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Entremes Del Sacristán Fariseo PDF
Entremes Del Sacristán Fariseo PDF
El sacristán fariseo
Edición de un entremés inédito
y apuntes sobre la figura del fariseo
Esta pieza de teatro breve que aquí presento es, a mi parecer, de gran rareza bibliográfica, ya que
sólo se conserva el ms. 16.9S4 de la Biblioteca Nacional de Madrid, anónimo, con letra del siglo
XVIII y procedente de la Biblioteca de Osuna l . No figura la pieza en la Biblioteca del Instituto del
Teatro de Barcelona 2 , ni la menciona H. Recoules en su "Repertorio de piezas manuscritas y
sueltas consultadas" 3 , que incluye otros entremeses en donde ocupa un lugar predominante,
reflejado en el título, la figura del sacristán.
Este entremés ha de verse dentro del conjunto de los muchos entremeses de sacristanes que se
representaban preferentemente con los autos del Corpus 4 . Son piezas de gran fuerza cómica donde
la figura actúa como el lado profanó que equilibra "la tensión teológica del auto" 5 . En ellos es
frecuente la caracterización del sacristán como personaje enamoradizo, galante y versificador. A
1
A. Par y Mélia, Catálogo de piezas de teatro manuscritas que se conservan en el Departamento de
Manuscritos de la Biblioteca Nacional, Madrid, 1934, 2a. éd., 1.1, núm. 3.239.
2
M.C. Simón Palmer, Manuscritos dramáticos del Siglo de Oro de la Biblioteca del Instituto del Teatro
de Barcelona, en separata de Cuadernos Bibliográficos, 34, Madrid, CSIC, 1977. Citamos desde ahora
estos dos catálogos por Paz y Mélia y Simón Palmer, consignando el número que las piezas ocupan en
los mismos.
3
H. Recoules, Répertoire des pièces manuscrites et "sueltas" consultées. Appendice ¡H de Les
intermèdes des collections imprimées. Une vision caricaturale de la société espagnole au dix-septième
siècle, Lille, Université de Lille-HI, 1973, vol. 2, p. 994.
4
En el entremés Los sacristanes burlados, de Francisco Bernardo de Quirós, se lee: "Sacristanazos muy
enamorados / están para los autos vinculados". Véase la antología citada en la nota siguiente,
p. 40. Ahora bien, en el entremés que editamos hoy, la mención, en la acotación que precede al verso
188, de un "escotillón" parece indicar que la versión manuscrita que editamos pudo escenificarse en un
corral de comedias.
5
C.C. García Valdés, ed. Antología del entremés barroco, Barcelona, Plaza & Janes, 1985, pp. 69-72
y p. 296. Remite a E. Asensio, Itinerario del entremés desde Lope de Rueda a Quiñones de Benavente
con cinco entremeses inéditos de D. Francisco de Quevedo, Madrid, Gredos, 1971, 2a. éd., p. 145.
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veces sale bien parado, cuando traza su treta con conocimiento de la dama y para engañar al padre o
marido de ella o a otros personajes (El cuero. El sacristán fariseo. Los degollados, La jeringa);
pero eso no sucede cuando la mujer en solitario es la que fragua el engaño {Los sacristanes
burlados, El sacristán mujer, El retablo de las maravillas. Elfariseo) 6.
Nos presenta El sacristán fariseo la burla que traza Gil, amigo de Trinchete, el sacristán, para
que éste pueda robar a su amada Quiteña, sobrina del vejete, si bien durante la segunda mitad de la
pieza el enamorado se desenvuelve más por sí mismo. Llegan los dos amigos a la casa de la dama,
y Trinchete cuenta su caso a Gil Chamorro: el tío de Quiteña la tiene tan bien guardada que es
imposible verla. Mientras, la tía de ella, que está en trance de dar a luz, se echa en la cama. Esta
situación y la ausencia del vejete propician el encuentro de los enamorados, que se interrumpe con
la llegada del tío. Quiteña exclama: "Y aquí moriremos todos / si a todos aquí nos halla" (w. 92-
93). Gil Chamorro lo remedia haciendo que el sacristán ñnja ser el recién nacido -realmente se
trata de un niño de la Rollona- y él su ama de cría, transformación por medio del disfraz que
supone el enraizamiento de la pieza con los usos de Carnaval, ya que era frecuente que desfilasen
por las calles y plazas durante esa época hombres barbudos con dijes y babador y otros que hacían
de sus amas. Se trata, además, de un nacimiento burlesco, fingido y risible, que recuerda a los que
M. Bajtín menciona como propios de Carnestolendas 7 . El vejete descubre el engaño y echa al
sacristán de la casa; pero éste reaparece a continuación vestido de fariseo, le pide perdón y le
confiesa que todo ha sido una traza "por que me des tu sobrina" (v. 221). El tío accede y, cuando
va a abrazar a Trinchete, todos le golpean con un matapecados -instrumento carnavalesco con que
solían acabar los entremeses "a palos", si bien con el tiempo se preferirá el elemento balado
final 8 - y concluye la obra.
Además de su intrínseco valor literario, El sacristán fariseo ofrece el interés de estar centrado en
una figura teatral poco estudiada hasta ahora, la figura del fariseo, a la cual dedico a continuación
algunos apuntes críticos.
6
Para El retablo de las maravillas y Los sacristanes burlados, véase id., ibid., pp. 263-79 y 296-
313. Para El fariseo y Los degollados, véase J. Huerta Calvo, ed. Teatro breve de los siglos XVI y
XVII, Madrid, Tauros, 1985, pp. 207-17 y 218-27. Para El sacristán mujer, véase E. Rodríguez y
A. Tordera, ed. de Pedro Calderón de la Barca, Entremeses, jácaras y mojigangas, Madrid, Castalia,
1983, pp. 123-37. Para El cuero, véase H.E. Bergman, ed. Ramillete de entremeses y bailes, Madrid,
Castalia, 1970, pp. 199-208. Para La jeringa, véase R. Benítez Claros, ed. Verdores del Parnaso,
Madrid, CSIC, 1969, pp. 249-59.
7
Noto M. Bajtín, en La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento (Madrid, Alianza, 1987,
p. 95), que "en el siglo XVII los personajes de Rabelais se convierten en los héioes de las fiestas
cortesanas, de las mascaradas y ballets. En 1622 se representa en Blois una mascarada llamada
Nacimiento de Pantagruel en la que aparecen Panurgo, el hermano Juan, la sibila de Panzoust y el bebé
gigante con su nodriza". Nos refiere más adelante (p. 22) una de las diversiones que Goethe vio en el
Carnaval de Roma, en una calle lateral: "Un grupo de hombres disfrazados hace su aparición: unos
disfrazados de campesinos, otros de mujeres. Una de las mujeres presenta signos evidentes de
embarazo. De pronto una disputa estalla entre los hombres [...] espantada, la mujer encinta sufre en
plena calle los primeros dolores del "alumbramiento": comienza a gemir y a contorsionarse, las otras
mujeres la rodean, le dan un asiento y, en seguida, ella "trae al mundo" públicamente una criatura
deforme. Con esto la representación termina". Sobre los bebés gigantes, veáse C. Gaignebet, El
Carnaval. Ensayos de mitología popular, París, 1974, pp. 14-15.
8
E. Asensio, Itinerario..., op.cit., pp. 171-73.
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9
Se editó la pieza en Teatro poético, Zaragoza, 1658, en Parnaso español, 1661 y en Pensil ameno.
Pamplona, 1691. En la Biblioteca Nacional de Madrid, ms. 3.922, ff. 480 r-485 v, se conserva una
copia de Parnaso español (Paz y Mélia, núm. 1.380). En la Biblioteca del Instituto del Teatro de
Barcelona, ms. 46.859, hay tres copias mss.: una de Parnaso español, otra de Teatro poético y la
tercera de Pensil ameno (Simón Palmer, núm. 194-1, 194-2 y 194-3). J. Huerto Calvo reproduce la
copia de Teatro poético (Simón Palmer, núm. 194-2). Cf. n. 6 supra.
10 Dice de fariseo Aut.: "El que entre los Hebreos profesaba el estudio de las Divinas Escrituras".
Además, "por semejanza se llama al sugeto injusto, cruel, inhumano, u horrible de aspecto, y que no se
compadece de los trabajos y calamidades ajenas". Sayón era "el verdugo que executaba la pena de muerte,
ù otra a que eran condenados los reos" y "por extensión se dice de algún hombre corpulento, feo de
rostro, ô cruel". Ambas palabras, pues, comparten algunos semas, los suficientes para que se vieran
como sinónimas, como veremos.
1l
La versión de Parnaso español no coincide en el primer verso con las de Teatro poético y Pensil
ameno, pero se trato de la misma pieza, con ligeras variantes. Al frente de la copia de la Biblioteca
Nacional de Madrid se dice que el entremés fue representado por Escamilla en 1661.
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Estamos ante una representación burlesca de un episodio bíblico -se trata de un paso
procesional navideño consistente en un altar con tres figuras que escenifican la escena de la
degollación de los inocentes- que se sitúa dentro de la "risa navideña". Ya argumentaba
M. Bajtín " :
Los festejos del carnaval, con todos los actos y los ritos cómicos que contienen, ocupaban un lugar
muy importante en la vida del hombre medieval. Además de los carnavales propiamente dichos, que
iban acompañados de actos y procesiones complicadas que llenaban las plazas y las calles durante
días enteros, se celebraban también la "fiesta de los bobos" (festa stultorum) y la "fiesta del asno";
existía también una "risa pascual" (risus paschalis) muy singular y libre, consagrada por la
tradición. Además, casi todas las fiestas religiosas poseían un aspecto cómico popular y público,
consagrado también por la tradición.
Pues bien, parece que, si una de las manifestaciones de la "fiesta del asno" trata sobre la huida
de María con el niño Jesús a Egipto, constituyendo el tema central no María ni el niño sino el
burro con su "¡hi ha!"13, dentro del risus paschalis se debía de representar, entre otras, la farsa de
la degollación de los inocentes, en la que el personaje central sería el sayón o fariseo -veremos que
la misma figura recibe estas dos denominaciones-, no Herodes ni las víctimas. La importancia de
esta figura explica que su presencia en ciertas piezas quede reflejada en el título (El fariseo. El
sacristán fariseo e indirectamente Los degollados, que también se denominó El sacristán Torote y
degollados 14 ), y que se introduzca o se recuerde en otros entremeses con un propósito
festivo. Veamos dos ejemplos:
12
M. Bajtín, La cultura popular..., op. cit., p. 10.
^Id.Jbid., p. 75.
14
Sobre la atribución de este entremés a Calderón se ocupa E. Rull (El entremés "Los degollados" y su
posible atribución a Calderón, en El teatro menor en España a partir del siglo XVI, Madrid, CSIC, 1983,
pp. 203-10), y lo editó por vez primera A. de la Granja (Entremeses y mojigangas de Calderón para sus
autos sacramentales. Granada, Universidad de Granada, 1981, pp. 49-58). Reedita el texto del anterior
J. Huerta Calvo. Cf. n. 6 supra. El sacristán Torote y degollados es el título del ms. 14.601 de la
Biblioteca Nacional de Madrid (Paz y Mélia, núm. 946). Cf. E. Rull, supra., pp. 203-204.
15
M. L. Lobato, Un códice de teatro desconocido del siglo XVII. Edición de la mojiganga "La pandera"
de Calderón, m Criticón, 37, 1987, p.192.
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16
En la mojiganga de Francisco de Castro titulada El ropero alquilón , salen, entre otros
danzantes, una pareja de fariseos:
Como vemos, parece que el sayón o fariseo se desligó de la farsa navideña, y pasó a ser una
figura risible que indefectiblemente portaba un enorme alfanje (o en su defecto una
espada, como ocurre en El sacristán fariseo con el que atemorizaba a otros personajes y con el que
podía, en vistas del último testimonio, hasta ejecutar una danza. Así se deduce también de la
siguiente acotación de Ir a ver partir la vieja, de Francisco de Castro 17 :
Sacan una silla de manos muy ridicula dos mozos de silla, y dentro vendrá una vieja, hecha de
suerte que se puedan quitar los brazos, y la cabeza, cuando los cuatro que salen de fariseos la saquen, y
al compás de un tañido con los alfanjes la desarmen, y al propio la armen brazos, y cabeza, que son
los que quitan los fariseos; y esto se ejecute con el mayor primor que se pueda, [...) y los fariseos
embozados, para que a su tiempo se descubran, y ejecuten lo dicho.
A los mismos que, según la acotación, "salen de fariseos", se les aplica como sinónimo el
vocablo "sayón":
16
Se encuentra en la obra de Francisco de Castro titulada Alegría cómica, explicada en diferentes asuntos
jocosos, Zaragoza, 1702, 3a. parte , pp. 14-23 , así como en el ms. 46.752 de la Biblioteca del
Instituto del Teatro de Barcelona, copia del anterior (Simón Palmer, mím. 1.194).
17 Id., ibid., la. parte, pp. 90-113. Cf. pp. 98-99 y pp. 100-101. vv. 131-134, respectivamente.
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En Valencia, a mitjan segle XVII, la vigilia del Corpus, al matí, els jurats i oficiáis de la ciutat
esperaven en llurs cases la passada que feien els misteris i danses, les quais sortien atnb gran ordre de
la "casa de les Toqués a les set del matí i seguien el curs de la processó de la següent manera: El
capellà de la ciutat, a cavall: el capellà, amb bonet, i el cavall, encobertat. Dama deis
momos. Dansa de la Diablera. Danses, quatre o mes, de "toqueados". Dansa de gitanes
fingides. Misteri del rei Herodes. Misteri de Sant Cristófol. Misteri d'Adam i Eva. En tornar a la
Casa de la Ciutat, el "capellà de les roques" repartía els grups perqué passessin a Huir les seves
habilitais per les cases deis oficiáis majors, ministres reials i visitadors 2 0 .
18
Se halla El colegio de los gorrones en Ociosidad entretenida, Madrid, 1668, y en Migajas del ingenio,
Zaragoza, ¿1675?., ff.l8v-22v.
19
En el encabezamiento de Los degollados se lee que se hizo para el auto Los sueños de Joseph, de 1670,
y en el texto de Ir a ver partir la vieja se dice que se representó durante el Corpus.
20
J. Anudes, Costumari cátala. El curs de l'any, 5 vols., Barcelona, 1950-56. Véase vol. I, p. 218 y
además vol. III, p. 10 y p. 52.
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EL SACRISTÁN FARISEO 99
21 Véase el debate que siguió a la ponencia de A. de la Granja El entremés y la fiesta del Corpus, en
Criticón, 42, 1988, pp. 1S2-1S3, donde el ponente responde a una pregunta de F. Ruiz
Ramón. Anteriormente (p. 152), L. García Lorenzo habla de la síntesis de lo cómico y de lo religioso
trayendo a colación el Misterio del rey Herodes: "El Misterio del rey Herodes, para el Corpus, era
representado cómicamente por niños el día anterior. Luego, al día siguiente, representación "seria",
pero de una seriedad que hay que matizar, ya que la función incluía un componente religioso (la historia
del rey Herodes), un pregón de tipo profano y finalmente un elemento cómico, el 'auto de la degolla' ".
22
E. Cotarelo y Mori, éd.. Colección de entremeses, loas, bailes, jácaras y mojigangas (desde mediados
del siglo XVI a mediados del siglo XVIII, Madrid, Bailly-Bailliere, 1911, 2 vols.. I, p. CXVI.
23
Se incluye Los títeres en Primera parte de Donaires de Tersícore, Madrid, 1663, 35r-4Ov ,así como en
el ms. 46561 de la Biblioteca del Instituto del Teatro de Barcelona, copia del anterior (Simón Palmer,
núm. 735).
24
Para ha burla del papel véase el ms. 46.572 de la Biblioteca del Instituto del Teatro de Barecelona
(Simón Palmer, núm. 1.204, H), copia de Alegría cómica..., op. cit., 3a. parte, pp. 31-44.
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Aquí te dar a escoger:
o mojeganga o degüello.
Rebonde aprisa.
GRACIOSO. íTened,
Herodes mío, el alfanje,
y aquí no me degolléis,
que yo no soy inocente!
(La burla del papel, w . 99-108)
De todo ello se deduce no sólo que el fariseo era un personaje presente en representaciones
públicas de tipo burlesco de la degollación de los inocentes en Navidad y Corpus, en entremeses
que trataban este tema y en mojigangas en donde el sayón aparecía aisladamente atemorizando a
otros personajes, o se vestía momentáneamente de tal un actor con este propósito, sino también
que el fariseo confluyó con la figura del turco. A la semejanza física de ambos -probablemente
basada en la tez oscura, nariz corva y mala catadura- se unía el hecho de que los dos portaban el
mismo accesorio: un alfanje o espada. El turco marchaba asimismo por las calles, bien como
gigantón, bien formando pareja y aun solo en representación de su nación. En las mojigangas
públicas es una constante la presencia de indios, negros, moros, turcos, franceses, portugueses,
gitanos... sirviendo a este propósito 25.
A Castro le debía de gustar insertar este personaje en sus mojigangas dramáticas -género que se
nutre por lo general de los tipos que desfilaban en sus homónimas públicas 2 6 , pues en Las figuras
27
desfilan dos turcas y en El antojo de la gallega M lo hacen cuatro turcos y el Rey de Marruecos,
al que, como a la vieja que se partía en la Plaza Mayor, quitan, al son de la Marsella, cabeza,
brazos y piernas, tratándose de otra figura desmontable. Esto último parece indicar que se trata de
una variante de dicha costumbre 29 .
25
Para poner un ejemplo, véase el siguiente fragmento de la mojiganga pública hecha en 1693 por el
restablecimiento de Carlos II de una grave enfermedad (B.N.M. R.30.596, f 4r): "Otros, de esphynges,
mezclando diversas naturalezas en vn cuerpo de sierpes, de Serranos, y Serranas, de Irlandessas, de
Turcos, de Peregrinas, de Ossos, de Disciplinantes, de Bolatines, de Corcobas, de Matachines, puestos
las cabeças sobre la silla, y los pies en alto, de chinos, varias de diversidad de animales, de Enanos, de
diversas Naciones."
26
C. Buezo, La mojiganga dramática. Historia y teoría, Madrid, Universidad Complutense, 1990, 2 ts.,
tesis doctoral. Cf. cap. VI., dedicado al estudio de los personajes.
27
Remito de nuevo a Francisco de Castro, Alegría cómica...', op. cit., 2a. parte, pp. 103-17, con copia
en el ms. 46.572 de la Biblioteca del Instituto del Teatro de Barcelona (Simón Palmer, núm. 1.214).
28
En la Biblioteca Nacional de Madrid se hallan los mss. 14.804 y 15.200 (Paz y Mélia,
núm. 228). Copia del primero es el ms. 61.540 de la Biblioteca del Instituto del Teatro de Barcelona
(Simón Palmer, núm. 1.176).
29
Acerca de la costumbre de serrar la vieja trata J. Caro Baraja en El Carnaval, Madrid, 2a. reimpr.,
1984, pp. 132-140. Leemos en la acotación incluida entre los vv. 224-225 de la mojiganga de Los
oficios, de Antonio de Zamora:
En estando sentados, toma el barbero la bacía y la navaja, el peluquero el escarpidor y peluca, el zapatero la horma
y el hierro, y el sastre las tijeras; y por el tañido de la Marsella dan sus golpes cada uno a compás, sencillos,
dobles y redobles; y en acabando forman sus mudanzas, que serán ejecutando con él lo que requiere cada oficio. Y
en acabando con el del peluquero que le llenan de harina, se van los diablillos y vuelven a-salir los cuatro oficiales
y se ponen como primero, y las dueñas muy disimuladas, adviniendo que las mudanzas se pondrán alfin,y con los
versos salen otra vez los diablillos con sus alfanjes y espadas como queda dicho.
De aquí se desprende que "el tañido de la Marsella" era una música que daba pie a una especie de danza de
espadas, con diferentes golpes y mudanzas. La mojiganga de Los oficios se halla en el ms. 14090,
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núm. S, de la B.N.M., conservándose copia de éste en el ms. 46.922 de la Biblioteca del Instituto del
Teatro de Barcelona.
30
El gracioso bailarín lleva también como título el de El gracioso burlado. Se halla en el Archivo
Municipal de Madrid (ms. 1-188-28. Teatro B.N.M.). Se representó en Madrid en 1761 por la
compañía de la Guerrera.
31
El degollado fingido y chascos del bodegón es un saínete fechado en 1778 que se conserva en el
ms. 14.520 núm. 20 de la Biblioteca Nacional de Madrid (Paz y Mélia, núm. 945).
32
El entremés El degollado se inserta en Fiestas del Santísimo Sacramento, de Lope de Vega, Zaragoza,
1644. Esta colección fue impresa en el t. XVIII de 1778 de Obras sueltas. Véase A. Palau y Dulcet,
Manual del librero hispanoamericano, t. XXV, Barcelona, Oxford, 1973, pp. 446 y 448. Existe copia
en el ms. 46.876 de la Biblioteca del Instituto del Teatro de Barcelona (Simón Palmer,
núm. 189). Lleva la siguiente nota de Cotarelo: "Fue refundido por Lanini (Migajas del ingenio,
1670)". Por otra parte, una representación paródica de la degollación de los inocentes se aprecia en El
hospital de los malcasados, de Francisco de Quevedo (cf. C. C. García Valdés, Antología..., op. cit.,
pp. 213-14 n.), mientras que la figura del fariseo reaparece en el entremés de Luis Quiñones de
Benavente Otañez y el fariseo que guarda el ms. 61.518 de la Biblioteca del Instituto del Teatro de
Barcelona (Simón Palmer, núm. 624).
33
Nos preguntamos si el despedazamiento del Rey de Marruecos, que trae un séquito de cuatro turcos, al
que antes hemos hecho referencia, no sería realmente sino el del Gran Turco. Esta figura fue satirizada
por la literatura de la época, así como su nombre, relacionado por homonimia con el de "solimán",
azogue sublimado que se usaba para blanquear el rostro. Cf. E. Rodríguez y A. Tordera,
ed. Entremeses..., op. cit., p. 104, v. 24 n.
34
Reproduce el texto J. M. Cossío, en "Al margen de la lidia. Mojigangas", en Los toros. Tratado
técnico e histórico, I, Madrid, 1943, pp. 744-45.
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102 CATALINA BUEZO Criticón, 50, 1990
deduce que éstos serían niños de trapo, como los que aparecen en la mojiganga El niño de la
Rollona y la mujer que acomoda amas, de Súarez de Deza 35:
Concluyendo, la figura del fariseo o del sayón entronca con los usos festivos del Carnaval
-entendido éste en sentido amplio-, con la cultura cómica de la plaza pública, que sirve para
explicar este último testimonio. Su presencia se constata tanto en las mojigangas callejeras como
en los entremeses y mojigangas del Corpus y de Navidad, aunque en principio el personaje estaría
ligado al risus paschalis. En algunas piezas, además, se observa cómo el fariseo confluye con el
turco, especie de gigante armado que desfilaba por las calles esgrimiendo un enorme alfanje. Al
estudio del fariseo en las mojigangas públicas dedicaremos un artículo posterior.
Volviendo ahora a la pieza que analizábamos al principio de este trabajo, El sacristán fariseo, es
interesante notar que se trata de un texto que movería muy fácilmente a risa, de éxito asegurado
gracias a los disfraces que adopta el amante para burlar al tío de Quiteria y que, aunque
aparentemente no parecen estar relacionados, en ambos casos conectan con costumbres
carnavalescas, al igual que las acciones que con ellos se relacionan. El uso de refranes, el empleo
del folklore, del santoral burlesco, de pullas y de frases hechas son otras deudas, como ya se ha
estudiado M , del teatro breve para con los festejos desarrollados en la plaza pública en tiempo de
Carnaval, y la pieza que comentamos ofrece buenos ejemplos de ello.
No disponemos de datos que nos permitan desvelar la posible autoría de El sacristán fariseo,
pieza que emparenta temáticamente con las que tratan acerca de sacristanes que componen
villancicos y cortejan a sus amadas 37 , con aquéllas que se centran en la inserción de un actor
disfrazado de "niño de la Rollona" 38 y con las que basan su comicidad en la figura del sayón o
35
El niño y la mujer que acomoda amas se incluye en Parte primera de Donaires de Tersícore, op. cit.,
ff. 81r-87v.
3< Véase el estudio preliminar de J. Huerta Calvo a su ed. de Teatro breve..., op. cit., sobre todo las
pp. 12-18 y 42-47.
37
Hacen diversos villancicos los sacristanes de El avantal, Los gorrones, Las alforjas y otros
entremeses que cita C. C. García Vaidés en su Antología..., op. cit., pp. 296 n. y 301-02 n.
38
Conocemos las siguientes piezas que incluyen "niños de la Rollona": El parto de la Rollona {Flor de
saínetes, Madrid, 1640, fols. 1-4), El niño de la Rollona, atribuido a Francisco de Avellaneda {Floresta
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EL SACRISTÁN FARISEO 103
Por otra parte, la amenaza del vejete al sacristán ("Castigo ejemplar te aguarda", v. 184) se parece
a la que dirige el vejete de El robo de las sabinas 41 a sus hijas ("tengo de hacer un ejemplar
castigo", v. 127), mientras que la actitud de llamar a amigos y organizar la venganza recuerda a la
de Zoquete en Los degollados. Pero estos datos, a los que se puede sumar la cita del entremés
calderoniano Guardadme las espaldas (vv. 37-38), resultan insuficientes para dilucidar la cuestión.
Lo mismo, cabe decir acerca de la datation de la pieza, aunque a nuestro parecer su carácter
burlesco con un fin "a palos" y no con un baile de mojiganga -téngase en cuenta que a pesar de
ello se aproxima a mojigangas como El niño y la mujer que acomoda amas, de Súarez de Deza, y a
la calderoniana El pésame de la viuda- denota cierto primitivismo.
Nuestros criterios de edición son los siguientes: modernización de la puntuación, la
acentuación y las grafías, cuando no tienen relevancia fonética; regularización de los nombres de
los personajes y resolución de las abreviaturas. El texto base es el único manuscrito conservado del
texto, cuya noticia bibliográfica es la siguiente:
-Ms. 16954 BN. Entremés de el [sic] sacristán fariseo. 6 hs. 4. Letra del siglo XVIII. Procedente
de la Biblioteca de Osuna.
Versificación: 226 vv. Silva de versos heptasílabos y endecasílabos hasta el v. 25. A partir
de ahí y hasta el final, romance octosílabo con rima á-a, exceptuando los dos villancicos burlescos
octosílabos (menos el último verso de cada uno, decasílabo), de rima consonante, y de esquema
aabbccddee (v. 63-72) y aaabbcc (v. 83-89).
de entremeses, Madrid, 1691, pp. 80-90), El pésame de la viuda (E. Rodríguez y A. Tordera,
ed. Entremeses..., op. cit., pp. 353-68. Vid. asimismo p. 366 n.), Los niños de la Rollona y lo que
pasa en las calles, mojiganga atribuida a Simón Aguado (E. Cotarelo, ed. Colección, t.1, pp. 222-26)
y El niño y la mujer que acomoda amas, de Vicente Súarez de Deza (Cf. n. 35).
39 No dejamos de notar, empero, que también la mojiganga de Suárez de Deza citada arriba ofrece
similitudes interesantes. Una muestra de ello son los siguientes versos (266-68):
NIÑO. Mama.
CAPITANA. |Dios te bendiga, criatural
DOCTOR. (Qué donosura!
1. (Qué gracia!
40
Quiteria aparece en numerosas obras: Los coches. La malcontenta, El tudesco, Tarragona, El niño de
la Rollona, El alcalde registrador, Los peregrinos y otras muchas más. Véase H. Recoules, Index des
personnages des pièces contenues dans les collections, en Les intermèdes..., op. cit., pp. 1200-02.
41
M. L. Lobato, ed. de Pedro Calderón de la Barca, Teatro cómico breve, Kassel, Reichenberger, 1989,
p. 4 1 9 .
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104 CATALINA BUEZO Criticón, 50,1990
Personas
Sacristán Dos mujeres
Un vejete Un hombre
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EL SACRISTÁN FARISEO 105
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106 CATALINA BUEZO Criticón, 50, 1990
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EL SACRISTÁN FARISEO 107
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108 CATALINA BUEZO Criticón, 50,1990
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EL SACRISTÁN FARISEO 109
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110 CATALINA BUEZO Criticón, 50, 1990
Salen todos
TODOS. ¿Qué nos quieres? ¿Qué nos mandas?
VEJETE. Castigar este insolente.
SACRISTÁN. ¿Pues no ves que ha sido traza 220
por que me des tu sobrina?
VEJETE. Si por eso ha sido, vaya.
SACRISTÁN. Pues redes mihi alpriciam.
Dame un abrazo.
VEJETE. Con gana
te le daré, sacristán. 22S
SACRISTÁN. Primero mis sustos paga
Al abrazarse, toma al vejete a cuestas, y todos le dan con matapecados y
se entran
NOTAS AL TEXTO
4. Al inicio del entremés de Calderón El sacristán mujer, Brígida, la dama, lanza una serie de pullas
al sacristán que la corteja. Entre éstas destaca la de "apura vinajeras" (E. Rodríguez y A. Tordera,
ed. Entremeses..., op. cit., p. 125, v. 5). El barbero y el vejete de La jeringa motejan al sacristán de
"chupa responsos" y de "chupa lámparas" y "tumba jarrillos", respectivamente (R. Benítez,
ed. Verdores del Parnaso, Madrid, CSIC, 1969, p. 250. vv. 10 y 23-24).
10. Sobre la afición al vino de los cocheros nos habla Calderón en Las visiones de la muerte,
mojiganga en la que el cochero, ebrio, es causante de que, al pasar un río, vuelque el carro en el que va una
compañía de actores. Editan la pieza E. Rodríguez y A. Tordera, ibid., pp. 369-84.
11-13. En Los dos Juan Ranas (J. Cañedo, ed. Vergel de entremeses, Madrid, CSIC, 1970,
pp. 27-44) y El mayorazgo (A. de la Granja, Entremeses y mojigangas de Calderón para sus autos
sacramentales, Granada, Universidad de Granada, 1981, pp. 3S-47) el padre adopta la misma actitud
respecto a la hija. Se trata de un tópico que no impide que el amante consiga disfrutarla.
18-19. En Las jácaras 2a. parte (M.L. Lobato, Segunda parte inédita del entremés "Las jácaras"
atribuido a Calderón, en RILCE, II, 1, 1986, pp. 119-140) y en El paloteado (ed. R. Benítez,
Verdores..., op. cit., pp. 187-96), un amigo o consejero escucha al enamorado y da solución a sus
problemas. En cambio, en Los dos Juan Ranas, el amigo es falso y no trata sino de engañar a los
enamorados.
20. Añadimos [No] para corregir el error de métrica del verso.
26. El estribillo de la pareja de sacristanes que desñla en la mojiganga de León Merchante Los
alcaldes dice así: "Vaya, vaya de fiesta y de bulla/ ¡Aleluya, aleluya, aleluya!" (ms. 46.770 de la
Biblioteca del Instituto del Teatro de Barcelona, vv. 77-78, Simón Palmer, núm. 348). Es decir, se
trata de un verso presumiblemente cantado y bailado, o al menos dado a la gesticulación, que sirve para
caracterizar a este personaje como ente cómico.
29-30. Ms.: "Quiteña, entrarme quiero a la cama", como un verso único.
38. Podría ser cita del entremés de Calderón Guardadme las espaldas, en la que se repite la expresión
cuatro veces (E. Rodríguez y A. Tordera, ed. Entremeses..., op. cit., p. 220, v. 121; p. 221,
v. 137; p. 224, v. 217 y v. 237). Vuelve a emplearla Calderón una vez en El convidado (id.,
ibid., p. 296, vv. 117-120) y tres veces en La pandera (M. L. Lobato, Un códice..., art. cit.,
p. 190, vv. 197-98, y asimismo p. 184, v. 102 y p. 185, vv. 123-126).
49. Ms. "no re negabo". La corrección propuesta supone una alusión a la actitud de San Pedro en
los evangelios, cuando afirma que no renegará de Cristo. Así destaca Trinchete su fidelidad amorosa
(Non te negabo: "te seré siempre fiel"). Aceptamos esta propuesta, que nos brinda el profesor Marc
Vitse. En la festividad de San Sebastián de 1714, con la que daba comienzo el período de Carnaval de
CRITICÓN. Núm. 50 (1990). Catalina BUEZO. «El sacristán fariseo». Edición de un entre ...
EL SACRISTÁN FARISEO 111
Sevilla, desfilaron los estudiantes de la Universidad simbolizando en sus trajes "las negaciones y
lágrimas de San Pedro", y otros formando un cortejo de musulmanes (véase A. Soons, Un texto inédito
sevillano de 1714, de tipo carnavalesco, esa Archivo Hispalense, 200, 1982, pp. 139-148, apud
C. Buezo, La mojiganga dramática..., I, p. 153). Según el testimonio de 1714, "las negaciones y
lágrimas de San Pedro" llegaron a constituirse en una suerte de mojiganga carnavalesca, la de los
renegados, emparentando por ello con la cuadrilla de musulmanes que desfiló ese mismo día. Cuando
Trinchete afirma "te seré siempre fiel", su presumible indumentaria carnavalesca (en el v. 16 Gil le
llama "monigote") podría traer a la memoria, junto con el recuerdo de la expresión "no[n t]e negabo", la
conocida comparsa de Carnaval de "las negaciones y lágrimas de San Pedro". El aspecto festivo del
personaje, que sale disfrazado de niño de la Rollona y de fariseo, se enfatizaría con este comentario,
probablemente irónico.
50-52. Se presenta como instrumento afilado de zapatero (trinchete), persona de cortos alcances
(archibobo, archibodoque), semejante físicamente a un embutido {butifarra), y en conexión con lo
escatológico (retorcijón, almorrana). Se trata, pues, de un personaje de Carnaval, por su inclinación a
lo bajo y a lo culinario, su cuerpo grotesco y su carácter cómico. Sobre las imágenes que reflejan estas
ideas véase M. Bajtín, La cultura popular..., op . cit. Además, como virtualidad de lectura, hay que
notar la posible dimensión erótica de archibodoque (véase P. Alzieu, R. Jammes, Y. Lissorges, Poesía
erótica del Siglo de Oro, Barcelona, Crítica, 1983, p. 249 y J. Huerta Calvo, Cómico y femenil bureo
(Del amor y las mujeres en los entremeses del Siglo de Oro), en Criticón, 24, 1983, p. 44), de trinchete
(Poesía erótica, p. 131) y de butifarra (véase longaniza, id., p. 301).
53-56. J. Huerta (Cómico y femenil bureo, pp. 45-46), dice de campana: "Es símbolo de la
virilidad, probablemente por el badajo". Apunta luego que campanario es el "lugar físico de las proezas
sexuales del lujurioso sacristán", poniendo ejemplos de tales acepciones entresacados de diversas
obras. Los vv. 68-69 y 75-80 posiblemente deben ser asimismo entendidos con un sentido
erótico añadido.
85. Ms.: "de el".
88. quis vel qui. Reproduzco la nota que a este respecto dedica I. Arellano, ed. Marta la Piadosa.
Don Gil de las Calzas Verdes, Barcelona, PPU. 1988, p. 163, v. 2.063 (D. FELIPE:
"Decora/compuestos de quis velqui): "punto difícil de la gramática latina, que se solía llamar "puente de
los asnos", según Aut.: "puente de los asnos se llama aquella grave dificultad que se encuentra en alguna
facultad u otra cosa, que desmaya para pasar adelante. Dícese regularmente de quis vel qui en la gramática
latina". Se usa a menudo como alusión festiva", lo que argumenta I. Arellano con unos versos de
Bernardo de Quirós y de Góngora. En este sentido ha de entenderse también aquí la expresión.
102. Ms.: "de el".
104. artesa: "cajón cuadrilongo, por lo común de madera, que por sus cuatro lados va angostando
hacia el fondo. Sirve para amasar el pan y para otros usos" (RAE).
125. Dar, o rendir ¡as parias a uno: fr. fig. Someterse a él, prestarle obsequio (RAE).
129. El ms. dice caca y debería decir coco, ya que la expresión parece proceder del conocido pasaje
del Tratado I del Lazarillo (vid E. Rodríguez y A. Tordera, ed. Entremeses..., op. cit., p. 367 n.).
145. ¡qué haca! o ¡qué haca morena! es "expresión familiar que se usa en modo disyuntivo
con otra cosa que se desprecia" (RAE).
154. Véase en Correas, Vocabulario (ed. Combet, p. 561a), el dicho: "Muera Marta i muera harta".
El personaje folklórico de Marta aparece también en ¿as sombras, entremés atribuido erróneamente a
Quevedo, en la obra de éste el Sueño de la muerte y en Las Carnestolendas de Calderón. Cf. E. Rodríguez
y A. Tordera, ed. Entremeses..., op.cit., p. 151, v. 226 n.
159-160. Son interesantes estos versos, pues el propio personaje -el sacristán vestido de recién
nacido- se compara con otro personaje, el "Niño de la Rollona", al que no sólo emula sino que también
supera. Era ésta una figura carnavalesca y folklórica, que dio título a un buen número de entremeses
burlescos y mojigangas en las que intervenía, como vimos. Ya lo nota C.C. García Valdés en su
Antología..., op. cit., p. 426, v. 68 n., en que cita a Correas: "El hijo de la Rollona o el Niño de la
Rollona que tiene siete años y mama aún ahora"; y a Covarrubias: "hay algunos muchachos tan
regalones que con ser grandes no saben desasirse del regazo de sus madres; salen éstos grandes tontos o
grandes bellacos viciosos".
168. El error de métrica en el verso se puede subsanar añadiendo, por ejemplo, aquí: "¡Válgame
[aquí] Santa Bárbara!". Sobre las imprecaciones dirigidas a los santos, teñidas de comicidad, véase
CRITICÓN. Núm. 50 (1990). Catalina BUEZO. «El sacristán fariseo». Edición de un entre ...
112 CATALINA BUEZO Criticón, 50, 1990
A. Iglesias, ¡conicidad y parodia: los sanios del panteón burlesco en la literatura clásica y el folklore,
en Criticón, 20, 1982, pp. 5-83.
187-188. Échalo por el escotillón. Agradezco la sugeiencia del profesor A. de la Granja,
que me indica que quizá el uso del escotillón sea suficiente para asociar esta pieza a una comedia
representada en el clásico corral de comedias.
209. Para Calamos, vid. C.C. García Valdés, Antología..., op. cit., p. 203, v. 107 n. La
relación del personaje con Calaínos parece proceder del hecho de llevar espada. Correas en su
Vocabulario, pp. 680 y 689, recoge el dicho "dar con la de Calaínos", con el significado de golpear con
espada ancha. Agradezco esta información al profesor Marc Vitse.
BUEZO, Catalina. "El sacristán fariseo". Edición de un entremés inédito y apuntes sobre la figura del
fariseo. En Criticón (Toulouse), 50, 1990, pp. 93-112.
Resumen. Aproximación al estudio de la figura del fariseo, personaje que no solamente estaba presente
en las representaciones públicas de tipo burlesco de la degollación de los inocentes, ligadas a los autos
de Navidad y de Corpus, sino también figuraba en entremeses que trataban ese tema y en mojigangas
donde el sayón -pues ambos términos alternan como sinónimos en los textos- aparecía aisladamente
atemorizando a otros personajes. Después de notar cómo la figura del fariseo coincide, además, con la del
turco, se edita el entremés inédito El sacristán fariseo.
Résumé. Une première approche pour l'étude du personnage du "Pharisien". Celui-ci ne se trouve pas
seulement dans les représentations publiques burlesques du Massacre des Innocents données dans le
contexte des autos de Noël et de la Fête-Dieu; on le rencontre également dans des entremeses portant sur
ce sujet, et même dans des mojigangas où le "Bourreau" -les deux termes finissent par être synonymes
dans les textes- apparaît, hors de son contexte d'origine, pour terroriser d'autres personnages. Ce qui
permet d'expliquer, par ailleurs, une confusion fréquente entre le Turc et le Pharisien. Edtion critique et
commentée du texte inédit de El sacristán fariseo.
Summary. A first approach to the study of the character of the Pharisee, who used to act in some
theatrical short plays of the burlesque kind. The Pharisee did not only apeear in public performances of
the Massacre of the Innocents, linked to the Nativity and Corpus Christi plays, but also did in
"entremeses" and "mojigangas", where the character threatened others with an enormous sword. This
last point may explain the confusion between the Pharisee and the Turk. Finally, we reproduce the
unpublished "entremés" entitled El sacristán fariseo.
Palabras, clave. Teatro menor. Entremés El sacristán fariseo. Fariseo. Sayón. Turco. Renegado.
CRITICÓN. Núm. 50 (1990). Catalina BUEZO. «El sacristán fariseo». Edición de un entre ...