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El método preventivo es el medio para educar, se orienta en la posibilidad que tiene todo
hombre de educarse, preparándolo para que evite el mal y crezca virtuosamente en la verdad,
en el bien y la belleza.
La educación no se centra sólo en evitar que caiga el educando en el vicio sino antes que nada,
que crezca en la virtud, en la perfección de sus potencialidades, que llegue a la unión con Dios.
En la educación no se educa por educar; educar por educar no tiene sentido. Se educa en
orden a un fin que es contrario a la naturaleza del hombre, en orden al fin último y absoluto
que es Dios.
Para Don Bosco, educar es salvar almas, salvando la propia y dando gloria a Dios.
San Juan Bosco, dice sobre el método preventivo que consiste en dar las prescripciones y el
Reglamento y vigilar después de manera que los alumnos tengan siempre sobre sí el ojo
vigilante del Director y los docentes, los cuales, como padres amorosos, hablen, sirvan de guía
en toda circunstancia. Consiste en poner a los niños en la imposibilidad de pecar.
El arte de ganar el corazón de los jóvenes, de modo que caminen con alegría y satisfacción
hacia el bien, corrigiendo desviaciones y preparándose para el mañana por medio de una
sólida formación de su carácter.
La razón
Al decir, que la razón es una de las columnas del método preventivo, es recuperar la dimensión
más íntima del hombre en el conocimiento de la verdad.
En concreto, el primer pilar de Don Bosco: es la razón que se nutre de la verdad. Su misión es
hacer enamorar a los niños y los jóvenes de la verdad.
“Educar la inteligencia de vuestros niños. No les den falsas ideas, o explicaciones falsas de las
cosas; no respondan a sus preguntas, cualquiera que sea, con bromas o con afirmaciones no
verdaderas, aprovecharlas para dirigir y encauza, con paciencia y amor.
La Religión
Para Don Bosco la tarea educativa se relaciona y se orienta hacia la religión, en orden a la
trascendencia, a la Gloria de Dios y la salvación de las almas. La religión es el fundamento y la
coronación de una educación completa e integral.
San Juan Bosco posee una visión teocétrica, es decir, educa para Dios y busca elevar a cada
hombre a la unión con Dios.
La educación como el camino del alma a Dios, a través de la Religión Católica, se realiza con
diversos elementos:
Temor de Dios
Don Bosco nutrido de lo religioso, quiere para sí y para sus educandos el santo Temor, pero no
el temor servil ni mercenario sino filial.
Este temor de Dios “que es el primero de los dones del Espíritu Santo, el que inspira una
reverencia filial hacia la majestad de Dios, de modo que nos abstenemos del pecado por temor
de ofender a Dios”.
La muerte
La pedagogía de Don Bosco, es una preparación para el cielo mediante una santa muerte.
¿Qué importancia poseen nuestras pedagogías hablar de las postrimerías? Hoy no se habla ni
del cielo ni del purgatorio ni del infierno. El hombre, de mentalidad horizontalista huye de
Dios, es un desertor de lo eterno.
Para saber morir hay que saber vivir. Y el vivir bien, es vivir virtuosamente. La pedagogía de
Don Bosco tiene en cuenta el “no perder el tiempo”, no “dejar para mañana ni para después p
Don Bosco decía:” He aquí, mis queridos niños, cómo el que quiere ser grande, debe comenzar
desde pequeño a caminar con valor el sendero de la virtud.”
Uno de los problemas más graves de la sociedad actual es haber perdido el sentido del pecado,
por tanto, la necesidad de Dios que salva. Y carecer del sentido del pecado, es no aceptar estar
enfermo estándolo. El drama actual se da por la pérdida de la visión trascendente de los
propios actos, sean buenos o malos.
Una vez perdido el sentido de Dios y la percepción de nuestra relación con Él, relación
íntimamente vinculante ( la ley moral) en el campo de la acción y por lo tanto, de nuestro
comportamiento responsable respecto a Él, se pierde asimismo el sentido del pecado.
Don Bosco coloca todo el énfasis posible en que el niño no sólo se confiese sino que lo haga
muy bien. Recordarles a los niños el gran secreto de la confesión y de ser posible con el mismo
confesor, que puede ser como un director espiritual, sino fuese posible, confesarse con otros
sacerdotes.
La Eucaristía
Don Bosco considera los Sacramentos de la Confesión y la Comunión, como columnas que
deben sostener el edificio educativo.
Don Bosco hacía confluir todo hacia la confesión y la comunión. Hacía jugar para llegar a la
confesión, hacía divertir y estar alegres para abrir la serenidad del alma hacia la comprensión
de la comunión.
El verdadero educador debe saber inculcar en sus discípulos, como el sacerdote en sus fieles y
los padres en sus hijos, un santo temor unido al santo amor que crece en la unión con Dios.
Un educador que no ora no educa. Cómo va a llevar las almas a Dios si él no está con Dios. La
educación dice Don Bosco, es cosa del corazón.
Para poder hablar de Dios (educar), hay que hablar antes con Dios (oración). Nadie puede
hablar de Dios, si antes no habló con Dios. La educación es fruto de la contemplación. El buen
educador, debe llenarse de todo lo bueno, de Dios, para luego desbordar y dar a los demás lo
contemplado.
El ideal educativo que propone Don Bosco no es nada fácil, es en definitiva el camino de la
Cruz. La Cruz es el camino estrecho, la exigencia, el sacrificio, el esfuerzo y la Voluntad de Dios.
Hacer crecer en los niños la devoción a la Santísima Virgen que es el sostén de todo fiel
cristiano.
El amor
Para Don Bosco el tercer pilar del Método Preventivo, es el Amor. No es el amor sensible sino
el amor-Caridad.
El amor en Don Bosco se trata de una actitud cotidiana, que no es simple amor humano sino
caridad sobrenatural.
Sin amor no se educa, ya que educar conlleva dar un bien al que se educa y sólo el que ama, al
educar, quiere ayudar comunicando bienes.
Dice Don Bosco: no esperen que los jóvenes se acerquen, vayan ustedes a ellos, den ustedes el
primer paso, procuren comprenderlos, gustar lo que a ellos les gusta, perder su vida en la de
ellos.