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Fiscalía en lo Penal Especial de Derechos Humanos

Av. 9 de julio Nº 222 Primer piso – Resistencia


(03722) - 15730566 - 452980
fisc-derhumanos-res@justiciachaco.gov.ar
Poder Judicial de la Provincia del Chaco

Resistencia, 10 de noviembre de 2009.

AUTOS Y VISTOS: Que arriban las presentes actuaciones a ésta Fiscalía en lo


Penal Especial de Derechos Humanos, remitidas por el Instituto Nacional contra la
Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), con motivo de la presentación de
un grupo/colectivo de personas en condiciones de vulnerabilidad, que ocuparon las
viviendas en construcción del Barrio 40 Viviendas (PLAN FEDERAL HABITACIONAL) de
Villa Barberán, en la zona sur de la Ciudad de Resistencia y fueron desalojados el día
08 de mes de octubre del año en curso, a raíz de la orden librada en los autos
caratulados: "FRIGERIO ALEJANDRO PABLO EDUARDO S/DENUNCIA DE
USURPACION", EXPTE. Nº 26730/09 del registro de la Fiscalía de Investigaciones Nº
10, a cargo de la Dra. Lilian Beatriz Irala, I Circunscripción Judicial, Poder Judicial,
Provincia del Chaco.
Que estas personas (que suman alrededor de CUARENTA (40) FAMILIAS) por el
momento se encuentran alojadas en el Hogar de Tránsito sito en calle Arturo Illía Nº
1313, de ésta Ciudad, proporcionado por la Secretaría de Desarrollo Social y Derechos
Humanos, dependiente del Poder Ejecutivo de la Provincia del Chaco.
CONSIDERANDO: Que de las constancias de las actuaciones remitidas por el
INADI –CHACO-, surgen -en principio- claramente dos cuestiones que no pueden dejar
de considerarse por quien suscribe: En primer término, que las personas que
acudieron a dicho Instituto, se encuentran en condiciones de ―hacinamiento‖ en el
albergue transitorio proporcionado, y segundo, que conforme se expresa en el punto
MEDIDAS A TOMAR, de la denuncia ante el organismo mencionado, el presente
representa un problema social, que escapa a la acotada, estricta y rigurosa
competencia asignada a la Fiscalía Penal Especial de Derechos Humanos.
Véase que de acuerdo a lo establecido por el art. 20 Bis de la Ley Nº 5.702
(que regula la competencia y facultades de esta dependencia), la intervención de éste
Fiscal se circunscribe al delito de tortura (Art. 144 tercero del Código Penal), o bien al
delito de severidades, vejaciones o apremios ilegales (art. 144 Bis del C.P.), y a
cualquier otro“TRATO DEGRADANTE, refiriendo con esta expresión a “todo acto
realizado por agentes del estado u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a
instigación suya o con su consentimiento o aquiescencia, destinado a producir en una

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persona más que el dolor físico, sentimientos de miedo, angustia, inferioridad,
humillación, envilecimiento o quiebre de sus resistencia física o moral.
Que en tal caso, la acción siempre debe tener un encuadre típico penal, esto
es, subsumirse en alguna de las disposiciones de la parte especial del Código Penal,
para permitir o fundar la legitimación del fiscal como parte querellante, de acuerdo a
la norma citada.
Cabe advertir además que, a pesar de los manifestado en el punto
DESCRIPCION DE LA SITUACION O EL ACTO DISCRIMINATORIO QUE MOTIVA LA
PRESENTACION ANTE EL INADI (en donde quien o quienes manifiestan haber sido
desalojados“de manera violenta, el deshaucio se llevo adelante con la presencia de
la Fiscalía Penal Especial de Derechos Humanos, precisamente para salvar las
garantías y la integridad de estas personas, por lo cual debe descartarse tal
manifestación en cuanto en ningún momento se ejerció violencia física, ya que desde
el inicio hasta el momento en que estas personas quedaron finalmente alojadas en el
alberque referido, se han observados los procedimientos de rutina para estas
ocasiones, más allá de la situación posterior de hacinamiento denunciadas.
Sin perjuicio de ello, entendemos que existe una responsabilidad común, de
todos los poderes estatales que corresponden a un estado de derecho, democrático,
constitucional en una república federal, más allá de la competencia que correspondiere
en cada caso; y más aún porque en el supuesto en cuestión, el suscripto integra una
dependencia/agencia de uno de los poderes del Estado, que tiene en sus manos la
protección de los Derechos Humanos, entre los que sin duda alguna se encuadra el
derecho de los aquí peticionarios.
En concreto, estas personas no cuentan con un lugar vivir o donde permanecer
de manera definitiva, sino que tal como describen, están hacinados compartiendo un
lugar común, donde además (sin entrar a analizar si reúnen o no los requisitos
mínimos para que puedan habitar), no pueden permanecer in eternun. Como su
nombre lo indica, estos lugares son albergues transitorios u hogares de tránsito, que
de manera alguna pueden resolver definitivamente o de manera programada el
problema social estructural en algunos de ellos, descripto.
Dentro de este grupo de personas/colectivo hay, entre otras situaciones,
madres con niños discapacitados o con capacidades diferentes, según pudo
corroborarse, personas con distintos problemas de salud, madres con niños de muy
corta edad, sin otras posibilidades que las aquí se han expuesto, es decir: ser
albergados por un tiempo, la ocupación, en principio ilegítima o el espacio público, la
calle.
No escapa al suscripto el hecho de que existe un proceso penal, en donde se ha
recibido declaración de imputado (arts. 304 del Código Procesal Penal del Chaco) a

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estas personas por el delito de ―usurpación‖ (arts. 181 y cc., del Código Penal), sin
perjuicio de lo cual, tampoco puede perderse de vista que estas personas recurrieron
a esta conducta por una situación de necesidad, como última y única alternativa o
posibilidad existente (según mencionaron al momento de ser desalojados). Tampoco
es menos cierto que, los mismos son ajenos a este estado, ya que el hecho de no
tener una vivienda digna propia escapa a los mismos.
Claramente entonces, lo relatado permitiría encuadrar penalmente a la
conducta como una situación de necesidad (ESTADO DE NECESIDAD JUSTIFICANTE,
art. 34 inc. 3ª del Código Penal) que como es sabido excluye cualquier posible
antijuridicidad e ilicitud de la conducta, no llegando a configurar el injusto, y por lo
tanto, tampoco el delito. No existirían consecuencias penales para un proceder como
el señalado, a pesar que tal planteo será formulado, en su caso, en el expediente
señalado por quien posea legitimidad para hacerlo. Solo se menciona esta
circunstancia, para no subsumir hechos delictivos en derechos humanos, o pretender
la no contemplación de lo peticionado por este grupo de personas vulnerables, con tal
justificativo.
De esta manera y en atención a los argumentos señalados y los que a
continuación se agregan, entendemos que, sin perjuicio de no tomar la intervención
indicada ende el art. 20 Bis de la Ley Nº 5.702 (promover la investigación y
constituirse en querellante), resultaría una solución respetuosa de los distintos
intereses involucrados, someter el conflicto a una mediación judicial, en donde se
escuche a las partes y se trabaje en una solución posible y probable, en el marco de la
normativa de fondo y de forma que rige la materia.
La extensión de los CONSIDERANDOS obedece a una sencilla razón doctrinaria.
Estos últimos años la doctrina va ofreciendo pistas capaces, en determinado momento,
de producir nuevas y creativas instancias de aplicación de los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, y quizás esta convocatoria a AUDIENCIA DE MEDIACION sea una
de ellas.
En el presente Decreto –Considerandos-, tratamos de llevar adelante una
descripción de las bases, las consecuencias y el contenido de un derecho en particular
que aparece en muchos textos jurídicos internacionales, entre ellos el Pacto de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales y la Declaración Universal: el derecho
humano a una vivienda adecuada, éstos garantizan un conjunto de derechos
humanos, la interdependencia e indivisibilidad de todos los derechos es un principio
aceptado desde hace un tiempo.
Con la Declaración de Vancouver -1976-, comenzó a desarrollarse diversos
instrumentos vinculados con los asentamientos humanos, a la que siguió la
proclamación del Año Internacional de la Vivienda para las Personas sin Hogar en

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1987, y la aprobación de la Estrategia Mundial de la Vivienda hasta el Año 2000 por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en 1988.
Esta Fiscalía PEDH, considerando la aprobación y vigencia por parte del Comité
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en el 24º período de sesiones,
Ginebra, 13 de noviembre a 1º de diciembre de 2000; Distr. GENERAL
E/C.12/2000/13, que se conoce como los Principios de Limburgo relativos a la
aplicación del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y las
Directrices de Maastricht sobre las violaciones de los derechos económicos sociales
y culturales, establecen: Parte I. NATURALEZA Y ALCANCE DE LAS OBLIGACIONES DE
LAS PARTES CONTRATANTES. A. Notas generales 1. Los derechos económicos,
sociales y culturales son parte integrante de la legislación internacional sobre derechos
humanos. Ellos son objeto de obligaciones contractuales específicas en varios
acuerdos internacionales, en particular el Pacto Internacional sobre los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales....9. Las organizaciones no gubernamentales
pueden desempeñar un papel importante para fomentar la aplicación del Pacto. Por
este motivo, se debería propiciar esta función de las organizaciones no
gubernamentales tanto a nivel nacional como internacional.
10. Los Estados Partes del Convenio son responsables ante la comunidad
internacional y ante sus propios pueblos por el cumplimiento de las obligaciones que
se derivan del Pacto.
11. Un esfuerzo nacional concertado, con la participación de todos los sectores
de la sociedad es por lo tanto indispensable para el logro progresivo de los derechos
económicos, sociales y culturales. La participación popular será necesaria en cada
etapa, como por ejemplo, en la formulación, la aplicación y examen de las políticas
generales en cada país.
B. Principios interpretativos directamente relacionados con la parte II
del Pacto. Art. 2.1 - "Adoptar medidas… por todos los medios apropiados, inclusive
en particular la adopción de medidas legislativas"….
19. Los Estados Partes deberán dotarse de recursos efectivos, tales como las
apelaciones ante un magistrado, cuando sea necesario.
Artículo 2.2 - La no discriminación
35. El artículo 2.2 exige su aplicación inmediata e implica una garantía explícita
en el interés de los Estados Partes. Se debería, por lo tanto, someter este artículo a
estudio judicial y a otros tipos de métodos de recurso.
Por su parte en las Directrices de Maastricht sobre las violaciones de los
derechos económicos sociales y culturales, enumera algunas cuestiones que hacen
centrar el interés de ésta Fiscalía PEDH, por ejemplo:
Sanciones penales

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21. Las víctimas de violaciones de los derechos económicos, sociales y
culturales no deben ser objeto de sanciones penales motivadas meramente por su
condición de víctimas, por ejemplo, en aplicación de leyes que sancionan a los que
carecen de domicilio. Por otra parte, nadie debe ser penalizado por reclamar sus
derechos económicos, sociales y culturales.
Acceso a las vías de reparación
22. Toda persona o toda colectividad que sea víctima de una violación de un
derecho económico, social o cultural tendrá acceso a un recurso judicial efectivo o a
otras vías de reparación apropiadas, tanto en el plano nacional como en el
internacional.
Reparación adecuada
23. Todas las víctimas de violaciones de los derechos económicos, sociales y
culturales tienen derecho a una reparación adecuada, que puede revestir la forma de
restitución, compensación, rehabilitación y satisfacción o de garantías de no
repetición.
Prohibición de toda aceptación oficial de las violaciones
24. Los órganos judiciales nacionales y los demás órganos evitarán hacer
declaraciones que puedan tener como resultado la aceptación oficial de la violación de
una obligación internacional cometida por el Estado interesado. Como mínimo, las
autoridades judiciales nacionales habrán de tomar en consideración las disposiciones
correspondientes de la normativa internacional y regional en materia de derechos
humanos como ayuda interpretativa al formular cualquier decisión relativa a
violaciones de los derechos económicos, sociales y culturales.
El derecho a una vivienda adecuada es uno de los derechos económicos,
sociales y culturales que han sido objeto de una atención y un fomento cada vez
mayores, no sólo por parte de los órganos de derechos humanos, sino también del
Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (Hábitat).
Por la importancia que tiene un lugar seguro donde vivir para la dignidad
humana, la salud física y mental y en general la calidad de vida, es posible apreciar
algunas de las relaciones entre la vivienda y los derechos humanos. En todas partes
se considera que la vivienda adecuada es una de las necesidades humanas
fundamentales.
El acceso al agua potable y a las instalaciones de saneamiento son
también necesidades básicas que se asocian directamente con la vivienda.
El derecho a una vivienda adecuada es la piedra angular de la
Estrategia Mundial de la Vivienda:
"El derecho a una vivienda adecuada está reconocido universalmente por la
comunidad de países... Todos los países, sin excepción, tienen algún tipo de obligación

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con respecto al sector de la vivienda, como lo demuestra la creación de ministerios u
organismos de la vivienda, la asignación de fondos al sector de la vivienda y las
correspondientes políticas, programas y proyectos... todos los ciudadanos de todos los
Estados, por pobres que puedan ser, tienen derecho a esperar que sus gobiernos se
preocupen de sus necesidades en materia de vivienda y que acepten una obligación
fundamental de proteger y mejorar las casas y los barrios en lugar de perjudicarlos o
destruirlos."
En la Estrategia Mundial se define la vivienda adecuada de la siguiente
manera: disponer de un lugar donde poderse aislar si se desea, espacio adecuado,
seguridad adecuada, iluminación y ventilación adecuadas, una infraestructura básica
adecuada y una situación adecuada en relación con el trabajo y los servicios básicos,
todo ello a un costo razonable.
CELS, presentación de su informe 2009. Legislatura de la Provincia del
Chaco.
El CELS, (Centro de Estudios Sociales y Legales) el pasado viernes 06 de
noviembre del corriente año, presentó su Informe 2009. Cabe destacar que entre los
considerandos y comunicados de prensa, la citada ONG´s, afirma:
―"Déficit habitacional y desalojos en la ciudad de Buenos Aires. El Informe
del CELS también aborda la situación del derecho a la vivienda en la ciudad de Buenos
Aires. Este derecho, si bien se encuentra reconocido a nivel normativo, resulta
sistemáticamente vulnerado por la actuación del Estado. Más aún: la lógica del
mercado parece tener directa consecuencia en la situación habitacional de los sectores
más vulnerables cuando se impulsan desalojos de forma masiva y se generan
obstáculos directos e indirectos para el acceso a la vivienda.
Como consecuencia de este fenómeno, hubo un fuerte incremento en la
cantidad de procesos de desalojo ingresados a la Justicia, sin que se genere en la
agenda estatal un espacio de discusión que tome en consideración la
dimensión del problema habitacional y aporte soluciones a esta problemática.
Si bien en su mayoría se trata de procesos impulsados por particulares, también hay
una gran cantidad que han sido promovidos por el propio Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires (GCABA), en tierras e inmuebles que están bajo su
dominio, y por el Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado
(ONABE), respecto de terrenos de propiedad del Estado nacional.
En este marco, la Fiscalía PEDH, considera necesario iniciar–a partir de
la sustanciación de la convocatoria al recurso de la Mediación-, un espacio de
diálogo constructivo entre las partes, sobre el acceso a la vivienda, los
desalojos forzosos ya llevados adelante y sentar una plataforma de debate
sobre la inminencia de otros desalojos judiciales en trámite ante las Fiscalías

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de Investigación de ésta Circunscripción judicial.
Por ello a título ilustrativo, entre los Considerandos, ésta Fiscalía PEDH,
introdujo un sinnúmero de documentos, programas y partes sustanciales de
normativas que hacen al Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
Esta Fiscalía PEDH, tomando en cuenta la vigencia plena de los PRINCIPIOS
DE BANGALORE SOBRE CONDUCTA JUDICIAL, interpreta que se ajusta a los
considerando del mismo, que entre cuestiones manifiesta que:
―"CONSIDERANDO que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
garantiza que todas las personas son iguales ante los tribunales y que toda persona
tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal
competente, independiente e imparcial, establecido por la ley, en la substanciación de
cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o para la determinación de
sus derechos u obligaciones de carácter civil.
Que asimismo, ECOSOC 2006/23 Fortalecimiento de los principios
básicos de la Conducta Judicial del Consejo Económico y Social,
Recordando la Carta de las Naciones Unidas, en la que los Estados Miembros
afirman, entre otras cosas, su resolución de crear condiciones bajo las cuales pueda
mantenerse la justicia para realizar la cooperación internacional en el desarrollo y
estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales, sin
discriminación alguna.
Recordando además que ambos Pactos (PIDESC y el PIDCP), que garantizan
el ejercicio de esos derechos, y que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos garantiza además el derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas.
Que la normativa internacional de los derechos humanos, es parte constitutiva
de nuestro derecho interno o nacional y que no obstante su constitucionalización, de
muchos de ellos, es importante destacar otros instrumentos de carácter universal o
regional que hacen a la promoción de los derechos humanos.
Entre ellos,
I. NACIONES UNIDAS. PACTO DESC Y SU PROTOCOLO FACULTATIVO.
I.a) INFORME RELATORA ESPECIAL SOBRE VIVIENDA ADECUADA. CONSEJO
DE DERECHOS HUMANOS. (A/63/275, Distr. General, 13 de agosto de 2008).
Informe de la Relatora Especial sobre una vivienda adecuada como
elemento integrante del derecho a un nivel de vida adecuado y sobre el
derecho de no discriminación a este respecto. Resumen
El informe, presentado de conformidad con la resolución 6/27 del Consejo de
Derechos Humanos, es el primero que la Relatora Especial sobre una vivienda
adecuada como elemento integrante del derecho a un nivel de vida adecuado y sobre
el derecho de no discriminación a este respecto presenta a la Asamblea General. Trata

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sobre la definición y los elementos del derecho a una vivienda adecuada,...(entre
ellas la falta de hogar, la asequibilidad, los desalojos forzosos, la discriminación con
respecto al acceso a una vivienda adecuada y la perspectiva de género), y sobre los
instrumentos que se han elaborado para facilitar la aplicación de este derecho (en
particular cuestionarios, indicadores y los Principios básicos y directrices sobre los
desalojos y el desplazamiento generados por el desarrollo), justiciabilidad del derecho
a una vivienda adecuada sobre la base de ejemplos concretos y de
jurisprudencia…insta a los Estados a que adopten medidas inmediatas, la integración
del derecho a una vivienda adecuada en la planificación urbana y las políticas de
vivienda en los planos local y nacional, y la adopción de medidas urgentes para hacer
frente a la difícil situación de las personas sin hogar y, en particular, para poner fin a
su penalización.
El Consejo de Derechos humanos prorrogó por consenso el mandato del
Relator Especial y le solicitó, entre otras cosas:
a) Promover la plena efectividad del derecho a una vivienda adecuada como
parte del derecho a un nivel de vida adecuado;
b) Identificar las mejores prácticas así como los problemas y obstáculos a la
plena efectividad del derecho a una vivienda adecuada, y determinar las deficiencias
de protección a ese respecto;
c) Hacer especial hincapié en las soluciones prácticas en relación con el
ejercicio efectivo de los derechos relacionados con el mandato;
d) Aplicar una perspectiva de género, incluso determinando los elementos de
vulnerabilidad específicos del género en relación con el derecho a una vivienda
adecuada y a la tierra;
e) Facilitar el suministro de asistencia técnica;
El anterior titular del mandato, Sr. Miloon Kothari, adoptó un enfoque basado
en la indivisibilidad de los derechos humanos y definió el derecho humano a la
vivienda adecuada como―el derecho humano de todo hombre, mujer, joven y niño a
tener un hogar y una comunidad seguros en que puedan vivir en paz y dignidad‖
(A/HRC/7/16, párr. 4).
En su Observación General No. 4 el Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales define los elementos del derecho a una vivienda adecuada, que
incluyen: a) seguridad jurídica de la tenencia; b) disponibilidad de servicios,
materiales, facilidades e infraestructura; c) gastos soportables; d) habitabilidad; e)
asequibilidad; f) lugar; g) adecuación cultural. Mediante sus consultas y estudios,
asimismo identificó otros factores más concretos que afectan el ejercicio del derecho
humano a una vivienda adecuada, a saber:
a) El acceso a la tierra, al agua y a otros recursos naturales necesarios para la

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supervivencia y los medios de vida;
b) La garantía frente a la expoliación, los daños y la destrucción de la tierra, la
propiedad, el hogar y los recursos y medios de vida;
c) El acceso a la información que puede afectar el derecho a una vivienda
adecuada, como los posibles peligros industriales y naturales, la infraestructura, la
planificación del diseño o la disponibilidad de servicios y recursos naturales;
d) Participación efectiva de las personas y comunidades en la adopción de
decisiones sobre todas las cuestiones que afectan a su derecho a una vivienda
adecuada;
e) Disposiciones en materia de reasentamiento que, independientemente de su
causa, sean consensuales, justas y adecuadas a fin de que satisfagan las necesidades
individuales y colectivas;
f) El acceso a la protección jurídica interna y otros recursos;
g) Un medio ambiente seguro (véase también A/HRC/7/16, párr. 5).
La labor se ha orientado principalmente a los sectores más vulnerables de la
población. Estos incluyen a las personas sin hogar, las personas que viven en
condiciones de pobreza o de bajos ingresos; las mujeres; las víctimas de la violencia y
el abuso en el hogar; los niños y los huérfanos; los jóvenes; las personas con
discapacidad o con problemas de salud, o ambas cosas (incluidas las personas con
necesidades complejas como las afectadas por el VIH/SIDA); las personas y
comunidades de zonas rurales y remotas; las minorías; los pueblos indígenas; los
desplazados internos; los migrantes. Principalmente en torno a la falta de vivienda,
como el síntoma más visible y más grave de la inobservancia del derecho a una
vivienda adecuada.
11. Aunque la falta de vivienda es el síntoma más palpable de la inobservancia
del derecho a una vivienda adecuada, una parte considerable ..... vive en
asentamientos improvisados precarios y carece de acceso a los servicios básicos y a
condiciones de vida adecuadas.
Las repercusiones de estos asentamientos precarios sin reconocimiento
administrativo ni jurídico trascienden las privaciones materiales y ambientales, pues
impiden a sus habitantes el goce pleno de muchos otros derechos humanos, tanto
civiles y políticos como económicos, sociales y culturales.
12. La asequibilidad es uno de los principales factores que determinan si se
viola el derecho a la vivienda adecuada.
En este contexto, la Relatora Especial observa con preocupación que el
proceso de ―aburguesamiento‖ de zonas urbanas deprimidas, que va acompañado de
un aumento del valor de la propiedad y de los alquileres, hace que familias de bajos
ingresos vivan en condiciones precarias e incluso que se queden sin vivienda. El hecho

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de que los sistemas jurídicos del mundo carezcan de disposiciones que ofrezcan
protección a las personas que no poseen tierras ni hogar va acompañado de una
tendencia a penalizarles y forma parte de un creciente aumento de la violencia contra
éstas.
13. Aunque la Comisión de Derechos Humanos en su resolución 1993/77
reconoció que la práctica del desalojo forzoso constituía una violación grave de un
amplio conjunto de derechos humanos, en particular del derecho a una vivienda
adecuada, ésta continúa en todos los continentes.
Por“desalojos forzosos se entienden las acciones y/u omisiones relacionadas
con desplazamientos coaccionados o involuntarios de personas, grupos y comunidades
de sus hogares y/o tierras y los recursos comunes de propiedad que estaban ocupados
o de los que éstos dependían, eliminando o limitando con ello la capacidad de una
persona, un grupo o una comunidad de residir o trabajar en una vivienda, residencia o
lugar particulares, sin que se haya suministrado o facilitado acceso a formas
apropiadas de protección jurídica o de otro tipo.
El Relator Especial se centró en particular en la discriminación en relación con
el derecho a una vivienda adecuada. La realización del derecho a una vivienda
adecuada en un entorno libre de discriminación guarda relación directa con otros
derechos humanos pertinentes, como el derecho a la vida, el derecho a un nivel de
vida adecuado, el derecho a la libertad de circulación y residencia, el derecho a la
educación y a la salud, el derecho a la protección contra las injerencias arbitrarias e
ilícitas en la vida privada, la familia y el domicilio, y el derecho a participar en los
asuntos públicos.
17. La discriminación y segregación en materia de vivienda pueden ser no sólo
por motivos de raza, clase o género, sino también por motivos de pobreza y
marginación económica.…La discriminación contra las mujeres por lo que respecta a
sus derechos a la vivienda, la tierra, y la propiedad; y la cantidad y calidad mediocre
y limitada de los servicios básicos ofrecidos a los asentamientos improvisados y
grupos y barrios de bajos ingresos.
Los desalojos forzosos intensifican la desigualdad, los conflictos sociales, la
segregación y la creación de guetos, que invariablemente afectan a los sectores de la
sociedad más pobres, más vulnerables social y económicamente, y a los marginados.
Se identificaron varios obstáculos a la plena efectividad de los derechos de las
mujeres a la vivienda, en particular la violencia contra la mujer; la discriminación en el
seno de la familia; las normas discriminatorias personales, culturales y sociales; las
formas múltiples de discriminación; la privatización de las viviendas de propiedad del
Estado y la inasequibilidad de la vivienda para las mujeres; y las repercusiones de los
desastres naturales, los desalojos forzosos y el VIH/SIDA sobre la mujer.

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23. La vivienda adecuada se ha debatido en muchos foros internacionales y
especializados y ha sido reconocida como un importante derecho humano básico. Sin
embargo, muchas personas aún desconocen la existencia del derecho a una vivienda
adecuada y sus componentes. Hay estrechas interrelaciones entre el derecho a una
vivienda adecuada y otros derechos humanos afines, como los derechos a la
alimentación, el agua, la salud, el trabajo, la tierra, los medios de vida, la propiedad y
la seguridad de la persona, así como a la protección contra el trato inhumano y
degradante, la no discriminación y la igualdad entre los géneros.
También considera que la adopción de nuevas medidas para fortalecer estos
derechos en los sistemas normativos y judiciales nacionales es un objetivo importante.
Del mismo Informe en el punto identificado como IV. Justiciabilidad del
derecho a una vivienda adecuada.
48. Uno de los desafíos que plantea la realización del derecho a una vivienda
adecuada... es el de velar por su justiciabilidad. La vivienda, la tierra y la propiedad
suelen considerarse productos comercializables y no un derecho humano.
49. El acceso a un recurso en caso de una infracción es un rasgo intrínseco del
concepto de ―derecho. Tomar en serio los derechos humanos supone poner a
disposición recursos eficaces y adjudicar los casos de presuntas infracciones a órganos
independientes, por lo general tribunales en condiciones de determinar si ha habido
una infracción y de ordenar la reparación adecuada.
Los derechos económicos, sociales y culturales, así como los derechos civiles y
políticos, no se limitan a un solo modelo, sino que abarcan una amplia diversidad de
aspectos: libertades, obligaciones del Estado respecto de terceras partes, obligaciones
del Estado de adoptar medidas o de alcanzar un resultado determinado. En efecto, la
obligación de respetar, proteger y realizar los derechos humanos significa que, en la
práctica, todo derecho humano tiene aspectos que podrían ser objeto de un
litigio o de un fallo judicial.
52. Por otra parte, la interdependencia e indivisibilidad de todos los
derechos humanos supone la existencia de estrechas relaciones entre diferentes
derechos, independientemente de la categoría a que hayan sido asignados. Así pues,
los derechos humanos tienen conexiones tan estrechas que ciertos aspectos de
algunos derechos pueden ser el medio para la protección judicial de otros, (Véase por
ejemplo, Christian Courtis, Courts and the Legal Enforcement of Economic, Social and
Cultural Rights. Comparative Experiences of Justiciability, Comisión Internacional de
Juristas, Human Rights and Rule of Law Series No. 2, Ginebra, 2008)
53. Estas consideraciones se aplican plenamente al derecho a una vivienda
adecuada. Se han logrado avances importantes en lo que se refiere a la aclaración
del contenido del derecho a una vivienda adecuada, en particular mediante la

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elaboración de las Observaciones Generales No. 4 y No. 7 del Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales.
La concepción actual del derecho a una vivienda adecuada entraña distintos
tipos de obligaciones, entre ellas algunas negativas, como por ejemplo la prohibición
de los desalojos forzosos, y otras positivas, como la promulgación de medidas
legislativas y de otra índole para garantizar la seguridad de la tenencia, el acceso a los
servicios y la asequibilidad de la vivienda, o la eliminación del problema de la carencia
de vivienda.
También pone de relieve el hecho de que una serie de obligaciones
dimanadas del derecho a una vivienda adecuada son de carácter inmediato, y
no están sujetas a una aplicación progresiva, como la prohibición de la discriminación,
la protección contra los desalojos forzosos o la protección contra la violencia en el
hogar, que guardan una estrecha relación con el acceso a la vivienda.
54. Cabe destacar que el derecho a una vivienda adecuada también está
estrechamente vinculado con otros derechos humanos y principios, como la
prohibición de la discriminación, el derecho a un juicio justo y a las debidas garantías
procesales, el derecho a la vida privada y familiar, la protección del derecho de
propiedad, el derecho a un nivel de vida adecuado, el derecho a la alimentación, el
derecho a la salud y el derecho al agua.
55. La aclaración del contenido del derecho a una vivienda adecuada también
ha puesto de manifiesto que muchos aspectos de este derecho pueden estar sujetos a
fallos judiciales o cuasijudiciales y, de hecho, en muchas jurisdicciones lo están. La
jurisprudencia comparada, en los planos nacional, regional e internacional, ofrece
numerosas ilustraciones de la justiciabilidad del derecho a una vivienda adecuada,
como puede observarse en algunos ejemplos de jurisprudencia en este ámbito.
56. La protección contra los desalojos forzosos ha sido un importante motivo
de litigio en diferentes jurisdicciones. Los tribunales y los órganos internacionales
creados en virtud de tratados han elaborado un importante conjunto de principios y
garantías procesales para prevenir los desalojos injustificados.
Así pues, el Tribunal Supremo de Bangladesh determinó, en la causa ASK c.
Bangladesh que, antes de llevar a cabo un desalojo masivo de un asentamiento
improvisado, el Gobierno debía formular un plan de reasentamiento, disponer el
desalojo gradual y tener en cuenta la capacidad de las personas desalojadas para
encontrar alojamiento en otro sitio. El Tribunal también sostuvo que las autoridades
debían notificar del desalojo con la debida antelación.
57. Otro ejemplo es la decisión del Tribunal Constitucional de Sudáfrica en
relación con la causa Ayuntamiento de Port Elizabeth c. ocupantes varios, en la
que el Tribunal se negó a emitir una sentencia de desahucio en virtud de la cual se

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habría desalojado a 68 personas que ocupaban tierras de propiedad privada.
El Tribunal examinó la petición de desahucio en función de tres criterios: las
circunstancias en que los ocupantes ilegales ocuparon la tierra y construyeron las
estructuras; el período en que los ocupantes habían residido en la tierra; y la
disponibilidad de otras tierras adecuadas, y llegó a la conclusión de que, conforme a
las circunstancias del caso, el Ayuntamiento no se había esforzado seriamente por
tomar en consideración los problemas de los ocupantes.
58. El Comité Europeo de Derechos Sociales también ha emitido varias
decisiones en las que concluyó que se habían llevado a cabo desalojos forzosos que
equivalían a violaciones de diferentes disposiciones de la Carta Social Europea. Por
ejemplo, el Comité Europeo de Derechos Sociales determinó que se habían producido
violaciones de los derechos de vivienda de comunidades romaníes, tanto por acción
como por omisión. En las causas de European Roma Rights Center c. Grecia;
European Roma Rights Center c. Italia y European Roma Rights Center c.
Bulgaria, el Comité consideró, entre otras cosas, que las prácticas de desalojos
forzosos y la falta de políticas para responder a las necesidades concretas de
vivienda de los grupos romaníes equivalía a violaciones de los derechos a la vivienda y
la protección social en cuanto a la prohibición de la discriminación.
59. Los órganos de supervisión establecidos en virtud de tratados
internacionales de derechos humanos también han aplicado la prohibición de la
discriminación y el principio de la igualdad a las cuestiones relativas a la vivienda.
El Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial examinó situaciones
de violaciones del derecho a una vivienda adecuada en función de la discriminación
basada en el origen racial. En la causa de la Sra. L. R. et. al. c. Eslovaquia, el
Comité examinó una decisión municipal por la cual se derogó una política de vivienda
destinada a satisfacer las necesidades de la población romaní y determinó que dicha
derogación equivalía a un menoscabo del derecho a la vivienda por motivos de origen
étnico.
60. Los tribunales también han otorgado protección para asegurar la igualdad y
velar contra la discriminación en materia de vivienda por distintas razones. El Tribunal
Supremo de los Estados Unidos de América derogó un estatuto municipal que prohibía
el establecimiento de una residencia para personas con discapacidad intelectual por
considerarlo discriminatorio. Los tribunales federales de los Estados Unidos de América
han aplicado reiteradamente la Ley sobre Viviendas Justas, que prohíbe la
discriminación basada en la raza, el color de la piel, la religión, el sexo, la
discapacidad, el estado civil y el origen nacional. (Véase, por ejemplo, Tribunal de
Distrito de los Estados Unidos de América, Distrito del este de California, acta de
conciliación en la causa de Estados Unidos de América c. Claiborne (No. S-02-

13
1099 DFL DAD) (E.D. Cal.) (2004), por presunta discriminación por motivos de
género).
61. Los tribunales también se han ocupado de la cuestión de la asequibilidad
de la vivienda y han puesto de relieve que debe prestarse atenci ón especial a la
seguridad de la tenencia, aun en condiciones económicas inestables.
La Corte Constitucional de Colombia da un ejemplo importante: en varias
decisiones relativas a la situación de miles de deudores, declaró que un plan de
reajuste de los pagos de las hipotecas era abusivo y constituía una violación del
derecho constitucional a la vivienda.
Por su parte, los tribunales brasileños han protegido los derechos de los
compradores de viviendas frente a tasas de interés injustificadas o abusivas mediante
la aplicación de las disposiciones del Código de Defensa del Consumidor.
62. La adopción de medidas adecuadas para la realización del derecho a la
vivienda también ha sido objeto de escrutinio judicial.
Por ejemplo: Los tribunales argentinos determinaron que un refugio público
para personas sin hogar no reunía las condiciones de habitabilidad suficientes y
ordenó al Gobierno que reasentara a sus habitantes (Véase Cámara de Apelaciones I
en lo Contencioso Administrativo de Buenos Aires, Pérez, Víctor Gustavo y Otros c.
GIBA s/Amparo, 26 de enero de 2001. Las instalaciones estaban inundadas e
infestadas de ratas).
En las causas del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo c. Francia y la
Federación Europea de Organizaciones Nacionales que Trabajan con las Personas sin
Hogar c. Francia, el Comité Europeo de Derechos Sociales determinó, por motivos
diferentes, que la política del Gobierno respecto del acceso a la vivienda de los
miembros más pobres de la comunidad y las medidas para reducir la falta de vivienda
eran inadecuadas o insuficientes, y que por lo tanto equivalían a una violación del
derecho a la vivienda. Para emitir estas decisiones, el Comité Europeo de Derechos
Sociales también se basó en la labor del Relator Especial y del Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales.

II. NACIONES UNIDAS. PACTO DESC Y SU PROTOCOLO FACULTATIVO.


II.b) INFORME RELATORA ESPECIAL SOBRE VIVIENDA ADECUADA. CONSEJO
DE DERECHOS HUMANOS. (A/64/255) 6 de agosto de 2009
La Asamblea General de Naciones Unidas (A/64/255) en fecha 6 de agosto de
2009, aprobó el Informe de la Relatora Especial sobre una vivienda adecuada
como elemento integrante del derecho a un nivel de vida adecuado y sobre el
derecho de no discriminación a este respecto.
Resumen. El informe, presentado de conformidad con la resolución 6/27 del

14
Consejo de Derechos Humanos, es el segundo que la Relatora Especial sobre una
vivienda adecuada como elemento integrante del derecho a un nivel de vida
adecuado y sobre el derecho de no discriminación a este respecto presenta a la
Asamblea General.
En el informe se aborda cómo los efectos del cambio climático tienen
consecuencias para el disfrute del derecho a una vivienda adecuada. Explora las
políticas sobre la mitigación y adaptación desde una perspectiva de derechos humanos
para el derecho a una vivienda adecuada. Finalmente, la Relatora Especial extrae
algunas conclusiones preliminares sobre la relación entre el cambio climático y el
derecho a una vivienda adecuada e insta a los Estados a que adopten una serie de
medidas, entre ellas el respeto de sus obligaciones en materia de derechos humanos,
en la mitigación del cambio climático y la adaptación a sus efectos inevitables.
El informe analiza los marcos y obligaciones internacionales de derechos
humanos pertinentes en relación con el derecho a una vivienda adecuada.
En el punto III. El cambio climático y el derecho a una vivienda
adecuada, desarrolla ente otras consideraciones, A. Efectos del cambio climático
en la vivienda en los asentamientos urbanos, como el cambio climático
aumentaría la magnitud y la frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos. Es
tan minucioso y detallado este Informe que el punto 18, manifiesta: ―"Esos
asentamientos improvisados suelen estar situados en las zonas más peligrosas de las
ciudades, con riesgo de inundaciones o corrimientos de tierras. Por ejemplo, pueden
verse grandes concentraciones de asentamientos ilegales en colinas propensas a sufrir
corrimientos de tierras (La Paz, Caracas y Bamenda (Camerún), en barrancos
profundos (Ciudad de Guatemala) o en terrenos propensos a las inundaciones
(Guayaquil (Ecuador), Recife (Brasil), Monrovia, Lagos (Nigeria), Port Harcourt
(Nigeria), Port Moresby, Nueva Delhi, Bangkok, Yakarta, Buenos Aires, Resistencia
(Argentina), Bogotá, Mumbai (India), Accra, Kumasi (Ghana) y Mombasa (Kenya))
(Caroline Moser y David Satterthwaite, Human Settlement Discussion Paper Series,
Theme: Climate Change and Cities 3, Pro-poor climate change adaptation in the urban
centres of lowand middle-income countries (Instituto Internacional para el Medio
Ambiente y el Desarrollo, octubre de 2008), pág. 9.
En el Punto IV. Enfoque respecto del cambio climático desde una perspectiva
de derechos humanos para el derecho a una vivienda adecuada y aproximación al
cambio climático. A. Obligaciones internacionales en materia de derechos humanos en
el debate sobre el derecho a una vivienda adecuada
“35. La obligación de los Estados de tomar medidas para hacer efectivo el
derecho a una vivienda adecuada para todos está establecida en una serie de
instrumentos internacionales vinculantes de derechos humanos. Los instrumentos

15
forman también la base del mandato de la Relatora Especial. Entre ellos figuran: la
Declaración Universal de Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (artículo 11); la Convención sobre los Derechos del
Niño (artículo 27, párr. 3); las disposiciones sobre la no discriminación en el párrafo 2
h) del artículo 14 de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer; el artículo 5 e) de la Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial; el artículo 43.1 d) de la
Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los
trabajadores migratorios y de sus familiares; y el artículo 28 de la Convención sobre
los derechos de las personas con discapacidad.
El derecho a una vivienda adecuada también ha sido reconocido a nivel
regional, como por ejemplo la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre (1948), la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (1969), el Protocolo Adicional de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(Protocolo de San Salvador)...
...Quienes de otro modo no tengan acceso a una vivienda adecuada deben
recibir alojamiento alternativo (o un subsidio o pago en efectivo), como establecen las
normas internacionales de derechos humanos.
57. En estos casos también se aplican los criterios reconocidos para una
vivienda adecuada, entre ellos: seguridad jurídica de la tenencia; disponibilidad de
servicios, materiales, instalaciones e infraestructura; gastos soportables;
habitabilidad; asequibilidad para los grupos desfavorecidos; y acceso a las opciones de
empleo, los servicios de atención de la salud, centros de atención para niños, escuelas
y otros servicios sociales, sea en zonas rurales o urbanas, y a una vivienda
adecuada del punto de vista cultural. Las zonas de reubicación también deben estar
protegidas contra los desastres naturales. Por ello debe evaluarse la zona en consulta
con las poblaciones afectadas.
En el punto V. “Conclusiones y Recomendaciones, apartado 77. La
Relatora Especial considera que el cambio climático representa una
oportunidad para la reflexión y el debate sobre cómo mejorar los sistemas,
políticas y programas de vivienda a fin de asegurar una vivienda adecuada
para todos. Se propone continuar explorando las consideraciones sobre el
derecho a una vivienda adecuada que deberían ser parte de todas las
iniciativas destinadas a ocuparse del reasentamiento de poblaciones a gran
escala y de la prevención y reconstrucción en el contexto de los desastres
naturales…

16
III. NACIONES UNIDAS. PACTO DESC Y SU PROTOCOLO FACULTATIVO.
III.c) INFORME RELATORA ESPECIAL SOBRE VIVIENDA ADECUADA. CONSEJO
DE DERECHOS HUMANOS. Distr. GENERAL, A/HRC/10/7, 4 de febrero de
2009.
Décimo período de sesiones. Informe de la Relatora Especial sobre la vivienda
adecuada como elemento integrante del derecho a un nivel de vida adecuado sobre el
derecho de no discriminación a este respecto, Raquel Rolnik.
La Relatora pide al Consejo que examine las diferentes cuestiones que se
abordan en el presente informe y formule algunas recomendaciones preli minares: se
deberían reconocer los múltiples aspectos implícitos en la cuestión de la vivienda; la
vivienda no debería considerarse una simple mercancía o un activo financiero.
En el informe se afirma que los mercados por sí solos no pueden proporcionar
vivienda adecuada para todos y que en determinadas circunstancias hace falta la
intervención pública.
La Relatora Especial es partidaria de que se aprueben políticas de vivienda de
protección oficial basadas en los derechos humanos que apoyen el acceso a una
vivienda adecuada por diferentes medios, incluso mediante alternativas a la
hipoteca privada y sistemas de vivienda basados en la propiedad, así como mediante
la creación de nuevos mecanismos financieros y acuerdos sobre tenencia.
Pide también que aumente la financiación pública de la vivienda y la
construcción de viviendas de protección oficial a fin de poder paliar los efectos de la
crisis en los asentamientos humanos y en el goce de los derechos humanos.
36. La vivienda social se consideraba parte integrante de la cultura de
dependencia del bienestar social, así como la representación de los peores problemas
del diseño urbano moderno.
En la actualidad se entiende por vivienda social, en lo esencial, la vivienda
para los pobres y los denominados grupos marginales. Esta idea tiene consecuencias
para la programación de políticas y para las opciones de vivienda estatal, así como
para las actitudes sociales ante la vivienda social.
D. La vivienda como mercancía
43. El desinterés por parte del Estado en la gestión de la vivienda social y el
cambio en el sentido de que sea el mercado privado exclusivamente el que se ocupe
de la oferta de viviendas ha hecho que se considere a la vivienda una simple
mercancía que se puede comprar y vender como muchas otras: un objeto de
consumo. Al ser considerada una mercancía y un activo financiero, se han descuidado
totalmente otros aspectos del derecho a una vivienda adecuada, lo que ha tenido
importantes consecuencias para el goce de los derechos humanos por todos....La
posibilidad de acceso a una vivienda adecuada no debería basarse en una

17
competencia en la que sólo tengan en cuenta los ingresos, ya que, desde el punto de
vista de los derechos humanos, se convertiría en una discriminación inadmisible.
H. La seguridad de la tenencia, los desalojos y la falta de vivienda. (...)

69. Es importante comprender los efectos de un embargo, o desalojo, para


una familia. Coloca a las personas en situaciones más difíciles y las obliga a vivir en
condiciones inadecuadas y repercute en su capacidad para hacer frente a nuevas
penurias, en particular cuando se quedan sin hogar. Es mucho más difícil mantener el
empleo cuando se tiene dificultad para utilizar agua corriente y servicios básicos y de
saneamiento. Hace falta un gran esfuerzo para protegerse de las inclemencias del
tiempo y hacer frente a demandas administrativas, reubicar las pertenencias y
mantener una dirección postal donde se les pueda localizar. En algunos casos, al no
tener una dirección permanente quedan excluidos de determinados tipos de ayuda o
se les niegan determinados derechos civiles y políticos, como el derecho al voto.
71. Los efectos del desalojo y la falta de vivienda pueden ser devastadores
en particular para las mujeres y los niños, como lo es la realidad de tener que vivir
con el temor constante al desalojo. La falta de vivienda tiene repercusiones
especialmente negativas para esos grupos.
La discriminación contra la mujer puede recrudecerse cuando se ve forzada al
desalojo y a no tener dónde vivir. El anterior Relator Especial realizó diversos estudios
sobre la mujer y la vivienda adecuada y llegó a la conclusión de que las mujeres
son las más castigadas por los desalojos, ya que, en muchos casos, las personas se
ven obligadas a vivir en lugares apartados y en condiciones inadecuadas sin seguridad
de tenencia, sin servicios básicos y sin acceso a la escuela, a los servicios públicos y al
empleo. Cuando las familias se trasladan a lugares donde no tienen medios de
subsistencia, los hombres tienden a migrar y dejan a las mujeres encargadas de velar
por el sostén de la familia. Otro de los resultados de los desalojos forzosos es que las
mujeres afrontan más dificultades que antes para atender a sus familias.
72. En los desalojos, a menudo se destruyen las pertenencias, la estabilidad de
la familia está en peligro y tanto los medios de subsistencia como la escolarización se
ven amenazados.
Los niños afectados hablan de la violencia, el pánico y la confusión que causan
los desalojos y de la dolorosa experiencia de dormir y vivir en descampado. También
están las dificultades de restablecer una vida normal y adaptarse a las frecuentes
rupturas de las relaciones familiares como consecuencia del estrés y los problemas
económicos que se derivan de la falta de vivienda.
73. Además del trauma físico y psicológico que causan el desalojo y la falta
de vivienda, las familias, especialmente las mujeres y los niños, pierden sus sistemas

18
de apoyo a los que estaban acostumbrados y sus relaciones con una comunidad. La
ruptura de estos vínculos sociales y la pérdida de estabilidad traen consigo muchos
problemas de otra índole.
En el punto de la DECIMA SESION. III. CONCLUSIONES Y
RECOMENDACIONES.
79. El derecho a una vivienda adecuada debería integrarse plenamente en
todas las políticas, proyectos y actividades relacionados con la vivienda, en particular
los formulados por las autoridades públicas. Todas las entidades públicas y privadas
que tienen intereses en la vivienda deberían reconocer el derecho a una vivienda
adecuada y tenerlo en cuenta en la labor que realizan.
80. Los Estados deberían cerciorarse de la coherencia en la adopción de
decisiones, tanto a nivel nacional como internacional a todos los niveles y en relación
con todos los organismos públicos y las entidades pertinentes. Los Estados deberían
procurar que sus actividades tendientes a mejorar el goce de los derechos humanos y
el derecho a una vivienda adecuada. Por ejemplo, las decisiones que adopte el
Consejo de Derechos Humanos sobre la vivienda adecuada deberían ser
reconocidas, coordinadas y apoyadas por las que se adopten en ONU-Hábitat o en las
instituciones financieras internacionales.
83. Los Estados deberían apoyar el acceso a la vivienda adecuada con
medidas como la promoción de alternativas a la hipoteca privada y sistemas de
vivienda basados en la propiedad y crear nuevos mecanismos financieros capaces de
garantizar la mejora de las condiciones de vida y de vivienda para la mayoría de la
población del mundo, algo que no han podido lograr los mecanismos existentes. No
debería reducirse el gasto público en vivienda. Por el contrario, habrá que
aumentar los fondos públicos destinados a la vivienda y a la construcción de
viviendas sociales a fin de buscar solución a los efectos de la crisis en las
personas más vulnerables.
85. Los Estados deberían asegurarse de que las instituciones financieras y los
reglamentos tengan en cuenta las vulnerabilidades y las capacidades de pago
limitadas de las familias de bajos ingresos. Sería conveniente que se crearan servicios
financieros para los grupos de bajos ingresos, en consulta con estos grupos que son
los más llamados a determinar su propia capacidad de pago, y se procurara establecer
sistemas que atiendan realmente a sus necesidades.
86. Los Estados deberían reconocer que los mercados por sí solos son
incapaces de lograr la vivienda adecuada para todos. Hace falta que los Estados
establezcan un reglamento eficaz y una vigilancia constante de las actividades del
sector privado, incluidas las empresas financieras y de construcción.
La consagración en la legislación pertinente del derecho a una vivienda

19
adecuada ayudará a garantizar que el Estado desempeñe la función que le
corresponde en el sector de la vivienda.
88. Los Estados deberían adoptar medidas de mitigación para atenuar los
efectos de los embargos y de la crisis, por ejemplo, en casos de desalojo de inquilinos
debido a un embargo o al impago de alquileres a causa de la crisis económica. Los
Estados deberían, en particular, hacer todo lo que esté a su alcance para prevenir la
falta de vivienda que obliga a las familias a hacinarse en viviendas inadecuadas y que
repercute en detrimento del ejercicio por parte de las personas, las familias y las
comunidades, de los derechos humanos, que incluyen el acceso a la educación, al
trabajo y a un nivel de vida adecuado.
90. Los Estados deberían adoptar medidas para controlar la especulación con la
vivienda y las hipotecas. Deberían proteger, en particular, el derecho de la población a
la vivienda estableciendo mecanismos de vigilancia encaminados a reglamentar las
actividades de las empresas privadas: prohibir los préstamos leoninos, la rapacidad de
determinados grupos, las prácticas de crédito discriminatorias, etc., cuyo resultado es
la denegación del derecho a una vivienda adecuada.

IV. NACIONES UNIDAS. PDESC Y PROTOCOLO. IV.a) INFORME RELATOR


ESPECIAL SOBRE VIVIENDA ADECUADA. CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS.
Distr. GENERAL A/HRC/10/7/Add.3, 17 de febrero de 2009
Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada como elemento
integrante del derecho a un nivel de vida adecuado, y sobre el derecho de no
discriminación a este respecto, Miloon Kothari
El Relator Especial realizó una misión al Canadá, invitación del Gobierno. La
visita se centró en cuatro aspectos: las personas sin hogar; las mujeres y su derecho
a una vivienda adecuada; la vivienda adecuada en lo que respecta a las
poblaciones aborígenes y las posibles repercusiones de los Juegos Olímpicos de 2010
en el derecho a una vivienda adecuada en Vancouver.
El Relator Especial, remitiéndose a varias recomendaciones formuladas por
procedimientos especiales y órganos de tratados al Canadá y reafirmándolas, concluye
su informe con varias recomendaciones más, entre ellas la necesidad de que: a) se
reconozca a todos los niveles de Gobierno el derecho a una vivienda adecuada; b)
se adopten o modifiquen leyes para proteger el derecho a una vivienda adecuada;
c) el Canadá se comprometa a adoptar una estrategia nacional global, dotada de
financiación estable y a largo plazo; d) adopte una estrategia nacional integral y
coordinada para reducir el número de personas sin hogar y la pobreza; e) resuelva la
situación de los aborígenes que viven dentro y fuera de las reservas mediante una
estrategia de vivienda integral y coordinada; f) se abstenga de toda medida que

20
pudiera infringir los derechos de los pueblos aborígenes en tierras de los aborígenes
que son objeto de reclamación hasta que se haya llegado a un acuerdo; y g) vele por
que todas las mujeres indígenas estén equitativamente representadas en las
negociaciones y acuerdos actuales.

V.- NACIONES UNIDAS. Sistema Universal del Derecho Internacional de


los Derechos Humanos
V. a.) La condición jurídica del derecho a la vivienda.
El derecho a una vivienda adecuada se reconoce explícitamente por lo menos
en 12 textos aprobados y proclamados por las Naciones Unidas
El derecho de todos a una vivienda adecuada
En muchos de los instrumentos que reconocen el derecho a una vivienda
adecuada se señala que se trata de un derecho que corresponde a todos. Esto es
importante porque aunque en otros textos se menciona el derecho a una vivienda
adecuada con referencia a determinados grupos (con lo que se otorga mayor
protección jurídica a dichos grupos), en última instancia la vivienda adecuada es un
derecho que asiste de todo niño, mujer u hombre, en todas partes. En el párrafo 1
del art 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos se proclama que:
"Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así
como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la
vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo
derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y
otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad."
Más de Ciento Sesenta Estados han firmado, ratificado el Pacto de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, o se han adherido a él. Este texto
contiene el que quizás sea el fundamento más importante del derecho a la vivienda
enunciado en todos los principios jurídicos que integran las normas internacionales de
derechos humanos. En el párrafo 1 del artículo 11 del Pacto se dice que:
"Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona
a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y
vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de existencia. Los
Estados Partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este
derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial de la cooperación
internacional fundada en el libre consentimiento."
Derecho a la vivienda y no discriminación.
La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial es el texto de derechos humanos de las Naciones Unidas más

21
ampliamente ratificado. En el párrafo e) del art 5 de la Convención figura la
obligación de los Estados partes de: "prohibir y eliminar la discriminación racial en
todas sus formas y a garantizar el derecho de toda persona a la igualdad ante la ley,
sin distinción de raza, color y origen nacional o étnico, particularmente en el goce de...
los derechos económicos, sociales y culturales, en particular... el derecho a la
vivienda."
El derecho de la mujer a la vivienda.
La igualdad de trato es también la base del derecho a la vivienda otorgado,
entre muchos otros, a todas las mujeres. En el art 14 de la Convención sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de 1979, se exige
específicamente a los Estados partes que eliminen la discriminación contra la mujer en
las zonas rurales a fin de asegurar que pueda gozar de condiciones de vida adecuadas,
particularmente en las esferas de la vivienda, los servicios sanitarios, la electricidad y
el abastecimiento de agua.
El derecho del niño a la vivienda
Tanto la Declaración de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas de 1959
como la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 se ocupan del derecho
especial del niño a la vivienda. En el art 27 de la Convención se exige a los Estados
partes que adopten medidas apropiadas para ayudar a los padres y a otras personas
responsables del niño a dar efectividad al derecho a un nivel de vida adecuado y en
caso necesario [que proporcionen] asistencia material y programas de apoyo,
particularmente con respecto a la nutrición, el vestuario y la vivienda.
Derecho de los trabajadores migratorios a la vivienda.
El derecho de los trabajadores migratorios a la igualdad de trato respecto de la
vivienda está garantizado por el art 43 de la Convención Internacional sobre la
protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares
de 1990. En este artículo se dispone que:
"Los trabajadores migratorios gozarán de igualdad de trato respecto de los
nacionales del Estado de empleo en relación con... d) el acceso a la vivienda, con
inclusión de los planes sociales de vivienda, y la protección contra la explotación en
materia de alquileres;"
Derecho de los trabajadores a la vivienda
El texto jurídico internacional más extenso sobre la vivienda es la
recomendación Nº 115 sobre la vivienda de los trabajadores de la Organización
Internacional de Trabajo (OIT), en la cual figuran diversas cláusulas en que se
reconoce la importancia fundamental de la vivienda y se enuncian otros fundamentos
jurídicos del derecho a la vivienda. Después de señalar que en el preámbulo de la
Constitución de la OIT se reconoce la obligación solemne de la Organización de

22
fomentar programas que permitan suministrar una vivienda adecuada, en la
recomendación Nº 115 se dice que:
"La política nacional debería tener por objetivo... garantizar que se pongan al
alcance de todos los trabajadores y de sus familias un alojamiento adecuado y
decoroso y un medio ambiente apropiado. Debería darse prioridad a las personas
cuyas necesidades sean más urgentes."
En total, el tema de la vivienda se menciona de una u otra manera en unos 37
convenios y recomendaciones de la OIT.
(....)
Derecho de los pueblos indígenas a la vivienda
En el proyecto de declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas de
las Naciones Unidas, texto que aún no se ha aprobado, se menciona dos veces el
derecho a la vivienda: los pueblos indígenas tendrán derecho a determinar,
planificar y aplicar todos los programas de vivienda y otros programas sociales y
económicos que les afecten; por otra parte, los pueblos indígenas también tendrán
derecho a la autonomía en cuestiones relacionadas con sus propios asuntos internos y
locales, inclusive la vivienda.
Además de figurar en los diversos tratados y declaraciones antes citados, el
derecho a una vivienda adecuada también se menciona en muchas resoluciones
aprobadas por todo tipo de órganos de las Naciones Unidas. Si bien esas resoluciones
no son jurídicamente obligatorias, tienen la importante función de enunciar normas
internacionalmente aceptadas. Esa forma de reconocimiento pone de manifiesto la
atención y el apoyo que la comunidad internacional presta, al menos en principio, al
derecho a una vivienda adecuada. La mayoría de las resoluciones relativas al derecho
a la vivienda se dirigen a los gobiernos, para alentarlos a que hagan todo lo posible
por dar efectividad a este derecho.
Por ejemplo, en su resolución 42/146, la Asamblea General reiteró: "la
necesidad de adoptar, en los planos nacional e internacional, medidas encaminadas a
promover el derecho de todas las personas a un nivel de vida adecuado para sí y para
sus familias, incluida una vivienda adecuada; [y exhortó] a todos los Estados y a las
organizaciones internacionales interesadas a que [prestaran] especial atención a la
cuestión de la realización del derecho a una vivienda adecuada al aplicar medidas con
el objeto de elaborar estrategias nacionales para la vivienda y programas para mejorar
los asentamientos."
Estas actitudes han quedado confirmadas en otras resoluciones aprobadas por
el Consejo Económico y Social, la Comisión de Derechos Humanos y la Subcomisión de
Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías.
Más recientemente, en su resolución 1991/26, la Subcomisión instó: "a

23
todos los Estados a aplicar políticas efectivas y a adoptar leyes encaminadas a
conseguir la realización del derecho a una vivienda adecuada para toda la población,
concentrándose en las personas que en la actualidad carecen de hogar o están
alojadas en viviendas inadecuadas."
El derecho a la vivienda y otros derechos.
La indivisibilidad e interdependencia de todos los derechos humanos se refleja
claramente en el derecho a la vivienda. Tal como lo han reconocido varios órganos de
derechos humanos de las Naciones Unidas, el pleno disfrute de derechos tales como el
derecho a la dignidad humana, el principio de la no discriminación, el derecho a un
nivel de vida adecuado, el derecho a la libertad de elegir el lugar de residencia, el
derecho a la libertad de asociación y expresión (por ejemplo de los inquilinos y otros
grupos basados en la comunidad), el derecho a la seguridad de la persona (en caso de
desalojamientos forzados u otras formas de acoso) y el derecho a no ser objeto de
injerencias arbitrarias en la vida privada, la familia, el hogar, la correspondencia, es
indispensable para la realización del derecho a una vivienda adecuada que todos los
grupos de la sociedad poseen y mantienen.
Al mismo tiempo, el acceso a una vivienda adecuada y segura refuerza de
manera considerable la posibilidad de que las personas disfruten de otros derechos. La
vivienda es la base a partir de la cual pueden lograrse otras ventajas. Por ejemplo, el
carácter adecuado de la vivienda y otras condiciones de vida se halla en estrecha
relación con la posibilidad de disfrutar del derecho a la higiene ambiental y al nivel
más alto de salud física y mental que sea posible alcanzar. La Organización Mundial de
la Salud ha señalado que la vivienda es el factor ambiental que más influencia tiene
sobre las condiciones de enfermedad y el aumento de las tasas de mortalidad y
morbilidad.
Esta relación o "permeabilidad" entre algunos derechos humanos y el derecho a
una vivienda adecuada permite apreciar claramente que los conceptos de
indivisibilidad e interdependencia son fundamentales para el pleno disfrute de todos
los derechos.
Aclarar las obligaciones de los gobiernos.
El reconocimiento jurídico generalizado del derecho a una vivienda adecuada
es de suma importancia. En la práctica es necesario definir las medidas concretas que
deben adoptar los gobiernos para que estos derechos se conviertan en realidades
concretas para las personas interesadas.
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales ha ayudado a aclarar
las diversas obligaciones que asumen los gobiernos al reconocer el derecho a una
vivienda adecuada. Para ello ha adoptado diversas iniciativas, entre las cuales
figuran las siguientes: a) ha mantenido "un debate general" sobre este derecho; b) ha

24
llevado a cabo una revisión a fondo de las directrices relativas a los informes que
deben presentar los Estados de conformidad con los arts 16 y 17 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (anexo 2); c) adoptó la
Observación General Nº 4 sobre el derecho a una vivienda adecuada; y d) en sus
observaciones finales sobre los informes de algunos Estados partes ha señalado que
los Estados en cuestión violaban el derecho a una vivienda adecuada porque recurrían
a la práctica de los desalojamientos forzados.
De estas medidas, así como de las normas del Pacto y las demás fuentes
legales del derecho a la vivienda que se han reseñado, surgen diversos niveles de
obligaciones gubernamentales respecto de la realización de este derecho.
Las obligaciones de los gobiernos en cuanto al derecho a la vivienda son: i) las
obligaciones que figuran en el párrafo 1 del artículo 2 del Pacto; y ii) las obligaciones
más concretas de reconocer, respetar, proteger y realizar este y otros derechos.
El párrafo 1 del art. 2 del Pacto es de importancia capital para
determinar qué deben y qué no deben hacer los gobiernos en el proceso que
lleva al disfrute por toda la sociedad de los derechos consagrados en el Pacto.
El artículo dice lo siguiente:
"Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a adoptar
medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperación
internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los
recursos de que disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios
apropiados, inclusive en particular la adopción de medidas legislativas, la plena
efectividad de los derechos aquí reconocidos."
Tres frases de este artículo son de especial importancia para comprender la
obligación de los gobiernos de dar plena efectividad a los derechos reconocidos en el
Pacto, entre ellos el derecho a una vivienda adecuada: a) "se compromete a adoptar
medidas... por todos los medios apropiados"; b) "hasta el máximo de los recursos de
que disponga"; y c) "para lograr progresivamente".
a) "Se compromete a adoptar medidas... por todos los medios
apropiados"
Se trata de una obligación inmediata. Los Estados deben adoptar medidas
inmediatamente después de ratificar el Pacto. Una de las primeras de estas medidas
consiste en que el Estado parte emprenda una revisión a fondo de toda la legislación
pertinente con miras a armonizar las leyes nacionales con las obligaciones jurídicas
internacionales.
El término "por todos los medios apropiados" ha sido objeto de una
interpretación amplia. Además de medidas legislativas, deben adoptarse
otras de carácter administrativo, judicial, económico, social y educativo.

25
Los Estados partes también tienen la obligación de elaborar políticas y fijar
prioridades compatibles con el Pacto, sobre la base de la situación en que se
encuentren los derechos de que se trate. También deben evaluar los progresos
logrados con esas medidas y prever recursos jurídicos o de otro tipo para sancionar las
posibles violaciones.
Tratándose, más concretamente, del derecho a una vivienda adecuada, los
Estados partes deben elaborar una estrategia provincial en materia de vivienda. En
ellas se definirán los objetivos para crear las condiciones necesarias, determinar con
qué recursos se cuenta para alcanzar esas metas y la forma más eficaz de utilizarlos,
y fijar responsabilidades y plazos para la aplicación de las medidas necesarias.
b) "Hasta el máximo de los recursos de que disponga".
Esto significa que los recursos del Estado,…deben utilizarse para dar efectividad
a cada uno de los derechos enunciados en el Pacto. Aun cuando los "recursos de que
disponga" sean a todas luces insuficientes, los Estados partes deben hacer lo que esté
a su alcance para garantizar el más amplio disfrute que sea posible de los derechos
pertinentes en las condiciones urgentes.
Un aspecto importante es que el uso de los recursos disponibles y el acceso a
ellos deben ser equitativos y eficaces. Aunque muchas veces se alega la falta de
recursos para justificar la no realización de determinados derechos, el Comité DESC ha
subrayado que incluso en momentos de grave contracción económica y cuando un
Estado aplica medidas de ajuste estructural, se puede y sin duda se debe, proteger a
los miembros vulnerables de la sociedad adoptando programas específicos a un costo
relativamente bajo.
Si un Estado afirma que no puede hacer frente ni siquiera a sus obligaciones
mínimas debido a la falta de recursos, por lo menos debe estar en condiciones de
demostrar que ha hecho todo lo posible por utilizar todos los recursos de que dispone
con objeto de cumplir, de manera prioritaria, con sus obligaciones mínimas. La falta de
recursos no puede en ningún caso justificar el hecho de que el Estado no cumpla con
su obligación de vigilar la falta de aplicación de los derechos consagrados en el Pacto.
Fundamentalmente la obligación de los Estados consiste en demostrar que, en
conjunto, las medidas adoptadas son suficientes para la realización del derecho a una
vivienda adecuada por todos en el plazo más breve utilizando al máximo los recursos
de que se dispone.
c) "Para lograr progresivamente"
Esta frase impone a los Estados la obligación de avanzar con la mayor rapidez y
eficacia posible hacia la meta de la plena efectividad de todos los derechos
mencionados en el Pacto. . .los Estados no pueden aplazar indefinidamente las
actividades encaminadas a asegurar la plena efectividad. Sin embargo, no todos los

26
derechos consagrados en ese texto son objeto de una aplicación progresiva.
Inmediatamente después de la ratificación, los Estados deben adoptar medidas
legislativas relativas a las cláusulas del Pacto que se refieren a la no discriminación y
observar en qué situación se encuentra la realización de los derechos de que se trata.
Esta obligación de "lograr progresivamente" debe interpretarse en el marco del
párrafo 1 del art. 11 del Pacto, en particular la referencia al derecho a "una mejora
continua de las condiciones de existencia". Toda medida que implique
deliberadamente un retroceso en ese sentido debe ser objeto de un examen cuidadoso
y tendrá que justificarse con referencia a todos los derechos consagrados en el Pacto y
en el marco del pleno aprovechamiento del máximo de los recursos de que se
disponga.
Además, la obligación de la realización progresiva existe independientemente
de todo aumento de los recursos. Sobre todo, es preciso hacer un uso eficaz de los
recursos disponibles.
"Obligación fundamental mínima".
En virtud del PIDESC todos los Estados partes, cualquiera sea su nivel de
desarrollo económico, tienen la obligación fundamental mínima de alcanzar, por lo
menos, los niveles esenciales mínimos de cada uno de los derechos enunciados en ese
instrumento. Conforme al mismo Pacto, si en un Estado parte un número considerable
de personas se ven privadas de una vivienda básica, dicho Estado no cumple prima
facie con las obligaciones que le impone el Pacto. Además de esta condición
fundamental hay cuatro niveles de obligaciones gubernamentales relativas al derecho
a una vivienda adecuada.
"Reconocer"
La obligación de los Estados de reconocer el derecho a la vivienda se manifiesta
en varias esferas importantes. En primer lugar, deben reconocer que la vivienda
tiene una dimensión de derecho humano y asegurarse de que no se adopten medidas
de ninguna clase con intención de menoscabar la condición jurídica de ese derecho. En
segundo lugar, las medidas legislativas, unidas a políticas adecuadas para la
realización progresiva del derecho a la vivienda, forman parte de la obligación de
"reconocer". Debe revocarse o modificarse toda ley o política en vigor que sea
contraria al derecho a una vivienda adecuada. Las políticas y leyes no deben tener
por objeto beneficiar a los grupos sociales que ya se hallen en una situación más
favorecida a costa de los que viven en condiciones menos favorables.
Otro aspecto del deber de reconocer este derecho puede expresarse en
términos de política. Más concretamente, las cuestiones relativas al derecho a la
vivienda deben ser parte de los objetivos generales del Estado en materia de
desarrollo. Además, debe adoptarse una estrategia provincial encaminada a la

27
realización progresiva del derecho a la vivienda para todos mediante el
establecimiento de metas concretas.
En tercer lugar, el reconocimiento del derecho a la vivienda significa que el
Estado debe adoptar medidas para evaluar el grado en que la población ya disfruta de
este derecho al momento de procederse a la ratificación. Más importante aún, los
Estados deben esforzarse por determinar en qué medida este derecho no está vigente,
y elaborar políticas y leyes de vivienda para que todos puedan disfrutar de él lo antes
posible. Los Estados deben asignar la debida prioridad a los grupos sociales que viven
en condiciones desfavorables, acordándoles especial atención.
"Respetar"
La obligación de respetar el derecho a una vivienda adecuada implica que los
gobiernos deben abstenerse de toda medida que impida a la población satisfacer este
derecho por sí misma cuando está en condiciones de hacerlo. Muchas veces, para
respetar este derecho, basta que el gobierno se abstenga de ciertas prácticas y se
comprometa a facilitar la autoayuda de los grupos afectados. En este contexto, los
Estados no deben restringir el pleno disfrute del derecho a la participación popular por
parte de los beneficiarios del derecho a la vivienda sino respetar el derecho
fundamental a organizarse y reunirse.
En particular, la responsabilidad de respetar el derecho a una vivienda
adecuada significa que los Estados no deben ejecutar o promover de cualquier otra
manera el desalojamiento forzoso arbitrario de personas y grupos. Los Estados deben
respetar el derecho de la población a construir sus propias viviendas y a ordenar el
medio ambiente en la forma que se adapte de modo más efectivo a su cultura,
capacidad, necesidades y deseos. Respetar el derecho a la igualdad de trato, el
derecho a la vida privada en el hogar y otros derechos afines también son parte del
deber del Estado de respetar el derecho a la vivienda.
"Proteger"
Con el fin de proteger efectivamente el derecho a la vivienda, los gobiernos
deben prevenir toda posible violación de estos derechos por "terceras partes" tales
como los propietarios de inmuebles o las empresas urbanizadoras. Si de todas
maneras se producen violaciones, las autoridades deben impedir nuevos abusos y
garantizar a los interesados el acceso a los recursos jurídicos que permitan reparar los
daños.
Para proteger los derechos de los ciudadanos frente actos tales como los
desalojamientos forzosos, los gobiernos deben adoptar medidas inmediatas a fin de
conceder a todas las personas y familias de la sociedad la seguridad jurídica de la
tenencia en caso de que no cuenten con esa protección. Además, las medidas
legislativas y de otra índole deben proteger a los residentes de discriminaciones,

28
acosos, suspensiones de servicios y otras amenazas.
Los Estados deben tomar medidas para que los gastos relacionados con la
vivienda de los particulares, las familias y los hogares sean proporcionales a sus
niveles de ingresos. Conviene establecer un sistema de subsidios de vivienda
destinado a los sectores que no estén en condiciones de hacer frente al costo de una
vivienda adecuada, así como para proteger a los inquilinos ante los aumentos
injustificados o esporádicos del alquiler.
Los Estados deben crear los mecanismos judiciales, cuasijudiciales,
administrativos o políticos que permitan ofrecer reparación a las víctimas de toda
violación del derecho a una vivienda adecuada.
"Realizar"
En comparación con las obligaciones de reconocer, respetar y proteger, la
obligación de un Estado de realizar el derecho a una vivienda adecuada resulta
positiva e intervencionista. En esta categoría, en particular, se plantean cuestiones de
gastos públicos, reglamentación gubernamental de la economía y mercados de
terrenos, provisión de servicios públicos e infraestructuras afines, redistribución del
ingreso y otras obligaciones positivas.
El Comité de DESC considera que deben elaborarse estrategias
gubernamentales identificables para asegurar el derecho de todas las personas a vivir
en paz y con dignidad. El derecho de acceso a la tierra debe ser parte de esas
estrategias. El Comité ha señalado, además, que muchas de las medidas necesarias
para dar efectividad al derecho a la vivienda requieren asignaciones de recursos y que,
en algunos casos, los fondos públicos asignados a la vivienda pueden utilizarse
eficazmente en la construcción directa de nuevas unidades.
Por lo general, en lo que respecta a la financiación de la vivienda, los Estados
deben establecer formas y niveles de gastos que reflejen las necesidades de la
sociedad en la materia y sean compatibles con las obligaciones previstas en el Pacto y
otros instrumentos jurídicos.
Tal como se proclamó en los Principios de Limburgo relativos a la Aplicación del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y como reiteró
posteriormente el Comité, al hacer uso de los recursos disponibles, se debe otorgar la
prioridad debida a la realización de los derechos reconocidos por el Pacto, teniendo en
cuenta la necesidad de asegurar a cada individuo la satisfacción de los requisitos de
subsistencia, así como proporcionarle los servicios esenciales. (FUENTE: Folleto
informativo Nº 33. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos. Preguntas frecuentes sobre los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales).

29
VI. CASOS JURISPRUDENCIALES. DIALOGO CONSTRUCTIVO.
Ejemplos de jurisprudencia sobre los derechos económicos, sociales y
culturales
Hay un creciente número de casos por presuntas violaciones de los derechos
económicos, sociales y culturales ante tribunales nacionales y mecanismos de
derechos humanos de alcance mundial y regional. Por ejemplo:
En la Argentina, una familia fue arbitrariamente privada de ayuda alimentaria
después de reformarse el correspondiente programa. La exclusión arbitraria puso a los
hijos de la familia en peligro y dio lugar a su hospitalización. En la causa María Delia
Cerrudo y otras c. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la Cámara Contencioso
Administrativo de la Ciudad de Buenos Aires ordenó que, a fin de proteger el derecho
a la salud y el derecho a la vida de los hijos, la familia fuera incluida provisionalmente
en el nuevo programa en espera de que se determinase definitivamente sí tenía
derecho a ello a largo plazo.
En el Brasil, el Tribunal Supremo Federal consideró en 2005 que el Estado
estaba obligado a garantizar el acceso a las guarderías y los jardines de infancia a los
niños de entre 0 y 6 años de edad de conformidad con la Constitución. Se recurrió al
Tribunal en relación con ese asunto en el marco de una acción civil pública sobre el
derecho a la educación de los niños. El Tribunal subrayó que, en las situaciones en que
los poderes administrativos no protegían los derechos sociales mediante políticas
adecuadas de carácter público, correspondía a los tribunales proteger los derechos
económicos, sociales y culturales
Ocupantes de Olivia Road 51 contra la Ciudad de Johannesburgo, CCT
24/07. Corte Constitucional de Sudáfrica, 19 de febrero del 2008.
www.escr-net.org/Número N°1, mayo de 2009
En este caso, más de 400 residentes de edificios considerados inseguros e
insalubres en la Ciudad de Johannesburgo fueron relocalizados exitosamente. Aunque
esta relocalización es temporaria, el acuerdo entre las partes aprobado por la Corte
Constitucional, evitó el desalojo promovido por el gobierno municipal que hubiera
generado que l@s ocupantes quedaran sin lugar donde vivir.
Previo a decidir el caso, la Corte Constitucional ordenó a las partes que
entablaran un diálogo constructivo para intentar ponerse de acuerdo sobre una
solución mutuamente satisfactoria. Las partes llegaron a un acuerdo que fue aprobado
por la Corte en noviembre del 2007. Este acuerdo establece que la Ciudad no
desalojaría a l@s ocupantes, que mejoraría las condiciones de los edificios y que les
proveería vivienda temporaria donde podrían vivir“sin riesgo a sufrir desalojos–una
de las peticiones claves de los demandantes. Además, las partes acordaron reunirse y
discutir soluciones permanentes a su problema de vivienda. Luego de alcanzado el

30
acuerdo, varias cuestiones fueron remitidas a la Corte para su examen.
Al fundamentar la decisión que ordena el establecimiento del diálogo, la
Corte por primera vez sostuvo que constituye un requerimiento constitucional que una
municipalidad -previo a decidir un desalojo- se involucre de manera seria y
responsable con aquellas personas que podrían quedar en una situación de falta de
vivienda y que los tribunales deben tomar en cuenta si ha habido un diálogo serio
antes de ordenar un desalojo. También fue decidido que la obligación constitucional de
proveer vivienda adecuada implica que al decidir un desalojo, la Ciudad debe
considerar la potencialidad para l@s ocupantes de quedarse sin vivienda y que sólo
luego de que un tribunal ordene un desalojo, puede considerarse ilegal la ocupación de
un predio o edificio.
L@s defensores de derechos humanos de Sudáfrica presentaron esta decisión
como un éxito ya que el fomento del diálogo por parte del tribunal y la adopción
judicial del acuerdo aceleró la resolución del conflicto y la efectiva implementación de
las obligaciones en materia de derechos económicos y sociales en cabeza de la Ciudad.
Los activistas han elogiado este método como un modo de obtener la satisfacción de
las peticiones en materia de derecho a la vivienda con una intervención mínima de los
tribunales y de evitar adentrase en cuestiones políticas sensibles respecto del rol de
los tribunales en políticas sociales. Sin embargo, estos acuerdos negociados pueden
resultar en que las cortes eviten el tratamiento de cuestiones difíciles que si fueran
decididas en el marco de un proceso judicial, podrían proveer jurisprudencia
beneficiosa para personas en situaciones similares.
European Federation of National Organisations Working with the
Homeless (FEANTSA) c/ Francia, Petición Nro. 39/2006; 5 de diciembre de
2007. Número N° 2, junio de 2009. www.escr-net.org/
En el caso FEANTSA contra Francia el Comité europeo de Derechos Sociales
determinó que Francia violó el derecho a la vivienda previsto en el art 31 de la Carta
Social Europea revisada. El Comité basó su conclusión en las siguientes
circunstancias: 1) el avance insuficiente de la erradicación de las viviendas inferiores
al estándar y la falta de servicios adecuados para gran cantidad de hogares; 2) la
aplicación insatisfactoria de la legislación sobre prevención de desalojos y la falta de
medidas destinadas a proporcionar soluciones de reubicación para las familias
desalojadas; 3) la insuficiencia de las medidas adoptadas para reducir la cantidad de
personas sin techo; 4) el suministro insuficiente de viviendas sociales accesibles para
sectores de bajos ingresos; 5) el mal funcionamiento del sistema de asignación de
viviendas sociales y la insuficiencia de los recursos disponibles para las personas a
quienes se les niega la vivienda social; y 6) considerando conjuntamente el artículo E
sobre no discriminación, la aplicación deficiente de la legislación referida a las paradas

31
para viajeros.
Aunque el Comité estuvo de acuerdo en que el texto del artículo 31 no se
puede interpretar como estableciendo una obligación de resultados, hizo hincapié en
que los derechos de la Carta deben adoptar una forma―práctica y efectiva. Por ello,
para que una situación sea compatible con la Carta, los Estados Parte están obligados
a adoptar las medidas legales, financieras y operativas necesarias para asegurar el
avance progresivo hacia el cumplimiento de los objetivos establecidos en la Carta;
mantener estadísticas significativas sobre las necesidades, recursos y resultados;
efectuar monitoreos periódicos sobre el impacto de las estrategias adoptadas;
establecer un cronograma y prestar particular atención al impacto de las políticas
adoptadas sobre cada una de las categorías de personas afectadas, especialmente las
más vulnerables. Tras la resolución del Comité, el Comité de Ministros del Consejo
Europeo (COM) adoptó la Resolución CM/ResChS(2008)8 del 2 de julio de 2008, en la
que señaló, entre otras cosas, que incluso con anterioridad a la decisión del Comité,
Francia había tomado medidas para satisfacer la normativa de la Carta revisada. La
resolución establece que Francia efectuó el seguimiento de estas medidas, en
particular a través de la implementación de la Ley Nº 2007-290 del 5 de marzo de
2007 que establece que el derecho a la vivienda puede ser exigido ante
tribunales de justicia en ciertas circunstancias.
Esta decisión es significativa ya que avanza en la definición de la naturaleza y
extensión de las obligaciones en materia de derecho a la vivienda para los Estados
europeos que han ratificado el artículo 31 de la Carta Social Europea revisada y provee
un valioso parámetro para evaluar las políticas de vivienda desde una perspectiva de
derechos humanos. Debe destacarse que el Comité utilizó el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales como“una fuente clave de
interpretación del artículo 31, las Observaciones Generales 4 y 7 del Comité
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU y los informes del
Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a una Vivienda Adecuada. De este
modo, el Comité ha establecido una relación clara entre el alcance de un derecho a la
vivienda bajo el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho a la
vivienda bajo la Carta revisada.
VII.- Los Efectos propios de las disposiciones convencionales de
protección. (A. A. Cançado Trindade, en el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos en el Siglo XXI)
Al conformar el dominio del derecho internacional
convencional, los tratados tienen su interpretación orientada por las reglas
consagradas en el derecho internacional, tales como las enunciadas en los arts. 31 a
33 de las dos Convenciones de Viena sobre el Derecho de los Tratados (de 1969 y

32
1986; según tales reglas, los tratados deben ser interpretados de buena fe, de
acuerdo con el sentido corriente que se atribuya a sus términos y al contexto de éstos,
y teniendo en cuenta su objeto y propósito –art. 31 (1)-.
El amplio alcance de las obligaciones convencionales de
protección, una vez contraídas éstas, los Estados ya no pueden invocar la
soberanía, como elemento de interpretación de los tratados en que se tornaron
Partes, en virtud de los dispuesto por el art. 27 de las dos Convenciones de Viena
sobre el Derecho de los Tratados, a ningún Estado le está permitido invocar
dificultades de orden constitucional o intentar justificar el no cumplimiento de sus
obligaciones convencionales. Más allá de los derechos de los tratados, éste es un
principio fundamental del derecho de la responsabilidad internacional del Estado,
sólidamente respaldado por la jurisprudencia internacional sobre la materia.
La interpretación propia de los Tratados de Derechos
Humanos no se limita a las disposiciones sustantivas y se extiende igualmente al plano
procesal u operacional. (Por ejemplo, el requisito del previo agotamiento de los
recursos del derecho interno; la―solución amistosa–-friendly settlement-, de casos de
derechos humanos difiere de la solución pacífica de las controversias internacionales).
El papel de las Organizaciones No Gubernamentales.
Desde el desarrollo de la Conferencia de Viena -1993-, y previa a ella, se
desarrolló el Forum Mundial de las ONG´s. En el plano conceptual, l as ONG´s
afirmaron categóricamente la universalidad y la indivisibilidad de los derechos
humanos y recomendaron una mayor atención a los vínculos entre la democracia, el
desarrollo y la satisfacción de las necesidades humanas básicas, con atención especial
a los sectores más desfavorecidos de la población. Para las ONG´s el fenómeno del
empobrecimiento de amplios sectores de la población figura como una violación
flagrante de todos los derechos humanos, por lo que se impone la capacitación
(empowerment) de todos los segmentos de la población.
La Declaración y Programa de Acción de Viena,
resultado de dicha Conferencia, afirmó la universalidad, indivisibilidad e interrrelación
de todos los derechos humanos y el tratamiento global de los mismos, el deber de
todos los Estados, independientemente de sus sistemas políticos, económicos y
culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos…también aborda el
papel de las ONGs´y de otros movimientos de base, resaltando la importancia del
diálogo y cooperación entre éstas y los gobiernos.
La Indivisibilidad de los derechos humanos: la búsqueda de la
justiciabilidad de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales en el plano
internacional.
La I Conferencia Mundial de Derechos humanos en Teherán en 1968, proclamó

33
la indivisibilidad de los derechos humanos, afirmando que la realización plena de los
derechos civiles y políticos sería imposible sin el goce de los derechos económicos,
sociales y culturales.
Las presiones internacionales a favor de la búsqueda de una protección más
eficaz de los derechos económicos, sociales y culturales, descuidados en el pasado en
cuanto a su implementación, se hicieron acompañar de la gradual cristalización en el
plano nacional, de la concepción de los llamados ―welfare rights, en medio de una
proliferación, sobre todo en los países europeos, de tribunales nacionales
atendiendo―reclamaciones industriales y de seguridad social.
En nuestro continente esta visión se reflejó en el Informe de 1979-1980 de
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Pero en nuestro continente, particularmente en lo referente a los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, persistió una laguna en nuestro sistema
interamericano de protección, hasta la adopción en 1988 del llamado Protocolo de San
Salvador (Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales).
En su preámbulo reza:―"la estrecha relación existente entre la vigencia de los
derechos económicos, sociales y culturales y el de los derechos civiles y políticos
formando un todo indisoluble que encuentra su base en el reconocimiento de la
dignidad de la persona humana, por lo cual exigen una tutela y promoción
permanente con el objeto de lograr su vigencia plena, sin que jamás pueda justificarse
la violación de unos en aras de la realización de otros. La obligación de no
discriminación, el principio de no admisión o prohibición de restricciones de los
derechos, ambos inspirados en el Pacto de Naciones Unidas.
La Comisión Interamericana se mostró dispuesta a considerar más
detenidamente la situación de los derechos económicos, sociales y culturales en los
Estados Parte en la Convención Americana: en su Informe Anual de 1991, por
ejemplo, dedicó particular atención a la materia, basándose en los informes
presentados por algunos Estados miembros de la OEA a organismos internacionales y
en un estudio realizado por la Organización Panamericana de Salud–OPS-. Este
estudio señaló como los problemas de mayor incidencia en la región l os siguientes: el
gradual deterioro del nivel de vida de la población, la falta de recursos para la
asistencia médica y la salud púbica, el alto índice de mortalidad infantil, las altas tasas
de desempleo y subempleo y de analfabetismo, los altos índices de desnutrición, la
escasez de viviendas adecuadas, el grave deterioro del medio ambiente, la
inestabilidad de los sistemas económicos y, en algunos países, los altos índices
inflacionarios, entre otros. A partir de 1979-1980 la CIDH pasó a insistir en la
necesidad de la erradicación de la pobreza y de la atención a las necesidades básicas

34
de la salud, nutrición, educación, alertando que un aumento de la renta nacional no se
traduce necesaria y correlativamente en una mejora de los indicadores sociales, a no
ser que se dé atención prioritaria a las “mayorías desposeídas. (AA Cançado
Trindade, "La Protección Internacional")

VIII. PROTOCOLO FACULTATIVO. Pacto Internacional sobre los


Derechos Económicos, Sociales y Culturales. MECANISMO DE ACCESO A LA
JUSTICIA A NIVEL INTERNACIONAL.
―La justicia para aquellas personas cuyos derechos económicos, sociales y
culturales han sido violados, hoy ha avanzado en un paso decisivo, ha dicho Muthoni
Wanyeki, de la Comisión de Derechos Humanos de Kenya, cuando 20 Estados
comenzaron a firmar el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales en las Naciones Unidas. (FUENTE: Sobre la Coalición
Internacional por un Protocolo al PIDESC (www.escr-net.org)
Por primera vez, el Protocolo Facultativo establece un mecanismo de
acceso a la justicia a nivel internacional para la gente cuyos derechos
económicos, sociales y culturales han sido violados.
Muchas personas alrededor del mundo, especialmente aquellas que viven en la
pobreza y que sufren de discriminación, soportan violaciones de sus derechos y la
negación de la justicia a nivel nacional. El Protocolo Facultativo les permitirá el acceso
a la justicia a nivel internacional y al mismo tiempo apoyará los esfuerzos para que
haya recursos efectivos disponibles para que las victimas puedan acceder a estos
derechos en sus países.
El Protocolo Facultativo envía un claro e inequívoco
mensaje sobre la importancia y el igual valor de todos los derechos humanos - que
todos los derechos deben ser protegidos, respetados y cumplidos, sin ninguna
excepción.
En New York, en fecha 24 de septiembre de 2009, se pone en vigencia el
Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, que en materia de justiciabilidad de los DESC es posible sostener que a
partir de denuncias individuales/colectivas, ante las autoridades designadas por el
propio Pacto, los jueces nacionales deben tener en cuenta esa interpretación ante una
controversia en sede interna, so consecuencia de provocar, en caso contrario, una
opinión negativa sobre el cumplimiento de las obligaciones del estado en sede
internacional.‖

IX. ORGANIZACION DE ESTADOS AMERICANOS. Sistema Regional del


Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

35
Actualmente, el sistema interamericano de protección de los derechos humanos
tiene como base normativa, varios instrumentos: la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre (en adelante―DADDH), la Convención Americana
sobre Derechos Humanos (en adelante―CADH), el Protocolo adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (llamado Protocolo de San Salvador), el Protocolo a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos relativo a la Abolición de la Pena de Muerte, la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, la Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer
(Convención do Belém do Pará), la Convención Interamericana para la Eliminación de
todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad.
La Declaración garantiza los siguientes derechos económicos, sociales
y culturales: derecho a la protección a la maternidad y la infancia (art. VII), derecho
a la preservación de la salud y al bienestar (art. XI), derecho a la educación (art. XII),
derecho a los beneficios de la cultura (art. XIII), derecho al trabajo y a una justa
retribución (art. XIV), derecho al descanso y a su aprovechamiento (art. XV) y el
derecho a la seguridad social (art. XVI.)
Desde noviembre de 1999, el sistema interamericano
cuenta con un instrumento específico en materia de derechos económicos, sociales y
culturales: el Protocolo de San Salvador.
El Protocolo ha consagrado el derecho al trabajo (art. 6), a condiciones justas,
equitativas y satisfactorias de trabajo (art. 7), los derechos sindicales (art. 8), el
derecho a la seguridad social (art. 9), el derecho a la salud (art. 10), el derecho a un
medio ambiente sano (art. 11), el derecho a la alimentación (art. 12), el derecho a la
educación (art. 13), el derecho a los beneficios de la cultura (art. 14), el derecho a la
constitución y protección de la familia (art. 15), los derechos de la niñez (art. 16) y la
protección de los ancianos (art. 17) y de los deficientes o discapacitados (art. 18.)
Además, se dejó abierta la posibilidad de incorporar otros derechos o de ampliar los ya
reconocidos (art. 22, con antecedentes en los arts 31 y 76 de la CADH), propiciando
un perfeccionamiento gradual de ese instrumento.
En consecuencia, deben interpretar las obligaciones
emergentes de estos textos a la luz de la disposiciones y doctrina de carácter
universal, circunstancia que redundará en beneficio de la realización efectiva de los
derechos sociales, considerando el profuso desarrollo jurisprudencial llevado a cabo
por el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales—órgano de control del
PIDESC.
En efecto, en la Opinión Consultiva No. 5, la Corte

36
IDH expresó que…en cuanto a la interpretación de tratados, puede sentarse el criterio
de que las reglas de un tratado o convención deben interpretarse en relación con las
disposiciones que aparezcan en otros tratados que versen sobre la misma materia.
También puede definirse el criterio de que las normas de un tratado regional deben
interpretarse a la luz de la doctrina y disposiciones de los instrumentos de carácter
universal. (Corte IDH, Opinión Consultiva No. 5, del 13 de noviembre de 1985, "La
colegiación obligatoria de periodistas"‖(arts. 13 y 29 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos), Serie A, No. 5, párr. 55.) Al interpretar el art. 29(b) de la
CADH concluyó que: "si a una misma situación son aplicables la Convención
Americana y otro tratado internacional, debe favorecer la norma más
favorable a la persona humana".
La Carta de la OEA, por su parte, a partir de la reforma
efectuada a través del Protocolo de Buenos Aires en el año 1967, incorporó ciertas
normas relevantes en esta materia. Así, los arts 33, 44 y 48 fueron introducidos en
ocasión de aquella enmienda. El art. 33 de la Carta establece las metas básicas de los
Estados Americanos, ofreciendo un marco de referencia para la interpretación de los
derechos.
Dentro de los objetivos planteados encontramos, salarios justos, propicias
condiciones de trabajo, erradicación del analfabetismo, nutrición y vivienda
adecuadas. El art 44, consagra expresamente los siguientes derechos: el derecho al
trabajo (incluyendo salarios justos y el derecho a la seguridad social), el derecho de
asociación (incluyendo el derecho a la huelga y la negociación colectiva), y el derecho
a la asistencia legal para hacer valer los derechos. El art. 48, por su parte, establece
de manera expresa el derecho a la educación.
Según esta disposición, los Estados parte se comprometen a proporcionar
educación primaria obligatoria y gratuita. En cuanto a la educación media, los Estados
asumen la obligación de extender la educación media progresivamente a la mayor
parte de la población.
La labor de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En el marco de su competencia contenciosa, la Corte conocido ha emitido
sentencia en un caso en el que se encontraban comprometidos derechos económicos,
sociales y culturales. Es el caso Baena Ricardo y otros (270 trabajadores vs.
Panamá), presentado ante la Comisión en el año 1994. En él, se denunció a la
República de Panamá por un despido masivo de trabajadores del sector público que
habían participado en distintas marchas y protestas contra la política gubernamental.
Además, se les aplicó retroactivamente una ley que los sometía al fuero
administrativo, privándolos en consecuencia de la vía laboral para efectuar las
impugnaciones pertinentes. En atención al incumplimiento del Estado de las

37
recomendaciones emitidas por la Comisión (Informe del artículo 50 de la CADH), ésta
presentó demanda ante la Corte Interamericana. El 2 de febrero de 2001, la Corte
dictó la sentencia de fondo, responsabilizando al Estado de Panamá por los hechos
descriptos, sentencia trascendente para la protección de los derechos sociales, en
particular, los laborales, en el continente. Así consideró que Panamá violó el principio
de legalidad y retroactividad (artículo 9 de la CADH), garantías judiciales y protección
judicial (artículos 8(1), 8(2) y 25 de la CADH) y libertad de asociación con fines
sindicales.
X. SISTEMA NACIONAL. Consagración normativa de los derechos
económicos, sociales y culturales. Normativa interna.
Muy sintéticamente a fin de facilitar la lectura, se enuncia a continuación el
reconocimiento constitucional de algunos derechos económicos, sociales y culturales.
La Constitución Nacional de 1853 no contó en su origen con reconocimiento de
derechos económicos, sociales y culturales, pero a partir de la inserción del artículo 14
bis en la reforma de la Constitución en el año 1957 y la reforma de 1994 se
introdujeron importantes modificaciones, la más significativa la incorporación con
jerarquía constitucional de declaraciones y pactos de derechos humanos.
La incorporación constitucional de los tratados de derechos humanos dio status
normativo a esta tendencia jurisprudencial, planteando una serie de nuevas exigencias
al intérprete. Tal como señalan Abramovich y Courtis,―la adopción de pactos
internacionales de derechos humanos como escalón más alto de la pirámide normativa
local y la aceptación de la jurisdicción de órganos internacionales en materia de
derechos humanos, obligan al intérprete local a reconocer la interpretación que se ha
hecho de esos pactos en sede internacional.
En efecto, si tal como lo sostuvo la corte Suprema en Ekmekdjian, resulta
necesario que los tribunales argentinos eviten que el estado incurra en responsabilidad
internacional por incumplimiento de un tratado, y deban para ello implementar las
obligaciones internacionales de la nación a través de las sentencias judiciales;...es
fundamental que los jueces cuenten con información relativa al alcance de las
obligaciones internacionales de acuerdo a la interpretación que se les ha dado en sede
internacional.‖(Abramovich, Víctor, Courtis Christian, Hacia la exigibilidad de los
derechos económicos, sociales y culturales. Estándares internacionales y criterios de
aplicación ante los tribunales locales en: "La aplicación de los tratados sobre derechos
humanos por los tribunales locales". Pág. 283 y ss.)
Con relación a ello, merece especial interés la doctrina sostenida por la Corte
Suprema a partir del leading case Giroldi (Giroldi, H. D. y otro s/recurso de
casación” del 7 de abril de 1995. El Derecho, Tomo 163. Pág. 161), al expresar:―
"(q)ue la ya reconocida jerarquía constitucional de la Convención Americana

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sobre Derechos Humanos ha sido establecida por voluntad expresa de del
constituyente―en las condiciones de su vigencia (art. 75, inc. 22, 2º párrafo), esto es,
tal como la Convención citada efectivamente rige en el ámbito internacional y
considerando particularmente su efectiva aplicación jurisprudencial por los tribunales
internacionales competentes para su interpretación y aplicación. De ahí que la aludida
jurisprudencia deba servir de guía para la interpretación de los preceptos
convencionales en la medida en que el estado argentino reconoció la competencia de
la Corte Interamericana para conocer en todos los casos relativos a la interpretación y
aplicación de la Convención Americana. (Considerando 11) Y concluye:
(e)n consecuencia, a esta Corte, como órgano supremo de uno de los poderes
del Gobierno Federal, le corresponde en la medida de su jurisdicción- aplicar los
tratados internacionales a que el país está vinculado en los términos anteriormente
expuestos, ya que lo contrario podría implicar las responsabilidad de la nación frente a
la comunidad internacional (considerando 12).
X. 1. Violaciones de derechos económicos, sociales y culturales.
Muchos casos de estas violaciones de derechos, por un lado, provienen del
incumplimiento de obligaciones negativas por parte del Estado. ..uno de los principios
liminares establecidos en materia de derechos económicos, sociales y culturales es la
obligación estatal de no discriminar en el ejercicio de estos derechos…este tipo de
violaciones abre un enorme campo de justiciabilidad para los derechos económicos,
sociales y culturales, cuyo reconocimiento pasa a constituir un límite y por ende un
estándar de impugnación de la actividad estatal no respetuosa de dichos derechos. Por
ejemplo, la violación por parte del Estado del derecho a la vivienda, a partir del
desalojo forzoso de habitantes de una zona determinada sin ofrecimiento de vivienda
alternativa…
Por otro lado, nos enfrentamos a casos de incumplimiento de obligaciones
positivas del Estado, es decir, omisiones del Estado en sus obligaciones de realizar
acciones o tomar medidas en el sentido de la protección, aseguramiento y promoción
de los derechos en cuestión, que son los casos que presentan mayores dudas con
respecto a la justiciabilidad de los derechos.
Por último, aún en los casos en los que la sentencia de un juez no resulte
directamente ejecutable por requerir de provisión de fondos por parte de los poderes
políticos, cabe resaltar el valor de una acción judicial en la que el Poder Judicial
declare que el Estado está en mora o ha incumplido con obligaciones asumidas en
materia de derechos económicos, sociales y culturales.
No cabe duda de que la implementación de derechos económicos, sociales y
culturales depende en parte de actividades de planificación, previsión presupuestaria y
puesta en marcha que por naturaleza corresponden a los poderes políticos, siendo

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muy limitados a los casos en los que el Poder Judicial puede llevar a cabo la tarea de
suplir la inactividad de aquéllos. Ahora bien, uno de los sentidos de la adopción de
tratados que establecen derechos para las personas y obligaciones o compromisos
para el Estado, consiste en la posibilidad de reclamo de cumplimiento de esos
compromisos no como concesión graciosa, sino en tanto que programa de gobierno
asumido internacionalmente.
Parece evidente que, en este contexto, es importante establecer mecanismos
de comunicación, debate y diálogo a través de los cuales se recuerde a los poderes
públicos los compromisos asumidos, forzándolos a incorporar dentro de las prioridades
de gobierno la toma de medidas destinas a cumplir con sus obligaciones en materia de
derechos económicos, sociales y culturales.
Resulta especialmente relevante a este respecto que sea el propio Poder
Judicial el que―comunique a los poderes políticos el incumplimiento de sus
obligaciones en esta materia.
XI. BUSQUEDA DE UNA PROTECCION MAS EFICAZ. SUPERVISION.
En el ámbito de las Naciones Unidas, el Comité DESC especialmente encargado
de la supervisión del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en las
sesiones realizadas ha tomado algunas decisiones significativas. Logró adoptar sus
decisiones por consenso: consideró los medios de garantizar el perfeccionamiento del
sistema de informes sobre la aplicación del Pacto (recurriendo a fuentes alternativas,
distintas a las emanadas de los Estados, incluyendo las agencias especializadas del
sistema de las Naciones Unidas así como las organizaciones no-gubernamentales,
caso: informes enviados por ONG´s al Comité, Fundación Servicio de Paz y Justicia–
Argentina-) y cuidó de garantizar su propia independencia.
Los Informes tendrían que contener informaciones sobre indicadores
económicos y sociales e indicaciones sobre el patrón de vida no sólo de la sociedad
como un todo sino también determinados grupos, particularmente los vulnerables
(derecho a la vivienda, derecho a la salud física y mental, derecho a la educación)
En la práctica, al concluir el examen de cada informe, el Comité adopta las
llamadas "observaciones finales",...Se avanzó en el establecimiento de un sistema
de Peticiones o comunicaciones individuales en materia de derechos económicos,
sociales y culturales.
Artículo 19
Medios de Protección.
6. En el caso de que los derechos establecidos en el párrafo a) del art. o 8 y en
el art 13 fuesen violados por una acción imputable directamente a un Estado parte del
presente Protocolo, tal situación podría dar lugar, mediante la participación de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y cuando proceda de la Corte

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Interamericana de Derechos Humanos, a la aplicación del sistema de peticiones
individuales regulado por los artículos 44 a 51 y 61 a 69 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos.
7. Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo anterior, la Comisión IDH podrá
formular las observaciones y recomendaciones que considere pertinentes sobre la
situación de los derechos económicos, sociales y culturales establecidos en el presente
Protocolo en todos o en algunos de los Estados partes, las que podrá incluir en el
Informe Anual a la Asamblea General o en un Informe Especial, según lo considere
más apropiado.
8. Los Consejos y la CIDH en ejercicio de las funciones que se les confieren en
el presente artículo tendrán en cuenta la naturaleza progresiva de la vigencia de los
derechos objeto de protección por este Protocolo.
XII. EL PORQUE DE LA AUDIENCIA
Las estrategias deben ser fruto de consultas auténticas y generalizadas
que se efectuarán con la participación de todos los sectores sociales, entre ellos las
personas sin hogar y las que no disponen de una vivienda adecuada, así como sus
representantes y organizaciones.
También es preciso adoptar otras medidas para lograr una coordinación efectiva
entre los ministerios pertinentes y las autoridades locales a fin de conciliar todas las
políticas afines (en materia de economía, agricultura, medio ambiente, energía, etc.)
con las obligaciones dimanantes del artículo 11 del Pacto.
El diálogo constructivo: Como ya se indicó, así lo denomina el debate entre
los representantes de los gobiernos y los miembros del Comité, para el presente caso
se verá en el desarrollo de la respectiva AUDIENCIA.
Sobre este criterio, ésta Fiscalía PEDH, cree necesario y conveniente, proponer
en el mecanismo de AUDIENCIA MEDIACION, para fortalecer el diálogo constructivo.
La judicatura no se extralimita en su función constitucional cuando adopta
decisiones en la defensa y cumplimiento sobre los derechos económicos, sociales y en
este sentido, la Fiscalía PEDH, se ha visto en la necesidad de activar y promover
procesos en ámbitos institucionales de debate y diálogo que conlleven y/o colaboren a
la toma de decisiones para la superación de la pobreza y la precariedad urbana.
Por lo expuesto, DISPONGO: 1) Convocar a una audiencia a realizarse en el CENTRO
PUBLICO DE MEDIACION -conexo al Poder Judicial de esta Provincia-, en donde se cite
al menos tres personas que representen a quienes realizaron la PETICION ante el
INADI que motivara la intervencion de ésta FISCALIA PEDH; al Ministro de
Gobierno, Justicia y Seguridad de esta Provincia, o su representante; Ministro
de Desarrollo Social y Derechos Humanos, o su representante; al Sr.
Subsecretario de Derechos Humanos; Al Sr. Director de Defensa de la

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Democracia; al Presidente del Instituto Provincial de Desarrollo Urbano y
Vivienda, -IDPDUV-, o su representante, a la Sra. Presidente de la Comisión
de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Provincia y al menos
dos integrantes del mismo, a la Sra. Intendente de la Ciudad de Resistencia
y/o quien designe; al Decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de
la UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE y/o cátedra relacionada con la
temática viviendas sociales; donde además se encuentre citado el titular del INADI
CHACO y ésta Fiscalía Penal Especial de Derechos Humanos -FPEDH-. 2) Se
acompaña como ANEXO I, e integra éste Decreto, una copia del listado de las
personas y familias peticionarias. 3) Elevar el presente pedido a la Sra. Directora del
Centro de Público de Mediación, a los fines que, a la mayor brevedad posible, en el
transcurso del mes de noviembre del año en curso, se fije una fecha a los fines
indicados en el punto anterio, notificándose la misma a los funcionarios, asociaciones
y personas señaladas en el punto 1). 4) Sirva el presente de atenta nota. 5) Tome
razón mesa de Entradas y Salidas. Notifíquese.

Fdo. Francisco Daniel Turraca. Fiscal Penal Especial de Derechos Humanos. Secretaria:
Virginia Ise.

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