Está en la página 1de 14

Unknown date Edenrique Blanco

FESTINA LENTE B.G.: CAOS, ORDEN Y


ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE
FESTINA LENTE B.G.
Blog destinado a compartir información sobre política, losofía,
historia, prospectiva, geoestrategia y temas militares

domingo, 3 de junio de 2018

CAOS, ORDEN Y ESTRATEGIA DEL ENJAMBRE

Históricamente se ha opuesto el caos al cosmos para comprender la


realidad. El cosmos se asocia con la totalidad de lo existente bajo una
idea de orden regido por un nomos (νόμος) que tiene su correlato en el
campo de la política. El caos (Χάος), por el contrario, re ere lo
impredecible y se asocia con desorden. Por ejemplo Aristóteles llama
σμήνος, enjambre, para indicar una situación caótica, un desorden, algo
impredecible en una estructura lógica. La stasis (στάσις), que hoy se
asocia con guerra civil (global), es consecuencia de una alteración del
movimiento en una comunidad política que genera desorden
(Agamben, 2015). Esta alteración generalmente está asociada con la
detención del movimiento de evolución de una comunidad de acuerdo
con la interpretación que hizo Rosales (1971/2018). Esta
conceptualización me parece idónea si se considera la crítica que hizo
Žižek (2006) al concepto de ‘cuerpo sin órganos’ de Deleuze y Guattari
(2008)y sus consecuencias políticas teniendo como foco la revolución
cultural china. Es decir, la creación de una estructura política ja dentro
de un contexto de cambios que conspira contra la permanencia de un
orden político dado el contexto de cambios en que nos encontramos en
[1]
una escala global .
La alteración, o sea, la detención del movimiento genera discordia,
desorden, enjambre, caos. Sin embargo, John de Salisbury citando a
Virgilio le da al concepto de enjambre otra signi cación con
consecuencias políticas. Según él las comunidades políticas deben
comportarse como un enjambre con lo cual a esta palabra se le
comenzó a dar otra signi cación en el sentido que se asoció con orden.
La importancia de su mención es que cuando lo escribió, es decir, en la
alta Edad Media no existía el Estado como convencionalmente lo
conocemos hoy en día.
Como la guerra y el Estado surgieron simultáneamente siguiendo los
postulados de Deleuze y Guattari (2008), podemos decir que en un
duelo entre comunidades políticas lo que busca cada contendiente es
generar desorden en la organización del adversario para facilitar la
obtención de un n político. Teniendo presente esta a rmación, vamos
a examinar, en primer lugar, cómo se juega el caos y el orden en la
guerra, en segundo lugar, como han evolucionado las formas de hacer
la guerra hasta llegar a la concepción del enjambre, en tercer lugar,
cómo una comunidad puede actuar como un enjambre para alcanzar un
propósito político y, nalmente, el enjambre en la sociedad venezolana
desde una perspectiva constitutiva. La nalidad es mostrar cómo
actuando en enjambre se pueden crear las condiciones de posibilidad de
construir una comunidad política republicana en concordancia con lo
que he denominado Estrategia del Enjambre[2].
El caos y el orden en la guerra
Boyd (1976/2012) en Creation and Destruction trató de explicar el
fenómeno bélico como un ujo de destrucción siguiendo al efecto el
pensamiento cientí co. Él estableció unos patrones de acción en una
situación de confrontación siguiendo al respecto, en primer lugar, el
Teorema de Gödel, en segundo lugar, el principio de indeterminación o
incertidumbre de Heisenberg y, en último lugar, la primera y segunda
[3]
ley de la termodinámica. En relación con el Teorema de Gödel , hizo
una diferenciación entre la consistencia de un concepto y la
consistencia de un hacer, es decir, hizo un emparejamiento entre
realidad observada y el concepto que describe esa realidad. Él creyó que
si se asumía como resultado previo un esfuerzo de deducción (con nes
destructivos o creativos) se podría obtener de forma no diferenciada
una observación dentro de un contexto de experimentación. ¿Cómo
podría aplicarse este teorema al con icto? Si nos apoyamos en la
expresión clausewitziana de que la guerra tiene su propia gramática,
pero su lógica es la política, la política es un campo donde se puede
establecer un criterio de verdad sin necesidad de hacer una
demostración; la guerra (gramática), en este contexto, depende de un
cúmulo de variables establecidas por la política donde es difícil
establecer un criterio de verdad desde el punto de vista cientí co, que
permita su demostración. Por último, la consistencia entre deducciones
y razonamientos en un con icto sólo es posible desde la política.
A partir de este teorema, siguiendo a Heisenberg, consideró que a nivel
de partículas en un medio continuo, la distinción entre observador y lo
observado comienza a desaparecer y el valor de incertidumbre
representa la inhabilidad para determinar el carácter o naturaleza
(consistencia) de un sistema dentro de sí. Los principios por los que se
rige un medio continuo son: en primer lugar, conservación de la masa y
de la cantidad de movimiento en el medio que ocupa y, en segundo
lugar, la primera y segunda ley de la termodinámica. La primera y
segunda ley de la termodinámica, están relacionadas con los principios
de conservación y transformación de la energía
En estas circunstancias, el carácter y naturaleza de ese sistema (en
nuestro caso las operaciones de guerra realizadas desde una
perspectiva experimental en un teatro de operaciones) puede ser
determinada (aunque no exactamente) desde el mismo momento que el
valor de incertidumbre no oscurece la conducta del fenómeno
observado de una manera general.
Según Boyd, siguiendo a Gödel, se puede determinar la consistencia de
un sistema y por consiguiente su carácter y naturaleza en términos
abstractos. Apoyándose entonces en Heisenberg y la segunda ley de la
termodinámica consideró que cada esfuerzo por comprender la realidad
nos expone a incertidumbre y a la generación de desorden. Tomados
todos en conjunto, cada esfuerzo continuado y orientado hacia el
interior de un sistema mejora el desarrollo de un concepto y, en este
contexto, la incertidumbre y desorden generado por un sistema
orientado al interior de otro puede ser desbalanceado desde afuera
creando un nuevo sistema. La validez del pensamiento de este autor
radica en que con este criterio es posible generar una parálisis
estratégica para evitar que un sistema (adversario) produzca ujos de
destrucción o un efectivo sistema de contención. En este sentido, la
parálisis estratégica es un modo de acción que consiste en operar en un
tiempo o ritmo mayor o menor que el del adversario para hacer
aparecer nuestras acciones como impredecibles generando con ello
incertidumbre y desorden. Un ejemplo del primer caso es la Blitzkrieg,
aquí, desde una situación de certidumbre, los plani cadores alemanes
buscaron en 1940 generar caos en la estructura de defensa aliada
mediante el desarrollo de la iniciativa de los combatientes y un
conjunto de maniobras por medios mecanizados a un alto ritmo y
cadencia que provocaron una parálisis que les impidió responder
adecuadamente para contener el ujo. Del segundo, la teoría de la
guerra prolongada. En este caso, a un bajo ritmo pero con una cadencia
sostenida se fue erosionando el poder del Kuomintang por parte de las
fuerzas maoístas hasta que la invasión japonesa produjo un cambio de
circunstancias. En Vietnam también se aplicó este concepto.
En Venezuela, la tiranía ha generado caos y por tanto una parálisis
estratégica que ha impedido que las fuerzas democráticas que luchan
por recuperar la libertad puedan actuar convenientemente. Sólo basta
recordar el conjunto de acaecimientos iniciales que condujeron al 11 de
abril, al paro petrolero, a la intifada de 2014 y la rebelión de 2017. Por
ello se puede a rmar que el orden de la tiranía es el caos de los
venezolanos. Los venezolanos hemos aprendido a vivir caotizados y ese
es ha sido el modo de resistencia. Pero la tiranía no soporta caos y ese
es el reto que tenemos.
Generar un ujo bélico es entonces adecuar la relación de pérdida y
aprovechamiento máximo de la energía de dicho ujo para reducir la
fricción y vencer la resistencia que representa el sistema de contención
o de contra ujo del adversario dentro de un contexto de acción
recíproca. Así pues, generar caos es hacerlo desde una idea de orden.
Este caos puede ser hecho desde afuera y desde adentro si seguimos el
caso chino y vietnamita. El propósito es caotizar la estructura de acción
y de información de un adversario, no caotizar mi mundo de vida
porque este ya ha sido caotizado por el régimen porque me considera su
enemigo.
Como mi mundo de vida es producto de una situación de co-existencia
con otros vistos como partículas de un medio continuo, estas partículas
desde una perspectiva sistémica pueden estar dispersas o concentradas.
Este paso de lo disperso a lo concentrado es posible mediante un
proceso de autoorganización sólo posible a través de la cooperación. La
cooperación, entendida como táctica, se puede manifestar como un
ujo bélico en un caso determinado con un alto nivel de efectividad. La
idea es producir acciones que nos conviertan en atractores que faciliten
la conformación de un ujo que permita a su vez la generación de un
tejido social. Con esto podemos examinar la evolución de las formas de
hacer la guerra.
La evolución de las formas de hacer la guerra: de la geometría
euclidiana a la geometría no euclidiana
Antes de comenzar a examinar las formas de hacer la guerra es
conveniente acotar que estas han sido vistas como la oposición entre
nómadas y sedentarios lo cual supone la existencia de agrupamientos
basados en formas de producción determinadas[4]. Con ello se puede
a rmar que las formas de la guerra están relacionadas con las formas
de ordenamiento político y las formas de producción. Esta acotación
obedece a que hoy en día estamos viviendo cambios sociales con
consecuencias políticas debido al cambio de las formas de producción,
en nuestro caso signadas por la inteligencia arti cial (IA), la robótica y
las tecnologías digitales de información y comunicación (TIC). Byung-
Chul Han (2014), al respecto, ha señalado la di cultad de congregar a
individuos aislados en una red con una nalidad política debido a que
ellos viven en una soledad que impide la reunión y la cooperación de
forma sostenida gracias a las TIC. Eso lo ha llamado como enjambre en
la era digital que está conformado por individuos aislados que padecen
de la incapacidad de decir ‘nosotros’. Y se “diferencia de la masa debido
a que en él no es inherente a ninguna alma, a ningún espíritu que tiene
la virtud de ser congregadora y uni cante que puede, a su vez, generar
poder”. A los enjambres digitales les falta esta decisión y su
inestabilidad le impide desarrollar energías políticas. Sólo se precipitan
sobre entidades determinadas, para comprometerlas o convertirlas en
blanco de ataque cuando perciben una amenaza. Esto es lo que nos
interesa destacar debido a que nos permite ubicarnos en el plano de la
guerra.
Keegan en su estudio de los modos de hacer la guerra a lo largo de la
historia se ha apoyado en el análisis de la forma en que la etnia
yãnomãmi hace la guerra. Su propósito fue obtener pistas sobre cómo
se produce una agresión en grupo que permita el uso de la palabra
“guerra”. Al efecto este autor usó la palabra raid para indicar cómo esta
agresión se produce. Esta acción (o raid) es un ujo deliberado que
produce daño. Después de aquí la evolución de esta forma de
confrontación pasó por el desarrollo de forti caciones, luego siguió con
el desarrollo de las armas de proyección, posteriormente continuó con
el desarrollo de la organización de la logística y el apoyo y, nalmente,
con la aparición de las armas de fuego. Podemos agregar además las
armas de destrucción masiva, la modi cación climática y cualquier
medio para producir daño y reducir la capacidad de maniobra de una
entidad política como, por ejemplo, la ira puesto que puede ser vista
como arma ofensiva para producir daño, es decir, para producir
cambios políticos.
De manera simultánea a la idea evolutiva de estas formas de producir
daño, Arquilla y Rundfeld (2000) indicaron que las formas de combatir
han sido producto de un proceso evolutivo que ha tenido cuatro etapas:
en primer lugar, “melee” o mezcla producida por grupos que se
enfrentan sin ningún tipo de organización aparente como hemos
mencionado en el caso yãnomãmi, en segundo lugar, el choque de
masas como el tipo de combate que se desarrolló hasta la I GM
siguiendo un orden geométrico euclidiano similar al que hubo en
Arbelas, Cannas, Lepanto, Trafalgar, Ayacucho o Marne, etc.; en tercer
lugar, la maniobra tipo Blitzkrieg, como comenzó a realizarse desde la
II GM desde la perspectiva operacional; y por último, el enjambre,
básicamente el tipo de acciones que comenzaron a realizarse para
responder a las operaciones subversivas ejecutadas por movimientos de
liberación pero que puede ser observada en las tácticas de manadas de
lobos realizadas por los U-Boot en la batalla del Atlántico o en los
ataques aéreos realizados contra portaaviones en el teatro de
operaciones del océano Pací co.
Esta última forma de combate evidenció un cambio en los dispositivos
de combate desde una perspectiva espacial que expresa efectivamente
el paso de una concepción geométrica euclidiana a otra no euclidiana.
La constatación empírica de este cambio en importante grupos de
combate se observó en el dispositivo empleado por la Royal Navy en la
guerra de las Malvinas, pero un análisis más detallados de la estructura
de ataque empleada por EE.UU. (y Francia y UK) por una parte y Rusia,
por la otra, en Siria obedecen a una concepción espacial completamente
diferente a como se entendían las operaciones militares donde la
geometría está condicionado por un espacio curvo, es decir, el planeta
tierra hasta al menos la órbita L2 se ha convertido en un espacio de
combate.
Así pues, el término enjambre establece una analogía biológica con los
movimientos de avispas, hormigas y lobos” que hoy en día se basan en
el empleo combinado de alta tecnología de comando y control para dar
a unidades de combate especí cas una ventaja importante sobre un
enemigo, provocando caos desde una posición de certidumbre con el n
de generar parálisis estratégica u operacional. Esta forma de combate,
entendida como un ujo generado por la acción simultánea se
caracteriza por ser relativamente de corta duración y realizado
siguiendo unos principios básicos como son: tecnología, movilidad,
oportunidad y el conocimiento del ambiente donde se desarrolla la
acción.
Dicho de otra manera, es un patrón de ataque donde unidades dispersas
en una red convergen en un mismo blanco desde diferentes direcciones
a n de mantener una presión sostenida generando caos en un
adversario desde la creación de una forma de orden aunque sea de corta
duración. En este modo de acción se busca evitar la simetría o la
asimetría debido a que constituyen una condición de desventaja porque
permite la comparación. Ello explica la idea de a-rostridad o
enmascaramiento que he hecho mención en otras re exiones[5].
Sobre la forma de comunicación que permite la congregación en una
red es lo que se ha denominado stigmergy sobre lo que ya hemos hecho
mención[6]. Sus principios, es decir, lo que permita que se constituya
en red son: horizonte compartido e intercambio de acontecimientos y
afectos. Estos son los elementos característicos en una red que creemos
necesario considerar para la constitución de un medio continuo, desde
la perspectiva social, que facilite a su vez la constitución de una nueva
república debido a que permite hablar de democracia y cosa pública
desde una perspectiva horizontal siguiendo el orden de la naturaleza.
Enjambre y constitución republicana
Hay dos visiones de las sociedades que podrían tener una o más
consecuencias políticas: la de la re-tribalización[7] y la del enjambre.
Con respecto a la primera visión, Redondo citando un texto de Bartlett
coincide en que el “exceso de información y conectividad ha fomentado
un modo divisivo de política tribal emocional, en la que la lealtad al
grupo y la ira desbancan a la razón y el compromiso” debido a que el
resultado político puede conducir al populismo. El tribalismo lo
entiende como identi cación con un grupo en función de carencias o
cualidades  determinadas. En esta identi cación, “la defensa de los
ideales deja de tener argumentos razonados para recurrir al dogma
aprehendido por la agrupación por intermedio de una incesante
repetición”. El populismo, por su parte, puede ser visto de dos maneras
diferentes como ‘ideología y comportamiento de los políticos que
de enden demagógicamente los intereses de las clases populares’ y
como ‘la puesta en marcha de procedimientos democráticos
antielitistas, capaces de incorporar a la vida política a las masas
populares que se habían sentido excluidas en etapas anteriores’.
Teniendo presente la experiencia venezolana, me interesa destacar que
el acto de incorporación de las masas ha tendido a convertir a estas en
rebaño de una ideología, por lo que podemos de nir el populismo como
el procedimiento de convertir en rebaño a una población mediante un
dispositivo que contiene elementos ideológicos y totalitarios.
Vista así las cosas según Bartlett citado por Redondo, el populismo se
apoya del ciberespacio por la facilidad de transmitir mensajes
caracterizados por su capacidad para remover las emociones y los
sentimientos generando así una especie de ujo que es direccionado
para destruir cualquier forma de oposición al orden totalitario. Así
pues, las TIC en el mundo de hoy no solo tiene la capacidad de ampliar
los mensajes populistas y de propagarlos rápidamente a donde se
desea, sino también, se comporta como un magni cador de las
llamadas para agrupar a la gente y removerlas íntimamente con el n
de conseguir unos propósitos acordes con la ideología que apuntan al
mantenimiento de ese orden político. Por lo que considera que gracias a
las TIC está cambiando la naturaleza de la política y de cómo actuamos
como seres-políticos. Y naliza a rmando que,
“Esto supone que haya una fragmentación de las identidades hasta
ahora estables,…, para ser sustituidas por unidades más pequeñas de
personas que piensan igual o de modo similar. Estamos asistiendo a
una re-tribalización que supone una auténtica amenaza para nuestras
democracias, básicamente porque tiene el efecto de magni car las
pequeñas diferencias existentes entre nosotros y transformarlas en
enormes abismos insalvables”.

Estas unidades más pequeñas es lo que nos ha permitido en pensar en el


Enjambre. Veamos ahora lo que piensa Byung-Chul Han.
Byung-Chul Han (2014), por su parte, ha señalado que los individuos en
la era digital se con guran a veces como multitudes inteligentes dentro
de un enjambre. Pero estas multitudes, como hemos señalado, son muy
fugaces e inestables, como los “rebaños” debido a su volatilidad. Pero
no consideró la existencia de un plano de inmanencia basado en ese
horizonte compartido e intercambio de acontecimientos y afectos.
Si creemos, como él señala, que en la era digital no es posible la
con anza por quedar obsoleta ante informaciones fácilmente
disponibles, la conexión digital ha pasado a ser una especie de
‘panóptico’ en sentido benthamiano[8] para explicar la creciente
instrumentación de dispositivos de control. Con lo cual, es posible
pensar a la sociedad actual desde una perspectiva global como una
especie de estado de naturaleza por el nivel de caos existente pero
contralada por un dispositivo. Desde esta perspectiva el orden del
instrumentador del dispositivo (panóptico) es el caos de la sociedad.
Con el control la principal exigencia de la sociedad es transparencia.
Sin embargo, este autor agrega dos aspectos a tener en consideración:
en primer lugar, que en este panóptico digital ha comenzado a
desaparecer la diferencia entre el controlador (Big Brother) y los seres
que integran las sociedades y, en segundo lugar, que se ha producido un
cambio de paradigma, es decir, se ha pasado a una sociedad que él
denomina psicopolítica de la transparencia. La psicopolítica, con ayuda
del panóptico digital, está en condiciones de leer pensamientos y de
controlarlos pudiendo intervenir en los procesos psicológicos desde el
mismo momento que es capaz de vigilar, controlar y mover a los
hombres no desde fuera, sino desde su mismo ser pudiendo desarrollar
rasgos totalitarios.
Pero Byung-Chul Han no desarrolló la capacidad que tienen los mismos
individuos de una sociedad de vigilarse y de vigilar al Big Brother. Esta
capacidad que me permitió introducir el concepto de estado de
naturaleza puede conducir a una estructura totalitaria y convertir un
enjambre en un rebaño o generar una nueva estructura política desde el
mismo momento que, la marca de un principio de autoridad a partir de
un cambio de estado de individuos que poseen un horizonte compartido
y pueden intercambiar acontecimientos y afectos (stigmergy). Este es el
momento en que podemos a rmar que estamos en una situación
constitutiva en el sentido que se puede generar un nuevo orden político.
La posibilidad de controlarse por falta de con anza es la base para
establecer un horizonte compartido que facilita la cooperación y la
generación de con anza en un nuevo sentido gracias a una experiencia
común aunque sea instantánea. Un panal no es permanente, una vez
que cumple su objetivo da paso a otro tipo de organización en un
movimiento que es un devenir. Esto no lleva al caso venezolano.
Enjambre y sociedad venezolana.
Desde que comenzó a instrumentarse el gobierno electrónico en el país,
por la acción de un tercer Estado que forma parte de un proyecto
político internacional (Foro de São Paulo), los venezolanos hemos
entrado al mundo digital. Esto no signi ca que la era de la sociedad de
la información no haya hecho que muchos venezolanos hayan entrado
a ese mundo mucho antes, por el contrario, nosotros hemos de alguna u
otra manera estado en la cresta de la ola de la era de la información, con
lo cual se puede hablar de la existencia de dos niveles de control. Las
TIC han dividido a los venezolanos en pasivos y activos. Todos los
venezolanos estamos controlados pasivamente por el Estado desde el
punto de vista electrónico, pero no desde el punto de vista psicopolítico.
Su modo de proceder apunta a la generación de miedo con el n de
empujar a los venezolanos a la soledad como medio de control.
La actividad o no actividad es la que escapa del control del Estado
aunque ello no signi ca que exista otro nivel de control superior
generado por los creadores de las TIC. En este caso es una ventaja. La
actividad o no actividad puede ser digital o no. La actividad digital
puede ser parcialmente controlada por el Estado y la actividad no
digital no puede ser controlada por el Estado. En esta parcialidad y la
incapacidad de controlar las actividades no digitales es donde el Estado
busca actuar con el n de evitar que se generen situaciones caóticas que
puedan amenazar su existencia. En este espacio de no control por parte
del Estado no existe el caos sino una forma de orden que es el orden
social desde el punto de vista histórico. En ese espacio el Estado ha
buscado ejercer un mayor grado de control por otros medios
convencionales: espionaje, in ltración, etc., pero hasta ahora no ha
podido efectivamente lograrlo debido a que la sociedad venezolana ha
podido resistir el caos generado por la tiranía y esta capacidad de
resistencia se le ha revertido a la tiranía en su contra porque ha tenido
un efecto erosivo en su estructura represiva y de control y se ha
reducido su capacidad de acción política a pesar del avance de su
proyecto totalitario. Este es el espacio de maniobra de la sociedad
venezolana dentro de una estrategia del enjambre. Desde aquí se puede
desbalancear desde adentro produciendo  incertidumbre y desorden a
partir de la impredictibilidad creando las condiciones de posibilidad de
crear un nuevo sistema al generar una parálisis estratégica.
El modo de acción para producir esta parálisis estratégica en la era
digital ha sido mediante la creación arti cial de sistemas intuitivos. Lo
que nosotros creemos es que el horizonte compartido y la posibilidad
de intercambiar acontecimientos y afectos es un plano de inmanencia
natural de carácter intuitivo que facilita la ejecución de acciones
tácticas individuales masivas y dañinas contra la tiranía con
consecuencias estratégicas. Sólo hace falta desplegar la iniciativa.
Bibliografía Consultada

AGAMBEN, G. (2015). Stasis. La guerra civile come paradigma político.


Homo sacer II, 2. Torino. Bollati Boringhieri. 83 p.

ARQUILLA, J. y RONFELDT, D. (2000). Swarming and the Future of


Con ict. Washington. [Documento en Línea]. Disponible:
www.rand.org. [Consulta: 05JUN2012]. 102 p.

BLANCO, E. (2016). Ontología de la Guerra. Crítica del concepto de


guerra en las obras de Hardt y Negri. Caracas. Editorial Rivero-Blanco.
452 p.

BOYD, J. (1976/2012). “Destrution and Creation”. Atlanta. [Documento


en Línea]. Disponible: www.d-n-i.net [Consulta : 14ABR2013].

5 BYUNG-CHUL HAN. (2014).  En el Enjambre. Barcelona. (T. R. Gabás).


Editorial Herder. 111 p
DELEUZE, G y GUATTARI, F. (2008). Mil Mesetas. Capitalismo y
Esquizofrenia. 8º éd. Valencia. (T. J. Vásquez y U. Larraceleta).  Editorial
Pre-Textos. 522 p.

KEEGAN, J. (1994). A History of Warfare. New York. Vintage Books. 432


p.

8 REDONDO, S. (2018). “Sobre la re-tribalización de la política en el


espacio digital”. [Documento en Línea]. Disponible:
http://entreparentesis.org/retribalizacion-politica/ [Consulta:
28MAY2018].

ROSALES, A. (1971/2018). Dynamis y Energeia. Caracas. Editorial


Apuntes Filosó cos. 124 p.

ŽIŽEK, S. (2006). Órganos Sin Cuerpo. Sobre Deleuze y consecuencias.


Valencia (T. A. Cuspinera). Editorial Pre-Textos. 245 p.

[1] Un Cuerpo sin Órganos es una estructura, sin orden, sin jerarquías,
donde “lo que hace de órganos… se distribuye según fenómenos de
masa,… bajo la forma de multiplicidades moleculares” (Deleuze y
Guattari, 2008). Sobre el Cuerpo sin Órganos, Žižek (2006) ha
expresado que la visión de revolución ha partido de la idea de que
paradigmáticamente se ha pensado revolucionar algo que está estable,
pero se plantea la interrogante acerca de ¿cómo es posible realizar una
revolución en un contexto de constantes cambios…” .
[2] Ver al respecto: “T. E. LAWRENCE Y LA ESTRATEGIA DEL
ENJAMBRE” en http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2018/01/t-e-
lawrence-y-la-estrategia-del.html .
[3] Este autor alertó sobre las limitaciones en el tratamiento del
problema de la verdad en el proceso que se llevó a cabo para uni car las
ciencias al indicar, en primer lugar, que no todo lo verdadero es
demostrable, en segundo lugar, no había cálculo que supliera la
semántica (hay lenguaje donde lo que se puede deducir es verdadero) y,
en tercer lugar, la consistencia entre deducciones y razonamientos, en
términos aristotélicos, sólo podría obtenerse si se especi ca en qué
lógica se está trabajando.
[4] Para una mayor explicación de estos aspectos, ver: Blanco (2016).
Ontología de la Guerra. crítica a los conceptos de guerra en las obras de
Hardt y Negri.
[5] Ver al respecto: “AUCTORITAS SITUACIONAL, MULTITUD Y
COLAPSO SISTÉMICO” en:
http://edgareblancocarrero.blogspot.com/2017/11/auctoritas-
situacional-multitud-y.html
[6] Ibíd.
[7] Articulo posteado por Yurimia Blanco.
[8] Ver al respecto: Foucault, M. (1979). Jeremías Bentham. El
Panóptico. El Ojo del Poder. Madrid. Editorial La Piqueta. 149 p.
https://iedimagen. les.wordpress.com/2012/02/bentham-jeremy-el-
panoptico-1791.pdf

También podría gustarte