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Condiciones para que proceda la Responsabilidad

Pueden resumirse así:


a) Es necesario que el daño sea causado por un incendio que se inicie
en una cosa, mueble o inmueble, bajo la guarda de una persona.
b) El incendio supone necesariamente la existencia del fuego, pero no de
toda clase de fuego, sino un fuego destructivo de cierta importancia,
que haya sido anormal, accidental. Este criterio ha impedido la
aplicación del segundo aparte del artículo 1193 Código Civil al caso
de una cosa incendiada por chispas o brasas provenientes de una
locomotora. El fuego que ésta conserva en su interior nada destruye,
no cumple una función destructora; es indispensable para el
funcionamiento de la locomotora, caldera, hornos y otros aparatos
similares. En este caso debe demandarse al guardián intelectual de la
cosa que requiere del fuego para su funcionamiento conforme a la
responsabilidad especial por cosas consagradas en el
encabezamiento del artículo 1193 Código Civil.
a) El incendio debe iniciarse en la cosa por sus propias circunstancias
fácticas. Esto excluye aquellos casos de incendio que no se originan
en la cosa por sí solos, sino que son provenientes de un hecho
manifiestamente distinto, como los incendios causados por una
explosión, por el lanzamiento de un cohete, o como en el caso anterior,
por las chispas de una locomotora, o en el incendio que se inicia por
la ruptura de una tubería de gas, o por un corto circuito. En estos
casos, se demandará al guardián de la cosa que provocó el incendio,
conforme a la responsabilidad especial por cosas consagrada en el
artículo 1193 Código Civil. Algunos autores, cuando el incendio se
origina en la cosa por sus misma circunstancias o por un hecho que
está estrechamente vinculado al incendio mismo, afirman que el
incendio es causa primera daño y en esos casos procede la aplicación
de la responsabilidad por incendio prevista en el segundo párrafo del
artículo 1193 Código Civil. La jurisprudencia francesa ha sido vacilante
respecto a este requisito. En un primer tiempo se sostuvo un criterio
amplio considerando que cuando el incendio no ha sido la causa
primaria del daño, sino una consecuencia de otro evento como una
explosión, se aplica lo responsabilidad por incendio, porque ambos
hechos constituyen una unidad, que son la causa adecuada del daño.
A partir de 1966, la casación francesa consideró que sólo cuando el
incendio hubiera sido la causa primaria del evento, se aplicaría la
responsabilidad especial por incendio, excluyendo aquellos casos en
los cuales hubiera sido consecuencia de otra causa primaria
(explosión, corto circuito, ruptura de una tubería de gas) y el incendio
fuere la causa segunda, en cuyo caso rige la responsabilidad de las
cosas en general. Sin embargo, con posterioridad a 1990, ha sostenido
que aun cuando haya habido una causa primaria que a su vez originó
el incendio, debe aplicarse la regla que exige la prueba de la culpa
para que el guardián responda de los daños. Consideramos que
cuando el incendio ha sido provocado por una causa manifiestamente
distinta (explosión, cortocircuito, etc.), siendo el incendio causa
segunda del daño, no se aplicará la responsabilidad por incendio
prevista en el segundo párrafo del artículo 1193 Código Civil, sino que
deberá demandarse al guardián intelectual de la cosa en la cual ocurrió
la causa primera, con fundamento en el encabezamiento del Art. 1193
Código Civil. Pensamos que siendo una excepción a la
responsabilidad por daños de las cosas en general (Art. 1193 Código
Civil), al poner a la víctima en la necesidad de probar la culpa, la
interpretación de la norma que consagra la responsabilidad por
incendio debe ser restrictiva.
b) Si el incendio es provocado intencionalmente por determinada
persona, y su acción es la causa única del daño, responderá
exclusivamente quien provocó el incendio.

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