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JACQUES LACAN
El psicoanálisis y su aporte a la cultura contemporánea
Primeras (1-22) 8/2/2017 11:41 Página 5
Jacques Lacan
El psicoanálisis y su aporte a
la cultura contemporánea
MIRIAM CHORNE
GUSTAVO DESSAL
(EDS.)
Distribución mundial
ISBN: 978-84-375-0763-7
Depósito Legal: M-2091-2017
SUMARIO
Introducción
Jacques Lacan: la reinvención del psicoanálisis .............................................. 11
MIRIAM CHORNE, GUSTAVO DESSAL
INICIOS
7
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8 Sumario
EL APARATO PSÍQUICO
La angustia .................................................................................................................. 299
FLORENCIA FERNÁNDEZ-CORIA SHANAHAN
El fantasma en la enseñanza de Lacan..................................................................... 309
OSCAR VENTURA
El síntoma y el sinthome: una evolución epistémica .............................................. 319
ESTELA PASKVAN
El sistema de los ideales............................................................................................ 329
JAVIER GARMENDIA
El concepto de superyó............................................................................................. 339
ROSA LÓPEZ
SEXUACIÓN
Hombres y mujeres según Jacques Lacan ................................................................ 359
JEAN-LOUIS GAULT
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Sumario 9
CLÍNICA LACANIANA
La neurosis obsesiva .................................................................................................. 393
ROBERTO MAZZUCA
La histeria.................................................................................................................... 407
MÓNICA TORRES
La fobia ....................................................................................................................... 419
MÓNICA TORRES
Teoría y clínica de las perversiones.......................................................................... 431
ENRIC BERENGUER
Clínica lacaniana de la psicosis................................................................................. 449
HEBE TIZIO
El concepto de forclusión.......................................................................................... 457
MIGUEL FURMAN
El Nombre del Padre, los Nombres del Padre ......................................................... 463
MIGUEL FURMAN
Fenómeno psicosomático .......................................................................................... 473
CELESTE STECCO
LA DINÁMICA DE LA CURA
LA FORMACIÓN ANALÍTICA
10 Sumario
INTRODUCCIÓN
JACQUES LACAN: LA REINVENCIÓN DEL PSICOANÁLISIS
MIRIAM CHORNE, GUSTAVO DESSAL
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3 Freud, S., “La pérdida de la realidad en la neurosis y en la psicosis”, Obras completas, Tomo III, Ed.
5 Desde el año 1981 Miller dicta un curso anual bajo el título general de La orientación lacaniana. Los
cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Muchos de ellos han sido publicados por la editorial Paidós
de Buenos Aires.
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Por otro lado, el hecho de que la mayor parte de lo que llamamos la obra laca-
niana (término al que Lacan seguramente se habría opuesto, incluso del que se habría
burlado, prefiriendo hablar de su “enseñanza”) haya sido transmitida de manera oral,
en el denominado seminario que sostuvo a lo largo de casi treinta años, constituye una
dificultad añadida para poder ofrecer una imagen de conjunto sistemática. Por este
motivo hemos pedido a los redactores de cada uno de los diversos artículos que com-
ponen este libro que mostraran la evolución histórica del concepto, incluso que subra-
yaran los giros, los vuelcos en la construcción del concepto que les correspondía pre-
sentar, para que se pudieran apreciar mejor los cambios. Pero aun así, el lector no debe
olvidar que el desarrollo de la historia –incluida la de los conceptos– no es lineal ni
supone un progreso. En la teoría de Lacan, los conceptos posteriores bien pueden coe-
xistir con otros anteriores. A veces podemos suponer que corresponden a sectores o
regiones diferentes, como cuando se trata del síntoma y del sinthome (explicados en
uno de los capítulos), pero en otros casos es menos clara la relación entre dos con-
ceptos o nociones presentadas en diferentes momentos de la enseñanza. Lacan no
suele hacer la crítica explícita de sus concepciones previas cuando retoma un pro-
blema desde otra perspectiva. Son los estudiosos y los lectores quienes deben decidir
cada vez si el nuevo concepto supera al anterior o si, por el contrario, se refiere a
dimensiones distintas de los mismos hechos. A estas dificultades debemos añadir que
no siempre, en la enseñanza de Lacan, un cambio de concepto se traduce necesaria-
mente en una modificación de los términos que se emplean para nombrarlo.
Hay diferentes formas de situar los conceptos en determinada periodización. Algu-
nos autores distinguen una época en que se destaca el predominio del registro imagi-
nario, un siguiente período en el que predomina lo simbólico, y finalmente uno donde
la enseñanza está más orientada por lo real. En este libro, el lector verá que se suele
hablar de la “primera enseñanza”, de un “segundo momento”, de la “última ense-
ñanza”, y de la “muy última” o “ultimísima”. Es una periodización propuesta por Jac-
ques-Alain Miller,6 quien contribuyó a crear un modo de acercarse a la obra de Lacan
situando de manera precisa, exacta, el momento en el que este autor formuló el con-
cepto considerado. La primera enseñanza corresponde al trabajo realizado desde las
primeras producciones psicoanalíticas, que algunos sitúan –como el propio Lacan, por
otra parte– a partir de 1953, año de la ponencia titulada “Discurso de Roma”. Es un pe-
ríodo donde la dimensión simbólica prevalece, y sus disciplinas auxiliares son la antro-
pología estructural de Lévi-Strauss, y la lingüística de Saussure y de Jakobson. A partir
de 1964, año en que fue expulsado de la Asociación Psicoanalítica Internacional, Lacan
continuó realizando su enseñanza no como parte de la formación de candidatos a psi-
coanalistas (como lo hizo primero en el seno de la Sociedad Psicoanalítica de París, y
en la Sociedad Francesa de Psicoanálisis después), sino con carácter abierto en la École
Normale Supérieure, y con un nuevo auditorio de jóvenes normaliens. Este segundo
momento de su enseñanza –en un ámbito institucional diferente y con un auditorio
también distinto– toma nuevos rumbos señalando más claramente sus diferencias res-
pecto de la teoría y la praxis de sus colegas de la IPA. Un ejemplo de estos cambios
6 Miller, J.-A., El ultimísimo Lacan, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2013, pp. 55-56.
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lo constituye el capítulo del seminario Los cuatro conceptos fundamentales del psico-
análisis,7 titulado por J.-A. Miller “El inconsciente freudiano y el nuestro”. En general,
este seminario señala un nuevo período en su enseñanza, llamado el último, que se
desplegará hasta los desarrollos de los años 70, que comienzan en las últimas reunio-
nes del Seminario 20, Aún 8 y culminarán en los Seminarios RSI 9 y Joyce el sinthome.10
Sin embargo, Miller ha distinguido dentro del último Lacan un campo que se abre a
partir del capítulo IX del Seminario El sinthome, y que inaugura una nueva inflexión
en su enseñanza, que en gran medida está aún por explorar. Es lo que se conoce como
la ultimísima enseñanza o el muy último Lacan.
Sin embargo –como se comprenderá– esta periodización es relativamente arbitraria.
¿Por qué no considerar que el segundo momento de la enseñanza queda establecido,
en una perspectiva más intrínseca, por el giro que comienza con el seminario sobre la
ética,11 de 1959-60? En efecto, durante ese seminario, Lacan cuestiona el modelo cien-
tífico positivista propugnado por los posfreudianos. Estos buscaban adaptar el psicoa-
nálisis a los criterios de epistemólogos como Nagel o Popper, quienes, haciendo de la
ciencia positivista el modelo de todas las ciencias, acusaban al psicoanálisis de falta de
objetividad en la medición de sus resultados. Estos psicoanalistas, los posfreudianos,
no advirtieron, sin embargo, que acomodando el psicoanálisis a esas exigencias per-
dían lo fundamental de la experiencia psicoanalítica: la dimensión subjetiva en juego.
Hacían asimismo retornar al psicoanálisis a un estado anterior, a una psicología gene-
ral previa al descubrimiento del inconsciente.
La respuesta de Lacan que cuestiona esta deriva consiste en elaborar el concepto
de objeto a, aunque sin nombrarlo aún de esa manera. Es un concepto que pone en
primer plano no ya los mecanismos significantes, sino los aspectos menos formales y
más ligados al goce y a la pulsión. Constituye la matriz del concepto de goce, que domi-
nará su última enseñanza, y por lo tanto podríamos considerar que es precisamente en
este seminario donde comienza el segundo momento de la enseñanza.
A la necesidad de precisar con exactitud a qué etapa de la enseñanza corresponde
una determinada definición de un concepto se debe añadir la necesidad de estable-
cer igualmente si se lo está considerando desde el punto de vista imaginario, simbólico
o real. Es este un ordenamiento fundamental que acompañará la enseñanza de Lacan
desde el mismo inicio hasta sus últimas elaboraciones. Se puede considerar incluso
que la conferencia titulada “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”,12 dictada en la
primera reunión científica de la recién fundada Sociedad Francesa de Psicoanálisis, el
8 de julio de 1953, constituye el verdadero comienzo de la enseñanza de Lacan en
el campo del psicoanálisis. Más allá de la idea común –que deriva, por otra parte, del
7 Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Ed. Paidós,
2005.
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propio Lacan, quien fechó el inicio de su enseñanza unos meses más tarde con el
“Discurso de Roma”–,13 en aquella conferencia del 8 de julio de 1953 Lacan presenta
la tríada fundamental que le permitirá ordenar de una manera nueva la experiencia
analítica y hacer la crítica de otras orientaciones. Lacan propone la preeminencia de lo
simbólico sobre lo imaginario y lo real. Esta supremacía permanece durante toda la pri-
mera parte de la enseñanza, devolviendo al psicoanálisis el eje crucial de la experien-
cia freudiana extraviada hasta entonces en el frondoso bosque imaginario de los pos-
freudianos.
Dando un gran salto en el tiempo, podemos recordar que en sus últimos semina-
rios (RSI,14 Les non dupes errent 15 y El sinthome 16) la perspectiva se invierte. Lacan busca
pensar la estructura sin referirla al Otro. Para ello acude a la topología del nudo borro-
meo, que le permite reformular el concepto de estructura a partir únicamente de las
categorías de la experiencia analítica que son lo real, lo simbólico y lo imaginario. En
RSI, Lacan se dedica en concreto a homogeneizar los tres registros, a buscar la común
medida. Se opone así a que se considere la consistencia imaginaria como de menor
valor que las otras dos. ¿Por qué lo sería?, se pregunta. Como si no hubiese sido él quien
se aplicara a conciencia para sostener el privilegio de la dimensión simbólica. En todo
caso, en este momento afirma categórico que es necesario corregir la consideración de
lo imaginario como de menor valor. Cada una de las consistencias es estrictamente
equivalente a las otras.
Esta concepción produce una modificación radical de la perspectiva clínica. Hay un
cambio de axiomática; se pasa de una axiomática del deseo que tiene su punto de par-
tida en el Otro, a una axiomática del goce, que es siempre autístico. También hay
un cambio en cuanto a la clínica diferencial del síntoma entre neurosis y psicosis. Estos
cambios se acompañan de una radicalización en cuanto al campo del lenguaje, con-
cebido no en tanto articulado en un proceso de palabra sino en tanto inscrito en un
proceso de escritura.
Por esta razón, la importancia de que el concepto sea estimado en su dimensión
imaginaria, simbólica o real nos hizo también pedir a los autores de cada uno de los
capítulos de este libro que señalaran de manera manifiesta en qué perspectiva lo esta-
ban considerando en cada momento.
El orden mismo dado a los conceptos seleccionados depende de los criterios que
se utilicen para disponerlos. En algunos casos hemos preferido ordenarlos en una pre-
sentación fundamentalmente cronológica, por eso hemos titulado el primer apartado
Inicios, pero en otros casos el orden no responde a ningún criterio de este tipo, tem-
poral, porque la teoría psicoanalítica no constituye –como ya hemos dicho– una doc-
trina totalizadora y por consiguiente admite que se pueda entrar en ella desde diver-
sos ángulos, por distintos conceptos. ¿Por qué el capítulo sobre el Síntoma debería
aparecer antes o después que el de Fantasma, o el de Psicosis antes o después que el
de Perversión?
13 Lacan, J., “Discurso de Roma”, Otros escritos, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2012.
14 Lacan, J., El Seminario, Libro 22, RSI, inédito, op. cit.
15 Lacan, J., El Seminario, Libro 21, Los no incautos yerran, inédito.
16 Lacan, J., El Seminario, Libro 23, El sinthome, op. cit.
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Una prueba más de que la teoría psicoanalítica no forma un sistema cerrado, una
cosmovisión, es la imposibilidad de realizar una selección de conceptos y términos que
ofrezcan una visión “completa”. Sin embargo, confiamos en que no hayamos omitido
ninguno de los temas fundamentales, y que los que aquí presentamos le permitan al
lector un primer acercamiento a una disciplina tan vasta. Por otra parte, la enseñanza
de Lacan se ha caracterizado por su espíritu constantemente renovador y mutante. Los
cambios y re-elaboraciones de sus propios conceptos se sucedieron a lo largo de su
enseñanza.
Hemos considerado asimismo que este libro debía ser una obra colectiva, logrando
que un gran número de psicoanalistas –cuarenta y nueve, para ser más precisos, en cinco
idiomas diferentes– contribuyeran al mismo. Eso nos supuso un esfuerzo suplementario
para dotar a la obra de una coherencia que, aun respetando los distintos estilos, consi-
guiera a la vez proporcionar lo más posible una impresión de unidad (lamentablemente,
es probable que no siempre lo hayamos logrado). En algunos casos hemos elegido
mantener ciertas repeticiones, a fin de que la lectura de cada artículo conservase una
relativa autonomía. Así, por ejemplo, la crítica de Lacan a la psicología del yo (princi-
pal corriente psicoanalítica en el momento de comenzar su enseñanza, y hegemónica
entonces en el seno de la Asociación Psicoanalítica Internacional) reaparece en diver-
sos artículos. Conservar esas reiteraciones nos ha parecido que contribuía a asegurar
la coherencia interna de cada uno de los textos en el conjunto constituido por el libro.
Hemos buscado asimismo que los autores definieran, aunque solo fuera de un
modo mínimo, los diversos conceptos en el momento mismo de utilizarlos, con el obje-
tivo de facilitar la lectura. Un glosario de los términos fundamentales empleados en el
libro servirá como un instrumento auxiliar para consultar alguna noción que no haya
sido definida en alguno de los capítulos. Por otra parte, también hemos procurado que
el uso de fórmulas y de aforismos (que fueron para Lacan una estrategia en la trans-
misión de su enseñanza) pudiera adquirir alguna claridad para el lector. A él le roga-
mos que no sucumba –como lo hacen frecuentemente algunos críticos perezosos– a la
idea de que la dificultad de Lacan es un capricho o una extravagancia. El carácter enig-
mático de algunas de estas fórmulas –como “La mujer no existe”, “No hay relación
sexual” o “Dios es inconsciente”, en lugar del “Dios ha muerto” de la filosofía– des-
pierta una emoción que es parte de lo que transmiten. Aunque no respondan al estilo
del “saber universitario”, constituyen paradigmas que condensan una gran cantidad de
saber verdadero.
Del mismo modo que Freud tuvo algunas visiones proféticas que aún hoy siguen
asombrándonos (su concepto de pulsión de muerte y su teoría sobre la psicología de
las masas anticipó en décadas la tragedia que se cernía sobre el siglo XX), Lacan por
su parte trazó con nítida clarividencia el mapa subjetivo del siglo XXI. Sus apreciacio-
nes sobre la declinación de la imago paterna, el dominio progresivo del discurso cien-
tífico-técnico en la vida humana y la segregación a la que conduciría el proyecto polí-
tico de la Comunidad Europea son algunas de sus advertencias que se cumplieron de
forma indiscutible.
Lo que la lectura de su obra nos ofrece, la fuerza viva de su pensamiento, no puede
adquirirse por entero como un mero aprendizaje intelectual. El psicoanálisis, a dife-
rencia de otras disciplinas, requiere que aquellos que deseen ser psicoanalistas deban
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Agradecimientos
Queremos agradecer a los autores de cada uno de los capítulos, que se sumaron con
entusiasmo al proyecto que les propusimos y que han puesto su mejor esfuerzo para
responder al desafío de que los lectores curiosos, los académicos, los iniciados y los
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