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UNIDAD I

1) LABORATORIOS RAFFO S.A. (23/06/2009)

Hechos:
El Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Córdoba rechazó el recurso de
casación incoado por un laboratorio y en consecuencia, confirmó la sentencia de
instancia anterior, que había ratificado la legitimidad de la ” Contribución que
incide sobre el Comercio, la Industria y las Empresas de Servicios “exigida por la
Municipalidad de la Ciudad de Córdoba. Disconforme, la actora interpuso el recurso
extraordinario federal que, denegado, motivó la queja. A tal efecto subraya que la
contribución es inconstitucional, tanto si se la considera una tasa como sis e la
analiza como un impuesto.
Respecto del primer supuesto, sostiene que no podría exigirse a aquellos
contribuyentes que carecen de presencia física en el ejido municipal, como ocurre
en el caso. En cuanto a si el mentado tributo es visto como impuesto, resultaría
contrario al régimen de coparticipación federal.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación declaró procedente el recurso y revocó
la sentencia apelada.
Fallo: (del dictamen de la Procuradora Fiscal que la Corte hace suyo)
- Corresponde revocar la sentencia que confirmó la legitimidad de la”
Contribución que incide sobre el Comercio, la Industria y las Empresas de
Servicios “exigida por la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba a un
laboratorio, que carece de local, depósito o establecimiento en ese territorio
pues, definida su naturaleza de tasa, es contraria a un requisito fundamental
respecto de estas, como es que a su cobro debe corresponder siempre la
concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio referido a algo no
menos individualizado (bien o acto) del contribuyente.
- La ” Contribución que incide sobre el Comercio, la Industria y las Empresas
de Servicios “exigida por la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba no puede
calificar como impuesto, pues el legislador diseñó el presupuesto de hecho
adoptado para hacer nacer la obligación de pago tomando en cuenta la
prestación a los particulares de ciertos servicios comprendidos en una serie de
actividades estatales que allí enumera, de forma no taxativa, y la mención de
las actividades gravadas, seguida de los términos “en virtud de los servicios
municipales”. La intención fue retribuir estos servicios mediante esa
contribución.
- La diferencia entre tasa e impuesto queda determinada por la existencia o
no, del desarrollo de una actividad estatal que atañe al obligado, razón por la
cual los diferentes modos bajo los cuales los contribuyentes desempañen sus
actividades no causa mutación en la naturaleza jurídica del tributo.
- La tasa es una categoría tributaria derivada del poder de imperio del
Estado que se diferencia del impuesto por el presupuesto de hecho adoptado
por la ley que consiste en el desarrollo de una actividad estatal que atañe al
obligado y que, por ello, desde el momento en que el Estado organiza el
servicio y lo pone a disposición del particular, este no puede rehusar su pago
aún cuando no haga uso de aquel, o no tenga interés en él, ya que el servicio
tiene en mira el interés general.

UNIDAD II

2) EL FERROCARRIL CENTRAL ARGENTINO c/ provincia de Santa Fe. (3/7/1887)

Hechos:

El representante de una empresa ferroviaria interprovincial entabló una


demanda contra la provincia de Santa Fe, por repetición de la suma cobrada
en concepto de contribución directa por sus propiedades y dependencias.
Expuso que por ley nacional de 23 de Mayo de 1863 se aprobó un contrato
celebrado en el mismo año para la construcción del Ferrocarril Central
Argentino, en cuyo artículo 4° se declaró libre de toda contribución o
impuesto la propiedad del Ferrocarril y sus dependencias. La provincia, al
contestar demanda, alegó que el Congreso no tiene facultad para exonerar
de impuestos provinciales a las empresas de carácter particular —como lo es
la de la actora— y no siendo ésta de propiedad de la Nación no puede estar
eximida del pago de las contribuciones impuestas por las provincias en uso
de la soberanía y que, por tanto, aunque la exención esté concebida en
términos generales, debe entenderse que no se refiere sino a impuestos
nacionales, o sea, a los únicos que alcanzan las facultades del Congreso. La
Corte Suprema de Justicia de la Nación hizo lugar a la demanda promovida.
Fallo de la Suprema Corte:
- El art 67 inc.16 de la Constitución Nacional, encarga al gobierno
general promover todo lo concerniente al adelanto y al bienestar de
todas las provincias fomentando así el desarrollo de la riqueza y del
progreso de todas ellas. La norma fundamental dio al Congreso el
derecho de dictar leyes protectoras de estos fines como es el caso de la
ley 23 de mayo de 1863 de exención impositiva para una empresa
ferroviaria, y el de hacer concesiones temporales de privilegios y
recompensas de estímulo. Po esta disposicíon el Congreso tiene el deber
de proveer lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y
bienestar de todas las provincias.
- Si para los fines de gobierno, el Congreso cree conveniente acordar el
privilegio de la exención del pago de impuestos locales, esta disposición
será perfectamente constitucional, porque ella no importará sino el
ejercicio de una facultad del Congreso.
- En el caso, la Nación ha exonerado del pago de toda clase de impuestos
y gabelas al ferrocarril recurrente. Al conceder este privilegio, el
Congreso ha puesto en ejercicio una facultad propia, que no pueden
limitar ni la constitución ni las leyes provinciales. Lo que ha hecho la ley
es excluir del pago de todo impuesto al ferrocarril, porque esa exclusión
es uno de los privilegios que tiene la facultad de acordar la Nación para
promover la construcción de ferrocarriles.
- Corresponde hacer lugar a la acción de repetición incoada por la
empresa ferroviaria contra la provincia de Santa Fe.

3) TRANSPORTE VIDAL S.A c Provincia de Mendoza (31/5/1984)

Hechos:
Transportes Vidal, S.A., promueve demanda contra la Provincia de Mendoza
por cobro de la suma de $a 2569, con más la suma que corresponda para
compensar la depreciación monetaria, intereses y costas.( La empresa
realiza transporte de bienes entre ciudades de distintas provincias y la
Capital Federal).
Aduce haber pagado dicho monto en concepto de impuesto provincial a los
ingresos brutos, originado en el desenvolvimiento de su actividad de
transportador interjurisdiccional durante junio de 1979 y marzo de 1980.
Funda su pretensión en la inconstitucionalidad de las leyes locales que rigen
el tributo mencionado, así como el Convenio Multilateral suscripto por las
provincias y la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, por resultar a su
juicio violatorios del art. 67, inc. 12, de la Carta Magna.
Fallo:
- La regulación del comercio interprovincial es atribución delegada al
Gobierno federal para ser ejercida por el Congreso y queda, por tanto, excluida
del acervo de los poderes conservados por las Provincias, pero éstas pueden
gravar la riqueza producida en su territorio, aunque una parte de ella trasponga
sus fronteras, a condición de que el gravamen no sea discriminatorio o de algún
modo impida o dificulte actividades interjurisdiccionales, lo que no se ha
demostrado que ocurra en autos.
- De la inequívoca intención constitucional de eliminar los gravámenes
discriminatorios infiérase la de preservar a las actividades que se desenvuelven
en dos o más jurisdicciones del riesgo de que puedan verse sometidas a una
múltiple imposición que las obstruya o encarezca, como resultado de aplicar
tributos semejantes sobre la misma porción de la base imponible, tornándolas
por tanto desventajosas con relación a otras similares desarrolladas dentro de
cada provincia-
- La potestad impositiva de las provincias debe también ceder frente a
aquellos privilegios que el Gobierno nacional otorgue en ejercicio de sus
atribuciones (arts. 31 y 67, incs. 16 y 28, Constitución Nacional).
- Los arts. 9°, 10, 11, 12, 67, inc. 12, y 108 de la Constitución Nacional no
fueron concebidos para invalidar absolutamente todos los tributos locales que
inciden sobre el comercio interprovincial, reconociendo a éste una inmunidad o
privilegio que lo libere de la potestad de imposición general que corresponde a
las provincias. La protección que dichos preceptos acuerdan sólo alcanza, pues,
a preservar el comercio interprovincial de los gravámenes discriminatorios, de
la superposición de tributos locales y de aquellos que encarezcan su
desenvolvimiento al extremo de dificultar impedir la libre circulación territorial
- Esta Corte, con su actual integración, discrepa con los fundamentos que
sustentaron las decisiones de fallos anteriores, en la medida en que según estos
las normas constitucionales examinadas sustraen totalmente al comercio
interestatal al poder de imposición provincial.
- Que en el "sub examine" la actora sustenta su pretensión exclusivamente
en una inteligencia del art. 67, inc. 12, de la Constitución Nacional con arreglo
a la cual la actividad que desarrolla resultaría inmune al poder de imposición
de la demanda, y no ha invocado que el tributo que pagó importe un trato
discriminatorio respecto de otras empresas que realizan transporte de bienes
dentro de la provincia, ni que la exigencia del gravamen sea causa de múltiple
imposición provincial. Tampoco ha demostrado que el tributo encarezca su
actividad al punto de tornar gravoso o inconveniente el tránsito por la
provincia.
- Es improcedente la demanda deducida contra la provincia de Mendoza,
por devolución de la suma abonada por la empresa actora en concepto de
impuesto provincial a los ingresos brutos, originado en el desenvolvimiento de
la actividad de transporte interjurisdiccional y que funda en la
inconstitucionalidad de las leyes locales que rigen el tributo mencionado. (Esta
doctrina rectifica la anterior jurisprudencia de la Corte Suprema sobre el
punto).

4) JUAN PEDRO INSUA (1/10/1987)

Hechos:

El actor formuló reclamo de repetición sobre los importes que abonara en


concepto de “impuesto de emergencia a los activos financieros”, ello, con
fundamento en que el gravamen (cuya ley de creación 22.604 se publicó en el
Boletín Oficial el 9 de junio de 1982), al volver retroactivamente sobre un ejercicio
fiscal vencido (31 de diciembre de 1981), generaba un menoscabo de derechos
adquiridos por el contribuyente, en razón de haber este satisfecho sus obligaciones
tributarias por tal período (impuesto a las ganancias ley 20.628 e impuesto al
patrimonio neto ley 21.282).
Fallo: Dictamen del Procurador:
- Ha señalado la Corte que la denominación dada al gravamen no es
suficiente para definir el carácter de éste, pues a tal efecto y para establecer
su conformidad con la Constitución Nacional, debe estarse a la realidad de las
cosas. De tal manera la exención del impuesto al patrimonio neto, con
referencia a los bienes que en el caso pretende el organismo recaudador
nacional mantener gravados con el impuesto de emergencia a los activos
financieros, se tornaría inoperante, incidiendo el tributo sobre una situación
jurídica consumada y extinguida según la ley 21.282.
- El Tribunal tiene decidido que “en tales condiciones no cabe sino señalar
que al momento de verificarse el hecho imponible…, la determinación debía
realizarse teniendo en consideración el régimen especial vigente..de lo
expuesto se deriva que, toda vez que bajo la vigencia de un sistema de
excepción como el examinado, el particular cumplió con todos los requisitos”
actos y obligaciones sustanciales y requisitos formales en el previstos para ser
titular de un derecho, debe tenérselo por adquirido e inadmisible su supresión
por una norma posterior sin agraviar el derecho constitucional de propiedad.
- El principio de legalidad no se agota en que una norma jurídica con la
naturaleza de una ley formal tipifique el hecho que se considerará imponible,
sino que se requiere además que esa ley, sea anterior al momento de la
consumación de la hipótesis de incidencia tributaria, entendida la garantía
constitucional, como una limitación tanto para la creación de nuevas
contribuciones fiscales, cuanto para el agravamiento de las existentes.
- El recurso extraordinario debe declararse formalmente procedente y
confirmarse la sentencia apelada.
La Corte.
- Los bienes referidos son los mismos que se encuentran exentos del
impuesto al patrimonio neto, cuya obligación fue cumplida por el actor cuando
aún no se había dictado la ley 22.604.
- Resulta inaplicable el gravamen de emergencia a los activos financieros en
tanto alcanza en este caso a los bienes exentos del tributo creado por ley
21.282.

5) FLIESCHMANN ARGENTINA IN c/ Municipalidad de Córdoba (20/02/2001)

Hechos
Una empresa que desarrollaba su actividad comercial en la Ciudad de Córdoba
mediante dos vendedores que visitaban negocios dentro de esa jurisdicción
promovió demanda contenciosoadministrativa de plena jurisdicción contra la
citada comuna para enervar el reclamo por la Contribución sobre la Actividad
Comercial, Industrial o de Servicios. La cámara de apelaciones hizo lugar a la
demanda teniendo en cuenta la ausencia de local o establecimiento comercial
dentro del ejido municipal. Denegado el recurso de casación, el demandado
ocurrió por vía directa ante el Tribunal Superior provincial, que revocó el
pronunciamiento de grado.
Fallo:
- El ejercicio de una actividad comercial dentro del ámbito de la Municipalidad de
Córdoba -en el caso, mediante dos vendedores que visitaban los negocios del ejido
comunal- configura vinculación o asiento territorial que torna procedente el
ejercicio de la potestad tributaria de dicho municipio para gravar las actividades
comerciales, industriales, de servicios o cualquier otra desarrollada a título
oneroso -art. 167, Cód. Tributario-, no obstante la ausencia de local o
establecimiento comercial dentro de esa jurisdicción, debiendo conformarse la
base imponible según las pautas del convenio multilateral pertinente.

- La ausencia de local o establecimiento comercial dentro ejido municipal -en el


caso, la actividad de desarrollaba mediante dos vendedores que visitaban
negocios- no impide a la Municipalidad de Córdoba ejercer su potestad tributaria
para gravar actividades comerciales, industriales, de servicios o cualquier otra
desarrollada a título oneroso, ya que tal circunstancia no equivale por sí sola a la
falta de vinculación o asiento territorial -conforme arts. 167, párr. 1º y 35, último
párrafo, Cód. Tributario municipal-

- A los fines de la Contribución sobre la Actividad Comercial, Industrial o de


Servicios que percibe la Municipalidad de Córdoba -art. 167, Cód. Tributario-, los
procesos económicos que se inician en otra jurisdicción pueden considerarse
incorporados a la riqueza local y, por ende, gravarse, si involucran bienes que
ingresan a la Ciudad de Córdoba en un proceso único de comercialización.

- La Contribución sobre la Actividad Comercial, Industrial o de Servicios de la


Municipalidad de Córdoba -art. 167, Cód. Tributario- reviste calidad de tasa o
impuesto según el Estado provincial preste efectivamente un servicio o no,
tomándose como criterio delimitador de la base imponible el principio de
capacidad contributiva que revelan los ingresos brutos generados como
consecuencia de la actividad gravada.

- La Contribución sobre la Actividad Comercial, Industrial o de Servicios de la


Municipalidad de Córdoba -art. 167, Cód. Tributario- no requiere que la comuna
preste un servicio en forma efectiva al contribuyente, bastando con que dicha
contraprestación sea meramente potencial.

- La superposición de gravámenes debido al ejercicio de facultades impositivas


concurrentes -en el caso, Impuesto a los Ingresos Brutos de la Provincia de Córdoba
y Contribución sobre Actividades Comerciales, Industriales y de Servicios del
municipio homónimo- no configura doble imposición incompatible con la
Constitución Nacional, si no se prueba fehacientemente la transgresión de alguna
garantía constitucional, verbigracia, los principios de equidad, proporcionalidad,
no confiscatoriedad o territorialidad en materia tributaria.

- Los municipios de la Provincia de Córdoba están facultados para establecer


tributos sobre las cosas que integran la riqueza local, disponiendo su distribución
en el modo y con el alcance que estimen oportuno dentro de los límites impuestos
por las constituciones Nacional y Provincial, sin que el Poder Judicial pueda revisar
el criterio de oportunidad, mérito o conveniencia que motivó el ejercicio de la
potestad tributaria.

s/n COLEGIO PUBLICO DE ABOGADOS DE CAPITAL FEDERAL.-

Considerando:

- Que el recurso extraordinario interpuesto por el Estado Nacional se dirige


contra la resolución dictada por la Sala V de la Camara de Apelaciones. El fallo
confirmo la sentencia de 1ra instancia en cuanto había hecho lugar a la acción
de amparo promovida por el Colegio Pco de Abogados de Cap. Fed. Y
declarando que quienes ejercen la abogacia en favor de Estado Nacional en
Cap. Fed. Están obligados a cumplir con la ley 23.187. para llegar a esa
conclusión el fallo considero que eran invalidos los arts. 3 y 5 del decreto
1204/01 en la medida que pretenden relevar a los abogados del Estado de la
obligación de inscribirse en la matricula que la ley 23.187 pone a cargo del
colegio y de pagar el derecho fijo que establece en su art. 51.

- El presidente no se encontraba habilitado por el congreso para dictar


disposiciones de carácter legislativo contrarias a la ley nacional 23.187. no ha
demostrado en que afecta la eficiencia de la administración que los abogados
del estado cumplan con la obligación legal de matricularse en el distrito.
Considero el tribunal que la exencion a los abogados del estado de pagar
derecho fijo por su actuación judicial no es transitoria.

- Ante la Corte, la parte demandada ha solicitado la revocación del fallo y


defendido la validez del decreto 1204/01 apoyandose en 2 lineas de
argumentación:

1. Sostuvo que la ley 23.187 se refiere solamente a la abogacía privada,


mientras que el decreto 1204/01 reglamenta el ejercicio de la
abogacía publica, es decir la que ejercen los abogados del estado.-

2. Sostiene que el decreto 1204/01 es valido porque el presidente lo


dicto en uso de las atribuciones legislativas que le había delegado el
congreso en el art. 1 de la ley 25.414
- Es incorrecto afirmar que el presidente, al dictar el decreto haya hecho
uso de una competencia exclusiva. Los art. 3 y 5 del decreto no encuentran
convalidación en la delegación de facultades legislativas contenida en el art. 1
de la ley 25.414.

- La 1ra de las razones radica en que el ejercicio de la abogacía ha sido


materia reglada por el congreso desde los orígenes de la organización nacional.

- La ley 43, ley 3367, 10.966, 12.954, decretos leyes de facto 17.516, 19.649
y 22.192 que reemplazo a la anterior y fijo un nuevo régimen para el ejercicio
de la abogacía y procuración.-

- La ley 23.187 no hace distinción pretendida por la recurrente entre la


abogacía privada y publica. Los abogados del estado cumplieron con las
obligaciones tanto de matricularse como de pagar derecho fijo.

- La CN prohíbe al presidente emitir disposiciones legislativas.

- La delegación sin bases esta prohibida y cuando las bases estén formuladas
en un lenguaje genérico, la actividad delegada será convalidada por los
tribunales si el interesado supera la carga de demostrar que la disposición
dictada por el presidente es una concreción política legislativa.

- la parte demandada se limito a argumentar que el decreto 1204/01


permitiria una reducción del gasto publico.

- Que el decreto esta fuera de la habilitación que el congreso otorgo al


presidente.

- Que los arts. 3 y 5 del decreto encuentran dificultades de amoldarse a la


delegación legislativa de la ley 25.414.

- El procurador considero 2 cuestiones: si los abogados del estado deben


pagar el bono establecido por la ley 23.187 en su art. 51 inc d y por otro lado
quien debe soportar el costo. Con relación a la primer postura sostiene que el
dictamen se limita a señalar la situación de los abogados del estado no aparece
contemplada dentro de las excepciones que prevé el inc del art. 51. La otra
cuestión el procurador entendio que el gobierno debía compensar al abogado
por el pago del bono. Luego el procurador agrego consideraciones en cuanto a
la diferente situación en que se ven los abogados del estado que litigan en Cap.
Fed. Respecto de quienes lo hacen en otra jurisdicción. Por estas razones
concluye que no correspondia al profesional afrontar personalmente el costo
del bono en la medida que por sus tareas percibiese solamente un sueldo.

- El decreto 1201/01 constituye una disposición de carácter legislativo


dictada por el presidente de la nación fuera de las bases de la delegación de
facultades contenida en el art. 1 de la ley 25.414 violatorio de la prohibición
establecida en el art. 99 inc 3 de la CN.

- Declarar bien concedido el recurso extraordinario interpuesto por el Estado


nacional y confirmar sentencia apelada. Desestimar el recurso (amparo).
Intimarse al estado a que efectue el deposito.

----FALLOS 6 LEIDO PARA LA CLASE.----

----FALLO 7, 8 Y 9 RESUMIDOS EN TRABAJO DE LEGALIDAD----

10) Unanue, Ignacio y otro c. Municiplidad de la Capital s. devolución de pesos


20/08/1923

Sumarios

1 - Cuando un impuesto se establece sobre ciertas clases de bienes o de personas debe existir alguna
base razonable para las clasificaciones adoptadas, lo que significa que debe haber alguna razón
sustancial para que las propiedades o las personas sean catalogadas en grupos distintos. en el caso la
actora reclama la devolución de lo pagado en virtud de la ordenanza de la Municipalidad de la Capital
que grava solamente a las caballerizas que alojan caballos de carrera.
2 - La igualdad preconizada por el artículo 16 de la Constitución Nacional, importa, en lo relativo a
impuestos, establecer, que en condiciones análogas deben imponerse gravámenes idénticos a los
contribuyentes. Esta garantía constitucional no se propone erigir una regla férrea en materia impositiva,
sino impedir que se establezcan distinciones, con el fin de hostilizar o favorecer arbitrariamente a
determinadas personas o clases, como lo es si se hacen depender de diferencias de color, raza o
nacionalidad, religión, opinión política u otras consideraciones que no tengan relación posible con los
deberes de los ciudadanos como contribuyentes. En el caso la actora reclama la devolución de lo pagado
en virtud de la ordenanza de la Municipalidad de la Capital que grava solamente a las caballerizas que
alojan caballos de carrera.
3 - Al ser gravadas todas las caballerizas comprendidas en la denominación studs con una base uniforme,
o sea, de acuerdo al número de caballos de carrera que alojan, y al no ser posible desconocer que existe
algún motivo razonable para distinguir entre los establecimientos que se ocupan de cuidar caballos
destinados al tráfico común de la ciudad y aquellos que albergan y preparan caballos con el único objeto
de disputar carreras, no se conculca la igualdad requerida por el artículo 16 de la Constitución Nacional.
TEXTO COMPLETO:
Sentencia del Señor Juez en lo Civil

-Que Vicente S Facio por Ignacio Unanué y otros, demanda a la Municipalidad de la Capital para que, con
intereses y costas, se la condene a restituir la suma de tres mil quinientos pesos, percibidos
indebidamente en razón de la ilegalidad del inc. 1º del artículo 4º de los "derechos de inscripción,
licencia, análisis, inspección" sancionados por la Ordenanza dictada para el año próximo pasado. Y funda
sus pedidos en la Constitución Nacional; la ley 4058, la ley 10.341 y Código Civil y además, en los
siguientes hechos: a) Se trata de una cuestión sobre validez de una disposición comunal ajena por
completo a las referencias e higiene, moralidad o seguridad, de modo que la competencia de los
tribunales ordinarios es evidente; b) por el impuesto establecido se viola la ley de régimen de carreras
del Jockey Club y se desconoce el espíritu que determinó la de construcción de casas para obreros; c)
nadie puede legislar en la Capital Federal y menos crear impuestos fuera del Congreso Nacional; d) la
facultad de gravar locales no puede estimarse hasta gravar lo que se aloja en esos locales, siendo de
advertir si el impuesto es al local, no se alcanza a comprender como se le cobra al dueño del caballo; e)
el servicio que la Municipalidad presta al caballo de carrera lo presta a otros caballos que no lo son, de
modo que se falta a la igualdad, que debe ser la base de todo impuesto dirigiéndose este únicamente
contra el juego cuando es sabido que el Jockey Club ya lo paga.
-Que en representación de la Municipalidad de la Capital José Valenzuela solicita el rechazo con costas
de la demanda instaurada. Y funda su pedido en las siguientes razones: a) No es la existencia de caballos
de carrera lo que la Ordenanza grava sino los locales en que los caballos se alojan; b) el impuesto tiende
a hacer retribuir a la Municipalidad el servicio efectivo que presta con sus inspecciones en miras de altas
razones de higiene; c) la Ley Orgánica Municipal da amplias facultades; d) tratase sobre la procedencia o
improcedencia de una clasificación hecha a los efectos del pago y el cumplimiento de un impuesto,
cuestión eminentemente administrativa que los tribunales no pueden resolver, ya que, cuando más,
podría ser material de juicio contencioso-administrativo; e) con la misma razón con que se ha tomado
por base el número de caballos, pudo tomarse el radio de la situación del establecimiento, o el metraje
de los boxes o cualquier otro detalle; f) el impuesto de que se trata no es cobrado al Jockey Club, lo que
excluye, la afirmación de que el impuesto pugna con la Ley de Hipódromos.

Considero:
1º. Que los actores dicen de ilegalidad Ordenanza Municipal dictada para el año próximo pasado en el
punto relativo a los locales para stud y es a mérito de esa pretendida ilegalidad que reclaman la
devolución de la suma de tres mil quinientos pesos nacionales, con sus intereses.
2º. Que el fundamento central sobre el que se apoya la acción de repetición instaurada, es la
imposibilidad en que se encuentra la Municipalidad de proceder a la obtención de otros recursos que no
sean los enumerados taxativamente en el artículo 1º de la ley número 4058. No desconoce la
demandada, por cierto, esa limitación legal, pero aduce que el acto que ha impulsado a los actores a
ocurrir ante la justicia, no solo encuadra dentro de la citada disposición, sí que también deriva de
facultades de reglamentación y clasificación que le han sido conferidas expresamente.
La Ordenanza, sancionada en Abril veintitrés de mil novecientos diez y nueve, ordena en el artículo 4º,
inciso 1º, que los locales para stud, por cada caballo de carrera que alojen pagarán al año cien pesos ...
Lo que fija la Ordenanza relativos a garajes, posadas, casas de compraventa y de remate, cafés, hornos
de ladrillos, locales para la venta de animales y despachos de bebidas, son los derechos de inscripción,
análisis e inspección que están obligados los particulares a satisfacer, como retribución de los servicios
que la Comuna les presta.
-Que el concepto igualdad, en la legislación impositiva, no significa que la ley ha de gravitar con la
misma intensidad sobre todas las cosas, sino que todas las cosas sobre las cuales pesa han de ser
afectadas por ella con uniformidad. Agrupar los objetos semejantes para gravarlos, es un hecho regular y
permitido. Lo irregular y lo prohibido es referir el mismo gravamen a objetos de distintas calidades.
Lo que la igualdad exige es que los mismos medios y métodos sean aplicados imparcialmente a todas
partes de la misma clase de modo que la ley obre con uniformidad sobre todas las personas situadas en
circunstancias similares. La Legislatura puede imponer derechos a los relojes de pared sin gravar a los de
bolsillo, pero no podría gravar los relojes construidos en una sola fábrica, a menos que su rendimiento
sea empleado completamente en beneficio de las personas que lo satisfacen. Es así que el derecho
sancionado por la Ordenanza es uniforme, como que se refiere a todos los locales para stud, fijando una
misma suma que se liquida con arreglo al número de caballos en ellos alojados, luego es evidente que
falla por su base la argumentación de que se trata, como fallaría la misma si se la refiriese a las escalas
de valuaciones relativas a los servicios de alumbrado, barrido, y limpieza, o a las categorías establecidas
para la liquidación de las patentes de rodados, etc.
Se asegura que la Municipalidad, en vez de reclamar el cobro a los propietarios de los locales, lo exige
de los propietarios de los caballos. Este hecho hubiera sin duda sido decisivo para la admisibilidad de la
demanda, atentos los términos de la Ordenanza. Pero los actores no han comprobado que ellos no fueran
propietarios de los studs "El Prado", "River d'Or", "La Lica", "Abrojo", "Caseros", "Arechávala", "Condal",
"Asteroide", "La Providencia" y "Tandil". Por el contrario, guardan silencio al respecto en las protestas
notificadas oportunamente a la Municipalidad.

Por tanto:
Rechazo la acción promovida por Ignacio Unanué, Juan F. Mouras, Juan F Arechávala, Diógenes Ruiz,
Juan F. Correas, José Pereyra Lucena, Fernando Sanjurjo, Eduardo Rezábal, Eduardo M. Ash y Vicente G.
Mastropaolo c. contra la Municipalidad de la Capital. Sin costas.

Acuerdo de la Cámara 1° de Apelaciones en lo Civil

En Buenos Aires Capital de la República Argentina, a tres de Mayo de mil novecientos veintidós, reunidos
los señores vocales de la Excma. Cámara 1ª de Apelaciones en lo civil en Sala de acuerdos para conocer
del recurso interpuesto en los caratulados "Unanué don Ignacio y otros contra la Municipalidad de la
Capital, sobre devolución de pesos", respecto de la sentencia corriente a fojas 113, el tribunal estableció
la siguiente cuestión:

¿Es arreglada a derecho la sentencia apelada?


El señor Vocal, doctor Repetto, dijo: El señor Juez de Primera Instancia ha desestimado la demanda y a
mi juicio los fundamentos de su pronunciamiento son inconmovibles.
La ley numero 4058 faculta a la Municipalidad para obtener rentas en concepto: a) de los derechos de
inspección a los establecimientos insalubres, incómodos o peligrosos, a los que vendan fabriquen o
introduzcan artículos o substancias alimenticias, a las casas de compra y venta de ropa u otros objetos
usados; b) de derecho de inscripción de las fondas, posadas, hoteles, restaurantes, etc.
La ordenanza de 23 de Abril del año 1919, como se ha visto, grava con un derecho de inspección los
locales para stud.

¿Es ilegal tal impuesto?


El texto pertinente de la ordenanza, su letra no puede ser más clara y explícita en el sentido de que lo
que se grava es el local, la cuadra, sitio o lugar cubierto destinado a alojar y cuidar los animales de
carrera; la caballeriza en una palabra. Y la facultad general de la corporación municipal, para establecer
derechos de inspección a todos los locales de ese orden, no es siquiera discutible. Una caballeriza,
cualquiera sea la especie de animales que existan en ella es, desde luego y por definición, un
establecimiento incómodo e insalubre, a poco que se descuiden las más elementales reglas de higiene, y
susceptible, por ende, de comprometer la salud pública. Es, pues, un establecimiento sujeto a la
inspección de las autoridades edilicias. Y admitido esto, que a mi juicio proporciona un punto de partida
inconcluso, la legitimidad del impuesto creado por el Honorable Concejo Deliberante fluye de lo
prevenido por el artículo 1º de la ley 4058, que declara impuestos y rentas de la Municipalidad de la
Capital los derechos de inspección a los establecimientos insalubres, incómodos y peligrosos.
Como principio general, pues, la facultad de la Municipalidad para imponer toda y cualquier caballeriza,
es absolutamente legal conforme a su estatuto.
Sucede en la práctica como lo prevé la ordenanza: 1º, que personas dueñas de stud no lo sean de los
locales en los cuales los caballos se alojan; 2º, que personas dueñas de locales no tengan un solo caballo
de su propiedad; 3º, que personas dueñas de stud lo sean, también de la caballeriza o local
correspondiente. En estos tres casos conforme a los términos de la ordenanza, el impuesto gravita sobre
el dueño del local y si en el último la obligación incide sobre el dueño del stud o sea de los caballos, es
por la muy sencilla consideración de que él es también dueño del local. Lo confirma el artículo 9º al
establecer las sanciones derivadas de la falta de pago; todas ellas se resumen en la clausura y
desalojamiento del local sin tomar para nada en cuenta el stud mismo.
Es cierto que los propietarios de caballo, que no lo sean simultáneamente de los locales, pueden llegar a
experimentar, indirectamente, las consecuencias del impuesto, pero ello obedece no a que este gravite
sobre los caballos, sino a dos circunstancias inevitables: 1ª, que no se concibe caballerizas sin caballos;
2ª, la repercusión de toda carga fiscal. Y es obvio que ni esta ni aquella circunstancia pueden determinar
la invalidez de un impuesto.
Pero, hay más: para que el impuesto de que se trata comportara, en su esencia, una patente al caballo
de carrera, sería necesario que él funcionara respecto de todo animal de esa especie, y no es así; los
caballos de carrera que viviesen a campo raso dentro de la jurisdicción de la capital federal, por
ejemplo, no estarían obligados a pago alguno.
La Suprema Corte Nacional ha declarado en repetidas ocasiones, que la igualdad requerida en el artículo
16 de la Constitución no es violado cuando en condiciones análogas se imponen gravámenes idénticos a
los contribuyentes. La Municipalidad ha creído, usando de facultades propias, que convenía agrupar y
clasificar los locales que alojan caballos, y una vez obtenida aquella, han sancionado un gravamen que,
si es distinto cuando se consideran aquellos en general, es idéntico cuando se trata de los propietarios de
caballerizas que alojan caballos de carrera.
La circunstancia de que el impuesto en la práctica se haya cobrado a los propietarios de caballos de
carrera, no induce la ilegalidad del mismo. Todo lo que cabría inferir de ello es que la rama ejecutiva
encargada de su percepción lo habría reclamado indebidamente de quienes no se encontraban obligados
a su pago. Y en tal hipótesis, otro sería el camino para obtener la reparación de la lesión del derecho.
Los actores en el caso de autos, solicitan la devolución de lo pagado en concepto de impuesto, pero han
omitido justificar, como era de imprescindible necesidad que ellos mismos no son propietarios de locales
de stud, caso en el cual como se dijo, el impuesto los afecta a ese título.
Reproduciendo los fundamentos de la sentencia, emito mi voto por la afirmativa en la cuestión
planteada.

Por lo que se confirma la sentencia apelada

Buenos Aires, Septiembre 21 de 1922


Suprema Corte:
Don Ignacio Unanué y otros en autos con la Municipalidad de la Capital por devolución de pesos han
apelado de una sentencia de la Cámara de Apelaciones en lo Civil que ha declarado válido el impuesto
municipal que los demandantes estiman inconstitucional.

Fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación


Vistos y Considerando:
Que el presente recurso extraordinario se funda:
1º En que el impuesto de inspección establecido por la Municipalidad de la Capital sobre los locales para
stud y que asciende a cien pesos por cada caballo de carrera que alojen es ilegal pues, en realidad
constituye un impuesto sobre los caballos que no está autorizado por la Ley Orgánica Municipal.
2º En que dicho impuesto es; además repugnante al principio de igualdad consagrado por el art. 16 de la
Constitución, desde que no se aplica a todas las caballerizas o locales en que se alojan caballos, sino
exclusivamente a los destinados a caballos de carrera.
Que con respecto al primer fundamento invocado por los recurrentes procede observar que la cuestión
que aparece planteada es la de la oposición de la ordenanza que crea el impuesto con las disposiciones
de la ley orgánica que determina las facultades impositivas de la Municipalidad es decir de una ley local
destinada a regir solamente en la Capital y cuya aplicación o interpretación por erróneas que fueran no
podrían ser revisadas por esta Corte en e! recurso extraordinario, mientras no afecten o envuelvan
cuestiones especialmente regidas por la Constitución tratados o leyes de carácter federal.
Que, por lo que hace, al segundo fundamento, es de tenerse en cuenta, que la: igualdad preconizada por
el artículo 16 de la Constitución, importa, en, lo relativo a impuestos, establecer, que en condiciones
análogas deberán imponerse gravámenes idénticos a los contribuyentes.
Que, en consecuencia, cuando un impuesto es establecido sobre ciertas clases de bienes o de personas
debe existir alguna base razonable para las clasificaciones adoptadas, lo que significa que debe haber
alguna razón sustancial para que las propiedades o las personas sean catalogadas en grupos distintos.
Que en el caso no aparece violada la igualdad requerida por la cláusula constitucional invocada, desde
que todas las caballerizas comprendidas en la denominación de studs son gravadas con una base
uniforme, o sea de acuerdo con el número de caballos de carrera que alojan, y porque no es posible
desconocer que existe algún motivo razonable para hacer distinción entre los establecimientos que se
ocupan de cuidar caballos destinados al .tráfico común de la ciudad y aquellos que albergan y preparan
caballos con el único objeto de disputar carreras. Ese motivo existe aun cuando solo se tenga en cuenta
la diferente vinculación de unos y otros con el interés publico, ya que los primeros realizan una función
esencial, para el bienestar de la población, lo que no ocurre con los últimos. Por lo demás, es innegable
que por el valor de lo animales que alojan, por los cuidados especiales que éstos requieren y aun por el
monto de la pensión, los studs forman una categoría particular dentro de las caballerizas y esa
circunstancia constituye también causal bastante para autorizar la distinta clasificación.
Por ello, por los fundamentos concordantes del fallo apelado y lo expuesto y pedido por el señor
Procurador General, se confirma dicha sentencia en cuanto ha podido ser materia del recurso.

11) Busso, Ana Masotti De, Y otros c. Buenos Aires, La Provincia s.


inconstitucionalidad del Adicional Al Impuesto Inmobiliario
(07/04/1947)

Sumarios

1 - El adicional establecido por la ley de contribución territorial de la Provincia de Buenos Aires nº 4204
es violatorio de los arts. 4 y 16 de la Constitución Nacional en cuanto se cobra a los condóminos
atendiendo al valor total del inmueble con prescindencia del valor de la parte ideal perteneciente a cada
uno de ellos.

TEXTO COMPLETO:
DICTAMEN DEL PROCURADOR GENERAL

Versa el pleito sobre la tacha de inconstitucionalidad que oponen los actores al art. 1º, inc. 5º de la ley
nº 4204 de la Prov. de Bs. Aires, que grava con impuesto adicional del tres por mil a los inmuebles cuya
valuación esté comprendida entre 1.000.000 y 2.000.000 de pesos. Los actores poseen un campo en
condominio, cuyo avalúo total (1.158.500) está comprendido entre ambos márgenes; pero sostienen que
fue violatorio del precepto constitucional de igualdad exigirles impuesto sobre un valor de conjunto que
excede en mucho el monto de la parte correspondiente a cada condómino. Uno de ellos es propietario de
tres séptimos de dicho campo, y los otros cuatro actores de un séptimo cada uno, porción esta última
que no alcanza al mínimo fijado por dicha ley para que el gravamen comience a ser exigible (300.000).
La propietaria de los tres séptimos restantes alega asimismo que, con arreglo a doctrina de V.E., aún
cuando su porción excede el límite mínimo, nada debió exigírsele. Como consecuencia, los cinco actores
exigen les devuelva el fisco provincial lo cobrado.
Por lo que se refiere a la constitucionalidad de aplicar el gravamen sobre el valor total, prescindiendo de
que ese valor pertenece a cinco propietarios distintos, nada pudiera agregar ahora a lo dicho por V.E. en
187:586. Unicamente adeudan el impuesto los propietarios; y ante el categórico informe de fs. 57,
ninguna duda cabe de que el inmueble en cuestión pertenece a cinco dueños con porciones
inequívocamente definidas, circunstancia que ni siquiera mediaba en el caso resuelto por V.E. al que
acabo de aludir. Dedúcese de ahí que la Prov. de Bs. Aires deberá devolver lo cobrado a los cuatro
propietarios cuya porción no alcanzaba, por su avalúo, al mínimo legal.
En cuanto a la propietaria de tres séptimos del campo, la situación en distinta, pues si no la tasa del tres
por mil, siempre le alcanzaría algún impuesto. Sólo tiene entonces el derecho de exigir se le devuelva lo
que se le cobró de más, al fijarse dicha cuota sobre el valor total del campo.

FALLO DE LA CORTE SUPREMA

-Que D. Manuel J. Cruz, en representación de Da. Ana Masotti de Busso, de Da. Ana María Magdalena
Busso de Costa, de D. Eduardo Bernardo Busso, de Da. Rufina Isabel Busso de Busso y de D. Guillermo
Edmundo Busso, demanda a la Prov. de Bs. Aires por repetición de la suma pagada por sus mandantes
indebidamente y bajo protesta en concepto de adicional al impuesto inmobiliario según lo establecido
por la ley local nº 4204, por los años 1943 y 1944, con respecto al inmueble inscripto en la partida nº 200
del Registro del Partido de Rivadavia.
Manifiesta que por escritura firmada el 25 de agosto de 1932 ante el escribano, se adjudicó en
condominio a los actores un campo situado en el partido de Rivadavia, Prov. de Bs. Aires en la
proporción de 3/7 partes a Da. Ana Masotti de Busso y de 1/7 parte a cada uno de los demás
condóminos. El título de propiedad fue inscripto el 31 del mes y año citados en el Registro de la
Propiedad de La Plata, Registro de Rivadavia. Por escritura firmada el 1º de noviembre de 1939 ante el
escribano, los condóminos vendieron una fracción de 35 ha., quedando propietarios en condominio, en la
proporción antes indicada, de una superficie de 4.546 ha., 85 a., 25 c. El inmueble está inscripto a
nombre de los actores en la Dir. Gral. de Rentas de la Provincia.
Conforme a la ley provincial nº 4204, vigente para los años 1943 y 1944, los bienes raíces de propiedad
particular están gravados con un impuesto inmobiliario fijo del 6 y una contribución de caminos del 1, a
lo que se agrega un adicional para los inmuebles cuya valuación exceda de $ 300.000 m/n., con una
escala progresiva del 1 al 5. A los inmuebles con valuaciones comprendidas entre un millón y dos
millones de pesos aplícase un adicional del 3.
La provincia demandada cobró a los actores el impuesto inmobiliario de 1943 y 1944 aplicando el
adicional del 3 sobre la valuación total de $ 1.158.500 m/n., como si el inmueble perteneciera a un solo
dueño. Aquéllos tuvieron que pagar, pues, la suma de pesos 3.475,50 m/n. por cada uno de dichos años.
Lo hicieron bajo protesta por medio de telegramas colacionados de los que acompañan copia, con los
cuales se formaron los expedientes administrativos de la Dirección General de Rentas, e impugnaron el
art. 1º de la ley 4204 "como violatorio del principio de la igualdad (art. 16 de la Const. Nacional) en
cuanto grava de modo igual situaciones diferentes, equiparando un bien en condominio a un bien de
propiedad exclusiva de una persona" y dejaron a salvo el derecho para entablar la acción de repetición
correspondiente.
El impuesto debe fundarse en los principios fundamentales de la "generalidad", conforme al cual ningún
individuo que pertenezca al consorcio político y goce de los beneficios que proporciona debe ser eximido
de las cargas, y de la "uniformidad", que exige que cada individuo contribuya en proporción gradual de su
condición económica. Esos principios se concretan en la norma general del art. 16 de la Const. Nacional
que establece la igualdad como base de los impuestos y las cargas públicas. En cuanto a las
contribuciones directas, los arts. 4º y 67, inc. 2º, de la Const. Nacional complementan la norma
mencionada exigiendo el requisito de la "proporcionalidad", que se refiere a la esencia del gravamen y no
a la población del país.
El art. 1º, inc. 5º, de la ley 4204, es violatorio de los principios enunciados puesto que se ha cobrado el
impuesto sin tener en cuenta que la capacidad contributiva de cada condómino no puede medirse por el
valor total del condominio del cual participa, sino únicamente por la porción que en él le corresponde.
La tesis expuesta ha sido admitida por los poderes Legislativo y Ejecutivo de la Provincia al establecer en
el art. 9º de la ley 4834, de impuesto al latifundio que "cuando el inmueble pertenezca a varios
propietarios, y uno, dos o más condóminos residan en el extranjero, el impuesto adicional a que se
refiere el art. 3º (ausentismo), deberá pagarse por cada uno de los condóminos ausentes dividiéndose el
valor imponible en la proporción correspondiente y aplicándose sobre la parte que resulte, la escala que
fija el art. 1º". Y si bien la ley no contempla expresamente el caso de los condóminos residentes en el
país, el P. E. considerando que "al referirse en sus artículos 1, 2 y 7 a inmuebles de propiedad de una
misma persona o de un mismo contribuyente, deja librada a la interpretación del P. E. aquellos casos en
que establecida la proporción correspondiente entre la superficie de dichos inmuebles y el número de
titulares del dominio, no aparece excedido el límite fijado a los efectos del gravamen, en uso de sus
facultades constitucionales de reglamentación decretó que para determinar el impuesto en el caso de los
inmuebles de sociedades cuyos componentes tengan un parentesco consanguíneo o afín en primer grado
o sobre aquellos que pertenezcan en condominio a personas que tengan el mismo parentesco, deberán
observarse las siguientes reglas: a) se dividirá la superficie de la propiedad o conjunto de propiedades
por el número de socios o condóminos, procediéndose a liquidar el impuesto que corresponda cuando
resulten parciales de 10.000 hectáreas o más; c) el límite de superficie gravado se considerará para cada
socio o condómino, como una propiedad independiente, asignándosele la valuación global resultante del
valor promedial de las hectáreas empadronadas en el catastro financiero, determinándose la tasa del
art. 1º en relación a la superficie que se obtenga en cada caso".
El Fiscal de Estado también ha sostenido que la liquidación del impuesto debe hacerse por persona, con
relación a cada socio o condómino, dividiendo a ese efecto la superficie por el número de socios o
condóminos y aplicando a cada uno la proporción que le corresponda, para evitar que en igualdad de
condiciones dos personas paguen impuestos diferentes.
En conclusión, el gravamen establecido por la ley 4204 en la forma como ha sido aplicado a los actores
es violatorio del principio constitucional de la igualdad; por lo que procede la repetición con intereses y
costas. Conforme a la jurisprudencia de la Corte Suprema, la inconstitucionalidad del impuesto trae
aparejado el derecho a la repetición de todo lo pagado en concepto del mismo.
-
-Roberto A. Solá, en representación de la Prov. de Bs. Aires, solicita el rechazo de la demanda, con
costas. Niega todos y cada uno de los hechos invocados en la demanda y desconoce la autenticidad de las
copias de los telegramas de protesta. Niega que exista la violación del principio de la igualdad invocada
por los actores. No se trata de un impuesto "personal" sino "real", suplementario o accesorio de la
contribución territorial, que es un gravamen directo a la cosa, a la propiedad inmueble. El fundamento
del impuesto es el inmueble; de manera que es indiferente que exista o no condominio.
En cuanto al principio de la igualdad, éste no resulta violado desde que el gravamen no responde a
distingos arbitrarios y se aplica del mismo modo a todos los contribuyentes que se hallen en la misma
condición. Por ello, el representante de la provincia, solicita el rechazo de la demanda, con costas a los
actores.

Considerando:
-Que reconocida la existencia y autenticidad de las protestas sólo ha de considerarse lo que en el mismo
se alega sobre su extemporaneidad. Pero la objeción se debe desechar porque la protesta efectuada el 2
de enero con respecto a un pago hecho el 29 de diciembre de 1943, -la que se hizo el 1º de junio de 1944
referente al pago del día anterior es indiscutiblemente oportuna-, cumple satisfactoriamente con los
fines a que estaba destinada, -poner con oportunidad en conocimiento de las autoridades la
disconformidad de los contribuyentes para que con respecto a ese ingreso se tomen las providencias
necesarias-, si se tiene en cuenta la época del año en que se la realizó y el breve tiempo hábil
transcurrido desde el pago.
-Que la contribución territorial se mide por el valor de la propiedad inmobiliaria en razón de la cual se lo
establece, pero el objeto del gravamen no es el inmueble considerado en sí mismo sino la capacidad
tributaria que comporta el ser alguien -persona de existencia visible o persona jurídica- propietario de
él, esto es titular de la riqueza que dicho inmueble constituye. De la igualdad, que es la base del
impuesto (art. 16 de la Constitución) no se puede juzgar adecuadamente si ante todo no se considera la
condición de las personas que lo soportan en orden al carácter y magnitud de la riqueza tenida en vista
por el gravamen. La relación del impuesto territorial con el inmueble que constituye su materia debe
subordinarse, en consecuencia, a los principios que rigen su relación con el contribuyente.
-Que uno de esos principios es el de que a igual capacidad tributaria, con respecto a la misma especie de
riqueza el impuesto debe ser, en las mismas circunstancias, igual para todos los contribuyentes.
-Que en el art. 2673 del Cód. Civ. se define el condominio como "el derecho real de propiedad que
pertenece a varias personas por una parte indivisa, sobre una cosa mueble o inmueble". La relación de
los condóminos entre sí y con la cosa tenida en condominio es fundamentalmente distinta de la que
existe entre los socios y entre éstos y los bienes sociales. Esta diferencia entre la relación de los socios
con los bienes pertenecientes a la sociedad por ellos constituída y la que tienen los condóminos con las
cosas poseídas en condominio, es puesta de relieve por la ley de un modo singular en el régimen de la
administración de la cosa común, -para los casos en que su uso, goce o posesión en común es imposible-,
cuando dispone que al condómino que ejerciere la administración se le aplicarán "las disposiciones sobre
el mandato y no las disposiciones sobre el socio administrador" (art. 2701 del Cód. Civ.). El inmueble
perteneciente a una sociedad tiene, pues, un solo dueño, que es la sociedad, sea cual fuere el número
de los socios; mientras que el inmueble en condominio tiene tantos dueños como condóminos, es decir,
que está integrado por tantas partes como porciones ideales de cada uno de estos últimos, dado que
"cada condómino goza, respecto de su parte indivisa, de los derechos inherentes a la propiedad,
compatibles con la naturaleza de ella", y hasta "puede ejercerlos sin el consentimiento de los demás
propietarios" (Cód. Civ., art. 2676).
-Que por ello, gravar al condómino de un inmueble con un porciento correspondiente a su valor total
importa regular dicho impuesto en consideración a la integridad material del bien, con prescindencia de
la realidad jurídica del dominio que a ese bien se refiere. Con lo cual se da la incongruencia de que,
para expresarlo en números sencillos, quien sólo es dueño de 100 soporte un impuesto calculado con el
porciento de una riqueza de 1.000. Esa magnitud del impuesto carece, en su caso, de razón de ser. La
ley provincial en cuestión agrava la condición de ciertos contribuyentes sólo en razón de que son dueños
de la propiedad inmueble que constituye la materia del gravamen de uno de los modos como según la ley
civil se lo puede ser. Con lo cual, al colocar a estos condóminos en condiciones de inferioridad -en
cuanto contribuyentes- por ser condóminos, la provincia toma indirecta injerencia en una materia cuya
legislación es privativa del Congreso Nacional.
-Que tiene razón de ser el establecimiento de distintas categorías de bienes, según su valor y su
extensión, con distinta magnitud de gravamen, puesto que la distinción corresponde a diversas
capacidades contributivas. Pero otra es la cuestión cuando dichas categorías se establecen atendiendo
sólo a la unidad material del inmueble con prescindencia de que, por tratarse de un condominio, al valor
del bien así considerado no corresponde la capacidad tributaria de cada uno de los dueños.
-Que si bien es jurisprudencia de esta Corte Suprema que la devolución de lo pagado es un efecto
necesario de la declaración de inconstitucionalidad del respectivo gravamen, en el presente caso median
las circunstancias de que la parte actora ha manifestado en la demanda expresa conformidad con la
restitución de la diferencia entre lo pagado y lo que se le pudo cobrar válidamente y de que la
liquidación que al objeto formula a fs. 14 por la suma de $ 5.958 m/n. no ha sido impugnada por la parte
contraria y es, además, exacta. Es patente que en esas condiciones sólo procede hacer lugar a la
demanda por dicha cantidad.
Por tanto se declara que el adicional establecido por la ley de contribución territorial de la Provincia
de Buenos Aires nº 4204 es violatorio de los arts. 4 y 16 de la Const. Nacional en cuanto se cobra a
los condóminos atendiendo al valor total del inmueble con prescindencia del valor de la parte ideal
perteneciente a cada uno de ellos. Y se dispone que la Provincia de Buenos Aires debe devolver a los
actores, en el plazo de noventa días, la cantidad de pesos cinco mil novecientos cincuenta y ocho
moneda nacional, con intereses al tipo de los que cobra el Banco de la Nación Argentina a partir de la
fecha de la notificación de la demanda. Sin costas.
Disidencia del Sr. Ministro Decano Dr. D. Antonio SagarnA

12) Navarro Viola de Herrera Vegas, María c. Estado Nacional (19/12/1989)

Sumarios

1 - El derecho de propiedad no se limita a una garantía formal, sino que tiende a impedir que se prive de
contenido real a aquel derecho, por ello, para que la tacha de confiscatoriedad pueda prosperar, es
necesaria la demostración de que el gravamen cuestionado excede la capacidad económica o financiera
del contribuyente, circunstancia que sólo puede encontrarse en la manifestación de riqueza o capacidad
contributiva.
2 - La ley 22.604 tuvo el indudable objetivo de alcanzar con el tributo que se creó a los activos
financieros existentes al 31 de diciembre de 1981, sin que surja ni de su texto ni de la exposición de
motivos que lo acompañó que, como condición de su aplicación, fuera necesario que tales bienes
permanecieran en el patrimonio del contribuyente al sancionarse la ley. Al ser ello así y no resultar
posible, sin forzar la letra ni el espíritu de la ley, efectuar una interpretación de ella que la haga
compatible con la garantía del art. 17 de la Constitución Nacional corresponde declarar su invalidez.
3 - Resulta afectado el derecho de propiedad cuando la ley toma como hecho imponible una
exteriorización de riqueza agotada antes de su sanción, sin que se invoque siquiera la presunción de que
los efectos económicos de aquella manifestación permanecen a la fecha en la esfera patrimonial del
obligado.
4 - Las mutaciones patrimoniales no son por sí motivo suficiente para excluir los tributos que han
correspondido a los titulares de los patrimonios en las ocasiones que la ley señale. Por ello, no resulta
inconstitucional la ley 22.604.

TEXTO COMPLETO:

Considerando:
-Que la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contenciosoadministrativo Federal revocó
parcialmente el pronunciamiento de la instancia anterior y admitió la demanda de repetición deducida
por la actora de las sumas pagadas en concepto del tributo establecido por la ley 22.604. Contra dicho
fallo el representante del Fisco nacional interpuso recurso extraordinario, que fue concedido.
-Que el apelante sostiene que la Cámara ha efectuado una errónea interpretación de la ley 22.604, ya
que su texto -contrariamente a lo decidido por el tribunal a quo- no excluye del ámbito del gravamen a
aquellos bienes que no integraban el patrimonio del contribuyente en el momento de sancionase la ley.
Señala que aceptar el criterio de la sentencia apelada podría frustrar los propósitos de la norma, al
posibilitar que los eventuales contribuyentes detrajeran de su patrimonio los activos a gravar en razón
de haber tomado conocimiento previo de esa forma de imposición.
Considera que, admitida por la Cámara la retroactividad de la ley mencionada y declarada por esta Corte
la constitucionalidad de las leyes retroactivas en materia tributaria cuando no se afecten derechos
adquiridos, aquel tribunal debió aplicarla pues, precisamente, el propósito de la ley era alcanzar activos
financieros anteriores a su sanción.
-Que el representante de la actora contesta el recurso extraordinario. Afirma que el alcance que la
demandada pretende otorgar a la ley 22.604 resulta contrario a los principios constitucionales de
equidad y proporcionalidad en materia impositiva (arts. 4º y 67, inc. 2º) Constitución Nacional) y es,
además, violatorio de las garantías de propiedad y razonabilidad (arts.14, 17 y 28).
-Que la ley 22.604 estableció un impuesto de emergencia que debía aplicarse en todo el territorio de la
Nación, por única vez, sobre los activos financieros existentes al 31/12/81 (art. 1º).
De acuerdo con los hechos que el a quo dio por probados, la actora poseía al 31/12/81 acciones de
Sucesores S.A. y de Cautela S.A., parte de las cuales donó a la Fundación Navarro Viola el 5/4/82.
Sancionada la ley 22.604, la actora pagó el tributo correspondiente, incluyendo en tal ingreso el importe
que correspondía a las acciones donadas, a pesar de considerar improcedente el gravamen en este
aspecto, e interpuso luego el pertinente reclamo de repetición.
-Que corresponde precisar que la cuestión que debe resolverse, se limita a determinar la conformidad
del gravamen creado por la ley 22.604 con los preceptos constitucionales invocados, en supuestos en los
que, como el presente, los bienes cuya titularidad configura el hecho imponible no integran el
patrimonio del sujeto pasivo al momento de entrar en vigor la citada norma legal.
-Que para que la tacha de confiscatoriedad pueda prosperar, es necesaria la demostración de que el
gravamen cuestionado excede la capacidad económica o financiera del contribuyente.
-Que la premisa de tal conclusión está constituida por la existencia de una manifestación de riqueza o
capacidad contributiva como indispensable requisito de validez de todo gravamen, la cual se verifica aun
en los casos en que no se exige de aquella que guarde una estricta proporción con la cuantía de la
materia imponible.
La afectación del derecho de propiedad resulta palmaria cuando la ley toma como hecho imponible una
exteriorización de riqueza agotada antes de su sanción, sin que se invoque, siquiera, la presunción de
que los efectos económicos de aquella manifestación permanecen, a tal fecha, en la esfera patrimonial
del sujeto obligado .
-Que la ley 22.604 tuvo el indudable objetivo de alcanzar con el tributo que creó a los activos financieros
existentes al 31 de diciembre de 1981, sin que surja ni de su texto ni de la exposición de motivos que lo
acompañó que, como condición de su aplicación, fuera necesario que tales bienes permanecieran en el
patrimonio del contribuyente al sancionarse la ley. Al ser ello así y no resultar posible, sin forzar la letra
ni el espíritu de la ley, efectuar una interpretación de ella que la haga compatible con la garantía del
art. 17 de la Constitución Nacional, con el alcance que resulta de los considerandos que anteceden,
corresponde declarar su invalidez.

Por ello, se confirma la sentencia de fs. 194/198 vta. en cuanto fue materia del recurso
extraordinario.
Disidencia del doctor Fayt

13) López López, Luis y otro c. Provincia de Santiago del Estero (15/10/1991)

Hechos
Propietarios de una fracción de campo ubicada en la Provincia de Santiago del Estero iniciaron juicio en
instancia originaria contra dicho Estado local, para que se los exima de las obligaciones de realizar
inversiones y del pago de los recargos previstos en la ley 5442 y su decreto reglamentario, a los que
consideran violatorios del Código Civil en cuanto regula el derecho de propiedad y de los arts. 14, 17 y
67 inc. 11 de la Constitución. La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó la demanda.

Sumarios
-Si bien todo impuesto tiene que responder a una capacidad contributiva, la determinación de las
diversas categorías de contribuyentes puede hacerse por motivos distintos de la sola medida de su
capacidad económica.
-La garantía del derecho de propiedad no importa obstáculos para la aplicación de gravámenes que
pueden conducir, sin mengua de su validez constitucional, a la aplicación de alícuotas más elevadas en
orden a gravar bienes inexplotados o que lo son de manera que no concuerden con los fines de desarrollo
y promoción económicos, reconocidos expresamente en la Constitución como atributos de los poderes
federales y provinciales.
-La garantía de la igualdad de las cargas públicas no impide que la legislación considere de manera
diferente situaciones que estime diversas de modo tal que, de no mediar discriminaciones arbitrarias, se
creen categorías de contribuyentes sujetos a tasas diferentes.
-El valor económico de los bienes que constituyen el objeto material del impuesto no determina por sí
solo, y a veces no determina de ningún modo las distintas categorías de contribuyentes ni las que el
régimen impositivo hace de los bienes gravados y de la situación de los contribuyentes a su respecto. En
estas determinaciones pueden intervenir factores que no son económicos o que lo son sólo
indirectamente.
-Para que la confiscatoriedad en materia impositiva exista, debe producirse una absorción por parte del
Estado de una porción sustancial de la renta o el capital, y a los efectos de su apreciación cuantitativa
debe estarse al valor real del inmueble y no a su valuación fiscal y considerar la productividad posible
del bien.
-Si bien la inconstitucionalidad de los impuestos por su monto procedería cuando aniquilasen la
propiedad o su renta en su sustancia, el control de constitucionalidad en el punto, aunque debe
preservar el derecho de propiedad en el sentido lato que le ha adjudicado la Corte, encuentra
fundamento en la relación en que tal derecho se halla con la medida de la obligación de contribuir a las
necesidades comunes que pueden imponerse a sus titulares por el hecho de serlo.
-Escapa a la competencia de los jueces pronunciarse sobre la conveniencia o equidad de los impuestos o
contribuciones creados por el Congreso Nacional o las legislaturas provinciales. Es que las facultades de
esos órganos son amplias y discrecionales de modo que el criterio de oportunidad o acierto con que las
ejerzan es irrevisable por cualquier otro poder. De tal manera, tienen la atribución de elegir los objetos
imponibles, determinar las finalidades de percepción y disponer los modos de valuación de los bienes o
cosas sometidos a gravamen siempre que no se infrinjan preceptos constitucionales.
-La ley 5442 de la Provincia de Santiago del Estero reúne la condición de norma tributaria toda vez que
cumple con los requisitos necesarios en punto a su legalidad, fines, generalidad y no confiscatoriedad. En
efecto, emana del poder impositivo que, como atributo propio de la soberanía, conservan las provincias
en virtud de preceptos constitucionales, persigue propósitos que resultan compatibles con los objetivos
de fomento o desarrollo de la vida económica que una ya arraigada doctrina del Tribunal ha asignado a
las cargas fiscales, y fija exigencias iguales a los contribuyentes que se encuentran en situaciones
análogas.

TEXTO COMPLETO:

Los señores Luis López López y Bernardo Flores inician juicio contra la Provincia de Santiago del Estero
para que se los exima de las obligaciones de realizar inversiones y del pago de los recargos previstos en
la ley 5442 y su decreto reglamentario, a los que considera violatorios del Código Civil en cuanto regula
el derecho de propiedad y de los arts. 14, 17 y 67 inc. 11 de la Constitución.
Dicen que son propietarios de una fracción de campo ubicada en esa provincia y que en esa condición son
alcanzados por las disposiciones legales citadas que establecen la obligación de invertir en ella una suma
igual al 60% del avalúo fiscal, presentar declaraciones juradas y justificar un gasto del 10% de ese avalúo
en cada semestre durante los años 1985, 1986 y 1987.
Atribuyen a esas normas graves errores de derecho y una defectuosa técnica legislativa puesto que
imponen la obligación de invertir, mandato novedoso que lesiona el derecho de propiedad al que
reglamenta en violación de lo dispuesto por el art. 67 inc. 11 de la Constitución. Esa obligación de hacer,
impuesta compulsivamente, puede causar la pérdida del dominio sin tomar en cuenta la aptitud
productiva de las tierras.
Por otro lado, la consecuencia de la no inversión --a la que califica de sanción-- es un recargo del
impuesto inmobiliario básico que puede llegar a 30 veces ese gravamen, por lo que asume carácter
confiscatorio al punto que su aplicación sobre la base de las alícuotas pertinentes lo haría ascender al
45% del avalúo fiscal.
Sostiene, asimismo, que la ley 5442 no tiene en cuenta la posibilidad económica de los propietarios ni la
naturaleza de las tierras ubicadas a 500 km de la ciudad de Santiago del Estero y a aproximadamente 700
km de la Capital Federal en una zona de caminos intransitables, lo que hace imposibles las inversiones
para convertirlas en un instrumento de producción. Reiteran que al obligárseles a efectuar un aporte
extra, es decir, de dinero no producido por la misma tierra, se deja de lado el principio por el cual el
derecho de propiedad subsiste independientemente del ejercicio o no que se haga de él.
Contesta la Provincia de Santiago del Estero realizando una negativa general de los hechos invocados.
En primer lugar, se refiere a la naturaleza jurídica del régimen normativo impugnado para sostener su
condición tributaria y negar que reglamente el derecho de propiedad. Recuerda la doble condición de los
recursos tributarios, hoy unánimemente reconocida en el sentido de que no sólo tienen la finalidad de
aportar fondos al tesoro público sino que se consideran medios aptos para cumplir fines de política
económica o social que es, precisamente, el objetivo de la ley 5442 cuando grava con un impuesto
diferencial, que denomina recargo del impuesto inmobiliario, a las tierras carentes de mejoras. Destaca
que la obligación de efectuar inversiones no es una obligación de hacer puesto que por sí misma carece
de exigibilidad, y que la ley mencionada es válida desde el punto de vista constitucional pues cumple con
los principios de legalidad, finalidad, generalidad, uniformidad y no confiscatoriedad.
Como argumentos centrales de su reclamo, la parte actora sostiene que la obligación de invertir el 60%
de la valuación del inmueble del que es propietaria en un lapso de 3 años no tiene naturaleza de
legislación impositiva toda vez que no toma en consideración ni la capacidad contributiva de los sujetos
ni la creación de riquezas como forma de cuantificar aquella capacidad.
Que, en primer lugar, corresponde dilucidar la naturaleza jurídica de la ley 5442, atacada por la actora,
quien le niega la condición de norma tributaria. En ese sentido, parece claro que participa de esa
condición toda vez que cumple con los requisitos necesarios en punto a su legalidad, fines, generalidad y
no confiscatoriedad. En efecto, emana del poder impositivo que, como atributo propio de su soberanía,
conservan las provincias en virtud de preceptos constitucionales, persigue propósitos que resultan
compatibles con los objetivos de fomento o desarrollo de la vida económica que una ya arraigada
doctrina del Tribunal ha asignado a las cargas fiscales, y fija exigencias iguales a los contribuyentes que
se encuentran en situaciones análogas. En este último aspecto, se ha sostenido que la garantía de la
igualdad de las cargas públicas no impide que la legislación considere de manera diferente situaciones
que estime diversas de modo tal que, de no mediar discriminaciones arbitrarias, se creen categorías de
contribuyentes sujetos a tasas diferentes. En el caso, esa diferenciación depende de la condición de
explotación de las propiedades rurales en las que no existan mejoras, donde la falta de inversiones se
constituye en el hecho imponible. Tampoco se advierte, como se verá más adelante, un exceso que
torne confiscatorio los alcances de la norma.
Si bien todo impuesto tiene que responder a una capacidad contributiva la determinación de las diversas
categorías de contribuyentes puede hacerse por motivos distintos de la sola medida de su capacidad
económica.Por las características de los bienes, por el modo de poseerlos o explotarlos, por la mayor o
menor vinculación del dueño con el país en que la riqueza gravada tiene su asiento o su fuente, por la
clase de actividad que con ella se realiza, etc., ese deber puede ser mayor habiendo de por medio
valores económicos iguales a los de otros contribuyentes a quienes se cobra menos y viceversa; y este
principio es el que esta Corte ha utilizado para fundamentar su reconocimiento de sobretasas o recargos
al ausentismo o al latifundio .
Que, destacada la naturaleza impositiva de la ley impugnada como que ha sido dictada en ejercicio de
poderes reservados por los Estados provinciales, resulta necesario estudiar si sus alcances implican lesión
al derecho de propiedad, señalando antes que esta Corte tiene dicho que escapa a la competencia de los
jueces pronunciarse sobre la conveniencia o equidad de los impuestos o contribuciones creados por el
Congreso Nacional o las legislaturas provinciales. Es que, en ese aspecto, salvo el valladar infranqueable
que suponen las limitaciones constitucionales, las facultades de esos órganos son amplias y
discrecionales de modo que el criterio de oportunidad o acierto con que las ejerzan es irrevisable por
cualquier otro poder. De tal manera, tienen la atribución de elegir los objetos imponibles, determinar
las finalidades de percepción y disponer los modos de valuación de los bienes o cosas sometidos a
gravamen siempre que, conviene reiterarlo, no se infrinjan preceptos constitucionales.
Que la garantía de ese derecho no importa obstáculo para la aplicación de gravámenes que pueden
conducir, sin mengua de su validez constitucional, a la aplicación de alícuotas más elevadas en orden a
gravar bienes inexplotados o que lo son de manera que no concuerden con los fines de desarrollo y
promoción económicos que, reconocidos expresamente en la Constitución como atributos de los poderes
federales y provinciales (arts. 67, incs. 16 y 107), han sido recordados en numerosos fallos de esta Corte.
Que una consideración especial merece la imputación de confiscatoriedad que la parte actora funda, en
sustancia, en que el recargo máximo de 30 veces el impuesto inmobiliario importa, considerada la
alícuota del 1,5% que tiene el impuesto inmobiliario básico, el 45% del avalúo fiscal. En esos términos, el
planteo aparece insuficiente si se advierten las exigencias con que el Tribunal ha rodeado la
configuración de ese agravio constitucional.
En efecto, ha señalado de manera invariable que para que la confiscatoriedad exista, debe producirse
una absorción por parte del Estado de una porción sustancial de la renta o el capital y que a los efectos
de su apreciación cuantitativa debe estarse al valor real del inmueble y no a su valoración fiscal y
considerar la productividad posible del bieN. Se ha requerido, asimismo, una prueba concluyente a cargo
del actor. La actora solo relacionó la gravitación del impuesto impugnado con la valuación fiscal, lo que
no satisface las predichas exigencias.
Que, por otro lado, cabe señalar que, si bien la inconstitucionalidad de los impuestos por su monto
procedería cuando aniquilasen la propiedad o su renta en su sustancia, el control de constitucionalidad
en el punto, aunque debe preservar el derecho de propiedad en el sentido lato que le ha adjudicado esta
Corte, encuentra fundamento en la relación en que tal derecho --cuya función social se ha de tener
presente-- se halla con la medida de la obligación de contribuir a las necesidades comunes que pueden
imponerse a sus titulares por el hecho de serlo. El límite admisible de la carga fiscal no es absoluto sino
variable en el tiempo y en las circunstancias.
Que la demandante ha sostenido también que la obligación impositiva es a su respecto de cumplimiento
imposible por la escasa o nula productividad de sus tierras. Para descalificar su capacidad productiva
arguyó la distancia que las separaba de la ciudad de Santiago del Estero y de la Capital, argumento éste
que evidencia una obvia sinrazón si se advierte que ese solo fundamento serviría para negar
potencialidad económica a vastas zonas del país. Alegó también la pobreza de la red vial y ofreció
prueba tendiente a demostrar, entre otras cosas, el nivel de producción posible y que el inmueble no
justifica --por sus características-- inversiones como las requeridas por la ley. El informe pericial no
resulta favorable a su pretensión por calificar las tierras como tierra ganadera apta para la producción
de pasturas naturales o implantadas. La actora no ha impugnado el informe, por lo que priva de razón a
las afirmaciones acerca de la falta de aptitud productiva de los campos.
La actora no ha demostrado una colisión normativa descalificadora de la ley local impugnada (art. 31,
Constitución Nacional), ni tampoco ha justificado los extremos de hecho necesarios para acreditar el
agravio en que funda su demanda.

Por ello se decide: Rechazar la demanda.

14) Rosa Melo de Cane s. inconstitucionalidad del Impuesto a las Sucesiones en


la Provincia de Buenos Aires (16/12/1911)

Sumarios

1. La igualdad de los impuestos requerida por el art. 16 de la Constitución Nacional, no se opone a la


clasificación en tres categorías de contribuyentes establecida por la ley del 26 de septiembre 1875 de
Educación común de la provincia de Buenos Aires, porque aún cuando se admita que los establecimientos
religiosos son "extraños" y pudieran estar comprendidos como tales entre los grabados con el 10 % y no
con el 50 %, como lo están, sobre el importe de los legados a su favor, el legislador no está inhabilitado
para distinguir entre ellos y las personas particulares, ya por motivos fundados en el carácter ordinario
de indefinida duración de los primeros, circunstancia que aleja la posibilidad de que los mismos bienes o
la facultad de adquirirlos sean objeto de nuevos impuestos con motivos de ulteriores transferencias a
título hereditario o de institución de legados, ya para evitar que se acumulen en dichos establecimientos
riquezas excesivas e innecesarias a los fines de su sostenimiento; ya por otras razones libradas a la
discreción legislativa y que los tribunales deben respetar, a menos de ser arbitrarios e inspirados en un
espíritu manifiesto de hostilidad contra determinadas personas o clases.-
2.El impuesto del 50 % sobre el importe del legado dejado a favor de un establecimiento religioso,
impugnado por el mismo, es una verdadera exacción o confiscación que restringe en condiciones
excesivas los derechos de propiedad y de testar, que la Constitución consagra en sus artículos 17 y 20 en
favor de sus ciudadanos y extranjeros, toda vez que el alcanza una parte sustancial de la propiedad o a
la renta de varios años de capital gravado.-
TEXTO COMPLETO:

Vistos los recursos entablados por el representante del albacea y por el fiscal eclesiástico del obispado
de La Plata, contra sentencia dictada por la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires,
en los autos testamentarios de doña Rosa Melo de Cané, de los cuales resulta: Que habiendo la
expresada señora Melo de Cané instituido legado a favor de las iglesias del Pilar y San Antonio de Areco,
la Dirección General de Educación de la provincia mencionada, solicitó el pago del 50 por ciento sobre el
importe de dichos legados, con arreglo al art. 62, inc. 3º de la ley provincial de educación común de 26
de septiembre de 1875; que los mencionados albacea y fiscal eclesiástico, se opusieron al pago del
impuesto, sosteniendo que la ley citada no era aplicable al caso, y que si se le interpretaba de otra
manera, sería inconstitucional, porque los legados son en realidad a la iglesia católica argentina, que no
puede ser gravada, dada su condición jurídica y las limitaciones del poder de las provincias para crear y
establecer impuestos; que además el que se trata es una confiscación violatoria de los arts. 14, 28, 31,
67, y 68 de la Constitución Nacional, en cuanto se opone a las disposiciones del Código Civil sobre
sucesión testamentaria; que la sentencia de 1ª instancia, resolvió que el impuesto estaba comprendido
en la ley, pero que era inconstitucional por no ser igual y uniforme y por importar una confiscación
disimulada, invocando el efecto de los arts. 99, Constitución Provincial; 14, 28 y 67 de la Constitución
Nacional; que recurrida dicha sentencia la Cámara 1ª de Apelaciones, la confirmó, estableciendo que la
ley citada no comprendía el impuesto, y que éste era contrario a los arts. 17, 20, 4, 67, inc. 2º, 28 y 31
de la Constitución Nacional; que deducidos los recursos de inaplicabilidad e inconstitucionalidad contra
el último fallo, la Suprema Corte de la Provincia, estimó improcedente el segundo, admitió el primero e
hizo la declaración que la iglesia parroquial constituye un establecimiento religioso para los fines del art.
62, inc. 3º de la ley de educación común y

Considerando:
- Que si bien es cierto que la suprema corte de la provincia no ha hecho pronunciamiento categórico, en
el sentido de que la ley provincial referida, sea compatible con la Constitución Nacional, también lo es
que en el juicio se adujeron oportunamente razones fundadas en la última, para sostener la
inaplicabilidad de la primera y que los autos de fs. 137 y 139 de la misma corte, expresan que el
presente recurso encuadra en el inciso 2º, art. 14 de la ley nacional de 14 de septiembre de 1863 lo que
vale decir, que interpretan la decisión recurrida de fs. 124, juzgándola favorable a la ley provincial, cuya
validez se cuestionó bajo la pretensión de ser repugnante a la Constitución Nacional.
- Que en cuanto al fondo, esta corte, en varios fallos anteriores ha admitido ya la constitucionalidad en
general de los impuestos provinciales a las herencias.
- Que la igualdad de los impuestos requerida por el art. 16 de la ley fundamental, no se opone a la
clasificación en y tres categorías de contribuyentes del inciso 3º, art. 62 de la ley preindicada de 1875,
porque aun cuando se admitiera que los establecimientos religiosos son extraños y pudieran estar
comprendidos como tales entre los gravados con el 10 % por ese inciso, el legislador no estaba
inhabilitado para distinguir entre ellos y las personas particulares, ya por motivos fundados en el
carácter ordinario de indefinida duración de los primeros, circunstancia que aleja la posibilidad de que
los mismos bienes o la facultad de adquirirlos sean objeto de nuevos impuestos con motivo de ulteriores
y más o menos frecuentes transferencias a título hereditario o de institución de legados (art. 6 ley 4855),
ya para evitar que se acumulen en dichos establecimientos riquezas excesivas e innecesarias a los fines
de su sostenimiento; ya por otras razones libradas a la discreción legislativa y que los tribunales deben
respetar, a menos de ser arbitrarios e inspirados en un espíritu manifiesto de hostilidad contra
determinadas personas o clases.
- Que el art. 2 de la Constitución Nacional, al declarar que el gobierno federal sostiene el culto católico,
apostólico y romano, no impide que la iglesia pueda ser sometida al pago de las contribuciones comunes
sobre los bienes que posea o reciba como persona jurídica, al igual de otras personas de la misma clase,
y no con ocasión o motivos de actos de culto, según desde luego lo demuestra la ley nacional 4855, que
establece un impuesto con iguales fines si bien menor al de la ley provincial impugnada.
- Que es insostenible así mismo, que cualquier impuesto por moderado que fuere, a instituciones
nacionales o federales, aún de carácter administrativo o creados por las leyes del congreso y sometidos
en todo al imperio de ellas, importe un entorpecimiento a la marcha de esas instituciones y se
encuentre, por tal motivo, fuera de los poderes impositivos de las provincias.
- Que sin embargo, y según se ha dicho en las sentencias de 1ª y 2ª instancia; el impuesto del 50 %
impugnado en el caso sub judice, es una verdadera exacción o confiscación que ha venido a restringir en
condiciones excesivas los derechos de propiedad, y de testar, que la constitución consagra sus arts. 17 y
20 a favor de ciudadanos y extranjeros, toda vez que el alcanza a una parte substancial de la propiedad
o a la renta de varios años de capital gravado.
- Que el poder de crear impuestos está sujeto a ciertos principios que se encuentran en su base misma, y
entre otros al de que ellos se distribuyan con justicia; habiéndose observado con fundamento que las
imposiciones que prescindan de aquellos, no serían impuestos sino despojo.
- Que no se encuentra el gravamen a las herencias en la propias condiciones que el interno establecido
para los alcoholes, etc., y los de aduana, aún cuando estos excedan del valor de los artículos o
mercaderías respectivas, pues recaen sobre el consumo y no impiden la industria o el comercio.
- Que no podría de otra parte, admitirse la validez del impuesto de 50 % en el concepto de que él
responda, más que a la idea de crear renta, a la de prohibir indirectamente las liberalidades en
beneficio de la iglesia, pues en tal supuesto, como ejercicio de una de las facultades del poder de policía
de las provincias no sería compatible con el recordado art. 2º de la Constitución Nacional.

Por éstos fundamentos se declara que la ley de la provincia de Buenos Aires de 26 de setiembre de
1875, en cuanto establece el impuesto de cincuenta por ciento sobre los legados a que se refiere el
presente juicio, es contrario a la Constitución Nacional, y que en su consecuencia no procede el
cobro de dicho impuesto.

15) Cobo de Macchi Di Cellere, Dolores c. Provincia de Córdoba (21/07/1941)

Hechos
El actor impugna el cobro de la contribución territorial establecida por la ley 3787 de la provincia de
Córdoba, que en su art. 12 establece una tasa progresiva. Alega al respecto que bajo la apariencia de un
impuesto la demandada cubre una exacción arbitraria, y con una tasa confiscatoria, dada la proporción
de la renta que absorbe. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, por mayoría, resuelve declarar que
el impuesto cobrado es violatorio del artículo 17 de la Constitución Nacional por absorver más del 50% de
las utilidades que produce el inmueble rural gravado, no obstante su explotación racional y eficiente.

Sumarios
-La ley 3787 de la provincia de Córdoba al fijar categorías de bienes inmuebles -rurales y urbanas- y
establecer una tasa progresiva a los fines del impuesto territorial, no ha reglamentado la propiedad
sustituyéndose a la Constitución Nacional y al Código Civil, sin embargo puede devenir en
inconstitucional si en algunas de las categorías constituidas llega -como en el caso- a la confiscación de
la propiedad
- La tasa cobrada al actor en concepto de contribución territorial conforme la ley 3787 de la provincia de
Córdoba en cuanto absorbe más del 50% de las utilidades que produce el inmueble rural gravado, es
confiscatoria y violatoria del art. 17 de la Constitución Nacional
-No conculca la garantía de igualdad establecida en la Constitución Nacional la contribución territorial
(ley 3787 de la provincia de Córdoba), pues nada se opone al establecimiento de categorías distinguiendo
a los fines de su imposición entre propiedades rurales y urbanas, siempre que no sean arbitrarias, ni en
odio o favor de personas
-No puede obligarse al propietario de un inmueble rural a que por medio de la contribución territorial
establecida por la ley 3787 de la provincia de Córdoba, disminuya su patrimonio como medio de reducir
el impuesto, pues ello importa una inconstitucional reglamentación del derecho de propiedad en forma
distinta a la establecida en el Código Civil, que no limita la superficie ni el valor de la tierra que una
persona pueda poseer (del voto en disidencia parcial del doctor Nazar Anchorena)
-Vulnera el principio de igualdad previsto en la Constitución Nacional el impuesto inmobiliario de tasa
progresiva -ley 3787 de la provincia de Córdoba-, pues so color de que los grandes terratenientes
colaboren en la medida de su capacidad económica a la obra de la solidaridad y justicia social, recarga a
los propietarios de inmuebles rurales con un impuesto progresivo manifiestamente más alto que el
establecido para los propietarios de inmuebles urbanos (del voto en disidencia parcial del doctor Nazar
Anchorena)

Dictamen del Procurador General

La ley provincial de impuestos que es la de contribución territorial de Córdoba, (3787, para el año 1939),
establece en su art. 12 una tasa progresiva, a partir del 5 1/2%o del valor de la propiedad para
inmuebles rurales avaluados hasta en diez mil pesos, terminando en el 20%o para los que valgan tres
millones o excedan de tal suma; porcentaje que deberá calcularse adicionando en una sola cantidad
global de las valuaciones de todos los inmuebles rurales pertenecientes al propietario del bien gravado.
La parte actora, pagó el impuesto y ahora reclama de la Provincia su devolución, alegando que el art. 12
citado es violatorio de la Constitución Nacional, por dos razones:
a) Viola el principio de igualdad, por habérselo dictado a fin de perseguir la acumulación de grandes
fortunas en una sola mano.
b) Resulta confiscatorio, atenta el elevadísimo porcentaje de la renta que en el caso "sub judice"
absorbe la tasa progresiva.
Acerca del fondo del asunto, haré notar a V.E. que la constitucionalidad de los impuestos progresivos ha
sido reiteradamente declarada por esta Corte. Hácese innecesario repetir ahora lo dicho entonces, desde
que con arreglo a la ley 3787, todos los propietarios de inmuebles rurales cuyo valor total ascienda a
determinada suma, pagan igual impuesto, sin que se rompa la norma de igualdad. Admitido tal principio,
mal pudiera sostenerse que los impuestos provinciales se tornan inconstitucionales en cuanto cooperan a
limitar el latifundio, ya que siendo las provincias parte inseparable de la Nación, no sería posible que sus
leyes de impuestos dejen de tener en cuenta las necesidades nacionales. Cuando se clasifica a los
contribuyentes por zonas, o se grava con mayor patente a determinado tipo de comercio sería excesivo
concluir que el Estado provincial persigue a determinada clase, o profesión. Es imposible que el impuesto
grave por igual a todos los habitantes del país; y en cuanto se parte de ese hecho básico e inevitable de
la desigualdad, inevitable resulta también establecer categorías, que serán más o menos acertadas, pero
no constituyen por el hecho de su establecimiento una violación de garantías constitucionales.
Ahora, en cuanto al carácter de extorsivo que se atribuye al impuesto, trátase de una cuestión de hecho,
librada como tal al prudente criterio de V.E.

Fallo de la Corte Suprema

Doña Dolores Cobo de Macchi di Cellere posee en Córdoba dos establecimientos de campo situados en el
Departamento R. Sáenz Peña. En el deseo de satisfacer en tiempo la contribución territorial que
corresponde a los campos de la referencia por el año 1939, con fecha 22 de marzo del mismo se dirigió al
Director de Rentas de la provincia de Córdoba un telegrama solicitando la liquidación de lo adeudado, al
tenor del que se acompaña numerado con la letra B.
En vez de enviarse la liquidación de lo adeudado por impuestos del año 1939, único que estaba impago,
con la carta de 28 de marzo que acompaña señalada con la letra C, la Dirección de Rentas envio las
liquidaciones en las cuales se tiene en cuenta dos de las cuatro fracciones de campo mencionadas y se
hace el cálculo del impuesto y de la tasa adicional de ausentismo por los años de 1938 y 1939, dándose
como razón para hacerlo la curiosa afirmación de que no obran en los registros la constancia del pago del
impuesto por el año 1938, que fue, sin embargo, satisfecho en marzo 3, junio 30, octubre 25 de 1938 y
enero 10 de 1939. La inclusión indebida en las liquidaciones de las cuotas de impuesto por el año 1938,
que habían sido satisfechas, y la falta de liquidaciones correspondientes a dos de los campos
mencionados, determinó a la actora a enviar la carta del 30 de marzo, donde se puntualizó la fecha en
que se había efectuado el pago de las cuotas correspondientes a 1938. En respuesta a ello la Dirección
de Rentas contestó con la carta de 24 de abril que adjunta bajo la letra G., con la cual venían las
liquidaciones que agrega señaladas con las letras H., I., J. y K.
La Dirección de Rentas persiste en hacer figurar como impagas las cuotas correspondientes a 1938 y
liquida, además de la contribución de ese año y de 1939, un impuesto por ausentismo que calcula por los
años 1934 a 1939 y con una multa del quíntuplo por el año 1934.
Conviene dejar puntualizado, que la Dirección de Rentas liquida por separado, como dos cosas distintas,
la contribución y el impuesto al ausentismo que estaba establecido por dos leyes (Ausentismo, ley 3594;
Contribución, ley 3597; ambas del 12 de enero de 1934). Aunque por comodidad de la administración
ambos impuestos se liquiden y cobren generalmente al mismo tiempo. El decreto reglamentario de la ley
de impuesto al ausentismo admite que se separen, disponiendo (art. 14) que se acumularán "sin perjuicio
de que se gestione su cobro por separado y por la vía que corresponda". Hoy ambos impuestos están
establecidos por la misma ley, pero sigue habiendo dos impuestos que deben pagarse al mismo tiempo; y
si no son pagados simultáneamente, se dispone que el recibo de la contribución no acreditará el pago del
impuesto al ausentismo y que la Dirección de Rentas podrá ordenar la retención del recibo de
contribución hasta que se abone el impuesto al ausentismo.
De las liquidaciones acompañadas aparece como no debida la contribución y como debido, sin embargo,
el impuesto al ausentismo por los años 1934, 1935, 1936 y 1937. En cuanto al año 1938, en las
liquidaciones aparecen como debidos los dos impuestos, y en cuanto al año 1939 se liquida también los
dos impuestos, pero, como puede verse en cada una de las liquidaciones, se aplica el descuento del 10%,
por fecha de pago, no a la suma de los dos tributos sino al monto de la contribución. Sobre el impuesto
al ausentismo la Dirección de Rentas, no calcula descuento alguno, considerándolo y tratándolo como un
impuesto accesorio pero distinto de la contribución.
No corresponde decidir acerca de la procedencia del impuesto al ausentismo ni sobre la multa del
quíntuplo, pues ésa es una cuestión que se está discutiendo en otro pleito que se encuentra en estado de
sentencia en el Superior Tribunal de Córdoba. Aquí sólo se trata de la legalidad o ilegalidad,
constitucionalidad o inconstitucionalidad del cobro que ha hecho la provincia a título de contribución
territorial y sobre la procedencia de la devolución de las sumas que la señora Macchi di Cellere se ha
visto obligada a pagar, y que ha pagado con protesta.
Como ha dicho antes, la Dirección de Rentas ha liquidado a su representada como impuesto de
contribución por el año 1938 la suma de $65.072.70 y por el año 1939 la suma de $118.319,60. De la
carta de 30 de marzo (letra F.) que la Dirección de Rentas ha recibido (ver carta letra G.) resulta que
oportunamente, en las épocas que correspondía según las leyes y decretos de Córdoba (marzo 31, junio
30 y octubre 25 de 1938 y enero 30 de 1939) su representada ha pagado en cuatro cuotas iguales de
$16.268.20 cada una la suma total de $65.072.80, o sea exactamente el importe del impuesto de
contribución territorial que la Dirección de Rentas liquida por el año 1938. Acompaña señaladas con las
letras L., M., y O., las boletas originales expedidas por el Banco de Córdoba en ocasión de haberse hecho
cada una de las transferencias de $16.268.20 a la orden de la Dirección de Rentas de Córdoba, y adjunta
con las letras P., Q., R. y S. copia de los telegramas colacionados que, en cada una de esas
oportunidades, se dirigió en nombre de su mandante a la Dirección de Rentas haciéndole saber la
transferencia de fondos y dejando constancia de que el dinero se entregaba en pago de las
correspondientes cuotas de contribución territorial de 1938. En cuanto al impuesto de contribución de
1939, la boleta adjunta de 29 de abril de 1939, señalada con la letra T., acredita el pago que ha hecho
su mandante de la suma de pesos 118.319.40 m/n, es decir exactamente la cantidad liquidada por la
Dirección de Rentas como contribución territorial de ese año. El telegrama adjunto letra U, indica que es
depósito se hizo en calidad de pago de la contribución territorial liquidada, protestando su parte de la
ilegalidad e inconstitucionalidad del cobro y reservándose el derecho de reclamar la devolución, que se
hace con esta demanda.
La actora dice que la tasa es confiscatoria, pues absorbe una proporción tal de la renta de los bienes
gravados, que no puede considerarse sino como sustracción de la propiedad privada.
Se corrió el traslado a la Provincia, que lo contesta pidiendo el rechazo de la demanda en todas sus
partes, con costas al actor. Reconoce que la provincia exigió y obtuvo del actor los pagos a que se
refiere en su demanda.
El actor ha aclarado que demanda la devolución de la suma de $118.319,40, pagada por concepto de
contribución territorial por el año 1939, y que no reclama la cantidad pagada por impuesto al
ausentismo, porque lo hace en estos momentos ante el fuero provincial.

Considerando:

1. Ha justificado la actora el pago del impuesto, correspondiente al año 1939, por los cuatro campos que
indica en la demanda.
2. Que la actora impugna el cobro del impuesto protestado porque considera que, bajo la apariencia de
un impuesto, la demandada cubre una exacción arbitraria. Y, además, por tratarse de una tasa
confiscatoria, dada la proporción de la renta que absorbe. Sostiene, también, que con dicha ley se
pretende reglamentar la propiedad y que es desigual pues tiende a quitar a unos para dar a otros.
3. Que no es valedera la tacha de inconstitucionalidad de la ley cordobesa en examen fundada en la
desigualdad del impuesto territorial según que afecte a la propiedad rural o a la urbana: porque la Corte
ha reconocido la facultad el Congreso Nacional y de las legislaturas provinciales para establecer
categorías que no sean arbitrarias ni en odio o favor de personas y para fijar escalas progresivas o
progresionales.
Que al fijar categoría de bienes inmuebles a los fines del impuesto territorial y hacer progresivo dicho
impuesto, no ha reglamentado la propiedad sustituyéndose a la Constitución y al Código Civil; pero, en
cambio, puede ser inconstitucional la ley cordobesa si en algunas de las categorías se llega a la exacción
o a la confiscación de la propiedad o de la renta por acción de la tasa del impuesto o de la tasación
arbitraria, tal como lo sostiene la parte demandante; debiendo advertirse, como premisa, que para
resolver ese problema jurídico no se ha de tomar como base el hecho circunstancial y transitorio de una
crisis de los valores lo cual, en determinado momento, puede llegar a la pérdida de las cosechas, a la
desvalorización de los productos agropecuarios, a la insuficiencia del producido territorial para pagar los
gastos de explotación; esas crisis, de origen natural o político-social, interno o internacional, que
conocemos por dura experiencia, desmedran el valor o el precio de la propiedad y la consiguiente baja
de la renta, pero tanto la Nación como las provincias no modifican sincrónicamente ni las tasaciones o
valuaciones ni la tasa del impuesto, porque el sostén de la administración, el cumplimiento de los
compromisos en el exterior, la defensa nacional y los otros fines esenciales enunciados en el Preámbulo
de la Constitución no permiten cambios instantáneos en el presupuesto. Al Congreso y no a la justicia
corresponde adoptar las medidas de emergencia.
4. La ley 3787 establece una escala para la propiedad rural que comienza en el 5 1/2%o y llega hasta el
20%o. Toma en cuenta, para aplicar la tasa progresiva, el valor total de todos los inmuebles rurales que
posea el propietario del bien objeto de la imposición. El impuesto crece, pues, no por razón de la
superficie, y, por lo tanto, no realiza el propósito preconizado de combatir el latifundio, sino
exclusivamente por el valor de la totalidad de los inmuebles rurales, cualesquiera sean las superficies de
éstos.
La tasa del 20%o cobrada a la actora en el caso en examen, demuestra cabalmente el carácter
confiscatorio del impuesto que absorbe más del 50% de las utilidades, por ciento que fue declarado
confiscatorio, referido al impuesto a las sucesiones, en el caso Rosa Melo de Cané (Fallos: 115, 111).
Siendo de advertir que es más irrazonable el gravar con la misma cuota lo que se recibe gratuitamente,
que lo que se adquiere con el capital y el trabajo inteligente en la explotación progresista de la
agricultura y ganadería que, por constituir las fuentes principales de la riqueza nacional y de la
prosperidad del país, deben fomentarse con la importación de capitales extranjeros, como lo dispone el
inc. 16 del art. 67 de la Constitución, y no destruirse por medio del impuesto.

En su mérito y oído el procurador general, se declara que el impuesto cobrado a la actora en virtud de
la ley 3787 de la Provincia de Córdoba es violatorio del art. 17 de la Constitución Nacional. En
consecuencia, se condena a la Provincia de Córdoba a devolver a doña Dolores Cobo de Macchi di
Cellere la suma de $118.319,40 m/n, reclamados en la demanda, con sus intereses desde la
interpelación judicial y las costas del juicio.

16) Mihanovich, Felicitas Guerrero C. Pcia. de Córdoba

Hechos
La propietaria de dos establecimientos rurales ubicados en córdoba solicita la repetición de
impuestos, a raíz del aumento de la contribución territorial, a la que considera confiscatoria
en cuanto absorbería el 50% de las utilidades dejadas por los campos en cuestión.
Dictamen del Procurador General de la Nación
En primer término sostiene que las sumas cuya repetición se persigue fueron pagadas sin
protesta; niega además que el impuesto haya absorbido el 50% de las utilidades.
La tacha de confiscatoriedad carece de base en la especie, se trata de un impuesto del 20%
del valor del patrimonio gravado.
Pide que oportunamente se rechace la demanda, con costas.
Y considerando: debe observarse que los telegramas han sido suficientemente
autenticados, permiten llegar al convencimiento de la existencia y notificación de la protesta
formulada en el mismo.
Corresponde rechazar la defensa de falta de protesta.
Que es norma admitida con carácter general la de que las leyes se presumen
constitucionales; a lo que se agrega que la cuestión referente a su incompatibilidad con la
Constitución es delicada; y que las posibles dudas que al respecto surjan no bastan para
invalidarlas.
Que esta regla alcanza también a los litigios sobre la constitucionalidad de leyes estaduales,
cuando el punto discutido no es el conflicto de atribuciones federales y locales, sino el
referente a la manera como ha sido ejercida una facultad indudablemente provincial.
Trátase, por lo demás de un caso de aplicación de un principio más general, a saber la
presunción de validez de los actos del poder público.
Que se ha declarado igualmente que la proporción entre la renta y el impuesto, en los casos
de gravámenes que inciden sobre la producción agrícola debe establecerse computando el
rendimiento normal medio de una correcta explotación del fundo concretamente afectado.
La única prueba positiva del rendimiento que atribuye a sus campos la actora, son la
constancias del informe pericial realizado sobre sus propios libros, que por sí solo no basta
para acreditar categóricamente el hecho de que se trata.
Las conclusiones que de los libros en cuestión obtiene el contador público Sr. Frias, son
inequívocamente contradichas por la pericia del ingeniero agrónomo Sr. Solari. Los
resultados a que llega este último perito dejan un margen de rendimiento total de los
establecimientos de la actora que impide toda objeción de constitucionalidad.
Se rechaza la presente demanda, absolviéndose en consecuencia de la misma a la
Provincia de Córdoba.

17) Gómez Alzaga, Martín Bosco c. Provincia de Buenos Aires


y otro s. inconstitucionalidad 21/12/1999
Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Hechos:
El señor Martín Bosco Gómez Alzaga inicia demanda contra la Provincia de Buenos Aires y
el Estado Nacional por entender inconstitucional el sistema tributario al que se encuentra
sometido por lo considera confiscatorio. Dice que la presencia de varias leyes distintas,
también de varias jurisdicciones, en sí mismas no son confiscatorias pero que globalmente
han consumido la totalidad de sus ganancias y que lo han obligado a la venta de acción de
una sociedad de familia. Pide una declaración de inconstitucional de todo el sistema
impositivo del modo más conveniente para reducir los límites de la tributación a los
compatibles con la CN porque arroja resultados injustos.
Sentencia de la Corte:
 Para que configure la confiscatoriedad debe producirse una absorción por parte del Estado
de una porción sustancial de la renta o capital.
 A los efectos de su apreciación cuantitativa debe estarse al valor real del inmueble y no a su
valoración fiscal, y considerar su productividad posible, estos es, su capacidad productiva
potencial. La comprobación del índice de productividad es indispensable ya que es un
elemento de juicio primordial e insustentablemente necesario para estimar de un modo
concreto y objetivo de la gravitación del impuesto.
 La presunta conformidad de las leyes nacionales o provinciales con las normas
constitucionales no debe ceder sino ante una prueba contraria tan clara y precisa como sea
posible y particularmente. Cuando se trata de impuestos creados por el PL en virtud de sus
facultades no discutidas, cabe tener presente que el exceso alegado como violación de la
propiedad debe resultar de no una mera estimación personal, aunque ella emane de peritos
ilustrados ni de circunstancias puramente accidentales y eventuales, sino de una relación
racional estimada entre el valor del bien agravado y el monto de ese gravamen, al margen
de accidentes transitorios y circunstanciales sobre la producción y el aprovechamiento de
aquél.
 A los fines de juzgar acerca de la confiscatoriedad del impuesto impugnado de
inconstitucionalidad por el contribuyente, no debe incluirse el monto del gravamen entre los
gastos de explotación.
 El límite admisible de la carga fiscal no es absoluto sino variable en el tiempo y en las
circunstancias.
 Se requiere una prueba concluyente a cargo del actor acerca de la evidencia de la
confiscatoriedad alegada.
 Principios básicos: a) El carácter confiscatorio de los tributos debe relacionarse con el valor
real y actual del bien o su potencial productiva; b) esta apreciación de una situación fáctica
no debe surgir de una mera calificación pericial de la racionalidad presunta de la explotación
sino de la comprobación objetiva; c) la acreditación del agravio constitucional debe ser clara
y precisa, esto es, inequívoca.
 En el caso no se pudo probar clara y precisamente lo que se exige.
 Se rechaza la demanda.

18) Nougues Hermanos c. Pcia. De Tucumán

Hechos
Los actores demandan ante la CSJN a la Pcia. De Tucumán a fin de obtener la devolución
de la cantidad de pesos que expresan haberle pagado en concepto de impuestos con
arreglo a la ley local del 14 de Junio de 1902 a la que tachan de inconstitucional. La
provincia opuso excepción de incompetencia, alegando que el tribunal carecería de
jurisdicción originaria para conocer de la demanda. La Corte Suprema, por mayoría, no hizo
lugar a la defensa opuesta.
Considerando
El art.100 CN dispone que: “Corresponde a la Suprema Corte y a los tribunales inferiores de
la Nación, el conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre puntos regidos
por la Constitución, y por las leyes de la Nación, con la reserva hecha en el inc.11, del
art.67; y por los tratados con las naciones extranjeras; de las causas de almirantazgo y
jurisdicción marítima de los asuntos en que la Nación sea parte; de las causas que se
susciten entre dos o más provincias; entre una provincia y los vecinos de otra; entre los
vecinos de diferentes provincias; y entre una provincia o sus vecinos contra un Estado o
ciudadano extranjero”.
El art.101 “En estos casos la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación, según
las reglas y excepciones que prescriba el Congreso; pero en todos los asuntos
concernientes a embajadores, ministros y cónsules extranjeros y en los que alguna
provincia fuese parte, la ejercerá originaria y exclusivamente.
El caso “sub judice” es una causa que versa sobre puntos regidos por la Constitución; que
ella se halla por lo mismo comprendida entre las causas enumeradas en el art. 100 y cuyo
conocimiento corresponde al Poder Judicial de la Nación, y siendo además un hecho
incontestable que en dicha causa es parte la Pcia. De Tucumán, no se puede afirmar que el
conocimiento y decisión de ella no corresponda a la jurisdicción originaria y exclusiva de
esta Suprema Corte, estando el caso como se halla tan expresamente comprendido en la
disposición del art.100 y de la segunda parte del art.101 de la Constitución.
Por haberse omitido, en la enumeración individual y precisa hecha en el art.100 de los
casos de fuero federal por razón de las personas, el de una provincia con sus propios
vecinos, no se ha tratado con esto de excluir de un modo absoluto de la jurisdicción federal
toda clase de causas entre aquélla y éstos cualquiera que fuese su naturaleza, sea que
estuviesen regidas por el derecho común, o por la Constitución y leyes del Congreso, pues
correspondiendo el conocimiento de esta última clase de causas al Poder Judicial de la
nación sin consideración a la calidad de las personas, y estando ellas incuestionablemente
comprendidas con expresa mención en el art.100 de la Constitución, no hay absolutamente
razón para dejar de atribuir su conocimiento a la jurisdicción originaria y exclusiva de la
Suprema Corte, según el claro texto dl art.100 de aquella.
No se hace lugar a la excepción de incompetencia deducida por la provincia demandada;
declarándose que esta Suprema Corte es competente para conocer en la presente causa.

19) Rizzotti, Raul c. Provincia de San Juan


La garantía consagrada por el Art. 16 de la CN en lo que a impuesto se refiere, no importa
otra cosa que impedir distinciones arbitrarias, inspiradas en el propósito manifiesto de
hostilidad contra determinadas personas o clases. (En el caso se cuestiona la
constitucionalidad de la ley de patentes de la provincia de San Juan por la que se impone a
los médicos que no presten servicios gratuitos en la administración sanitaria una patente de
$5.000,°° que en caso de no abonarse lo haría incurrir en las sanciones penales que
establece).
Opinión del Procurador General de la Nación.
La ley de patentes desprovista de todo fundamento legal se aparta por completo de los
límites justos y razonables al trabar el libre ejercicio de una profesión liberal.
Este solo hecho demuestra la ilegalidad e inconstitucionalidad de la ley en la parte
impugnada.
Fallo de la CSJN.
La ley de patentes dispone que los médicos pagaran $5000,°° a excepción de lo que
presten servicios gratuitos en la administración sanitaria y asistencia pública, no pudiendo
los contribuyentes por patentes iniciar su profesión o industria sin abonar ese impuesto
previamente.
Que la “ASOCIACION MEDICA DE SAN JUAN” gestiono ante el gobernador y las cámaras
legislativas de la provincia el veto y la derogación, respectivamente, de la ley referida, con
resultado negativo.
Que las conclusiones de la extensa prueba producida acreditan que, en general, la cuantía
de la patente afecta de tal manera los emolumentos anuales de los médicos en aquella
provincia, que en realidad constituyen una traba insalvable al ejercicio de sus actividades
profesionales, las que sufren el mismo o mayor quebranto por el sistema de los servicios
gratuitos que al eximirlos del pago del impuesto, les exige en cambio una consagración
acaso del todo incompatible con el desempeño normal y remunerado de la función
profesional que tienen derecho de ejercer sin restricciones persecutorias.
Es a todas luces atentatoria de los derechos y garantías que la Constitución consagra en su
estructura general y especialmente en sus Arts. 14, 16 y 17.
Por estos fundamentos y de acuerdo con lo dictaminado por el sr. Procurador General se
resuelve hacer Lugar a la demanda y se declara la inconstitucionalidad del Art. 2 de la ley
de patente de la provincia de San Juan.

20) Díaz Velez, Eugenio c. Pcia. Bs. As.

En el caso se cuestiona la constitucionalidad de una ley de la Pcia. De Bs.As. que


crea una contribución territorial con una escala progresiva del 5 al 8 por mil según el
valor de la propiedad raíz sobre la que recae dicho gravamen.
La parte actora sostiene que el sistema tributario implantado es contrario a la
garantía que consagra el art.16 CN, el que establece que la igualdad es la base del
impuesto y de las cargas públicas. (…) Esta condición de igualdad solo se realiza
con el impuesto proporcional, que mantiene siempre el mismo porcentaje, en tanto
que en la progresión no existe relación de igualdad, por cuanto variando la cuota
exigible progresivamente y según la valuación de la cosa se llega, por tuerza a
desigualdad.
CONSIDERANDO
“Que el principio de igualdad escrito en el art.16 CN, no se propone sancionar, en
materia de impuestos, un sistema determinado ni una regla férrea por la cual todos
los habitantes o propietarios del Estado deban contribuir con una cuota igual al
sostenimiento del gobierno sino solamente establecer que en condiciones análogas
se impongan gravámenes idénticos a los contribuyentes”
El citado art.16 no priva al legislador de la facultad de crear en las leyes impositivas
locales, categorías especiales de contribuyentes afectados con impuestos distintos
siempre que dichas categorías no sean arbitrarias o formadas para hostilizar a
determinadas personas o clases.
Al propiciar una progresión limitada, se encuadra en el marco de la equidad,
pudiendo asegurarse que su limite máximo de ocho por mil no asume los caracteres
de una confiscación.
Corresponde declarar improcedente la devolución solicitada.

21) BRESSANI CARLOS H. Y OTROS C. PROVINCIA DE MENDOZA

Se demandó a un estado provincial por devolución de sumas de dinero abonadas en


concepto de diversos IMPUESTOS LOCALES vinculados a la industrialización de la
uva.
(La cuestión fundamental planteada en los autos, es la referente a la validez de las
leyes de la provincia de Mendoza).
PROCEDIMIENTO:
1) DEMANDA. SE OTORGA PARCIALMENTE (en lo referente a las leyes que han
sido declaradas inconstitucionales).
2) RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD. (Se otorga parcialmente en lo
referente a las leyes que han sido declaradas inconstitucionales y se condena a la
Provincia de Mendoza a pagar a los actores las sumas que resulten).
2ª) PROCURADOR
A) Se reclama de la provincia de Mendoza la devolución de sumas de
dinero abonadas en concepto de impuestos establecidos por las leyes
810, 854, 866, 871 y 903 de dicha provincia, sosteniéndose, que los
mencionados impuestos son violatorios de los arts. 9, 10, 11, 14, 16,
28 31, 67 incs. 1 y 12, y 108 de la Constitución Nacional.
B) La provincia demandada se ha allanado a la acción deducida, en
cuanto se, refiere a los pagos efectuados en virtud de las leyes 810 y
854 y al pago del 2,40 % del impuesto creado por el art. 1º de la ley
903, oponiéndose a la devolución de los pagos que se refieren a las
leyes 866, 871 y 886PUESTAS EN CUESTIÓN.
C) La ley Nº 866 grava, pues, el vino producido y el vino consumido en la
Provincia de Mendoza con dos centavos y medio el litro.
Como, en cambio, la uva apta para hacer vino podía ser exportada y
escapar al impuesto establecido sobre el vino, la ley grava con el mismo
impuesto que a éste, según la paridad de 100 litros de vino igual a 135
kilogramos de uva.
El actor lo objeta como violatorio de la garantía de la libre circulación
territorial, sancionada por los arts. 10, 11 y concordantes de la
Constitución
D) La "LIBRE CIRCULACIÓN TERRITORIAL'' no quiso decir que las
mercaderías al salir de una provincia quedarían exentas de impuestos,
en este caso e! vino de Mendoza. El impuesto al tránsito en nuestro
caso sería el que establecieran Córdoba, Santa Fe, o Tucumán por
pasar sus territorios el vino de Mendoza. La libre circulación territorial
quiere decir que lo productos nacionales no pueden ser gravados
por solo hecho de atravesar el suelo de una provincia. ''Si otro
fuese el alcance del artículo diez de la Constitución, si la circulación
por él declarada libre, fuese la circulación económica, entonces, no
habría momento en que mercadería o producto alguno incorporado a
la riqueza del país, fuese pasible de impuesto, y solo quedarían como
materias imponibles, el hombre, el inmueble, la capitación y la
propiedad territorial".
E) Si la uva de Mendoza que se industrializa en ella paga el mismo
impuesto que la que sale para industrializarse fuera de ella, no hay
impuesto a la extracción ni violación al libre tránsito.
F) El art. 107 de la Constitución lo reconoce expresamente, dando a las
provincias la potestad de fomentar su vida económica, por medio de
leyes protectoras, dentro de sus fronteras, en los mismos términos en
que concede a la Nación para hacerlo en su órbita (art. 67, inc. 16).

22) Estado Nacional c. Arenera El Libertador S.R.L - 18/06/1991


Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
Hechos:
El Estado nacional (Subsecretaría de Transporte Fluvial y Marítimo) inició demanda
contra "Arenera Argentina S. A.", a fin de cobrarle el peaje correspondiente a la
utilización por dos buques del Canal Argentino de Vinculación "Ingeniero Emilio
Mitre".
A la contestación de la demanda, la parte demandada, reconoció sólo un buque,
pero negó adeudar suma alguna, porque la utilización obedeció a la imposibilidad de
navegar por el Canal Costanero, por su escasa profundidad, para llegar al lugar de
donde extrae la arena que comercializa.
También, la parte demandada dice que la construcción del Canal "Ing. Emilio Mitre"
se encuentra abierto a la navegación desde 1976 y que su construcción no fue
financiada mediante el sistema de peaje; y que el servicio del canal no está
destinado a los areneros sino a otro tipo de naves y por eso se encuentran eximidos
del pago.
Sostuvo también que el llamado derecho de peaje o circulación territorial es válido
siempre y cuando se otorgue un beneficio real y concreto al usuario, y éste tenga
posibilidad de elegir una vía alternativa.
Pide la inconstitucionalidad del peaje que le quieren cobrar por: resultar lesivo del
comercio y de la libre navegación (art. 14, Constitución Nacional); constituye una
restricción a la libertad de circulación (art. 10, Constitución Nacional) y al derecho de
tránsito marítimo (art. 11, Constitución Nacional); una preferencia de la Nación en
desmedro de la provincia (art. 12, Constitución Nacional); una alteración de la
igualdad por exigirse una contribución discriminatoria (art. 16, Constitución Nacional)
y una confiscación, por establecerse en moneda extranjera, con un recargo del 10 %
mensual y reclamarse además su actualización (arts. 953 y 1071, Cód. Civil y 17
Constitución Nacional).
Sentencia de la Corte:
 El peaje no es mencionado en la Constitución Nacional, por lo que ésta no
contiene una calificación expresa a su respecto. Es ella pues tarea
hermenéutica, que debe hacerse a la luz de los superiores principios de
aquélla, no bastando los criterios meramente utilitarios, pues es falsa y debe
ser desechada la idea de que la prosperidad general, buscada a través de los
medios --no taxativamente enumerados-- del art. 67, inc. 16 de la
Constitución Nacional, constituya un fin cuya realización autorice a afectar los
derechos individuales o la integridad del sistema institucional vigente.
 Para caber dentro de la Constitución Nacional, el pago de peaje debe
constituir una de las contribuciones a que se refiere el art. 4°. El hecho de
que el legislador predetermine su destino con una precisión mayor que la que
regularmente emplea al establecer otras contribuciones no cambia su
carácter de tal.
 La CN al consagrar el derecho a la libre circulación del interior, no hace
alusión al instituto del peaje el que, por lo tanto, no importa literalmente una
violación a las disposiciones contenidas en la Constitución Nacional, toda vez
que de su texto de ninguna manera puede colegirse que ella se pronuncie por
la prohibición de su establecimiento. En necesaria congruencia con lo dicho,
nada dice tampoco acerca de la existencia de "vías alternativas".
 Cuando la función del Estado a cumplir es la construcción, mantenimiento o
mejora de una obra pública, parece de toda evidencia adecuada, a la luz de
las exigencias constitucionales, que las personas obligadas al pago sean
determinadas entre aquellas que de algún modo se relacionan con la obra,
sea usándola, beneficiándose de cualquier modo en razón de su existencia y
funcionamiento, aun de modo potencial.
 El peaje es para el usuario una contribución vinculada al cumplimento de
actividades estatales. Para el concesionario constituirán un medio de
remuneración de sus servicios. De este modo, en los hechos, puede concluir
el peaje por ser sustancialmente similar al precio pagado por un servicio, lo
que no debe inducir por ello al error de considerarlo desde un punto de vista
meramente contractual.
 La libertad de tránsito del art. 14 de la Constitución Nacional, sólo puede
verse afectada por medidas fiscales o parafiscales cuando éstas tornen en
ilusorio aquel derecho, lo que no impide en modo alguno al Estado establecer
los tributos que razonablemente requiera el sostenimiento de sus actividades
y repartir su carga de un modo que también, razonablemente, estime
adecuado y conforme al art. 16 de la Constitución Nacional.
 Exigir de manera ineludible, la existencia en forma simultánea de vías
alternativas gratuitas que presten servicios comparables a aquellas en las
que se cobra peaje, importaría que estas se tornen antieconómicas, base de
todo contrato de concesión; no sería lógico.
 Constitucionalmente, el peaje es una contribución caracterizada por la
circunstancia de que el legislador la asocia a un proyecto suyo -de
construcción, conservación o mejora- que identifica con particular claridad, lo
que por otra parte no choca sino que se adecua a los principios
constitucionales en relación a la renta pública.
 Lo que haría inaplicable al peaje o a la existencia de vías alternativas
exigibles es la demostración de quien lo cuestiona, de que la necesidad
indispensable del uso de la vía gravada, unida a un monto irrazonable
tórnase en ilusorio su derecho de circular.
 No es inconstitucional el peaje cuando no constituye un pago exigido por el
solo paso, al modo de los antiguos portazgos, con base desvinculada de los
servicios u otras prestaciones que se practiquen en favor del usuario, entre
ellos, la construcción o el mantenimiento de la vía de tránsito en cuestión. Por
lo tanto, no se advierte óbice dentro de nuestro régimen constitucional para la
institución del peaje, como una forma más de financiación de obras públicas.
 La exigencia de las vías alternativas puede cobrar sentido cuando de los
hechos surja que su falta afecte de modo efectivo la libertad de circular, lo
que no se da sólo por la circunstancia de que ante la falta de tal vía, el pago
del tributo resulte ineludible para el sujeto que cuestiona el gravamen. No
resulta entonces de por sí rechazable que el sujeto pasivo esté obligado al
pago del tributo por el solo hecho de utilizar la vía, al margen de si su uso
requiere o no la totalidad de las obras que el tributo solventa, ni que su
condición de usuario de la vía sea determinante de su obligación, en la que
en cambio se excluyen a quienes no la usen.
 Sólo será compatible con los preceptos constitucionales aplicables, el peaje
que, con rasgos que lo aproximan a las tasas y lo alejan decisivamente de los
impuestos. Es decir, es válido, el peaje que se corresponde siempre a la
concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio o realización de
una obra. En caso contrario sería un "impuesto" encubierto, destinado a
gravar el tráfico interjurisdiccional, prohibido por la CN.

23) S.A MATALDI SIMON LTDA. C/ PCIA. DE BUENOS AIRES S/REPETICIÓN DE


IMPUESTOS (1927)

La empresa demanda a la provincia por devolución de una suma x de dinero, pagados por
la actora bajo protesta y reserva expresa.
Ley provincial de “IMPUESTO AL COMERCIO E INDUSTRIA”. La alícuota se aplica sobre
el monto total realizado (que se calcula teniendo como base las ventas que se realicen)
durante los 12 meses anteriores a la declaración.
Una COMISIÓN ESPECIAL revisa las declaraciones de los comerciantes. Esta le fijó a la
demandada montos mayores a los declarados( en el precio de venta del alcohol se incluyo
el impuesto nacional de un peso por litro ). Y se le aplicaron las multas correspondientes.
Actora:
La ley provincial de “IMPUESTO AL COMERCIO E INDUSTRIA”, grava con impuesto las
ventas que se realizan fuera de su territorio. Es inconstitucional, ya que grava el comercio
interior afectando los actos y contratos que se realizan fuera de la provincia y somete al
poder impositivo a ciudadanos que no residen en su jurisdicción. Entre otros artículos
vulnera los arts. 9, 10 y 11 ya que persigue con el impuesto la mercadería fabricada en su
territorio en el transito por el territorio de la republica.
Demandada:
La ley no crea aduanas interiores, ni afecta el libre transito ni el comercio interior,
aplicándose dicha ley en el territorio de la provincia porque en él se han realizado todas las
operaciones de elaboración del producto. Realizada la venta fuera del territorio de la
provincia se afecta el dominio económico con el impuesto, no la venta.
Procurador:
Que la impugnación de inconstitucionalidad formulada por la sociedad actora a la ley
impositiva de que se trata, se funda en la improcedencia de los impuestos internos
provinciales cuando recaen sobre materias gravadas por un impuesto interno establecido
por la Nación.
Los tributos indirectos al consumo interno, o sea los impuestos aludidos, pueden ser
constitucionalmente establecidos por la Nación y por las provincias, en ejercicio de
facultades concurrentes.
La facultad constitucional de la Nación relativa a estos impuestos, sea cual fuere la amplitud
que se le asigne, no tiene sin embargo, los caracteres de exclusividad (cláusula del artículo
4º de la Constitución).
Para que resulte incompatible el ejercicio de los dos poderes, el nacional y el provincial, no
es bastante, que el uno sea el de crear o proteger, y el otro sea el de imponer o destruir,
sino que es menester que haya "repugnancia" efectiva entre esas facultades al ejercitarse
en cuyo caso, y siempre que la atribución se haya ejercido por autoridad nacional dentro de
la Constitución, prevalecerá el precepto federal por su carácter de ley suprema.
la ley de impuestos de que se trata ha establecido en lo pertinente al caso: Artículo 5º.: La
tasa del impuesto se percibirá sobre el monto total realizado durante los doce meses
anteriores a la declaración que establece el artículo 7º en la siguiente forma... 4º Sobre el
valor de venta de los productos elaborados y en las proporciones establecidas en los incisos
precedentes, las industrias que no las realicen en la provincia (Folleto de fs. 62, pág. 29). La
cláusula transcripta establece claramente, según se advierte, un impuesto al valor de toda
venta que se realice fuera de la provincia sobre productos elaborados en ella, y así se ha
entendido y aplicado en los casos que determinan la acción de repetición de la presente
demanda.
Al legislar la provincia en los términos de la cláusula referida, gravando operaciones
realizadas fuera de su territorio, actúa más allá de su potestad jurisdiccional, invade otras
jurisdicciones, afecta la circulación territorial de sus productos, dicta reglas a su comercio
interprovincial, y en fin, extiende su poder impositivo hasta superponer un gravamen local
sobre un impuesto nacional incorporado a la renta fiscal de la Nación.
Que sostenido por la defensa de la provincia que el impuesto de que se trata no recae sobre
la convención o venta, sino sobre la materia que ha sido objeto de dicho contrato, procede
considerar que dicha afirmación no guarda concordancia con el texto de la ley ni con su
aplicación efectiva en el caso toda vez que el gravamen ha recaído sobre el precio de
venta, en el que se ha incluido el impuesto nacional de un peso por litro de alcohol para
computar el capital en giro.
Corte:
Declara la inconstitucionalidad del impuesto.

24) MADARIAGA ANCHORENA, CARLOS JUAN S. DEMANDA DE


INCONSTITUCIONALIDAD

Se realiza una expropiación y se deposita un monto en dinero a modo de reparación


integral a la actora. La provincia de Buenos Aires le cobra un impuesto sobre el
mismo.
Procedimiento seguido por la actora:
1) RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD. (SCJN). (Demandando la
inconstitucionalidad de las leyes locales que establecían el IMPUESTO ADICIONAL
al mayor valor, llamado impuesto de "plus valía".)DENEGADO
2) RECURSO LEY 48 (Art. 2° – Los Jueces Nacionales de Sección conocerán en
primera instancia de las causas siguientes: 6° En general todas aquellas causas en
que la Nación o un recaudador de sus rentas sea parte).DENEGADO
3) QUEJA. OTORGADO
4) APELACIÒN EXTRAORDINARIA.
AGRAVIOS:
A) El impuesto provincial de "plus valía" viola las garantías
constitucionales contenidas en los arts. 4, 5, 17, 106 y 108 de la Ley
Fundamental, en cuanto importa "cercenar" la indemnización percibida
por el expropiado. DESESTIMADO
B) Las provincias adheridas al régimen de esa ley (COPARTICIPACIÒN)
tienen la obligación de no aplicar determinados gravámenes, entre los
que se encuentra el de "plus valía", cuya naturaleza es igual a la del
impuesto a las ganancias eventuales. La provincia de Buenos Aires ha
renunciado a su "facultad impositiva" en la materia. DESESTIMADO
(Ello no implica que las provincias incluidas dentro del régimen de la
ley citada se hayan despojado de su potestad impositiva en ciertas
materias, atribuyendo a los particulares el derecho subjetivo a no ser
gravados en ellas. Únicamente supone que, en la hipótesis, de que
una provincia ejercitara dicha potestad contraviniendo el art. 4º, inciso
1º, podría ser cuestionado -en todo caso- su derecho a coparticipar en
el producido de los impuestos nacionales previstos.
El ordenamiento vigente en el país admite que las provincias, puedan
restringir condicionalmente el ejercicio de sus poderes impositivos,
mediante "acuerdos entre sí y con la Nación"; y la peculiaridad
esencial de esos "acuerdos", en lo que al caso interesa, es que, "no
afectan derechos individuales". En este caso la Dirección General
Impositiva se avino a la devolución del impuesto a las "ganancias
eventuales".)
C) La aplicación del impuesto a las ganancias eventuales a las
indemnizaciones expropiatorias infringe el art. 17 de la Ley
Fundamental. (Debe prevalecer la decisión expresa del precitado caso
"Degó, Félix Antonio").

5) SE CONFIRMO LA SENTENCIA APELADA.

25) RIVADEMAR ANGELA D.B. MARTINEZ GALVÁN DE C. MUNICIPALIDAD


DE ROSARIO.-
AÑO: 1989

En el año 1978 La actora fue contratada por la municipalidad de Rosario como


ejecutante musical, durante el transcurso del gobierno de facto ya en el año 1982
fue incorporada a planta permanente .-
Retornada la democracia el intendente municipal dispuso dejar sin efecto dicho
nombramiento considerando que viola las normas vigentes para el ingreso de
empleados municipales.-
Se impugno por via del recurso contencioso administrativo
La corte suprema local anula la decisión del intendente ordenando la
reincorporación.
El municipio interpuso recurso extraordinario federal sosteniendo la invalidez
constitucional de la ley provincial 9286,al afirmar que priva a la comuna de la
atribución de organizar el estatuto y escalafón de su personal, viola el articulo 5 de
la CN en tanto desnaturaliza el régimen municipal al implicar una asunción directa
por parte de la provincia de funciones que hacen a la administración directa de los
intereses municipales y locales y en especial del articulo 133 en cuanto dispone la
incorporación automática a planta permanente del personal que revistiera como
contratado con no más de 3 meses de antigüedad
la Corte Suprema de Justicia de la Nacion revoco la sentencia apelada.-
sostuvo que los municipios son autónomos respecto del poder provincial ,estableció
que la validez de las normas y actos emanados del poder ejecutivo de facto esta
condicionada a que explicita o implícitamente el gobierno constitucionalmente
elegido que lo suceda la reconozca, ratifique o desechen .-
26) Municipalidad de Rosario con Provincia de Santa Fe Año 1991

La municipalidad de rosario solicita la declaración de inconstitucional de:


*decretos del poder ejecutivo provincial (números 5085/68,1766/70,34/71 y 788 /76)
*leyes provinciales (6509 y 6664,ley 2556 arts 13 y 14)
*leyes de presupuesto correspondientes al año 1987/1988

Y que se condene a la provincia de Sta Fe a restituirle la suma de AA5.217.968,31


con su actualización y costas .
En cuanto disponen la afectación de determinado porcentaje recaudado en el
ámbito local con fines de interés publico en materia educacional.
Afirma que de aceptarse la legitimidad de esa imposición el acatamiento de la
provincia en el articulo 5° de la CN seria solo formal pues se hallaría habilitada para
ahogar financieramente a los municipios,

Al contestar la demanda la provincia de santa fe argumenta que los municipios no


son entes autónomos sino entidades autárquicas con base territorial, descarta que
la municipalidad se vea imposibilitada de atender sus funciones como consecuencia
de la aplicación de esa norma.-
La Corte Suprema de Justica de la Nación : rechazo la demanda.
Se ratifico el criterio vertido en rivademar en cuanto a que los municipios no se les
puede negar atribuciones minimas necesarias para su cometido. Con referencia a la
autonomía declaro que las facultades comunales no pueden ir mas alla de aquellos
que surjan de las constituciones y leyes provinciales,.

---OTRO RESUMEN---
La Municipalidad de Rosario, solicita la declaración de inconstitucionalidad de las leyes y decretos
provinciales que originaron la creación del F.A.E. (Fondo de Asistencia Educativa), por lo cual se obliga a
cada Municipio a destinar un mínimo del 10 % de sus rentas anuales, que serán administradas por una
comisión especial y se destinarán a construír, ampliar y mantener los establecimientos educativos de la
propiedad Provincial, Municipal y comunal.

La Municipalidad, funda el pedido de inconstitucionalidad sosteniendo que la Provincia desconoce el art.


5 de la C.N; al imponerles compulsivamente a los Municipios el porcentaje de sus rentas que deben
destinar al F.A.E; impidiéndole la libre administración y disposición de sus recursos, que de aceptarse
podrían sucederse otras imposiciones que vaciarían financiarieramente al sistema comunal.

Agrega que cuando la C.N; le impone a las Provincias asegurar el régimen Municipal, ello implica dotar a
los Municipios de personalidad jurídica, y otorgarles atribuciones de gobierno y administración propia.
Además, en refuerzo de su postura cita el precedente Rivademar.

Por su parte, la Provincia de Santa Fe discrepa con la interpretación constitucional realizada por la
Municipalidad de Rosario, y afirma que según la constitución provincial los Municipios son entidades
autárquicas, con base territorial y con la competencia que le asignan las leyes provinciales. Por tanto, no
se estaría lesionando su autarquía.
Asimismo, cuestiona la interpretación de fallo Rivademar, y descarta que el Municipio se encuentre
imposibilitado de atender sus funciones como consecuencia del aporte cuestionado, dado el gran
comportamiento económico financiero del Municipio.

La CSJN, por voto mayoritario, rechaza la demanda de la actora, sosteniendo que si bien la C.N; ordena
a las Provincias establecer un régimen Municipal, no le establece un régimen económico financiero a los
Municipios, cuestión que queda en la órbita de sus facultades por los arts. 104; 105; 106, de la C.N. Es
decir, las facultades municipales surgen de las constituciones y leyes provinciales.

Concluye, sosteniendo que la actora sólo invoco el peligro de subsistencia como Comuna, pero no probó
el gravamen en el caso concreto, cuestión insuficiente para declarar la inconstitucionalidad de una
norma.

El voto minoritario, se remite a la causa Rivademar, sosteniendo que las Municipalidades son autónomas,
y que el art. 5 de la C.N; determina que estén dotadas de atribuciones necesarias para su cometido. De
admitirse la injerencia Provincial, se violaría ésta norma.

27) PARKE DAVIS Y CÍA. S.A. (1973)

La existencia de dos sociedades diferenciadas desde el punto de vista del derecho


privado, pero unificadas económicamente.
El problema consiste en determinar si las deducciones efectuadas por Parke Davis y
Cía. de Argentina, en su balance impositivo, en concepto de regalías convenidas por
servicio y uso de fórmulas en el campo de la medicina y que deben abonarse o
acreditarse a Parke Davis de Detroit, de los Estados Unidos de Norteamérica, es
conforme a las disposiciones de las leyes locales impositivas que regulan ese
aspecto de los impuestos.
Si en la estimación de los hechos ha de incidir la circunstancia de que la sociedad
norteamericana sea titular del 99,95% del total de las acciones de la sociedad
argentina.
Si los importes que pretenden deducirse para el pago de los impuestos
reclamados, pueden descontarse como gastos de experimentación y acreditarse a
favor de la empresa extranjera, titular de las fórmulas, no obstante que ella sea
propietaria del 99,95% de las acciones que constituyen el capital de la sociedad
local.
PROCEDIMIENTO:
1) D.G.I DICTA RESOLUCIÓN DE DETERMINACIÓN DE OFICIO (diferencias
de gravamen a favor del fisco).
2) TRIBUNAL FISCAL DE LA NACIÓN. CONFIRMO LA RESOLUCIÓN
3) CAMARA FEDERAL DE APELACIÓNES. CONFIRMO
4) RECURSO ORDINARIO Y EXTRAORDINARIO. SE CONCEDE Y SE
DENIEGA RESPECTIVAMENTE.
4ª) LA ACTORA
Objeta:
a) La no deducibilidad como gasto por parte de la D.G.I de las regalías pactadas
entre Parke Davis y Cía. de Argentina S.A.I.C. y Parke Davis and Co. de Detroit
(Estados Unidos de Norteamérica) por servicios y usos de fórmulas acreditadas a
nombre de la segunda accionista, en el 99,95% de la primera por considerarla
utilidades gravadas en cabeza de ésta y en razón de la comunidad de intereses
entre ambas empresas vinculadas.
b) La aceptación por el Tribunal Fiscal de la Nación y por los arts. 12 y 13 de la
ley 11.683 t.o. en 1960 (actuales arts. 11 y 12 de la misma ley). (DE LA
DECLARACIÓN JURADA HECHA POR EL CONTRIBUYENTE).
c) La no aceptación como pauta de interpretación de los convenios celebrados
con Suecia y con la República Federal Alemana conforme al art. 31 de la
Constitución Nacional.
Sostiene:
a) Que todo contrato de regalía implica de por sí comunidad de intereses.
b) Que la existencia de un co-interés entre el titular del derecho y el concesionario
de éste, no puede privar de efectos propios a los contratos de regalía previstos en la
legislación impositiva
c) Si el principio de la realidad económica sólo puede jugar en materia tributaria
cuando su aplicación no implique extender exenciones o beneficios a contribuyentes
que no estén comprendidos en ellos. Tampoco sería viable denegar exenciones o
deducciones expresamente admitidas.
4b) PROCURADOR
a) La existencia de dos sociedades diferenciadas desde el punto de vista del
derecho privado, pero unificadas económicamente conduce al examen de otro
problema propio de la materia en recurso, planteado por la apelante: el alcance del
concepto de la "REALIDAD ECONÓMICA”.
b) Tal regulación normativa da preeminencia, para configurar la cabal intención del
contribuyente, a la situación económica real, con prescindencia de las estructuras
jurídicas utilizadas que pueden ser inadecuadas o no responder a la realidad
económica.
c) Por contrato se entiende el acto jurídico bilateral y patrimonial, en el cual están
en presencia dos partes. . Es menester considerar las voluntades en sus diversas
direcciones y en cuanto expresiones de un centro de intereses o de un fin propio.
Esta figura jurídica no puede concebirse en estricto derecho cuando, como en el
caso, no existen dos sujetos en el negocio jurídico, en sus roles de acreedor y
deudor. Si los intereses de los que concurren al acto no son opuestos sino
concurrentes o paralelos, no existe contrato sino un acto complejo.
d) No se ha desconocido la existencia de dos sociedades de capital perfectamente
delimitadas conforme al orden jurídico privado, ni tampoco la personería jurídica de
la sociedad local. Pero tales datos, asentados en los principios del derecho común
en materia de sociedades, no son óbice para establecer la efectiva unidad
económica de aquéllas y su comunidad de intereses a través de la significación
económica de los hechos examinados.
e) La sociedad Parke Davis de Detroit resulta titular del 99,95% del capital de la
sociedad local. De este modo, la retribución por el uso de las fórmulas y
procedimientos de que es titular la empresa extranjera, mediante las regalías,
también volvería por vía de pago de la casi totalidad de las utilidades, sin que fueran
afectadas por el pago de los correspondientes impuestos. El mismo accionista
mayoritario vendría a percibir, por su calidad de regalista: a) la retribución por el uso
y explotación de marcas y patentes puestas en explotación en el país por la
sociedad local concesionaria de las regalías; b) el monto de las utilidades que ellas
produjeran por la superposición de su calidad de regalista y de concesionaria de la
regalía en un 99,95%. En tal forma computando la regalía como gasto en el balance
impositivo de la sociedad concesionaria de ésta, REAL Y EVIDENTE EXENCIÓN
IMPOSITIVA que la ley no le otorga ni en su letra ni en su espíritu.

f) Es del caso decir que un fallo de un tribunal argentino, únicamente puede


enderezarse a establecer la igualdad ante una ley que es la del país, entre
empresas sometidas a su propia jurisdicción. Va de suyo, por lo tanto, que la
igualdad reconocida por el art. 16 de la Constitución no se halla afectada por las
disposiciones convencionales invocadas, que regulan exclusivamente a la empresa
externa receptora. (EN CUANTO A LA OBJECIÓN”C” PLANTEADA POR LA
ACTORA).
g) De lo que se trata es de la consideración del fondo real de la persona jurídica.
Se confirma la sentencia apelada.

28) KELLOGG CO. ARGENTINA, S. A.


La cuestión sustancial que debe ser dilucidada consiste en determinar si la
actora,
como resultado de la inspección efectuada por el ente recaudador, tenía
derecho a presentar
sus declaraciones juradas por los gravámenes que se discuten en la forma
en que lo hizo.
PROCEDIMIENTO:
1) DEMANDA ANTE EL TRIBUNAL FISCAL DE LA NACIÒN. PRETENSIÓN
DENEGADA
2) RECURSO CÁMARA NACIONAL DE APELACIÒNES. PRETENSIÓN
DENEGADA.
3) RECURSO EXTRAORDINARIO (CSJN).CONCEDIDO.SE RESUELVE A
FAVOR DE LA EMPRESA.
A) La materia en litigio quedó circunscripta a determinar la procedencia
de los cargos que aquélla efectuara (D.G.I) a Kellogg Sales, sucursal
argentina, para el impuesto a los réditos; la pertinencia de computar en
su pasivo las deudas que mantenía con su casa matriz del exterior en
el impuesto sustitutivo y la posibilidad de compensar rentas omitidas
con saldos a favor derivados de su propia actividad en el impuesto
especial a la regularización impositiva (ley 20.532).
B) La D.G.I (reforma las declaraciones juradas), argumenta que no
admite que aquella sociedad esté constituida en forma independiente
de su casa matriz norteamericana, porque estima que ambas integran
un conjunto económico.
C) La forma de operar de la sociedad surge de registros
documentales.(Libros etc.).
D) Cuestión: ¿resulta admisible que liquide sus impuestos sobre la base
de considerarse incluida en un conjunto económico interno e
internacional, integrado también en nuestro territorio por otra sociedad
anónima de la que la recurrente aparece formalmente diferenciada?
E) "Esta cuestión de la existencia de dos sociedades diferenciadas
desde el punto de vista del derecho privado, pero unificadas
económicamente conduce al examen de otro problema propio de la
materia en recurso, planteado por la apelante: el alcance del concepto
de la 'REALIDAD ECONÓMICA' específicamente aceptado en las
leyes impositivas nacionales (arts. 11 y 12 de la ley 11.683, t. o. en
1962)".
F) "Tal regulación normativa da preeminencia, para configurar la cabal
intención del contribuyente, a la situación económica real, con
prescindencia de las estructuras jurídicas utilizadas que pueden ser
inadecuadas o no responder a esa realidad económica"
G) El meollo de la impugnación de la D. G. I. sólo radica en la
circunstancia de que la actuación del conjunto, tal como quedara
suficientemente referida en este pronunciamiento, produce, en el caso
de sociedades que poseen personalidad jurídica independiente
reconocida para nuestro derecho, una MODIFICACIÓN DELIBERADA
de su capacidad contributiva en detrimento del interés fiscal.
H) Lo que no ha sido demostrado en la causa, en la que ni siquiera
resultó impugnada la contabilidad de la recurrente.Resulta de las
constancias de la causa que la recurrente y la empresa Kellogg Sales,
sucursal argentina, denunciaron en sus declaraciones juradas la
especial condición que revestían durante los años en cuestión.
I) Las particulares circunstancias bajo las cuales la recurrente y Kellogg
Sales, constituidas como sociedades anónimas en nuestro país,
desarrollaron su actividad durante los períodos fiscales sometidos a
discusión, autorizan el tratamiento excepcional que esta Corte ha
dispensado a otros conjuntos económicos.
J) Resulta ajustado a las normas legales y principios tributarios en
juego, que la actora liquide los tributos cuestionados, durante los años
que motivan la controversia, sobre la base de considerarse incluida en
un conjunto económico interno e internacional, integrado también en
nuestro territorio por Kellogg Sales, sucursal argentina.

29) -----------------------------
30) Transporte Automotores Chevallier S.A. C/ Bs. As., S/ Accion Declarativa
22/08/1991
Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
Hechos:
La actora alegaba que el impuesto a los ingresos brutos gravaba la misma materia
imponible que el impuesto a las ganancias por lo que en definitiva se vulneraba el
régimen de coparticipación, habiendo una doble imposición.
Sentencia de la Corte:
 El cobro del impuesto no constituye una causa civil, por ser una carga
impuesta a personas o cosas con un fin de interés público, y su percepción,
un acto administrativo, y sólo cabe discutir en instancia originaria la validez
de un tributo cuando es atacado exclusivamente como contrario a la CN.
 El tributo IIBB actuaría como indirecto, trasladable al consumo y por ende no
afectaría la rentabilidad empresaria, supuesto que no se cumple en el caso,
debido a topes tarifarios establecidos por el gobierno que tornan imposible la
traslación, con lo cual queda configurada la doble imposición antes
mencionada.
 La decisión que se cuestiona, infringe los principios específicos de la Ley
20.221, por la cual se autoriza a las Provincias a legislar sobre IIBB,
tratándose de un impuesto indirecto, trasladable al consumo que no debería
incidir en las rentas empresarias para no superponerse con el de Ganancias
que se coparticipa. Por eso, al no autorizar el PE la incorporación de dicho
impuesto a los costos de la tarifa oficial el gravamen actúa, en la realidad,
como uno directo a la rentabilidad, burlando la prohibición de la doble o
múltiple imposición.
 El sólo hecho de la violación de la Ley de Coparticipación de Impuestos, sin
efectuar impugnaciones concretas de carácter constitucional, no es suficiente
para surtir la competencia originaria de la Corte, porque las leyes- convenio,
hacen parte del derecho público local, pues al adherirse al régimen por ley
una provincia, debe entenderse que la pretensión se funda en la presunta
violación de una ley local de adhesión. Por todo eso, su cuestionamiento no
habilita su competencia originaria.
31) El Cóndor Empresa de Transporte S.A c. Provincia de Buenos Aires

07/12/2001
Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
Hechos:
La empresa de transporte inició acción declarativa contra la Provincia de Buenos
Aires, para que se declare la inconstitucionalidad del impuesto sobre los ingresos
brutos que la provincia le quería aplicar, diciendo que es contrario a los arts. 31 y 67
inc. 12 de la CN y al régimen de coparticipación federal. La empresa cuestiona la
existencia del impuesto mencionando que afecta al transporte interjurisdiccional al
punto de desnaturalizar su ejercicio, violando el derecho de propiedad y libertad de
tránsito y comercio e invadiendo las esferas del Gobierno Nacional, en violación de
los arts. 17, 31 y 75 inc. 13 de la CN y el régimen de coparticipación habiendo una
doble imposición tributaria. También alega que la tarifas vigentes en el transporte
interjurisdiccional que presta, fueron fijadas por la Secretaria de Transportes del
Minsterio de Obras y Servicios Públicos de la Nación, organismo que no contempló
la incidencia que sobre ellas tendría la aplicación del impuesto provincial a los
ingresos brutos que impugna.
La empresa invoca la competencia original de la Corte porque en la causa es parte
una provincia y la cuestión que se debate es una cuestión federal ya que es la
distribución de competencias entre la Nación y las provincias para gravar materias
imponibles y el alcance asignado a la ley de coparticipación de impuestos.
Sentencia de la Corte:
La procuradora menciona la variada jurisprudencia sobre casos en que la Corte se
ha considerado competente y otros en que no.
Voto de la mayoría:
 Del reclamo se sustentan dos cuestiones: por un lado, la inconstitucionalidad
del gravamen; y por otro, su ilegitimidad a la luz de las disposiciones de la
ley de coparticipación federal.
 Para habilitar la instancia originaria de la Corte es preciso que en la
demanda no se planteen, además de las cuestiones federales, otras que
resultarían ajenas a su competencia.
 Con la reforma a la CN de 1994 se regula tanto los aspectos sustanciales
como los instrumentales de la coparticipación federal de impuestos, a la vez
que delega en el Congreso Nacional la determinación de las pautas para su
distribución (art. 75 inc.2). Esta incorporación es calificada como la
constitucionalización de la materia. Así, el nuevo rango asignado al tema por
la CN de 1994 y el amplio tratamiento conduce a la conclusión de que la
afectación del sistema así establecido involucra una cuestión constitucional.
 Asume carácter constitucional la eventual violación, por parte de una
provincia, del compromiso de abstenerse de ejercer la función legislativa en
facultades impositivas, propias, aunque esa transgresión pueda
exteriorizarse como un conflicto entre dos leyes locales.
 Se plantea un conflicto entre normas locales, la que crea el tributo y la que
adhirió al régimen de coparticipación federal, que se traduciría en la
afectación de la ley convenio en la materia, por invocarse la superposición
entre un tributo local y otro sujeto al mencionado régimen de distribución de
recursos.
 La cuestión ha sido presentada de manera que confronta con el actual
complejo normativo constitucional, en tanto supone la violación del
compromiso provincial de abstenerse de legislar en materia impositiva local
que ha sido incluida en el convenio de coparticipación federal.
 Se declara competente en forma originaria para conocer la acción
declarativa de inconstitucionalidad de un tributo local establecido en
violación al compromiso de abstenerse de ejercer la función legislativa en
facultades impositivas propias, ya que el esquema de distribución de
impuestos previstos por la ley convenio no puede ser modificado
unilateralmente ni reglamentado.
Voto de la disidencia (Fayt, Petracchi y Bossert):
 Mantienen la opinión de que las leyes-convenio pertenecen al derecho local
(doctrina del caso Chevallier).

32) Unilever de Argentina S.A c. Municipalidad de Río Cuarto

06/09/2005
Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
Hechos:
La actora promueve acción declarativa de certeza con el objeto de que se ponga fin
a la incertidumbre provocada por la Municipalidad de Río Cuarto que determinó de
oficio una deuda impositiva en orden a la “contribución que incide sobre la actividad
comercial, industrial y de servicios”, prevista en el Código Tributario municipal.
Sostiene la inconstitucionalidad del mencionado tributo por superponerse al
impuesto sobre los ingresos brutos provincial y, en consecuencia, resultar violatoria
de la ley de Coparticipación Federal. La Cámara Federal de Apelaciones de
Córdoba resolvió que la justicia federal era incompetente para entender en una
acción declarativa de certeza interpuesta con el fin de que se declare la
inconstitucionalidad de esa contribución. Se interpuso recurso extraordinario. La
Corte Suprema, por mayoría, revocó la sentencia recurrida y dispuso la competencia
de la justicia federal.
Sentencia de la Corte:
Voto mayoría:
 La CN establece la vigencia del esquema de distribución de impuestos
previstos en la ley 23.548, sancionada por el Estado Nacional y aprobada por
la provincias, la cual no puede ser modificada unilateralmente ni
reglamentada, razón por la cual una hipotética violación a dicha norma
federal, se proyecta sobre las nuevas cláusulas constitucionales, sin que
incida en ello el carácter local de la norma mediante la cual pudiera
efectivizarse la alteración al sistema vigente en el orden nacional.
 Se cita el caso “Quintela, Ricardo c. Estado Nacional” (2004) que dice que la
mera circunstancia de que el amparo haya sido promovido contra el Estado
Nacional, no justifica la actuación de la justicia federal en una situación
litigiosa cuya naturaleza local es evidente, en la medida en que el conflicto de
intereses invocado por la comuna sólo lo mantiene con el gobierno provincial.
 El nuevo rango asignado a la coparticipación federal de impuestos por la CN,
conduce a considerar la cuestión como federal.
Disidencia de la Jueza Argibay:
 Para la intervención del fuero federal no basta la única circunstancia de que
los derecho que se invocan vulnerados se encuentren garantizados por la
CN, porque, cuando se arguye que un acto es contrario a la leyes
provinciales y nacionales debe irse primeramente ante los estrados de la
justicia provincial.
 Las cuestiones que se plantean no se fundan directa y exclusivamente en
disposiciones de carácter federal, sino en actos legislativos de carácter
municipal, y eso amerita que se deba examinar el contenido, alcance y
aplicación de normas locales que la provincia ha dictado en ejercicio de la
autonomía que debe reconocérsele. Se está en presencia de una conflicto
entre una ordenanza municipal y la ley provincial que adhirió al régimen de
coparticipación.

33) Papel Misionero S.A.I.F.C c. Provincia de Misiones 05/05/2009


Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
Hechos:
La actora, fabricante y comerciante de pastas celulósicas, papel y otros productos,
promueve acción declarativa ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, contra
la Provincia de Misiones, con el objeto de que se declare la inconstitucionalidad de
tres resoluciones de la Dirección General de Rentas, en cuanto extiende el concepto
de mera compra, a partir de la interpretación que efectúa del art. 13 del Convenio
Multilateral, a supuestos no contemplados, alterando su mecánica y obligando a la
demandante a actuar indebidamente como agente percepción respecto de sus
compradores, a los cuales no resulta aplicable el régimen especial de esa
disposición. La empresa niega las atribuciones del órgano recaudador provincial
para interpretar las disposiciones del Convenio Multilateral, pues tal facultad le ha
sido conferida únicamente a sus autoridades de aplicación, es decir, a la Comisión
Plenaria y a la Comisión Arbitral. En razón de lo expuesto, solicita una medida de no
innovar sobre el pago de los tributos que fija las normas atacadas. La mayoría
declara la incompetencia originaria de la Corte y rechaza la medida cautelar por no
haber peligro en la demora.
Sentencia de la Corte:
Mayoría:
 Se restablece la doctrina tradicional por la cual el régimen de coparticipación
federal forma parte integrante del la normativa provincial. Las leyes convenio
hacen parte, aunque con diversa jerarquía, del derecho público provincial por
lo que su violación no abre, en principio, la instancia originaria de la Corte.
 Para habilitar la instancia prevista en el art. 117 de la CN, cuando en la causa
es parte una provincia, es preciso que en la demanda no se planteen,
además de las cuestiones federales, otros asuntos que, por ser de naturaleza
local, resultarían ajenos a su competencia, pues la eventual necesidad de
hacer mérito de ellos no obsta a su radicación por la vía intentada frente a la
necesidad de no interferir el ejercicio de atribuciones que las provincias no
han delegado al conocimiento exclusivo de la Corte.
 El caso no es de competencia originaria de la Corte, toda vez que la cuestión
federal cuyo planteamiento no es la predominante en la causa; no involucra
una cuestión de nítido contenido federal que verse sobre la preservación de
las órbitas de competencia entre los poderes del gobierno federal y los de un
estado provincial.
 La Corte estima necesario efectuar un nuevo examen de la cuestión a fin de
generar seguridad jurídica y para evitar situaciones potencialmente
frustratorias de derechos constitucionales.
 El cobro de un impuesto no constituye una causa de carácter civil por ser una
carga impuesta a cosas con un fin de interés público y su percepción un acto
administrativo.
 Sólo corresponde discutir en la instancia originaria la validez de un tributo
cuando es atacado exclusivamente como contrario a la CN. Al encontrarse el
caso relacionado, de manera sustancial, con la aplicación e interpretación de
normas de derecho provincial, la causa queda excluida de la competencia
originaria de la Corte.
Disidencia de Lorenzetti y Zaffaroni, en razón de la doctrina mencionada en “El
Condor”.

34) S.A. Parafina del Plata c. Res. 54/90 02/09/1968


Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
Hechos:
La sociedad actora, como agente de retención, ingresó después de vencidos los plazos
legales las sumas retenidas para el pago de impuestos correspondientes a terceros. El fisco
acusó a la Sociedad de la comisión del art. 45 de la ley 11683(omisión de impuestos), en la
cual es posible aplicar las multas previstas en el párr. 1º a los agentes de retención que
mantengan en su poder el impuesto retenido después de vencidos los plazos en que
debieron ingresarlo.
Sentencia de la Corte:
 Tanto la primera parte del art. 45 como el art. 44 de la ley 11683 contienen elemento
subjetivo. La mera comprobación de la situación objetiva en que se halla el infractor no
basta para configurar el delito.
 Se admite la impunidad cuando la omisión sea atribuible a “error excusable en la aplicación
al caso de las normas impositivas en que incurra quien debe pagar el impuesto por cuenta
propia o ajena”.
 Se consagra el principio de la personalidad de la pena en el que sólo puede ser reprimido
quien sea culpable, es decir aquel a quien la acción punible le pueda ser atribuida tanto
objetiva como subjetivamente.
 El art. 1 de la ley 16.656, de acuerdo con cuya nueva redacción los agentes de retención que
menciona el art. 45 pueden ser sancionados con pena de hasta 6 años de prisión, corrobora
la exigencia del elemento subjetivo para que se configure la respectiva infracción, pues no se
concibe que semejante penalidad pueda aplicarse en forma puramente objetiva sin
considerar para nada la culpabilidad del agente.
Disidencia de Chute y Bidau:
 La ley equipara en gravedad la defraudación fiscal al mantenimiento en poder del agente de
retención de sumas que no le pertenecen.

35) García Pinto, José por Mickey S.A. 05/11/1991


Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
La firma Mickey S.A. interpuso el recurso de apelación previsto en el art. 78 bis de la ley
11.683 contra la resolución de la DGI que dispuso la clausura por tres días del
establecimiento por no llevar un talonario de facturas de acuerdo a los requisitos
establecidos en resoluciones internas y en una factura no se aclaró el carácter que revestía
el comprador frente al I.V.A. La firma además de impugnar el acta de comprobación,
también planteo la inconstitucionalidad del inc. 1 del art. 44 de la ley 11.683, por
considerarlo irrazonable, excesivo y por ende violatorio de los arts. 14 y 17 de la CN. Señaló
que la clausura del negocio por tres días, y debido a una infracción formal es irrazonable
porque se le impide ejercer su derecho a trabajar consagrado constitucionalmente, y agregó
que al ordenarse el cierre de su establecimiento se lo priva de una parte considerable de su
propiedad toda vez que al no tener ninguna clase de ingreso, se lo obliga a seguir pagando
los sueldos del personal y los demás gastos que hacen al giro comercial del mismo. La DGI
interpuso recurso extraordinario.
Sentencia de la Corte:
 La sanción de clausura no se exhibe como exorbitante. Ello es porque no se afectan los
derechos tutelados en los arts. 14 y 17 de la CN, toda vez que la CN no consagra derechos
absolutos, de modo tal que los derechos y garantías que allí se reconocen se ejercen con
arreglo a las leyes que reglamentan su ejercicio, las que siendo razonables, no son
susceptibles de impugnación constitucional. Resulta incuestionable la facultad concedida al
legislador de establecer los requisitos a los que debe ajustarse una determinada actividad.
 El debate sobre la razonabilidad de una ley no puede llevarse a cabo sino en el ámbito de las
previsiones en ellas contenidas y de modo alguno sobre la base de los resultados posibles de
su aplicación, lo que importaría valorarlas en mérito a factores extraños a sus normas.
 Las leyes resultan irrazonables cuando los medios que arbitran no se adecuan a los fines
cuya realización procuran, o cuando consagran una manifiesta inequidad. Los jueces deben
inclinarse a aceptar la legitimidad si tienen la certeza de que expresan, con fidelidad, “la
conciencia jurídica y moral de la comunidad”.
 La sanción de clausura se califica como un concepto moderno que tiende a repercutir en la
economía y no en la persona del contribuyente; destacándose que el factor más relevante
de la actividad fiscalizadora respecto de la evasión fiscal, que se manifiesta en el circuito
marginal o negro, tiene su correlato en el control de las ventas, en el control de las compras
y en la falta de anotación de las mismas.
 La ley fiscal no persigue como única finalidad la recaudación fiscal sino que se inscribe en un
marco jurídico general, de amplio y reconocido contenido social, en el que la sujeción de los
particulares a los reglamentos fiscales constituye el núcleo sobre el que gira todo el sistema
económico y de circulación de bienes. La equidad tributaria se tornaría ilusoria de no mediar
el cumplimiento de los deberes formales establecidos en cabeza de quienes tengan
responsabilidad impositiva.
 Las exigencias relativas a la emisión de facturas se establecen para garantizar la referida
igualdad tributaria; desde que permiten determinar la capacidad tributaria del responsable y
ejercer el debido control del circuito económico en que circulan los bienes.
 Frente a los valores de solidaridad, resulta errónea una concepción de la libertad que la
mantenga aislada del cumplimiento de aquellas obligaciones que atiendan al respeto de los
derechos de la comunidad y la finalidad ética que sustentan al Estado.
 La clausura es de vital importancia como instrumento que erradica la evasión y lleva al logro
de la equidad tributaria y, por ende, al correcto funcionamiento del sistema impositivo.
 No basta con sostener la irrazonabilidad de una ley sino que es preciso vincularla con los
fundamentos del dictado de ésta; pues la constitucionalidad está condicionada a la
circunstancia de que los derechos afectados sean respetados en su sustancia y a la
adecuación de las restricciones que le impone, a las necesidades y fines públicos que los
justifican. Quien invoca la irrazonabilidad, debe probarla.
 La Corte sólo puede analizar el grado de adecuación existente entre las obligaciones que la
ley impone y los fines cuya realización procura, no corresponde juzgar la conveniencia del
medio arbitrado por el legislador en el ámbito propio de sus atribuciones para alcanzar el fin
propuesto, ya que el control de constitucionalidad excluyen a los jueces de ese examen.
 El pago del impuesto a los réditos no hace desaparecer la infracción cometida por el
contribuyente ni enerva la acción para aplicar la pena de multa prevista en el art. 18 de la ley
11.683, en que el infractor ha incurrido. Cometida la infracción nace la acción y ésta sólo se
extingue por la prescripción o por la imposición de la pena.

36) Mazza, Generoso y Mazza, Alberto s/ rec. de apelación. 06/04/1989


Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
Hechos:
No se encuentran expresados en ningún lado, pero por lo que pude entender se determinó
de oficio la obligación tributaria a los señores Mazza Generoso y Mazza Alberto y se les
adjudicó la sanción de la infracción prevista en el art. 46 de la ley 11.683 presumiendo el
dolo.
Sentencia de la Corte:
 No procede extender la responsabilidad penal tributaria al sistema presuncional que la ley
establece con el objeto de determinar la obligación tributaria.
 Las presunciones utilizadas por el Fisco para determinar de oficio la base imponible y los
impuestos adeudados no pueden servir de fundamento para presumir la conducta dolosa
del contribuyente y sancionarla. Es decir, se impide que las presunciones que contempla la
ley 11.683 (art. 23) a los efectos de determinar la obligación tributaria del responsable, sean
utilizadas, además, para presumir (y tener de ese modo probada) la existencia de esa
conducta dolosa; tal extremo debe acreditarse con sustento en otros elementos de prueba
tendientes a defraudar los intereses del fisco.
 El principio de culpabilidad resulta aplicable a las infracciones tributarias.
 La negativa de hacer extensivo al campo de la responsabilidad penal tributaria el sistema de
presunciones que la ley establece con el objeto de determinar la existencia y medida de la
obligación tributaria se ajusta al principio de legalidad (arts. 18 y 19 de la Constitución
Nacional) toda vez que la ley 11.683, vigente en el momento de los hechos, circunscribía la
aplicación del mencionado sistema probatorio al ámbito del derecho tributario sustantivo.

37)---------------------

38) Lapiduz, Enrique c. D.G.I.

Buenos Aires, abril 28 de 1998. - Vistos los autos: Lapiduz, Enrique c. D.G.I. s/acción de amparo.

Considerando: 1º Que la sala A de la Cámara Federal de Apelaciones de la ciudad de Rosario -al


confirmar la sentencia de anterior instancia admitió la demanda de amparo y, en consecuencia,
ordenó que el ente fiscal se abstuviese de clausurar el local comercial de la actora hasta tanto fuese
debatida y resuelta, con sentencia judicial firme, la procedencia de dicha sanción que fue aplicada por
la Dirección General Impositiva con sustento en el art. 44 de la ley 11.683 (t. en 1978 y sus modif.
[EDLA, 1978-397]). Para así decidir, declaró la inconstitucionalidad de los arts. 10 y 11 de la ley 24.765
[EDLA, 1997-a76] -modificatorios de la citada ley 11.683- en tanto disponen la ejecución sin otra
sustanciación de la sanción aplicada por la autoridad administrativa, y el otorgamiento al solo efecto
devolutivo del recurso de apelación interpuesto ante el órgano judicial correspondiente.

2º Que la Cámara destacó que si bien la jurisprudencia de esta Corte ha admitido la actuación de
cuerpos administrativos con facultades jurisdiccionales, lo hizo tras establecer con particular énfasis
que la validez de los procedimientos se encontraba supeditada al requisito de que las leyes pertinentes
dejaran expedita la instancia judicial posterior. Señaló que este requisito adquiere particular
relevancia cuando, como en el sub lite, la resolución administrativa contiene la aplicación de
sanciones penales.

3º Que, sobre la base de tal razonamiento, entendió que de aplicación la doctrina establecida por este
Tribunal en el caso Dumit (Fallos, 284:150), con arreglo a la cual no cabe hablar de juicio -y en
particular de aquel que el art. 18 de la Constitución Nacional exige como requisito que legitime una
condena si el trámite ante el órgano administrativo no se integra con la instancia judicial
correspondiente; ni de juicio previo si esta instancia no ha concluido y la sanción, en consecuencia, no
es un resultado de actuaciones producidas dentro de la misma. Por lo tanto, concluyó en que las
disposiciones de la ley 24.765 antes mencionadas resultan contrarias a la garantía del debido proceso
establecida en la Constitución Nacional.

4º Que contra la sentencia el organismo recaudador interpuso el recurso extraordinario que fue
concedido mediante el auto de fs. 125/126 vta. Aduce el recurrente que el a quo ha violado el principio
de división de poderes, puesto que los jueces carecen de facultades para reformar las leyes y prescindir
de lo que éstas disponen. En orden a ello, destaca que la ley 24.765 establece en forma clara y precisa
que las apelaciones contra las resoluciones administrativas a que ella se refiere en sus arts. 11 y 12
proceden en todos los casos con efecto devolutivo y que el ente fiscal se encuentra autorizado para
ejecutarlas, sin otra sustanciación.

Por otra parte, sostiene que las infracciones a los deberes formales requeridos para asegurar la
adecuada verificación, determinación o percepción de los gravámenes participan de la naturaleza de
las contravenciones, y que la clausura carece de carácter penal, pues consiste en una sanción de tipo
administrativo, o bien en una medida preventiva o resultante del ejercicio del poder de policía.
Asimismo alega que las normas impugnadas no vedan al particular la posibilidad de obtener el control
judicial de la resolución recaída ni le impiden -de así corresponder solicitar ulteriormente la
reparación del daño causado por ella, siempre que éste fuese efectivamente demostrado.

5º Que el primero de los mencionados agravios debe desestimarse de plano pues importa tanto como
desconocer que -según ha sido establecido desde antiguo es elemental en nuestra organización
constitucional, la atribución que tienen y el deber en que se hallan los tribunales de justicia, de
examinar las leyes en los casos concretos que se traen a su decisión, comparándolas con el texto de la
Constitución para averiguar si guardan o no conformidad con ésta, y abstenerse de aplicarlas si las
encuentran en oposición con ella, constituyendo esta atribución moderadora uno de los fines
supremos y fundamentales del Poder Judicial Nacional (confr. causa Municipalidad de la Capital c.
Isabel A. de Elortondo, Fallos, 33:162, entre otros).

6º Que a ello cabe agregar que el art. 43 de la Constitución Nacional dispone expresamente que en el
proceso de amparo el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u
omisión lesiva.

7º Que los restantes agravios del recurrente son igualmente inatendibles ya que en razón del
innegable carácter represivo que reviste la clausura prevista en el art. 44 de la ley 11.683, los
argumentos vertidos en el recurso extraordinario resultan ineficaces para desvirtuar la conclusión a la
que llegó el a quo en cuanto a la aplicación al sub examine de la doctrina establecida por esta Corte en
el precedente de Fallos, 284:150. Cabe recordar que el mencionado precedente trataba, precisamente,
sobre la aplicación de la sanción de clausura -prevista por la ley 14.878- a la que el Tribunal calificó
como una medida de índole estrictamente penal (consid. 7º).

Por ello, se declara improcedente el recurso extraordinario planteado por el Fisco Nacional. Sin costas
en atención a que no fue contestado el traslado que se confirió a fs. 122. Notifíquese y devuélvase. -
Julio S. Nazareno. - Eduardo Moliné OConnor. - Augusto César Belluscio. - Antonio Boggiano. -
Adolfo Roberto Vázquez. - Guillermo A. F. López. - Gustavo A. Bossert.

39) Ford Motors Argentina S.A c. Fisco Nacional (D.N.A)


29/04/1974
Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
Hechos:
Una sociedad comercial dedicada a la industria automotriz inició demanda contenciosa
contra el Fisco Nacional por repetición de cierta suma de dinero que consideró abonada
indebidamente, en razón de que la Aduana de la Capital Federal, por aplicación de la ley
16.690 y de los decretos 10.683/65 y 8.942/65, reclamó y obtuvo el pago de recargos del
5% sobre la importación de mercaderías durante el año 1969 y primer trimestre de 1970. La
demanda es acogida en primera y segunda instancia. Interpuesto recurso ordinario de
apelación, la Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó la sentencia apelada.
Sentencia de la Corte:
 Sigue la doctrina del empobrecimiento mencionada en el caso Mellor Goodwin.
 El derecho de repetición, supuesto particular del enriquecimiento sin causa, presupone la
acreditación por el accionante, como recaudo de la procedibilidad de su acción, no sólo el
aumento o enriquecimiento del patrimonio del obligado, sino el correspondiente y
proporcional empobrecimiento del actor lo que no es inferible, en caso de sociedades
comerciales, del sólo hecho de los pagos y por su única virtud.
 Se pone a cargo de la accionante las pruebas del enriquecimiento, del empobrecimiento y
de la relación causal entre ambos extremos.
 Los impuestos no son obligaciones que emergen de los contratos: su imposición y la fuerza
compulsiva para su cobro son actos de gobierno y de potestad pública.

40) Mellor Goodwin Combustion S.A c. Gobierno Nacional

18/10/1973
Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
Hechos:
Mellor Combustion S.A inició recurso por demora contra la DGI persiguiendo la repetición de
la suma abonada indebidamente en concepto de impuestos a las ventas correspondientes a
los años 1960/65 respecto a su actividad de fabricación e instalación de calderas
industriales.
Sentencia de la Corte:
 Resulta insuficiente la invocación de la situación que se amerita sólo respecto al gravamen
cuya repetición se pretende, habida cuenta que la accionante presentó durante 6 períodos
fiscales declaraciones juradas del impuesto a las ventas sin denunciar durante esos años la
especial condición que revestía.
 Se debe generar una aplicación concreta del principio de la realidad económica, ya que
cuando se atribuye a un acto una denominación que no responda a su esencia jurídica, es
ésta la que debe prevalecer para su encuadramiento fiscal.
 El derecho de repetición tiene su fundamento legal en la ley civil y es unánimemente
conceptuado como un supuesto particular del enriquecimiento sin causa, que en el último
análisis encierra la idea del daño experimentado en un acervo y el correlativo aumento en
otro patrimonio, desplazamiento sin derecho que genera la pretensión de restablecer la
equivalencia perdida o el equilibrio alterado. El fundamento jurídico de la restitución es la
expresión de una norma ética. Si bien tanto el error de hecho como el de derecho autorizan
la repetición, el deber de restituir nace la circunstancia de haber hecho suyo el objeto sin
que medie causa. De la prueba rendida en estos autos no se advierte que la empresa
demostrara haber cumplido el elemental recaudo de procedibilidad que implica la
acreditación, no sólo del aumento o enriquecimiento del patrimonio del obligado a la
restitución, a que limitara su prueba sino del correspondiente y proporcional
empobrecimiento del actor, que no es inferible en este supuesto de haber pagado.
 No sólo el enriquecimiento de la otra parte y la falta de causa son indispensables; la ausencia
de empobrecimiento en el accionante o su falta de acreditación y cuantía implica descartar
el interés legítimo para accionar en justicia reclamando la devolución íntegra de las sumas
ingresadas por pagos de tributos que se impugnen.
 La sociedad actora trata de repetir un impuesto que por su naturaleza es trasladable, lo que
torna viable el razonamiento que informa soluciones de otros ordenamientos en los cuales
sólo se autoriza la repetición cuando la empresa reclamante demuestra que no hubo
traslación de la carga impositiva. Si quien demanda por repetición obtiene sentencia
favorable y antes trasladó el impuesto al precio de la mercadería vendida, habría cobrado
dos veces.
 La repetición de un impuesto depende de la indispensable prueba perjuicio sufrido, lo que
demuestra el interés legítimo.
 No corresponde sostener que medie enriquecimiento indebido del fisco por el simple hecho
de acreditar el desembolso del tributo, ya que el contribuyente actos debió demostrar que
ese pago ha representado para sí un detrimento patrimonial concreto.

41) Petroquímica Argentina S.A (PASA) 17/05/1977


Tribunal: Corte Suprema de Justicia de la Nación
Hechos:
La actora inició demanda por repetición de las sumas abonadas en razón de arancel
consular por la importación de bienes para ser incorporados al país como inversiones de
capital. El Tribunal Fiscal de la Nación hizo lugar a la acción, pero una vez apelado el caso,
la Cámara no entró a considerar la cuestión de fondo vinculada con la procedencia del
tributo, sino que hizo aplicación de la doctrina en el caso “Mellor Goodwin” y dictaminó la
falta de prueba haciendo válida la presunción de que la carga tributaria había sido
trasladada a tercero, lo que tornaba improcedente su repetición. La actora dedujo recurso
extraordinario, porque se siente agraviada con la sentencia por considerarla violatoria de las
garantías constitucionales de la defensa en juicio y de la propiedad; la primera, en razón de
la oportunidad en que fue introducida la exigencia de la prueba del empobrecimiento y la
segunda, por causarle una grave lesión patrimonial.
Sentencia de la Corte:
 En materia de repetición de impuestos comprendidos en la ley 11.683, este cuerpo legal
contiene normas propias que reglan todo lo relativo al ejercicio de ese derecho. No sólo el
art. 74 establece como principio general que “los contribuyentes y demás responsables
tienen acción para repetir los tributos y sus accesorios que hubieren abonado de más, ya
sea espontáneamente o a requerimiento de la DGI”, sino que el art. 76 determina
especialmente que “incumbe al mismo (actor) demostrar en qué medida el impuesto
abonado es excesivo con relación al gravamen que según la ley le correspondía pagar”.
 Que la acción instituida con el objeto de lograr la restitución de lo pagado indebidamente
en concepto de tributos, encuentra su fundamento superior en el principio del derecho
natural que “nadie debe enriquecerse sin causa a costa de otro”.
 La teoría del enriquecimiento sin causa en el derecho civil requiere el: : a) enriquecimiento
del demandado; b) correlativo empobrecimiento del demandante; c) relación de causalidad
o nexo causal; d) falta de causa jurídica que justifique el enriquecimiento; e) que el
damnificado no tenga otra acción fundada en ley o en contrato que le permita obtener el
resarcimiento que reclama. Sin embargo, la Corte descarta la aplicación en materia
tributaria de las reglas del derecho civil sobre enriquecimiento sin causa como expresión de
una norma jurídica general. En este caso la Corte analiza comparativamente la regulación
civil con la de la ley 11683 y llega a la conclusión que en esta última sólo se requiere: la
prueba del pago y la falta de causa.
 Demostrar la absorción de la carga impositiva por no haberla trasladado a los precios de los
productos haría perder a las leyes tributarias su individualidad propia, con riesgo de afectar
garantías consagradas por la CN, y por otro lado, vendría a crear una nueva condición no
requerido para la procedencia de la acción.
 Si alguna duda subsistiera sobre la prueba del empobrecimiento en lo que se vincula con la
traslación de tributos, queda disipada si se tiene en cuenta que el art. 74 de la ley 11.683
confiere acción no solamente a los contribuyentes sino también a los meros responsables, y
estos últimos no son titulares de la obligación tributaria, motivo por el cual su patrimonio
no se verá disminuido por virtud del pago ni aumentado por su repetición. Además, la ley
tampoco exige demostrar el empobrecimiento, tratándose de la compensación de saldos
acreedores del contribuyente, o de la acreditación o devolución de lo pagado en exceso; es
decir, que el fisco no entra a averiguar si un tributo ha sido incorporado o no al costo de un
producto y trasladado al precio de venta.
 El interés inmediato y actual del contribuyente que paga un impuesto, existe con
independencia de saber quién puede ser la persona que soporte el peso del tributo, pues la
repercusiones de éste determinadas por el juego complicado de las leyes económicas,
podrían llevar a la consecuencia inadmisible de que en ningún caso las leyes de impuestos
indirectos y aun las de los directos en que también aquella se opera, pudieran ser
impugnadas como contrarias a los principios constitucionales. Siempre se ha reconocido
interés a los inmediatamente afectados por un impuesto para alegar su
inconstitucionalidad sin tomar en cuenta la influencia que aquel puede tener sobre el
precio de las cosas, ni quien sea el que en definitiva los abona, extremo ambos sometidos a
reglas económicas independientes de las leyes que dan derecho a repetir un pago sin causa
o con causa contraria. La circunstancia de que quien realizó el pago haya cobrado, a su vez,
fraccionadamente, la misma suma a otras personas, no puede constituir un argumento
valedero para su devolución si procede, porque los últimos podrían a su turno, accionar
contra los introductores y los consumidores contra aquellos, si hipotéticamente se
hubieren preparado en una acción conjunta con esa finalidad.

42) NOBLEZA PICCARDO SAIC C/ E. NAC. -DGI- 2004

HECHOS: La actora promovió demanda de repetición contra el Estado Nacional (Dirección


General Impositiva) con el objeto de obtener la restitución de las sumas que consideró
indebidamente abonadas en concepto del tributo destinado al "Fondo Transitorio para
Financiar Desequilibrios Fiscales Provinciales", que fue creado por la ley 23.562 y
prorrogado por las leyes 23.665 y 23.763 hasta el 31 de diciembre de 1990. Según resulta
de la lectura del escrito de demanda, aquélla limitó su pretensión a los pagos efectuados a
raíz de las ventas de cigarrillos realizadas entre el 19 de febrero y el 31 de mayo de 1991 y
entre el 1° de julio y el 31 de diciembre de ese mismo año. La demandante sustentó su
reclamación, básicamente, en que el art. 27 de la ley 23.905 es inconstitucional pues, según
sostiene, esta norma -que restableció la vigencia del tributo antes mencionado hasta el 31
de diciembre de 1991- vulnera los artículos de la Constitución Nacional relativos a la
formación y sanción de las leyes. En este sentido destacó que a pesar de que en la Cámara
de Diputados se había resuelto, en el proyecto de dicha ley, establecer el tributo hasta el 31
de mayo de 1991, en el Senado se consideró que el lapso de vigencia del gravamen debía
extenderse hasta el 31 de diciembre de ese año. Señala que, a raíz de tal modificación el
proyecto debió volver a la cámara de origen para su tratamiento y, sin embargo, fue enviado
al Poder Ejecutivo de la -2- Nación y promulgado como "ley".
El juez de primera instancia expresò que la demanda debe ser rechazada "...no sólo porque
la actora omitió demostrar el detrimento patrimonial que adujo como consecuencia del pago
del tributo sino también porque su contraria probó que tal pago integró el precio de los
cigarrillos que vendió; esto es: no sufrió perjuicio personal". Se considerò que carecìa de
legitimaciòn activa.
La Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal
declaró nula la sentencia de primera instancia -por incongruencia-, y, tras examinar el fondo
del asunto, hizo lugar a la demanda. Considerò que sì existiò legitimaciòn activa, y que el
Fisco no habìa opuesto excepciòn al respecto. Por otro lado, dijo que nada tenia que ver
con lo reclamado por la actora, en cuanto a la validez de la norma, lo referido al perjuicio
personal. Ademàs agregò que “...con sustento en lo resuelto por la misma sala en la causa
"Massalín Particulares S.A. - Nobleza Piccardo S.A.I.C. y F. c/ Estado Nacional", sentencia
del 6 de junio de 1995 que, al resultar acreditada la falta de convergencia entre ambas
cámaras del -4- Congreso Nacional en cuanto al tiempo de vigencia de la norma
cuestionada, "no ha existido ley válidamente sancionada" por lo que, como se señaló,
admitió la demanda de repetición.”
El fisco interpone recurso ordinario de apelacion.
DICTAMEN DE CSJN: Por un lado, manifiesta que la sentencia de primera instancia no es
nula. Por el contrario, sostiene que era correcto lo expresado por el juez de primer instancia
respecto a la falta de vulneracion a una derechos constitucional. “La suerte adversa a la
procedencia de la acción intentada por la actora -como ha sido dicho en los considerandos
7° y 8° de la presente- halla su razón de ser en que se pretende impugnar la
constitucionalidad de una norma sin demostrar el gravamen concreto que ella le produce al
impugnante. Máxime, cuando -producto de la actividad probatoria realizada en las
instancias anteriores- el Tribunal tiene ante sí constancias como la de fs. 386 que impide, en
el caso, considerar que el pago efectuado por Nobleza Piccardo haya importado una lesión
a la garantía que consagra el art. 17 de la Constitución Nacional”. Por ello se revoca la
sentencia y se rechaza la demanda.
VOTO DE ZAFFARONI: En cuanto al fondo, “la acción de repetición de impuestos -
institución propia del derecho tributario- tiene su fundamento y origen en el principio de que
"nadie debe enriquecerse sin causa a costa de otro", regla ética de proyección patrimonial
que no sólo alcanza a los particulares sino también al Estado. ... resulta determinante la
consideración de que si el pago del tributo no ha causado un menoscabo patrimonial a
quien lo realizó, por haber trasladado su carga a terceros, aquél carece de interés legítimo
para accionar en justicia reclamando la devolución de las sumas que haya ingresado en tal
concepto. ... si bien la traslación impositiva es un fenómeno regido por las leyes de la
economía, existen ciertos casos en los que es posible y además necesario reconocer
trascendencia jurídica a los efectos económicos de los impuestos para arribar a una
solución que resulte armónica con los derechos y garantías que reconoce la Constitución
Nacional y con el restante ordenamiento jurídico vigente (Fallos: 308:2153; 316:1533), por lo
que, en modo alguno puede extraerse una conclusión que ampare el ejercicio de una acción
dirigida a obtener del Estado lo que el demandante ya ha recibido de terceros. Que, por lo
tanto, la repetición intentada en autos no puede proceder en virtud de que no se ha
acreditado un presupuesto básico de esta acción, teniendo en cuenta que la actora trata de
repetir un tributo que por su naturaleza ha trasladado a los consumidores. En efecto, con
arreglo a señera jurisprudencia de este Tribunal, sólo cabe autorizar la repetición cuando la
empresa reclamante demuestra que no hubo traslación de la carga impositiva, en tanto, si
quien demanda por repetición obtiene sentencia favorable, y antes trasladó el impuesto al
precio de la mercadería vendida, habría cobrado dos veces por distintas vías, lo cual es
contrario a la buena fe, criterio que reposa en una clara regla ético jurídica, conforme a la
cual la repetición de un impuesto no puede sino depender de la indispensable prueba del
real perjuicio sufrido (doctrina de Fallos: 287:79; "S.A. Mellor Goodwin C.I. y F.")”.-.

43) Filcrosa S.A. s/ quiebra s/ incidente de verificación de Municipalidad de


Avellaneda.
2000 CSJN

Hechos: La Municipalidad de Avellaneda iniciada incidente de verificaciòn de crèdito por


tasas municipales impagas, contra FILCROSA S.A. , que se hallaba en proceso de quiebra.
El sìndico de la quiebra opone excepciòn de prescripciòn en virtud de lo dispuesto por el art.
4023 del Cod. Civil -5 años-. La Municipalidad hace valer la ordenanza nª 10607 que
establece un plazo de 10 años para ese tipo de gravamen. En primera instancia rechazan la
defense de prescripciòn y en segunda instancia confirma dicha sentencia.El sìndico llega a
la Corte por recurso extraordinario federal -en virtud de la aparente colisión de normas
locales y nacionales-.

Dictamen del procurador: “..no resulta admisible la Ordenanza de la Municipalidad de


Avellaneda en cuanto ha regulado un aspecto de las obligaciones tributarias que está
vedado, también, a la provincia de la cual forma parte. De allí que, a mi entender, resulta
aplicable el art. 4027, inc. 31 del Código Civil, en cuanto declara que se prescriben por cinco
años las obligaciones de pagar los atrasos "de todo lo que debe pagarse por años, o plazos
periódicos más cortos." ”. La autonomía tributaria de las provincias no implica desconocer
que se le delegò a la Naciòn la atribución de legislar sobre materia de fondo, común a todas
las obligaciones como lo es la prescripciòn -formas de extinciòn-. “"No basta apelar a la
autonomía del derecho tributario para desconocer la uniformidad de la legislación de fondo
perseguida mediante la atribución que se confiere al poder central para dictar los códigos,
según el art. 67, inc. 11, de la Constitución Nacional; uniformidad ésta que no sería tal si las
provincias pudieran desvirtuarla en su esencia, legislando con distinto criterio instituciones
fundamentales de carácter común, so color del ejercicio de los poderes que les están
reservados", lo cual, por cierto, no implica negar "que las provincias gozan de un amplio
poder impositivo conforme se lo destacó en Fallos: 243:98; 249: 292 y sus citas, sino
simplemente reconocer que ese poder encuentra sus límites constitucionales en la
delegación de atribuciones efectuadas al Gobierno Nacional, con miras a lograr la unidad,
entre otras materias fundamentales, en lo tocante a la legislación de fondo"”. Opina que
debe declararse invàlida la ordenanza, revocar la sentencia y mandar a dictar una nueva.

Fallo de CSJN: Remarca “Que no es hecho controvertido en autos que,dentro del régimen
de competencias asignado por la Constitución Nacional, es facultad no delegada por las
provincias al Gobierno Nacional la de establecer los tributos cuya verificación fue reclamada
en autos. La cuestión litigiosa, en cambio, consiste en dilucidar si esa facultad incluye la de
fijar la prescripción de los aludidos tributos o, en cambio, esta última corresponde a la
Nación en razón de lo dispuesto en el art. 75, inc. 12, de la misma Constitución.” “...que la
prescripción no es un instituto propio del derecho público local, sino un instituto general del
derecho, lo que ha justificado que, en ejercicio de la habilitación conferida al legislador
nacional por el citado art. 75, inc . 12, éste no sólo fijará los plazos correspondientes a las
diversas hipótesis en particular, sino que, dentro de ese marco, estableciera también un
régimen destinado a comprender la generalidad de las acciones susceptibles de extinguirse
por esta vía.” “...no se advierte cuál sería el motivo para presumir que, al dictar la
Constitución, las provincias hayan estimado indispensable presupuesto de sus autonomías,
reservarse la posibilidad de evaluar los efectos de la propia desidia que ésta lleva implícita.
Si se sostuviera lo contrario, a igual conclusión debería arribarse con referencia a aquellos
otros modos extintivos de innegable similitud en cuanto a la efectividad de la ejecución de
las obligaciones, con la consecuente incertidumbre que ello aparejaría en materias que,
como ésta, comprometen seriamente la seguridad jurídica.”. “Que en ese marco, debe
tenerse presente que del texto expreso del citado art. 75, inc. 12, de la Constitución deriva
la implícita pero inequívoca limitación provincial de regular la prescripción y los demás
aspectos que se vinculan con la extinción de las acciones destinadas a hacer efectivos los
derechos generados por las obligaciones de cualquier naturaleza. Y ello pues, aun cuando
los poderes de las provincias son originarios e indefinidos y los delegados a la Nación
definidos y expresos (Fallos: 320:619, entre otros), es claro que la facultad del Congreso
Nacional de dictar los códigos de fondo, comprende la de establecer las formalidades que
sean necesarias para concretar los derechos que reglamenta y, entre ellas, la de legislar de
manera uniforme sobre los aludidos modos de extinción (Fallos: 320:1344).” “... Que de tal
modo, sustentada en la afirmación de que lo atinente a la prescripción no concierne al
régimen impositivo previsto en la Constitución, esta solución respeta las previsiones de su
art. 31, que imponen a las provincias, en ejercicio de su poder no delegado, adecuarse a las
normas dictadas por el Congreso Nacional en ejecución de aquellos que sí lo han sido. Y es
claramente más valiosa desde un punto de vista práctico, pues, además de reflejar el
propósito de los constituyentes de contribuir a la creación de aquellos lazos de unidad entre
las provincias y sus integrantes necesarios para fundar la República, evita los peligros
ínsitos en la dispersión de soluciones concernientes a institutos generales, que quedarían
librados -pese a tal generalidad- al criterio particular de cada legislatura local.”
En consecuencia, revoca la sentencia apelada y ordena remitir la causa a otro órgano a fin
de que emita una nueva.-

44) Sociedad italiana de Benef. en Bs As. C. DGC S. recurso de apelacion judicial-


Trib. Sup. Ciudad de B.A.- 2003

Hechos: La Dirección General de Rentas de la Ciudad de Buenos Aires dictó, el 29 de


diciembre de 1999, la resolución nº 4569-DGR-99, por la que determinó de oficio el monto
adeudado por la Sociedad Italiana de Beneficencia en concepto de impuesto a los ingresos
brutos correspondiente al período fiscal 1988, 12º anticipo mensual.
La Sociedad Italiana de Beneficencia interpuso recurso de reconsideración contra la
resolución mencionada, y a raíz de ello la Dirección General de Rentas dictó, con fecha 29
de mayo de 2000, la resolución 1881-DGR-2000, que ratificó la determinación de oficio
practicada.
Dicha entidad interpuso recurso de apelación ante la Cámara en lo Contencioso
Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires en los términos del art. 106 ter del
Código Fiscal, contra la resolución nº 1881-DGR-2000, lo que motivó el dictado —por parte
de la Sala II— de la sentencia que decidió hacer lugar al recurso de apelación y revocar la
resolución recurrida, basándose en que la Sociedad Italiana de Beneficencia se encontraba
exenta del pago de impuesto a los ingresos brutos.
El Gobierno interpuso recurso de inconstitucionalidad contra esa sentencia, el cual fue
declarado inadmisible por la Sala II , lo que motivó la interposición de una queja.
El Tribunal hizo lugar a los recursos de queja e inconstitucionalidad interpuestos por el
GCBA, revocó la sentencia recurrida y dispuso que la Sala I de la Cámara de Apelaciones
en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires dictara un nuevo
pronunciamiento —ajustado a las pautas establecidas— que comprendiera la totalidad de
las cuestiones planteadas en el recurso de apelación que trajera el debate a sede judicial.
La Sala I de la Cámara Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos
Aires dictó tal sentencia y en ella rechazó el recurso de apelación interpuesto por la
Sociedad Italiana de Beneficencia de Buenos Aires contra la resolución nº 1881-DGR-2000.
La entidad interpuso contra esa decisión un recurso de inconstitucionalidad, desestimado
por el tribunal a quo lo que motivó la interposición de la presente queja. El Sr. Fiscal
General Adjunto, en su dictamen propició que se declare procedente la queja y se rechace
el recurso de inconstitucionalidad interpuesto.
La Sociedad Italiana alega a su favor el plazo de prescripción quinquenal dispuesto por el
art. 4027 inc. 3 del Código Civil, mientras que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se
escuda en el plazo de prescripción decenal contemplado en la legislación local.

DICTAMEN DEL TRIBUNAL: El fallo está dividido en los votos de cada uno de los tres
jueces, con el resolutorio final.-
Entre los fundamentos plasmados en el fallo a favor del “criterio autonomista” del derecho
tributario podemos leer:
“La reforma constitucional de 1994 consagró la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires,
confiriéndole facultades propias de legislación, con la única limitación derivada de las
disposiciones de una ley de garantías de los intereses del Estado Nacional (art. 129). Dicha
ley 24.588, previó, expresamente, que la Ciudad -continuadora a todos los efectos de la
Municipalidad de Buenos Aires tendrá facultades propias de jurisdicción en materia tributaria
local (art. 8).”
“De lo expuesto se infiere que la Ciudad de Buenos Aires goza y ejerce facultades
tributarias propias, como las provincias junto a las que integra el sistema federal argentino y
con las que concurre en el régimen de coparticipación previsto en el art. 75 inc. 2°, de la
Constitución Nacional. Aún cuando se intentara adoptar una postura restrictiva de la
autonomía, ella no encontraría - en este punto- sustento ni siquiera en la ley 24.588 que,
como se viera, reconoce expresamente el ejercicio por los órganos del gobierno local de las
facultades tributarias a las que alude.”
ESTE FALLO CONTRARÍA LA DOCTRINA DE “FILCROSA”, Y SU POSICIÓN SE
PLASMA EN EL NUEVO COD CIV Y COM. ART 2560. (SEGÙN
http://www.eldia.com/nota/2015-11-15-adios-a-la-doctrina-del-fallo-filcrosa)

VOTO DE LA JUEZA CONDE: Analiza los dos agravios expresados, por separado:
prescipciòn e intereses.
Nos importa el primero: la actora sostiene que lo dispuesto por el Cod. Fiscal de CABA
contrarìa al Cod. Civil, ya que aquella establece un plazo de 10 años para casos de
contribuyentes no inscriptos -como esta entidad-, en cambio el código civil establece 5 años.
La jueza dice: “La regulación de la prescripción liberatoria por el Código Civil está, entonces,
destinada a proyectarse sobre aspectos relativos a los efectos adjetivos de las relaciones
sustantivas que ese cuerpo normativo contempla. Si tenemos en cuenta que las provincias
no han delegado en el Gobierno Federal el dictado de los códigos de procedimientos,
parece razonable pensar que el legislador federal, al dictar las normas que constituyen la
legislación común de la República, ha querido asegurarse —con criterio debatible desde el
punto de vista constitucional— cierta homogeneidad en algún aspecto atinente a tal
regulación. ...Toda vez que esa regulación constituye un avance sobre las facultades
inherentes a los estados que integran el sistema federal, debe considerársela limitada a las
relaciones jurídicas establecidas con base en los cuerpos normativos mencionados en el
artículo 75, inc. 12 de la Constitución Nacional, aún cuando se parta de una relación jurídica
de derecho público —v.gr. cuando se demanda un estado provincial por daños y perjuicios
derivados de una relación de derecho público—. Pero es claro que no puede admitirse su
aplicación en materias cuya regulación no ha sido delegada en el gobierno federal, como es
la tributaria local…. Nada obsta a que la legislación común civil sea aplicada
analógicamente en materia administrativa o tributaria, en defecto de una regulación
específica; pues ello constituye una lógica práctica jurídica destinada a dar solución a
cuestiones, problemas o casos que no se hallan regulados por un precepto concreto. Así,
ante un supuesto de vacío legislativo —que no se verifica en el caso—podrían aplicarse
supletoriamente los plazos de prescripción contemplados en el Código Civil, que regulan las
relaciones entre acreedores y deudores en el ámbito del derecho privado, y no las que se
originan entre el Estado y sus gobernados cuando aquél obra como poder público en
ejercicio de su soberanía e imperio (SC Buenos Aires, 18 de julio de 2001, “Sánchez, Adrián
M. s/ conc. prev. s/ inc. de rev. por: Provincia de Buenos Aires”, publicado en La Ley 2002-
A, pág. 437 y ss.); pero cualquier traslación e interpretación debe efectuarse con criterios
analógicos, teniendo en consideración la naturaleza de los intereses involucrados; pues es
claro que la percepción de tributos por el Estado es indispensable para la existencia del
gobierno.”
“No carece de razonabilidad que la legislación local otorgue distinto tratamiento al
contribuyente inscripto de quien no se ha inscripto en los registros fiscales, tal como lo hace
la legislación nacional; pues la situación de uno y otro no pueden considerarse equiparadas
en términos de igualdad. Es claro que para el gobierno local la determinación de la
situación tributaria de quien no ha ingresado sus datos en el registro requiere de un
despliegue de actividad mayor que el necesario para establecer la situación de quien sí los
ha ingresado y ha proporcionado información a las bases de datos oficiales. Por ello es
razonable que el plazo de prescripción de la acción tributaria respecto de aquél sea mayor
que el fijado para demandar a éste.
En mérito a lo expuesto, debe confirmarse la sentencia de Cámara, en cuanto determina la
aplicación al caso del plazo de prescripción decenal contemplado en el art. 1 inc. b de la ley
19.489.”

VOTO DEL JUEZ MAIER: Siguiendo los fundamentos de la jueza, analiza con mas
detenimiento el fallo Filcrosa, al que considera absurdo. “De tal manera, cuando el art. 75,
inc. 12 (numeración actual), menciona los diferentes códigos de Derecho material, tan sólo
ha establecido una pauta de distribución de competencia legislativa entre la Nación y las
provincias respecto del Derecho común, pauta que, interpretada racionalmente, no sólo
debe obedecer al texto de los actuales arts. 121 y 126 de la CN —legislación local la regla,
legislación nacional la excepción—, sino que, en el caso particular de los gobiernos locales,
debe respetar las autonomías legislativas reconocidas. Aun la sentencia mencionada de la
CSJN reconoce la autonomía legislativa que, en materia tributaria, poseen las provincias y,
por supuesto, la ciudad de Buenos Aires, conforme al texto actual del art. 129 de la CN.
Conforme a ello, si el poder de legislación de ciertos tributos reside en las legislaturas
locales, también el poder de ceñir a plazo ese deber tributario o su ejecución reside en la
legislatura local creadora del deber, puesto que el art. 75, inc. 12, de la CN, no encomienda
al Congreso la regulación exclusiva de la institución de la prescripción y sus plazos, sino,
muy por lo contrario, le atribuye el poder de legislación sobre las relaciones civiles, de
Derecho privado, aun cuando en esas relaciones intervenga el Estado (CC, 3951).”
Considera que la CSJN en ese caso, extralimitó su poder de revisiòn: “Pero adviértase que
ese criterio también avanza, por repercusión directa —carácter transitivo—, sobre el control
centralizado que la CSJN ejerce sobre las administraciones de justicia locales a través del
llamado recurso extraordinario (ley nº 48, art. 14), pues se arroga la interpretación de la
legislación común, poder que las provincias, expresamente, negaron al judiciario nacional —
salvo cuando las cosas o las personas caigan bajo su jurisdicción— y se reservaron como
propio al tiempo de delegar su sanción en los órganos nacionales, regla que sí está
contenida, precisamente, en el texto del art. 75, inc. 12: “... sin que tales códigos alteren las
jurisdicciones locales, correspondiendo su aplicación a los tribunales federales o
provinciales, según que las cosas o las personas cayeren bajo su respectivas jurisdicciones;
...”. El sentido histórico de esa cláusula constitucional determina su significado y debe ser
tenido en cuenta al momento de utilizarla. Ahora se puede apreciar la razón de ser —
centralización— de la expansión desmedida de la CSJN y de los males que le son criticados
desde hace tiempo, como desarrollo institucional de ese órgano nacional y con
independencia de las personas que ocupan sus cargos (expansión de personal a
cantidades casi increíbles hace apenas una décadas; expansión de casos en los cuales
conoce por recurso, que superan varios millares; y expansión de recursos admitidos según
variadas formas de procedencia impuestas por mecanismos que el mismo tribunal
desarrolló; congruentemente, expansión de sentencias dictadas, cuyo número no permite
encubrir el hecho de que muchas de ellas no responden al criterio personal de los jueces
que integran el tribunal o a una deliberación real entre ellos, maguer su acierto o desacierto;
expansión del atraso y morosidad, computable en años, y expansión de sus competencias
comunes, no establecidas por la CN, como aquella derivada del Derecho previsional)”
Su voto fue : a) rechazar parcialmente la queja respecto del motivo centrado en los
intereses de la deuda tributaria, y hacer lugar al mismo recurso en todo lo referente al plazo
de prescripción de la obligación tributaria y su cómputo, y b) rechazar el recurso de
inconstitucionalidad interpuesto por la demandada y admitido por el tribunal.

VOTO DE LA JUEZ RUIZ: Tambien analiza el fallo Filcrosa, sobre todo respecto al
fundamento de proteccion de la propiedad privada que de alli deriva, en base a ejemplos en
los cuales la legislacion lcal tambien legisla y protege dicho derecho.
Además dice “En síntesis, la prescripción puede ser regulada tanto por la legislación de
fondo como por la legislación local. El criterio de distribución de competencia no puede
construirse a partir de priorizar las normas del Código Civil sin atender al tipo de relaciones
jurídicas involucradas. Como sostiene mi colega el juez Julio B. J. Maier en el apartado 1 de
la primera parte de su voto, “el Congreso de la Nación se ha pronunciado ya hace tiempo
acerca de los plazos de prescripción de ‘Las acciones del Fisco para determinar y exigir el
pago de los impuestos...’ (art. 56, ley 11.683, t. o. al 13/7/1998, B. O. 20/7/1998; y, antes
aún, art. 1º, ley 11.585 para los restantes impuestos nacionales, tasas y contribuciones de
mejoras, no incluidos en la ley 11.683)”. También a través de “la ley nº 19.489, dictada
también por la autoridad nacional, pero ésta vez como legislatura local (entonces art. 67,
inc. 27, CN), para la entonces Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires”. Los plazos
fijados —y las razones y presupuestos en que se sustentan y diferencian— por el Congreso
de la Nación como poder legislativo nacional, coinciden con los distintos plazos de
prescripción contemplados en la norma que dictara en su carácter de legislador local,
aplicados en la sentencia que se recurre (10 y 5 años, según el contribuyente esté o no
inscripto).”
Su voto: “Por las razones expuestas, voto por admitir la queja planteada y rechazar el
recurso de inconstitucionalidad, con costas por su orden.”
VOTO DEL JUEZ CASÁS: Hace una reseña histórica de la evoluciòn de la autonomía del
derecho tributario, tanto en la jurisprudencia como en la doctrina. Tambièn analisa el fallo
Filcrosa.
Como conclusiòn respecto del agravio referido a la prescripciòn dice: “Tengo para mí que la
primera de las articulaciones, consistente en la pretensión de que se aplique la prescripción
quinquenal prevista en el art. 4027 inc. 3º del Código Civil, a expensas de la contemplada
en la ley nº 19.489, no puede prosperar, habida cuenta de que: a) la autonomía dogmática
del Derecho tributario —dentro de la unidad general del Derecho— es predicable respecto
de tal rama jurídica tanto en el orden federal como local; b) la unidad de legislación común,
consagrada por el Congreso Constituyente de 1853, quedó ceñida a las materias
específicas a que se alude en la Cláusula de los Códigos, no pudiendo trasvasarse dichas
disposiciones, sin más, al ámbito del Derecho público local; c) la “sumisión esclavizante” del
Derecho tributario local al Derecho privado, podría conducir a consecuencias impensadas,
reproduciendo desconceptos como los que se observan en el voto de la mayoría recaído en
la causa: “Doña Tomasa Vélez Sarfield” —ya citada—, del año 1882, en que se reputó el
Impuesto a las Herencias como una legítima forzosa impuesta al causante. A modo de
ejemplo sirva efectuar una breve reseña de consecuencias disvaliosas: el Impuesto de
Sellos, como no se paga por años o por períodos más cortos, prescribiría para todos los
otorgantes de los instrumentos, aunque no tengan obligación de inscribirse, a los diez años;
las uniones transitorias de empresas, al carecer de personalidad jurídica, no podrían ser
contribuyentes del Impuesto sobre los Ingresos Brutos, a pesar de revestir tal carácter en el
Impuesto al Valor Agregado (impuesto también genérico al consumo); y los gravámenes
que pesan sobre inmuebles en condominio con tasas progresivas parcelarias, deberían
reliquidarse, de volver a cobrar vigencia la tesis civilista adoptada in re: “Ana Masotti de
Busso y otros v. Provincia de Buenos Aires” (Fallos: 207:270), sentencia del 7 de abril de
1947; d) se afectaría el principio de igualdad esencial entre el Estado Nacional y las
provincias como entes gubernativos, en cuanto la potestad tributaria normativa —atributo
iure imperii—, sufriría menoscabo en el segundo de los supuestos, a diferencia del primero;
e) se quebraría la actual unidad y uniformidad de legislación sobre prescripción en el ámbito
específicamente tributario, a tenor de las disposiciones análogas contenidas en la ley nº
11.683; f) en subsidio, se pasaría por alto que la ley local nº 19.489 —lex posterior y lex
specialis—, ha sido sancionada por el órgano titular con la atribución de dictar los Códigos
de fondo y; g) también en subsidio, se convertiría en Ley Suprema una interpretación sólo
posible y no pacífica de un artículo del Código Civil para menoscabar la autonomía de los
Estados locales, con lesión palmaria al federalismo que sustenta la Carta Política de 1853.”
Su voto concuerda con el de los demas. (ES UN VOTO SUPER EXTENSO)

RESUELVEN: RECHAZAR EL RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD -es decir,


queda firme la sentencia de la Cámara Nacional, que rechazaba la demanda-

45) AFIP C. INTERCOOP SRL - AÑO 2010


Hechos:
La AFIP promovió ejecución fiscal contra Intercoop SRL por saldos en su
declaración jurada en concepto de IVA, ganancias y aportes a la seguridad social.
Se procedió al embargo hasta cubrir dicha suma mas 15% en concepto de costos
y costas del proceso. Conforme el articulo 92 de la ley 11683, la cual faculta a los
funcionarios del organismo recaudador de la potestad de disponer y trabar
medidas cautelares unilateralmente
El Juzgado federal declaro la inconstitucionalidad del inciso 5 articulo 18 de la
ley 25239 la cual sustituye al art. 92 de la ley 11683 y dicto la nulidad de todos los
actos procesales cumplidos
La Cámara revoco la decisión,
se interpuso recurso extraordinario federal
La Corte Suprema de Justicia de la Nación revoco parcialmente la sentencia
apelada y declaró la inconstitucionalidad de las normas impugnadas.
Sumario

Es inconstitucional el régimen establecido en el art. 92 de la ley 11.683, en cuanto otorga a


los funcionarios del organismo recaudador la potestad de disponer y trabar unilateralmente
medidas cautelares, en la medida en que no se adecua a los principios y garantías
constitucionales de la división de poderes, la defensa en juicio y la propiedad –

* En su actual redacción, el art. 92 de la ley 11.683 contiene una inadmisible delegación en


cabeza del Fisco Nacional de atribuciones que hacen a la esencia de la función judicial

* A los fines de descartar que el embargo preventivo trabado conforme las disposiciones del
art. 92 de la ley 11.683 constituya un supuesto de privación de la propiedad sin “sentencia
fundada en ley” —art. 17 de la Constitución Nacional—, tal clase de medidas es por
naturaleza una restricción provisional del derecho de propiedad que, si bien afecta la
disponibilidad de los bienes, no altera la titularidad del dominio de éstos, la cual se mantiene
en cabeza del propietario (Del voto en disidencia de los doctores Petracchi y Argibay)

*Corresponde rechazar la impugnación del art. 92 de la ley 11.683, —en cuanto otorga a los
funcionarios del organismo recaudador la potestad de disponer y trabar unilateralmente
medidas cautelares— con base en que se habría vulnerado el principio de división de
poderes consagrado por el art. 109 de la Constitución Nacional, pues resulta compatible con
la Constitución Nacional la creación de órganos, procedimientos y jurisdicciones de índole
administrativa con potestades de tipo jurisdiccional destinados a hacer más efectiva y
expedita la tutela de los intereses públicos, bajo la condición de que el pronunciamiento
emanado de la autoridad administrativa quede sujeto a un “control judicial suficiente”.(Del
voto en disidencia de los doctores Petracchi y Argibay

46) SANTIAGO DUGAN TROCELLO S.R.L c. MINISTERIO DE ECONOMIA


2005
Un contribuyente interpuso acción de amparo a fin de que se declare la
inconstitucionalidad de los arts. 39 de la ley 24.073, 4° de la ley 25.561 y 5° del
decreto 214/02 que impiden aplicar el reajuste por inflación para liquidar el
impuesto a las ganancias
1era Instancia .
Se hizo lugar a la acción y se declaro la inconstitucionalidad de las normas
impugnadas.

Cámara
Confirmo el fallo apelado. recordaron los jueces que el principio de capacidad
contributiva impide gravar con ese impuesto rentas nominales, inexistentes o
ficticias caso contrario se afectaría el derecho de propiedad.
El fisco interpuso Recurso extraordinario federal, se opuso a la procedencia
formal de la acción ,negó que se haya acreditado la existencia de daño concreto y
grave, negó que la crisis económica vivido en el año 2002 responda técnicamente
al termino inflación, rechazó la afectación del capital neto de la accionante y la
confiscatoriedad del impuesto ante la inexistencia de prueba cabal que permita
demostrar la absorción de una parte sustancial de la renta o el capital.
Corte:
Hizo lugar al recurso deducido y revocó la sentencia recurrida.
Entendiendo que no hay afectación al derecho de propiedad de la actora .
De este modo, la CSJN a través de su nueva composición (4) confirma un
criterio restrictivo en materia de declaración de inconstitucionalidad por
confiscatoriedad aprovechando la conclusión de que la vía de amparo en el
caso no resultaba procedente lo que sólo ocurre cuando (i) la norma
impugnada sea “manifiesta, clara e indudable”; y (ii) cuando se acredite
efectivamente un perjuicio tal que resulte violatorio de garantías
constitucionales.

Quiere decir en suma, que sólo demostrando que la carga efectiva del tributo
por pagar de acuerdo con el régimen impugnado excede pautas de
razonabilidad que rodean la capacidad contributiva de la accionante, y por
ende las posibilidades de hacer frente a dicho tributo, se encontraría en juego
un conflicto de la norma impugnada con el derecho de propiedad previsto por
la Constitución Nacional.

Lo positivo que podría extraerse del fallo de la CSJN en cuanto al alcance de


la tutela judicial, es que, a diferencia de lo que sostuvo el Procurador, si
resultara una efectiva evidencia -aún en la vía del amparo- se podría
cuestionar la constitucionalidad del ajuste por inflación en materia del
impuesto a las ganancias.

47) CANDY S.A c. AFIP - 2009


HECHOS:
SITUACION DEL PAIS: CRISIS ECONOMICA QUE PUSO FIN DE
CONVERTIBILIDAD ,SE DISPARO LA INFLACION.-

Se impide a la actora aplicar el ajuste por inflación impositiva(arts.94 y


csds ley 20628) entendiendo que la falta de aplicación del ajuste
provoca una situación que hace que la actora deba responder ya no
con ganancias sino con el patrimonio, lo cual implica una grave
afectación al derecho de propiedad garantizado por la Constitución
Nacional y por el Pacto de San Jose de Costa Rica y constituye una
violación a los principios elementales de en materia impositiva, esto
es no confiscatoriedad, reserva de ley, igualdad capacidad
contributiva y razonabilidad.
1ra Instancia :
Se hizo lugar a la acción de amparo , se declaro la inconstitucionalidad
del art. 39 de la ley 24073, del articulo 4 de la ley 25561, decreto
214/02 en cuanto impiden a la actora aplicar el ajuste por inflación
impositiva.
Se ordena a la Afip aceptar dicha liquidación del impuesto con
aplicación del instituto correctivo.
ALZADA: confirmo la sentencia
Afip interpuso recurso extraordinario federal
La Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó la sentencia recurrida, sin
perjuicio de lo cual hizo lugar, por mayoría, al amparo interpuesto por
considerar acreditado un supuesto de confiscatoriedad.
Sumarios

1 – No corresponde declarar la inconstitucionalidad del art. 39 de la ley 24,


del art. 4° de la ley 25.561, del decreto 214/02 y de toda otra norma legal
o reglamentaria de cualquier órgano estatal nacional, en tanto y en cuanto
impiden aplicar el ajuste por inflación impositivo, pues, en la medida en
que las normas referidas han sido dictadas por el Congreso de la Nación,
órgano al que el texto constitucional atribuye el ejercicio del poder
tributario y fue respetado el procedimiento legislativo que estatuye el art.
52 de la norma suprema, no puede alegarse una violación al principio de
reserva de ley tributaria, conclusión ésta que no se modifica por el mero
hecho de que haya existido un período en el que se observó un sensible
proceso inflacionario

2 – Si bien el mero cotejo entre la liquidación de la ganancia neta sujeta al


tributo efectuada sin el ajuste por inflación, y el importe que resulta de
aplicar a tal fin el referido mecanismo no es apto para acreditar una
afectación al derecho de propiedad, ello no debe entenderse como
excluyente de la posibilidad de que se configure un supuesto de
confiscatoriedad, si entre una y otra suma se presenta una desproporción
de magnitud tal que permita extraer razonablemente la conclusión de que
la ganancia neta determinada según las normas vigentes no es
adecuadamente representativa de la renta, enriquecimiento o beneficio
que la ley del impuesto a las ganancias pretende gravar

3 – La prohibición de utilizar el mecanismo de ajuste del Título VI de la ley del


impuesto a las ganancias resulta inaplicable, si la alícuota efectiva a
ingresar de acuerdo con esos parámetros insume una sustancial porción
de las rentas obtenidas por el actor, según lo acredita la pericia contable
—en el caso, si se determina el tributo sin aplicar el ajuste por inflación, la
alícuota efectiva del gravamen a ingresar no sería del 35% sino que
representaría el 62% del resultado impositivo ajustado correspondiente al
ejercicio 2002, ó el 55% de las utilidades (también ajustadas) obtenidas
por la actora durante el ejercicio de ese mismo año— y excede cualquier
límite razonable de imposición, configurándose así un supuesto de
confiscatoriedad

4 – La mera circunstancia de que el experto haya omitido “ratificar” o


“rectificar” —tal como lo había ordenado el juez de la causa— el informe
contable acompañado por la actora, así como los porcentajes de la
utilidad que absorbería el impuesto a las ganancias sin la aplicación del
ajuste por inflación, no obsta —en el caso— a la acreditación de la
confiscatoriedad alegada, en tanto el balance presentado por la empresa
no ha sido objeto de impugnación por la demandada, debiendo
destacarse que en él se consignan tanto las utilidades de la actora como
la respectiva previsión para atender al pago del tributo en cuestión, según
la ley vigente, por lo que corresponde declarar procedente la aplicación
del mecanismo correctivo por el período fiscal reclamado, correspondiente
al año 2002

5 – El poder estatal de crear impuestos no es omnímodo e ilimitado, pues


tiene un natural valladar en los preceptos constitucionales que requieren
que las contribuciones sean razonables en cuanto no han de menoscabar
con exceso el derecho de propiedad del contribuyente que debe
soportarlas.

6 – Es ajeno a la función del Poder Judicial juzgar el mérito de las políticas


económicas decididas por otros poderes del Estado, sino ponerles un
límite cuando violan la Constitución y —en el caso— el derecho de
propiedad.

7 – Corresponde revocar la sentencia que —al tener por acreditada la


afectación al derecho de propiedad de la amparista— declaró la
inconstitucionalidad del art. 39 de la ley 24.073, del art. 4° de la ley
25.561, del decreto 214/02 y de toda norma legal o reglamentaria, en
cuanto impiden a la actora aplicar el ajuste por inflación impositivo, pues,
aun en la hipótesis de que se acepte el razonamiento que ésta propone
con el objeto de demostrar la confiscatoriedad del impuesto, las omisiones
del perito relativas a corroborar o rectificar los datos contenidos en el
informe contable impugnado por la demandada —conforme fue ordenado
por el juez de la causa—, impiden tener por cumplida la exigencia de una
prueba concluyente, lo cual obsta al progreso de la demanda. (del voto en
disidencia del doctor Petracchi)

48) -------------------------------

49) DELPHIAN S.A. C. DGI -2004

HECHOS: La actora tenìa un jardín de infantes organizado de forma privada -sin


dependencia de otro establecimiento oficial-. En virtud de ello, y desde su habilitaciòn por la
Direcciòn de Establecimientos No Oficiales, la actividad de la actora comenzò a devengar
IVA.
En instancia del Tribunal Fiscal de la Nación se hizo lugar a la demanda. La Sala III de la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal revocó la
sentencia de aquel y declaró que la prestación del servicio de jardín de infantes para niños
de tres, cuatro y cinco años, brindado por la actora, no se encontraba exenta en el impuesto
al valor agregado durante los períodos enero de 1991 a junio de 1993.
Para resolver así, consideró que la actividad no estaba incluida dentro de los supuestos de
eximiciòn “Por otra parte, también negó -a los fines de la procedencia del beneficio- que la
actividad resulte una "guardería" o "jardín maternal", concepto reservado a niños de
cuarenta y cinco días a tres años”.-
La actora interpone recurso extraordinario, en el cual resalta que el texto legal exime a las
"guarderías y jardines materno-infantiles", sin existir motivos válidos para excluir de esta
expresión a los jardines de infantes.
El procurador dijo que “Como ha sostenido V.E. reiteradamente, en materia de exenciones
impositivas es constante el criterio conforme al cual deben resultar de la letra de la ley, de la
indudable intención del legislador o de la necesaria implicancia de las normas que las
establezcan (Fallos: 277:373; 279:226; 283:61; 284:341; 286:340; 289:508; 292:129;
302:1599), y que su interpretación debe practicarse teniendo en cuenta el contexto general
de las leyes y los fines que las informan (Fallos: 285:322, entre otros), ya que la primera
regla de interpretación es dar pleno efecto a la intención del legislador (Fallos: 302:973), sin
que ésta pueda ser obviada por posibles imperfecciones técnicas de su instrumentación
legal (Fallos: 290:56; 291:359).-”
“Bajo estas premisas, es claro para mí que la indudable intención del legislador, al introducir
un segundo párrafo al art. 61, inc. j., pto. 3, sub examine, ha sido extender la exención allí
contenida a otros servicios educativos, diferentes de los beneficiados en su primer párrafo,
entre ellos, las "guarderías y jardines materno infantiles"”.
“Por tales razones, en mi entender, el servicio de jardín de infantes para niños de 3, y 5
años prestado por la actora durante los períodos de la litis se encuentra comprendido dentro
de la expresión "guarderías y jardines materno infantiles" y beneficiado, en consecuencia,
por la exención del art. 61, inc. j., pto. 3, acápite b) de la ley del tributo.”
Dice que reconocer la franquicia a los maternales -cuyo implementación resulta facultativa
para las jurisdicciones locales- y negarla a los jardines -integrantes del sistema educativo y
obligatorio en su último año- tampoco resulta una razonable derivación del contexto general
de la ley 24.195 y de los fines que la informan, en su ordenada estructuración con las
normas del impuesto al valor agregado.
LA CSJN HACE SUYOS LOS ARGUMENTOS DEL PROCURADOR y revoca la sentencia
apelada, haciendo lugar a la demanda

50) Alba Angélica Invernizzi y otro C/ DGI- CSJN 2006

Hechos: La DGI emitiò la resoluciòn nª 249/48 mediante la cual


determinaba el IVA adeudado por la actora, quien poseìa un instituto de
enseñanza de idiomas, que reclama ante el Tribunal Fiscal.
Este decide revocar la resoluciòn de la DGI por considerar que la señora
estaba incluida dentro de los casos de eximiciòn del impuesto (art. 6 inc. j
ley 23871). “Para así decidir, fundamentalmente sostuvo que el
cumplimiento de los requisitos dispuestos en el segundo párrafo del 3 del inc.
j) del art. 6) de la ley 23871, los que consideró que no habían sido
cuestionados por el Fisco, resulta suficiente para obtener la exención, sin que
surja del texto legal que tales exigencias deban complementarse con el
acatamiento de las establecidas en el primer párrafo del apartado tercero,
porque dicha norma prevé dos situaciones diferentes e independientes de
exención.”
El Fisco apeló ante la Cámara Nacional de Apelaciones, quien revocò dicho
fallo y sostuvo que la actora no entraba dentro de los supuesto que la ley
exime de pago. “Además, debe entenderse que si la intención del legislador
hubiese sido exceptuar del impuesto a todos los establecimientos educativos,
ya sean oficiales corno no oficiales, no resultaba necesario exigir que los
establecimientos debían ser reconocidos por el Estado y ajustarse a los
planes oficiales (tal como surge expresamente del primer párrafo). Es
evidente entonces que, en este contexto, el segundo párrafo del apartado, se
refiere a las clases de apoyo o de refuerzo vinculadas a las materias
reconocidas en los planes oficiales, brindadas por docentes o no docentes,
independientemente de la forma en que estén organizados.En conclusión,
toda vez que la actora no dicta clases de apoyo o refuerzo de la materia
inglés sino "cursos" completos que otorgan títulos avalados por otro país,
supuestos notoriamente distintos, no cabe efectuar una interpretación
distinta, extendiendo un privilegio más allá de la indudable intención del
legislador, que no ha sido otra que beneficiar a la enseñanza oficial con la
única excepción señalada.”
DICTAMEN DE CSJN: Se recurre ante la Corte Suprema, quien admite el
recurso, y manifiesta que “...la exención del impuesto al valor agregado
dispuesta para "las clases dadas a título particular sobre materias incluidas
en los referidos planes de enseñanza oficial y cuyo desarrollo responda a los
mismos, impartidas fuera de los establecimientos educacionales aludidos en
el párrafo anterior y con independencia de éstos", lo ha sido para aquellas
clases dadas de modo especial o singular, sobre materias incluidas en los
planes de enseñanza oficial, pero siempre que el desarrollo de dichas clases
se ajuste estrictamente a los mencionados planes oficiales. Es decir, no se
trata de la enseñanza de cualquiera de las materias comprendidas en los
planes de enseñanza oficial, en la medida en que se dicten con tal
profundidad que superen con creces los contenidos de aquéllos y, por lo
tanto, de alguna manera los incluya, sino de que se sigan escrupulosamente
los contenidos de los mencionados planes oficiales, de modo que dichas
clases exentas de tributo resulten de apoyo o refuerzo a la enseñanza oficial,
que es, por lo demás, el significado que comúnmente se da a la expresión
"clases particulares“”.
“Evidentemente la especialidad o singularidad de las clases exceptuadas de
gravamen, en tanto resultan un refuerzo de las clases dadas en el marco de
la enseñanza oficial o incorporada a ella, son las únicas acepciones posibles
de la expresión "a título particular", habida cuenta de que cuando la ley
quiere contraponer un concepto a lo que es de propiedad o uso públicos
emplea el término "privado" y que, por otro lado, esta última característica
debe asumirse cuando se hace referencia, precisamente, a un impuesto que
grava, en el caso, la locación o prestación a título oneroso de servicios
(confr. Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española",
vigésima segunda edición. www.rae.es)”. La Corte entiende que la actora no
logrò probar que sus clases constituyen un refuerzo a los planes oficiales, y
por el contrario, se comprobò que loS alumnos resultaban poseedores de un
conocimiento superior, incluso con la obtenciòn de un tìtulo avalado por
autoridades extranjeras.
Asimismo dijo “Que, según reiterada jurisprudencia de esta Corte, las
normas que consagran exenciones impositivas deben interpretarse en forma
tal que el propósito de la ley se cumpla de acuerdo con los principios de una
razonable y discreta interpretación (Fallos: 322:2624, entre otros). Y, con
igual insistencia, ha dicho este Tribunal que las exenciones tributarias deben
resultar de la letra de la ley, de la indudable intención del legislador o de la
necesaria implicación de las normas que las establezcan, y fuera de esos
casos corresponde la interpretación estricta de las cláusulas respectivas, por
lo que, en caso de duda, deben ser resueltas en forma adversa a quien
invoca el beneficio fiscal (Fallos: 319:1855 y 320:1915, entre muchos
otros).“ Por ello, confirma la sentencia apelada, es decir rechaza la
exenciòn en favor de la actora.-
51) PROV. ENTRE RIOS C. E.NAC. - CSJN 2008
competencia originaria
HECHOS: Mediante el decreto 6282/58 -segùn ley 22977-se establece la
posibilidad de que el titular dominial de un automotor sea eximido de la
responsabilidad civil a través de la denuncia de venta del mismo.
Por medio de la ley 25232 se incorpora la obligaciòn en cabeza de los
registros seccionales de notificar al resto de los organismos oficiales el
cambio de titularidad del automotor, desobligando asi al titular registral, y
quedando la obligaciòn tributaria -impuesto automotor- en cabeza de
adquirente.
La provincia entiende que dicha ley traspasa la esfera de competencia,
porque legisla sobre los elementos esenciales el tributos, como lo son los
sujetos pasivos, ya que libera de la obligación tributaria al titular -cuando
antes la provincia podia reclamarle tanto a èste como al poseedor,
alternativa o conjuntamente. “Esta disposición, en cuanto obliga a liberar del
tributo al titular del dominio a partir de la fecha de la denuncia de venta,
constituye -en su criterio -una intromisión del legislador federal en una
cuestión de exclusiva competencia de las provincias, como lo es la regulación
de los gravámenes cuya implementación se han reservado.”
El Estado nacional “afirma que el poder local permanece intacto aun después
de la reforma, pues todavía puede exigir el pago a los segundos -
poseedores-, limitándose la ley impugnada a vedarlo sólo respecto de los
primeros, que efectivizaron sus denuncias de venta. En tales condiciones,
considera que no existe perjuicio o daño actual, concreto y
particularizado….”.
DICTAMEN DE CSJN: Expresa que “... las provincias han delegado en la
Nación la facultad de dictar los códigos de fondo (art.67; inc. 11 de la
Constitución), para robustecer mediante esa unidad legislativa la necesaria
unidad nacional, consecuentemente han debido admitir la prevalencia de
esas leyes del Congreso y la necesaria limitación de no dictar normas,
fiscales o no fiscales, que las contradigan. El precepto constitucional así lo
establece en términos categóricos";y agregó que lo expuesto no significa
transferir normas del derecho civil al derecho financiero, sino solamente
hacer respetar la entidad de bienes y derechos tal como los estructura el
derecho común, de vigencia nacional (art. 31 de la Constitución) sin interferir
en la esfera autónoma del derecho financiero local para hacerlos fuente de
imputación tributaria, pero respetándolos en su esencia y significado
jurídico". En uso de estas atribuciones se dictó el decreto-ley 6584/58,
para regular el derecho de dominio sobre los automotores en manera
uniforme para todo el país, pues el legislador consideró que las disposiciones
del Código Civil se evidenciaban carentes -en aquel momento- de valor
práctico en su aplicación (confr. segundo párrafo de los considerandos de
dicho decreto). A partir de allí, sustituyó la prueba de la propiedad mediante
la posesión por la exigencia de la inscripción en un registro, con el correlativo
otorgamiento de un título de propiedad.”
“... como lo sostiene el señor Procurador General en su dictamen, la ley
25.232 no evidencia semejante grado de validez, pues dista de regular un
aspecto sustantivo del derecho de fondo, para incorporarse a la
relación obligacional que une al contribuyente con el Fisco local, nacida -
precisamente- como consecuencia del alcance del dominio ya definido por la
propia autoridad nacional. En efecto, esa interferencia se efectúa con el
único objeto de desplazar a uno de los sujetos pasivos posibles, en
estos casos el titular dominial de la riqueza (Fallos: 207:270),
impidiendo al Fisco local que persiga sobre él su cobro.”
“Por tales razones, corresponde admitir la demanda y declarar que la
ley 25.232 contraría lo dispuesto en los arts. 75, inc. 12, y 121 de la
Constitución Nacional, conclusión que, cabe destacar, es la única que
concilia la unidad jurídica nacional con la autonomía impositiva de
las provincias, en tanto éstas imponen tributos permanentes, pero
dando sentido económico y tomando como materia imponible las
entidades jurídicas, tal como las crea el derecho sustantivo
nacional.” Por ello, se hace lugar a la demanda y se DECLARA
INCONSTITUCIONAL LA LEY 25232.-

52) “SA IMPORTADORA Y EXPORTADORA DE LA PATAGONIA C/ GCBA


S/Amparo”, sentencia del 4/9/2007 -TRIB. SUP. JUSTICIAA CABA

Hechos: La S.A. exportadora reclama por saldos a favor en virtud de


retenciones en la fuente respecto del impuesto a los ingresos brutos.
Manifiesta que al efectuar pagos con tarjetas de debito o credito, se le
efectua la retenciòn del impuesto directamente, y que la base imponible que
considera es el total de iibb originados en esta jurisdiccion -CABA- pero en
realidad son pagos de operaciones efectuadas en otra jurisdicción, es decir,
una base imponible menor (se aplica el CONVENIO MULTILATERAL).-
“Es menester tener en cuenta que el decreto 1150/90 (BM 18.749,
23/3/1990) dispuso que las entidades que paguen bienes y servicios
adquiridos mediante tarjetas de compra, de crédito, de débito (éstas a partir
del decreto 2133/01) y con tickets procederían a retener el 2,5 % sobre el
importe neto a pagar al contribuyente o responsable del impuesto sobre los
ingresos brutos (art. 1º). Además, facultó a la Dirección General de Rentas a
extender constancias de no retención o de retención reducida en los casos
que se planteasen.”
“La resolución 1550/SHyF/02 (BOCBA 1442), por su parte, agregó un párrafo
al artículo 3º de la resolución 430/SHyF/01 que dispuso que “quedan
exceptuados [del régimen del primer párrafo] los sujetos comprendidos en el
Decreto Nº 1150/90 y sus modificatorios, los que deben efectuar retenciones
aún a los sujetos designados como agentes de retención o percepción”. Por
último, la resolución 3053/SHyF/04, rechazó el pedido de la actora para que
se la excluyera del régimen de retenciones en cuestión y se le otorgue un
“Certificado de no Retención” o de retención reducida -situaciones de
interpretación, base imponible, alícuota o saldo a favor o cualquier otra
posibilidad donde el importe correspondiente a la retención resultase superior
respecto del impuesto a ingresar por el contribuyente (art. 7º).”
En primera instancia, el juez hizo lugar a la acciòn de amparo, y “Afirmó
que con este mecanismo de retención sobre operaciones que no se realizan
en la jurisdicción local la actora sufre una carga tributaria mayor que otros
contribuyentes que desarrollan su misma actividad solo en la Ciudad; lo que
implica, en su criterio, una discriminación ilegítima. Consideró que se
contraría indirectamente el principio de legalidad, en tanto por vía
reglamentaria se crea una base imponible más amplia que la prevista en la
ley al extender la retención del impuesto local a operaciones no gravadas en
dicha jurisdicción.”
Ademas “Explicó que la percepción en la fuente del tributo a través de
mecanismos de retención, genera distorsiones que han merecido crítica de
parte de la doctrina, pues se acumulan -dijo- saldos acreedores que nunca
podrán compensarse con futuras obligaciones, condenando al agente, que en
definitiva está soportando una carga en beneficio de la Administración, a
perjuicios difícilmente reparables. Compartió la crítica y advirtió que la
manera en que se regula localmente la retención en la fuente parece
contradictoria con varias de las pautas establecidas en la resolución 61/95 de
la Comisión Arbitral del Convenio”.
El Fisco recurrió la sentencia.
El Tribunal Sup. de Justicia de CABA REVOCO LA SENTENCIA, en base
a los siguientes argumentos: “... la sentencia no explica cuál es la razón que
impide a la actora solicitar periódicamente el reintegro a la administración de
las retenciones en exceso, remedio que basta para descartar que el régimen
importe un efectivo detrimento patrimonial.”.
“En el marco de la política tributaria diseñada por el Gobierno de la Ciudad
para la recaudación y la reducción de la evasión, se implementó el sistema
de agentes de percepción o retención. A tales efectos se han dictado una
serie de normas que tienden a incrementar la tasa de percepción o de
retención, si bien mantienen la alícuota general fijada por debajo de la
establecida para el impuesto sobre los ingresos brutos, con criterios
unificados para todos los contribuyentes, sean locales o comprendidos por el
régimen del Convenio Multilateral. No hay en la causa razones para suponer
que la finalidad del régimen y sus modificaciones no fuera una simplificación
del sistema, y una facilitación de las tareas de control, con el objeto de
mejorar los índices de recaudación y evitar la evasión.”.
Sobre la violación al principio de iguadad: “Sobre tal parámetro, en el
caso, no aparece violada la garantía constitucional invocada, desde que todos
los contribuyentes que realicen operaciones similares a la actora sufren
retenciones con una alícuota uniforme, la que, por lo demás, es inferior a la
general fijada para el Impuesto, y las consecuencias prácticas que en su caso
pudieran derivarse de las coyunturales características de cada negocio, así
como los trámites e incomodidades a que pudieran verse obligados algunos
contribuyentes, no parecen argumentos suficientes para fundar la “nulidad
absoluta e insanable” dispuesta en autos”.
“Sabido es que, respetando el marco que suponen las limitaciones legales y
constitucionales, las facultades de la administración son amplias y
discrecionales, de modo que el criterio de oportunidad o acierto con que se
ejerzan es irrevisable por los tribunales en ausencia de ilegitimidad; en tal
sentido, no corresponde a los jueces pronunciarse sobre las bondades o
complicaciones del sistema de cobro de los gravámenes tal como ha sido
establecido por las autoridades locales ….”
Por último le impone al gobierno de la ciudad una obligaciòn positiva:
“sí cabe exhortar al Poder Ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires para que
arbitre los medios adecuados y necesarios a fin de dar cabal solución o
disminuir los efectos negativos que se generan como consecuencia del marco
normativo aquí cuestionado.”

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