivos de la lingüfstica. 1 1., sobre la mente, su disdpulo Wharf se atrevio a ir a donde na-

Por desgracia para Sapir, al renunciar a la agradable variC'<Iad du· habla ido antes y en una serie de afinnaciones cada vez mas
de los esloganes filosoficos para aventurarse en las heladas p(,d dc·-.c·nfrenadas peroro largo y tendido sobre cl poder de la lengua
mas de ejemplos lingüfslicos concretos, puso al descubierto la finit lllotterna para influenciar no solo nuestros pensamientos y percep-
capa de hielo sobre la que se apoyaba su LeOI-fa. La expresi6n noot 1 llllll'S, sino incluso la ffsica del cosmos. La gramatica de cada lcn-

ka «piedrea hacia abajo>> es sin duda una manera muy distinta dr ~11.1, escribio, «no es solo un instrumenta reproductor para expre-
describir e l acontecimiento y, desde luego, suena extraiia, p<·ru lioll ideas, sino el que da forma a las ideas, e l programa y la gufa de
~acaso esta extraneza significa que los hablantes del nootka jmn lt1 .tctividad mental del individuo en e l analisis de sus impresiones
ben necesariamente el acontecim iento de manera distinta? ~Aca~o 1 .1 Disecamos la naturaleza de acuerdo con las pautas estableci-
la fusion de verbo y sustantivo implica necesariamente que los ha d.ts por nuestras lenguas mate rnas>> .
blan tes del nootka no poseen imagenes mentales separadas dt• Ill La estructura general de los argumentas de Whorf consistia e n
accion y del objeto? IIH'ncionar un rasgo gramapc,al extravagante y, a partir de ahf, me-
Podemos ponerlo a prueba si aplicamos el argumenta de Sa dl.mte un fatidico «por lo tanta», ••entonces>> o «por consiguie n-
pir a una lengua a lgo mas fami liar. Veamos la locucion espaiiola 11'"' , concluia que dicho rasgo debe dar lugar a una manera muy
Uueve. Su construccion es bastante similar al «piedrea hacia abajo• dt-.tinla de pensar. Por ejemplo, a partir de la frecuente fusion de
del nootka, porque la accion (caen) y el objeto (gotas de agua) ~11stantivo y verbo en las lenguas amerindias, Wharf concluyo que
estân combinados en un solo conccpto verbal. Pero no todas léL'I 1 -.as le nguas imponen una «vision monista de la naturaleza>> en

lenguas proceden asf. En mi lengua materna, el objeto y la acci6n I11J4ar de nuestra «division bipolar de la naturaleza>>. He aqui como
estân separados y uno dice algo como <<lluvia cae>>, de manera qm· p1~tifico tales afirmaciones: «Algunas lenguas poseen medios de
hay profundas diferencias en la manera en que nuestras lengua'l I'Xpresion en los que los términos separados no Jo estân tanta
expresan el acontecimiento de la lluvia. ~Significa eso que el let·- c omo en inglés, sino que fluyen juntos en crcaciones plasticas sin-
tor y yo expmirnenlarnos la lluvia de manera diferente? ~Siente t•l IC'ticas. Por lo lanlo estas lenguas, que no pintan la representacion

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dt'l OhJt'IO 't'f>,ll,td,t dd IIIIÎ\I' I'iO l'Il tllltÎ"IIn gt.lllll 1)111' Jn lt , 11 l'li l11~ ltnpi h 111.1 tt 111 d1111t '"'"'" s, pot l'Jt'111plo, 110 w k put.'dt• dat
cJ inglés y Oli<IS lengu.a-. ht•ttll<tll.lS, lll'll<kll .t pmahJn 11111'\ll'i IÎJIIIII 1111 tllllllt' to supt'tlot <\ 11110. 1 m hopi no diccn "mc qucdé cinco
de 16gica y a posibles nucvas representa< ioaw-. <mn tt<,,.,,. tl1,a~" . ..aa10 "an<· lui al quinto dfa". Una palabra que haga referen-
En caso de que el lector se deje arrastrar pot la pmsa, snln ' 1a,, t•st.t dase de tic mpo, como lo es dia, no puede tener plural>>.
debe recordar la locuci6n espanola llueve, que combina las gut.trt lit t stt' lwcho concluy6 que «como para nosotros el tiempo es un
de lluvia y la acci6n de caer en una sola «creaci6n pl;htica sintc•tl 11111\ltllicnlo en un espacio, la repetici6n invariable parece disper-
ca>>. ~Se le ha dislocado la «representaci6n del objcto separad.1 de 1 " " su lllerza en una serie de unidades de dicho espacio y agotarse.
universo>>? (Acaso los hablantes de lenguas que dicen <<Cac lhan,1 1 11 <.un bio, como para los hopi el tiempo no es un movimiento,
operan bajo posibles nuevos tipos diferentes de 16gica y posihlc•11 ~ 11111 un "llegar después" de todo loque se ha hecho, la repetici6n
nuevas representaciones c6smicas? im.11 iable no se agota, sinoque se acumula>>. Tras esto, a Whorfle
1'·" t·da «gratuito el hecho de considerar que un hopi que solo
, , otHIICa la lengua hopi y las ideas culturales de su propia sociedad
EL TIEMPO EN LA LENGUA IIOPI ol1 ha tcner las mismas nociones [ ... ] del tiempo y el espacio que
111 ~Sotros>>. Los hopi, dijo, no entenderfan nuestro aforismo «ma-
Loque mas sorprenclc es ver que algunas grandes geneaal11.1 ILl li il sera otro dfa>>, porque ellos creen que el regreso del dfa es
ciones del mundo occidental, como tiempo, velocidad y mate• i.a,
•• 1 aegreso de la misma persona, un poco mayor, pe ro con todas
no son escnciales para construir una representaci6n consistt'lllt'
del univcrso.
1"unprontas de ayer, no como "otro dfa", es decir, como una per-
·" ' 1.1 total men te dis tin ta>>.
(Benjamin Lee Whorf, Science and Linguistics) Pero esto era solo el principio. Conforme profundizaba en sus
lltH'stigaciones sobre el hopi , Whorf decidi6 que su analisis ante-
Ilasta la cigüetia conoce su tiempo, y la t6rtola y la grulla \ l.a til li no habfa ido lo bastante lejos y que la lengua hopi, de hecho,
golondrina aguardan cltiempo de su ven ida: pero mi puehlo no h.a , .11n e pur cumpletu ùe refercncias temporales. El hopi, explic6,
conocido cljuicio del Sciior.
t .11 cee de palabras, formas gramaticales, construcciones o expre-
(jeremias 8:7) .tunes que aludan directamente a loque nosotros llamamos "tiem-
pu", ya sea pasado, presente o futuro>>. Por lo tanto, un hopi «no
Con mucho, las argumentaciones nuis electrizantes de Whort ttt·nc noci6n general ni una intuici6n del TIEMPO como algo con-
se centraron en un campo diferente de la gramatica y en una lcn· IIIIUO que Ouye apaciblemente, en el que todas las cosas del uni-
gua diferente: el hopi , del noreste de Arizona. Hoy en dfa quedan " ,.,o lo hacen al mismo ritmo>>.
un os seis mil hopis y son conocidos sobre todo por la <<danza de la Esta espectacular explip.ci6n eclipsa todo lo que cualquiera
serpiente>>, en la cual quienes toman parte danzan con serpienlt'!l h.thfa podido imaginar hasta entonces y atrajo la atenci6n del
vivas entre los dientes y luego las sueltan para que corra la vm lllllrldO hacia Whorf. Su fama sobrepas6 rapidamente la lingüfstica
entre los demas reptiles de que los hopi viven en armonfa con <·1 , t'n pocos ai'ios, las ideas de Whorf estaban en boca de todo el
mundo espiritual y natural. Pero Whorf los hizo famosos por otra 1111111do. Ni que decir tiene que las apuestas subfan con cada nueva
raz6n: la le ngua hopi, dijo, carece del concepto de tiempo. Whorf H'tsi6n. Un libro de 1958, titulado Some Things Worth Knowing: A
aflrm6 que habfa llevado a cabo un «estudio largo y cuidadoso~ ( ,,·neralist s Guide lo Useful Knowledge [Algunas cosas que vale la pena
de la lengua hopi, a pesar de que nunca lleg6 a visitarlos en Arizo- 1 onocer: guia general para el conocimiento util], senalaba que la

na y de que su investigaci6n se bas6 exclusivamente en sus conver- lt-ngua inglesa impide que nosotros, «profanas en la materia>>, po-
saciones con un informador hopi que vivfa en Nueva York. Al d.unos en tender el concepto cientffico del tiempo como una cuar-
principio de su investigaci6n , Whorf pretendi6 que el tiempo de t.t dimension. Pero «un indio hopi que piense en lengua hopi -la

159
1 tt.tlllolt.tl.l 1 ltÎI 'Ittpn 11111111 .dgn 'l"' lltl\t '- llt' ltt' 1111 '1111' dtl11ttl
lad que 110,0110'> (\Ill la ( \1,111<1 dtlllt 11\ÎIIII l'tH I l \ .11111\ dl ''-jlllt ' 1

un antropôlogo explicô que P·'''' lm hopt 1'1 ti< ·ntpn p.tt<'ll' s. a


ese aspecto del ser que constituw d ti lo de la n,l\ ·'l" dd .tl lOt,,, t.d
como es, en c l proceso de comenirsc tanto en "pa-..tdo" < o11111' 11
"futuro". Visto asf, tampon> ten<.'mos presente, sino q11c 11111''' ' "'
habitos li ngüfsticos hacen q uc sin tamos co mo si lo tm ic\l'tl\o'
Pero habfa un problema, uno solo. En 19H:~. cllingüi-.t.t 1· kk•
hart Malot ki, que realito un amplio trab~jo de c,unpo -.ohr ,. 1,,
lcngua hopi. escribi6 un libro titulado Hopi Ti mt' [El tiempo ('Il l.t
Iengua hopi]. La primera p<igina de dicho libro est<i casi en hl.111
co, con sülo dos breves rrases impresas en la mitad, una tras oll,t

l'ra' un dilatadu ~ naidadmo estudio v an<ilisis, parece (Jill' l.t


lenKua hopi no tiene palab•·"· formas gramaticales, construrnu
ne' o l''i.J>l csiones qu<' S<' relie tan directamcnte a lo que nosot tn\
llamanHI' . riempo•• .
(Benjamin Lee \\'hot f, \11 , \nm1m11 fllrllfln Ator{p[ of 1 , , 1. Kit de hebra~ de lana para el ll''>l del daltoni'>lliO de llolmgren.
lht• l 1nivnv [lln modclo anwrindio del unin·rsol. 1936)

Jnt' f/111\rt jJfl)' qmiOII,I.,'l'tUJW jHI) 111'il.1 ta/m1a\' Jnnva/1\a/, jJàasalhtllll


Jm · jHIIII jJiw mrw na/ /aa/aput
Fntonn·'· al dia 'iKuit·nte, 11111\ temprano pm la mai1ana a !.1
hot a en que la gente le teta al ~ol, a esa hor a lll<i'> o Il !l'nos él dt''
pt'IIO de lllii'\O a la llllt<'hadra
(Ekkehan Malotki, 1/ojit foïdd No!Ps
1Notas de campo sobre cl tiempo en la lenK11a hopi 1. 19RO)

A Jo largo de 677 p<1ginas de letra pequei"la. cllihro de Malotk1


descrihe la<., numerosa'> expresione-; sobre el tiempo en la lengua
hopi, asf como el sistema' el aspecto temporal de sus «\'erbos sin
ticmpo >>. Pan·ce incrdhk cômo puedc camhiar una lcngua en
cuarenta ai1os.

No re<.,ulta difïcil entenckr por qué el principio de la relativi-


dad lingüf•.tica o «hip6tesi., de Sapir-'A1wrf, , ron1o también se Jo
connee, ha cafdo en tai dc'icrédito entre lingüistas respetables.

160

FI< .. ~- l Il .1no ir·is.


A l ti/

l .o~ < olot<'~ <'~pai1oks <<amarillo ... .. n·rde » ) «alld» ('éa<,e la pagina 97) .

Zafiro

lt o, 1/1. ~Cna di\'i<>iôn altemati\'a? <<\ 'erdillo " (verde + amarillo) . «lurquesa »
v «an d ;;tli ro .. .

8 9 10 Il 121314 1) 161718192011 22 23 2415 2b272829 !031 32lJ l4 35 !6!7 383940


Sugungu (blanco)

6 7 8 9 10 Il 12 13 14 15 16 7 18 19 20 2 22 2 24 25 2627 28 29 lO 31 32 H 34 35 36 37 38 39 40
La v/av (Blanco)

Il Cuchcuch (negro)

Il 1 11111
11111111111
fH .. ~~. La difcrencia entre e'ta'> do<, fotograffa<, delltue\tra la teorfa revisad.,,
M<~gt~u~ (\éase la pagina 60). La fotogralla supe rior c·s loque venlo!> europ<-• •
1111111111
la 111fenor loque, seglin Magnus, deberfan de haber \isto los a n tiguos: los tou
1111111111111
r~j o.s son igual de vfvidos, pero los colores \Cidc) a;u l -m<is {1 fos- lo son 1111
rho meno-,. Fic;. 5b. El sis tema 7iftano de tres colo res (véasc la pag ina 97).
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 1 4 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40
B

D 1 1
E 11111 Il Il
Flll 11111 Il 111111111111
G 1111111111111 1111 1111111111
H 1 1111111111111 1111111111111111
'11111111111111111 1111111111111111
Frc.. 6. Fic h a d e 320 c uadrîc ul as co n los colo res utili.mdos p o r Be rlin y l\ ,11 1
40 to n os d e ig ual csp ac io y 8 grad os d e luminosidad. To d as las cu adrlc u la!. )111
ta n la saturacio n rm'ix ima). (Véasc la p<igina 98).
+

1 1o , • Clrculo de cuadrados en tonos verdes y a;ul (véase la p<îgina 249) .


0,5 0,6 0,7 0,8

FH .. i. Espccilicaciones oficialcs de los ton os a utorit.ados para las tuees \1 1do


lo~ sem;iforos en.Japôn )' Estados Unidos, del1nidas como regiones del dl.il',l
de cromaticidad estanda r de la Comisiô11 lnternacional de la lluminacio11 tt 1
e n 19:1 1. (Véase la p<igina 237).

Faciles

....
01 02 03 04 os 06 07

Diffc1les
FrG. 8. El ex pe rimento de los <<azu lcs rusos» (véase la pagina 242). 11, , 111 Colores faci les y diflciles cl<' llolniH.II l'li ch i110 (n -:ase la p<îgina 251 ) .
l'o Ill lill liS 11111~11111 , , Il
"l"f..:"" • 111111 " ' lltt'l.lllll' - f1a11 IOill,l<fo
• 1 ,,. ,,.," l11 IJIII ' • 111'~11 · . l 11.1 1<ka ha 1 <''l'>ll<lo tcnatmentl'
1 "' ' '' ' '
l•~ '" lt'lllt'tld ..... dt · Jo, hn fi.,, ode la ratôn: el argumento de que
, 1 "''' 111.1 H'lllJ>OI .tl dt· ""·' lcngua determina la comprcnsi6n del
"' 111po pot parte de SU'> hablantes. El hebrco blblico ha dcmostra-
"" post't'l una enorme riqueta, pucsto que su sistcma verbal, al
l'·" 1'< t'1 Ill temporal, pucdc rdacionarse o ex pl icar cualquier cosa,
olo ·... dt· cl conccpto que los i~raelitas tenlan del ticmpo hasta la na-
ltll,dt·ta de la profccfajudcocri-,tiana. George Steiner. en su libro
do • ulto de 19ï5 After BabPI, rasu ca un a larga gcneraciôn de gran-
d•·, pcnsadorcs que han tratado de «relaciona1 posibilidades v li-
1 llllt.t< 1oncs gramaticalcs para desarrollar conceptos onl016gicos
570 590 fllllll.trios talcs como cl ticmpo y la ctcrnidad >>. Aunque Steiner
~ ~~ mpre sc cuida mucho de evilélr cualquicr formulaciôn que pu-
FH .. Il. El l'\fH'Clro \·isiblc.
dt~ 1.t atribu ir<;c a un scntido cotHTeto, nos informa de que •• bue-
''·' palle de la pcrccpciôn occidental del ticmpo, como secuencia
ltllt'al \ mmimiento \'Cctorial , esta e'>tablccid.t \ organitada por cl
"''l' Ilia \crbal indocuropeo». Pno el hcbn..·o blblico, scgün Stei-
"' 1, nunca dcsarrollô tales distincioncs temporales. ( Es esta dif'e-

' • IH ia entre el e laborado sistema temporal del griego indoeuro-

fH o \ del hebrco atemporal -sc ptcgunta- re'>ponsablc ck la


t'\Olu< iün <ontrapuc-;ta de lo-; pcns,tmlenLOs gncgo' hebn•o, o
tl'flcja mnamente pa trone-. de pcnsamiento pren.istentes? "~ b
l.1 < omcnriôn de que los lwchm hablados -;on c-.u ictamentc con-
tt·ntpor;inem con el presente del que habla -co mc1H iôn funda-
IIH'n tal para las doctrinasjudconi'ltianas de la IT\claci6n- gene-
t.ldora o con'>('Cucncia de la lorma g ramaticaf?, Steiner conclu\<'
•fliC la i nlluencia de be circula r en am bas di rcccioncs: cl -.istema
700 ,,.1 bal inllun· en e l pensatuiento, el cual a su n ·t inllun· en cl sis-
t<ma Yerhal , todo clio «con re ci pmcidad mülti pie ·•.
Ft< .. 12. La scn\ihilidad (nonnalitada) d(' lo.\ conos rcccpton·, de on da co1t. 1
Por encima de todo, ali rma Steiner, cs el lùturo loque tiem·
onda media' de ond.t larga en funciùn de la longitud de onda (n.\ts<' la pagin, 1
• onsccucncias trascendcntales para cl alma) la mente humanas.
p11esto que da forma a nuestro concept<> del tiempo v de la racio-
ll.tlidad, inrluso a la esencia misma de nuestra humanidad. «Se
1111s pucdc ddinir como clmamll'ero que utilita elluturo del ver-
ho ··.,c r",, e'plie<L E l tiempo lùturo l''> loque no'> d.t e'>pcra111a e n
t•l pon eni r '· sin él, todos e'>l<tmos condenados al " i nlierno, <:'>
dcc ir, a una gram;-itica sin ltnuros •.
An tes de que cl lector se aprc'>tiiT a descmbal<llarse de su psi-

t61
qtu.llt.t} ,, hu.,c <Il 1111 gt.llll.tlll o t'Il Mt l11g.n lt .111111\1 jo qtu lt,tWl ~C.tllthi:t '" tdc .t dt·l 11•' "'1", c 1111 tc 1 tpt ond.l<l ttHdltpkr ~ Etttpic··
un nipido test de realiclad. En pt ÏIIH't lug. u . pot 1 llt'\ltoll dt c '' '·"'a flaqtw.1111· l.t c'"l"''•'"'·' · 1.1 1 ,.,..,tc.·ncia de su cspft itu y cl tcji-
den, debo decir que nadie comprcnde del toclo la' sultll'/ol'i dc•l do ck '" htttll.tnid.uli Si jt 11 ""·" \ivicse hoy, sin duda podrfa de-
sis tema verbal del hebreo bfblico. El h ebrco tic ne <loo; f01 tn,,, ',., '" (~o set.t •podtt.t h.tht•t dicho»?): hasta la cigüeiia conoce su
baies principales y la diferencia e ntre elias parecc dq)('nclc·t de twmpo, y la t6ttola y la gru ll a y la golondrina aguardan el tiempo
alguna combinaci6n esquiva de ambas y de Jo que los lingi'mi.IJI de· su vcnida; pero mis eruditos no han conocido el juicio del
llaman aspecta: la distinci6n entre acciones complc tadas (Ju•• "t'l-lO r.
ejemplo, «comf>>) y acciones e n curso ( <<estaba comiendo») . Pc ·t••· Puede que el lector esté ya un poco cansado de relatividad
en beneficia de la discusi6n, concedamos que e l verbo h ebn ·o 1111 lmgüfstica, pero antes de dejarla me permitira que aiiada un ulti-
expresa e l futuro ni tampoco o tros tiempos. (Acaso esta ausenc •·• tllo apun te de caracter burlesco. En 1996, la revis ta estadouniden-
debe necesariamente ejercer un efecto sobre la comprensi611 clc•l sc· PhilosojJhy Today public6 un artfculo titulado <<Linguistic Relati-
tiempo, el futuro y la eternidad? H e aquf un versfculo de una lwt \tly in French, English and German Philosophy>> [Relatividad lin-
mosa proCeda sobre una desgracia cercana, en el que un aittulu güfstica en las filosofias francesa, inglesa y alemana], en el que su
Jehova promete el castigo inminente a sus enem igos: .1utor, William H arvey, afirmaba que las diferencias entre las tres
1radiciones filos6ficas pueden explicarse a partir de las gramaticas
ir.f? mDv. tzJr;l) O'J'~ oi' :mi? ':l o?:n tJ17)1) m!'7 o'pl()) Oi?~ ''? del francés, el inglés y e l alcman. Por ejemplo, <<dado que, seglin
Mfa es la venganta y el pago, al tiempo que su pie vacilar• 11uestra tesis, la filosofia inglesa esta muy determinada por la gra-
porque cl dfa de su perdici6n se acerca, y Jo que se les esta pn·11.1 matica inglesa, debe deducirse que, al igual que la lengua, la filo-
rancio se apresura. -.oCfa es una fusion del francés y del aleman», tras lo cualla prueba
que alega para demostrar esta premisa es que la teologfa inglesa
(Cantico de Moisés, Deutcronomio 32:35)
(anglicana) proviene de un cruce entre e l catolicismo (francés) y
d protestantismo (aleman). Pero hay otras perlas: e l sistema ale-
En cl hebreo original hay dos verbos y, como puede verse. d man de casas <<forma parte de la explicaci6n de la tendencia de la
primera -vacilarâ- es una de las dos principales formas verbah·~ filosoCfa alemana a la construcci6n de sistemas», mientras que <<Si
que acabo de mencionar, mientras que el segundo -apresura- ('( pensamiento inglés es, en algunos aspectas, mas dado a la am-
es la otra. En la traducci6n espanola estos dos verbos aparecen <·n higüedad y a la ausencia de sistcmas se podrfa atribuir en parte a
dos tiempos diferentes: <<vacilanh y <<apresura••, pero por muchu la relativa variabilidad y maleabilidad de la sin taxis inglcsa».
que los eruditos puedan pelearse hasta el dfa en que se cumpla la Clara que podrfa, aunque también podrfa deberse a la forma
venganza sobre si la difcrencia entre las formas verbales del lw- irregular de los panecillos.de Pascua. Sin embargo, es mas proba-
breo expresan prioritariamente aspecta o tiempo, (afecta cual· ble que se deba a la costumbre que tienen las revistas en lengua
quiera de ambas cosas al significado del versfculo? (Cambiaria la inglesa de conceder espacio en sus paginas a individuos coma el
traducci6n espar10la de alguna forma el sentido si sustituyésemos 'iusodicho H arvey. (Por cierto, sé muy bien que los panecillos de
el futuro <<vacilara» por el presente, es decir, «al tiempo que su pic· Pascua no tienen una forma particularmente irregular, pero tarn-
vacifa, ? (Puede el lector detectar a lguna nebulosidad en e l con- poco la sintaxis inglesa es particularmente <<variable ni malea-
cepto de futuro de esa imagen terrorffica de las casas que se apn· ble». Es mas rfgida en e l orden de las palabras, por ejemplo, que
suran hacia los pecadores? la del alcman.)
Veamoslo de otra manera: cuando alguien pregunta a otra
persona, con perfecta prosa espanola y en presente, algo como
<<(Te estas yendo maiiana?», (SC le altera el concepto de futuridad?

162
l11t1c 1n 11 de " /1Î c 1.1 1111 'l' '1 t • ',11 t'lit) ( ;t·o 1g t· St t'Ill t·t 1kgo .t 1.1 <o Il
•ltt'llllll dt• <J"'' d l~t·•l"' dc qttt' tlut·-.tms wrbos, a difcrencia de
La afirmaci6n mas famosa qu<.· S<.' tlltthll'tt' .1 Ntt'l/ ...( lw, .11111 '"" dt· 1.1-. kllj.\11·1" .,..1111111 .1s, no incliqucn cl género o el agente
que nunca la dijo, es: «Tenemos que dcjat de pensa• si nos nq,;.• igtltlt<.l qu<.· t'tl t•llm t''''' implfcita toda una antropologia de
mos a hacerlo dentro de la carcel de la lengua», pero lo que dtju tgu.tldad scxual ». ~De vcrdad? Hay algunas lenguas tan sexual-
en realidad fue: «Dejamos de pensar si no queremos hacctlo ruu lll<'llll' ilustradas que no hacen distinciones de género ni siquiera
limitaciones lingüfsùcas>> (wir horen aufzu denlœn, wmn wir t'\ nu hl c 11 lm. pronombres, de manera que incluso <<él>>y <<e11a >> estcin fu-
in dem sprachlichen Zwange thun wollen). La pésima traducci6n sc h.t utnados en una creaci6n plastica sintéùca unisexual. ~A qué len-
convenido en un eslogan que sintetiza con claridad todos lus K"·'s me refiero? Pues al turco, al indonesio y al uzbeco, entre
errores de la relatividad lingüfstica, porque una falacia t6xica sc- ••tt.IS, que no son precisamente lenguas de sociedades reputadas
desliza como el azogue en todos los argumentos que he enconu.t Jlllt su antropologia de la igualdad sexual.
do hasta ahora y es la suposici6n de que la lengua que hablamos Por supuesto, ninguna lista de meteduras de pata estarfa com-
es una carcel que limita los conceptos que podemos entender. Ya plt•ta sin la novela 1984, de George Orwell, en la que los dirigen-
scala afirmaci6n de que la ausencia de un sistema temporallimitlt 1\'s polfticos tienen tanta fe en el poder de la lengua que estcin
la comprensi6n del ùempo por parte de los hablantes o la prett·n· ,q~uros de que podria eliminarse totalmente la disidencia polltica
sion de que cuando un verbo y un objeto se fusionan los hablantt'll " fuera posible suprimir del vocabulario las palabras ofensivas.
no entienden la distinci6n entre acci6n y cosa, Jo que vincula to· \1 final, acabamos haciendo imposible todo crimen del pensa-
das estas opiniones es una prcmisa tan burda como falsa, a salwr, llllento ... (C6mo puede haber rrimenlal si cacia concepto se expre-
que <<los lfmites de mi lengua equivalen a los lfmites de mi mun· , ,1 <laramente con una sola palabra, una palabra cuyo significado
do», que los conceptos que exprcsa una lengua son los que sus 1 -.té clecidido rigurosamente y con todos sus significados secunda-

hablantes pueden entender y que las distinciones que permitr ttos eliminados y olvidados para siempre?>> ~y por qué detenerse
una gramatica son las que los hablantes pueden imaginar. .1hl? ~ Por qué no abolir la palabra <<codicia>> para arreglar rapida-
Parece mentira que una idea tan absurcla haya tenido tanta lllcnte la economfa del mundo o eliminar la palabra <<dolor>>para
difusi6n, puesto que las pruebas que dcmucstran Jo contrario sai· .tlwrrar miles de mi11ones en aspirina o tirar la palabra << muerte>>
tan a la vista por doquier. ~Acaso los ignorantes que nunca hayan .tl cubo de la basura para alcanzar al instante la inmortalidad uni-
escuchado la palabra Srhadmfrettde tienen clificultacles para com· wrsal?
prender Jo que significa <<sentir alcgrfa por el mal ajeno>>? Y a la
inversa, ~acaso los alemanes, cuya lengua utiliza la misma palabra
para expresar <<Si >> y <<cuandO>> (wenn) no comprenden la difercn·
cia 16gica entre Jo que podrfa sucecler b~jo ciertas condiciones y Mi objetivo primordial, ya lo clijc antes, cs convencer allector
Jo que sucedera pase Jo que pase? ~Acaso los antiguos babilonios, de que hay algo que vale la pena rescatar en la idea de que nuestra
que utilizaban la misma palabra (arnwn) para <<crimen » y para 1<-ngua materna puede influir en nuestros pcnsamientos y percep-
<<castigo>> , no comprendfan la diferencia? De haber sido asf, ~por <tones. En estos momentos este objetivo es Jo mas parecido a una
qué habrfan escrito miles de documentas legales, c6digos y proto· 1nisi6n suicida. Pero aunque las perspectivas de la relatividad lin-
colosjudiciales para determinar exactamente el castigo que mere.·· gülstica no parecen nada promctedoras en la actualidad, la buena
cfa cacia crimen? noticia es que , tras haber tocado fondo en Jo intelectual, las cosas
La lista de ejemplos podrfa ampliarse facilmente. Las lengua!l \.1 solo pueden mejorar. De hecho, la bancarrota del whorfianis-
semfticas requieren diferentes formas verbales para el masculino tno ha sido beneficiosa para cl progreso de la ciencia, porque con
y el femenino (<< tu cornes>> podfa adoptar formas cliferentes en t'ste ejemplo tan espantoso han queclado claros los dos errores

165
fundamettlalt·s que lod.ttt'OII.t lt''l"'"'·"'''' "'"' l.1 Îtllltutttt.t dr l'•''·' l'"" c111111 l''"' .th'>ll<t< los, ya "'•' IIH'diantc préstamos o am-
la Jengua dcbc evitar. El prinH't o, l.t .ulu t it'n1 dt \-\11411 f ,, 1•.-. 1.1111 1 I'I Î. IIHio c·lu-.o dt· palabras cxistcntes para que abarquen sentidos
sfas no sustentadas por hechos nos h,t t'IIO.,t'll,ulo qut· c u.tlq11u 1 1h~ tt.11 tm. (La., Ienguas europeas utilizaron ambas estrategias. )
supuesta influencia de una Iengua sobre la m<.•ntc dc o.,us h.thl,tll 1 '" ,,,lkntc.•s afirmaciones sobre la posibilidad teorica de expresar
tes debe demostrarse, no solo asumirse. No basta con dt'< it que tdt•..-. romplcjas en cualquier lengua no son meras ilusiones; se
«dado que la lengua X no hace las cosas como la lengua Y, lo' h.t 1t,111 podido demostrar a la perfeccion en innumerables ocasio-
blantes de X deben pensar de manera distinta a los de la k11g1111 '" '~ llay que reconocer que el experimenta no se ha realizado tan
Y». Si hay razones para sospechar que los hablantes de X podt 1.111 1 IIH'IllldO con manuales de lavavajillas o con libros de texto de
pensar de manera distinta a la de los hablantes de Y es pu·c Î'IO nwt.tf'fsica, pero sf se han hecho muchos con el Nuevo Testamen-
demostrarlo empfricamente. De hecho, incluso eso no b'"'·'• ln, que contiene argumentas teologicos y filosoficos de un alto
puesto que una vez demostradas las diferencias en los modos clr ~ ~ .1do de abstraccion.
pensamiento todavfa debe probarse de forma convincente que· ht Y si allector todavfa Je tien ta la tcorfa de que el repertoria de
lengua es realmente la causante de tales diferencias, no otros lac 1IIIIC<.'ptos de nuevo cutio en la lengua materna determina los con-
tores culturales o ambientales relacionados con los hablantcs. ' 1 ptos que podemos entender, solo tiene que preguntarse como
La segunda leccion importante que debc aprenderse de.· lnl ·• las arreglarfa para aprender cualquier concepto nuevo si esa
errores del whorfianismo es que debemos escapar de la carc<.'l clt' 11 '111 fa fuese cierta. Veamos este ejemplo: si cl lector no es un lin-
la lengua o , mejor dicho, del engatio de creer que la lengua r1 ,; tll'>la profesional, la palabra «factividad » probablemente no for-
una carcel para el pensamiento que limita la capacidad de quit"o nt.utl parte de su repertoria. Pero ~significa eso que su lengua
nes la hablan para razonar logicamente y les impide compren<lrr nt.tterna (el espaiiol) le impide comprender la distincion entre
ideas que expresan los hablantes de otras lenguas. \t 1bos «factivos•• y «no factivos»? Veamos: los verbos «compren-
Por supuesto, cuando digo que una lengua no impide que sul •11 1 • y <<Saber» se llaman <<factivos>> porque si uno dice algo como
hablantes comprendan cualquier concepto no quiero decir que \ll cia comprendi6 que sus amigos se habfan ido», Jo que implica
uno pueda hablar sobre cualquier cosa en una lengua en su csl..- • \que Alicia comprendio que eso era cierto. (Resultaria muy ex-
do actual. Basta con tratar de traducir el manual de instruccionet t t,llto decir <<Alicia comprendi6 que sus amigos se habfan ido,
de un lavaplatos a la lengua de una tribu de las tierras altas ct1 111'10 en realidad no se habfan ido> >.) Por otra parte, los verbos no
Papùa para quedarse atascados enseguida, puesto que no exislt•n l.11tivos tales como <<asumir>> no implican que algo sea cierto:
palabras para tenedor o vajilla o vasos o botones o jab6n o programtll • 11.111do uno dice <<Alicia asumio que sus amigos se habfan ido» es
de enjuagado o indicador interrnitenle de averias. Pero no es la natura 11nsible continuar la frase con toda naturalidad aii.adiendo <<y, de
leza profunda de la lengua Jo que impide que los papùes puedan Ill'<ho, se habfan ido•> o << pero, de hecho, no se habfan ido». De
comprender tales conceptos, sino el simple hecho de que no r • 1.1 manera tan sencilla acabo de ex pl icarie allector un concepto
tan familiarizados con los artefactos culturales pertinentes. Cnn IIIH ' \O y extraordinariamente abstracto, la factividad , que no for-

tiempo, cualquiera podrfa explicarles a la perfeccion todas eslal llt.tha parte de su lenguaje hasta ahora. {Acaso se Jo impedfa su
cosas en su lengua materna. 1, IIJ{Ua materna?
Asimismo, basta con tratar de traducir una introduccion a la Puesto que no disponemos de pruebas de que alguna lengua
metafisica o a la topologfa algebraica o, si se quiere, muchos pasao 111 ohfba que sus hablantes piensen algo, como Humboldt recono-
jes del Nuevo Testamento a la misma lengua de Papùa para no 1If) hace ya doscientOS aiÎOS, )os efeClOS de la Jengua materna nO
llegar muy lejos, dado que no hay palabras equivalentes a la mayoo p11ccle n buscarse en loque las diferentes lenguas perrniten pensar
rfa de los conceptos abstractos que se requieren. Pero también en 1 '>liS hablantes. c:Donde entonces? Con palabras un tanto misti-
este caso serfa posible crear en cualquier lengua el vocabulario 1,l', Humboldt dijo también que las lenguas difieren no obstante

r66
Cil «d ,\lietllo} t•l t•-.tttttlllo qut• t·jcll t'tt sohtt• MIS lt.thl:ttttl's 1'•"•1
que éstos lo exprescn con su pmpta ilH't/,1 Îllh't iot l'at t'< t· c'""''
si su intuici6n hubiese dado en cl clavo, p<'m <'" evidcttlt' <JlH' '"'"
dificultades para definirla y nunca logr6 ir tmis all<i de la., uu·t.llu
ras. ~Podrfamos nosotros convertir ahora su brumosa imag11wt hl
en algo mas transparente?
Yo creo que sf, pero para lograrlo debemos dcjar de la de, lu
denominada hip6tesis de Sapir-Whorf, a saber, la suposicio11 d('
que las lenguas limitan la capacidad de sus hablantes de cxp 1n.u
o comprender conceptos y, en su lugar, centrarnos en una ittttll
ci6n fundamental que podrfamos llamar el principio de Bo.t!ll« Franz Boas (1858-1942). Romanjakobson (1896-1982).
Jakobson.
pu<·dc que mi interlocutor se pregunte si se trataba de un vecino o
ck una vecina, pero yo tengo derecho a decirle educadamente que
DE SAPIR-WIIOJŒ A BoAs-jAKOBSON sc· meta en sus asuntos. Sin embargo, si estoy hablando espaiiol,
lt.lllcés, aleman o ruso no tengo posibilidad alguna de crear con-
Como vimos al principio de este capftulo, fue el antrop61oKU tu-.iôn, porque la lengua me obliga a escoger entre vecino o vecina,
Franz Boas quien inici6 a Edward Sapir en el estudio de las lt·n JloHin o voisine, Nachbar o Nachbarin, sosed o sosedka, de modo que
guas amerindias. En 1938, Boas hizo una aguda observaci6n solur c·•..ts lenguas me fuerzan a informar sobre el sexo de mi acompa-
la funci6n de la gramatica en la lengua. Escribi6 que, ademas dc- tl,tntc, tanto si quiero que lo sepa como si no. Por supuesto, eso no
determinar la relaci6n que existe entre las palabras de cualquic·r 'tgnifica que los angloparlantes se olvidan de las diferencias entre
frase , •<la gramatica tiene otra funci6n importante, la de determi l.ts tardes que han pasado con vecinos o vecinas ni tampoco que no
nar los aspcctos de cada experiencia que debm ser expresados», v puedan expresar la distinci6n si Jo desean. Lo (mico que significa
explic6 que esos aspectos obligatorios varfan enormemente dr c·o; que no estan obligados a especificar el sexo cada vez que men-
una lengua a otra. La observaci6n de Boas apareci6 de forma muy e tonan a sus vecinos, mientras que los hablantes de otras lenguas sf
poco llamativa e n un pequeiio apartado sobre «gramatica>> escon lo cstan.
dido en un capftulo titulado «Lengua>> en una introducci6n a la Por otra parLe, el inglés obliga a especificar fragmentos de in-
Gmeral Anthropology [Amropologfa General] y no parece que na· lormaci6n que en otras lenguas pueden dejarse fuera, a cargo del
die apreciara su importancia hasta que, dos décadas después, c·l I'Ontexto. Si quiero referirme en inglés a una cena con mi neigh-
lingüista estadounidense de origcn ruso Roman Jakobson con· IIOur, puedo eludir su sexo, pero tengo que especificar algo sobre
dens6 la intuici6n de Boas en una frase concisa y expresiva: «La!l d momento en que ésta tiene luga r: he de decidir, por ejemplo, si
lenguas difieren basicamente en Jo que deben transmitir, no en lu rrnamos (con frecuencia) o es tarnos cenando (en este momen to). En
que pueden transmitir>>. En otras palabras, las diferencias funda· t uanto al espaiiol, sigue una pauta similar e n am bos casos, pero
mentales entre las lenguas no sc e ncuentran e n Jo que cada una permite que sus hablantes puedan decir también que en este mo-
de elias permite que expresen sus hablantes -pues en teorfa cual- menlo œnam.os, pues no les exige la distinci6n de forma tan inflexi-
quier lengua puede expresar cualquier cosa-, sino en emil es la ble cada vez que describen un acontecimiento. Otras lenguas son
informaci6n que cada lengua obliga a sus hablantes a expresar. mucho mas relajadas: cl ch ino clasico no obligaba a sus hablantes
Jakobson puso el siguiente ejemplo: si digo en inglés J spml ,, especificar el momento exacto de la acci6n cada vez que utiliza-
yeslerday eveningwilh a neighbour [aycr pasé la tarde con a neighbourl. han un verbo, porque la misma forma verbal servia para acciones

168
pa-.ad.t-., PH'"''IIIt'" () 1111111 ';1"1 1k 11111 '\ 11, 1''11 lill ,jglllllc ol CjiiC' ln~ 11111'\) \cii'III.Î,, ..J \t elut Jt•tllt t 1 1111 sÏSIC' III,I de• ciJ..,IJIH 1011\'S CjiH'(CI.,
hablantes del chi no no puclicwn '''l" ''"·" 1'1 111o11H 1110 dt• I.e ,11 liJigll"'·'" d<' llllllllll.lll c•\Î dc 111 i.didad • y da la casualidad de que
cion si crefan que era ncccsa1 io, pero 110 , •.,lal>.~n oblt~.ulm ,1 1t,1 t 1 '"11'111<1 dl' ('\ Jdt 'IIC 1,\liclad dt' (a (en gua matseS eS el maS e JabO-

ceri o. I,UJO que <;e ha dt''' 1110 j<tmas en cualquier lengua. Cada vez que
Ni Boas ni Jakobson pusieron de manifiesto estas clif(•J t·nc i, 111 lm lt.tblantes del mat.ses utiliLan un verbo tiene n que especificar
gramaticales con respecta a la influencia de la Iengua soh1 c· hl <omo cl abogado mas puntillosc:r- de qué mane ra llegaron exac-
mente. A Boas le interesaba sobre todo la funcion de la gralllo~ lic" l.lllll.'llte a enterarse de los hechos que estcin contando. Dicho de
en la Iengua, mientras que Jakobson se ocupaba de las dili< ull, 1 oll.t forma, los matses han de ser expertos en epistemologia. Dis-
des que esas diferencias plantean a la hora de traducir. Sin emh.u poncn de formas verbales distintas en funci6n de si estcin descri-
go, a mf me parece que el principio de Boas:Jakobson es la davr hwndo una experiencia directa (quien habla vio pasar a alguien
que permite desbloquear los verdaderos efectos de una lcn~ 11 , 1 con sus propios ojos), a lgo deducido de indicios (vio huellas de
concreta sobre el pensamiento. El hecho de que lenguas difett· 11 p.tsos en la arena), una conjetura (la gente siempre pasa a esa
tes influyan de diversas maneras en lo que piensan sus hablantc·~ !lora del dfa) o algo de ofdas (su vecino le dijo que habfa visto
no se debe a Jo que cada lengua permite pensar, sino a los tipos de• pasar a alguien). Si cuentan esa misma experiencia con una forma
informacion sobre los que cada lengua suele obligarlos a pcm;at. IIHiicial incorrecta, sus oyen tes considerarcin que es falsa. Por ejem-
Cuando una lengua obliga a sus hablantcs a prcstar atencion a plo, si se le pregunta a un varôn que cuantas esposas tiene, a me-
ciertos aspectas del mundo cada vez que abren la boca o agutan ltos que pueda verlas en esc mismo momento, respondera en pa-
los ofdos, esos habitas del habla pueden posiblemente converti rsc· .,ado y dira algo parecido a da.id iko$h: «dos habfa [por experiencia
en habitas mentales con consecuencias sobre la memoria 0 la p<'l · di recta reciente] "· Loque habra querido decir es que «la ultima
cepcion o las asociaciones o incluse las habilidades practicas. H't que Jo verifiqué habfa dos>>. Al fin y al cabo, como sus esposas no

Si esto parece todavfa demasiado abstracto, podemos concrc·· t•.,tan a la vista en el momento en que le preguntan, no puede es-
La1 las diferencias entre la hip6tesis de Sapir-Whorf y e l principiu lar seguro del todo de que una de ella:. no haya muerto ose haya
de Boas:Jakobson con otro ejemplo. Quiza el chino nos parena 1cl0 con otro desde la ùltima VCZ que la vio, incluso si fue hace solo
bastante laxo a la hora de pcrmitir que sus hablantes sean pow , inco minutas, asf que no puecle darlo por cierto en presente.
precisas sobre e l momento de la accion, pero tratemos de imagi· Pero el hecho de encontrar la forma verbal apropiada para
nar loque un hablante de la lcngua matses, de Peru, podrfa sentir ,~<:ontecimicntos que estcin cxperimentanclose en esos momentos
al escuchar las increfblemente rudimentarias y poco cuidadosas es unjuego de niiios en comparacion con la sutil precision que se
distinciones temporales del inglés. necesita para contar un acontecimiento que solo se ha deducido.
. Los matses son una tribu de dos mil quinientos miembros que· En este caso la lengua mqtses obliga a que el hablante especifique
viven en la selva tropical peruanajunto al rfo Javari, un afluentc· no solo cuanto tiempo hace que, seglin su deducci6n, ocurrio el
del Amazonas. Su lengua, que describio no hace mucho e llingüis- acontecimiento, sino también cuanto tiempo hace desde que Jo
ta David Fleck, obliga a hacer distinciones d e una sutileza prodi- dedujo. Supongamos que ha visto buellas d e jabalfes salvajes en
giosa cada vez que sus hablantes refieren un acontecimiento. Para las afueras del poblado y quiere decirles a sus amigos que los ani-
empezar, e l matses tiene tres gradaciones de pasado: no es posibl<" males pasaron por allf. En espaiiol, con solo decir «por alli han
limitarse a decir que a lguien «paso por ahf>>, hay que especificar pasado jabalies salvajes>> es suficiente, pero en matses el hablante
con diferentes terminaciones verbales que dicha accion tuvo Iu- tiene que especificar cuanto tiempo hace que se entero del acon-
gar en e l pasado reciente (maso men os hasta ellfmite de un mes), tecimiento (es decir, cuanto tiempo hace que vio las buellas) y
en el pasado distante (que situan maso menos entre hace un mes cuanto tiempo antes de que é l pensase en e l acontecimiento en
y cincuenta aiios) o en el pasado remoto (hacc mas de cincuenta sf mismo (el paso de los jabalfes) éste tuvo lugar. Por ejemplo, si

1 70 171
han• lill IIIOIIH'IIIO dt'\1 1111110 llllt·ll:ts 11'1 Ît'tllt•!i, dt•chttl' 'lill' lt;t { 'l'•" 1''1 dt tlllllllll 'lldt•t l:t dtlt'l\'11< 1,1 \'11111 ,1\ IIIIH't lllllt'lllO~ 1.''\IH'
jaballcs pasaron muy poco tit•mpo .Ill tt'' dt· <pu· ~~ ll:t'i, ll''t· , ,,.,. qlltt ''"'' '111.111o.., dl' lottn:t dit t't 1.1 y IH't:hos mcramcntc deducidos,
deberfa decir: l"" q 11 t· "' kllglt.l 11-, ÎIIII>OtH.' una vision monista del universo que
r•ttllhllt.l t'1 arontcdmicnto con c6mo éste sc experimento, Jo
kuen-ak-o-~h , 11 tl cl.1 lu~'" a una creacion plastica sintética>>.
pasaron-SUCEDIÔ POCO TIEMPO ANT~.!> !H. Vl·. Rl..A'>-I.A'> \1 11 \( 1 l'Ill ... l'cm C'>lO no es mas que habJar por habJar, porque no tene-
«pasaron por ahf, (las vi hace poco, hacia poco tinnj>o qur hainan Jnt\lllln} ltlll'i tunguna dificultad para comprender las distinciones de la

h 11g11.1 maL-;cs y, si nos apetece, podemos expresarlas facilmente


Si hace un momento descubrio huellas antiguas, debet fa dt•c h , 11 t·-.pai1ol: <<Hace poco vi con mis propios ojos que ... >>, <<Hace
"' IIIJ><> dcdt~e que .. ·''• «hace tiempo supuse que ... » , e tc. Cuando
1 ··1• tipo de informacion es muy importante -por ejemplo, las
kuen-nëdak-o-~h
pasaron-SUCED!Ô MUCHO TIEMPO AN"I K'i DE VERl..AS- l .AS VI IIACI l'IN~~ dt c laraciones de un testigo en un juicio-, los hispanohablantes
«jJasaron por ahi» (las vi hace poco, hacia mucho tirmfJo que habiau JmlmlnJ . 1 t~· lcn utilizar expresiones asf. Por Jo tanto, la linica diferencia
,, .tl cntre el espanol y e l matses es que este L!ltimo Juerz.a a sus
Si hace tiempo descubrio huellas recicntes, deberfa dccir: 1t thl.llllCS a que proporcionen toda esta informacion cada vez que
dt,< ribcn un acontecimiento, mientras que el espanol no lo hace.
kuen-ak-onda-~h l'odavfa nadie ha estudiado empfricamente si la obligacion de
pasaron-SUCEO!Ô POCO TIEMPO ANTES m . VERL..AS-l..AS VI HACE M l 'C.IIl)t , pnificar los indicios se convierte e n un habito mental que afec-
«pasarrm por aJtf, (las vi hace muclto, hada poco tiempo que lzabian paw/6} 1 1 JI() solo a la lengua, pero todas las afirmaciones crefbles de los
11h11nos anos sobre la influe ncia de una lengua concreta en el
Y si hace mucho tiempo descubrio huellas antiguas: JH'tlsamiento van en esa lfnea. En la acwalidad, nadic (en su sano
p11c 10) podrîa afirmar que la estructttrd de una lengua limita e n
kuen-nëdak-onda-~h ·'" hablantes la comprension de aquellos conceptos y distincione~
pasaron-SUC~:DJÔ MUCIIO TIE.MPO A N'Il~ DE V~.Rt..As-LAS VI HACE MtJ( .liU• q 11 c forman parte de su sistema lingüfstico. Al contrario, investiga-
«fJasaron por ahi» (las vi hace mucho, hacia mudw tiempo qtiR habian p(Limii•J dmcs muy rigurosos han analizado las consecucncias del uso habi-
t11n! de algunas formas de expresi6n clcsde cdad temprana. Por
El sistema del matses es absolutamente extremo y en ningun , 11·mplo, c:la necesidad de prestar constante atencion a algunos
sitio sc ha encontrado otro tan e laborado, Jo cual demuestra ha~ua I'J>t'ClOS de la experiencia hace que los hablantes sc vuelvan espe-
qué punto las lenguas pueden diferir en la informacion que ohll • 1.1lmcnte sensibles a algl}nos detallcs o induce en ellos mode los
gan a transmitir a sus hablantes. Pero la rarcza del matses tambic'n •oncretos de memoria y asociaciones? Éstas son las cuestiones que
ayuda a clarificar con exactitud donde pueden buscarse --o no-- .1 nalizaremos en los capftulos siguientes.
influencias crefbles de la lengua sobre el pensamiento. Asust,, Para algunos criticos, como Stevcn Pinker, cl h echo de que
pensar en Jo que Whorf habrfa dicho de la lengua matses de ha tllt<.'Stra Iengua materna no limite nuestra capacidad para razonar
ber tcnido entre manos informacion al rcspecto o, todavfa pcm, logicamente ni nuestra habilidad para comprender ideas comple-
lo que un matses whorfiano habrfa dicho de la inconmensurahlt' l·'' cs un anticlfmax irreparable. En su recie nte libro The Stuff of
vaguedad de los verbos espanoles. << Me parcce gratuito suponcr-, /houghl [La materia d e l pensamiento], Pinker afirma que, como
dirfa ese sabio matsiano, «que un argentine que solo conozca la 11 , 1die ha demostrado que a los hablantcs de una lengua les resulte
lcngua cspanola y las ideas culturales de su sociedad pueda captal 11 nposible o incluso muy diffcil razonar de la ma nera concrcta que
como es debido la epistemologfa. Los hispanoparlantes no son 1·., natural para los hablantes d e otra, los demas posibles efectos de
l.t lt'll)4ll•l \OI)I t' d pt·ll,.lllllt'lllll 'iCIII 111 "'·IΕ "'· .!1 11111 ide", Il Î\ i.dc•!i
c induso susrcpllbks <k inh1hi1 l.t lll)ldo. 1.. 1 ld11do, ollv 1 • 11111 . 11 ~c·,
depe~1d~ de los gustos persona les dl' (',td.t < u,\1 , lH'I o t'Il 1." I'·'HI
nas stglllentes espero demostrar que incluso si los ef(·um 1 l':dc•lî
de la le~gua sobre el pensamiento no tienen nada que vc 1 <o 11 1, 111
afirmaetones alocadas e imprecisas del pasado, desdc lu(•go 1111
son ni aburridos ni prosaicos ni triviales.

7
Donde el sol no sale por el este

C; ANC:URO PARA CENAR

La lengua guugu yimithirr es famosa en el mundo entero por


h.tbcr aportado una palabra al vocabulario universal. Todo empe-
to de la siguientc manera: en julio de 1770 cl navio britanico Hn-
rlmvour, al mando del capit<in Cook, quedo encallado en la costa
11ororicntal de Australia, cerca de la dcsembocadura del rfo que
pmnto recibirfa el nombre de Endeavour, en un lugar que con el
lll'mpo se convertirfa en Cooktown. Durantc las scmanas que
duro la reparacion del barco, el capitan Cook y su tripulacion en-
llttron en contacta con los nativos del continente, tanto humanos
c omo marsupiales. Con los primeras, las relaciones fueron bastan-
lt' cordiales al principio. El 10 de julio de 1770, el capit.an Cook
t•scribio en su diario: «Por la manana, cuatro de los nativos clcs-
c endieron allugar llamado Sandy, en la parte norte del puerto, a
bordo de una pcquena canoa con balancines, en la que al pareccr
-.c dcdican a pcscar. Iban total mente dcsnudos y el color de su piel
parecc carbon vegetal. Tienen el pelo negro, lacio y muy corto, ni
' <'doso ni crespo. Se pintan de rojo una parte del cuerpo y uno de
dlos tenfa el labio superior y cl pecho pintarrajeado con rayas
hlancas. Sus facciones no son nada desagradables y su voz es suave
' melodiosa•>.
A los otros nativos los trataron con menos respeto. En Acrounl
of Voyages [Relato de los viajes], basado en los dia rios de Cook y de
-.us oficiales, podemos leer la siguicnte descripcion de loque suce-
dio mas tarde aquella semana: «El senor Core, que aquel dia salio

1 74
175
,, 1':\)llllt.ll ( 1111 ~Il ollllltl , 111\11 1,1 llllt ' ll l l 111111111.1 dt 111.11.11 ·' 111111 tlfl
los <liiÎill<lks soh~t• Jo.., IJll<' l.lltt.h 1""l' 1111.1'. ll.tfll.tllll,.., lwc lin 1
La cabcta, d cucllo y los h01nh1os so11 pc·qtlt'llll'> t'li 1dai'Îttll 11111
las demas partes del <ucqJo; la cola l'' 1 ,,.,, tan larga <o111o 1'1 c 111 1
po, grucsa cerca de la rabadilla y afilada en la punta: las p.11 111
deJanteras de estt· <:jcmplar median sôlo dicciocbo <'<'tlttllll'tlc tS clf
largo, mientras que las traseras alcanzahan los cincuenta v s<'is 111
desplata t'Il posic i<in erecta dando saltos rle gran longitt;d: til'llt
d cuerpo cubietlo con un pt'h!jc cono de colm raton o-.c 11111 11
gris, cxn:pto la cabeza y las on:jas, que sc parecen ligeranll'lltc• 11
las de la licbre. Los nativos llaman rrw~uro a estc animal. Al cil t
siguicnte, prcparamm el canguro pat a <Tnar' la carne t'ta t'Xc t
lente».
El J:'nrlmvour rcgr<"sÔ a lnglaterra un a1~1o clespués con la' pic
les de dm canguros) el pin toi de animait''> Gemge Stubbs rn ihtfl }';{ mnguw dr 1\'W'!'illlo/mula, <Il' (;l'CHgc Stuhho; (177'2).
d encargo de plasma1 en un< uadro al animal. El ôleo de Stuhh!l
cautiv6 dt• inmediato la imaginacion popnlar y el canguro salt11 11 PH' de otro cxplorador, d capitan Philip Parker King, que visito la
la l~una. Dieciocho <11-tos dcspués, cl <.:1Husiasmo alcanLÜ cl P•' dc·'il'tllhocadura del mismo tio Encka\'our <.'Il lH20, cincuenta
roxismo <uando d primer cjemplar ,"i\·o - ••el mamvilloso tti ii J(ll ''""' después de que Cook tarpase ck alli. Cuando el c.tpit<in King
10 de Bot any Ba\ ,.. lleg6 a Londre-., donde Jo t•xpusieron t'Il c•l n('gtllllÔ a los ahorfgcnes dellugm como llamaban al .111imal, le
1
Haymarkl'l. Fue ast como la lcngua inglcsa se cn1 iqueci6 co11 ~ •• cil non un nombre tota lm en te di1"1l i nt o al que habla st•üalado
pnmera palabra ahorigen australiana y. confonnc la fama dd ani l .ook. h.ing transnibio es<' nombre l'Il su propio diario, •· minnar>>
mal ~c extt'ndiô a ott os paist'..,, • rangum se com it tiô en la JMI.\ tt «llll'Cilllélh ».
bramas prominenlt' del vocabulario intcrnacional,jamas expot l.t ~Quiéncs eran los nativos de voz suave y melodiosa que en
da por una lcngua nativa de Australia. 1770 le habfan daclo a Cook la palabra canguro? ~Qtt<' lengua
~0 no luc a~i? lt.thhth.m? ; I.o ha brian engailado? A mcdi.ulm del siglo '\.1 x ha-
A pe-;ar de que.· nadie pollla en cludt~ l'l imperect'dero renom hia umdicl~ el <·sccptici-.mo sobn· la autcnticidad de la palabra.
hrc que hahia alcan:~.ado el canguro ('Il d Vit;jo Mundo, la autt'll Fn IH!>O, John Crawl'nrd, un distingttido oricntalista y succsor
titidad dt· las raice'> australianas de la palabra no tan16 en t''''" cl<"l gohernad01 colonial Staml'onl Rarflcs en Singapw. csnibio
hajo so.,pccha, pues <uando Jo.., exploradores postcriores se top.t lu siguiente en ci.Joumal of the Jndw n A rrhlfJrla~o and l~wtrrn rbia
ron co11 d animal c·n <>lias tonas del continentt', descubrit'JOII IDiario del Al(·hipiélago lndi o )'de Asia ÜIÎentall: «LOmas cu-
que los ahorlgent's locales no lo llamaban nada remotament<' pet• l lOS() es que esta palabra, supucstamente australiana, no es cl
recido a «canguro" . .\Jo ancho ,. a lo largo de Au su .dia los nativolt 11omhre que nmguna de las lcnguas de Australia clan a este mar-
ntmca habian ofdo h.tblar dt• l.t palabra t' incluso aigu nos rle dio~ MI(ll,tl '>mgul.u. Por lo tanto, Cook v -.us compaileros, <uanrlo lo
dieron pot hccho al cscucharlo qu<-' les cstaban cnsel'iando 1'1 llamaron asi. scguranwntc cornetit•ron algun crror, au11que cs
nombn· inglés dd animal. Como en d continente habfa nHtt·ha!i c!Jitril conjCIIII'é\1 cual>•. "\o tardaroll Cil surgi1 toclo tipo cll' milOS
lcnguas nati\'as, el lwcho de que los a hot igencs dt· otros lugan·~ ' k\l'ndas. L.t \l'l'Sion llltiS famosa. 1.1 mas aptcciada pot los hu-
de Austtalia no rcronocit'l.tll la palabra no levantaba rccclos, IIIOristas hasta el dia de hoy, es que canguro signifit:aba «~o
pero Jo CJIIt.' mas afcet ô a la crcdibilidad de «canguro•• fuc cl in{(u·· romprcndo», la respue'\ta que suptH'Stamente tlicron los <lescon-
c' t'Jiado-, llaiÎ\o~ a lo~ p1 q.~''''"' de• t ·," d : •.:,<' c'11 11C1 sc· l1 ;1111.1 c'llll IIC IHIII•N ,\11 \ S 1 C.C IC 1 N 1 HIC ~,\S \ 1.1•111,1(1 1 IC Mi
animal?».
Los lcxic6grafos mas ITSPOII~<Ibk~ opta roll f>OI S('l PII 'C ol\ 1 ,: l'od••·'' kt'l 1111 llh1o <lllll'llll qtu· <1\'llda:-.~· y ronforlasc a un
dos y el Oxford English Dirtionary sc protcgiô con la ckgïlllc'itl ch , ,,,,,, ,,,,,,c;l(lo si11 poder ~alir?» A~• qtH' duran le uua sc mana Christo·
rigor e-n la siguienr.e dcfinici6n, la cual-en el momcnlo c11 'l'" ph<·• Robin leyo un libro como é~c en el norte de Puh y Conejo
lt'IHiiô la ropa en el sur.
cscribo estas lfncas- sigue apareciendo en la edici6n d(' 11111 1
ne-t: «Canguro: era supuestamentc cl nombre que se le d.th.1 1 tl (Puh va de visita y Puh y Piglct casi atrapan
una lengua nativa australiana. Cook y Banks creyeron que c·1 .1 c 1 a una comadr<:ja)
nombre que los na ti vos daban al animal en cl rio En dca\ 11111
(Queensland)>>. 1lay una raz6n todavfa mucho mt::jor por la que la lengua
F.l misterio australiano se resolviô por fin en 1971, cuande~ 1 1 H"ugu yimithirr mcrccc ser t'amosa, aunque la desconoccn inclu-
antrop6logo John Haviland inici6 un estudio intensivo dd g1111 ,u los especialistas en conocimientos inùtiles y esta confinada a
gu yimithirr, una lengua hablada por una comunidad abo11g1 11 Jo, circulos de lingüistas y antrop6logos profcsionales. El nom-
de unas mil personas que en aqucl tiempo vivfan aunos 4H kdu ln c· de la lcngua guugu yimithirr significa algo asf como <•este
metros al norte de Cooktown, pero que anteriormentc halll,ll l 11po de lengua» o «hablanclo asl» (guugu es «lcngua>> y ;:imithir-r
ocupado el territorio cercano al rio Endeavour. Haviland cksc 11 ~ •gnifica «ast>> ), lo cual tiene mucho senlido, puesto que el guugu
brio que en aquella zona abunda un ti po de cangnro grande" de , 1111ithirr habla de las relacioncs espaciales de una mane ra sin
color gris, al que en la lengua guugu yimithirr llaman gangu1111 cl11da extrana. El métoclo que utiliza para dcscribir las clisposicio-
Eso hizo que la paternidad del nombre dejase de estar en cuttr· llc's de los objetos en el espacio nos suena muy raro y cl descubri-
dicho. Pero si fue asi, ~por qué los hablantes de la misma lcngtltl lllienlo de estas peculiaridades del guugu yimithirr propici6 la
no le dijeron al capitan King el mismo nombre cuando llego c·tt ,,·alizaci6n de un vasto proyeclo de investigacion sobre la lengua
18~0? Sucedc que el gang-u,r-ru grande y de color gris que vio c•l clt'l espacio, cuyos resultados dicron lugar a una profunda rcvi-
grupo de Cook raramcnte vive cerca de la costa, de manent CJ'"' ~i<)n de lo que hasta cntonccs se suponfa que cran propicdades
cs bastante probable que King "iese un lipo diferente de ese ani 111tiversalcs de la lengua y proporcionaron el ejemplo mas sor-
mal, cl cual rienc un nombre dislinto en la lcngua guugu yi111i prendcntc hasta la fecha de corno nueslra lengua materna puede
thirr. Pero nunca sabrcrnos emil fue el tipo de canguro que v1o .tkctar a la mane ra e n que pensamos.
King, porque la palabra que anot6, minnaT o memuah, era si n Supongamos que queremos indicar a alguien que vicnc a visi-
duda minha, el vocablo general que signi li(a «Carne>> o «an imal l.lnlos c6mo llegar a nucstra casa. Podrfamos decir algo asf: <~Justo
comestible». dcspués del semaforo, gira a la izquierda y continüa hasta que
Por lo tanro, el capitan Cook no se equivoc6. Sus ohservario· \'('as cl supermercado a tu izquiercla; entonces, siguc hasta ellinal
nes lingülsticas han sido hoy rehabilitadas y, en consecuencia, 1.1 de la carretera y ver<is un a casa blanca enfrentc. Nuestra puert.-ï cs
lcngua guugu yimithirr, que lcg6 al vocabulario internacional s11 la de la derccha». En teorfa, tarnbién podrfamos dccir: ·~ fusto al
icono aborigen mas famoso, se ha ganado un lugar en los corazo <'Ste del semaforo, avanza hacia e l norte y continùa l1asta que veas
nes y las mentes de los adictos de todo el mundo a losjuegos <' Il un supermcrcaclo al oeste. Entonccs, gira hacia el este y al final
los que sc pone a prueba el conocimiento de trivialidades. de la carrerera venis una casa blanca enfrentc. Nuestra puerta cs
la que esta mas a l Sllf». Ambas inclicaciones son equivalentes,
pucsto que clescriben el mismo (amino, pero se basan en sisremas
de coordenadas distintos. El primer sistema ur.iliza coordcnaclas
tgodntricas, cuyos ~jes dependen de nuestro propio cuerpo: un t::ie

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dt' dt 11'1 h,t .1 ÎIIIIIÏt'HI:t )'otto clt• tlt•lollltt • ottloiS , los tll,dt•s j,., l11 1111114 ' 111.11gitt:d . l't'I1S4'1111o!i l ' li ln 114114 lllt •IJIII' "l'll.l dcc Il': .. ( :ua11
tlll angulo recto. Este· sistcnt :t dl' 1 not dt •tt,ul.ts st• dcspl.t 1, 1 ( 1 tlllliltlg.ts ckl ,t'\tl'll,ot', clitiAt ' lt' 11.11 1.1 1 1 "111 \l'lilla po1 la 'it~gun
ll\H.'SII"O CliCrpo )'SUS eJC' SÏt'IIIJ)IC' 'il' lllllC'\l'll,ÎilliiO lllll lllll tliJIIIt'tl:t que· da hacia t•lcstt• ... <:uattdo \\'in nie de Puh Sl' (jlltda
can;po de \Ïsi<>n; d~ tal maneta que· loque tenîamos t'tlltt'tllt 1 11 lill ,tclo ctt la pttt't"t.\ ck la c·nt t .Hia de Con~jo y tienc que que-
sara a est ar detras SI nos clamos nwclia 'udta, rnicntJ~ts q 111 • 111 til lill' .dli dtJtantc una scmana para addgazar, A. A. Milne hacc
cstaha a llltcstra.derecha pasar<i a estar a la izquicnla. El ,,.g 11 ruhe dt~ ~i ~·~~, a la .. parte norte» y a la «part<· <;ur» de Puh con la clara
sistcma de coordenadas utiliza clirccciones geogniliras lij:t'l, qllt lill• 111 icin ck poner de relievc el dt•s<·spcrante apricro en que '>('
se hasan en los puntos cardinales d<' la brt'ùula: norte, su t, ··~t• lllllll'lltra. Pero pensemos en Jo absurdo que seria que un prc-
ocstc. Estos punlOs no camhian con nuestros movimicntm. pu )1111 11 clo1 fîsiro de aerobic o un prol'csor de ballet dijcscn a sus
Jo que est;i al norte de nosotms M'guini cstando exact<uncnh 111 pttpilo.., «cômo elevar la mauo del norte y dcsplazar la pictna del
norte pm muchas vueltas CJIIt' ckmos. ""ha< ta el este».
Pot Mtpucsto, los sistemas egocéntrico y geogr<lfico no ·'M' ~ Pm que el sistema egocéntriro pan.· r(' mucho m ;\s i~idl \' tmis
tan las posibilidades de hablai sohr(' el espacio y dar indit ol l h ,,,11111 ,tl? Scncillamen te porque sicmpre sabcmos lo que esta
tH.''i co.,p<t< tales. Por cjemplo, poch !amos set'ialar en una ditc•c c u\H ht•nt<"·• a nosotros y loque e-;t;\ ··dctds», d6ncle esta la « it.qt~ier­
collncta v dcci.-: <<Vc p01 aht", aunque para no compli<":n lM fl,,. \ donde la <<dcrccha», no twcesitamos 11i un mapa ni una
cosas nm ccntrarcmos en las dilcrencias entre los sistemas c'Ki ltt (1jula para situarnos ni tampon> mirar al solo a la estrella ciel
cént rico y geogr<ifico. Cacia sistcma de coordenadas tÎ('IIc· '"" 'lw tl': simpkmentc tenemos concicncia de clio porque d sistc-
vclll<~jas Y sus dcsvent<~jas y, en la pr<lctica, solemos ntiLizar a111hua lll.t <'gocé ntrico de coorclenadas S(' hasa en nnestro cuerpo y en
en nu est ra vida di aria, dcpencliendo de lo que sca m<ts apropl• 11111 '>lm campo visual inmccliato. El <:je CJUC va de delante atrils
do para cl conl{'xto. Por cjl·mplo, Jo m<is natural es que utilirtto ,..,, 1 entre mu:stros dos <~jos: cs utta l,u ga lfnea imagina11a que se
1
mos los punt~~ ~ardinales para dar instruccioncs a quien Ya)•' M c xticndc l'tl ltt1ea recta dcsdc 1.1 punta de nuestra narii' hasta que
haccr <""n'r~ton1smo en el campo o cuando hablamos ck tiiiM 1 1 hontontc se difumina v que sc dcsplan (011 nucstnt ll<Hi/ )
oricntari<)n geografica a gran c'icala: Espaila cst<i al no1 tc· clt~ 1111ntms OJOS cacia vet. que camhiamos de oricntaci6n, sca donck
Mallli{'COS•> sucna mas natural <Jll<' dccir «.Espaiia CSt<i a la <lc'IC' .t ~~. lgualmcnte, cl cje que 'a de i1.qutnda a dcrecha, y q11c atra-
cha de ~arruccos si sc mira hacia d Atléintico clesdc cl estrc-1 ho \lt·sa tllll'stros hombros, sicmprc se adapta sin fallos a nucstros
de (:ihraltar». Incluso Ctl algunas ciudadcs, sobre todo cu ),111 IIIOVÎillÎ('IIIOS.
que ('St;in diseiiadas con l;jcs geogralicos evidentes, sus hahi Por cl contrario, el sistema de coordcnadas geografîcas se basa
tantes utilizan conceptos gt'ogr;ilicos fijos tales como «est<i a 1... t'li rottccptos cxternos que nos<· adaptatt a nnestra oricntaci(m Y
afttt·ras» o co csra en cl ccntro», pero, en general, cuando clan 1n 11 • uc· delwn calcularse (o memorintrsc) con respecte a la posici<'>n
1
indicadonco; para que alguien vaya en automoYil o anclando 14 th 1 sol o las estrdlas y a la posici(lll de caracteristicas del paisaje.
algt'ln sitio de la ciudad cs mue ho tmi-; habituai que utilicc mo1 l'ot c.,o, l'Il general, l'mkamentc ..,okmos basarnos en h1s <ootclc-
las lOOI dcnadas cgocéntriras: 'Ci rc a la izquierda, y luego girc· ,1 tl.ldas geognHicas cuando de \Ct dac! las necesitamos: cuando cl
la dcrerha en la tercera bocacaJk,. o algo por el cstilo. Las coo 1 ,,-;tema cgon"·ntrico carcc{' de utilidad para nosotros o en cl caso
dcnadas cgocrntricas son incl11so m;is habituales cuando dcsni de que las clir<"cciones geogr<ilicas scan importantes por una r<~­
binws cspacios a pequcüa escala, sobre todo d{'ntro de los cdi t.on concrcla (por ejemplo, para cval11ar los méritos de una haht-
licios. P11cde que en talcs casos las dircccioncs gl'<>grMicas 11 n I<Kiùn que ela al sur).
lkgucn a desaparecer del to<lo (los agentcs inmohiliarios, pot De Jwcho, a partir de Kant, lm lil<)sofos y los psicc>logos han
ejcmplo, a \'(~ces clcsatan su lirismo cuando describen para su ,dirmado quc toclo cl pensamiento cspacial es basicamcnH' <k na-
clit·utda las ..alas de cstar que miran al sur), pero este uso t'!l ltllakla ego<éntrica y que nue,tr.ts nocioncs pt;ncipaks dd e-,pa-
<in'< ckll\.111 dt• lu' pl.111o'i till'' 1 111,1\lt '~• '" '""''tto t llt ' ll'"• lltut lt til li,., t'tlll !\llll)'' '"do '"' put ltltt, 11111 lt• n11lnt'S qut• ih.111 de 1111
de lm .ugtttlH'Ilto~ que M' tttilit;th:lll l'·"·' j11 stilit·:tr la ptÏ111 :u1 1t '1 l'·"
ltrlu ,1 utt 11 , IÏ<' Itcla-. pl.tllt.ul.l'> pet l' tncl:ts tc, , gr itos dc m,uiiH'
la~ cootdt·nadas egoc{-ntrica' t'l'a, 11111 ""Jittt'sto, la Jtongtt.l , ~mil• '""y pt•om·s <fiH' ck-.emharr aron m:h <':th.dlo., ,. cargamcnto, toclo
dedr-.c que la dcpendencia unin·r,,ll <k las kn~u.ts ton 1<'111)1 c 111 t 1111 IIH'tl' lado <on ruido de moton•.,, gtu.h' cadenas». Sigwendo
a las coordcnadas egocétHiicas' la pmicion pri,ik~tada cpu· tl l'·'""
11•'1 de los que arai'iaban el 'ubsuclo en busca d<" oro, los
da'> elias ks conceden ---<iandok~ preccdencia frentc a< tt.llcpllf'l l!' ·'"j<'t m t'lllpl'/.lron a adquirir pmpicdadc~ junto al rio l•,ndca
otro sistcma de orientacion- son la prueba que demttc't 1u lu• ' "'" 1.os primcros necesitaban ticrra para explotar Jo~ ym:imien-
rasgos univcrsalcs de la mente humana. '"' ,, los 'ICgundos la neccsitaban,junto con los abrevaderos, pëml
Y, Cil! onces, aparcciô en cl panorama la lcngua guugtt 'ienl t l g.tnado. En aqucl nuevo orden social no quedaba mucho cspa-
thirr y dcscubrimos asombrados que los aborigencs dc:,nudm qu ( 1•, pa• a los guugn yimithirr. A los granjcros les mole'>taba que rs-
han· dos .,iglm lcgaron al mundo la palabra mngwv nunca l1.1ltt.m tc· ~ q tlt>lll<lS('Il la hicrba y alejasen ('! ganado de los abrcvadnm,
oldo hahlat de Immanucl Kant o . si Jo hicieron, nunca lkg:uon 14 ~ ~~ que r enm icron a la policla para c .... pulsar a los nativm cie la
lect su famoso articulo de 176H sobre la primacia de la pcrcq11 t611 ll• ' ll ~t dt' los colonos. Los aborîgcncs ofrecieron n ' sistcncia, lo
ego< ('tltl ica del cspacio en la lcn!{Uil y el pensamiento o -punto. , 11 tl .1 su \Cl: provoco que los colon<>'> dccidicran cxt<.~Jmin.ttlo-,.
a agota• todas las posibilidadc'- incluso si llegaron a lcctlo 111111 \le nos ck un ai)o después de la fündaci6n de Cooktown, d Cooll-
ca sc les ocurrio aplicar a su lcngua el analisis de Kant, pun ln lott'll Jir'mld cxplic6 en un editorial que «cuando los salv;~j('S sc
cit"rto cs que su lengua no utiliza ('Il ninguu caso las coorcku.u lul , ttln·•ttan a la civili;:aci6n, llevan las de perdcr; ésc cs cl ckstino
ego<:( nt riras. dt· '>tl rata. Por mucho que deplorcrnos estas cosas, son ahsoluta-
••u ntc m·n·sarias para que la marcha inexorable de la civili/aciôn
"" 'ie \'t'a cktcnida por la opo.,i<ion de los aborfgenes ·• . Aqucllas
Co'l 1 ,\ !'1.\RJ'l. ttACJA EL suR tiiH'Ila/a., no cran en \'ano) cl plan sc llev6 a cabo nH'diante
1111 .1 polltH a de dispersion ' • qul' dto lugar a la desapa1 ici<ln de
En n·tmspcctiva, parecc < ""i ull milagro que, ruando John ltt' a hongcneo, a tiro limpio. Los qm· cs<aparon a la ··dispn-
1Ja\ iland empczo a invcstigar la !en gua guugu yi mi thil r en 1<t cie lttll » (' lllJH endicron la re ti rada hacia los bosques en grupo~
cada de lm. M'tenta del siglo pasado, pudiesc encontrar a algttic·u .tt-,l.tclos o permanecicron en la ciudad, donde quedaron rcdtt-
que toda via la hablasc, pues cl coll tacto de los aborlgencs con h• ' tdos a la bebida y a la prostituciôn.
civili/aciôn no ayud6 en nada a conscrvar su lengua. En IHH(), trccc ai'ios después de la l'undacion de Cooktown ,
lkspués de que el capit<itl Cook sc hubiese marchado t'li ttuos misioncros lxh~aros cstahl('('ieron una misi6n lutcrana en
1770, los guugu yimithirr no mant micron grandes coutacto-; c o11 1 ,tho Bcdfmd, al norte de la ciudad , <on d (]n de salvat las aimas
europeos ' durante todo till .,iglo ...iguicron su propio camino, p<'tdid.ls de aquellos paganos. M.1s t;tnk, la misiôn sc trasl.tdô a
p<.'tO utando las fucrzas dt'i pmgn•.,o llcgaron pot· fin a .,tt c ntol 1111 lugat 111.1s .11 intcri01·, cristianado <on cl nombre de Hopnak.
no, Jo hi<i<.Tou a la \'elocidad del tavo. En 1H7:3 sc dcscubri6 o1n l .a miston se< omirti6 en un san luat io para los aborîgcncs que a tin
cn la /Oll(l, no muy lejos del pullto cn el que el HndNmourck Cook quedahan (' Il la region y en sus alr<·ckdores. Aunque los que alli
habla cchado amarras, y alli sc lund<> Ulla ciudad, litcralm<•ntt· <Ir lkgaron hahlahan muchas lenguas ahorigencs distintas, cl guuKu
la uochc a la maiiana, qu<: rccibiô cl nombre de CooklOwll t'li ~imithirr cra rnayoritaria y pasô aser la de toda la comunidad. El
hon or del cxplor<~dor y cartôgral'o hrit<inico. Un vic mes de onu dircctor de la mision, un tai Schwartz, tradt~jo la Biblia a la lengua
brc de IH7 ;~. un barco llcno de hu.,cadorcs de oro sc adcntr6 pot ~o; ttttg u yimithirr y. a pesar de qu<· apenas la dominaba, aqucl guu-
la dc..,cmbocadura silcnciosa y solitaria de un rio y al dîa siguic ntc•, gu );lllithirr ddcctuoso lleg6 a comagrarsc como una espctic de
s<ibado, tal como Jo describi<) uuo de los que iban a h01do, • t•sto'i kngua c<k.,i:istica» que la gente no terminaba de entende•. pno
dt lill .Il li" Jlolll 'l ida·' 1.1 d,•lt••q I,IIIIIIII'II.III' IIIÎSI,I '" lit
CJilt' got.lh.l S•• ·pl 11 •11 1 1 •\Ït~ SIItl , ollolillglli,l.l , c·s iii\CII . Illlhil'll l'Il llope~ak
Hihha de Rcuta \'.lina. !1 111 , 11111 !.1 cl( t .111.1 ch los oc lu•nta \ 11.1 cl .. ,, 1 Îlo .dgunas l''-lwnen-
Durante la-; dccadas stguicntcs la llll~loll sul11o dl\n so~s 111h11 11 ,111 l':\tt.tvag.llltn sobre lao.; indicadoiH '" e ...,pacialcs ck los guugu
ladones. La SqJ;unda Gucrra Mundial los obligô a trao.;l,ul.uM' h \ 1111 ith 11 r de Jas CJIH' flle tcstigo. Cn dia, cuando intenta ha fllmar al
cia d sur v a rrsituar toda la comunidad. y el ya sq>tu.lgl'll,lfhl 1""'1:1 1uJo llliCllll<IS éste contaba UI1 milo traciicional, l'ul_o Ck
misionero Sdtwanz, que habîa llegado a Cooktown a los dit•t Îllllf 1, . 111 ·ntt· le chJ<> que parase: .. \1ira qué honniga tan grande nenes
w ai1os y vivido con los guugu yimithin durantc nwdio siglco, 11111 p1sto al norte: cid pie». En otra ocasion, ull tai Rogc•, que hablaba
en tcrrado conto un cxtnu~jcro enemigo. Sin embargo, m 111111111 g11 11gu vimithirr. le cxplic6 f!llC cncontrarla_ pcscad~ co~1gclado en
pan.·L'ca incrcfhlc, cl guugu vimithirr sc ncgô a pasar a nwjot \ltlll 1111 :. lit·nda a uno-; 4H kilomcuos de distaiH ta. «Esta al llllal de e'lte
\ ('Il la década de los ochcnta del pasado siglo aùn sc podia nu 1111 l.ulo ' k d~jo Roger senalando hacia S\1 dt•recha con la mano. Le-
11 <Il a algunos .mcianos que h.thlaban una version auténtica cl•• 114 \ ÎII 'ollll supuso que el movimi<"nto incliraha que, al cntrar en la
lcngua. lic ·11 da, el pcscado congdaclo estarfa a mano derccha. pero no,
1laviland dcscubriô que cl guugu yimithirr que hablaha la K• ~~ ·~ultc'> que en rcalidad estaba a mano it(Juierda scgùn sc entr~ba.
ll(Taciôn de mavor edad carcce de palabras para definir 1.1 1111 ~l'ut qué en tom cs Roger k habria seil,tlad~> con la m~u10 _haoa la
quicrda» 0 la <ckrecha>> (OlllO Ol;enta<. iün. Lomas ('Xtrailo (''\ qllt' c( 1• 1et ha? La wrdad cs que Roger no hahta hccho mngun ge-.w
ni siquiera pmcc términos como ••delanH'» o <<detl·;is•• para de" tl 11:11 ia la den·cha si no hacia cl noreste y. por snpucsto. csperaba
hir la posiciôn de los ol~jctos. En cada uua de las situacioncs <'Il 1,,. q1u· .., 11 intcrlocutor compn·ndiesc quc: al ctttrar dchla huscar cl
<]li(' nosotros utili;arfamos cl sistema cgocéntrico, los guugu \11111 pnc ado en el rinc{m nororit•ntal. .
thirr utilil'.<ln los cuatn> pullto<; cardinales: J{UII{!:_t~a (norte). JIIHf Pero hay < os.l'> toda\'la m;i<; curio-;as: <uando a los ,uKiano"
(sur), 1Wl(a (t·stc ) ' {!;ltwa (oestc). (En la pr<luica, sus puntos <.ucli Jt. 1hl.uHcs de guugu ) imit hi11 -;c les prm·c< tc> un cmto de cine
nalcs est.<in ligcramente scsgados, unos 17 grados, con rcspeno ,,1 11111 do en u11a pantalla de tdevi,i6n y lucgo ,,. lrs pidi<i CJII<' descri-
r\orte de la brlijula, pero cso importa poco para Jo que a noso11o11 llll'~t· n los mo vi mien tos de los protagon istas. sus re-;puestas de-
llO'i interesa.) 111 nclieron de la orientacion que tenta cl aparato_<'ll<ll.1~lo ello'>
Si los hablalltcs dd guugu 'imithiu quieren que alguit·n lit' , inon la pc lieu la. Si cl tclevisor esta ba '>ituado en elu ecnon n_ortc
mueva hacia un lado para hacer sitio ('Il cl asiento del cocht', Ir \ 1• 11 la pantalla aparecia 1111 hombre que sc acercaba, el anoano
dir;in: nago 1/fll{a manrwyi, que signilica «muévctc poco haci;~ c•l clljo que «iba hacia el norte •• . Un hombre n~tîsjovcn at'iadio enton-
este». Si qui<·•-cn que alguicn se scp<ln' un poco de la mesa, h cl''> que cllos sicmpre saben hacia dônclc esta dirigido d televisor
di~;in: guwa-gu marwa_)·i. co, decir, «é<hate un po((> hacia el oc·11 c uando los an< ianos cuentan 1.1 pelfcula.
tc .. . Lu extrano serîa que solo dUcsen • échatc un poco h;u 111 La misma <1<.-pendcncia de las oricntarioncs gcograhr.t~ se man-
all;i » en guugu yimithirr, porque es obligatorio ai'iadir cl puntu tit•tu· incluso cuando a los hahJ::mtes del guugu yimithirr se les
cardinal corrccto: <<échatc lill poco hacia cl sur». En lugar cie• pick que cksrriban una imagcn de un lihro. Supo,'_'gamo~ que la
d<·rir que John est<i «dclantc del arhol », diran: «.John cstajustu pane de arriba del libro e-.t:i en direccion norte. S1 en la 1magen
al :--.!one del <ttbol•• . Si quicn·n indica1lc a alguien que girc a lu h.l\ un hombre a la iLquinda de un,\ mujer, todo hahlante del
it.quierda en cl -.iguicnte c •ure, le dir;in: •<Cuando lll'gucs al n 11 guugu yimithi• r dinî que «<'1 hombre <'st;i al ocsl<' cl(~ la m~~cr» .
cc, vc hacia cl sur>>; para precisar con cxactitud d6ndc olvidamn Pero si giramos el libro y colocamos su parte supcnor haoa el
1·..,te . cntonce~ cliran lo siguicnte de la misma imagcn: .. EJ hombre
algo al regrcsar a su casa tras una visita, diran: «Lo dc:jé en c•l
borde del sut de la mesa cid oeste •• ; silo que quietell es que unu t ''ii<Î al norte de la nn~er» . \'camos, por qcrnplo, de qué manera
apague la cocina del gas, le dinin: •• Gira la \'alvula de control 11 n hablante del guugu yimithirr dcscrihiô la imagcn ck la pagina
hacia el este». ~iguiente (trate cl lcctor de aclivinar cl punto cardinal l'rente al

185
1111 lllllllll ' llln "' '''' '111111.1dn, S<' urilit.t 1111,1 lt.l"' 11111111 <·st.t : • M.uu>
f 11 • ll.tcloon id<·ttt:d .
1•11 tutnlt ~ l 1<-ngu.t, ).,.., roordcnad:t-; ro1an al mismo ticmpo
qtu• lln..,olros y nos ... iguen en la misma duecci{m. Para lo-; guugu
\llltÏihtlt, los <:jes permanecen constante'>. Cna matH.Ta de visuali-
t 11 ••s1a clil(·n·ncia consiste en pcnsar en las clos opcione-; que
llllll''lta hl pantalla de un sistcma de conclurci6n por satélilc
(1 .l'~) 1\lu< hos de estos aparato"> permitcn e">cogcr entre \Ïo;uali-
H ta cl norte» y seg\ln la «dirccciün de conclu< nc>n ... End
, 11 .. h <

111ndo seglin la «direccion de conducciùn », sicmpn.· vcmos cl ve-


ht• ulo dirigiéndose hacia la parte supcriot de la pan ralla Y son las
c ,tll•·s de alrededor las que rotan al gir.u. b1 d modo «hacia cl
11ntlt'•· las calles sc mantienen en la misma posici6n, mi<..·n1ras que
1.1 Il<'< ha CJil<' representa al coche va giran<lo, de mancra que si el
\Î.Ij<· cs hacia cl sur, la lecha sc desplazad hacia abajo. Nuestro
ltiiiiHlo li11gitfstico hmciona principalmente en el modo seglin la
hdll<'cri6n de conduccion», mientras que <'11 d del guugu yimi-
11111 r lo hacc t'xdusivamr>ntPen cl modo << hacia cl norte».

qu<' cstaba situado): lm/a Kflbiirgabiir, «dos mucharhas>>, nyulu , , t 1~ \ \11(. \j \ I( N I~\ ME;JIU .A IWI 1\.f \ 1~
/mun _vindu lmtJ/ naga, «la una <on la nari/ hacia e l este>>, ,,.,,,
J'Îndulmtil jlf)(um, ·<la otra ton la nat Ï/ hacia el <>ur••, yugu gamh;um, l.a primt·t<l reacciôn a csto'> informes fu<' n·rh;vatlos como si
«lill arbol entre Jas dos >, !Juttf jibaarr 1/)'U[I/ }'UU[i/i, -«CSta IIOmllf)ll M'lt.uase de una broma muy claborada con la CJIW unos abunidos
con la nati/ haria d sut ''· . - ,dlllllgenes sc hubieran burlado de lingï•i..,las clispllcstos a< rcér'>e-
Si uno C'il<i k\cndo un libm cara al none,. un hablantc de 1 ln rodo; esta acogicla no fue nnn di">tinta de h1 que h abt,\11 rtcihi-
guugu vimirhin CJttien· <lcc-irk que <1\·ance unas pâginas, dira: ·Coll do )a.., historias de liberacion sexual -impmpias para '>li edad-
tim}a hafia cJ ('SI{' , porque para <l\'élllLar en ellibro sera llCC('S,IJIII IJIH' un a' adolt'">e<'ntes samoas con taron ,, la an tt opüloga :\hu·ga-
pasar las p<iginas del <'si(· al ocstc. En cambio si Jo cstamos lqcndo 1<1 ~kad en la década de los ai1os vcinte. l•.s posibl<.' C)ll<' lm guugu
de cara tll sur, un hablante del guugu vimithirr dira, por supw·,tu, \llllithirr no hayan oiclo hablar de Kant, pcm S('guramente cavo
«Continüa hacia el m·st<'». lncluso cuando sueiian utilinn los p1111 111 sus manos el libro de las A-rwnlurm t'li /o /.\{(( Umwla rfp lifia y
tos cardinales. lJ na pnsona <.'xplico que sono que en traba ('Il d d<·ndieron invcntar algo que sobrcpasara <'11 dcspropôsito induso
paralso can1inando hacia cl none, mientras CJUe el Ser1or wur.t .1 los conccpros de <<rocilla» y <<avc'la>>. Pero ~c6mo diahlos S(' las
hacia él en din·ccï<>n al sur. llahnl.n arrcglado para inventarse algo tati improhahlc y tan en
I .a Jcngua guugu yi mit hirr posee palabras para expresar <<ma 110 d<'sacucrdo con el resto del mnndo?
izquierda >> )' <<tnano dei'CChtl>>, pero SO)O se ulilizan para rcfCrÎII!e' Bucno, seglin paree<', el guugu yim ithirr no e-. l<lll raro como
concretamentc a cacia mauo (por <:jcmplo, para decir: «Puedo le· ~(' podrfa irnaginar. l:na VCl mas, simplelllClllC hcmo., COnfuncJicJo
vantar esto con la mano den:cha, pero no con la izqnierda>>). Sin lo familiar con lo natural: si el sistema egocrntrico poclfa parecer la
embargo, cnando t·s tH·n·sario indic·ir la posiriôn de una mano <'Il prucba que ckmnestra los n1sgos universalt's de la kngna humana

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l'l':t pot lfiH' nadit• ~~· lt.tluu prt'cll' tlp,ul .. cl,• t''lltuli,ll l'li p~col 11 urlt !1 1 h ,u i.1 ··1 11111lc', A cliii'II ' IIC 1:1 de• los HIIIIHII ) ÎIIIÎthÏII', '"' cjt·s
dacl hl\ ~l' llgU.I\ que t'lill< Îoll,lll ck 11 11 ,1 lll.lllt' l.l . En 11'1111'\l"'' 11\tt I' " H' 1!11 '" 1111 sc· ha ...an <'Il l.h drH'< t in111, clt 1.1 hrl!j11la -n~n:-
lo extra~lo t'!'> qu.e algo 1.111 so1ptcnclc·111c dc· Ill tl< lt,l.\ lc·11g1 1:ts IHI\ lil , c ,tt· nn.t<' , '>ÎIIo <'Il este rasgo pr ornincnte de su parS~Je
pasado ma<~w•.·lldo, sohn· todo si ICJH'tnos en etll'llta quc· 1.1 111 "" ,,'1 1..1s dit<'<< ioncs en cl tz.dtal sou ••cuesta ab<~jo>>, ••cuest~t
rat~lra ac~tdemJCa estaha plagada de indicios dc-;de ha< 1• fi 1• 111 pu u11h,1 .. v .. de"" l.Hio hatia el otro>>, Jo ct~al puede si~nificar en
Rderencta!'l a manera" po<o frecu<'IIH's de habhu !->oint· 1'1 ,.~ ,
no (tales como «tu pie occidental» o "épodrias pa.-.<lllll(' d 1,1t.,11 u
1 lll.tlqllr:·r duc<< u)n del C)t' pet pendinrlar al de <uc..,ta arriba-
IIH' 'I:t abajo. Cuando necc-.itan especiJicar una direccion en cl
que hay ah 1 al este?>>) ya ha bian apareddo en inf(>rmcs soh 1,. cil 11 , •• de un. lado hacia el otro>>, los hahlantes del tzcltal lo combi-
versas len_guas del mundo, pero no esta ba claro '111(' exp 1t'"••llt • " ''" 1o11 un nombre del lugar v dicen «de un lado hacia el otro
tan extrana" fuesen m;is all;i de la ran•;a ocasional. 1mimm , 111 ( 11 clirccciôn a X .
IOparnos .con el caso cxllcmo del guugu yimithin para que• 111 l .o-. sistemas de coorcknadas geognHicas que se hasan en
<·mpren(liera ".na revi~i6n sistermitira de las coordeuadas <'·"Jl·ll j11 f'lllltos de refcrencia importantes también existen eu otras partes
l~.s en ~Ill é1111pho abamco de lenguas y. solo entonccs, la divt•t gc'll o!. •l llltll1do. Por ~jcmplo, Cil la lengna de las lslas Marqucsas de
na radJCal d(' algunas de elias con respccto a loque antes M: lnthltt 1.1 l'olinesia lrau<esa, cl eje principal "t' define por hl oposici<ln
( o nsiderado univcrsal v natural hi;o que la balan;,a coment,lst• lt 1 " ' ' ' cl mar\ d interi01. Lo" marquesanos dirian cntomes que
bascular. "" plato sohrC' la mesa esta «al interior del vaso•• o que alguicn
Para <'lllpctar, en la propia Australia es muy frccuent<· cie 1Î1 tl<' una mig<!ja «en la nwjilla del mar>>. 1 lay tambi(·n sistemas
p~·nder de coordcnadas geognificas. De'lde la lengua clja 111 clet 1(111' rom bi nan los puntos nu dinale~ v los punto'> ck rd(·rencia
1\.tmberkr. ('Il la Australi,t occidental, hasta la warlbiri de los ,11 f.t\'ng r.Hicos. F n las lcnguas de la isla indoncsia de Ua li un eje S('
•.ededores de \lice Sp11ng.., o hasta !.1 kavarclild, que en 0 111111 lo."·' end sol (c!->tc-oeste) ' cl otro <'n puntos de n: ft•rcnria geo-
trempos se ha hl ô en Bcntinck Island (Queensland), parece quet ~l,tfl(os. fJll<' van dcsdc «elmar>>a «la lllOIItaÙa>>, en la que esta cl
la ma)~Ona de los aborigcnes hablan (o, almenos, hablaban) c 1111 \ ni< ;ln <;agrado (;unung Agung, la rnorada de los dio.sc.s hindües
un c.stilo cl<u anwntc guugu vimithinano. Y esta JW< uliar ma 111 •1 , 1 "'' Bali.
no es ni murho meno~ un,t aherrauo11 de las antlpodas, pliC'!Itu !\las arriba he afirmado que seria cl <olmo del abo.;urdo si un
que las kngua!'l que sc hasan prin< ipalmente en <oorden<ul.t11 l''ofcsor de d<llllél les dUeM' a sus pupilos <osas romo .. ahora le-
gc<~grclf.icas M' encucillntn discminadas por cl rnundo, desdc· 111 '·'"'" la mano dclllortc y da tres pasos hacia cl cslc>>, pero algunos
Polrnesra hasta México, desde Bali y Nepal hasta Namibia y 1\1,1 no c·ntendcrlan dônde est<t d chiste. En la década de los treinta
daga<;car. th 1 ''~lo pa!->ado, el mmitologo can.t<lit·nse Colin M< Phee pasc>
..\.demèl\ dd guugu vimithirr, la ··lcngua geogralica» qm· hu \.lltm. ai'tos cn Hali en bw.ca de tradicioncs musicales de la i-.Ia. En
reobrdo haMa a ho ra mayor atencion cst;i al otro Jado del planc·t,1, ~ ~~ lrhro A Houst• in Bali [üna casa en Bali], rccuerda a un mucha-
t'Il las llerras a ltas del surcstc mexicano. De hecho, e11 este liluu ' ho de gran talcnto !!amado Sampih, que -.cntfa pasiôn por la clan-
}'él llOS hcmo!'l ('JlContrado <.Oll la lengua mara tzeltal en un COll ta ( :omo en s11 pueblo no habla prof(~sores adccuadm, McPhec
tn.. to. totalnH·n tc. clistinto. (El lleltal ('ta un a de ],1., knguas dc•l , omTnci6 a la madre dt• Sarnpih de qut• le permitie\c llcvar a su
estudto ctuc lktlrn y Kay puhlicaron en l ~)()9 sobre la tcrminolo· ltijo a un profcsor de otro pucblo para que aprcndie1 <1 los rudi-
gia del color. El hccho de que sus hablantcs escogiescn un venh• rrH'IItos del artc. Una vez. hechos todos los preparativos, el caml-
claro o un a11tl claro como d mcjor cj(·mplo de su color «verzul • dwtl'.e llevô a Sarnpih a cao.;a del prolè:sor. lo dejô alli y promeù6
luc loque in.spit6 que ambo., formul<t!-><'ll <;u teona cie los fon)tl wiH'r cinco dras después para vedficat los pmgrc!'los del mucha-
unrversaks.) Los hablantes del tzeltal \iven en una de las Jade• ' ho. Dado cl talcnto de Sarnpih, McPlwe eslaba segmo de que a
ras de una cade na rnonta1iosa que se eleva hacia el sur y descit·u los dnco dias los interrumpit fa en nwdio de una lecci<ln avan1a·

188
ela . l't'ICI al \Oht' l' M't'Ill lllllllll Clll 1111 s.1111pih .l h.IIICICJ, c .1!11 tIl 11 fllc •r 1111 lllllt'S il,I S cJc• Ïlltlllr:rc Ïn llt '\ Wliolll,lll:t'i So l li(' J,t \liJ>III''o(,l

mo Y< on el proft'\OI' t'":I'JH'I ado . F1,1 Î111pw.ihl<• t'll\1 ' 11:11lc• Il cu l t hll ·•l'·" icl.ul dt• le l'\ anglup.ll h11r1<·-. pam < oiiiJII 1 ne kr los punto'
mm ha.cho, le ~lijo cl p10fc-.o1, put·:o.to quc 11o t'lll<'lldî:t IIIIIHIIt 1 ,, cliu.d< ..., john 11:1\ ilancl < tl<'lll.l <]li<' 1111a \Cl, con l.t <nuda de un
d<~ sus mstruce~ones. ~A qué sc dciHa? Pu('., a qu<' S.11npilt 11c, 81 1 I11 1Ptllt.ulot, c·-.lah.t intentando ltaducir cucntos lradicionales del
dondt" c.staba lo que da <<a la mon1a 11a», lo q 11 <' da •. ,IJ 111, 11 , Hll"!-;" yinuthit r a l in~lés. Uno de dlos trataha dt· una lag~n~ ~i­
<<('SI<'". n1 cl <<oeslc», d<' mancra que cuando el prolt·so• le• dt t ft l il tcl:t •• al ot''ilt' del aeropunto de Cooktowu >>, 1111a descnpcwn
qu<· chese <<tres pasos hacia la montai'la . o «Înclinale h.u 1, 1 c•l 1 111 qltc • ,, la m.tvo• parte de los an~loparlantes ks pan.·c<· rfa perfecta-
no sabla qué haccr. Sampih no habria t<:>nido el nwno• fll o lth lUI ltu•nt<· natlll .tl y comprendcrian a la primera. Pno el informadot
con c-;as refcrcncias gcogr<Hl.cas cn su propio pucblo, JH'I,, , , un llllll!-;11 yimithi11 k d~jo de repcutt·: •· Pero ]o., hlamos no lo entcn
t~ut~<~a ante~ habla salido de él y no conocfa el nuevo p:w•. 1jc·,., tl• , 1.111. En in giés de berlamos tm:jor decir "a la derce ha conforme
Sll11 1o <i<:'soncnlado y con fuso. Por nmc ho que c1 prol<.·so 1 1<. "•'Il "' ,,, por la carrctcra h asta e 1 aeropucrto " >>.
l~t'it' en direcciôn d<" la montaùa, Sampih no se Jo aprend 1,1, lc uh En lu~ar de buscar en vano de qué manera la auscncia de
f uc en \'an o. 1 tu•rdenadas egocéntricas podria limitar los h01 Î/ontes intclec
; Pm qué el proft''IOI no tratô de 111ilinr otras inMtucc io 1 u' 111.tlc-. de los guugu yimithin, dclwriamos lll<l'l bien dirigir nues-
J.o mas probable C'i que hubiesc rc:o.pondido que <<da Il ('S J'ol!iUI 1• ·• miracla hacia el principio de Boas:JaJ...ob.,on Y huscar la dife
ad<·lante» 0 <<Încllnat(' hacia arras» serian<:'! coltno de lo ah .... lltltl , , ne ia en Jo qut> las lenguas obltww a sus habla nies a expresar, no
1 11 Jo que ks /H'I'milm exprcsar. En este caso, Jo importante <.'S
1 tu les son lm h;lhitos mentaks que podrfan dcsat rollarsc en los
SJ·.N 1 mo PERJ<'ECl 0 nr IA ORIENT\CIÔ~ Ir thlantes del guugu yimithin debido a su lH'H'sidad de eo;pcci li-
1 ,11 puntos g<'<>J?.f'<ifico~ cada \'('/que dcben comunit<ll una inlm ·
1 las ta ahora sc>Io lw rcferido hechos. Puede parc•cc·r c•x t ri ii \U 111.111on espac ial.
- v de vcrdad lo es- qu<:> sc descuh1 it'lan en fecbas lan lt'< j,. 11 Cuanclo la prcgunta sc siltia t' Il este marco, la rc-.puesta parc-
1<> .pero las prucbas que han reu n ido muchos investigad 01 c·~ c•11 •• inclmlibk, pero no mcnos so1prcndentc. Para hahlar la kngua
dtslllllas partes del mundo no permiten dudar de sn V<'rac icl,ul ~ ~~ug11 yimilhirr c~ nccesatio sal>cr d6nde <'Siétn los puntos cardi-
Sin t•rnbargo, una \<'/que nos despl;vamos desde los hec h os cl• " tin en 1odos v rada uno de los momentos de la vida consciente.
la lcngua hasta ~m po'iihlcs impli< .t< ion es en el pcnsami 1•11 u 1 1•, preci'>o ....the• con exaçlitud dond<.' esüin d noll<'. el sur, cl t'SIC
com~'l1/arnos a mm·emos en terreno reshaladizo. Es verdad <JIIf' ~ 1'1 oeste, va que en caso contrario no seria posibk transmilir la
la'> dtferentes culturas hacen que su:- hablantes hab/nt soh 11 • 1 1 11tlormaci6n m<\s b;\sica. De clio ..,c dcducc que para hahlar una
cspacio de maneras ntdicalmcnle distinlas. Pero c:signifi ca 1 ·~1 11 lt•ngna como ésla cs preciso ((· n er una bn'!jula en la mente que
nec~·'i;uiamente que <·sos hablantcs tambi~n piensrm sobre d c•A- l11ncione todo cl ticmpo, cHa v nochc, sin pausas para las comidas
pano de manent dikrenlcr A esta'i aiiHras, los pilotos rojoo; clé' " lm fines de scmana.
alarma wh~rfiana debet fan estar pa• padeando en sctial d e p•·ll Y lo cictto es que los guugu yimithirr po,ecn <'sa br~jula in-
gro. Debena. esrar <faro que si un a Iton gua carece de un a pal,1 l.dtble. ~lanlicncn su orienlacic>n con respecto cl los puntos ('tlr-
bra par:t des•gn<u ttn conccpto dcterminaclo, eso no signi fi e1, clinales en todo momento, con indepcndcn<ia de la., condicio
n<·ccsanamcnte que sus hablantcs no puedan comprend e r ci l 1ws de visibi lidad, del elima, ya <'Stl:n en un bosque incscrutabk
cho concepto. n en una llanura abicrla, dcntro de un cdificio o en cl extcrior,
Es •mis, los hablanl<'s del guugu yimithirr puedcn sin ducht cptietos o en mmimiento. ~ien1pn· tienen un st·ntido direccional
comprcnder los conceptos de izqninda ,. de derecha ruan do h.1 1':-;acto. Stephen Levinson fuenta que hizo vat ios vi<~jes con ha-
blan inglés. La ironla cl<" este asunto es que algunos de ellos inc 111 Illan tes del ~uugu yimithin a lugarcs desconocidos, tanto a pic
( 011111 ('Il .11110111 ..1\ÎI, ,. l'll'iCI .. 111111 ''"till Ill Ît'lll.lt' Ît'lll . Fil '·'lUit 'l''''• Jllnplt' c'11to111n, "'' h.tS.III c 11 Îltdit .1111111<"' .tjt·n.t.., a la
c' ll stl
donde viven, p1H ilS vt•t t·~ ..,,. ptu·tk '1:!j:11 t'li IÎt11'a 1t't't:1, Y·' tftll 1 l"' 1e Î1111 dl'! 'ol \ <1'1<' t·st.ts ptH'dt'll st 1 1111 111'0 ma'> Î1Hportantcs.
CatTCtCra a llH'IllldO clll'a\'Ïl'S,I <Ît'll,tg,ts, 111411 i'iiiiiiS dt· 111:111HI 1ll 1 !t.tllclo 1.1'\IIJ..,OII pid1o a alguno'> inlo1111.tdon·s qu<· pcnsascn en
rfos, ll1011léliléiS, Clttnas dt: arcna, hO'><fllC'> y, Cll<tlldo W \',1 ,, r•t l11dlc 1os qu< pud1c..,cn a;:udarlo a til a mejorm '>li scntido de la
prarleras infe'\tadas dt> serpicntes. Pero atm asf, cuando le •S lie\' !ll lc•lll:tric'm, k 'iugiricron matice'> comolas difcrcncias de lumino-
ba por hosqucs <'spc-.o~ sin ,·isibilidad alguna, inclmo dc 'lllllt ri -ld ,u 1 l ' Il lo' t roneo~ de determinados ;it hoks. la o1 ien taci6n de
cavernas . .,iempn·, sin la menor vacilacion, podfan :-.t·îtal.ll 1 11 lnll lllolltÎt'ulos de tennitas, las rlircccioncs del vicnto en estacio-
pedecci6n lm pnntos carciinalcs. Para cllos no se trata d1· c 1th' 11• 11 1 nil< 1t•t,l'i, lŒ ntelos de los mut·ciélagos v de lm p<ijaros migra-
los conscientes, no mit an hacia <.'1 sol y hacen una pau"·'· ll•lll It li Ill ~. el alineamiento de las chmas de arcna <'Il la tona dt• la
calcula•. antes de dccir • la honniga esta al norte de tu pic·"· l' 111~ 1.1 .. .

reccn posee1 un 'it'ntido perfecto de la orientacion. S1'"' Ill


mente .1imtrn dc'>nck e..,ta cl norte, cl sur, el este y e l ot•stc, de lte
misma manent C']IH' las personas con un ofdo perfecto di~t 111~11t tt
torlas las notas del pentagrarna sin tcner que calcular lm Îlllf 1 l'no sôlo estamos cmpctando, lHH'(]lll' el scntido de la orien-
val o.s. Ill Hill IH.·ccsario para hahlar una lcng ua como cl guugu yimithirr

De los habltmt<'s cl('] t:ldtal sc cuentan historias similarC"s, 1 "' 111· que aban·ar mas que cl presente innwcliato. Por c.:jcrnplo,
vinson relata c<lmo a 11110 de dlos le taparon los ojos y k dÎI' Ittll , 111110 cuc ntan sus hablant es las expcricncias del pa'>ado? Supon-

m;-ls de vcinte v11cltas en una habitacion oscura. Toclavfa c o11 1111 ,. 1111o.~ que ahora le pido al lcc tor hispano que nw clcscriba un

~jos vendados y mareaclo, sciwlo sin prohlemas en direccio11 •lt,.. , 1111lro que vio en un musco hace mucho tie111po. Es probable
cia ahé~jo» Cli<IIHio sc Jo pidinon. En otra ocasion llevaron a 111111 'l'~~' IIH' relate loque ve con el <~jo de su nwntc: digamos que sc
mt!j<.or al puehlo principal para que rccihicsc tratamiento nu:d1u1 11.1t.1 de un a lechera que esta vert iendo kdw <'Il 1111 l<li.Ôn que
Apenas habla ido alli, qui;;\ nunca \', dcsde luego, no a la cas,1 c 11 lt ll\ sobre una mesa; la lttt provicnc de la vcntana a 1.1 iLquierda
la que se alojo. l .a mqjc1 \io en la habitacic'>n un artilugio que· net tle·l t uadro c ilumina la pared tras ella. <'1<. 0 ~upongamm CJll<'
conocla, un lavabo, y le pn·gunt6 a su marino: '' ~Cmil es d ·')(1111 11 .11a de rccordar un acontecimicnto dramatico que lt' s11cedio
caliente. la del gril(> ha< ia <~ni ha? ·•. lt,u l ' 111111 hos ai'ios, cuando \'Ole<'> cl bote en d Cl't<' 11<1\'cgaha a
Lo~ guugu \llnithin dan por scntado este sentido de la o1 ic·u l'"~'a dJ'it<lll<. ia de la Gran Barrera de <.01 .tl. F 1 o;e .un~j<> p01 la
tacion como algo natural. No pueden ('xplicar como sa ben dc'uulr dc • ~t· c ha ju'itO antes cie que el bote diesc 1111 \ IJ('lco hacia la it-
est<in los puntos <ardinal<''i, de la mi~ma manera CJUC nosotros 1111 el'll<'nl.l, pero ... Si el lector \iviô para con tatlo, prohablem<·ntl'
podemos cxplicat <<>mo sab<.·mos d6ndc est<i deJante, d6ndc c·~lt1 pncll fa dcscribirJo 111ClS 0 mellO'> COiliO \-0 cl( aho dt• han•rJo, aun-
la izquiercla v dônde la <krecha. Sin embargo, se puede aseg11111r '1111 d<.·Mk la \'ent~josa posiciôn de su propia 01 Ît>lltacit)n en aqud
CJUC la avuda m;is oh\! a de la que podrfan echar mano, cs det i1, ht IIIIIIIH'nto: al saltar «hacia la derecha ,·• vio al tiiHin'>tl que cstaba
posicion del sol, no es <.'1 ünico Ü1ctor en que se basan. Varim tlt~ 111~to ' deJante >> de él. Loque scguranwntc no rccordad e~-> si el
ellos scùalaron que Cllando viajaban en aviôn a lugarcs muy cllllo 11lnmin estaba al norte y sc {ICCrcaba en clirecciôll sur o si ('<.,taba
tantes como Melbourne -a 1n<ls de tres horas de vuelo-, t<'lllilll Il ocstc y avantaba hacia el este. Al lin y al caho, con 1111 tihurôn
la cxtraila sensaciôn de que el sol no sale por cl este. Uno inclll!lll llll'rodeando, enlo ultimo que 11110 piens(l e~ ('Il los puntos cardi-
insisti6 en CJII<' hahîa <'stado en 1111 lugar ciondc el sol realnwntc ll,tiC'i. De mancra similar, incluso si cuando cl kctor visit6 t•l mu-

no sale por c l este, Jo cual significa qn(' la mientaci6n de los g1111 '< ' O t uvo la ocasiôn cie oric11tarse en la sala donclc esta ha colgado

gu yimithirr ralla cuando sc trasladan a una region geografica tcto • 1 cuadro, cs muy poco probable que recuerdc ahora si la venta-
talmcnte distinta. Pero lo mas importante es que csto dcmut·~tt'M lia dd 61eo estaha al norte o al este de la mltchacha. Loque vcni

H)2 193
( 011 (') OJO d1• 'Ill 111('1111' 1'\ t•l ( lt.tdtll l,d 11111111 Jo 1 Cllllt'llljl!ct, ltlll ludc •,clurgt l.t'l111:11111~ l1.111tl.t Îtqttic·rd.t 1'. 111111(0 ptohkllt<ll'S<JIIt'
Le a él, cso es todo. 1 " '·' tll.llt<·t.t dt• dt s< 1tl til < 1 ttto\imic·lllo de sus manos no cs co-
Pero si se habla una kH)!;IIa cotuo cl g111tg11 yituilltit r, <'S< ' tipi '" c't.t, "" qttc' c·11 ttillg tctt <aso .Jack las dirigio a la izquicrda ...
de memoria no funciona asi. No cs posiblc dccir ,<[a v<'tll.ttt,t 1 1 1 11111 .tl ()('Ste en atllhas ocasiones! Mantuvo la direcci6n geogra-
izquicrda de la mr~jcr», de mancra que sera ncccsario Il'<"' cl 1u 111 111 ,, corn:cta de la posicion del bote sin detenerse a pensarlo. Y,
la venr.ana cstaba al norte o al sur, al este o al oestc con t <'si~~"< 10 te "l1·tuas, hay que sci'talar que en el momento del aiio en que tuvo
ella. Tampoco cs posible decir que «el tibur6n cstaba dd.tttlc ri l11g.tt d accidente en esa zona suclc haber l'uertes vientos del
mi>>. Para desctibir la esccna es necesario especificar en qtt<' pull -Ill(''!(', lo cual hacc mas que probable que un bote vuclqne de
to cardinal cslaba el tibur6n, incluso si hay que haccrlo \<'1111 , Ml<' a oeste.
anos después. Por eso, los recuerdos que uno pueda contat .tl~llll l.cvinson también relata como una delegacion de varones de
dia deben almaccnarse en cl ccrebro como una irnagen que 1 nil llnpcvalc tenia que desplazarse por carrelcra a Cairns, la ciudad
licne datos de oricntacion. 111.1~ cercana, a unos 240 kil6metros hacia el sur, para discutir
~Parccc exagerado?.John llaviland filmo ajack Bambi, 1111 h 1 1 t~lltttos de dcrechos sobre las rien·as con otros grupos aborfgenes.
blante del guugu yimithirr, micntras les contaba a sus amig< '' ltt 1 ,, reunion tnvo lugar en una sala sin vcntanas de nn ediflcio al
historia de como cuando erajoven su bote volc6 en aguas inini 1 'l"~" solo se podia acceder por un callej6n posterior o por un apar-
das de tiburoncs, pero él sc las arregl6 para salvarse nadandu h 11 ' .1111iento subterraneo, de forma que la rclaci6n entre el edilicio y
ta la orilla. Jack y otra persona iban en uu bote de la mision < ''" 41 11 trazado de la ciudad no era nada evidente dcsdc dentro. Un
encargo de eutregar ropas y provisioncs a una dependcnci.t !Jill' llii'S mas tarde, ya de vudra en Hopevalc, Levinson pidio a algu-

estaba en el rfo Mclvor. Pero los sorprendi6 una tormenL1 ' '1 IIIIS de Jos participantes que le indicascn CUal era la orientacion
bote volc6 en un remolino. Los dos se arr~jaron al agua y luvit·t<lll dt · la sala de rcunioncs y las posiciones de los oradorcs durante cl
que nadar casi ciuco kil6mctros hasta la orilla; cuando regn·s.ll<lll .11 lo. Rccibio resp11cstas exactas y sin ninguna discrepancia entre

a la misiou se encontrarou con que Schwartz, en lugarde alcgtcll • llos sobre la oricntaci<'>n espacial - de acuerdo con los pun Los
sc de que se hubicsen salvado milagrosamcnlc, loque mas lallt<'ll , .mlinaks- ckl orador principal, de la pizarra y de olros objctos
to fuc que hubicran pcrdido el bote. Aparte del hcchos lo asc 1111 dt· la sala.
broso de la historia es que Jack Bamhi la recorda ba con indicu tu
nes cxactas de los puntos cardinales: habla sallado al agua pot l.t
parte occidental del bote mientras que su compûicro lo hizo pur Ro I'ACIÔ~ DE MESAS
la oriental; vierorr a un tiburon gigante que sc aproximaba pot 1 1
norte, etc. Hasta ahora hcmos cstablecido que los hablantcs del guugu
c:Es posible que ai'iadiesc los detalles de los puntos cardin.alc•• \ imithirr han de ser capaces de recordar cualquicr cosa que ha-
para la ocasi6n? Por pura casualidad, Stephen Levinson filmoclt pn visto con los puntos cardinales rormando pane de la imagcn.
nuevo a .Jack Bambi dos atï.os después mieutras contaba la mi.,llllt l'or lo tanto, el hccho de decir que deben dedicar una capa adi-
historia. Los puntos cardinales crau exactamenlc los mismos <'Il t tonal de inlormacion espacial para rnemorizar algo de lo que

ambos rdatos, pero Jo rmis digno de menci6n eran los gcs1u11 ttosotros ni siquicra tcncmos conciencia parecc una lautologfa.
que acompai1aban el relato de Jack. En la primera pelicula, Ill \1 fin y al cabo, es obvio que quicnes dicen «el pescado en el rin-
macla en 1980, .Jack esta situado en direcci6n ocste. Cuarulu 1on nororiental de la ticnda>> dcben recordar que cl pescado es-
cuenr.a c6mo volco el bote, dirige sus ma nos hacia dclantc <un l.tba en cl rincon nororiental de la ticnda. Dado que la mayorfa
respecto a su cuerpo. En 1982, esta scntado en dircccion norw de nosotros no recucrcla si cl pescado suele estar en los rincones
Entonces, cuando llega al rnorncnto decisivo cu el que vucka c•l 11ororicntales de las riendas (suponiendo que hubiésemos podi-

194 H)$
do dt•tntllill,tt ,tcpll'lla '-tltt.tc j,," ' '" l'"' ttd ' ' " ~~~ '"""" 11111 )
Stglltltt,l <jllt'IO.\ lt.tbl;tllll'<; dd J..\1111).\11 )ÎIIIÎlltÎtl II'J..\ISll':tll
dan iul'ormadoll sobn· d csp.H in qtu• 11osott o' 11i t~•gisttlllllllll
reconlamo<;.
Un detalle m<is contrm·erlido cs si esta dilcn·tu '" ''g11ÎI11 11
cl guugu yim i th i rr y el e!>!paiiol cotHlun'll a sus ltahl.ult n r. 11 1
dar ver-.iones di-.tintas de la misma realidad. Pot t'jt·mplo, ~pnth
ser qU<: el en tt cc ruee de punto~ cardinaks que cl guugu) iu111
imponc sobre cl mundo haga (]11<.' sus hablantcs viMt.dit t ' li ~
cucnkn una ch-.posicion espacial de Jo-. ol~jetos cltfctt•ll ll' rie
nuestra?
A11tc'i de que pascwos a ver de qué mancra los imc,tig.ulttl
han tratado de poner a prueba <.·ste tipo de cuestiones, P"''H•"IIf
a pna·ha la nucstra con un pequcilo jucgo de mcmot i:t, Vtt\
moslrar a los kctores algunas imtigenes con juguetcs e111 i111,1 tlt
una nw-.a. Loque deben hacet es tratat de reconlar sus l'"lllt 1
nes para compkt:ar la image11 tnüs tarde. Empet.arcmos 1 " ' ' li
imagcn numem 1, en la que podcmos \Cr una casa y u11.1 11ln
Una \Tl que h.nan mcmot·itado la~ posicionc~ de ambas. IWI( n •
la pélgilla .-.iguicllle.
\hora, en La imagen nümcro 2, puedcn ver la casa y un nuevo
""'' to, un arbolito. Tratcn de recordar tamhi<~n la posiciôn de
ttnbos y luego pascn a la pagina sigui entc.

199
Por tillinw. en la imagen nunwro 3 ven ~oloa la niJia t'lit 111114
df' la lllf'sa. lrnagin<-'n ahora que les do} el arbolito v les pido IJ'''' lu
'iitt'ien d<' man na CJUt' pucdan cornplctar la irn.tgen p<u a CJIII'' ol11
cid<~ con la-; dm disposiciones que <Kahan de \eJ. .:Dônd(' ln pott
dnan? llagan una pequei'ia seiiaJ (va 'iea ltl<'ntal ode otw ripoJ
~obr<' 1.1 lll('Sa ant<-'~ de pasar a la p.igina '>tgnient('.

200
. No c·:-. 1111 juc•gn dc ' lll :l!-ololdn cl ille il' de • lllncln 1(111 1111 c ~ ltc ' c 1 !ill
~~~~- ICI·I·t'l .podC'It':-. fil olc~tic n:-. l'"'" Jll c·dc•c Îl cl c'~tu lc · lo' ll'c loii 'S 1111
bl,m sllu.Hio t'! al ho!. 1 ·" dispo,ic IOII C''lc ogid.t h.du ,J 'olclo lllol~" \
1~1cn~s .la de ~a rma~CllllllllH'Io 1, ptw,to que· sc hahi.ÎII hil ... uln ,.,,
~~s c_Ia~c~ ma.-, olwlas: <~ntcs, la niila co;taba inmediat.tlllt'lltc· '' lit
~zqmcl c~a de: la casa, lllH'I\lras que el arbol esta ba mud w III:Îs lt
J<>s:_a 1~ '.'qlllcrda, 1~>- cual d~be significar que el arbol cstaha 111/ÎI ''
la.IUJllln.da
l que
- la nm,l.
. I .a un ica dificultad delj.ltcgo c•,, ft< <1(' ( 11111
\1
1
P' cne cr cu al cs (,, f malidad de estos obvios ejercicios. 1
1
11
1
1

lmagcn 5.

1 on ta reas de este ti po, complctaron la imagcn de ma nera total-


mente distinta. No situaron cl <\rbol a la itquierda de la nii1a, sino
.1 su derce ha, tai como sc ve en la imagcn nünH:ro !).
~Pot qué comcterian este error en algo tan S('llcillo?, pcnsar~\
d lector. Se agradece la pregunta, pero la soluc.i6n que cscogie-
ron no es la equi\·ocada. En donde si hav a lgtln <.'tTot <.'S en la
manna en que yo he clesaito los he< hos, pot que a dil(·rcn<ia d e
Jo que acaho de decir, no situaron el ;it·bol "" la clerccha de la
nuia», sino al sur de la nina. De h echo, su solmiôn tient· scntido
si uno trata de pcnsar en situarse en el espacio Cil funcion de coor-
denadas geograficas, no egocéntricas. Para salwr por qui', vamos
a suponcr que el lector esta leyendo este' libro de cara al norte.
(Para cvitar cualquier conl"usi6n pucdc sicmpn.· \'Oiver la cara ha-
ria el norte si sabe d6nde éste se cncurn tra.) Si entorH"es vudve a
mirar la imagen numero 1, ven\ (]tt<' lt1 casa cswba al sur de la
lmagcn 4. nii1a. En la imagen numero 2, e l arbol cstaba al sur de la casa. l'or
lo tanto, esta claro que el arbol elche cstar al sur <k la nina, puesto
. La fir~~li<~<~<.l con~istc en dcmostrar que la solucion escogida qnc cst.i m{lS al sur de Jo que ella esta de la casa. Eso haœ que al
~or los ~cc~or_rs no trene la rHenor logica para los hablantes del completar la imagcn sea perfectamcnte lôgico situar d ~irbol al sur
guugu ym1athlrr o del ltcltal. De· hccho • cttal'do
• • ·sc les. propusJ<'-
. de la nina, como en la imagen nümero 5.

202 203
1" 1,1/o~l dt 'l'"'·"""·'' sollltlnllt'S dlsc'11 pc 11 t•st:î t'li 'l'li 11
mesa de la llll.tg<'ll lllllllt'lo ·~ 11.1 .,,do tot:ul.t IHO g1.ultts 11111 Il Ill
pccto a las imagen<'s 1 \ '1. Noso11 w,, qut' 11o-. 01 H'tll.llllll'i 1111 dl til ~

te coorcknad.1-. t.•gort'IIIIH as. <lltlotn.tticatlll'lllt' t'\.< luilltt•S t 1111


rotacion v la pasanws pot alto para que 110 infhl\a e 11 n'i 11111 11 ., 111
j
da.mos la disp<.>Si<ion dt· lm objctos sohte la mesa. Pno qui 1• 11 t'lllil
Habttact6n 2
oncn_t~\11 nwdmntc coordenadas gcognificas no pasan peu ,tlln lt
r_otauon, con Jo cual ..,u recuenlo de la misrna disposici<ÎII t'S dili
llllto.

En los C"\.pt•rimctllos reales de Levinson y sus colegas dt! ~1, 1 \ Habitact6n 1

PlancJ.. lmtitutt· de \lijlllt'gcn, las dos mesas no estaban .-. 1tu.ul 1t'i
en p<igina~> achaccntes de un libro, -;ino en hahitacione'i ach:tt t' JI ~

tes (\'<~asc la imagt·n de la pagina ~05). i\ los participantes. .;1• lc 111 !


l')

ntostrc) una disposicic'>tl t'Il una mesa situada en una habita< tc'i 11 \,
lll(•go, pasaron a la hahi taci6n de enf'rcute, don de se les rno-;t 1 c, 1.1
segunda d~sposiciôn <'Il una scgunda mesa; por ültimo, regt c•s,,
~·<ma la pnmcra habitaci<>n para resolver cl puzzle y compk1. 11 1,1
tmag-c1~ so!)r<' la primera mesa. El tipo de rotacion fue igual q 11 c· t•l c 111omo ffsico en donde sc rcalii'.an pucck scsg-ar J'<l.ci lmcnte la
de las llnag-cncs <llll<·rion·s, sôlo que en la vida real y en lllc's, 1 ~ •.oluciôn elegida.
reales. Sc han realitado muchas variantes de este tipo de cxpc· 11 l'or ejcmplo, los participantes podna11 hahcrsc animado a es-
mentos con llablantes de difcrcntcs lcnguas y los resultados tllllt'~ t ogn una solucion egocénn;ca si las dos habita< ioncs esta han dis-
Iran que el si ... tcma de coonlcnadas prcferido en una Jengua g 11 , 11 pllt'slas de tai manera que parecîan la mi-.ma cksdc la pnspectiva
c~a.tot<ll cotrela< ion <<>Il 1,,., soluciones que suelcn escoger los p. 11 c·gon~ ntr·ica, <'S clccir, con la mesa a la dcn·< ha <'Il am ha.., hahitacio-
ttClp:tnte~. Lm ll<l~)lantcs de lcngwt., egocéntrica.s, como el espa 1111 1 11n v un arma rio a la izquierda de la nw"a t,unhtcll en am bas. Por
o _el J~tgks, _csrog)('ron pot abrumad01·a mayorfa la soluciôn cgt• otm lado, pudo haberse fomcntado una -.oh•< ton gcogr<lfka si cl
ccntnca. ll1H'Ilt r.ts <flH' los hablant cs de Ienguas gcograficas, ro 111 o 1' 11101 no esta ba di<;puesto para que la\ on·dc'<' la pn..,pe< tJ\,1 gt·o-

el gungu \imithin ' el lldtal, C'icogicron la soluciôn geognHtc ,1 gr<lfica, por ~jcmplo, si el expcrimen to sc rea litt'> al aire libre . con
Por una parte, éliiiHJU<' lm n·sultados de estos experimen tos \Ïsl,l dirccta a un punto de n·kn'll<ia gcogtafico promincntc.
hablan por si mi-;mm. <'Il los ültimos aiioo;; se ha generado cictl,t Peto, a pesar de que en gcrH.'ral los argunH·ntos son ,,tlidos, en
con trovc rsia -;obre cômo in terprctar su im portancia. Mie nt t:t~ t'ste cxpcrimcnto concrcto Jo ünico que ckstaca l''> la «rcu·eia» de
q~': Levinson alinua que dcmucstran profundas difCrencias cog· 1.1 ..,oJuri6n escogicla por lm hahlantcs de.· knguas del estilo del
nlltvas cntrc los hahlantcs de lcnguas con coordenadas egocént 11 guugu yimithirr, porque las dm habitacioncs dd cxperimento de
cas y ?eogr;~ficas. otros invcstigadorcs han impugnado algunas de· 1.<'\'Î nson hahian si do dispuest<ts para scr cxac tanwnte iguaks des-
sus afm1tac1otH.'S. (:omo su de succdt·r en las disputas académica,, dt· la pcrspcctiva egocéntrica: la mesa <'Slaha !'!ituada a la dcrecha
hn<'na parte del dcbatc sc r<'ducc a meras divcrgencias sobre l<;r cil ambas hahitaciones (lo cual quierc dccir que estaba al none en
minos mal dcfinidos: ~cs cl cf"ccto de la lengua lo bastante inte 11 s0 una habitaciôn v al sur en la otra) y los dcm;ls mucbles hahfan
cor~1o. pa.r:1 << rccst~·ucturar la cogtlicion» (si es que alguien sa i)(• sido dispuestos de forma similar. Y, sin embargo, los hablantes dd
que stgmftca cso) r Pero en Jo relativo a los hechos, cl principal guug-u yi mithirr y del tzeltal cscogicron la solucic'in gcogr<ifica, in-
argunwnto que sc ha ill\'ocado contra los experimcntos es que t'l <luso en condiciones <<advcrsas» como éstas.
. eSignilic ,1 c•:;to epie' llo'inlloS ln~ h,lhl.llllc •s clc •l gn iiHII \ llltlliiJ\c , III N Il c i\IINA IIII \11 ?
111111 I('(Oid,IJIIII\ ol \C 1 ('<; ui!IIIIÎ\111,1 tc•.did.lllo• clc • l111111,1 clt~tllt
I.'a n·spuc'it.t dc·h<' :-.c1 -.i•• d IIH'IIo:o. ll.t,l.l l'( (lllllto de• 'l"'' elu~ 1 1 111.1 dc hl' l.tl.l< loiS Jo~J( ,ts lllol'i tc'llt,l<lcll ,1\} ltt'(IH'IltC-. COBSÎS-
I1~Ja_des que él llOSOlrOS llO.-. (><11'<.'{'('11 idc•llfl( olS ;t ('(los lc•'i ('olltl (1 1 11
!oo.tlt.u dC'Mic· la co1rd.tcicin a la ('(lltstlliclad, en asumir que
1 11
dtstuHas. _N_osolros, que cu general P·''·llllo~ por alto 1, 1s 10111 ~1 pnrqw· lm IH'< hos t'stan corrcla< ionados, uno de cil os es la
tH''>, perCJbunos dos dispo-.i< ioncs que dificrcn ünic ·;11 111 • 11 1f ,1 cid otto P.ua reducncste tipo de logica ad abwrdum, anun-
1 11111
Ml rotacion como si fuescn la misma rcalid,td; pcm c·llc ..... , 1111 c• .tqui la nuc·va y brillante tcoria de que la lengua puedc afe~-
1111 1
J~m·den ~as~tr por alto las rotaciones, laJ><-rcibiratl c 01110 c( 11'i 1 1 11 11 1 1 olor del p('lo. En cmlcreto, afinno que hablar succo contn-
l1~l~tde~. d1~ttntas .. Una_ ~nanera de visualitarlo comi-;tt· nt 11111MI !.11 1• , 1 que d pdo sca rubio, mientras que hablar cspanollo vucl-

n,u la stgutcntc sttuac10n: supongamos que ,i~arno~ c 1111 1111 Hill ' ' " " 1110 . ~r~n qué me haso? Pues en que quienes hablan sueco
go guugu yimithirr y no<; hospedamos c11 un gran hotc-1 cie 1111 tkndt 11 aser ruhios y quienes hablan espaùol tiendcn a ser mort>-
ca<i<:na l;otd('ra, doncle todos los pasillo~ tienen elmisn1u .tH(Itt 111,~ t:n contra de este arquctipo de eSlrerho razonamicnto logi-
to. El n~~cro de _nuestra habitacion cs el 1264, y cl dc· 1. 1 !i ll\!4 1
11 , 1 1 Jector puede presentar unas cuantas objccioncs ni mias en-
qu~ _cstajusto c·n trente, c·s el 1263. Cuando entramos a"' lhlhl 111· t 11 was: sf, loo., hechos relativos a la co1 relacion e ntre la kngua v

tan on _vemo-; que cs una copia exacta de la nues tt a: 1. 1 IIII Ntll .. , 1 color dd pdo son perfct ta mente uu n·ctos, pero .:_poe\ ria set
c_nttadtta con un cnarto de bailo a la itquicrda, el mi.-.nw ,111111 , • l'Il Iugar de la lengua, fuese otra la ca~tsa d~ que_ los succos
1111
no con un •
CS(><'J·o

a la dercdn
· · '
y, l•teg<>
'
l·t !1ab't·
, '
·' ·
< 1 ,\Cl 0 Il p 1 Il 1c 1(1 t
1 l• 11 gan el pc·lo ru bio y los cspa.-wles moreno:' .:,Que tai SI hablamos

con l ;~ mtsma cama a la izquierda; las mismas coninas dC" , ulot dt los genes, por <-:jcmplo. o dd elima? .
man on, com pletamenre corridas; la mis ma mesa larga \ ,111 j 111 tt \hora hien. en Jo que respecta a la lengua y al pcnsarmento
~la a.la pan·d a la dcrccha, d mismo tckvisor en e l rinn'>n 11 1 1 1 ,pariai, Jo lini('o que hemo~ c·stablecido hasta ahora l'S la corrcla-
1

u;quterda de la mesa, el mismo t:eléfono y el mismo minihott , 1 1111 c 1011 c 11 trc clos hcchos: cl p• imcro c~ que lcnguas d1lcrentcs de-
dl'te('ha. Es dcci r, hern os visto dos vce<'<; la mi sm a ha bi Iole j 1111 JH'IHicn de sistcmas de coordcnadas difnentcs; c l scgundo e~ que
Pero cuando nuestro amigo guugu vimithirr \'Ïene a \'Cl ),1 1111111 111-. hablanteo.; de csas lcnguas perciben v rccuerdan cl espaon de
~ta, la_ pcrcibe como mm difcrente de la suya, porque todo c'!ll \ 111 , 111 eras difnentes. Por supue<>to, lo que quiero dcdt a lu largo
tnnTttdo. Y aunqne las habitaciones -que estan nna f 1c 111 ,. 1 dt· todo esl<.' libro cs que sc trata de algo m<is que cot rdacion y
<~tra (c01:10 !<>s cuartos 1 )' 2 de la imagen de la pagi 11a 20fd que la lengua materna cs un l~tctor importante a la hortl de cauMa·
fucr~>n dtsenadas para qut> parczcan la misma clesde una )Wt los modelos de memoria v oricntaciôn cspacial. Pero ~c<>mo pode-
(WCttva egodntrica, desdc una perspecti\a geogratica no Jo sou lnos estar scgwoo., de quc· la ('orrelacion no cs aqui tan esputi.t
porque sus p•u_cdcs laterale~ -a derccha \'a izquicrda seg1111 llf , omo entre la kngua y cl colot del pclor Al fin)' a l <a ho, la lcngu.t
cnt1:a~ ~stan 'ittuadas en direcci6n none-sur, de forma que <'Il )11 110 puede crear d.irertammte un sentido ck la orientaciùn en na?i<:-
hahtta~ton de llliCstro amigo la cama cst<l en cl norte y en Ja 11111 •11 No podcmos -;aber cxactanwn tc en quf sc hasan los gltugu )'ltnl-
tra esta en d sur; d teléfono, que en su habitaciôn <.'staba en c•l thin para clecit donde est.i cl norte, pet o si podemo~ cstar total-
neste, en la 11lt<'stra esta end este ... asi que nosotro~ veremos ~ llH'lltc segmos de que su ,\o.,ombrosa scglll-idad pat<l orientarsc
H'Cordaremo~> la misma hahitaci6n por duplicado, pero cl 11.1 -.olo puede aclquirirse obscrvando '>igno'-t del entorno flsico.
l~lante del gut•gu yimithirr wr;\ y recordanl dos habitacioncs dt" No obscanlc, la argumcntacion que aqul se propone cs que
11 n tas.
111 m Jcngua como cl guugu yimith irr da lugar indii'Prtamnzte al sen-
tido de la 01 icntaci6n \ de la memmia g<·ografica, porque la con
vcncion de comunica~ sôlo mcdiante coordenadas geogrâficas
obliga a los hahlantes a scr conscien tes en todo momcnro de su

.z.o6 207
Ill Îlllldl Î1111) lns nl1lig,1 ,1 li Joli SI ' !iÎII cc 'S,It 1' 11 I,IS c 1,1\I'.S llll'llillll
1 , 111 • 11 tal 1 11 l'oll ntl 11 p.lllc',lns 1111111 ,111,1~ d1• lt•' hnSIJIIC 'S :lll'ilr.tli.t
hwltt •.dt·s 11'11'.\':tlllt ~ \ .1 dn.tt1nl1:11 1111!1 1111 ' 1111111.1 c '·'' 1,1 cl( "" lltli 1111 diSJIIIIIIII cJco l':llli'II'I.IS Ill de• gilliS .1 1.1 ÎtqiiÏt'ld.t glll<ldOS
cambw de Oll('lll.tnotl. ,Ioh11 1lavibtul c·~ti111a 'l"'' p 111 111 1111 111 l'"' lns ~c·r 11 .dor os, a ... î qut• l:t 111 ic•Jtl.lc'i(lll 1·goc l'Ill li( a cs para el los
una.de.cada die/ pal.IIH.ts (!)de· 1111,1 coJI\I'Js;tcion 11111111,!1 1•u MIU 11111111 ., tÎiil, de ruodo qtw (>ICll'ottll dl' lonn.t u.lltll .tl de auterdo
gu ymutlun cs not tc, ~ur, este 11 ocstc, .tmc·uudo .11 c11npa 11 , 11 (, 1 ~ el 11 ,, 1 , , 1111 ckrtada'i gc·ogt ;lticas. La mam·1.t co mo tenninan por ha-
gcstos rlltt) pree bos (on las ma nos. Di< ho de 011 a 111 , 1111 · 1 , 1, r. 1 11 l! lill .., 0 h~t· cl e ... p:l< 10 serti solo 1111 sintotna de cc'>mo piensan.
m~micaciôn de cada dia en guugu yimithi1 r propon io11a dc•sth '" , ..... III<IS, Pinkcl dicc ((ll<' el entorno determina no solo la clcc-

~nas ~cm pt ana edad el entrenamicnto m.l'i intcnso <(Ill' JHII ''" 1 ' " " ,. 11 t 1 c coonknadas cgoct-ntricas' gcogdficas, si no induso el

llnagmat'l(' en oricnt<tciôn geognifica. Si .tlf..,ruien tÎCII(' qw· '·lhC r tep•• 1 orH rc.:to de coorcknaclas gcogr;\licas que se utilitat<ln en
SIIS CO<~nknadas para Comprcndcr las cosas mas <;impies 1(111' fil 1111 :1 11· 11 gua. t\o cs algo casual que d sistcma dl.'l tzcltal dcpenda
ccn qutc.:ncs lo rodean, necesariamente <ksarrolla1 tl la coslu ruhu tl•· 1111 punto ck rd'erenci.t geografico promincnte, mictltta~.CJUe
dc calcula.' v reconhu los cuatm puntos cardinaleo, en cad.t "·~ 1111 1 1 clt'l guugu \llntlhirr uulin· los puntos cardinales de.: la hntJula.
do de su vHla. Y como esta coswmbre mental se incuka cas 1 clc•Jith 1 J 1•11 tot no de los hablaut<.·s del tzeltal esta dominado por un pun-
la primera infimcia, no tarda en convertirse en una s<"gund.t 11 ,1111 1.. dl' rcfcrencia visible. la pendic:nlc hacia aniha y hacia ab<~o.

1<tleza, sin ('sluerzo v ck forma iuçonscie ntc. l'"' lo que es natural que dcpcndan de este ~je <'Il lu~at del mu-
.Por lo tanto, d \tnculo causal etHre 1<-'ngua y pensami<'llln 1 11 t he 1 m<is csqui\o ctc los p11ntos GU dinales. En cambio, romo el
paCial panTe mucho m;ls vcrosfmil gue cl vlnculo entre la Jc- 11 ~ 111 1 ,-. 11101110 de los gu 11 gu yimithirr C<U'('('(' de puntos de rcfercnda tan
"d c?lor d(') pelo. Sin embargo, la verosimilitucl en ning1i 11 c .t'liU (Il 11111 inentes, no es de extrai1ar que '\tts ejes sc ba-.cn en los puntos
co~1'iU~t.rve un a prueba Y, como cra de eSJ)('t ar, al gu nos psicoloH"" , udinales. Dirho en pocas palabJas, Pinket pretende que el en-
Y lmgutstas, entre dlos Peggy L1, Lila (;Jcitman y Stcvcn Pinkc 1, 1111 110 ha denetaclo las roo1<knadas en las que pcnsamos v que cs
han puesto en entredicho la alin11aciôn de que es pri 11 cipaln 11 •111 , 1 1 pl'nsamiento cspaciallo que determina el k11gw~je <-'spacial, no
1:' len~m lo que in lluyc en la memoria ('sp;Kial y la orienta< io 11 al coll li Mio.
l•.n su hbto ï hr Stuff oflïwught, ht <itado con an tet iot1dad, Pi nkc•t ,\ pesar de que los hcdw-. aducidm. por Pinkct son dilfnlm~n-
alirrna qu.e las persouas desanollar1 un pcnsamiento cspacial 111 ,1 ll' ohjetablcs, su dclcrminismo nwdioambiental cs poco convm-
nu.ones <!JCnas a la kngua y que las lengua~o. simplcrncnte n:Jitj1 m 1c·nl<..' por varia" nvones. Ticne .,cnticlo, por supuesto, que cada
d hccho de que sus h.tblantes picnsan cu luncion de un clet<•t 1111 rultwa se ccniH' en un ststl'lll<l de <·oludenad.ts ,tdecuado para '>li
~mdo si~tema de coordcnadas. Sei1ala asimismo que son las pee pu•• 1.n 101110 • Sin embargo,"" importante darse cttcnta de que las difc-
na~ :octed;~dcs rurales las que sc orientan con coordinadas gl'o 1c11tc·s cttlturas gozan de..· 1111 marge11 considcrahlc de libcrtad. Por
grallcas, mtcntras que las graude~ sociedadcs urban,ts depend 1• 11 qcmplo. nada ('Il cl en tor no ffsico <k los guugu vimithi11 lc'i im-
sobre todo cie coordcnadas cgoténtricas. De este lwcho inncg.1 r)l(k 111 ili1ar /(111/0 Jas coonknadas geografica~ (para los gra~1des
bk concltr)t' que cl st:-.tema ck coordenadas que sc uliliza en tilla cspac 1m) conw las coordcnadas egorcntricas (para los pcq11cnos).
kngt.ta cstti dctcrminado clircclanH'ntc por cl cntorno flsico: quie·· ts diflcil acepl<ll que u11a existencia traclicional como cazadorcs Y
ucs .nv~n <'Il un a ciudad pasanln bncna p.ute de su ticmpo en 1·s· ru okctores pm·cla imp(·d11 que sc dt ga «ha\ un.l hormiga ddante
panos mtenorcs e, ÎJH lnso cuanclo salen ,tl <'xteriot, d hecho cl1• de ltt p 1c, en lugat de -.al none ck tu pie». Al ltn. y al ta ho, cm~w
gira~- a ~a dcrecha, luc.:go a la it.qtticrda y IU(·go de 11li<'VO la izquî<"t .. dc.:scripciou de rdacioncs a pequcùa escala, «c..· nf rente d<.· tu .pte»
da Stgmcndo Jas luccs de los St'llltif'oms St'J'<tla mant' ra mas f;icj] de• es tan sensato \ tan ütil cu cl bosquc australiano como en el mtc-
oricr~tarse, <t'il que cl <'ntorno lm mcitar<l .t p<·nsar pr 11 H ipalmentc• rim de un de.,pacho de (.,u.teas o Sntlla. No sc trata simplem.entc
rnc~lmnte c~>ordenadas cgocéntricas, tr-as lo cualla lcngua se limi- de \Ill argument<> tcorico, ya que son vatias las lcnguas de so~t~da­
tara a refk;ptr el hecho de CJUe piensan por mcdio de un siste 111 a des sirnilares a la de los Auugu yîmithirr qtt(', de hcd10, ullht.éU1

208 20()
ollllfl.ts 1 tiCIIdt'll,l!l:t'i, l:t'i t'gue l'till Îc ,IS) l.1s ~C'II~I,diC ,IS, l111 111\CI 1ft till<< t,IIIIC'IIIt'11111 1111 IIÎIIIIJIC 'I JIIC 'II11 1 NÎ IIII !i11l11 ,1 11 ,1\I'S dt• J.t I'Citl< ol
Aw.tt,tli.t ha\ kngu.t' :thot îgc' llt's, c 1111111 c•l j.tiiiÎIIjllllg c' ll c•l 1! 11t l f lll 1',11,1 1 1, 11 Îf11 :11 e'Sit' Jliiii[CI , cic'III'IIICIS 111,11111 ' 111 ' 1 1''11 Î('(.tll\('ll(l'

tOI ÎO c(cl ~OJIC, <jlt(' llO'(' ha,,ltl cIl CCICIIcfc•tl:tCI.t' ge 11g1,dt1


cl'i ltte ,, l'·'' ,tcl:ts do..; , lit ' ' io1u ., d ist i nia~. 1 a pt i 11 H · r ,, t " l.t de cwile.s flll'
manera que el uso exdnsavo que h.1< t' 1'1 gt1ttg11 \IIIIÎIIti•l clc l~t~~ '''" l.t-. 1.1/0IIe''> l~t..,tor ic,,, qui' llc\aron .tuna ~oucdad detennmada
coordcnadas geogn'ifiras no le vi no dirt•cl:lllll'lllt· inq11ws1n pc•l 1 1, 11clopl.tr 1111 ,iste111a concrclo de coorclenadas. La scgunda, im-
cntorno ffsico ni por el modo de vida <k los cazadon·s y 1c•e ••le ( lu l'"'l.ttttc aqu1 para nosotros, e~'> qué sucede con Fulanito -hahlan-
re~. sinoque se tnHa de una convendün cultural. La l',llc'WIIIt u• clt · un a lcngua similar al guugu yimithirr- cuando creee '· en
ncgati,·a de las hormigal> guugu Yimithin a <\\ant<\1 " JlOI de·ll111lt 1 ~,~,ti<ui.H, qur le permitio alcan1ar su perfecto 'i('ntido de la mien
de un pic guugu vimithirr no cs un de<reto de la natur ~ tle•z,,, 1111111 1,1e ion. Supongamos que tuvinamos pntcbas de que la habilidad
la expresion de una clecc·ion cultural. "' ' hllanito se dcsarroll6 tarde, durame su adolcscencia o con
Es nuls, en cl mundo hay extra1ias parc:;jas de knguo~s 'l'"' lit ,, intipocos ai)os, tras haber partîcipado en gran cantidacl de expc-
ha blan en entornm similares y que, a pesar de todo, han ,.,e c •Hic lu dtc umes de caza y tras miks de hor·as de sendcrismo por lugares
dil<.·n·n tes sis ternas de coordenadas. El tt.cltal, co mo lwmos , • ~Ill tluuptos de su pais. El argumt:nto ck que la kngua habria tcnido
utili1a coordenadao; geogt·<ificas casi en ~.·xclusiva , pem d )llk.tll k 11111Lho que \Tt con el cksa11 ollo de su hahilidad ~erfa bastanu.·
otra kngua maya ck una comunidad rural mexicana, utilit.t '"hlt pohrc, porque lo normal '>ena que esa habilidad fuera una H'S·
toclo coordenadas cgocéntricas. En la sabana del norte dt· N.tttll n1esta dirccta al entorno y que el entrenamicnto y la instrucciôn
1
bia, los bosquimano~'> haillom hablan del cspacio igual <Jllt' lo.~ 111 1 lul'Sell cl resultado de sus cxperict~cias con la ca~:a y cl senderisnw.
tai y los guugu yimithirr, mientras que la lcngua de la tribu de · ln11 l'cro Jo cicrto cs que sabemos que el sistema de coordcnadas geo-
kg<1lagadi, del \'ecino Botswana, que' iven en un entomo p:uc•c 1 ~a .tficas o;c aprende a muy tcrnprana edad. Lo~'> ('Studios en nii1o-.
do. 'it' basa ptincipalmt•nte en coordcnadas egocéntt·icas. 't <11.1111111 1t tblantt•s de tteltal demtlt''itl<lll cpt<' empietan .tutilitar el \'OCahu
lo~ antmpologos compararon como tcspondian los haillom ' lll!i 1. 1rin gf'ografico a los dos aÙo~'>. que a los cuallo ya utiliLan correc-
kgalagadi a cxperillH'Iltos de rotacion amilogos a los que ht 'lltn- l.uncntc las coordcnadas geognllicas para desnibir la disposiciôn
vislo amis arriba, la lllayor parte de los hablantes dd haillo111 olle ck ol~jetos )'que dominan cl sistcma a los sielc. En cambio, los ni-
cinon solucioncs gcograf1cas (como la que a nosotros nos par e·e an IIOS guugu yi mit hirr ya han dt•jado de aprendcr d sis tema. pucsto
contrai n tuitiva), m icntras que los kgalagadi tenclieron a of an ,., que la romunidacl esta ahora clominada por d inglés, pero cstu-
solu< iones egocéntricas. dros realitados en niilos balim·st·s muestran resultados similare-. a
Eso hace que d sistema dc coordcnadas de cada lengu.t 11n los delu.cltal: lm niùos en Bali utilitan coordt•nadas geogn\licas
pucda cstar totalmenlc detcrminado por el entorno y sigr11llc .1 .t los trcs ai1os y mcdio y dominan el sistema a los ocho.
que las difcrenlcs rulturas deben haber hccho una elccci(Hr. Ile' A la cdad ck dos, tres o incluso sicte anos, Fulanito no tienc la
hccho, todos los indicios sugiercn que deberfamos considc· l.tt men or id<'a <k cml.lcs son las razoncs por las que su socieclad esco-
que la maxima que ya dcsCJibimos, «lihct rad con re<;trircionco; ... 1'!1 gi() cs te u oll o 'istema de coor denadas hacc ci('l\tos o miles cie
la mcjor manera de comprender la influcncia de la cultura t'li l.t aùos ni tampoe<> si dicha elecd<>n cra la actecuada para el entotno
ekrric>n de los sio;tema~ de coordenadas. Es verdad que la natlltol o no. Él <;implemente tien1.· que aprender cl sistcma de sus mayo-
leza - en este caso, cl en torno ffsico- establece rcstricrioncs c·n res tai como lo recibe. Y como para utilitar con ccl amen re el sistl.'-
los sistemas de coordenadas que pucdcn utilizarsc con scnsatc·l ma geogralico cs necesario tencr conciencia de los puntos cardi-
en una kngua dada, pero dcntro de esas rcstricciones hay 1111.1 mtles de rorma constante e indefectible, Fulanito dcbio desarro-
comidcrable libertad para cscogcr entre diferentcs allt•matÏ\'a'· llar su perle< to senti do de la orien ta ci on a mu v corta edacl, mu1. ho
Otro crror set·io en cl detetminismo medioambiental de Pinkc·1 antes de que fucse una rcspu<·sta directa a las necesidades de su-
cs que resta importancia al hecho de que cl entorno no interacllia perviwncia en ~u cntorno ff~iro o a las exigcnc ia-. de la caza.

210 21 J
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('11 d lfiH' ·" (' l1:tfll.t} SI' (>ÎC' IIS.I 1111 C'S1ll di1 c•c 1oi111C'I11c' clc•1c 111111 1 III 11111C' Iltc · s ignilkati\,1.., , t:tll'" c 1111111 l,1 cie • :u oo.,t :u a lo' 11i1los

p01 cJ ('11101110, '>ÎllO J>OI l,t 111 ~1111'1,1 l'Il IJIIC' :1 111111 Jo c•cl111 olll Il t ill l,t c•:tlll'/:1 dÎligid.t hac Î.t 1111:1 dÎlC'I 111111 gcog!<Î(ÎC<l lOlHTt'l,\).
cho con otras palabras, por nH·cliaric'111 de· la c · ultw ~ t. l'ne IIJ)III 1111 1 " " · c•ll.lllÎc'olllt'<'alllsmo im.lgin.thk que podrfa proporcionar
siempn· s<· pucdc objetar que t'l1 la lll:tl1t'l~l como" 111111 1.. c thil till•' "'" ' ltiCC ic'111 tan intensa en la OJJt'llt<t( 1c'H1 a una cd ad tan tem-
hav lll<l'> cosas que la lcng-ua, de J(mua que no poclc·n1os d,11 1" l'll'll•' ,., la lcngua hahlada, es dt:cir, la lH'<csidad de conon·1 los
descontado que la lengua en coucrcto, m;ls que ningtnl,l .... ,, 411 l'''"'"s r.trdinalcs para comunicarse coll los demas sobre los as-
en la educacion de un hahlautc del tzcltal o del gt~11g11 yiuthhll li•• '"' lll<IS simples de la vida cotidi<tna.
fucsc la razôn principal que indt!jo d pensamiento gcog1'alu n Il I'.III 'Ct·. pues, convincente que en la relaci<ln entre la kngua y
alirmado que la causa principal aquf es simplementc l.t 111'1, 1\lcl~tft ''l" 'l' '-·"nicnto C'~;pacial no sôlo hm con(·lacion. sino también cau-
comt<Ult<' de calcular orientacio1ws para hablar r co111p1 c' lllh 1 1 llul,ul. } IJII<' la Iengua materna inlhi\'C en la manera de pema1 d
los dcm.is pero. al menos en tcorfa, no ha' que de'icanar 1.1 pmll 1 l'·" io. Fn ( OIIncro. una kn~ll.l como cl g-uugu yimithin. qtw
lidad de qu<' loo.; ninos desarrollen el pensamiento gcog1~'il 11 " 1"" 11l11iga a '>Il'- hablantes a utilitar comdenadas gcogralica<; en todo
UlM rat6n totalmente distinta, digamos que debido a 1111a Îll11'1111ll IHt•nu·nto, dcbc o.;cr un factm fundallll' lltal que da lugar a la 01 icn
imtruccion t•xplicira en orientaric'>n desdc edad muy tclllpt.ut 11 1 u it'm cspacial perlecta y a lm cm re.,pondienlcs pa trone<; de mc-
Es m;ls, hay un c::jcrnplo en nucstro sistema cgoe<·11 t1 j," cl "'"11,1 que tan cxtrai1os e inakarwahJe.., nos parecen a uosotros.
coordenadas, la asimetrfa izquicrcla-ckrccha, que nos ensc·11. 1rt litt
precavidos. Para la mayorfa de los adultos occidcntaks, la 11quh t\
da v la ckrccha son como una M'gunda nattu·aleza, pero Jo.,'"'""
tienen g1 andes dilicultadcs para lograr difcrcnciarlas '· t'Il g•'llt' llm ... iglm dc..,pué'> de que cl guugu vimithirr legase al \'ocabu-
rai, linicanwnte Jo logran a una t•dad mm· tardfa. 1JJ mavo 11,1 ,, .. t.u in ulll\l'r'al la palabra rrmgum. su<, ullimos hahlantes clit•ton .tl
los nilios no t•micnden cstm conc cptos, i;Kiuso de fonn:, l'·''" • [llllnclo una nuda lecciôn de 11lo~;oft,t v psicologia. El guugu \ imi-
hast a hien t•nt rada la cd ad t·-.u>hu v no i ncluven a eth ame ·nif• lM IIIÎl r dcmmtm con"" habla vi\'a, !4' ahada en mag-netôlono, que
i;rquicnla' la derce ha a l hablar hast a alrededo'r de los on< t' .1111111 llll:t lt'ngua pucde funcionar a la pcrf(·ccic'm sin concq>tos <)Il<' du-
Esta tardia edad de> adquisicic)n v, t'Il cspecial, cl hecho de qw• luit ' 1ntc mue ho ticmpo pasaron pot ser las pi<·dras angularcs con las
niiios a mcnudo dominan la distinciôn sôlo a través de la lt u·tlll rpw sc construyc cl lcngn<~jc cspacia l y cl pcnsamiento. Esta de-
bru ta de la c·scolaridad (incluida, por supuesto, la neccsidad dt · .tl lllostraci6n ihmlin{> concepto<; de nttl'Stra kngua que nucstro sen-
l~lhctizanw v adCJuit;r cl control dt· la lateraliclad inherente dt· 1. 1 ~ 1t lido couHin hahfa considerado Jw-;ta cn1once., como 1111 <kcrcto
tras) hacc que sea muy poco probable que la distincion c t ll ll' 11 11 u 1n1co.,to por la natnraleza ,. ckjo dan> que nuestro sentido ro-
f)Uicnla v ckrccha se adqui<:ra simplenwnte por las ncceo.;idaclc 11 ""·m no t'la tan de fiar, pue., hahfa surgido en una culttua que
coticlianao; de la comunicaciôn. I!IÎio conocT , utilita talcs conccptos. El guugu yimithin prop01
Pero a pcsat de que la distinci6n entre itCJnierda y derec h a c•n , ion<'>1111 cjcmplo deslumbrantt· -mud10 nuis esplcndoroso que
mwstro sio;tema egocéntrico o;in•t• romo aviso contra la wndt' llt iu c 1 lcnguajc dd color- de c6111o las com·cnciones culturale" ~c
a sacar conclusiones sobre la causalidacl, la marcada difcn'llt 111 clislrat.ë\11 de naturalcza.
en ln: la tardfa adquisici6n de la distinci6n entre izquierda y d c·•c• Mtis m'u1, las investigaciones inspiradas por cl gnugu yilllithirr
cha y la tcmprana adquisici6n ck la oricmaci6n gcogrtilica ponc• han ofn·c ido cl (:jcmplo mas asom hroso hasta la lecha de d>1no la
de mani liesto las razones por las que. en cl segundo caso, la lc·n lc ·ng11a pucdc afcctar al pl·nsamicnto. Han demostrado de qué
gua ('S, de lcjos, la causa mas probabl<'. No disponemos de indicio!l ma nera los h <ibitos del habla, imprcsos dcsdc muy temprana <·dad.
de in-.t luce ion formai en orientaric'>n geogdfica a edad tempran,l 1n wden n ear h ;ihitos mentales <<Hl rono;ecuencias que trasrien-

2T2 2IJ
ckll t 1 h.thl.l, \.1 tplc inllll\c 11 c 11 c•l sc' llticlo cie • 1:1 en Ïc'lll;ll 11111 1 h
duso ('Il los p.tiHliH'.\ ek lo1 lllt'lllUI i:1 . FI ~1111).!.11 yi111itlli1 r 1.. lnjU
justo ,t tiempo. antt·-. de on uknt.llit.ust·. La 11'11).!.11.1 ""i " cH IIIII
rar» de sus hablantes mas ancianos, qui' .John l lavil:u td t'll'f ll "'
grabar en la década de los setenta, ha '>('guido el lili." '''' • 11111h
que lOdas las lengua'i,junto con lm ultinws Jlll('lllhl ()\ de• ·"l'" Il
gencraci6n. Aunquc el guugu yimithirr todavîa se ('S<'W l1:1 c•11 1h
pcvalc, la lcngua ha sufrido una dnistica ' impl ifi< ado11 l'"' 11
flucncia del inglé~. lloy en dia, sus hablantcs m<ls ancia 11 c•s totllt
via suelcn utilinr los puntos cardinales, al menos cuandu J.,,ltl ut
en guugu yimithirr, pero la mayorîa de los menon·s de< 1111 111 111 S<'XO y sin taxis
ati.os ya no <lominan cl sistcma.
~Cuantos otros rasgos de las principales lenguas eu~t~pt'•'' '"
guimos considerando nawrales y universalcs simplement<' po t qll En UJIO de sus poemas mas h(•nnosos pero tmis cnigmaticos,
nadic ha comprendido aün correctamente las lenguas qu<' 111 111 Il Ile 111 rich Hdne clcscribe ('i de<>eo de un pino nc\'aclo por una pal-
nan de distinta forma? Es posible que nunca Jo sepamos. D11 ho tl 1111'1,1 oriental quemada por cl sol:
otra manent, si b ien la posihilidad de scguir somelien d o ll llc'lîll 1
vision del mundo a nueva!-> (' incomodas adaptacioncs paH'< t' cl<" 1 Lin Firhtcnbaum stelll t•tn~am
Jentadora, la lmena 11oticia cs que rada minuto que pasa <'~-o ll ll' ll tcll lm i'JoHkn au l'kahler l lëlh'.
probable que llegucmos a dcscubrir esos rasgos, pues al ig11al <J ill lhn schliikrt; mit wciBc·1 Dccke
el guugu ) imithirr cientos de otras «lenJ.,'11tlS tropicales» cstan c1 l 'mhülkn ihn l- ;, unci <::ch nec.
diendo terrcno, dbpcrsadas por el inexorable avance de la< i\ tll ltl
cion. Las prccliccion(''> diccn que dentro de dos o tres gcnctou 111 El triiumt \'Oll l'incr Pahm·,
nes al menos la mitad de Jas aproximadamenlc seis mil k ng 11 .- Die, l'etn im Moq~cnland,
Einsam nncl schweigcnd traucrt
que hoy existcn en el mundo habdn desaparecido, sobre to do 1.111
Auf hn·nnencll't Febcnwand.
de tribus rcmotas mm· diMintas dt· lo qu<· a nosotros nos (>.I l c·• t
natural. Con cl paso del 1iempo, la idea de que wdas las le n g u.•-
funcionan b<isicamcnte como cl ingl{-<; o el espatiol esta a puntoc l• El pocma, induido ('Il ellnll'rmezz.o liri.ro <Jill' Heine puhlic6
conwnirsc en realidad. ~lu\ pronto se podni argumentar, si11 1.11 t•n 1822, inspire'> t raducuones a mucha-. lcnguas curopeas. t na
tara la vcrdad, gue cl «estandar europeo medio» cs cl un ico mot le de las primeras CJtiC aparccieron en inglés -~odavla muy popu-
lo natural de la lcngua huma na, p01 que ra no hahra lenguas <JIIC lu en nucstros dias- <'" la del poeta cscon·s .Jarne' fhomson
se dilcrencicn sustancialmcnte de él. Pero sera una (alsa vcrd <ul. (\ H~~4-l HH2), uno de los grandc~-o melancôlico-. del perioclo vicro-
Sin embargo, para que no sucumbamos a la impresiôn de q1 w riano:
la<> it'ngua<, tribales rcmotas son la-. ünie<t~-o que h,tccn cosas 1 <11 .1!1
que provocan difert'ncias en cl pensamiento, analizaremos ah01 ,1 A pim•-1ree standcth loncly
In the North on an upl.1nd ban·;
dos ambitos que lllUe<>tran variaciones importantes incluSO e 11111
lt standcth whJtcly sh10udcd
las principales lenguas eumpeas, lo cual nol> pen11itira ver la in
With snow, and slecpcth therc.
fluencia de la lengua sobre el pcn.samicnto mucho rml.s ccrca dt•
nosotros.

2J4. 215
Il dlt';IIIH 111 ol,1 l',ll111 l111 111.1'1.IIIIIIIO"'o' pulîo-. cltd•c .ulo-. .a l.a h-).111.1 c· 111,\lc .u11.thk Su111 ,
Whirh f,u 111 1lw l • o~,l ,dn111 , pt'l"ontlu oiCI.a <omo lamuj('l amada, g('IH'I O que sc H'lllonta h.t'>l.t
ln molli nf ul ~i l<·nu· \la udt ·1 h ··1 Sal111o 1:n, uno de los favoritos de 1leine: ·~Junto a los 1fo:-. dc·
On its ridge of bltl ning 'IOIH'. 1\,, hilollia, allf nos asentamos y todavfa llorabamos al acordamm
cft S1on ... Si mc o lvidasc de ti, jOh,Jcrusalén! , que mi mano ciCH'
Thomson fue admirado sobre todo por su~ traduc (lOI li'~: 11 • h.1 '>t' ma• chi te y que la lengua se me pegue al paladar>•. Pare< c·
version, de rimas resonantes y trabada alitcracion, capta d ,1i,1,, p1 ohahle que Heine aludicse aquf a dicha tradicion y que su pal
miento y la inmovilidad sin espcranzas del pino de~olado} 1.1 J"'l IIH'I <\ solitaria, crguida sobre la cima de una roca ardiente, fues('
mera. Su adaptacion se las arregla incluso para conservar d 11111111 1111.1 referencia en clave a lajcrusalén perdida, colgada en Jo allo
de Heine mientras que, en apariencia, mantienc con gran fulda clt· las colinas de Judea. Y también Jo cs que, de manera todav1<1
dad el significado del poema. Y, sin embargo, a pesar de su IIIHe "'·" precisa, los versos de Heine rindiesen homenaje a la mas hl-
nio, la traduccion de Thomson fracasa por completo a la h01.1 cie lllnsa de las odasjamas escritas aJerusalén, surgida de la pluma de
mostrar allector inglés un aspecto imprescindible del pocm.1 1111 Ychuda Halevi, el gran poeta del siglo X II , la época dorada de la
ginai, quiza la auténtica clave para interpretarlo. Y si fracas,, 1.111 flldeidad en Sefarad, la actual Espana. Heine Jo veneraba y es pro-
estrcpitosamente es porque pasa por alto un rasgo gramatkal cie h,tble que el objeto del deseo del pino -la palmera que, solitaria
la lengua alemana en el que se basa la alegorfa, sin el cual la 1111 \ lejana, se ergufa en Oriente- sea el eco del primer verso de la
tafora de Heine queda castrada. Si el lcctor no sabe atm a qu(· mt nda de Halevi: «Mi corazon esta en Oriente y yo en los confines de
cs toy refiriendo, la traduccion al cspai1ol que aquf le ofrezco 1" ~c <kcidente•• .
drfa ayudarlo: Nunca podra resolverse el misterio de si cl poema trata o no de
1.1 desesperacion de Heine ante la imposibilidad de conciliar sus
Hubo una vc; un pino solitario 1afces en el norte germanico con la patria lejana de su almajudfa,
en cl None, ycrmo y atc.-ido; pero no hay duda de que el poema no puede entenderse del todo
cstaba cnvuclto en un blanco sudario
\1 no sc especifica el género de los dos protagonistas. El problema
de nieYe, en él dormîa compungido.
para los traductores ingleses es que esta base scxual no se puedc
1rasladar a su lengua sin que adquiera un matiz prctencioso y arti-
Apareci6 en su suetio una palmera
que, solitaria y lcjos, en Oriente, ficialm ente poético, ya que en inglés sonarfa falso si se aludiese a
en silencio se erguîa, lastimera, los arboles como «él>• o «ella». A los angloparlantes les resulta muy
sobre la cima de una roca ardiente. diflcil en tender que en aleman o en espanol nada tiene de poético
dcsignar objetos inanimados como «él>> o «ella>> o incluso que al-
En el original de Heine, dn· Firhlmbaum (el pino) es masnali guien pueda referirse en femenino a una palmera en la conversa-
no, mientras que die Palme (la palmera) es femenino , y esta oposi <ion mas trivial, por ejemplo, cuando le cucnta a su vecino que «la
cion de géneros gramaticales aporta a la imagen metaforica una rompro a mitad de precio en un invernadero }'la planto demasia-
dimension sexual que Thomson eludio en la traduccion ingksa. do cerca del pino, por loque las rafces de éste le impiden crecer ),
donde a ambos arboles simplememe sc los trata como meros '' ademas, la palmera no le da mas que problemas desde que tuvo
indiferenciados. Por eso, muchos crfticos pensaron que, bajo lo'l hongos y se le pudrieron las palmas••. Y toda esta chachara se cx-
pliegues de su blanco sudario, el pino ocultaba algo mas que un presarfa sin la menor vena poética y sin prestar la menor atencion
simple lamento romantico de amor no correspondido y que la a la diferencia genérica de ambos arboles, porque es asf como sc
palmera podrfa ser objeto de un tipo de desco totalmente distin- habla en espanol, en francés, en alcman, en ruso o en muchas
to. Es posible que Heine aludi ese aquf a la larga tradicion de pc)('- ou-as lenguas con sistemas de géneros gramaticales.

2 16
( ltH idt· t·~tc .l'>(H't to dt · Il lit''''·' lt • tt~ll . t 1 11 ' ' " pt tiC c·'"" d1 di.,ttllgllt'll lta'it.l clwt ).\l' ttc 1 m} -.t' clt< t' CJlH' (,, k11g11a australiana
nuestro pensamicnto? ( P<><h ta M't C(IH' t•l gt'llt 1o til,,.,, 11lttto de· 1111 "K·'"'gttyc·nu• tt i akann1 lm quince géncros dif'erentes, que inclu-
pino 0 el femenino de una palnH.'I,\ af(•( 1,\.,t'll cl J,1 llloliH'I tl l'Il lit \1' 11 , l'tilH' ottos, masculino humano, fe menino humano, anima-
que los hablantes piensan sobre estos <c\rboles, incluso ma., all.i tl• 1 ,,., c.u1inos, animales no caninos, vegetales, bebidas y otros gêne-
artificio de la poesfa? Por muy sorprendeme que parctC <I, pt utttu ••" pat ,, las lanzas, que dependen del tamaiio y del material de
veremos que la respuesta es sf y que hoy en dfa hay sôlidos indu 1111 cJill' estén hechas.
de que los sistemas de género gramatical pueden ejercer un poclr En pocas palabras, cuando un lingüista habla de «estudios de
roso control sobre las asociaciones mentales de los hablantn . .:• nero», podrfa referirse tanto a la diferencia entre animales y
. • gt·tales como a la diferencia entre varones y mujeres. Sin em-
lt.llgo, dado que hasta la fecha las investigaciones sobre la in-
lluencia del género gramatical sobre la mente se han llevado a
Para empezar, vale la pena que clarifiquemos c6mo utilit.tn 1 .tho exclusivamente en lenguas europeas como el espaiiol, el

los lingüistas el binomio género gramatical. El sentido original d<· •Je lt.tncés y el alcman , en las que la distincion e ntre sustantivos mas-
nero>> no tiene nada que ver con el sexo. La palabra procede· clcol 1 ttlinos y femeninos domina el sistema del género gramatical, en

latfn genus y significa ••ti po>>, «clase>> o «raza>>. Co mo sue le sun·dcor l.t'i paginas siguientes nos centraremos en el masculino y el feme-
con los problemas mas serios de la vida, la actual diversidad de· 11 tlltto, mientras que otros géneros mas exoticos solo apareceran
palabra «género» hunde sus rafces e n la antigua Grecia. Los filcJo dt· pasada.
sofos griegos empezaron a utilizar el sustantivo génos (que signiU
caba <<raza>> o «ti po>>) para referirse a una division de conceptoll
en tres «tipos» concretos: los machos (humanos y animales). l•.a
hem bras y las cosas inanimadas. Posteriorme nte, este sentido pa!IC~ Es posible que todo lo dicho mas arriba haya dado la impre-
del griegu, a través del latin, a otras lenguas europeas. "on de que el género gramatical es algo con mucho sentidu. Al
Sin embargo, en décadas recientes los lingüistas han retoma 1111 y al cabo, la idea de agrupar obje tos con propiedades vitales
do el uso del concepto género grarnatical en un sentido mucho m1ta "milares parece, en sf misma, eminentemente razonable, por Jo
general que la division en masculino, femenino y neutro y qul', que Jo natural serfa asumir que, sean cuales sean los criterios que
en realidad, esta mas cercano del sign ificado original de «tipo .. u 1111a le ngua haya escogido para crear distinciones de género, se
«clase>>. Asf, en la lingüfstica moderna el término género se utili1i& .tt e ndra a sus propias reglas. Por Jo tanto, cabrfa espcrar que el
para toda division de sustantivos seglin algunas propiedades fun gr nero femenino incluyese a todos y cada uno de los seres feme-
damentales, que pueden basarse en el sexo, pero no tiene peu tlinos, humanos o animale~; Ci]UC el género inanimado incluyese a
qué ser asf necesariamente. Por ejemplo, algunas lenguas post•t•n 10das las cosas inanimadas (y solo a elias) y que el género vege tal
una distincion genérica que se basa solo en la «animacidad>> , C'l tncluyese ... a los vegetales.
decir, la distincion entre seres animados (personas y animales dt• A decir verdad, algunas lenguas funcionan asf. El tamil posee
ambos sexos) y cosas inanimadas. Otras lenguas delimitan 1.1 tres géneros, masculino, femenino y ne utro, y resulta muy facil adi-
frontera de forma diferente y establecen una distincion genéric ,, ' inar a cual de ellos pertenece cualquier sustantivo con solo cono-
e ntre humanos y no humanos (animales y cosas inanimadas). Y ( t•r sus propiedades evidentes. Los sustantivos que denotan a los
también hay lenguas que dividen los sustantivos en géneros mu ,arones y a los dioses (masculinos) son masculinos; los que deno-
cho mas diferenciados. El supyire, una lengua africana de Mali, tan a las mujeres y a las diosas son fe meninos, mientras que todo Jo
posee cinco géneros: humanos, cosas grandes, cosas pequeiias, clemas -objetos, animales (y niiios)- es neutro. Otro caso bastan-
colectivos y lfquidos. Las lenguas bantues, entre elias el swahili, tc sencillo fue el del sumerio, la lengua que hace cinco mil anos

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h.thlah.lll t'li 1,,., 1IIH 1.1-. cid l•11f1 .lin lo, put ltlo' 'l'"' Îll\t'lllolllll l l11 '-.1 ltl\ gc 111 1o-. flic 1,111 ic Ill fil c• 1.111 1OllllldO\ t 01110 lo '>Oll l'li
cscri tura y <licron c l p.-.tokt.t~o dv -.o~hcl.t ,, 1.1 lti,tol i.1 FI -.i'h' llll 111glc-. o c·tt t.u11d , tc•ttd11.1 poco -.c·tltido qu<.· no~ prcguntasemos ~i
sumerio de géneros gramaticalc~ no "l' h.~-..d~.~ t'li c·l \1"\0, 'lllo c•11 ,1 ,l,lt'll'·' de gc'lll'tm g• .unaticalcs puede influir en la percepcion
la distincion entre lo humano y lo no humano > lo-. 11U'>t.liiii\C" I!C •tllc' hl gentc· ticne de los objctos, dado que si el género gramatical
asignaban al género correspondiente segl'm su pcnenc11< i.1. 1.Il cil- c.1da ol~jl'LO reflejase ünicamente sus propiedades reales (va-
(mica indecision se daba con el sustantivo «esclave», que una-. , .•• Hill, llll!jcr, inanimado, vegetal, etc.), no anadirfa a las asociacio-

ces se consideraba humano y otras se Jo clasificaba como no hu111.1 llc'' nada que no fuese objetivo. Pero, tai y como son las cosas, las
no. Otra le ngua que sin duda puede incluirse en e l club de elitt· dr lc ng-uas con un sistema de géneros consecuente y transparente
la logica genérica es el inglés, que SOlO atribuye génerO a los J'ICI• '"" una minorfa. La mayorfa de e lias otorgan los géneros de ma-
nombres (he= él; she =ella; il= e llo) y, en general, tales pronom IH' I .1 caprichosa. Buena parte de las lenguas europeas pertenecen

bres sc ulilizan de forma trcmsparente: she se a tribuye a las mujc·• c1 .1 t".. LC grupo degenerado: el francés, e l italiano, el espaliol, e l por-
(y, en alguna ocasion, a las h e mbras animales), he a los varoncs v a I ligués, el rumano, el aleman, e l holandés, el sueco, el noruego, e l
un os pocos animales machos e il a todo lo de mas. Las excepcionc·N, clanés, e l ruso, e l polaco, el checo y e l griego.
co mo e l she de los barcos, son pocas y nada frecuentes. lncluso en los sistemas de géneros gramaticales mas imprevisi-
También hay algunas lenguas, como el manambu, de Papua bles suele haber un grupo central de sustantivos a los que se les
Nueva Guinea, cuyos géneros puede que no sean muy consecuc·11 ,,,1gna un género de manera consecuente. En particular, los seres
tes, pero permiten desentrai'iar algunas hebras de racionalidad c·n humanos varones son casi siempre de género masculino. Por otra
su sistema. En e l manambu, los géneros masculine y femenino !lt' p.u-te, a las mujeres se les niega con mucha mayor frecuencia el
asignan a objetos inanimados, no solo a varones y a mtueres, pt'lct l" ivilegio de pertenecer a l género femenino y quedan relegadas
al parecer en funcion de reglas razonablemente transparentt·ll. ,d neutro. En a lcman hay toda una serie de palabras neutras rela-
Por ejemplo, las cosas pequei'ias y redondas son femeninas, mic·n ' 1onadas con la mLuer: das Miidchen ( <<muchacha>>, climinutivo de
tras que 1~ grandes y ala1 gadas son masculinas. Una barriga c'l duncella>>), das Friiulein («mt~cr soltcra>>, diminutivo de Frau),
femenino, pero una barriga de mujer embaraLada adopta el génc: dm Weib ( <<mujer>>, emparcntado morfologicamente con <<espo-
ro masculine cuando se vuelve muy voluminosa. Las cosas intt'll ,,t,), o daJ Frauenzimmer (<<mt~jer», aunque literalmente <<camare-
sas son masculinas y las menos intensas, femeninas. La oscuridad 1.1 >>, cuyo significado original hada alusion a las habitaciones pri-
es femenina cuando todavfa no es completa, pero cuando alcan1.a \adas de la sei1ora de la casa, si bien la palabra empezo a utilizarsc
la negrura total se vue ive masculina. Podemos no estar de acuerdo para clcscribir e l entorno de una mujer noble y, mas tarde, a
con la logica, pero al menos la entendemos. 111icmbros de dicho en torno y, de ah i, a mtucres cacia vez menos
Por ultimo, estan las lenguas, como el turco, e l finlandés, d distinguidas). •
estonie, e l hungaro, e l indonesio o el vietnamita, que son absolu· Los grieges tratan a sus nnueres algo mejor: si bien korilsi,
tamente consecuentes con respecte al género gramatical. .. por- palabra que designa a una muchacha, es de género neutre como
que careccn de él. En estas le n guas ni siquiera los pronombn'!l c.tbfa esperar, cuando se refiere a una muchacha boni ta con mu-
adoptan distinciones genéricas, de modo que no hay pronombrc'!l rho busto, aiiade el sufijo aumentativo -aros, y entonces el sustan-
distintos para <<éh> y <<ella>>. Tengo un amigo hùngaro al que, cuan· IIVO resultante, lwritsaros, cs decir, <<muchacha pechugona>>, perte-
do esta cansado y habla inglés, se le escapan errores como, pot ncce al género masculino. (No quicro ni imaginarme lo que
ejemplo, <<ella es el marido de Emma». Eso no significa que lo!l \\'horf o incluso Freud habrfan hecho con un ejcmplo asf.) Y si
hablantes del hungaro no conozcan la diferencia entre hombres y t·..,to parece una aberracion fuera de lo comun, té ngase en cuenta
mujeres, sinoque no especifican el sexo de una persona cada vez que la lengua inglesa funcionaba de manera muy sim ilar hace
que la mencionan. 111il a1ios, cuando todavia conservaba un auténtico sistema de gé-

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IH'I 0\ gt,Ull,lll( .dt•,, 1\1 tllgh•\ .111 11 ~1 111 lill .I~Ï~11,d1,1 1,1 p.ll,tlll ,1 11111 lw.tiltt''l. tlt.l <'Otl\<'ltrtdo dt· que el !'.ÎSI<.'Illa de genet os grama-
man a l géncro fcmcnino ni t.unpo< o .tlt1t·11tl 11 , """:tl •••·"' lllttlll, ll•,llc·' dd .tlt'tll<lll cra cspccialmcntc perverse y de que, entre to-
como e l griego. Dado que en ingk!'. <l ltl1guo <·1 ~t; IH ' I o dt· 1111 1111 d,t'l ),,, lt-nguas, cra inusitada y peculiarmente irracional, pero su
tantivo compuesto como wïfman cstaba dett•tmin.tdo pot 1'1 ~· • lt't'ttn.t ..,<.' basaba en la ignorancia, ya que en todo caso lo extra-
nero del ultimo elemento, en este caso c l masculino nw11, <·1 pw lill '' lo 1li(.'SC, serfa que el inglés no posea un sis tema irracional de
nombre correcte que se debfa utilizar a l referirse a una 11111jc 1 \' tu•ms gramalicales. Llegados a este punto, he de confesar un
era <<él>>. '"" lhcto de intereses que me atane, puesto que mi lengua mater-
Puede que la costumbre que tienen las lenguas europt·,..., clr "·'· <'1 lwbreo, atribuye a los objetos inanimados los géneros feme-
atribuir a los seres humanos el género que no deben - notm,tl 111110 y masculine de una manera tan imprevisible como el ale-
mente lo hacen con un solo sexo- sea el elemento mas of<on,l\ll ltt.tn, cl espanol o el ruso. Asf, cuando entro en un casa, la puerta
del sistema, pero si se considera la cantidad de sustanlivos impll .c .tl)l'e y da paso a una habitaci6n con un alfombra, un mesa y
cados, esta extravagan cia es bastante marginal. Es e n el ambitu clet c ,,,,ntcrfas llenas de libros. Por el venta na veo los arboles y las pa-
los objetos inanimados donde la cuesti6n se complica. En t•spll l·"·'s (el hebreo no tiene en cu enta las posibles protuberancias de
nol, aleman, ruso y en la mayorfa de las demas lenguas europe··'"• "•' anatomfa). Si supiese mas de ornitologfa, con solo mirar cada
los géneros masculine y femenino se aplican a miles de obj<'to• llllol de elias podrfa saber cual es su sexo biol6gico; entonces, la
que de ningt1n modo podrfan calificarse de macho o hemlu ~e ,<·nalarfa con el dedo y les dirfa a los incrédules: «Sabemos que
~Qué liene de femenino , por ejemplo, la barba de un h ombn· ,. ,·lia es macho porque tiene esa mancha roja en la pechera y por-
panol? ~Por qué e l agua en ruso es femenino y por qué se vudvt' que es mas grandota que las demas pajaras>> ... y mi explicaci6n no
masculina cuando se sumerge en e lla una bolsita de té? ~Por qu~ ll'\Ultarfa extraiÏ.a.
en a leman e l femenino sol (die Sonne) alumbra al mascuJino d(M La designaci6n caprichosa de géneros no se limi ta a Europa y
(der Tag), mientras que la masculina luna (der Mond) brilla en la ,, la cuenca del Mediterraneo. Las lcnguas mas distantes, que po-
femenina noche (die Nacht) si, al fi n y al cabo, en espanol é l iluml wen mas caLegurfas genéricas, tienen mas posibi lidadcs de haccr
na a él y ella brilla en ella? La cuberterfa alemana abarca todo c•l l'iccciones imprevisibles. Y practicamente ninguna de e lias se pri-
espectro de funciones genéricas: puede que e l cuchillo (das J\1" \,\ de aprovechar la oportunidad. En la le ngua australiana dyir-
ser) sea neutro, pero a l otro lado del plato esta la cuchara e n !ill l>al, agua es femenino, pero en otra lengua aborigen, el mayali, e l
resplandeciente masculin idad (der Uiffel) y, j un to a él, muy atr~KII .tgua pertenece a l género vegetal. El género vegetal de la vecina
va, e l femen ino cuchillo (die Gabel). Pero, en espanol, es el tencclur lcngua gurr-goni incluye la palabra nnplen, es decir, aeroplane.
quien Liene pelo en el pecho y voz grave, mientras que la cuchar ,t En la lengua africana supyire, el género de las <<cosas grandes»
enamora con las curvas de su si lueta. 1ncluye, como cabrfa esperai;', todos los animales grandes: caba-
Para los hablantes nativos del inglés, la desenfrenada sexua llos, jirafas, hipop6tamos, etc. ~Todos? Bue no, casi. I lay un ani-
ci6n de los objetos inanimados y la ocasional desexuaci6n de la11 mal que no consideraron Jo bastante grande y Jo incluyeron en el
personas es molivo de frustraci6n e ironfa en igual medida alli(' género humano: el elefante. El problema no es c6mo encontrar
otras Ienguas. El imprevisible sistema de géneros gramaticales hw mas ejemplos, sino c6mo dejar de encontrarlos.
la principal acusaci6n en la famosa diatriba de Mark Twain con
tra la lengua alemana The Awful German Language [El espantoso
idioma a leman]: <<En a leman, unajoven carece de sexo mientra~
que a un nabo sf se le otorga. Piensen en la exaltada reverencia que· ~Por qué tantas lenguas desarrollan géneros irregulares? El
e l alcman muestra por el nabo y en la insensible falta de respctu origen de los marcadores d e género sigue siendo totalmente opa-
por la muchacha». co para nosotros, ya que no sabcmos gran cosa sobre los primeros

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h.dhun·o.., dl' lo., ""'tt·tfl,_., ch- gc~ llt'l o., gt.llll.tiÎc .tin .~~' "ii11 1'11111.11 gn, \c' ~c t.d C.ul:t c' !ll,tl~ttll dt • • !.Ill c .ult' ll.l Ille' ll.ttllt.d \ t'Il< •IJ•th.t pc·t
las escasas indicaciom·s de qut• cti.,potH'IIIm 11.1< t'li qtw 1.1 tthic "•' ln t.IIIH' IIIt' l'Il "'' c clltii'X In leu .tl. S111 l'tnhargo, cl rcsultado final
irracionalidad de un os sis tc mas de géncms gt.unallc a k., ',, 111.11 l11 !'•Il ('(l' lOl.tliiH'IItt' ,Il hit loiiiO .
ros parezca peculiar, porque todos los indicios apunt.m a CJII<' c'll Es posihlc que l,t., knguas indoeuropeas también se iniciasen
su origen los géneros eran perfectamente 16gicos. !lay unas r11a11 1 on till sistcma transparente de géneros gramaticales, pero, de
tas lenguas, sobre todo en Âfrica, en las que el marcador de gc:llc' IIUcvo, una cadena de extensiones podrfa haber empanado la 16-
ro femenino parece una version abreviada del sustantivo «nHtjc·r·,, gica original. Para empezar, pongamos por caso que el sol y la
mientras que el del género inanimado se parece al sustantivo luna estuviesen personificados como dioses masculino y femeni-
<<cosa••. Asimismo, el marcador del género vegetal en algunas kn 110. En la mitologfa germanica, por ejemplo, el dios de la luna era
guas australianas es bastante similar al sustantivo ... <<vegetal». Pc11 masculine. Supongamos, pues, que la palabra con la que se desig-
Jo tanto, parece razonable imaginar que los marcadores de gétw naba la luna era masculina, pero posteriormente la palabra para
ro fueran en un principio sustantivos genéricos tales como <<lll\1· clesignar el mes se desarro116 a partir de <<luna», de modo que Jo.
jen•, <<hombre», <<cosa» o <<vegetal>>. De ser asf, seria verosfmil qut' natural fue que si luna era masculino, un mes Jo fuera también. Y
en sus inicios se aplicasen, respectivamente, solo a las mujeres, a si esto es asf, las palabras destinadas a otras unidadcs temporales,
los hombres, a las cosas y a los vegetales. como dia, quedaron asimismo incluidas en el género masculino.
Pero, con el tiempo, los marcadores de género pudieron cx- \unque cada paso de estas secuencias de extensiones puede ser
tenderse a sustantivos distintos de aquellos a los que remite el ori- perfectamente natural en sf mismo, al cabo de dos o tres la 16gica
ginal y, tras una serie de extension es, todo sistema de géneros gra- original se volvi6 opaca, con loque los géneros masculino y feme-
maticales termina por desbaratarse. Por ejemplo, en la Jengua nino pasaron a aplicarse a toda una serie de o~jetos inanimados
gurr-goni el género vegetal lleg6 a incluir el sustantivo <<aeropla- sin raz6n aparente.
no•• tras una secuencia perfectamente natural de pequenos pasos: Lo peor de esta pérdida de transparencia cs que, en sf misma,
el marcador original de género vegetal debi6 de extenderse en es un proceso que se autoalimenta y, cuanto menos coherente se
principio a las plantas en general y, de ahf, a todo tipo de objetos vuelve, mas f;icil resulta complicarlo. Una vez que contiene sufi-
de maclera. Dado que las canoas estan hechas de maclera, habrfa cientes sustantivos a los que se les han atribuido géneros arbitra-
sido natural incluirlas también en el género vegetal y, como las rios, todo nino que intenta aprender su lengua puede dejar de
canoas eran cl principal medio de transporte de los hablantes del andarsc con cien ojos en busca de reglas fiables que se basen en
gurr-goni, cl género vegetal abri6 sus puertas a otros transportes y, las propiedades reales de los objetos y dedicarsc a scguir otro ti po
asf, cuando el préstamo erriplen, adaptaci6n de aeroplano, entr6 a de pistas. Por ejemplo, podrfa empezar a adivinar al azar cual es
formar parte de esta lengua, se le asign6 sin problcmas el género el género de un sustantiv.o seglin suene (si A le suena como B y él
sabe que B es femenino, A deberfa serlo también). Es posible que
* Los marcadores de género son esos elemento~ qut· indican el género de los géneros que en un principio los ninos escqjan al azar se consi-
un sustantivo. A vcccs, pucdcn set sufUos incluidos en cl smtantivo, por ejem- deren err6neos, pero con el tiempo esos errores podrfan fraguar
plo, murharlto y murlwcha. El marcador de géncro pucdc también aparecer en y, poco tiempo después, toda huella de la 16gica original habra
adjetivos que modi!ican d sustacllivo y en artfculos dcte1 minados c indetermi-
nados, romo en la larga norllf o 1111 largo dia. El géncm tambi(·n puede estar desaparecido.
marcado c·n lm n ·rbos: en lenguas esla,·as como el ruso ~ el polaco a algunos Por ùltimo, lo ir6nico es que cuando una lcngua pierde un
vcrbos st• ks ai)ade el sufijo -a cuando el stùeto es femcnino; en espanol, el par- género de los tres que tenia, el resultado puede incrementar la
ùcipio poset• también marcadml'S de género (amar: amado, a mada ) >· en lenguas imprevisibilidad del sistema, en lugarde disminuirla: ellatfn tenfa
semltir<l' romo el maltés, el prdijo 1 muestra que el 'tÙl'to del \'erbo es fe-
menino (llklf ir. «ella escriben) , micntnt\ que cl pref(jo j indica que cl stùcto es un sistema de tres géneros y sus sustantivos, al igual que los del
masculino ( j1kll'b: «él escriben). aleman moderno, estaban divididos en masculino, femenino y

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tll'Uilo. El c~panol, d ft ~ ttt< <-:.,y t·l it.tl i.tllll - lc•tt~II.H> ltij." clt•l 1,1 H"' cllgll ll o'o~ •• 111'\0t.ttott '" lctlltttid,l<l. lloy
pm·d<.· afitnuuse
tfn- pcrdieron c l género tH'ulm <k lo~ \11\l,ttt t j, .,, <pu· lt.tht,lll •ttt< (,, lc-ttta pem ttH.'xot.thk it1~arwn del inglés llcgo a puerto y
heredado cuando éste se fusiono con e l nta..,ntlttw, pc·t o t'Il (,, c c lto ·""'"'as en un a fecha precisa: el miércoles 20 de marzo de
practica el resultado fue que a todos los sustantivos in <llttttt.tdcJ!I '1111~. (,,,., noticias marftimas de aquel dia no pareclan muy distin-
hubo que asignarles al azar e l género masculino o c l knwttillo t.t' de las de cualquier otro miércoles: e l Lloyd's List, periodico
Aun asf, el slndrome del genus erraticum n o sicm pn· c' 1111 1 11ft< ial de la industria del transporte marltimo, publico su pagina
enfermedad incurable en una lengua. Tai y como lo mu<.''''·' 1,, clt.11 ia de noticias de agenda sobre heridos, su cesos y actos de pi-
historia del inglés, cuando una lengua se las arregla para pc·t de 1 t.tterfa en e l mar. Entre otros inciden tes, mencion6 que e l ferry
no solo un género, sino dos, e l resultado puede ser una pUt'''·' ,, /Initie jl'l, que cubre la ruta entre Tallin y Helsinki, had afire in her
punto radical que elimina de un plumazo todo e l sistema imptt'\1 fmrl side engine room at 0814, local lime; que el buque cistema Hamil-
si ble. 1 las ta e l siglo X I, la lengua inglesa posela un auténtico ststc• fllll Hnngy zarpo desde Port Weiler Docks, e n Canada, afler repairs
ma de géneros gramaticales, pero todo cambio durante e l silo(ln uwn> rnade to damage suffered when she was in contact with a Sallie; que
XII. El colapso de los géneros irregulares del inglés antiguo tuvu en otro lugar de Canada una barca pesquera sc habla quedado
poco que ver con la mejora de la cducacion sexua l, ya que la r<lloll lnmovilizada en e l hielo, pero el propietario dUo que there is a pos-
fue mas bien que e l sistema de géneros habla dependido funcl.t llbility she can bl' started up and steamed under her own power. Como
mentalmente del fracasado sistema de Jas terminaciones de casu puede verse por estos despachos de agencia, cualquier lector ha-
En un principio, e l inglés tenia un complcjo sistema de casos si mi hrfa dicho que era un dia como todos los demas.
Jar al del latin , en e l que los sustantivos y los adjetivos adoptahan Pero no, no Jo era: la noticia que agito los océanos aparccio
cliferentes terminaciones seglin fuese su funcion en la oracic"ln impresa en una pagina diferente, escondida como un polizon e n
gramatical. Sustantivos de géneros cliferentcs tenlan diferent<''~ la columna editorial. En e lla, e l ed itor an unciaba que «hemos to-
juegos de terminaciones para que éstas permitiesen distinguir a mado la simple pero significativa decision de cambiar nuestro cs-
qué género pertenecla cada sustantivo. Pero el sistema de las h'l · ti lo gramatical a partir del primer dfa del pr6ximo mes para cm-
minaciones se desintegra con rapiclez en e l siglo que siguio a la peLar a referimos a los barcos en género neutro y dejar de hacerlo
conquista normanda y, una vez desaparecidas las terminaci01ws, en femen ino. Con esta decision pretendemos a lin ear este periocli-
la nueva generacion de hablantcs ya no clisponla de pistas para co con e l estilo de la mayor parte de las publicaciones comercia les
descubrir a qué género pcrtenecfa cacia sustantivo. Aquellos mit'· internacionales mas rcputadas>> . Las reaccioncs de los Iectores
vos hablantes, que crecieron con una lengu a que ya no les propor- fueron tormentosas y el peri6dico se inund6 de cartas al editor.
cionaba informacion suficicnte para decidir si, por ejemplo, una Un furibundo lector griego cscribio lo siguiente: «Sei1or, solo una
zanahoria debia enunciarse en masculino o en remenino, echa- pandilla de malhumoradps 1 desfasados y engrcfdos ingleses podla
ron mano de una idca radical y muy innovadora y empezaron a sonar con cambiar la manera en que durantc miles de anos nos
llamarla il, de manera que durante un perlodo, que solo durü hemos referido a los barcos con el respeto que se le debe a una
unas cuantas generaciones, e l sistema original de géneros grama- dama. Vayanse de este periodico y dedlquense a cuiclar sus jardi-
ticales arbitrarios fue rcemplazado por uno nuevo con reglas nes y a cazar zorros, pendejos arrogantes. Suyo afcctlsimo, Ste-
transparentes, con el cual (casi) todos los objetos inanimados de- phen Komianos». Pero ni siquiera una petici6n tan e locuente
jaron de ser he o she para convertirse en il. como ésta pudo convencer al Lloyd's List de que cambiase s u ruta
En las variantes dialectales del inglés, algunos sustantivos con- v, en abri! de 2002, she cayo al mar desde e l muelle y clesaparecio
servaron su género clurante mucho tiempo, pero en la lengua es- en sus negras profundidades.
tândar una g igantesca ola de neutros inundo el mundo inanima-
clo y solo dejo vivos a lgunos sustantivos aislados que, cual naufra-

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Ct·.Nl•,R()' t·t~NSM•lll NHI 11110 de· lm dÎ,I'> FI tnult.tdo pw.o dt• lll.lltiftt•sto que lodos lo.,
p.IIIH tp.ttllt''> <onsidct;uon que lunes, martes y jucves eran varo-
Las lenguas que tratan los ol~jctos in,1nu11.ulm. <o111o <'' " u tH''> y <Jill' micrcolcs, vicrnes y sabado eran mujeres. ~Por qué fue
«ella>> obligan a hablar sobre esos objetos con la-. mi-.ma-. f01111,1\ ''"'.? Cuanclo les pidieron que explicasen su elecci6n, muchos fue-
gramaticales que se aplican a los varones y a las nHüercs. EMa <m ron incapaccs de dar una respuesta satisfactoria, pero los investi-
tumbre de tratar objetos con género masculino o femcnino h.t gaclorcs concluyeron que no podia ser ajena al hecho de que en
dado lugar a que en los ofdos d e los hablantes se haya incrustado ruso los nombres de lunes, martes y jueves son masculines, mien-
una asociaci6n entre un objeto inanimado y uno de los sexo-.' a tras que miércoles, viernes y sabado son femeninos.
que esa asociaci6n se escape de sus laringes cada vez que men< io En la década de los noventa, el psic6logo Toshi Konishi realiz6
nan el objeto. Y, como bien puede afirmar cualquiera cuya lcngua un experimente en el que comparé las asociaciones genéricas de
materna posea un sistema de géneros gramaticales, una vez adq ui· hablantes de aleman y espanol (los hispanohablantes eran todos
rido el habito y establecida la asociaci6n, masculina o femenina, de origen latinoamericano, en su mayorfa mexicanos). Ambas len-
resulta muy diffcil quitârselo de encima. Cuando yo, que soy dt· guas poseen bastantes sustantivos inanimados cuyos géneros estân
lengua materna hcbrea, hablo en inglés puedo decir de una cama invertidos. El aire en al eman es femenino (die Lufl), pero masculine
que it is soft, sin género alguno, pero loque en mi interior siento dt· en espanol; die Brücke (el puente) es también femenino en aleman ,
verdad es que ella es blanda, cs decir, femenina desde mis pulmo- pero masculino en espanol; y lo mismo sucede con relojes, pi~os,
nes hasta la glotis y solo adquiere el género neutro cuando llega a tenedores, peri6dicos, bolsillos, hombros, sellos de correos, bille tes
la punta de la lengua. de autobus, violines, el sol, el mundo y el arnor. Por otro lado, der
Sin embargo, para una investigaci6n erudita, las emocioncs Apfel es masculino en alcman mientras que man7..ana es femenino
que puedan inspirarme las camas carecen de valor como prueba en espanol y lo mismo ocurre con sillas, escobas, mariposas, llaves,
fiable. El problema no es solo la naturaleza anecd6tica de esta in- montanas, estrellas, mesas, guerras, lluvia y basura. Konishi presen-
formaci6n, sino el hecho de que no he ofrecido la menor prueba t6 una lista de sustantivos de género conflictivu a los hablantes de
de que mi sensaci6n de que una cama es de género femenino so- aleman y espanol y les pidi6 que le diesen su opinion sobre las pro-
brepase los Jfmites de la punta de mi lengua, cs decir, de que sea piedades de esos sustantivos, entre elias si eran débiles o fuertes,
algo mas que un habito gramatical. La asociaci6n automatica e ntre pequenos o grandes, etc. En general, los sustantivos que son mascu-
un sustantivo inanimado y un pronombre genérico no prueba en linos en alcman, pero fcmeninos e n espanol (por ejemplo, sillas y
sf misma que el género gramatical haya ejercido algun efecto pro- llaves), alcanzaron las puntuaciones mas elevadas en cuanto a fue r-
fundo en el pensamiento de los hablantes. En particular, no de- za entre los alemanes, mientras que los puentes y los relojes, que
muestra que los hablantes del hebreo o del espanol, para quienes son masculines en espanol, pero femeninos en alcman, fueron ge-
las camas son objetos inanimados de género femenino , de ver- neralmcntejuzgados fue rtes por los hispanohablantes.
dad las asocien con alguna propiedad caracteristica de las mujeres. La scncilla conclusion que podria sacarse de este ti po de expe-
A lo largo del pasado siglo se realizaron diverses experimen- rimenta es que los puentes tienen mas connotaciones masculinas
tas con el objetivo de probar precisamente esta cuesti6n: ~puede para los hispanohablantcs que para los germanohablantes. Sin
el género gramatical de los objetos inanimados influir en las aso- embargo, se podrfa objetar que quiza no sea el puente en si Jo que
ciaciones de los hablantes? Es probable que el primero de aque- conlleva tales connotacioncs, sino el hecho de escucharlo junto
llos experimentes fuese el del Instituto Psicol6gico de Moscu de la con el articule determinado rl o el indeterminado un. Seglin esta
Rusia prerrevolucionaria. En 1915 se pidi6 a cincuenta personas interpretaci6n, cuando los hispanohablantes y los germanoha-
que imaginasen que cada dfa de la semana era una persona con- blantes contemplan un pu('Jllt', cs posible que sus asociaciones no
creta y luego describieran a la que habfa <<personificado>> cada se vean afectadas y que solo sea en el momento del habla, en el

228
aclo de J>IOllliiH Î,lt 0 1''>1 tlllt.lt 1 1 tllollt,llllll gt'lll~ llt o , t 11.111dct !if' 1.n-. '''P' tlltH' IIIo~ .utt<'ttotiiH'IIIt' dl'M 1itos dan que pensa1.
cree en la mente una !'ugat. asotÎtl( tott <011 l.t 111.1'>< ulinid.ul n 11 l'.11 ,., t'li dt•Jttostnu que cl géncro gramatical de un objeto inani-
feminidad. llt.ulo i111 ide sobre las propiedades que los hablantes le asocian o,
Por lo tanto, ~se puede evitar el problema y veriflca1 si 1." .t'ln ,d IIH'IIOS , que cl género gramatical influye en las respuestas cuan-
ciaciones femeninas o masculinas con sustantivos inanimadm ''"" do '>t' pidc expresamente a los hablantes que den rienda suelta a
ten incluso cuando los marcadores genéticos en la lcngua pc·tll su imaginaci6n y comuniquen las asociaciones con un objeto.
nente no se mencionan de manera explicita? Las psic61ogas l.c·nt l't·m este ultimo punto es en realidad una debilidad. Todos los
Boroditsky y Lauren Schmidt trataron de hacerlo repitienclo 1111 c 'JH'rimcntos descritos hasta ahora adolecen de un problema
experimenta similar con hispano y germanohablantes, pem nl.t .. uhyacente, a saber, que obligaron a los participantes a que diesen
vez comunicandose con ellos en inglés, en lugarde en sus n·spc•c 1tenda suelta a su imaginaci6n. Un escéptico dirfa, y no sin raz6n,
tivas lenguas maternas. Aunque el experimenta se realiz6 en lllllt que lo unico que demostraron esos experimentes fue que los gé-
lengua que trata los objetos inanimados de manera unifùr Ill(' lll'fOS gramaticales ejercen un efecto sobre las asociaciones cuan-
como il, ambos grupos siguieron mostrando claras diferencias c·n clo a los participantes se los impele, de manera poco natural, a
los atributos que escogian para los objetos en cuesti6n. Los gnrn11 1111aginar propiedades de objetos inanimados. En el peor de los
nohablantes tendfan a describir los puentes como hermosos, l'le , .tsos, se podrfa incluso parodiar Jo que se le pasarfa por la cabeza
gantes, fragiles, tranquilos, bonitos y esbeltos; los hispanohahlan ,, un participante. Veamos: <<Qué manera de hacerme preguntas
tes como grandes, peligrosos, largos, fuertes, s61idos, elevados. 11dfculas. Ahora quieren que piense en las propiedades que po-
La psic61oga Maria Sera y sus colegas diseiiaron una manC't 11 drfa tener un puente. ~Sera posible? ~Qué me preguntaran des-
mas radical de evitar el problema comparando las reacciones dr pués? Bueno, lo mejor sera que diga algo, porque si no lo hago no
franc6fonos e hispanohablantes ante imagenes de objetos, en lu voy a poder irme a mi casa, asf que diré X » . En tales circunstancias,
garde con palabras. Como el francés y el espaiiol son dos lengtr:tll lomas probable es que la primera propiedad que a un hispanoha-
estrechamente relacionadas, suelen coincidir en el género, aun hlante le venga a la mente sea mas masculina que femenina. En
que hay bastantes sustantivos en los que difieren: por ejemplo, col otras palabras, si se obliga a los hispanohablantes a que de repen-
tenedor es la fourchette en francés y Jo mismo sucede con el cochr te se conviertan en poetas y se saquen de la manga propiedades de
(la voiture) y el platano (la banane); por otra parte, la cama, que r11 puentes, el sistema de géneros gramaticales ejercera un efecto so-
femenino en espaiiol, es masculine en francés (le lit), co mo la bre la elecci6n de esas propiedades. Pero ~c6mo podemos sabe r si
nu be (le nuage) y la mari posa (le papillon). Se pidi6 a los participan d gé nero masculine tiene influencia sobre las concepciones es-
tes en el experimente que colaborasen en los preparativos de "'"' pontâneas sobre los puentes de los hablantes, sin mediar ejerci-
pelfcula en la que algunos objetos cotidianos toman vida. Su t.arc·a ' ios de repentina poesia? • '
consistia en escoger la voz apropiada para cada uno de los objeto" En los anos sesenta, la lingüista Susan Ervin trat6 de minimi-
de la pelfcula. Se les mostr6 una serie de fotograffas y se les piclio tar el elemento de creatividad en un experimenta que llev6 a
que escogiesen entre una voz masculina y una femenina. A pcsat , abo con italohablantes. Se bas6 en el hecho de que los italianos
de que nunca se mencionaron los nombres de los objetos, cuando poseen gran cantidad de dialectes, de forma que ninguno de ellos
los franc6fonos vieron la fotograffa de un tenedor, la mayorfa c·~ se sorprende cuando se topa con palabras de un dialecto que des-
cogi6 una voz de mujer, mientras que los hispanohablantes tuvic· ro noce y que le son totalmente ajenas. Ervin invent6 una lista de
ron tendencia a elegir una voz masculina. Con la fotograffa de !01 palabras sin sentido de diversos objetos que sonaban como si fue-
cama la situaci6n se invirti6. -.c n términos dialectales. Algunas de esas palabras terminaban en
o (género masculine) y otras en -a (género femenino). Pretend fa
verificar qué tipo de asociaciones evocarfan tales palabras en los

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italohablantcs, pt'IO 110 <pH'I i.1 qw·" die \l ' li c 111'111!1 de• que cs11 l 'X li dl' 1.1 pc'llilllll l'on 1 1•' 111pl11, ol ln' lll'f>•IIH>h,lhi.IIII<.'S les 1esul

ban dando ricncla suelta a -.u ima~111.1< 1011 < 1I'.IIÏ\,1 \-;Î qlll' le-' di1u 1,1h,1 III,Î'\ f.Îc il 111111d,u tl 1111111111<' ol\()(i,tdO (()Il mantana Si cra
que iban a ver una lista de palabras de un dl.tlt•rto 11.tli.u1o qlll' 1111 1',111 H 1.1 t'li lug.11 dt l'.111 ic ~) d ,1\ociado con un puente era Clau-
conocfan y que el experimento pretend fa vcrifinu si pocll<lll .~e l h 1 clio t'Il lu~.u ch ( l.ul<lt.t.
nar correctamente las propiedades de las palabras basanclo'ic 11111 Dado que.· .t lm, hispanohablantes les resultaba objetivamente
camente en su sonido. Los participantes tendieron a atribui1 pw 111as difïcil cquiparar un puente con una mujer que con un hom-
piedades masculinas a las palabras terminadas en -o (fuerte, g1.111 luc.·, podernos concluir que cuando los objetos inanimados tienen
de, feo), mientras que la tendencia en las que terminaban en tt '1(' gcnero masculino o femenino, las asociaciones de masculinidad o
decant6 por las propiedades femeninas (débil, pequena, bonitot). kminidad con estos objetos estân presentes en el pensamiento de
El experimente de Ervin mostr6 que las asociaciones se \~<.·mn los hispanohablantes, aunque no se les pida abiertamente ni se los
afectadas por el género gramatical incluso cuando los participan 111vite a opinar de cuestiones como si los puentes son s6lidos en
tes no sabfan que estaban ejerciendo su imaginaci6n creativa y lugarde débiles, incluso cuando hablan inglés.
asumfan que la pregunta que les estaban haciendo debfa ten<'t Por supuesto, se podrfa objetar que un esfuerzo de memoria
una soluci6n correcta. Pero a pesar de que este experimento su <omo éste era bastante artificial y algo alejado de las preocupacio-
puso un cierto avance en el intento de resolver el problema de la11 nes de la vida cotidiana, en la que no es frecuente que a uno le
opiniones subjetivas, sigui6 sin resolverlo del todo, puesto qtu• pidan que rnemorice si manzanas o puentes se llaman Patrick o
aunque los participantes no eran conscientes de que los estaban Claudia, pero los experimentos psicol6gicos a menudo deben ba-
obligando a crear asociaciones sobre la marcha, en la practica t•s 'iarse en tareas estrechamente circunscritas para generar diferen-
exactamente Jo que se les pedfa. cias estadfsticamente significativas. La importancia de los resulta-
De hecho, resulta diffcil imaginar c6mo se podrfa disenar u n clos no estâ en lo que dijeron sobre la tarea en sf rnisma, sino en
experimente que evitase por completo la influcncia de las opinio- lo que mostraban sobre el efecto del género, a saber, que las aso-
nes subjetivas, ya que no es posible estar al mismo tiempo en misa ciaciones de masculinidad o feminidad con objetos inanimados
y repicando: ~c6mo podrfa un experimento medir si los géneros son tan intensas en el pensamiento de los hispanohablantes y de
gramaticales ejercen influencia sobre las asociaciones de los ha- los germanohablantes que afectan a su capacidad para depositar
blantes sin pedirles de antemano tales asociaciones? Hace unos la inforrnaci6n en la memoria.
anos, Lera Boroditsky y Lauren Schmidt encontraron la manera
de hacerlo. Pidieron a un grupo de hispanohablantes y a otro de
germanohablantes que participasen en un juego de memoria
(realizado en inglés para evitar toda menci6n explicita a los géne- Por supuesto, siemprc.es posible perfeccionar y mejorar los
ros). Los participantes recibieron una lista con los nombres de experimentas psicol6gicos y los que hemos explicado mas arriba
unos veinticinco objetos inanimados y para cacia uno debfan me- no son una excepci6n. No obstante, el resultado muestra, sin lu-
morizar el nombre de una persona. Por ejemplo, <<manzana» te- gar a dudas, que las idiosincrasias de un sistema de géneros gra-
nfa asociado el nombre de Patrick y <<puente» el de Claudia. A rnaticales ejercen una influcncia significativa en el pensarniento de
todos sc les dio el mismo margen de tiempo para que memoriza- los hablantes. Cuando una lengua trata los objetos inanirnados
sen los nombres asociados con los objetos y luego se procedi6 a de la misma forma que trata a los hombres y a las mtueres, con las
comprobar los resultados. El analisis estadfstico mostr6 que recor- mismas formas gramaticales y con los mismos pronombres <<él» y
daban mejor los nombres asignados cuando el género del objeto <<ella>>, los mecanismos gramaticales pueden llegar hasta los meca-
coincidfa con el sexo de la persona y tenfan mas dificultades para nismes de la mente que estan detras de la gramatica. Los nexos
recordar los nombres cuando el género del objeto divergfa del gramaticales entre objcto y género se imponen a los ninos a muy

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te mprana ed.td y M' ldltt'l/,111 111ilc·s de • ,,., , "',, lo l.u gu d e· 1:1 d d 1 Ni 1(11 1 d c•c 11 1Îc· nc· q •u lm gc' IH'lll' 'oll ll t·l ll'l!,fllo que h1 kngu.l
Este consta nte e ntrenamic n to al'c ·c 1.1,, 1." ,,soc '·" 11111<'' que· ln' h 1 11ft c•c l ' ,, lo" poct.l'o. El J>ll lll de 1ki ne dcsca a la palmera; el poc-
blan tes desarro lla n con los objctos ina nim,Hiw. y lHH·dc·ll 111 dc 'llll 111.11 Ill dl' Bm i-; Pasternak Mtiii'/1/Uli!G la vida solo fu nciona porque
las ideas de esos obje tos seglin sus caracte rfsticas ma'< ulln ,,, o tc , ul.1 , e n 1uso es femenino; por muy inspiradas q ue sean, las tra-
meninas. Este resultado sugiere que las asociaciones rd .H 1011.ul.1!1 cluc < iom·s al inglés de L'homme et la mer, de Baudelaire, no p ueden
con el sexo no solo se crean cua ndo se solicita n d e fo1ma .u '" ·' • plolsnlar la tcmpcstuosa relacio n de atraccio n y re pulsio n que Bau-
sino incluso c ua ndo no se pide n explfcitame nte. cll-LtiiT evoca e ntre él (el hombre) y ella (la mar); tampoco el in-
Asf, el géne ro nos da el segundo ejemplo de como la lc-11 ~ 111* gk'i hacej usticia a La oda al mar, de Pablo Neruda, en la que el mar
mate rna influye en el pe nsamie nto. Como a ntes, las clik1 t' Ill i.IM (palabra de género ambiguo en espal'iol, que en este caso es mas-
1 ulino) golpea en una piedra ••si n lograr convencerltL» y entonces
relevantes e n tre las le nguas con y sin un siste ma de géne ro 1111 1,1
dican e n Jo que permiten comunicar, si no e n lo que habitualnH'IliC' d . con siete lenguas verdes 1 de siete pe rros verdes, 1 de siete ti-
obligana d ecir. No dispone mos de ninguna prue ba que sugicra que> g•es verdes, 1 de siete mares verd es, 1 la recorre, la besa, 1 la hu-
el géne ro g ra ma tical afecta a la capacidad d e razo na r d e 1'01111o1 lllcdcce 1 y se golpea el pecho 1 repitie ndo su no mbre>>, mie ntras
logica. Nadie e n su sano j uicio afirma rfa que los hablantcs dt· lc·n que en inglés, «il caresses it, kisses il, dre nc hes il, po u nds ils
guas con géne ro no puede n compre nde r la diferencia e ntre ,c·xo t hcst» ... jNO es Jo mismo!

y sintaxis o que est:in convencidos d e que los o bjetos inanimado• Ni q ue decir tiene que los géne ros tambié n alegran la vida
tie nen sexo bio logico. Pocas veces las muje res ale manas conhm rotidiana de los mortales. Pued e que sean una pesad illa para los
den a sus maridos con un sombre ro (incluso si éstos son masn1ll t•stud iantes extranjeros, pero no parece que a los nativos les creen
nos). Los ho mbres espa rio les tampoco confunde n una cama c·on demasiados problemas y, e n cambio, hace n q ue el mundo sea u n
la muje r que podrfa estar tumbad a e ncima y el animismo no pai r- lugar mas alegre. Qué tedioso serfa para mf si no p udi ese pasar de
ce mas exte ndido e n Italia o e n Rusia que e n tie rras a nglosaj o lla'l, masculinos pavimen tos a fe me ninas carre te ras; si las abejas no
Bie n al contra rio, no hay razon para sospechar que los ha bla ni<'J lueran «elias» y, e n el caminito amigo, el trébol y losjuncos en flo r
de hungaro, tu rco o indo nesio, que no hacen d istin cio n d e gém• no fuesen «cllos»; si siete dfas masculinos no ruese n u na semana
ro ni siq uie ra e n los p rono m b res, te ngan la menor difi cultad pant lemenina y treinta noches feme ninas no su mascn un mes mascu-
comp ren der los sutiles d e talles sobre la cigüeria que viene d e Pit lino ni yo p udiese saludar como es debido al seiior Pe pino y a la
rfs a causa de esta carencia d e su le ngua. senora Coliflo r. No, por nad a del mundo o lvida rla mis géneros
Es mas, a unque el géne ro g rama tical no influya sobre la capari gramaticales. En lugar de eso, y parafraseando a lady Bracknell
dad de pe nsar logicame nte, eso no sig nifica que sus consec uell -el personaje de Oscar Wilde-, p refiero decirle a la le ngua in-
cias sean menos graves pa ra quie nes viven e nclaustrad os e n 1111 glesa que perd e r u n géne..ro podrfa ser una terri ble desgracia para
sistema de géne ro, que pued e llegar a parecerse mucho a ulla mf, pero perder los dos serfa u na falta de amor.
prision d e asociaciones: las cade nas de asociaciones que impo1w
el género de la le ngua ma te rna pa recen muy d ificiles de rompn.
Pero si los na tivos d e ha bla inglesa sintiesen pe na de nosotros,
que llevamos a cuestas una pesad a cruz d e inconsistencia lingüis-
tica, les diré q ue no se preocupen po r mf. No me cambiarfa p01
ellos. Es posible que mi me n te esté sobrecargada de asociaciom·s
arbitra rias e ilogicas, pero mi mundo es mas rico que el suyo cil
algo que ellos se ha n perdido po r comple to, porque el paisaj e dt·
mi le ngua es mucho mas fé rtil que el ârido desie rto de sus i l.

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9
Azules rusos

Q uienes visiten Japon y posean una vista muy aguda podrfan


percibir algo bastante inusual en el color de a lgunas luces de se-
maforo. No tiene que ver con los reglamentos habituales -que
son los mismos en todas partes-, puesto que a llf la lut roja signi-
fica <<parar••, la verde ••pasar•• y la nara~ja esta entre ambas. Pero
quienes observen con detenimicnto veran que las luccs verdes tie-
nen un tono distinto del de otros pafses, un tinte attllado incon-
fundible. No sc debe a a lguna supersticion oriental sobre e l podcr
protector de la turquesa, ni mucho menos a un escape accidentai
de tinta azul en un a fabrica japonesa de plasticos, si no a un a extra-
na vicisitud polftico-lingüfstica.
Antiguamente losjaponeses tenfan una palabra, ao, que servfa
tanto para el verde como para e l azul. Sin embargo, en la lcngua
moderna, ao ha quedado restringida sobre todo a los tonos azula-
dos y el verde suele expresarse median te la palabra midori (a pesar
de que, incluso h oy, ao puedc referirsc a l verde de las cosas frcscas
o que no estan maduras: las man7anas verdes, por ~jemplo , se
llaman ao ringo). Cuando en la década de 1930 sc importaron de
Estados Unidos los primeros semaforos y las a utoridades los insta-
laron en Japon , el verde era tan verde como en todas partes. Sin
embargo, en lengua coloquial, a la luz verde del semaforo se la
llamo ao shingoo, quiza debido a que los tres colores primarios de
las pale tas de los artistas japoneses son tradicionalmen te aka ( rqjo) ,
kiiro (amari llo) y ao.
En un principio, debido a las asociaciones que la palabra ao
atm conservaba con los tonos verdes, a naclie parecio extraiiarle

237
<)Ul' ,\1<1111/ dd "t'lli,ÎitiiO,IH Ill 1 OIII' IIÎI ' tllpnl,ts dis. tt •
dt•.,lgll<t.,(' l'o• " " pl.u 1 tt , dt l.1 'id.t ,ululta pucdcn rompanu M' con la
pan ci as entre el co lor verde) cl :-.ignd tt .ulo pt Îtll i p.d dt • l.t p.d.d "•' t'Xl i1 :11 intt dt lm .uloks«:ntes cuando filosofan hasta altas horas
ao empezaron aser cada vez 1m\s llamativas. P<IIM's IIH' IIO., podl'l,, de 1.1 m.ult ug.ul.1. Una de las convicciones mas profundas que sur-
sos habrfan optado por la soluci6n mas scncilla, cambia1 <·1 n 0111 gen de cs,ts scsiones de metaffsica acneiforme es la terrible seguri-
bre oficial de la luz a midori, pero no Japon. En lug-.tr de ca11du.11 <lacl de que nunca podemos saber c6mo ven los demas realmente
el nombre para que se ajustara a la realidad, en 1973 cl gohlt'lllo los colores. Si, podrfamos estar de acuerdo en que una manzana
japonés decreta que la realidad debfa alterarse para que sc <IJml.l es «verde >> y la otra «roja>>, pero cuando yo digo <<rojo>> las perso-
ra al nombre y, desde aquel momento, e l color de la lu z que intll nas que conozco quiza estén viendo mi verde, y viceversa. Nunca
ca <<pasar>> se modific6 para que se ajustara mejor al signilic.l< lo podremos saberlo, incluso si comparamos nuestras observaciones
dominante de ao. Pero fue imposible cambiar el colora un n•tCI.I hasta el dfa deljuicio final, porque si mi percepci6n fue el negati-
dero atul, porque Japon forma parte de una convenci6n inte111.1 ve del rojo-verde de mi interlocutor, seguirfamos coincidiendo en
cional que garantiza que las seiiales de las carreteras sean unilo1 todas las descripciones del color cuando nos comunicasemos ver-
mes en todo e l planeta. Por ell o, la soluci6n que se adopt6 luc· balmente. Podriamos estar de acuerdo a la hora de distinguir los
hacer que la luz ao fuera Jo mas azulada posible, aunque scglll.l tomates maduros rojos de los verdes inmaduros, e incluso podrfa-
siendo oficialmente verde. mos estar de acuerdo en que el rojo es un color calido y el verde
El hecho de haber azuleado hacia el turquesa la luz del scm;lfo· mas frfo y, sin embargo, si en mi mundo las llamas parecen verdes
ro en .Japon es un ~jcmplo extremo mas de c6mo las extravagancias -aunque yo las llame «rojas>>- , yo asociarfa el verde con la calidez.
de una Iengua pueden cambiar la realidad y, de ese modo, alterai L6gicamente, Jo que pretendemos dilucidar aquf tiene que
Jo que se percibe al ver el mundo. Pero, claro, no es éste el ti po dt· ver con la ciencia rigurosa, no con elucubraciones juveniles. El
influencia de la lengua del que nos hemos ocupado en los capftulos unico problema es que en Jo relalivo a la comprensi6n de la per-
antcriores. Nuestro interés reside en si los hablantes de Ienguas dis- cepci6n real del color, la ciencia actual no parece habe r avanzado
tirllas podrfan percibir la misma realidad de difcrentes formas dchi- mas alla de la metalfsica adolescente. Hoy se saue mucho acerca
do a sus lenguas maternas. ~Son los conceptos del color de nuestra de la retina y de sus tres Lipos de conos, cada uno de los cuales
lengua un prisma a tra\'és del cual coloreamos el mundo? posee un maximo de sensibilidad en una Fona del espectro. Sin
Volviendo al asunto del color, este capftulo final intenta paga1 embargo, tai y como se explica en el apéndice, la sensaci6n del
una vieja deuda dandole la vuelta a la pregunta que se plante6 cil color en sf no Liene lugar en la retina, si no en el cerebro, y loque
el siglo x rx sobre la relaci6n entre lengua y percepci6n. Record(•- éste hace no es simplemente aiiadir las sciiales de los tres tipos de
mos que Gladstone, Geiger y Magnus crefan que las diferencias Cil conos. De hecho, e ntre los conos y nuestra percepci6n real del
el vocabulario cran el resullado de diferencias previas en la percep- color se interpone una voragin~ de calculo sutil y extraordinaria-
ci6n del color. Pero ~podrfa ocurrir que la causa y el efecto S(' mente sofisticado: normalizaci6n, compensaci6n, estabi li.~aci6n,
hubiesen invertido en este caso? ~Es posible que las diferencias regularizaci6n, incluso una vision idealizada (el cerebro puede
lingüfsticas sean la causa de las diferencias en la percepci6n? ~Po­ hacernos ver un color inexistente si tiene razones para creer, por
drfan las distinciones en e l color que solemos hacer en nuestra su experiencia pasada del mundo, que ese col or deberia estar ahf).
lengua afectar a nuestra sensibilidad hacia ciertos colores? ~Po­ El cerebro hacc todos estos c6mputos e interpretaciones para
drfa depender nuestra percepci6n de una escena de Chagall en ofrecernos una imagen relativamente estable del mundo, que no
las vidrieras de la catedral de Chartres de si nuestra Jengua posee cambie por completa en diferentes condiciones lumfnicas. Si e l
una palabra para el <<azttl>>? cerebro no normali7ase nucstra vision, podrfamos experimentar
el mundo como una serie de fotos de camaras baratas, en la<; que
los colores cambian cuando la iluminaci6n no es optima.

239
Pcto, mas alla <k st•t <.ott.,< it•ttlt•s clt- qtu• l• IIII• ' IJIII ' I.u iu11 dt • ,lltglop.lll,llllt'S ~ dt • lo., (,ll,llllllll,ll op.III.IIIH'" IIIO'tll.d>.l <jUt' la lt' ll
las sei'iales desde la retina cs algo lllll) c lllliJIIt•j" )' s11til lo., t it·lltt gu.J t'Jt'l t î.1 u11.1 utf hlt'tH. h1 sobre la perccpci6n del col or.
fiCOS apenas saben nada mas SObre COill() .,,. gntl'l.l 1.1 Jlt'l ( t'JH 11111 No oh.,t<~nt<.', cl p10blcma con experimentos de este tipo es
del color en el cerebro de cada uno, por no lllt'llt IOII.ll hts pm1 que dependen de que sc pida a los participantes que emitan jui-
bles variantes entre distintas personas. Por lo tanto, dada csa 111 < ios sul~jetivos en un ejercicio que parece bastante vago y ambi-
capacidad para abordar directamente la percepci6n del col01, guo. Tai y como reconocieron Kay y Kempton, los angloparlantes
c:qué esperanza nos queda de averiguar alguna vez si las difc1 c11 podrfan haber razonado de la siguiente manera: <<Es diffcil deci-
tes lenguas pueden afectar a la percepci6n de los colores de lw. dir cual parece distinta, puesto que las tres tienen un matiz muy
hablantes? parecido. c:Podrfa utilizar algtin tipo de clave? iYa lo tengo! Las
En las pasadas décadas, algunos investigadores intentaron su lichas A yB se llaman "verde", mientras que laC se llama "azul''.
perar este obstâculo inventândose formas refinadas de hacer qut· Esto resuelve el problema; elijo la C como la ficha distinta». Asf
las personas describiesen con palabras lo que estaban percibicn- que es probable que los angloparlantes sencillamente actuaran
do. En 1984, Paul Kay (sf, uno de los miembros de la famosa pan·- sobre el principio de que, en caso de eluda, decido basandome en
ja) y Willett Kempton intentaron comprobar si una Iengua como el nombre. Y si es loque hicieron , entonces lo ünico que mostr6 el
el inglés, que distingue entre el awl y el verde, podrfa distorsionat experimento es que los angloparlantes conffan en su lengua como
la percepci6n de sus hablantes en los tonos fronteritos entre t•l estrategia de apoyo cuando necesitan resolver un ejercicio vago
verde y el atul. Diseiiaron un experimenta que utilizaba una serit· para cl que no parecen tener una respuesta clara. Los tarahuma-
de fichas coloreadas con diferentes tonos de verde y de azul, la roparlantes no pueden utilitar clicha estrategia, puesto que ellos
mayorfa muy cercanos a la frontera entre ambos, de forma que los no tienen dos palabras diferentes para el verde y el azul, lo cual en
verdes eran verdes azulados y los azules eran azules verdosos. Eso modo alguno demuestra que los angloparlantes realmente perd-
querfa decir que, en cuanto a la distancia objetiva, dos fichas ver- ban los colores de forma distinta.
des podrfan estar separadas entre sf tanto como una de elias de la En un intento por solucionar este problema, Kay y Kemptun
ficha azul. A los participantes en el experimento se les pidi6 que repitieron el mismo experimenta con otro grupo de angloparlan-
realizasen una serie de ejercicios de «eliminaci6n». Les mostra- tes. En este caso, a los participantes se les advirti6 explfcitamente
ban tres fichas al mismo tiempo y les pedfan que eligiesen la ficha que no debfan tener en cuenta el nombre de los colores cuando
que les pareciera mas alejada de las otras dos en cuanto al color. decidicran qué ficha debfan eliminar, pero, incluso tras esta ad-
Cuando hicieron la prueba con un grupo de estadounidenses, sus vertencia, las respuestas siguieron exagerando la distancia entre
respuestas tendieron a exagerar las diferencias entre las fichas si- Jas dos (1chas situadas en la tona fronteriza entre el verde y el azul.
tuadas en la frontera entre el verde y el azul y a subestimar la dis- En realidad , cuando se les pidi6 que explicaran su elecci6n, los
tancia entre las fichas del mismo lado de dicha frontera. Por ejem- participantes insistieron en que esas fichas parecian distintas. Kay y
plo, cuando dos fichas eran verdes y la tercera awl (verdosa), los Kempton llegaron a la conclusion de que si los nombres tenfan
participantes tendieron a elegir la ficha azul como la mas alejada, algun efecto en la elecci6n de los hablantes, esto ocurrfa de un
incluso si, objetivamente, una de las fichas verdes estaba realmen- modo que no podfa controlarse facilmente o inhibirse a capricho,
te mas alejada de las otras dos. El mismo experimenta se realiz6 lo cual sugiere que la Iengua interfiere en el proceso visual en un
en México con hablantes de una lengua india llamada tarahuma- nive! profundo del inconsciente. Como veremos mas adelante, su
ra, que considera el verde y el atul como tonos de un mismo color. presentimiento se convirti6 en algo mucho mas vago décadas des-
Los tarahumaras no exageraron la distancia entre las fichas situa- pués y, puesto que la ünica prueba disponible en 1984 se basaba
das a ambos lados de la frontera entre el verde y el awl. Kay y e n un juicio demasiado sul~jctivo para un ejercicio ambiguo, no
Kempton concluyeron que la diferencia entre las respuestas de los cabe la me nor duda de que cl experimenta no fue convincente.
l>UI<IIllt' ,1110'> p.ll t'< Î{l <01110 '1 1odo ill tl 11111 d1 d1 li IIII ÎII,II de •
fonna nuis objctiva si la lcngua af<.·<. 1.1 ,, 1.1 pt·t <q H ton dd <olot Il<
varia siempre al mismo punto mucrto, porque no ha} matH't,l d<
medir objetivamente cuan cercanos o lejanos parcren lm 1onm
del color para personas dis tintas. Por una parte, cs imposihk Ïtl\t''
tigar directamente la percepcion del colo r e n el cercbro y, pot
2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20
otra, si se quieren clarificar las diferencias mas sutiles en la pcn<"p
cion del color pidiendo a las personas que describan Jo que \t'tt,
necesariamente deben disenarse tareas que impliquen la eleu ton
entre variantes muy cercanas, en cuyo caso los ejercicios result.u1
ambiguos y no tienen una solucio n correcta, de forma que la ku
gua parece influir en la eleccion de las respuestas y se puede scg uu
poniendo en duda si en realidad ésta ha afectado a la percepcion
visual o si simplemente ha inspirado la eleccion de una respuc ... 1.1
para una pregunta vaga.
Solo en fechas muy recientes los investigadores han podiclo
sal ir de este punto muerto. El método que se les ocurrio sigut· tres cuadrados azules al mismo tie mpo: uno arriba y dos abajo,
siendo muy indirecto; de hecho, es totalmente indi recto pero, po1 <omo se muestra en esta pagina y en la figura 8 del encarte.
primera vez, pudieron medir objetivamente algo relacionado con Uno de los dos cuadrados de abajo era exactamente del mis-
la percepcion: la media del tiempo que las personas tardamos t'li mo color que el cuadrado supcrior y el otro cra de un tono azul
reconocer la diferencia entre detenninados colores. La idea que· distinto. El ejercicio consistfa en senalar cual de los dos cuadrados
subyace al nuevo método es sencilla: en lugar de formular a lm de abajo tenia cl mismo color que el de arriba. Los participantes
participantes una pregunta vaga del tipo de <<(qué dos colores le· 110 podfan decir nada en VOl. alta, SOlO te nian que aprctar UnO de
resultan mas parecidos?>>, les hicieron una pregunta clara y sen<i los dos botones, el izquierdo o el dcrecho, tan rapido como pudie-
lia que solo tenia una respuesta correcta. Por lo tanto, lo que sc· ran, una vet. que la image n aparecfa en la pantalla (por Jo tanto,
midio no fue si los participantes daban con la solucion correcta o en el grâf1co de arriba, la respucsta correcta habrfa sido presionar
no (en general lo lograban), si no su velocidad de reaccion, de la d boton derecho). Era un ~jercicio bas tante sen ci llo, con un a so-
que se pueden inferir hipotesis sobre los procesos cerebrales. lucion también sencilla y... jclaro!, los participantes dicron la res-
Este experimenta, publicado en 2008, Jo llevo a cabo un equi- puesta correcta en todas las ocasiones, pero no era cso Jo que im-
pa de investigadores de Stanford, del Instituto de Tecnologfa de· portaba, sino cuanto tiempo tardaban en presionar cl boton co-
Massachusetts (MIT) y de la Universidad de California en Los An- rrecto.
geles (UClA), fonnado por Jonathan Winawer, Nathan Witthoh. Los colores se escogieron entre veintc tonos de azul para
Michael Frank, Lisa Wu, Alex Wade y Lera Boroditsky. En el capi- cada uno de los grupos. Como era de esperar, c l tiempo de reac-
tula 3 vimos que el ruso posee dos nombres distintos para el espe<- ci6n de los participantes dcpendio, primera y sobre todo, de Jo
tro cromatico que el espanol define como <<aZlil>>: siniy (azul oscu- alejados que estuvieran los tonos del cuadrado difcrente de los
ro) y goluboy (azul claro). El objetivo de este experimenta consisti<i tonos de los otros dos. Si el cuadrado superior era de un azul muy
en comprobar si esos dos <<azules>> distintos afectarfan a la percep- oscuro, digamos un tono 18, y el cuadrado diferen te era muy
cion de los tonos azules de los rusos. Los participantes se sen taron claro, por eje mplo un tono 3, cntonces los participantes tendian
ante una pantalla de o rdenador y se les mostraron conjuntos d(' a presionar el boton correcto consuma rapidez. Pero cuanto mas

243
u·rca cstaha cl tono dd < u.ul1.ulo dlli•~t•llll' dl'l 1n1111 de· lm 1111111 '''""t'lill c· lm •mnp.III.JIItc·-. y los anglopa•lantcs en su manera de
dos, cl tiempo de rcaccion tend 1a a al.u g.u '-t' 11.1'>1.1 .111' 11 1nclo , ..., 1 t'.u c 1011.11 ln-. toiiO\ .vu les.
.11111'

normal. Al fin y al cabo, es de c~pcrar que Cll<\llclo 11111.1111m cluA Si h1cn c•-.o c·-. todo loque podemos decir con absoluta certeza,
tonos que son distintos reconoLcamos con mayor r api<kt la clllr ,. .., pc• kctamcntc posible dar un paso adelante y sacar una conclu-
rencia de color, mientras que si los colores son similan·-. <"1 c c·tr sic>n: dado que las personas tienden a reaccionar de forma mas
bro necesita procesar mas y, por lo tanta, tarda mas ('Il dc·c icllr r{q>ida a los ejercicios de reconocimiento del color cuanto mas
cucil de los dos colores es distinto. lt-janos les resulten ambos colores, y dado que los rusas reaccio-
Los resultados mas interesantes surgieron al comprohar q•u nan en menas tiempo del que cabrfa esperar de la distancia obje-
eltiempo de reacci6n de los rusoparlantes dependfa no solo dl' l.t tlva entre los tonos que se encuentran en las cercanfas de la fron-
distancia objetiva entre los tonos, sino también de la lfnea fronlf' tc·ra entre siniy y goluboy, se puede deducir que los tonos situados
riza entre siniy y goluboy. Supongamos que el cuadrado supe• iut c•n las cercanfas de esa frontera realmente parecen mas distintos
era siniy (azul oscuro), pero estaba situado justa en la frontc·ttt para los rusoparlantes de loque objetivamente son.
con el goluboy (azul clara). Si el cuadrado distinto estaba a 111111 Por supuesto, incluso si las diferencias entre el comportamien-
distancia de dos tonos en direcci6n a los tonos claros (y, por lo to de los rusoparlantes y de los angloparlantes se han demostrado
tan to, del otro lado de la frontera con el goluboy), el promedio cie• objetivamente, siempre es peligroso saltar automaticamente del
tiempo que necesitaron los rusas para apretar el bot6n fue signili cfecto a la causa. ~C6mo podemos cstar seguros de que la lengua
cativamente mas corto que si los cuadrados distintos estaban a l.t rusa en particular -mas que ninguna otra cosa del contexto y de
mis ma distancia objetiva -dos ton os- pero hacia la direcci6n dr la educaci6n de los rusas- influye a la hora de generar su res-
los tonos oscuros y, por lo tanta, se trataba de otro tono de sinlv. puesta a los colores cercanos a la frontera entre color y color?
Cuando se llev6 a cabo exactamente el mismo ejercicio con los ~Sera que la causa real de su rapida reacci6n es su costumbre de
angloparlantes, no se detect6 el efecto de desviaci6n en el tiempo pasar haras interminables escrutando las vastas extensiones del
de reacci6n. La frontera entre «azul clara» y <<azul oscuro» no cra cielo ruso? ~0 quizâ se encuentre en sus ai1os de profundo estu-
tai y el unico factor relevante en el tiempo de reacci6n era la di~ dio del vodka azul?
tancia objetiva entre los tonos. Para comprobar si los circuitos de la lengua en el cerebro es-
Por Jo tanta, aunque este experimenta no midi6 directamentc· tuvieron directamente implicados en el proceso de las senales del
la percepci6n real del color, sf pudo medir objetivamente el sc·- color, los investigadores dieron otra vuelta de tuerca al experi-
gundo asunto importante: una reacci6n temporal que esta Intima- menta. Aplicaron un procedimiento convencional, dcnominado
mente relacionada con la percepci6n visual. Lo significative c·s <<<=:jercicio de interferencia», para dificultar que los circuitos lin-
que aquf no se confi6 en el juicio subjetivo para resolver un ejer- güfsticos realizaran su funei6n habituai. Se pidi6 a los participan-
cicio ambiguo, porque a los participantes nunca se les solicit6 que· tes que memorizaran bandas aleatorias de dfgitos y los repitieran
midieran las distancias entre los colores ni que dijeran qué tono e n voz alta rnientras miraban la pantalla y apretaban los botones.
les pareda mas similar. Loque se les pidi6 fue que resolvieran un La idea era que si los participantes estaban realizando una tarea
simple ejercicio visual que tenia una soluci6n correcta. Los parti- tediosa e irrelevante relacionada con la lengua (recitando en voz
cipantes nunca supieron ni pudieron controlar lo que media cl alta un revoltijo de numeros) , las zonas del cerebro relacionadas
experimenta, su tiempo de reacci6n. Se limitaron a presionar el con la lengua estarfan <<ocupadas•• y no tan facilmente disponibles
bot6n tan rapido como podian cada vez que aparecfa una nueva para echar una mano en el proceso visual del color.
imagen en la pan talla. Pero el promedio de velocidad de los rusas Cuando el experimenta se repiti6 en estas condiciones de in-
fuc menor cuando los colores tenfan nombres diferentes. De esta terfcrencia verbal, los rusas ya no reaccionaron con tanta rapidez
forma, los resultados mostraron que hay algo objetivamente dis- l'rente a los tonos situados en las inmediaciones de la frontera

244 245
l'lllH' \11//'f} go/11/my y 'Il ltt'lltpn dt• 11',11 1 Înll 111111 ollllt'lllt' dqw11 p.11.1 -.1·1 111.i-. t'\., tt tos, ltu· 1.111 dlt''> llo t.omo turdo, pues loque.· los
dio de la distancia oqjcliva cntH' lm tnuu.., l.m lt'.,ltlt.ldo-. dd 111\l''>t ig.tdolt.'S comp<u.uon lue nada menos que los hemisferios
ejercicio de interferencia sei1alan clat.lllH'Ittc que: la lt'llgll.t t'' 1.1 rc1 c.·hralc:s it.quierdo y derecho.
causante de las diferencias originales con respccto a la n·.11 c 11111 La idea era simple, pero como la mayoria de las ideas inteli-
temporal. Asf, las corazonadas de Kay y Kempton de que las 11ltc·1 gcntcs, ùnicamente lo parecio una vc7 que alguien penso en e lla.
ferencias lingüfsticas con el procesamiento de los colores sc p11 ... Los investigadores se apoyaron en dos datos sobre el cerebro que
ducen en un nive! profundo e incontrolable recibieron un g1.111 -.e conocen desde hace mucho tiempo. El primero tiene que ver
apoyo dos décadas mas tarde. AJ fin y al cabo, e l experimento de· con cllugar que ocupa la lengua en el cerebro. Desde hace siglo
los azules rusos era solo un ejercicio visual motor y a la lengua v mcdio se sabe que Jas areas lingüfsticas no estân divididas de
nunca se la invito explfcitamente a la fiesta. Aun asf, en a lgtill forma equitativa en ambos hemisferios cerebrales. En 1861, el ci-
lugarde la cadena de reacciones entre los fotones que llegan a la nüano francés Pierre-Paul Broca exhibio ante la Sociedad de An-
retina y e l movimiento de los musculos de los dedos, las catego- tropologla de Parfs el cerebro de un hombre que habla muerto e n
rlas de la lengua materna estuvieron sin la menor duda implica- su hospital el dfa anterior tras sufrir un a enfermedad cerebral de-
das y aceleraron e l reconocimiento de las diferencias del color gencrativa. El hombre habla perdido la capacidad de hablar mu-
cuando los tonos tenfan nombres diferentes. Por Jo tanto, la chos anos a ntes, pero mantuvo intactos otros muchos aspectos de
prueba objetiva del experimenta de los azules rusos da mas crédi- su intcligencia. La autopsia de Broca mostro que un area concreta
to a los informes subjetivos de Kay y Kempton sobre los partici- del ccrcbro de aquel hombre estaba completamente destruida: e l
pantes en e l experimenta, seglin los cuales los tonos con nom- tcjido cerebral en ellobulo frontal del hemisferio izquierdo habla
bres diferentes les parecieron mas distantes. desaparecido, dejando una gran cavidad llena de un lfquido acuo-
so. Broca llego a la conclusion de que esta area concreta del he-
misferio izquierdo debfa de ser la parte del cerebro responsable
del habla. En los anos siguientes, é l y sus colaboradores hicieron
Cuatro investigadores de Berkeley y Chicago, Aubrey Gilbert, muchas mas autopsias de personas que hablan perdido la capaci-
Terry Regier, Paul Kay (el mismo) y Richard Ivry disenaron un dad del habla y descubrieron que e l area danada del cerebro era
experimenta todavia mas llamativo para comprobar c6mo la !en- la misma, Jo cual demostro, sin la menor duda, que esa area con-
gua se inmiscuye en e l proceso de las senales visuales del color. Lo creta del hemisferio izquierdo -que mas adelante recibio e l
extrano de la puesta en escena del experimenta, que se publico nombre de «area de Broca>>-, cs e l principal Iugar del cerebro
en 2006, fue c l inesperado numero de lenguas que compararon. donde se asienta la lengua.
Mientras que en e l experimenta de los «azules rusOS» solo habian El segundo dato bien conocido en e l que se basaba el experi-
participado hablantes de dos lenguas y se habfan comparado sus menta era que cada uno de los hemisferios del cerebro es respon-
respuestas con respecto a una zona del espectro en la que las cate- sable del procesamiento de las senales visuales procedentes de la
gorfas del color de ambas lenguas cran diferentes, el experimenta mitad opuesta del campo \'ÎSual. Como se muestra en el dibujo de
de Berkeley y Chicago fue diferente porque comparo ... unica- la pagina siguiente, hay un cruce en forma de x que atraviesa las
mente el inglés. dos mitades del campo visual y los dos h e misferios del cerebro:
A primera vista, un experimenta en el que solo hay hablantes las senales de nuestro lado itquierdo se envian a procesar al he-
de una lengua podrfa parecer una perspectiva poco halagüena misferio derecho, mientras que las senales del campo visual dere-
para comprobar si la lengua materna cambia la percepcion del cho se procesan en e l h emisfcrio izquierdo.
color del hablante. Cambia ... ~con respecto a qué? Sin embargo, Si vinculamos ambos datos -cl lugar que ocupa la lengua en
en realidad este ingenioso experimenta fue bastante diestro o, e l hemisferio izq uierdo y c l cruce en cl procesamiento de la infor-

247
Ill Î1,Il 1.1 JI .Ill f, d 1,1 cid 1 Il tl 1 Il 11!111 ) '•1 lt '> l'Il ~~Cl fil lt. \(' ( (Ill( ('lill '1\( 'Il ('Il
1111 , 1 Jlt'q 1 w 1 ~o 1 1 1111 '1'"'•'1'·"''1 '·'l"''" t'Il t'IIIH'dio, Jo que ascgllla-
11.1 q11t· lo qtw ·'JI·"''' Ï1•1 ,1 1 11 1.1 11111.ul itquicrda de la pantalla estaba
1 11 .., 11 <<llllpo \1\tl,tl itqllit·Hio y \Îccvcrsa. Después, se les mostr6 un
111 c 11 10 formado pot pcquci1os cuadrados, tai y como aparece en el
-.tgiiÎ('nte dibtüo (y en color en la figura 9 del encarte):

Todos los cuadrados eran del mismo color, excepto uno. A los
Proccsamiento de los campos visualcs iLquierdo y derecho en el cercbm. participantes se les pidi6 que pulsaran uno de lus ~os .botones,
dependiendo de si el cuadrado difercnte estaba a la tzqmer~a. o a
maci6n visual-, podemos concluir que las senales visuales dt• la derecha del cfrculo. En el dibujo de arriba, el cuadrado dtsllnto
nuestro lado derecho se procesan en la misma mitad del cerebro est<1 aproximadamente a las ocho en punto, de manera que la res-
en la que se procesa la lengua, mientras que Jo que vemos en cl puesta correcta seria presionar el bot6n de la izquierda. A los par-
lazo izquierdo se procesa en el hcmisferio que no posee ninglin ticipantes se les dio una serie de ejercicios de este tipo y, en cada
componente lingüfstico significativo. uno de ellos, el cuadrado diferente cambiaba de color y de lugar.
Los investigadores utilizaron esta asimetrfa para comprobar Unas veces era azul y los demas cuadrados verdes; otras, el cuadra-
una hip6tesis que, a primera vista (e incluso a segunda), parect· do diferentc era verde, pero de un tono distinto del resto de los
increfble: ~podrfa la injerencia lingüfstica afectar al procesamien- de mas; otras, podfa ser verde y los de mas azttles, etc. Como el ejer-
to visual del color en el hemisferio izquierdo mucho mas que en cicio es sencillo, los participantes solfan apretar el bot6n correcto.
el derecho? ~Podrfa ocurrir que percibiéramos los colores de for- Pero, en realidad, Jo que se estaba midiendo era el tiempo de res-
ma diferente dependiendo dellado desde el que los veamos? Los puesta.
angloparlantes, por ejemplo, ~podrfan ser mas sensibles a los to- Como cabfa esperar, la velocidad para reconocer el cuadrado
nos cercanos a la frontera entre el verde y el aL.Ul cuando los ven distinto dependfa, sobre todo, de la distancia objetiva entre los
con el lado derecho que cuando los ven con el iLquierdo? tonos. Tanto si aparecfa a la derecha como a la izquierda, los par-
Para comprobar esta extrafia propuesta, los investigadores idea- ticipantes siempre fueron mas rapidos en rcsponder cuanto mas
ron un sencillo, pero curioso, ejercicio. Los participantes tenfan que lejos estuviera el tono del cuadrado diferente del tono de los de-
mas cuadrados. Sul ('lllh.ugo, ('( lt''llll.tdtt IIIIS 1 hill ollllt 1111' 1' 1I'"IIJ,Jili 'Î:I lllolglli'IÎI'.I 1111clc (Î11dÎ1 C'C t,lllH'I\It' ) <.'1 !!,1 .tdo de atlivi-
diferencia significativa que sc pmdujo t'lille- lm p.ltiiiiH'' dt· ll'.u cl.u(JH'IIIOll<tl e11 <.u.llqlll\'1 punto del cc1cbro.
cion en los campos visuales derecho <.' i1quu·1 do <:u.uulo d 111.1 l•:n c-;tc cxpcrimcnto la lcngua materna de los participantes
drado distinto aparecfa en ellado derccho de 1.1 p.tnt.tll.t, <.'' dc·1 u, I'J,I el <hi no mandarin. Se utilizaron seis colores diferentes: tres
la mitad que se procesa en e l mismo hemisfcrio itquicrdo de· (,, dt· ellos (r<~o, verde y azul) tienen nombres comunes y corrientes
lengua, la frontera entre e l verde y el azul marcaba la difcn·•u '·' · l'li mandarfn, mientras que los otros tres no (como puede verse en

e l tiempo medio de reaccion era considerablemente menor <u.u1 lot li gu ra 10 del encarte). El ejercicio era muy sencillo: en la pan-
do el cuadrado diferente estaba en la zona fronteriza entre cl, •. , talla se mostraba a los participantes dos cuadrados durante una
de y e l azul. Pero cuando e l cuadrado distinto se situaba en el lado dt-cima de segundo, tras lo cual debfan indicar, apretando un bo-
izquierdo de la pantalla, el efecto de la frontera entre el verde } d ton, si los dos cuadrados eran de un color idéntico o no.
azul era bastante débil. En otras palabras, la velocidad de resput·' La lengua no estaba involucrada en e l ejercicio. De nuevo, se
ta estaba mucho menos influida tanto si e l cuadrado diferen te , •. trataba de un ejercicio visual motor, pero los investigadores que-
situaba e n la frontera entre e l verde y e l azul como si tenfa 1111 rlan ver si, a pesar de e llo, se activaban las areas de la lengua en el
tono diferente de un mismo color. ccrebro. Dieron por sentado que los circuitos lingüfsticos estarfan
Por lo tanto, e l lado izquierdo del cerebro de los anglopa • probablemente mas implicados con e l ejercicio visual si los colo-
Jantes mostro la misma respuesta con respecto a la frontera <.'li- res que se mostraban pertenecfan al grupo de nombres sencillos
tre e l verde y e l azul que habfan mostrado los rusoparlantes cou v. en realidad, identificaron dos areas concretas en la corteza cere-
respecto a la frontera entre siniyy goluboy, mientras que el hemi'- bral del hemisferio izquierdo que se activaron cuando los colores
ferio derecho unicamente mostro débiles traL.as de desviacioll. que aparecfan pertenedan al gmpo de los nombres sencillos,
El resultaclo de este experimento (asf como los de una serie dt· pero permanecieron inactivas cuando los colores pertenedan al
adaptaciones subsiguientes, que corroboraron las conclusioncs grupo de nombres complejos.
basicas) dejo pocas eludas acerca de que los conceptos del color Para determinar de forma mas precisa la funci6n de esas dos
de nuestra lengua materna interfieren directamente en e l procc- areas, los investigadores ofrecieron a los participantes un segundo
samiento del mismo. Sin necesidad de escâner cerebral, e l expe- ejercicio, esta vez relacionado directamente con la lengua. Les
rimento de los clos hemisferios aport6 la prueba mas directa has- mostraron colores en la pantalla y, a l mismo tiempo que escanea-
ta aquella fecha de la influencia de la lengua en la percepcion han sus cerebros, les pidieron que dijesen en voz alta el nombre
vi sua i. de cada color. Las dos areas que antes h abfan estado activas solo
~He dicho sin necesidad de escaner cerebral? Un grupo de con los colores de nombres sencillos se iluminaron ahora debido
investigadores de la Universidad de Hong Kong no vieron motivo a su intensa actividad, pÇ>r Jo que los investigadores llegaron a la
para no hacerlo. En 2008 p ublicaron los resultados de un experi- conclusion de que esas dos areas concretas debfan albergar los
mento que habfan llevado a cabo de forma similar, pero con una circuitos lingüfsticos responsables de la bt"tsqueda de los nombres
variacion. Como antes, el ejercicio de reconocimiento implicaba de colores.
mirar la pan talla de un ordenador, reconocer los colores y apretar Si proyectamos la funci6n de esas dos areas hacia los resulta-
uno de dos botones. La diferencia radico en que a los aguerridos dos del primer ejercicio (puramente visual), queda claro que
participantes se les pidio que realizaran e l ejercicio acostados den- cuando el cerebro tiene que decidir si dos colores se parecen o
tro un tubo en e l que simullaneamenlese les realizaba una resonan- no, los circuitos responsables de la percepcion visual preguntan a
cia magnética nuclear, técnica que determina e l flujo sangufneo los circuitos de la lengua para que éstos les ayuden a tomar una
en las diferentes zon as del cerebro. Dado que e l aumento de flujo decision, in cluso si el habla no esta implicada. Asf que, por prime-
sangufneo corresponde al aumento de la actividad neuronal, la ra vez, disponemos de una prucba neurofisiol6gica directa de que

250
la~ at eas del< ('t eht o 1 c~pott'>.thk., cie- l.t h11 'l''' d'dt l11'1 111111tl11t'N 11111 lltlllllllt '' d il•·•• "'' .. 11111111 " ( '" ' ' " tc·..,ctt Il tU( ho tua., akjaclo~
estan implicadas e n c l pron.·so IHit.tllll' ttlt• \Îs11.tl dt l.t infi11111,t de · lo q~t(' ohtc·tl\.llllt' lllc· (''tan. Si vinculamos los resultados, nos
ci6n del color. lln .ut .tuna <otH lw.ton que hacc apenas unos anos pocos habrfan
c..,t,tdo preparaclos para creer: que es verdad que los hablantes de
knguas distintas pueden percibir los colores de forma algo dife-
' ente.
A la luz de los experime ntas que h e mos tratado e n este capi Por lo tanto, en cierto modo la odisea del colo r que Gladstone
tulo, quiza el color sea e l a rea que mas se acerca a la realidad de· inici6 en 1858 ha concluido tras sigloy medio de peregrinaci6n, a
la me t.afora que considera la lengua como el prisma que refracta la un paso del punto de partida, porque al final bien podrfa ocurrir
cullura. Por supuesto, no es a lgo ffsico y no afecta a los fotones que· que los griegos en realidad percibieran los colo res de forma algo
llegan al ojo, pero la sensaci6n de l color se produce e n el cerebm. d iferen te de como los percibimos nosotros. Pero aunque hemos
no en e l ojo; el cerebro no considera las seitales d e la retina como term inado e l viaje mirando a Gladstone directamente a los ojos,
un valor incuestionable, de modo que esta constantemente impli- no estamos del tod o de acu erdo con él, porque hemos puesto
cado e n un proceso verdaderamente complejo d e normalizaci6n. patas arriba su historia y hemos invertido la direcci6n de la causa
el cual genera una ilusi6n de colores estables bajo dife rentes con- y e l efecto en la relaci6n entre la le ngua y la percepci6n. Gladsto-
didones lumfnicas. El cerebro consigue este efecto de <<instanw ne crefa que la diferencia e ntre el vocabulario del color de Home-
fijo>> eliminando o ampliando las seitales d e la re tina, exagerando ro y el nuestro era e l ejecta de las diferencias preexistentes en la
a lgunas diferencias y minimizando o tJ-as. Nadie sabe exactamentt• percepci6n. Sin embargo, ahora parcce que la causa puede ser el
c6mo Jo hace, pero Jo que esta claro es que se apoya en los recuer- vocabula rio del color en las lenguas diferentes. Gladstone pensa-
dos y e n las impresiones que acumula. Por ejemplo, se ha demos- ba que e l vocabulario poco sofislicado de Homero e ra un reOejo
trado que un dibujo perfectame nte gris de un platano nos puedc d e l subdesarrollo anat6mico de sus ojos. Sabemos que nada ha
parecer un poco amarillo porque e l cerebro recuerda que los pla- cambiado en la anatornfa d e los ojol> durantc d Ct!timo milenio y,
tanos son arnarillos y, por eso, normaliza la sensaci6n hacia lo que si n em ba rgo, los mecanismos de la mente, infundidos en nosotros
espera ver (para mas detalles véasc e l Apéndice). por un vocabulario mas refinado del color, podrfan habernos he-
Es muy pro bable que la implicaci6 n d e la lengua en la percep- cho mas sensibles a algunas distinciones sutilcs d e l color.
ci6n de l color se produzca e n este nive! de nonnalizaci6n y com- En general, e n los dos ultimos siglos la explicaci6n d e las dife-
pensaci6n, donde el cerebro se basa en recue rdos almacenados y rencias cognitivas entre los grupos étni cos ha basculado de la ana-
establece distinciones para d ecidir la similitud o disimilitud entre tom fa a la cuttura. En cl siglo X IX se daba por sentado que habla
ciertos colores y, aunque nadie sabe todavfa qué sucede e ntre los desigualdades significativ~s entre las facultades mentales heredi-
circuitos lingüfsticos y visuales, las muchas pruebas acumuladas tarias de las difct cntt's nuas y que esas desigualdades biol6gicas
llevan a argumentar de forma convincente que la Ie ngua afecta a eran la raz6n prin<ipal de sus distintos logros. Una de lasjoyas de
nuestra percepci6n visual. En el experimenta d e << arriba-ab~O>> la corona del siglo ' ' rue el reconocimiento de la unidad esencial
con los c uadra dos de Kay y Ke mpton en 1984 (que es a necd 6ti- del don cogniti\ o clc Jo., sne~ humanos. Por eso, e n e l siglo XXI ya
co), los pa rticipantes angloparlantes insistieron e n que los tonos no volvemos la mit .l< l.t h.t<ia los genes para explicar las variacio-
si tuados e n la frontera del verde y e l azul les parecian mucho mas nes de las car.tCH'tt \1 t< ,,.., tnentalei> de lo!> g rupos étnicos. Dicho Jo
distantes. La perspectiva de <<abajo-arriba>> de los experime ntas cu al, en el siglo x Xl (''.t.unm -.61o empetando a apreciar las dife-
mas recie ntes muestra que los conceptos lingüfsticos de l colores- rencias en cl pen..,,unit•tlto que las convenciones cultura les y, en
tan implicados directamente e n e l procesamie nto d e la informa- panicular, las difctt'llh'' k11g11.t' imprimen en nosotros.
ci6n visual y hacen que las personas reaccion en frente a colores
Epflogo

Perd6nanos nuestra ignorancia

La lengua tiene dos vidas. En su faceta publica, es un sistema


cie convenciones acordado por una comunidad de hablantes con
el objetivo de lograr una comunicaci6n eficaz, pero la lengua lie-
ne ademâs otra faceta, una existencia privada, una especie de sis-
tema de conocimiento que todo hablante ha interiorizado en su
mente. Para que la lengua cumpla su funci6n como media eficaz
de comunicaci6n, los sistemas de conocimiento privados en la
mente de los hablantes deben corresponderse estrechamente con
cl sistema publico de couveuciones lingüfsticas. Y a esta corrcs-
pondencia se debe el que las convenciones publicas de la lengua
puedan reflejar lo que sucede en el objeto mas fascinante y mas
complejo de todo el universo, nuestra mente.
Este libro se propuso demostrar, mediante las prucbas aporta-
clas por la lengua, que aspectas fundamentales de nuestro pensa-
miento estân influenciaclos por las convenciones culturales de
nuestra socieclad, y ello h~ta un punto que sobrepasa Jo que hoy
en dfa esta permitido rcconocer. La primera parte dcmostr6 que
la forma en la que nuestra lengua parce la el munda en conceptos
no la ha determinado la naturaleza. El color nos aporta una dc-
mostraci6n deslumbrantc de que Jo que consideramos <<natural>•
depende en buena mcdida de las convenciones con las que nos
hayamos criado, Jo cual no quiere decir, desde luego, que cada
lengua pueda dividir cl mundo arbitrariamcnte a su antojo. No
obstante, dentro de los lfmitcs de lo que se puede aprender y es
16gico en la comunicaci6n, la forma en la que incluso los concep-
tos mas sencillos se definen puccle variar hasta un extrema que el

255
!.Cilltdo (OllllllllllllH,tlkg.uî.t.t Îtll.tgi11.11 , ~ l'n1 'l'" l'Ill '' P"''l'"'• 1111'111 Îo11 l't lllt''lt· (11111111 dt• \ 1\l.l 1111 'l' t 1111 l''JH>tHk ( Oll l'IJ>.IJH'I
en liltima instancia,lo que el S<.'lllido 1 o11t1Î111 1111\lfl<·•.tll,tlltt.d ,.~ 111:i ... IIHH!c'to d('( JH'tt,,IIIIÎt' tllo logico t'Il nucstra experiencia real
aquello con loque esui familiari~:aclo. ck l,t ,jcl,t. Al fin ) al ('aho, ~cmintas decisiones diarias tomamos
. En la segunda parte hemos visto que la-;< OIIVl'll<'ÎOIH''IIingi1îs has:indonos en el pensamiento abstracto deductivo, comparadas
t1cas de nuestra sociedad pueden influir en asiH'<"los dt• nu 1·,t 1o <on las que tomamos guiados por una corazonada, la intuicion ,
pensamiento que van mas alla de la lengua. El impacto dcmostt, 1 <'mociones, un impulso o habilidades practicas? ~Cuantas veces
ble de la lengua sobre el pensamiento es muy distinto de Jo qtw"' hcmos pasado el ella resolviendo problemas logicos en compara-
proclamaba en el pasado. En concreto, nadie ha podido demm rion con las veces en que nos preguntamos donde estaran los cal-
trar que nuestra lengua materna imponga limites a nuestros hot i r etines o tratamos de recordar donde dcjamos el coche en el
zontes intelectuales y restrinja nuestra facultad de comprend 1•1 aparcamiento de un centro comercial? ~Cuantos vendedores in-
conceptos o distinciones utilizados en otras lenguas. El efecto Jl'al tentan llamar nuestra atencion mediante silogismos logicos en
de la lengua materna tiene bastante mas que ver con las costu 111 comparacion con los que lo hacen con colores, asociaciones o alu-
bres y esta inculcado por el uso continuo de ciertas formas de t•x- siones? Y, por ultimo, ~cuantas guerras se han declarado por desa-
presion, los conceptos en los que nos entrena para tratarlos como cuerdos en la teorfa de conjuntos?
distintos, la informacion que continuamente nos obliga a espcd- La influencia de la lengua materna que se ha demostrado em-
ficar, los detalles que debemos cuidar y las repetidas asociaciont•s pfricamente se percibe en campos del pensamiento como la me-
que nos impone. Todos esos habitos del habla pueden crear cos- moria, la percepcion, las asociaciones o las habilidades practicas
tumbres de pensamiento que afectan mas que al mero conoci- como la orientacion y, en nuestra experiencia real de la vida, csos
miento de la lengua en si. He bosquejado ~jemplos de tres areas campos no tienen menos importancia que la capacidad de razo-
de la lengua: coordinacion espacial y sus consecuencias para los namiento abstracto. De hecho, probablemente tcngan mas.
patrones de memoria y orientacion; género gramatical y su impac-
to en las asociaciones, y e l concepto del color, que puede aumen-
tar nuestra sensibilidad a determinadas diferencias crom:üicas.
Seglin el punto de vista dominante actual emre los lingüista'l Las cuestiones que hemos analizado en este libro son anti-
y los cientfficos cognitivos, la influencia de la lengua en el pensa- guas, pero las investigaciones solidas al respecto esuin solo en sus
miento solo puede considerarse significativa si se basa en un razo- fases preliminares. Por ejemplo, hace muy poco que somos cons-
namiento perfectamente documentado: si, por ejemplo, se puede cientes de la imperativa necesidad de registrar y analizar las miles
demostrar que una lengua impide que sus hablantes resuelvan un de lenguas exoticas que todavfa se hablan en zonas remotas del
problema logico que hablantes de otra lengua resuelven con faci- planeta, antes de que el ing.lés, el espai'lol y un punado de lenguas
lidad. Puesto que nunca se han presentado pruebas de tales efec- dominantes las desplaccn. lncluso en el pasado reciente, todavfa
t~s restrictivos en e l pensamiento logico, esto neccsariamente sig- era habituai entre los lingüistas afirmar que habfan encontrado
mfica --o eso se suele argumentar- que toda influencia de la una <dengua humana universal » tras analizar un fenomeno con-
lengua es insignificante y que, fundamentalmente, todos pensa- creto en un a muestra compuesta, por ejemplo, por inglés, italiano
mas de la misma manera. y hungaro y encontrar que las tres lenguas coincidfan. En la actua-
Sin embargo, es demasiado facil exagerar la importancia del lidad esta mas claro para la mayoria de los lingüistas que las unicas
razonamiento logico en nuestras vidas. Esa sobrestimacion puede lenguas que verdaderamentc pueden poner de manifiesto Jo na-
ser muy natural para quienes se apoyan en una dieta de filosofia tura! y universal son la multillld de pequenas lenguas tribales que
analftica, en la que el pensamiento practicamente se equipara con hacen las cosas de mane ra distinta a la nuestra. Por lo tanto, ahora
la logica y cualquier otro proceso mental no se considera digno de tiene lugar una carrera contratreloj para documentar tantas !en-

257
guas t omo ~t·a po.-.d>k .tnte-. dt• qtu· t11d.t 'Ill ,tl,idtttl,t st• lt:ty.t lll't ( ~: ul : t \l' / 'l"' 111111 J, ll ,tlll "" 1'!11,1 \1 ttdu 11111) htt ' ll t''- dt• ttgot
dido para sicmprc. cptt· '-'' 111g.t lt tl•l11 d• 11,1/, tll.l" cil ,.,ll.tOtdin.ut,l \ ,tletllta ('Il (Oill
Las invesùgaciones sobre las pw.ihk-. tt•l.tl'iottt''- t'tilt t' l.t t·!l h.tt<·. F-.u ,1· d1 lu ,1 11111' 1 tt.tndo las guer ras sc inician segün un
tructura de la sociedad y la estructura del .,t.,tcma gt <llll<lli< al c-.1.111 plan y 1111 h.tttdll g.uta, •IJ>l'tlas sc le cxigcn actos de excepcional
en un estadio mucho mas embrionario. Tras habet languicknclu ltcrofsmo illdt\ldu.tl. La valentfa es necesaria sobre todo en el
durante décadas bajo el tabu de la <<idéntica complejidad ·• , lw. 111 hando de los pcrdedores.
Lentos por determinar hasta qué punto la complejidad de los dtlc· La ingenuidad y la sofisticacion de algunos experimentas con
rentes campos de la gramatica depende de la complcjidad dt• 1.1 los que nos hemos topado son tan estimulantes que es facil confun-
sociedad estân todavia, esencialmente, en la etapa de descubrir c·l dirlos con senales de grandes triunfos en la batalla de la ciencia
«como» y apenas se ha empezado a estudiar el «por qué». por conquistar el reducto del cerebro humano. Pero, en realidad,
Pero, por encima de todo, la invesùgacion de la influencia dt• las ingeniosas deducciones que se sacan de tales experimentas no
la lengua en el pensamiento estâ solo en los inicios de una invcsti- son sfntomas de gran fortaleza, sino de gran debilidad, ya que, en
gacion cientffica rigurosa (su historia como refugio de fantasioso~ liltima instancia, se necesita toda esa ingenuidad solo porque sabe-
Lie ne un a trayectoria mucho mas larga, desde lu ego) . Los tn·s mos muy poco sobre como funciona el cerebro. Si no fuésemos tan
ejemplos que he presentado, espacio, género y color, me parccen profundamente ignorantes no necesitarfamos confiar en métodos
campos en los que, hasta ahora, el efecto de la lengua se ha demos- retorcidos de acopio de informacion de medidas como la veloci-
trado de forma muy convincente. En los ulùmos anos también St' dad de reaccion. Si supiéramos mas, nos limitarfamos a observar
han estudiado otros campos, pero no se presentaron suficientes directamente lo que estâ ocurriendo en el cerebro y seriamos ca-
pruebas fidedignas para demostrar dicho efecto. Un ejemplo es la paces de determinar con precision de qué manera la naturaleza y
marca del plural. Mientras que el inglés exige a sus hablantes qut· la cultura dan forma a los conceptos de la Jengua o si alguna parte
marquen la diferencia entre el singular y el plural siempre que se de la gramatica es innata o como influye la lengua exactamente en
menciona un sustanlivu, uua.s lenguas no obligan a esta distincion. cualquier aspecto del pensamiento.
Se ha sugerido que la necesidad (entre otras cosas) de marcar el Desde Juego, se podrfa objetar que no esjusto describir nues-
plural afecta a los patrones de atencion y de memoria del hablan- tra situacion actua\ del conocimiento en términos tan sombrfos,
te, pero, a pesar de que esta insinuacion no parece inverosfmil en sobre todo si se considera que el ùltimo experimenta del que he
teorfa, aun no disponemos de pruebas concluyentes. dado cuenta se ha basado en una impresionante sofisticacion tec-
No hay eluda de que cuando nuestras herramientas experi- nologica. Al fin y al cabo, se trataba nada menos que del control
mentales sean menos burdas se invesùgaran otros campos de la en tiempo real de la actividad cerebral y puso de manifiesto cua-
lengua. ~Qué sucede, por ejemplo, con un elaborado sistema de les son las areas que estan ;1ctivas cuando el cerebro lleva a cabo
evidencialidad? Recordemos que el matses exige a sus hablantes tareas concretas. ~Como es posible llamar a eso ignorancia? Pero
que aporten informacion detallada de su fuente de conocimiento tratemos de plantearlo de esta otra manera: imaginemos que desea-
en cada suceso que describen. ~Podrfan las costumbres del habla mos comprender como funciona una gran empresa y Jo unico
inducidas por esa lengua tener un efecto mensurable en los habi- que nos permiten es qucdarnos fuera de las oficinas centrales y
tos mentales de los hablantes, mas alla de la lengua? En los proxi- mirar desde lejos las ventanas. Lo ùnico que conseguiremos sa-
mos anos, probablemente cuesùones como ésta seran susceptibles ber es en qué habitacioncs sc cnciende la luz a diferentes horas
de estudio empfrico. del dfa. Por supuesto, si scguimos mirando con detalle durante
mucho tiempo, podremos ohtener mucha informaci6n. Averi-
guaremos, por ejemplo, que la reunion semanal del consejo de
administracion se celebra en cl piso 25, en el segundo despacho
dt• l.t ll<(lllt'l d,t, <(Ill' l'Il lllOilH'Itto' clt- 11i'ii'i h.l\ 111111 lt:1 ;H tl\ ul.ul ""nic· c lltlt' nHcll," 11111111 ,1 p1H'It.t <l'llct<la. b1 cl lultiiO, <uan
en cl piso 13, por lo que cs prohahk q Ut.' alli haya 1111 <ont 1ol do l.ts 1t·clc-. IH'III on.tlt·., 'l'<tll transparentes como lo cs ahora la
central de urgencia y casas por cl estilo. Pero todo e'(' ronon 1 ·-.t IIICIUI a etel ADN, c uando los cientîficos puedan leer e n las neu-
miento seria insuficiente si nunca nos permitiescn cscurhar lo 1onas y en tender exactamente Jo que allf se dice, nuestras reso-
que allf se dice y todas nuestras deducciones se basascn en lo qu(' nancias magnéticas n ucleares pareceran tan poco sofisticadas
vemos observando de lejos las ventanas. como a nosotros nos resultan hoy las amputaciones de rabos de
Si esta analogfa nos parece demasiado pesimista, no olvicl('- ratôn.
mos que la resonancia magnética nuclear mas sofisticada lo unico Los cicntfflcos del futuro no tendran que llevar a cabo experi-
que muestra es donde escin las luces en el cerebro. Lo unico que mentas primitivos coma el de pedir que se prcsione un boton
pone de manifiesto es donde se incrementa el flujo sangufneo en mientras se mira una pantalla. Sencillamente encontraran los cir-
un momento determinado y de ahî deducimos que la actividad cuitos cerebrales importantes y miraran directamente como se
neuronal es mayor. Pero no hay forma de comprender Jo que <<Sc forman los conceptos y como la Jengua materna afecta a la per-
dice» en el cerebro. No tenemos ni idea de coma se codifica un cepcion, la memoria, Jas asociacioncs y ou-os aspectas del pensa-
concepto concreto, una etiqueta, una impresion de color, una es- miento. Si un futuro historiador de la ciencia antigua se tomase la
trategia de orientacion o una asociacion de géncro. molestia de leer este Jibro, qué vergüenza sentira. Qué diffcil le
Mientras investigaba para escribir este libro, poco antes de su- resultara imaginar que tuviésemos que trabajar con v-agas deduc-
mergirme en debates centenarios sobre el funcionamiento de la ciones indirectas, por qué tenfamos que mirar a través de un cris-
herencia biologica, leî muchas debates recientes sobre las activida- tal a oscuras, cuando él simplemente mira las cosas cara a cara.
des cerebrales. Y, cuando se Jeen de cerca, no es dificil quedarse Tu, Jector del futuro, perdonanos nuestra ignorancia como
asombrado por el gran paralelismo entre ambos. Loque une a los nosotros hemos perdonado la de quienes nos precedicron. El mis-
cientificos cognitivistas de principios del siglo XXI con los biologos terio de la herencia nos ha sido d esvelado, pero si h c mos visto su
moleculares de princ ipios del xx es la profunda ignorancia sobre luz ha sido unicamentc porque nucstros mayorcs nunca se cansa-
su objeto de investigacion. Hacia 1900 la herencia era una caja ron d e investigar en la oscuridad. Por eso si tli, que vendras des-
negra incluso para los mejores cientîficos. Lo maximo que podfan pués, te clignas mirarnos desdc tu atalaya de supcrioridad lograda
hacer eran suposiciones indirectas comparando Jo que «entraba>> sin esfuerzo, recuet-cla que lahas escalaclo apoy<indote e n nuestras
por un lado (las propicdades de los padrcs) y loque «salfa» por el espaldas sudorosas, porque cs ingrato avanzar como lo haccmos
otro (las propiedades de la descendencia). Los mecanismos reales en la oscuridad y la tentacion de esperar hasta que el fulgor del
entre ambos procesos eran un misterio inconmensurable para conocimiento brille sobre nosotros siempre nos acecha. Pero si
ellos. Qué embarazoso resulta para nosotros, que conocemos la caemos en ella tu reino nunca llegara.
formula de la vida, leer las discusiones desesperadas de aquellos
gigantes y pensar en los absurdos experimentas que tuvieron que
llevar a cabo, como cortar el rabo a generaciones de ratones para
ver si la amputacion terminaba formando parte de la herencia de
las crîas.
Un siglo después sabemos mucha mas sobre mecanismos ge-
néticos, pero todavfa samos miopes en todo Jo que se refiere a las
actividades cerebrales. Sabemos Jo que entra por un lado (por
ejemplo, fotones en el ojo) y lo que sale por el otro (una mano
que presiona un baton) , pero todo el proceso de decision que

260 261
Apéndice

El color del cristal con que se mira

Los seres humanos solo pueden ver la luz en una estrecha lon-
gitud de onda de entre 0,4 y 0,7 micrones (milésimas de milfme-
tro) o, para ser mas exactos, entre 380 y 750 nan6metros (milio-
nes de milfmetro). Las células de la retina -la delgada placa de
células nerviosas que cubre el interior del ojo- absorben la luz
en esa longitud de onda. Tras ella hay una capa de células fotorre-
ceptoras que absorben la luz y envian senales neuronales que, en
llltima instancia, se transformaran en el cerebro en la sensaci6n
del color.
Cuando miramos el arco iris o una luz a través de un prisma,
nuestra sensaci6n del color parece cambiar continuamente, al
mismo tiempo que cambia la longitud de onda. La luz ultravioleta
no es visible para el ojo e n una longitud de onda inferior a 380
nan6metros (nm), pero si aumenta por encima de los 380 nm
empezamos a percibir tonos violetas; a partir de aproximadamen-
te 450 nm empezamos a VGr el azul; en torno a los 500 nm, el ver-
de; después de los 570, el amarillo; después de los 590 vemos to-
nos naranjas y, luego, cuando la longitud de onda aumenta por
e ncima de los 620, vemos el rojo hasta un poco por debajo de los
750 nm, donde nuestra sensibilidad se agota y empieza la luz in-
frarroja.
Una luz «pura» de longitud de onda uniforme (en lugarde una
combinaci6n de rayos de luz con diferentes longitudes de onda) se
denomina monocromatica. Es natural que demos por hecho que
si una fue nte de luz nos parece amarilla es porque debe estar
constituida unicamente por longitudes de onda de en torno a los
5HO nm , COIIIO la luttiiOIIO<tOIII.Itll.t.llll.ltill.l dcl.11co Îtl\ \ 1.1111 • ,,l,..,othc·n los futollt '' \ tii\ Î,III 1111,1st•nal al (('t('lHo sohte la ranti
bién es natural que imagincmos <(tt<' c 11.11ulo 1111 oh1c·to noo., P"'c·c c• d.ul de lotones <(IIi ' .tbsot hen por unidad de tiempo. La scnsibi-
amarillo debe ser porque ùnicamenle tdkj;t longitudes de ond.t lidad m<txima de los conos de onda corta se sitùa en torno a los
de aproximadamente 580 nm, y absorbe la lut. de las dem<ts f 1c· 125 nm , es decir, en la frontera entre el violeta y el azul, lo cual no
cuencias. Pero ambas suposiciones son totalmente erroneas. lk signifie-a que estos conos solo absorban fotones situados en esa
hecho, la vision cromatica es una ilusion en la que el sistcma tH't longitud de 425 nm. Coma puede verse e n la figura d e abajo, los
vioso y el cerebro nos hacen creer. Para percibir el amarillo nu conos d e onda corta absorben luz e n un espectro d e longitudes
necesitamos ninguna luz cuya longitud de onda sea de 580 nm . de onda que va d esde el violeta hasta el azul e incluso hasta algu-
Podemos obtener una sensacion idéntica de «amarillo» si una lut nas partes del verde, pero su sensibilidad a la luz disminuye a me-
roja pura de 620 nm y una luz verde pura de 540 nm se superpo- dida que la longitud de onda se aleja del punta de los 425 nm. Por
nen en idéntica mcdida. En otras palabras, nuestros ojos no pue- eso, cuando una luz verde monocromatica de 520 nm llega a los
den ver la diferencia entre una luz amarilla monocromatica y una conos de onda corta, éstos absorben un porcentaje mucha me nor
combinacion de luces monocromaticas rojas y verdes. En reali- de fotones en comparaci6n con los que absorben d e la luz de
dad, las pantallas de television consiguen e ngaliarnos para qur 425 nm.
percibamos cualquier tono del espectro mediante distintas com- El segundo tipo de receptores, los canas de onda media, tie-
binaciones de solo tres luces monocromaticas: roja, verde y azul. ne n su maxima sensibilidad en el verde amarillento, alrededor d e
Por l'tl timo, los objetos que nos parecen amarillos muy pocas veces los 530 nm y, de nuevo, son sensibles (en menor grado) a un es-
reflejan solo una luz con una longitud de onda situada en torno a pectro de longitudes de onda que va d esde el azul hasta e l naran-
los 580 nm, ya que en general reflejan luz verde, roja y naranja, asf ja. Por ùltimo, los conos de onda larga tienen su maxima sensibi-
como amarilla. Pero ~como se explica todo esto? lidad muy cercana a la d e los canas d e onda media, e n el amarillo
Hasta e l siglo XIX los cientfficos inte ntaron comprender el fe- verdoso, e n los 565 nm.
nomeno de la <<COrrespondencia de ]os coloreS>> por media de a]- Los conos no <<saben>> qué rrecuencia d e luz cstan absorbien-
gunas propiedades fisicas de la luz. Pero en 1801 el médico inglés do. Por sf solo, cada cano es d alt6nico. Lo unico que registra es
Thomas Young sugirio en una famosa conferencia que la explica- la intensidad coi"Uunta de la luz que se ha absorbido. Asf, un cono
cion no esta e n las propiedades de la luz, sino en la anatomfa del
ojo humano. Young desarrollo la teorfa «tricromatica>> d e la vi-
sion: adujo que en el ojo solo hay tres clases d e receptores, cada
uno de los cuales es especialmentc sensible a la luz de una zona
particular del espectro. Por Jo tanta, nuestra sensacion subjetiva
de color continuo se produce cuando el cerebro compara las res-
puestas de esos tres tipos distintos de receptores. La teorfa de
Young, pe rfeccionada en la década de 1850 por el médico escocés
James Clerk Maxwell y e n la d écada de 1860 por Hermann von
He lmholtz, sigue sie ndo la base de Jo que hoy e n dfa conocemos
sobre el funcionamiento de la retina.
La vision d e l color se basa en tres clases de moléculas de pig-
me nta que absorben la luz, las cuales se e ncu e ntran en e l interior 400 450 500 550
de los tres tipos d e células fotorreceptoras que posee la retina, los Intervalo de sensibilida d (normal izado) de los conos de oncla corta, oncla
conos de onda larga, de onda media y d e onda corta. Los conos media y o nda larga e n funci6n de su longitud de oncla.

z6s
de onda COl la 110 pucde cktc1111111,u 'Il·'"'"' ht· "''·' 1t 11 vinkt.t de· ~ I .NS II\1111>.\Il ,\ 1_..\S 11111 Ill N II ,S 1 ON(,I'Il IHO., IH. ONDA

baja intensidad (de 440 nm) o una h11 wr d<· d<· .tl ta trllt'II'IH I.ul
(550 nm) , de la misma manera que un co no de on da nH·d 1,1 t.un En la rctina h.ty en total unos seis millones de conos de tres ti-
poco puede diferenciar entre una luz de 550 nm y otra de!) 1() 11rr 1 pos distintos, que no se encuentran en cantidades similares: hay
con la misma intensidad. relativamente pocos conos de onda corta (violeta), diez veces mas
El cerebro establece qué color esta viendo comparando lo~o; conos de onda media (verdes) y muchos mas conos de onda larga
frecuencias a las que los tres tipos de conos absorben los fototH'' que de onda media. La mayor cantidad de conos de onda media y
Pero hay infinidad de distribuciones espectrales distintas que pu<· de onda larga da lugar a que el ojo sea mas eficaz para absorber la
den dar exactamente los mismos cocientes, por Jo que no pock- luz de onda larga del final del espectro (amarilla y roja) que de
mos establecer emUes son. Por ejemplo, como hemos menciona- onda corta (azul y violeta) en el otro extremo. De hecho, nuestra
do antes, una luz amarilla monocromatica con una Iongitud dt· vision diurna tiene una sensibilidad maxima a la luz de 555 mn,
onda de 580 nm crea exactamente el mismo cociente de absor- entre el amarillo y el verde. Esto significa que para que el ojo la
cion entre los conos que una combinacion de luz roja de 620 nm detecte, la luz amarilla requiere menor intensidad que la luz azul
y de luz verde de 540 nm. Y hay un numero infinito de otros <<co- o violeta y que la retina absorbe una mayor proporcion de la luz
lores metaméricos>>, es decir, de distribuciones espectrales que un amarilla que le llega que de la luz azul. Por otra parte, mas que
espectrometro considerarfa diferentes pero que al ojo humano Je cualquier propiedad inherente a la propia luz, Jo que hace que el
resultan iguales, porque producen los mismos cocientes de absor- amarillo nos parezca mas luminoso que el azul o el violeta es la
cion entre los tres tipos de conos. idiosincrasia de nuestra anatomfa. La luz azul no es menos intensa
Por Jo tanto, es importante que comprendamos que nuestro en si misma que la amarilla, de hecho posee mas energfa que ésta
espectro de percepciones del color no esta directamente determi- (la Iongitud de onda y la energfa son inversamente proporciona-
nado por la gama de luces monocromaticas en el espectro, sino les: la luz roja de onda larga posee la me nor energfa y la luz ama.-i-
por las distintas posibilidades de variacion de las proporciones en- lla una energfa mâs alta que la roja, mientras que la verde y la azul
tre los tres tipos de conos. Nuestro «espacio del color>> es tridi- tienen una energfa mayor que la amarilla. El espectro invisible ul-
mensional y contiene percepciones que no se corresponden con travioleta Liene una encrgfa aun mayor, tanta que dana la pie!).
ningun color del arco iris. Por ejemplo, nuestra percepcion del Se produce, ademas, una cierta desigualdad en nuestra sensa-
rosa se crea por un cociente de absorcion entre los tres tipos de cion de los colores: nuestra capacidad para discernir entre dife-
conos que no se corresponde con ninguna luz monocromatica rencias sutiles en la longitud de onda no es uniforme en todo el
sino con una combinacion de luces rojas y azules. ' espectro. Somos especialmente sensibles a las diferencias de lon-
Por la noche, a medida que la luz se va desvaneciendo, se pone gitud de on da en la zona, del amarillo y el verde y, de nuevo, se
en marcha un sistema de vision diferente. Los conos no son Jo bas- debe a las peculia.-idades de nuestra anatomfa. Dado que los re-
tante sensibles como para percibir la luz de muy baja intensidad, ceptores de onda media (verde) y de onda larga (verde amarillen-
pero hay otros receptores, denominados bastones, que son tan to) tienen maximos de sensibilidad muy cercanos, incluso las me-
sensibles que incluso pueden registrar la absorcion de un solo fo- nores variaciones en la longitud de onda dan lugar a cambios no-
lon. Son especialmente sensibles a la luz verde azulada de en torno tables en los cocientes de la luz absorbida por esos dos tipos de
a 500 nm. Sin embargo, nuestra vision con luz escasa es daltonica conos vecinos. En condiciones optimas, una persona normal pue-
no por~ue la luz en sf misma «olvide>>por la noche su longitud d~ de distinguir entre tonos amarillos que se diferencian en un solo
onda, smo porque solo existe un tipo de baston y, dado que el ce- nanometro de longitud de onda, pero en la zona del espectro azul
rebro no tiene con qué comparar las respuestas de este tipo unico y violeta nuestra capacidad para distinguir entre diferentes longi-
de baston, no puede producir ninguna sensacion de color. tudes de onda es menos de un tercio de la ante.-ior. Y con los to-

266
IIOS l<~jo~, (('IC<IIlO~
al ('XIH'IIHI tkl l''llt'( lin, Sn lllll'\ Îlll'il!-.11 lllt'IIIIS c·, C'ick lo' ttlonw 111111.11.1'1 clc• h.tsiOII , qut· <'<Ill'<. t'Il de los li<.·~ tipos
sensibles a las clifcrcncia'i de lougitudt·-. dc 111111:! q11c• t' tt 1.111111.1 dc· de· rouo.., y unit ,llllt'IIH' rtlt'llt,ul con los bastones, esos que a los
los azules. <kma'i sôlo nos sit wn para la vision nocturna.
Estos dos tipos de desigualdadcs en nuestra ~cns,t< i6n cid ro
lor -la sensacion de la variacion de luminosidad y la rapacid.ul
variable para distinguir malices en la longitud de onda- hau·n LA I'.VOLUCION DE LA VISION CROMÂTICA
que el espacio del color sea asimétrico. Y tai como se menciono t ' Il
la nota a pie de la pagina 104, esta asimetrfa crea en el espacio cid La vision humana del color evoluciono independientemente
color algunas divisiones mas << naturales» que otras, al aumentar la de la de los insectos, pajaros, reptiles y peces. Compartimos nues-
similitud en el interior de los conceptos y al disminuirla entrt' tra vision tricromatica con los simios y con los monos del viejo
el los. mundo, pero no con los demas mamiferos, y esto implica que nues-
tra vision del color se remonta a alrededor de treinta a cuarenta
millones de aii.os. La mayorfa de los mamfferos tienen una vision
DALTONISMO dicromatica: solo poseen dos tipos de conos, uno con una percep-
cion maxima en la zona entre azul-violeta y otro con una percepcion
Cuando uno de los tres tipos de conos falla, la discriminacion maxima en la zona verde (el cono de onda media). Se cree que la
del color se reduce a dos dimensiones de las tres habituales y esta vision tricromatica del primate aparecio en una fase dicromatica
situaci6n se denomina discromatopsia o daltonismo. El tipo mas mediante una mutacion que replico un gen y dividio el receptor
comlln de daltonismo es la ceguera para los colores rojo y verde, original de onda media (verde) en dos adyacentes, el nuevo situa-
que afecta a alrededor de un 8 % de los varones y de un 0,45 % de do un poco mas hacia el amarillo. La posicion de los dos nuevos
las mtücres, que carecen de uno de los dos tipos de conos (de onda receptores era optima para detectar la fruta amarillenta en un
larga ode onda media). Se sabe muy poco sobre la percepcion del entorno d e verde follaje. La vision cromatica del hombre parece
color de las personas con daltonismo, scncillamcntc porque no es haber tcnido una evolucion paralela al desarrollo de las frutas de
posible <<trasladar>> las percepciones de los discromatopsicos a las colores vivos. Tai y como escribio un cientffico, <<exagerando solo
de los tricromatopsicos. Se han rccopilado aigu nos informes de los un poco se podrfa decir que nuestra vision tricromatica del color
poqufsimos casos de personas con daltonismo en un ojo y vision cs una estratagema inventada por algunos arboles frutales para
normal en cl otro. Al utilizar el ojo normal como referencia, estas propagarse». En concreto, parece que nuestra vision tricromatica
personas dicen que su ojo daltonico tiene la percepcion del amari- del color cvoluciono junto a cierta clase de arboles tropicales con
llo y del azul. Sin embargo, dado que la interrelacion neuronal frutas demasiado grandes para que los pajaros sc las llevasen y que
asociada al ojo normal podrfa no ser normal en tales casos, la inter- son de color amarillo o naranja cuando estân maduras. El arbol
prctacion de esos informes no puede ser categorica. ofrcce una seii.al de color que es visible para los monos entre el
Otras formas de daltonismo son mucho menos frecuentes· un follaje de la selva que Jo oculta y, a cambio, el mono escupe a dis-
'
ti po distinto de discromatopsia, denominado tritanopia (popular- tancia la semilla intacta o la defeca junto al mantillo. En pocas
mente conocida como daltonismo para el and y el amarillo), apa- palabras, los monos son a las frutas coloreadas lo que las abejas a
rece en personas que carecen de conos de onda corta (azul). Este las flores.
trastorno afecta solo al 0,002% de la poblacion (dos personas de No esta claro hasta qué pun to el paso de la dicromatopsia a la
cada 100.000). Un problema mas grave es la carencia de dos tipos tricromatopsia fue graduai o abrupto, sobre todo porque no se
de conos. Los afectados son denominados monocromatas porque sabe a ciencia cierta si, una vez aparecido el tercer tipo de cono,
solo posecn un tipo de cono funcional. Un caso mas extremo aun se necesitaba un aparato neuronal suplemcntario para aprove-

268
dt.ll ),\'1 'lt'll<lk'> <jill' t'llltiÎ,I. ~Ill t'lllh,llgft, 1 ~ 1'\11)1 1111' ljlll ),t )11 '1 lo1t~1tudes de onda que refleja, pero las longitudes de onda re-
cepci6n del color podrfa no haht'l noltu11111.11l11 ck nt.tltc'l,l 11111 th-j.tda<> de forma natural dependen de las longitudes de onda
tin ua a lo largo del espectro dcsde dt ojo h.H 1,1 dt'>. li cmo '1okt.t. ck la Ill! original. Si la iluminaci6n tiene una mayor proporci6n de
como Magnus defendi6 en el siglo XIX. De hecho, si sc ron ... idt'l,t lut de una cierta longitud de o nda, por ejemplo , mas luz amari-
un periodo de tiempo de cientos de millones de ai1os, cl dc'>.ttl 1, lla, inevitablemente los objetos reflejaran una mayor proporci6n
llo se produjo exactamente en sentido contrario. Eltipo de< o11o de lu~: amarilla. Si el cerebro captase las senales de los conos tai y
mas antiguo, que se remonta hasta el periodo premamffcro, t'' 1'1 <omo son, experimentarfamos el mundo como una serie de fotos
unico con la maxima percepci6n en el extremo azul-violcta cid hcchas con câmaras baratas, con el color de los objetos cambian-
espectro, sin ninguna sensibilidad para la luz amarilla y roja. El do sin cesar en funci6n de la iluminaci6n.
segundo tipo de cono en aparecer fue el que tenia la percepcion Desde una perspectiva evolutiva, es facil comprender por qué
maxima en el verde, lo cual ampli6la sensibilidad del ojo mucho no seria una situaci6n muy c6moda. Si la misma fruta de un arbol
mas hacia el extremo del rojo en el espectro. Y, por ultimo, el ti po pareciera de un color al mediodia y de otro diferente por la tarde,
de cono mas joven, de hace unos trein ta a cuarenta millones dt· el color no seria una ayuda valiosa para reconocerla; de hecho,
anos, tiene la maxima percepci6n apenas mas lejos, hacia el extn·- seria un estorbo. No obstante, en la practica, el cerebro realiza un
mo rojo, en el amarillo verdoso, lo que aument6 la sensibilidacl tremendo trabajo de compensaci6n y normalizaci6n con el fin de
del ojo a la onda larga del final del espectro. crear para nosotros una percepci6n del color relativamente esta-
ble. Cuando las senales de la retina no se corresponden con lo
que quiere o espera, el cerebro las normaliza con su funci6n de
EL PtiOTOSHOP DEL CEREBRO «arreglo instantaneo>>, conocida como <<estabilidad de color>>. Sin
embargo, este proceso de normalizaci6n es mucho mas sofistica-
Hasta donde yo sé, todo lo mencionado aquf sobre los conos do que la funci6n mecanica de <<equilibrio de blanco>> de las ca-
en la retina es correcto. Pero si allector le da la impresi6n de qut• maras, porque se basa en la experiencia general que el cercbro
realmenle explica nuestra percepci6n del color, tiene derecho a posee sobre el mundo y, en concreto, en los recuerdos y las cos-
sentirse estafado. De hecho, los conos son solo el primer paso dt· lumbres almacenadas.
un proceso, tremendamente complejo y todavia desconocido en Por ejemplo, esta demostrado que la memot·ia lejana y el reco-
su mayor parte, de normalizaci6n, compensaci6n y estabilizaci6n, nocimiento de objetos juegan un pape! importante en la percep-
algo asi como el equivalente cerebral de la funci6n de «arreglo ci6n del color. Si el cerebro recuerda que un objeto deberfa tener
instantâneo>> de los programas informaticos de manipulaci6n dt· un determinado color, tratarâ de asegurarse de que realmente
image nes. veamos dicho objeto de ese color. En 2006, un grupo de cientifi-
(Se ha preguntado el lector alguna vez por qué las câmara-; cos de la Universidad de Giessen , en A1emania, llev6 a cabo un
baratas distorsionan el color? (Por qué, por ejemplo, cuando sc experimento fascinante para demostrar los efectos de la memoria
hacen fotografias de interior o con luz artificial, de repente los sobre la percepci6n del color. Mostraron a los participantes una
colores parecen distorsionados? (Por qué todo parece falsamente pintura en un monitor, con algunos puntos aleatorios de un color
amarillo y por qué los objetos azules pierden su lustre y se con- concreto, pongamos por caso el amarillo. Los participantes tenian
yjenen en grises? Bueno, no son las camaras las que mienten, cuatro botones a su disposici6n y se les pidi6 que ajustaran el co-
sino nuestro cerebro. Bajo la luz amarillenta de una bombilla, los lor de la pintura presionando esos botones hasta que los puntos
objetos se vuelven mas amarillos y los azules se conyjenen en gri- aparecieran completamente grises, sin restos amarillentos o de
ses o, al menos, asf Jo considera cualquier aparato objetivo de cualquier otro color del prisma. Como era de esperar, el tono al
medici6n. El color de un objeto depende de la distribuci6n de las que llegaron fue realmentc cl gris neutro.
Se tt>plll<> l'lllll\1110 ('li.IH'IIIIH'IIIo. nl.t \Cl 'iÎ II pllttlos .tk.tlllt i11s
amarillos en la pan talla, que habl<lll "ICio 1 t't' lllplt~~.tdm pot la j 111 :1
gen d e un ~b~~to reconocible, como un platano. A los J>.IIIIC ip. 111
tes se les ptdto d e nuevo que ajustaran el tono pt'CSionando lm
botones hasta que el pbitano apareciera gris. Esta vez, sin emhmgo,
el tono real con el que acabaron no fue un gris puro sino un l <llllo
azulado. En otras palabras, los participantes fue ron mas ali;\ dd
gris antes de que el pl<itano les pareciera realme nte gris. Esto signi-
fi ca que cuando el platano era ya objetivamente gris, aun Jo velan
Notas
un poco amarillo. El cerebro, por Jo tanto, confia en sus recue rdos
almacenados d e c6mo es un platano y dirige la percepci6n del co-
lor en esa direcci6 n.
I NTRODUCC I ON: LENGUA, CULTURA Y PEN~AMH.NTO
Probablemente la implicaci6n d e la lengua e n el proceso de la
informaci6n visual d el color te nga lugar en el a mbito de la norma-
Pagina\
lizaci6n y la compensaci6 n y, a pesar de que no esta claro c6mo
funciona en la practica, parece verosfmil asumir que los concep- 11 «Hay cuatro lenguas en el mundo que mcrece la pena utilinr>•:
tos del color e n una le ngua y la costumbre de establecer dife re n- J en.JSalem Talmud, Tractate So(ah, pag. 30a (17'K1 .o71ll:1 1:1:::1 illl:lnill:17
cias entre ellos contribuyen a almacenar recue rdos, que el cere- ]'Kl nmill7 :1ll:::l1K 11:::1'17 '1:::lll "7'K7 '0110 :::l1j?7 'IJ11 11JT7 Tll7 ]:1).
bro aprovecha para gene rar la pe rcepci6 n d el color. 13 «Senales significativas del gcnio y de las maneras»: Bacon, 1861:
4 15. (De dignitale el augmenlis scientiarum, 1623, Libro 6: «Atque
una eliam hoc jJaclo capientur signa haud levia {sed obsl't'Vatu digna
qund fnrlasse quispiam non jJUtaretl de ingeniis et moribus populorum et
nationum, ex lingttis ipsonmz.,. )
13 «Todo confirma que cada lengua cxpresa el can\cter»: Condillac,
1822: 285.
13 «El inte lecto y e l car.icter de toda naci6 n est.an acunados en su
le ngua»: He rder, 18 12: 354-355.
13 «En gran medida inferimos el esplritu de la naci6n »: Emerson ,
1844: 251.
13 << Podemos estudiar eJ carâcter de un pueblo•• : Russell, 1983: 34.
14 Cicer6n sobre inrptus: De oralore, li, IV. 18.
14 << LOque hablan los romanos es unajerga vil mâs que una lengua
vermicula>> : Dan te , De vulgmi eloquentia, 1, 11 .
14 << La le ngu a mas 16gica, mâs clara y mâs transparente »: Brunetière,
1895: 318.
14 Voltaire sobre e l inigualable ge nio del francés: Dictionnaire Phila-
sophiqul' (Besterman , 1987: 102): «Le gmil'(lnette langtœ est u1 clarté
et l 'ordre: car chaque langue a son génie, et ce génie consiste dans la faci-
lité que donne le langage de s 'expri11wr plus ou moins heurmsement,
d 'employt>r ou de rt>jeterles tours familiers aux autres langues ... [El ge nio
de esta lengua est<i e n la claridad y el orde n: pues cada le ngua

273
l'ng111a

ùene su genio y esc gcnio <'<>lhl'>lt' C' ll l.t l.u ilid.ul qtu· d.t la lc 'IIH"•' J..'111111il'\ 11'1/f/11'.1) que la lc ngua lrancesa sc presta como nin guna
para expresarse de mancra m<îs o llH'IHI\ o~dc ·c 11.ul.t, dc· us,u o tc ' o tt ,l a esta ro ntraposicion humoristica que pone en perspectiva,
chazar los giros que les son familiarcs a ~;,.,ou as 1<-nl{u.t,.l p01 c jc mplo, al Voltaire de las grandes œuvres co mo Candide o Les
14 Gramaùcos francescs del siglo xvn : Vaugelas: RNnaltflll'\ \Ill !11 LettrP!> philo!>ophiques con el Voltaire capaz de «cocinar» hors
Langue Françoise, Nouvelles &marques, 1647 (Vaugelas, 17:H~: 170) d'œumes (apcriùvos) como ese tan chovinista sobre el <<genio ex-
«la clarité du langage, que la Langue Françoise affecte .11u lolifl'.\ lt•1 1 "" cc pcio nal de la lengua francesa. [N. del T]
gues du monde>•. [La claridad de la lengua, que diferen cia a la ku 17 El cientifico marciano d e Chomsky: Piattelli-Palmarini, 1983: 77.
gua francesa del resto de las lenguas del mundo.] François Clt, 11 19 «En un senùdo etnografico amplio»: Tylor, 1871: l.
penùer, 1683: 462: «Mais ne conte-t-on pour rien cele admirable quollfr 22 Como ellector ha podido apreciar, la fabula aqul contada se basa
de la langue Françoise, qui possedant par excellence, la Clarté & la Nd e n un juego de palabras y en la confusion que éstas provocan en
telé, qui sont les perfections du discours, ne peut entreprendre une tmdu1 e l narrador occidental ante el uso insolito que la lengua ziftana,
lion sans Jaire l'office de commentaire?... [(Acaso es van a esta admi t 01 ajena por completo a sus convenciones culturales, da a d os uni cos
ble cualidad de la lengua francesa, que posee por excelencia, la términos -rocilla y avesa- para designar por parejas helerogéneas
Claridad y la Limpieza, que son las perfecciones del discurso, de· cuatro sustantivos de dife rentes colores. Ademas, desde el punto
tai manera que la simple traduccion de un texto desde otra leu- de vista de la estructura del relato, el narrador se guarda un as en
gua al francés Jo convierte en un verdadero comentario?] la manga: e l truco mediante e l cual, por decirlo con palabras de
14 «Los franceses seguimos exactamente en todas nuestras expresio- Enrique Anderson Imbert, «engana allector y en los ultimos ren-
nes el orden del pensamiento»: Le Laboureur, 1669: 174 (Avanta- glones Jo desengana con una sa! ida inesperada» ( 1èoria y técnica
ges de la langue françoise sur· la langue latine). del cuento, Editorial Ariel, Barcelona, 1991 , p. 99), pues Jo va pre-
15 «Lo que no esta claro puede ser inglés»: Rivarol , 1784: 49 (Di.1- parando paulatinamente para que ansle la resoluci6n del galima-
cours sur t Universalité de la langue française). tias entre roci lla y avesa y, al final, con una imprevisible pirueta,
1!'i F.l inglé<; es <<le ngua met6dica, enérgica, eficiente y sobria»: Jes- se sale por la tangente sin resolverlo: la absurda moraleja d el zif-
persen , 1955: 17. tanohablante esquiva diferenciar los dos conceptos que crean
15 «Pero yo creo profundamcnte que cs la lengua espanola»: Carlos confusio n (rosa y avecilla) en el interior de cada una de las palabras
Fuentes duran te el Ill Congreso lnternacional de la Lengua Espa- rocilla y avesa ... al tiempo que con mina a su interlocutor occi-
iiola, celebrado en Rosario (Argenùna, 2004): http:/ /www.congre d ental a que nunca confunda Jo que e n éste no provoca confusion
sosdelalengua.es/rosario/inauguracion/fucntes_c.htm [N. dell.] alguna - rocilla con avesa-, pues desde el principio es el pro pio
15 «Vision monista deluniverso»: Whorf, 1956 [1940]: 215. narrador quien deja claro que tanto una palabra como la otra
15 «Si nuestro sistema de ùempos verbales fuese mas fragil»: Steiner, tiene n sus campos sema nùcos perfectame nte d e limitados.
1975: 167, 161. Edici6 n en espanol: Steiner, George, Después de Asl al poner de maniltesto las enormes dificul tades de enten-
Babel. Aspectas dellenguaje y la traducci6n, Fon do de Cul tura Econ6- dimie~to entre lengua~ y culturas muy distantes, esta fabula resu-
mica, Madrid, 1981. me a la perfecci6n la intencionalidad d el autor a la hora de de-
16 La revoluci6n anglicana debida a a la gramatica inglesa: IIarvey, mostrar que toda le ngua es e l eco d e la cultura espedfica en la
1996. que surgio yeso hace que el mundo «sue ne » difcrente. Pe ro eso
16 En el original, «lt seems that big thinkers in their grandes d'œuvres no es todo, pues incluso e ntre lenguas mas cercanas, como el es-
have not always risen much above little thinkers over their hors panol y el in giés, puede haber dificultades y ha de ser cltraductor
d'œuvres». Este juego de palabras alude ir6nicamente a los ante- quien se encargue d e resolverlas (véase el capltulo 8, «Sexo y sin-
riores comentarios d e l autor a prop6sito de las conjeturas sobre taxis»). Desde el punto de vista de la logica narrativa, el problema
naciones y lenguas que tienen lugar en la mesa a la hora de los que se me planteo al trasvasar al espanol esta fabula e n lengua
aperitivos. Francia otorga tanta importancia a la grandeur d e su inglesa arcaizantc fue que la traduccion li terai d e la palabra bird
pasado (en el que todo es grande: grands hommes, grands exploits, por pajaro me impedirla - y acudo de nuevo a Anderson lm-

274 275
I'IIJ.,I11111

bc1 t- cngail<u al lcct01 pa1a ltwgo ch" IIK.111.11lo cc111 !.1 ""''·"'l' lt'll).\11·1 01 al, 1' (ma no) -.uek utili;ar!>e tanto para mano como
inesperada del ziftanohablantt•. 1.•1 l.tt<lll t'' lll\1\ wnc dl.1 1.1 lc •11 JI'"'' h1 a;o. lk lorma sim ilar, el in giés tienc un a palabra, nape,
gua inglesa permite que Guy DeutsdH'I manH';1g.1 la nulf11,Îo11 CJII(' h.tee refcrcncia a la parte posterio r del cuello, pero en e l
entre bird y rose hasta el ultimo scgundo dcbiclo a qut• oc ul1.1 1111 mo cotidiano neck se refiere tanto a la parte anterior como pos-
dato fundamental: que estos dos sustantivos hcrmanadm .uhi11 11 tel ior.
riamente -pajaro y rosa- son de distinto ghmv. En camillo. 1,1
lengua espanola no Jo oculta, pues el artîculo que acomp.111.1 11
toda sustantivo discrimina e l género y ninglin hispanohabl.ulfc' CAPITULO 1: C6MO NOMB RAR FL A RCO IRIS
confundirfa nunca un roci lla con una rocilla ni un avesa con una
avesa. Por eso, si hubiese traduciclo bird por pâjaro, que sc11,1 lu ~l? .. F\mdo el sublime oficio de poeta»: Gladstone, 1877: 388.
normal en otras circunstancias, hab rfa impedido el crescendo dt· 1.1 :~7 «El fenomeno mas portentoso de toda la historia de la cuttura
tension narrativa y con ello diluido e l efecto de sorpresa, eso CJIII' humana»: Gladstone, 1858, vol. 1: 13.
Carlos Bousono denomina «ruptura del sistema». :~8 Opinion de Gladstone sobre Homcro: Wemyss Reid, 1899: 143.
Ante tai situacion, en lugarde traducir bird por pâjaro he utili 38 «Vives tan inmerso en 1lomero y en la le ngua griega»: Myers,
Lado e l término también arcaizante de avecilla, que comparte (' OII 1958: 96.
rosa el género femenino. En las lfneas que preceden a la tram 38 Resena del Times de Londres sobre Gladstone: «Mr Gladstone's
cripcion de la fabula supuestamente encontrada en una bibliotc- Homeric Studies», publicada cl 2 de ago~to d e 1858 (unas 12.700
ca, Deutscher la situa temporal mente en el siglo xvm y en las que· palabras).
la suceden alude a Los viajes de Cultiver como «posible» fuentc· 39 .. Hay pocos hombres püblicos en Europa»: J ohn Stuart Blackie,
jonathan Swift publico su obra maestra en 1726 y mi avecilla pm- aparecido e n e l TimPs de Lo ndres c l 8 de noviembre de 1858.
cede de un texto espaiiol contcmporaneo del de Swift, Mystun 39 «El hombre de Estado, el orador, el eruclito»:.John Stuart Blackie,
fundamenlal de Christo Seiior nue.çtro, explirndn Jmr el glorioso, y bento HomP HPllmimP (1874). Die H omrrischen Realim, de E. A. W. Buch-
Padre San juan de la Cruz, de fray Antonio Arbiol , publicado c11 hol7 ( 1871 ), dedicad o al Dnn eifrigPn Pjlegn· und Fordeœr der Home-
Madrid e n 1761. He aquf la cita textual e n el espaiiol de la época: rischen Forschung.
«El que dà cumplimiento a sus apetitos, le cs forwso el trabajo dt· 39 «Es un poco monote matico»: cana al duqu e de Argyll , 28 de
desnudarse de ellos. En e l dàr cumplimiento sc supone e l consen- mayo de 1863. (Tennyson , 1897: 493.)
timiento; y assise mancha cl alma. Como e l Ave, que llega à tocar 39 «Puecle que el seiior Gladstone sca un docto, e ntusiasta»: john
cosas inmundas, y se mancha con e lias: El que toca lo inmundo, Stuart Blackie, apareciclo en cl Times de Londres el 8 de noviem-
se man cha con ello, dixo Di os: Qui letigerit immundum... immundu1 bre d e 1858. Sobre la acogida de los 1/omrric Studies de Gladstone,
erit. Dos diligencias pide cl Beato Doctor en la Avecilla, que s<• véase Bebbington, 2001.
manchô, tocando cosas inmundas. /,a flrimera es, apartarse de lo 39 «Un claro ejemplo de la incapacidad de los ingleses para hacer
que la manchô. La segunda es, purificarsc de la man cha•• (p. 142). algo valioso en filologfa•• : Marx, carta a Engels, 13 de agosto de
[N. delT] 1858.
23 «lmpresiones del alma»: Aristotelcs, De lnterpn•lalione, 1, 16a. 40 «Hay tanta belleza, orclen } cstructura en el argumenta de La
25 «Gran cantidad de palabras de una lengua que no tienen equiva- /Liada que clan fe por sf solos de que e l au tor es un llomero per-
lente en otra»: Locke, 1849: 315. sona! e indiYidual»: Morley, 1903: 544.
26 El tagalo: Fo1ey, 1997: 109. 40 Ilias, Wilusa y los antecedentes historicos de la lliada: Latacz,
26 Partes del cuerpo: véase Haspelmath el al. 2005: << Hand and Fin- 2004; Finkelberg, 2005.
ger» [mano y dedo). En hebreo antigua habla una diferencia 41 Leto «representa a la Santfsima Virgen Marfa»: Gladstone, 1858,
entre 1' (mano) y ll1iT (brazo) y esta (dtima toclavfa se utiliza en vol. Il: 178, véase también e l vol. Il: 153.
algunas expresiones idiomaticas en hebreo moderno, pero en la 42 La originalidad de Gladstone: e ruclitos anteriores, tan antiguos

277
como Scaligcr en 1!>77, h,ll>r•llt wi•.rl.ulu l.t p.u qtwd.ul dt 1." de~ ll''>ponckll.l que al crflico le funciona mal el organo de la poe-
cripciones del co lor en los csniwr,., '"'''K"O\ (vt''"'' Sl...u d, 1q Ill .,,,, .,: Blatkic, 1866: 417.
166), pero nadie antes que Gladslorw comprt'IHli o qtu· 1." thlt •1•1 «M<'ntalidad de contador de alubias propia de un ministro de
rencias entre nosotros y los antiguos iban mâs alla de diwr K' '"• i ·~ L~conomla» : The Times, 12 de agosto de 1858, «Mr Gladstone's Ho-
ocasionales en los gustos y las modas. En el siglo x" 111 , por t'Jt'llt meric Studies>>.
plo, Friedrich Wilhelm Ooering escribio ( 1788: 88) que .. e.,t.r • 1,1 15 ioeidea ponton: uno de los traductores de la lliada al espanol, Feli-
roque en los tiempos antiguos, tanto los griegos como los 1 or n.t pe jiménez Sandoval, lo tradujo como •• mar violeta» en la edicion
nos podfan funcionar sin muchos nombres para los color , ...,, tl• espanola de la Editorial Edaf, Madrid, 1981. [N. del t.]
los que épocas ulteriores no pudieron librarse, toda vct Cjllt' lo~ 45 Homero aplica también el término «violeta» al hierro: Iliada,
objetos de lujo habfan aumentado hasta el infinito, porque la·"" 23.850.
tera simplicidad de hombres tan poco sofisticados abo rn·t 1.1 •16 << Nadie puede ser insensible a la Hamada de los colores que se
aquella gran variedad de colores en prendas y edificios, que· c·u esparcen por toda la naturaleza»: Goethe: Beitriige zur Chromatik.
epocas posteriores, hombres mas transigentes y delicados pme Il 46 Juan Ramon Jiménez: Oberon a Oberon, en Juan Ramon Jiménez,
raron con mayor celo•• . (Hoc autem primum salis constat antiqrmu Antologia poética, prologo de Jenaro Talens, Madrid, Visor (en pren-
mis lemporibus cum graecos tum romanos multis colorum nominib111 ,,, sa) [N. del T.]
rere potuisse, quibus posterior aelas, luxuriae inslumenlis in infimtr,, 46 <<Homero tenfa ante sus ojos el ejemplo mas perfecto de azul »:
auctis, nullo modo supersedere potuil. A multiplici enim et magn(l '"'' Gladstone, 1858 vol. III: 483.
colorum in veslibus aedificiis et aliis operibus varietate, quam po1thw 46 Para poner en su contexto las citas textuales de los pasajes homé-
summo studio sectati sunt molliores et delicaliores homines, abhom1ml ricos, véase Homero, lliada, edicion y traduccion de Antonio L6-
auslera rudium illorum hominum simplicilas.) Y en su Farbenlt'llrr pez Eire, Catedra, Madrid, 2008. [N. del T.]
(1810: 54) , Goethe explicaba sobre los antiguos que «fhre FariJnl 47 <<Cual devastador fuego bosque inmenso»: Iliada, 2.455-2.480.
benennungen sind nicht fix und genau bestimmt, sondern beweglich 11 ml 48 <<Echo hacia un lado la cabeza»: lliada, 8.306.
schwankend, indem sie nach beiden Seilen auch von angrenzenden f<(, 48 <<Cual rizadura sobre cl mar vertida»: lliada, 7.64.
ben gebraucht werden. Ihr Gelbes neigt sich einerseits ins Rote, andrennll 48 << La naturaleza estableci6 para nosotros»: Gladstone, 1858, vol. III:
ins Blaue, das Blaue teils ins Crüne, leils ins Rote, das Rote bald , , 459.
Celbe, bald ins Blaue; der Purpur schwebt auf der Crenze zwischen R11t 49 <<Segufan siendo vagas e indefinidas»: Gladstone, 1858, vol. Ill: 493.
und Blau und neigt sich bald zum Scharlach, bald zum VioleUen. JmU.m 49 <<Tras haber sometido los hechos ajueccs muy capacitados, po r-
die Allen auf diese Weise die F'arbe als ein nic/tt nur an sich Beweglic/1,., que cl caso parecfa abierto a preguntas de enorme intcrés sobre
und Flüchtiges ansehen, sondem auch ein Vorgefühl der Steigerung mu/ la estructura general de los organos humanos, asf como a las leyes
des Rückganges haben: so bedienen sie sich, wenn sie von den Farben ,,.. del crecimiento hereditario»: Gladstone, 1877: 366.
den, auch solcher Ausdrücke, welche diese Anschauung andeuten. s, 50 En el original, colour blindness. Aunque en sentido estricto este
binomio significa <<ceguera para los colores», es decir, acromatop-
lassen das Celbe roleln, weil es in seiner Steigerung zum Roten Jührt, odn
sia, en la practica suele uli lizarse incorrectamente para designar
das Rote gelbeln, indem es sich oft zu diesem seinen Ursprunge zurürh
neigt». a los daltonicos, que padecen el dallonismo o ceguera parcial
para colores diferentes, es decir, discromatopsia. El qufmico in-
43 «A veces el mar puede parecer rojo debido a diversos tipos de al-
giés John Dalton (1776-1844), que padecfa este trastorno d e la
gas»: Maxwell Stuart, 1981: 10.
vision cromatica, describio con nitidez sus propias deficiencias,
43 «En las zonas meridionales algunos vinos muestran reOejos azuks
que mas tarde recibieron el nombre de daltonismo en su honor.
y violetas, y especialmente el vinagre de los vinos caseros»: Chris-
Para mas detalles, véase el Apéndice de este libro y Fernando Na-
tol, 2002: 36.
varra, Diccionario critico de dudas inglés-Pspaiiol de medicina, McGraw-
44 <<Si un hombre dijese que al trovador le funcionaba mal el organo
Hill-Interamericana, 2:' edicion (Madrid, 2005). [N. del T.]
del color por haber designado el mar con esa vaga palabra yo (('
50 <<En los griegos de las épocas heroicas el organo del color y sus

279
''"!.'"'" l'r 1(11111
irn pre~iones eMaban dt.''><ll 1oll,u lm 'ulo 1 11 p.11 '''": <!1. 11 '''' 1111 , !'i l .. t''"' h1anno,, <il' nt<l'> dt• d~t•t nul \l'IS<>s•: Ccigct,
IH7H: 17.
1858, vol. III: 488. El lll'lll <'O Ill blin> rat t.•re de palabra para el color at.ul: como han
51 ••Percepciones tan naturales y habituait-~ pa1.1 IIO'>OIIO'> , 0 n 1•1 11 'l'tt.II.Hlo diH·rsos cruditos, dcsde Delitzsch, 1878: 260, 1898: 756
sultado de un lento desarrollo de tradiciones en el cono< an1 ir•n1n <'n.tdl'lantt·, asf w mo el propio Geiger ( 1872: 318); en el Antigua
y en la formaci6n del 6rgano humano, que se iniciütlliH ho :11111'11 kstanH'IllO, en cl Éxodo 24:10 (que se re pite en ELcquiel 1:26),
de que ocupasemos nuestro lugar en la evoluci6n de la hu111.1111 h.•y un comcntario crlptico que parece relacionar el cielo con el
dac!»: Gladstone, 1858, vol. III: 496. I.IJ>ishl!ltli, al menos indirectamente. En Éxodo 24, Moisés, Aarôn
52 ••El ojo puede necesitar acostumbrarse a un sistema orden,ulo dr y diccisietc de los padres de Israel subieron al monte Sinaf para
colores para adquirir la capacidad de diferenciarlos enta e , ,. ver a Yahvé: «Y entonces vieron al Dios de Israel. Bajo sus pics
Gladstone, 1858, vol. Ill : 488. habfa algo parecido a un mosaico pavimentado con lapislazuli y
52 «El 6rgano que recibi6 Homero estaba aun en su infancia, ,..111 era como la verdadera esencia de los cie los en toda su puret.a».
1
en nosotros ya se ha desarrollado. Y se ha desarrollado tanto qur l1ay aqul dos descripciones del «pavimento» bajo los pies de Dios:
cualquier nirio de tres anos de nuestras guarderfas conon· -1 11 primera se dice que esta superficie tienc la apariencia de un mo-
que equivale a decir que ve- mas colores que el fundadoa 11••1 dela de ladrillos de lapislazuli y, después, se afirma que es tan
sublime oficio de poeta»: Gladstone, 1877: 388. puro como la verdadera esencia de los cielos. El cielo no se com-
52 Gladstone fue tan exacto e intuitivo que no serfa correcto catalo- para directamente con el lapislazuli, pero a nadie se le escapa que
garl o como mero adelantado a su tiempo. Sobre la moderniclad las dos descripciones se basan en una est recha asociaci6n entre cl
de su analisis, véase también Lyons, 1999. cielo y su azul semiprecioso. Con respecto a la interpretaci6n de
este pasaje, véase Durham (2002: 344).
56 Citas de Geiger, 1878: 49, 57, 58.
CAPITULO 2: UNA PISTA FALSA DE ONDA l.ARGA 56 Las confusiones de Geiger sobre el blanco y cl negro: puede que
Geiger supusiera que e l blanco y el negro debcn considerarse
53 La confercncia de Geiger, «Ueber den Farbcnsinn der Urzeit und «colores>> unicamente si tienen nombres al~jados de lut. y oscuri-
seine Entwickelung», tuvo lugar en Frankfurt am Main ant<' la dad. Esto podrfa cxplicar sus crfpticas (y aparentemcnte conflic-
Asamblca de Naturalistas y Médicos Germanos, e l 24 de septiern- tivas) declaraciones sobre la posici6n del blanco con respccto al
bre de 1867 (Geiger, 1878). rojo. En su texto ( 1878: 57) afirma: «WPijJ isl in {dm iirhtm Rigveda-
54 Las audaces teorfas originales de Geiger: muchas de aquella~ lieder] von roth norh lwum gesondPrb•, pero en e l Indice del segundo
ideas, como e l debate sobre los cambios independientes de soni- volumen de su Ursprung und J·:ntwirkelung dt>r mensrhlirhen Sprarlœ
do y significado, que anticipan la arbitraricdad del signo de Sau~ und Vmnuzft (1872: 245), inacabado y publicado p6stumamente,
sure o el dcbate sistcmâtico de las evoluciones semânticas de lo utiliza cl orden contrarip: «Roth im Rig11eda norh nirlzl bestimml von
concreto a Jo abstracto, aparecen en Geiger, 1868, y en sus notas •
wn}J gesrhiedm» . Por dcsgracia, el texto del volumcn inacabado
p6stumas (Geiger, 1872). Véase también Morpurgo Davies, 199H: termina a ntes del apartado en cuesti6n , por loque es imposible
176, sobre las ideas de Geiger sobre el acento en el indoeuropco. determinar lo que Geiger quiere clecir exactamcnte a prop6sito
Para conoccr sobre la vida y la obra de Geiger, véase Peschicr, del blanco.
1871; Keller, 1883, y Rosenthal, 1884. 57 Las pistas en las notas de Geiger: en Dt>r Urpsrung dt>r Sjmu'he
54 Fueron los descubt·imientos de Gladstone los que picaron la cu- (1869: 242) escribiô «Da}J es sirh auf niedrigm Entwirkehmgsstufen
riosidad de Geiger. No obstante, parece que Geiger malinterprc- noch bt>i hnttigen Volkern iihnlirh vt>rhiill, wiirde es leirht srin zu uigm».
t6 un aspccto del anâlisis de Gladstone, pues considcr6 (1878: Y en sus notas publicadas de forma p6stuma considera explicita-
50) que habfa crefdo en la leyenda de la ceguera de 1Iomero, mente la posibilidad de que la lengua vaya a la zaga de la percep-
mientras que, segtln hemos visto, Gladstone se enfrent6 explicita- ci6n (1872: 317-318): «{es] selzl sich eine ursprünglirh aus IJollignn
mente a dicha leyenda. Nirhlbemn1œn hervorgegrmgme Gleirlzgülliglœit gegen die l·àrbe des 1/im-

z8o 281
''''~!."'" /',ll:' llll
11/Pl.\ ... jo11. J),., 1/wwu•( 111 du'\1'11 / l nft·/1 r~•11d{111thll'lr11n 11ltu•n1. 1111 (i 1 1•1 ,111 ,11t"' dt·< :ttd,tolH' sob1 c Magnus: Gladstone, 1877.
Sinne von blau genant, sonder.~l'i11r Bltwt• /u•111l Jwm;..brh t'tllrhwu'K,.,I, (il . ~, t. 1 ( ap.tdd.ld de distinguir colores»: Wallace, 1877: 471 n. 1.
und ohne Zweifel geschieht dies weil die.!>elbP 1dzr lJlaurj mrh/ lllllllllli'IIHn No obstante, cambio de idea al aiio siguiente (Wallace, 1878:
mit dem Dunkel venvechselt werden konnle... Reizmd isles 1oda1m, da.\ 2'1(i) .
Ringen eines unklaren, der Sprache und Vernunfl überallwn l'i'nige wr- Iii .. t.011 conos mas delicados de la retina»: Ernst Haeckel, conferen-
nige Schritte vorauseilenden Gefühles zu beobachten, wie es... hie und da cia pronunciada en Viena el 25 de marzo de 1878 (H aeckel, 1878:
blojl zufiillig einen mehr oder weniger nahe kommenden Ausdrurk lPihb>. 1 l") .
58 El choque de trenes de Lage rlunda: Olsén, 2004: 127 y siguientes, 63 .,y el resultado de esta costumbre>>: Lamarck, 1809: 256-257.
Holmgre n , 1878: 19-22, pero para una vision crftica, véase Frey, (). .,: > Wallace sobre el cuello de laJïrafa: 1858: 61
1975. El peligro del daltonismo e n el persona! de los ferrocarriles 64 «De muy niiio ten ia la pie! de ambos pulgares muy agrietada por
ya lo habfa senalado veinte anos ames George Wilson (1855), ca- haber estado expuestos al frio, ademas de padecer alguna enfer-
tedr::itico de Tecnologfa en la Universidad de Edimburgo, pero medad cutanea»: Darwin, 1881: 257. Darwin cita, también apro-
no parece que su libro tuviese much a repercusion. batoriamente «los famosos experimentas de Brown y Sequ arcl»
59 El daltonismo e n los pcriodicos, por cjemplo, el New York Times sobre las cobayas, que se utilizaban en aquel tiempo para demos-
del 8 de julio de 1878: «Color-blindness and its dangers»; del 26 trar que Jas operaciones de determinados nervios e n la madre los
de enero de 1879, «Color-blindness: how it e ndange rs railroad heredaba la gen eracion siguiente. , . . .
travelers-some interesting ex periments before a Massachusetts le- 65 La creencia en el origen hereditario de caractcnsttcas adqumclas
gislative committee»; del 23 de mayo de 1879, «Col01· blindness of fue practicamente un iversal: Mayr, 1991: 119. Para mas informa-
railroad men»; del 17 de agosto de 1879, <<Color-blind railroad cion sobre Weismann, véase Mayr, 1991: 111.
men; a large percentage of defective vision in the employees of a 65 «Weismann aborda su proyecto»: G. B. Shaw, introduccion a Bark
Massachusetts road»; del 30 de noviembre de 1879, «Color-blind- to Methuselah (1921: xux). De hec ho, Shaw sen tfa un a profuncla
ness». Véase tambié n Turner, 1994: 177. aversion por e l (neo)darwinismo y creia apasionadamcnte en la
60 T1 atado de Magnus: de hecho, Magnus publico dos monograffas evolucion lamarckiana.
ma!. o menos idénticas en e l mismo aiio (1877a, 1877b), una de 65 The ThrrP Blind Mirees un a popular rima infantil britânica. [N. del T.]:
caracter mas académ ico y la otra mas popular.
60 La entusiasta conferencia de Geiger: como Jo describio Delitzsch Thrte blind mice, thm blind mice, Tres rawnes ciegos, tres rawncs
(1878: 256) « ... in einer zündenden Rede über den Farbensinn der ci egos,
Mensrhheib•. See how they run, see how they run, mira c6mo corren, mira c6mo
corren,
60 Modelo evolucionista de Magnus, 1877b: 50.
They all ran after the butrher's wije, corrfan demis de la mujer del
60 <<El rendimiento de la retina fue aumentando progrcsivamente»:
carniccro,
Magnus, 1877a: 19. Véase tambié n Magnus, 1877b: 47. que les conô el rabo con un
Who eut off their tails with a carving
60 «Tan opacos e invisibles para e l ojo humano»: Magnus, 1877a; 9. cuchillo de trinchar,
knije,
61 La teorfa de Magnus se convirtio en uno de los te mas cientfficos ~hablas visto algo parccido en tu
Did you ever see such (t thing in your
que despertaron mas pasiones e n aquellos tiempos: segun Tur- \'ida,
lije,
ner, 1994: 178, la literatura cientffica sobre la controversia de As thrte blind mice? a tres ratones ciegos?
Magnus aparecio en mas del seis por ciento de todas las publica-
ciones sobre la vision entre 1875-1879. 65 Weismann informa de su experimenta todavia en curso: 1892:
61 Nieusche sobre el daltonismo de los griegos: Nietzsche, 1881: 523, n. 1, 514, 526-527.
261, «Farbenblindheit der Den ker». Orsucci, 1996: 244 y ss., co- 66 La opinion de Weismann sigui6 siendo minoritaria dt~rantc al
men ta que Nietzsche sigui6 el debate sobre ellibro de Magnus en menos dos décadas: por ~jemplo, en 1907 Oskar Hertwig (Hert-
e l primer volumen del diario Kosmas. wig, 1907: 37), director del Instituto Anatomico y Biologico de

282
l'a~11111

Ht••lm, p~t•dijo <JIIt' d nw< .tlll\lllo 1.1111.tH ki.lltttlt 1111111.111.1 )1111 dt•· "'·" IIIIJI1111.llt1t 's ~1.').:"'"· IH77t: 1~7. vca~c. adcmas, Magnus,
mostrar que es el con eno.Vt·aw .ult·•n.t' M.,,
1, JCl~IJ . JI ~l, " IHHO: 10, M.tguu,, I HH:~: ~1.
66 «Las capacidades adquirida~ t'Il Ulla gt'IH't,t< ion •: C:l.tcbtotH".
1858: 426 y, pocos anos después, un a dc~cripciôn ,imil,u ( 1Hh~l
539): «el conocimiento adquirido de una gcneraciün ,c convi(•t CAPITULO 3: LOS PUEBLOS SALVAJES QUt. HABITAN
te, con el tiempo, en la aptitud hcredada de otra••. EN TIERRAS EXTRANAS
67 La explicita confianza de Magnus en e l modelo lamarckiano:
Magnus, 1877b: 44, 50. 71 Zoo de Berlfn en Kurfürstendamm: dcsde 1925 esta parte de la
67 Crftica a Magnus: el primera y mas escuchado de los crfticos d(' calle ya no se llama Kurfürstendamm, si no Budapester Strasse.
la te01·fa de Magnus fue Ernst Krause, uno de los seguidores } 71 El especlliculo de los nubios: Rothfels, 2002: 84.
populizadores iniciales de Darwin en Alemania (I<rause, 1877). 72 Analisis de Virchow sobre cl sentido del color de los nubios: Vir-
El propio Darwin vioque e l contexto de la teorfa de Magnus era chow, 1878 (Sitzung, 19 de octubre de 1878), y Virchow, 1879.
problematico. El 30 dejunio de 1877, Darwin escribi6 a Krausc: 72 «Los pueblos salvajes que habitan en tierras extratias••: Gatschet,
«Tu inteligeme argumenta contra la crecncia de que el sentido 1879: 475.
del colores de reciente adquisici6n ha despertado mi interés». 72 «Se disculpa una vez por no haber encontrado una botella azul
Otro crfti co al que se le daba crédita fue el escri tor cientffico (j:rya) que yo le habfa pedido, porque dijo que en realidad era
Grant Allen (1878: 129-132, 1979), que dijo que «hay muchas verde (ulm)»: Bastian, 1869: 89-90.
razones para pensar que la percepci6n del colores una facu ltad 73 lm portancia de los «Salvajes•• en el dcbate: Darwin, por ejemplo,
que e l hombre corn parte con Lodos los micmbros mas desarrolla- sugiri6 en una carta a Gladstone (De Beer, 1958: 89) que se debe-
dos del mundo animal. De otra forma no podrfamos percibir la rfa averiguar si los <<salvajes mas primarios» tienen nombres para
variedad de tonos de las Oores, los frutos, los insectos, los pajaros los tonos de los colores: ••Debo suponer que no los tienen, Jo cual
y los mamfferos, todos ellos parecen haber desarrollado atracti- pondrfa de relieve que los indios de Ch ile y de Tierra de Fuego
vos visuales que nos dirigen hacia la comida o el sexo contrario••. tienen nombres para cualquier promontorio y colina, por muy
Pero e l argumenta sobre los colores llamativos de los animales pequetios que sean, yeso es algo que maravilla>>.
perdfa peso donde mas Jo ncccsitaba, porque el color de los ma- 74 «El color de cualquier hicrba, rafz o planta y, aunque la planta
mîferos, contrariamentc al de los p<ijaros y los insectos, es muy pase ciel verde primaveral y vcranicgo al amarillo palido del ota-
tenue y esta dominado por el negro, e l blanco y los tonos de ma- no, el nombre del color no cambia•• (y otras citas de Gatschet):
rron y gris. En aquel Liempo habla ya escasos indicios, pero muy Gatschet, 1879: 475, 477, 48 1.
valiosos, de que los ani males tenîan capacidad para ver colores: 74 Informe de Almquist: Almquist, 1883: 46-47. Si sc los presiona, los
cra evidente que las abejas y otros insectos respondfan a l color, chukotka ofrecen ademas otros términos, que parecen ser varia-
pero los indicios se difuminaban en los animales superiores y, bles. En Berlfn, Rudo lf Virchow lleg6 a una conclusion similar
sobre toda, en los mamfferos, de cuyo sentido del color se de- sobre la terminologfa del color de algunos nubios (Virchow,
mostr6 (véase Graber, 1884) que estaba menas desarrollado que 1878: 353).
en el hombre. Véase, ademas, Donders, 1884: 89-90 y, para una 74 ias en Sumatra: Magnus, 1880: 8.
explicaci6n mas detallada del debatc, Hochcggcr, J 884: 132. 75 ingûn nubio se equivoc6 de color: Virchow, 1878: 351, n. l.
67 «En realidad no vernas con dos ojos, sino con tres: con los dos 75 Ovaherero: Magnus, 1880: 9.
ojos de la cara y con el ojo de la mente••: Dcliusch, 1878: 267. 75 La teorfa revisada de Magnus, 1880: 34 y siguientes, Magnus 1881:
68 Una breve visita al Museo Britanico: Allen, 1879: 204. 195 y ss.
69 <<No nos parece verosfmil que una lengua que, coma la de Home- 76 Vida y obra de Rivers: Sloboclfn, 1978.
ro, posefa un vocabulario tan rico para los cfectos mas variados y 77 «Adi6s, amigo mfo, supongo que no volveremos a vern os••: Whittle,
sutiles de la luz no fuera capaz de crcar palabras para los colores 1997.
77 «EIGalilcodclaanu opologla lni ~II,IIIN~.I'II•R. lh~. C\1'111]111 p 111'1 llljl 111IIIH)N AN Ils 1()(.li 1 Ill (.IM()'o 110\
78 «Por primera vez psicologos cxpt'IIIIIC 111.!11 ~ 111111111 lnllt'' lll\l 's
tigaron con medios de laborato1io .ldt•t uo~do' " 1111 pllt·hlo 1·n 91 1.1 \Hl,, th ·'Y''' 'l' ha1cpctido hoy>>: Lambert, 1960: 244. La co-
un estado cultural primitivo en su ento1no n.llul,tl •. Jladdo 11 . pi., d<' t•~o,t.l t.1blilla es tardfa, de la biblioteca de Asurbanipal (si-
1910:86. glo v11 a.C.). A pesar de que no se han encontrado copias mas
79 «Los nativos discutfan acaloradamente sobre e l nombre con l'Cio tempranas de este particular proverbio, los proverbios sumerios
de un color»: Rivers, 1901 a: 53. en general datan al menos del perfodo de la antigua Babilonia
80 «Serfa casi inexplicable si el azul no fuese para estos nat.ivos lill (2000-1600 a.C.).
col or mas apagado y mas oscuro que para nosotros»: Rin· 1'· 91 ••Lo que se dice es solo repetici6n>>: Parkinson, 1996: 649.
190lb: 51; véase también Rivers, 190Ib: 46-47. 92 «Al diablo quienes dijeron antes loque decimos hoy»: la frase de
80 «Cierto grado de insensibilidad al azul»: Rivers, l90la: 94. Rivel\ Donato fue mencionada por su alumno, san Jer6nimo, en su co-
también intenta demostrarlo experimentalmente con e l uso dt· menario del Eclesiastés (Migne, 1845: 1019.): «Comicus ail: Nihil
un aparato denominado tint6metro de Lovibond, cuyo umbral, est dictum, quod non sit dictum prius, unde et prœceptor meum Donatus,
en el que los nativos podrfan reconocer tonos muy palidos ck cum ipsum versiculum exponerel, Pereant, inquil, qui ante nos nostra
azul palido, era mas e levado que e l de los europeos. Woodwordh, dixerunt>>.
191 Ob; Ti tchen er, 1916; Bancroft, 1924, senalaron graves deficien- 94 «Los tipos ffsicos elegidos fueron los menos alejados de la forma
cias en este experimenta. En fechas recientes dos cientfficos bri- subhumana o cuadrupeda [mono], empezando por los pigmeos
tcin icos (Lindsey y Brown, 2002) propusieron un a teorfa similar a aborfgenes de Âfrica e incluyendo a los negritos de Mindanao
la de Rivers, segl]n la cual las personas mas cercanas al ecuado1 [Filipinas], los ai nu, de la isla septentrional del archipiélago japo-
estcin sometidas a una mayor radiacion de rayos ultravioleta, to nés ... y diversos tipos ffsicos de indfgenas de América del Norte >>:
que provoca cierta insensibilidad en su retina al verde y al azul. Francis, 191 3: 524.
Regier y Kay, 2004, senalaron las graves dificiencias de esta afir- 95 «Probablemente tenemos razones para llegar a la conclusion de
maci6n. que los procesos sensoriales y motores, asf como las actividades
81 «Pero no puedo pasar por alto e l hecho de que indfgenas inteli- cerebrales basicas, son iguales en todas las razas, aunque difiera n
gentes consideren perfectamente natural que a l a.~:ul luminoso en gradaci6n entre los distintos individuos>>: Woodworth, 19 JOa:
del cielo y del mar se le adjudique el mismo nombre que e l dest.i- 179.
nado al negro mas OSCUI"O>>: Rivers, 190la: 94. 95 Alguien sugirio que la secuencia de Geiger podrfa no habe r sido
82 siniy y goluboy en ruso: Corbett y Morgan, 1988. mas que una coincidencia: Woodworth, 1910b.
83 «He prestado mucha atenci6n al desarrollo mental de mis hijos, y 96 «Los ffsicos consideran e l espectro del color como una escala
en dos, o quiza en tres, poco después de que hubiesen alcanzado conùnua, pero las lenguas delimitan partes de esa escala con bas-
la edad en la que sabfan los nombres de todos los objetos corrien- tante arbitrariedad>>: Bloomfield, 1933: 140.
tes me sorprendi6 observar que apenas podfan nombrar los co- 96 «Establece arbitrariamente sus limites>> en el espectro: Hjelmslev,
lores de los grabados a todo color que yo les mostraba, aunque 1943:48
se los ensenaba repetidamente>> : carta de C. Darwin a E. Krause, 96 «No existe eso que llaman division "natural" del espectro. Los
30 de junio de 1877. sistemas humanos del color no se basan en factores psicologicos,
83 El aprendizaje de los colores en los ninos: Pitchford y Mullen, fisiol6gicos o anat6micos. Cada cultura ha tomado la secuencia
2002: 1362; Roberson et al, 2006. del espectro y la ha dividido en funcion de pautas bastante arbi-
84 Bellona: Kuschel y Monberg, 1974. trarias>>: Ray, 1953; véase también Ray, 1952: 258.
89 Analisis de Rivers: Woodwonh, 1910b; Titchener, 1916, y Ban- 97 El sistema de color de los bellonescs: Kuschel y Monberg, 1974.
croft, 1924. 98 La rima alude a The Perfecl Reactionary, de Hugues Mearns (1875-
1965), poeta y educador estadounidense. [N. del T]

286
l'fiKIIIII 1
1 fll''"''
98 Afinnacion('S ck• a t bi tt .uu:d.td tt'< ogid. t ~ .11111'~ d1 IC.IIIIJ H~:t,< lk t 1011 Rudllll<"llt.lli .t' cllllll p< totH'' ciel rolot dcrivach" de lo~ clenwn-
lin y Kay, 1969: 159-160 n. l. tm •: (,l,t< l\totH', IHf1H, vol. Ill : 191.
98 «No parece exagerado reclamar un lugat Ctlltc lo~ ck,r uhttlllt('ll 106 .. Pa nt llomno los colores no eran hechos, si no imagenes. Las
tos mas importantes de la ciencia a ntropologica para Hrwr Colm palabras que utiliz6 para describirlos son figurativas, tomadas de
Terms, de Be rlin y Kay»: Sahlins, 1976: 1. objetos naturales. Corn<> en aquellos tiempos la terminologla del
98 «En contadas ocasiones un descubrimiemo es tan cvidc ntc mcnt<· color no estaba fijada, era e l ge nio de todo a uténtico poeta quien
significativo e importante como el que aporta Basir Color Tnm1 ~eleccionaba su propio vocabulario»: Gladstone, 1877: 386.
[ ... ] Cualquiera de los dos hallazgos por separado seria ya asom- 106 El hanunoo: Conklin , 1955, que no se refiere a Gladstone. Con
broso, pero los dos juntos en un solo librito es real mente incrcl- respecto a la similitud e ntre el griego antiguo y el hanunoo, véase
ble»: Newcomer, 1971 : 270. también Lyons, 1999.
lOO Los focos del tzeltal: Berlin y Kay, 1969: 32. Mas detalles (del ma- 107 De la luminosidad a la oscuridad corn<> teorla moderna: Mac-
nuscrito inédito de Berlin ) en Maclaury, 1997:32,258-259,97-104 . Laury, 1997; véase también Casson, 1997.
lOO <<Verzul» equivale al inglés grue, slntesis de green y blue. [N. del T.] 107 «Las capacidades adquiridas por una generacion pueden hcre-
102 La universalidad de los focos: las afirmaciones de Be rlin y Kay darse y convertirse en innatas en la siguiente»: Gladstone, 1858,
sobre la universalidad de los focos pronto recibieron el apoyo de vol. Ill: 426.
Eleanor Rosch He ider, psicologa de la Universidad de Berke ley 107 «Progresiva educaci6n» en e l clesarrollo del scmido del color:
( 1972), qui en argument6 que los focos tienen un esta tus cspecial Gladstone, 1858, vol. Ill: 495.
para la memoria, de forma que se recuerdan mas facilmente in- 108 La naturalidad en el concepto del aprendi;ajc: véase Waxman y
cluso si los hablantes de las lenguas no poseen nombres diferen- Senghas, 1992.
tes para c llos. No obstantc, se ha cuestionado la interpretaci6n de 109 Términos del parentesco en el yanomami: Lizot, 197 1.
Rosch sobre sus resultados y, en épocas recientes, los investigado- 111 La controversia innatista: la exposici6n mas elocucntc desde este
res no han podido con tradeci rios ( Roberson et al., 2005). punto de vista es The Language Instinct, de Steven Pinke r ( 1994).
102 Focos que se alejan de las predicciones de Berlin y Kay: Roberson 71te 'Language Instinct' Debalf' (2005), de Geolfrcy Sampson, ofrc-
et al., 2000, 2005; Levinson, 2000: 27. ce una met6dica refutaci6n de los a rgumentos a favor de una
103 La mayorla de las lenguas sc ajustan a la secuencia de Geiger o a gramatica innata, asl como refcrencias bibliognlficas de la \olu-
la alternativa del verde antes del amarillo: Kay y Mafri, 1999. minosa literatura académica sobre este tema.
104 Debate continuado sobre si los conceptos de color estân determi-
nados prinrifJalmente por la cul LU rao por la naturaleza: Roberson
et aL, 2000, 2005; Levinson, 2000; Regie r et al. , 2005; Kay y Regier, CAPJTU L O 5= Pt.ATÔN y EL PORQUERIZO MACJo:DO N IO

2006a, 2006b. Un debate relacionado sobre la categorizaci6n de


los colores e n los ni nos: 0Lgen, 2004; Franklin el al., 2005; Rober- 11 3 Las impe rfecciones del dogma de la igual compl~jidad : para nuls
son et aL, 2006. informaci6n, véase De uL~cher, 2009.
104 Modelo de restriciones naturales: Regi er et al., 2007; véase ade- 11 4 «(Quiere usted decir que los aborlgenes hablan una lengua? Crcla
mas Koma rovaa et al., 2007. En a lgunas zonas del espacio del co- que eran solo gruii idos y gimoteos»: Dixon, 1989: 63.
lor, sobre todo en torno al a;.ul/violeta, las divisiones 6ptimas, 11 6 << Platon camina al lado del porquerizo macedonio y Confucio
seglin c l modelo de Regier, Kh etarpal y Kay, se desvian sistemati- junto al salvaj e cazador de cabezas de Assam»: Sapir, 1921:219.
camente del sistema real que se e ncuentra en la mayoria de las 11 7 «Las investigaciones lingülsticas se remontan al me nos al 1600 a.C.
lenguas del mundo. Esto puede deberse bien a imperfecciones e n Mesopotamia. Dcsde entonces hemos aprendido mucho, de
en su modelo o a una prevalencia de los factores culturales. modo que podemos establecer cierta cantidad de hechos relati-
104 El rojo es un color que excita: Wilson, 1966; Jacobs y Hustmyer, vos a todas las lenguas»: Fromkin et al., 2003, 15.
1974; Valdcz y Mehrabian , 1994. 118 «La lingülstica moderna ha descubierto que todas las lenguas son

288
aproximadamcntc iguaks ~·n lo qttt' a 1 or nplqrd.u l ,,. tdil'll '•, 1111111, d1· \ngl"lo ~1.11 rh~·st• ) Joaquin h>t t ade lia!>, Al ici, Barcelo-
Dixon, 1997: 118. 11.1, ~oo7.1N. ("" 1 ·r
118 «El hecho de que todas las le nguas, tamo las antiguas <omo 1." 1:\~ 1~um111 o del repertoria fô ni co: Maddieson, 1984, 2005.
modemas, las de sociedad es "primitivas" y "avanzaclas", o;on igu.tl 1 '\~ Rl'lacion entre el numero de hablantes y eltamaiio del repertoria
de complejas en lo estm ctural es un d escubrimiento fundammtal fônico: !l ay y Bauer, 2007. Para planteamientos anteriores, véase
de la lingüfstica»: Forston, 2004: 4. Ilaudricourt, 1961; Maddieson, 1984; Trudgill, 1992.
119 «Es diffcil valorarlo objetivamente»: H oc kett, 1958, 180. Para el 1:~:\ La apariciôn de un nuevo fonema da Iugar a que la inclusiôn de
debate sobre este pasaje, véase Sampson, 2009. un nuevo son ido e n un co ntexto fônico ya existen te provoque un
121 Si una lengua es menos compleja que otra en un campo, delw cambio de significado. [N. del T.]
compensarlo aumentando la complejidad en otro: dondequiera 1:~5 Piraha: véase, mâs rccientemente, Nevins et al., 2009; Evere tt,
que los lingüistas intentaron detectar, heurfsticamente, cualquier 2009.
signo real de compensaciôn entre los diferentes campos, no Jo 136 «Ubarum le dijo a Iribum que se apropiase del campo de Kuli >>:
consigu icron . Véase Nichols, 2009: 119. Foster, 1990, que se lee: .fu li-pi,-i~ZU-ma, y se traduce <<que él de-
124 Fonemas: «En Lingüistica se entiende por fonema la unidad mi- berîa trabajarlo», véase Hilgert, 2002: 484, y una forma casi idén-
nima, desprovista de sign ificado y formada por un haz sim ulta- tica en Whiting, 1987, n." 12: 17, que demuesu·a la correcciôn de
neo de rasgos distintivos, que en e l sistema de la lengua puedc la traducciôn que aquf se aporta.
oponerse a otras unidades y producir diferencias de significado. J 38 Muchas lenguas aborfge nes australian as carecen de un a construc-
Asf, la pde pozo frentc a la gde gozo o larde par frente a la zde ciôn equivalente a la de los complemcntos finitos: véase Dixon ,
pu. Cada foncma puede realizarse mediante distintos sonidos o 2006: 263; Dench, 1991: 196-201. Para el matses, véasc Fleck, 2006.
alôfonos». (Real Academia Espaiiola (RAE]: Ortografia de la /en- Véase también Deutscher, 2000, capftulo 10.
gua espaiiola. Ediciôn revisada por las Academias de la Lengua 139 Los complementos finitos son una herramienta mas eficaz: Deuts-
Espaùola, Madrid, Espasa Calpe, 2000, p. 1 n. 1. ) [N. delT] cher, 2000, capftulo 11.
124 Tamaiio del vocabu lario: Goulden el al., 1990, calc ularon el ta- 140 Pero una serie de publicaciones aparccidas durante los dos ülti-
mano medio del vocabu lario de un estudi ante universitario na- mos a11os demuestra que los lingüistas empiezan a atreverse a ex-
tivo de habla inglesa en alrededor de 17.000 familias de pala- plorar esas conexiones: veâse, mâs recientementc, la colecciôn de
bras (una fam ilia de palabras es la base de la que se derivan el artfculos en Sampson et aL, 2009.
resto de las formas, por cjcmplo fcliz, infeliz, felicidad) o hasta
40.000 tipos diferentes de palabras. Crystal, 1995: 123, calcula el
vocabulario pasivo de un profesor universitario en 73.000 pala- CAPITULO 6: LÂSTJMA Dl!: WliORF
bras.
125 Lo dual sorbio: Corbcu, 2000: 20. 145 <<Todo hombre inteligeÎHe normal sien te algo de desprecio por
126 C inco catcgorfas de compl cjidad cultural: Perkins, 1992:75. los estudios lingüfsti cos, conve ncido como esta de su escasa o
127 Estudios recientes sobre la re laciôn entre complejidad morfolôgi- nula utilidad»: Sapir, 1924: 149.
ca y el tama11o de una sociedad: véase, por ejemplo, Sinnemaki, 145 El aoristo es un tiempo verbal de la conjugaciôn griega que indi-
2009; Nichols, 2009: 120; Lupyan y Dale, 20 1O. ca una acciôn puntual en el pasado, pero sin especificaciôn tem-
129 El verbo gôtico habaùledeirna: Schleich er, 1860: 34. poral precisa. [N. del T]
129 Comunicaciôn e ntre fntim os: Givôn, 2002. 146 <<Traban la mente y adormccen el espfritu, l ... ] de la obstinada
130 El seiialamiento o deixis tiene lugar cuando se sustituyen nombres aceptaciôn de los absolutos»: Sapir, 1924: 155.
concretos por formas verbales sin denotaciôn concreta, que sôlo 146 <<Ya nunca mâs podremos considerar que algunos dialectos re-
son identificables en relaciôn con la situaciôn narrada (entonces, dentes de la familia indocuropea [ ... ]son la cuspide de la evolu-
alli, él, etc.). Véase el Diccionario de retôrica, rritica y tn-minologia lite- ciôn de la mente humana»: Whorf, 1956: 212.
1'111{11/11
11t 1Jt: lllfl
148 Colccciôndcdatoscnclsiglo'\\111 1'1117IO, I.I'IIIIIIti.IJHin.cl.t 1[•:.! • Nu'"'" l '''·' c·n lt" "1111dm y l'Il los signos»: 1Jumboldt, 1820: 27
creacion de un ••diccionario uniw1 ,,Il l•n 171 '\, 1''1 tlluo .tl 1.11 111rhl PmP von Schiillen und Zeichen, sondern
( • fini ' \'t·11d111'1frllhl'll 111
ruso Pedro el Grande y le implorô que n •unil't a lt~t<ls ck p;d;tlll.l' VenchzNlmhPll tfpr Wellansichlen selbst. Hierin ist der Grund und
l'liU'
de las numerosas lenguas que se hablaban en su impcrio) no,., dn letzle Zweck aller Sprachunlersuchung enlhallm»). Humboldt no
taban documentadas. La corte rusa aceptô esta idca, que sc· lt11n sc invent6 esta reaccion inesperada, pero las afirmaciones ante-
realidad dos generaciones mas tarde, cuando Catalina la G1 ande· riores se circunscribieron fundamcntalmente a las observaciones
empezo a trabajar exactamente en ese proyecto, recogicndo 1w1 de las diferencias entre los vocabularios de las principales lenguas
sonalmente palabras de tantas lenguas como pudo encon11a1 europeas. El fil6sofo francés Étienne de Condillac, por ejemplo,
Después encomendo a otros la continuacion de su trabajo y t'1 coment6 las diferencias entre el francés y el latin con relacion a
resultado rue e l denominado diccionario imperial (Lin[t;Uarum 'Ji1 las connotaciones de las palabras relativas a la agricullura. Si las
tius Orbis Vocabularia Comparativa) de 1787, que contenfa palabra' cliferencias gramaticales esLUvieron presentes en los debates, las
de alrededor de 200 lenguas de Europa y Asia. Una segunda cdi· banalidades no fueron mas alla de las de Herder, que afirmo que
ci6n atiadi6 79lenguas mas y se publico emre J790-1791. En 1800 «las naciones industriosas poseen abundancia de modos verba-
el ex jesuita espanol Lorenzo Ilervas publico su Catalogo de {(Il les» (1812: 355, véase p. 13).
len[!;Uas de las naciones conocidas, que contenfa mas de 300 lengua'i. 152 «No es exclusivamente c l medio para representar una verdad ya
Y a principios del siglo X IX e llexicograro alcman Christoph Ade- reconocida, sino en mayor medida para descubrir la verdad que
Jung empez6 a compilar su MiLhridatrs (Adelung, 1806-1817), qm· no se habla reconocido con anterioridad»: Humboldt, 1820: 27:
era una recopilacion de vocabulario del «Padre nuestro» en 450 sobre los precursores de la idea, cspecialmente e l premio de en-
lenguas distintas. Sobre esas recopilaciones, véase Müller, 1861: sayo de 1760 de la Academia prusiana, otorgado a David Michae-
132 y siguientes, Morpurgo Davies, J998: 37IT. , Breva-Claramon- lis, véase Koerner, 2000. En 1798, el propio Humboldt ya habla
te, 2001. expresado la respuesta de forma vaga, antes de haberse enfrenta-
149 Los diccionarios revelaron pocas cosas de va lor sobre la wamatica do a las lenguas no indoeuropcas (Koerncr, 2000: 9) .
de lenguas exoticas, con un a notable excepcion, la del Catalogo de 152 «La lengua es el organo que forma el pensamiento»: Humboldt,
las len[!;Uas de las naciones conocidas, de Lorenzo Hervas, que indu fa 1827: 191.
esbozos gramaticales. Humboldt trabo amistad con Hervas en 152 «Pensar depende no solo de la lengua en general, sino también
Roma y de é l consigui6 los materiales sobre las lenguas indias de hasta cierto punto de la lengua de cada individuo»: Humboldt,
América. Sin embargo, Humboldt no tenia buena opinion de la 1820: 21.
competencia de Hervas en el anal isis gramatical. En una carta a 152 «El aliento y el estfmulo que ejerce sobre sus hablantcs para que
F. A. Wolr (19 de marzo de 1803), escribio: ••Nuestro amigo Hervâs éstos lo expresen con su propia fuerza interion> Humboldt,
es una persona con[usa y poco esmerada, pero sabe mucho, tiene 182 l b: 287: «Sieht man blojJ auf dasjenigr, was sich in einer Sprache
una gran cantidad de anotaciones, por lo que siempre es litil>•. ausdri.icken liissl, so wiire es nichl zu verwundPrn, wnm man dahin ge-
Como senala Morpurgo Davies ( 1998: 13-20, 37), cuando se valo- rielhe, alle Sprachen im Wesenllichm ungefiihr gleich an Vorzügen und
ran los logros de alguien, se observa una tendencia a minimizar Miingeln zu erkliiren ... Dennoch ist dirs gerade lier Punkl, auf den es
los logros de los predecesores. Éste bien podrla haber sido el caso ankommt. Nichl, was in einer SpraclzP ausgedri.ickt zu werden vermag,
de la valoracion de Humboldt sobre 1lervas. Con todo, es innega- sondern das, wozu sie aus eigner; innerer Kraft anfeuert und begeislert,
ble que la aproximacion de Humboldt a la gramatica comparati- entscheidPt über ih1-e Vorzüge oder Miingel». Pero hay que reconocer-
va tenia un grado de sofisticacion completamente diferente. lo, Humboldt realizo esta famosa afirmacion por razones bastan-
149 Gramaticas de misioneros:Jooken, 2000. te erroneas. Intentaba explicar por qué, incluso si ninguna !en-
151 «Es triste observar la violencia que aquellos misioneros ejercfan gua constrei'lfa las posibilidades de pensamiento de sus hablan-
sobre si mismos y sobre las lenguas para forzarlas a adaptarse a las tes, algunas (el griego) son mucho mejores que otras, ya que
estrechas reglas de la gramatica latina»: llumboldt, 1821a: 237. animan de forma activa a los hablantes a crear ideas superiores.

293
l'ag111a
153 «Las palabras con las que pcn.,amo' '"Il c.lll.llc·s tic- JH'llS,IIliH'nlu 1)twc .11110\ la nalllralc·n de acuerdo con las pau tas establecida.,
que no excavamos nosotros, sino que ya t'll(Olltl .llllO\ <on.,t lill · p01 tlllt'\tras lenguas maternas»: Wharf, 1956 [ 1940]: 212.
dos»: Müller, 1873 [1996]: 151. 1!>7 •Algunas lcnguas poseen medios de expresion en los que los tér-
153 «Toda le ngua posee su propio marco de distincion{~S estable-t 1 minos separados no Jo estân tanto como en inglés, sino que nu-
das, sus formas y su manera de pensar, y en su intcrior se fo tja c·l yenjuntos en creaciones plasticas sintéticas»: Whorf, 1956 [1940]:
contenido y e l producto de la mente, la provision de impresiont'' 2 15.
del ser humano que la aprende como lengua materna [ ... ] "" 158 «Loque mas sorprende es ver que algunas grandes genera1izacio-
experiencia y su conocimiento del mundo>>: Whitney, 1875: 2~. ncs del munda occidental, como tiempo, velocidad y materia, no
153 «Loque hace que la naturaleza sea loque es para nosotros es (') son esenciales para constmir una representaci6n consistente del
pensamiento de la humanidad anterior incrustado en nuesttol universo»: Wharf, 1956 [ 1940]: 216.
lengua»: Clifford, 1879: llO. 159 «Tenfa cero dimensiones; por ejemplo, no sc le puede dar un
154 La innuc ncia de Boas e n Sapir: a menudo se sugiere que Fra111 numero superior a lillO»: Who rf, 1956 [ 1940): 2 16, «CO mo para
Boas podrfa haber inspirado tambié n las ideas de Sapir sobre la nosotros el tiempo es un movimiento en un espacio, la repetici6n
relatividad. Hay indicios de este punto de vista en Boas, 1910: invariable parece dispersar su fuerza en una serie de unidades de
377, y, un a década mas tarde ( 1920: 320), Boas lo argumento dt• dicho espacio y agotarse»: Who rf, 1956 [ 1941]: 151.
forma mas explicita al decir que «las categorfas dellenguaje nos 159 El hopi «carecfa de palabras, formas gramaticales, construccioncs
obligan a ver e l mundo organizado en grupos definidos concep- o expresiones que aludan directamente a loque nosotros llama-
tualmente de forma determinada, que a causa de nuestra falta dt• mos "tiempo''>•: Whorf, 1956: 57.
conocimie ntos de los procesos lingüfsticos se toman como cate- 159 «Un indio hopi que piense en lengua hopi -la cual no trata el
gorfas objetiva y que, por Jo tanto, imponen la forma de nuestros tie mpo como algo que fluye- tiene menas dificultacl que noso-
pensamientos». tros con la cuarta dimension »: Chase, 1958: 14.
154 Quedaba «todo por aprender sobre la lengua»: Swadesh, 1939. 160 «El tiempo parere ser e~e a~pecto del ser que constituyc el filo de
Véase también Darnell, 1990:9. la navaja del ahora, tai como es, en el proceso de convertirse tan-
155 «La lengua nos induce a error tanta por su vocabulario como por to en "pasado" como en "futuro". Visto asf, tampoco tenemos pre-
su sintaxis. Debemos estar prevenidos en ambos aspectos si no sente, si noque nuestros habitos lingüfsticos hacen que sintamos
quercmos que nuestra logica nos conduzca a una falsa metaffsi- como si Jo tuviésemos»: Eggan, 1966.
ca•• : Russell , 1924: 331. Sapir tuvo conocimiento de estas ideas 16 1 «Rclacionar posibilidades y limitaciones gramaticales»: ésta y las
gracias al libro ThP Memling of Meaning: Study in liU' Influence of citassiguientessondeStciner, 1975: 137, 16 1, 165, 166.
Language upon Thought, de Ogden y Richards ( 1923). 163 Las diferencias entre las tres tradiciones filos6ficas pueden cxpli-
155 «Control tiranico que la forma lingüfstica ejerce sobre nuestra carse a partir de las gramaticas del francés, el inglés y el aletmtn:
orientacion en el mundo»: Sapir, 1931: 578. Harvey, 1996.
156 «Analisis inconmensurable de la experiencia en lenguas difere n- 164 Wir horm aufzu denkm, wenn wir es nichl in dem sjmlchlichen Zwange
tes»: Sapir, 1924: 155. Mas tarde Who rf (1956 [1940]: 214) elabo- th un wollen: Co IIi et al., 200 1: 765.
ro el principio de relatividad: ••Asf nos introdujimos en un nuevo 164 «Los limites de mi le ngua equivalen a los limites de mi mundo»:
principio de relatividad, segun e l cual no todos los observadores Wittgenstein, 1922, § 5.6.
estan sujetos a las mismas demostraciones ffsicas con respecto al 165 «Crimental », neologismo orwelliano: crimen mental. Véase Geor-
mismo retrato del universo, a menos que su entorno lingüfstico ge Orwell, 1984, traduccion de Rafael Va7quc1. Zamora, Edicio-
sea similar». nes Destino, Barcelona, 2010. [N. del T]
157 «No es solo un instrumento reproductor para expresar ideas, 168 «La gramatica tiene otra funci6n importante, la de determinar
si no el que da forma a las ideas, el programa y la gufa de la activi- los aspectas de cada experiencia que deben ser expresados»: Boas,
dad mental del individuo en el analisis de sus imprcsiones [ ... ] 1938: 132-133. Boas explico ademas que incluso si la gramatica no

294 295
l'tigt/1{1 1'11~11111

obliga a los hablantes a cxprc-.a• (Ï(' I 1.1 1111o1111,u 11111 ' ' " ' " " 1111pll 11111 111 .10ft'Ill lœnnen, al:. e1 111 Bn.u•lwng auf um lelb~t ~lfht,
dit' S/11111'11
ca oscuridad expresiva alguna, puesto <pu· c ll.uulu 1.1 c l.utd.ul n Wwuler, da} wir von dem VerhaltnijJ dieser Durchschnit~jla­
111 11/lll'ln

necesaria siempre puede Iograrse mediantt· 1.1 adidcin d(• pal.1 dwn zu unserem Kiirper den ersten Grund hernehmen, den Begriff dn-
bras aclaratorias. Gegenden im Raume zu erzeugen». Véase ademas Miller y Johnson-
168 << Las lenguas difieren basicamente en Jo que debm transmitir, no Laird, 1976: 380-381.
en Jo que puer/Rn Lransmilir»:Jakobson, 1959a: 236; véase también J 82 «Estâbamos construyendo un pueblo»: G. E. Da1rymple, Narrative
Jakobson, 1959b; Jakobson, 1985 [1972]: 11 0. Jakobson ( 1985 and Reports of the Queensland North East Coast t.xpedition, 1873, cita-
[1972]: 107-108) rechaza especlficamente la influencia de la !en- do en Haviland y Haviland, 1980: 120. Para mas informacion so-
gua en las «actividades estrictamente cognilivas>>. Solo consiente bre la historia del guugu yimithirr, véase: llaviland, 1979/J; Havi-
su influencia en «la mitologia diaria, que encuentra su expresion land y Haviland, 1980; Haviland, 1985; Loos, 1978.
en divagaciones, juegos de palabras, bramas, parloteos, farfu- 183 «Cuando los salvajes se enfrentan a la civilizacio n, llevan las de
lleos, lapsus, sueiios, ensonaciones y, por ultimo pero no me nas perder; ése es el destina de su raza»: Cooktown Herald and Palmer
importante, en la poesia». River Advertiser, miércoles 24 de junio de 1874, p. 5.
170 El matses: Fleck, 2007. 184 No hay palabras para «deJante» y «detrâs»: Haviland ( 1998) afir-
173 Los demas posibles e fectos de la le ngua sobre e l pensamiento son ma que el guugu yimithirr puede usar la palabra thagaaal «deJan-
prosaicos, aburridos, triviales e incluso susceptibles de inhibir la te» en algunas circunstancias muy concretas, por ejemplo en
libido: Pinker, 2007: 135. George nyulu thagaal-bi [George estaba deJante]. Pero no parece
que se ulilice para describir una posicion espacial como tai, sino
para definir el pape! dirigente de George.
CAPÎTULO 7: 00NDE I':L SOL NO SALE POR EL ESn; 185 Lenguaje espacial y orientaci6n en e l guugu yimi thirr: Levinson,
2003.
175«Por la maiiana, cuatro de los nativos desccnrliemn al lugar lia- 186 «Dos muchachas, la una con la nariL: hacia el este», nyulu yindu
mado Sandy, en la parte norte del puerto, a bordo de una pegue- btttil jibaarr, «la otra con la nariz hacia el sur>>: Levinson , 2003:
na canoa con balancines, en la que al parecer se dedican a pes- 119.
car»: Captain Cook~ jounwl during ll~e First Voyage round the World 188 Las coordenadas geograficas en las lenguas australianas: 1ïte Dja-
(Wharton , 1893: 392). ru Language of Kimberley, Western A u.stralia: Tsunoda, 1981: 246; Ka-
175 «El senor Gorc, que aquel dfa salio a explorar con su arma, tuvo yardild from Bentinck Island between the Cape York Peninsula and Am-
la buena fortuna de matar a uno de los animales sobre los que hem L and: Evans 1995:218; Arrernte (Western Desert): Wilkins, 2006:
tantas cor~eturas habiamos hecho»: Hawkesworth, 1785: 132 (14 52 y ss.; Warlpiri (Western Desert}: Laughren, 1978, cit. en Wilkins,
de julio de 1770). 2006: 53; Yankunytjatjara (Western Desert): Goddard, 1985: 128; Geo-
177 «Lo mas curioso es que esta palabra, supuestamente australiana, graphical coordinates elswhere: Madagascar: Kcenan y Ochs, 1979:
no es e l nombre que ninguna de las lenguas de Australia dan a 151; Nepal: Niraula et al., 2004; Bali: Wassmann y Dasen, 1998;
este marsupial singular»: Crawfurd, 1850: 188. En 1898, otro lcxi- Hai llom: Widlok, 1997. Véase ademas M~id et al., 2004: 11 1.
cografo ai1adio confusion (Phillips, 1898) al registrar otras pala- 189 Las Islas Marquesas: Cabliu, 2002.
bras para e l an imal: «kadar», «ngargelin» y «wadar>•. Dixon et al., 189 Bali: Wassmann y Dasen , 1998: 692-693.
1990: 68, seiialan que en 1898 el etnologo W. E. Roth escribio una 189 La casa de McPhee en Bali: McPhee, 1947: 122 y ss. Al sur de Bali,
carta al australiano diciendo que gangooroo era el nombre de un donde vivio McPhce, la oriemaci6n de la montana es aproxima-
ti po concreto de canguro en [la lengua] guugu yimithirr, pero los damente hacia el not te, por Jo que McPhee si gue la pr.ictica ha-
Iexicografos no Jo tomaron en consideracion. bituai de Lraducir Io!. términos hacia el mar y hacia la montana
182 El anâlisis de Kan t de la primacia de la concepcion egocéntrica por sur y norte, rcspectivamente. !lay que senalar que, en Bali, la
del espacio: Kant, 1768: 378: «Ua wir alles, was aujer uns ist, durci~ dant.a tiene un signilkado religioso.

297
l'tigr1111
/'rlj.;lllfl

191 «Pero los blancos no lo t'lllt'IHh·••·"' ll.l\1l.uul, ICJHH: ~W. t•sterapttlllo 't' .tpoya11 t ' Il dirha pérdida. Al contrario, hablan <k
192 El sentido perfecto de la orienta< 1<111 cil' lm guugu yilllllii쥥 : 1 ., un nivel adtnonal de ralculo gcografico y de memoria que los
vinson, 2003, capftulos 4, 6. Sobtc las habdtdadc.·-, ot ic·nt;ltl\,1\ clt- hablantes del guugu yimithirr y del tzeltal estân obligados a ejer-
otros aborfgenes australianos, véasc Lewis, 1976. Sobre los ttdt.d. citar continuamente y de los habitos mentales que surgen en con-
véase Brown y Levinson, 1993. secuencia.
192 La extraiia sensaciôn de que el sol no sale por el este: L<.'\ 11 1,o11. 210 Jaminjung: Schultze-Berndt, 2006: 103-104.
2003: 128. 210 Yukatek: Majid el al., 2004: 111
194 La historia del tiburôn dejack: Haviland, 1993: 14. 210 Orientaciôn de los haillom: véase Neumann y Widlok, 1996; Wi-
196 Memoria espacial de los guuru yimithirr: Levinson, 2003: 131. dlok, 1997.
204 El debate actual sobre los experimentos de la «rotaciôn de nw 212 Adquisiciôn de las coordenadas geograficas: De Leôn , 19~4;
sas••: véase Li el al. , 2002; Levinson et al., 2002; Levinson, 200:1; Wassmann y Dasen, 1998; Brown y Levinson, 2000. Algunos obje-
Majid et al,, 2004; Haun et aL, 2006; Pinker, 2007: 14ly ss.; Li el al. tos artfsticos podrfan también contribuir, desde luego. En Bali,
(de prôxima apariciôn). Se llevaron a cabo muchas variedades de· por ejemplo, las casas siempre estân construidas en la ~isma di-
este experimento y en la mayorfa de ellos no se pidiô a los sujet0 , recciôn, el cabeza de familia siempre duerme en el mtsmo lado
que «completaran el dibujo•• , como en la presentaciôn, sinoque de la casa y a los ni nos se los acuesta con la cama siempre en una
memorizaran un cierto orden de los objetos y después «hiciesen direcciôn concreta. Wassmann y Dassen , 1998: 694.
lo mismo» en otra mesa distinta. La instrucciôn de «hacer lo mis- 213 << Guugu Yimithirr proved - Longue on teeth - thal a language can do
mo» es lo que ha generado mas crfticas. Li et al. (de prôxima perfectly well without concepts thal had long been considered as t~ni~er~al
apariciôn) afirman que <<hacer lo mismO>>es, en ultima instancia, building blacks of spaciallanguage and thoughl>• [El guugu ytmtth1 rr
una instrucciôn ambigua y que «para resolver tareas ambiguas de demostrô con su habla viva, grabada en magnetôfono, que una
rotaciôn, cuando al participante se le pide que reproduzca la lengua puede funcionar a la perfecciôn sin conceptos que du-
"misma" organi~aciôn espacial de las cosas o el mismo orden que rante mucho tiempo pasaron por ser las piedras angulares con
antes, él o ella necesitan adivinar qué significa "lo mismo" para las que se construye el lenguaje espacial y e l pensamiento»]. Ton-
quien dirige e l experimento. Para hacer esta deducciôn los parti- gue on teeth es una imagen singular de nuevo cuiio, intraducibk,
cipantes suelen consultar de manera implfcita la forma en la que que el autor contrapone a black on white (negro sobre .bl ~n~o)
su comunidad lingüfstica habla sobre ello o responde a prcguntas para con ella rendir homenajc a la oralidad del guugu yumth1rr.
sobre lugares y direccioncs». Creo que esta critica esta suficiente- La grabaciôn reproducible en magnetôfono del habla viva con
mente justificada. No obstante, el <<cuadro completo» del experi- Longue on LPeth (<<con lengua, [labios] y dien tes») otorga asf a est~
menta que he presentado aniba no adolece, hasta donde puedo lengua aborigen las mismas cartas de noblcz.a que la cuttura oh-
ver, de este problema, porque no se basa en la posiblemente vaga cial suele conceder unicamente a las lenguas <<cuitas», esas que
e interpretable nociôn de «lo mismo». Otra critita realizada por se expresan a través d~ l'a imprenta, en << negro sobre blanco».
Li et aL (de prôxima apariciôn) , que también considerojustifica- [N. del T]
da, es contra la afirmaciôn de Levinson (2003: 153) de que existe
una pérdida sistematica de las coordenadas egocéntricas en la
percepciôn de los hablantcs del guugu yimithirr o del tzeltal. En CAPiTULO 8: SEXO y S INTAXIS
los experimentos que se llevaron a cabo con hablantes de ta ten-
gua tzeltal , Li et al. no encontraron pruebas de tai pérdida. Es 216 La traducciôn al espanol de estos versos de Heine es de Manuel
mas, frente a eso, las pretensiones de pérdida recuerdan la falacia Talens.
whorfiana de que la ausencia de un concepto en una lengua sig- 216 A propôsito de las dificultades de traducciôn planteadas por la
nifica necesariamente que los hablantes son incapaces de com- ausencia de género explfcito en la lengua inglesa, véase la nota
prender dicho concepto. Ninguna de las afirmaciones hechas en del traductor sobre la lengua ~iftana en la pagina 275. [N. del T]

299
I'IIKIIIII

2 16 La imponancia de los gem·ros i.'ll d poc·ut.t ck 1h-uH· \Ygohl..,, lt 'dt 1 .c-1lll.t' 1•''tt tu.ultll a y, al p.11 c•c t'l, t•s clesronoriclo en La-
1987: 253; Veit, 1976; Walser, 198:~: 195 1%. lllltt,llllt "' ,, 1N dl'l 1:1
217 «Si me olvidase de ti, jOh,jerusalén!»: lleine cita <on c.·x.u111ud 2:W <.olltJMI·H toues entre cl !'t-ancés y el cspai1ol: Set-a el al. , 2002.
esas lfneas en una carta a Moses Moser (9 de enero de 1821), t'' 2:H Pal.1bra~ italianas inventadas: Ervin, 1962: 257.
cri ta no mucho después de la publicaci6n de los pocm<L~: .. \'tntlfl 232 Experimenta de memoria de Boroditsky y Schmidt: Boroditsky
k~ meine Rechte, wenn ich Deinn vergesse, jeruscholayim, sind ungrja/11 et al. , 2003, pero los detalles de los resultados del experimenta
dtl' Worte des Psalmisten, und es sind auch noch immer die meinigm~ basados en Boroditsky y Schm idt estan inéditos.
(Heine, 1865: 142).
217 El poema no puede entenderse del todo: en el original inglés,
unlocked (abierta), alusi6n di recta a la tesis semi6tica desarrolla- CAPITULO g: Azuu:s Rusos
da por Umberto Eco en su Opera aperta. [N. del T.]
218 Supyire: Carlson, 1994. 237 Luces de tr:ifico en japon: Con lan, 2005. El estandar japonés ofi-
219 Ngan'gityeme rri: Reid, 1997: 173. cial para las luces verdes de tr:ifico que sc muestra en la figura 7 del
220 Manambu: Aikhenvald, 1996. encarte esta tomado de J aniolT, 1994, y de la pagina web del Rens-
223 El origen de los marcadores de género: Claudi, 1985; Aikhenvald, selaer Polytechnic Institute's Lighting Research Center (http: / /
2000; Greenberg, 1978. www.lrc.rpi.edu/ programmes/ transportation / LED / LEDTraffic
226 Pérdida de los géneros en inglés: Curzon, 2003. SignaiComparison.asp). El estandar estadouniclense oficial esta
227 La ~emini~ad de barco es de reciente aparici6n, porque en inglés tomado del lnstitute of Transportation Engineers, 2005 , 24.
anuguo sczp era en realidad de género neutro, no femenino. El 240 Experimenta de Kay y Kempton: Kay y Kempton, 1984. Roberson
uso de un pronombre con género parece ser un caso real de per- et al., 2000, 2005, llevaron a caho experimentas mas sofisticados
sonificaci6n y no solo una reliquia del pasado. de este tipo.
227 Il~ aquf la traducci6n al espaiiol de la noticia del peri6dico ! .loyd's 242 Awles rusos: Winawer et al., 2007.
LtSl: entre otros incidentes, mencion6 que «en el ferry (en feme- 244 La frontera entre siniy y goluboy: esta lfnea de demarcaci6n (y,
nino explfcito: la ferry) Ballicjet, que cubre la ruta entre Tallin y pat-a los angloparlantes, la frontera entre el azul claro y el azul
1Ie lsinki, se habfa declarado un incendia en la sala de maquinas oscuro) quecl6 determ inada tras el experimenta de forma indivi-
de babor a las 8.14 hora local; que e l buque cisterna (en femeni- clual p<ll .1 rada participante. A todos se les mostra ron veinte tonos
no explfcito: la buque) H amilton Energy zarp6 dcsde Port Weiler diStilliOS de <I!U f y se les pidio que dijeran Cuaf era siniy y CuaJ go-
Docks, en Canada, una vez reparados los daiios que sufri6 cua n- [uboy. A lo~ angloparlantes se les pidi6 que dcfinieran cada tono
do choc6 con un buque de gran calado, elc.». [N. del T.] como «il/ltl claro» o «aztll oscuro>>.
228 Experimenta en e l Instituto Psicol6gico de Moscu: jakobson, 247 Exp<·• i11wtllm de los campos visualcs dcrccho c izquicrdo: Gil-
1959a: 237; j akobson , 1985: 108. bert 1'1 ni., ~001). Los resultados de estos experimentos inspiraron
229 Comparaciones emre el aleman y el espaiiol: Konishi, 1993. aclapt<HÎollt'' <'Il cadena, que rea litaron cliferentes equipos en di-
229 La palabra jJUmle es de género masculino en el espaiiol modemo, fert'lllt'' JM"t''· Véa<;e Drivonikou el al., 2007; Gilbert et al. , 2008;
si bien en épocas no tan lejanas se utiliz6 también en femenino. Rob<·"o" 1'1 ni. , 2008. Todos los experimentas posteriores carro-
Quit.:i el ejemplo mas famoso de este uso se encuentre en el arran- bot ,u o11 1." c one lusiones esenciales.
que del Lazarillo de Tormes, la ficci6n novelesca an6nima -disfra- 247 El ;\~t•,t de· Btm,l, <londe se asienta la lengua: Broca, 1861. Para
zada de autobiografia- que otorg6 a Espaiia el honor de inaugu- m<h illlollll.tc tclll, véaseYoung, 1970: 134-149.
rar el género de la novela moderna en todo cl mundo a mediados 250 El expn11111 111o de la resonancia magnética nuclear: Tan el al. ,
del siglo XVI: «Salimos de Salamanca, y, llcgando a la puente, esta 200H.
a la e ntrada de e lla un animal de piedra, que casi tiene forma de
toro>>. Este uso todavfa persiste de forma limi tada en .w nas rura-

JOO JOI
EI'ÎLO(. O : P"RDÔNANO .... Nll l•S' l' IC'\ IC .NII I('\N C: Ii\

256 La inlluen cia de la lengua en e l pcnsamic nto :-.olo puc:dt· romuk


rarse sig nificativa si se basa en un ratOnamicnto pe• f(:tl.lnwntc·
documen tado: Véase, po r ejemplo, Pinke r, 2007, 135.

AP ÉNOI C~: EL C OLOR DEL C RI STA L CON QU~ S~ MIRA


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Haillom Bushpeople», journal of the Royal Anthropological Institulr, :\
Quiero expresar mi profunda gratitud a todos los amigos qu~
(22): 317-332.
me ofrecieron generosamente su tiempo p~ra leer los ma~uscn­
Wilkins, D. P. (2006): <<Towards an Arrernte grammar of space», en L<··
vin son and Wilkins (eds.). tos iniciales de este libro, cuyos comen~~mos y sugereno~ rn~
Wilson, G. (1855): Researches on colour-blindness: with a supplement on titi' ahorraron numerosos errores y me insptraron muchas meJora~.
danger auending the present system of railway and marine coloured-signal1, Jennie Barbour, Michal Deutscher, Andreas Dorschel, Avra~amtt
Edimburgo, Sutherland & Knox. Edan, Stephen Fry, Bert Kouwenberg, Peter Matthews, ~erdman~
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von Me ' d -·
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nation», Proceedings of the National Academy of Sciences, 104 (19): 7780- Jona~han Beek y, sobre todo, de Sara Bershtcl, cuyos suules anad•-
7785. dos y eliminaciones fueron inestimables para escapar de nu~ero­
Wittgenstein, L. ( 1922): Tractatus logico-philosophicus; with an introduction sos callejones sin salida y caminos equivocados. Doy las gra~tas a
by Bertrand Russell, Londres, Kegan Paul, Trench, Trübner.
t dos ellos asf como a mis correctores, Roslyn Schlo~s,_ Gngor:
Woodworth, R. S. (19 10a): «Racial differences in mental traits.(Address 0
' . · 1 F Chun de Wtlham Het-
of the vice-president and chairman of Section H- Anthropology and Tovbis, de Metropohtan, Y Laune P ung '
Psychology - of the American Association for the Advancement of nemann.
Science, Boston, 1909), Science, 31: 171-186. Deseo asimismo dar las gracias a todos aquellos q~e me pro-
- (1910b): «The puzzle of co lor vocabularies», Psychological Bulletin, 7: porcionaron valiosa inform~ci6n o correc~iones, es~ectalmente a
325-334. Sasha Aikhenvald, Eleanor Coghill, Bob Dtxon, DaVId F~eck, Luca
Young, R. M. (1970): Mind, brain and adaptation in the Nineteenth Century: Grillo Kristina Henschke, Yaron Matras, Robert Meekmgs, Jo~n
Cerebral Localization and its biological context from Gallto Ferrier, Oxford, Mollo~, J an Erik Olsén,Jan Schnupp, Eva S~hultze-Berndt, Knsz-
Oxford University Press. ta Szendrôi, Thomas Widlok y Gabor Ze~plen._ .
Por ultimo, vaya mi agradecimiento mas fervt~nte aj ame Stee_n,
cuya ayuda no tiene parangon y sin la cual este hbro nunca hubte-
se visto la luz.
G. O., marzo de 2010
Crédites de las ilustraciones

ILUSTRAC IONES A TODO COLOR

1. Test del daltonismo de Holmgren: por cortesfa de The College of


Optometrists, Londres (Reina Unido) .
2. Arco iris sobre e l basque © Pekka Parviainen 1 Science Photo Li-
brary.
3. Campo de amapolas © Andrzej Tokarski 1 Alamy.
4, 5. Sistemas de colores: Martin Lubikowski.
6. Grupo de Berlin y Kay: Hale Colour Consultants, por cortesfa de
Nick Hale.
7. Tonos de las luces de trafico en J apon: véase la nota correspon-
diente a la pagina 237, en la pagina 301.
8. Azules rusos: Winawer el aL, 2007 (adaptado por Martin Lubikowski).
9. Cfrculo de cuadrados: Gilbert el al., 2006 (adaptado por Martin
Lubikowski).
10. Colores en chi no: Tan el al., 2008 (adaptado por Martin Lubikowski).
11. El espectro visible © Universal Images Group Limited 1 Alamy.
12. Conos de la sensibilidad: Martin Lubikowski.
• 1

FoTOGRAFiAs

Pâginrt\
58 Choque de trenes en Lagerlunda: Museo Sueco del Ferro-
carril.
78 W. H. R. Rivers: Museo de Arqueologfa y Antropologia, Cam-
bridge (Reina Unido).
155 Edward Sapir: Florence Hendershot.
1()9 Franz Boas: Archivas Antropol6gicos Nacionales, Smithsonian
Institution, Suitland, Maryland (Estados Unidos).

321
l'ngmtll

169 Roman j akobson: Peter Cunningham.


177 El canguro de Nueua Holanda, de George Stubbs: Nt•w Z(•al.~tul
Electronic Text Centre (NZETC), http:/ /www. nlCtc.mg/ .
186 Levinson 2004 (adaptado por Martin Lubikowski) .
197-205 Martin Lubikowski.
248 Cognitive Science Lab, UC Riverside (adaptado por Manin
Lubikowski).

Los editores han tratado por todos los medios de contactar con los indice de nombres y conceptos
propietarios del copyright. Si recibiesen una notificaci6n de éstos, corre-
giran gustosos cualquier error u omisi6n si los hubiera. (el numero d e las paginas en cursiva indica ilustraciones)

A anglicanismo, 16, 163


antiguo Egipto, 68
abstracci6n, 23-25, 50-51, 87-88, Antiguo Testamento, 55
94, llO, 166 antropologfa fisica, 72
Académie Française, 14 Apolo, 41-42
acadio, 135-139 Aquiles, 42, 145
Adan (Génesis), 105n arabe, 122, 148
ADN, 30, 63, 261 arameo, 148
Agamen6n, rey, 40 Arist6teles, 23, 140
ainu, 94 Asamblea de Naturalistas y Médi-
ale man , 11-12, 164 cos Alemanes, 53, 65
estructura compleja de las pala- Aventuras en la Isla Remota de lifta,
bras del, 120-121, 131 21, 187
género en el, 168-170, 216-218,
220-223, 228-230, 232-235
gramatica inglesa a mitad de ca- B
mino entre el francés y e l. 16,
163 babilonios, 11, 69, 136, 164
precision filos6fica del, 11 babuino, 104 Il
significado de minden el, 24 Bacon, Francis, 13 tj'
Bali, 188-189, 211, 213 Il
sistema de casos del, 163 'i
Alexandros, 40-41 Baltic jet, 227
Allen, Grant, 73 Bambi ,J ack, 194
Almquist, Ernst, 73-74 Basic Color Terms: Their Universality
Amazonas, 113, 170 and Evolution (Be rlin, Kay), 92,
América, pueblos indfgenas de, 98; véase también color
véase lenguas amerindias Bastian , Adolf, 72
analfabe tismo, 148 Baude laire, Charles, 235

322 323
Bal~t't , Lllllt~·. 1:\:~ 1 .tt.IIIIIII '!O ~ 1111111 ((Ill, .... 1111. 1:.!lt , 111 .t dt 1 :.!7 , Il , IH , 1~ •:.!, r,l l1111Il." pt ol 11111 1." dq.td," pot
Bellona,84,97 ~()Il '.1 1tl ti:\, hh hll 7 1 71t, 7H H"'t, HH !IJ. 1.1. 17. IH
bellonés, 97 <h."<J IIItlm, 1:~~ qr, 1011,~'~7'. 1 •'' , 1 17, 1 18, .'IIJ, popular, cxposiciôn a la lengua
Berkeley, Universidad de Califor- checo, ~~~ ~li:~ ~7~. Jt,'i; 111'11\1' l<llllhi{' l\ aborigen, 115
nia en, 92, 98, 246 Chicago, Universiclacl de ,~ l(i /J(llu ( :otm Ji·1 1111; lktlin , Bt ent; libcrtad con restricciones, 103-
Berlin, Brent, 97-103, 108, 188 chi no, 20, 55, 122, 1~5. 1Œl-170, colot: cxplirac:iôn técnica del; 104, 108, 211
Berlin, Sociedad de Antropologia, 251 Geiger, Lazarus: secuencia cro- nueva antropologfa y, 95
Etnologfa y Prehistoria de, 71- chinook, 154 nolôgica del; Gladstone, Wi- pronombres en, véase pronom-
73 Chomsky, Noam, 16, 30 lliam Ewart; Homero; Kay, bres
Berlfn, Universidad de, 150 Chukotka, penfnsula de, 73-74 Paul; Rh•ers, W. H. R. significado del rojo en, 104-105
Biblia, Cicer6n, 13-14 pista falsa de onda larga, 89 triunfo de la, 88-90
Antigua Testamento, 55 Clifford, William Kingdom, 153 véase también retina
Deuteronomio, 162 Clitemnestra, 145 Cmnpleal Linguisl, The (Henley}, 148
Jeremfas, 55, 163 Club Cientffico de Viena, 6 1 complementos (finitos}, 137-140 D
Nuevo Testamento, 166-167 formas de vestir, 17 Condillac, Étienne de, 13
traducida a la Ie ngua guugu yi- co lor, Confucio, 1 16 claltonismo, 49-50, 59, 61, 80, 268
mithirr, 183 division del espacio del color en Conklin, Harold, 106-107 véase también color: percepci6n y
Bloomfield, Leonard, 96, 108 amarillo, verde y azul, 97 conquista normanda, 131 , 226 expresi6n lingüfstica del; color,
Boas, Franz, 154, 168, 169, 170 en Homero, véase Gladstone, Cook, capitanjames, 175, 177-178, explicaci6n técnica del
Boas:Jakobson, principio de, 168- William Ewart; Homero; Stu- 182 danés, 12
174, 191 dies on Homer and the Homeric Cooktown, 175, 178, 182-184, 191 género en cl, 221
Borodi~k~ Lera,230, 232,242 Age Cooklown Jlerald, 183 Dante, 14
Broca, Pierre-Paul, 247 en juan Ram6njiménet, 46 C:oran, 55 Darwin. Charles, 37, 54, 61, 63-65,
Brunetière, Ferdinand, 14 en la poesfa moderna, 46 habitos sexuales, 17 67,83
en los islenos de Murray, véase Course in Modern Linguistics, A (Hoc- creencia universal en la transmi-
Estrecho de Torres: en la isla kett) , 119 si6n de caracterfsticas adquiri-
c de Murray Crawfurd,John, 177 das, 64-65
espcctro, 27-29, 55-56, 60, 82, Orimen y castigo (Dostoïevski), JI De la evoluci6n hist6rira del sentido
Cabo Bedford, 183 89,98-99 Cristo, 41 dPl color (Magnus), 57
Cairns, 114, 124, J 95 evoluci6n de la vision cromatica cul tura y culturas: Deoratore (Cicer6 n), 13
California, Universidad de, del , 268-270 color re presentado en, véase<;olor De vulgari eloquentia (Dan te), 14
en Berkeley, 246 experimentas del pensamiento, complejidad y morfologfa, J 27- Delitzsch , Frant, 67
en Los Angeles (UClA), 242 véase convenciones cultura les 130 desconocidos e fntimos ,
canguro, 175-178, /77, 182,213 explicaci6n técnica del, 263- conccpto cientffico de la, 18-19 diferencias e n la comunicaci6n
caractcrfsticas adquiridas, creen- 271, 265 cliferencias en el vocabulario entre, 129-131
cia universal en la transmisi6n focos del, 100-102, 188 del color, 96 Después de Babel (Steiner), 15
de las, 63-66, 94, 107 importancia cultural del, 104- diferentes definiciones, 17-20 Deuteronomio, 162
véase también Larmarck, Jean- 105 espectro distribuido por, 96 dialectos, 14, 17, 131, 133, 146,
Baptiste; evoluci6n lamarckiana infancia, adquisici6n del voca- focos considerados independien- 231
Carlos V, Sacro Emperador Roma- bulario en la, 83-85 tes de la, 101 cliccionarios universales, 148, 149
no, 11 percepci6n de otros del, 239 gramatica y lengua de la, véase Dixon, R. M. W. , 113-114
catolicismo, 16, 163 pcrcepci6n y expresi6n lingüfs- gramatica; lengua djaru, 188
F )4Î IIC r,
1teH 170, :.! 1 :.!1\'t
111, 11111, H 1, HH, 100, I 0:1 I OH, 2!\H,
dl.l\ de• 1.1 'tlllolll.l sc•p.u .tdo' p01 25!\
Einstein, Albert, 146, 156 fa10ès, 1:t\ d. 22H-22!l Gleitman, Lita, 208
ejercicio de interferencia, 245- fi nlandés, 220 en alcrmln, 168-170, 2 16-218, Goethe, Wolfgang von, 46
246 Fleck, David, 170 220-223, 228-231 gramatica, 30-31, 110-111, 114-115,
El origen de las especies (Darwin) , 53, focos, 100-102, 188 en checo, 22 1 149
64,66 fonemas, 123-124, 133 en danés, 221 aborige n / nativa, 114-116, 124;
Emerson, Ralph Waldo, 13 fox, 119-120 en espanol, 217, 220-222, 226, véase también lenguas amerin-
Endeavour, 175, 176, 182 francés, 11 , 145, 148 228-231, 232-235 dias; lenguas aborfgenes aus-
Endeavour, rfo, 175, 177, 178, 183 claridad y logica del, 14-15 en francés, 168-170, 217, 220- tralianas
Engels, Friedrich, 39 género en el, 168-170, 217-2 18, 222, 225-226, 230 complejidad de la, 31, 111-113,
Enrique VIII, rey, 16 22 1-222, 225-226, 230-231 en griego, 218, 220-222 115-124, 126-141, 258
Ervin, Susan, 23 1, 231 gramatica inglesa a mitad de ca- en h ebreo, 223, 228 limitaciones de la, li
espaiiol, 11, 24-27, 72, 82, 97, 110, mina entre el alcman y el, 16, en inglés, 168-170, 218-220, 222, opinion de Boas sobre el papel
115-116, 120-122, 125-128, 131, 163 225-227, 234-235 de la, 168
137-1 38, 148-149, 167, 169, 171 , homofon fa del singular y e l plu- e n italiano, 221, 226, 232 tiempo futu ro, 12, 15, 16, 161-
173, 184, 196, 204, 207, 214, ral en, 125 en la jerga marftima del in giés, 162
2 16-217, 219, 221-224, 226, 228- le ngua del romance, 12 226-227 universal, 16-17,30, 110, 148
230,235,242, 257 Russell sobre el, 13 en latfn, 2 18, 225-226 u niversales sin tâcticos, 137-139
género en el, 217-218, 221, 225- significado de minden, 25 en no ruego, 221 variacio nes paramétricas en,
226, 228-235 Fra nk, Michael, 242 en polaco, 221, 224n 110-111
matses comparado con el, 172- Freud, Sigmund, 221 en portugués, 22 1 vision innatista de la, 30, 11 0-111
173 Fromkin, Victoria, 117, 138 e n n1mano, 22 1 véase también lengua; lingüfsti-
espectro, 28-29, 56, 60, 82, 89, 96, fusion de palabras, 132 en mso, 168-169, 217, 22 1-223, ca; morfologfa; sintaxis
98 véase también morfologfa 224n,229,235 griego, 11-12, 14, 145, 148-150, 161
reinvencion del, 98 futuro, 12, 15, 161-162 en sueco, 22 1 género en el, 218, 220-222
Esquilo, 150 en turco, 165, 220, 234 véase también Homer; Studies on
t.Ssay conceming Human Understan- etimologfa y semantica del, 217- Homer and the Horneric Age
ding (Locke), 25 G 219 groenlandés occidental, 12
esto nio, 220 experimento de Ervin sobre el, gurr-goni, 223, 224
Estrecho de Torres, 76-79, 83, 94 galibi, 149 231-232 gusto, 86-88
'
e timologfa, 55-56, 79 Gatschet, Albert, 73-74 experimenta de Konishi sobre gusto musical, 17
bfblica, 105n Geige r, Abraham, 53 el, 229 guugu yimithirr, 175, 178, 179,
evolucion lamarck.iana, 64, 66-67, Geige r, Lazarus, 53-57, 60, 67-68, experimenta de Sera sobre, 230 181-188, 190-196 passim, 202-
89, 107 73-75 passim, 84, 108, 238 experimentas de Boroditsky y 204, 205-214 passim
véase también caracte rfsticas ad- muerte de, 75 Schmidt sobre el, 230, 232 Biblia traducida al, 183
quiridas secue ncia cronologica de, 55- pronombres connotados por el,
experimentas sobre convenciones 56, 60, 74, 90, 92-93, 95-96, 165, 217, 220-223, 224-226
culturales del pensamiento en, 99, 102-104 ge noma humano, 63 H
frutas, 85-88 véase también col or: percepcion Gilbert, Aubrey, 246
Gladonov, 81-82 y expresion lingüfstica del Gladstone, William Ewart, 37-52, Hades, 41
ninos, 82-85 General A nthropology, 168 39, 53-45, 59-61 , 66, 73-75 pas- Haeckel, Ernst, 61
1 l.agt·nl wc k, Ca al , 7 1 J.,tgl' lllltld.t, 1 h o<J II I' dt• I H' I H'\ l'Il,
.1
haillom, 2 10 !>IHiO, 58
Halevi, Ye huda, 21 7 1/iada ( IIOII H' IIl), :17-!IH, Ill Il , 1 ~, J.•~o l"oll, Rom.m, 1GH- 170, / 69 Lamarc k, J ean-Ba ptiste, 63, 66,
Hamilton Energy, 227 45, 49 /ambu•/1 Hoas:Jakobson
Jll'fl\1' 107
hanunoo, 106 Iliâs, véa.1r Troya j.ami11jung, 210 lapis1azu1i, 69
Harvey, William, 163 indon csio, 165, 220, 2:1 1 I·'J>OIH'\, 11() latin, 11 -12, 14,
Havila nd, John, 178, 182, 184, 19 1, infa ncia, adquisicio n cid \ O('dhnl., d color t• n <.'1, 237-238 gé nero e n e l, 218, 225-226
194,208, 214 rio e n la, 22-23, 83-85, 1OR 10'1 .Jdkrson, T ho mas, 93 lengua,
hawaiano, 27, 132 ingalik, 154 .Jercmfas, profc ta, 55, 163 aborige n / nativa, 114-11 6, 124
Hay, J e nnifer, 133 ing1és, 12, 168-170, 214 .Jerusalé n, personificaci6n como la véase también lenguas amerin-
hebreo, 11 ,2~27, 122, 148, 162 divisiones de l colo r pcrcibid,,,) amada, 217 dias; lenguas aborlgenes aus-
bfbli co, 54-55, 135, 16 1-163 descritas e n , 97, 240-241 , 2·11· .Jespersen, O tto, 15 tralianas
géne ro e n el, 223, 228 246,249,250, 252 .foumal of the lndian Archipelago and adquisici6 n e n la infancia, 22-
H écto r, 48 elaborada estructura ve rbal an· Eastern Asia, 159 23, 108-109
H e ine, Heinrich , 215-217, 235 terior del, 13 1 juan Ramo n j imé nez, 46 artfculos de fe sobre la, 137
He le na de Troya, 38 género e n e l, 168-170, 218-222, J uilliard School, 117 aspectas de la experie ncia expre-
Helmholtt, 1Iermann vo n , 264 225-227, 234-235 sados obligatoriame nte por la,
He nlcy, J ohn, 148 gramatica del (combinaci6n de l véase Boas:Jakobson
Herder, J oha nn Gotûricd, 13 alema n y el francés en la), 16, K como cristal, 3 1-33, 147,238, 252;
hi potcsis de Sapir-Whorf, 161, 168, 163 véase también rclatividad lin-
170 16gica de l, 15 Kant, Imma nue l, 18 1-182, 187 güfstica; Sapir, Edward; hip6te-
véase re latividad lingüfstica opinio n de .Jespe rsen sobre el, Kay, Paul, 98-102, 104, 108, 188, sis de Sapir-Whorf; Whorf, Ben-
hiti ta, 4 1, 135, 137, 139 15 240-241 , 246, 252 j ami n Lee
plurales e n, 120, 125, 258 kayardild, 188 como espejo, 20
Hjelmslev, Lo uis, 96
Russell sobre e l, 13 Kempton , Willett, 240-241, 246, como insti nto, 1 ~ 1 7
Hocke tt, Charles, 11 9-121
signi ficado de esprit e n, 24-25 252 complej idad de, 31, 111 , 114,
hola ndés, 221
significado de mente en, 24-25 Kgalagadi, 210 l 1 ~ 1 24, 1 2~ 1 4 1 ' 258
Holmgren, Frithio f, 59
verbos irregulares e n, 120 Khetarpal, Navee n , l 04n complemen tos en la, 1 3~ 1 40
Holmgren , test de l colo r, 59, 75,
ve rsion de los aborfgenes, 115 Ki ng, capitan Philip Parker, 177- cuerpo huma no en la, 2~28
80
innatismo, 29, 103, 111 178 dcsignaci6 n de fami liares en la,
Homero, 37-52, 54-56, 60, 69, 75,
84-85, 88, 1 0~107, 150, 253
lnstituto Psicologico de Moscu, 228
fntimos y dcsconocidos, difere n-
Kip ling, Rudyard, 62
klamath , 74
.. 109-J 10
d ialectos en la, 1 ~1 7, 131-1 32
Hopcvale, 183, 185, 195, 2 14
cias en la comunicacio n e ntre, Ko nishi , Toshi , 229 division en conceptos y etique-
hopi, 158-160 129-131 Krause, Ernst, 67 tas, 2~24
Hopi Time (Malo lki), 160 Introduction lo Language, 138 en proced imientos legales, J 39-
kutchin, 154
Hospital Craiglockha rt, 7~77 isla de Nias, 74 140
House in Bali, A (McPhee), 189 isla de Murray, 79-80, 85 eu ropea, 15
Hughes, Ted , 62 isla de Zifta, 21, 187 L experime ntas sobre el pensa-
Humboldt, Wilhelm vo n, 147, 150- italiano, 11 -12, 15, 122, 148, 226, miento, véaseconvenciones cul-
154, 150, 167 257 La Salle de l'Étang, Simon-Ph ili- tu rales
hunga ro, 220,234,257 géne ro e n cl, 221, 226 bert de, 149 facetas publica y privada de la,
hupa, 154 Ivry, Richard, 246 Laboureur, Louis Le, 14 255

329
fus ion dl~ palabras en la, 1:1 1 1J~: Ill, 1 ~ 1 . 1 '1~ l 'l'\, 1:1H 1!1\l, l [t7• l .l'lo, Il 1 ~ cspanol comparado cor1 cl, 172-
véase también morfologfa 180, 1HH· 1H\1, ~~ 1 I.1·Vi11son, Stephen, 185, 191-195, 173
género expresado en la, 168- djaru, 188 204-205 Max Planck Institute, 204
170, 215-235 dyirbal, 223 Lt-vi-Strauss, Claude, 77 Maxwell, James Clerk, 264
gramatica en la, véase gramatica gurr-goni, 223-224 Li, Peggy, 208 maya, 100, 188, 210
gusto y, 86-88 guugu yimithirr, 175, 178-1711, libertad con restricciones, 103- mayali, 223
influencia en el pensamiento, 15, 181-188, 190-196 passim, ~0~ 104, 108, 210 McPhee, Colin, 189
31-33, 140-141, 146-147, 152, 214 passim licencia poética, 44-45, 52, 73 Mead, Margaret, 187
155-157, 161, 165-168, 173-174, jaminjung, 210 lingüfstica, 13, 32, 54, 91-92, 105n, Melquisedec, 41
190-191; con respecto al géne- kayardild, 188 113-114, 117-120, 155-156 Mesopotamia, 117, 136
ro, véase género; véase también mayali, 223 descubrimientos capaces de cam- Mi hermana la vida (Pasternak), 235
relatividad lingüfstica; Sapir, ngan'gityemerri, 219 biar la vision del mundo, 145 Micenas, 40, 69
Edward; hipotesis de Sapir- warlbiri, 188 género y, véase género Milne, A. A., 181
Whorf; Whorf, Benjamin Lee lenguas africanas, Humboldt y el aprendizaje lar- Mindanao, 94
fntimos y desconocidos, dicoto- banni, 218 go y abrupto de la, 151 misioneros, 73-76, 149, 151, 183
mfa de la, 129-131 género en las, 224 vaguedad en la, 82 MIT (lnstituto de Tecnologia de
oraciones subordinadas en la, supyire, 218, 223 véase también gramatica; lengua; Massachusetts), 242
134-141 swahili, 218 relatividad lingüfstica; morfo- modales en la mesa, 17
oral y escrita, 124-125 zulu, 12 logfa; sintaxis Moisés, 54
prision de la, 163-167, 234-235 lenguas amerindias, 15, 32, 74, 94, Linnean Society, 37 morfologia, 119, 121, 125-132
pronombres en la, 25-28, 125- 116, 138, 146, 151, 153-157 Lloyd's List, 227 simplificacion de la, 128-129
126, 165, 216-217, 219-222, chinook, 154 Locke,John, 25 complejidad de la sociedad y,
224-226, 228-229, 233-235 fox, 119-120 Louisiana Purchase Exposition, 127-129
relaciones espaciales en la, 179- hopi, 158-160 93-94 véase también gramatica; lin-
182, 184-213, 186, 197, 198, hupa, 154 luces de semâforo, 237-238 güfstica; sin taxis
201, 202, 203, 205; véase tam- ingalik, 154 movimiento reformista, 53
bién relaciones espaciales, ego- iowa, 119 Müller, Max, 153
céntrico y geografico navajo, 146, 154 M Murray, isla de, 79-80, 85
relatividad Jingüfstica en la, véa- klamath, 74 Mursil II, rey, 135
se relatividad lingüfstica; Sa- kutchin, 154 1984 (Orwell), 165 Museo Britânico, 68
pir, Edward; hipotesis de Sapir- matses, 138, 153-173, 258 Magnus, Hugo, 57, 59-62, 66;69,
Whorf; Whorf, Benjamin Lee navajo, 146, 154 72-73, 75, 80, 89, 99, 108, 238,
repertoria fonico de la, 132-134 nootka, 146, 154-156 270 N
tiempo futuro en la, 12, 15, paiute, 146, 154 explicacion anatomica revisada
161-162 sarcee, 154 de, 76 Napoleon, 93
véase también color: percepcion sioux, 74 malayo, 133 nativos (norte y sur); lenguas ame-
y expresion lingüfstica de la; sustantivos de las, 149 Malotlti, Ekkehart, 160 ricanas, véase lenguas amerin-
gramatica; lenguas individua- tarahumara, 240 manambu, 220 dias
les; lengua: color expresado tlingit, 154 mandarin, 251 navajo, 146, 154
en la; lingüfstica; morfologfa; yana, 154 marquesanos, 189 Neruda, Pablo, 235
sin taxis lenguas indoeuropeas, 128, 146, Marx, Karl, 39 ngan'gityemerri , 219
lenguas aborfgenes australianas, 161 ,225 matses, 138, 170-172, 258 Nias, isla de, 74

330 331
Nu·11" lu·, h l('diH Il, h 1, 1h 1 put hlu' lllfllgtlt.hdl \111t'IÎt .1, ,,,, l{n~-;t 1 (1111 h.thl.ulte dd guugu yi- Son tlle~. 150
nootka, 1 W, 154-15() 11111 h 11 1 ) , 1H5 Some 17tings Worth Knowing: A Gc-
ll'h-llgll.l' .11111'1111111."
noruego, 12 llllll.tlltirismo aleman, 147 neralist's Guide lo Useful Krwwled-
género e n el, 221 1 nt oka~. 132- 133 ge, 159
nubios, 71-73, 75 Q llllltano, 221 s01·hio, 125
Il"()· 12, 242 Steiner, George, 15-16, 161 , 165
Nuevo Testamento, 166
Queensland (Nonhcrn Rt·gion), géncro en el, 168-169,217,221- Stubbs, George, 176, 177
114, 115 223,235 Studies on Homer and the Homeric
0 tonos del azul en el, 82, 242-246, Age (Gladstone), 38, 107
243 Stuff of Tlwught, The (Pinker, Ste-
Odisea ( Ilomero), 37-38, 40, 43, 49 R Russell, Bertrand, 13-14, 155 ven), 173, 208
onomatopeya, 20 sueco, 12, 122
Raffles, St.amford, 177 género en el, 221
oraciones subordinadas, 137
Ra~ Verne,96, 108
Orwell, George, 165
Regier, Terry, 104n, 246
s sumerio, 219
ovaherero, 75 supyire, 218, 223
relaciones espaciales, egocéntricas swahili, 218
Oxford English Diclionary, 178 Sampih (estudiante de datlLa),
y geogrâficas, 179-182, 184-213,
189-190
186, 205
sangre, 50, 104-105
p ejercicio de memoria sobre las, T
sanscrito, 148
195-205, 197, 198, 201, 202, Sapir, Edward, 11 6, 145-147, 151,
paiute, 146, 154 203, 205 154-157, 155, 168 tagalo, 26, 72
Paris, principe troyano, 40 relatividad lingüfstica (hip6tesis véase también relatividad lin- tailandés, 122
Pasternak, Boris, 235 de Sapir-Whorf}, 146-147, 154- gülslica; Whorf, Benjamin Lee Talmud, Il
Patroclo, 145 158, 160, 162-163, 168 sarcee, 154 tamil , 219, 221
Perkins, Revere, 126-1 27 Arcounl of Voyages (capitan Ja- Sassoon, Siegfried, 76-77 tarahumara, 240
Philosophy Today, 163 mes Cook), 175 (capitân.James Schleicher, August, 128 Tchaïkovski, Pyotr flyich, 12
pigmeos, 94 Cook) Schliemann, lleinrich, 40 teda, tribu, 72
Plndaro, 49, 150 resonancia magnélica nuclear, 250, Schmidt, Lauren, 230, 232 Tennyson, Alfred, Lord, 39
Pin ker, Steven, 178, 208-210 260 Schwartz, 183-184, 194 The Nineteenlh Centttry, 49
pirahà, 135 retina, 57, 60-61, 66, 89, 93, 239- Srience, 95 Thomson,James, 215-216
Planck, Max, 89, 204 240,246, 248,252,263-264, 267, Srimce and Linguislics, 158 Times, The, 38, 40-41
Platon, 116, 150 270-271 Sera, Mat;a, 230 ùingit, 154
" 1

polaco, 22 1, 224 conos de la, 61,89-90, 239, 264-271 Shaw, George Bernard, 65 Torres, Estrecho de, 76-78
Polinesia francesa, 189 evoluci6n de la, 93 sin taxis, 119, 121 Trinidad, 41
pornograffa, 18 véase también Apéndice; color; género y, véase género Troya (IIiâs, Wilusa), 40-41
ponugués, Il Geiger: secuencia cronol6gi- universales sintâcticos, 138 Tulo, 185
género en e l, 221 ca de véase también gramâlica; lingüfs- turco, 11 0
Poseid6n, 41 Revisla de Etnologia, 72 tica; morfologia género en el, J 65, 220, 234
Primitive Culiure {Tylor), 19 Rivarol, Antoine de, 15 sioux, 74 Turquia, 135
pronombres, 25-27, 110, 126, 165, Rivers, W. II. R., 76-80, 82, 84, 89, sirfaco, 11, 148 Twain, Mark, 222-223
220, 233-234 94, 108 sistema crow, 110 Tylor, Edward, 19
protestanlismo, 16, 163 Woodworth se inspir6 en, 94 Sociedad de Antropologfa de Pa- TLCltal, 100,101, 188-189, 192, 202-
protoindoeuropeo, 129 Rodman, Robert, I 17, 138 ris, 247 205, 209-212 passim

332 333
u w
UCl.A (Universidad de California Wade, Alex, 2·12
en Los Angeles), 242 Wallace, Alfred Russ(•ll, :n, Iii, li ~~-
Unfolding of Language, The (Deuts- 64
cher), 31, 110, 128 warlbiri, 188
Universidad de Columbia, 94, 154 Weismann, August, 65-66
Universidad de Berlfn, 150 Whitney, William, 153
Universidad de California en Ber- Whorf, Benjamin Lee, 15, 32-33,
keley, 246 145-147, 152, 157-160, 166, 168,
Universidad de California en Los 170, 172,221
Angeles (UCl.A), 242 véase también relatividad, lin-
Universidad de Giessen, 271 güfstica; Sapir, Edward
Universidad de Hong Kong, 250 Wien, Wilhelm, 89
Universidad de Uppsala, 59 Wilusa, véaseTroya,
Universidad de Yale, 146-147, 152 Winawer,Jonathan , 242
Universidad de Stanford, 242 Wittgenstein, Ludwig, 155
Ur de los caldeos, 41 Witthoft, Nathan,
US Geological Survey, 73 Woodworth, Robert, 94-95
uzbeco, 165 Wu, Lisa, 242

v x
variaciones entre las lenguas, 145- !X6ô, 132-133
147, 153-163, 165-167
véase también Sapir, Edward;
Whorf, Benjamin Lee y
variaciones paramétricas, 110-111
vascos, 150 yana, 154
Vaticano, 151 , 154 yanomami, 109
" 1
vedas, 54-55 Young, Thomas, 264
vietnamita, 220 yukatek, 210
Virchow, Rudolf, 72-73, 75
Virgen Maria, 41
vocabulario, z
del color, véase color: percepci6n
y expresi6n lingüfstica del Zeus, 41, 48
pasivo, 124-126 Zifta, Isla de, 21, 187
tamano del, como complejidad, ziftana, lengua, 21-22, 25-26, 97,
124 108
Voltaire, 14 zulu, 12

334
En la //fada y la Odisea Homero asoc la
el mar al color del vino. A mediados del
siglo XIX, el futuro politico inglés Glads-
tone repar6 en la incongruencia de esta
descripci6n . Un estudio mas detenido
demostr6 que el poeta griego utilizaba
principalmente los colores blanco y negro;
y en menor medida, el rojo y el azul. LA
qué es debido este peculiar uso de los
colores? LPodemos pensar que es fruto
de la evoluci6n. o debemos achacarlo a
un cambio cultural?

Guy De utscher, uno de los lingüistas mâs


prestigiosos del mundo, trata de responckr
a estas y otras preguntas acerca del length\)l'
a través de un recorrido hist6rico, cientÎÎito
e intelectual. Nos descubre la distinCJÔn dt•
icliomas que se hace en el Talmud («el gncgo
para cantar, el latin para guerrear, el ~miam
para honrar a los muertos y el hcbreo parJ
hablar»); c6mo es posible que en los prôx1
mos anos puedan desaparecer la mitad de
los seis mil idiomas que se hablan e n l,\
actualidad; o por qué en ruso la palabra qut
designa el ag ua, femenina, se vuelve mastu
'lina cuando se le anade una bolsita de té

Un libro escrito con amenidad } qut' no


introduce en cuestiones complcjas con uni\
claridad reveladora. Ludico, provol.tt tvo,
riguroso. Después de lecr estas pagtna ,
cambiari la manera en que t•st Ht.:h.tmos
nuestras palabras. Y el modo t'Il tt"'' ' etuo
el mundo.

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