Está en la página 1de 9
YAIDOS STUDIO Ph, Ariés, A. Béjin, M, Foucault y otros SEXUALIDADES OCCIDENTALES Uniimos stulos publicados editorial PAIDOS Meco reine 214 SERUALIDADES 0 introducido ef matrimonio deoira del dominio de las institu: ciones fundamentals dela cultura excritay del espacio piblico que consttuyen. ¥ en el Ambito de lo pliblico permanece, @ ppesar de las fuerzas centrifuges, que lo empujan hacia un Aimbito que no puede decirse que sea de lo privado, sino de a intimidad, de Ta espontaneidad pura. Cabe preguntarse pues: cqué daré de si esta tendencia? Pero a est iltima pre- {uta serd el porvenir quien responds: dejémosle que lo haga. Philippe Ar Paris, Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales André Béjin EL MATRIMONIO EXTRACONYUGAL DE HOY En Ia sociedad occidental contemporines, el mimero de jovenes que viven en pareja heterosexual sin estar casados no deja de crever. Louis Roussel, que ha dedieado a este tema trabajos esclarecedores considera que tal modelo de rela- clones no se podria definir con términos como «noviarg0% experiencia prematrimonials, «concubinatos, eunién libres, y que convendrfa elaborar un nuevo concepto para caificrlo, como el —relativamente neutro (por el momento)— de co” Ihabitacién juvenit, En Francia este fendmeno ya es, en a actualidad, cuanti tativamentesignficativo. Una encuestra llevada a cabo por ef INED en mayo de 1977 entre jvenes de 18 a 29 afos, ha puesto de relieve que alrededor del 10% de los miembros de este grupo de edad vivian, en esa fecha, en cohabitacin, En exe grupo de edad, tres de cada diez de los que han contraido matrimonio habian cohabitado con anterioridad al mismo, a ‘menudo con su futuro ednguge (en Suscia, al 99% de los tmatrimonios las precede un tiempo de cohabitacign). La fre- ‘euencia de este tipo de unin era, en 1977, méxima hacia los 1 Véase sobre todo: Louis Rousse, «La cohabitation javéile fn Francen, Population, n° 1, 1978, pgs. 1542, y Lous Roose, Odile Beenowionon, Géndrtions nouvel et mariage tadona. Enqubte lupres de euner de 1810 ane Cabier «Travase et Documents 2! TNED, noe, Pars, PUP, 1978 ed 216 [SEXUALIDADES OCCIDENTALES 20.21 afios para las mujeres y 22-25 afios para los hombres y ‘entre Tas clases acomodadss. Por término medio, la antigie- dod de la cohabitacién era superior a dos afos. A menudo es el deseo o la espera de un hijo lo que leva a «regularizars les vinculos Las dudas que existen acerca de cémo"designar este fe- rnémeno son suficientes para poner de manifesto las difculta- des que se tienen para ubicarlo con referencia a las categorias tradicionales de la conyugalidad. {Se trata de un cuasimatti- monio? {Hay que considerarlo solamente como una forma 4e vinculacién prematsimonial? En mi opiniGn ls dificultad provienen de que los j6venes que optan por ese modo de vide intentan, generalmente de forma inconsciente, conc pportamicntos (radicionalmente considcrados incomp: la antigua sociedad de Occidente y en Ia mayor parte de las ‘otras culturas. Philippe Ariés y Jean-Louis Flandrin han insis- tido en sefialar Ia importancia de la separacin entre ef amor dentro del matrimonio y fuera de él, viendo en ello uno de los puntos estratégicos de la regulaciée de fos comportamien- tos sexuales hasta el siglo XVII y, en algunos sectores socia- les, hasta nuestros dias. Mi intexcién es mostrar que la coha- bitacién juvenil contempordnea puede aparecer como un in- tento (problemético) de sintesis de los raspos, difiilmente cconciliables, de la vide conyugal y de las uniones extraconyy- ales, Abordaré sucesivamente nueve criterias que permiten dliferenciar con bastante claridad ambas formas de s dad, Me veo obligado a ser un poco esquemitico, evitando flexiones temporales y diferencias cuturales que ‘de la historia. De hecho, son tres «tipos ides: les» fos que pretendo confrontar: el de un amor conyugal ccomedido y tendente a la larga duracion y a la fecundidad; el de un amor extraconyugal apasionado que aspira a la in- tensidad y evita Ia fecundidad; y, por stim, el de la cohabi i6n de los j6venes a quienes anima la moderna obsesién de fanar en todas las jugadas sin sacifcar ninguna de sus post > bilidades. BL MATRIMONIO EXTRACONTUGAL DE HOY 217 Primer crtero: ta duracién potencial deta vida en comin Mientras que, al principio, solo la muerte de uno de lon cebnyuges deshacia Ia vide conyugal, It uniém extraconyur. en el pasado, no podia comsistir » menudo més que en =-ro# escarceos furtivos,placeres fugitivos en Ton que no eabta posi- Bilidad alguna de cohabitacién a largo plazo, Ere neceserio ppertenecer a Is élite 0 a ciertos medios marginales pars po- ‘der levar una vida extraconyugal continuada y de forms osten- sible. Le cohabitacién juvenil actual ecupa una posicién in- termedia: no es tan efimera como las relacione ilfcitas de antafio, pero tampoco tiene, en principio, un cardcter defiitvo. edo se deserrolla como’ si la duracién dependiese de te renegociacin cotidiana de Ia pareja Segundo eriteri: la consagracién social de la unién ‘Ya fuese establecido ante una autoridad civil o religiosa © ya, simplemente, fuese ratifieado por In comunidad, el ma- {timonio constituia un rito de cambio de estado en la propi comunidad que se controlabe socialmente; mientras que la vinculacién extraconyugal era generalmente condenada, y a veces tolerada como mal menor, eseapabs ampliamente a las formas ceremoniales. Sin embargo, la cohabitacinjuvenil gor actualmente de una semiconsagracién social. No seta asimila prostitucién o a la promiscuidad sexual. Aunque no tiene cl caricter oficial, ritual del matrimonio. Constituye una ex pecie de rto preliminar que anunciaria el verdsdero paso so- cial que seria el matrimonio y, por otra pare, no adquiriis sentido més que en relacién a’su ultericeratfieacin. Tercer criterio: los fines esenciles de la unin Se sabe que en los prises indusriales, en Is época de ta revolucién industrial, ef acceso al mercado matrimonial era

También podría gustarte