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Los nematodos (Nematoda, del griego νῆμα nema, "hilo", ειδής eidés u οιδος oídos, "con

aspecto de"), también conocidos como nemátodos y nematelmintos, son


un filo de vermes pseudocelomados. Con más de 25.000 especies registradas y un número
estimado mucho mayor, tal vez 500.000, forman el cuarto filo más grande del reino animal por
lo que se refiere al número de especies.12 Se conocen vulgarmente como gusanos
redondos o gusanos cilíndricos debido a la forma de su cuerpo en un corte transversal.
Son organismos esencialmente acuáticos, aunque proliferan también en ambientes terrestres.
Se distinguen de otros gusanos por ser pseudocelomados, a diferencia de los anélidos que
son celomados al igual que los animales superiores. Existen especies de vida libre, marinas,
en el suelo, y especies parásitas de plantas y animales, incluyendo el hombre. Son agentes
causales de Enfermedades de transmisión alimentaria y provocan enfermedades como
la triquinosis, filariasis, anisakiasis, anquilostomiasis, ascariasis, estrongiloidiasis, toxocariasis,
etc. Sin embargo el número de especies que parasitan directamente al hombre y las que
parasitan plantas (nemátodos fitoparásitos) son un grupo muy pequeño en comparación al
número de especies del filo Nematoda.
Representan 90% de todas las formas de vida en el relieve oceánico.3 El dominio numérico de
nematodas, a menudo con más que un millón de individuos por metro cuadrado, se manifiesta
en que 80% de los organismos de los animales en el mundo son de ellas. la diversidad de sus
ciclos de vida y su presencia en tantos lugares apuntan que tengan un rol muy importante en
muchos ecosistemas.4
Nathan Augustus Cobb describió la ubicuidad de los nematodos en la tierra así:
Si borráramos toda la materia del universo con excepción de los nematodos, nuestro mundo
seguiría siendo vagamente reconocible y si, convertidos en espíritus incorpóreos, pudiéramos
investigarlo, hallaríamos sus montañas, colinas, valles, ríos, lagos y océanos represantados
por una capa de nematodos. Sería posible descifrar la ubicación de las poblaciones, ya que
por cada aglomeración de seres humanos habría una aglomeración equivalente de
nematodos. Los árboles seguirían en pie, formando hileras fantasmales que representarían
nuestras calles y carreteras. La ubicación de cada planta y animal seguiría siendo descifrable
y, si tuviéramos los conocimientos suficientes, en muchos casos hasta podríamos determinar
de qué especie fueron al examinar los parásitos nematodos que tuvieron."

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