Está en la página 1de 4

Ganglios basales y cerebelo

Información sensitiva y comandos motores

Los ganglios basales y el cerebelo forman dos sistemas moduladores distintos que
integran la información sensitiva para el control motor. Los ganglios basales se
refieren a un conjunto de núcleos hallados principalmente en el encéfalo anterior basal.

Estos núcleos incluyen el núcleo caudado y el putamen (denominados en conjunto el


estriado o neoestriado), el globo pálido y el núcleo subtalámico (que es en realidad
parte del diencéfalo). Además, una estructura mesencefálica, la sustancia nigra, es
incluida como miembro de los ganglios basales. El sistema cerebeloso incluye la
corteza cerebelosa, los núcleos cerebelosos profundos, los núcleos de relevo pontinos y
los tractos de fibras asociados que se conocen como pedúnculos cerebelosos.

La modulación proporcionada por los ganglios basales y el cerebelo sirve para lograr
una planificación, iniciación, coordinación, guía y terminación apropiada de los
movimientos voluntarios. No debe sorprender entonces, que estos dos sistemas
compartan algunas características anatómicas y funcionales generales: cada uno de ellos
recibe aferencias corticales masivas, tiene una estación principal de procesamiento,
posee un relevo intermedio y finalmente envía información al tálamo; luego el tálamo
transmite esta información de nuevo a las áreas motora y premotora de la corteza para
influir en el control cortical del movimiento voluntario. A pesar de estas similitudes
generales, las funciones de los ganglios basales y del cerebelo en la modulación motora
son muy diferentes. Los ganglios basales desempeñan una parte característica en la
planificación, la iniciación y la terminación de los movimientos, sobre todo aquellos
con una dimensión cognitiva compleja. El cerebelo es más importante para ejecutar con
suavidad y completar en forma apropiada los movimientos continuos, sobre todo los
guiados por la visión.

Puede apreciarse una clara contribución de los ganglios basales y del cerebelo a la
modulación de la función motora cuando se analiza la ejecución de un acto motor
cotidiano. Para entender la complejidad de esta tarea aparentemente sencilla, debemos
saber todo lo relativo a su ejecución. Para iniciar una firma, por ejemplo, es necesario
saber dónde se escribirá el nombre, el espacio de la escritura, el tamaño de la letra
apropiado para el espacio asignado, la posición del cuerpo al firmar (de pie o sentado),
el tipo de superficie para la escritura (papel, pizarra), el implemento para la escritura
(bolígrafo, lápiz), el tamaño del implemento para la escritura y la cantidad de presión
necesaria para asegurar que la firma se legible. Toda esta información debe ser
adquirida, procesada y convertida en disponible para la corteza motora siempre que se
necesite este acto motor aparentemente sencillo.

Una vez iniciado el movimiento, se necesita información adicional para asegurar su


correcta ejecución. la firma del propio nombre, o la ejecución de cualquier otra tarea
motora compleja, representa una serie coordinada de movimientos efectuados en el
tiempo en una secuencia definida. Para llegar de la primera letra a la última se necesita
información acerca de dónde está la mano con respecto del papel ¿Cómo debe de
cambiar de posición la muñeca, el codo y el hombro a medida que prosigue la firma?
¿El lápiz o el bolígrafo se están moviendo muy lentamente o demasiado rápido a través
de la superficie a medida que se ejecuta cada letra? ¿La firma se está deslizando por
arriba o por debajo de la línea? Para realizar en forma correcta la firma, la corteza
motora debe ser actualizada constantemente acerca del movimiento continuo y su
contexto por varios sistemas sensitivos, es especial la visión y la sensibilidad somática.

En su mayor parte, los ganglios basales contribuyen a la fase preparatoria de ese


control motor, mientras que el cerebelo gobierna la coordinación de los movimientos
progresivos. Esta afirmación se basa principalmente en el tipo de información sensitiva
recibida y procesada por cada uno de los dos sistemas y en los déficit observados
después del daño a un sistema o al otro. Sin embargo, esta división del trabajo no es
absoluta. Los ganglios basales efectúan cierta contribución a la coordinación de los
movimientos y el cerebelo puede participar en algunos aspectos de la planificación y la
iniciación de los movimientos.

La importancia de la modulación motora por los ganglios basales y el cerebelo es


demostrada espectacularmente por los défcicit en la función motora que se desarrollan
cuando cualquiera de estas dos regiones está afectada. El principal efecto del daño
tanto en los ganglios basales como del cerebelo es la dificultad en la iniciación, la
ejecución y la coordinación de secuencias complejas de movimientos; la capacidad para
contraer los músculos, la producción de movimientos involuntarios y las funciones
motoras automáticas (viscerales) quedan intactas.

Bibliografía:
Purves, Dale; Augustine, George J.; Fitzpatrick, David; Katz, Lawrence; LaMantia,
Anthony-Samuel; McNamara, James O.; Iniciación a la Neurociencia, Modulación de
los movimientos por los ganglios basales y el cerebelo; Editorial Medica
Panamericana.
Publicado por Pedro Rabadán en 12:03
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con
FacebookCompartir en Pinterest

También podría gustarte