La música clásica se remonta hacia épocas muy antiguas, en donde civilizaciones como la
griega y la romana, comenzaban a dar las primeras muestras de expresión artística. Con los
instrumentos y sonidos utilizados para amenizar ceremonias y diferentes eventos; la
musicalización fue evolucionando, prosperando más que nada dentro del ámbito religioso.
Hacia la Edad Media, no era de extrañar que las principales demostraciones musicales
consistieran en canciones litúrgicas y cantos gregorianos.
No obstante, el tiempo rendiría sus frutos y con el paso de los años, la música se extendería al
pueblo por medio de trovadores y artistas y finalmente, haciéndose presente por medio de la
figura de reconocidos músicos, tales como Mozart y Beethoven.