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La epilepsia constituye una enfermedad cerebral crónica que afecta a personas sin

distinción de edad, sexo, raza o nacionalidad y se caracteriza por convulsiones


recurrentes. Las mismas constituyen episodios breves de contracciones musculares que
pueden afectar a una parte del cuerpo (convulsiones parciales) o a su totalidad
(convulsiones generalizadas) y a veces se acompañan de pérdida de la consciencia y del
control de los esfínteres.

A continuación presentamos 10 elementos claves a tener en cuenta cuando se quiera


hablar sobre epilepsia en la infancia.

1. La epilepsia constituye una enfermedad cerebral crónica

Se origina en el cerebro debido a descargas neuronales asociadas a síntomas clínicos o


paraclínicos y afecta a personas sin distinción de edad, sexo, raza, nacionalidad y se
caracteriza pero convulsiones recurrentes.

2. El origen de la epilepsia se debe a lesiones cerebrales, factores genéticos,


traumatismos craneales o lesiones durante el parto.

Estas resultan las principales causas, aunque no quiere decir que puedan existir otras
como el alcoholismo, la drogadicción, o defectos nutritivos que igualmente y en casos
excepcionales puedan producir epilepsia.

3. En el caso de la epilepsia infantil, cuando se le proporciona tratamiento a un


infante con este padecimiento, la respuesta que tendrá al mismo será la de control
de las crisis.

Las falsas creencias que existen al asociar la enfermedad con bajo rendimiento escolar
y mala conducta pudieran conllevar a pensar que bajo tratamiento el infante corregiría
estos problemas que en lo absoluto son provocados por la enfermedad.

4. Los fármacos antiepilépticos no producen daño alguno al paciente que los


emplea.

En esta afirmación también se pone de manifiesto el bajo nivel de conocimientos de la


población en general pues generalmente se expresa que los medicamentos producen
efectos colaterales que inciden en la conducta, el aprendizaje u otros trastornos de
salud.

5. La inteligencia de un infante con epilepsia es igual a la de uno sin la


enfermedad.

La epilepsia constituye una enfermedad cerebral pero no afecta la inteligencia de quien


la padece.

6. El infante con epilepsia no necesita estar en una escuela de enseñanza especial.


La escolarización de los infantes con epilepsia puede transcurrir en una escuela normal.
Ratificando lo del aspecto anterior, estos infantes ni presentan retardos en el
aprendizaje.

7. El infante con epilepsia mantiene una conducta similar a los niños sanos.

En el caso de que exista algún tipo de trastorno del comportamiento unido a una
epilepsia no quiere decir que el mismo fue provocado por la epilepsia y sí por el
trastorno cerebral. Con frecuencia coexisten trastornos reactivos en el infante con
epilepsia. La necesidad constante de superar la enfermedad, los rechazos en la escuela y
en los grupos sociales en los que comienzan a insertarse unido a los prejuicios sobre la
enfermedad provocan cargas emocionales que se manifiestan en la conducta del infante,
estas cargas adyacentes por lo general suelen acarrear males peores que la propia
enfermedad.

8. La exigencia en el aprendizaje para un infante con epilepsia es del mismo rigor


que para un infante sin este padecimiento.

Como anteriormente se ha planteado, ni la inteligencia ni el comportamiento de un


infante con epilepsia varían respecto a los infantes que no la poseen.

9. Para el infante con epilepsia no existen limitaciones en cuanto a la realización de


actividades.

Restringir a los infantes de ver televisión, usar computadoras, ir a la playa, estudiar,


jugar con otros niños, montar bicicleta, hacer deportes, viajar, etc. resulta un proceder
totalmente erróneo por parte de los cuidadores, si las crisis son muy frecuentes se tienen
en cuenta medidas de supervisión mas nunca limitar que puede traer como resultados
marginaciones y rechazos por parte de sus iguales.

10. La conducta correcta a seguir si se esta en presencia de un infante con una


crisis sería: a) mantener la calma, b) acostarlo en el suelo, c) poner al niño de lado,
d) luego de la crisis orientarlo.

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