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Goma bicromatada

Carlos Jurado

La goma bicromatada es un proceso muy antiguo. Apareció por


1860 y su empleo perduró hasta el primer cuarto del siglo XX.
Actualmente ha sido retomado por fotógrafos de casi todo el
mundo.
Como sistema es laborioso pero sus posibilidades son ilimitadas
y sus resultados son bellos efectos. Puede usarse para la
impresión de imágenes de varias tintas; nosotros lo empleamos
para reproducciones en tricomía, siguiendo los pasos
establecidos.
Si para dicha reproducción se elige una imagen previa en color,
ya sea una transparencia, negativo o copia en papel, habrá que
hacer tres tomas de la misma con cada uno de los filtros
correspondientes: azul, rojo y verde. Esto nos da tres negativos
por separación: el obtenido con el filtro azul para la impresión
en amarillo, el del verde para la impresión magenta y el rojo
para la impresión del cian. Si la separación se hace de una
imagen del natural, ésta necesariamente deberá ser fija.
Los negativos de separación que producen las cámaras de
pequeño formato deberán ser ampliados al tamaño en que la
goma quiera realizarse, ya que la impresión se hace por
contacto. El papel destinado para este fin deberá ser el de la
acuarela, de muy buena calidad, que generalmente se expende
ya encolado y no se hace necesario prepararlo previamente con
una capa de gelatina. Para preparar la emulsión sensible existen
fórmulas diversas. Una que da buenos resultados es la siguiente:

Goma arábiga con la consistencia de un barniz espeso, una parte.

Solución saturada de bicromato de amonio (100 gramos por litro
de agua), una parte.

Pigmento para acuarela (nunca pinturas acrílicas), el necesario
para obtener la saturación deseada.

Agua destilada (una parte igual al volumen obtenido).
En el caso de una impresión en tricomía, después de aplicar al
papel la emulsión del primer color, una capa delgada con una
brocha muy fina, y estando ya seco, se coloca sobre éste el
negativo y se procura un contacto muy firme, dos planchas de
vidrio son suficientes para lograrlo. Este sándwich se expone al
sol durante unos minutos. El tiempo de exposición dependerá de
la intensidad de la luz, pero algunos ensayos previos indicarán el
correcto. A veces bastan de uno a dos minutos. Con la
exposición el bicromato se endurece y se hace insoluble en la
medida de los tonos de la imagen. En seguida ésta se revela
lavando el papel suavemente en agua fría. Después de seca la
primera impresión, se repite el proceso con los restantes colores
procurando un registro muy exacto entre cada uno. Al final de
las tres impresiones se tendrá una imagen totalmente
reconstituida. Para las impresiones monocromas, como es
comprensible, el proceso se simplifica. Aunque la emulsión de
bicromato no es muy sensible, es conveniente realizar todas las
manipulaciones en un sitio semioscuro. En todos estos procesos
es natural tener algunos fracasos iniciales. Son técnicas
manuales alternativas en las que no puede tenerse control
exacto. Pero por esta razón, cuando los resultados son óptimos,
la satisfacción es muy grande.
Fragmento del texto “Los leones blancos de Baltur” (1983), en
Carlos Jurado, publicado por la Universidad Veracruzana en
2010.

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