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Nuevas

tendencias
en el estudio
de los
caminos
EDITADO POR

Sofía Chacaltana
Elizabeth Arkush
Giancarlo Marcone

Ministerio de Cultura
Ministro de Cultura
Ministerio de Cultura
Salvador del Solar Labarthe

Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales


Jorge Ernesto Arrunátegui Gadea

Coordinador General del Proyecto Qhapaq Ñan – Sede Nacional


Giancarlo Marcone Flores

Nuevas tendencias en el estudio de los caminos


Sofía Chacaltana, Elizabeth Arkush y Giancarlo Marcone (editores)

Editado por el Ministerio de Cultura


Proyecto Qhapaq Ñan - Sede Nacional
Avenida Javier Prado Este 2465, San Borja, Lima 41
Teléfono: (511) 618 9393 / anexo 2320
Email: qhapaqnan@cultura.gob.pe
www.cultura.gob.pe

Primera edición, Lima, agosto 2017


500 ejemplares

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2017-09781


ISBN 978-612-4126-90-1

Diseño y diagramación
Edítalo SAC
Centenario 179-509A, Barranco, Lima 04

Impresión
Gráfica Industrial R&S
Mz. J Lote 5 calle Morococha, Urbanización Aprovisa. La Molina
Telf.: 326 5537
Agosto 2017
Caminando el Cusco:
mapas, movimiento
y memoria social
en el corazón
del Imperio Inca
STEVE KOSIBA Según las leyendas incas, el mundo andino cambió
para siempre cuando sus antepasados divinos camina-
THE UNIVERSITY OF MINNESOTA,
ron hacia territorio cusqueño, subieron el escarpado
DEPARTMENT OF ANTHROPOLOGY,
pico de la montaña Huanacauri y sus miradas cayeron
ESTADOS UNIDOS
por primera vez en el valle del Cusco (foto 1). En lo alto
de esta cumbre, los antepasados incas realizaron los
actos que poco después caracterizarían y definirían su
supremacía imperial. Uno de ellos utilizó su poderosa
honda para nivelar montañas y crear profundos valles,
una hazaña audaz de destrucción creativa que motivó
que sus hermanos lo encerraran en una cueva cerca-
na. Otro antepasado unió su sangre a la piedra de un
lugar sagrado quedando así personificada (huaca); esta
acción lo convirtió en Huanacauri, la huaca principal
de los incas. Después de descansar en el lugar denomi-
nado Matagua, otro de los antepasados plantó el primer
maíz y luego afirmó su control sobre el valle del Cusco,
al atacar ferozmente a los habitantes indígenas.1
Al igual que los alardes de muchos estados expan-
sionistas, la leyenda cuenta cómo los antepasados fun-
daron el Cusco y llegaron a gobernarlo en base a sus
movimientos y acciones. Los incas se jactaban de que,
antes que sus ancestros caminaran por esta fatídica
ruta, el Cusco era una provincia en estado de barbarie;

1 Los cronistas españoles inca se unió con una huaca pre-


registraron diferentes versiones de existente llamada Chimpo y Cahua
este mito de fundación. No existe del pueblo de “Sañu” o “Sano” (vid.
un consenso sobre cuál de los especialmente Murúa (1962-1964
antepasados inca fue sepultado [1611], I: 23). En todas las versiones,
en la cueva y cuál se convirtió en asimismo, un antepasado inca
Huanacauri; compárese, por ejem- remodela el Cusco con su honda,
plo, Betanzos (1968 [1551]: 12-13) y otro antepasado se convierte en
Sarmiento (1965 [1572]: 215) con Huanacauri, los antepasados se
Cabello de Balboa (1951 [1586]: 261- detienen en un lugar llamado Mata-
263), Molina (1947 [1573]: 21, 137), y gua, y, finalmente, el antepasado
Murúa (1962-1964 [1611], I: 23). Sin Mama Huaco agrede violentamen-
embargo, varias de estas fuentes te a los pobladores guallas y planta
históricas señalan que el ancestro el primer maíz.
194
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

sus antepasados introdujeron la civilización entorno de Cusco. Durante sus ceremonias


y enseñaron a la gente del valle del Cusco teatrales, como el Capac Raymi, recreaban
cómo realizar los trabajos agrícolas, el tejido, los mitos de origen mientras caminaban por
el riego y el urbanismo (Betanzos 1968 [1551]: diferentes rutas para acceder a los lugares sa-
13; Cabello de Balboa 1951 [1586]: 294; Cobo grados donde nació el Cusco (vid. Bauer 1996;
1956-1964 [1653], II: 62, 72; Garcilaso 1976 Yaya 2008); como consecuencia de ello, los
[1609], I: 48, 59; Molina 1947 [1573]: 129). Los caminos, santuarios y monumentos cusque-
incas trataron de inscribir este relato en el ños terminaban creando un paisaje unificado
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foto 1.
Vista aérea
del Cerro
Huanacauri
con el
complejo
ritual (Sector
A) y el Camino
Inca en primer
plano.
STEVE KOSIBA

en el que los incas eran presentados como los Dean 2010; Julien 2012). Pero ¿cómo fue
CAMINANDO EL CUSCO...

arquitectos y guardianes de los Andes. que esta región, investida sin lugar a dudas
De hecho, arqueólogos e historiadores de sentidos culturales indígenas y memo-
creen a menudo en la veracidad de estos alar- rias sociales locales, vino a ser naturalizada
des y sostienen que, al fundar el Cusco, los como inherentemente inca? Este artículo
incas crearon un paisaje sagrado unificado analiza los datos arqueológicos y etnohistó-
que encarnó su historia mítica y reveló su ricos para explorar cómo los antiguos habi-
mandato divino de civilizar los Andes (vid. tantes de Cusco produjeron y percibieron su
196

ciudad durante el dominio inca. Examina, Mapeando el Cusco


asimismo, el camino de la ceremonia del Ca-
pac Raymi y aquel que va desde Cusco hasta
Ollantaytambo para poder comprender me-
jor cómo estas vías manifiestan distintos ma- El Cusco antiguo era un extenso entorno
pas y memorias, es decir, percepciones del en- urbano. Para construirlo, los incas se estable-
torno y del pasado. Mi principal argumento cieron y unieron a un archipiélago de comu-
es que el Cusco no era una simple constela- nidades étnicamente diferenciadas. Estas co-
ción de monumentos, ni un sistema de cami- munidades se encontraban interconectadas
nos y lugares que revelaban la historia como mediante la programación de tareas agrícolas
un texto; por el contrario, el Cusco se veía y una interdependencia socioeconómica y a
definido a través del movimiento a lo largo un calendario ritual. Por lo tanto, el Cusco
de caminos que evocaban entendimientos era más un sistema urbano asentado en las
particulares del medio ambiente y del pasa- laderas y campos que rodeaban el núcleo de
do. Por lo tanto, hubo múltiples vías en las la ciudad, que una ciudad concentrada como
que la gente andina percibía y construía su las de la antigua Mesoamérica o Mesopota-
noción de ciudad. mia. Las diferencias arquitectónicas y divi-
Este artículo va más allá de las narrati- siones de tierra marcan las áreas internas y
vas de dominación inca para explorar lo que externas del Cusco, creando al mismo tiempo
yo llamo culturas de articulación, las formas distinciones sociales entre los incas, las élites
complicadas en que los paisajes y memorias de bajo estatus (incas de privilegio) y la plebe
indígenas pueden obstruir o enredar las pre- movilizada por los incas al valle (Bauer 2004;
tensiones de un Estado expansionista. Aquí, Farrington 2013; Zuidema 1990). Por consi-
el término paisaje no se refiere simplemente guiente, para entender el Cusco antiguo, hay
al medio físico. El paisaje es un concepto que que entender cómo este entorno urbano creó
también alude a cómo la gente crea el am- una apariencia de coherencia espacial y tem-
biente físico y cómo el entorno físico afecta poral, es decir, un paisaje inca.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

las acciones de las personas. En consecuen- Pero ¿qué queremos decir cuando usamos
cia, la gente puede ver o utilizar las mismas el término paisaje inca? Sin duda, durante el
estructuras físicas, la misma topografía, de siglo XIV, los incas incorporaron unidades
maneras muy diferentes y mediante distin- políticas cusqueñas autónomas a su naciente
tos lentes culturales. Para poder examinar el Estado. Investigaciones arqueológicas recien-
Cusco antiguo, debemos identificar la gama tes demuestran que los incas remodelaron el
de paisajes indígenas e incaicos que dieron Cusco embelleciendo o demoliendo centros
forma a la ciudad. ceremoniales preexistentes (Covey 2006; Ko-
siba 2012; Kosiba y Galiano 2013). En lugar
de estos, levantaron nuevos santuarios y tem-
plos monumentales que manifestaban su au-
toridad divina. Los investigadores usualmen-
te sostienen que los incas construyeron estos
monumentos con la intención de conmemo-
rar a sus antepasados y, en consecuencia, os-
curecer las historias de los pueblos indígenas
del Cusco (vid. especialmente Julien (2012) y
197
Niles (1999)). Además, argumentan que los lógicos proporcionan perspectivas de arriba
incas construyeron terrazas, caminos y edifi- hacia abajo de cómo los incas extendieron
cios para crear una estética que reforzaba las su poder a lo largo del territorio andino. Al
narrativas míticas, haciendo parecer que el mismo tiempo, reducen a las poblaciones y
poder imperial inca era natural, que brotaba lugares a una red abstracta de puntos y líneas
directamente de la misma tierra (Dean 2010). en un mapa regional y, en consecuencia, os-
Estos enfoques describen los lugares y sitios curecen nuestra visión del trabajo político
que constituían el Cusco como si fueran en- real a través del cual los incas y los pueblos
tradas de una vasta enciclopedia o una pers- indígenas locales crearon, negociaron y frag-
pectiva unificada —un paisaje inca—, igual- mentaron sus visiones del Cusco (vid. Erick-
mente legible para los administradores incas son 2006, 2009).
y la plebe. Mediante la creación de estos mapas re-
Del mismo modo, en las investigaciones gionales de monumentos y redes incaicas, los
arqueológicas el paisaje del Cusco es descrito arqueólogos a menudo asumen que todas las
como un programa coordinado de control de personas —desde los incas hasta las comuni-
los recursos económicos o las prácticas ritua- dades indígenas del Cusco— podían acceder
les, debido a que los investigadores se enfocan a estas redes o percibir estos monumentos y
en las instituciones de gestión y mecanismos las historias que evocan de manera similar,
de control que los incas emplearon para esta- como si hubiera una sola historia incaica es-
blecer una economía integrada y maximizar crita en las líneas (ceques) del Cusco y un solo
los recursos de la tierra y mano de obra (v. g. paisaje inca tallado en las piedras del Cusco.
Covey 2006). Como complemento de este Aunque estos mapas pueden ser herramien-
enfoque económico, otros investigadores su- tas heurísticas para interpretaciones arqueo-
gieren que los incas aseguraron su autoridad lógicas del Cusco, nos dejan varias preguntas
imperial apropiándose de los lugares sagrados, relacionadas a cómo las comunidades del
capturando las huacas y reorientando las prác- Cusco llegaron a reconocer o negociar sus
ticas rituales tradicionales hacia las deidades posiciones sociales durante el gobierno in-
incaicas (v. g. Acuto 2005; Gifford y Acuto caico, cómo los pueblos indígenas de Cusco 2 Varios investigadores
han discutido cómo el
2002; Gose 1996; Zuidema 1990). Algunas percibían su entorno y cómo cambiaron los
sistema de caminos reales
investigaciones se han centrado en cómo los significados de los principios culturales tradi- y senderos rituales del
incas crearon un orden geográfico y social en cionales al ser incorporados al Estado Inca y Cusco (ceques) crearon
una apariencia de coheren-
Cusco mediante la institución de un sistema al medio ambiente del Cusco. cia en toda la capital inca
de caminos rituales (los ceques) y las divisio- Debemos cambiar nuestra visión del
STEVE KOSIBA
(Bauer 1998; Rowe 1980;
nes de la tierra (chapas) (Bauer 1998; Zuidema paisaje inca y enfocarnos menos en los mo- Zuidema 1964, 1990; para
los estudios más particu-
1964, 1990; vid. también Betanzos 1968 [1551]: numentos y sitios distribuidos a lo largo de lares, Guchte 1990; Niles
35). A pesar de que los investigadores ofrecen un entorno, centrándonos más en las formas 1987; Sherbondy 1992).
Diferentes estudiosos han
interpretaciones divergentes del sistema de cómo la gente andina se movía a través de
argumentado que las vías
CAMINANDO EL CUSCO...

ceques, comparten la perspectiva de que es- su medio ambiente. Para estudiar este movi- y sus huacas fueron una
tos formaron un sistema social completo, un miento, debemos trasladar nuestra atención estructura calendárica
inmutable, pero a veces
mapa regional que ordenó a las personas, los de los conjuntos de materiales de un Estado cambiada políticamente
lugares, los acontecimientos históricos, y los a las propias prácticas que orientaban a las (v. g. Zuidema 1964), o un
movimientos celestes en un paisaje inca.2 personas hacia su entorno. El término orien- sistema ritual dinámico que
subyacía en las distintas
Al concentrarse principalmente en la tación espacial se refiere a la comprensión versiones de la historia
organización regional, estos estudios arqueo- ontológica del propio cuerpo con el entorno inca (Bauer 1998).
198

construido. Por ejemplo, el filósofo francés centra en los lugares del medio ambiente
Henri Lefebvre (1992: 261) sostiene que una (Bruce Mannheim, comunicación personal,
nueva propuesta ideológica y ontológica se febrero 2015). Es decir, prioriza los lugares
introdujo durante el Renacimiento europeo hacia donde se dirige la percepción, en lugar
cuando los urbanistas comenzaron a diseñar de las prácticas corporales habituales o ma-
las calles y carreteras de acuerdo a los prin- pas mentales abstractos. Podríamos pensar en
cipios de la perspectiva lineal. Tales princi- ejemplos etnográficos que describen cómo las
pios evocaron creencias cristianas acerca de personas andinas mapean su entorno social y
la relación entre el espectador —un sujeto relaciones de parentesco en términos de las
móvil— y un único punto de fuga —un ojo oposiciones dicotómicas que estructuran sus
de rey o de dios—. También revelan entendi- pueblos y caseríos (Abercrombie 1998), o po-
mientos del pasado, haciendo que el centro dríamos considerar la investigación arqueo-
de la ciudad y su capilla correspondan a un lógica reciente de Zachary Chase (2015) en la
punto de origen cristiano, es decir, a la casa provincia de Huarochirí, que revela cómo los
de una deidad. Si aceptamos el argumento de pueblos y huacas en esta región fueron esce-
que la organización espacial de los caminos y narios para la ejecución de ritos que manifies-
edificios puede influir en cómo las personas tan una historia mítica. En estos ejemplos, los
perciben su entorno y su pasado, entonces lugares particulares y las actuaciones rituales
tenemos que reconsiderar las orientaciones que les acompañan estructuran orientacio-
espaciales andinas y no solo asumir que estas nes de la gente hacia su entorno, y también
orientaciones son iguales a la distribución de hacia su pasado. Podemos concluir, entonces,
los caminos o monumentos. que las vías que canalizan la percepción me-
¿Qué tipos de orientaciones espaciales se diante la creación de secuencias de lugares y
generaron cuando la gente se movía a lo largo rituales crean al mismo tiempo perspectivas
de los caminos del Cusco? Existe una tenden- particulares del entorno.
cia en los estudios antropológicos que lleva a En la discusión que sigue reconstruiré
asumir el desarrollo evolutivo de un tipo de cómo las personas andinas perciben el Cus-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

orientación espacial a otra: (1) una perspecti- co mediante el movimiento a lo largo de sus
va pre-moderna del espacio que proviene de caminos, desde el corazón de la ciudad a sus
la familiaridad con puntos de referencia (v. g. fronteras distantes. Al explorar los caminos
Bourdieu 1977: 2; Hallpike 1979) y (2) una re- del Capac Raymi y Ollantaytambo, busco
presentación cartesiana del espacio en el que entender cómo los caminos originaron di-
las personas se visualizan a sí mismas como ferentes —y contradictorios— mapas y re-
sujetos que atraviesan un terreno objetivo, cuerdos de Cusco. Los datos se derivan de dos
como un mapa mental (vid. revisión en Gell proyectos que dirigí: el Proyecto Arqueoló-
1985). gico de Wat’a (2005-2009) y el Proyecto Ar-
Estos modos de orientación espacial pre- queológico de Huanacauri (2014-2015). En
suponen un punto de vista centrado en el su- ambos realizamos prospección arqueológica,
jeto, es decir, un punto de vista en el que el excavaciones, análisis de documentos en los
medio ambiente se proyecta hacia afuera de archivos y análisis SIG. Varios informes de las
la mente o las acciones de una persona en la investigaciones arqueológicas del Ministerio
tierra. A mi parecer, la orientación espacial de Cultura del Perú fueron valiosos para este
andina —especialmente entre los quechua análisis (especialmente Amado 2003; Catalán
hablantes— se basa en todo lo contrario, se y Montúfar 2007).
199
Capac Raymi: [1653], II: 207; Molina 1947 [1573]: 95-96),
para promulgar de nuevo el viaje mítico a
caminando al pasado Huanacauri. El camino les ofrecía una pers-
pectiva particular sobre el pasado, una ideolo-
gía dominante (Brumfiel 1998), que destacaba
Los caminos de la ceremonia del Capac Ray- los puntos de vista de la clase dominante del
mi ofrecen una perspectiva sobre cómo los Cusco. Pero, mediante el trazado de esta ruta a
cusqueños entendían la ciudad durante el do- Huanacauri, veremos que el camino también
minio incaico; esta fiesta era una de las más develaba una perspectiva sobre el pasado que
importantes del Cusco. Durante el Capac Ray- era muy diferente a la historia de dominación
mi, los muchachos cusqueños3 de entre 12 y total del Inca que los españoles registraron en
15 años de edad se convertían en miembros los mitos de origen.4
de la élite cuando recibían los materiales que Las fuentes históricas se centran en cómo
definirían su estatus: armas (hondas o guara- el Capac Raymi marcó límites sociales en
cas), un taparrabos (guara) y orejeras, durante el Cusco, tanto al interior como al exterior,
el Guarachico (Molina 1947 [1573]: 102, 105; era una ceremonia de cusqueños y para cus-
Ondegardo 1916 [1585]: 18). queños. Durante los primeros días del Capac
Las procesiones eran un ciclo de movi- Raymi, los extranjeros dejaban la ciudad y
miento continuo desde Haucaypata, la gran esperaban en zonas prescritas en los cuatro
plaza del Cusco, hacia las huacas principales caminos principales del imperio. Los inicia-
de la ciudad. En la primera procesión, los mu- dos, que eran descendientes de los ayllus del
chachos se vestían como sus antepasados, con Cusco y familiares de los incas, bebían con
trajes “de lana leonada fina” (chumpicacico), es sus antepasados momificados y recibían la
decir de un color rojo encendido o rubio, y bendición del Inca (Cobo 1956-1964 [1653], II:
capas blancas (supayacolla) (Cobo 1956-1964 208-209; Molina 1947 [1573]: 96). Luego estos

3 Utilizo el término “cus- de suceder en la corona y ni despojados, sino de Ramos Gavilán (1967 de iniciación reportada por
queño” para nombrar a los sus hermanos; si los tenía; siempre sean vence- [1621]: 145-147) de una Ramos Gavilán fuera una
participantes en la cere- y no se daba esta insignia dores, pues para esto ceremonia de iniciación réplica de la que se ejecu-
monia. Aunque las noticias de nobleza a otros”; sin los hiciste (Molina 1947 cerca de Copacabana, taba en el Cusco. Podemos STEVE KOSIBA
consignadas en las fuentes embargo, Cristóbal de [1573]: 86). se establece claramente concluir, por consiguiente,
resultan en algunos casos Molina registra la siguiente que la ceremonia era un que los participantes en
contradictorias, resulta “oración para todos los in- La oración establece clara- medio para la elección y la ceremonia pertenecían
claro que los participantes cas”, pronunciada durante mente que los bendecidos toma de nobles. Es decir, a familias reconocidas, ya
debían ser cusqueños Citua y repetida durante el debían incluir “cuzcos” el Inca elegía quiénes fueran incas puros o no,
descendientes o parientes Capac Raymi: y “tambos”, los primeros participaban en el acto y y que eran promovidos a
del Inca (Cobo 1956-1964 probablemente correspon- luego elevaba el estatus de posiciones sociales altas
CAMINANDO EL CUSCO...

[1653]; Molina 1947 [1573]; ¡Oh Sol!, padre mío, que dientes a la nobleza en el aquellos que alcanzaban en base a su rendimiento
Ondegardo 1916 [1585]: 18). dijiste haya cuzcos y Cusco y los segundos a los mayor éxito, especialmente durante la ceremonia.
El jesuita Bernabé Cobo tambos; sean vence- grupos étnicos cercanos a los iniciados que tenían
(1956-1964 [1653], II: 208) dores y despojadores a Paqaritambo, lugar de un buen desempeño en 4 Los detalles etnohistóri-
aclara que la ceremonia éstos tus hijos de todas origen de los incas (vid. la carrera a pie. Los parti- cos solo reflejan la forma
incluyó a los: “deudos y las gentes; adórate para también la nota por Brian cipantes débiles no eran en que la fiesta de Capac
descendientes por línea que sean dichosos si Bauer en Molina 2011 promovidos a un rango o Raymi se llevó a cabo
recta de los reyes Incas, semos estos incas tus [1573]: 108, nota 115). Por posición social superior. Es durante los últimos días
hasta el príncipe que había hijos y no sean vencidos otra parte, en el relato probable que la ceremonia del Imperio Inca.
200

iniciados partían hacia Huanacauri en una gunos de los sitios arqueológicos preincaicos
procesión encabezada por sacerdotes (tarpun- más importantes y extraordinarios del Cusco
taes) y por una llama blanca que se decía que (figura 1).
había descendido de los primeros animales El camino pasaba por el pueblo y sitio
que sobrevivieron “al diluvio” (Cobo 1956- ceremonial de Membilla (actual Wimpillay),
1964 [1653], II: 208), término que aludía a que había sido ocupado varios siglos antes de
un tiempo mítico en general. Estos primeros la aparición de los incas (Barreda 1973, 1991;
días, entonces, no solo definían las diferen- Bauer 2004). Membilla, literalmente, albergó
cias sociales entre el Cusco y las provincias, el pasado inca. El administrador español Polo
también restringían el acceso a la ideología de Ondegardo mencionó haber encontrado
inca: solo estos cusqueños llegaban a ver las allí las momias e ídolos de los primeros go-
momias, llamas y oraciones que consagraban bernantes incas —de Hurin Cusco— en 1559
este viaje. (Cobo 1956-1964 [1653], II: 66-69). Aquí, los
Los cronistas españoles, inmersos en las iniciados reconocían una casa de sus ante-
nociones de una historia lineal y la cartogra- pasados. Luego pasaban por Muyu Urqu, un
fía representativa, no registraron los lugares centro ceremonial del período Qotakalli (c.
que los iniciados encontraban en su camino a 200-600 d.C.) y de la época Wari (c. 600-1000
Huanacauri. Aparentemente no entendieron d.C.) (Bauer 2004; Zapata 1999). Los iniciados
la importancia que estos lugares tenían en la caminaban por Tankarpata, un pueblo prein-
concepción andina del espacio y la ciudad. ca ocupado durante siglos (Bauer 2004) y lue-
Sin embargo, investigaciones arqueológicas go cruzaban el pueblo inca de Qotakalli, que
recientes han revelado la trayectoria del ca- incluía y se encontraba rodeado por varios
mino hacia la huaca en Huanacauri (Amado pueblos grandes del período Qotakalli. Por
2003: 43; Catalán y Montúfar 2007). Aunque último, pasaban por Pukakancha, un cemen-
dentro del sistema de ceques este camino terio del Horizonte Medio (Arahuay) (c. 600-
conectaba algunas huacas del Collasuyu, 1000 d.C.) y del período Killk’e (c. 1000-1350
también demarcaba las fronteras sociales d.C.) (Barreda 1982; Catalán y Montúfar 2007).
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

internas y externas del Cusco. Al comenzar Todo parece indicar que, intencional-
su recorrido por este camino, los iniciados mente, el camino fue construido para que pa-
enrumbaban hacia Pumachupan, donde se sara por estos sitios. Un análisis SIG de la ruta
unen los ríos Tullumayu y Saphi. Las prime- que requiere menor esfuerzo o coste demues-
ras narraciones sobre los ceques reconocen a tra que el camino hacia Huanacauri se desvía
este punto como el remate de la ciudad (Betan- significativamente del camino que habría
zos 1968 [1551]: 37), un límite definido por sido la manera más eficiente de acceder. La
los cursos de agua que separaba el núcleo de ubicación del camino sugiere dos posibilida-
la ciudad de los campos circundantes y las co- des: o (1) esta vía estuvo basada en significa-
munidades suburbanas. dos y prácticas culturales de estos lugares del
Pero la evidencia arqueológica también pasado o (2) existía aquí un camino anterior
muestra que el camino resaltaba el pasado del al Estado Inca.
Cusco, y al hacerlo, remitía a una visión del Los datos etnohistóricos y arqueológicos
pasado que no aparece registrada en los mitos sugieren que el camino fue construido para
de origen. Mi estudio arqueológico del cami- aprovechar los significados de estos sitios
no demuestra que los peregrinos, después de preincaicos. En primer lugar, los restos de
salir del centro de la ciudad, pasaban por al- estos sitios —la arquitectura y los artefac-
201
figura 1. Mapa de los caminos antiguos en los alrededores del Cerro Huanacauri, Cusco, Perú
Antiguo camino
inca a Huanacauri
Centro de Cusco que los incas
(Aukaypata) utilizaron durante
su fiesta de Capac
Raymi
Ruinas pre-incaicas
que atraviesa el
camino
Membilla

Aster Dem / WGS 84 /


Muyu Urqu Qotakalli UTM 19S

Pukakancha

Matagua

Huanacauri
0 2 km

tos actualmente visibles— también habrían En segundo lugar, la mayoría de estos sitios re-
sido visibles para los iniciados que pasaban cibieron ofrendas durante el período Inca, lo
por esta ruta durante el reinado de los incas. que sugiere que no solo eran percibidos como
Aunque es muy probable que los iniciados no lugares antiguos, sino también como luga-
STEVE KOSIBA

pudieran asignar estos restos a épocas concre- res sagrados. Varios cronistas afirman que,
tas, como lo hacemos cuando los vinculamos como parte del culto, Chima Panaca organizó
a tipos estilísticos como Qotakalli y Killk’e, sí grandes fiestas para las momias en Membilla
eran capaces de reconocer que se trataba de (Cobo 1956-1964 [1653], II: 66, 180). Aquí, una
CAMINANDO EL CUSCO...

pueblos abandonados con cerámica, arqui- huaca llamada Acoyguaci (Co 6: 3) guardaba y
tectura y terrazas que no se ajustaban a las cuidaba la momia de Sinchi Roca (Cobo 1956-
normas incaicas. Por lo tanto, podían inferir 1964 [1653], II: 181), hijo de Manco Capac y
que estos no correspondían a los lugares habi- segundo Inca, quien nació durante el viaje de
tados por salvajes mencionados en los mitos, los antepasados al Cusco. Del mismo modo,
llegando a reconocer, en consecuencia, una en Muyu Urqu se habría encontrado una
prehistoria en las raíces del Cusco. huaca llamada Tampuvilca (Co. 9: 5) (Cobo
202

1956-1964 [1653], II: 182). Qotakalli se localiza cos. El camino se estrechaba nuevamente
en una llanura cercana a muchas huacas y pro- antes de que llegaran a otra plataforma se-
bablemente albergaba a la huaca llamada Cata- micircular, en el punto de entrada al sitio de
calla (Co. 7: 2), uno de los cantos rodados (puru- Matagua. Las fuentes históricas indican que
raucas) que cobraron vida en defensa del Cusco este sitio fue el lugar donde los antepasados
(Bauer 1998: 106-110; vid. Rowe 1980: 11-12). incaicos míticos descansaron antes de des-
En tercer lugar, la arquitectura y cerámi- cender al Cusco (Cobo 1956-1964 [1653], II;
ca de Pukakancha y Tankarpata demuestran Sarmiento 1965[1572]; Molina 1947 [1573]).
que fueron utilizados o reverenciados duran- Matagua es descrito como un lugar limi-
te la época Inca. En general, los datos sugie- nal donde los incas inventaron sus ritos de
ren que, al andar este camino, los iniciados se paso.5 Al caracterizar a Matoro —una pro-
encontraban con el pasado (foto 2). bable variante de Matagua— como una rui-
En el camino, los atributos arquitectóni- na, Cobo demuestra que, además, se trataba
cos y estructurales llamaban la atención so- de un lugar mítico: “[…] una ladera cerca de
bre estos sitios antiguos y las características Guanacauri, donde había unos edificios an-
de la ruta, influyendo en las disposiciones tiguos, que cuentan fue la primera jornada
corporales de los iniciados. Los muros de donde durmieron los que salieron de Guana-
contención, adoquines y escaleras anchas ser- cauri después del Diluvio” (Cobo 1956-1964
vían para alterar la percepción y la velocidad [1653], II: 181). La evidencia proveniente del
de los iniciados, anunciando cuando debían camino prospectado indica que las seccio-
prepararse para ingresar a los espacios ritua- nes estrechas y las pequeñas plataformas
les. Por ejemplo, el camino se ensanchaba y alteraban las disposiciones corporales de los
se convertía en una amplia escalera, que lle- iniciados y los preparaban para entrar en un
vaba a Paqopallana, una amplia plataforma espacio mítico y sagrado.
forrada de piedra, a modo de ushnu. Después Excavaciones recientes del Ministerio
de Paqopallana, el camino se estrechaba, ya de Cultura sugieren que Matagua precedió
que proseguía a lo largo de laderas empina- al Estado Inca. El sitio cuenta con varios re-
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

das. Este segmento estrecho conducía a una cintos pequeños, circulares y en forma de D,
5 El carácter liminal de
pequeña plataforma semicircular en la base que corresponderían al período Killk’e en
Matagua se ve confirmado
de un pico llamado Inca Damian. Las excava- Cusco (vid. Gonzáles Corrales 1984). Entre la en algunas crónicas que
ciones realizadas en Inca Damian develaron cerámica decorada recuperada en las excava- registran que fue allí,
donde los antepasados
diversos canales instalados dentro de la plata- ciones (1 928 fragmentos, 5,4 % del total de inventaron todos los
forma, sugiriendo la existencia de un sistema cerámica recuperada), hubo una alta densi- ritos de paso principales:
de drenaje para proteger el camino o un espa- dad (1 902 fragmentos, 98,6 %) de cerámica Guarachico (perforación
del oído), Rutuchico
cio para recibir ofrendas (Catalán y Montúfar del tipo Killk’e, pero muy pocos tiestos de (corte de pelo), Quicochico
2007). El camino ancho y la plataforma son cerámica Inca (16 fragmentos, 0,008 %) (Ca- (primera menstruación
consistentes con un espacio para realizar ce- talán y Montúfar 2007: 723). En particular, la de una mujer) y Awscay
(recién nacido) (Betanzos
remonias taqui en las que se celebraba el pasa- cerámica killk’e se veía representada por mu- 1968[1551]:65; Cabello de
do con bailes y cantos, el estrecho camino ha- chas vasijas para servir, especialmente ollas Balboa 1951 [1586]:263;
Murúa 1962-1964 [1611], I:
bría provocado que los iniciados caminasen con bases cónicas y jarras con caras modela- 23, 26; y Sarmiento 1965
en una sola línea y luego entrasen de forma das (Catalán y Montúfar 2007: 734). Las altas [1572]: 216). Además,
individual a las plataformas. densidades de vasijas para servir sugieren que Bernabé Cobo (1956-1964
[1653], II: 65) sugiere que
La arquitectura del camino dirigía la Matagua fue escenario de ceremonias colecti- fue en esta localidad don-
entrada de los iniciados a los espacios míti- vas, tal vez un lugar para celebrar rituales. La de nació Sinchi Roca.
203
Aukaypata

Huanacauri
Wimpillay

Qotakalli

Huanacauri Matagua

foto 2.
Arriba:
STEVE KOSIBA

vista desde
Huanacauri
hacia el centro
de Cusco,
mostrando
los sitios
CAMINANDO EL CUSCO...

preincaicos
en la línea de
visión; abajo:
vista desde el
Camino Inca
hacia el pico de
Huanacauri.
204

investigación que el autor viene llevando en zaba su movimiento y la percepción hacia el


curso intentará aclarar el papel y la historia santuario un poco más abajo. Este santuario
ocupacional de Matagua, además de fechar cuenta con una pared en forma de zigzag, a
cuando fue construido el camino en el sitio. modo de chacana, un símbolo de poder que
Las fuentes históricas nos dicen que des- se encuentra en muchos sitios andinos de
pués de pasar una noche en Matagua los ini- prestigio. El muro rodea una inmensa roca,
ciados subían al Huanacauri. Los tarpuntaes sugiriendo que nos encontramos frente a una
que les acompañaban tomaban un poco de huaca (foto 3).
lana de llama y la soplaban para hacer una La arquitectura de Huanacauri indica que
ofrenda (Molina 1947 [1573]: 99); algunas de los iniciados participaban en una ceremonia foto 3 .

las llamas eran sacrificadas (Cobo 1956-1964 en la plaza del sitio y luego dejaban ofrendas Arriba: fotos de
los dos sectores
[1653], II: 209; Molina 1947 [1573]: 99). En- a la roca. El análisis de los materiales exca- rituales en
tonces, tras recibir hondas en una quebrada vados aún está en curso. Sin embargo, las Huanacauri,
llamada Quirasmanta (Molina 1947 [1573]: excavaciones revelan que el complejo de la el Sector A
100), los iniciados eran azotados por los asis- plaza localizado en el lado este de la montaña (izquierda) y el
tentes; los golpes eran dirigidos a sus piernas. podría haber correspondido a un área para la Sector B (derecha);
abajo: mapa de
Luego, los iniciados cantaban un guari (o producción-consumo de chicha y alimentos los dos sectores
huaylli), una canción que los ancestros habían ceremoniales. Mientras tanto, ubicado en el de Huanacauri.
creado para esta ceremonia (Cobo 1956-1964 lado este de la montaña, el complejo de la El Sector A
[1653], II: 210; Molina 1947 [1573]: 100). huaca parece haber sido un espacio destinado correspondía a
Mis investigaciones arqueológicas en a prácticas rituales privadas e individualiza- un complejo de
templos con plaza,
Huanacauri han revelado detalles adiciona- das. De hecho, la organización espacial de la mientras que el
les sobre el camino y el sitio. La arquitectura huaca —con una sola puerta a cada lado de Sector B era una
del camino y del sitio resaltaba la exclusivi- la pared en forma de zigzag— sugiere que los huaca rodeada
dad de la ceremonia. Cuando los iniciados se iniciados entraban en el espacio y luego pro- por una pared
acercaban a Huanacauri, el camino pasaba cedían a cruzar la roca, siguiendo una sola lí- en zigzag.
al lado sur de la montaña: aquí los iniciados nea, hasta la otra puerta. Aquí, en la zona de la
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

perdían de vista la ciudad de Cusco y por pri- huaca, los iniciados no encontraban un sitio
mera vez avistaban la tierra donde los incas antiguo o preinca. Los análisis preliminares
afirmaban haber surgido. Luego el camino muestran que, definitivamente, no existió un
se desviaba bruscamente hacia el este y los sitio preinca en Huanacauri. No se hallaron
iniciados veían el complejo santuario y la materiales culturales o niveles de ocupación
cima de la montaña de Huanacauri, rodeada que correspondieran al período preincaico o
por los picos de las montañas y glaciares de Killk’e. Más bien, los iniciados participaban
la región del Cusco. Desde este punto, entra- en un ritual íntimo que los colocaba frente a
ban en un espacio privado —una pequeña una roca viva que encarnaba a uno de sus an-
plaza flanqueada por siete estructuras— que tepasados. Un análisis más detallado revelará
obstruía su visión del entorno. Este, sin em- más sobre Huanacauri.
bargo, no era el final de la jornada. Mi estudio Del mismo modo, los otros caminos del
reveló otro santuario situado en una pequeña Capac Raymi se conectaban con las huacas del
quebrada al otro lado de la cima de la monta- Cusco, permitiendo el acceso a los lugares y
ña. Los iniciados probablemente ascendían a personas míticas. Después de estar en Huana-
la cima de la montaña y luego caminaban a cauri, los iniciados regresaban al Cusco para
través de una terraza y una pared, que canali- realizar un taqui y luego visitaban a Anahuar-
205
Sector A Sector B

que (Cu. 1: 7), una importante huaca que se miento arqueológico en la cima de la monta-
decía había corrido muy rápido durante el di- ña de Anahuarque pude observar los restos de
STEVE KOSIBA

luvio mítico (Cobo 1956-1964 [1653], II: 210; estructuras rectangulares, una extensa zona
vid. Kosiba 2015b). Los iniciados asumían el plana y cerámica inca (vid. también Bauer
papel de Anahuarque cuando recorrían el 1998: 120), sugiriendo que esta área fue utili-
camino desde la huaca hasta una colina en zada para la realización de un taqui.
CAMINANDO EL CUSCO...

el Cusco (Tito Cussi Yupanqui 1988 [1570]: Los iniciados visitaban otras huacas que 6 Bauer (1998: 70-71)
33-36). Anahuarque representaba a las comu- encarnaban el pasado del Cusco. Después de sugiere que Yavira (o Apu
Yavira) podría corresponder
nidades no-incaicas del Cusco; era la huaca Anahuarque, regresaban al Cusco para hacer con la “Ñusta”, un gran
principal preinca de Cachona y Chocco, gru- sacrificios y cantar un guari en Haucaypata. afloramiento rocoso locali-
pos étnicos que se aliaron con los primeros Luego seguían el camino hacia Yavira6 (Ch zado en la ladera de Picchu
del que actualmente se
incas (Molina 1947 [1573]: 105; vid. Bauer 9: 6.), una huaca situada en la montaña de dice, fue una hermana de
1998: 120; Yaya 2008). Durante mi reconoci- Picchu (Betanzos 1968 [1551]: 42; Cobo 1956- Manco Capac.
206

1964 [1653], II: 211; Molina 1947 [1573]: 109). do indígena del Cusco. Había catorce (4,3 %)
Se trataba de una huaca importante para los huacas que explícita o implícitamente evoca-
pueblos indígenas cusqueños; se dice que era ban el pasado indígena. Las huacas explícitas
una persona que vivió al mismo tiempo que incluían lugares como Cinca (Ch. 5: 9), que
los antepasados de los incas y luego, como se decía era la pacarina de donde emergieron
Huanacauri, se convirtió en piedra (Cobo los Ayarmaca, o Vicaribi (Cap. 9: 5), que fue
1956-1964 [1653], II: 174). Los habitantes de la tumba del líder del pueblo de Maras (Cobo
Cusco mencionaron que Yavira era la huaca 1956-1964 [1653], II: 172, 174). Además, las
principal del grupo étnico Maras (Molina huacas indígenas eran a menudo enumera-
1947 [1573]: 111). Aquí, los iniciados reali- das como “adoratorios antiguos” o tumbas de
zaban sacrificios y recibían los materiales “señores locales”. Teniendo en cuenta la dis-
que marcaban su estado, como taparrabos, tribución desigual de estos lugares históricos
orejeras, diademas de plumas (pilcocassa) e indígenas, es notable que el camino de Ca-
y medallones de oro y plata (Molina 1947 pac Raymi unía varios lugares que evocaban
[1573]: 111). Después de recibir estos artícu- el pasado lejano o indígena.
los, realizaban un taqui similar al realizado en Después de visitar Yavira, los iniciados
Anahuarque (Molina 1947 [1573]: 112). Por regresaban a Haucaypata para hacer más sa-
consiguiente, Yavira era una huaca indígena crificios a las huacas; tras realizar taquis, se
y un lugar ancestral que, a través de ritos y bañaban en un manantial y, finalmente, se
movimiento, fue integrada en la ceremonia les perforaba las orejas en un campo cerca
más solemne del Cusco (vid. mapa en Kosiba de Cusco (Molina 1947 [1573]). Al final de
2015b). la ceremonia, los extranjeros eran invitados
Es importante anotar que estos tipos de de nuevo al centro de la ciudad para comer
huacas indígenas no eran comunes en el sis- tortas de maíz remojadas con la sangre de los
tema de ceques del Cusco. De hecho, existie- sacrificios ofrecidos a todas las huacas (Cobo
ron 66 huacas (20,1 %) del sistema de ceques 1956-1964 [1653], II: 211).
que remitían al pasado del Cusco: 25 (7,6 %) Al trazar los caminos del Capac Raymi,
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

relacionadas a las acciones de una entidad podemos ver cómo la gente del Cusco llega-
no humana, por ejemplo, Huanacauri o un ba a conocer su ciudad. En primer lugar, se
pururauca; 35 (10,7 %) a un Inca específico, observa que, al desplazarse a lo largo de los
por ejemplo, Inca Yupanqui; y 6 (1,8 %) a un caminos a las huacas ancestrales y pueblos
Inca mencionado como un personaje gené- abandonados, los iniciados se movían a tra-
rico, por ejemplo, el “lugar donde el Inca se vés del pasado. En otras palabras, no existía
sentó”. Treinta y seis de estas huacas estaban un modelo mental general del espacio y el
situadas en el sector Chinchaysuyu del Cus- tiempo similar a una ontología cristiana, en
co, sugiriendo que tal vez era más impor- la que los pasados míticos y tierras míticas
tante implantar una percepción del paisaje son solo alcanzables a través del texto bíblico
en esta zona que da nombre a los incas (vid. o de un sermón sacerdotal. En el Cusco, el pa-
más adelante). Solo catorce se localizaban en sado mítico era evocado cuando los iniciados
Collasuyu, donde se encuentra el camino a se movían a través de la tierra.
Huanacauri, y muchas de ellas están vincula- La prospección arqueológica también
das explícitamente al camino a Huanacauri. muestra que los iniciados no solo encontra-
Por otra parte, podemos ver que había pocas ban huacas y lugares incaicos como Huana-
huacas que estuvieran enraizadas en el pasa- cauri, sino también huacas locales y no-in-
207
caicas, como Anahuarque o Yavira, y ruinas Ollantaytambo:
como Muyu Urqu, Pukakancha y Matagua.
Las posiciones de estos sitios sugieren que caminando hacia
el Capac Raymi fue diseñado para entrar en
el pasado del Cusco y recordar cómo el pa- el presente
sado no-incaico era esencial para la ciudad.
En segundo lugar, los datos sugieren cómo se
evocaban en el pasado las prácticas rituales Al igual que el Cusco, Ollantaytambo era un
y el movimiento. La evidencia arqueológica entorno urbano distribuido a través de las
muestra que el camino fue diseñado para al- laderas de un valle (foto 4). En varios litigios
terar las disposiciones y las percepciones de coloniales tempranos, tanto las élites indíge-
los iniciados cuando entraban a los lugares nas como los señores españoles declararon
míticos. Las plazas más amplias (Haucaypa- que los límites formales de Ollantaytambo
ta, la plaza de Huanacauri, la plataforma en abarcaban un área que se extendía mucho
Paqopallana y la llanura de Anahuarque) su- más allá del centro monumental de la ciudad
gieren espacios para la realización de taquis y (ARC 1555-1729: fs. 7v., 11v.-12r.; 1568-1722).
guaris que recordaban o enseñaban historias Las investigaciones arqueológicas sugieren
del pasado. Las ejecuciones cíclicas de taquis que Ollantaytambo fue construido durante
—en Haucaypata, en plataformas como Paqo- el siglo XV y que aún se encontraba en cons-
pallana y luego en las huacas— sugiere que el trucción cuando llegaron los españoles (para
pasado y las historias de Cusco se celebraban fechas radiocarbónicas, consúltese Bengtsson
y conectaban con el centro de la ciudad. En 1998; Hollowell 1987; Kendall 1985). La ciu-
contraste, el estrechamiento repetitivo del dad fue probablemente una estancia real del
camino y sus pequeñas plataformas focaliza- Inca Pachacutec y, al igual que otras estancias,
ban la atención de los iniciados hacia lugares albergó diversos grupos sociales de la región
y rasgos del paisaje específicos, originando del Cusco y de otras localidades más lejanas,
una experiencia individual y un encuentro incluyendo los ayllus Araccama, Cusco y Ya-
íntimo con seres míticos. Estos encuentros nacuna, así como trabajadores (mitmas) tras-
habrían aumentado la conciencia de los ini- plantados desde la región del Collao, al sur de
ciados de su posición social y su papel como Perú, y el Chinchaysuyu, al noroeste de Perú
cusqueños obligados a seguir las acciones de (AGN 1559-1560: fs. 14r.-16r., 26v.; vid. tam-
los personajes míticos. bién Glave y Remy 1983; Kosiba 2015a). Para
Por lo tanto, no existía una narrativa entender esta ciudad, con su amplio dominio
STEVE KOSIBA

singular que resumiera el Capac Raymi. La y población cosmopolita, es fundamental


comprensión de la tierra y del pasado era rea- examinar cómo los caminos de Ollantaytam-
lizada a través del recorrido, la ceremonia co- bo se unieron a los asentamientos preincai-
lectiva taqui y las secuencias de ofrendas. Los cos de la zona, y si los caminos enfatizaron el
CAMINANDO EL CUSCO...

caminos y las secuencias crearon un paisaje pasado y el paisaje de una manera similar a la
inca y una visión del pasado. Sin embargo, observada en el Cusco.
un breve examen de caminos comparables Los datos de mi prospección arqueoló-
en Ollantaytambo revela otra perspectiva del gica revelan cómo era el paisaje social de
Cusco, sugiriendo que hubo múltiples y con- la época preincaica en Ollantaytambo. An-
tradictorias formas de ver la capital incaica, tes del predominio de los incas, durante la
su paisaje y su pasado. “Fase Ollanta” (c. 1000-1300 d.C.), grupos
208

foto 4 .
Vista de
la ciudad
incaica de
Ollantaytambo,
con sus andenes
en el primer
plano.

étnicos diferenciados —como los quillis- parentesco entre las poblaciones locales, los 7 El término “economía
vertical compacta” se
cache y tampu— construyeron sistemas antepasados y la tierra. refiere a la organización
políticos altamente localizados en la zona Podemos reconstruir parcialmente los de actividades agrícolas
de Ollantaytambo (Kosiba y Galiano 2013). caminos preincaicos a través de un examen y ganaderas dentro de
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

pequeños valles o microre-


Sus asentamientos se agruparon en áreas de estos patrones de asentamiento. La gente giones andinas, donde los
circunscritas, centradas en determinados se habría movido entre estos pueblos centra- habitantes podían moverse
rápidamente hacia arriba
centros rituales o pueblos (Kosiba 2011). Si- les y las aldeas periféricas, ya que traían las y hacia abajo, integrando di-
tuados directamente entre las tierras altas de cosechas y los animales a la ciudad, o viaja- ferentes prácticas sociales
pastoreo y los maizales bajos, estos pueblos ban a la ciudad para participar en los actos y económicas a lo largo de
múltiples zonas ecológicas.
probablemente fueron el foco de economías rituales. Los pueblos eran por lo tanto luga-
“verticales compactas”7 conformadas por res donde la gente llevaba los productos de 8 Por ejemplo, la prominen-
cia central de Wat’a domina
actividades agrícolas y pastoriles interco- los campos y pastos cercanos —maíz, papas
un enorme afloramiento de
nectadas dentro de zonas ecológicas adya- y carne— que iban a ser consumidos en el piedra arenisca multicolor
centes (vid. Brush 1976; Yamamoto 1985; cfr. lugar y que se ofrecían a los antepasados o que todavía es considera-
do una huaca. Nuestras
Hastorf 1993: 185-186). Cada pueblo contó huacas (vid. Kosiba 2010, 2012; Kosiba y Ga- excavaciones cerca del
con un conjunto de formas arquitectónicas liano 2013). afloramiento permitieron re-
cuperar grandes cantidades
comunes, incluyendo sectores con tumbas Por otra parte, varios documentos colo-
de huesos de animales car-
rodeadas por plataformas que los marcaban niales españoles revelan que estos pueblos bonizados, lo que sugeriría
como centros rituales.8 Los pueblos fueron se encontraban conectados con su entorno la realización de actividades
de consumo, sacrificio o
centros para prácticas mortuorias y ritos de inmediato por múltiples caminos; estas vías eliminación de basura ritual
veneración que evidenciaban relaciones de permanecían aún en uso durante el período (Kosiba 2010).
209
Colonial Temprano. Por ejemplo, un camino
pasaba junto a las paredes del centro monu- figura 2. Mapa que muestra los diversos caminos
mental preincaico de Wat’a, en el camino a a Ollantaytambo
las tierras de pastoreo denominadas Chilli-
pawa (ARC 1555-1729: f. 119v.). Otra ruta pa-
saba de la zona denominada Paropiso hacia
la pequeña aldea de Amparaki, en las laderas
de Wat’a (ARC 1555-1729: f. 119r.). Otra vía Ollantaytambo
conectaba los campos de maíz cercanos al río
Vilcanota con un sitio funerario en Piscacu-
cho, este último contenía más de cien torres
(chullpas). Durante la prospección, hemos
llegado a reconocer que los pueblos no conta-
ban con caminos centrípetos que conectaran
las zonas residenciales con los espacios cere- Sulkan
moniales (figuras 2 y 3).
¿Qué pasó con este sistema local durante
el surgimiento del Estado Inca? Cuando los
incas construyeron Ollantaytambo, acon- Wat’a
dicionaron nuevas tierras que sentaron las
bases para un amplio entorno urbano.9 Cons-
truyeron, asimismo, muros de contención
para controlar el desbordamiento del río Vil-
canota (Farrington 1983; Niles 1999). Para ca-
nalizar el Vilcanota, los incas transformaron
bancos pantanosos en tierras productivas,
liberando suelos aluviales ricos en nutrien-
Huarocondo
tes. Los incas incrementaron la cantidad de
tierras productivas a lo largo del río Vilcano- Cusco
ta mediante la construcción de terrazas colu-
viales que controlaban los suelos. Mi análisis Caminos entre centros ceremoniales y políticos preincaicos que estaban
SIG indica que el proyecto de canalización todavía en uso durante la época Inca, sugiriendo que los pobladores
creó aproximadamente 262 hectáreas de nue- locales continuaron utilizando las rutas locales a pesar de la intervención
STEVE KOSIBA

de los incas
vas tierras a lo largo de un área de 12 kilóme-
tros que bordea Ollantaytambo.
Además, con estas nuevas tierras, llegó
nueva gente. Los documentos coloniales re-
9 En la actualidad, no es
CAMINANDO EL CUSCO...

velan que estos asentamientos alojaron nue- del todo claro si Ollan-
vos tipos de personas —mitmas, mamacuna taytambo contaba con un
sistema de ceques; solo un
y yanacuna— que fueron separados de sus
documento colonial señala
tierras ancestrales para mantener los nuevos explícitamente que la ciu-
campos y terrazas (ARC 1555-1729: fs. 132r. dad utilizaba líneas ceque
para marcar divisiones de
y 182r.). En estas tierras se construyó un ca- tierras (ARC 1568-1722: fs.
mino que conectaba Ollantaytambo con el 354r.-355r.).
210

Cusco (figura 3). Una visión de la geografía y


la materialidad de este camino ofrece nuevas figura 3 . Mapa que muestra el Camino Inca del Cusco
perspectivas sobre cómo los sujetos experi- a Ollantaytambo
mentaban y percibían este entorno.
Situado entre las escarpadas paredes del
cañón de Huarocondo, el camino del Cusco
a Ollantaytambo pasaba por los pueblos de
Wat’a y Sulkan —creados durante la Fase 7
Ollanta— y luego se acercaba a la entrada
Ollantaytambo
de Ollantaytambo. Dos rocas talladas en el
camino (probables huacas) llamaban la aten- 10 6 5
ción de los caminantes. Ambas se ubican en Pachar
4
puntos de la vía donde los viajeros ganan y
pierden la visibilidad de Wat’a, en los sitios 3
denominados Saratuhuallya y Pomatales. En Korimarka-
estos dos lugares, las personas que viajaban Pantanayoq 9
por el camino se encontraban frente a frente 8
con las huacas, dando sus espaldas a Wat’a y
dejando una ofrenda en las plataformas ad-
yacentes. Así, estas rocas dirigían la atención 2
hacia lugares del pasado, pero a diferencia de
las plataformas del Capac Raymi o del camino Wat’a
a través Matagua, las huacas de Saratuhuay-
lla y Pomatales influenciaban en los cami-
nantes llevándoles a cambiar su disposición
y su percepción para que se toparan con las 1
rocas mismas.
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

Hay otras piedras talladas en el camino.


La mayoría de las huacas en esta vía fueron
construidas junto a las nuevas tierras. Más
lejos, a lo largo del camino, uno se encuentra El camino pasa por varias huacas, incluyendo: (1) Saratuhuaylla, (2)
con el santuario de Ñawpa Iglesia, una cue- Pomatales, (3) Nawpa Iglesia, (4) Hatun Kancha Raqay, (5) Chulluraqay,
va modificada. Este santuario se encuentra (6) Choqana, (7) Sala, (8) Perolniyoq, (9) Korimarka, y (10) Vilcanota. En
directamente asociado con un recurso im- contraste con el de Huanacauri, el camino de Ollantaytanbo no atraviesa
sitios pre-incas pero sus huacas y la propia vía se ubican dentro y cerca
portante: el manantial de Kulluspukio, que
de tierras nuevas, especialmente provistas de andenes geométricos
suministra agua a los campos que los incas
establecieron en la entrada de Ollantaytam- Centros preincaicos
bo, cerca de Pachar. En Ñawpa Iglesia, las te- Wak’as incaicas
rrazas ascienden por una colina cónica. Una Andenes geométricos
impresionante roca tallada con múltiples Andenes normales
motivos de bancos —asientos horizontales—
fue colocada encima de las terrazas frente a
dos bloques de granito finamente trabajados
que forman una inmensa cueva (foto 5). Pa-
211
foto 5 .
La huaca de
Ñawpa Iglesia
en la ruta hacia
Ollantaytambo.

redes y edificios fueron construidos a ambos mentalizaba las características naturales más
lados de la cueva y en su interior pueden sorprendentes y creaba un espacio en el que
observarse algunas tumbas. Resulta eviden- los viajeros encontraban directamente, al re-
te que los incas construyeron este santuario correr el camino, el nuevo entorno.
en un terreno hasta entonces desocupado. El La conexión entre una característica del
descubrimiento de depósitos aluviales (arena medio ambiente y las nuevas tierras también
STEVE KOSIBA

y adoquines redondos) cerca de las bases de se veía resaltada en el próximo santuario del
varias unidades de excavación (Arredondo camino, que personificaba a una coya (reina)
2009: 58, 63, 72), sugiere que el río Huarocon- inca. Partiendo de Ñawpa Iglesia, el camino
do inundaba regularmente este lugar antes de descendía ininterrumpidamente hasta Pa-
CAMINANDO EL CUSCO...

la construcción de las terrazas. Las altas den- char, desde donde los viajeros regresaban al
sidades de cerámica Inca Polícromo (66 % de la núcleo de Ollantaytambo. Aquí, una inmen-
muestra excavada) y el énfasis en la prestigio- sa roca se alzaba sobre el camino. La roca se
sa arquitectura inca sugieren que se trataba encuentra en una colina, rodeada por muros
de un lugar especial para prácticas rituales incaicos. Un documento de 1574 menciona
reservadas (Arredondo 2009: 133). Pero, sobre este lugar y sugiere que pertenecía a Mama
todo, el santuario en Ñawpa Iglesia monu- Oqllo, la esposa principal de Wayna Qhapaq
212

(ARC 1555-1729: fs. 181r.-181v.). Las paredes cae a través de un acantilado escarpado, de-
de este sitio demuestran que se trataba de un bajo del complejo incaico de Perolniyoq. Las
espacio aislado, donde las prácticas rituales excavaciones y recolecciones de superficie en
dirigían la atención de los participantes di- Perolniyoq confirman que se trata de un sitio
rectamente hacia el santuario. La asociación inca sin ocupación previa. Los edificios de Pe-
específica de la roca con Mama Oqllo y Pa- rolniyoq rodean dos rocas de andesita tallada
char sugiere que los rituales representados y cada una exhibe un motivo de banco, simi-
aquí habrían manifestado un sentido de lar al de otras piedras localizadas en el cami-
ancestralidad compartida entre los incas, la no a Ollantaytambo. Los edificios incaicos de
roca y la nueva tierra. Perolniyoq conectan la fuente de Korimarka
Los otros santuarios a lo largo del cami- con las tierras agrícolas de Soqma. De hecho,
no también resaltaban la nueva tierra y sus el sitio es inseparable de la cascada que ali-
características. Varias piedras talladas fueron menta las terrazas del valle.
colocadas dentro de los campos a lo largo del Los documentos de litigios coloniales
camino, dirigiendo la percepción de la tierra. permiten reconocer que las rocas talladas de
Cerca del asentamiento inca llamado Chu- Ollantaytambo estaban en los mismos luga-
lluraqay, una gran roca se ubica en medio res donde se establecieron nuevos reclamos
del canal inca de Kulluspukio, que fluía de de tierras y nuevos roles sociales. En una se-
Ñawpa Iglesia a Ollantaytambo. Un poco más rie de litigios contra el Monasterio de Santa
adelante, otras piedras talladas pueden ser ob- Clara del Cusco (vid. también Burns 1999),
servadas a ambos lados del camino cuando se don Felipe de Coritopa Inca, nieto del Inca Pa-
pasa por Choqana, un sitio incaico fortifica- chacutec, declaró ser curaca de Pachar (ARC
do. Cada piedra muestra un motivo de banco 1555-1729: f. 178r.) y cuidador de una sección
y se encuentra asociada a una pequeña plata- del medio ambiente de la ciudad (ARC 1555-
forma para ofrendas. Por último, dos piedras 1729: fs. 1r.-2r.). Los documentos también
talladas colindan con el río Vilcanota, cerca muestran que los trabajadores especializados
de la estación del ferrocarril (vid. Protzen (yanacuna) se encontraban apostados cerca de
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

1991: 28-29). Una de ellas corresponde a una Korimarka, Pantanayoq y Pachar (ARC 1555-
roca tallada denominada Sirenayoq que se 1729: fs. 12r., 16r.-17r., 216v.-217r., 232r.).
apoya en el río; la otra, ubicada cerca a Runku Numerosas personas de la población cercana
Raqay, fue tallada en múltiples formas. Estas de Maras testificaron a los españoles que las
piedras parecen llamar la atención hacia el mamacuna de su comunidad residían en los
propio río y su canalización. edificios de Pachar junto a la huaca Hatun
Del mismo modo, a lo largo de otro ca- Kancha Raqay, lo que sugiere que estas mu-
mino a Ollantaytambo, los santuarios fueron jeres mantenían a la huaca (ARC 1555-1729:
construidos junto a características naturales f. 182r.). Por último, otros documentos reve-
notables y a nuevas tierras. Los incas modi- lan que las tierras adyacentes al camino del
ficaron dos cuevas en Korimarka (también Cusco estuvieron dedicadas específicamente
Pantanayoq), una cumbre situada en las la- al Sol y a la realeza inca. Estas tierras eran
deras superiores del valle de Soqma, que mar- mantenidas por mitmas collas y chinchaysu-
caba el límite sur de Ollantaytambo (ARC yus (AGN 1559-1560: fs. 13r., 26v. y 29r.). Por
1555-1729: fs.1r., 8r. y 13r.). El agua fluye lo tanto, el camino y sus huacas estuvieron
desde las llanuras pantanosas de Korimarka en tierras —y entre poblaciones— que los
a una cascada de 150 metros de altura que incas crearon y gestionaron; el camino vincu-
213
ló nuevas poblaciones y tierras, creando una Discusión:
nueva orientación espacial.
La evidencia arqueológica sugiere que las ¿un paisaje inca?
rocas talladas y los caminos de Ollantaytam-
bo dirigían la atención de los viajeros hacia
tierras nuevas, no hacia lugares ancestrales Los datos demuestran que los caminos del
indígenas o a sitios preexistentes, como ocu- Cusco no eran vías empleadas exclusiva-
rría en los caminos del Cusco. No obstante, los mente para el transporte de mercancías o de
pueblos preexistentes fueron embellecidos y personas. Tampoco caminos que pudieran
refundados bajo un molde inca. Por ejemplo, ser reducidos a líneas abstractas como en
en los pueblos de Wat’a, Pumamarka y Mar- un mapa de carreteras. Eran caminos sobre
kaqocha, estructuras monumentales fueron los que la gente andina, al realizar sus movi-
construidas sobre espacios que venían siendo mientos, exploraba el entorno del Cusco, al
ocupados por un largo tiempo (Kendall 1988, mismo tiempo que articulaba y negociaba
1996; Kendall et al. 1992; Kosiba 2012a). Los sus diferentes visiones de la ciudad. Al trazar
edificios y paredes masivas fueron colocados los caminos del Cusco podemos llegar a apre-
específicamente en las entradas de los secto- ciar cómo, al moverse por trayectos sobre
res rituales, transformando estas plazas y pre- la tierra, la gente andina forjaba diferentes
cintos mortuorios en espacios exclusivos y perspectivas sobre su entorno y su pasado.
controlados. Estos lugares continuaron sien- Nos movemos más allá de historias rígidas e
do los puntos focales para los quilliscache y hiperbólicas de la dominación incaica para
tampu durante la época Inca. El hecho de que comprender cómo las personas entendían el
los sitios residenciales permanecieran ocupa- Cusco antiguo.
dos sugiere que la gente continuó trasladán- Vemos que estos caminos creaban dife-
dose desde los asentamientos circundantes a rentes tipos de percepciones. En el Capac Ray-
estos pueblos. mi, las perspectivas sobre el medio ambiente
Parecería entonces que, durante la ocu- y el pasado se construían a través del movi-
pación inca de Ollantaytambo, había dos miento cíclico desde y hacia los principales
formas de percibir la tierra y conmemorar lugares ancestrales del Cusco. Gracias a los
los recuerdos conectados a ella. Los datos movimientos desde y hacia esta secuencia
demuestran que los caminos mayores del de lugares, los participantes en la ceremonia
mundo preinca continuaron sirviendo como llegaban a conocer una narración del pasado.
vías en las que los quilliscache y los tampu Ellos integraban y conectaban estos sitios
STEVE KOSIBA

percibían la importancia de sus centros an- dispares —como si se tratara de una serie de
cestrales dentro de un mundo inca. Por el historias locales— en un relato sintético cen-
contrario, el camino incaico construido en la trado en el Cusco. Por otra parte, el viaje a lo
zona incluye una secuencia de rocas talladas largo de las rutas del Capac Raymi sugiere que
CAMINANDO EL CUSCO...

que hacían hincapié en las nuevas tierras y los indígenas de esta región fueron los prin-
las conectaban con los incas. Este camino cipales participantes de las peregrinaciones
real enfatizaba el presente más que el pasa- rituales, a través de las cuales se revelaba la
do ancestral. Se traían a la mente las nuevas historia del Cusco. Siguiendo estas rutas, te-
tierras, nuevas personas y nuevas huacas que nemos una visión alternativa del pasado que
constituían Ollantaytambo, un nuevo tipo contradice la visión de dominio registrada en
de medio ambiente urbano. los mitos de origen incas.
214

Por el contrario, el camino hacia Ollantaytam- los caminos y las huacas del Cusco no apoya-
bo revela una perspectiva del Cusco que se ron un paisaje inca unificado o singular; más
basa en una visión inca del “presente”, una es- bien, implantaron fronteras sociales en la tie-
tética política que se parece mucho a las fan- rra, diferenciando una perspectiva cusqueña
tasías de los estados modernos (Scott 1998). de otra experimentada por los foráneos (vid.
El camino ignoraba el pasado de los grupos Kosiba y Bauer 2014).
preincaicos para centrarse de lleno en la ac- Al diferenciar el espacio, estos caminos
tual transformación del medio ambiente. La creaban diferentes percepciones del medio
ubicación y la estética de las rocas talladas a ambiente y del pasado, es decir, múltiples
lo largo del camino dirigen la atención hacia paisajes. Las percepciones que estos caminos
la infraestructura inca y las nuevas tierras. El generaban dependían de cómo la gente se
posicionamiento de las rocas talladas en este movía a lo largo de estos espacios. Era nece-
camino —y su distancia regular— sugiere sario encontrar estos espacios en secuencia
que, cuando uno se aproximaba o dejaba para entender las relaciones entre ellos. Una
Ollantaytambo, era importante comprome- secuencia particular de huacas o rocas talla-
terse con estas estaciones rituales. Las rocas das revela una narrativa y una perspectiva de
se posicionaron en tierras previamente ocu- la historia conforme uno se movía a lo largo
padas o recientemente creadas, lo que permi- del camino. Saber “dónde” estaban ubicadas
te reconocer que existió un vínculo entre la las huacas dentro de la secuencia espacial era
aparición de reclamos por tierras y los nuevos esencial para saber “cuándo” se encontraban
espacios incaicos. Situados junto a caracterís- las huacas en la secuencia temporal (vid. Chase
ticas ambientales notables, en medio de terra- 2015). En otras palabras, la posición de las
zas geométricas monumentales y a lo largo de huacas en el espacio y en relación con otras
un extenso camino, los santuarios incaicos huacas también ubicaba —a las huacas y a
destacaban las transformaciones del entorno los viajeros— en el tiempo. Por lo tanto, al
y las alianzas con las fuerzas naturales. Las si- caminar una secuencia de huacas, el viajero
militudes en materiales y diseños de las rocas entraba en el pasado, un pasado que siempre
NUEVAS TENDENCIAS EN EL EN EL ESTUDIO DE LOS CAMINOS

sugieren que los santuarios fueron construi- era presente en la tierra.


dos para estandarizar y enfocar las prácticas Entonces, las personas que recorrían los
rituales y el movimiento en el camino. caminos del Capac Raymi se encontraban con
Ambos caminos presentan una vista del los seres míticos y recordaban a los diversos
medio ambiente y las diferencias que consti- grupos étnicos que contribuyeron a la crea-
tuían el entorno cusqueño. En la ceremonia ción del Cusco. Como resultado, estas perso-
del Capac Raymi vemos que, al caminar por nas eran conscientes de la historia profunda
estas vías, las diferencias sociales se definían de la región. Los individuos que recorrían el
en términos de círculos internos y externos camino hacia Ollantaytambo, en cambio, no
de la ciudad. Los no cusqueños abandonan eran conscientes de la profunda historia pre-
la ciudad al comienzo de la ceremonia. Ade- inca y no-inca de esta región: ellos veían y ce-
más, el viaje desde el centro hacia estos sitios lebraban solo un mundo incaico, percibiendo
distantes creaba un sistema de límites —in- nuevas tierras y nuevas poblaciones. Había
terior y exterior, histórico y mítico, entre los todavía otra perspectiva. Es claro que la cons-
cusqueños y los otros—. En Ollantaytambo, trucción de estos caminos no borró otros ca-
los caminos incaicos y las rocas talladas en- minos anteriores, conllevando la persistencia
carnaban un entorno incaico. En resumen, de orientaciones espaciales locales y tradicio-
215
nales durante la época Inca. Por consiguien- Conclusiones:
te, estos caminos crearon distintos mapas y
recuerdos del espacio. Cusco fue más que un paisajes del Cusco
paisaje singular y la articulación de las visio-
nes indígenas y estatales del medioambiente
y el pasado. Cuando las personas andinas se movían a lo
Por otra parte, los caminos ofrecieron a largo de los caminos del Cusco generaban
los cusqueños una experiencia personal del sentidos del pasado y del presente, vistas
pasado de Cusco. La forma cómo las personas orientadas a secuencias de lugares y rutas en
experimentaban y percibían las secuencias las que se encontraban directamente con —y
de los lugares en estos caminos, construía rendían homenaje a— los seres míticos y las
memorias sobre el Cusco y su paisaje. Los an- nuevas tierras que constituían el Cusco. Pero
tropólogos distinguen entre dos tipos de me- el Cusco no era un paisaje inca singular. En
moria social: (1) los recuerdos episódicos que arqueología, el término “paisaje” frecuente-
reflejan las cosas que nos hemos encontrado mente se ha convertido en un sustituto de
y experimentado, y (2) los recuerdos semán- “período” o “cultura”: un término general
ticos que reflejan las cosas que hemos apren- que no refleja las distintas perspectivas de
dido o memorizado (Assmann 2006). Cuando una sociedad, incluyendo las diferencias
hablamos de la construcción y difusión de entre, por ejemplo, los pueblos indígenas,
ideas sobre el pasado o sobre un medioam- los pobladores y los agentes del Estado. En
biente, nos referimos normalmente a proce- realidad, siempre existen múltiples paisajes.
sos en los que una perspectiva narrativa so- Para entender los paisajes, entonces, hay que
bre el pasado o un entorno ha sido fabricada y entender las diferentes formas en que las per-
luego distribuida a través de la educación: es sonas de distintos estatus sociales ven y ma-
decir, una memoria semántica que se apren- pean su entorno y su pasado. Los ejemplos
de a través del uso de un texto o un mapa. presentados aquí sugieren que el entorno y
Al hacer tales recuerdos semánticos, las el pasado del Cusco probablemente nunca
versiones alternativas del pasado son silen- fueron experimentados como un sistema to-
ciadas en favor de una sola narrativa (vid. tal. La gente los percibía como una serie de
Trouillot 1995). Al trazar los caminos del lugares que solo constituían una tipología y
Cusco, no vemos una narrativa muy singular, narrativa coherente mientras se movían a lo
ni los vemos como algo textual o como un largo ellos.
mapa de conocimientos insertado en la tie-
STEVE KOSIBA

rra. Vemos cómo se adquiere el conocimiento


del pasado y del entorno con el movimiento
a través de la tierra, a través de una visión
orientada a una sucesión de lugares que,
CAMINANDO EL CUSCO...

cuando se encuentran en secuencia, evoca


recuerdos del pasado. Por lo tanto, era al en-
contrarse frente a secuencias de lugares que
evocaban recuerdos episódicos —pero que al
mismo tiempo eran encuentros reales— que
las personas experimentaban, entraban y re-
creaban el pasado.
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STEVE KOSIBA
CAMINANDO EL CUSCO...

Vista de Wat’a, asentamiento del periodo Inca localizado en


las cercanías de Ollantaytambo, Cusco.
Ministerio de Cultura

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