CONSTITUCIONAL EN REPÚBLICA DOMINICANA, Y EL NECESARIO DESLINDE ENTRE LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL Y LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO- ADMINISTRATIVA
Allan R. Brewer-Carías
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO
(UASD)
LICDA. DIANA CAROLINA MATEO RIVERA
SOBRE EL PRINCIPIO DE LA UNIVERSALIDAD DEL CONTROL JURISDICCIONAL DE LA ACTIVIDAD ESTATAL EN REPÚBLICA DOMINICANA.
La consecuencia fundamental de los principios de supremacía constitucional, de
formación del derecho por grados y de legalidad que derivan del texto de la Constitución de República Dominicana,1 es que todos los actos estatales están sometidos a control jurisdiccional, no existiendo en el ordenamiento jurídico dominicano actos estatales excluidos de dicho control judicial. De allí que, dentro del marco constitucional del derecho público dominicano, también se identifique el principio de la universalidad del control de los actos estatales por parte de los órganos del Poder Judicial.
EL CONTROL DE LA CONTRARIEDAD AL DERECHO DE LOS ACTOS
Pero en paralelo al sistema de de justicia constitucional, en la Constitución de
República Dominicana, a los efectos de asegurar la sumisión y conformidad al derecho de los reglamentos y demás actos administrativos, conforme al principio de la legalidad que deriva del Estado de derecho, también se ha previsto la garantía judicial específica respecto de los mismos a cargo de los tribunales de la jurisdicción contencioso-administrativa, es decir, del conjunto de órganos judiciales encargados de controlar la legalidad y la legitimidad de las actuaciones de la Administración, tanto por sus actos, omisiones y en general, la actividad administrativa, como por las relaciones jurídico-administrativas en las cuales aquella intervenga.
La norma fundamental que constitucionaliza esta jurisdicción en República
Dominicana está contenida en el artículo 165.2 de la Constitución, la cual atribuye a los tribunales la misma competencia para Conocer de los recursos contenciosos contra los actos, actuaciones y disposiciones de autoridades administrativas contrarias al derecho como consecuencia de las relaciones entre la Administración del Estado y los particulares (...) LA DISTINCIÓN ENTRE EL CONTROL QUE EJERCE LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL Y EL CONTROL QUE EJERCE LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA.
Ahora bien, el establecimiento paralelo de un sistema de control judicial, de
conformidad con el derecho de los actos estatales, atribuido en República Dominicana, por una parte, a la jurisdicción constitucional para el control de constitucionalidad de ciertos actos estatales, y por la otra, a la jurisdicción contencioso-administrativa para el control de conformidad con el derecho de los actos administrativos, impone la realización de la tarea fundamental consistente en establecer una clara distinción entre ambas jurisdicciones.
Esta, en el caso de República Dominicana, como es en general en el derecho
comparado, se ha establecido en la Constitución en relación con los actos impugnados, y no en relación con los motivos de impugnación, en el sentido de que la jurisdicción constitucional no es la única que controla la constitucionalidad de los actos estatales, pues la jurisdicción contencioso- administrativa también controla la constitucionalidad de los actos estatales.
EL SISTEMA DE JUSTICIA CONSTITUCIONAL CONCEBIDO EN LA
CONSTITUCIÓN. Los mismos sean dictados en ejecución directa e inmediata de la Constitución. De resto, los otros actos estatales, llámense igualmente “decretos, reglamentos o resoluciones”, serían actos administrativos dictados .República Dominicana sigue las características del sistema mixto o integral adoptado en otros países latinoamericanos como Colombia, Venezuela, Perú, Brasil, Ecuador, Guatemala, Nicaragua y México, en el cual se combina el control difuso de la constitucionalidad de las leyes, cuyo ejercicio corresponde a todos los jueces, con el sistema de control concentrado de la constitucionalidad de las leyes y oros actos estatales, atribuido a un tribunal constitucional, como jurisdicción constitucional. ALGO SOBRE LA DISTINCIÓN ENTRE LA JURISDICCIÓN ONSTITUCIONAL Y LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA.
En relación con el texto para el artículo 26 (Representación procesal del Estado)
del proyecto de ley, en el cual se preveía establecer que “la representación del Estado en los casos de procesos constitucionales contra la Administración se regirá por las leyes de lo contencioso- administrativo vigentes. En los demás casos y materias, el Estado estará representado por el Ministerio Público o los abogados que el Estado tenga a bien designar.
COMENTARIO: La expresión “procesos constitucionales contra la dministración
que se desarrollan ante la jurisdicción contencioso- administrativa”, sugiere que el proyecto sigue el criterio de distinción entre la jurisdicción constitucional y la contencioso- administrativa, con base en los actos impugnados, y no con base en los motivos de impugnación.
LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD.
En la Ley del Tribunal Constitucional y los Procedimientos Constitucionales, el
control concentrado de la constitucionalidad, conforme a la Constitución, se atribuye al Tribunal Constitucional, el cual está definido como “el órgano supremo de interpretación y control de la constitucionalidad” (Art. 1).
Véase en general, Brewer-Carías, “El sistema de justicia…, en VII Encuentro
Iberoamericano…, pp. 285-330.
A tal efecto, y siguiendo lo previsto en la Constitución, en la ley orgánica se lo
concibe como una institución autónoma de los poderes públicos y de los demás órganos del Estado (Art. 1), por lo cual, los jueces integrantes del Tribunal no están sujetos a mandato imperativo ni reciben instrucciones de ninguna autoridad; no incurriendo en responsabilidad por los votos emitidos en el ejercicio de sus funciones (Art. 18). Por ello, el artículo 3 de la Ley Orgánica expresamente dispone que
en el cumplimiento de sus funciones como jurisdicción constitucional, el Tribunal
Constitucional solo se encuentra sometido a la Constitución, a las normas que integran el bloque de constitucionalidad, a esta ley orgánica y a sus reglamentos.
PRECISIÓN SOBRE EL OBJETO DE LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD.
La competencia del Tribunal Constitucional en materia de control concentrado de
la constitucionalidad está definida en la Ley Orgánica, en la Sección I (Del control concentrado de constitucionalidad) del Capítulo I (Del control de constitucionalidad) del Título II (De los procesos y procedimientos constitucionales), estableciéndose que dicho control se ejerce mediante el conocimiento de “la acción directa de inconstitucionalidad” que puede ser interpuesta ante el Tribunal Constitucional “contra las leyes, decretos, reglamentos, resoluciones y ordenanzas, que infrinjan, por acción u omisión, alguna norma sustantiva” (Art. 36).
Se entiende, por supuesto, que en esta expresión de infracción de “norma
sustantiva”, el artículo se está refriendo a las infracciones constitucionales, tal como se definen en el artículo 6 de la Ley Orgánica.