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Los Salmos: ¿Cómo leerlos?

I. Introducción: noticias, impresiones, simbología de los


Salmos.

1. Tehillim = alabanzas; Psalmoí = melodía típica; Psalterio=


instrumento musical. Los Salmos reflejan el respiro poético y
orante de casi un milenio de historia. Toda la colección ha sido
organizada en 5 libros, partes, (como la Torah) con doxologías
finales: 1-41+42-72+73-89+90-106+107-150. Cada salmo está
precedido de enigmáticos “títulos” (posteriores) para el uso
litúrgico, y tal vez nos ofrecen una modalidad de ejecución
instrumental, etc... La ayuda que nos brindan es casi nada.
Numeración: TM divide el 9 en 9-10; 114-115 = 113 de los LXX,
sigue diferencia de uno; al 147 se unen nuevamente. Son el
himnario litúrgico del Segundo Templo. Los documentos
litúrgicos son pocos, pero el culto es el ambiente vital de
muchas composiciones sálmicas. El orante va al templo, pero
también Dios se presenta y entonces se da el diálogo. El salmo
es la celebración de una relación, de un hesed (= misericordia,
fidelidad, bondad, etc. de Dios).

¿Qué son los Salmos? Una colección de oraciones y de poesías


bíblicas. Agustín hace 60.000 citas bíblicas; 20.000 del AT: de
éstas 11.500 provienen del salterio.

2. ¿Con qué vamos a comparar el Salterio?


- Con una imponente catedral antigua, las de Europa, con
distintos estilos, de artistas de épocas diversas, pero
igualmente hermosa. ¡Casi imposible hacer una síntesis! Lo
mismo pasaría si quisiéramos hacer una síntesis del mensaje
teológico encerrado en el Salterio.
- “Jardín de los símbolos y de la imaginación”, dijo un poeta.
Entonces, vamos a ver las principales áreas simbólicas de los
Salmos.
I.
a. Simbología teológica. Se usa mucho el antropomorfismo.
Para definir a Dios se usa el cuerpo humano. Entonces se
habla del rostro de Dios, nariz, labios, brazo, manos, pies,
ojo, dedos, orejas. De su psicología: alegría, ira, venganza,
arrepentimiento, amor, tristeza... El antropomorfismo
conoce también la delicadeza: 27,10; 103,13; 131,2: Dios es
¡padre y madre! Hay más: el universo entero habla de Dios y
está a su servicio: tempestad, nubes, aguas, constelaciones.
Se define el cosmos como armadura de Dios. Para hablar de
Dios se usan también imágenes militares: escudo, fortaleza,
baluarte, ciudadela...
b. Para definir al hombre se usa a menudo el animal: el ciervo,
la golondrina, el águila, el hipopótamo, el búho, el pelícano…
son imágenes para expresar la experiencia íntima del orante.
Otras veces nos vemos trasladados a escenas de cazas:
símbolos del mal que ataca y que te hace trampas.
c. Simbología cosmológica. La cultura semítica es incapaz de
abstracción, no lo olvidemos. ¿Cómo definir la idea de “la
nada”? Con símbolos monstruosos: Raab y el Leviatán
representan la anti creación que el Señor Dios, sin embargo,
sabe controlar. Se contempla la creación como el compendio
simbólico de la perfección divina: un mundo tripartido
verticalmente, cielo-tierra, abismos; y bipartido
horizontalmente (tierra y mar): cfr. salmos inolvidables,
8,19,65,104; un mundo centrado en Jerusalén, y que se
extiende hasta el Hermón, las islas, y hasta Tarsis.
d. Simbología hiperbólica e impetratoria. San Juan Crisóstomo
habla de condescendencia divina que “adopta lenguaje,
concepciones y verdades humanas imperfectas todavía”.
Claro está que se puede hablar del alma oriental que se
desborda emotivamente en la exasperación; y de algo más
importante: el carácter progresivo de la revelación. Pero
estas páginas testimonian la encarnación de la Palabra;
representan simbólicamente el eterno conflicto entre el bien
y el mal. La incapacidad para la abstracción le impide al
semita hablar de “mal”, por eso habla de “enemigos”
contra los cuales lanzarse para acabarlos. Los Salmos están
poblados por el ra‘ y ra‘ah: el malo, el perverso, en los LXX
es traducido, con porcentajes iguales, por kakós y ponerós .
Sólo los ciegos, los ingenuos no perciben su presencia; ¡hay
de nosotros porque no lo vemos presente en nuestra vida
espiritual! Fue necesaria la Cruz de Cristo para derrotarlos;
se trata, en realidad, de una lucha contra fuerzas superiores:
Ef 6,12.
e. ¡Tantas dudas acerca de los Salmos! Pero hay un hecho: a
los ojos de Cristo y de la Iglesia apostólica, los Salmos
poseen un valor de oración por excelencia. En el umbral del
NT, la Virgen reacciona al mensaje del Ángel con palabras
tomadas del Salterio; la voz de María resuena mezclada con
el coro de Israel. Además de la oración de Israel y del
cosmos, los Salmos son:
i) Oración de Cristo. Cristo fue el cantor de los Salmos
por excelencia. Rezó con ellos y... los vivió. Los conoció
cuando era pequeño y como adolescente. ¡Qué
sentido trágico asumen las palabras del Hallel (113-
118) en los labios de Jesús al término de la Cena! En el
huerto: Sl 42-43 (“Triste está mi alma ...); en la cruz:
“Dios mío ... (22); y “Padre en tus manos encomiendo
... (31). Él mismo los interpretó: “Era necesario... Lc
24,44. Sus discursos están salpicados de alusiones a los
Salmos.
ii) Oración de la Iglesia. Es “La voz de la Esposa que habla
a su esposo” (SC 84). Los apóstoles confirman su
predicación con testimonios escriturísticos,
especialmente con los Salmos.
II.
Breve alusión a los géneros literarios.
a. Los Himnos. El himno no es sólo un género literario, es
más bien una actitud interior fundamental: la pura
alabanza: “responde a la necesidad más noble de la
religión: adorar en el polvo al que está sobre nosotros”. El
himno manifiesta la profesión de fe en la salvación que el
Señor realiza en la historia y en la creación, éstas son sus
dos raíces. Se le da gracias a Dios por el mero hecho de
que existimos: Sl 104,33-34; el gozo envuelve toda la
creación: “¡Qué grande es tu nombre en toda la tierra
(8,2)!” Himnos: 8,19,29,104,135,136 (gran Hallel); 150.
b. Las Súplicas. La oración bíblica se coloca bajo el signo
dominante del sufrimiento y de la lamentación, pero con
sobriedad. Los finales de estas súplicas están siempre
abiertos a la confianza en ser escuchado; la visión de la
historia está siempre abierta al futuro, siempre hay algo
de mesiánico. La estructura de la súplica supone un
drama representado por tres personajes: Dios-orante-
enemigo. La trama está distribuida en tres actos: la
felicidad perdida del pasado, la tragedia del presente, la
esperanza en el futuro. Súplicas individuales: son más
numerosas que las súplicas nacionales. Después de que el
orante ha invocado a Dios, se describe la situación de
sufrimiento en que se encuentra. Aquí sobresale “el
enemigo” personificado con metáforas bélicas o de
animales: una enfermedad grave, la pesadilla de un
proceso, una tragedia nacional, un enemigo implacable, y
también el propio pecado. El drama se hace tenso: surge
la eterna pregunta “¿Hasta cuándo?”: algo que se acerca
a la blasfemia. El drama está siempre abierto al futuro,
que muchas veces es como anticipado o ya en acción.
Entonces, el Dios mudo y lejano ha escuchado la súplica e
interviene. El orante, pues, prepara un sacrificio de acción
de gracias o promete cumplir un voto.
c. El más usado. El Salterio es el libro más usado porque
contiene en sí toda la teología, afirma santo Tomás de
Aquino.
p. Derno Giorgetti

NOTAS
1.- Cualquier cosa que hagas aquí es bueno, todo MENOS ESOS DOS PUNTOS, además
SEGUIDOS DE DOS PUNTOS. No sé si didácticamente sea útil (aunque creo que así se
entiende menos), pero sintácticamente está proscrito. Lo que deberías hacer es colocar
COMA o PUNTO Y COMA (cualquiera de los dos) en sustitución de uno de los DOS
PUNTOS que escribiste en este período.

*** “TM divide el 9 en 9-10; 114-115 = 113 de los LXX, sigue diferencia de uno;
al 147 se unen nuevamente”. Esto fue un verdadero dolor de cabeza; no pude
entender su significado, aunque lo consulté. Yo entiendo que alguien a quien
tú identificas como TM dividió el salmo 9 en 9 y 10 y con el 114, y el115 forma el
113 con lo que consigue que se mantenga al final la diferencia 1 en la
numeración de los salmos. Del 147 en adelante se uniforma la numeración. SI
ESA INFORMACIÓN, COMO CREO, NO ES ESENCIAL, YO SUGERIRÍA ELIMINAR
ESAS LÍNEAS PARA SALVAGUARDAR LA CLARIDAD DE TODO EL ESCRITO. La
decisión, por supuesto, queda de parte tuya.
ASÍ QUEDARÍA EL ESCRITO SI LE SUPRIMIÉRAMOS LAS DOS LÍNEAS
QUE ME CONFUNDIERON

Los Salmos: ¿Cómo leerlos?

II. Introducción: noticias, impresiones, simbología de los


Salmos.

3. Tehillim = alabanzas; Psalmoí = melodía típica; Psalterio=


instrumento musical. Los Salmos reflejan el respiro poético y
orante de casi un milenio de historia. Toda la colección ha sido
organizada en 5 libros, partes, (como la Torah) con doxologías
finales: 1-41+42-72+73-89+90-106+107-150. Cada salmo está
precedido de enigmáticos “títulos” (posteriores) para el uso
litúrgico, y tal vez nos ofrecen una modalidad de ejecución
instrumental, etc... La ayuda que nos brindan es casi nada. Son
el himnario litúrgico del Segundo Templo. Los documentos
litúrgicos son pocos, pero el culto es el ambiente vital de
muchas composiciones sálmicas. El orante va al templo, pero
también Dios se presenta y entonces se da el diálogo. El salmo
es la celebración de una relación, de un hesed (= misericordia,
fidelidad, bondad, etc. de Dios).

¿Qué son los Salmos? Una colección de oraciones y de poesías


bíblicas. Agustín hace 60.000 citas bíblicas; 20.000 del AT: de
éstas 11.500 provienen del salterio.

4. ¿Con qué vamos a comparar el Salterio?


- Con una imponente catedral antigua, las de Europa, con
distintos estilos, de artistas de épocas diversas, pero
igualmente hermosa. ¡Casi imposible hacer una síntesis! Lo
mismo pasaría si quisiéramos hacer una síntesis del mensaje
teológico encerrado en el Salterio.
- “Jardín de los símbolos y de la imaginación”, dijo un poeta.
Entonces, vamos a ver las principales áreas simbólicas de los
Samos.
I.
f. Simbología teológica. Se usa mucho el antropomorfismo.
Para definir a Dios se usa el cuerpo humano. Entonces se
habla del rostro de Dios, nariz, labios, brazo, manos, pies,
ojo, dedos, orejas. De su psicología: alegría, ira, venganza,
arrepentimiento, amor, tristeza... El antropomorfismo
conoce también la delicadeza: 27,10; 103,13; 131,2: Dios es
¡padre y madre! Hay más: el universo entero habla de Dios y
está a su servicio: tempestad, nubes, aguas, constelaciones.
Se define el cosmos como armadura de Dios. Para hablar de
Dios se usan también imágenes militares: escudo, fortaleza,
baluarte, ciudadela...
g. Para definir al hombre se usa a menudo el animal: el ciervo,
la golondrina, el águila, el hipopótamo, el búho, el pelícano…
son imágenes para expresar la experiencia íntima del orante.
Otras veces nos vemos trasladados a escenas de cazas:
símbolos del mal que ataca y que te hace trampas.
h. Simbología cosmológica. La cultura semítica es incapaz de
abstracción, no lo olvidemos. ¿Cómo definir la idea de “la
nada”? Con símbolos monstruosos: Raab y el Leviatán
representan la anti creación que el Señor Dios, sin embargo,
sabe controlar. Se contempla la creación como el compendio
simbólico de la perfección divina: un mundo tripartido
verticalmente, cielo-tierra, abismos; y bipartido
horizontalmente (tierra y mar): cfr. salmos inolvidables,
8,19,65,104; un mundo centrado en Jerusalén, y que se
extiende hasta el Hermón, las islas, y hasta Tarsis.
i. Simbología hiperbólica e impetratoria. San Juan Crisóstomo
habla de condescendencia divina que “adopta lenguaje,
concepciones y verdades humanas imperfectas todavía”.
Claro está que se puede hablar del alma oriental que se
desborda emotivamente en la exasperación; y de algo más
importante: el carácter progresivo de la revelación. Pero
estas páginas testimonian la encarnación de la Palabra;
representan simbólicamente el eterno conflicto entre el bien
y el mal. La incapacidad para la abstracción le impide al
semita hablar de “mal”, por eso habla de “enemigos”
contra los cuales lanzarse para acabarlos. Los Salmos están
poblados por el ra‘ y ra‘ah: el malo, el perverso, en los LXX
es traducido, con porcentajes iguales, por kakós y ponerós .
Sólo los ciegos, los ingenuos no perciben su presencia; ¡hay
de nosotros porque no lo vemos presente en nuestra vida
espiritual! Fue necesaria la Cruz de Cristo para derrotarlos;
se trata, en realidad, de una lucha contra fuerzas superiores:
Ef 6,12.
j. ¡Tantas dudas acerca de los Salmos! Pero hay un hecho: a
los ojos de Cristo y de la Iglesia apostólica, los Salmos
poseen un valor de oración por excelencia. En el umbral del
NT, la Virgen reacciona al mensaje del Ángel con palabras
tomadas del Salterio; la voz de María resuena mezclada con
el coro de Israel. Además de la oración de Israel y del
cosmos, los Salmos son:
iii) Oración de Cristo. Cristo fue el cantor de los Salmos
por excelencia. Rezó con ellos y... los vivió. Los conoció
cuando era pequeño y como adolescente. ¡Qué
sentido trágico asumen las palabras del Hallel (113-
118) en los labios de Jesús al término de la Cena! En el
huerto: Sl 42-43 (“Triste está mi alma ...); en la cruz:
“Dios mío ... (22); y “Padre en tus manos encomiendo
... (31). Él mismo los interpretó: “Era necesario... Lc
24,44. Sus discursos están salpicados de alusiones a los
Salmos.
iv) Oración de la Iglesia. Es “La voz de la Esposa que habla
a su esposo” (SC 84). Los apóstoles confirman su
predicación con testimonios escriturísticos,
especialmente con los Salmos.
II.
Breve alusión a los géneros literarios.
d. Los Himnos. El himno no es sólo un género literario, es
más bien una actitud interior fundamental: la pura
alabanza: “responde a la necesidad más noble de la
religión: adorar en el polvo al que está sobre nosotros”. El
himno manifiesta la profesión de fe en la salvación que el
Señor realiza en la historia y en la creación, éstas son sus
dos raíces. Se le da gracias a Dios por el mero hecho de
que existimos: Sl 104,33-34; el gozo envuelve toda la
creación: “¡Qué grande es tu nombre en toda la tierra
(8,2)!” Himnos: 8,19,29,104,135,136 (gran Hallel); 150.
e. Las Súplicas. La oración bíblica se coloca bajo el signo
dominante del sufrimiento y de la lamentación, pero con
sobriedad. Los finales de estas súplicas están siempre
abiertos a la confianza en ser escuchado; la visión de la
historia está siempre abierta al futuro, siempre hay algo
de mesiánico. La estructura de la súplica supone un
drama representado por tres personajes: Dios-orante-
enemigo. La trama está distribuida en tres actos: la
felicidad perdida del pasado, la tragedia del presente, la
esperanza en el futuro. Súplicas individuales: son más
numerosas que las súplicas nacionales. Después de que el
orante ha invocado a Dios, se describe la situación de
sufrimiento en que se encuentra. Aquí sobresale “el
enemigo” personificado con metáforas bélicas o de
animales: una enfermedad grave, la pesadilla de un
proceso, una tragedia nacional, un enemigo implacable, y
también el propio pecado. El drama se hace tenso: surge
la eterna pregunta “¿Hasta cuándo?”: algo que se acerca
a la blasfemia. El drama está siempre abierto al futuro,
que muchas veces es como anticipado o ya en acción.
Entonces, el Dios mudo y lejano ha escuchado la súplica e
interviene. El orante, pues, prepara un sacrificio de acción
de gracias o promete cumplir un voto.
f. El más usado. El Salterio es el libro más usado porque
contiene en sí toda la teología, afirma santo Tomás de
Aquino.
p. Derno Giorgetti

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