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Ciudadanías

Las juventudes rurales:


una decisión crucial en
la construcción de paz
Nunca antes había habido tantos jóvenes. es particularmente dramático en el caso
Es poco probable que vuelva a existir semejante de los jóvenes, para quienes las brechas
potencial de progreso económico y social. para el acceso a oportunidades y servi-
cios básicos en el campo no solamente
El modo en que abordemos las necesidades y aspiraciones son enormes, sino que van en ascenso
de los jóvenes determinará nuestro futuro común (UNFPA, 2015) con respecto a sus pares urbanos. En
2015, la población total de Colombia se
Por: Paula Kamila Guerrero García y calculó en 47 millones de personas, de
Rosío González Sandoval* las cuales aproximadamente 10,8 millo-

L
nes habitaba en la zona rural, represen-
a implementación de los escuchada. El reconocimiento de la di- tando el 23 % de la población nacional
acuerdos de paz ha puesto versidad de las juventudes rurales, de (DANE, 2005). La población total de jó-
en evidencia la magnitud del su valor social y de su papel político venes entre los 14 y 28 años ascendió a
desafío al que se enfrenta el se constituye en uno de los principales 12 millones personas, de los cuales cerca
país en los territorios rurales, retos de la sociedad y de la institucio- del 22 % corresponde a jóvenes rurales.
los cuales han sido escenarios ocupados nalidad para cerrar el ciclo de exclusión Aunque permanecen olvidados e in-
por los actores armados para la guerra. socioeconómica, de pobreza y silencio visibles, en el país hay aproximadamen-
La Colombia rural, encarnada en las sostenido por décadas y debe enten- te 2,6 millones de jóvenes campesinos,
nuevas generaciones de jóvenes campe- derse como el punto de partida para la indígenas y afrodescendientes que habi-
sinos, negros e indígenas que han tran- construcción de la paz en el país. tan en centros poblados y zona rural dis-
sitado sus vidas en medio de conflictos, La pobreza y la desigualdad en el país persa (Pardo, 2017). No obstante la es-
pobreza y reformas fallidas, amerita ser tienen un fuerte sesgo rural. Lo anterior casez de datos e información específica

Fotografía: Archivo Cinep/PPP


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acerca de esta población, es posible (herencia en vida) (Procasur-Internatio-


establecer comparaciones que permiten El reconocimiento de la nal Land Coalition-FIDA, 2014; Proca-
identificar las carencias profundas que diversidad de las juventudes sur, 2017). Pese a que en el presente los
experimentan los jóvenes rurales en rurales, de su valor social y procesos de sucesión se han vuelto más
contraste con los jóvenes urbanos. En el de su papel político se consti- equitativos en tanto favorecen a hom-
2012, la Tasa de Cobertura Neta (TCN) tuye en uno de los principales bres y mujeres, se continúa apreciando
para la educación media en las zonas retos de la sociedad y de la que en contextos de presión y fragmen-
urbanas fue de 47,8 %, mientras que en institucionalidad tación sobre la tierra se favorece al hijo
las zonas rurales fue de 24,9 %. Por su mayor hombre para evitar la subdivi-
parte, la TCN de educación secundaria sión (Procasur-International Land Coali-
para las primeras fue de 78,9 % y para tion-FIDA, 2014). En este sentido, llama
las segundas del 54,8 % (Conpes, 2014). 2017). Esta situación de desigualdad la atención la inexistencia de programas
Lo anterior guarda relación con las al- laboral se relaciona con la maternidad o estrategias gubernamentales para dar
tas cifras de analfabetismo en personas temprana, pues una de cada cinco mu- acceso de forma sistemática a los jóve-
con 15 años y más, que en zonas rura- jeres adolescentes, entre 15 y 19 años nes por medio de intervenciones como
les alcanzan el 17,4 % (DNP, 2015). En de edad, está embarazada (19,5 %) o la restitución o la distribución.
términos generales, los jóvenes rurales tiene uno o más hijos. En efecto, el 26,7 Los jóvenes que viven en zonas ru-
alcanzan niveles educativos más bajos % del total de madres adolescentes del rales son los grupos más afectados por
que los segundos: mientras que la po- país son mujeres rurales (UNFPA, 2015). la pobreza después de los desplazados
blación urbana de 15 años y más tiene Las cifras del Censo Nacional Agro- internos, los pueblos indígenas y las co-
al menos los nueve años de educación pecuario (DANE, 2014) han puesto en munidades afrodescendientes, (UNFPA,
obligatoria, la mitad de los jóvenes rura- evidencia el bajo acceso a la tierra por 2015). Casi el 40 % de los jóvenes rurales
les no alcanza a superar el quinto grado. parte de los jóvenes rurales. La pobla- se encuentra en condición de pobreza, lo
Las perspectivas laborales de los jó- ción joven productora y residente rural que representa una incidencia 1,6 veces
venes rurales son precarias y existen que manifestó tener tierra en cualquie- mayor a la de los jóvenes en zona urba-
marcadas diferencias entre hombres ra de sus formas constituyó solo el 0,3 na. El porcentaje de jóvenes rurales que
y mujeres, especialmente en lo que se % de la población censada y el 2,3 % se encuentra en condición de indigencia
refiere a la participación laboral y a la de la población de jóvenes rurales del es tres veces superior que en las ciudades
disparidad del salario promedio. La tasa censo (Procasur, 2017). Aunque la infor- (16,7 % vs. 4,8 %), lo que indica que sus
de desempleo para las jóvenes es consi- mación al respecto es escasa, algunos ingresos son insuficientes para satisfacer
derablemente superior: mientras el 8 % estudios señalan que la principal estra- sus necesidades básicas de alimentación.
de los hombres jóvenes en el campo ni tegia de acceso a la tierra por parte de Adicionalmente, el 40 % de los jóvenes
estudian ni trabajan (los llamados nini), los jóvenes en el campo continúa sien- rurales carece aún de acceso a fuentes de
la proporción es cinco veces mayor para do la sucesión, a través de la entrega de agua mejoradas, en contraste al 3 % de
las mujeres, es decir del 42 % (Pardo, lotes o terrenos de parte de sus padres los jóvenes urbanos que enfrentan esta
carencia (Pardo, 2017).
Los jóvenes rurales han vivido en
entornos de inseguridad y de desprotec-
ción, sobreviviendo a escenarios de vio-
lencia permanente. En la actualidad, el
riesgo de violencia en los territorios es
alto. Los grupos armados tradicionales
siguen activos, así como los nuevos gru-
pos herederos del negocio del narcotráfi-
co y de rutas estratégicas para el mismo.
Persisten, a su vez, estructuras socioe-
conómicas y políticas que sostienen el
paramilitarismo y que representan una
amenaza y un riesgo para los jóvenes
en el campo. De acuerdo con la Unidad
para la Atención y Reparación Integral
a las Víctimas (UARIV), entre 1985 y
2017, cerca de 2.740.000 jóvenes habían
Fotografía: Archivo Cinep/PPP sido víctimas del conflicto en Colombia,
es decir, el 28 % de las víctimas a nivel

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nacional son jóvenes, 49 % mujeres y jóvenes rurales fue nuevamente insu- además, sus necesidades han sido ex-
51 % hombres. Llama la atención que ficiente: solo se hace mención de ellos presadas por la voz de otros a partir de
aproximadamente uno de cada diez jó- en cuanto a las medidas de promoción suposiciones y representaciones desac-
venes que ha sido víctima del conflicto de la ciudadanía juvenil en el ámbito tualizadas. Todavía hoy, los documentos
es afrodescendiente (RUV, 2017). rural, la implementación de estrategias de política expresan una subordinación
Ahora bien, la juventud ha emergido de educación rural y para desarrollar y subvaloración profundas del campo y
como un tema de creciente interés na- acciones diferenciadas para los jóvenes del joven rural, así como un descono-
cional en las últimas dos décadas, una víctima del conflicto armado y su parti- cimiento de la diversidad de experien-
muestra de ello es la Ley 375 de 1997. cipación en los Consejos Nacionales de cias de las juventudes en los espacios
Esta, también conocida como Ley de Ju- Juventud. rurales. Temas cruciales para ellos como
ventud, tuvo como objeto establecer el Aunque significativos, todos estos el acceso a los factores productivos, la
marco institucional y orientar políticas, avances legislativos han sido insuficien- educación integral, la participación, el
planes y programas por parte del Estado tes para incorporar a los jóvenes rura- enfoque de género, la calidad alimenta-
y la sociedad para la juventud; se esta- les en las agendas públicas. De hecho, ria y la soberanía de sus territorios, en-
bleció el Sistema Nacional de Juventud, todavía hoy no existe una estrategia tre otros, no han sido tratados con pro-
entendido como un conjunto de institu- integral de política pública para la ju- fundidad ni han merecido el desarrollo,
ciones, entidades y personas para garan- ventud rural. Al contrario, la coyuntura financiamiento e institucionalización
tizar los derechos de esta población. Sin actual del país ha evidenciado que las que requieren y que permiten la conti-
embargo, esta ley solo hace dos mencio- demandas de los jóvenes rurales no han nuidad de la vida en el campo.
nes sobre los jóvenes rurales: una en la sido siquiera exploradas y que la legis- El acceso a la tierra y a la educación
que recomienda tener en cuenta la re- lación existente oculta la diversidad de son los factores fundamentales para, de
presentación de las minorías étnicas y sus problemáticas, potencialidades y ex- un lado, generar cambios profundos en
otra en la que encarga al Ministerio de pectativas, a la vez que invisibiliza su los proyectos de vida de los jóvenes y, de
Agricultura crear líneas de crédito para riqueza cultural, étnica y campesina. otro, reducir las brechas de desigualdad
la juventud del sector rural. En este sentido, no solo ha prevalecido entre el mundo rural y el mundo urba-
Un segundo hito fundamental en la la imagen del joven urbano, sino que, no. En lo que respecta a la educación, en
legislación sobre juventud está cons- 2014 la Mis ión para la Transformación
tituido por la Ley Estatutaria 1622 de del Campo y, posteriormente, el Acuerdo
2013, la cual busca crear el marco ins- de Paz de 2016 señalaron una ruta para
titucional para garantizar a los jóvenes cerrar la brecha educativa del sector ru-
de Colombia el pleno ejercicio de su ral. Este último planteó cerca de 18 dis-
ciudadanía. La ley contempla diversos Casi el 40 % de los jóvenes posiciones que contemplan a la juventud
escenarios de participación y encuentro rurales se encuentra en condi- y la educación rural; estas se encuentran
entre las juventudes como los Consejos ción de pobreza, lo que repre- en los puntos sobre reforma rural inte-
de Juventud, las Plataformas juveniles y senta una incidencia 1,6 veces gral, participación política y en el de las
las Asambleas de las Juventudes, entre mayor a la de los jóvenes en drogas ilícitas (Sánchez, 2017a, 2017b).
otros. Sin embargo, en este Estatuto de zona urbana. El Plan de Educación Rural que forma
Ciudadanía Juvenil, la inclusión de los parte del punto uno de Reforma Rural

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Integral, contempla medidas para garan- Todavía hoy, los documen- Si [los jóvenes] siguen privados de sus
tizar el derecho a una educación que, tos de política expresan una derechos, continuarán contando con la
además de gratuita, sea pertinente a los subordinación y subvaloración vinculación a grupos armados o la eco-
niños y jóvenes del campo. Además, profundas del campo y del jo- nomía ilegal entre sus pocas opciones
propone combatir la deserción desarro- ven rural, así como un desco- disponibles” (2016, p.17).
llando modelos flexibles de educación nocimiento de la diversidad de La coyuntura de implementación de
que se adapten a las necesidades de las experiencias de las juventudes los acuerdos de paz ha puesto en evi-
comunidades, así como promover el ac- en los espacios rurales. dencia una serie de problemas estructu-
ceso y la permanencia de los jóvenes en rales diferentes al conflicto armado, que
el sistema educativo mediante el acceso embeben al campo colombiano. Entre
gratuito a útiles, textos, transporte y ali- las múltiples situaciones que han salido
mentación escolar. El Plan también pro- La realización de estas disposiciones a la luz, llama la atención la vulnerabi-
pone garantizar la cobertura y la calidad depende de la inversión, de los meca- lidad de aquellas generaciones jóvenes
educativa, erradicar el analfabetismo, nismos de monitoreo y seguimiento de que por habitar en el campo han cre-
acercar las instituciones académicas a la sociedad civil, y de la apropiación de cido en medio de la guerra. A pesar de
las zonas rurales e invertir en infraes- aprendizajes de experiencias que, a lo los avances legislativos mencionados,
tructura educativa, maestros cualifica- largo y ancho del país, realizan tanto los documentos de política y progra-
dos y acceso a tecnologías de la infor- empresarios como organizaciones so- mas orientados a los jóvenes rurales los
mación. Además del desafío que supone ciales e instituciones públicas y priva- desconocen como sujetos políticos con
la planificación e inversión pública, es- das en favor de la educación rural. Sin intereses y formas de organización autó-
tas disposiciones tienen el reto de incor- embargo, para ilustrar la magnitud de nomas y diversas, se les sigue abordan-
porar miradas más amplias e integrado- la inversión requerida, algunas estima- do en perspectiva de futuro y no como
ras de los jóvenes rurales, miradas que ciones sugieren que implementar las sujetos en la transformación social del
abarquen sus intereses y proyectos de recomendaciones de la Misión para la presente. La exclusión de los jóvenes
vida, su apertura para la innovación, su Transformación del Campo en materia rurales decanta la reproducción de la
vinculación a actividades productivas de educación rural exigiría la inversión desigualdad social (Duarte, 2013), des-
no agropecuarias, cuyas dinámicas con del 1,2 % del PIB durante quince años, conociendo el papel político que pueden
el territorio están influenciadas por el es decir, un incremento anual del 0,7 % jugar en sus territorios para transformar
contexto de la globalización, en el senti- del PIB (Bustelo, 2016). En este senti- sus realidades.
do de la conexión y funcionalidad urba- do, Bustelo es contundente frente a la Lograr el reconocimiento de la diver-
no-rural, e incluso relaciones diferentes necesidad apremiante de invertir en la sidad de las juventudes rurales, de su
a las tradicionales en el uso de la tierra educación rural: “si el Estado no llega valor social y de su papel político im-
(Procasur, 2017). de forma efectiva otros actores lo harán. plica abordar aspectos fundamentales

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para la juventud que habita el campo, en territorios específicos con condicio- como un elemento esencial en los pro-
aspectos como la educación y el acce- nes, relaciones y vivencias particulares: cesos de transformación y reconstruc-
so a la tierra. Resulta entonces trascen- comprender la riqueza y complejidad de ción del sector rural colombiano.
dental superar la mirada del joven rural estas interacciones es clave al momento
como vulnerable y pasar a la del joven de abordar discusiones como la migra- *Paula Kamila Guerrero García y
rural como sujeto de derechos y agen- ción, el arraigo, las realidades y expec- Rosío González Sandoval
Investigadoras del CINEP/PPP de las Áreas de
te de cambio, esto es, con capacidad tativas de las nuevas generaciones. En Movilización Social, Territorio e Intercultura-
para opinar, proponer y decidir sobre este sentido, la dimensión subjetiva y las lidad y de Ciudadanías e Iniciativas de Paz y
los territorios que habita. Las experien- experiencias y percepciones de los jóve- Reconciliación del Centro de Investigación y
Educación Popular/Programa por la Paz..
cias de las juventudes rurales se sitúan nes rurales deben ser tenidas en cuenta

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