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La primera nave privada para llevar

astronautas llega a la estación espacial


La Crew Dragon de SpaceX, lanzada ayer sábado, ha conseguido acoplarse con éxito a la
plataforma orbital

Después de realizar 18 órbitas a la Tierra desde su lanzamiento, la nave


espacial Crew Dragon de la compañía SpaceX, la primera privada
destinada al transporte de astronautas, ha logrado conectarse con éxito
al puerto delantero del módulo Harmony de la Estación Espacial
Internacional (ISS) este mediodía. La «captura suave» se ha producido
mientras la plataforma orbital viajaba a más de 400 km por hora sobre el
Océano Pacífico, justo al norte de Nueva Zelanda.
La primera prueba de vuelo, denominada Demo-1, no es tripulada y
pretende ser una demostración completa de la nave y sus sistemas. Según
ha explicado la NASA en un comunicado, a medida que la nave se
acercaba a la estación espacial, demostró su control automatizado y sus
capacidades de maniobra al llegar a unos 150 metros de distancia del
laboratorio orbital, invirtiendo el rumbo y retrocediendo desde la
estación 180 metros antes de la secuencia final de atraque desde
aproximadamente 20 metros de distancia.
Ripley a bordo

La Crew Dragon ha utilizado el nuevo adaptador de acoplamiento


internacional de la estación por primera vez desde que los astronautas lo
instalaran durante una caminata espacial en agosto de 2016. La cápsula
entregará más de 181 kilos de suministros, incluidos más de 1.000
paquetes de comida y bebida para la tripulación, y equipos a la estación
espacial. Un maniquí llamado Ripley también está a bordo de la nave,
equipado con sensores para proporcionar datos sobre los posibles efectos
en los humanos que viajen a bordo.

Aunque la Crew Dragon está diseñada para permanecer atracado en la


estación por hasta 210 días, en esta ocasión permanecerá acoplada a la
estación espacial solo cinco días, regresando el viernes 8 de marzo a la
Tierra.

La NASA tiene especial interés en que la misión salga bien, ya que desde
2011 EE.UU. ha tenido que recurrir a las Soyuz rusas para enviar
astronautas a la ISS, un acuerdo por el que pagaba a Moscú unos 80
millones de dólares por asiento. El propósito es que naves
estadounidenses lanzadas desde suelo estadounidense sean las que lleven
a los astronautas.
Los astronautas de la estación dieron la bienvenida a la nave privada en
una ceremonia. «Bienvenidos a una nueva era en el vuelo espacial
humano», expresaron.

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