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Por último, respecto del desarrollo moral, en esta etapa se avanza desde el nivel
preconvencional al convencional (Kohlberg)24. En el primero, que es propio de la
infancia, existe preocupación por las consecuencias externas, concretas para la
persona. Las decisiones morales son principalmente egocéntricas, hedonistas, basadas
en el interés propio, en el temor al castigo, en la anticipación de recompensas o en
consideraciones materiales («Si me pillan fumando me van a matar» o «Mi mamá me
dijo que me llevaría de compras si no tengo anotaciones negativas este mes»). En el
segundo nivel existe preocupación por satisfacer las expectativas sociales. El
adolescente se ajusta a las convenciones sociales y desea fuertemente mantener,
apoyar y justificar el orden social existente («He decidido no tener relaciones sexuales
hasta que me case, porque ello iría contra los valores de mi familia y de la Iglesia»).
http://dx.doi.org/10.1016/j.rchipe.2015.07.005
Verónica Gaetea,b
a
SERJOVEN-Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente, Facultad de
Medicina, Universidad de Chile, Santiago, Chile
b
Centro de Adolescentes y Jóvenes, Departamento de Pediatría, Clínica Las Condes,
Santiago, Chile
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0370-41062015000600010
ESTADO MUNDIAL DE LA
INFANCIA 2011
La adolescencia
Una época de
oportunidades
Tomada en un sentido amplio, podría considerarse como adolescencia temprana el período que se
extiende entre los 10 y los 14 años de edad. Es en esta etapa en la que, por lo general, comienzan
a manifestarse los cambios físicos, que usualmente empiezan con una repentina aceleración del
crecimiento, seguido por el desarrollo de los órganos sexuales y las características sexuales
secundarias.
Es durante la adolescencia temprana que tanto las niñas como los varones cobran mayor conciencia de su
género que cuando eran menores, y pueden ajustar su conducta o apariencia a las normas que se observan.
Pueden resultar víctimas de actos de intimidación o acoso, o participar en ellos, y también sentirse
confundidos acerca de su propia identidad personal y sexual.
La adolescencia temprana debería ser una etapa en la que niños y niñas cuenten con un espacio claro y
seguro para llegar a conciliarse con esta transformación cognitiva, emocional, sexual y psicológica, libres de la
carga que supone la realización de funciones propias de adultos y con el pleno apoyo de adultos responsables
en el hogar, la escuela y la comunidad.
Copyright © Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Nueva York, 2002
aproximadamente a los 10 años de edad, los niños y las niñas comienzan un largo periplo a través de la
adolescencia. Con sus senderos escarpados e indefinidos, este fascinante viaje puede resultar agotador y
confuso, revitalizador y apasionante. Señala el comienzo de una búsqueda de la identidad y de un
camino para darle un sentido a la vida y encontrar un lugar en el mundo.
Se calcula que en el mundo hay 1.200 millones de jóvenes de entre 10 y 19 años de edad, la mayor
generación de adolescentes de la historia.
Este segundo decenio de la vida es una de las transiciones más complejas de la existencia. También
desarrollan la capacidad de razonar con ideas más abstractas, de explorar los conceptos del bien y del
mal, de desarrollar hipótesis y de meditar sobre el futuro.
A partir de la adolescencia, a las edades de 10, 15, 20 y 25 años, surgen cuatro niveles de
pensamiento abstracto.
A los 10 años... el niño empieza a entender conceptos individuales abstractos como moralidad y
sociedad.
Ciencia y enfermería
versión On-line ISSN 0717-9553
Cienc. enferm. vol.17 no.1 Concepción 2011
http://dx.doi.org/10.4067/S0717-95532011000100003
El tema del género no sólo se hace evidente en torno a los riesgos de un embarazo
adolescente (9-13) sino que está presente además en las raíces que le dan origen,
teniendo en cuenta que los comportamientos entre adolescentes están pautados al
igual que otras muchas relaciones humanas por relaciones de poder asimétricas y
caracterizados por roles estereotipados que inhiben la autonomía de las y los
adolescentes para tomar decisiones en la vida sexual. Ejemplo de ello son estudios
como los conducidos por Zamberlin (14) y Berrizbeitia y Cunningham, citados por
Ascuy (15) que sugieren que las creencias expuestas por los jóvenes para no usar
condón reflejan una fuerte influencia de los estereotipos de género.
Por tanto, la inclusión del enfoque de género responde a una problemática de interés
social como lo es el tema del género en la sociedad actual y por otra parte está
incluido en las políticas educativas propuestas por el Ministerio de Educación ya que se
inserta en el proceso de perfeccionamiento de la educación en valores que permitan la
liberación de una educación sexista y el tránsito hacia una educación que tenga como
principio educativo la igualdad en los valores humanos, independientemente del sexo
biológico. Arteaga (24) y Moreno (25) señalan la necesidad de que los sistemas
educativos estén a la altura de las exigencias sociales para lo cual debe introducirse el
tema de género en el currículo educativo.