.- ¿Cuál es la osmolaridad plasmática de una persona normal?
La osmolaridad plasmática normal se sitúa entre 275-290 mOsm/kg. Habitualmente se
mantiene dentro de estrechos límites, de modo que variaciones del 1-2% inician ya los mecanismos compensadores. Estas alteraciones de la osmolaridad estimulan los osmorreceptores hipotalámicos que influyen sobre la ingesta de agua mediante el mecanismo de la sed y sobre su excreción renal por mediación de la ADH. La vasopresina controla la osmolaridad entre 285 y 295 mOsm/kg, donde se encuentra el nivel máximo de antidiuresis (por saturación de los receptores renales). Por ello, aunque el estímulo de la sed se inicie desde los 285 mOsm/kg, es a partir de los 295 cuando es absolutamente necesaria. Un exceso de agua (hipoosmolaridad) suprime la secreción de ADH, lo que resulta en un descenso de la reabsorción tubular renal de agua y un aumento de la excreción, retrasándose la diuresis máxima entre 90-120 minutos, el tiempo necesario para metabolizarse la ADH circulante. 282 mOms/l H2O
3. ¿Cómo se mide la osmolaridad plasmática?
La osmolaridad plasmática puede ser estimada según la fórmula: Osm plasmática = 2 Na + Glucosa + urea