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La subjetividad en el discurso
El problema del discurso subjetivo está lejos de ser claro y bien definido. Una forma de
entenderlo es afirmando que el discurso objetivo intenta borrar toda huella del enunciador en
su propio enunciado, mientras que el subjetivo afirma claramente esa presencia. Así, se
opondrá "Argentina ofrece maravillas naturales al turista" a "Nuestro hermoso país ofrece
maravillas naturales al turista", donde el pronombre "nuestro" y el adjetivo "hermoso" denuncian
la existencia de un enunciador.
Sustantivos
Nos interesan aquí sobre todo las denominaciones referidas a personas o a situaciones
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que pertenecen a un mismo campo semántico y difieren entre sí por la carga valorativa del
sustantivo. Por ejemplo, podemos observar estas diferencias en los siguientes términos,
referidos todos a los participantes de una marcha de protesta: manifestante, activista,
trabajador, obrero, provocador, opositor, agitador, etc.
Otro ejemplo puede ser el referido a lo que se hace con la Constitución Nacional en esta
disputa por o en contra de la re-reelección: violación, interpretación, manipulación, desprecio,
etc. También la forma de denominar esta situación de acuerdo a distintos periódicos: "La pelea
por la Presidencia" (Clarín), "La re-re" (Página/12).
Adjetivos
Nos referimos, evidentemente, a los adjetivos calificativos. Son la clase más rica de
subjetivemas, ya que el calificativo implica, como su nombre lo indica, una actitud del
enunciador respecto de lo que está enunciando.
1. adjetivos afectivos: enuncian, al mismo tiempo que una propiedad del objeto que
determinan, una reacción emocional del sujeto enunciador frente a ese objeto. Implican un
compromiso afectivo del enunciador: “Desgarradoras imágenes de las inundaciones",
"Emocionante reencuentro de una madre con su hijo".
2. adjetivos evaluativos:
2.1. evaluativos no axiológicos: sin enunciar un juicio de valor ni un compromiso afectivo del
enunciador, implican una evaluación cualitativa o cuantitativa del objeto denotado por el
sustantivo al que determinan. Su uso se basa en una doble norma: a) interna del objeto al que
se atribuye la cualidad, b) específica del enunciador (por eso son subjetivos). Es decir que el
uso de estos subjetivemas es relativo a la idea que el enunciador se hace de la norma de
evaluación para una categoría dada de objetos: "Multitudinaria marcha en contra del ajuste".
2.2. evaluativos axiológicos: su empleo implica también una doble norma: a) referida a
la clase del objeto al que se atribuye la propiedad, b) referida al sujeto de la enunciación y a sus
sistemas de evaluación (estético y ético, principalmente). Aplican al objeto denotado por el
sustantivo un juicio de valor positivo o negativo, y son por ello doblemente subjetivos pues,
por un lado, su uso varía según la naturaleza particular del sujeto de la enunciación, cuya
competencia ideológica reflejan y, por otro, en la medida en que manifiestan una toma de
posición a favor o en contra respecto del objeto: "Heroica resistencia de los ocupantes de la
planta" frente a “Inútil resistencia de los ocupantes de la planta".
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Verbos
1. Verbos intrínsecamente subjetivos: implican una evaluación cuya fuente siempre es el sujeto
de la enunciación.
Por supuesto, esta lista dista mucho de ser exhaustiva y categórica. Inclusive hay
expresiones a las que solo se las puede analizar en el contexto.
1.2. Evaluación modalizante (en términos de verdadero/falso/incierto):
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Adverbios
Algunos ejemplos que podemos encontrar aquí son: quizá, probablemente, sin duda,
ciertamente, con seguridad, realmente, verdaderamente, efectivamente, de hecho, por
supuesto, obviamente, etc.
En otro grupo podríamos incluir: apenas, casi, no más que, sólo, ya, todavía, aún. En
muchos casos hay que ver el contexto (“Todavía hay esperanzas de que Menem sea
reelecto" frente a "Menem no puede ser candidato todavía, a pesar del fallo del juez" –lo que
implica "Por suerte, todavía hay esperanzas de que Menem no pueda llegar a presentarse"–).