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Ser primitivo.

La filosofía de nuestra vida va cambiando a medida que nuestros intereses van mutando. Cuando
se es chico las ganas de explorar el mundo te hace tener el deseo de ser grande, bajo un
seudónimo de libertad. Cuando uno es grande se encuentra con la diversidad de obstáculos,
necesidades y a veces el entorno hace que nuestras perspectivas sean distintas hasta por cortos
tiempo.

Hace poco tiempo, en busca de los productores locales, varias personas me hicieron referencia a
un hombre que tenía una huerta orgánica llamada Los Primitivos. En varios eventos sobre
cultivos había tenido la oportunidad de hablar con su hija, conocer la producción de plantines
hortícolas que tiene para la venta y conversar sobre el trabajo de su papá. Ella me guio en donde
quedaba la huerta y me recomendó que tuviera en claro que su padre no era muy simpático.

Ante la última referencia, tome la decisión de visitarlo. Fui en compañía de mi esposo ya que el
lugar no estaba alejado pero sabía que el camino no era muy transitado. Al tomar la primera calle
desde la ruta, ya entrás a una camino angosto de piedras y tierra. Esa primera impresión me dio
la satisfacción haber ido con compañía masculina fue una decisión acertada. El recorrido no fue
largo, pero si al ser estrecho y no conocer tenía mucha incertidumbre. Si estábamos por buen
camino, llegamos creyendo que por error, lo primero en ver son las carpas estilo invernadero que
tiene para los plantines. Dejamos el auto sobre la tranquera, dimos unos aplausos para anunciar
que habíamos llegados, ya en la entrada se respiraba a romero y salvia. Nos recibió un hombre,
no muy parecido a lo que yo pretendía encontrar y ante el pedido de comprar verduras nos dijo
que esperemos. Entro por la persona que fuimos a buscar.

Al principio se encontró un poco desorientado sobre lo que nos llevó allí, creí que no íbamos a
tener suerte, ante el comentario de su hija. En el momento que comenzamos a hablar esa persona
de 70 año que aparentaba tener 20 años menos, nos conversó de que su trabajo es más una forma
de vida que una ocupación. Conto lo que estaba haciendo por el momento, ayudando a su hija
con el negocio. Nos mostró el lugar donde está preparando en medio de su oasis un aula para
dictar cursos, especializar en el cuidado de los cultivos y el medio ambiente. Una de las frases que
me quedaron resonando de toda la charla fue, “si la planta tienen vida, se planta para que dé
más”. Adquirí con gusto los zapallitos y zucchinis recientemente recolectados. Nos dio una catedra
sobre los jugos de las frutas y sus fermentos e hizo una muestra de los vinos que si bien no produce
la uva son elaborados por él mismo.

Todo allí se respiraba claro, se veía verde por donde uno pose los ojos. La aventura de toda una
vida de trabajo, era hoy una anécdota con la tranquilidad que vivía José Folik allí. Había creado un
refugio para la vida que él quería seguir. Ahora yendo por más, estaba creando un lugar para
enseñar sobre la forma de vida sana.

Tomemos el mando del manejo que hacemos con los recursos de nuestro planeta, ser activos en
esta situación por el bien de nosotros y de los que vendrán. Apostar a una agricultura más
consiente y formar la rutina de consumir sobre todo los productos de estación. Persona como José
hacen de su mundo un rincón donde se vuelve a los orígenes. Tomar conciencia del valor de los
productos y de la mano que los produce es valorar nuestro alimento y la naturaleza que es la
verdadera procreadora.

En esta ocasión la idea de cocinar algo rico y nutritivo con lo que me traje de la huerta, los zucchinis
me inspiraron en realizar una lasaña de vegetales.

Lasaña de zucchinis

Necesito:
 Zucchini 1 kg
 Tomates asados ½ kg
 Cebolla de verdeo 1
 Puerro 1
 Queso cremoso 200 gr
 Fécula de maíz 2 cds
 Leche fría 250 cc.
 Salsa de tomate.
 Queso reggianito
 Sal, pimienta y nuez moscada

Preparación:

Cortar las rodajas finas de zucchini y cocinarlas en sartén o grillarlas de ambos lados con un toque
de aceite. En una olla pequeña cocinar el puerro y la cebolla de verdeo y agregarle la fécula
disuelta en la leche. Formar una salsa blanca y condimentar. En una bandeja que vaya al horno y
a la mesa disponer salsa de tomate en la base, agregar una capa de zucchinis grillados, una capa
de salsa blanca, otra de tomates asados y una de queso cremoso. Volver a realizar estas capas y
terminar con quesos regianito y llevarlo al horno para gratinar.

Disfruta el sabor de las verduras, esta preparación es ideal para los días lunes sin carnes. No dejes
de hacerla!

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