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SEGUNDA COLUMNA - LA ETERNIDAD - MARITZA BARREÑADA

Bueno, hemos hablado de la columna de la ley. Pero la segunda columna es la eternidad.


Y la eternidad realmente marca la consecuencia de haber quebrantado la ley. Dice: “por
cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. También dice: ‘la paga del
pecado es la muerte.

Ahora cuando hablamos de consecuencias, no estamos hablando de consecuencias


temporales, de pasar un momento en un purgatorio y ya está. Lo que está diciendo es
que hemos pecado contra un Dios eterno. Las consecuencias son eternas. Es estar para
siempre separados del Dios perfecto y santo.

Ahora hablando de esto, todos, absolutamente todos, desde que nacemos, empezamos
a morir. Jesús nos describe que somos como la flor del campo. Por eso dentro de las
partes de la eternidad podemos separarlo y decir cuatro cosas. Hablando de muerte,
hablando del juicio, hablando de infierno y hablando del cielo.

Si hablamos de la muerte, como dice Hebreos 9:27: “está establecido por Dios que el
hombre muera una sola vez.” Con esto descartamos todo lo que se habla sobre
reencarnación. No hay tal cosa. Hay una muerte, y después de esta muerte, lo que me
dice es el mismo versículo es que tendremos un juicio.

En Apocalypse, nos habla del juicio. Nos dice que ese es el lugar donde se van a abrir
todos los libros. Apocalipsis 20:12, hablando de ese versículo dice: “y vi a los muertos,
grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros fueron abiertos y otro libro fue
abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito
en los libros según sus obras.”

Ahora, como habíamos visto, nuestras obras, pues, no son buenas. Hemos roto sus
mandamientos. Y ¿qué quiere decir esto? Pues, que somos mentirosos, ladrones,
fornicarios, desobedientes. Y ¿qué es lo que va a pasar? Pues, ni más ni menos que al
final de todo tendremos que ser juzgados por lo que hemos hecho. Y en ese día de
juicio, estaremos solos, nadie con nosotros. Todo lo que hemos hecho será proyectado
en pantalla grande. Y ese día de juicio se determinará dónde pasaremos la eternidad por
haber quebrantado los mandamientos, por haber ofendido al Dios eterno.

Está destinado para el hombre que pase su eternidad lejos de Dios en un lugar que, por
cierto, no fue creado para el hombre. En Mateo 25 podemos leer las descripciones, pero
no fue creado para el hombre, fue creado para el diablo y para sus seguidores. Y Cristo
dijo: “vosotros sois de vuestro padre el diablo porque habéis hecho sus obras.” Entonces
si estamos haciendo o hemos hecho las obras del diablo - porque él es un mentiroso
desde el principio, él es un engañador, es un ladrón - si nosotros hemos hecho las obras
del diablo, nuestro destino es estar en un lugar llamado infierno.
El lago de fuego se describe en Apocalypse 20:15. Un lago de fuego, un lugar de
tormento. Imagínate en la descripción de Cristo del infierno. Un lugar de tormento, un
lugar donde el gusano no muere, un lugar donde hay una soledad, hay una oscuridad,
hay vergüenza. Ahora, si lo pensamos, Cristo describe el infierno con tanto detalle. Y ¿por
qué lo hace? ¿Por qué describir el infierno más que el cielo, más que otras cosas? Pues,
porque es real.

Yo veo un problema y un problema muy grave en la iglesia hasta hoy. Se ha olvidado de


hablar del infierno en los últimos años. Yo me convertí hace ya casi 30 años, pero al
principio cuando yo me convertí se hablaba muchísimo sobre la venida de Cristo. Se
hablaba sobre el infierno. Se hablaba sobre el pecado. Pero en los últimos años, por
alguna razón, a la iglesia se le ha olvidado hablar de estas cosas. Pero especialmente el
infierno. No lo quieren mencionar.

¿Por qué no lo quieren mencionar? Pues, algunos dicen: no quiero ofender, no quiero
que la gente se sienta ofendida con lo que yo estoy diciendo. Entonces, están
presentando un evangelio light. Están cambiando las palabras de Cristo, la realidad de
que hay una muerte y que después de esta muerte hay ese lugar de tormento. Es el lugar
donde no hay salida.

¿Qué pasa con la iglesia? ¿Por qué no estamos haciendo lo que Cristo nos mandó a
hacer? El evangelio completo tiene que hablar de esas cuatro cosas. El evangelio
completo tiene que hablar que hemos cometido pecado. Tiene que hablar de que hay un
una muerte, que hay una eternidad, y que hay un infierno. Pero no lo está haciendo.

Si la iglesia empezará a decir lo que realmente Cristo dijo, si fuéramos genuinos en


nuestro evangelismo, te aseguro que ya se hubiese logrado evangelizar todo el mundo, y
ya hubiésemos ido lejos con este mensaje. Los discípulos lo tenían claro. No pararon de
decir esta realidad y por eso es que Pablo en poco tiempo logró evangelizar todo Asia.

Y ¿qué pasa con nosotros? Estamos tratando de hacer reuniones muy bonitas, de tener
una imagen impresionante. Pero se nos olvida hablar de lo esencial, de que hay una
eternidad así, que hay un infierno. Ese lugar es real, ese lugar existe, y ese lugar es para
siempre.

Ahora la pregunta: ¿Lo estamos compartiendo de esa manera? ¿Tenemos esa carga de
saber que cada día están muriendo miles y se están yendo a ese lugar? Si así fuera, si lo
tuviésemos claro, dejaríamos de quejarnos, dejaríamos de pensar en qué bonita la
música, o qué fea la música y que cómo predicó ese hombre. Dejaríamos de pensar en
eso. Y ¿sabes qué haríamos? Saldríamos a las calles, le hablaríamos a nuestros vecinos,
hablaríamos a nuestra familia constantemente, advirtiéndoles de que hay un infierno.

Así es que yo te pregunto: ¿Estás hablando de estas cosas? ¿Estás presentando la


eternidad como es?
Y lo otro que Cristo habló es el cielo. Las imágenes del cielo en los museos es algo
ridículo donde se ponen unos angelitos gordos tocando el arpa en una nube mirando al
infinito y más allá. Ese no es el cielo. El cielo es algo espectacular! ¿Cómo estamos
presentando el cielo a la gente? ¿Qué le estamos diciendo?

Muchos dicen: yo no quiero ir al cielo porque se ve que es un lugar aburrido. ¡O si lo


supieran! ¡Si supieran lo que es el cielo! ¡Si supieran que es algo tan glorioso! Algo que
que ni siquiera podemos explicarlo con palabras.

Cristo habló un poquito del cielo. Dijo que él iba a preparar un lugar para nosotros en el
cielo. Algunas descripciones breves dice que, pues, la nueva Jerusalén tiene las calles de
oro, mares cristalinos, árboles. Son cosas que podemos imaginarnos un poquito, pero lo
más maravilloso del cielo es que estaremos con nuestro Creador en su presencia
eternamente y para siempre, disfrutando de él de todo lo que el ser humano anhela aquí
en la tierra: la justicia, la verdad, el gozo, la paz. Todo eso es el cielo. Así es que
presentemos esta eternidad como es. Te invito a que no te calles y que hables de la
realidad, de la verdad que está en la palabra.

Vamos a orar. Jesús, gracias, Dios, porque tú eres el fiel y el verdadero. Y yo te pido que
nos ayudes, que nos ayudes a hablar de la eternidad. Que sea una realidad de nosotros
que hay un infierno, que hay un cielo, hay un destino, hay consecuencias por el pecado.
Ayúdanos a presentarlo así en la calle. A todos los que tienen el corazón para hablar de ti,
Dios, que lo hagan con toda claridad. A cada evangelista que está en la televisión, que
hable con toda claridad de lo que tú hablas. En tu nombre, Jesús, gracias.

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