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A pesar de que los argumentos de las dos conferencias se hayan desarrollado en un ámbito

geográfico, político y social diferente, permite dilucidar grandes puntos de convergencia que
pueden servir como recurso para estructurar sus políticas a partir de la experiencia del otro, como
lo recalca Guy Lamb (a pesar de que el intérprete en algunas ocasiones afirmara lo contrario)
dentro de sus consideraciones finales.

South África ha estado supeditada de las grandes potencias, por lo que es natural que sus avances
e ideales económicos sigan el camino más provechoso para estas, similar al caso colombiano que
ha estado bajo la sombra de diferencias potencias pero siguiendo el mismo modelo económico en
términos generales y que hoy día el Neoliberalismo sea el que determine las perspectivas políticas
y económicas para llegar a cierto “desarrollo”, resultando bastante desastroso para los demás ya
que se pasa por una reinterpretación de la tierra en donde su uso no es destinado para la
producción agrícola sino como un bien acumulable, sea la “people white” para South África, o la
“élite” colombiana que ha perdurado en nuestra historia.

En términos históricos, subsecuente a esto sucedió casi lo mismo, la redistribución de la tierra en


manos de unos pocos llevó a que ambos países tuvieran problemas en cuanto al abastecimiento
de las ciudades, cambiando la demografía rural y urbana debido a las migraciones del campo a la
ciudad, y en casos más críticos a periodos de violencia por la recuperación de las tierras , sin
embargo South África pudo encauzar este problema en común para construir organizaciones de
nivel nacional, como por ejemplo el Congreso Nacional Africano, Colombia debería aprovechar
esta experiencia histórica para construir partidos políticos que logren vincular las diferentes luchas
por la tierra y se pueda logras más adelante una posible reforma agraria, no pensada desde la
capital.

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