Está en la página 1de 1

Cartas de relación de Hernán Cortés.

Durante los dos años que duró la Conquista de México, dos tipos de civilización chocan: la de los
indígenas, interpretativa; la de los españoles, narrativa. Incluso en el nombre, “la Cruz Verdadera”,
vera-cruz, Cortés se refiere a este choque. La cruz de los españoles cuenta la historia del
crucificado, su martirio y resurrección. La otra cruz, la de los mayas, y que sorprende a los
conquistadores cuando la ven a su paso, son los cuatro puntos cardinales del cosmos. Así funcionan
los dos sistemas de hacer la historia: las palabras que revelan y esconden –las cartas que Cortés le
escribe a Carlos V– y los emblemas de los códices indígenas que glosan el mundo. Los “dibujos” que
los españoles encuentran en los códices no son descifrables como letras, palabras y frases porque
son emblemas de una experiencia codificada para quien conoce el lenguaje ritual.

“No me habría de partir de aquella tierra hasta saber el secreto de ella para poder escribir a
Vuestra Majestad verdadera relación de ella”, escribe Cortés, como si su objetivo no fuera hacer la
conquista sino el narrarla. La primera carta se escribe desde Veracruz en 1519 y separa claramente
el inicio de lo que Cortés quiere contar como una gesta por el dominio del rey en ultramar: va de la
expedición a Yucatán hasta la fundación del cabildo de la verdadera-cruz. La segunda, en 1520,
lleva un plano de Tenochtitlán (1520) y relata desde la destrucción de sus naves hasta su derrota
en La Noche Triste. La tercera, posterior a la Conquista, es desde su casa en Coyoacán, y narra la
conformación de su alianza con los tlaxcaltecas y el fin del sitio a la ciudad mexica. La cuarta y la
quinta, de 1524 y 1526, están ubicadas en México-Tenochtitlán y narran la organización de la
Nueva España, la desventurada expedición a Honduras y el pleito de Cortés por ser reconocido
como gobernante de esas tierras. Sólo en la última se menciona a “Doña Marina”, su amante y
traductora indígena de apenas 15 años de edad, La Malinche.

También podría gustarte