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Minerva ha pedido a un buen número de intelectuales, en su mayoría arquitectos,


que seleccionen y definan un término que consideren relevante para comprender
la figura de Le Corbusier. El léxico resultante combina términos específicos del singular
vocabulario corbuseriano con otros más generales y ofrece un amplio abanico de tonos
y enfoques. Leídas en conjunto, las entradas de este peculiar diccionario establecen
entre sí diversas relaciones polémicas, dando buena muestra de la aplastante vitalidad
del pensamiento y la obra del genial arquitecto.

Le Corbusier de la A a la Z

Boîte à Miracles [Caja de milagros] La primera referencia a este enigmático


ALEJANDRO VÍRSEDA, ARQUITECTO volumen aparece en un congreso sobre arqui-
tectura y arte dramático celebrado en la Sor-
Como los cuadros puristas de su juventud, las bona de París en 1948. LC lo denominará
ciudades que Le Corbusier imaginó y dibujó «Boîte à Miracles» y su descripción ha sido
son bodegones de arquetipos que el arquitecto transcrita en el tomo vii de sus Obras Comple-
fue creando y coleccionando a lo largo de su tas: «El verdadero constructor, el arquitecto,
vida. Unidades de habitación, rascacielos, puede construiros los edificios más útiles por-
Inmuebles-Villa… ocuparán y ordenarán que conoce todo lo relativo a los volúmenes.
extensas superficies de tierra, del mismo De hecho, puede crear una cajita mágica que
modo que las botellas, vasos, libros y demás contenga todo lo que vuestro corazón pueda
objetos-tipo colonizaban la superficie de una desear. Escenarios y actores materializan el
mesa. En los centros cívicos de estas ciudades momento en el que la cajita mágica aparece; la
aparecen otros ejemplos de estas arquitectu- cajita tiene forma cúbica y lleva en sí cuanto es
ras modelo: el volumen espiral del Museo de necesario para realizar milagros, levitación,
Crecimiento Ilimitado (inspirado en el Museo manipulación, distracción, etc. El interior del
Mundial creado por el arquitecto para el Mun- cubo está vacío pero vuestro espíritu inventi-
daneum de Ginebra en 1929) y, a su lado, un vo lo llenará con todo aquello que constituya
enigmático y rotundo volumen cúbico, remi- vuestros sueños… a semejanza de las repre-
niscencia del Sagrarium (espacio sagrado exis- sentaciones de la antigua Commedia dell’Arte».
tente bajo la pirámide de ese primer museo Tres años después, repetirá esta definición
enfrentado a las cumbres de los Alpes Suizos). en el viii Congreso Internacional de Arqui-
Como en muchas de sus grandes obras, tectura Moderna dedicado a «El corazón de la
también en estos recintos dedicados a la cul- ciudad», celebrado en Hoddesden (Reino
tura LC presenta juntas dos arquitecturas de Unido), añadiendo un sencillo croquis de la
características completamente opuestas. El Caja dibujado en una perspectiva a tres cuar-
volumen del museo –sobre pilares, con espa- tos con una línea de horizonte rasante que
cios interiores sesgados y lineales para la pro- exageraba su tamaño. Las fachadas se inclinan
menade–, arquitectura «máquina», se refle- ligeramente como las copas de los árboles en
ja en los lienzos blancos de un cubo, su continuo crecer hacia la luz. Sólo una
arquitectura «caja», que alberga un vacío úni- pequeña puerta, a escala humana, horada una
co, mágico, como el de esa catedral que nunca de ellas. En su interior se esconden los mila-
existió en las ciudades del maestro. Cada uno gros espaciales pero, sobre todo, los milagros
de estos dos espacios ofrece al visitante una de orden social, de transformación del ser
actividad diferente: el Museo del Crecimien- humano –más necesaria que nunca tras la
to Ilimitado propone un paseo a través de la Segunda Guerra Mundial– que LC, arquitec-
historia –conocimiento del pasado para el to redentor, siempre confió al Arte, sin dis-
hombre de acción–, mientras que el anónimo tinguir entre teatro, arquitectura, pintura…
cubo tiene un uso menos concreto. En sus pri- En 1945 LC escribió «El espacio inefable»,
meras propuestas urbanas, LC dio a esta caja publicado en versión reducida en su libro El
distintos nombres –«Musique de chambre» Modulor ii. En este artículo describía este
en Río de Janeiro en 1936, «Maison commu- espacio como la verdadera cuarta dimensión,
ne» en Saint-Dié en 1945…– que velaban su «momento de evasión ilimitada, producido
verdadero significado. Y es que para él la vida, por una consonancia excepcionalmente justa
al igual que su arquitectura, «fluía entre dos de los medios plásticos empleados, en el que
orillas, delgado hilo de agua o caudal torren- se abre una profundidad sin límites que borra
cial de ríos cada día diferentes». los muros, expulsa las presencias contingen-
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tes y realiza el milagro del espacio inefable». te en el siglo xvi. LC ejemplifica esos deseos del Los males de la ciudad –según las «más
Una victoria de la proporción, de la armonía, corazón en fenómenos como la levitación, la prestigiosas universidades»– no son de carác-
en todos los órdenes del acontecimiento plás- distracción o la manipulación, estados que ter político: son fenómenos pasajeros y repa-
tico, tanto el físico –de la obra y sus medidas–, cualquiera de las artes podría provocar en un rables, simples daños colaterales dentro del
como el de «la eficiencia de las intenciones ser humano. Y es que, en el fondo, para él todas inmejorable sistema instalado que, por otro
interiores, emanando de la intuición, milagro las artes son una, en la medida en que surgen lado, debe permanecer intacto en cuanto a sus
catalizador de los saberes adquiridos, asimi- del mismo elemento. En palabras de José formas de propiedad y de producción. Tales
lados aunque tal vez olvidados». Este texto, Ángel Valente, «elemento sacro, absoluta- universidades, como el mismo LC, se abstie-
según reconocía el arquitecto, surgió a raíz de mente necesario en la creación de cualquier nen de comentar que, por ejemplo, más de la
una experiencia sucedida en el vestíbulo de su orden, una actitud determinada ya que no se mitad del precio de las viviendas españolas
casa, frente a un muro iluminado por la luz opera con ningún procedimiento racional; se –inasequibles para las mayorías– es fruto y
uniforme, «casi teórica», de una gran vidrie- afronta entonces, una realidad desconocida cosecha de dos fenómenos parasitarios a la
ra. Un día, observando en silencio un cuadro con instrumentos que no se fundan en la sociedad: la especulación privada sobre el sue-
recién pintado colgado en este muro, pudo ver razón, que son mundos inefables…». lo y los gastos financieros de la usura banca-
con sus propios ojos cómo esa pared se expan- Es, por tanto, el momento de fusión en los ria. No debe sorprendernos, pues, que la
día sin límites. actores de las dos orillas de la Vida, contem- Carta de Atenas para la ciudad funcional con-
sistiera, en su mayor parte, en una serie de
lamentaciones y buenos deseos o lágrimas
filisteas de cocodrilo satisfecho. «Tolerante,
piel de elefante», escribe Ferlosio: pero la
zoología enseña que hay pieles más insensi-
bles que la del paquidermo.
2. En 1941, coincidiendo con el apogeo de
la expansión nazi, LC publica las constatacio-
nes y consideraciones del iv Congreso Inter-
nacional de Arquitectura Moderna (CIAM) de
1933 –celebrado durante un crucero entre
Marsella y Atenas– pasadas a limpio por él
(los anteriores CIAM se habían celebrado
mucho antes en La Sarraz, Frankfurt y Bruse-
las). ¿Qué otra cosa mejor se podía hacer en
tales momentos? O mejor aún: ¿qué mejor
momento que aquel para publicar el añoso
Boîte à miracles
escrito? ¿Dónde mejor, incluso, que en aquel
París, perla suprema en el cetro imperial del
La Boîte à Miracles será ese contenedor de plación-acción, en el que la arquitectura de Poder invasivo vigente?
perfectas proporciones, dictadas por el Modu- la Boîte à Miracles, como todo Acto Creador, El documento, más analítico que operati-
lor, en el que LC intentará reproducir el mila- se «materializa», «aparece» de verdad, vo, fue, desde el punto de vista teórico, tan
gro del espacio inefable, materia que se expan- como por arte de magia. poco innovador en 1933 como revoluciona-
de infinitamente, consecuencia de un estado rio sigue resultando hoy. ¡Tantas son las difi-
interior de meditación, de contemplación cultades que encuentra, a cada paso, la razón
–como el que experimentó aquel día en el Carta de Atenas crítica –aun modosa–, tantos son los palos
pequeño zaguán de su vivienda–, denomina- ANTONIO MIRANDA, ARQUITECTO que el sistema de dominio pone entre las rue-
do en la cultura Zen «Hekkan», que quiere das sobre las que la humanidad avanza!
decir, literalmente, «contemplación del 1. En 1940, como es bien sabido, a Le Corbu- LC, en su complicidad con el estatus y des-
muro». En este estado la arquitectura, su pre- sier le faltó tiempo para salir corriendo y oyendo el noble prólogo de Giraudoux, acom-
sencia física, desaparece como en una catedral, ponerse obsecuente a disposición del nuevo paña la propia Carta con unos escolios o
diluyéndose en una atmósfera mágica de espa- gobierno nazi de Vichy (¿por qué no?). Como comentarios que vienen a desvirtuarla. Así,
cio y luz, resultado de un proceso de autobo- explica Jean Prouvé –contrafigura política de la Carta dice: «Son factores políticos, socia-
rrado del observador, que se traduce en un LC– el famoso arquitecto fue inmediatamen- les y económicos, y no la arquitectura, los que
aumento de los niveles de consciencia que te despedido sin contemplaciones. En su his- han de cambiar el estado de cosas en último
altera la percepción de los acontecimientos térico lampar tras el encargo, el suizo no término». LC la corrige: «La arquitectura
exteriores y que, según la tradición oriental, es advirtió el abismo ideológico existente entre está en la clave de todo […]. El interés priva-
necesario para un auténtico descubrimiento su «profesionalidad» y su arquitectura. Error do es infinitamente constructivo […]. Liber-
de la bondad, de la potencialidad de cada ser. típico, por otra parte, de tantos tecnócratas, tad individual y acción colectiva son dos polos
Se produce entonces el segundo milagro en cuya cuadratura del círculo entre kratos y tek- opuestos». Ni la menor alusión a la demo-
la Boîte à Miracles, el de la génesis del acto crea- nos no tiene solución ni aun con las más altas cracia, por más que los comentarios a la áspe-
dor, que surge del deseo del corazón convir- dosis de cinismo. Y la arquitectura de LC no ra Carta fueran redactados por LC en colabo-
tiéndose en un acto de descubrimiento, más estaba lejos de aquello que el poder, vigente ración con la Baronesa de Aubigni.
que en una imposición del intelecto –«yo no por entonces en toda Europa, calificaba como Como arquitecto de edificios (técnico) LC
busco, encuentro», diría Picasso–. Inspira- «arte degenerado». Ni siquiera el apoyo sin es uno de los más valiosos de la humanidad;
ción creadora que surge de la Vida y que eleva límites que nuestro héroe amarillo prestó en pero como arquitecto de ciudades (político),
a condición de Arte cualquier acción «espon- todo momento al sistema capitalista le sirvió fue seguramente uno de los más torpes. Y ello
tánea» del ser humano, como las actuaciones para obtener encargos del nuevo capital: no sólo en la teoría, de lamentable repercu-
siempre improvisadas de la Commedia dell’Ar- negro, azul o pardo. sión, sino también en la práctica. Así, para
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ignorar o rehuir el carácter esencialmente


político de la polis: su teoría de la «reconci-
liación» entre obreros y campesinos, unidos
en la misma expulsión a los suburbios. Y, en
la práctica: sus trabajos directos o indirectos
para Chandigarh y Brasilia, cuyo trazado y
volumen vienen a «dar forma» al contenido
estatal –burocrático y policial– de dos países
cuya desigualdad de clase mantenía a casi toda
la población bajo un aterrador índice de des-
habitación y miseria. Casa Citrohan, 1920
Y es que el arquitecto, para LC, lejos de
cuestionar el origen del lamentable fraude ta una vivienda que pueda construirse en rías más radicales en la vivienda unifamiliar
urbanístico, deberá limitarse a «dar forma» serie, ofreciendo una solución al creciente proyectada para la Colonia Weissenhof de
al desorden provocado por la dictadura del problema del alojamiento (la casa se llama Stuttgart.
capital (para semejante fin, bastaría con Citrohan en clara referencia a los automóvi- Hasta aquí la Casa Citrohan ha servido a LC
dotarle de una breve y grata formación artís- les Citröen). Para ello se apoya en la estructu- como terreno de ensayo para los dos prime-
tica). Con tales precedentes, no debe escan- ra a base de soportes y forjados estandariza- ros de sus «Cinco puntos». El tercero, la
dalizar que sean los profesionales artistas «de dos de hormigón armado, que ya defendiese planta libre, está también presente en las
más reconocido prestigio» los que más tritu- en 1914 con su propuesta de casas Dom-ino. diferentes versiones de la casa, aunque de
ren las escasas neuronas de un alumnado pre- Sin embargo, para no cerrarse ninguna puer- manera más tímida. Eximido de las ataduras
viamente formateado. Un LC quizá senil, años ta, el arquitecto plantea, en este proyecto ini- que supone la construcción con muros de
después, en su famoso Mensaje, viene a ilus- cial, la posibilidad de construir la vivienda carga, el arquitecto proyecta las diferentes
trarnos con el abyecto ardid postmodernista empleando muros de carga que podrían ser plantas de la vivienda con total independen-
de que «todo es relativo»: el mismo lema que «de piedra, ladrillo o de aglomerados traba- cia entre sí. También el ritmo alterno (ABAB)
con tanta frecuencia repite nuestra racial Sara jados por cualquier obrero del lugar». de forjados grandes y pequeños colabora en
Montiel en sus apariciones mediáticas. A diferencia de algunas de las versiones este sentido. No obstante, la casa Citrohan no
Es así como cerramos el círculo de coinci- posteriores, de programa más reducido, la llega a ilustrar el concepto de planta libre de
dencias y sinergias, tan funcionales al siste- casa proyectada en 1920 está destinada a una una manera tan clara como algunas de sus
ma de dominio como adaptativas a la orgía familia burguesa relativamente acomodada. obras posteriores , Villa Savoye entre ellas.
financiera: no hay diferencias de fondo entre Desarrollada en tres niveles, la vivienda cuen- Los dos últimos de los «Cinco puntos»
el arsenal ideológico que deben trasmitir ta ya con muchos de los elementos que carac- están tan relacionados entre sí que podrían
nuestras folclóricas y el que deben trasmitir terizarán su producción posterior. Entre ellos perfectamente reducirse a uno. Nuevamente
(«dándole forma») nuestros arquitectos y destacan la presencia del espacio en doble es el uso de una estructura de soportes y vigas
urbanistas más atareados. altura del salón y, sobre todo, la aparición del lo que permite a LC proponer la utilización de
Suele olvidarse que la falsa arquitectura terrado. Precisamente este último dará lugar lo que denomina fachada libre, el quinto
dominante –lejos de la teoría científica y de al segundo de los conocidos «Cinco puntos»: punto. Al no tener que asumir una función
la praxis poética– no solo construye infraes- el empleo de la cubierta-jardín, con la que LC estructural, la fachada puede concebirse
tructura geográfica y estructura económica: aprovecha la posibilidad de ejecutar e imper- como una membrana de elementos aislantes
también produce superestructura acrítica e meabilizar una cubierta plana para proponer o de vidrio, reduciendo su función a la de
ideológica, es decir, vectores de cretinización un nuevo espacio, a medio camino entre el simple cerramiento. La ventana en anchura,
colectiva. Con ello, cada día que pasa, resul- interior y el exterior, en unas viviendas cuyo cuarto punto, debería considerarse como una
tamos más rentables. tamaño es cada vez más ajustado. de las múltiples posibilidades ofrecidas por
Tan solo unos meses más tarde, ya en 1921, la fachada libre.
y sin haber tenido aún la oportunidad de Mientras en los proyectos de 1920 y 1921
La Casa Citrohan y los «Cinco puntos construir la vivienda, LC somete el proyecto LC propone la concentración de «fuentes
para una Arquitectura Nueva» a una primera revisión. La segunda versión luminosas» en un único gran vano situado en
GONZALO TORCAL, ARQUITECTO de la casa Citrohan alcanza un elevado grado la fachada principal de la vivienda, y en las
de madurez, tanto formal como constructiva, versiones construidas en Lège y Pessac apa-
Uno de los aspectos en común más evidentes, y sorprende por cuanto se adelanta de mane- recen sus famosas ventanas corridas, en la
más allá de lo puramente biográfico, entre Le ra evidente, no ya al resto de sus coetáneos, última de las versiones construidas de la casa,
Corbusier y Mies van der Rohe es la obstina- sino a sus propios proyectos. la de Stuttgart, ya mezcla ambos elementos con
da insistencia con que ambos revisan una y LC opta definitivamente por el sistema de destreza, aunque sin alcanzar el nivel de la
otra vez un mismo proyecto. La casa Citrohan soportes y forjados modulares de hormigón Villa Stein, realizada también en 1927.
es un buen ejemplo. Proyectada inicialmente armado, lo que le permite elevar la vivienda Financiadas por el industrial azucarero
en 1920, LC retomará el proyecto en numero- sobre los famosos pilotis, el primero de sus Henri Frugès, las experiencias de los barrios
sas ocasiones, llegando a construir diversas «Cinco puntos». La vivienda elevada sobre obreros de Lège y Pessac, en Burdeos, resul-
variantes a lo largo de toda la década. Por eso la soportes evita esos locales «oscuros y con fre- taron un desastre económico, impidiendo el
vivienda nos ofrece una excelente perspecti- cuencia húmedos» en contacto con el terre- éxito de la propuesta habitacional de LC. Ni la
va de un período decisivo durante el cual LC no, al tiempo que permite al jardín pasar bajo capacidad técnica de la empresa constructora
está gestando sus famosos «Cinco puntos para la casa. Si en las primeras versiones construi- en lo referente a la ejecución del hormigón
una Arquitectura Nueva». das, en Lège y Pessac, LC aún sitúa la vivien- armado, ni los conocimientos de LC en esta
El proyecto original posee un carácter muy da en contacto directo con el suelo, en 1927, materia hicieron posible alcanzar el resulta-
próximo al de un manifiesto. LC, impresio- tras los tímidos ensayos de las casas Cook y La do deseado, aunque el tiempo terminaría por
nado por los avances de la industria, proyec- Roche, se atreve a llevar a la práctica sus teo- dar la razón a su propuesta constructiva.
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Más allá de sus maneras panfletarias o del permanece para siempre: ha entrado, se ha
hecho indudable de que se puede hacer arqui- registrado, se ha inscrito. || Pensé que habría
tectura moderna sin recurrir a ellos, los famo- sido hermoso tener recuerdos de un viaje
sos «Cinco puntos» son toda una prueba de como éste. Pero son notas muertas. Las belle-
la excepcional intuición de LC como arquitec- zas vistas desaparecerán siempre en mi pluma
to. Suponen la exposición sistemática de las como asesinatos repetidos. dibujo-imagen
nuevas posibilidades espaciales y compositi- fotográfica. La cámara es una herramienta
vas de la construcción con estructura de hor- para vagos que usan una máquina para que vea
migón, que sus antecesores más inmediatos por ellos. 3: dibujo-poner en uso. Vine aquí.
–como Perret, o sus contemporáneos en estos Cogí como de costumbre mi cuaderno de
primeros momentos del Movimiento Moder- dibujo. Dibujé la carretera, dibujé los horizon-
no– no supieron explorar, anclados como tes, puse la orientación del sol, «husmeé» la
estaban a esquemas compositivos y espacia- topografía, decidí el sitio donde estaría. 4:
les de la arquitectura tradicional. dibujo-apropiación. Trabajando con las
Las diversas mutaciones experimentadas manos, dibujando, entramos en la casa de un
por la Casa Citrohan resumen el camino teó- extraño, nos enriquecemos con la experien-
Casa Vevey, Suiza, 1924-1925. Vista del lago
rico que el arquitecto recorre a toda veloci- a través de la ventana del muro del jardín
cia, aprendemos. || dibujos calcados de tarje-
dad en estos inicios de la década y que sinte- tas postales […]. Entra en las imágenes […].
tizará con el enunciado de sus «Cinco produce una sensación de inmensidad y des- Habita las fotografías. 5: dibujo-entendi-
Puntos». Considerada como una obra menor, protección excesivas. Al mirar por la ventana miento. A vista de pájaro. La quinta fachada,
la casa Citrohan, con su marcado carácter desde un lugar protegido y relativamente donde se descubren las leyes de la Naturaleza.
modular, también está en la base de posterio- cerrado, en cambio, la experiencia de la exor- || Cuando el ojo está a 1,60 m por encima del
res propuestas aún más ambiciosas, como la bitante totalidad resulta menos absorbente y suelo, flores y árboles tienen una proporción:
de los Inmuebles-villa. el fragmento de paisaje enmarcado por la una medida que se relaciona con la actividad
Poco a poco el arquitecto irá reuniendo ventana gana en profundidad. La ventana humana, con la proporción humana. ¿Y en el
todos los elementos necesarios para ofrecer practicada en el muro recorta la vastedad des- aire?, ¿desde lo alto? Un desierto, sin relación
una propuesta más rigurosa al problema del medida transformándola en una vista y, así con nuestras ideas milenarias, una fatalidad
alojamiento: vivienda modular de programa contenida o, mejor dicho, al situarse emocio- de advenimientos y acontecimientos cósmi-
cada vez más reducido, presencia de un nalmente a nuestro alcance, se convierte en cos […]. Comprendo, mido, pero no amo.
espacio en doble altura y los pilotis para ele- el espacio de un cuadro. dibujo-creación. El proceso de creación esta
var la vivienda. Bastará que LC entre en con- determinado por un diálogo interior en el que
tacto, a partir de 1928, con la vanguardia el dibujo es testimonio de dicho diálogo. 1:
soviética en Moscú, donde conocerá de pri- Dibujar / dibujo (aproximaciones) dibujo-croquis. Publicar los croquis del naci-
mera mano las casas comunes de Ginzburg ATXU AMANN, ARQUITECTA miento de una obra arquitectónica puede ser
y Milinis o de Barsc y Vladimirov, para que interesante. Cuando me encomiendan una
estén a su alcance todos los ingredientes de Dibujar. Dibujar es, primeramente, mirar con labor, tengo por costumbre incluirla en mi
su más destacada propuesta residencial: la los ojos, observar, descubrir. || Dibujar es memoria, es decir, no permitirme ningún cro-
Unidad de Habitación. aprender a ver, a ver nacer, crecer, expandirse, quis durante meses. La cabeza humana está
morir, a las cosas y a las gentes. interiorizar. hecha de tal manera que posee una cierta
Hay que dibujar para interiorizar aquello que independencia: es una caja en la cual podemos
Casa Vevey, Suiza, 1924-25, muro del jardín se ha visto, y que quedará entonces inscrito en echar en desorden los elementos de un pro-
HERMAN HERTZBERGER, ARQUITECTO nuestra memoria para el resto de nuestra vida. blema. Dejamos entonces «flotar», «maqui-
Dibujo. dibujo-acción. Dejé la escuela a los nar» y «fermentar» y de repente un día, una
El jardín que rodea esta casa construida por 13 años. Tenía la manía del dibujo e ingresé en iniciativa espontánea del ser interior, el deto-
Le Corbusier para sus padres a orillas del Lago una escuela de arte. dibujo-visual. Mi peca- nante se produce; cogemos un lápiz, un car-
Leman está cercado por un muro que no sólo do capital es estar sometido a las cosas visuales. boncillo, lápices de colores (el color es la cla-
lo separa de la carretera que discurre junto a Tengo ojos y todo lo visual, el dibujo, la pintu- ve del comienzo) y damos a luz sobre el papel:
uno de sus costados, sino que, en uno de los ra, la escultura, la arquitectura, para mí es la idea sale, ha venido al mundo, ha nacido. 2:
ángulos de la parcela, también lo separa del igual. || La llave es mirar. Mirar, observar, ver, dibujo-decisión. Realizar un plano es preci-
lago mismo. Al formar la esquina, el muro se imaginar, inventar, crear. dibujo-manual. A sar, fijar ideas. Es haber tenido ideas. Es orde-
combina con un árbol para crear un espacio veces mi mano precede a mi mente. La mano nar esas ideas para que se vuelvan inteligibles,
protegido en el que tomar asiento y desde es algo fantástico. dibujo-realidad. El dibujo ejecutables y transmisibles. || Es el dibujo de
donde, a través de una gran ventana practica- se adueña de la realidad. 1: dibujo-asombro. los trazos esenciales; la clasificación de los
da en el muro, se contempla el paisaje domi- Estos dibujos están ausentes o perdidos, son principios plásticos, su jerarquía. || Es la
nado por el lago Leman y, más allá, las eleva- ellos los que revelan arquitectónicamente el expresión de una intención elevada, el orden
das cumbres de los Alpes. La mesa de piedra eco, el eco visual en el reino de la forma […]. reina sobre las bases de la economía. dibujo-
que descansa contra el muro bajo el vano de Dadme carboncillo y papel. 2: dibujo-regis- línea. La línea propiamente dicha debe ser el
la ventana, presente en muchas de las terra- tro. Bocetos de objetos, lugares, edificios y hecho de la creación del hombre. dibujo-
zas de Le Corbusier, refuerza la sensación de cuerpos. || mujeres argelinas […], me había superposición. Contornos repetidos sobre
que este espacio al aire libre constituye, de seducido profundamente un tipo de mujer papel de calco amarillo. || dibujo-medida. Al
algún modo, un espacio cerrado frente a la especialmente bien construida. dibujo-apun- principio yo no tenía todavía la costumbre de
inmensidad del paisaje circundante. tes de viaje. carnets. Cuando viajas […] usas percibir las dimensiones exactas de los obje-
Al contemplar este entorno, la última cosa los ojos y los dibujos para así poder fijar en la tos que atraían mi atención […]. Fue la toma
en que uno pensaría es en limitar esta gran propia existencia lo que ves. Una vez que la de conciencia repentina de las dimensiones lo
perspectiva; sin embargo, la apertura del lago impresión ha quedado grabada por el lápiz, que enseguida me impresionó. dibujo-color.
Use lápices de color. Con el color usted acen- percepciones puede separar, por un lado, el
túa, clasifica, clarifica […]. Dígase siempre dominio de las cosas materiales de los hechos
que los dibujos deben ser fáciles de leer. El cotidianos […] y, por otro, aquello más parti-
color le salvará […]. Luego vaya al puerto y cularmente reservado a las reacciones de
visite un transatlántico. Haga planos colorea- orden espiritual. Bajo esa línea: lo que es;
dos y cortes mostrando cómo funciona. De encima: lo que sentimos. Continuando mi
hecho, ¿tiene usted una idea clara de qué suce- dibujo desde abajo, trazo, una, dos, tres hila-
de en un transatlántico? dibujo-abstracción. das. Pongo algo en cada una: en la primera:
1: dibujo-módulo. El hombre es un animal Técnicas […]. En la segunda hilada escribo:
geométrico. El ritmo es el rail conductor del Sociología […]. En la tercera: Economía […].
ojo. El módulo es el medio de regularizar el rit- || símbolos. La mano abierta, modestamente,
mo imaginado. || El sistema modular permite expresa una filosofía mía, fruto de una vida de
crear un orden, ya que el elemento menor estudio, de luchas, de derrotas o de victorias a
estará contenido siempre en el mayor, de tal veces. || Poema del ángulo recto.
forma que todo el conjunto se producirá sin
restos. || El Modulor. 2: dibujo-trazado regu-
lador. Por el contrario, el trazado regulador es Dom-ino, en construcción
jerárquico y señala los puntos de máxima ten- XOSÉ RAMÓN FERNÁNDEZ PASCUAL,
sión. 3: dibujo-planta y sección. La planta es ARQUITECTO
el plan estratégico para una batalla. La planta
está en la base. Sin planta, no hay grandeza de Al ver fotografías antiguas de la Villa Stein,
intención ni de expresión, ni ritmo, ni volu- nos sorprende el contraste entre la actuali-
men, ni coherencia. La planta exige la imagi- dad de la obra de Le Courbusier y lo obsoleto
nación más activa. Exige también la discipli- del vehículo antediluviano. De la misma
na más severa. La planta es la determinación manera, al mirar el dibujo del armazón están-
de todo; es el momento decisivo. || Una plan- dar Dom-ino contemplamos un objeto más Villa Stein, Garches, 1926-1928
ta no es algo bonito de dibujar, como la cara de actual y cotidiano para nosotros que para sus
una madona; es una austera abstracción; no es coetáneos de principios del siglo xx. Inme- en la rue Ponthieu, también en París, por su
más que una algebrización, árida a la mirada. diatamente lo asociamos con la imagen de un uso de los pilares aislados. Por su parte, Max
|| Estoy hoy sobrecogido de admiración fren- edificio en construcción, del que todavía no du Bois había tenido contacto con el hormi-
te a la belleza primera de una planta de cate- conocemos su aspecto y uso definitivos. gón armado a través de su profesor en el Poli-
dral y de estupor frente a la pobreza primera El proyecto Dom-ino se inició a finales de técnico de Zurich, E. Morsche.
de la obra misma. La planta y la sección góti- 1914. La destrucción producida al principio Aparte del material elegido, el sistema
cas son magníficas, fulgurantes de ingenio. de la Gran Guerra parecía abrir el mercado a desarrollado es básicamente una unidad de
Pero su verificación no llega por el control de la construcción en serie de viviendas. Char- vivienda de planta rectangular que puede
los ojos. 4: dibujo-comunicación. Quisiera les-Edouard Jeanneret se propone desarro- agruparse en el número que se desee. Al unir-
transmitirte, a ti, estudiante de arquitectura, llar junto al ingeniero Max du Bois un siste- se las piezas como se hace en el juego del
el odio al dibujo. Pues el dibujo, es únicamen- ma basado en el hormigón armado. dominó, bien por sus lados cortos o bien lado
te cubrir de cosas seductoras una hoja de La elección del material no es sorprenden- corto con lado largo, se consigue cierta ver-
papel; son los «estilos» y los «órdenes»; son te. El hormigón armado había aparecido en satilidad (el nombre del sistema resulta de la
las modas […]. La arquitectura se hace en la las dos últimas décadas del siglo xix y, casi de combinación de las palabras «domus»
cabeza. Hay que llegar a concebirlo todo en la inmediato, fue objeto de numerosas paten- –vivienda en latín– y «dominó»).
cabeza, con los ojos cerrados; entonces se sabe tes, especialmente en Francia y Bélgica, lo que Esta agrupación de piezas sólo es posible
cómo será todo. La hoja de papel solamente demuestra su aptitud para la estandarización. si los cerramientos y las particiones interio-
sirve para fijar la concepción, para transmitir- Uno de los impulsores de su uso en la arqui- res no interfieren. Para evitar estos obstácu-
la a tu cliente y a tu contratista. Todo está en el tectura fue Auguste Perret, para quien LC tra- los, pues, se reduce la unidad a lo construc-
plano y en la sección […]. La arquitectura es bajó entre los años 1908 y 1909. Aunque los tivamente esencial, independizando los
organización. Tu eres un organizador, ¡no un planteamientos estéticos de Perret estaban elementos sustentantes de los cerramientos
dibujante! dibujo-espacio-tiempo. Narra- en la órbita del movimiento Beaux-Arts, dos exteriores y las divisiones interiores. El
ción de la percepción continua del espacio: de sus obras tendrían una influencia decisiva resultado es un armazón formado por forja-
perspectivas. Dibujo un personaje. Lo hago en el proyecto Dom-ino: 25 bis rue Franklin, dos de hormigón armado, soportados por
entrar en la casa; descubre su volumen, tal for- en París, por su uso del hormigón armado en columnas aisladas y conectados por losas de
ma de habitación y, sobre todo, tal cantidad de una vivienda colectiva, y el garaje Marboeuf escalera, de forma que los cerramientos
luz que entra por la ventana o el panel de cris- exteriores y las particiones interiores sólo se
tales. Avanza: otro volumen, otra llegada de luz. Estructura Dom-ino ponen en obra tras la agrupación de los
Más lejos, otra fuente luminosa; más lejos aún, armazones. Así, al convertirse en elementos
inundación de luz y penumbra al lado… dibu- no estructurales, resultan totalmente inter-
jo-palabra. 1: dibujo-emoción. Transpongo cambiables e incluso prescindibles en el caso
el límite de las cosas materiales y paso al domi- de las divisiones interiores.
nio de las emociones. Dibujo una pipa y su Al evolucionar la Guerra a una lucha estan-
humareda. Luego un pequeño pájaro que cada en las trincheras, el proyecto se quedó sin
emprende vuelo, y una hermosa nube rosa, realización práctica. Sin embargo, la nueva
inscribo: Lirismo. Y afirmo: lirismo, creación lógica constructiva que ha quedado sintetiza-
individual. 2: dibujo-reflexión. comienzo por da en este proyecto lo trascenderá: un sistema
trazar la línea que en el proceso de nuestras estructural de pilares aislados y forjados de
CBA DOSSIER LE CORBUSIER 17

hormigón armado susceptible de ser apilado


en altura repetidas veces e independiente de
cerramientos y divisiones de distribución.
Así pues, se puede decir que LC dejó «en
construcción» la base teórica para sus Cinco
puntos para una Arquitectura Nueva y para
sus villas de la década de los veinte. Y, lo que
es más importante, esta manera de construir,
al margen de la experiencia Dom-ino, comen-
zó a generalizarse en el mundo de la construc-
ción a finales de los años veinte hasta conver-
tirse en el procedimiento más usado, aún hoy.
Se trata de lo que LC llama, en Hacia una
arquitectura, un «producto de selección».

E.1027, Maison en bord de mer


CARMEN ESPEGEL, ARQUITECTA

Debemos construir para la gente de tal manera


que puedan encontrar en la arquitectura,
una vez más, la alegría de aumentar el poder y Fresco Sous les Pilotis pintado por Le Corbusier en la villa E.1027
la realización completa de sus potencialidades
Eileen Gray
Zervos y Albert Morancé la revista de arqui- Más tarde, escribió una carta a Gray elo-
Eileen Gray conoció a Le Corbusier por tectura más prestigiosa del momento, L’Ar- giando la villa y reconociéndole su autoría.
medio de Jean Badovici, arquitecto de origen chitecture Vivante. Los caminos de Gray y LC Aunque también expresó veladas críticas
rumano que centró su actividad en la crítica se cruzaron repetidamente aunque nunca se sobre ciertos detalles, como cuando en 1949
arquitectónica, lanzando junto a Christian aproximaron del todo, manteniendo siempre aconsejó a Badovici que se deshiciese del
una relación ambigua y distante en lo perso- biombo curvo de la entrada, lo que afortuna-
nal. LC profesaba gran admiración por el tra- damente nunca hizo. LC consideraba este ele-
bajo de Gray, especialmente por la casa mento como un obstáculo visual para una
E.1027, conocida también como Maison en percepción instantánea y panorámica del
bord de mer, que Gray construyó junto a Bado- interior, opuesta a la refinada gradación de
vici entre 1926 y 1929 en Roquebrune-Cap recorrido y privacidad en la zona de acceso
Martin. En el centro de los proyectos de Gray propuesta por Gray.
estaba lo mejor del ser humano, su forma de Entre 1938 y 1939, LC pintó sin pedir per-
vida, su dimensión de morador y constructor miso a la arquitecta diversos frescos en la
de su propio ser. Tanto Gray como LC se guia- Maison en bord de mer. Este hecho, que ella
ban por altos principios éticos y compartie- sintió profundamente llegándolo a conside-
ron el propósito de orientar toda su creación rar un acto vandálico, «comme un viol», fue
hacia el objetivo de lograr un entorno físico lo que distanció a la pareja Gray-Badovici del
más armonioso. maestro. En conjunto, compuso siete mura-
Gray pretendía que sus proyectos fuesen les, de los cuales cinco permanecen todavía
misteriosos. Así, una puerta era un paso a la en la casa. Uno de ellos clausura la puerta de
sorpresa, una entrada suponía «el deseo de servicio del vestíbulo, invalidando de este
penetrar […], una transición que todavía modo la bella y enigmática doble entrada pla-
mantiene el misterio del objeto que se va a neada por Gray. Otro recubre la blanca pared
ver, que conserva el placer del suspense. El detrás del gran diván en la sala de uso múlti-
movimiento desde el interior del edificio ple, anulando el sereno remanso que ella
debe hacerse de un modo tan natural, que los había propuesto. Un tercero lo pintó en el
objetos pictóricos del interior se revelen gra- muro que separa el comedor de la escalera,
dualmente al espectador». otro en la habitación de invitados y el más
LC reconocía que Gray y Badovici habían conocido, Sous les Pilotis, lo situó en el cerra-
conseguido destacar entre sus coetáneos con miento de la planta baja que limita el porche
una casa que era producto de un elevado pro- y la casa. Tanto la iconografía empleada por
ceso intelectual. Podemos encontrar nume- LC –desnudos con un fuerte componente
rosas similitudes entre las propuestas de Gray erótico– como su potente presencia plástica
y LC. Stanislaus von Moos, de hecho, ha espe- entraban en conflicto con el leve, gradual fluir
culado con la posibilidad de una colaboración de los espacios interiores de la villa y el sutil
del maestro en el proyecto E.1027: «Era ami- equilibrio de sus elementos constructivos.
go de Badovici y probablemente apoyó sus LC había sentido una gran pasión por pin-
esfuerzos para convertirse en arquitecto […]. tar y dibujar desnudos femeninos mientras
Realmente, no es accidental que aparezcan trabajaba en el Plan Obus de Argel y sus esbo-
similitudes con la casa Vevey que Le Corbu- zos darían lugar a su mejor mural en la E.1027,
sier realizó para su madre en 1923». conocido como Sous les Pilotis, Graffite à Cap
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Martin o Trois femmes. Su composición se ins-


piró en el cuadro Femmes d’Alger pintado por
Delacroix en 1833, aunque se dispuso según
el nuevo método cubista conocido como
mariage des contours: líneas de contorno
individuales pertenecientes a dos figuras
diferentes que se solapan y entrecruzan
como si fueran parte de un rompecabezas. El
resultado es una evocación fragmentaria de
las imágenes eróticas que el maestro retenía
de su visita a la Kasbah.
LC dibujó los contornos del mural, de 2,5
x 4 metros, directamente sobre el enfoscado
rugoso y blanco que recubría el muro de hor-
migón. Después, raspó estas siluetas hasta
hacer visible la capa inferior de hormigón,
dejando las líneas más delgadas marcadas
superficialmente sobre el mortero y, final-
mente, pintó los surcos más finos de negro.
En una carta del 14 de febrero de 1969
dirigida a la última propietaria de la casa,
Mme. Schelbert, LC explicaba que «Badou»
(Badovici) estaba representado a la derecha y
su amiga Eileen Gray a la izquierda; el con-
torno de la cabeza y el pelo de la figura senta- LC Empresario: de la cocina de Yvonne métrica del color en el lienzo y su aplicación a
da en medio aludía al «hijo deseado que nun- al 35 de rue de Sèvres la cualificación del espacio y la forma edifica-
ca nació». Cuando Picasso vio el mural ANDRÉS JAQUE, ARQUITECTO toria; entre la experiencia del aire, la luz y el
recordó inmediatamente el cuadro de Dela- agua del entorno mediterráneo y el diseño de
croix y en 1954 decidió «parafrasearlo» en Durante los últimos años treinta del siglo xx la objetos-tipo arquitectónicos que la optimi-
una serie de quince lienzos y dos litografías. vida, el pensamiento y la producción de Le zan. En otras palabras, los años treinta de LC
La relación entre Gray y LC se deterioró Corbusier circulaba entre cuatro localizacio- pueden describirse como el ejercicio de una
después de que éste pintara los murales. En nes geográfica e ideológicamente muy dife- cotidianeidad organizada para cultivar el indi-
abril de 1948, en un número de L’Architectu- rentes: 1. El apartamento-estudiodepintura- vidualismo y la singularidad en tanto que
re d’Aujourd’hui, Le Corbusier escribió: «Esta yescultura-minidespacho en las dos últimas material con que contribuir a la construcción
villa que he animado con pinturas era muy plantas del edificio de viviendas de la Porte de lo colectivo. O, ya que hablamos del siglo
hermosa, blanca en el interior, y bien podría Molitor en París, en el que vivía junto a su xx, una máquina para reconstruir contextos a
haber transcurrido sin mis talentos […]. Los mujer Yvonne Gallís. 2. El gimnasio-estudio- partir de material de excepción.
muros elegidos para recibir los grandes dedanza de su hermano Albert, donde una vez Probablemente sea empresa la palabra que
murales fueron precisamente los más apaga- por semana jugaba al baloncesto con Pierre mejor define los dispositivos por los que las
dos, los más insignificantes. De esta manera, Jeanneret. 3. Las playas próximas a Cap Mar- experiencias individuales se inscriben en las
los muros bellos permanecen y los indiferen- tin donde pasaba algunos días que no pode- esferas de realidad compartidas por la comu-
tes se vuelven interesantes». El nombre de mos decir que fuesen únicamente de descan- nidad, o por mediación de los cuales lo inicial-
Eileen no fue mencionado ni a pie de página so. 4. Su oficina de arquitectura en un pasillo mente marginal llega a institucionalizarse.
y LC no la citó hasta que escribió el epitafio de un antiguo monasterio jesuita en el 35 de la Empresa era la galería de Khanweiler, que hizo
de Badovici en 1956. rue de Sèvres de París, donde desarrolló, des- imprescindible colgar un Picasso en cualquier
Hay un epílogo curioso de la historia de la de 1922, sus diseños y propuestas arquitectó- salón burgués con pretensiones intelectuales.
casa E.1027 que une a Gray, Badovici y LC. En nicas y urbanísticas con Pierre Jeanneret y un Empresas son las asociaciones de gays y les-
1950, LC compró una pequeña parcela junto a equipo cambiante de colaboradores. Por las bianas, que han conseguido que la institución
la E.1027 donde dos años más tarde construi- mañanas pintaba y escribía en Porte Molitor, matrimonial represente a las parejas del mis-
ría su célula experimental, el Cabanon, aunque mientras Gallís cocinaba. Después de comer: mo sexo. Empresa es Nike, que ha hecho que
nunca perdió la esperanza de poseer la villa. diseño, arquitectura y urbanismo en rue de veamos la ciudad como un campo de deportes.
Tras la muerte de Badovici, la propiedad pasó Sèvres. Y, ocasionalmente, paseos y natación Après le cubisme, el Modulor, el pabellón de
a su hermana, una monja que vivía en Ruma- en el Mediterráneo y baloncesto en un gim- l’Esprit Nouveau y el catálogo de papeles pin-
nia. LC supuso que la villa no le interesaría, por nasio de París. Una rutina en la que podemos tados Salubra eran mediadores diseñados para
lo que persuadió a una amiga, la arquitecta sui- encontrar muchos de los atributos de presti- instalar en el día a día, respectivamente, las
za Mme. Schelbert, para que la comprara. Ella gio del hombre occidental: deportista, creati- experiencias pictóricas del LC de los años
la adquirió pensando que la casa había sido vo, familiar sin ser conservador y con tiempo veinte, su visión del cuerpo tipo y una vida vin-
construida por el propio LC. Eileen Gray no libre para disfrutar de la naturaleza, pero tam- culada al aire renovado y su sensibilidad por
volvió a entrar en la E.1027, y ni siquiera pudo bién urbano y conectado a la red institucional los colores disonantes. Cada uno de estos obje-
recoger sus muebles. Hasta su muerte, Mme. de toma de decisiones. Una conexión anima- tos de mediación contiene diferentes cons-
Schelbert la mantuvo tal y como era mientras da por el trasvase creativo entre sus experien- trucciones políticas y su presentación conjun-
Gray residió en ella e invitó a LC a pasar largas cias íntimas y el trabajo de su estudio: entre la ta permite recuperar los diferentes papeles
temporadas. En agosto de 1965, a la edad de práctica del deporte y la construcción de sis- que LC ensayó como actor de la arena pública.
setenta y ocho años, el maestro bajó al mar a temas compositivos basados en las proporcio- Son muchos los autores que han encontra-
nadar y nunca más volvió. nes del homme-type; entre la disposición geo- do en los paseos aéreos de LC el origen de
CBA DOSSIER LE CORBUSIER 19

algunas de las novedosas propuestas urbanís- del laboratorio personal de LC: la perspecti- distinta de forma, orientada a construir la
ticas del estudio de la rue de Sèvres. En 1923, va cristalina del experto, la herramienta sim- realidad artística a partir de los valores uni-
en Hacia una arquitectura, escribía: «Sin plificada, y la exposición transparente de una versales de la visión.
seguir una idea arquitectónica, sino simple- cultura. Cada una contiene diferentes cons- La propia definición del purismo, en la
mente guiados por los efectos del cálculo [...] trucciones políticas, asociadas a formas dis- medida en que se plantea como superación
los ingenieros emplean los elementos prima- tintas de entender la relación de la ciudada- del cubismo analítico, insiste en la dimensión
rios y los coordinan según las reglas, provo- nía con el conocimiento. constructiva de la forma: una forma de la que
cando en nosotros emociones arquitectóni- La manera en que la individualidad se ins- se acentúa su condición de sistema de rela-
cas». La perspectiva cristalina como figura tala en la realidad colectiva ha adquirido en la ciones entre elementos, capaz de construir
interpuesta en la inserción social de las expe- actualidad un protagonismo público sin pre- universos estructurados de naturaleza distin-
riencias de gabinete conlleva la creencia en cedentes. Desde esta perspectiva, reconoce- ta a la de las unidades que los componen. La
que la descripción de la realidad, la definición mos la importancia de establecer diferencias insistencia con la que Ch. E. Jeanneret abor-
de estrategias de intervención y la evaluación entre las construcciones políticas que conlle- dó bodegones compuestos por objetos comu-
de los resultados de las acciones, no son labo- van las tres empresas de LC. Del plantea- nes, aunque dotados de una gran estabilidad
res en las que deba participar la sociedad en miento de visiones totalitarias, previas a la formal –botellas, guitarras, platos o pipas–,
su conjunto. Para el LC de las propuestas aére- experiencia, formuladas desde perspectivas manifiesta el interés por explorar las relacio-
as, la ciudad era un asunto de expertos que, privilegiadas –aunque animadas por la bús- nes de posición como vía para generar un
con eficacia, miran por el bien común. queda del bien común–, a los procesos que objeto nuevo: tal acento en la forma del resul-
En 1931 la compañía de papeles pintados permiten equipar lo individual con disposi- tado, en la manifestación de su estructura,
Salubra publicó en Basilea una primera colec- tivos de transparencia que hagan posible pro- determina la convencionalidad asumida de
ción de papeles para paredes seleccionados longar en la arena pública las experiencias los elementos que utiliza.
por LC. El pequeño libro con muestras de los individuales, LC se desplaza de la acción De todos modos, la noción de forma como
diferentes colores permitiría a los usuarios urgente a la creación de un contexto en el que manifestación visual de las relaciones inter-
prolongar la especulación iniciada por LC la acción colectiva se carga de representativi- nas aboca a lo formal como ámbito relevante
recortando trozos de las muestras y ensayan- dad. Es también el desplazamiento de la de la concepción moderna, que se plantea
do combinaciones personales. Sin embargo, inclusión de los agentes no especializados como superación estética –por tanto, históri-
el catálogo Salubra no conseguía trasladar los como meros informantes en los procesos de ca– de la idea de tipo: convención cultural y
acontecimientos más relevantes del laborato- diseño, al equipamiento del proceso de dise- social capaz de legitimar la forma y de dotarla
rio de colores de LC: los colores descartados, las ño para que los no expertos tomen el papel de de un alto grado de estabilidad en el tiempo.
pruebas fallidas, las dudas, contradicciones actores con acceso a la toma de decisiones. Pero la renuncia moderna al tipo no supu-
o temores. Como el interior de un ordenador, so, de ningún modo, un desprecio por la for-
el catálogo ocultaba las grandes decisiones malidad que el tipo lleva implícita: por el con-
para facilitarnos una utilización cómoda de un Forma
sistema ya consolidado. Unos años después, HELIO PIÑÓN, ARQUITECTO
en 1946, LC explicaba el papel que se reser-
vaba en sus intervenciones urbanas. Estas «Tener sentido de la forma», respondía Le
palabras pueden ayudar a entender también Corbusier cuando se le preguntaba cuál era la
la colaboración que esperaba del usuario de cualidad que debía caracterizar al arquitecto.
los papeles pintados: «Tarde o temprano lle- Una forma entendida como la manifestación
ga la hora en que el programa debe ser difun- sensible del entramado de relaciones que
dido, los técnicos poner manos a la obra y determinan la configuración del objeto, en
encargarse todos, según sus fuerzas, de una absoluto limitada a la apariencia –reducida a
parte útil de la tarea: preparar a los usuarios la mera figura–, pero tampoco revestida de un
para hacerse cargo de nuevos instrumentos». halo metafísico que la convierta en entelequia
Entre 1947 y 1953 LC trabajó en lo que sería inefable, puesto que la forma tiene, por defi-
una de sus tentativas empresariales: El poe- nición, una naturaleza visual. Hay que distin-
ma del ángulo recto, una serie de diecinueve guir, no obstante, entre lo visual y lo obvio. En
litografías con una tirada de doscientos ejem- efecto, la forma artística, aunque es visual, no
plares que, posteriormente, fue editada en for- es inmediata: requiere una práctica capaz de
ma de libro. En 1943 había abandonado Vichy sensibilizar la mirada del sujeto, es decir, la
y también las esperanzas de llevar a cabo su asunción de determinadas categorías de la
plan para Argel. Mantenía el estudio de París, visión que permitan trascender la apariencia
pero hacía años que no contaba con la asocia- sin que ello signifique desentenderse de ella.
ción de Pierre Jeanneret. Sin expectativas de La forma así entendida es una noción
poder aplicar en un encargo directo los con- esencial para comprender cualquier mani-
Villa Savoye, axonometría seccionada, 1928-1929
tenidos del poema, expone una serie de refle- festación de arte visual, pero es particular-
xiones sobre la relación del hombre con el cos- mente importante en el pensamiento y la
mos, ilustradas con imágenes que recuperan obra de LC: no debe olvidarse su actividad trario, la arquitectura moderna se propone –y
algunos de sus iconos personales. Un trabajo vanguardista como pintor y teórico –junto consigue– alcanzar una dimensión formal
sin líneas de acción directa pero que explicita con Amédée Ozenfant– del purismo, doctri- análoga a la clasicista, sin usar la convención
su experiencia, un dispositivo que hace trans- na que, junto con el neoplasticismo y el tipológica sobre la que ésta se basa. Los pro-
parente y accesible el trabajo personal que ali- suprematismo, integra la columna vertebral yectos de LC de los años veinte ilustran cla-
menta sus propuestas públicas. de las vanguardias históricas constructivas ramente la tensión entre estos dos modos de
En definitiva, tres empresas como dispo- cuyo efecto fecundador del arte nuevo se apo- alcanzar la formalidad de la obra: la clasicis-
sitivos interpuestos para la integración social ya, precisamente, en su propuesta de una idea ta y la moderna.
20 DOSSIER LE CORBUSIER M I N E R VA 2 . 0 6

En la Casa Cook (1926) el solar da poco


margen para ensayar soluciones clasicistas:
los aproximadamente diez metros de anchu-
ra aconsejan plantear la casa en dos crujías,
de modo que la escalera ocupe parte de una
de ellas; en ningún momento tuvo el arqui-
tecto la tentación de disponerla en posición
central, como habría prescrito cualquier
manual académico. Al situar la escalera en el
cuarto trasero de la derecha, mirando la casa
desde la calle, LC toma la decisión que estruc-
tura definitivamente el edificio, tanto formal
como funcionalmente.
Puente de Brooklyn, John Roebling, 1883
En la Villa Stein (1927), Le Corbusier repi-
te la experiencia de una solución académica el Teatro Nacional de Catalunya, no impidió accidente en el ferry que su puente iba a sus-
para verificar la solvencia formal de su pro- que, una vez más, la imagen poderosa del tituir acabaron arrebatándole la vida. Su hijo
puesta. El esquema clasicista deja un «resi- puente trajese a mi mente la epopeya que hizo Washington, nacido americano, continuó la
duo» fundamental en el proyecto definitivo: posible una construcción esencial, patrimo- tarea iniciada por su padre. Los poderosos
la anchura y el ritmo de las crujías –según una nio de la humanidad, que comunica para cimientos del puente se prefabricaron parcial-
secuencia ABABA– proporcionan el cañama- siempre la isla de Manhattan con Brooklyn y mente en muelles próximos y se llevaron por
zo sobre el que se elabora la propuesta defi- que, tras ciento treinta años de servicio, con- flotación hasta su ubicación definitiva, en don-
nitiva, pero la disposición inicial, determi- tinúa siendo utilizada diariamente. Una obra de fueron fondeados utilizando como lastre el
nada por la clasificación jerárquica de de ingeniería que se ha convertido en el sím- propio peso de los pedestales de piedra. Los
ámbitos y funciones –que provoca que los bolo por excelencia de una ciudad de símbo- cimientos prefabricados, de geometría rectan-
servicios y las escaleras se dispongan en las los y ha inspirado a artistas en todas las ramas gular, terminaban en bordes acuñados que
crujías menores intermedias– se abandona del arte. Una construcción que destaca por su facilitaban su hinca en el lecho del río. Para
en el proyecto definitivo. utilidad y belleza, atributos que la han hecho ello, se creaba un gran recinto interior en el
En la Villa Savoye (1929) el arquitecto perdurable. Una obra maestra fruto de la cuerpo del cimiento en el que se inyectaba aire
quiere comprobar que su propuesta «moder- pasión, del conocimiento y de la inteligencia que compensaba la presión del agua, mante-
na» tiene una consistencia formal cuando de dos ingenieros discretos, padre e hijo, de niéndolo estanco. En el interior del recinto,
menos similar a la que le garantizaría un plan- los que pocos conocen su nombre y casi nadie unido al exterior por una gran chimenea de
teamiento clasicista. Para ello, ensaya una su biografía. acceso y evacuación, los operarios fueron exca-
solución con la escalera central y un criterio John Roebling nació en Alemania. En la vando para facilitar la hinca del cajón. Por
de orden determinado por el uso de una sime- Escuela de Ingenieros, en la que, como era entonces no se conocían los problemas aso-
tría jerárquica, una propuesta que no se que- habitual entonces, se formaba a los alumnos ciados al trabajo en ambientes altamente pre-
da en esbozo, sino que se desarrolla hasta la en el saber técnico y humanístico, fue alum- surizados y, como otros operarios, Washing-
fase de anteproyecto. La posición central de la no de Hegel, quien le tuvo por uno de sus dis- ton Roebling contrajo una enfermedad que le
escalera –punto de partida de la propuesta cla- cípulos predilectos. Fue él quien lo animó a fijó a una silla de ruedas. Instalado en un hote-
sicista– reverbera en la solución definitiva, marchar a Estados Unidos para abrirse un lito situado en un altozano, con ayuda de pris-
aunque no es la escalera sino la rampa la que porvenir conforme a su talento. Y, en efecto, máticos, dirigió la construcción del puente
ocupa la posición central que estructura la siendo muy joven, emigró a América, crean- hasta que la enfermedad le venció antes de ver
casa, en el sentido contrario al de desarrollo do con otros compatriotas una comunidad que concluida la obra en la que su padre y él deja-
de las crujías funcionales: dormitorios en un vivía del trabajo agrícola a orillas de un cauda- ron sus vidas apasionadas y admirables.
lado, y cocina y sala de estar en el otro. loso río que se cruzaba en barcas guiadas por En la mitología que envuelve el recuerdo de
maromas tendidas sobre el cauce y ancladas Le Corbusier destaca su admiración por el
en sus dos riberas. Sus frecuentes roturas y el maquinismo y la ingeniería. En su prolífica
Ingeniería coste del mantenimiento impulsaron a Roe- obra escrita son frecuentes las elogiosas refe-
JAVIER RUI-WAMBA MARTIJA, bling a concebir, proyectar y construir una rencias a las grandes obras de infraestructu-
INGENIERO DE CAMINOS fábrica de cables de acero con técnicas análo- ras y a las construcciones industriales, y su
gas a las que había conocido en Europa. Los obra construida no se puede entender sin
El escueto escenario estaba coronado por una cables de acero –dúctiles por la calidad del tener en cuenta su relación con el hormigón
gran fotografía del Puente de Brooklyn toma- material utilizado y tenaces por agrupar varios armado. De hecho, en la tarjeta de presenta-
da desde uno de los muelles de la margen del hilos, de manera que la rotura de uno de ellos ción de su taller de arquitectura, se ofrecía
río. El tablero de acero en celosía, con cerca de no provocase el fallo del conjunto– hicieron como especialista en este material. Pero su
500 metros de luz, vuela sobre las aguas del posible el renacimiento de los puentes col- admiración por los materiales y por las técni-
East River y en la monotonía del cielo azulado gantes, tipología que estaba en cuarentena tras cas que hacían posible las monumentales
se dibujan las tres familias de cables, curvos, notorios accidentes consecuencia, muchas obras de ingeniería, iba unida a su convicción
inclinados y verticales, claramente jerarquiza- veces, de la utilización de frágiles cadenas. de que para llevarlas a cabo no eran necesarios
dos, que transfieren las cargas del dintel has- La espléndida saga de puentes colgantes grandes hombres. Quienes las realizaban eran
ta la cima de los poderosos pórticos de piedra, americanos que se construyeron en la segun- «gente plácida, modesta, de ideas limitadas,
que parecían penetrar en las profundidades del da mitad del siglo xix se sustentaron con cables que en sus reglas de cálculo leen resultados
agua pero que, en realidad, brotan del pedes- concebidos por John Roebling. Entre sus inexorables que nos conducen a nosotros, que
tal sumergido en el que se cimenta el puente. numerosas obras, la del puente de Brooklyn tenemos un poeta dentro, a los confines del
La intensidad del drama de Arthur Miller, fue la que vivió con más intensidad, aunque entusiasmo y a la emoción». Estos decepcio-
a cuya representación asistí hace unos días en por poco tiempo, ya que las secuelas de un nantes ingenieros, seres estables que viven en
CBA DOSSIER LE CORBUSIER 21

una «calma beocia» y a los que las virtudes del eran poco creativas y carecieron de futuro.
cálculo y de la técnica les permiten hacer, sin Como tantas de las ideas que dejó escritas. A
ellos saberlo ni por supuesto desearlo, obras pesar de ello, LC continúa estando en boga.
fascinantes y trascendentes, no son sino Tal vez porque es un modelo de referencia
«individuos puramente racionales habitua- para quienes, en la sociedad actual, prefieren
dos a concebir y ejecutar obras de cálculo puro, renunciar al rigor intelectual como atajo para
incapaces de imaginar las consecuencias de su alcanzar el prestigio mediático.
propia actividad».
LC estudió Bellas Artes en Suiza y tenía el
desparpajo de un predicador. No parece que Luz (a la luz del alud de la luz
tuviera noticia de los Roebling. Ni probable- de Le Corbusier)
mente se interesó por los Telford, Brunel y ALBERTO CAMPO BAEZA, ARQUITECTO
Stevenson que, antes que ellos, revoluciona-
ron la construcción de puentes con el uso Termino este texto sobre la luz en Le Corbu-
inteligente de un acero imperfecto en las pri- sier en Manhattan-Kansas, tratando de ser Dibujo de Santa Sofía
meras décadas del siglo xix inglés. Ni parece breve por aquello de que «lo bueno si breve,
que supiera de los ingenieros que construye- dos veces bueno», o como dicen por aquí En el dibujo del gran muro de Ronchamp,
ron el Firth of Forth. Pero sí tuvo que saber de porque tengo el ice-cream en el coche y no a base de cascotes, LC levanta un paramento
los ingenieros que, en su Suiza natal, desde el puedo retrasarme. desaforadamente grueso para así poder exca-
Politécnico de Zurich, trataban de compren- En LC la luz siempre fue un tema central. var en él una colección de profundas troneras
der y mejorar el material mestizo que había Como no podía ser menos. Pues la luz es el con las que atrapar la luz de manera genial y
nacido de la complicidad de acero y hormigón. tema central de la arquitectura. Un arquitec- teñirla de colores y llenarla de letras y de flo-
Y tuvo que conocer también, aunque no se to ya no puede hablar de la luz sin citar a LC. res para hacer divino aquel espacio. Hueco a
citen en su copiosa producción escrita, las Ni un arquitecto puede trabajar con la luz sin hueco mide y decide profundidad y tamaño y
obras de Hennebique o de Monnier mostra- estudiar a fondo los milagros que ha hecho LC forma y color, hasta conseguir poner en pie
das en Exposiciones Universales y su sistema con el más rico material que usamos. Cuan- ese milagroso poema de luz que ahora vemos.
de franquicias que contribuyó a que, en muy do una y otra vez insisto en que «la arquitec- Una vez escribí que podíamos imaginar
pocos años, se difundiesen las técnicas del tura sin luz no es nada», no hago mas que que un día el sol no saliera, o que hubiera un
hormigón armado. Y, a pesar de ser contem- mirarme en LC. Y cuando añado que «la luz prolongado eclipse.
poráneos, no se debió relacionar con Freyssi- construye el tiempo», no hago más que El Panteón se quedaría mudo y triste y
net, el ingeniero que con el descubrimiento difundir lo que he aprendido de LC. oscuro esperando la luz que ya no llega. Y se
del hormigón pretensado produjo una autén- Y quiero traer aquí a colación unos dibu- resignaría a esperar a la luna, que con la luz del
tica revolución en el arte de construir. jos de LC que son todavía más expresivos que sol reflejada, consolaría al aire de su espacio
Y, nuestro mito, que tanto valoraba el rigor sus palabras en torno a la luz. Unos dibujos como siguiendo al pie de la letra aquel mara-
y la exactitud de unos cálculos que él no podía que hiciera del Panteón de Roma, de Santa villoso cuento de Henry James donde se des-
comprender y que se aplicaban a materiales Sofía de Constantinopla y de su capilla de cribe la tremenda escena del conde Valerio
que él en su ignorancia consideraba perfec- Ronchamp. Dos lecciones tomadas y una dada arrodillado en el interior del templo romano,
tos, no pudo siquiera sospechar que muchos por el maestro sobre la luz de las que todavía iluminado por sólo la luz de la luna, puesta en
años después otro lúcido ingeniero definiría seguimos aprendiendo. vibración por la gotas de la lluvia. Fascinante.
la ingeniería estructural como «el arte de En el dibujo del Panteón de Roma hace Y Santa Sofía no saldría de su asombro
modelizar materiales que no comprendemos patente la luz magnífica que atraviesa su gran esperando el alud de luz que de tantas mane-
del todo, en formas que no podemos analizar óculo de 9,5 metros de diámetro y 3 metros ras allí entra cada día. Y no acabaría de
de un modo preciso, para soportar esfuerzos de espesor, barriendo con su luminosidad entender ella, tan clara y tan sabia, lo que
que no podemos evaluar adecuadamente, de aquel espacio esférico infinito. podría estar pasando. Y es que Santa Sofía sin
manera que el público en general no tenga En el dibujo de Santa Sofía hace batallar la luz no es nada.
razón alguna para sospechar de la amplitud la luz directa del sol que entra por sus altísi- Y Ronchamp se moriría de pena. Con sus
de nuestra ignorancia». Lo que no nos impi- mas ventanas con la no menos intensa luz colores apagados, sus palabras suspendidas y
de concebir, dimensionar y construir obras reflejada en las profundas jambas de esos sus flores marchitas: tan nada es sin luz aquel
útiles, bellas y suficientemente seguras, por- mismos huecos. De manera que parece como muro que lo es todo iluminado.
que los ingenieros –nunca lo hubiese sospe- imposible ese batirse de espadas de luz cru- Y escribí todo esto para resaltar que sin luz
chado LC– somos, tenemos que ser, gestores zadas que pone en tensión a los asombrados no es posible la arquitectura. Y yo no sé si mis
de incertidumbres. Y, por ello, y ya desde los espectadores. dibujos de LC se acabarían disolviendo sin la
años cuarenta, la ingeniería estructural se luz o quedarían como imborrables testigos
hizo probabilista, dejando atrás planteamien- Interior de la capilla de Ronchamp de la proclamación que el maestro hace de la
tos y actitudes deterministas incapaces de luz como el material, el tema central de la
promover el progreso. arquitectura.
LC fue, probablemente, un excelente Cómo podríamos no hablar de la luz cuan-
arquitecto. Fue, más probablemente, un do hablamos de LC. Y cómo podría no hablar
mediocre pintor, escultor, escritor, poeta, LC también de la luz en su Poema del ángulo
filósofo, urbanista y pitoniso. Pero, sobre recto. En ese bellísimo texto, traducido ahora
todo, fue un extraordinario seductor, comu- por el CBA, las palabras con más intensidad
nicador y publicista de sí mismo. Desde la repetidas son las que hacen referencia a la luz.
perspectiva de la ingeniería fue un impostor. Y es que el traducir, el dar a la luz de las
Las patentes de estructuras de hormigón que palabras un texto para llegar a iluminar a las
impulsó (casa Dom-ino y sistema Everite) gentes, ha sido siempre una cuestión clave de
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la cultura. Cervantes hizo traducir a Shelton al todo es válido cuando se busca el bien por el moll metropolitano; detrás subyace el
inglés su Don Quijote de la Mancha pocos años encima, o al lado, del «imperativo técnico». «aura recuperada» de la mercancía, inocu-
después de escribirlo. Esto es universalidad y Ya lo había intuido con aguda visión crítica lada de manera generalizada al sujeto robo-
cabeza clara. Homero tardo algo más, pues fue Reyner Banham: a costa de la lógica y el sen- tizado del consumo.
Chapman, un poco después de que lo hiciera tido común, para LC es más importante La emoción ante la máquina en la formali-
Shelton con Cervantes, quien tradujo los tex- poner de manifiesto sus ideas que conferir- zación del paisaje en la ciudad no desaparece,
tos homéricos. Y lo hizo tan bien que, pasados les un sentido lógico. Pero sus ideas se han pero sí el modo de representarlo.
unos cientos de años, Keats le dedica un poe- aceptado pese a ello o quizás, mas probable-
ma a Chapman por tamaña epopeya. mente, a causa de esa misma falta de lógica.
Y Mújica Lainez tradujo algunos de los Lector curioso de los prolegómenos don- Mecanismo arquitectónico
sonetos de Shakespeare con un castellano de nace la ciencia moderna, matemática y NICOLÁS MARURI, ARQUITECTO
bellísimo que les recomiendo, y el griego experimental, LC no olvida la «mutación
maravilloso de Kavafis es vertido al inglés por técnica» que le acompaña en su discurrir Almorzando en un pequeño restaurante de
Elliot, y al francés por la Yourcenair. Vargas plástico-escultórico y que tratará de verter París, en 1921, junto a su amigo el pintor Amé-
Llosa dice que esos poemas son tan hermo- en sus «máquinas para habitar», donde las dée Ozenfant, Le Corbusier observa que el
sos, que resisten a cualquier traducción. necesidades de lo real se presentan como local está dividido en dos partes: un espacio
Y es que la luz es una cuestión clave en la arquetipos fáciles de manipular y ordenar, en doble altura, en el que se encuentra el esca-
arquitectura. También en la arquitectura a la bajo el manifiesto maquinista. parate y se emplaza la barra, y otro espacio de
luz de las palabras. La luz es el tema central de La casa y la ciudad se intuían en su alfabe- una sola altura, en donde se distribuyen las
LC, que definía la arquitectura como «el jue- to arquitectónico como un signo empírico, mesas del público. El impacto que causa en el
go magnífico de los volúmenes bajo la luz». situando al hombre entre la aritmética del observador el tránsito de un espacio lumino-
Modulor y la dialéctica formal que le pres- so y amplio a otro reducido y oscuro ya lo había
taba la máquina de vapor (unidades de registrado, como un efecto arquitectónico de
Máquina habitación). gran interés, en su visita a la Mezquita Verde
ANTONIO FERNÁNDEZ ALBA, ARQUITECTO La ciudad, más compleja de anticipar en de Brousse, durante su viaje iniciático por Asia
las trazas geométricas, no será obstáculo para en 1911. De hecho, había utilizado este recur-
El diccionario de la Real Academia Española presentar en 1925, en el Pabellón de L’Esprit so en una de sus primeras construcciones, la
(DRAE) define la palabra «máquina», como Nouveau de la Exposición de Artes Decorati- casa para Anatole Schwob (1916) realizada en
un artificio para aprovechar, dirigir o regular vas, las propuestas del urbanismo del ángulo La Chaux-de-Fonds, Suiza, su villa natal.
la acción de una fuerza; también como agre- recto, que recogían la remodelación del cen- En 1921 el joven arquitecto, que se ha
gado de diversas partes ordenadas entre sí y tro de París bajo la volumétrica totalitaria del trasladado a París, ha transformado de
dirigidas a la formación de un todo. Le Cor- credo de la «máquina para habitar». LC manera radical su forma de entender la
busier (1887-1965), profeta de la ciudad dibujaba con gran facilidad los estandariza- arquitectura, lo cual le permite atribuir un
moderna y «arquitecto universal», con el dos prismas de retículas ortogonales para una nuevo origen, popular y funcional, a esta
objeto de discernir y programar el arquetipo ciudad de tres millones de habitantes, arro- relación de espacios y utilizarla como parte
donde resida el hombre del «espíritu nue- pado por sus croquis idealizados y sus profe- de un proceso de proyecto que, a través de la
vo», trató de presentar bajo el modelo que cías verbales que llegaban a identificar estos investigación, quiere alcanzar la perfección
representa la máquina su fórmula para el decorados metropolitanos con aquella defi- de lo «estándar». Para LC la arquitectura
hábitat de las sociedades industriales en las nición de Lewis Mumford, «la ciudad enten- debía ser pensada a la manera de un coche o
décadas iniciales del siglo xx. dida como una megamáquina donde reina la un avión, que necesitan de la elaboración y
Máquina como artificio de componentes técnica como principio regulador». comprobación de prototipos antes de llegar
mecánicos que permitía, en el ideario utópi- Desde la experiencia que le presta la razón a la cadena de montaje.
co de LC, diseñar sus edificios o configurar el instrumental de la máquina, LC no olvida los La necesidad urgente de alojamiento
universo de sus trazas urbanas, regulados por vértices que puntualizan su trinidad utópica, abundante y barato en los años veinte, a la
una suerte de ideogramas de manifiesta evi- los textos de T. Moro, La ciudad del sol de que Francia pretendía dar respuesta levan-
dencia mecánica: Campanella y La nueva Atlántida de Bacon. El tando 500.000 viviendas en diez años (Ley
Arquitectura: construir un refugio. Refugio: espacio geometrizado, la sociedad organiza- Loucheur), llevaba inevitablemente a la
colocar una cubierta sobre paredes. Cubierta: da y racionalizada hasta los límites del totali- construcción, mediante técnicas avanzadas,
salvar una abertura y dejar un espacio libre. Ilu- tarismo y todo el conjunto funcionando como de habitáculos producto de la acumulación
minar el refugio: hacer ventanas. Ventana: sal- una máquina bien engrasada, donde cada de espacios reducidos. Como solución alter-
var una abertura. habitante se transforma en una pieza del gran nativa, LC propone recurrir al análisis de las
La espacialidad de sus recintos se va a for- artefacto urbano, esperando la revelación de funciones-tipo para posibilitar la existencia
malizar en los códigos de la geometría menos los robots domésticos. de una gran sala asociada a la salud, al depor-
piadosa de la abstracción y de la obsolescen- La máquina, hoy, se ha transformado en te y a la naturaleza, a la que se conectan peque-
cia agresiva de los nuevos materiales, con- un «agregado de diversas partes ordenadas ños espacios de servicio.
vencido en su acendrado platonismo de que entre sí y dirigidas a la formación de un todo» Este dispositivo arquitectónico se com-
(DRAE); y así, la vivienda concebida según LC porta como una herramienta, como un
Panorámica de la «Ciudad contemporánea», 1922 como «máquina para habitar», se manifies- «útil» inspirado por la ley de la economía,
ta en nuestra época como «una máquina de calculado según principios fordistas y taylo-
fabricar fantasía a través de lo onírico o extra- ristas. La relación de formas precisas que lo
vagante», como reproducen las secuencias construyen produce de manera automática
topográficas de Rem Koolhaas. una «sensación arquitectural» como reac-
El ideal estético que nacía junto a la ción a geometrías, ritmos, distancias o tiem-
máquina se ha visto invadido por los deco- pos, que se activa cuando se recorren y se
rados posmodernos del parque temático o «oyen» los espacios.
CBA DOSSIER LE CORBUSIER 23

Modénature
JEAN-LOUIS COHEN, ARQUITECTO

Entre las múltiples expresiones y términos


nuevos que, a partir de 1920, Le Corbusier
presentó al público en sus artículos de la
revista l’Esprit nouveau, y que reunirá por pri-
mera vez en 1923 en el volumen Hacia una
arquitectura, hay uno que suscita de inmedia-
to reacciones contradictorias: «modénature».
LC lo emplea para dar cuenta del dispositivo
arquitectónico típico de la arquitectura de la
Grecia clásica y, en particular, del Partenón,
que tanto lo había impresionado durante su
«Viaje a Oriente» de 1911.
En una carta a William Ritter, fechada en
1913, escribe que «bajo la escalofriante mecá-
nica del Partenón (el mar a lo lejos, los mon-
tes anhelantes), cada elemento se ofrece a la
vista cargado del misterio de los recuerdos,
los hechos, los nombres, las vidas y las muer-
tes poderosas». Para que esta mecánica se
convierta en una «máquina que emocione»,
como la definirá diez años más tarde, el ope-
rador fundamental será la modénature, que LC
Salón en doble altura de las MAS (casas montadas en seco), 1938, proyecto presenta de manera más metafórica que con-
ceptual: «La modénature es la piedra de toque
Es un mecanismo-tipo, pensado para un Si bien no todas las mesas son de madera del arquitecto que, así, se revela artista o mero
individuo universal que resuelve necesidades- y tienen cuatro patas, lo cierto es que esta ha ingeniero. La modénature está libre de toda
tipo y funciones-tipo. No se trata de un espacio sido la norma en prácticamente todas las oca- constricción. Ya no se trata de costumbres, ni
de representación o alegórico, sino de un espa- siones y se ha aceptado sin más que, a veces, de tradiciones, ni de procesos constructivos,
cio activo, que se convierte en parte de la inves- las patas estorban, incluso aunque estén colo- ni de acomodo a las necesidades. La modéna-
tigación paciente de una vida. Utilizado de cadas en las esquinas (por ejemplo, cuando ture es una pura creación del espíritu que ape-
manera elemental en la casa en serie Citrohan se unen varias mesas para acomodar a gran la al artista plástico».
(1921), el mecanismo evoluciona y se transfor- cantidad de gente). Es el juego de la modénature, por el cual la
ma en proyectos posteriores como el espacio Los pesados pies de las patas centrales de «mecánica» da la «impresión de acero tor-
de planta cuadrada y vacío triangular del taller acero permiten que el tablero vuele en todas neado y pulido», lo que permite comparar el
para artesanos (1924), la sección doble entre- direcciones con una estabilidad razonable, Partenón con un automóvil Delage. Pero si
lazada de la villa Baizeau (1928), el espacio en dejando espacio libre para las piernas en uno intenta definirla de manera sencilla, el
doble fuga de la casa Errazuriz (1930) o la macla cualquier posición. Un inconveniente de esta modelado de los elementos arquitectónicos
vertical y dispersa de espacios en doble altura solución es que el gran peso de la mesa la que conforma la modénature es, en primer
que es la villa Shodhan (1956). convierte en un objeto prácticamente fijo, de lugar, el medio privilegiado que utiliza la
Sección 2:1 (doble contra sencillo). Un manera que la mesa presenta ventajas y des- arquitectura para otorgar fuerza plástica al
mínimo volumen que soporta la «dimensión ventajas. Con todo, es sin duda una idea edificio, es decir, para «grabar los rasgos del
inesperada» y que mediante el contraste, el novedosa y merece la pena descubrir cómo se rostro» del edificio. LC retoma la analogía
choque de proporciones distintas, el encuen- llegó a ella. Según cuenta Maurice Besset, en entre el edificio y el rostro humano propues-
tro de dualidades (luz-sombra, abierto- una visita a un hospital LC vio una mesa de ta por Charles Blanc en su Grammaire des arts
cerrado, vacío-lleno, vertical-horizontal) disección empleada con fines anatómicos, du dessin. Esta «invención total capaz de vol-
construye un poema arquitectónico. que hacían de las ventajas funcionales men- ver un rostro radiante o apagado» es el ras-
Mecanismo arquitectónico como relación cionadas algo mucho más lógico. tro mismo de la intervención del artista plás-
acertada de espacios y luz que consigue acti- Contemplar este objeto como una mesa de tico: «En la modénature reconocemos al
var la sensibilidad humana provocando la comedor fue quizá una transformación de mal artista plástico; el ingeniero desaparece, el
emoción y obteniendo belleza. gusto, pero que no pareció molestar a LC ni escultor trabaja». Y es el Partenón el que nos
cuando la diseñaba ni cuando su mujer y él la sirve de medida: «La modénature del Parte-
usaban a diario. Evidentemente, fue capaz de nón es infalible, implacable. Su rigor supe-
Mesa de comedor, París, 1933 desterrar de su mente las imágenes de cadá- ra nuestras costumbres y las capacidades
HERMAN HERTZBERGER, ARQUITECTO veres y lo cierto es que el canal de desagüe, normales del hombre. Aquí se encuentra el
diseñado para evacuar la sangre, puede resul- testimonio más puro de la fisiología de las
La mesa de Le Corbusier, consistente en una tar práctico en una mesa de comedor. sensaciones y de la especulación matemáti-
gruesa lámina de mármol en voladizo sobre Por singular que sea este ejemplo, ilustra ca que puede incorporar; uno se encuentra a
dos patas de acero, presente en numerosas bien cómo una forma es capaz de cambiar de merced de los sentidos, embelesado por el
ocasiones en su obra y empleada en su pro- significado, así como la capacidad de LC para espíritu, tocando el eje de la armonía. No se
pia casa de la rue Nungesser et Colli como ver esta forma desligada de la cadena de aso- trata en modo alguno de dogmas religiosos,
mesa de comedor, puede considerarse un ciaciones a la que originalmente estaba liga- ni de descripción simbólica, ni de figuracio-
nuevo «mecanismo». da y para vincularla a una nueva cadena. nes naturales; se trata exclusivamente de for-
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mas puras que mantienen entre sí relacio- definición de la arquitectura de LC como jue- insistió en enseñarme la escalera del vestíbu-
nes precisas». go de «volúmenes» bajo la luz es evidente. lo principal. A través de una apertura se veía
Si la arquitectura es, como repite insisten- Un indicio de la importancia que tiene el el cielo y la luz subrayaba la armonía matemá-
temente en su libro, el «juego sabio, correcto texto para la argumentación de LC se halla en tica de los planos inclinados, cubiertos por un
y magnífico de volúmenes unidos bajo la luz», los intercambios epistolares que mantuvo el azul transparente. Le di mi enhorabuena por
la modénature obedece estrictamente, «única autor de Hacia una arquitectura con el traduc- la armonía que se desprendía del conjunto y
y exclusivamente», a la misma definición. Se tor del libro al alemán, el historiador de arte ella me respondió que no la merecía.
trata, pues, de un operador esencial que arti- Hans Hildebrandt, quien, en 1925, toma nota Una vez en su despacho, me abrió algunos
cula los diferentes dominios que abarcan las de su acuerdo para traducir «modénature» por archivos. Supe así que el colegio se había edi-
categorías de l’Espirit nouveau, como la psico- «Profilierung». Otro indicio lo encontramos ficado medio siglo antes, en 1956, sobre los
logía de la percepción o las matemáticas. Afir- en la propuesta de André Lurçat, quien, en terrenos del Depósito de las Tropas de Levan-
mado con tanta determinación, el término 1929, publica Arquitecture, una suerte de pla- te, y que su diseño se debía a Michel Écochard,
sorprende a los lectores de LC. En primer gio de Hacia una arquitectura, en donde un antiguo colaborador de LC, que en una nota
lugar, al arquitecto Louis Bonnier, encargado lamenta la «pérdida» de la modénature, «la explicativa había escrito estas palabras: «El
por aquel entonces del estudio de la amplia- ciencia más sutil y más difícil de la arquitec- equilibrio general del edificio se ha buscado a
ción de París, que le pide que precise la pro- tura». Con todo, cuando el arquitecto roma- través de un estricto estudio de las proporcio-
cedencia de un término al que atribuye un ori- no Luigi Moretti retoma la cuestión de la nes. Estas últimas se han apoyado en la utiliza-
gen helvético… LC rechaza este origen: «He modénature en un artículo de la revista Spazio ción del número áureo, codificado por el
repasado mis recuerdos. La palabra no se de 1952, la única alusión que hace a los arqui- Modulor. La fachada sur, en particular, don-
emplea en Suiza. Al menos, yo no la he oído. tectos modernos en un análisis que versa de la altura de los vanos sigue un ritmo que se
Pero, tras pasar unas semanas en la Acrópolis esencialmente sobre la arquitectura barroca ajusta a este principio, lleva sobreimpreso el
de Atenas, el sentido de la modénature se me se refiere a la obra de Walter Gropius… dibujo de los parasoles formado por cuadra-
impuso y en ese momento tuve que empezar Entre tanto, esta noción refundida en cier- dos yuxtapuestos, figura geométrica que cons-
a buscar la palabra apropiada. El Larousse daba to modo por LC se convertirá, gracias a su tituye la base del número áureo».
esta definición: “Modénature (del italiano padrinazgo –al menos en el contexto francó- El arquitecto adapta su proyecto al clima
modano, modelo), proporción y curva de las fono–, en una clave no sólo para comprender (sol, luz, calor, ventilación…), trabaja en sim-
molduras de una cornisa”. Era exactamente lo su obra, sino también para la relectura de todo biosis con los profesores y escucha sus peti-
que le dije ayer noche. Esta palabra merece el corpus de la arquitectura occidental. ciones (clases al aire libre, jardín, diferencia-
entrar a formar parte de la lengua práctica de ción de estructuras, deportes) para que la
la arquitectura, pues tiene un significado cru- arquitectura «despose» al cuerpo docente…
cial para el arte arquitectónico». Modulor (en Beirut) Por lo que toca al colorido, a las vidrieras,
El origen del término es, en realidad, DIDIER DAENINCKX, NOVELISTA se recurrió al pintor Jack Youngerman, quien
mucho más antiguo. La primera definición vivía entonces en Beirut con su esposa Del-
francesa de esta traducción de la palabra ita- Había ido la víspera a las montañas de Chouf a phine Seyrig, antigua alumna del viejo colegio
liana modenatura parece ser la que avanzó el encontrarme con estudiantes drusos en una protestante francés. Él fue quien encontró en
Diccionario de Trévoux en su edición de 1752, biblioteca protegida por los espesos muros de un puesto de los zocos, hoy desaparecidos, el
antes de ser admitida por la Academia France- una antigua plaza defensiva. A un lado, una azul transparente de la escalera grande y quien
sa. Quatremére de Quince le dedica una entra- puerta baja obligaba a agachar la cabeza y después encargó las vidrieras de una vasta
da en su Diccionario histórico de arquitectura, en encoger los hombros para pasar. Me explica- estancia elevada sobre pilotis.
1832, donde define la «modinature o modéna- ron que quien había ordenado la construcción El edificio estaba equipado con unas jun-
ture» como algo que en arquitectura expresa de la fortaleza, siglos antes, era un hombre muy tas de protección traídas de Japón: se temía
«la unión y la distribución de los miembros, bajito que se había valido de la arquitectura que fuese destruido por uno de esos terremo-
los perfiles o las molduras de un orden». para forzar al mundo a inclinarse para llegar a tos tan habituales en la región, pero la natura-
Apunta, sin embargo, que la palabra «todavía él. Después, por la tarde, tuve un encuentro leza lo ha protegido hasta hoy. Nada había que
no ha pasado al diccionario de la lengua fran- con un grupo de unas cincuenta jóvenes chií- lo pusiera a cubierto de las alteraciones
cesa, ni tampoco ha sido adoptada de manera tas, todas vestidas de gris, con unos ojos humanas, igualmente temibles. Ignoramos
general por el lenguaje del arte». Como pre- inmensos, únicos, que emergían entre los plie- qué es lo que lo ha protegido durante todo
cedente cita la Colección de antigüedades etrus- gues de sus velos. De nuevo discutimos sobre este largo cuarto de siglo de la locura asesina.
cas, griegas y romanas de d’Harcanville, pero literatura policíaca. Y antes de ver a los alum- Beirut, Líbano, son palabras-dolor, y allí, en
apenas dice nada respecto del uso de dicha nos de la Escuela de la Caridad, en el barrio las alturas, la armonía del Modulor.
noción. A finales del siglo xviii, Jacques-Fran- católico de Achrafieh, todavía debía una visita
çois Blondel había consagrado muchas pági- a sus colegas del colegio protestante francés.
nas de su curso de arquitectura a estos mismos El edificio se encontraba al oeste de la ciu-
asuntos, pero sin utilizar esta voz. dad, en un alto, no muy lejos de la antigua línea
Lo cierto es que el verdadero origen del tér- del frente. Nada más llegar me llamaron la
mino, tal y como LC lo utiliza, no tiene mucho atención los triángulos de sombra que los para-
misterio. Excelente lector de La historia de la soles dibujaban sobre la fachada y el juego
arquitecura de Auguste Choisy, de donde extrae natural de materiales contrapuestos, los enlu-
algunas de sus conclusiones sobre la Acrópo- cidos, el hormigón, el desencofrado bruto.
lis de Atenas, no pudo haber pasado por alto el Aquello no tenía nada que ver con los deco-
pasaje dedicado a la arquitectura egipcia en el rados que la escuela de la Reconstrucción
que se define la modénature como «el arte abs- había levantado al borde del mar y que evoca-
tracto de acentuar las masas» y se la analiza en ban, en el mejor de los casos, el espacio fan-
los distintos conjuntos históricos tratados en tástico de Giorgio de Chirico. Hablé de ello Colegio protestante francés de Michel Écochard
la obra. El eco de la definición de Choisy en la con la directora del establecimiento, que en Beirut, Líbano.
El poema del ángulo recto
JUAN CALATRAVA, ARQUITECTO

En septiembre de 1955, en medio de un perío-


do en el que creó algunas de las obras maes-
tras de la arquitectura del siglo xx (Ronchamp,
Chandigarh, La Tourette...), Le Corbusier
publicó un gran libro de arte que tituló Le Poè-
me de l’Angle Droit. En sus 155 páginas litogra-
fiadas, el texto del poema propiamente dicho
iba acompañado de multitud de dibujos y de
diecinueve litografías en color a toda página
(compuestas a partir de maquetas de papier
collé), hasta completar un gran fresco en el
que la escritura poética, las artes plásticas y la
reflexión misma sobre la arquitectura com-
ponían una especie de obra de arte total.
LC consideraba este libro como una verda-
dera síntesis de su trayectoria arquitectónica
y artística y de sus ideas en torno a las artes
plásticas y la arquitectura, pese a lo cual la crí-
tica no le ha prestado la atención que su autor
reclamaba. De hecho, LC siempre insistió en
la imposibilidad de separar su arquitectura, su
obra plástica y su reflexión poético-estética y,
en las dos últimas décadas de su vida, hizo hin-
capié en la idea-eje de síntesis de las artes: una
síntesis que va mucho más allá de la mera
colaboración de las artes plásticas en la labor
del arquitecto y que asume la forma de una
verdadera cosmovisión en la que la creación
artística es sólo una e inescindible y obliga a
contribuir a todos los sentidos del artista, su
mano y su mente, colmando así el abismo
entre ideación y ejecución. En el artículo «El
espacio inefable», de 1946, claro anteceden-
te del Poema, hablaba, además, de acústica
plástica, cuestionando el tradicional privile-
gio del ojo, de la visión, en la creatividad artís-
tica. Del mismo modo, la propia arquitectura
de LC en los años cuarenta y cincuenta resul-
ta incomprensible si no se tiene en cuenta esta
nueva dimensión estética y poética: los mura-
les de esmalte de Ronchamp o Chandigarh, la
presencia de la música en La Tourette o en el «La Maison Fille du Soleil». Litografía de El poema del ángulo recto.
Pabellón Philips, el proyecto religioso-telúri-
co no realizado de la Sainte-Baume (en el que adquirieron, después de la guerra, esos mis- acción que permite descubrir sus leyes más
tenía que haber colaborado Fernand Léger, el mos Congresos Internacionales de Arquitec- profundas. Su idea de geometría ya no es la
pintor más estrechamente relacionado con tura Moderna (CIAM) que, a finales de los estricta geometría euclidiana, sino otra mucho
LC) o, finalmente, la Maison de l’Homme rea- años veinte y principios de los treinta, capita- más cósmica y natural: el ángulo recto no es
lizada en Zurich para Heidi Weber son otros neados en gran medida por el propio LC, tanto la exactitud de los 90º cuanto el encuen-
tantos jalones de esta inquieta búsqueda de habían codificado el más estricto funcionalis- tro entre la vertical (el aire, lo ascensional, la
una moderna Gesamtkunstwerk. mo y que ahora, en cambio, se abrían a temas lluvia, el hombre que se ha erguido para entrar
Con ello LC se hacía intérprete, a su perso- como la historia, la tradición, la antropología en acción…) y la horizontal (el suelo sólido, el
nalísimo modo, del cuestionamiento genera- o el arte y hablaban de cuestiones como «el nivel del agua, el hombre recostado y el mun-
lizado que numerosos intelectuales y artistas, corazón de las ciudades». do del sueño…). LC organiza sus imágenes en
duramente afectados por los totalitarismos y El poema del ángulo recto, un hito en la pri- un esquema tomado del elemento religioso
la Guerra Mundial, venían haciendo en la vilegiada relación de LC con el mundo del oriental del iconostasis y desarrolla los gran-
década de los cuarenta de la otrora inquebran- libro, fue el lugar primordial en el que volcó des temas del Poema en secciones en las que
table fe en la máquina y en la tecnología. La todas estas nuevas preocupaciones. Elaborado se hace evidente (aunque quizás no tan exage-
crítica de la razón ilustrada reservaba ahora un a lo largo de ocho años, ejemplo de esa recher- radamente como se ha dicho) su viejo interés
nuevo papel para la espiritualidad y el arte, che patiente que preconizaba, el espléndido por el pensamiento hermético. En realidad,
para todas las facetas emotivas y no matemá- despliegue literario-visual de sus litografías estas secciones desarrollan, con un continuo
ticamente mensurables del ser humano, como encierra toda una visión del mundo y del papel diálogo entre la imagen y la escritura, una
se puso de manifiesto en el nuevo rumbo que que juega en él la creatividad artística como nueva épica: la del titánico esfuerzo del hom-
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bre creador por sobreponerse a su carácter como de un muro horizontal. Se establecen así busier otra virtual que, sin manifestarse al
demediado, incompleto, dual y llegar a pro- las posibilidades de la promenade como des- principio como tal, incide también en los
ducir un arte/arquitectura que sea al mismo plazamiento que configura la arquitectura. valores de la mirada cambiante, sin limitar-
tiempo conocimiento profundo y adecuación El transcurso del tiempo presupone una se a su literalidad. Incluso cuando estamos
a las leyes básicas del universo. secuencia dinámica de sensaciones que parados, asistimos a la generación de sensa-
Así, desde las primeras litografías sobre el supera la idea del espacio como mero ámbi- ciones móviles. Así, se supera el mero dis-
«medio» en que se desenvuelve la acción to geométrico. Por eso tiene sentido la opo- currir local para llegar a una experiencia
humana hasta la exaltación final de dicha sición al Barroco, que se planteó incorporar múltiple de tipo narrativo y sensorial. Un
acción en el tema de la mano, verdadero ico- la profundidad y el movimiento con el escor- mecanismo que sirve para esto es la repre-
no corbuseriano, el Poema recicla algunos de zo o la traza pero, como destaca LC, lo hizo sentación plana de objetos tridimensiona-
los grandes temas que habían ido aparecien- siempre desde una visión estable. La moder- les, que destruye el triedro y lo convierte en
do en la obra del suizo y logra convertirse, por nidad, en cambio, ha aprendido a ver las trapecios con distinto color y geometría. De
usar un término alquímico, en la «quintae- cosas desde el vehículo en el que nos trasla- este modo se anula la sensación volumétrica
sencia» de su pensamiento y, sin duda, en damos, con una visión fragmentada (de Bau- habitual y aparece una nueva profundidad de
una de las grandes creaciones plástico-poé- delaire o Benjamin). Si la visión renacentis- la mirada, en la que lo importante son las
ticas de los años cincuenta. ta quedó marcada por la perspectiva, la visión relaciones mutuas. Las tensiones que antes
moderna de la arquitectura corbuseriana ha mostraban por separado la planta y los alza-

Promenade
FERNANDO ZAPARAÍN, ARQUITECTO

Promenade es, en boca de Le Corbusier, espa-


cialidad desplegada mediante el recorrido. Más
allá de la mera visita, es un desplazamiento
compositivo, una experiencia de la mirada. La
arquitectura se articula así como una secuen-
cia de acontecimientos plásticos, que se usa
primero en la génesis del espacio y luego indi-
ca el modo en que debe ser experimentado.
Esta concepción dinámica del espacio era
ya una realidad para LC en torno a 1929,
como demuestran las villas La Roche, Stein
y Savoye. Su famosas rampas y escaleras ase-
guran la visión móvil y relativa que la cam-
biante modernidad del cine y el aeroplano
deseaba contraponer al sistema clásico, esta-
ble, focal y objetivo. Esos elementos se pre-
sentan aquí como el paradigma de una arqui-
tectura hecha con el tiempo, paralela a la Villa Savoye, Poissy, 1928-1929
simultaneidad cubista y la cuarta dimensión
temporal de la relatividad. estado condicionada por la cámara, como dos confluyen en un solo plano, el de la sec-
LC pudo apreciar las cualidades de la ram- demuestra la presentación de la casa Meyer ción. Por encima del prisma se busca la com-
pa como sistema de acceso ya en su primera (1925) mediante una secuencia de viñetas. posición plástica de los planos y aristas, hasta
visita a la cartuja de Ema, cerca de Florencia, La promenade que realizamos junto a LC se alcanzar un nuevo espacio basado en las rela-
en 1907, aunque sus referencias a este tema convierte en un itinerario de conocimiento y ciones y no en la geometría. También se
proceden de su viaje a Oriente de 1911. Según purificación, un recorrido más de los sentidos emplea la acumulación afocal de planos dis-
sus palabras, descubrió la percepción del que del cuerpo, desde la tierra al cielo, porque tantes, al impedir la perspectiva cónica tradi-
espacio mediante el movimiento en la arqui- entrar es subir y ser transformado en la ascen- cional y sustituirla por la visión diagonal que
tectura islámica y en el sistema de acceso de sión por la máquina. Desde este punto de vis- privilegia la relación entre las partes y super-
la casa pompeyana. En su Oeuvre Complète de ta, la Villa Savoye es más relato que objeto, plan- pone los planos por transparencia, como
1935 escribe: «La arquitectura árabe nos teada más en función de cómo va a ser vista que pretendía la simultaneidad cubista. Lo inte-
ofrece una enseñanza preciosa. Se aprecia al de cómo va a ser habitada. Cuando atravese- resante es que esta nueva forma de movi-
andar, a pie; andando, desplazándose, es mos ese camino iniciático, dislocado y ascen- miento, más visual que local, se produce al
como se ve desarrollarse el ordenamiento de sional, nuestra vista cambiará obligadamente suspender el recorrido canónico del visitan-
la arquitectura. Es un principio contrario al de dirección y las perspectivas focales clásicas te, lo que permite mirar los elementos, no en
de la arquitectura barroca que está concebi- ya no serán posibles. En su lugar se producirá secuencia, sino como en diagonales super-
da sobre el papel, alrededor de un punto fijo una cambiante mirada que funde el tiempo con puestas. Así entendida, la promenade se
teórico. Prefiero la enseñanza de la arquitec- el espacio, muy semejante a la que aporta el habría complejizado para trasladar a la ver-
tura árabe». En Hacia una arquitectura expli- cine o los modernos medios de locomoción, y tical propiedades de movimiento antes sólo
ca la dislocada visión fuera de eje del Parte- paralela a la que en literatura presenta Dickens asignadas a la planta, como pretendía la afir-
nón y las transiciones sensoriales de la casa con su planificación casi cinematográfica y lue- mación de que el suelo es un muro horizontal.
pompeyana y describe el plano como reco- go Joyce con la subjetividad en tiempo real que Con un abatimiento, se supera la libertad
rrido: «El suelo se extiende por todas las se aleja del narrador omnisciente. compositiva de la planta fluida moderna has-
partes donde puede, uniforme, sin acciden- Pero, además de una promenade que ta llegar a lo que podríamos llamar la sección
te». Más adelante incluso habla del suelo podríamos llamar explícita, existe en Le Cor- libre, entendida como sistema que aglutina
CBA DOSSIER LE CORBUSIER 27

todos los elementos y asegura la gestión del puesto hacer tabula rasa con la ciudad preexis- para satisfacer las cuatro funciones básicas de
edificio no sólo con el uso o la medida, sino tente y las que han abogado por la conserva- cualquier urbe: alojamiento, trabajo, ocio y
también mediante la mirada y el tiempo. ción de los cascos históricos ha sido constan- circulación. Frente a los problemas endémi-
Para cerrar estas consideraciones, puede te. El siglo xx, como en tantos otros procesos cos de esas viejas ciudades que se «matan a
ser interesante retomar la promenade que LC sociourbanos, se ha comportado como un ace- sí mismas», LC enuncia en cuatro postula-
preparó para nosotros en la Villa Savoye. El lerador de partículas en lo que se refiere al dos radicales las bases del urbanismo moder-
sentido dinámico de la rampa que sube a la debate urbanístico, con la figura de Le Corbu- no: 1- descongestionar el centro de las ciu-
cubierta-jardín se potencia con todos los ele- sier actuando como notable catalizador. dades, 2- aumentar su densidad, 3- aumentar
mentos disponibles, como las baldosas colo- Con estos mimbres conceptuales, LC plan- los medios de circulación y 4- aumentar las
cadas en diagonal para diferenciar la zona de tea su programa urbanístico: «Pienso, pues, superficies verdes, ideas todas ellas que per-
paso de la terraza estancial (en la que están con toda frialdad, que hay que llegar a la idea sisten en el debate urbanístico actual.
colocadas ortogonalmente). Al final de esa de demoler el centro de las grandes ciudades En los años cincuenta y sesenta, ciertas
rampa nos esperan varias sorpresas, como y reconstruirlo, y que hay que suprimir el cin- corrientes críticas dentro de la arquitectura
parece anunciar el propio LC cuando descri- turón piojoso de los arrabales, trasladar éstos moderna se revolvieron contra este urbanis-
be esta experiencia: «Los visitantes, aquí, se más lejos y, en su lugar, constituir poco a mo de tabula rasa al que, más tarde, la pos-
dan la vuelta y regresan al interior y se pregun- poco una zona de protección libre que, en su modernidad convertiría en el enemigo a
tan cómo ocurre todo esto, y comprenden día, dará una libertad perfecta de movimien- batir, propugnando la recuperación del patri-
difícilmente las razones de lo que ven y sien- tos y permitirá construir a bajo precio un monio histórico.
ten; no encuentran nada de lo que se suele lla- capital cuyo valor se duplicará y hasta se cen- Con todo, si hoy día nuestras ciudades
mar una “casa”. Se sienten en otra cosa del tuplicará». El radical concepto de tabula rasa conservan su patrimonio, la protección se
todo nueva. Y… creo que no se aburren». –destruir la obra arquitectónica del pasado circunscribe a pequeños ámbitos, que sirven
Cuando pensábamos haber conquistado el para construir la del futuro– permitió a LC más a la creación de escenarios espectacula-
cielo, se nos niega la permanencia en él. La
rampa termina en la famosa ventana practica-
da en la pantalla orgánica de la fachada noroes-
te. El pavimento de baldosas se interrumpe
para crear entre la rampa y la ventana una incó-
moda franja de grava, que impide a nuestra
mirada fluir libremente hacia la naturaleza
prometida por la nueva arquitectura. Según las
famosas fotos encargadas por LC, aquí la pro-
menade se detiene y la vista vuelve hacia la repi-
sa de esta ventana que ha cobrado vida propia,
en la que permanecen depositados algunos de Croquis del Plan Voisin para el centro de París, 1925
nuestros utensilios personales: el sombrero,
unas gafas... Aquí arriba la persona se despi- planear un nuevo paisaje urbano cuya heren- res para el consumo turístico que a la conser-
de, se desvanece al final de la rampa, y en el cia podemos reconocer en nuestras urbes vación de la memoria en ellos acumulada; en
alféizar preparado al efecto, deja los últimos actuales. La imagen de la ciudad moderna cuanto al tejido residencial de los centros his-
objetos sobre los que podía dominar. La pro- tenía como protagonistas enormes rascacie- tóricos, raro es el caso en el que se renueva de
menade se apodera definitivamente de la esce- los repartidos de forma isótropa sobre el pla- forma conveniente, de modo que la población
na, mientras se convierte en una representa- no, emergiendo de un espacio público cons- se ve expulsada a las nuevas periferias de baja
ción de sí misma, en una máquina para mirar. tituido como naturaleza salvaje. La escala densidad, cada vez más alejadas.
brutal de la nueva ciudad superaba con cre- Ampliar el concepto de patrimonio para
ces la escala del individuo, que quedaba redu- que incluya también los trazados urbanos, los
Tabula rasa cido a mero dato: 3.000 habitantes por hectá- elementos naturales, los espacios de sociali-
COLECTIVO LABORATORIO URBANO rea era la densidad apropiada para la ciudad zación y tantos otros elementos urbanos, y
de las torres, ideal que quedó plasmado en comprenderlo como parte de la memoria
La renovación completa es absurda y proyectos como la «Ciudad de tres millones colectiva, nos permitiría valorarlo, más allá
además imposible. No creo que el siglo xxi esté de habitantes» o el Plan Voisin para el cen- de sus posibilidades para el marketing urba-
preparado para una tabula rasa como
la que supuso el Movimiento Moderno a tro de París. Este proyecto, de 1925, proponía no, como un elemento de integración y cohe-
principios del siglo pasado. Le Corbusier fue demoler la zona centro de la capital gala situa- sión social. Repensar la ciudad, compren-
un héroe de la vanguardia, creía que una da al norte de la Isla de la Cité para construir diendo el valor de la ciudad heredada como
nueva arquitectura haría posible un nuevo en su lugar una gran cruz viaria, con un eje obra de quienes la han habitado, como refle-
paisaje urbano, una nueva cultura norte-sur y otro este-oeste, y un bosque de jo construido de las relaciones sociales, sigue
y, consecuentemente, un nuevo hombre.
Hoy, esas ideas parecen ingenuas, ilusorias. torres de viviendas de planta cruciforme y siendo, hoy día, una tarea pendiente.
Jacques Herzog sesenta pisos de altura. La propuesta tan sólo Entre tanto, la idea de tabula rasa que pre-
conservaba algunos monumentos heterogé- conizó LC sigue viva y, en nombre del higie-
El concepto de «tabula rasa», acuñado por neos (Nôtre-Dame, el Arco de Triunfo, la nismo y de un concepto mal entendido de
Aristóteles en el De Anima, rompía con las basílica del Sacré Coeur y la Torre Eiffel), lo calidad de vida, continúa produciendo calles
ideas de Platón defendiendo que la mente del que anunciaba ya su transformación mediá- vacías que, si bien nunca llegan a estar real-
recién nacido es como «una tabla lisa en la tica. En oposición a la ciudad tradicional, mente desprovistas de peligros, sí se ven pri-
cual no hay nada escrito». Si es la ciudad la caracterizada por la mezcla de usos, la ciudad vadas de todo aquello que podría convertirlas
que se toma como ese recién nacido, la polé- moderna, racional y funcional se rige por un en lugares confortables. Con todo, de justicia
mica está servida. A lo largo de la historia, la principio fundamental: la zonificación, es es reconocer que si el ideario urbano de LC ha
fluctuación entre las corrientes que han pro- decir, la especialización de las áreas urbanas contribuido a la configuración de nuestras
28 DOSSIER LE CORBUSIER M I N E R VA 2 . 0 6

ciudades actuales, el resultado es muy dife-


rente a como él las imaginó, ya que la relación
que estableció entre edificación y espacio libre
se ha desvirtuado por completo dando lugar a
una colmatación de torres en la periferia que
poco tiene que ver con la idea de una natura-
leza salvaje para el disfrute ciudadano.
Le Corbusier, ¿héroe o villano? Secciones de la cubierta de la Unidad de Habitación de Marsella, 1946-1952

residentes y especialmente los niños son los muros curvados exentos para vestirse y
Unidad de Habitación de Marsella, arrastrados hacia la pequeña piscina y los desvestirse detrás, las superficies inclinadas
1946-1952, cubierta baños de sol, como si estuvieran en alguna que ofrecen una vista sin obstáculos en todas
HERMAN HERTZBERGER, ARQUITECTO playa lejana y arcádica. direcciones por sobre los elevados parapetos
Resulta increíble que de este paisaje ente- que rodean la cubierta. Todas estas instala-
La idea que subyace a las Unidades de Habita- ramente de hormigón –coloreado únicamen- ciones son testimonio de una tenaz atención
ción, que Le Corbusier diseñó en primer lugar te en puntos extraños con mosaicos de cris- a la naturaleza incitante de la forma que, para
para Marsella y más tarde para Nantes, Berlín, tal– emane un aire tan agradable y munífico. LC, siempre ocupa el lugar de honor por
Friminy y Brey en Forêt, es que sean en cierto Esta cubierta no se parece a ninguna otra delante de su expresión escultórica.
sentido autosuficientes, como un distrito resi- cosa, exceptuando otras magníficas cubier- Colgando sobre su mesa de trabajo LC
dencial pero «apilado» en altura. Lo que tas-jardín del propio LC, en su mayor parte tenía la fotografía idílica de este paisaje de
mejor ilustra este aspecto es la incorporación diseñadas para viviendas unifamiliares (la cemento que, en todo momento, debía ser-
de una calle comercial (que, por cierto, sólo primera, en la casa La Roche, en 1923). En virle de criterio: una expresión ingenua de
recientemente ha comenzado a funcionar en todos los climas que lo permiten existen las esperanza totalmente opuesta a la cínica fal-
la Unidad de Marsella) y la activa utilización de cubiertas habitables, pero son siempre de uso ta de fe actual en lo que la arquitectura puede
la cubierta. Son estos elementos los que otor- privado. Así pues, lo que presenciamos aquí significar para las personas.
gan a la Unidad el aspecto de un barco y hacen es un nuevo tipo de espacio común que con- Los edificios como la Unidad, configura-
parecer a los demás bloques de viviendas tiene algo de esa grandeza que suelen tener dos como conjuntos verticales de viviendas,
estructuras castradas y sin rumbo. los patios y jardines privados, ahora para uso se han convertido en un fenómeno arquitec-
La cubierta de la Unidad de Marsella es y disfrute de todos los habitantes. tónico y urbanístico que reclama la atención
como la cubierta de un barco, excepto por Los esfuerzos del arquitecto por dotar a de cada nueva generación de arquitectos,
una diferencia: presenta un área de recreo cada elemento de una calidad escultórica a la siendo la principal preocupación la de averi-
para el disfrute de toda la comunidad y, qui- par que funcional pueden leerse en todas las guar si realmente es posible organizar un úni-
zá, del ocasional turista de la arquitectura. escalas: el borde de la piscina plano, ancho y co edificio como un fragmento de ciudad. Sin
En este tejado, lejos del clamor de la ciudad redondeado, perfecto para los niños; los embargo, la idea de una cubierta que sirve
que ya casi asedia el edificio, prevalece una asientos extremadamente profundos en los como planta baja alternativa y como jardín
atmósfera tranquila, casi elísea, en la que los que se puede uno acurrucar cómodamente, comunal, y la forma en que esta cubierta-
terreno es inconfundiblemente equipada con
sus propios edificios, borrando por comple-
Chimenea de ventilación de la cubierta de la Unidad de Habitación de Marsella, 1946-1952
to la sensación de estar en lo alto de otro edi-
ficio mayor, constituye un descubrimiento
realmente revolucionario.
Aunque la forma autónoma y las dimen-
siones colosales de la Unidad la mantienen
inevitablemente separada de su entorno, la
calle comercial a media altura y, especial-
mente, la cubierta, la dotan de una calidad
paisajística. Si se incorporara al paisaje como
macroforma, a la manera de los acueductos
romanos o las megaestructuras residenciales
de Alfonso Reidy, su carácter de objeto des-
aparecería. Es posible que, tal como lo cono-
cemos, resulte demasiado grande pero, igual-
mente, podría resultar demasiado pequeño.

Urbanismo total
FERNANDO DE TERÁN,
ARQUITECTO URBANISTA

La última parte del caudaloso texto de La Ville


radieuse (1933), titulada «Urbanismo total»,
reitera anteriores reclamaciones de su autor
por un «urbanisme partout»(1931). Su pro-
puesta para una Ciudad Contemporánea (1922)
había precedido a la aparición editorial de su
CBA DOSSIER LE CORBUSIER 29

doctrina arquitectónica (Hacia una arquitectu- de sistemas tradicionales, que se presentaba


ra, 1923) y había iniciado la poderosa y dura- como pura propuesta técnica, sustraída a
dera influencia de sus deslumbrantes concep- cualquier compromiso político, y reclamaba
ciones urbanísticas que, dejando su huella validez universal. Como organismo o como
incorporada en la cultura universal del siglo mecanismo tenía un funcionamiento propio,
xx, reaparecen reformuladas y enriquecidas en autónomo y preciso, ajeno a circunstancias
tantos textos y proyectos famosos, hasta la ree- externas variables. Por eso podía decirse que
dición de La ciudad radiante en 1964, muy cer- «las cuestiones políticas carecen de impor-
ca ya de su muerte, en la que, con su habitual tancia», y que se trataba de un «sistema neu-
inmodestia, se felicitaba a sí mismo por haber tral frente a los intereses sociales». Y así, la
planteado veinte años antes, los problemas de hermosa obra de arte mostraba la contradic-
un futuro para el que aún faltaban cuarenta. ción entre el talento artístico de alto poten-
Ya han pasado esos cuarenta años y han cial creativo que la había producido y la limi-
ocurrido tantas cosas, y la situación actual es tada y hasta miserable visión política y social
tan diferente de la profetizada, que ni con con que había sido acompañada.
todo su voluntarista optimismo podría volver Chandigarh, apunte del natural Por eso, cuando se presentó la oportunidad
a felicitarse. A nosotros nos corresponde de Fernando de Terán de realizar de verdad la Ciudad Radiante, en
valorar aquel pensamiento mas allá de su las lejanas tierras del Punjab (dada la vocación
mesiánica desmesura y, sobre todo (como madora y salvífica, para contrarrestar la con- universal del modelo la lejanía no importaba,
una obligación cultural con nosotros mis- fusión, el desorden y la suciedad de la ciudad aunque fuese también histórica y cultural),
mos), tratar de entender la tensión que nos real. Debía corresponder, pues, a una forma volvió a manifestarse esa contradicción de la
provoca, por un lado, la admiración por la nueva y necesaria de organización de la vida ciudad de las abejas y las hormigas con la acró-
obra de uno de los más grandes arquitectos humana, basada en el orden, la claridad, la polis del poder y la belleza plástica. Y en ésta
de la historia y, por otro, la irritación por su limpieza y la armonía. Para ello estaban las se mostró nuevamente el famoso lirismo, con
errónea manera de entender la ciudad y de leyes naturales de la biología, que permitían renovada potencia. Porque superados los
plantear su tratamiento y configuración, de establecer principios rigurosos para el exac- esquematismos, la precisión y la limpieza
acuerdo con una, también errónea, concep- to funcionamiento del organismo urbano. maquinistas, y habiendo pasado por Ron-
ción de la organización de la vida humana. Bastaba insertar la obra del hombre en la champ y La Tourette, aparecía ahora un nue-
El principio estaba en el arte, en el mundo arquitectura de las leyes de la naturaleza para vo sentido heroico de resonancias arcaicas,
del arte, que era su mundo. La ciudad era un establecer el programa humano diario en la con algo de grandioso collage cultural de enor-
espacio visualmente ordenado («una fuente vida urbana, a través del cumplimiento de las me riqueza expresiva, con raíces históricas en
de poesía») y el plan era una obra de arte ins- cuatro funciones vitales. oriente y occidente.
pirada («racional y lírica»), que requería un Y estaban también los principios de orga- Sí, ¡qué gran lección la de Chandigarh!
artífice especial, ya que las obras de arte reque- nización racional de la industria, que pro- Primero el rechazo de Nehru al enfático tra-
rían individuos particulares: «el mundo nece- porcionaban la norma para organizar eficaz- tamiento del palacio del gobernador, que se
sita hacerse guiar por armonizadores». mente la actividad en el espacio, gracias a la quedó sin hacer por ser contradictorio con
Y en un momento lleno de estimulantes reglamentación de las relaciones humanas y una visión democrática del espacio. Y luego,
innovaciones tecnológicas (automóviles, telé- a la disciplina del modelo de Taylor. Ordenar cuando la ciudad empezó a recibir habitantes
fonos, dirigibles…) que el futurismo y el el espacio urbano conforme a los principios y se desbordaron los lugares previstos para
purismo se encargaban de poetizar e introdu- que producían «el orden admirable de la ellos, el cierre de la acrópolis con alambradas
cir en el arte, aparecía una nueva estética apa- fábrica» iba a permitir instaurar un orden y soldados, impidiendo la entrada de la pobre
sionante, derivada de la producción industrial, admirable en la organización social. El orden gente que acampaba a su alrededor.
que alcanzaba la imagen de la ciudad y su pro- social era uniformidad obligada y la indivi- Eso nos ayuda a entender que puede estar
ceso de producción (que no abandonaban el dualidad era anarquía, como en el coactivo bien que la acrópolis, o las acrópolis diversas
mundo del arte). Porque frente a lo que pre- taylorismo avalado por Ford. de cada ciudad, sean hechas por el artista a tra-
conizaban la Nouvelle Objectivité y la radicaliza- Así, el urbanismo total era la forma de orde- vés de su proyecto personal, pero que la ciu-
ción del funcionalismo estricto, la construc- nar totalmente el destino humano, el estabi- dad completa no puede ser totalmente proyec-
ción de la ciudad implica subjetividad y lizador social necesario para eliminar disiden- tada, como no puede ser decidido el destino
factores emocionales. Por eso, frente a Meyer, cias patológicas, rebeldes a la disciplina que humano. Que ambas cosas deben ser remiti-
Gropius o May, Le Corbusier reclamaba «una emanaba del orden natural que lo regía. das a los correspondientes procesos, situán-
actitud poética, un cierto estado de lirismo» El resultado fue esa ciudad abstracta, fue- dolos en la historia. Y que no es precisamen-
en relación con los «objects à reaction poetique» ra del tiempo y del espacio, geométricamen- te al artista, ni a ningún individuo, a quien
de la arquitectura –que debían ser algo más te cristalizada, nacida de un esquema funcio- corresponde encargarse de conducirlos.
que respuestas a enfoques utilitarios– y se nal «deducido de las leyes de la naturaleza»,
resistía a admitir el automatismo de la confi- generosamente dotada de espacios verdes y
guración formal generado sólo desde la fun- deportivos, pero carente de lugares para los Villa Savoye
ción. Por eso, en toda su obra, estaría muy pre- contactos sociales, de la que se había elimi- JUAN MIGUEL HERNÁNDEZ LEÓN,
sente el «lirismo» y por eso sus grandes nado la calle en donde se forma la opinión ARQUITECTO
proyectos urbanos, presentados siempre como pública, y que se ofrecía al margen de la his-
escultóricas maquetas, serían obras de arte. toria, por encima del inevitable conflicto y La Villa Savoye (1928-1931) es un manifiesto
Pero la ciudad-obra de arte no podía ser de las tensiones sociales. Porque una osadía arquitectónico. Comparte este polémico papel
sólo objeto plástico, pura estética. Tenía que simplificadora ignoraba o eludía la comple- con una reducida y selecta lista de casas uni-
ser creíble como ciudad. Debía justificarse jidad, o sea, la realidad. familiares en la historia de la arquitectura del
socialmente y, en aquel momento, debía tam- Además, se trataba de una concepción siglo xx; la casa Farnsworth de Mies van der
bién estar al servicio de una misión transfor- autoritaria concebida como modernización Rohe, la Schröeder de Rietveld, la Möller de
30 DOSSIER LE CORBUSIER M I N E R VA 2 . 0 6

Villa Savoye, Poissy, 1928-1929

Loos y alguna más. Todas ellas han supuesto Es fácil detectarlo, por ejemplo, en la hue- Ville Radieuse. De «Gran Despilfarro» cali-
la posibilidad de ofrecer, una serie de pro- lla de aquella geometría cuadrangular del pri- ficaba LC estos suburbios americanos: «Me
puestas de renovación no sólo del vocabula- mer proyecto y en la regularidad de la trama lo confirmó M. Berlee, importante hombre
rio formal de la arquitectura sino, lo que es de pilares que, en la solución definitiva, se de confianza del presidente Roosevelt. Lle-
más importante, de sus principios teóricos. modifican para adaptarse a la necesaria reduc- gué a la conclusión de que se perdían cuatro
Sin embargo, madame Savoye escribe a Le ción de superficie o a las exigencias de la dis- horas diarias de trabajo. Es una moderna for-
Corbusier en el otoño del 1937, tras años de tribución definitiva de las plantas. Y en la difi- ma de esclavitud introducida en la sociedad
correspondencia en la que ha ido dejando tes- cultad de conseguir la isotropía de la trama maquinista por la fatal desnaturalización del
timonio de su descontento: «su carta de 7 del estructural del principio de la «planta libre» fenómeno urbano». Lo más gracioso es que
corriente me sorprende mucho. Después de con los medios constructivos de la época. lo confirmara precisamente un hombre vin-
numerosas reclamaciones, por fin ha recono- Como todas las obras de arte, la Villa Savo- culado a Roosevelt, cuyas políticas económi-
cido usted que esta casa que construyó en 1929 ye nos ofrece una pulsión de futuro. cas y sociales para superar la crisis del 29 fue-
no era habitable. Su responsabilidad decenal ron las causantes directas de este espectacular
está en cuestión y yo no tengo por qué inter- fenómeno urbano.
venir en los gastos. Tenga usted la bondad de Ville Radieuse [Ciudad Radiante] Las dos grandes alternativas a la ciudad
volverla habitable con urgencia. Me atrevo a FERNANDO ROCH, ARQUITECTO URBANISTA histórica que se suceden con un intervalo de
esperar que no tendré que recurrir a medios apenas treinta años –la Ciudad Jardín es de
legales». Vana empresa. Poco tiempo des- En abril de 1939, a propósito de la Ciudad 1898, mientras que la Ville Radieuse se publi-
pués, la villa construida por LC en Poissy es Jardín (Ni carne ni pescado: la Ciudad Jardín, ca en 1935, aunque en 1933 ya inspira los tra-
abandonada por sus propietarios y hacia era el subtítulo), Le Corbusier escribía: bajos de la Carta de Atenas, como una ver-
finales de los años cincuenta corre el riesgo «Hace unos cincuenta años un falso urba- sión matizada de las propuestas de la Ciudad
de ser demolida. Sólo la reacción internacio- nismo emprendió la tarea de descongestio- Contemporánea de 1922– nacen con sendas
nal hábilmente suscitada (todo hay que decir- nar las ciudades e inventó las ciudades jar- publicaciones que, en cierto modo, se con-
lo) por el propio arquitecto, hace intervenir al dín. La filantropía y una especie de lirismo vierten en manuales para los agentes inmo-
estado francés que, finalmente, la adquiere barato se unieron a la empresa. Empresarios, biliarios que van a construir las periferias de
para restaurarla y declararla Monumento His- bienhechores y poetas se apasionaron. Eran los modernos sistemas metropolitanos. Es
tórico en 1965, después de la muerte de LC. sinceros. No sospechaban que, tras ellos, lle- una cuestión de espacio social. Mientras la
Esta aparente contradicción (la que pare- garían los grandes inversionistas, los con- Ciudad Jardín inspira formalmente el subur-
ce existir entre el carácter utilitario de una servadores que encontrarían providencial bio de los ricos y sus burocracias, los princi-
vivienda y su consideración como una obra esta solución al problema de los barrios ame- pios de la Ville Radieuse y los formulismos de
maestra de la arquitectura del siglo xx), mues- nazadores. Al proyectar como en América las la Cité Radieuse, con sus unidades de habita-
tra la auténtica naturaleza de una obra que, poblaciones enteras en inmensas ciudades ción y su organización circulatoria, inspira-
por sí sola, constituye el resumen de las apor- jardín, lejos de los centros, se deshacían las rán, en versiones más o menos degradadas,
taciones arquitectónicas de la etapa purista fuerzas colectivas reduciéndolas a una pol- los de los empleados y los proletarios.
de Le Corbusier y el origen de la enorme difu- vareda de hombres dispersa a los cuatro Para 1935 LC había rebajado un poco sus
sión que tuvieron aquellas ideas sobre la vientos». Mutatis mutandis, hoy, más de furores iniciales. Los veinticuatro rascacie-
construcción y la espacialidad modernas y de setenta años después de su formulación, los de sesenta plantas que, siguiendo su
la influencia que ejercieron sobre la arqui- podríamos decir lo mismo de la Ciudad modelo de Ciudad Contemporánea, liquida-
tectura posterior. Radiante de LC, con la diferencia de que su ban todo el patrimonio urbano histórico para
En su análisis comparativo de lo que LC proyecto apuntaba al corazón mismo del vie- alojar tres millones de habitantes, ya fuera en
denominó «las cuatro maneras de componer» jo espacio social –que se identificaba como París, Barcelona, Sa~o Paulo o Argel, habían
utiliza el ejemplo de la Villa Savoye para expli- foco turbador y revolucionario– y pretendía dado paso a cintas edificadas en redientes
car lo que entiende por «tipo puro» y resu- sustituir la vieja y compleja ciudad sobre su (rédents) de «sólo» veinte plantas que zigza-
men de todas las composiciones anteriores; es propio terreno histórico, aunque, al menos, gueaban a noventa grados sobre el suelo libre
decir; la organicidad de la composición aditi- ofrecía una física más compacta. de la Ville Radieuse, para que la verdura pudie-
va de los elementos, la subdivisión de la caja En realidad, en este texto, LC se refería ra dominar el escenario de la ciudad –hasta
cúbica y la diferenciación entre la envolvente sobre todo a los grandes suburbios america- el 88% de la superficie– y, con ella, el aire y
exterior y la libertad distributiva interna. nos, epígonos de la Ciudad Jardín muy aleja- el sol. Esta fórmula proporcionaba densida-
Su dimensión más dramática es la tensión dos de los principios que la habían inspira- des de 1.000 habitantes por hectárea, de
expresiva entre la voluntad de respetar la do, de la misma forma que hoy nos referimos modo que le bastaban 3.000 hectáreas para
lógica autónoma de sus formulaciones teó- a las grandes periferias dominadas por el blo- alojar a tres millones de habitantes. En el
ricas y la servidumbre del compromiso con que abierto sobre terrenos libres, no menos recinto parisino delimitado por las fortifica-
una realidad concreta. alejadas del majestuoso orden soñado para la ciones de Napoleón III había 7.600 hectá-
CBA DOSSIER LE CORBUSIER 31

reas, de manera que aún había sitio para la garantiza la disponibilidad de su fuerza de
administración (450 Ha), para los artesanos trabajo. Igual, por cierto, que en el mundo
(500 Ha), para el comercio (120 Ha) y hasta socialista soviético donde la productividad
para conservar parte de la zona histórica (245 también lo domina todo y donde la Carta de
Ha) que quedaba reducida ¡al 3 % de su Atenas que resume el ideario de la Ciudad
superficie real! Eso no le parecía un despil- Radiante se convierte en norma edificatoria
farro y le permitía disponer de 3.300 hectá- preceptiva. Después del 68, en el metro de
reas de suelo libre, de reserva. Había otras París, ese mismo repertorio de funciones
ventajas: «Los cálculos demuestran que las aparecía en graffitis de toda suerte, refor-
ciudades con espacios despejados, que tienen mulado en términos de la vida cotidiana:
el aspecto, desde el aire, de una delgada fili- «Métro, boulot, télé, dodo» (Metro, trabajo,
grana, y que sólo ocupan el 12% del territorio tele y a dormir). En ese orden, de la maña-
son, a priori, aptas para resistir un ataque na a la noche. Habitar era dormir, cultivar
aéreo». Son palabras de un informe para el cuerpo y alma no era sino ver la tele, circu-
Ministerio de Defensa de 1938, después de lar era pelearse por un hueco en un vagón de
que el general Vauthier del Estado Mayor de metro en hora punta. Sólo el trabajo persis-
Pétain hubiera alabado en el CIAM de París, tía –transformado en «curro», todo sea
celebrado un año antes, las buenas aptitudes dicho– como auténtico protagonista de esta
de la Ville Radieuse para soportar un bombar- utopía maquinista, cuya expresión más ple-
deo. Desde luego, la separación entre peato- na era Sarcelles, un grand ensemble de la
nes y automóviles que preconizaba, facilita- periferia norte parisina junto a Saint Denis,
ba la evacuación y, por lo que se refiere a la el lugar, por cierto, en cuya abadía descan-
edificación, París no tenía ya nada que temer san los reyes de Francia y que fue fundado
puesto que habría perdido hasta el 97% de tras la llegada del santo, llevando bajo el bra-
sus edificios históricos después de someter- zo su cabeza cortada, en un muy improbable
se a sus dictados formales. viaje desde la Cité. Es difícil encontrar una
Por lo demás, se suponía que, borrando su metáfora premonitoria más precisa. Ningún
espacio histórico, se eliminaba el conflicto lugar como Sarcelles encarnaba la despose-
social. LC ya había escrito que la «cuestión sión de la vida urbana, la pérdida del dere-
social» era sólo un problema de vivienda. cho a la ciudad.
Para él, la política se resumía en una nueva La libertad que ofrecían los nuevos mate-
racionalidad del espacio. Más allá de ideolo- riales de construcción –acero, hormigón y
gías, la burocracia de la «humanidad», de vidrio– al suprimir el muro de carga, permi-
cuyo cuerpo técnico él formaba parte, tenía la tiendo volar a los edificios mediante «ele-
misión de dar forma a la civilización maqui- gantes armazones» de pilotis, sólo había ser-
nista, dentro de la cual, la ciudad no era más vido para que la civilización industrial
que un acantonamiento pacífico y ajardina- quedara enfrentada a su propia inanidad, a
do de sus ejércitos de trabajadores. su vacío existencial; una existencia de la que
Habitar, trabajar, cultivar cuerpo y alma sólo quedaban activas las finas líneas infran-
y circular, eran las funciones previstas. Es el queables que dibujaban la exclusión social.
programa vital del proletariado industrial de A finales de los sesenta, de la Ville Radieuse
posguerra, el que asegura su reproducción y sólo quedaba Sarcelles.

Panorámica de la «Ciudad contemporánea», 1922

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