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LA MUSICA Y LA CIENCIA

Imagina una vida sin música. ¿Crees que sería posible?

Posible quizás, pero sin duda sería horrible, ya que la música es algo casi intrínseco a la
condición de ser humano, que ha evolucionado con nosotros desde tiempos remotos. De
hecho, ya en la prehistoria se empezaba a utilizar, especialmente en los rituales de caza y
guerra, en los que se tendía a imitar los ritmos de los propios animales y, además, también
comenzaba a aparecer en las fiestas, en las que todos los presentes se reunían para bailar
alrededor de la hoguera.

Si siempre hemos tenido la necesidad de acompañar nuestras vidas de música, tanto en los
buenos como en los malos momentos, es porque está muy relacionada con nuestro estado
emocional, algo que demuestra que cala hondo en nuestro cerebro, pero la cosa no queda
ahí, pues lo hace tan profundamente que también está implicada en cambios en nuestra
forma de actuar e incluso en nuestra salud. ¿Queréis saber cómo lo hace? Entonces este
artículo os interesa.

Ciencia y música: ¿Cómo afecta la música a nuestro cerebro?

¿Cómo distinguimos una canción buena de una mala?

Escuchar: EL LAGO DE LOS CISNES – TCHAIKOVSKY https://youtu.be/9RrsaAPGrjY

Aunque cada cual tiene sus gustos y puede que muchos de ustedes no suelan escuchar este
tipo de música, dudo que ninguno crea que esta canción suena mal. Esto se debe a que
consta de lo que se conoce como intervalos armónicos consonantes, un conjunto de tonos
afinados que actúa directamente sobre áreas de nuestro cerebro asociadas al bienestar,
como la corteza cingulada, las regiones frontoparietales y el área orbitofrontal.

Por el contrario, los intervalos armónicos disonantes, actúan sobre el giro hipocampal,
produciendo la reacción típica que sentimos cuando oímos ruidos desagradables.
¿Por qué la música nos da miedo?

Escuchar el tema musical de la película PSICOSIS https://youtu.be/VdAT15zXZ5s

Resulta casi prácticamente imposible escuchar esta canción sin esperar que en algún momento
aparezca un asesino en mitad de la pantalla. Y es que, junto a los ruidos desagradables,
nos encontramos con los ruidos y la música que nos dan miedo. Como sabéis, uno de los
factores más importantes para que una película de terror sea realmente escalofriante,
consiste en tener una banda sonora adecuada. Para ello, los compositores responsables de
este cometido, se encargan de elaborar canciones que actúen directamente sobre
nuestra amígdala, produciendo así una respuesta de alerta y haciendo que pasemos varias
noches sin dormir mientras la canción resuena en nuestra cabeza.

De hecho, se ha comprobado que a las personas que tienen algún daño en la amígdala, ver
la película más terrorífica de Stephen King les causa más o menos la misma sensación que
ver Los tres cerditos.

¿Qué zonas de nuestro cerebro se activan cuando cantamos?

Escuchar LA FLAUTA MAGICA de Mozart https://youtu.be/rxGy83aipbY

¿Qué tiene esta señora que no tengamos nosotros? La verdad es que en este caso no sólo se
trata del cerebro; ya que, lógicamente, las cuerdas vocales también están muy relacionadas
con la capacidad vocal de cada uno; pero, además, también es muy necesario un buen
funcionamiento del área de Broca. Ésta es la misma zona que se encarga del lenguaje, pero
cuando hablamos sólo se activa la parte izquierda, mientras que cuando cantamos se
activan las dos.

¿Cómo es el cerebro de un buen músico?

Escuchar a VIVALDI, SUMMER PRESTO https://youtu.be/-SUvnM3nqfU

Y si todas estas personas tienen dos manos igual que nosotros, ¿por qué son capaces de
tocar así? Para ser un buen músico son necesarios varios requisitos. Por un lado, es necesario
tener una buena percepción del ritmo, ya que, para tocar un instrumento, sea cual sea, es
necesario adaptarse a los compases de las canciones. Esta capacidad reside en
nuestro cerebelo, por lo que se ha observado que los músicos lo tienen más desarrollado
que otras personas.
Por otro lado, es necesario tener un cuerpo calloso grande. Esta estructura está compuesta
por un grupo de fibras nerviosas que conectan los dos hemisferios cerebrales, por lo que si
está más desarrollada, se podrá trabajar con más información a la vez. Si os fijáis, la gran
mayoría de instrumentos requieren hacer varias cosas a un mismo tiempo( los pianistas tocan
secuencias de teclas muy diferentes con cada mano, los guitarristas rasgan las cuerdas con
una mano mientras pulsan los trastes del mástil con otra y los flautistas deben controlar el
aire a la vez que tapan los agujeros correspondientes a cada nota) y además, por lo
general, suelen estar leyendo una partitura a la vez, de modo que es muy importante que
haya un buen trasvase de informaciónentre ambos hemisferios.

Además, los músicos también tiene más desarrolladas las zonas cerebrales asociadas a
movimiento, audición y visión espacial.

¿Pero con todo esto se nace o se hace? Lo cierto es que, aunque se pueda tener más
predisposición desde el nacimiento, nuestro cerebro es un órgano muy versátil, capaz de
adaptarse y cambiar con un debido entrenamiento, por lo que el desarrollo de todas estas
áreas cerebrales puede producirse también con suficientes horas de ensayo y dedicación.
¿Os apetece probar? Pues no lo dudéis, ya que no sólo resultará muy beneficioso para
mejorar vuestras habilidades visoespaciales, auditivas y locomotoras en general, sino que
también mejorará vuestro estado de ánimo y, según algunos estudios, favorecerá que tu
cerebro envejezca mejor.

¿Por qué es la música tan buena para la salud?

Como sabemos, el abanico de posibilidades que ofrece la musicoterapia en el campo de la


psicología es cada vez más amplio; ya que, al actuar directamente sobre el hipotálamo, el
núcleo accumbens y el área tegmental ventral, activa las zonas del placer y la recompensa,
produciéndonos una satisfacción similar a la de las drogas, pero muchísimo más sana.

Otra aplicación psicológica de la musicoterapia es la realizada con niños autistas, ya que


se ha comprobado que escuchar e interpretar música supone una gran herramienta para su
aprendizaje.

Además, también aporta otros muchos beneficios. Por ejemplo, se ha demostrado que
escuchar música produce un aumento de la secreción de óxido nítrico, una sustancia que da
lugar a la dilatación de los vasos sanguíneos, contribuyendo con ello a la prevención de la
hipertensión.
Otro dato curioso es que, aunque no se conoce exactamente el mecanismo mediante el que
lo consigue, se ha comprobado que escuchar ciertos tipos de música puede ayudar a
tratar el dolor crónico.

Por último, según un estudio reciente, escuchar música en directo ayuda a reducir el estrés, o
al menos eso comprobaron al analizar los niveles de cortisol en la saliva de 117 voluntarios
que habían asistido a un concierto de Eric Withacre.

La verdad es que no supone una muestra muy representativa, pero sin duda lo podéis utilizar
como excusa si os estáis planteando asistir a algún festival este verano.

Ahora te invito a escuchar dos ultimas canciónes. Escucha, reflexiona y escribe que es lo que
sentiste al escuchar cada una de ellas.

https://youtu.be/qGKrc3A6HHM

https://www.youtube.com/watch?v=GEGwc4awW74

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