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EL GUAYACAN SACERDOTAL EL GUAYACAN SACERDOTAL

El amarillo guayacán, ebrio de azul, que se extasía El amarillo guayacán, ebrio de azul, que se extasía
junto a los espumosos vórtices del río, es el gran sacerdote junto a los espumosos vórtices del río, es el gran sacerdote
de la selva. Con casulla de sol, frente al abismo, repite de la selva. Con casulla de sol, frente al abismo, repite
interminable la liturgia del selvático rito. Tiene los brazos interminable la liturgia del selvático rito. Tiene los brazos
trémulos en alto, y si lo pulsa el viento campesino, canta, trémulos en alto, y si lo pulsa el viento campesino, canta,
sobre la paz de la montaña "el Señor está contigo". sobre la paz de la montaña "el Señor está contigo".

Él, por ser sacerdote, supo también ser padre... Él, por ser sacerdote, supo también ser padre...
y todo un microcosmos, laborioso y polícromo y todo un microcosmos, laborioso y polícromo
apoya su existencia en ese tronco fuerte y amigo. apoya su existencia en ese tronco fuerte y amigo.
Entre sus pies nudosos las caléndulas han florecido... Entre sus pies nudosos las caléndulas han florecido...
rojas hormigas por su piel morena buscan nuevos caminos... rojas hormigas por su piel morena buscan nuevos caminos...
en el muñón podrido de la rama que descuajó el pedrisco, talla en el muñón podrido de la rama que descuajó el pedrisco, talla
zumbón su cueva anacoreta un hábil moscardón esmeraldino… zumbón su cueva anacoreta un hábil moscardón esmeraldino…
arriba, en fin, entre las flores, se solaza de néctar y de sol arriba, en fin, entre las flores, se solaza de néctar y de sol
una bandada de azules mariposas, y si el golpe de un viento una bandada de azules mariposas, y si el golpe de un viento
repentino las lanza entre el follaje; parpadeantes como el repentino las lanza entre el follaje; parpadeantes como el
temblor azul del aire estremecido, al verlas desgranarse temblor azul del aire estremecido, al verlas desgranarse
desde el ramaje hirsuto sobre el suelo, se diría que en esos desde el ramaje hirsuto sobre el suelo, se diría que en esos
dedos ásperos ¡el cielo se ha vuelto añicos! dedos ásperos ¡el cielo se ha vuelto añicos!

¡Él sabe de la vida que se da sin reservas! ¡Él sabe de la vida que se da sin reservas!
Cuando los picaflores han partido, ahítos ya de miel, y sus Cuando los picaflores han partido, ahítos ya de miel, y sus
florones en amarillos círculos han bajado a cubrir florones en amarillos círculos han bajado a cubrir
piadosamente las tristes desnudeces del camino; todavía su piadosamente las tristes desnudeces del camino; todavía su
mútilo ramaje entre los arreboles vespertinos, es un tenso y mútilo ramaje entre los arreboles vespertinos, es un tenso y
sonoro pentagrama para todos los trinos. sonoro pentagrama para todos los trinos.

¡Y sin embargo el guayacán sacerdotal está tan solo! Siempre ¡Y sin embargo el guayacán sacerdotal está tan solo! Siempre
tan pavorosamente solo junto al camino. Un instante reposan tan pavorosamente solo junto al camino. Un instante reposan
en sus brazos hormigas y viajeros, mariposas y trinos... en sus brazos hormigas y viajeros, mariposas y trinos...
luego, todos se van ¡todos lo mismo! luego, todos se van ¡todos lo mismo!

¡Qué importa! Siempre dar... y con premura cicatrizar la ¡Qué importa! Siempre dar... y con premura cicatrizar la
herida de los gajos perdidos para tornar a florecer de prisa herida de los gajos perdidos para tornar a florecer de prisa
y ¡entregarse otra vez! y ¡entregarse otra vez!

Envejecido en el dar sin reclamos, una noche lo arrancará Envejecido en el dar sin reclamos, una noche lo arrancará
de cuajo la locura del viento embravecido, y rodará (como de cuajo la locura del viento embravecido, y rodará (como
vivió), desnudo y solo por los abismos… vivió), desnudo y solo por los abismos…
No dejará un retoño en la hojarasca... No dejará un retoño en la hojarasca...
Ni una fiel compañera… Ni una fiel compañera…
¡Nada! ¡Nada! Solamente un vacío… ¡Nada! ¡Nada! Solamente un vacío…
si no es aquel dulzor que lleva un pájaro en su pico, y en los si no es aquel dulzor que lleva un pájaro en su pico, y en los
recuerdos gratos de un viajero, recuerdos gratos de un viajero,
¡aquella sombra rubia junto al camino! ¡aquella sombra rubia junto al camino!

Bello pasar así sobre la tierra Bello pasar así sobre la tierra
¡Como un reflejo del ardor divino! ¡Como un reflejo del ardor divino!
Amar, en dura y casta soledad, Amar, en dura y casta soledad,
contento con el propio sacrificio, contento con el propio sacrificio,
y ser sencillamente (sin esperar retornos), y ser sencillamente (sin esperar retornos),
¡don de sí mismo! ¡don de sí mismo!

Rodolfo Eduardo de Roux, S.J. Rodolfo Eduardo de Roux, S.J.


Febrero de 1955 Febrero de 1955

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