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PÚBLICAS.
La complejidad implicada en las relaciones entre Estado y la sociedad es una de las razones
por las cuales las políticas públicas son intrínsecamente interdisciplinarias. Esta afirmación
se aplica tanto a la disciplina académica que estudia las prácticas sociales presentes en los
procesos de elaboración, implementación y evaluación de políticas, en cuanto a las prácticas
o acciones de actores y responsables políticos.
En los últimos años, el campo de las políticas públicas se ha expandió de forma significativa.
El cambio fue impulsado, entre otras razones, por la creciente importancia que la cuestión de
la promoción del desarrollo conjugado de políticas sociales pasó a ocupar en la agenda
gubernamental (Draibe y Riesco, 2009). También hubo un significativo aumento de los
empleos en la administración pública o en organizaciones no gubernamentales y privadas1,
especialmente en aquellas implicadas en la provisión de servicios sociales. En paralelo, se
observó la expansión acelerada de la formación graduada y post-graduada en el área de
políticas públicas (Faria, 2011).
PROCESOS
SOCIEDAD SOCIEDA
ESTRUCTURAS D
SOCIALES
1. Grupos y Actores.
¿Por qué explorar las bases sociales de los procesos políticos en la relación Estado-Sociedad?
Los Grupos sociales se refiere genéricamente a los actores colectivos formados por sectores
de la sociedad que han sido denominados de diferente manera por la teoría social. Desde los
clásicos de la sociología los grupos sociales se estudiaron para comprender su acción,
estratificación organizada y cambio social. La colaboración de la sociología contemporánea
para el análisis de políticas públicas, bajo este aspecto de estudio de los grupos sociales,
puede clasificarse en dos los aspectos:
También se refiere al polo societal de las relaciones entre Estado y sociedad otra relevante
contribución teórica de la sociología para el análisis de políticas públicas: los imperativos
cognitivos y normativas, que designan ideas, teorías, modelos conceptuales, normas, visiones
de mundo, cuadros de referencia, creencias y principios. Los imperativos cognitivos se
derivan de paradigmas que ofrecen "descripciones y análisis que especifican las relaciones
de causa y efecto consideradas como incuestionables. En la literatura de las políticas públicas,
las categorías normativas son generalmente tratadas como instituciones no formalizadas, las
reglas del juego que constituyen y regulan el comportamiento social. Dentro de la sociología
en la obra de Durkheim y de Weber, las normas sociales se definieron de maneras diversas
según los enfoques teórico-epistemológicos de los analistas.
Por ejemplo, para la teoría de la elección racional, las normas establecen restricciones, límites
o sanciones a los posibles cursos de acción de actores que buscan la realización de sus
intereses, de modo que comportamientos no normativos implican altos costos para aquellos
que, por ventura, los elegir. Para el interaccionismo simbólico, las normas sociales ofrecen
orientaciones sobre cómo piensan y actúan los actores motivados por los significados
subjetivos que atribuyen a las propias acciones y al mundo que los rodea. Tales significados
se derivan de las interacciones sociales y de las interpretaciones que construyen incluso sobre
su identidad. Finalmente, hay consenso entre los sociólogos de que las normas sociales,
principal fuente de orden social y previsible, se caracterizan por la regularidad de
comportamiento y por sanciones a aquellos que no las cumplen.
Entre los principales autores en la sociología contemporánea, es Giddens el que más se haya
acercado visión del neoinstitucionalismo de la elección racional al respeto de la manera en
que actúan los individuos frente a las instituciones. Giddens (1989), construyó su teoría de la
estructuración y sus concepciones acerca de la reflexividad de los agentes sobre los
fundamentos teóricos de las propuestas de la tercera vía. Para él, los individuos pueden
deliberadamente tomar decisiones. Los seres humanos no están simplemente siguiendo
"guiones" o normas institucionales o estructurales, pero son agentes reflexivos (Giddens,
1989). Los individuos son responsables por sus propias acciones, aunque no puedan ser
responsabilizados por las circunstancias en que hacen elecciones. El trabajo de Giddens
inspiró análisis y propuestas en el ámbito de las políticas públicas que se centran en la
reflexividad humana, en contraste con aquellas que enfatizan estructuras e instituciones como
explicativas de la acción de los individuos y grupos.
La tercera tradición neoinstitucionalista de la sociológica, es a menos frecuente en los análisis
de políticas públicas. Para los estudiosos de esa corriente, los actores buscan obtener
legitimidad ante "a las presiones institucionales para que se sometan las normas culturales,
las normas y las expectativas, independientemente de la eficiencia de las prácticas que
adopten "(Miller y Banaszak-Holl, 2005, p. 195). El proceso de "isomorfismo” que consiste
en que las organizaciones, incluso las estatales, se vean volviendo similares porque adoptan
elementos y prácticas legitimadas socialmente que emergen y se definen en el ambiente
institucional más amplio. Para ellos, el ambiente institucional promueve homogeneidad
porque consiste en un paradigma cognitivo y un marco de referencia normativo que limita el
espectro de alternativas que los responsables de la toma de decisiones a percibir como
apropiadas. Las organizaciones adoptan ciertas características y desarrollan determinadas
políticas porque quieren ser consideradas legítimas en el medio ambiente societal en que se
insertan.
De ese modo, las políticas públicas son entendidas como construcciones de matrices
cognitivas que determinan, al mismo tiempo, las medidas (acciones, actividades, programas,
por ejemplo) susceptibles de ser adoptados como legítimas en los espacios de sentido
particular, en el interior de las cuales los actores interactúan (Muller y Surel, 2002). Por un
lado, ellas mismas son responsables por la construcción de un marco normativo de acción
que conforma las posibilidades de imágenes de la realidad, de acción y de justificación para
la acción de los distintos actores involucrados. Por otro lado, las políticas públicas
particulares tienden a ser locales: constructos políticos autónomos que, a su nivel propio de
actuación, regulan las relaciones de conflicto entre los grupos sociales al asegurar las
posibilidades de articulación y de armonización de los intereses implicados.
Sin embargo, los enfoques examinados, tratar de los imperativos cognitivos y normativos en
el análisis de políticas públicas, reconocen la importancia de las estructuras sociales y las
instituciones sociales y políticas, actores societales, estatales u organizados en redes tienen
sus posibilidades de reflexión y de acción limitadas por instituciones y por la estructura social
que estratifica el acceso a recursos del poder. Los imperativos normativos y cognitivos se
convierten, a lo largo del tiempo, en instituciones no formalizadas y de difícil transformación.
Por estas razones, y debido al lugar central que esas instituciones ocupan en las explicaciones
sociológicas, a continuación, se examina la contribución de la sociología a la comprensión
del papel de estas estructuras e instituciones en campo de las políticas públicas.
3. Estructuras sociales.
Estudios sobre estratificación, estructura social y desigualdad social y las relaciones de estas
últimas con las instituciones políticas son objeto de análisis de la sociología. Resultados de
estas investigaciones fue la constatación de que existen oportunidades desiguales de acceso
a bienes y servicios - sean individuales o colectivos - y que de ello las posibilidades
diferenciadas de ejercicio de influencia sobre los procesos políticos.
Los criterios de diferenciación y de establecimiento de jerarquías sociales se consideran, en
general, como fundamentados en la posesión desigual de recursos y en la posición social que
los individuos y los grupos ocupan en las estructuras sociales. En general, aquellos que están
en la cima de las jerarquías sociales de un determinado campo, sistema o subsistema tienen
más facilidad de ocupar posiciones superiores en jerarquías de otros sistemas por medio de
mecanismos de conversión de stocks de recursos (Peillon, 1999). Estos individuos y grupos
pueden expresar más fácilmente sus preferencias, ejercer influencia sobre los responsables
políticos en los macrosistemas o subsistemas políticos, participar en la formación de agendas
gubernamentales y ejercer un cierto control sobre el modo en que se implementan las
políticas públicas.
Fundamentales para el análisis, la formulación y la aplicación de las políticas públicas, las
instituciones pueden designar organizaciones responsables de inculcar las normas sociales
en individuos y grupos como normas sociales en sí mismas, "Reglas", "prescripciones
compartidas (debe, no debe, puede o no puede) que se entienden mutuamente y
previsiblemente implementadas en situaciones particulares por agentes responsables de
monitorear la conducta e imponer sanciones " (Ostrom, 2007: 23). El estudio de las
instituciones y organizaciones, pero también como normas sociales, tiene como referencia
importante en la sociología contemporánea, obras de Goffman (1959, 1961) y de Foucault
(1979, 1987). Según Goffman, son necesarias las estructuras que guían los procesos de
racionalización que lleva a la destrucción del antiguo y la creación de un nuevo individuo
La extensa obra de Foucault puede ser dividida en dos grandes fases: arqueología del discurso
y genealogía del poder / saber. Para el campo de las políticas públicas, la segunda fase es la
más relevante, pues a través de los conceptos de gobierno y el biopoder se centra en el poder
que, de manera explícita sobre los cuerpos de los individuos, disciplinando prácticas de ser
y maneras de comprender los demás. Según el autor, el poder disciplinar - por medio de
instituciones modernas como el ejército, la fábrica, el hospital, la medicina, la escuela, el
presidio y del biopoder - activando mecanismos reguladores estatales - desarrollan políticas
de coerción sobre el desarrollo cuerpo, que manipulan elementos, gestos y comportamientos
esto. Pero lo más relevante no es la coacción, lo más importante es el carácter productivo del
poder que construye, destruye y reconstruye, transforma, añade, disminuye, modifica cada
uno momento y en cada lugar - a sí mismo y todo con que se relaciona.
Sin embargo, los individuos que asumen papeles y posiciones en jerarquías sociales en las
diferentes interacciones en que se involucra, buscan afirmar y preservar la propia autonomía
y dignidad personal ante el poder de las fuerzas estructurales, mediante una variedad de
pequeñas estrategias de resistencia, aunque no puedan obtener un autodominio absoluto de
sus actos (Martins, 2008, Collins, 1994). Para Foucault existe una auto-estructura histórica
que busca transformarse en otro en los procesos de autoconocimiento en los que redefine sus
principios éticos. Para eso son acciones "técnicas de sí" por medio de las cuales individuos
se realizan operaciones sobre sus cuerpos, sus pensamientos, sus conductas y sus modos de
ser para "transformarse a fin de atender un cierto estado de felicidad, de pureza, de sabiduría,
de perfección o de inmortalidad "(Foucault, 1996, p. 48). La concepción del individuo de los
autores es, por lo tanto, muy compleja y se aleja mucho del modelo utilitarista de individuos
y grupos actuando porque motivados por el autointerés.