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Colección

CUADERNOS DE lECfURA

N"4

Enunciación
y crónica periodística

Andreína Adelstein
(Selección, adaptación y artículos)

Colaboraciones

Victoria Boschiroli
Andrea Rabih
Gabriela Resnik
Pablo Ruiz

nrs
10I104U.U
Índice

Primera edición: mayo 1996

Pre se IItac iú n - _.. p. 9

l. lA ieor(a de la ellullciació" p. 11
1. lo Habla y discurso •••••••.....•••••••••••••...••••••••....••••••••.••••..•••..••...•••••..•.•••.
p. 11
1.2. Enunciación, enunciado y oración p. 12
l. 3. El aparato formal de la enunciación : p. 13
1. 4. Lingüística de la enunciación p. 16
1.5. El sujeto en el discurso: emisor y enunciador - p.17

2. Las marcas de la enullciaciólI en el enunciado p.21


2. l. Deícticos p. 21
2. l. l. I'ersonas p.25
@AndreínaAdelslein 2. 2. Apela tivos .....................••••..••••..••••..••••••••....••..••....••...•
••..••..••••••..•.•••.
p. 29
@ Vicloria Boschiroli 2. 3. Subjetivemas y campos scnl~¡nticos•••.......................................•.....p. 30
@Andrea Rabih . 2.4. Análisis de apelativos y subjetivemas en prensa:
"La violencia volvió a desmerecer al fútbol" (La Nación, 5/9/92) p. 36
@ Gabriela Rcsnik 2. S. Las modalidades •••.••..•••••••••••••••••••.•••••••••••••.••••••••••••..•••••••.••••.•.•••••..
p. 39
@PabloRuiz 2. S. 1. Modalidad de enunciación ••••••••..•••••••••••••••••••..••..•••..••..••..•• p. 40
@ Editorial Ars 2. S. 2. Modalidad de enunciado •••••••••••••••••.•••••••••••••••••...•.••••..•.••••• p.41
Jurré 639 • Buenos Aires
3. El (ie/llpo ell el discurso ..••....•••..•........... ~•.•••........•...•....•....•..........•....... p.45
E-MAIL:ars@biblos.com
3. 1. Localizaciones temporales y espaciales p.45
Queda hecho el depósito que dispone la ley 11.723 3. 2. Discu rsolrela to ••••....••••••••..•••
..••••..•.••..•••••••...•••••••••..•••••••••.••..•••••...•.• p. 47
3. 3. Tiempos verbales del mundo comentado y del mundo narrado. p. 49
Impreso en Argentina 3. 4. Valores modales del presente •••....••••••....•••••.••..••••...••..••..••..••..••..•... p. S2
Pr;lIted ;n Argemillll 3. 5. Discurso Narrativo _ p. 53
3. 5. 1. Discurso Narrativo /lIistoria p.53
3. 5. 2. 'nempo del relato I tiempo de la historia ••...••..••..•..••••..•..•• p. 54

4 5
4. La cró"ica periodi.ftica .•.................•..••..•.••••..•...•.:.•.•..•......•.•.•.•...•.••..... p.57
4. l. Crónica periodística I Comentario y editorial
4. 2. Los segmenlos del relalo •...............................•••.•....•.••.....••.••......•... p. 58
p. 57 Enunciación y crónica, perimJiistic(JJ
4. 3. La polifoIÚa en la crónica periodística p. 66
4. 3. I. Dar la palabra .•.•.•.....•.....•.•.......•......•..••...........•.•••••..•........•.p. 66
4. 3. 2. Enunciados referidos p. 67
4. 3. 2. 1. Discurso directo .......•.....•...••••..•..•..•.••••.•••..•.••..••... p. 68
4. 3. 2. 2. Discurso indireelo .............••....•••..••.••••.•..•••••••.••..• p. 70
4. 3. 2. 3. Discursos híbridos .•.......•...••...•.•...•...••.....•...••.••...•p. 72
4. 3. 2. 4. El enlorno verbal: los verbos introductorios ..... p. 741
4. 4. Lo que dicen los periódicos: .
variación,lingüística y diferencia ideolóRica ...................•.............. p.75
4. 5. Variaciones discursivas ~ __ _.._ p. 78

5. l!.lercitació" :......................................................... p. 93
5. l. Corpus ••.•....•..........••••.•..•.••.•••.•..•••.•.••••••........••...••.•..•.•...•••••••.••.•••....p. 93
5. 2. Guía para el análisis de crónicas periodísticas p. 123

6. Bibliografía ......••...................•••.•......•...................••.••.•.•...................... p. 125

.t

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ciado E. Llamaremos "enunciador" a la persona a quien A atribu-
4. 3, La polifonía en la crónica periodística ye la responsabilidad de lo que se dicc cn E, y "destinatario" a
aquella a quien se dice, según él, lo que se dice en E. En el caso
(el más simple, aunque no el más frecuente) de un discurso no
El término polifonía recubre l11svariadas formas que adopta la distanciado, el enunciador es el locutor y el destinatario cs el
interacción de voces dentro de una secuencia discursi va o de un alocutario. En cambio, cuando se cita lo que se dice, el enunciador
enunciado. La situación de diálogo que toda producción verbal puede ser a veces el alocutario, y el destinatario puede ser el locu-
supone, su orientación hacia el otro, aparece siempre con mayor o tor, o también un tercero.
menor grado de explicitación en el tejido textual. Pero también en Daremos algunos ejemplos. Puede ocurrir que un locutor for-
éste, y de múltiples maneras, está prescntc lo ya dicho, los otros mule él mismo las preguntas a las que tiene ganas o se cree obli-
textos, así como las diversas voces sociales con sus peculiares gado de responder. Así, algunos psicólogos han observado que
registros. algunos niños -que quieren hacer saber a sus padres que han
Según Lozano, "el hecho de que se pueda introducir de este realizado una acción virtuosa- tienen tendencia a hacer "como
modo otro locutor indica que la lengua tiene el poder de evocar si" los padres les pidieran que la relataran. Un niño, que va a
por medio de algunas expresiones, e incluso de algunos conteni- sentarse a la mesa. Pregunta a la madre: "¿Qué hacía yo hace un
dos mencionados o aludidos, al locutor que las dijo (o las podría rato, mamá? Me lavaba las manos". La madrc es el alocutario del
haber dicho) sin necesidad de citarlo. (Al introducir los actos de enunciado interrogativo, tal como lo prueba el vocativo mamá, el
palabra cn el texto, advierte Bajtin, 'caen sobre ellos los reflejos niño es su locutor, ya que el yo remite a él. Pero representa a su
de las voces de los otros y entra en c1los la voz del autor"'. madre como si ésta le formulara la pregunta: "¿Qué hacías'!" En
"Algunos momentos de la lengua expresan las intenciones el discurso del niño, por lo tanto, el alocutario es la enunciadora
semánticas y expresivas del autor, otros refractan estas intencio- del primer enunciado y el niño, locutor, es su destinatario. La
nes; él no se solidariza con esas palabras hasta el final y las acen- misma repartición de roles permite describir un discurso en el que
lúa a su modo: de modo humorístico, irónico, paródico, etc. [... ] A, que tendría la impresión de que B se asombra de 'su presencia,
y hay otras incluso totalmente privadas de las intenciones del au- lc dice: "¿Por qué estoy aquí? Porque me gusta". El locutor de la
tor: cl autor no se expresa en ellas (como autor de la palabra), sino pregunta es su destinatario, y el alocutario es el enunciador de la
las mucstra como una especie de cosa discursiva y las considera pregunta. Encontramos el mismo procedimiento en el discurso
totalmente objetivadas." (Bajtin). universitario. Para anunciar. las partes principales de su próxima
exposición, el autor formula una serie de preguntas, es decir, se
Adapt. de Lozano. J. el al. Op. Cit.• pp. 148-149. las hace formular a un lector interesado (y por lo tanto, ficticio)
que accede de ese modo a la condición de enunciador.

Adapl. de Ducrot, O., "La enunciación", El,le-


C;" y lo die/lO.
Bncnos Aires, Hachette, 1984.

4. 3. 1I..J!))all"la ¡",¡abroll

Es necesario considerar dos pares de nociones (Iocutor/


enuneiador y alocutario/destinatario) para dar cuenta de la per- 4. 3. 2. lEnunci::ldos referidos
manente posibilidad que ofrece el lenguaje, y que el discurso ex-
plota constantemente, de "dar la palabra" a personas que no son Las gramáticas reconocen dos modelos morfosintácticos de
efectivamente la persona que habla, es decir a personas distintas inclusión de un discurso en otro: directo e indirecto. Hablaremos
de la que produce efectivamente el enunciado, y que recibe el también de una tercera posibilidad de illclusión de voces, a la que
nombre de locutor. llamaremos discurso "híbrido" o "hibridación".
Supongamos que A, locutor, dirige a B, alocutario, un enun-
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En el caso del discurso directo la frontera entre el discurso
conformidad del discurso citado respccto al original, sino tam-
citado y citante es nítida; en los textos escritos está marcad~ a
bién de si existe o no intervención, desviación del sentido, etc.,
menudo por los dos puntos, comillas o guiones, y en los e~uncta-
por parte de quien cita (L) en las palabras reproducidas, y esa
dos orales por rasgos suprasegmentales como la entonac~ón: ,El
intervención se puede producir incluso en las reproducciones más
discurso citado conserva además, las marcas de su enunCJaClOn. fidedignas.
Ejemplos de este tipo de discurso pueden eneontrarse en la cróni-
Ya el hecho, como advertimos cotidianamente, de sacar las
ca "Escenas de la vida policial" (Página/12, 4 de marzo de 1994):
palabras del contexto lingiiístico, y extralingüístico, en que se die-
'''Llegaron hasta ahí porque hubo un buen trabaj~ de intelige~cia
ron e introducirlas en uno nuevo las hace entrar en una nueva
de la policía santiagueña', declaró después el nlll1lstro de GobIer-
"relación dialógica" (en el sentido de Bajtin) con las palabras co-
no santiagueño Jorge Busti"; '''No me van a cazar, prefiero mo-
lindantes y adquirir por lo tanto nuevas significaciones. Pero ade-
rir',gritóamenazanle...... . .
más, al introducir la palabra de otro le conferimos sin duda algo
En el caso del discurso indirecto, el discurso cItado pIerde su
de nuestra propia voz en lo que es una gradación pn\cticamente
autonomía, se suhordina sintácticamente al discurso citante y éste
infinita de niveles de extrañamiento y apropiación (Bajtin, 1977,
horra sistemáticamente las huellas de la otra enunciación. Esto se 220).
manifiesta en particular por los cambios de de!cticos y tiempos
Citar a otro en la forma del D. D. supone cederle la palabra
verbales, la neutralización de los giros expresIvos que remIten
íntegramente, lo que implicaría reproducir el contexto de su enun-
directamente al locutor del discurso citado, la normalización de
ciación, y por esta necesidad, jamás totalmente satisfecha, L no
las oraciones, el "relleno" de las elipsis y la unificación de repeti-
se difumina totalmente tras L' a quien cita. Consideremos a título
ciones. Así, el "No me van a cazar, prefiero morir" mencionado
de ejemplo algunos modos en que L se introduce en el discurso de
anteriormente podría ser citado como discurso indirecto de la SI-
L' , ci tado en la forma del D. D.
guiente manera: * Ferreira' afirrnó, de manera acalorada, que no
Se pueden utilizar las palabras de otro para, a través de ellas, y
lo apresarían.
sin dejar de mostrar que son de otro, expresarse uno mismo. Es el
Por último, con el nomhre de "hihridación" o discursos
caso de la cita de autoridad en textos teóricos. Por ejemplo, en
"híbridos:' se designan las distintas fonnas que adopta la "conta-
/Como afinna Bajtin, ."todo enunciado es un eslabón en la cadena
minación" de voces dentro de una secuencia discursiva. La au-
de la comunicación discursiva"/, incluido en un trabajo
sencia de signos gráficos o de las marcas de s.uhordinación habi-
monográfico, hay dos enunciadores simultáneos. El locutor cita-
tuales permite un contacto fluido entre el discurso ~Itado y el
do (L') --en este caso, Bajtin- y el citador (L) -que es el autor
citan te, llegando incluso a integrarlos dentro de un nllsmo enun-
de la monografía-o Utilizando las palabras de Bajtin, se
ciado.
autocalifica con la autoridad de L' .
Adapt. de Lozano. J. el al. Op. Cit. Cap. 3.
Otras veces la cita en D. D. sirve para calificar al locutor cita-
do, sin expresar algún juicio o valoración explícitos sobre él o
sobre sus palabras. Imaginemos la expresión: /vuestra madre ha
dicho: "¡Que vengan los niños inmediatamente!"/; el locutor (L)
'4. 3. 2. l. Discurso directo se sitúa como mero portavoz de las palahras de L' y, sin emhargo.
el hecho de que utilice el D. D. para transmitirlas puede servir
Generalmente se considera que la introducción de las palabras para atribuir una actitud, un estado pasional en este caso, a L':
de un locutor (L') en la forma de discurso directo (D. D.) en la urgencia, enfado, etc. L no se atribuye ninguna responsabilidad
medida en que sea una transcripción fiel y "de bucna fe", permIte respecto al enunciado citado ni interviene en él (no existe inter-
el máximo de objetividad (Kerbrat-Orecchioni llega al extremo vención, como en el discurso indirecto en que la reformulación
de afirmar que esta forma, y sólo ella, puede alcanzar hasta el 100 del enunciador es patente) y, sin embargo, en ejemplos como éste,
por 100 de objctividad, 1980, 148). . cuanto más literal y fiel sea la reproducción de la expresión de L',
Pero la "objetividad" no depende exclUSIvamente del grado de más se da una iluminación por parte de L de esas palabras, y una
aportación propia en el sentido de cualificar a L' a través de ellas.
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El fenómeno se producc con más claridad en otro nivel, cuan- directo (D. 1.).Enunciativamente supone la reformulación por parte
do la expresión corresponde al código lingüístico de L' pero no al del enunciador de aquello que cita: el enunciador (o locutor. L)
de L. Sabido es que la lengua (dialecto, variedad o jerga) adscribe puede reproducir más o menos fielmente la expresión utilizada
a su usuario al grupo de sus hablantes; reproduciéndola, el locu- por L' (cambiando los verbos y las personas) o bien sintetizar su
lar informa acerca de la extracción nacional, sociocultural, elc., contenido, o utilizar sus propias palabra~ para transmitir lo que L'
deL'. dijo en las suyas (por estas razones el D. 1. suele ser considcradQ
Finalmente se pueden parodiar las palabras ajenas reprodu- menos "objetivo" que el D. D.). Las localizaciones se hacen por
ciéndolas literalmente, con citano burlón, el gesto que mimetiza, refercncia a quien cita, no al locutor citado; además de los tiem-
exagerándolo, el del locutor citado, etc., con lo que la interven- pos verbales, las expresiones referenciales y deícticas son selec-
ción de L en las palabras de L' puede llegar al máximo, sin salirse cionadas desde el punto de vista de quien cita (Fillmore, 1981,
de los márgenes del D. D., descalificando esas. palabras y a su 155).
locutor de modos diversos. El citar discursos que en su contenido o expresión sean muy
La utilización "clásica" del D. D. para presentar al locutor ci- lejanos a quien los cita supone, por parte de éste, una opción entre
tado como único responsable de sus palabras, en contrasle con la conservar su propia lengua, en la que reformular el discurso aje-
reformulación y síntesis que muestran la intervención del no, o reproducirlo en los términos en que se produjo. Por otra
enunciador, se manifiesta en casos como éste: parte, parece más inevitable marcar la propia decisión respecto al
código lingüístico, en el nivel de la expresión, que en el del cón-
Rosón valoró positivamente la creación de un Frente para la paz, tenido: las expresiones propias de un grupo (nacional, cultural,
compuesto por seis partidos poJíticos y afirmó que "ésta es la mejor social, ideológico ... ) indican la participación o solidaridad del
demostración de que el clima en el País Vasco eslá cambiando". Dijo
locutor que las utiliza con el "horizonte ideológico-verbal" (Bajtin)
que ETA está interesada en el "caos total" y seña16 que ."se va a
quedar cada vez más conlra las cuerdas". de esa lengua, I por lo que si el locutor no quiere que sea atribuida
esa participación deberá marcar de algún modo su extrañamiento.
(El Paú, 9 de noviembrede 1980, pág. 1) (... ] Las lenguas (variedades, registros expresivos, dialectos, etc.)
no sólo se relacionan con los contenidos y permiten plantear pro-
La cuestión de la "neutralidad" del portavoz es casi siempre blemas de fidelidad, traducibilidad, etc., sino que intervienen tam-
ambigua: los enunciados o expresiones entrecomillados, ¿son sim- bién en la definición de los participantes en la comunicación. Un
plemente transmitidos por L, o al tiempo que los transmite mues- cambio de código indicará un cambio de posición, de actitud, de
tra de algún modo su acuerdo o su desacuerdo? Es imposible dar identidad, etc.
un criterio seguro para discernir las comillas directas (de cita en La reformulación del discurso de L' puede bien reproducir,
D. D.) de las comillas de distancia, por ejemplo, en I"caos total"/ alterándolos al modo del D. 1., más o menos fielmente, los enun-
en el que el señalar la expresión como exclusiva de L' indica que ciados pronunciados, o bien consistir en algún tipo de resumen o
no es de L, quien así se reserva su actitud pero mostrando que .no síntesis del contenido, lo que no impide la eventual mención de
se apropia de esa expresión. expresiones concretas:

Adapt.de Lozano,J. el al. Op. Cit.. Cap.3. La mayoría estuvo confonllc. Algunos propusieron otros nom-
brcs, como Rovachol,Angiolillo,Ni Dios ni Amo: pero, en gcncral,
todos fuerondel parecer quc sc pasase a otro punto y que q:Jcdascel
nombre de "Aurora Roja".
4. 3. 2. 2. Discurso i"directo
(Pío Baroja, Aurora Roja, Madrid, Rafael Caro
Raggio, sin fecha. pág. 101.)
EI/que/, introductor de las palabras citadas, y la traslación de
tiempos verbales (de los propios del D. D. a los del D. l.) Y de 1 Bajtin utiliza el término "lengua" para significar tanto lo que la
personas pronominales caracterizan formalmente el Discurso ln- sociolingiiística contemporánea define como lenguas propiamente tales, como

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Yo le pregunté que por qué no se los ponía y dijo que por ser Así como segmentos del discurso del otro pueden aparecer
cntranlbos de una mano, que era treta para tener guantes. A todo con sus acentos propios diseminados en el discurso del locutor
esto, noté que no se desarreb0l'aba, Y pregunté -como de nuevo, también pueden irrumpir enunciados enteros en discurso direct¿
para sabcr- la causa de estar sienlpre envuelto en la capa. no regido, sin comillas que separen los dos registros. Pero tam-
bién el discurso citante puede penetrar en el citado bajo la forma
(F. de Quevedo, lIistoria de la vida del Buscón de una construcción incidental. La presencia de un verbo de decir
I/amallo lion Pablos. Madrid. Aguilar. Obras
Coml'letos, 1961, pág. 323)
intercalado permite al discurso indirecto, por ejemplo, articularse
sin subor-dinación sintáctica previa pero al mismo tiempo no per-
Estas formas parecen demostrar que en definitiva D. 1. es una der su carácter de referido (" ... su suegro le daba lecciones es-
narrativización del discurso, éste es contado, narrado, como los quemáticas. Los liberales, le decía, eran masones, gente de mala
otros eventos de la acción, y por ello parece no haber mptura en- índole, partidaria de ahorear a los curas ... Los conservadores, en
tre la simple mención del hecho de palabra ("estar conforme" que cambio, que habían recibido el poder directamente de Dios, pro-
supone que el actante mencionado -/la mayoríal- ha mostrado pugnaban por la estabilidad del orden público y la moral fami-
su acuerdo, del modo y en la extensión que sea), el dar liar." Gabriel Garda Márquez, Cien aliaS de soledad.).
contemporáneamente indicaciones, genéricas, sobre el contenido El interés de esta forma reside en que se trata de un D. 1. en el
del acto de palabra (lpregunté ... la causa de ... 1), el resumen de sentido de que el enunciador (o locutor, L) introduce el discurso
dicho contenido, y el D. I. propiamente tal. Si no creemos que se ajeno en el suyo, lo traslada a su situación enunciativa: la primera
pueda decir que el D. 1. transmite el acto de habla de un L' (el persona se transforma en tercera, el presente en que se expresó L'
hecho de que éste haya realizado una aserción o una pregunta), deviene imperfecto, el perfecto en pluscuamperfecto, etc., pero
esta idea va en la línea de una narrativización del discurso de L', también es en cierto sentido un D. D. en el que L deja hablar a L'
de su transformación por parte del enunciador en acciones atri- con sus propias palabras, su lengua, sus expresiones característi-
buidas a un agente de las que da cuenta, quizá comentándolas cas, los giros, exclamaciones, repeticiones, conexiones
argumentativas (... ] e incluso deícticos, propios del D. D. No pre-
implícitamente al mismo tiempo.
tende simplemente reproducir el sentido de lo enunciado por L',
Adapt. de Lozano. J. el al. 01'. Cit. Cap. 3 como supuestamente lo hace el D. l., sino también la fom1a en
que lo expresó. Supone cierta consideración de la diversidad
lingüística, cultural, experiencial del personaje citado al tiempo
que una suerte de reconocimiento de la necesaria contaminación
entre la enunciación propia y la ajena (Bajtin lo incluye entre las
constmcciones "híbridas", gramaticalmente perteneciente a un solo
4. 3. 2. 3. Discursos híbridos hablante, pero en las que se confunden dos enunciaciones. - J 979,
112).
Dijimos que con este nombre se designan las distintas formas Se ha dicho que por esta fonna el autor "se introduce" en el
que adopta la "contaminación" de voces dentro de una secuencia personaje y habla "a través de él", y estas metáforas expresan la
discursiva. El caso más extremo se define por la imposibilidad de fluctuación del enunciador entre un punto de vista exterior y la
reconocer una fuente enunciativa única. Este discurso a dos (o adopción del punto de vista del personaje. Así puede transmitirse
más) voces que, en general, conserva los rasgos expresivos del en esta forma no sólo el discurso del personaje (L') sino también
discurso citado y los tiempos y personas del citante, puede fusio- sus pensamientos. (... ]
nar en una sola construcción lingüística actos de habla general- Los deícticos, a diferencia del D. l., contextualizan el discurso
mente de distinta orientación. desde el punto de referencia del personaje, respecto al momento
en que habla o piensa (Fillmore, 1981, J 58), incluso los tiempos
verbales pued~n remitir al tiemp().del personaje, con lo que sólo
lo que sería llamado con más precisión variedades, dialectos, e incluso registros
la tercera persona y los rnomentcis descriptivos lo diferencian del
expresivos y jergas.

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--------------q
monólogo interior y mantienen la voz del enunciador como trans- circun~tancias"), o ~o~l?uesto ('Tenemos que ser protagon jSla~",
misor del discurso del personaje. recalco). Estas pOSIbIlIdades de artIculación entre el discu ,.
Aúapt. de Lozano. J. el al. Op. Cit. Cap. 3.
citante y el citado no dejan de tener incidencia semántica ya / .. e:
implican modalidades de mensaje distintas. lile
Por otra parte, estos verbos y fórmulas introductoria~ de 1 .
d.Iscursos ref'den os puc den ser ann l'Izados, segun los casos,> con Os

UIII 'd a di' .


es eXlcas su b"
~elIvas o Sub'~etivemas. lO
4. 3. 2. 4. El entorno verbal: los verbos illlroductorios
~dal~ldeArnollx.~. y colaboradores ( J 986), Pu_
Si bien la actividad interpretativa a la cual da lugar la 'i/ol1la. BlIcno~ Aires (mirnco).
trasposición de un enunciado rcsulta más evidente en el discurso
indirecto, no está en absoluto ausentc en el discurso directo. Tan-
to en un caso como en otro se retoma un enunciado producido en
otra situación comunicativa, para finalidades distintas, se lo re-
corta y se lo inserta en un texto que despliega sus propias redes
semánticas. Como ya lo señalaba Voloshinov en El signo ideoló- 4. /J. Lo que dice~ los periódicos: variación lingüística y difcrencia
gico y la filosofía del lenguaje (1930), "el discurso referido es idcológica
discurso dentro del discurso, enunciado dentro del enunciado, y
al mismo tiempo, discurso acerca del discurso y enunciado acerca
del enunciado". Este trabajo del discurso citan te sobre el citado,
Muchas' veces. una . dos palabras pueden decirnos lUcho el¡
su recepción activa de las palabras del otro, las marcas de su dis-
cuanto a como piensa CI ta persona sobre las cosas ) cn cuanto
tancia o la~formas de su adhesión se muestran particularmente en a las ideas que encontram S en un libro o en un pe ódico.
el entorno verbal en el que el enunciado se ubica. De allí la im-
Las diferencias entre "t IToristas" y "luchad res de la liber_
portancia de las fórmulas introductorias, de los verbos de decir tad'\ entre "rodesianos" y" . nbabwense~". 11 ' rcan cada una de
que lo anuncian y sus modificadores. La distancia que el locutor ellas una clase comprensiva y istemática de ifcrenci.aen la ma-
establcce respecto del enunciado referido es por cierto mayor cuan- nera de pensar sobre asuntos es ecíficos. ay casos más sutiles
do dice "X se atreve a afirmar que" que cuando simplemente se- que esas diferencias de nombres 'nstant,' eamente reconocibles.
ñala "Según X". También la adhesión es más fuerte en "Respon- Fra~es como "el pueblo británico" "e ueblo de Gran Bretaüa"
dió lúcidamente que ... " que en "Dijo que ... ". "granujas" y "granujería" pueden d, la impresión de que ditie:
Los verbos, que remiten al dominio semántico del habla, no ren únicamente en la forma y no e ontenido. Pero están inte-
sólo introducen el enunciado referido sino que también orientan gradas en sistemas de pensamien tan irmemente como los pri-
respecto de cómo deben ser entcndidas las palabras del otro. Apor- meros ejemplos.
tan así informaciones diversas: pueden explicitar la fuerza
Este apartado propone Uf étodo de a álisis de la presencia
ilocutoria (aconsejó que no se dejaran provocar), prcsuponer la en el discurso periodístico e algunos de e. s sistemas relativa_
verdad o la falsedad de lo que el discurso citado afirma (reveló
mente más visibles, y del apel que desempe n en la percepción
que el ministro había renunciado), especificar el modo de re~liza- de cuestiones sociales.
ción fónica del enunciado (gritó que estaba harto), caracterizarlo
Dos. crónicas, por jemplo, pueden difercnc rse no sólo por
a partir de una tipología de los discursos Clo que pasa -argu- las dlstmtos modos e nombrar a un mismo parti . ante ("pandi-
mentó- es que"), situarlo dentro de una cronología discursiva lla", "grupo de jó enes", etc. ) sino también por la ecucnciacon
("eso dependerá -replicó- de las posibilidades ... "). Respecto
la que se lo m cío na. Pero, más significativa que frecuencia
del discurso directo pueden ubicarse en distintas posiciones: ini- de las refere 'ias a los participantes, es la distribuc '/l de eSas
cial (Dijo: "Es necesario superar la discusión estéril"), intercala-
referencias en particular la de referencias a participa¡ tes como
do ("Los argentinos -señaló- vamos a estar a ¡as alturas de las agentes ' a policía golpeó a los manifestantes") o com afecta_
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