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Efecto del Divorcio en los Hijos

El divorcio es la disolución del matrimonio, ya sea por diversos factores: falta


de comunicación, infidelidad, maltrato (tanto físico como psicológico), falta
de amor, falta de tiempo entre otros…

Cuando sucede esto afecta a las dos partes del matrimonio y trae graves
consecuencias tanto emocionales como materiales y más si hay hijos de por
medio.

Las tazas de divorcios han aumentado en los últimos años, incluso es


considerado una etapa del ciclo de vida del ser humano. Aunque en la
actualidad es común ver matrimonios disueltos, sigue siendo una experiencia
traumática que marca para siempre la vida de un niño.

Un estudio reciente realizado por la University College Dubrin Revela que


los efectos del divorcio son más dañinos para los hijos que la muerte de uno
de los progenitores. Los hijos muchas veces son testigos disputas, insultos,
agresiones, golpes, chantajes, amenazas y palabras obscenas por parte de sus
padres.

Cabe resaltar, que muchas veces y en la mayoría de los casos los padres
subestiman las graves consecuencias que tiene la ruptura del matrimonio en
los hijos, los padres se centran en aspectos como venta y repartición de
bienes materiales, repartición del dinero, custodia de los hijos pensión
alimenticia y no prestan atención al gran impacto emocional que causan en
los hijos al divorciarse esto ocurre especialmente cuando se trata de bebes o
niños pequeños, los padres creen que ellos no perciben lo que pasa en su
familia y esto es un error, porque los niños pequeños observan y escuchan lo
que pasa a su alrededor, y esto traerá graves consecuencias en la vida futura
del pequeños.
Investigaciones revelan que las consecuencias del divorcio por regla general
suelen ser peores en niños que en niñas, ellas suelen adaptarse mejor a la
situación

Los resultados del estudio, llevada a cabo por la Universidad de California en


Berkeley, revela que los hijos de padres divorciados suelen sufrir depresión,
tener problemas en la escuela, y desarrollar menos habilidades sociales en
comparación con otros niños. Presentan más problemas de salud, de
conducta y emocionales. Se sienten culpables, y se muestran más irritables,
desconfiados, incapaces, y malhumorados.

Además de esto, los hijos pueden desarrollar:

 conductas regresivas, como: orinarse en la cama, succionar el pulgar, hablar


como bebé o portarse mal
 miedo ante el derrumbe de la estructura familiar
 miedo a no ver más al padre que se va de la casa o a que el otro lo abandone
 miedo a que los padres dejen de quererlo. Miedo al rechazo.
 enojo, que manifiestan golpeando o rompiendo sus juguetes
 tristeza, depresión, baja autoestima
 se sienten responsables del divorcio: auto - acusaciones
 preocupación
 usan la fantasía para negar lo que está sucediendo e imaginan que "sus
padres se volverán a unir"
 codependencia por parte de uno de los progenitores
 Querer dormir con el padre o la madre
 Personalidad Introvertida
 Inseguridad y falta de confianza en sí mismo

La psicóloga estadounidense Judith Wallerstein en su libro "Law and Divorce"


(Ley y divorcio), hace un perfil psicológico de los hijos de divorciados:
- 25 por ciento no ha terminado el colegio (contra 10 por ciento de los demás
hijos)
- 60 por ciento ha necesitado tratamiento psicológico (contra el 30 por
ciento)
- 50 por ciento ha tenido problemas de alcohol y drogas antes de los 15 años
- 65 por ciento tienen una relación conflictiva con el padre (sólo el 5 por
ciento ha recibido ayuda económica sustancial por parte del padre).
- Pese a que la mayoría pasa los 30 años de edad, apenas el 30 por ciento se
ha casado.
- Del total de casados, el 50 por ciento ya se ha divorciado.

Para los hijos una separación (igual que para los padres) supone un proceso de
duelo, cada niño lo afrontará de diferente manera algunos pueden recuperarse en
un año, otros arrastran con ese trauma por el resto de su vida, algunos crecen
escépticos al amor, tienen relaciones inestables, tienden a ser promiscuos y no
creen en el matrimonio.

En conclusión los padres deben reflexionar antes de formar una familia para no
sufrir las tortuosas consecuencias del divorcio en los hijos, pero si sucede los
padres pueden ayudar a que esta experiencia sea menos dolorosa. Los padres
deben:

 Asegurarles una y otra vez que los quieren y los querrán siempre
 Asegurarle a los niños que no son responsables del divorcio
 Decirles que ellos también lamentan el divorcio y no haber podido resolver
las cosas de otra manera.
 Escucharlos permitiéndoles expresar su tristeza y su enojo,
 Brindarles apoyo y compresión,
 No hablar mal del otro padre en su presencia. Los niños reciben cómo
dirigida hacia su propia persona cualquier apreciación negativa o injuriosa
que recaiga sobre un progenitor,
 No usarlos como mensajeros, espías o rehenes,
 No pedirles información acerca de que cosas tienen o hacen en la otra casa,
 No involucrarlos en las peleas,
 No discriminar su rol de padres de su rol de ex cónyuges,
 Explicarles los arreglos de vivienda, visitas y otros cambios que sucederán.

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