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SÍNTESIS DE “EL MALESTAR EN LA CULTURA” DE SIGMUND FREUD

INTEGRANTES

Edison E. BARAJAS PÉREZ

Arianna B. BENÍTEZ COPPOLA

Francys C. BIGOTT ABOGADO

Jumilay A. CADENAS HERNÁNDEZ

PROFESOR

Heber GARCÍA

CÁTEDRA

Antropología Filosófica

Caracas, Mayo del 2017


A. ¿Qué visión del hombre se desprende de esta obra de Freud? ¿Qué es para él el hombre? ¿Un
ser igual o diferente a otros seres, animales? En caso de ser el hombre diferente a otros seres,
animales, ¿cuáles son los rasgos propios del hombre, qué nos hace seres singulares,
diferentes? ¿En qué consisten tales rasgos o elementos?

La visión del hombre que ha planteado Freud a lo largo de sus obras ha sido una visión fragmentada y
hedónica, un ser que busca el placer y evita el dolor. A su vez, es un ser homeostático y pesimista o
patológico. El hombre cuenta con un aparato psíquico desarrollado, donde se teoriza el preconsciente, el
órgano sensorial que percibe tanto la realidad interna como la externa; el consciente, referido a los procesos
de excitación habidos en él; y el inconsciente, donde se encuentran los contenidos reprimidos. Se basa en
que el hombre se encuentra en un constante conflicto entre sus instancias psíquicas que se podrá resolver
satisfaciendo las exigencias del Superyó, complaciendo al Ello, y llevándolos a la realidad del Yo. Por otro
lado, el hombre también se encuentra en un conflicto externo con la sociedad, la cual reprime la libre
satisfacción de sus impulsos, lo que lo lleva a los inicios de la agresividad.

Freud ve al hombre como un sistema hidráulico donde constantemente fluyen las energías entre sus
representaciones. Cabe acotar, que para Freud la vida psíquica es maleable e ilimitada, se puede volver a sus
inicios sin descuidar su final en un continuo. Además, ve al hombre en una constante lucha para no verse
derrotado por el peso de la vida diaria, llevándolo a buscar un escape con diversos métodos como son la
intoxicación. El desarrollo del hombre a lo que es actualmente para Freud se da de manera concadenada, una
secuencia de evolución desde eslabones de especies más primitivas, las cuales se van complejizando ya sea
física como psicológicamente. A pesar de esto, Freud establece una clara diferenciación entre el hombre y los
animales, basándose en el sistema cultural el cual lleva reprimiendo a dicho hombre y en un variante
determinismo biológico.

Existen diversos componentes que definen la motivación del hombre, además del conflicto
intrapsíquico explicado anteriormente, el cual se denominan pulsiones. Las pulsiones son procesos dinámicos
del organismo los cuales lo empujan a tender hacia un fin, y estos se dividen en Eros y Tánatos. El Eros es
definido como la pulsión de vida, conformada por necesidades de auto-conocimiento y sexualidad; y el
Tánatos es definido como la pulsión de muerte, conformado por necesidades de auto-destrucción y violencia.
No obstante, si desde el punto de vista moral de la sociedad el hombre no puede satisfacer sus pulsiones,
¿qué hace?; dicha persona sustituye estas gratificaciones por otras aceptadas por los demás. He aquí otra
diferenciación con los seres animales, el buscar variantes de gratificación pulsional, llamadas sublimación,
debido al desarrollo cultural.

A pesar de que el hombre logra la gratificación de sus pulsiones de diversas maneras, siempre
quedará alguna parte reprimida en el inconsciente dinámico; es decir, contenidos rehusados al sistema
consciente-preconsciente. Dichos contenidos buscan retomar a la conciencia y a la acción, mediante una
transacción donde se deforma la censura y se retorna como un síntoma.

B. ¿Cuáles son los dos supuestos filosóficos más relevantes en los que se basa la visión del
hombre que nos presenta Freud en esta obra y cuál de los dos supuestos filosóficos rechaza o
descarta?

A partir de la visión de hombre que nos presentó Freud en esta obra, puede decirse que uno de los
supuesto filosóficos más relevantes es el de el darwinismo, pues explica que el desarrollo del hombre va en
sentido de la evolución, desde lo más primitivo a lo más complejo, tal como lo propone este supuesto, “las
especies (incluido el hombre) proceden unas de otras. O, mejor dicho, todas proceden de una única especie
originaria”. Además, Freud dice que el hombre es como un animal más, sin embargo es importante destacar
que a pesar de esto, lo que lo separa es que se ve dotado de una cultura ‘’superior’’ o más compleja. Este
sistema cultural, el cual hace que el hombre controle sus impulsos es la diferencia entre el hombre y el animal.
Por otro lado, el segundo supuesto relevante que se ve expresado en esta obra es el del dualismo
cartesiano, éste explica que hay una separación de cuerpo y alma. Descartes termina definiendo el alma, el
yo, como una sustancia pensante, radicalmente diferente de la materia. Luego está lo medible, la realidad
física, que sería el cuerpo. Freud propone un instancia intrapsíquica que sería, donde se encuentra el ello, el
yo y el súper yo. El cuerpo, por su parte, es la materia, el cual tiene necesidades que deben ser satisfechos
para su supervivencia, como la comida, el sueño, el sexo, etc. Esta separación se ve bastante marcada en la
visión de hombre que propone Freud y uniendo esto al primer supuesto explicado, se denota que forma parte
de la evolución del hombre.
En relación a los supuestos que Freud rechaza, se puede hablar del positivismo ya que este mantiene
que “solo es verdad lo científicamente demostrable” (Osorio, 2009). En la visión de hombre de Freud, que él
explique las pulsiones o explique las diferentes instancias intrapsíquicas y que estas no sean científicamente
demostrables, es lo que hace que se rechace. Él era positivista, sin embargo, su propuesta de visión de
hombre no se ajusta mucho al positivismo como tal. Finalmente, también se observa que otro de los
supuestos descartados es el de la libertad, Freud, como ya se mencionó anteriormente, tiene una visión de
hombre pesimista, patológico y que está siempre en constante búsqueda de placer y de evitar el dolor
(Hedonista). Explica que “el desarrollo de la cultura impone restricciones, y la justicia exige que nadie escape
de ellas” (Freud, 1930), por ende, se entiende que el hombre se ve limitado a cumplir sus necesidades en
base a la cultura en la que esta, en base a la moral; “Uno de los problemas del destino humano es el de si el
equilibrio (felicidad para todos) puede ser alcanzado en determinada cultura”. Básicamente, rechaza que el
hombre sea libre y que además, dependiendo de cómo haya sido su crecimiento se verán ciertos rasgos
característicos.

C. Valoración crítica de la visión del hombre que nos presenta Freud desde la función utópica o
práctico moral de la Antropología Filosófica.
1. ¿Es tratado en esta visión el hombre como un objeto o sujeto, como una cosa, instrumento o
una persona?

En la visión de hombre, la postura de Freud en como concibe al hombre resulta compleja, ya que nos
plantea una visión donde trata al hombre tanto como un sujeto como un objeto. En un principio nos presenta al
hombre como un ente que construye su psiquismo en base a la vinculación con los demás, ésta es única de
cada sujeto, además de que se ve en el conflicto entre el individualismo/egoísmo (satisfacción de sus
pulsiones a costa de los demás) y el altruismo (preocupación y colaboración comunal con los demás sujetos
en pro de la sociedad). Para Freud el hombre es un ser determinado por un dualismo pulsional inconsciente,
donde el principio de realidad se impone sobre el principio de placer. Esto genera un malestar o conflicto
dentro de la psique, generando un sufrimiento que intenta ser solucionado o atenuado en parte por la religión,
que propone una desvalorización de la vida y de lo terreno, además de una voluntaria renuncia o inhibición de
las pulsiones. Haciendo que caiga en un malestar mayor. Por otro lado, intenta ser aliviado por la sociedad o
cultura, que nos permite convivir y establecer lazos o vínculos, que a su vez nos permiten agruparnos. Por lo
que una de las finalidades de la cultura es aglutinar en grandes unidades a los hombres, sin embargo, “cuanto
más íntimos sean los vínculos entre los miembros de la familia, tanto mayor será muchas veces su inclinación
a aislarse de los demás, tanto más difícil les resultará ingresar en las esferas sociales más vastas” (p. 34). Es
así como la cultura, mediada por el estado interno y la familia, propone la represión del goce pulsional
absoluto y desenfrenado, a través de la imposición de nuevos límites al placer, hace que se genere mayor
displacer o malestar; nos permite sobrevivir, lo que viene a hacer es reducir las pulsiones agresivas de la
muerte para permitir que las pulsiones de vida se manifiesten, su principal herramienta es el superyó. Es
decir, que la cultura obedece al imperio de la necesidad psíquica económica, pues se ve obligada a sustraer a
la sexualidad gran parte de la energía psíquica que necesita para su propio consumo, y así guiar al hombre
reprimiendo los deseos que son vistos como inaceptables por la sociedad. Por lo que el hombre es un ser
fragmentado, constituido por partes o instancias que están en constante conflicto ello, yo y superyó. Dividido
en diferentes áreas que pueden ser estimuladas, áreas erógenas para ser gratificadas sexualmente.
Determinado por sus pulsiones o instintos primitivos. El conflicto contenido en el hombre viene por los
impulsos o energía contenidas en el que Ello buscan una expresión inmediata, lo cual entra en conflicto tanto
con el deseo del Yo por postergar los impulsos para coincidir con las restricciones de la realidad y el deseo del
Superyó porque las acciones se adhieran a los estándares morales establecidos por la cultura y aprehendidos
en la infancia. Por lo tanto, cualquier acción dada por el sujeto implica un compromiso entre los deseos de las
diferentes instancias psíquicas que están en constante competencia. Por lo que es un ser agobiado por el
sufrimiento y la ansiedad que genera conflicto interno. Es un ser que tiende a la felicidad, pero que es infeliz,
debido a que su vida adquiere un doble fundamento: por un lado, la obligación del trabajo impuesta por las
necesidades exteriores; por el otro, el poderío del amor, que impedía al hombre prescindir de su objeto sexual,
la mujer. Además, presenta una visión pesimista y negativa del hombre, donde lo reduce a un ser patológico y
enfermo; propone que es un ser limitado por su propio cuerpo y que la cultura también viene a relucir
precisamente el malestar producido por el propio cuerpo. Por lo que Freud trata al hombre como un sujeto, y
lo presenta como una persona, como un ser humano, pero un ser humano limitado tanto por su cuerpo como
por el ambiente que lo rodea. Lo cual nos lleva a plantear que también podría que lo trata como un objeto.
Cuando Freud nos habla del hombre nos dice que él considera en su mente al otro, por lo que nos plantea
una visión del otro como un objeto al que se introyecta (familiares y personas de la sociedad) para su
formación yoica, que nos pueden servir como medios para la gratificación, ya sea sexual o agresiva del
individuo, reduciendo a las demás personas a instrumentos de los cuales el individuo puede obtener
ganancias o pérdidas según sea el caso.

2. ¿Es esta visión del hombre de Freud, una visión intersubjetiva del hombre? ¿Cualquier persona
o individuo queda incluido en ella o es una visión clasista, sexista que discrimina algún grupo
humano?

La visión de hombre planteada por Freud no puede considerarse como una visión intersubjetiva, ya
que plantea al hombre como un ser superior a la mujer y como ente constructor social, excluyendo a la mujer
de un rol activo y desplazándola a un rol secundario, el cual es servir de objeto al hombre. La mujer es vista
como un objeto sexual. Por lo que se puede considerar que Freud posee una visión sexista, donde discrimina
y denigra a la mujer. Freud propone que el trabajo de la cultura se ha ido convirtiendo cada vez más en un
asunto de los hombres, él explica que: “las mujeres representan los intereses de la familia y de la vida sexual;
la obra cultural, en cambio, se convierte cada vez más en tarea masculina, imponiendo a los hombres
dificultades crecientes y obligándoles a sublimar sus instintos, sublimación para la que las mujeres están
escasamente dotadas. Dado que el hombre no dispone de energía psíquica en cantidades ilimitadas, se ve
obligado a cumplir sus tareas mediante una adecuada distribución de la libido. La parte que consume para
fines culturales la sustrae, sobre todo, a la mujer y a la vida sexual; la constante convivencia con otros
hombres y su dependencia de las relaciones con éstos, aun llegan a sustraerlo a sus deberes de esposo y
padre. La mujer, viéndose así relegada a segundo término por las exigencias de la cultura, adopta frente a
ésta una actitud hostil” (p. 35). Freud nos plantea entonces, una visión que excluye a la mujer colocándola en
una posición inferior al hombre, exhibiéndola como débil o incapaz de realizar las mismas tareas que los
hombres, relegada a cumplir con roles estereotipados impuestos por la cultura y es por ello que adopta una
actitud hostil y oposicionista ante la corriente cultural. Por último, la visión de Freud puede considerarse
etnocentrista, ya que se centra en la cultura y en la sociedad europea, lo cual excluye su generalización a
otras culturas y sociedades; además, Freud describe toda su obra como si todas las culturas y sociedades se
comportasen de igual forma a la sociedad europea, discriminando y excluyendo a cualquier otra persona que
no pertenezca a ésta. De esta manera, ignora el situacionismo, es decir, no toma en cuenta las tradiciones y
costumbres respectivas a cada pueblo, como si las sociedades humanas fuesen una masa homogénea que
se comportan de igual forma, donde pareciese que los sujetos tuvieran roles estereotipados indiferentemente
de su condición social.
D. ¿Ofrece elementos para la emancipación y el cambio social? ¿Ofrece ésta visión freudiana del
hombre elementos para que el individuo se emancipe de visiones, concepciones, creencias,
fuerzas, que le mantienen enajenado, enfermo, resignado; o también ofrece elementos para el
cambio de estructuras sociales que mantienen a la sociedad enajenada, en situación de
opresión, deshumanización, etc?

La emancipación del hombre como una acción que permita a la persona o al grupo de personas la
liberación o la autonomía por parte de alguna potestad, no se encuentra contemplada en la visión que Freud
tenia del hombre, así como no se encuentra contemplada actualmente desde su teoría psicoanalítica. Freud
no plantea que el hombre sea un ser independiente o que pueda alcanzar la total emancipación, el hombre a
través del tiempo se demostró que la asociación es mucho más poderosa que un individuo aislado, que la vida
del hombre adquirió dependencia del ambiente, estas impuestas por necesidades exteriores y amor, esto
como forma de facilitar la vida y de hallar un equilibrio adecuado.

El proceso cultural de la humanidad así como de la evolución individual, es la modificación del proceso
vital que surge bajo la custodia de Eros y Ananké (necesidades y amor), lo que conlleva a la tarea de unificar
a los individuos aislados para formar una comunidad libidinalmente vinculada, comunidad que plantea la
evolución de la sociedad acosta de la evolución y felicidad individual, ya que el objetivo es la creación y
establecimiento de una unidad formada por individuos humanos, esta sociedad limita las acciones de los
individuos y solo admite procesos evolutivos individuales que coincidan con rasgos particulares; la evolución
individual pone el acento en la ganancia propia y en la felicidad, por lo tanto al hombre debe limitarse a la
adaptación a la comunidad; es aquí importante mencionara que la sublimación es un mecanismo importante
en este proceso, ya que es la misma la que transforma los deseos de los ínvidos a actividades sociales
aceptadas, por lo que el hombre se encuentra constantemente subordinado a las creencias y concepciones
que establece la sociedad lo que trae como consecuencia la dependencia con el mundo exterior.

Tanto la evolución de la cultura como el desarrollo del individuo se encuentras de cierta manera
adherido, en su visón Freud platea la existencia fragmentada del hombre en 3 instancias, una de ellas, el
súper yo, tiene su análogo en la cultura y es el súper yo cultural, el cual ha elaborado normas e ideales por los
cuales regirse, guían las relaciones entre los humanos, todo esto comprendido en el concepto de ética, la
severidad de estas prohibiciones desvanece la felicidad del yo y la energía instintiva del ellos, acoplando sus
deseos a las normas preestablecidas, es por esto que bajo esta visión la enajenación se encuentra colocada
bajo el mismo individuo y la sociedad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Freud, S. (1927-1931). El provenir de una ilusión, El malestar en la cultura, y otras obras. Amorrortu editores:
Buenos Aires, Argentina.

Osorio, A. (2009). Fundamentos filosóficos de la psicología actual. Revista española de pedagogía, 242, 149-
168.

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