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Las moléculas de gas que componen la atmósfera, sometidas a la gravedad terrestre, poseen un cierto
peso. Aunque el ser humano no lo percibe directamente, dicho peso ejerce una presión significativa
sobre la superficie de la tierra. Es lo que se conoce como presión atmosférica.
Unidades y equivalencias
Actualmente, en el Sistema Internacional de Unidades (SI), para medir la presión atmosférica se emplea
el newton por metro cuadrado (N/m2) o pascal (Pa). De esta unidad básica se derivan el hectopascal
(hPa) que equivale a 100 Pa, y el kilopascal (kPa) que equivale a 1,000 Pa. Por convención se asume que
la presión atmosférica media en el nivel del mar es de 101,325 Pa, valor que representa 1 atmósfera
estándar (atm).
Aunque no suele usarse en el ámbito técnico, es común que las estaciones meteorológicas empleen el
milibar, que representa la milésima parte de un bar, para indicar la presión atmosférica (un bar equivale
a 100,000 Pa, mientras que un milibar es igual a un hectopascal). Otras unidades empleadas son el
kilogramo por centímetro cuadrado (kg/cm2), las pulgadas de mercurio (In Hg) y los milímetros de
mercurio (Mm Hg). En la siguiente tabla se sintetizan las equivalencias entre todas estas unidades:
Las pulgadas y milímetros de mercurio se derivan del uso del barómetro de mercurio, que constituyó
por mucho tiempo el principal instrumento para medir la presión atmosférica. Este consiste en un tubo
en cuyo interior se ha hecho el vacío, colocado sobre un recipiente con mercurio. El peso del aire ejerce
presión sobre el mercurio y lo hace ascender por el tubo, lo cual permite evaluar, de acuerdo al nivel
alcanzado, la presión atmosférica en el sitio. En el nivel del mar la altura promedio alcanzada por el
mercurio es de 29.9 pulgadas (760 mm).
Para evitar esta dificultad, las estaciones meteorológicas suelen medir lo que se conoce como presión
barométrica estandarizada (en algunos países se denomina presión media al nivel del mar, MSLP, por
sus siglas en ingles). La presión barométrica estandarizada no indica la verdadera presión atmosférica
del sitio, sino aquella que tendría si éste se encontrara en el nivel del mar. Es como si en cada estación
meteorológica se hiciera una perforación que llegara al nivel del mar, midiendo luego la presión
atmosférica desde ese punto.
La homologación de la presión atmosférica respecto al nivel del mar significa que el rango normal de
fluctuaciones es el mismo para cualquier lugar. Así, el que la presión se considere alta o baja no
depende de la altitud, sino exclusivamente de las condiciones atmosféricas del sitio. Este criterio
también hace posible el trazo de las isobaras, curvas que representan cartográficamente los puntos de
la tierra que tienen la misma presión atmosférica en un determinado momento, y que constituyen una
herramienta meteorológica muy útil.
En general los anticiclones (zonas de alta presión) y las depresiones (zonas de baja presión) se dan
alrededor de la tierra en largas franjas, relativamente paralelas entre sí. Dicha distribución se ve
afectada por la presencia de los continentes, cuya masa acentúa el calentamiento o enfriamiento de las
masas de aire que se encuentran sobre ellos.
Durante el mes de enero las zonas continentales del hemisferio norte presentan potentes anticiclones
que compiten con las depresiones ubicadas en las zonas más cercanas al polo norte. En las regiones
ecuatoriales el aire caliente sube, generando una franja de depresiones que se acentúan sobre los
continentes. En el hemisferio sur, donde la cantidad de tierra es menor, los anticiclones tropicales están
confinados en los océanos, mientras que las regiones subpolares presentan depresiones.
En el mes de julio el calor del continente asiático genera una gran zona de depresiones que se extiende
hasta África. Los océanos del hemisferio norte se ven sometidos a anticiclones, pero las depresiones en
las zonas cercanas al polo norte prácticamente desaparecen. En el hemisferio sur una amplia franja
anticiclónica se instala sobre las regiones tropicales, tanto continentales como oceánicas. La zona de
baja presión que circunda el Antártico varía muy poco.