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Los SUFRIMIENTOS DEL Joven WERTHER Los Sufrimientos del Joven Werther Esta novela fue simbolo de su época y profecfa del posterior romanticismo. Fue la primera novela psicolégica de la historia: en cartas a un interlocutor desconocido y mudo, el protagonista expone su alma juve- nil, apasionada, rebelde, inconformista, sen- timental y "libertina’ segiin las normas mora- les de la época. Es una de las obras mas ligadas a la vida de su autor, de toda la literatura universal. Goethe fundid en ella su propia experiencia de amor frustrado hacia la mujer de un ami- go y la noticia del suicidio de otro compa- fiero de estudios, en una trama hondamente roméntica y dramética: Werther ama apasio- nadamente a Carlota, prometida y luego esposa de su amigo Alberto, hombre recto y 17 (GOETHE | L Los SUFRIMIENTOS DEL JOVEN WERTHER noble (y poco més que eso); a individuali- dad libre. “rewolucionaria”, el hombre nuevo sunpido de la revolucion burguesa, es "ven- ado” porel hombre convencional. Werte he ef primer "bestseller" de la fessor ef fibro. Cred escdndalo —se lo Se 2 escondiidas y con apasionamiento — p Gie macimiento 2 una “moda a la Wert- Rem que consistia en vestirse con frac axel raleco y calzas amarillas. Dese=t6 tal furor en aquella juventud grees 2 le Revoluci6n Francesa, que desa- SS ere of de suicidios. Fue también la pri- gress obra que rebasé los limites de Alema- siz => poces afas se tradujo en todos los pases de Europa (salvo Espana, donde per- smenecs censurada por décadas). Cuando Mapolede se entrevisté con Goethe en 1808, le hablo entusiastamente de su “Wether que habia leido siete veces. = Esta decidido, Carlota, quiero morit, y te Jo digo sin ninguna exaltacién romantica, sosegado, la mariana del dia en que te veré por ultima vez. Cuando leas esta carta, que- rida mia, el frio sepulcro cubrira los rigidos despojos del inquieto y desdichado que en los Ultimos momentos de su vida no conoce nada mas dulce que hablar contigo. He pasado una noche horrible, pero jay!, una noche benéfica, pues ha fijado mi decision: iquiero morir! Cuando ayer por la tarde me separé de ti, en la terrible rebelion de mis sentidos, cuando todo oprimia mi corazén, veia, helado de espanto, mi existencia cerca de ti sin esperanza ni alegria. Apenas pude llegar a mi habitacién; fuera de mi, me dejé caer de rodillas, |Oh, Dios mio! jMe has concedido el iiltimo consuelo de las lagri- ‘mas amargas! Mil ideas, mil proyectos agita- ron tumultuosamente mi alma, y al final quedé un pensamiento nico y firme: ;quie- fo morir! Me acosté, y por la maiana, en la tranquilidad del despertar, estaba atin firme € inquebrantable en mi corazén: jquiero morir! No es desesperacion, es conciencia 18 19

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