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Bajtín, Mijaíl: “El héroe como totalidad de sentido.

Biografía”, en Estética de la creación verbal,


Bs. As. S. XXl, 2002.-

El autor:

- El autor al crear al héroe con su vida, se orienta a los mismos valores en medio de los cuales vive su
héroe.

- Por principio, el autor no es más rico que su héroe y no dispone de momentos excedentes y
transgredientes para la creación que no poseyera el mismo héroe para con su vida.

- El autor en su obra solamente continúa aquello que ya existe en la misma vida de los héroes.

- Aquí no existe una posición fundamental del punto de vista estético al punto de vista existencia, no hay
diferenciación.

- El autor sólo ve en su personaje y quiere para él aquello que el mismo héroe ve y quiere para sí en su
vida.

- Los valores que mueven al autor en su representación del personaje y sus responsabilidades interiores
son los mismos que dirigen la vida del personaje, porque su vida es directa e ingenuamente estetizada, y
en la misma medida es directa e ingenuamente la obra del autor. El autor no es un artista puro como el
héroe, no es un sujeto puramente ético.

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- El autor como artista cree en las mismas cosas en las que cree su personaje; lo que este considera
bueno, lo mismo considera el autor, sin oponer al héroe su bondad meramente estética.

- Para el autor, el personaje no sufre el fundamental fracaso semántico, y por consiguiente no ha de ser
salvado en un camino de valores totalmente diferente y transgrediente a toda su vida.

- El momento de la muerte del héroe se toma en cuenta pero no le quita el sentido a la vida, por no ser el
apoyo básico de la justificación extrasemántica; la vida a pesar de la muerte, no requiere de un valor
nuevo, sólo debe ser recordada y fijada tal como había transcurrido.

- De esta manera en la biografía el autor no sólo está de acuerdo con el personaje en sus creencias,
convicciones y amores, sino que se guía en su creación estética (sincrética) por los mismos valores que
el héroe en su vida estética. La biografía es el producto orgánico de las épocas orgánicas.

- En la biografía el autor es ingenuo, está emparentado con el personaje, pueden intercambiar sus
lugares los dos (de allí que aparezca la posibilidad de coincidencia personal en la vida, es decir el
carácter autobiográfico).

- Por supuesto, el autor como momento de una obra literaria jamás coincide con el personaje, ellos son
dos, pero entre ambos no existe un oposición fundamental, sus contextos valorativos son homogéneos,
el portador de la unidad de la vida que es el héroe y el portador de la unidad de la forma que es el autor
pertenecen a un mismo mundo valorativo.

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- El autor como portador de una unidad formal conclusiva no se ve obligado a vencer una resistencia
netamente vital (ético congonoscitiva) y semántica del personaje; éste en su vida esta poseído
valorativamente por el posible autor: el otro.

- Ambos, el héroe y el autor son otros y pertenecen a un mismo mundo autorizado y valorizado de otros.

- En la biografía no salimos fuera de los límites del mundo de los otros; tampoco la actividad creadora
del autor nos hace rebasar estos confines: toda esta actividad está incluida en el ser de la otredad, es
solidaria con el héroe en su pasividad ingenua.

- La creación del autor no es acto sino ser, y por lo tanto no está asegurada y padece de necesidad.

- El acto biográfico es un poco unilateral: hay dos conciencias pero no dos posiciones valorativas, dos
hombres, pero no un yo y otro, sino dos otros.

- El carácter fundamental de la otredad del héroe no está plasmado; la tarea de un rescate extrasemántico
del pasado no se ha planteado en toda su forzosa claridad. Aquí se da el encuentro de dos conciencias,
pero las dos están de acuerdo, y sus mundo valorativos casi coinciden, no existe un excedente básico en
el mundo del autor; no hay una autodeterminación fundamental de dos conciencias enfrentadas (una, la
pasiva, en un plano vital, otra la activa, en un plano estético.)

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- El mundo de la autobiografía no está cerrado ni concluido, no está aislado por unas fronteras básicas
fijas desde el único y unitario acontecimiento del ser. Ciertamente, esta participación en el
acontecimiento único es indirecto, y la biografía tiene que ver de un modo inmediato con el mundo más
próximo (familia, nación, estado, cultura), y este mundo cercano al que pertenecen tanto el héroe como
el autor – el mundo de la otredad- aparece como concentrado valorativamente, y por consiguiente, algo
aislado, pero es un asilamiento natural e ingenuo, relativo y no fundamental y estético.

- La biografía no es una obra, un acto estetizado, orgánico e ingenuo en un mundo valorativamente


autoritario que en un principio es abierto pero que es orgánicamente autosuficiente.

- Una vida biográfica y un enunciado biográfico acerca de la vida siempre poseen un matiz de fe
ingenua (carece de crisis); presupone la existencia de una actividad bondadosa que se encuentra fuera de
ella y que la abarca, pero no se trata de la actividad del autor, por que el mismo la necesita junto con su
personaje (ambos son pasivos y ambos se encuentran en un mismo mundos existencial), esa actividad
debe permanecer fuera de la obra (que no está plenamente concluida ni aislada.)

- La biografía igual que la confesión-rendimiento de cuentas marca su propia frontera.

- El valor biográfico por ser poseído por la otredad no es asegurado, una vida biográficamente valorada
pende de un hilo puesto que no puede ser enteramente fundamentada por completo.

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- La finalidad de la biografía cuenta con un lector familiar que participe en un mismo mundo de la
otredad; este lector ocupa la posición del autor. Un lector crítico percibe la biografía en cierta medida
como una materia prima para una elaboración literaria y la conclusión. La percepción suele completar la
posición del autor hasta una extraposición valorativa plena y aporta los momentos transgredientes más
esenciales y conclusivos.

- La biografía tiene un carácter de donación: me es dada por otros y para otros, pero la poseo ingenua y
tranquilamente (de allí el carácter algo fatal de una vida valiosa biográficamente). Por supuesto, la
frontera entre el campo de la visión y en entorno en la biografía es inestable y no tiene importancia
decisiva; el momento de simpatía tiene una importancia máxima. Así es la biografía.

El personaje:

- El personaje vive sus aventuras con interés y el autor en su representación se deja llevar por el mismo
interés por la aventura.
- El personaje actúa con un heroísmo intencionado, y el autor le confiere heroicidad desde el mismo
punto de vista.

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